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DISEÑO SISMORRESISTENTE

ASPECTOS BÁSICOS
La acción de un sismo en una estructura reviste aspectos netamente distintos de los de la mayoría de
las otras acciones.
Las diferencias no residen tanto en las características dinámicas de la acción, cuanto en que sus efectos
dependen de una interacción compleja entre el movimiento sísmico, las propiedades del suelo
subyacente y las de la estructura misma.

El diseño sismorresistente implica mucho más que la simple consideración de un conjunto de cargas
estáticas que se aplican a la estructura; requiere, además y principal- mente, la selección de un sistema
estructural idóneo y eficiente para absorber los efectos sísmicos y de un cuidado especial en la
observancia de requisitos de dimensionamiento y de detalle de los elementos estructurales, y aun de
los no estructurales.

A grandes rasgos el diseño sísmico implica:

a. La definición de la acción de diseño: Los reglamentos especifican la intensidad sísmica que


debe usarse en el diseño de los diversos tipos de estructuras en dis- tintas regiones; sin
embargo, en estructuras de particular importancia es necesario realizar estudios específicos
para determinar la intensidad del sismo de diseño, tomando en cuenta las características
geológicas. topográficas y de mecánica de suelos del sitio particular en que éstas se van a
desplantar.
b. La selección de una estructuración adecuada: Como se ha dicho repetidamente, la bondad
de un diseño depende esencialmente de la idoneidad del esquema estructural para absorber
las acciones que lo puedan afectar.
c. El cálculo de la respuesta estructural: Los métodos de análisis sísmico varían grandemente
en el nivel de refinamiento; desde la consideración del efecto de una serie de fuerzas
estáticas equivalente, hasta el análisis dinámico ante movimientos de la base de la estructura,
representativos de los que el suelo de cimenta-ción experimenta durante un sismo.
d. El dimensionamiento y detallado de la estructura: Debido a que los criterios de diseño
aceptan que la estructura entre en etapas inelásticas de comportamiento ante el sismo de
diseño, es esencial que se eviten fallas frágiles locales y que, en caso de que ocurra un sismo
de excepcional intensidad, se logre una disipación uniforme de la energía del sismo mediante
la fluencia de un número alto de secciones.

SISMOLOGÍA, SISMICIDAD Y RIESGO SÍSMICO


Los sismos de gran magnitud se explican por la teoría llama tectónica de placas. La litosfera, de un
espesor de alrededor de 80 km, está subdividida en un buen número de grandes placas. Cuando
entran en contacto dos placas continentales que se mueven en sentidos opuestos, se suele producir una
elevación, o sea ambas placas se doblan hacia arriba dando lugar a la formación de grandes
cadenas montañosas (como la del Himalaya). Cuando la dirección del movimiento de dos placas
continentales es similar, se produce un deslizamiento de una sobre la otra, sin que haya creación o
destrucción de litosfera. La falla de San Andrés en California es de este último tipo. El fenómeno
mencionado produce la llamada deriva de los continentes, o sea, el movimiento de las placas.
El corrimiento en la zona de contacto entre dos placas no ocurre de manera continua y suave; la
fricción entre las rocas hace que se puedan generar en la superficie de contacto entre las placas
esfuerzos considerables, hasta que se vence la resistencia mecánica en dicha superficie, provocando
un deslizamiento brusco y la liberación súbita de una gran cantidad de energía. Este deslizamiento
ocurre en cierta longitud a lo largo de la falla. Mientras mayor es la longitud afectada por el
movimiento, mayor será la cantidad de energía liberada. La energía liberada produce ondas en la
corteza terrestre, las que se transmiten a grandes distancias y provocan la vibración de la superficie
del suelo.
En México, la mayoría de los sismos de gran magnitud ocurren por la subducción de la placa de Cocos
por debajo de la placa de Norteamérica. La línea donde comienza la subducción se encuentra a
pocos kilómetros fuera de las costas de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán.
Los deslizamientos entre las placas que generan los sismos no ocurren a intervalos definidos y
constantes; según las características de la superficie de contacto en una zona particular, puede ocurrir
un corrimiento en breve tiempo después de un sismo previo o, por el contrario, en esa zona pueden
acumularse grandes cantidades de energía y pueden pasar varias décadas antes de que se produzca
un nuevo corrimiento.

