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C.

JUEZ DE DISTRITO
P R E S E N T E.

RODRIGO OMAR DIAZ MACIAS, de nacionalidad mexicana,


mayor de 28 años de edad, por mi propio derecho, señalando como domicilio para
oír y recibir notificaciones el despacho jurídico ubicado en la calle Virrey de Mendoza
número 216, planta alta, de la colonia San Luis de esta Ciudad, autorizando para
oír y recibir notificaciones en los términos más amplios del artículo 27 de la Ley de
Amparo a los LICS. EDGAR MAURICIO PEREZ ESQUIVEL Y/O MIGUEL ANGEL
FRANCO HERRERA ante usted con el debido respeto comparezco para exponer:

Que por medio del presente escrito comparezco ante Usted a


solicitar el AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL en contra de
los actos de autoridad que preciso en el presente escrito procedente de las
autoridades responsables que más adelante me referiré.
Para efecto de estar en cumplimiento por lo dispuesto por el
artículo 1º, 2º 107 y 108 de la Ley de Amparo en vigor, me permito señalar lo
siguiente

SUMARIO

I.- EL NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO, los que ya han sido señalados en
el proemio del presente ocurso

II.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO INTERESADO,

III.- AUTORIDADES RESPONSABLES

A) ORDENADORAS

1.- PRESIDENTE MUNICIPAL DEL H. AYUNTAMIENTO DE


AGUASCALIENTES.- Con domicilio bien conocido en Palacio Municipal sito en
Plaza de la Patria y Calle Colón sin número, Zona Centro de esta Ciudad.
2.- COORDINADOR GENERAL DE DELEGACIONES URBANAS Y
RURALES DEL MUNICIPIO DE AGUASCALIENTES Con domicilio bien conocido
en Palacio Municipal sito en Plaza de la Patria y Calle Colón sin número, Zona
Centro de esta Ciudad.
3.- SECRETARIO DEL H. AYUNTAMIENTO Y DIRECCIÓN GENERAL DE
GOBIERNO.- Con domicilio bien conocido en Palacio Municipal sito en Plaza de la
Patria y Calle Colón sin número, Zona Centro de esta Ciudad.

B) EJECUTORAS

1.- DIRECTOR GENERAL DE LA COMISIÓN CIUDADANA DE AGUA


POTABLE Y ALCANTARILLADO DEL MUNICIPIO DE
AGUASCALIENTES Con domicilio en la calle Salvador Quezada Limón
número 1407 Colonia San Marcos en esta Ciudad

2.- PROACTIVA MEDIO AMBIENTE CAASA S.A DE C.V. quien tiene su


domicilio en la calle José Antonio número 115 del Parque industrial Siglo XXI
en esta ciudad de Aguascalientes Ags

IV.- ACTO RECLAMADO:


el recibo de pago numero 2020 mediante el inconstitucional, ilegal, inconvencional
y excesivo cobro de adeudos, multas y recargos por el servicio de agua potable y
alcantarillado bajo la modalidad de créditos fiscales que afecta real y directamente
mi esfera jurídica de ciudadano ante los ilegales cobros y cargos fiscales al vital
líquido, necesario para la subsistencia del ser humano, en mi calidad de usuario y
contratante del servicio de agua potable y alcantarillado, dichas multas y recargos
excesivos y que sobrepasan el salario mínimo que percibo para subsistir; así como
se reclama de las autoridades señaladas como responsables en calidad de
ejecutoras el inconstitucional corte del servicio de agua potable, que me afecta en
mi esfera personal jurídica, en mi vivienda, en mi familia y en el desarrollo de mi
personalidad.

V.- DERECHOS HUMANOS Y GARANTIAS VIOLADAS:

Se consideran como violados los artículos 1, 4 párrafo VI, 14, 16,


17, 22, 27 párrafos vi y v, y 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 1, 2, 3, 4, 8, 24, 25 y 29 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos “Pacto San José, Costa Rica”; 11 del protocolo adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales “Protocolo de San Salvador”; 1, 2, 3, 6, 7, 8, 25 y 30 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos.

VI.- PROTESTO.- Bajo protesta de decir verdad señalo que los


antecedentes que fundan los conceptos de violación y el acto reclamado son ciertos.
VII.- HECHOS:

1. El suscrito, soy propietario en pleno uso, goce y disfrute


del inmueble ubicado en la calle Virrey de Mendoza numero 116 planta alta de la
colonia San Luis en esta Ciudad de Aguascalientes tal como se acredita con la
escritura pública número 12538455, inscrito en el Registro Público de la Propiedad
y del Comercio del Estado de Aguascalientes.
2. Así mismo soy el titular del Servicio de Agua Potable y
Alcantarillado en el Estado de Aguascalientes, celebrando Contrato del Servicio de
Agua Potable con la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Estado desde el
año 2003 bajo el número de contrato 2358, tal como se acredita con la copia simple
de dicho documento público.
3. Que desde la fecha 01 de julio del presente año, la
autoridad responsable, mediante la Dirección de Recuperación de Adeudos y
Ejecución Fiscal me ha ejecutado el cobro de multas y recargos por adeudos por el
servicio de agua potable de USO DOMESTICO que tengo en mi hogar, mediante la
Orden Número 24582, por el excesivo monto de $10,000.00 (DIEZ MIL PESOS
00/100 M.N.), mismas que resultan inconstitucionales, inconvencionales y
excesivas sobre un elemento vital para el desarrollo y sustento de la vida humana,
más aún, cuando la tarifa y base lega sobra la cual se cuantifica el monto de dicho
crédito oficial es obscuro e inexistente sin valorar el estado socioeconómico del
suscrito asi mismo si realizar un razonamiento lógico cuantificable del valor de mi
vivienda y el costo por mililitro establecido a sicha zona y que se haya publicado en
el Periódico Oficial del Estado, mismas situaciones que hago constar con la copia
de la orden de visita de fecha 17 de julio del presente año y el acta de infracción
emitido por el visitador en la misma fecha mismo que se coteja con la copia simple
de mi recibo de agua potable del último bimestre de fecha 01 de julio del presente
año, .
4. Con fecha 17 de julio del presente año la autoridad
responsable, me realizó el corte del servicio de agua potable en mi hogar, con el
cual se ha perjudicado a mi persona, mi vivienda, mi familia y el desarrollo de la
personalidad, dicho acto de restricción inconstitucional y que viola los derechos de
disposición de agua potable.

VIII.- CONCEPTOS DE VIOLACIÓN.- Se consideran violados


los artículos constitucionales que a continuación se precisan:
Se viola el artículo 1 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos vigente que a la letra señala:
ARTÍCULO 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán
de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los
que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no
podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad
con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a
las personas la protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación
de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios
de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado
deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los
términos que establezca la ley.
Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos
del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la
protección de las leyes.
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el
género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las
opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad
humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.

El 10 de junio de 2011 el Estado Mexicano (Estados Unidos


Mexicanos) se publica en el Diario Oficial de la Federación la reforma Constitucional
en materia de derechos humanos y reconocimiento de los derechos fundamentales
de las personas, así mismo, debido a estas tan importantes reformas, entran en
vigor los principios tuteladores no solo de los derechos humanos, sino también de
los principios rectores de estos, los cuales son los siguientes:

