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LA EXPANSIÓN INDUSTRIAL Y DEMOGRÁFICA DE JAPÓN

Japón, durante la I Guerra Mundial, vivió una considerable expansión industrial. Gracias
a su abundante mano de obra y a pesar de la mediocre calidad de sus productos, los
japoneses lograron ocupar en Asia amplios mercados abandonados por británicos y
alemanes a causa de la guerra. Japón tenía una población en rápido crecimiento: 1914,
50 millones; 1920, 55,9; 1930, 64,4; 1940, 73,1. Los gobiernos japoneses oscilaron entre
una política natalista y otra de control de nacimientos. El impulso a la emigración no tuvo
grandes resultados. Hubo intentos fallidos de control de la natalidad ya en 1922; pero la
línea predominante fue más bien la natalista, aunque esto conllevara una política de
expansión territorial. Las dificultades que encontró Japón para resolver estos problemas
produjeron un incremento del nacionalismo.
LOS TRATADOS DE WASHINGTON (1922)
El orgullo nacional japonés fue además herido por los acuerdos de la conferencia
internacional que reunió en Washington (12-XI-1921/6-II-1922) a nueve grandes
naciones: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos,
Portugal, China y Japón. Si la Conferencia de París fue el punto de partida lejano de la
II Guerra Mundial en Europa, estos acuerdos de Washington se encuentran en la base
de los conflictos en Asia y el Pacífico. En Washington se firmaron varios tratados. Por el
primero de ellos (13-XII-1921), Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Japón se
reconocieron mutuamente sus posesiones en el Pacífico, a la vez que se declaró
finalizada la alianza anglo japonesa de 1903. El 4 de febrero de 1922 Japón se
comprometió por otro tratado a devolver Shantung, la antigua posesión alemana recibida
en la Conferencia de París, a China. Dos días más tarde (6-II), las nueve potencias
firmaron el reconocimiento de la independencia territorial y política de China y se
ratificaron en su política de open door, o de igualdad comercial. Lo más duro para Japón
fue el otro tratado firmado ese mismo día y que establecía los porcentajes de las
escuadras: Japón quedaba situado detrás de Estados Unidos y Gran Bretaña. Este
grave golpe para el orgullo nacional japonés se incrementó por la entrada en vigor de
una ley de inmigración en Estados Unidos (1924), que prohibía por completo la entrada
en el país a los japoneses.
HIRO-HITO
Japón, cuyas leyes electorales habían sido revisadas en marzo de 1919 con la
consecuencia de que se dobló el cuerpo electoral (de 1,5 a 3 millones), vio cómo el
heredero del emperador Mutsu-Hito (1868-1912) debía ser obligado a retirarse del trono
imperial por motivos de salud. Yoshi-Hito, que murió loco, fue reemplazado en 1922 por
un regente, su hijo Hiro-Hito, que tenía sólo 21 años, pues había nacido el 29 de abril
de 1901. Hiro-Hito, casado en 1924 con Nagako Kuni, se convirtió en emperador el 25
de diciembre de 1926, aunque su coronación oficial tuvo lugar en 1928.
LA SITUACIÓN DE CHINA
Frente a Japón, por tantos conceptos no sólo geográficos, China. Un país enorme, una
considerable población —1910, 400 millones; 1939, 460, aunque esta última cifra parece
subestimada—; y unos problemas también muy grandes que la revolución de 19111 por

1 La contribución de la Revolución de 1911 consiste en que derribó el régimen imperial feudal, llevó al
establecimiento del régimen republicano y democrático burgués, fundó la primera República de Asia y
preparó condiciones políticas y económicas para la modernización del capitalismo chino. El día del Año
Nuevo de 1912, Sun Yat-sen asumió la presidencia provisional de la República de China en Nanjing. El 11
de marzo del mismo año promulgó la Ley Provisional de la República de China como la ley fundamental