La velocidad y la distancia a las que se pueden transmitir las ondas sísmicas dependen de las
propiedades mecánicas del medio que atraviesan y puede haber amplificaciones locales de ondas
de determinadas frecuencias cuando se atraviesan estratos de suelo con ciertas propiedades
mecánicas; La magnitud de un sismo es una medida del tamaño del mismo que es independiente del
lugar donde se hace la observación y que se relaciona en forma aproximada con la cantidad de
energía que se libera durante el evento. Se determina a partir de las amplitudes de registros de
sismógrafos estándar. La intensidad de un sismo es una medida de los efectos que éste produce en un
sitio dado, o sea de las características del movimiento del terreno y de la potencialidad destructiva
del sismo, en ese lugar en particular y en lo que concierne a sus efectos en las construcciones.

El foco de un sismo es el lugar donde comienza el corrimiento de la falla geológica que originó el
sismo; epicentro es el punto sobre la superficie terrestre directamente encima del foco. El foco y el
epicentro se determinan a partir de mediciones instrumentales en diversos sitios; su localización resulta
frecuentemente poco precisa debido a la falta de un número suficiente de instrumentos y al
desconocimiento de la estructura terrestre.
La sismicidad de una zona se relaciona con la actividad sísmica de la región o, más propiamente, con
la frecuencia con que se generan sismos de diferentes magnitudes en el área considerada.

Un acelerograma es un registro de la historia de aceleraciones que provoca el sismo en una dirección


determinada y constituye la descripción más útil del movimiento del suelo en un lugar. Los
acelerogramas se registran en aparatos llamados acelerógrafos que, colocados en un sitio, arrancan
automáticamente al ser excitados por el movimiento del terreno y registran simultáneamente la
aceleración en dos direcciones horizontales ortogonales y en una vertical.

El movimiento del terreno puede considerarse constituido por la superposición de vibraciones


armónicas con distintas frecuencias. Según las características del sismo, las ondas cuya frecuencia se
encuentra dentro de cierto intervalo tienen amplitudes mayores que las demás y son dominantes en
cuanto a efectos sísmicos en las estructuras.

Las aceleraciones que producen mayores daños en las estructuras son las horizontales; las
aceleraciones verticales son de amplitud apreciable sólo en sitios cercanos al epicentro y producen
solicitaciones severas sólo en algunas formas estructurales particulares. La aceleración no es el único
parámetro del movimiento del suelo que influye en la respuesta de las estructuras; importan además
la velocidad del movimiento del terreno y, en algunos casos, su desplazamiento. Integrando en el
tiempo del acelerograma se obtiene la historia de velocidades e, integrando esta última, se obtiene
la de desplazamientos del terreno.

Los estudios del peligro sísmico de lugares específicos se basan esencialmente en análisis estadístico
de la información disponible sobre los sismos ocurridos. La cantidad y calidad de los datos disponibles
es muy variable de uno a otro lugar. En general, se tiene información bastante confiable acerca de
las magnitudes y epicentros de los sismos de mediana o gran magnitud ocurridos desde principios de
siglo en cualquier parte del mundo. La interpretación de los datos estadísticos se basa usualmente en
la hipótesis de que el proceso de generación de los sismos es estacionario, o sea que la probabilidad
de ocurrencia de un sismo en un sitio es constante en el tiempo.

El modelo de probabilidades más generalmente empleado en los estudios de peligro sísmico es el de


Poisson. La información estadística más confiable se refiere a la magnitud de los sismos ocurridos; sin
embargo, lo que interesa es la intensidad que puede presentarse en el sitio donde se va a construir
una estructura.

RESPUESTA SÍSMICA DE LAS ESTRUCTURAS.


Una estructura responde a una excitación sísmica descrita por una historia de aceleraciones (o de
velocidades o de desplazamientos) que se presentan en el suelo sobre el que está desplantada,
mediante una vibración a través de la cual disipa la energía que es generada por dicho movimiento.
La amplitud de la vibración necesaria para disipar esa energía depende de las características del
sistema constituido por el conjunto sub-
suelo-cimentación-estructura-elementos no estructurales. A pesar de la complejidad de un sistema como
ése, las principales características de su respuesta pueden ilustrarse mediante el estudio de un sistema
simple de un grado de libertad. El sistema simple está constituido por una masa, un resorte y un
amortiguador.