1.- Principio Pro Cives, Favor Libertatis o Pro Personae: interpretación


conforme a la norma que más beneficie a la persona y la máxima tutela a Favor de la Libertad
Personal, como derecho inherente a la persona.
2.- Principio de Progresividad: determina que los derechos humanos están en
proceso constante de evolución, desde la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos. De la misma forma se prohíbe el retrotraimiento de los derechos humanos reconocidos
de fuente Constitucional y de Fuente Internacional.
3.- Principio de Indivisibilidad: los derechos humanos forman parte de un
sistema interamericano de reconocidos, en el que todas las personas, sin que tenga injerencia alguna
si son derechos individuales, económicos, solidarios o sociales, deben ser igualmente respetados y
protegidos, sin perjuicio de su debida ponderación específica.
4.- Principio de Universalidad: todas las personas, nacen libres e iguales,
dotados de razón y conciencia, por lo tanto, tienen de forma amplia y no limitativa, el goce de todos
los derechos de los que naturalmente son inherentes, no reservándose a un grupo o grupos de
personas, sino más bien, tomando a toda una sociedad como dignos de ser reconocidos en su ius
naturale.
5.- Principio de Interdependencia: un derecho humano es un sistema de
derechos concatenados entre sí, al momento de lesionar un derecho humano, no se considera una
lesión individual a este derecho, sino más bien, se lesionan todos aquellos inherentes y dependientes
de la propia persona, al lesionar un derecho humano se lesionan todos los dependientes.
Estos esfuerzos de modificación a nuestros sistema de
interpretación y aplicación de los derechos humanos en nuestra Nación se debe a
la Sentencia de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, en el Caso
Rosendo Radilla Pacheco Vs México, en el cual, se condenó al Estado Mexicano a
modificar la Constitución Federal para hacerla sumamente protector de los derechos
interamericanos que asisten a toda persona y que de fuente internacional se
encuentran vigentes. Dichos derechos de rango internacional se encuentran
previstos en diversos Tratados Internacionales que México ha suscrito y que el
Senado de la República ha ratificado con las reservas correspondientes, sin
embargo, es de rescatar lo que expresa en el texto del artículo 1°Constitucional en
su párrafo segundo, al señalar de forma imperativa la regla de interpretación de los
propios derechos humanos, entendiendo que éstos no son entregados por el
Estado, sino más bien, reconocidos en toda su amplitud para el respeto y reparación
de los derechos universales de las personas.
Dentro de los principios que esta reforma logró se encuentran las
siguientes:
1.- Entrada en vigor del Principio Pro Personae: reconocido en el
artículo 29 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos “Pacto de San
José de Costa Rica”, que implica la interpretación conforme, es decir, de la forma
en la que más beneficie a la persona, la inaplicación de la norma general que
perjudique y el beneficio amplio de interpretación conforme que tutele el Favor
Debilis, Favor Libertatis e In Dubio Pro Actione de todas las personas. Dicho
principio Pro Persona entabla una encomienda para el Estado y las Entidades
Federativas de tratar de todas formas en grado supra la existencia natural de la
propia persona, esto es, en caso de duda sobre que norma regula o reconoce
derechos humanos deba aplicarse al caso concreto, ya sea de fuente Constitucional
o fuente Internacional, debe preferirse aquella que mejor proteja a la persona y que
le permita gozar de una mejor manera su derecho, en una aplicación coherente con
los valores y principios que conforman la base de todo ordenamiento jurídico.
2.- Entrada en vigor del Control de Convencionalidad: este
principio aparece por primera vez en la Sentencia de la Corte Interamericana de los
Derechos Humanos denominado Almonacid Arellano Vs Chile , en dicho cuerpo de
sentencia se reconoce que los Jueces y Tribunales Locales de tal Nación se
encuentran estrictamente ceñidas a Ministerio de Ley y por ello están obligados a la
aplicación de las normas internas nacionales, sin embargo, un Estado que ha
suscrito y ratificado la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también
están sometidos y obligados a velar por que los efectos de la Convención Americana
no se van mermados por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, por lo
tanto, en el punto 126 de tal Sentencia la Corte Interamericana en lo medular señala:
[…] En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer una
especie de “control de convencionalidad” entre las normas jurídicas internas
que aplican en los casos concretos y la Convención Americana sobre
Derechos Humanos. […]
Este principio orientador arrojo luz por primera vez, aunado fuerte
e inseparablemente del Principio Pro Personae, donde se otorga la facultad a las
autoridades locales de cada Nación, en el ámbito de sus competencias de realizar
dicho Control de Convencionalidad, cuando una norma general se contrapone a un
derecho humano reconocido tanto en la Carta Supra Nacional y en los Tratados
Internacionales en materia de Derechos Humanos de los que México es parte, debe
de realizarse ponderadamente dicho Control de Convencionalidad, lo que implica la
inaplicación de la norma que menos beneficie y favoreciendo la norma con más
rango tutelador, las cuales pueden encontrarse en los Tratados Internacionales de
la materia o de la Convención Interamericana sobre Derechs Humanos, este hecho
hace surgir diversos modelos de Control de Convencionalidad en la aplicación firme
y amplia del principio Pro Personae reconocido en el propio artículo 29 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos “Pacto de San José de Costa
Rica”, ya que en la Sentencia de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos
denominada Caso Boyce y otros Vs Barbados, expreso la forma correcta en que
debe de ser implementado un exacto Control de Convencionalidad en cuestiones
del ámbito interno, ya que plantea que las autoridades locales no deben limitarse a
realizar un examen de constitucionalidad de las resoluciones, sino también de
Convencionalidad. Este principio poco abordado por las autoridades Federales y
Locales, es uno de los que tutela la existencia del actual artículo 1° Constitucional,
ya que en este sentido es de entenderse que no se debe limitar a las normas
generales de carácter internas, sino también y de forma Ex Officio, de forma
Convencional.
3.- Entrada en vigor de la regla Ex Officio : de conformidad por lo
previsto en el artículo 133 de la Constitución Política Federal, en contraposición con
el artículo 1° del mismo mandamiento supra, es considerada como una clara
obligación a todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, de aplicar de
forma amplia el principio de control difuso de constitucionalidad, de acuerdo a la
aplicación conforme del principio pro personae, implica que todas las autoridades
tiene la responsabilidad de realizar el control de convencionalidad y de
constitucionalidad de los derechos humanos. Si bien es cierto que las autoridades
locales no pueden realizar una declaratoria sobre la inconstitucionalidad de una
norma o parte de ella, porque esa tarea concierne al Poder Judicial de la
Federación, de acuerdo al propio artículo 103 de la Constitución Federal, si pueden
realizar la ponderación sobre la aplicación de la norma que más beneficie a la
persona. Es el caso que tales principios rectores y tuteladores a favor de la persona
son los siguientes:

a) Principio Interpretación Conforme: Todas las normas que regulan la actuación de


las autoridades públicas deben ser leídas a la luz de las obligaciones generales en
materia de derechos humanos, sus principios de interpretación y los alcances que
tengan las normas que reconocen derechos humanos en la Constitución y los
tratados internacionales de los que México es Parte, es decir, las normas integrantes
de lo que se da en llamar “Bloque de constitucionalidad en materia de derechos
humanos”. Esta interpretación requiere una actividad creativa para lograr la
compatibilidad de la norma nacional conforme al parámetro convencional y así lograr
la efectividad del derecho o libertad de que se trate, con los mayores alcances
posibles en términos del principio pro persona.
b) Principio pro personae: En caso de darse un posible conflicto entre una disposición
de carácter interno y una norma del Bloque de constitucionalidad, o de existir más
de una norma del Bloque disponible sobre una misma materia, las autoridades
deben aplicar siempre la norma que más amplíe al máximo la protección de los
derechos de la persona, o, en su caso, que reduzca al mínimo su restricción. Esta
disposición constitucional encuentra, a su vez, su correlato convencional en el
artículo 29 inciso b)de la CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS
HUMANOS “PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA”, que establece:
Artículo 29. Normas de interpretación
Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el
sentido de:
[…]
b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar
reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra
convención en que sea parte uno de dichos Estados.
Como se mencionó en un principio, es gracias a la Sentencia de
la Corte Interamericana sobre Derechos Humanos en el Caso Rosendo Radilla
Pacheco Vs México, abrió la posibilidad a la interpretación amplia y conforme de
los derechos naturales de los que somos inherentes los seres humanos, ya que
nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el Expediente Varios
912/2010, donde determina las obligaciones concretas del cumplimiento de la
sentencia de referencia, estipuló aún más principios sobre la interpretación del
principio pro personae y los criterios orientadores de fuente internacional para la
mejor aplicación del derecho comparado, es decir, que la Jurisprudencia de la Corte
Interamericana de los Derechos Humanos, en los casos en los que México no sea
parte, son criterio orientador para la aplicación del principio de convencionalidad y
para la mayor protección de las personas y los derechos inherentes, sustentado en
la Contradicción de Tesis 293/2011. Ahora bien, es de suma importancia resaltar
tal obligación del Estado Mexicano con relación al Bloque de Constitucionalidad en
las cuestiones de derechos para la aplicación de la Interpretación Conforme vía Ex
Officio las contenidas en el Expediente Varios 912/2010 de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, al admitir la competencia de la Corte Interamericana sobre
Derechos Humanos en el Caso Rosendo Radilla Pacheco Vs México,
contrayendo el Estado las siguientes obligaciones:
a) Todas las juzgadoras y todos los juzgadores del país están obligados a
ejercer de manera oficiosa un control de la convencionalidad en materia de
derechos humanos, que habrá de practicarse mediante el uso del criterio de
interpretación conforme;
b) La jurisprudencia emanada de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos será obligatoria para todas las juzgadoras y todos los juzgadores
de México cuando se trate de casos en los que el Estado mexicano sea parte,
en tanto que el resto de la jurisprudencia interamericana tendrá un carácter
orientador sobre obligaciones que se desprenden de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y otros ordenamientos del marco
jurídico regional en la materia.
c) La Suprema Corte de Justicia de la Nación conocerá de los conflictos
competenciales entre tribunales de la justicia ordinaria y autoridades con
funciones jurisdiccionales del orden militar cuando se hallaran civiles
involucrados en los procesos, asentando el criterio que habría de prevalecer
en sus resoluciones, a saber, que habría de fallar a favor de la justicia
ordinaria mediante la inaplicación del artículo 57 fracción II inciso a) del
Código de Justicia Militar para cada caso concreto.
Es observable entonces la obligación de los jueces dentro del
territorio nacional de la aplicación vía Ex Officio en favor de los derechos y libertades
de todas las personas, de conformidad a los principios de universalidad e
interdependencia, ya que al reconocer en su integridad aquellos derechos humanos
inherentes a las personas y que por su propia naturaleza son inseparables del
propio ser humano, las autoridades tienen que preferir en todo momento la mejor
interpretación en favor de la persona, tal como indica el primer inciso del listado
anterior, la Resolución del Expediente Varios 912/2010 incluyó, a fin de atender
a lo señalado en el párrafo 339 del fallo de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos de mérito, un método para la aplicación de la Interpretación Conforme
que se haya prevista en el párrafo segundo del artículo 1º, como se ha comentado
ya en el apartado anterior. En la lectura que dio el intérprete último de la Constitución
a estas disposiciones, se admiten tres grados de intensidad o pasos de la
Interpretación Conforme, explicitados en el numeral 33 del Engrose de la
resolución en comento, que se cita a continuación:
33.- De este modo, este tipo de interpretación por parte de los jueces
presupone realizar tres pasos:
A) Interpretación conforme en sentido amplio. Ello significa que los jueces
del país, al igual que todas las demás autoridades del Estado mexicano, deben interpretar el orden
jurídico a la luz y conforme a los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados
internacionales en los cuales el Estado mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.
B) Interpretación conforme en sentido estricto. Ello significa que cuando
hay varias interpretaciones jurídicamente válidas, los jueces deben, partiendo de la presunción de
constitucionalidad de las leyes, preferir aquélla que hace a la ley acorde a los derechos humanos
establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los que el Estado mexicano sea
parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido esencial de estos derechos.
C) Inaplicación de la ley cuando las alternativas anteriores no son
posibles. Ello no afecta o rompe con la lógica del principio de división de poderes y del federalismo,
sino que fortalece el papel de los jueces al ser el último recurso para asegurar la primacía y aplicación
efectiva de los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales
de los cuales el Estado mexicano es parte.
No resulta entonces opcional el que una autoridad jurisdiccional
del Estado prefiere interpretar o aproximar la interpretación aun mero raciocinio
superfluo de los derechos humanos, sin que aquella actividad conlleve a una
interpretación de forma amplia que tienda, en ocasiones, a inaplicar aquellas
normas generales que tiendan a restringir los derechos humanos de las personas y
que mediante esta restricción tiendan a menoscabar el ejercicio amplio de un
derechos humano, puesto que, como se vuelve a repetir, no es opcional para el
Estado la Interpretación Conforme, sino que, vía Ex Officio tiene la obligación de
preferir la mejor interpretación para el caso protector amplio de la persona.
Tomando en consideración todo lo expuesto hasta este punto,
resulta importante no solo el reconocimiento de los derechos naturales de las
personas, sino también la forma en la que se interpreta y aplica en los casos
concretos, sin embargo, mencionando nuevamente lo mandado en el artículo 1°
Constitucional Federal en su párrafo tercero, es obligación de todas las autoridades,
en el ámbito de sus competencias la protección de los derechos considerados como
fundamentales a nivel nacional y de fuente internacional. Más aún para las
entidades federativas, sus órganos de gobierno y los poderes soberanos. Dicha
obligación de la Nación y de cada uno de los Estados está dividida en los siguientes
rubros:

