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El año augural
Archivo General
Universidad de la República
Aniversarios 2008 - Universidad de la República
Volumen I
1908
El año augural
Vania Markarian
María Eugenia Jung
Isabel Wschebor
Archivo General
Universidad de la República
© Universidad de la República, Montevideo, Uruguay, 2008.
Queda hecho el depósito que marca la ley
Impreso en el Uruguay, 2008
ISBN: 9974-0-0317-2
Tabla de Contenidos
Agradecimientos 9
Introducción 11
Por eso, el presente volumen se abre con un recorrido de los grandes cam-
bios del período 1904-1907, destacando la impronta que Acevedo, en apretada
colaboración con el gobierno de José Batlle y Ordóñez, impuso a la institución
tanto en sus aspectos docentes como de investigación científica, siempre con el
objetivo de transformar a la Universidad en un centro de creación y difusión del
conocimiento para toda la sociedad. En lo relativo a la docencia, la discusión
sobre la enseñanza secundaria, en esa época dependiente de la Universidad, la
modificación del régimen de exámenes y de asistencia, los nuevos planes y pro-
gramas, fueron algunas de las medidas que intentaron combatir la orientación
“profesionalista” hasta entonces predominante y acercar la educación superior
a nuevos sectores sociales. En el plano de la investigación, estrechamente rela-
cionado con la necesidad de ofrecer educación de alta calidad, debe destacarse
la creación de las nuevas facultades de Agronomía, Veterinaria y Comercio,
así como la reorientación de los programas aplicados en los demás centros, la
contratación de profesores extranjeros, entre otras decisiones que apuntaron a
hacer de la Universidad un actor imprescindible del desarrollo nacional.
14 Universidad de la República | Aniversarios 2008
La segunda sección del libro se propone describir las grandes transforma-
ciones institucionales que trajo la Ley Orgánica de 1908, analizando tanto sus
aspectos de freno al proceso reformista anteriormente descripto como su calidad
de impulsora de cambios esenciales en el gobierno de la casa de estudios. En el
primer sentido, se destaca el desgajamiento de las nuevas facultades de la órbita
universitaria y la descentralización del proceso de toma de decisiones, asuntos
centrales en el definitivo alejamiento entre Acevedo y el nuevo gobierno nacio-
nal encabezado por Claudio Williman. En el segundo sentido, la novedad más
importante de la nueva ley fue sin duda la introducción de la representación
estudiantil, aunque todavía de modo indirecto, en las diferentes instancias de
dirección de la Universidad.
Las breves páginas que abren cada uno de esos capítulos buscan simplemente
servir de guía y contexto para las selecciones documentales que las acompañan
y constituyen el grueso de esta publicación, con el objetivo de aportar mate-
riales para la discusión sobre el pasado, el presente y el futuro de nuestra casa
de estudios. Si la comunidad universitaria encuentra en este libro un insumo
para esas inaplazables discusiones, habremos cumplido con el propósito que
nos planteamos al unirnos a la celebración de los importantes aniversarios que
Volumen I | 1908 15
se cumplen este año. Esperamos que los próximos cuatro volúmenes sigan co-
laborando en esa dirección.
Vania Markarian
Responsable del Área de Investigación Histórica
Archivo General de la Universidad de la República
Notas sobre los criterios de edición
1 Juan Antonio Oddone y Blanca París, La universidad uruguaya del militarismo a la crisis
1885-1958 (Montevideo: Universidad de la República, 1971), XIV.
2 Ver José Pedro Barrán y Benjamín Nahum, Batlle, los estancieros y el imperio británico,
Tomo 1: El Uruguay del Novecientos (Montevideo: EBO, 1979), 129-30.