Cuando el sistema está su-


jeto a
un movimiento de su base, definido por una historia de
desplazamientos, Ua, o de aceleraciones del suelo ü
la masa
entrará en oscilación y se generarán sobre ellas tres tipos de
fuerzas:

La fuerza de inercia que, de acuerdo con el principio de D'Alambert es proporcional a la masa y a


la aceleración total que ésta sufre, ÜT; esta última es igual a la suma de la aceleración del terreno,
üo, más la de la masa relativa al terreno, Ü.

b) La fuerza que se genera en la columna por su rigidez lateral al tratar de ser desplazada con
respecto al terreno.
Suponiendo que la respuesta de la columna se mantiene dentro de un intervalo lineal. Dicha fuerza
será igual al producto del desplazamiento relativo de la masa con respecto al suelo, por la rigidez
lateral de la columna.

FR = ku

e) La fuerza de amortiguamiento que trata de restablecer el equilibrio de la estructura en vibración.


Esta fuerza pue- de considerarse proporcional a la velocidad de la masa con relación al suelo; al
factor de proporcionalidad se le llama coeficiente de amortiguamiento.
fA = eü
La ecuación de equilibrio dinámico se escribe como: Fi + FA + FR = O
mÜT + eü + ku = O
ÜT = Ü
mü + eü + ku = -mü

El amortiguamiento representa la disipación de energía que la estructura realiza principalmente


debido a fricción interna de los materiales y a rozamiento entre los componentes de la construcción;
este amortiguamiento reduce las oscilaciones. El amortiguamiento desempeña también un papel muy
importante, especialmente en condiciones cercanas a la resonancia; basta un amortiguamiento
relativamente pequeño para reducir drásticamente la respuesta.
La respuesta de un sistema como el aquí estudiado, ante un movimiento irregular del terreno como el
que ocurre en un sismo, se puede analizar a partir de la solución del caso del movimiento armónico.
Un acelerograma de un sismo se puede considerar como la superposición de manera aleatoria de un
gran número de ondas armónicas que cubren una gama de frecuencias muy amplia.
Una estructura no se debe diseñar para resistir un solo sismo, sino el conjunto de sismos que pueden
afectarla en su vida útil. Aun para sismos de iguales características en cuanto a magnitud y distancia
epicentral, el espectro de res- puesta puede variar significativamente debido a diferencias en
contenidos de frecuencias y en duración. La estructura deberá diseñarse para la envolvente de los
espectros que corresponden a diferentes sismos.

Existen reglas empíricas para construir envolventes de espectros a partir de datos básicos del
movimiento del terreno. Estas reglas consisten en multiplicar la aceleración, velocidad y
desplazamiento máximo del terreno por constantes que se han obtenido de la observación de un gran
número de espectros de sismos reales. El valor de estas constantes depende del grado de
amortiguamiento del sistema. Las reglas más comúnmente usadas para la construcción de envolventes
de espectros para diseño son debidas a Newmark y consideran exclusivamente estructuras
desplantadas sobre suelo firme. Las reglas originales fueron modificadas para considerar otros tipos
de suelo.

En su mayoría, las estructuras no se prestan para ser idea- lizadas como un sistema de un grado de
libertad, pero pueden suponerse compuestas por una serie de masas concentradas unidas por
resortes. Esta representación por medio de un siste ma de varios grados de libertad admite todavía
un análisis dinámico relativamente sencillo de su respuesta. El caso clásico de una estructura que
puede idealizarse en esa forma es el de un edificio simétrico en que las masas se consideran
concentradas en cada piso y los resortes representan la rigidez lateral de cada entrepiso.
Conocidos los N valores de w se pueden determinar los N valores de O¡ que corresponden a cada
frecuencia natural y que determinan la forma modal correspondiente. El primer modo, o modo
fundamental, se caracteriza por no mostrar puntos de inflexión y por tener la frecuencia más baja
(el periodo más largo). Al pasar a los modos superiores, la configuración presenta cada vez un
nuevo punto de inflexión y el periodo natural va disminuyendo.

Interesa conocer la respuesta del sistema de varios grados de libertad ante una excitación sísmica
cualquiera impuesta en su base. Al excitar el sistema, cada modo responde como un sistema
independiente de un grado de libertad y 'la respuesta total será la combinación de las respuestas
independientes de cada modo, multiplicada cada una por un factor de participación.

La naturaleza del suelo sobre el que está cimentada la estructura modifica la respuesta sísmica de
la misma debido a diferentes causas:

a) La amplificación local, que consiste en la modifica- ción de las ondas sísmicas al transmitirse
de la roca subyacente a los estratos del suelo que se encuentran entre ésta y la cimentación.
b) La alteración del movimiento del terreno por la presencia de la estructura, considerada ésta
como cuerpo rígido.
c) La interacción entre la vibración de la estructura yla del suelo que ocasiona que una
fracción significativa de la energía cinética introducida por el sis-mo se vuelva a transmitir
al suelo y se disipe por el amortiguamiento proporcionado por éste.