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el momento no había hecho sino agravar. El trasfondo de todos estos años fue la guerra
lánguida que enfrentó a los dos gobiernos que desde 1916 existían en China. En el
norte, terratenientes y conservadores que querían compaginar sus intereses y las
tradiciones con algunas reformas políticas y administrativas que garantizaran el
progreso y prestigio de China. En el sur, los intelectuales y los pequeños burgueses,
decididos impulsores de una revolución política y nacionalista que pudiera llegar a las
masas.
El MOVIMIENTO DEL 4 DE MAYO Y LA SECULARIZACIÓN
El acontecimiento más importante de este período fue el movimiento del 4 de mayo. El
30 de abril de 1919 la Conferencia de París decidió la entrega de las antiguas
posesiones alemanas en China al Japón. Cuando esta noticia fue conocida en China
produjo un violento movimiento nacionalista que se manifestó en huelgas y protestas de
todo tipo contra lo que se entendió la traición de Occidente. La agitación fue tan
extremada que la delegación china se retiró de la Conferencia y no firmó el tratado de
paz con Alemania. Solo en 1921, tras un acuerdo de paz particular (15-IX-1919), se
reanudarían las relaciones entre los dos países. El movimiento del 4 de mayo fue un
viraje decisivo en la revolución china. Se hizo al grito de ¡Abajo Confucio!, la misma línea
que a partir de 1949 seguiría Mao. Este movimiento marcó la ruptura decidida con la
tradición china milenaria; supuso un fenómeno de secularización similar al seguido por
Occidente, el mismo fenómeno que por esos años impulsaba Mustafá Kemal en otro
Imperio en descomposición, el otomano.
En esta fecha los dirigentes chinos abandonaron el confucionismo. Un vacío que se
intentaría llenar con un nacionalismo materialista exaltado —especialmente entre la
juventud universitaria, los emigrados y los intelectuales— y que sería la puerta para la
inmediata entrada del comunismo en China.
LA REESTRUCTURACIÓN DEL KUOMINTANG
Por el momento, estos acontecimientos fortalecieron la posición del Dr. Sun Yat-sen
(1867-1925). La ruptura con la tradición le pareció la gran oportunidad para crear un
gran partido democrático capaz de llevar la revolución china a buen término. A partir del
4 de mayo de 1919 el nuevo impulso al Kuomintang siguió, sin embargo, una doble
línea, la liberal y la comunista, que se separarían y acabarían por enfrentarse tras la
muerte del Dr. Sun. Antes, sin embargo, contó con la ayuda de Chang Kai-chek (1887 -
1975), para estructurar el gran partido. Chang, que no era comunista, viajó a Moscú a
fin de recibir los consejos pertinentes sobre cómo organizar un gran partido
revolucionario, similar en su dinámica al bolchevique. Stalin le brindó su ayuda. Y el ala
izquierda radical e intelectual del Kuomintang fue animada a permanecer dentro del
partido de Sun. De acuerdo con lo decidido en el Congreso de Bakú (1920), la liberación
de los colonizadores europeos debía ser paso previo a la comunistización. En esa
liberación los comunistas tenían que colaborar con los demócratas burgueses.

estatal, antes de tener la Constitución formal. La Ley Provisional estipuló: la soberanía de la República de
China pertenece a toda la población, la igualdad es para todo el pueblo y el pueblo goza de libertad personal,
residencial, de propiedad, de expresión, de publicación, de reunión, de asociación y de religión. Llevar a la
China que estuvo bajo la autocracia feudal a la órbita democrática y republicana es el tributo más importante
de la Revolución de 1911.

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EL APOYO DE LA RUSIA SOVIÉTICA.
Los hombres del Kuomintang entendieron que, en su lucha contra los europeos que les
acababan de traicionar, el único apoyo firme era la Rusia Soviética. Por lo demás, los
bolcheviques parecían animados de los mejores deseos. En julio de 1919, cuando aún
vivía China bajo el hervor del movimiento del 4 de mayo, Leo Karachan, vice comisario
soviético de Asuntos Exteriores, había manifestado la decisión bolchevique de anular
todos los "tratados desiguales" con China. Conocida esta declaración, despertó un
comprensible entusiasmo. Lo cual no impidió que al mismo tiempo se constituyese la
República popular soviética del Extremo Oriente, a orillas del Pacífico, con capital en
Vladivostok, y sobre territorios arrebatados a China; y que en 1921 el ejército rojo
invadiese Mongolia exterior y consolidase así otra República popular, que pasó a
depender plenamente de Moscú. Complemento de estas medidas fue la fundación, en
1921, del partido comunista chino. En el mismo momento de su fundación, y bajo la
presión del delegado de la Komintern, el neerlandés Snevielt, el partido comunista se
alió al Kuomintang.
EL "KUOMINTANG" Y LOS COMUNISTAS
El mismo año 21, con el apoyo del nuevo Kuomintang y del ejército reformado por
Chang, el Dr. Sun inició la ofensiva contra el gobierno del norte. Aunque se hizo patente
la superioridad de los hombres de Cantón, la falta de medios materiales detuvo la
ofensiva. Se reanudó en 1923, pero tampoco tuvo éxito. Entre los días 20 y 30 de enero
de 1924, el Kuomintang celebró en Cantón su primer Congreso nacional. En él se
admitió que los comunistas podían incorporarse a sus filas, aunque esto no supusiera
la desaparición del partido comunista. La reacción del sector más moderado del
Kuomintang no se hizo esperar: en septiembre se fundó en Shanghái el llamado
“Kuomintang Blanco”, frente al “Kuomintang Rojo” de Cantón.
Solo la personalidad del Dr. Sun logró mantener una apariencia de unión entre las dos
facciones. Pero en marzo de 1925 murió en Pekín el Dr. Sun, a los 58 años, en el curso
de uno de sus viajes diplomáticos con los que intentó que el norte reconociera como
gobierno de la República al de Cantón.