20 Universidad de la República | Aniversarios 2008
A partir de su asunción en agosto de 1904, las propuestas de Eduardo
Acevedo marcaron un cambio de rumbo en la discusión e implementación de
importantes reformas institucionales y de corte académico. Lo más sobresaliente
de esta etapa fue, sin duda, el fuerte replanteo de los fines de la enseñanza y del
papel global que la Universidad debía desempeñar en la sociedad. Se procuraba
dar una nueva orientación a la institución en aras de potenciar su expansión y
diversificación. En esa dirección estaban dirigidos los cuestionamientos cada
vez más persistentes que destacadas personalidades del cuerpo docente, inclui-
do Acevedo, habían comenzado a manifestar acerca del perfil “profesionalista”
dominante hasta el momento. Desde su visión, la institución debía ir más allá
de la formación de profesionales, convirtiéndose en un centro de generación de
cultura y de promoción científica con miras a alcanzar una mayor inserción en el
medio social. En esa misma línea estaban las palabras de Carlos María De Pena,
Decano de Derecho, quien en un informe presentado al Consejo Central en 1905
indicaba que la Universidad no debía resignar “bajo ningún pretexto los fines
de alta cultura: la investigación directa, la disciplina del saber, la aplicación del
método científico, la comparación de los resultados adquiridos y la adaptación
de todo eso al medio en que se vive.”3
A los efectos del presente análisis, es posible identificar dos áreas de aplicación
del plan de reorganización de Acevedo: una vinculada a los aspectos educativos
(fundamentalmente la modificación del régimen de promociones y calificaciones)
y otra ligada a la investigación (especialmente en lo relativo a la creación de
nuevas facultades de Agronomía, Veterinaria y Comercio).
4 Ver Libro de Actas de las Sesiones celebradas por el Consejo Universitario, N°12 (enero de
1903-abril de 1905), 8 de agosto de 1904, 313-5, Archivo General de la Universidad de la
República, Montevideo.
5 Eduardo Acevedo, “La enseñanza universitaria en 1905”, en Anales de la Universidad 1906,
T. XVII, N°81, 102-3.
22 Universidad de la República | Aniversarios 2008
En el plano de la enseñanza, las transformaciones impulsadas abarcaron
desde los contenidos, planes y programas de estudio, hasta el reconocimiento
de la necesidad de mejorar la labor docente mediante la instrumentación de
instancias de formación pedagógica. El empuje reformador en esta área eviden-
ciaba una fuerte influencia de los métodos, orientaciones y técnicas provenientes
de Europa, particularmente de Alemania.6 En este marco, una de las notas
salientes fue la acentuación del carácter práctico de la enseñanza conteste con
el cuestionamiento a la orientación profesionalista entonces dominante en la
Universidad. Se instrumentaron cambios en los planes de estudio que incorpo-
raron como novedad el incremento de las horas de práctica y la obligatoriedad
de la asistencia a los cursos.
Otro aspecto a ser destacado fueron las modificaciones que se procuró realizar en
la Sección de Enseñanza Media y Secundaria. Acevedo consideraba que era indispen-
sable la coordinación de todas las ramas de la enseñanza bajo la órbita de una única
dirección. En ese sentido y conforme con las intenciones del gobierno de Batlle y
Ordoñez, prestó especial atención al desarrollo de la educación secundaria y defendió
6 Ver J. A. Oddone y B. París, ob. cit., 71.
7 Ver ibídem, 65-7.
Volumen I | 1908 23
que fuera mantenida bajo la dependencia universitaria. Durante su rectorado hubo
intentos de modificar ese tramo del proceso educativo introduciendo el concepto
de “enseñanza media” para diferenciarla de los años preparatorios del ingreso a las
carreras universitarias. El cometido de este ciclo sería profundizar el saber escolar y
aportar una educación que preparara y creara aptitudes para la “vida”.