1. a) Promover.
2. b) Proteger.
3. c) Reparar.
4. d) Garantizar.

Marcadas obligaciones del Estado frente a esta evolución del


sistema de interpretación en materia de derechos humanos y cabe recordar que
éste surge como la consecuencia de una Sentencia de rango internacional que
obliga a tutelar aquellos derechos naturales inherentes a la persona. Esta
responsabilidad que adquirió la Nación y por ende, cada una de las Entidades
Federativas de las que forman parte, están ligados a la observancia y aplicación de
tales formas de interpretación y aplicación. Uno de los primeros efectos que las
Entidades Federativas tienen que realizar es la denominada armonización y
aproximación Constitucional en el ámbito legislativo.
Esto se trata de lograr un método de seguridad jurídica a nivel
Nacional, lo que implica armonizar cada una de las leyes a los principios que rigen
la existencia del principio pro persona así como aproximar al derecho comparado,
sin violentar la Soberanía y Autonomía reconocidos a nivel Constitucional, pues se
trata de armonizar las Normas Generales de carácter interno a los principios que
tutela la fuente internacional establecido en los Tratados Internacionales en materia
de derechos humanos. Resulta entonces obligatorio no solo para la Nación, sino
para cada una de las Entidades, sus Leyes, Códigos y Reglamentos el contener el
mismo espíritu de protección amplia bajo la interpretación conforme, pues es el
Estado quien tiene la obligación y la facultad de proteger y garantizar el acceso a
estos derechos y su pleno reconocimiento.
Existen no solo entonces, los Tratados Internacionales, sino
también la Jurisprudencia de la Corte Interamericana sobre Derechos Humanos y
el denominado Soft Law, como criterios orientadores para el mejor proveer y mejor
reconocimiento de los derechos fundamentales reconocidos por el Estado. Es
imposible llevar al máximo los lineamientos requeridos para la máxima protección
de los derechos humanos cuando en el Estado no se armoniza ni aproxima la Ley
y el Reglamento del órgano que tiene la obligación directa de proteger estos
derechos fundamentales, así como de insertar en el cuerpo dogmático de estas
leyes aquellos criterios de fuente internacional para lograr una mayor armonización
y aproximación no solo Constitucional, sino también Convencional.
Dentro de lo mandando por el artículo 1° de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos se encuentra la responsabilidad del
Estado de Proteger los derechos humanos, es decir, evitar la pérdida o riesgo
inminente en el caso concreto. La propia Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha emitido sentencias claras en el caso de las investigaciones y
aplicaciones de criterios y estándares internacionales para la debida investigación
y documentación de la tortura, tanto física como psicológica, tal es el ejemplo del
Caso González y otras (Campo Algodonero) Vs. México , el cual señaló de forma
Convencional lo siguiente:
González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México
– El Estado deberá, en un plazo razonable, continuar con la
estandarización de todos sus protocolos, manuales, criterios ministeriales de
investigación, servicios periciales y de impartición de justicia, utilizados para
investigar todos los delitos que se relacionen con desapariciones, violencia sexual
y homicidios de mujeres, conforme al Protocolo de Estambul, el Manual sobre la
Prevención e Investigación Efectiva de Ejecuciones Extrajudiciales, Arbitrarias y
Sumarias de Naciones Unidas y los estándares internacionales de búsqueda de
personas desaparecidas, con base en una perspectiva de género. Al respecto, se
deberá rendir un informe anual durante tres años.
Sirvan entonces a fin de abundar dichos razonamientos con la
interpretación de nuestro Máximo Tribunal de la Nación la siguiente Jurisprudencia:

PRINCIPIO PRO PERSONA. REQUISITOS MÍNIMOS PARA QUE SE


ATIENDA EL FONDO DE LA SOLICITUD DE SU APLICACIÓN, O LA IMPUGNACIÓN DE
SU OMISIÓN POR LA AUTORIDAD RESPONSABLE.
El artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
impone a las autoridades el deber de aplicar el principio pro persona como un criterio de
interpretación de las normas relativas a derechos humanos, el cual busca maximizar su
vigencia y respeto, para optar por la aplicación o interpretación de la norma que los favorezca
en mayor medida, o bien, que implique menores restricciones a su ejercicio. Así, como deber,
se entiende que dicho principio es aplicable de oficio, cuando el Juez o tribunal considere
necesario acudir a este criterio interpretativo para resolver los casos puestos a su
consideración, pero también es factible que el quejoso en un juicio de amparo se inconforme
con su falta de aplicación, o bien, solicite al órgano jurisdiccional llevar a cabo tal ejercicio
interpretativo, y esta petición, para ser atendida de fondo, requiere del cumplimiento de una
carga mínima; por lo que, tomando en cuenta la regla de expresar con claridad lo pedido y la
causa de pedir, así como los conceptos de violación que causa el acto reclamado, es
necesario que la solicitud para aplicar el principio citado o la impugnación de no haberse
realizado por la autoridad responsable, dirigida al tribunal de amparo, reúna los siguientes
requisitos mínimos: a) pedir la aplicación del principio o impugnar su falta de aplicación por la
autoridad responsable; b) señalar cuál es el derecho humano o fundamental cuya
maximización se pretende; c) indicar la norma cuya aplicación debe preferirse o la
interpretación que resulta más favorable hacia el derecho fundamental; y, d) precisar los
motivos para preferirlos en lugar de otras normas o interpretaciones posibles. En ese sentido,
con el primer requisito se evita toda duda o incertidumbre sobre lo que se pretende del tribunal;
el segundo obedece al objeto del principio pro persona, pues para realizarlo debe conocerse
cuál es el derecho humano que se busca maximizar, aunado a que, como el juicio de amparo
es un medio de control de constitucionalidad, es necesario que el quejoso indique cuál es la
parte del parámetro de control de regularidad constitucional que está siendo afectada;
finalmente, el tercero y el cuarto requisitos cumplen la función de esclarecer al tribunal cuál es
la disyuntiva de elección entre dos o más normas o interpretaciones, y los motivos para estimar
que la propuesta por el quejoso es de mayor protección al derecho fundamental. De ahí que
con tales elementos, el órgano jurisdiccional de amparo podrá estar en condiciones de
establecer si la aplicación del principio referido, propuesta por el quejoso, es viable o no en el
caso particular del conocimiento.

