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(www.desviosdigitales.blogspot.com)
Introducción.
Internet compone toda una nueva forma de experiencia, con nuevos métodos de acción y
nuevas sensibilidades que anteriormente no estaban explotadas. Cuando se habla de la red
normalmente se habla de un “espacio virtual”. Pero internet es toda una realidad.
Militancias políticas, intercambio de información, divulgación cultural, insultos, idioteces,
sexo, vida y muerte. No se trata de una apariencia (aún hay quienes dividen el mundo en
realidad y apariencia). Gran parte de la población humana “acciona” en la web. Pero sí se
trata de un espacio distinto, de una materialidad distinta, una temporalidad distinta y ese es
su gran peligro para quienes intentan establecer una relación de control. Internet es un
espacio muy difícil de controlar, para bien y para mal. Desde un punto de vista compone el
espacio más democrático que existe en la actualidad. Pensemos por ejemplo a un escritor.
Basta con tener una idea, escribirla y subirla a la web. Nada de editoriales que controlen los
contenidos. Pensemos una banda de música sin presupuesto para publicidad. Solo hace falta
tener una página de Youtube, Facebook o Twitter y la publicidad está hecha. Pensemos un
activista social que quiere divulgar una información importante que ningún medio de
comunicación quiere publicar. Solo hace falta crear un blog. Pero también existe la
pornografía infantil, la cosificación de la mujer, la venta de drogas, la estafa y un infinito
etcétera. Por eso estudiosos como el profesor Javier Bustamante Donas de la Universidad
Complutense de Madrid han sugerido una “Cuarta generación de derechos humanos” 1 en
relación específicamente al ciber-espacio. Esto quiere decir que los derechos proclamados
en las anteriores generaciones sean aplicables a la web. Uno de esos derechos es el acceso a
eso que llamamos “la cultura”. Otro es la libertad de expresión y el libre acceso a la
información. Estos últimos derechos son los que deben ser protegidos, mientras que se
deben atacar las acciones anti éticas antes mencionadas. Sin embargo creemos que no es así
como suelen hacerse las cosas.
Por otro lado, los mismos hackers han acuñado el término “crackers” para designar a
aquellos piratas informáticos que dedican su tiempo a crear virus informáticos o colarse en
sistemas de información.
El problema es muy extenso y posee muchos matices. Por eso en este escrito nos
limitaremos a dos casos específicos: La ley S.O.P.A y la intervención del grupo
Anonymous y el de la página WikiLeaks de Julian Assange.
Ley S.O.P.A y “Hacktivismo”
Hace pocos años se llevaron a cabo largos procesos a nivel mundial para restringir y
controlar el intercambio de archivos en nombre de la “propiedad intelectual” y el “derecho
de autor” en lucha directa con la piratería. Pero no han sido precisamente artistas y
productores independientes los que han llevado a cabo dicho proceso. Además hasta el
momento no se ha visto un proceso similar para controlar, por ejemplo, la existencia de
virus informáticos. El problema ético a nuestro entender aquí es el siguiente: la restricción
de intercambio de información o archivos en la web viola el derecho al acceso a la cultura y
se ha llevado a cabo para defender los intereses de grandes empresas y no para proteger a
los artistas o productores independientes (es decir, los que realmente necesitan amparo)
descuidando problemas realmente graves que si atañen exclusivamente a Internet.
No hace falta decir que aquellos artistas o productores que viven exclusivamente de la
venta de sus obras tienen todo el derecho a pretender que las mismas no sean pirateadas. No
obstante, la obra de muchos de estos no habría llegado nunca al público si no fuera por
internet. Pero la cuestión es la siguiente: ¿son estos productores independientes quienes han
llevado a cabo las grandes denuncias a la piratería o se han visto perjudicados por ella?
Para dar un ejemplo nacional, podemos mencionar el caso Cuevana. Según el minucioso
informe de Fernando Tomeo (2013:175), las principales denuncias que impulsaron el juicio
a los responsables de esta web fueron de: Twentieth Century, Fox Film Corporation,
Columbia Pictures Industries inc., Universal Studios LLC, Universal City Studios
Productions LLLP y Warner Bros Entertsiment Inc. Ninguna productora independiente.
Además no podríamos decir que dichas productoras tengan pocos ingresos.