Pero pese a sus protestas contra el sistema en uso, los estudiantes miraron con
suspicacia la implementación del nuevo régimen y otros aspectos de las reformas
llevadas adelante por Acevedo: “Desde que se habló de reformas y desde que
algunas de ellas se hicieron conocer como; v.gr.: la relativa al horario continuo
de clases, pudimos cerciorarnos que eran planta extranjera que se quería hacer
vegetar en nuestro suelo. Su origen es bueno, es sano, es fecundo, no lo nega-
mos ¡pero, se pretende acaso implantar en nuestra libérrima tierra el régimen
establecido en la Alemania de los Moltke, de los Bismark, de los Guillermo II y
sus antecesores, en donde, todo hasta las conciencias están militarizadas”, afir-
maban.17 Las polémicas acerca de la exoneración del examen final continuaron
durante todo el período de su aplicación traspasando las fronteras universitarias
hasta el parlamento. Estos debates acompañaron el proceso de discusión sobre
la reorganización universitaria. Finalmente, el nuevo sistema no prosperó, entre
otras causas, por la resistencia que opusieron estudiantes y docentes. Luego de
Fue un fracaso del programa de Acevedo en uno de sus aspectos más im-
portantes, vinculado a la orientación general y el propósito de la enseñanza
universitaria en el país. En este sentido, es importante resaltar que ese programa
no trataba de eliminar los objetivos “profesionalistas” de la enseñanza superior
sino de transformarlos decisivamente. De modo similar, la diversificación de
las ramas de enseñanza e investigación, no atacaba la función tradicional de
la Universidad como formadora de las clases dirigentes sino que promovía un
concepto más amplio de quienes conformaban esos elencos y daba cuenta de la
importancia que habían adquirido nuevos sectores sociales en el país.
18 Ver Esther Ruiz y otros, Una poderosa máquina opuesta a la ignorancia: 100 años de la
Facultad de Agronomía (Montevideo: Hemisferio Sur, 2007).
19 Ver ibídem, 6.
20 Esto se evidencia en la documentación gubernamental y universitaria donde, tanto antes
como después de su creación, estos institutos figuran con distintas denominaciones: escuela,
facultad, sección, etc.
28 Universidad de la República | Aniversarios 2008
científicos, aplicarlos a sus respectivos sectores y formar técnicos especializados con
el objetivo de modernizar e incrementar la producción agropecuaria.21
26 Ver Decreto del Poder Ejecutivo creando las Facultades de Agronomía y Veterinaria, en Uni-
versidad de la República, 15 de setiembre de 1906, Caja 91, Carpeta 16, Archivo General
de la Nación, Montevideo.
27 Ver J. A. Oddone y B. París, ob. cit., 563, y E. Ruiz y otros, ob. cit., 9-16.
28 Ver J. A. Oddone y B. París, ob. cit., 565-6.
29 Ver ibídem, 581.
30 Universidad de la República | Aniversarios 2008
bases para organizarlos en forma anexa a la Facultad de Medicina. El proyecto fue
elaborado por el entonces Rector Claudio Williman y elevado en 1903 al Ministro
de Fomento. En noviembre de 1903 fue aprobado por el Poder Ejecutivo. En 1905
comenzaron los cursos en forma muy precaria. Ese mismo año se planteó la rees-
tructuración de la institución que en 1906, por resolución gubernamental, pasó a
formar parte de la Facultad de Agronomía y Veterinaria. El 1 de febrero de 1906,
el gobierno autorizó la contratación del Dr. Salmon como director y la adquisición
de los materiales necesarios para la puesta en marcha de los estudios. A partir de la
sanción de la Ley Orgánica de 1908, Veterinaria pasó a ser administrada con rango
de escuela por un consejo dependiente de un patronato integrado por hacendados,
veterinarios y su director.30
[Tomado del Libro de Actas de las Sesiones celebradas por el Consejo Universitario,
N°12 (enero de 1903-abril de 1905), 26 de setiembre de 1904, 341-3, Archivo
General de la Universidad de la República, Montevideo.]
38 Universidad de la República | Aniversarios 2008
[Tomado del Libro de Actas de las Sesiones celebradas por el Consejo Universi-
tario, N°12 (enero de 1903-abril de 1905), 23 de setiembre de 1904, 338-40,
Archivo General de la Universidad de la República, Montevideo.]