LA CRISIS EN ASIA (1929-1936)


Como se mencionó, anteriormente, la ley norteamericana que, en 1924, prohibió la
inmigración japonesa supuso un grave golpe en el orgullo y en la economía de Japón;
el Imperio del Sol Naciente intentó un boicot de los productos de los Estados Unidos y
buscó el acercamiento a China y a la URSS. Al año siguiente, la URSS reconoció el
tratado de Portsmouth (1905), que había puesto fin a la guerra ruso-japonesa, y se avino
a la ocupación por parte de Japón de Manchuria meridional. La Unión Soviética recibió
a cambio la parte norte de la isla de Sajalín, y otorgó a Japón concesiones en las minas
de carbón y en los yacimientos petrolíferos.
EL "PLAN TANAKA"
Estos fueron los presupuestos lejanos de la expansión japonesa en el continente
asiático que habría de seguir las líneas del plan elaborado en 1927 por el primer ministro
japonés, Tanaka. Se ha discutido mucho sobre la verdad del "plan Tanaka". Pero es
cierto que la expansión japonesa siguió las líneas que se atribuyen a este documento:
para conquistar Asia, había que conquistar China. Y para conquistar China era preciso
ocupar Manchuria y Mongolia. Japón no podía soñar con la autarquía económica.
Cerradas las posibilidades de la emigración a una población en crecimiento constante,

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las miradas japonesas se fijaron en las ricas minas de Manchuria y en sus amplias
llanuras escasamente pobladas. Y más a lo lejos en una posible expansión por China,
Malasia e Indonesia: el estaño, el arroz, la soja, el mijo, el petróleo... En lo que respecta
a China, Japón volvió a intervenir en la península de Shantung (V-1927), bloqueando el
avance nacionalista hacia Pekín. Un año más tarde (IV-1928) ocupó Shantung, aunque
hubo de abandonarlo en mayo de 1929.
SITUACIÓN DE LA INDUSTRIA JAPONESA.
En vísperas de la gran crisis económica, la industria japonesa seguía casi en estado
artesanal, pero con una organización comercial y financiera muy concentrada. En Japón,
por estos años, no se había producido el éxodo del campo a la ciudad, pues la industria
había llegado al campo. Esta gran dispersión tuvo la ventaja de producir un desarrollo
basado en la multiplicación de las industrias productoras de bienes de consumo, que
contribuyeron directamente a elevar el nivel de vida. El sistema permitió seguir utilizando
mano de obra barata que continuó viviendo en el campo. A partir de la I Guerra Mundial,
comenzó a aparecer una compleja legislación laboral, que descansó en el rechazo
sistemático del arbitraje y en la ausencia de paro obrero. A medida que la gran industria
se fue tecnificando, la pequeña industria absorbió la mano de obra sobrante.
La crisis de 1929 supuso un duro golpe para la industria y la agricultura. Las
importaciones imprescindibles —de materias primas y alimentación, especialmente—
pudieron ser financiadas gracias a las exportaciones crecientes. Japón vendía bien sus
productos; y aunque se hablaba de dumping2, lo cierto es que su éxito descansaba en
los bajos salarios y en el bajo nivel de vida de la mano de obra.
Y también en la gran transformación que Japón acertó a imprimir a su industria a partir
de 1930. El capital se encontraba muy concentrado: si el 65 % del capital industrial
pertenecía a 700 sociedades, ocho familias controlaban la mitad del capital nacional.
Tres de estas ocho familias (Mitsui, Mitsubishi y Sumimoto) tenían en sus manos 1/4 del
capital nacional y 3/4 de los depósitos bancarios. El cambio industrial japonés fue
completo. Se orientó hacia la industria pesada para suministros militares. Se concedió
primacía a las industrias básicas militares sobre las industrias de consumo.
EL AUTORITARISMO
Antes incluso de la crisis económica, ya había aparecido en Japón un movimiento hacia
el autoritarismo, que, si de forma directa nada tuvo que ver con los fascismos europeos,
parece evidente que surgió ante circunstancias similares. Este movimiento, que el crash
del 29 acentuó, tuvo su cabeza en el general Araki. Antiparlamentario —la Dieta era una
rémora que no hacía sino retrasar las necesarias soluciones—, activista, militarista,
declaró que Japón necesitaba "su lugar en el mundo", para lo cual era preciso romper
con Gran Bretaña y Estados Unidos. El movimiento del general Araki no retrocedió ante
el atentado personal: el 14 de noviembre de 1930 fue asesinado el primer ministro liberal
Hamaguchi. Hiro-Hito entregó el Poder a Inukai, que hizo de Araki su ministro de la
Guerra.

2Práctica comercial que consiste en vender un producto por debajo de su precio normal, o incluso por
debajo de su coste de producción, con el fin inmediato de ir eliminando las empresas competidoras y
apoderarse finalmente del mercado.

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LA CONSTITUCIÓN PROVISIONAL DE CHINA.
China, bajo la dirección de Chang Kai-chek, había conseguido a estas alturas el cierto
equilibrio que permitió que la Convención Nacional del Pueblo, reunida en Nanking (5-
V-1931), adoptara una Constitución provisional. Japón tenía preparado su ejército; las
potencias occidentales se encontraban envueltas en la crisis económica; el momento
pareció oportuno para iniciar una expansión que asegurara los alimentos precisos para
las masas japonesas y las materias primas para una industria en crecimiento.
LOS INCIDENTES Y LA OCUPACIÓN JAPONESA DE MANCHURIA.
El primer "incidente" —ésta fue la terminología utilizada por la diplomacia japonesa para
aludir a la guerra no declarada que sostuvo con China casi ininterrumpidamente, de
1931 a 1945— se produjo tras el fusilamiento por los chinos de un oficial japonés
detenido como espía (27-VI-1931). Al margen de la correspondiente protesta, Japón
contestó provocando disturbios anti chinos en Corea y, sobre todo, con el inicio de la
ocupación de Manchuria (18/194-IX-1931), mediante las tropas que allí tenia
estacionadas desde 1905 y cuya presencia había sido reconocida oficialmente por la
URSS en 1925. China denunció la agresión en la Sociedad de Naciones; pero sólo
consiguió que se enviara una comisión investigadora al teatro de los hechos. El 2 de
enero de 1932 Manchuria fue separada de China y recibió el nombre de República de
Manchukuo. Se instaló su capital en Hsinking, la antigua Changchun (18-11-1932), y el
último de los emperadores de China, Pu Yi (n. 1906), que abdicó de su trono en 1912,
fue nombrado presidente de la nueva República.

