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I CONGRESO DE CALIDAD E INNOVACIÓN EDUCATIVA

Eje Temático: Innovación Educativa


Mesa2: Vocaciones científicas y educación.
Tipo de ponencia: Comunicación de experiencia innovadora

TÍTULO:“Agua que no has de beber, no la dejes correr”: Proyecto de concientización


del cuidado del agua en la comunidad educativa de La Casa de los Niños.

Ret, María Paola


Ortiz, Adriana Yanina
La Casa de los Niños (Res. Minist. N°8131)
paolaret@yahoo.com.ar
ortizadrianayanina@gmail.com

TRABAJO PARA PONENCIA

Introducción
El objetivo de la presente ponencia es socializar la experiencia de un Proyecto
Institucional que tuvo gran impacto no sólo en los niños, sino también en los docentes y
toda la comunidad participante. El Proyecto denominado “Agua que no has de beber, no
la dejes correr” fue una propuesta curricular que incorporó contenidos referidos al
cuidado del medio ambiente, haciendo hincapié en la importancia vital del agua como
recurso natural no renovable y en la necesidad de crear conciencia social sobre su
cuidado, teniendo en cuenta que los primeros años de vida de los niños son tiempos
privilegiados para despertar en ellos el deseo de aprender, explorar, observar, utilizar la
imaginación y concientizar sobre la importancia del cuidado del agua.
El proyecto fue pensado tomando como perspectiva la enseñanza de las ciencias
naturales desde un enfoque ecológico (Lacreu, 1997) contemplando los siguientes
objetivos:
-Poner a disposición de los alumnos conceptos claros y adecuados que les permitan
comprender la diversidad y complejidad de los fenómenos naturales;
-Favorecer una comprensión más global de los problemas ambientales, dándoles la
dimensión social que verdaderamente tienen;
-Contribuir al desarrollo de un espíritu crítico y favorecer una actitud de compromiso
frente a problemas ambientales cercanos;
-Favorecer la construcción de conceptos científicos a partir del planteo de situaciones
significativas, que les permitan realizar hipótesis y diseñar estrategias para ponerlas a
prueba;
-Promover un vínculo afectivo y solidario con la naturaleza y la sociedad, que garantice
un compromiso para con su preservación.
Estos objetivos favorecieron la comprensión real y la reflexión acerca de esta
problemática ambiental con el propósito de interpretar hechos e informaciones
vinculados y, así, actuar en consecuencia.
Como institución educativa, una de nuestras preocupaciones gira en torno al cuidado del
medio ambiente, razón por la cual todos los años uno de los proyectos institucionales
aborda alguna temática alusiva. Además del trabajo áulico que se realiza de este tópico
como contenido transversal, consideramos relevante su tratamiento específico a través
del desarrollo de un proyecto anual que contemple un tema concreto, como es el
cuidado del agua, y que reúna en un trabajo colectivo la labor de todas las salas.
La planificación del proyecto comenzó a partir de un interrogante: ¿Te has puesto a
pensar alguna vez en lo extraordinario que es abrir el grifo y contar con agua? Tomar
un vaso con agua, bañarse, lavar los platos o regar las plantas son actos tan naturales
que no nos detenemos a pensar en todo lo que sucedería si nos faltara.
Esta indagación permitió pensar en el agua como un derecho de todos los seres
humanos, de acuerdo con la declaración de la ONU. Sin embargo, en la actualidad,
millones de personas no tienen acceso al agua potable, mientras muchas otras la
malgastan inconscientemente. Dada la importancia de esta problemática, decidimos que
era el momento de analizarla y llevarla a la práctica, creando conciencia del agua dulce
como recurso vital, como bien finito, precioso y no renovable.
Fue preciso, entonces, incorporar la enseñanza de la ciencia tanto en sus aspectos
conceptuales como actitudinales, puesto que caeríamos en un cientificismo puro si nos
planteáramos sólo la enseñanza de conocimientos sin tener en cuenta la importancia de
promover actitudes coherentes. De este modo el conocimiento producido cobra valor
