NINGUN OTRO ME AMA COMO CRISTO NINGUN OTRO ME AMA COMO CRISTO

Contaréles del amor de Jesucristo, Contaréles del amor de Jesucristo,

Un amigo fiel en El ya encontré Un amigo fiel en El ya encontré
El cambió mi vida antigua por completo, El cambió mi vida antigua por completo,
Cuando en mi necesidad a El miré. Cuando en mi necesidad a El miré.

Ningún otro me ama como Cristo, Ningún otro me ama como Cristo,
Ningún otro puede amar así. Ningún otro puede amar así.
Ningún otro de maldad librarme pudo. Ningún otro de maldad librarme pudo.
¡Oh! qué amor mostró por mí. ¡Oh! qué amor mostró por mí.

El me encontró hundido en pecado El me encontró hundido en pecado

Y mi alma llena fue de aflicción, Y mi alma llena fue de aflicción,
El me dijo: “Ya el precio es pagado El me dijo: “Ya el precio es pagado
Con mi sangre limpiaré tu corazón Con mi sangre limpiaré tu corazón

Siempre viene el Señor a alentarme, Siempre viene el Señor a alentarme,

Siempre habla El palabras de amor Siempre habla El palabras de amor
No comprendo por qué quiso El salvarme No comprendo por qué quiso El salvarme
Lo comprenderé al ver al Redentor. Lo comprenderé al ver al Redentor.
PECADOR VEN AL DULCE JESÚS
Pecador, ven a Cristo Jesús,
Y feliz para siempre serás,
Que si tú le quisieres tener
Al divino Señor hallarás.
Coro
Ven a Él, ven a Él,
Que te espera tu buen Salvador;
Ven a Él, ven a Él,
Que te espera tu buen Salvador.
II
Ovejuela que huyó del redil,
¡He aquí tu benigno Señor!
Y en los hombros llevada serás
De tan dulce y amante Pastor.
III
Si cual hijo que necio pecó,
Vas buscando a sus pies compasión,
Tierno Padre en Jesús hallarás,
Y tendrás en sus brazos perdón.
IV
Si enfermo, te sientes morir,
Él será tu Doctor Celestial;
Y hallarás en su sangre también
Medicina que cure tu mal.
PECADOR VEN AL DULCE JESÚS
Pecador, ven a Cristo Jesús,
Y feliz para siempre serás,
Que si tú le quisieres tener
Al divino Señor hallarás.
Coro
Ven a Él, ven a Él,
Que te espera tu buen Salvador;
Ven a Él, ven a Él,
Que te espera tu buen Salvador.
II
Ovejuela que huyó del redil,
¡He aquí tu benigno Señor!
Y en los hombros llevada serás
De tan dulce y amante Pastor.
III
Si cual hijo que necio pecó,
Vas buscando a sus pies compasión,
Tierno Padre en Jesús hallarás,
Y tendrás en sus brazos perdón.
IV
Si enfermo, te sientes morir,
Él será tu Doctor Celestial;
Y hallarás en su sangre también
Medicina que cure tu mal.