LAS ADVERTENCIAS NORTEAMERICANAS.


Las operaciones militares no se habían interrumpido. El 4 de enero los japoneses
tomaron Shanhaikwan, sobre la Gran Muralla, y un mes más tarde completaban la
ocupación de Manchuria al tomar Harbin (5-II). Estos hechos provocaron la intervención
verbal del secretario de Estado norteamericano, Henry L. Stimson, que manifestó en

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relación a Japón que los Estados Unidos no reconocerían ninguna adquisición realizada
por la fuerza. China, por su parte, incapaz de reaccionar militarmente, declaró el boicot
a los productos japoneses. Lo cual fue un excelente pretexto para que los japoneses
desembarcaran en Shanghai: una sencilla operación de policía que llevaron a cabo
70.000 soldados nipones. La llamada guerra de Shanghai duró desde finales de enero
a mayo del mismo año 32. Los japoneses se quedaron en este territorio.
EL INFORME LYTTON.
La invasión supuso para China unas hostilidades ruinosas y la pérdida de la costa
occidentalizada. Chang tuvo que apoyarse en el interior del país, sometido a los
terratenientes con los que hubo de pactar y así se enajenó el apoyo de los liberales, los
intelectuales y los campesinos. Y si el primer ministro Inukai fue asesinado en Japón por
un grupo de oficiales exaltados paradójicamente ante su política pacifista, en octubre
fue conocido el informe encargado por la Sociedad de Naciones a lord Lytton sobre
Manchuria. La investigación de seis meses concluía con el reconocimiento de los
especiales intereses japoneses en Manchuria y con el consejo de que se constituyera
un Estado autónomo, bajo soberanía china, pero controlado por Japón. Ni la doctrina
Stimson ni el informe Lytton supusieron un freno a la expansión japonesa: el 9 de
diciembre de 1932 era invadida la provincia china de Jehol. En los primeros meses de
1933 toda la China situada al norte de la Gran Muralla estaba en manos japonesas. Una
nueva intervención de la Sociedad de Naciones reconociendo los derechos de China
sobre su propio territorio, provocó tres días más tarde el anuncio de la decisión japonesa
de retirarse de la Sociedad de Naciones (lo que llevó a cabo en 1938).
LA CONSAGRACIÓN DEL EXPANSIONISMO JAPONÉS.
Al margen de las intervenciones ineficaces de las potencias occidentales, China y Japón
llegaron en 1933 a un armisticio: Chang, a costa de entregar a Japón Manchuria, Jehol
y la costa en torno a Shanghai, quedó con las manos libres para enfrentarse con otros
graves problemas que habían reaparecido en China. Este armisticio supuso la
consagración del expansionismo japonés en Extremo Oriente y el reconocimiento fáctico
de que la Sociedad de Naciones y el pacto Briand-Kellogg eran incapaces de evitar las
agresiones armadas. La paz, por primera vez después de la Conferencia de París de
1919, quedó a merced de cualquier incidente. Un año más tarde, el presidente Pu Yi
tomó el título de emperador del Manchukuo (1-III-1934). A finales del mismo año Japón
denunció los acuerdos firmados en Washington en 1922 y 1930, por considerarlos
atentatorios contra sus intereses, e inició un amplio programa de rearme naval para
equipararse con Estados Unidos y Gran Bretaña.
LA INVASIÓN JAPONESA DE CHINA (1937)
La retirada japonesa de la conferencia naval de Londres (15-I-1936), un paso más en
los intentos de reducir la carrera armamentista, puede considerarse como síntoma
inmediato del incremento de los problemas en Extremo Oriente. Un mes después
tuvieron lugar en Japón unas elecciones parlamentarias, que dieron la victoria al partido
moderado liberal (Minseito). La respuesta de los extremistas nacionalistas fue el putsch
de un grupo de oficiales (26-II), acompañado por el asesinato de varios ministros y que
hizo avanzar a Japón hacia la configuración de un Estado totalitario. El golpe militar
colocó como primer ministro a Koki Hirota.