como herramienta transformadora. No desconocemos que para promover nuevos
aprendizajes es imprescindible movilizar el interés de los alumnos en torno de aquello
que pretendemos como objeto de enseñanza. Y como la actividad del niño es una de las
fuentes principales de sus aprendizajes y su desarrollo, es a través de la acción y la
experimentación que el niño, por un lado, expresa sus intereses y motivaciones y, por
otro, descubre las propiedades de los objetos, las relaciones, etc. (Kaufmann y
Serulnicoff, 2000).
Ante la necesidad de los niños de encontrar respuestas a sus interrogantes, experimentar
y sentir curiosidad por descubrir el mundo que los rodea, convertimos en situaciones de
aprendizaje los fenómenos y procesos que ocurren en el mundo natural y las relaciones
que surgen entre materiales, objetos y la acción del hombre. Frente a los grandes
problemas que amenazan con romper el equilibrio planetario y frente a la urgente
necesidad de tomar medidas con respecto al deterioro ambiental, entre otras razones, por
el impacto de las actividades humanas, ya no es posible seguir explorando la naturaleza
aislada, se hace imprescindible incorporar las interacciones entre las sociedades
humanas y los ámbitos naturales.
Al estudiar el mundo natural los chicos pueden desarrollar un pensamiento crítico,
utilizando todas las oportunidades educativas brindadas para desarrollar actitudes
reflexivas, creativas, exploradoras. Para ello, es imprescindible acercar los contenidos
científicos a la vida cotidiana, abordar el proceso de enseñanza de las ciencias naturales
desde un enfoque sistémico, interdisciplinario y holístico (Kaufmann y Serulnicoff,
2000).
Si la ecología pretende el desarrollo de personas capaces de analizar la realidad, de
valorarla, de respetarla, entonces los niños deberán acercarse al medio para conocerlo,
valorarlo, explorarlo y actuar como partes integrantes de él a través de su
comportamiento y compromiso (Acher, 1999; Goldstein, 1999).
A fin de contribuir con la formación integral de los niños en materia de cuidado
ambiental, es que decidimos pensar y desarrollar un proyecto educativo que los ponga
en contacto, los cuestione y los desafíe a asumir responsabilidades ambientales como
habitantes del suelo planetario.
Metodología
La propuesta de actividades constituyó un aspecto sustantivo del trabajo didáctico y nos
enfrentó al desafío de dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿qué características
asumirán las actividades de modo que alienten la construcción de una mirada más
compleja sobre el tema? ¿Qué características necesitarán para motivar un aprendizaje
significativo?
Uno de los criterios que asumimos para la selección de contenidos es que éstos
permitieran complejizar y enriquecer la mirada de los niños sobre el cuidado del agua.
Fue necesario entonces organizar el proyecto buscando favorecer la construcción de esa
mirada. La propuesta estuvo impulsada por situaciones problemáticas tendientes a
involucrar las ideas y los conocimientos previos de los alumnos, ya que la ciencia forma
parte de la cultura, y por lo tanto, es preciso incluir la alfabetización científica en el
bagaje cultural de nuestros alumnos desde pequeños.
El Proyecto fue planteado a partir de estrategias didácticas diferentes que atendiesen a
las características de desarrollo evolutivo de los niños, considerando que cuando
enseñamos ciencias a niños en edades tempranas no estamos sólo formando futuros
ciudadanos, pues los niños, en tanto integrantes del cuerpo social actual, pueden ser hoy
también responsables del cuidado del medio ambiente (Fumagalli, 1997).
Con base en lo anteriormente dicho, el desarrollo y la complejidad de las actividades se
organizaron por sala, sumando un total de cien niños distribuidos en cinco salas.
La propuesta para las salas Verde y Naranja (2 años) consistió en el reciclaje de botellas
de plástico para la confección de rociadores como alternativa al uso de mangueras.