CONTROL DIFUSO DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. SU


APLICACIÓN ES DE NATURALEZA SUBSIDIARIA O COMPLEMENTARIA DEL SISTEMA
JURÍDICO MEXICANO.
De la interpretación sistemática y teleológica de los principios pro persona
establecido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que
dispone que las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad
con ésta y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia, hermenéutico en materia convencional, previsto en el
preámbulo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que reconoce que los
derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional de determinado Estado,
sino que tienen como sustento los atributos de la persona humana, razón por la cual justifican
una protección internacional, de naturaleza convencional coadyuvante o complementaria de
la que ofrece el derecho interno de los Estados Americanos, se advierte que la aplicación del
control difuso ex officio en materia de derechos humanos es una herramienta de interpretación
subsidiaria o complementaria del sistema jurídico mexicano, cuyo uso está condicionado a la
optimización de la norma que la integra para maximizar la defensa de los ciudadanos cuando
el derecho interno no alcanza para ese fin. Esto significa que la aplicación del mencionado
control se realiza en suplencia de la deficiencia de la normativa interna; es decir, el juzgador
no debe acudir directamente a la normativa internacional para buscar respuesta al asunto, en
virtud de que, antes, por lógica y preferencia del derecho interno, deberá analizar cómo está
establecido el derecho humano en controversia en los contenidos que existen en las reglas y
los principios constitucionales, así como en la legislación ordinaria, para que, una vez que se
determine mediante los razonamientos respectivos que el derecho fundamental no está
protegido o, si lo está, no suficientemente en favor de la persona, se justifica que se realice el
control difuso de convencionalidad ex officio. De no hacerse así, éste pudiera aplicarse sin
restricción alguna, acudiendo de manera directa a la normativa internacional para resolver el
caso, sin antes ponderar y justificar la insuficiencia o imperfección del derecho interno, pues
no debe soslayarse que el sistema jurídico de cada Estado presenta características especiales
que lo distinguen, por lo que de acuerdo a su situación, cada Nación deberá establecer cómo
aplicar el control difuso de convencionalidad que lo haga coherente con su derecho interno y,
como consecuencia, que se logre la optimización de los derechos humanos. Además, es
importante establecer que el sistema nacional prevé una serie de formalidades e instancias
para que el gobernado haga valer sus derechos y se reparen sus posibles violaciones; por lo
que si se acudiera directamente al control difuso de convencionalidad, se provocaría desorden
e incertidumbre en la aplicación del derecho para la solución de los casos, pues podría pasar
que existiendo solución en la normativa interna y sin agotarse sus recursos o instancias, se
aplicara la normativa internacional, dispensando a la persona del cumplimiento de las cargas
que le correspondían de acuerdo con el orden jurídico nacional, lo que es irrealizable y agrede
la coherencia y la funcionalidad del sistema interno; máxime que la Constitución Federal, en
su artículo 1o., condiciona que dicho control sea útil para optimizar el derecho humano, lo que
constituye un presupuesto constitucional previo que el aplicador deberá ponderar para estar
en condiciones de realizar o no el control citado.

PRINCIPIO PRO PERSONA. SU APLICACIÓN PERMITE OPTIMIZAR LA


ADMISIÓN DE RECURSOS EN AMPARO. El artículo 1o. constitucional contiene el principio
pro persona que, como ha explicado la doctrina, es un criterio hermenéutico que informa todo
el derecho de los derechos humanos, en virtud del cual se debe acudir a la norma más amplia,
o a la interpretación más extensiva, cuando se trata de reconocer derechos protegidos e,
inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de establecer
restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o su suspensión extraordinaria. Una
manifestación de ese principio es la preferencia interpretativa (la otra es la preferencia de
normas) que, a su vez, se expresa en la interpretación extensiva y la interpretación restringida.
Pero ya sea en una u otra de las variantes, lo relevante es que en la preferencia interpretativa
el intérprete ha de preferir la interpretación que más optimice un derecho fundamental, sin que
pueda dejar de tomarse en cuenta que dicho principio interpretativo se materializa en distintos
sub-principios, entre los cuales se encuentra el de in dubio pro actione, que constituye la
aplicación del principio pro persona al ámbito procesal, de forma que el intérprete debe
analizar las restricciones o limitaciones legales para acceder al órgano jurisdiccional de forma
restrictiva, con el objetivo de lograr que el mayor número de procesos sea iniciado y, en la
medida en que sea posible, se satisfaga la pretensión del demandante optimizando con ello
el derecho a la jurisdicción. La optimización del derecho a la jurisdicción puede lograrse si se
facilita la acción, pero también el recurso relacionado con dicha pretensión. A los derechos de
recurrir el fallo y contar con un recurso efectivo se refieren los artículos 8.2. h y 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. De acuerdo con la Corte Interamericana
de Derechos Humanos y los preceptos invocados, el recurso debe ser eficaz, efectivo. Ello
puede lograrse si, mediante la preferencia interpretativa extensiva, como manifestación del
principio pro persona, y la aplicación del principio pro actione, se optimizan la interposición y
admisión de los medios de impugnación, sobre todo de aquellos relacionados con el control
constitucional de amparo en donde el debido proceso debe observarse con mayor rigor, dada
su calidad de instrumento garante de los derechos fundamentales.
Luego entonces, derivado de la reforma constitucional en materia
de derechos humanos y que tiene como fin la tutela efectiva de los derechos
fundamentales de la persona y en consonancia con lo dispuesto por el artículo 1°
de la Constitución Federal que otorga la obligación a todas las autoridades, en el
ámbito de su competencia, de proteger y garantizar los derechos humanos de las
personas, con los actos de la autoridad así como de la norma general en materia de
agua potable del Estado de Aguascalientes donde funda y que permite su actuar,
resulta real y directamente violado el derecho fundamental para la subsistencia de
la vida humana que lo es el agua potable para el uso doméstico, por lo que tanto el
actuar de la autoridad así como de las normas generales de las que se funda,
resultan inconstitucionales, inconvencionales e ilegales, pues restringen real y
directamente el goce y ejercicio de un derecho humano previsto de rango
constitucional mediante el cobro de carácter fiscal de los adeudos y multas del
servicio de agua potable y alcantarillado; es entonces que las autoridades antes
mencionadas, encargadas de aprobar, promulgar y ordenar la entrada en vigencia
de la Ley de Agua Potable del Estado de Aguascalientes así como del mismo acto
de autoridad, resultan inconstitucionales.
Dicho actuar se considera violatorio del artículo 4 de
la CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
VIGENTE que dice:
CAPÍTULO II
DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS
ARTÍCULO 4. Derecho a la libertad personal
[…] Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua
para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado
garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso
equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las
entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la
consecución de dichos fines […]

Dicho precepto legal establece de manera clara que en las


personas permea el derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para
consumo personal y domesticos en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible,
por lo que se considera violatorio del artículo cuarto de la Constitución Federal, pues
las autoridades señaladas como responsables, tanto ordenadoras como ejecutoras,
en la aplicación del artículo 101 de la Ley de Agua del Estado de Aguascalientes, en
específico, en cuanto a lo que señala que:
Articulo 101 de la Ley de Agua para el Estado de Aguascalientes
…las cuotas o tarifas que los prestadores de los servicios establezcan con
base en ellas en conjunto con la aprobación del Cabildo del Ayuntamiento respectivo, se publicarán
en el Periódico Oficial del Estado, y en uno de los diarios de mayor circulación de la Entidad…

Del precepto legal anteriormente invocado y de un análisis lógico


jurídico se atiende que ante la falta de publicación de las cuotas y/o tarifas
respectivas, se entiende que no fueron debidamente aprobadas, y como
consecuencia el cobro resulta ilegal debido a que se intenta hacer el cobro que no
está debidamente sustentado en una aprobación colegiada y que lo exige la propia
Ley y ante la falta de publicación en el Periódico Oficial del Estado, así como en
alguno de mayor circulación del Estado se entiende que se omitió hacerlo.
Por lo anterior y ante la falta de publicación de las tarifas o cuotas
autorizadas en los medios de difusión previstos por la ley para tal efecto, resulta
inconcuso que no se ha dado debidamente cumplimiento a lo ordenado por el
artículo 101 de la Ley del Agua del Estado de Aguascalientes, omisión que entraña
flagrantemente a los articulo 14 y 16 Constitucional por dejar de cumplirse con los
requisitos legales establecidos por la propia Ley.