Estructuras masivas y rígidas alteran las condiciones locales del suelo modificando el movimiento que
se tendría si no existiera la estructura. En general se ha encontrado que la amplitud de los
movimientos del suelo abajo de la estructura es menor que la que se tiene fuera de la estructura.

El amortiguamiento de la vibración de la estructura que se tiene por la modificación del movimiento


del suelo y por la radiación de las ondas reflejadas por la estructura, re- presenta una fuente
adicional de disipación de energía que reduce la respuesta de la estructura, ya que las
deformaciones que ésta tiene que sufrir para disipar la energía del sismo son menores que si no
existiera la interacción.
El efecto neto de la interacción suelo-estructura es prácticamente en todos los casos, una reducción
en las fuerzas que se inducen en la estructura; por consiguiente, se suele ignorar el efecto de la
interacción.

CRITERIOS DE DISEÑO

En vista de que las solicitaciones que un sismo severo impone a las estructuras son muy elevadas y
de carácter muy aleatorio, no es económicamente factible diseñar para que las construcciones
resistan sin daño alguno un sismo con un periodo de recurrencia muy grande. En este sentido el
diseño sismorresistente difiere del que se realiza para las otras acciones.

Por esas razones los criterios de diseño sismorresistente especificados por los reglamentos modernos
reconocen, implícita o explícitamente, que el objetivo de sus procedimientos es limitar la
probabilidad de un colapso ante sismos intensos, aun a costa de daños severos y, sólo para sismos
moderados, se pretende que la estructura permanezca intacta.
El arte del diseño contra los sismos no consiste en producir estructuras capaces de soportar conjuntos
dados de fuerzas laterales, aunque esta capacidad es parte de un diseño sano. Implica producir
sistemas que se caractericen por una óptima combinación de propiedades tales como resistencia,
rigidez capacidad para disipar energía y para deformarse dúctilmente. Estas propiedades les
permitirán responder a sismos frecuentes y moderados sin sufrir daños significativos ya sismos
excepcionales y muy severos sin poner en peligro su propia estabilidad, su contenido y la seguridad
de sus ocupantes. El logro de estos objetivos implica mucho más que la aplicación de requisitos
reglamentarios; exige la compresión de los factores básicos que determinan la respuesta sísmica de
las estructuras, así como el ingenio necesario para producir sistemas que tengan las características
adecuadas.

Es importante apreciar la circunstancia de que la acción sísmica en la estructura no consiste en un


sistema de fuerzas externas, sino que las fuerzas que se inducen en los componentes estructurales
están limitadas por la propia capacidad de éstos. El sismo no puede inducir fuerzas mayores que las
que la estructura misma puede soportar; lo importante es diseñar la estructura para que tenga
propiedades tales que las fuerzas que en ella se pueden inducir estén limitadas por la capacidad
de modos de falla dúctiles, de manera que no sea posible que las fuerzas alcancen valores que
produzcan modos de falla indeseables de tipo frágil. El costo necesario para que la resistencia de
la estructura sea tal que se mantenga elástica bajo el sismo de diseño es extraordinariamente alto,
excepto cuando se trate de estructuraciones que posean intrínsecamente una alta resistencia ante
cargas laterales. Por otra parte, si se diseña para una resistencia menor que la que el sismo de
diseño llega a inducir en una estructura elástica, hay que estar consciente de que, al tener que
disipar la energía del sismo mediante comportamiento inelástico, la estructura sufrirá daños que
implican un costo de reparación no despreciable.

El segundo objetivo del diseño es evitar daños y pánico a los ocupantes durante sismos de
intensidad moderada que pueden ocurrir varias veces durante la vida de la construc- ción. Este
objetivo debería cumplirse revisando que la estructura permaneciera elástica y con deformaciones
laterales pequeñas ante un sismo menor que el que se emplea para revisar los estados límite de
falla. Este sismo de menor intensidad, en el contexto de los principios de diseño expuestos en el
capítulo 2, se llamaría "sismo de servicio o de operación". Sin embargo, ya que los métodos de
análisis son elásticos, las deformaciones que se tendrían para un sismo de intensidad 'n' veces
inferior al de diseño, serían 'n' veces inferiores a las calculadas en el análisis para esa intensidad
sísmica. Estas deformaciones son las que deberían compararse con las admisibles.