Partiendo de preguntas problematizadoras tales como: ¿para qué sirve el agua? y ¿cómo
podemos cuidarla? se abordó el cuidado del entorno cercano a partir del desarrollo de
hábitos saludables: no dejar correr el agua al lavarse las manos, no utilizar mangueras
para regar plantas, veredas o jardines.
A partir del interrogante ¿de dónde vendrá el agua que sale de la canilla?, la sala
Amarilla (3 años) desarrolló un valioso trabajo de investigación que incluyó los
diferentes usos del agua y la importancia de su cuidado. Como recursos materiales se
utilizaron videos sobre el origen del agua para consumo humano y su proceso de
potabilización, a partir de los cuales surgieron algunos cuestionamientos: ¿por qué es
importante beber agua potable?, ¿por qué es necesario cuidarla?, ¿qué sucede con el
agua que se usa para la higiene personal y de las casas? Toda la información recogida
por los niños fue sistematizada para su socialización al resto de la comunidad educativa.
En la Sala Azul (4 años) los niños trabajaron sobre las características observables del
agua limpia: color, sabor y olor, y visitaron la planta potabilizadora de Aguas del Norte.
La propuesta posterior a la visita fue el desarrollo de una experiencia científica
denominada “Agua limpia, agua sucia” que consistió en (a) colocar agua limpia en un
recipiente, (b) agregar hojas, arena y ramitas, (c) retirar estos elementos utilizando las
manos y pinzas, y (d) observar qué ocurre con el agua luego de este proceso.
La Sala Roja (5 años) visitó la planta potabilizadora de Aguas del Norte y a partir de lo
observado allí, se propuso formar un escuadrón “custodios del agua”, responsable de
revisar las canillas, tanto en el Jardín como en los hogares, e informar al adulto en caso
de advertir pérdidas de agua. Se propuso también desarrollar una experiencia
consistente en colocar un recipiente que contuviera las gotas de agua de una canilla que
pierde, a fin de observar la cantidad de agua que se desperdicia.
Resultados
Los resultados observados a partir de la propuesta didáctica de las salas Naranja y Verde
fueron el reciclaje de botellitas de plástico y su transformación en rociadores con los
cuales regaron hasta finalizar el año escolar las plantas del jardín. De esta sencilla
manera se concientizó a los más pequeños sobre el cuidado del agua y su importancia en
la vida cotidiana.
Los chicos de la sala Amarilla trajeron información de sus hogares y pensaron formas
de preservar el agua: “hay que cuidar el agua para que no se nos termine”, “si dejamos
la canilla abierta, el agua sale y no vuelve más”, “hay que lavarse los dientes con agua
en un vasito y la canilla cerrada”.
La Sala Azul inició la propuesta compartiendo un brindis con agua para luego conversar
sobre sus características observables: color, sabor y olor. Durante la visita a la planta
potabilizadora de Aguas del Norte fueron recibidos por Grifo y los técnicos quienes
explicaron el largo proceso para que el agua llegue a los hogares, limpia y pura. El
experimento “Agua limpia, agua sucia” suscitó grandes interrogantes en los niños
quienes observaron que pese al esfuerzo por quitar las ramitas, arena y hojas, el agua no
volvería a estar limpia para su consumo. Esto los llevó a concluir que “el agua es un
recurso vital, necesario para las personas, los animales y las plantas”, “el agua apta para
el consumo humano que existe en el mundo es escasa”, y “es importante cuidarla, pero
más importante es no derrocharla”.
La experiencia de los chicos de la Sala Roja en la planta potabilizadora y el aprendizaje
derivado de la observación de la cantidad de agua que se desperdicia por una canilla que
pierde, los incentivó a adquirir el rol de “inspectores de goteras, cuidadores del agua”,
asumiendo la responsabilidad por la detección de pérdidas de agua tanto en el jardín
como en sus casas, y la comunicación a los adultos para que den resolución a tales
pérdidas. Con la finalidad de crear conciencia colectiva, los niños de la sala Roja