Finalmente al no advertirse la existencia de la tarifa y/o cuota


autorizada debidamente publicada en los documentos que ya antes mencione, se
viola lo establecido por los artículo 101 de Ley de Agua para el Estado de
Aguascalientes, y lo consecuente es declarar la nulidad lisa y llana de dicho acto
impugnado al no estar apegado a derecho y generando un cobro a todas luces
ilegal, sirve la presente Tesis Aislada en materia Constitucional emitida en
Tribunales Colegiados de Circuito para fundar el presente concepto de violación y
la propia inconstitucionalidad de la norma misma:
PRINCIPIOS DE UNIVERSALIDAD, INTERDEPENDENCIA,
INDIVISIBILIDAD Y PROGRESIVIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS. EN QUÉ
CONSISTEN.
El tercer párrafo del artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos dispone, entre otras cuestiones, que todas las autoridades, en el ámbito de
sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad, los que consisten en lo siguiente: i) universalidad: que son
inherentes a todos y conciernen a la comunidad internacional en su totalidad; en esta medida,
son inviolables, lo que no quiere decir que sean absolutos, sino que son protegidos porque no
puede infringirse la dignidad humana, pues lo razonable es pensar que se adecuan a las
circunstancias; por ello, en razón de esta flexibilidad es que son universales, ya que su
naturaleza permite que, al amoldarse a las contingencias, siempre estén con la persona. En
relación con lo anterior, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Caso de la “Masacre
de Mapiripán vs Colombia) ha señalado que los tratados de derechos humanos son
instrumentos vivos, cuya interpretación tiene que acompañar la evolución de los tiempos y las
condiciones de vida actuales, interpretación evolutiva que es consecuente con las reglas
generales de interpretación consagradas en el artículo 29 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, así como las establecidas por la Convención de Viena sobre el Derecho
de los Tratados. De ahí que dichos derechos, dentro de sus límites, son inalterables, es decir,
que su núcleo esencial es intangible; por ello, la Norma Fundamental señala que ni aun en los
estados de excepción se “suspenden”, pues en todo caso, siempre se estará de conformidad
con los principios del derecho internacional humanitario; ii) interdependencia e indivisibilidad:
que están relacionados entre sí, esto es, no puede hacerse ninguna separación ni pensar que
unos son más importantes que otros, deben interpretarse y tomarse en su conjunto y no como
elementos aislados. Todos los derechos humanos y las libertades fundamentales son
indivisibles e interdependientes; debe darse igual atención y urgente consideración a la
aplicación, promoción y protección de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y
culturales; esto es, complementarse, potenciarse o reforzarse recíprocamente; y iii)
progresividad: constituye el compromiso de los Estados para adoptar providencias, tanto a
nivel interno como mediante la cooperación internacional, especialmente económica y técnica,
para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas
económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, principio que no puede entenderse
en el sentido de que los gobiernos no tengan la obligación inmediata de empeñarse por lograr
la realización íntegra de tales derechos, sino en la posibilidad de ir avanzando gradual y
constantemente hacia su más completa realización, en función de sus recursos materiales;
así, este principio exige que a medida que mejora el nivel de desarrollo de un Estado, mejore
el nivel de compromiso de garantizar los derechos económicos, sociales y culturales.
Es entonces claro que, la norma general no se
encuentra armonizada ni aproximada al sentido protector de la Constitución
Política Federal, ya que ésta norma general local en materia de agua potable y
alcantarillado permite una restricción a un derecho humano constitucional que la
misma Carta Superior no tiene previsto, siendo violatorio y restrictivo, razón de peso
por la que debe de considerarse inconstitucional y permitir la aplicación e
interpretación de la norma que más beneficie a la persona basados en el
principio PRO PERSONA establecido en el artículo 29 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos “Pacto de San José de Costa Rica”, que
a la letra dice:
ARTÍCULO 29.- Normas de Interpretación
Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el
sentido de:
a) permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce
y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida
que la prevista en ella;
b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar
reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra
convención en que sea parte uno de dichos Estados;
c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que
se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y
d) excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza.

Es de aquí donde se fundamenta la inconvencionalidad en la


aplicación de la Ley de Agua del Estado de Aguascalientes, en especial en cuanto
al restringir el suministro del vital líquido, necesario para la subsistencia de la vida,
la salud, el desarrollo de la personalidad, la vivienda y la familia, en la
interpretación pro persona y con base en los principios de indivisibilidad e
interdependencia de los derechos humanos convencionales, pues la misma ley
resulta restrictiva en un derecho humano constitucional y convencional, existiendo
una clara incompatibilidad entre el actuar de la autoridad responsable con la Ley de
Agua del Estado de Aguascalientes y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos “Pacto de San José de Costa Rica”, y con el propio artículo 4 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En el mismo sentido de
ideas, la norma general omitió tomar en consideración las circunstancias
económicas, sociales y culturales de las personas, pues en el caso de las personas
que ganan un salario mínimo, como es mi caso, se ven obligados a resentir el corte
de los servicios de agua potable, que afecta de forma real y directa al ámbito jurídico
personal, circunstancias que no fueron tomadas en consideración en forma alguna
de la ley misma, razón de peso para considerarla inconstitucional,
inconvencional y violatoria de los derechos humanos por lo que se tiene
que inaplicar para así evitar más violaciones a los derechos humanos de las
personas y que estos sean colocados en el estado en que se encontraban; puesto
que la misma norma es restrictiva y no compatible con los principios interpretativos
de los derechos humanos constitucionales y convencionales. Sirva la presente
Jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación para
robustecer este punto:
LEYES, INCONSTITUCIONALIDAD DE LAS.
La inconstitucionalidad de una ley surge de su contradicción con un precepto
de la Constitución y no de oposición entre leyes secundarias.

En este sentido, es necesario hacer mención de la RESOLUCIÓN


64/292 DEL 28 DE JULIO DE 2010 APROBADA POR LA ASAMBLEA GENERAL
DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS EL 28 DE JULIO DE
2010 reconoció explícitamente el Derecho Humano al agua y al
saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son
esenciales para la realización de todos los derechos humanos. La Resolución
exhorta a los Estados y organizaciones internacionales a proporcionar recursos
financieros, a propiciar la capacitación y la transferencia de tecnología para ayudar
a los países, en particular a los países en vías de desarrollo, a proporcionar un
suministro de agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible
para todos, el cual, señaló de la siguiente manera:
a) Reconoce que el derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial
para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos;
b) Exhorta a los Estados y las organizaciones internacionales a que proporcionen recursos
financieros y propicien el aumento de la capacidad y la transferencia de tecnología por medio
de la asistencia y la cooperación internacionales, en particular a los países en desarrollo, a
fin de intensificar los esfuerzos por proporcionar a toda la población un acceso económico
al agua potable y el saneamiento;
c) Acoge con beneplácito la decisión del Consejo de Derechos Humanos de pedir a la experta
independiente sobre las obligaciones de derechos humanos relacionadas con el acceso al
agua potable y el saneamiento que presente un informe anual a la Asamblea General, y
alienta a la experta independiente a que siga trabajando en todos los aspectos de su
mandato y a que, en consulta con todos los organismos, fondos y programas pertinentes de
las Naciones Unidas, incluya en el informe que le presente en su sexagésimo sexto período
de sesiones las principales dificultades relacionadas con el ejercicio del derecho humano al
agua potable y el saneamiento y su efecto en la consecución de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio.
En el mismo orden de ideas, es necesario señalar también
la OBSERVACIÓN GENERAL NÚMERO 15 DEL AÑO 2002 SOBRE EL DERECHO
AL AGUA DEL COMITÉ DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y
CULTURALES DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS, EN EL 29
PERIODO DE SESIONES, señalando lo siguiente:
El agua es un recurso natural limitado y un bien público fundamental para la
vida y la salud. El derecho humano al agua es indispensable para vivir dignamente y es condición
previa para la realización de otros derechos humanos.

