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QUÉ HACER UN DOMINGO EN BARCELONA

Comenzamos nuestro derrotero dominical en el Arco de Triunfo (lo cual no


deja de ser una ironía, porque aquí es donde suelen culminar las grandes
maratones de la ciudad) diseñado en estilo neomudéjar por el arquitecto
Josep Vilaseca con la colaboración escultórica de varios de los mejores
artistas de la época, y que fuera erigido con el fin de recibir a los visitantes
de la exposición internacional de 1888. 

A pocos metros, en dirección al mar, se encuentra el Palacio de Justicia,


ecléctico y algo grandilocuente, pero armónico y soberbiamente decorado.
Seguimos rectamente hacia el Parc de la Ciutadella en donde hallamos la
famosa Cascada del Parque, conjunto espectacular de fuentes y esculturas
que llevan el inconfundible sello juvenil de Gaudí.
Desde aquí nos adentramos en el Barrio del Born siguiendo el Carrer de la
Princesa hasta llegar a la plaza Jaume Sabartés, situada en la parte posterior
del Museo Picasso y remodelada recientemente.

El museo Picasso está considerado como uno de los más completos en el


mundo y cuenta con más de 4200 obras del artista malagueño. Es además la
única colección que fuera supervisada por Picasso personalmente desde su
inicio, a principios de los años 60, y su distribución está excepcionalmente
lograda, a través de cinco palacios medievales perfectamente conservados a
tal fin. La entrada cuesta 11 € y es gratuita los domingos desde la 15hs.

A menos de cien metros se encuentra el Museu Europeu d’Art Modern


(MEAM) en cuyo interior se puede tomar algo a precios módicos rodeados
por un entorno excepcional. 

Por el angostísimo y pintoresco carrer del Banys Vells accedemos a la


Basílica de Santa María del Mar, obra maestra de la arquitectura medieval,
que fuera erigida en sólo 55 años (de 1329 a 1384), por lo que es
considerada como la única iglesia de estilo gótico catalán puro.
Continuando por el Carrer de l’Argenteria pasamos por la pequeña y muy
antigua Plaza de Sant Just, donde existe un pequeño bar con mesitas bajo la
milenaria silueta de la Basílica de los santos Justo y Pastor, cuya
construcción se remonta al siglo IX

Tomando el Carrer d’Hèrcules vamos hacia la Plaza Sant Jaume en donde


hallamos el neoclásico edificio del Ayuntamiento y siguiendo unos metros
por el carrer del Bisbe vemos la magnífica fachada renacentista del Palau de
la Generalitat, sede del gobierno catalán y uno de los pocos edificios de
origen medieval en Europa que se mantiene como sede del gobierno y de la
institución que lo hizo construir hacia el año 1359.
Desde la plaza de Sant Jaume y siguiendo el serpenteante Carrer del Paradís
vamos hacia el n° 10, en donde se encuentran las perfectamente conservadas
columnas del Templo de Augusto, restos sobrevivientes de las pasadas
glorias de la Barcino Romana.
Aquí ya estamos situados en el corazón del Gothic y la mejor recomendación
que puede hacerse es perimetrar la Catedral de Barcelona y perderse en
algunas de sus adoquinadas callejas peatonales.
Tomando el Carrer de la Llibreteria llegamos a la histórica Plaza del Rey,
rodeada por edificios góticos y renacentistas, casi todos ellos residencia de
los condes de Barcelona y de los reyes de Aragón. Este sitio es además el
centro de la Barcino romana, y aquí fue donde se hallaron las columnas del
templo de Augusto.
Justamente en uno de los palacios de los condes de Barcelona se encuentra el
sorprendente Museo Frederic Mares, con colecciones escultóricas divididas
en Antigüedad, Románico, Gótico, Renacimiento, Barroco y Siglo XIX. El
patio central del museo es un sitio imperdible, tanto por su estilizada
armonía como por la tranquilidad que ofrece a los fatigados caminantes.
Como estamos en domingo podemos pagar “módicos” €4.50 o bien visitarlo
gratuitamente desde las 15 hs.