40 Universidad de la República | Aniversarios 2008
Nuevas Facultades
[Tomado del Libro de Actas de las Sesiones celebradas por el Consejo Universita-
rio, N. 13 (abril de 1905–junio de 1907), 11 de octubre 1906, 321-5, Archivo
General de la Universidad de la República, Montevideo.]
Volumen I | 1908 53
Así, la etapa iniciada en 1907 estuvo marcada por enfrentamientos entre las
autoridades universitarias y el Poder Ejecutivo que culminaron con la renuncia
de Eduardo Acevedo en abril dicho año y la aprobación del proyecto de Ley
Orgánica de la Universidad impulsado por el Presidente Williman y su Ministro
de Industrias, Trabajo e Instrucción Pública, Gabriel Terra, en diciembre de
1908.32 La nueva legalidad de la Universidad puso freno al “proyecto acevedista”
y reorientó el desarrollo técnico y académico de la institución en el largo plazo.
32 El proyecto de reforma de la Ley Orgánica de la Universidad se encontraba desde hacía varios
años encarpetado en la Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados.
60 Universidad de la República | Aniversarios 2008
Con la importante excepción de la autonomía con respecto al poder político,
que no estaba prevista en la ley de 1908, se sentaron entonces las bases de mu-
chos rasgos perdurables de la estructura y el funcionamiento de la Universidad.
La organización por facultades, la prevalencia de ciertas profesiones liberales
y sus respectivas corporaciones y la participación de profesores, egresados y
estudiantes en el gobierno universitario son algunos de los aspectos heredados
de esta carta orgánica.
A fines de abril, el Rector fue convocado por el Ministro Terra para anunciarle
que el edificio universitario en construcción en la avenida 18 de Julio –origi-
nalmente destinado a la Facultad de Derecho– sería otorgado a la Facultad de
Matemáticas. Terra argumentó que los abogados eran sobreabundantes en el país,
mientras que “la cantidad de ingenieros [era] todavía reducida y los progresos
materiales del país [harían] crecer forzosamente la demanda de esta clase de
profesionales.”34 Por esa razón, consideraba que un nuevo establecimiento para
33 Libro de Actas de las Sesiones celebradas por el Consejo Universitario, N°13 (abril de 1905–junio
de 1907), 11 de abril de 1907, 438-41, Archivo General de la Universidad de la República,
Montevideo.
34 Expediente titulado “El Dr. Eduardo Acevedo renuncia como Rector y Profesor de Economía
Política. Nombramiento interino del Dr. Ángel Maggiolo como Rector”, en Universidad de
la República, Departamento de Secretaría General, 27 de abril de 1907, Caja 95, Carpeta 80,
Archivo General de la Nación, Montevideo.
62 Universidad de la República | Aniversarios 2008
la Facultad de Matemáticas era un objetivo prioritario para la nueva administra-
ción. Sin entrar en el debate de estos argumentos, es claro que la intempestiva
resolución del Poder Ejecutivo no podía tener otra consecuencia que consolidar
la voluntad de Acevedo de renunciar a su cargo.
La decisión del Rector puso fin a la fuerte resistencia que había encontrado
el Poder Ejecutivo para modificar el marco legal de la Universidad. Así, el 14
de mayo de 1907, a escasas dos semanas de la renuncia indeclinable de Acevedo,
Williman y Terra enviaron un mensaje a la Honorable Asamblea General con
el objetivo de dinamizar la discusión sobre la reforma de la Ley Orgánica. El
proyecto de ley fue retomado por la comisión parlamentaria pertinente y hacia
mediados del mes de enero de 1908 se inició en la Cámara de Representantes
una discusión que se prolongó durante todo ese año. El primer mensaje del
Poder Ejecutivo detallaba las orientaciones que pautarían el nuevo rumbo de la
Universidad, mientras el proyecto adjunto otorgaba sustento legal a estas con-
cepciones, muchas veces contrapuestas con las transformaciones universitarias
que se había impulsado en el período anterior.