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EL PACTO ANTI-KOMINTERN
El paso siguiente fue la firma en septiembre del mismo año del pacto anti-Komintern por
el que Japón, en señal de independencia frente a Gran Bretaña y Estados Unidos, se
alineó con la Alemania nazi. Con este nuevo respaldo, Japón, en el mismo año,
comunicó a China su decisión de ocupar el norte y el sur de su territorio si el gobierno
de Nanking —en esta ciudad había instalado Chang Kai-chek su capital— no se avenía
a las siguientes cuatro condiciones:
 en primer término, unir sus esfuerzos con Japón para eliminar de la China libre
"los comunistas y los bandidos";
 en segundo lugar, todos los departamentos del gobierno chino deberían recibir
consejeros japoneses;
 tercero: se proclamaría el autogobierno de las cinco provincias del norte: Jehol,
Chahar, Hopei, Shansi y Shantung;
 y, por último, China debería reducir sus tasas aduaneras al nivel de 1928.
Chang, que meses antes había ocupado una vez más Cantón (11-VIII), ni siquiera
contestó el ultimátum japonés. Era en la práctica dictador en un régimen que se apoyaba
en la alta burguesía, en los industriales, banqueros, comerciantes ricos y grandes
propietarios, y que como resultado de las luchas contra los comunistas se encontraba
enfrentado con buena parte de los movimientos obreros y campesinos. La consecuencia
de esta situación era la dificultad creciente de Chang de resistir a las presiones
imperialistas, a las que ahora se habían unido las japonesas.
EL INCIDENTE DE SIAN.
Un incidente inesperado impulsó a Chang a tomar una nueva actitud. El 7 de diciembre
Chang visitó Sian, en el suroeste de Shansi; y allí, el día 12, fue hecho prisionero por
dos de sus propios generales que le exigieron el abandono de la lucha contra los
comunistas para enfrentarse todos unidos contra los japoneses. El incidente de Sian se
resolvió favorablemente para Chang, gracias en parte a la mediación del Kremlin.
Suspendió los ataques contra los comunistas, que en esos momentos disponían de un
ejército de unos 250.000 hombres, y accedió a un acuerdo con ellos en virtud del cual
los comunistas se comprometían a ceder en su guerra contra los propietarios a cambio
de retener el control de su propio ejército y gobierno, aunque Chang Kai-chek pasaba a
ser reconocido como jefe supremo. Chu En-lai fue nombrado representante en Nanking
del gobierno comunista que seguía teniendo su base en el Yennan. En mayo de 1937,
Mao puso en práctica estos acuerdos al renunciar a su República soviética y declarar
que formaba parte de la única República china. Esta nueva táctica indujo a Mao Zedong
a elaborar su teoría sobre la "guerra revolucionaria", o "guerra de larga duración".
EL INCIDENTE DEL PUENTE MARCO POLO Y LA INVASIÓN DE CHINA.
A mediados de 1937 se formó en Japón un gobierno de Unión Nacional, cuya
presidencia fue ocupada por el príncipe Konoyé (1891-1945), mientras Hirota se hacía
cargo de Asuntos Exteriores. Este nuevo gobierno fue la contestación japonesa al pacto
de los nacionalistas y comunistas chinos y el antecedente inmediato del inicio de la
guerra. El 7 de julio de 1937 unas tropas japonesas que maniobraban cerca de Pekín
chocaron casualmente con unidades del ejército chino. Este fue el llamado incidente del
puente Marco Polo, que supuso nada menos que el comienzo de la II Guerra Mundial
en Asia. China y Japón ya no volverían a estar en paz hasta 1945.

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LA ALIANZA STALIN-CHANG
La inmediata y arrolladora invasión japonesa cortó el desarrollo económico de la China
moderna y obligó a Chang Kai-chek a replegarse al interior del país. En su retirada
Chang fue acompañado por el éxodo de unos 30 millones de chinos que se desplazaron
ante el avance japonés y la ocupación de las provincias costeras. El 28 de julio Japón
ocupó Pekín; y el 29, Tientsin. A lo largo de los dos meses siguientes
(agosto/septiembre) se desarrollaron las negociaciones que condujeron a la firma de un
pacto de no agresión entre la China de Nanking y la URSS contra los japoneses. Poco
después fue proclamado una vez más el frente único de los nacionalistas y los
comunistas contra Japón. Stalin tenía un profundo interés en este pacto: no se acababa
de fiar de los comunistas chinos y por eso deseaba que China dispusiera de un gobierno
fuerte en torno a Chang. Mao se plegó a estos acuerdos por ver en ellos la posibilidad
de minar el Kuomintang y poder llegar a sustituirlo en el momento oportuno.
EL AVANCE JAPONÉS
El 9 de noviembre Japón tomó Shanghai. A finales del mismo mes una conferencia de
las principales potencias se reunió en Bruselas y estudió con mucho interés el conflicto
chino-japonés. El 13 de diciembre los japoneses entraron en Nanking y Chang Kai-chek
tuvo que trasladar su capital más al interior, a Chungking. Los chinos intentaron
defenderse, pero no era fácil ante el bien equipado y preparado ejército japonés. Japón,
que ocupaba Hangchou a finales del mismo mes de diciembre, conseguiría dominar a
lo largo de esta guerra una parte del territorio chino con una población de 250 millones
de hombres, y en la que se encontraban todas las plantaciones de algodón, casi todos
los puertos y la mayor parte de las fábricas.

