LAS COSAS QUE DIOS HACE PARA HACERNOS CRECER

Un proceso con dos grandes propósitos

 Crecimiento Santiago 1:2-4
 La gloria de Dios sobre nosotros Juan 9:3
LA vida Cristiana se define como una vida en constante
crecimiento, Dios usara todos los recursos para que sus
propósitos se cumplan en sus hijos.

I. EL DOLOR (Santiago 1:2-4)

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en
diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce
paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que
seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna“.
 Dios permite el dolor para desplegar su poder en nosotros

 Los tiempos difíciles y la tribulación son un proceso con

propósito para nuestras vidas.
La Biblia enseña que la adversidad puede producir buenos
resultados.

La biblia dice de Jesús que tuvo que padecer para

crecer. Hebreos 5:8-9 y aunque era hijo por lo que padeció
aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser
autor de eterna salvación para todos los que le obedecen el dolor
es un regalo de Dios que nos advierte de que algo anda mal. (Los
leprosos son insensibles al dolor) imaginémonos no ser
sensibles al dolor, nos causaríamos muchas heridas,
quemaduras y la muerte.
Dios permite que suframos para que aprendamos a diferenciar
entre lo santo y lo pecaminoso, que aprendamos a reconocer
cuánto dependemos mas de El (1 Pedro 4:12-13).
Proverbios 20:30 “Los azotes que hieren son medicina para el
malo, Y el castigo purifica el corazón“.
II. LA DEBILIDAD
 1 Corintios 1:27 “y lo débil del mundo escogió Dios, para
avergonzar a lo fuerte“.
 2 Corintios 13:4 “Porque aunque fue crucificado en debilidad,
vive por el poder de Dios. Pues también nosotros somos débiles
en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con
vosotros“.
La biblia afirma que Dios se complace en usar a los débiles para
demostrar su poder. Porque nosotros teniendo un Tesoro en
vasos de barro, para que la grandeza sea de Dios y no de
nosotros. (2 Corintios 4:7).
Entonces toda habilidad, bienes, poder y fuerza que poseamos y
que nos hace altivos, soberbios, orgullosos y obstinados, Dios lo
debilitara quebrantandola hasta debilitarnos. Y así entonces nos
hace mas Fuertes “es como barro amasado en manos del
alfarero para fabricar una vasija nueva”.

 Aprendemos a depender mas de Dios. 1 Pedro 5:7 “echando

toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros“.
 Aprendemos a reconocemos nuestras debilidades y confiar en
Él
III. LA ENFERMEDAD (Pablo el apóstol) 2 Corintios 12:7-10
Dios quiere hacernos crecer para ser mas Fuertes de espíritu y
de carácter para ser mas Fuertes; es decir hacer frente a las
debilidades y deseos pecaminosos y triunfar sobre ellos en el
nombre de Jesus.

Los humanos por naturaleza por poseer algún talento, dones,

ministerio, bienes, riquezas, poder, fama y posición nos inflamos
cayendo en la vanidad, soberbia, orgullo, necedad y
desobediencia, entonces Dios usara un alfiler (enfermedad) para
pinchar nuestra vida enorgullecida y desinflarnos.
 Pablo el apóstol poseía grandes talentos, capacidades,
influencias, conocimiento de la ley de Dios, era fariseo de
fariseos, instruido a los pies del rabino y príncipe fariseo
Gamaliel, ciudadano Romano, hebreo de Hebreos. era sin lugar
a dudas un hombre demasiado orgulloso y ciego a la realidad
spiritual. Dios tuvo que hacerlo caer del caballo y dejarlo ciego
cuando se dirigía a Damasco a perseguir cristianos, fue así como
el pudo abrir sus ojos espirituales y ver y conocer
verdaderamente a Jesus, pues solo de oídas le conocía.

El resto de la historia de Pablo la conocemos de como Dios

permitió una enfermedad en su vista que le causaba
incomodidad, vergüenza y dolor por toda su vida. Para
mantenerlo en una posición de humildad.

 Un aguijón en su carne = es una enfermedad física permanente

 Nos hace ser mas humildes – para que no me enaltezca

 Somos perfeccionados – mi poder se perfecciona en la

debilidad
 Somo glorificados – me gloriare en mis debilidades

 Somos llenos de su poder – para que repose el poder de Cristo

en mi
 La enfermedad son como un ayo que nos mantiene sumisos y
rectos
IV. LOS PROBLEMAS O PRUEBAS
Santiago 1:2-4 “Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os
halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra
fe produce paciencia, y que la paciencia ha de tener su perfecto
resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte
nada“.
Algunas lecciones las aprendemos a través del dolor y los
problemas. Un niño que le prohíben tocar un horno caliente y aun
así lo hace, sufre las consecuencias pero aprende. La vida es
 como una escuela de aprendizaje donde enfrentamos y
desafiamos los problemas matemáticos y aprendemos a
resolverlos o a ignorarlos

 Los problemas enfrentados cada día nos hacen mas fuertes

 Triunfar sobre cada problemas nos hace mas sabios; luego
entonces cada problema es una oportunidad de triunfar con la
ayuda de Dios
 Puedes mirar los problemas como una oportunidad de
demostrar tu dependencia en Dios y la fuerza que tienes: mas
esfuerzo, mas ayuno mas oración, mas biblia, mas
consagración o lamentar tu situación, huir y permitir que te
aplasten: reprochar y quejarnos ante Dios, caer en desanimo,
endurecer el corazón, enojo, resentimiento y rebeldía
 Dios usa los problemas para protegernos: José ante sus
hermanos reconoció el plan divino. “Vosotros pensasteis
hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien” (Génesis 50:20)
Romanos 8:28 “los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan
a bien”
“Dios no nos probara mas de lo que podamos resistir, junto con
la prueba nos dará la salida” (1 Corintios 10:13)
La prueba de nuestra fe.
Esto ocurre cuando la tribulación desafía nuestra fe y nos llama
a dar testimonio. Cuando llega la tribulación, por fe me aferro a
sus promesas:

 “No te desampararé, ni te dejaré” Hebreos 13:5

 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados“. Romanos 8:28
 “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis
perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna“. Santiago 1:4