El Sr. Rector dice que dos señores miembros del Consejo han pedido sesión
extraordinaria y que sabiendo con qué objeto lo han hecho debe dar algunas explica-
ciones previas. Un diario publicó el lunes la noticia de que el P. E. [Poder Ejecutivo]
había resuelto la supresión de la Universidad y sus autoridades o sea del Consejo y
del Rector, creando los Consejos de Facultad bajo la inmediata superintendencia del
Ministerio. Que en ese proyecto, condenable en sí mismo, porque importa la supresión
absoluta de la autonomía universitaria desde que las Facds. [facultades] serán simples
oficinas administrativas dependientes del Ministerio, hay además una falta absoluta
de consideración de las autoridades universitarias que ni siquiera por fórmula han sido
consultadas al respecto, y a las que se mira como algo perjudicial, como algo que es
necesario destruir de inmediato, pues en el suelto referido se revelaba bien claramente
que había urgencia en destruir la actual organización universitaria. Que en presencia
de tales hechos y sabiendo además que hay en el fondo de esos proyectos una cuestión
de animosidad personal contra los hombres dirigentes de la Universidad, el que ha-
bla resolvió presentar renuncia del cargo que desempeña y habiéndole manifestado
su resolución a los Sres. Decanos, éstos agregaron que asumirían la misma actitud
conviniendo en aplazarla hasta que hubiera una manifestación oficial en el sentido
anunciado. El Sr. De María dice que él es uno de los que pidieron sesión y que lo hizo
en conocimiento de lo que ha referido el Sr. Rector. Considerando que si en efecto el P.E.
tiene la idea de suprimir en la forma anunciada la autonomía universitaria, el Consejo
debe asumir una actitud solidaria con el Rector y los Decanos sea para retirarse, sea
para mantenerse en sus puestos respectivos, luchando por impedir que el proyecto se
realice. Por eso, pues, solicitó la sesión pero los informes que se le han dado respecto
de la actitud del P.E., le hacen creer que si la idea en cuestión ha existido no se trata de
72 Universidad de la República | Aniversarios 2008
realizarla de inmediato como parecía, por lo cual cree que el Consejo ha de mantenerse
a la expectativa debiendo el Sr. Rector convocarlo no bien se produzca alguna novedad
en el asunto. El Sr. Pena expresa que efectivamente sus informes lo autorizan para creer
por lo menos que transcurrirá algún tiempo antes de que el proyecto de que se trata
se realice por lo cual afirma también que el Consejo debe pasar al orden del día. El Sr.
Irureta Goyena dice que desde que tuvo conocimiento de la actitud que el Sr. Rector
y otras autoridades universitarias resolvieron adoptar, se formó la resolución de acom-
pañarlos en ella, considerando que si en otros tiempos el hecho de haberse atribuido
el P.E. el derecho de separar a un profesor, provocó el movimiento de reacción en la
Universidad por todos conocido, la Supresión Completa de la autonomía universitaria
que es lo que parece buscarse hoy justifica mucho más aún que se proceda en su forma.
Considera, sin embargo, dudosos los informes a que se ha referido el Sr. Pena, informes
que él por su parte ha recibido de otras fuentes, que debe aplazarse toda resolución.
El señor Maggiolo dice que él quiere dejar constancia que al cambiar ideas con el Sr.