Consideramos, por más controversial que pueda parecer, que el accionar ilegal del grupo
Anonymous en este contexto está justificado. Aquí no se trata de juzgar una acción al estilo
kantiano en función de haber sido realizada conforme a la ley o no. De lo que se trata es de
las razones que impulsaron a este acto de resistencia que se vio empujado a actuar desde la
ilegalidad (como casi todo acto de resistencia). Se estaba actuando en contra del derecho de
acceso a la cultura y todo un aparato legal protegía dicho atropello.
Para profundizar un poco más podríamos complejizar la existencia de las categorías antes
mencionadas de hackers y crackers. Fernando Tomeo nos presenta una “taxonomía” más
detallada de hackers (Tomeo, 2013: 210):
2 -¿Qué es la ley S.O.P.A y cómo afecta a Latinoamérica? Diario “Los Tiempos”. 19/01/2012
lucrativos. Pueden romper sistemas de seguridad, realizar entradas remotas no
autorizadas, colapsar servidores, infectar redes, etc…
La posición que consideramos justificada es ésta última. Nótese que el hacktivista para
defender una causa de justicia social debe llevar a cabo mecanismos similares a los de los
black hats o crackers. Una de las principales diferencias quizás resida en que el hacktivista
no actúa con fines lucrativos, sino más bien impulsados por un principio ético y un espíritu
de justicia social. Entonces, complejizando nuestra tesis inicial, podríamos decir que
cuando se cometen ciertas injusticias, el hacker está justificado éticamente a devenir
cracker o black hat en su variante hacktivista.
WikiLeaks
Julian Assange es un hacker australiano que en el año 2006 creó WikiLeaks (“Wiki-
filtraciones”) Se trataba de una página web cuya finalidad era la de divulgar información
secreta para poner en evidencia faltas éticas de estados y empresas. Esta plataforma
proponía que cualquier persona pueda enviar documentos confidenciales o secretos,
asegurándole el total anonimato. Según Assange su causa consistía en “defender y
compartir con total transparencia la libertad de información”3
Si bien WikiLeaks llevó a cabo dichas denuncias a los estados totalitarios de oriente medio
gracias a informantes anónimos, la web saltó a la fama mundial por difundir crímenes de
guerra efectuados por el ejército estadounidense. Se publicaron miles de archivos secretos
que ponían al descubierto el accionar aberrante e injustificado de las tropas
norteamericanas. Quizás el caso más famoso es el del video titulado “Collateral Murder”
publicado en WikiLeaks en abril de 2010. En el video se muestran imágenes de un
asesinato indiscriminado a civiles sin actitud de ataque por parte de helicópteros
estadounidenses, perpetrado el 12 de Julio de 2007 en un barrio periférico de Bagdad. 12
personas inocentes murieron.
Conclusión.
Los medios de comunicación tradicionales no suelen ser efectivos para cumplir con las
intenciones éticas mencionadas anteriormente, ya que seccionan la información y a veces
sus responsables responden a los intereses de las mismas organizaciones o corporaciones
que se comportan de manera contraria a los derechos humanos. En la historia
latinoamericana tenemos el ejemplo del diario “El Mercurio” de Chile, que fomentó en
1973 el golpe cívico-militar a Salvador Allende (que terminó con su muerte) y la asunción
No. Aunque haya excepciones, los medios de comunicación tradicionales no son los más
efectivos para lo que estamos planteando. Solo Internet y el arte pueden llevar a cabo dicha
denuncia a nivel masivo de manera totalmente democrática. Por eso es nuestro deber
proteger estos medios de expresión.
Está de más decir que no es nuestra intensión justificar todo vandalismo informático.
Internet tiene un lado muy oscuro que debe también debe ser combatido. Estamos
justificando solo aquellas infracciones que se llevan a cabo con el fin de denunciar toda
injusticia social o resistirse a ella con el fin de hacer de éste un mundo mejor.
Si bien la línea teórica de este trabajo ha sido la de los derechos humanos, el deber de
denunciar no solo se limita a éstos (explotación, asesinato, discriminación, cosificación de
la mujer, etc…) sino a la vida misma en todas sus variantes. Esto incluye también el
maltrato animal, la contaminación ambiental y demás problemáticas que rebasarían los
límites de este ensayo.
BIBLIOGRAFÍA
-Tomeo, Fernando (2013) Redes sociales y tecnologías 2.0. Buenos Aires-Bogotá: Editorial
Astrea.
-Intrigas que conmovieron al mundo N°3: Los archivos WikiLeaks. Diario “Clarín”
10/12/2013