Después de reponernos en alguno de los muchos bares que pueblan la zona


(en domingo hay feria y es muy movido el ambiente en la plaza Nova) ya
podemos empuñar la adarga y acometer contra la majestuosa Santa Iglesia
Catedral Basílica de la Santa Cruz y Santa Eulalia, llamada con práctica
síntesis como “la Seu” por los barceloneses. Debemos tomarnos un tiempo
para poder apreciar los múltiples detalles de los varios estilos que se han
sucedido a lo largo de sus casi 1300 años de existencia; sus extrañas
gárgolas, sus 17 capillas y el asombroso patio del claustro, en donde viven
13 ocas perpetuamente blancas desde la noche de los tiempos.

De aquí, con las pupilas aún sobrecargadas del neogótico y sin temor de caer
presos del síndrome de Stendhal, nos dirigimos hacia una de las joyas más
preciadas del modernismo catalán: El Palau de la Música, que fuera diseñado
por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner y tiene el orgullo de ser a única
sala de conciertos declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Sólo resta
decir que sus polícromas vidrieras, sus esculturas y la armonía de todas las
artes decorativas puestas en su producción logran un efecto abrumador.

Nos restauramos con un café con bocadillo y jugo de naranja a €5 en la


elegante cafetería del Foyer y de ahí nos vamos hacia el Corte Inglés
recorriendo la elegante peatonal Portal de l’Àngel, en donde se dan citas las
grandes marcas de moda y que ostenta desde hace unos años el m2 más
elevado de Barcelona. Recomiendo tomar algo en la terraza del Corte Inglés,
desde donde se obtienen unas vistas inmejorables de la siempre animada
Plaza de Cataluña.
Salimos por las Ramblas hasta el Carrer d’Elisabets y vamos hasta el Centro
de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) (gratis desde la 15hs)
diseño vanguardista del arq. Albert Viaplana, que descolla ampliamente
entre las centenarias construcciones de la Plaza del Angel.

. Subiendo por el entretenido Carrer del Carme y retomando por la Rambla


pasamos por el suntuoso Palacio de la Virreina, uno de los más logrados
ejemplos del barroco catalán, que mandara a construir el marqués de
Castellbell a su retorno de América, con todo lo que se había robado del
virreinato del Perú.
Seguidamente podemos tomar el prieto carrer del Cardenal Casañas para
acceder a uno le los lugares más bellos y poco conocidos de Barcelona: la
plaza del Pino, solar que alberga al legendario pino en cuestión y a la
Basílica Santa María del Pino. Esta iglesia está documentada desde el año
987 y ha sido reformada durante generaciones, hasta lograr su actual estilo
gótico catalán, culminado en el 1453. Al pasar mencionamos que el
portentoso pino que da origen a la toponimia vivió durante más de 250 años
y murió en el 1802, durante las guerras napoleónicas. Si pueden no dejen de
recorrer el perímetro de esta iglesia, porque a su vera encontramos una
popular feria de pintores y un nutrido número de bares muy tradicionales.
Volvemos a la rambla y visitamos uno de los puntos turísticos más atractivos
de la gran capital catalana: el Mercado de la Boquería. Cuenta con más de
300 puestos de todo tipo de productos frescos y profusos puestos de comida
de las más variadas nacionalidades del Mediterráneo, toda una aventura
gastronómica.

Luego seguimos bajando por la rambla en donde en el n°51 se halla el Gran


Teatro del Liceo, el más importante y tradicional escenario operístico de la
ciudad condal y uno de los más afamados teatros del mundo.

Continuando por la rambla llegamos al carrer Nou de la Rambla en donde se


encuentra el admirable Palacio Güell, primer encargo importante que
recibiera Gaudí como arquitecto, quien diseña el sorprendente edificio muy
libremente adscripto en la corriente del modernismo catalán y bajo la
influencia de las escuelas orientalistas en boga a finales del siglo XIX. La
entrada cuesta 10€ (Primer domingo del mes: entrada gratuita).
Seguimos paseando por la rambla y al fin arribamos al Monumento a Colón,
cojunto escultórico de 32 mts de altura creado por arquitecto Gaietà Buïgas i
Monravà para la gran exposición de 1888 y convertido desde su
emplazamiento en uno de los íconos característicos de la ciudad.

Para terminar podemos adentrarnos un poco en el puerto viejo mediante la


Rambla del Mar y descansar en alguno de los locales que se encuentran
sobre el deck del shopping Maremagnum, con vistas directas sobre el
Mediterráneo. Si aún quieren ir a recorrer los varios niveles que posee este
gran centro comercial, allá ustedes.

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