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RESERVAS QUE NO SON

Mientras el escenario político nacional da que hablar respecto a las elecciones generales
de 2019, la habilitación o no de la dupla oficialista Morales-García Linera y las
acusaciones al ex presidente Carlos Mesa y su entorno en el caso de Lava Jato, la agenda
económica del país se puso en pausa, de aquí en más la “electoralización” ha sacado de la
opinión pública temas trascendentales como el estado de la economía en Bolivia.
La caída en las Reservas Internacionales es uno de los puntos clave que valdría la pena
examinar dado que el propio Banco Central de Bolivia (BCB) maneja un discurso por demás
cuestionable.
Para empezar, debemos señalar que las Reservas Internacionales Netas pasaron de
3.177,7 millones de dólares en el año 2006 a 9.256,5 millones de dólares a julio de 2018
(BCB), es decir casi se han duplicado en 12 años y fracción. Teniendo un pico histórico el
año 2014 donde las RIN alcanzaron los 15.122,8 millones de dólares; de ahí en más las
reservas experimentarían una caída sostenida en un ritmo promedio de 11,11% por año
hasta julio de 2018.
Revisando el último informe disponible sobre la Administración de Reservas
Internacionales para el primer semestre del 2018 (BCB) nos encontramos con datos por
demás curiosos: 1) La cobertura de las Reservas Internacionales destinadas a las
importaciones de bienes y servicios del país paso de una autonomía de 17 meses el año
2012 a 10 meses a julio de 2018, es decir habría las divisas necesarias para que Bolivia
importe por un lapso de 10 meses con el nivel actual de RIN disponibles. 2) Mientras las
Reservas Internacionales fueron cayendo las Importaciones fueron subiendo durante el
periodo 2011-2018(p).
Respecto a las principales fuentes de ingreso de las RIN (5.534,8 millones de dólares en
total) se tienen las Exportaciones realizadas por YPFB, por concepto de venta de
hidrocarburos, que al final del año 2017 llegaron a situarse en 1.465,8 millones de dólares,
seguidas de los ingresos por concepto de Desembolsos de Créditos Externos por 1.221,9
millones de dólares y la Emisión de Bonos Soberanos 991,0 millones de dólares. Cabe
aclarar que los últimos dos elementos son deuda asumida vía créditos (organismos
multinacionales o bilaterales) como también vía emisión de deuda y su posterior
colocación en el mercado internacional.
Ahora bien, dentro de los principales egresos registrados en cuanto a flujos de las RIN
(4.793,4 millones de dólares en total) tenemos que a finales de 2017 por concepto de
Transferencias al Sistema Financiero (netas) se erogaron 1.762,4 millones de dólares,
1.398,2 millones de dólares en Pagos de YPFB y 663,5 millones de dólares en Gastos
Fiscales. Aclarando nuevamente, tanto los Pagos de YPFB como los Gastos Fiscales deben
entenderse como erogaciones puras, no tienen cualidades de inversión como tal.
El informe del BCB, entra en un error de apreciación deliberado o no cuando se destaca
como gran logro para Bolivia el mantener el porcentaje más alto de RIN respecto al PIB
en Sudamérica (de acuerdo a proyecciones del FMI para 2018), una verdad a medias como
veremos a continuación. Bolivia mantiene reservas en un porcentaje de 23% respecto a
su PIB, hasta ahí bien, sin embargo, si uno revisa los datos de proyección del FMI, se
encuentra con que las proyecciones del PIB de Bolivia llegan a la modesta cifra de 41.833
millones de dólares; modesta porque de los 10 países analizados en la región nuestro país
se ubica en el último lugar por debajo del Paraguay.
Las economías de Sudamérica tienen a Brasil como puntera con un PIB estimado para
2018 de 1.909.386 millones de dólares, en un segundo escalón aparecen Argentina con un
PIB proyectado de 475.429 millones de dólares (ojo en plena crisis), Colombia con un PIB
de 336.940 millones de dólares, Chile por su lado llegará a un PIB de 299.887 millones de
dólares, 228.994 millones de dólares de PIB proyectado para Perú y Ecuador con 107.266
millones de dólares. En un tercer escalón tenemos a Venezuela y Uruguay con
proyecciones de 96.328 millones de dólares y 60.933 millones de dólares respectivamente.
Y en el cuarto escalón tenemos a las economías “enanas” con Bolivia y Paraguay.
En ese sentido no es lo mismo comparar el 18% de Reservas Internacionales del Brasil
(343.689 millones de dólares) que el 23% de Reservas Internacionales de nuestro país
(9.622 millones de dólares). Bajo este nuevo espectro de análisis podríamos reubicar el
volumen de Reservas Internacionales de Bolivia en la posición 7 de los mismos 10 países
que conforman la región sudamericana solamente por encima de las proyecciones para
Paraguay (9.207millones de dólares), Venezuela (7.706 millones de dólares) y Ecuador
(3.218 millones de dólares).
Ante la luz de este tipo de manejos en la información por parte del BCB, es posible
confirmar las temidas sospechas: El Banco Central de Bolivia maneja discrecionalmente
la información sobre las Reservas Internacionales y emite juicios de criterio políticos y
carentes de veracidad, alejados totalmente de sus verdaderas funciones que son las de
ejercer tuición sobre la política monetaria de nuestro país.
Preocupa no tener datos exactos sobre los fondos de inversión al Mediano y Largo Plazo
donde el Banco Central ha destinado parte de las Reservas Internacionales, que vale
decir generan rendimientos ínfimos que no sobrepasan el 1% en el mejor de los casos.
Preocupa tener un Banco Central claramente digitado desde el Gobierno Central, es decir
repitiendo el mismo discurso triunfalista de la economía plurinacional que bate records
en todas las categorías habidas y por haber. Records vacíos cuando lo que falta son
alternativas serias para reencaminar, y pronto, nuestra política monetaria.

Por: Carlos Armando Cardozo Lozada


Economista, Máster en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático, Especialidad en Gestión del
Riesgo de Desastres y Adaptación al Cambio Climático, Presidente de Fundación Lozanía

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