El siguiente aspecto a comentar acerca de la forma en que las normas especifican sus criterios de
diseño, es el relativo al sismo de diseño y a su significado.
Como se ha expresado repetidamente en los capítulos anteriores, la acción sísmica de diseño
debería corresponder a una intensidad que tiene un periodo de retorno determinado con base en
un procedimiento de optimación que tome en cuenta el costo de hacer más resistente la estructura y
las consecuencias de la falla. Distintos códigos aducen que sus valo-res especificados están basados
en intensidades sísmicas con periodos de recurrencia que van desde 50 hasta 500 años para las
estructuras comunes.

La correlación entre la gravedad de los daños y la presencia de suelos compresibles ha sido


comprobada en un gran número de sismos destructivos. De allí que los reglamentos mexicanos
especifican que para sitios de suelo blando los coeficientes sísmicos sean superiores a los de terreno
firme.
Esto va más allá del desplazamiento de la zona crítica del espectro de diseño hacia periodos
mayores, como se hace, en el código UBC; Tomando en cuenta que es mayor la confiabilidad que se
requiere para construcciones cuyas consecuencias de la falla son particularmente graves o para
aquéllas que es vital que permanezcan funcionando después de un evento sísmico im- portante, se
requiere que el coeficiente sísmico se multiplique por
1.5 para diseñar las estructuras de construcciones como estadios, hospitales y auditorios,
subestaciones eléctricas y telefónicas (o sea las clasificadas dentro del grupo A). Los coeficientes
sísmicos sirven para construir los espectros de aceleraciones de diseño. De hecho representan una
cota superior a las aceleraciones de dicho espectro, que corresponde a su parte plana.

MÉTODOS DE ANÁLISIS DINÁMICO

Existen diversos procedimientos para calcular las solicitaciones que el sismo de diseño introduce en
la estructura.
Los métodos aceptados por las normas tienen distinto nivel de refinamiento y se subdividen en dos
grupos: los de tipo estático y los dinámicos. En los primeros se aplica a la estructura un sistema de
cargas laterales cuyo efecto estático se supone equivalente al de la acción sísmica. En los segundos
se realiza un análisis de la respuesta dinámica de un modelo generalmente simplificado.
Desde hace algunos años se han venido poniendo a disposición de los proyectistas programas de
cómputo muy poderosos para el análisis sísmico de estructuras.

Métodos de análisis estático: Los métodos de este tipo se basan generalmente en la de- terminación
de la fuerza lateral total (cortante en la base) a partir de la fuerza de inercia que se induce en un
sistema equivalente de un grado de libertad, para después distribuir esta cortante en fuerzas
concentradas a diferentes alturas de la estructura, obtenidas suponiendo que ésta va a vibrar
esencialmente en su primer modo natural. El RDF acepta el uso del método estático en estructuras de
altura no mayor de 60 m. Debe, sin embargo, evitarse su empleo en estructuras que tengan
geometrías muy irregulares en planta o elevación, o distribuciones no uniformes de masas y
rigideces.
Una versión más elemental del método estático la constituye el llamado método simplificado, el cual
es aplicable a estructuras en que la rigidez y resistencia a cargas laterales son proporcionadas por
muros y en que las torsiones no son importantes. El RCDF limita su aplicación a edificios de baja
altura (menor de 13 m) con losas continuas en todos los pisos y en que existen muros largos
paralelos en los extremos, que absorben las posibles torsiones.
La fuerza cortante total se determina según este procedimiento sin necesidad de calcular el periodo
ni el factor de reducción por ductilidad. En el método simplificado se supone que la fuerza sísmica
actuante se distribuye de manera uniforme entre cada muro alineado en la dirección en que actúa
el sismo; por tanto, debe compararse con la fuerza cortante resistente a sismo que es la suma de las
contribuciones individuales de cada muro alineado en la dirección en estudio.

RECOMENDACIONES SOBRE ESTRUCTURACIÓN

La forma de la construcción, el tipo y arreglo de los elementos estructurales y la distribución de las


masas del edificio tienen la influencia decisiva en la bondad del diseño sismorresistente; mucho más
que para el diseño ante otra acciones.
La sencillez, uniformidad y simetría de la construcción son aspectos básicos que contribuyen a reducir
drásticamente los riesgos de un mal comportamiento ante la acción de un sismo. Por ello es
obligación del proyectista estructural pugnar para que la construcción tenga esas características, en
tanto que ello no entre en conflicto con necesidades primarias de funcionamiento ni con requisitos
estético esenciales. En la estructura en zona de alto peligro sísmico deben evitarse las rarezas
arquitectónicas que hacen pre cario el equilibrio y dudosa la estabilidad ante cargas laterales. El
proyectista estructural debe hacer consciente al proyectista general y al propietario de que el
salirse de las recomendaciones básicas de estructuración da lugar a una estructura poco económica,
pero no debe necesariamente impedir la originalidad y la funcionalidad del proyecto, cuando con
un análisis más refinado y con detalles más cuidadosos pueda superar las dificultades que el
proyecto presenta. Se enumeran a continuación una serie de recomendaciones al respecto.