Por último, en materia de derechos humanos, agua y


saneamiento, es necesario hacer mención de la RESOLUCIÓN APROBADA POR
EL CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS
NACIONES UNIDAS, NÚMERO A/HRC/RES/18/1 DENOMINADA EL DERECHO
HUMANO AL AGUA POTABLE Y EL SANEAMIENTO, EL 12 DE OCTUBRE DE
2011, estableció lo siguiente:
Exhorta a los Estados a que:
a) Vigilen de continuo y analicen periódicamente la realización del derecho al
agua potable y el saneamiento con arreglo a los criterios de disponibilidad, calidad, aceptabilidad,
accesibilidad y asequibilidad;
b) Evalúen las políticas, programas y actividades existentes en materia de
agua y saneamiento, teniendo debidamente en cuenta la ordenación de las aguas residuales y en
particular su tratamiento y reutilización, controlen los recursos destinados a
aumentar el acceso adecuado, identifiquen las partes interesadas y evalúen su capacidad;
c) Preparen planes y estrategias integrales en que se definan las
responsabilidades de todos los agentes del sector del agua y el saneamiento, con objeto de lograr
progresivamente la plena realización del derecho humano al agua potable y el saneamiento para
todos, o reconsideren y revisen estos planes y estrategias, según proceda, para garantizar su
compatibilidad con los principios y normas de derechos humanos;
d) Valoren si el actual marco legislativo y de políticas es acorde con el derecho
al agua potable y el saneamiento y lo deroguen, enmienden o adapten según proceda para garantizar
el cumplimiento de los principios y normas de los derechos humanos;

De aquí se desprende y basado en el derecho internacional, la


necesidad de la protección y observancia del respeto y garantía de acceso al agua
potable y su saneamiento, como recurso indispensable para el sostenimiento de la
vida y la salud de las personas, reconocido como un derecho humano de primer
rango del que depende la existencia humana y que, el Estado, tiene que proteger y
garantizar, basado en la interpretación conforme al derecho más favorable, ya que,
como ha quedado de manifiesto, el agua, como derecho fundamental, es necesario
para la subsistencia misma de la vida y la salud de las personas, encontrando
entonces esta limitante en la norma general en este acto controvertida y que resulta
violatoria de los derechos fundamentales de las personas y que no se ajusta al
sistema constitucional e interamericano de derechos humanos. En cuanto al corte
del servicio de agua potable realizado por la Comisión de Agua Potable y
Alcantarillado en mi domicilio, resulta totalmente inconstitucional y restrictivo, puesto
que la Constitución Federal no enmarca restricción alguna para este derecho
humano, y que está perjudicando al libre desarrollo de mi personalidad y del acceso
al agua, para el sostenimiento de la vida y de la salud personal. Sirva la presente
Tesis Aislada proveniente de los Tribunales Colegiados de Circuito para robustecer
este concepto de violación:
SERVICIOS DE AGUA POTABLE, SANEAMIENTO Y DRENAJE.
PROCEDE LA SUSPENSIÓN EN EL AMPARO CONTRA SU CORTE POR FALTA DE PAGO DE
LOS DERECHOS CORRESPONDIENTES (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).
Si bien el artículo 99, fracción I, de la Ley del Agua para el Estado de Puebla
prevé que el prestador de los servicios públicos hídricos podrá suspenderlos justificadamente ante
la falta de pago de los derechos correspondientes, lo cierto es que procede conceder la suspensión
en el amparo contra el corte de aquéllos, pues de no otorgarse se privaría al afectado del acceso,
disposición y saneamiento del vital líquido para el consumo personal y doméstico en forma suficiente,
como lo refiere el párrafo sexto del artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, sin demérito de apuntar que, el acceso al agua ha sido centro de múltiples tratados
internacionales, con el propósito fundamental de garantizar una distribución mínima indispensable,
como son la Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención sobre la Eliminación de todas
las formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Asimismo,
no puede condicionarse la medida suspensional al pago del servicio de agua, en términos del artículo
135 de la Ley de Amparo, toda vez que el acto reclamado no constituye un crédito fiscal que pudiera
hacerse efectivo mediante el procedimiento administrativo de ejecución.
Se considera como violado el artículo 22 de la CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS VIGENTE que dice:
Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia,
la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación
de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser
proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado.
Resulta violatorio de mis derechos fundamentales, tanto el actuar
de las autoridades señaladas como responsables, así como de la norma general en
materia de agua potable que permite el cobro excesivo de las multas y recargos por
adeudos,
En el caso concreto y, derivado de la ejecución de cobro por parte
de las autoridades responsables en calidad de ejecutoras, señaladas en esta
demanda de juicio constitucional, violan real y directamente el precepto supra arriba
invocado, pues al momento de imponer una multa excesiva con carácter de crédito
fiscal por el servicio de agua potable y alcantarillado, no toman en cuenta la
capacidad económica de las personas, más aún cuando se trata de imponer un
crédito fiscal a un derecho humano de primer rango, tal como se ha señalado en los
conceptos de violación que anteceden, siendo por una parte violatorio el acto de
autoridad que consiste en la ejecución del cobro de multas y recargos por el servicio
de agua potable con carácter de crédito fiscal y por otra parte, la norma general local
en materia de agua potable que permite catalogar como crédito fiscal las multas y
recargos en materia de agua potable, resultando entonces lo siguiente:
INCONSTITCIONALIDAD DEL ACTO DE AUTORIDAD: Al
momento de imponer las multas y recargos sobre los adeudos del servicio de agua
potable y alcantarillado del Estado de Aguascalientes con carácter de créditos
fiscales, siendo éstos excesivos a la capacidad económica del salario mínimo que
obtengo en calidad de obrero y con estos, mermar los ingresos que obtengo para
alimentación, vestido, vivienda, familia y necesidades básicas de la persona, siendo
real y violatorio de los artículos 5 y 22 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
Este efecto violatorio de la Constitución Política Federal se
observan claramente vulnerados, el actuar de las autoridades responsables
señaladas como ejecutoras, así como por la propia ley que permite esa actuación,
pues, tanto el acto de autoridad como la norma general que lo permite, resultan
claramente inconstitucionales y violatorias de la Supremacía Constitucional, pues
en tanto, la Carta Magna, trata de proteger y favorecer a las personas de la forma
más amplia, sirva para robustecer el presente concepto de violación las siguientes
Jurisprudencias emitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación:
MULTAS FISCALES EXCESIVAS, SON INCONSTITUCIONALES.
De la lectura del artículo 76 del Código Fiscal de la Federación, se aprecia
que en ningún momento se faculta a la autoridad que deba imponer las sanciones para tomar
en cuenta la gravedad de la infracción realizada, los perjuicios ocasionados a la colectividad
y la conveniencia de destruir prácticas evasoras, en relación con la capacidad económica del
infractor, sino que el monto de la sanción esté en relación directa con la causa que originó la
infracción y con el momento en que debe cubrirse la susodicha multa, estableciendo
porcentajes fijos. Lo anterior encuadra en el concepto constitucional de multa excesiva, pues
con este proceder el legislador de ninguna manera permite a la autoridad calificadora de la
sanción, su individualización para la fijación del monto de la misma. Si bien es cierto que el
artículo 22 constitucional no establece un límite para la imposición de una multa, también lo
es que para que ésta no resulte excesiva, es indispensable que el precepto secundario le
otorgue a la autoridad sancionadora la facultad de determinar y valorar por sí misma, las
circunstancias que se presenten en cada caso en que existan infracciones a las disposiciones
fiscales, lo cual no sucede cuando la ley establece multas fijas, como son las previstas por el
artículo 76 del Código Fiscal de la Federación. En estas condiciones, debe concluirse que una
multa resulta excesiva y por ende inconstitucional, cuando la misma se establece en un
porcentaje invariable y en su imposición no se pueden tomar en consideración los elementos
citados.

MULTA EXCESIVA. CONCEPTO DE.


De la acepción gramatical del vocablo “excesivo”, así como de las
interpretaciones dadas por la doctrina y por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para
definir el concepto de multa excesiva, contenido en el artículo 22 constitucional, se pueden
obtener los siguientes elementos: a) Una multa es excesiva cuando es desproporcionada a
las posibilidades económicas del infractor en relación a la gravedad del ilícito; b) Cuando se
propasa, va más adelante de lo lícito y lo razonable; y c) Una multa puede ser excesiva para
unos, moderada para otros y leve para muchos. Por lo tanto, para que una multa no sea
contraria al texto constitucional, debe establecerse en la ley que la autoridad facultada para
imponerla, tenga posibilidad, en cada caso, de determinar su monto o cuantía, tomando en
cuenta la gravedad de la infracción, la capacidad económica del infractor, la reincidencia, en
su caso, de éste en la comisión del hecho que la motiva, o cualquier otro elemento del que
pueda inferirse la gravedad o levedad del hecho infractor, para así determinar
individualizadamente la multa que corresponda.

MULTA EXCESIVA PREVISTA POR EL ARTICULO 22 CONSTITUCIONAL.


NO ES EXCLUSIVAMENTE PENAL.
Es inexacto que la “multa excesiva”, incluida como una de las penas
prohibidas por el artículo 22 constitucional, deba entenderse limitada al ámbito penal y, por
tanto, que sólo opere la prohibición cuando se aplica por la comisión de ilícitos penales. Por
lo contrario, la interpretación extensiva del precepto constitucional mencionado permite
deducir que si prohíbe la “multa excesiva” como sanción dentro del derecho represivo, que es
el más drástico y radical dentro de las conductas prohibidas normativamente, por extensión y
mayoría de razón debe estimarse que también está prohibida tratándose de ilícitos
administrativos y fiscales, pues la multa no es una sanción que sólo pueda aplicarse en lo
penal, sino que es común en otras ramas del derecho, por lo que para superar criterios de
exclusividad penal que contrarían la naturaleza de las sanciones, debe decretarse que las
multas son prohibidas, bajo mandato constitucional, cuando son excesivas,
independientemente del campo normativo en que se produzcan.