EL NUEVO ORDEN EN EXTREMO ORIENTE


En 1938 no se interrumpió el avance japonés. El 10 de enero los nipones tomaron
Tsingtao y poco después (28-III) instalaron un gobierno títere de la República de China
en Nanking, la antigua capital de Chang Kai-chek. En el verano del 38 se produjo un

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choque entre tropas soviéticas y japonesas en la frontera del Manchukuo, país este
último cuya independencia acababa de ser reconocida por Alemania. Y a fines de
septiembre la Sociedad de Naciones condenó a Japón como país agresor en su conflicto
con China. La respuesta japonesa fue cumplir lo ya anunciado en 1933: y se retiró de la
Sociedad de Naciones (2-X). Dentro del mismo mes, el ejército japonés tomó Cantón y
Hankeu. A finales de 1938, el primer ministro japonés, príncipe Konoyé, proclamó la
entrada en vigor de un "nuevo orden" en Extremo Oriente.
En Indonesia, por estos mismos años, el predominio de los partidos más antiguos —
Partai Kommunis Indonesia e Indonesian National Perserikatan—, los partidos que
habían iniciado la lucha por la independencia frente a la colonización neerlandesa, había
cedido considerablemente en beneficio de nuevos partidos, como el Partai Indonesia
Raja (Parindra), fundado en 1935, y que agrupaba a la moderna burguesía y al
capitalismo nativo, o el Gerakan Rakjat Indonesia (Gerindo), que apareció en 1937 con
una ideología socialista extrema. A excepción de este último, todos los demás partidos,
cansados de no encontrar en los Países Bajos respuesta alguna a sus peticiones,
pusieron sus esperanzas en el "orden nuevo" japonés anunciado por Konoyé.
EL PACTO DE NO AGRESIÓN SOVIÉTICO-JAPONÉS.
En China prosiguió la alianza entre los nacionalistas y comunistas y la lucha común
contra los japoneses. Tanto Mao como Chang manifestaron su desagrado contra la
URSS cuando Stalin firmó, en abril de 1941, poco antes de que se produjera la invasión
alemana a la Unión Soviética, un pacto de no agresión con Japón.
Se cumplió el justificado miedo de los dirigentes chinos de que se redujera la ayuda
soviética. Y durante la Guerra Mundial China tuvo que ser avituallada por los
norteamericanos a través de la difícil carretera Birmania que desde Rangún llegaba
hasta Chungking. Si la ofensiva japonesa, después de su pacto con la URSS, no fue
más intensa, se debió únicamente a que por entonces Japón tenía otros intereses más
inmediatos que atender, pues estaba a punto de entrar en guerra con los Estados
Unidos.
EL AVANCE JAPONÉS EN CHINA.
En China continuaba, en 1939, la guerra que se había iniciado dos años antes con la
invasión japonesa. La alianza del Kuomintang y del partido comunista que dirigía Mao
se mantenía, a pesar de las reticencias evidentes que existían entre uno y otro líder. La
URSS, que deseaba un poder fuerte en China frente a Japón, contribuyó con 300
millones de dólares al fortalecimiento del régimen de Chang Kai-chek. En China fue muy
bien recibido el pacto von Ribbentrop-Molotov, en la medida en que supuso la
desarticulación del pacto anti-Komintern y un mayor aislamiento de Japón.
En los meses primeros de 1939 había tenido lugar en China un fuerte avance japonés.
El 10 de febrero habían ocupado Hainan. A partir del 3 de mayo comenzaron los ataques
aéreos nipones sobre Chungking. Japón amplió sus dominios a todo el territorio chino
al este del río Amarillo, el valle del Yangtsé y la costa sur. Dentro de las conquistas
japonesas se encontraban todos los ferrocarriles chinos y todos los puertos; los 9/10 de
sus fábricas y la mitad de su población. El 30 de marzo de 1940 quedó constituido en
Nanking un gobierno chino pro-japonés, presidido por Wang Ching-wei, que poco
después se incorporaría al pacto Tripartito.