diseñaron folletos con consejos útiles para el cuidado del agua y los repartieron a la
comunidad educativa y vecinal.
Conclusiones
La enseñanza de las Ciencias Naturales en el Nivel Inicial asume el compromiso de
promover una aproximación de los niños a modelos básicos de las actividades
científicas, que le permitan comprender determinados fenómenos e intervenir en ellos.
Hacer ciencia en el Jardín de Infantes permite al niño interactuar con los objetos,
describir, comparar, observar, ponerse en contacto con distintas fuentes de información,
seguir procedimientos más sistemáticos, experimentar y poner en común resultados
obtenidos.
El cuidado del medio Ambiente como categoría de labor didáctica implica descentrar el
aula y unir la institución con la vida. Este planteo se opone a una postura pasiva del
aprendizaje: aprender y enseñar consiste en convertirse en investigadores y no en
simples espectadores. Aprender es un modo de apropiarse del ambiente, un ambiente
que no es ajeno, e indagarlo siempre supone actuar sobre él.
La selección de contenidos para el desarrollo del Proyecto “Agua que no has de beber,
no la dejes correr” estuvo orientada de modo de ofrecer a los niños la posibilidad de
conocer aspectos del medio ambiente que no conocían o conocían parcialmente. Se
trató, por tanto, de “mirar” algo que nunca habían “mirado” o de “mirar con otros ojos”
aquello que resultaba familiar, involucrándolos en experiencias concretas y trabajos en
los cuales los mismos chicos encontraron un significado.
Existen acciones que realizamos todo el tiempo con los chicos en el jardín y en estas
acciones hay gestos significativos que no se pueden obviar, como lavarse las manos y
revisar que la canilla no quede perdiendo al finalizar esa acción. Observarlos y darles
significado es útil para empezar a hablar de lo que está sucediendo a nivel mundial
como es la falta del agua y la importancia de su preservación y cuidado.
Por esta razón las propuestas estuvieron planteadas desde la experiencia activa y
concreta que permitió a los niños actuar sobre la realidad, favorecer la manipulación de
objetos concretos, responder a sus intereses y estimular el descubrimiento y la
creatividad.
Como aprendizajes derivados del Proyecto, los niños asumieron la responsabilidad de
ser los transmisores en sus casas y familia, enseñando a los adultos a ser conscientes
sobre los cuidados necesarios para no desperdiciar el agua. Aprendieron que el agua es
un recurso vital y el agua potable es escasa, por lo tanto es importante cuidarla, pero
más importante es no derrocharla. Aprendieron que hay que cuidar el agua para que no
se nos termine y que si dejamos la canilla abierta, el agua que sale no vuelve jamás.
Bibliografía
Acher, Andrés. 1999. La educación científica en la escuela. Una manera de estar con
los chicos, en S. Itkin (comp.) Ciencias Naturales, Una aproximación al
conocimiento del entorno natural. Buenos Aires: Ediciones Novedades
Educativas.
Fumagalli, Laura, 1997. La Enseñanza de las Ciencias Naturales, argumentos a su
favor, en H. Weissmannv (comp.), Didactica Didactica de las Ciencias
Naturales. Buenos Aires: Editorial Paidós.
Goldstein, Beatríz. 1999. La ecología, qué, cómo, por qué. en S. Itkin (comp.) Ciencias
Naturales, Una aproximación al conocimiento del entorno natural. Buenos Aires:
Ediciones Novedades Educativas.
Lacreu, Laura Irene, 1997. Ecología, ecologismo y enfoque ecológico en la enseñanza
de contenidos escolares, en H. Weissmann, Didactica de las Ciencias Naturales.
Buenos aires: Editorial Paidós.
Kaufmann, Verónica; Serulnicoff, Adriana, 2000. Conocer el ambiente, una propuesta
para las Ciencias Sociales y Naturales en el Nivel Inicial, en A. Malajovich
(comp.), Recorridos didácticos en la educación inicial. Buenos Aires: Editorial
Paidós. Goldstein, Beatríz. 1999. La ecología, qué, cómo, por qué. en S. Itkin
(comp.) Ciencias Naturales, Una aproximación al conocimiento del entorno
natural. Buenos Aires: Ediciones Novedades Educativas.

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