Se considera como violado el artículo 27 PÁRRAFOS 4° Y 5° de


la CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
VIGENTE que dice:
Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales de
la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas; de todos los minerales o
substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya
naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como los minerales de los
que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras
preciosas, de sal de gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas; los
productos derivados de la descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite
trabajos subterráneos; los yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser
utilizadas como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los
carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos; y el espacio situado sobre el territorio
nacional, en la extensión y términos que fije el Derecho Internacional.

Son propiedad de la Nación las aguas de los mares territoriales en la extensión


y términos que fije el Derecho Internacional; las aguas marinas interiores; las de las lagunas
y esteros que se comuniquen permanente o intermitentemente con el mar; las de los lagos
interiores de formación natural que estén ligados directamente a corrientes constantes; las de
los ríos y sus afluentes directos o indirectos, desde el punto del cauce en que se inicien las
primeras aguas permanentes, intermitentes o torrenciales, hasta su desembocadura en el mar,
lagos, lagunas o esteros de propiedad nacional; las de las corrientes constantes o
intermitentes y sus afluentes directos o indirectos, cuando el cauce de aquéllas en toda su
extensión o en parte de ellas, sirva de límite al territorio nacional o a dos entidades federativas,
o cuando pase de una entidad federativa a otra o cruce la línea divisoria de la República; la
de los lagos, lagunas o esteros cuyos vasos, zonas o riberas, estén cruzadas por líneas
divisorias de dos o más entidades o entre la República y un país vecino, o cuando el límite de
las riberas sirva de lindero entre dos entidades federativas o a la República con un país vecino;
las de los manantiales que broten en las playas, zonas marítimas, cauces, vasos o riberas de
los lagos, lagunas o esteros de propiedad nacional, y las que se extraigan de las minas; y los
cauces, lechos o riberas de los lagos y corrientes interiores en la extensión que fija la ley. Las
aguas del subsuelo pueden ser libremente alumbradas mediante obras artificiales y apropiarse
por el dueño del terreno, pero cuando lo exija el interés público o se afecten otros
aprovechamientos, el Ejecutivo Federal podrá reglamentar su extracción y utilización y aún
establecer zonas vedadas, al igual que para las demás aguas de propiedad nacional.
Cualesquiera otras aguas no incluidas en la enumeración anterior, se considerarán como parte
integrante de la propiedad de los terrenos por los que corran o en los que se encuentren sus
depósitos, pero si se localizaren en dos o más predios, el aprovechamiento de estas aguas se
considerará de utilidad pública, y quedará sujeto a las disposiciones que dicten las entidades
federativas.
Tal artículo de carácter Supra resulta vulnerado, tanto por el acto
de autoridad, así como por la norma general local en materia de agua potable que
es en sí misma inconstitucional, con la cual funda y motiva la ejecución de los
adeudos relativos a multas y recargos por el servicio de agua potable y
alcantarillado, siendo esta violación de la siguiente forma:
ACTO DE AUTORIDAD INCONSTITUCIONAL: Es lo relativo a
la ejecución y cobro de las multas y recargos de carácter fiscal que la Comisión de
Agua Potable y Alcantarillado del Estado de Aguascalientes y la Dirección de
Recuperación de Adeudos y Ejecución Fiscal de la misma entidad pública realizan,
de las cuales dichos organismos locales en materia de agua potable, se encuentran
impedidos y son incompetentes para ejecutar y cobrar contraprestaciones y
contribuciones fiscales en materia de agua potable y alcantarillado, con respecto
a aguas del subsuelo ya que esta es una atribución expresa y reservada al
Congreso de la Unión, razón por la cual resulta inconstitucional e ilegal el
cobro de las aguas nacionales que provienen del subsuelo como atribución
única a la Federación, así como se encuentra impedida para imponer
gravámenes ya que esto implica una invasión de esferas competenciales, esto
es, gravar los servicios de agua potable y alcantarillado, pues de lo previsto en
la Constitución Política Federal señalado como concepto de violación encontramos
que, el organismo en materia de agua potable, carece de facultades, es
incompetente y se encuentra impedido para imponer gravámenes, cobrar y
ejecutar gravámenes y contraprestaciones impuestas en forma de multas y
recargos por el adeudo del servicio de agua potable y alcantarillado, ya que
ésta es competencia exclusiva de la Federación por corresponder a aguas del
subsuelo y servicio de alcantarillado del subsuelo, de uso exclusivo de la
Federación, por el acto de autoridad resulta inconstitucional y violatorio del artículo
27 Constitucional en sus párrafos 4° y 5°, al gravarse aguas nacionales, lo cual no
está prevista en el ámbito estatal. Para el caso concreto, es necesario acudir a
la LEY DE AGUAS NACIONALES en su artículo 16, que señala lo siguiente:
TÍTULO CUARTO
Derechos de Explotación, Uso o Aprovechamiento de Aguas Nacionales
Capítulo I
Aguas Nacionales
ARTÍCULO 16. La presente Ley establece las reglas y condiciones para el
otorgamiento de las concesiones para explotación, uso o aprovechamiento de las aguas nacionales,
en cumplimiento a lo dispuesto en el Párrafo Sexto del Artículo 27 Constitucional.
Son aguas nacionales las que se enuncian en el Párrafo Quinto del Artículo
27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El régimen de propiedad nacional de las aguas subsistirá aun cuando las
aguas, mediante la construcción de obras, sean desviadas del cauce o vaso originales, se impida su
afluencia a ellos o sean objeto de tratamiento.
Las aguas residuales provenientes del uso de las aguas nacionales, también
tendrán el mismo carácter, cuando se descarguen en cuerpos receptores de propiedad nacional, aun
cuando sean objeto de tratamiento.
Razón por la cual el acto de autoridad que ejecuta y realiza el
cobro de gravámenes, contraprestaciones y créditos fiscales sobre los servicios de
agua potable resultan en sí mismos inconstitucionales, puesto que es facultad
directa de la Federación y no así de la Entidad Federativa, siendo dichos
organismos del Estado de Aguascalientes incompetentes e impedidos para realizar
estos cobros en materia fiscal sobre las aguas nacionales, teniendo en cuenta
también el servicio de alcantarillado, puesto que ésta es facultad exclusiva de la
Federación; sirva para efectos de robustecer el presente concepto de violación las
siguientes Jurisprudencias emitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación:
AGUAS DEL SUBSUELO. LAS LEYES LOCALES QUE ESTABLECEN
CONTRIBUCIONES SOBRE SU USO Y APROVECHAMIENTO INVADEN LA ESFERA DE
ATRIBUCIONES DE LA FEDERACION.
En términos del artículo 73, fracción XXIX, apartado segundo, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es facultad exclusiva del Congreso de
la Unión establecer contribuciones sobre el aprovechamiento y explotación de los recursos
naturales comprendidos en los párrafos cuarto y quinto del artículo 27 de la Carta Magna,
entre los que se encuentran las aguas del subsuelo y no es facultad concurrente ya que,
constitucionalmente, se encuentra reservada a la Federación. En consecuencia, las leyes
locales que establecen contribuciones sobre el uso y aprovechamiento de las aguas extraídas
de pozos invaden la esfera de atribuciones de la Federación resultando contrarias a la Ley
Suprema.
IMPUESTOS, ELEMENTOS ESENCIALES DE LOS. DEBEN ESTAR
CONSIGNADOS EXPRESAMENTE EN LA LEY.
Al disponer el artículo 31 constitucional, en su fracción IV, que son
obligaciones de los mexicanos “contribuir para los gastos públicos, así de la Federación como
del Estado y Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan
las leyes”, no sólo establece que para la validez constitucional de un tributo es necesario que,
primero, que esté establecido por ley; sea proporcional y equitativo y, tercero, sea destinado
al pago de los gastos públicos, sino que también exige que los elementos esenciales del
mismo, como pueden ser el sujeto, objeto, base, tasa y época de pago, estén consignados de
manera expresa en la ley, para que así no quede margen para la arbitrariedad de las
autoridades exactoras, ni para el cobro de impuestos imprevisibles o a título particular, sino
que a la autoridad no quede otra cosa que aplicar las disposiciones generales de observancia
obligatoria dictadas con anterioridad al caso concreto de cada causante y el sujeto pasivo de
la relación tributaria pueda en todo momento conocer la forma cierta de contribuir para los
gastos públicos de la Federación, del Estado o Municipio en que resida.
IMPUESTOS, PRINCIPIO DE LEGALIDAD QUE EN MATERIA DE,
CONSAGRA LA CONSTITUCION FEDERAL.
El principio de legalidad se encuentra claramente establecido por el artículo
31 constitucional, al expresar, en su fracción IV, que los mexicanos deben contribuir para los
gastos públicos “de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes”, y está
además, minuciosamente reglamentado en su aspecto formal, por diversos preceptos que se
refieren a la expedición de la Ley General de Ingresos, en la que se determinan los impuestos
que se causarán y recaudarán durante el periodo que la misma abarca. Por otra parte ,
examinando atentamente este principio de legalidad, a la luz del sistema general que informan
nuestras disposiciones constitucionales en materia impositiva y de su explicación racional e
histórica, se encuentra que la necesidad de que la carga tributaria de los gobernados esté
establecida en una ley, no significa tan solo que el acto creador del impuesto debe emanar de
aquel poder que, conforme a la Constitución del Estado está encargado de la función
legislativa, ya que así se satisface la exigencia de que sean los propios gobernados, a través
de sus representantes, los que determinen las cargas fiscales que deben soportar, sino
fundamentalmente que los caracteres esenciales del impuesto y la forma, contenido y alcance
de la obligación tributaria, estén consignados de manera expresa en la ley, de tal modo que
no quede margen para la arbitrariedad de las autoridades exactoras, ni para el cobro de
impuestos imprevisibles o a título particular, sino que el sujeto pasivo de la relación tributaria
pueda, en todo momento, conocer la forma cierta de contribuir para los gastos públicos del
Estado, y a la autoridad no quede otra cosa sino aplicar las disposiciones generales de
observancia obligatoria, dictadas con anterioridad al caso concreto de cada causante. Esto
por lo demás, es consecuencia del principio general de legalidad, conforme al cual, ningún
órgano del Estado puede realizar actos individuales que no estén previstos o autorizados por
disposición legal anterior, y está reconocido por el artículo 14 de nuestra Ley Fundamental. Lo
contrario, es decir, la arbitrariedad en la imposición, la imprevisibilidad en las cargas tributarias
y los impuestos que no tengan un claro apoyo legal, deben considerarse absolutamente
proscrito en el régimen constitucional mexicano, sea cual fuere el pretexto con que se pretenda
justificársele.
IMPUESTOS, PRINCIPIO DE LEGALIDAD QUE EN MATERIA DE,
CONSAGRA LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.
El principio de legalidad se encuentra claramente establecido por el artículo
31 constitucional, al expresar, en su fracción IV, que los mexicanos deben contribuir para los
gastos públicos de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes y está,
además, minuciosamente reglamentado en su aspecto formal, por diversos preceptos que se
refieren a la expedición de la Ley General de Ingresos, en la que se determinan los impuestos
que se causarán y recaudarán durante el período que la misma abarca. Por otra parte,
examinando atentamente este principio de legalidad, a la luz del sistema general que informa
nuestras disposiciones constitucionales en materia impositiva y de explicación racional e
histórica, se encuentra que la necesidad de que la carga tributaria de los gobernados esté
establecida en una ley, no significa tan solo que el acto creador del impuesto deba emanar de
aquel poder que, conforme a la Constitución del Estado, está encargado de la función
legislativa, ya que así se satisface la exigencia de que sean los propios gobernados, a través
de sus representantes, los que determinen las cargas fiscales que deben soportar, sino
fundamentalmente que los caracteres esenciales del impuesto y la forma, contenido y alcance
de la obligación tributaria, estén consignados de manera expresa en la ley, de tal modo que
no quede margen para la arbitrariedad de las autoridades exactoras ni para el cobro de
impuestos imprevisibles o a título particular, sino que el sujeto pasivo de la relación tributaria
pueda, en todo momento, conocer la forma cierta de contribuir para los gastos públicos del
Estado, y a la autoridad no queda otra cosa sino aplicar las disposiciones generales de
observancia obligatoria, dictadas con anterioridad al caso concreto de cada causante. Esto,
por lo demás, es consecuencia del principio general de legalidad, conforme al cual ningún
órgano del Estado puede realizar actos individuales que no estén previstos y autorizados por
disposición general anterior, y está reconocido por el artículo 14 de nuestra Ley Fundamental.
Lo contrario, es decir, la arbitrariedad en la imposición, la imprevisibilidad en las cargas
tributarias y los impuestos que no tengan un claro apoyo legal, deben considerarse
absolutamente proscritos en el régimen constitucional mexicano, sea cual fuere el pretexto
con que pretenda justificárseles.