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EL ABANDONO OCCIDENTAL AL RÉGIMEN DE CHANG
A pesar de todo esto, las protestas occidentales por la invasión japonesa seguían siendo
meramente formales: los 9/10 del material de guerra japonés continuaban llegando de
Occidente. Dentro de este mismo año 40 los Estados Unidos hicieron pública una
declaración (17-IV) en la que apuntaron que en caso de que los japoneses alteraran el
orden en las Indias orientales neerlandesas, las protestas norteamericanas serían tan
sólo diplomáticas. Por su parte Gran Bretaña se avino a cortar, a requerimientos
japoneses, la carretera de Birmania, vital para los aprovisionamientos de Chang Kai-
chek, aunque sólo por tres meses (del 18 de julio al 18 de octubre). La reapertura de la
carretera fue consecuencia de la firma japonesa del pacto Tripartito (27-IX), que vinculó
al Imperio del Sol Naciente con Alemania e Italia. En nombre de Japón signó el pacto el
ministro de Asuntos Exteriores, Matsuoka.
Este abandono occidental del régimen de Chang Kai-chek tuvo repercusiones en el
desarrollo del comunismo. De los tres principios de Sun Yat-sen —independencia,
seguridad económica y democracia—, principios que constituían teóricamente la base
ideológica del régimen de Chang, sólo se pudo realizar medianamente el primero. El
sistema de vida del campesinado continuó casi como en los tiempos prerrevolucionarios.
Fue esta situación —debida a la invasión japonesa y al escaso apoyo occidental— lo
que permitió a Mao elaborar una doctrina original. Si el marxismo —como la democracia
del Dr. Sun— era directamente inaplicable en China, el comunismo chino debería ser
un comunismo peculiar, un comunismo basado en los campesinos. Esto ya lo había
realizado Mao durante la "larga marcha", pero fue ahora cuando elaboró la teoría
explicativa. Mao, por estas fechas y obediente a las indicaciones que le llegaban de la
Komintern y de Moscú, seguía aludiendo a la revolución comunista en China como la
"alianza de los proletarios, campesinos, pequeños burgueses y burguesía nacional".
Pero era consciente de que sólo entre los campesinos sus ideas tenían verdadera
acogida.
"ASIA PARA LOS ASIÁTICOS"
La situación cambió considerablemente con la firma del tratado de neutralidad y no
agresión entre la URSS y Japón (12-IV-1941). Alemania no supo nada de este tratado
hasta que estuvo firmado. Era una proclamación inequívoca de Asia para los asiáticos.
Tanto el Kuomintang como el PC chino recibieron la noticia del pacto con desagrado.
Temieron, a pesar de las seguridades dadas por Stalin, un relajamiento de la ayuda
soviética y un estímulo de la ofensiva japonesa. Así fue en efecto. Por el tratado indicado
la Unión Soviética había garantizado a Japón la integridad del territorio del Imperio
vasallo de Manchukuo. Luego vino la invasión alemana de la URSS. Y Stalin olvidó los
asuntos chinos durante algún tiempo. Chang y Mao fueron abandonados a su suerte.
LA OCUPACIÓN JAPONESA DE INDOCHINA
Japón, tras la derrota de Francia ante Alemania (VI-1940), había llamado a filas a un
millón de reclutas. Un año más tarde dio un paso audaz al convencer al gobierno de
Vichy3 de que le permitiera la ocupación temporal de Indochina. Vichy dio su
conformidad el 23 de julio y cuatro días más tarde los japoneses comenzaron a
desembarcar en Indochina. Ocuparon Tonkín y cortaron la línea férrea de Yunnan, con

3Se denomina así al estado dirigido por el Mariscal Philippe Pétain que surgió tras la derrota francesa en
1940 y que estableció su capital en la pequeña ciudad de Vichy. En la práctica, el "régimen de Vichy" fue
un régimen autoritario que, a lo largo de su corta historia, julio de 1940 a septiembre de 1944, fue
adquiriendo un carácter cada vez más fascista y colaboracionista con la Alemania Nazi.

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lo cual fue mayor el aislamiento de Chang Kai-chek. Pero, sobre todo, desde sus nuevas
posiciones, los japoneses se convirtieron en un peligro directo para Birmania y Malasia
e indirecto para Filipinas.
EL DESAFÍO NORTEAMERICANO A JAPÓN
Roosevelt, ante la firma del acuerdo entre la Francia de Vichy y Japón, consultó qué
pasaría si se aplicase una política de embargos. Ante la contestación de que
presumiblemente Japón intensificaría las operaciones de guerra —es decir, que entraría
como beligerante en la II Guerra Mundial—, el presidente norteamericano ordenó la
congelación de los bienes japoneses en los Estados Unidos (25-VII). Al día siguiente la
medida fue imitada por Gran Bretaña y los Países Bajos. Roosevelt estaba dispuesto a
aprovechar la coyuntura para eliminar la peligrosa competencia japonesa en China y en
el área del Pacifico.
No muchos días más tarde (31-VII) Roosevelt prohibió la exportación a Japón de
carburante para la aviación y de maquinaria. Fue el inicio de la guerra económica contra
Japón, una guerra que había tenido sus preliminares lejanos en la denuncia (26-VII-
1939) del tratado comercial que desde 1911 ligaba a Japón con los Estados Unidos. El
paso siguiente lo dio Roosevelt en la conferencia de Terranova con el envío de la nota
'provocadora al embajador nipón en Washington. Japón entendió este cúmulo de
advertencias y desde setiembre de 1941 comenzó a recabar datos sobre las fuerzas
norteamericanas a través de su cónsul general en Honolulu. Pero Japón no sabía que
la clave que utilizaba en sus mensajes cifrados —la clave "Mágica"— había sido
descifrada por los norteamericanos que podían seguir así todos sus preparativos.
LA AYUDA ANGLO AMERICANA A LA URSS
La invasión alemana de la URSS marcó también el comienzo de la ayuda anglo-
americana a los soviéticos a través de la ley de préstamos y arriendos, lo que fue un
buen negocio para la industria estadounidense. La ayuda se encauzó inicialmente por
el Ártico, para lo cual Gran Bretaña ocupó Spitzbergen y los Estados Unidos, Islandia.
Pero el peligro representado por los U-boots alemanes impulsó a cambiar la ruta de
aprovisionamiento, y se optó por Vladivostok. Lo cual supuso que los convoyes tenían
que atravesar aguas jurisdiccionales japonesas.
EL GOBIERNO DEL GENERAL HIDEKI TOJO
En Japón, mientras tanto, habían aparecido dos corrientes de opinión. Una de ellas,
personificada en el primer ministro, príncipe Konoyé, era partidaria de evitar la guerra
con los Estados Unidos y de seguir maniobrando lo más hábilmente posible dentro de
aquella situación difícil. Frente a esta corriente se presentó la belicista: Japón corría el
peligro de quedar aislado. Si no era posible, dados los recursos japoneses, una guerra
larga, siempre podría intentarse una guerra corta que asegurase el caucho de Malasia,
el estaño de Indonesia y el petróleo de Borneo. Dentro de esta corriente, Matsuoka,
partidario de atacar a la URSS, cedió ante los planteamientos del general Hideki Tojo,
que se inclinaba por llevar la guerra a Indonesia. Dimitido Konoyé el 16 de octubre de
1941, formó gobierno el general Tojo (1884-1948). A partir de este momento, tanto
japoneses como norteamericanos hicieron todo lo posible para engañar a su adversario:
se mantuvieron unas negociaciones oficiales, mientras aceleraban sus preparativos
para una guerra que entendían como inevitable y que ninguno de los dos deseaba hacer
lo más mínimo por evitar.