a. La sencillez de la estructura permite al proyectista entender claramente la forma en la que


ésta resiste las cargas laterales y en la que puede disipar la energía introducida por el
sismo.
b. La existencia de sistemas estructurales que proporcionen a la estructura rigidez y resistencia
en dos direcciones ortogonales es un requisito obvio en vista de que el movimiento del
terreno induce fuerzas en cualquier dirección; sin embargo, es bastante frecuente que olvide
este punto con resultados catastróficos.
c. La distribución simétrica en planta de los elementos estructurales evita que se presenten
torsiones importantes en la respuesta estructural que den lugar a solicitaciones muy altas y
de cuantificación poco confiable en los elementos estructurales. Los muros de colindancia y
los cuerpos de escaleras y elevado res son los elementos que suelen causar los mayores
problemas de torsión debido a su alta rigidez y a la dificultad de colocarlos en la posición
estructural más conveniente.
d. Debe tenderse a una forma regular en planta. Son poco convenientes las formas
excesivamente alarga das debido a que se tiende a perder la rigidez de la losa en su
plano para trabajar como diafragma y se aumentan las posibilidades de excentricidad en
la distribución de rigideces. Igualmente poco deseables son las formas en L y T.
e. Debe buscarse una forma regular de la construcción en elevación. Las fuertes reducciones
del tamaño de la planta después de cierto número de pisos provocan amplificaciones
locales del movimiento que no están cubiertas por los procedimientos de diseño usuales
recomendados por los códigos.
f. La uniformidad de resistencia y rigidez de las diferentes partes de la estructura es un punto
esencial. Hay que recordar que las fuerzas laterales para las que se analiza la estructura
están reducidas por considerar la habilidad de ésta para disipar energía en el intervalo
inelástico. La capacidad de disipación de energía de la estructura depende del número de
secciones y elementos que pueden llegar simultáneamente; la fluencia; mientras mayor sea
ésta, habrá más disipación de energía y menos demanda de deformación inelástica en las
secciones individuales. Por ello deben cuidarse particularmente los puntos siguientes:

1. Proporcionar máxima hiperestaticidad. Mientras mayor sea el número de secciones que


tenga que llegar a la fluencia antes que la estructura pueda fallar, mayor será la
disipación inelástica de energía.
2. Evitar zonas o elementos sobrediseñados. El sobre diseño local, o sea el proporcionar a
algunas partes de la estructura resistencia superior a la mínima exigida por el
reglamento, de manera que el factor de seguridad contra la falla de algunos elementos
es superior al de otros, no es conservador en el diseño sismorresistente.
3. Como consecuencia del razonamiento anterior debe evitarse que un entrepiso tenga una
resistencia y rigidez francamente inferiores al resto, aunque éstas sean suficientes para
absorber las fuerzas de diseño. El entrepiso en cuestión deberá en un sismo disipar por
sí solo la energía inducida por el sismo y estará sujeto a una demanda de ductilidad
que posiblemente no sea capaz de cumplir.
4. También como consecuencia de lo anterior, de- ben evitarse las zonas débiles. El efecto
sísmico tratará de localizar las zonas más débiles de la estructura para disipar allí su
energía, con lo cual puede provocar fallas locales difíciles de reparar. Los huecos para
duetos, los cambios bruscos de sección las juntas de colado, las conexiones entre
elementos son lugares que deben detallarse con particular cuidado para evitar fallas
locales.
g. La cimentación debe ser tal que pueda transmitir a la estructura los movimientos del suelo
de manera que ésta actúe como una unidad monolítica y que no haya deformaciones
relativas importantes entre suelo y estructura. Así, la cimentación deberá ser rígida en su
plano para que todos los apoyos de la estructura se muevan de manera uniforme y no haya
desplazamientos relativos entre ellos. Deberá permitir que la fuerza cortante que actúa en
la base de la estructura se transmita al suelo, por medio de una suficiente profundidad de
desplante o mediante pilotes.

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