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10 de noviembre

Debo decir que, imaginar a TU HERMOSO SER combatiendo la incansable horda de mosquitos
chupa sangre es inspirador y aprovechare esos instantes de resplandecer para copiar este bello y
antiguo formato de comunicación, que ha decir verdad me parece muy bello.

Mi día el 9 de noviembre, después del incidente con el celular, no fue tan grato como pensé, una
inagotable angustia me aplasto durante el transcurso del día, en palabras de mi madre, mis ojos se
veían hundidos y tenía un semblante triste. Decepción, lo pude resumir después de mi constante
respuesta de estoy bien, y tras la pregunta ¿entonces que tienes?

Todo empezó mal desde la mañana, mi cuerpo se sentía cansado, los ojos me pesaban y no paraba
de llorar, la hipocresía paso por mi cabeza, amistades pérdidas o en estado latente por esta
condición, me hacían no poder levantar la cara al pasar alado de una persona, porque sentía como
mi garganta se cerraba, faltaba la respiración y mis ojos se humedecían.

No pude leer ese día, dormir parecía la mejor opción, pero mi madre llamo por teléfono, y me dijo
que la acompañara por unos medicamentos, habría dicho que no, pero en mi pensamiento
despejarme era la mejor opción. Y así paso, cargué el antiguo celular que tenía y me dirigí al
camión, con un conjunto de canciones de David Bowie que me hacían estremecer, y recordar, por
qué sacrificarse por algo perdido, y ahí, en ese instante empezó la canción que me dejo casi
arrodillado en el paradero, héroes.

Fue la última canción antes de que se apagara el celular por falta de pila, pero fue la canción que
me recordó que talvez por un día, solo por un día, podamos dar algo a la humanidad, podamos ser
héroes, aunque no valga la pena detrás de la máscara de cotidianidad que lleva consigo incluso
nuestra propia angustia, mi día fue eso, un rostro que reflejaba lo que era esta sociedad, mi
actitud entristecida se lo recordaba a la gente y a mi propio padre. Quien tras unos minutos solo
me hizo una pregunta con la inocencia de un niño, ¿Qué es la sociedad?, la pregunta que solo
respondí con una sonrisa, la típica sonrisa que se utiliza cuando las palabras no hacen falta.

Este día, mis padres me enseñaron fortaleza tras estar con ellos solo caminando, y buscando algo
para comer, me hicieron recordar que la humanidad por mas perdida o más sola que este, siempre
serán humanos, y todo su accionar lleva humanidad en el trasfondo.

Fue un día bello, pues, aunque me parezca demasiado gracioso lo sufrido que soy, talvez es mi
forma de estremecerme y enriquecerme del mundo.

Te mando un enorme beso.

Gracias.

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