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Tojo exigió la suspensión de la ayuda a la URSS por Vladivostok. Roosevelt se
manifestó decidido a incrementar el bloqueo económico de Japón. Pero a la vez
continuaron las negociaciones para la firma de un pacto general de no agresión en el
Pacifico. Con este objeto Tojo envió a Washington la misión Matsuoka que recibió
buenas palabras del secretario de Estado, Cordell Hull. De común acuerdo decidieron
que las negociaciones continuasen a nivel de expertos.
De forma paralela a estas negociaciones, Japón insistió en que los embargos
norteamericanos debían cesar antes del 29 de noviembre de 1941. De no ser así
"sucederían automáticamente ciertos hechos". Roosevelt, que conocía los preparativos
japoneses por el desciframiento de la clave "Mágica", opinó privadamente el 25 de
noviembre con referencia a los japoneses: "la cuestión reside ahora en cómo situarlos
en posición de ser ellos quienes disparen el primer tiro sin que esto signifique excesivo
peligro para nosotros".
EL "ULTIMÁTUM" NORTEAMERICANO
En consecuencia, los Estados Unidos hicieron una nueva propuesta a Japón, que en
realidad fue un ultimátum. A cambio de la descongelación de los bienes japoneses en
los Estados Unidos y de la firma de un nuevo acuerdo comercial, Japón debería firmar
tratados mutuos de no agresión con los Estados Unidos, la Unión Soviética, los Países
Bajos, la China de Chang Kai-chek y Siam. Además, debería retirar todas sus tropas de
China e Indochina; comprometerse a no apoyar en China otro régimen que el de Chang;
y concluir un tratado comercial recíproco con la Unión sobre la base de nación más
favorecida y la estabilización del yen respecto al dólar.
El gobierno Tojo decidió responder a esta propuesta con la operación ya preparada y
que tenía como objetivo la base norteamericana de Pearl Harbor, en las Hawái.
Roosevelt lo supo y decidió no hacer nada, salvo continuar la negociación oficial. No
avisó a los jefes militares de Hawái. El día 7 fue captado el último mensaje japonés en
clave. Roosevelt lo leyó y se limitó a observar: "Esto significa la guerra". Pero tampoco
avisó a las Hawái. El primer mensaje de Washington llegó a las islas Hawái seis horas
después de que se hubiera producido el ataque japonés.
PEARL HARBOR
En la tarde del domingo 7 de diciembre de 1941, durante hora y media, 450 aviones
japoneses que procedían de los seis portaviones que al mando del vicealmirante
Nagumo se habían aproximado a las Hawái desde el noroeste sin que las defensas
norteamericanas lo percibieran, bombardearon la base naval norteamericana de Pearl
Harbor. En sus puertos se encontraban atracados 94 barcos de guerra. La aviación
japonesa se centró en los ocho acorazados: todos fueron acertados; sólo uno pudo
escapar con graves daños; dos se perdieron por completo. Hundieron o averiaron otros
diez barcos entre cruceros y destructores. Murieron en el bombardeo 4.575
norteamericanos. De los 400 aviones que había en la base, fueron destruidos 177. Los
japoneses perdieron 30 aviones. En la operación desapareció la mitad de la flota
norteamericana del Pacífico, equivalente a un tercio del total de la flota de los Estados
Unidos. Se salvaron, sin embargo, los portaviones norteamericanos, ninguno de los
cuales se encontraba en Pearl Harbor.
LAS DECLARACIONES DE GUERRA
Al día siguiente, 8 de diciembre, Estados Unidos, Gran Bretaña y los Países Bajos
declararon la guerra a Japón. El 11, Alemania e Italia declararon la guerra a Estados

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Unidos. Al ser la Unión americana la mayor potencia industrial, se convirtió en el
beligerante de mayor poderío. El ataque japonés a Pearl Harbor fue un ataque a la
desesperada, un intento de poner al adversario fuera de combate en un primer choque.
Japón sabía que, salvo por la sorpresa, nada podría hacer ante Estados Unidos. Por lo
pronto había logrado convertir el conflicto iniciado en 1939 en una guerra mundial.

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