IX.- SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO.- Con fundamento


en los artículos 126, 127, 128, 129, 130, 131, 136, 138, 139, Solicito a su Señoría
que con fundamento en el principio de peligro de omisión en la demora y apariencia
del buen derecho suspenda los actos reclamados de forma provisional, en el caso
concreto con relación al corte del servicio de agua potable así señalar la forma
en que deberá quedar suspendido provisionalmente el acto reclamado así como
evitar que se me moleste o trate de perjudicar en mi persona por la interposición de
este amparo y en su momento otorgar la suspensión de forma definitiva de los actos
reclamados por el quejoso, otorgando copia certificadas de tales suspensiones,
sirvan las presentes consideraciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
que a continuación se describen:
SUSPENSIÓN PROVISIONAL. PARA RESOLVER SOBRE ELLA ES
FACTIBLE, SIN DEJAR DE OBSERVAR LOS REQUISITOS CONTENIDOS EN EL
ARTÍCULO 124 DE LA LEY DE AMPARO, QUE EL TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO ANALICE EN EL RECURSO DE QUEJA LAS PRUEBAS SUPERVENIENTES
QUE HUBIEREN SIDO APORTADAS POR LA PARTE QUEJOSA DURANTE SU
SUSTANCIACIÓN.
La suspensión de los actos reclamados participa de la naturaleza de una
medida cautelar, cuyos presupuestos son la apariencia del buen derecho y el peligro en la
demora; por tanto, tratándose de cuestiones relacionadas con la suspensión y más aún la
provisional, es indispensable atender a todos los aspectos relacionados con ella, inclusive
los elementos de convicción allegados al incidente, esto con la finalidad de que en términos
del artículo 140 de la Ley de Amparo, se observe su naturaleza superveniente y se dicten
las medidas correspondientes, como en aquellos casos en que el Juez de Distrito no conozca
de un medio de prueba que se aportó al incidente en fecha posterior al momento en que se
resolvió sobre la suspensión provisional, pero que se produjo dentro de la sustanciación del
recurso de queja contra la negativa de la medida precautoria, pues en ese supuesto el
Tribunal Colegiado de Circuito deberá asumir su estudio y examen, por economía procesal,
en atención al objeto de la institución provisional, que es resolver de manera inmediata la
paralización de los actos reclamados o sus efectos, a fin de preservar la materia del juicio y
evitar en perjuicio y agravio de la parte quejosa la realización de actos de imposible
reparación con su ejecución. Lo anterior, toda vez que en esos casos, cambian las
circunstancias que prevalecían al momento de resolverse la suspensión provisional, cuya
apreciación debe realizarse por el Tribunal Colegiado, quien de acuerdo con el criterio de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, plasmado en la tesis P./J. 10/2001, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, enero de 2001,
página 13, de rubro: “SUSPENSIÓN PROVISIONAL. LA OMISIÓN DE FUNDAR Y
MOTIVAR EL AUTO EN QUE SE RESUELVE, DEBE REPARARSE POR EL TRIBUNAL
COLEGIADO DE CIRCUITO QUE ESTÁ FACULTADO PARA ELLO, AL RESOLVER EL
RECURSO DE QUEJA.”, debe sustituirse al Juez de Distrito en cuanto a la apreciación de
los requisitos previstos en el artículo 124 de la Ley de Amparo, con base en la totalidad de
las pruebas que éste le remita para la sustanciación del recurso, con el fin de conservar la
materia del juicio y evitar al quejoso daños y perjuicios de difícil reparación que se le podrían
ocasionar con la ejecución del acto.
De la misma forma solicito a Usted sea aplicado en mi favor el
principio de la suplencia de la queja deficiente.
Por lo anteriormente expuesto a USTED C. JUEZ DE DISTRITO
EN TURNO, solicito:

PRIMERO.- Tenerme por presentado con el siguiente escrito de


demanda de amparo en tiempo y forma, así como admitir el mismo en favor del
ahora quejoso.
SEGUNDO.- Otorgar la suspensión provisional señalando las
medidas cautelares que se habrán de observar para el cumplimiento de la misma
así como evitar molestias en mi persona por la interposición de la presente demanda
de amparo, y en su momento otorgar la suspensión definitiva, otorgando a la parte
quejos las copias debidamente certificadas de tales medidas provisionales.
TERCERO.- Amparar y proteger por medio de la Justicia Federal
por las violaciones a mí persona humana.
CUARTO.- Proveer conforme a derecho.

PROTESTO LO NECESARIO
Aguascalientes Ags. A la fecha de su presentación

RODRIGO OMAR DIAZ MACIAS

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