Rector y los otros Decanos sobre el hecho de que se trata no abrió opinión sobre los
proyectos que se atribuían al P.E. considerando, como lo dijo, que no era posible atri-
buir tal importancia a un suelto de diario. El Sr. Rector contesta que al hablar de la
coincidencia entre sus ideas y las de los Srs. Decanos se refirió tan sólo a la resolución
de renunciar, pero que como las últimas palabras del Sr. Maggiolo pudieran hacerle
aparecer procediendo con ligereza basado en simples rumores recogidos por un diario
que le consta y así lo manifestó a los Srs. Decanos que el suelto en que se anunciaban
los referidos proyectos fue escrito por el Dr. Amézaga por indicación con arreglo a
los informes del Sr. Presidente de la República. El Sr. Navarro dice que quiere dejar
establecido que en la conferencia del Sr. Rector con los demás decanos se acordó que
renunciarían todos en el caso en que la noticia del Suelto referido, fuera exacta. EL Sr.
García de Zuñiga se adhiere a esta manifestación.
[Tomado del Libro de Actas de las Sesiones celebradas por el Consejo Universita-
rio, N°13 (abril de 1905-junio de 1907), 11 de abril de 1907, 438-41, Archivo
General de la Universidad de la República, Montevideo.]
Volumen I | 1908 73
El Sr. Rector da cuenta de que hace algunos días fue llamado por el Sr.
Ministro Dr. Terra quien le manifestó que el P.E. [Poder Ejecutivo] tenía la
idea de no construir la Facultad de Derecho, destinando, en cambio, el edificio
en construcción a la Facultad de Matemáticas; que él, por su parte le hizo
observar que la Fac. de Derecho necesita con tanta urgencia como las demás
otro local, que la de matemáticas, si sus enseñanzas habían de ser prácticas y
no como hasta hoy exclusivamente teóricas, reclama una vasta extensión de
terreno en los alrededores de la Ciudad para instalación de máquinas, ejercicios
sobre cursos de agua, etc., que por lo demás se podía responder sin grandes
erogaciones a estas exigencias, suspendiendo las otras de los demás edificios
que no han sido aún licitados. El Sr. Ministro prometió consultar al Presidente
y comunicar la resolución del P.E. a la Universidad lo que se ha hecho en el
mismo sentido por medio de la nota de que se da lectura. Esta nota, agrega,
unida a la noticia que dio un diario recogida de labios del Presidente de la
República respecto del proyecto de supresión del Consejo y del Rector, a la
nota ya conocida sobre acumulaciones y a la interpelación que el mismo señor
Ministro le ha hecho anunciando sobre el régimen de exoneraciones, le demues-
tra que hay una evidente hostilidad a su persona en el actual gobierno, y con el
deseo de impedir que ella perjudique a la Universidad ha resuelto eliminarse
por lo cual ha elevado al P.E. su renuncia indeclinable. En consecuencia, él
por su parte, no tiene nada que hacer en este asunto, pero cree que el Consejo
debe trabajar para impedir que se realice lo que anuncia la nota, por lo cual
cree que ésta debe pasar a Comisión. El Sr. García de Zúñiga dice que debe
exponer al Consejo su actitud en este incidente; que el señor Ministro Terra
lo llamó poco después de hacerse cargo del ministerio y le dijo que el P.E.
entendía que no debía construirse la Fac. de Derecho, consultándolo respecto
de si la de matemáticas podría ser instalada en el terreno destinado a aquélla,
en la inmediaciones de la ciudad para ciertas instalaciones, que él mirando la
cuestión desde el punto de vista, en cierto modo egoísta, de los intereses de
la Fac. de matemáticas, le manifestó que tal proyecto era muy realizable, no
habiendo dado antes cuenta al Consejo porque el señor Ministro le impuso
reserva bajo su palabra. El Sr. Terra dice que no tiene objeto el pasar este
asunto a informe de Comisión cuando el Sr. Decano de Matemáticas miembro
del Consejo ha informado al Sr. Ministro contra las resoluciones del mismo
Consejo y aún contra la ley, pues por ley está resuelta la Construcción de la
74 Universidad de la República | Aniversarios 2008
Facultad de Derecho en el paraje en que ahora el P.E. quiere construir la Fac. de
Matemáticas. El Sr. García de Zúñiga dice que él no era miembro del Consejo
cuando se resolvió la ubicación de los edificios universitarios, replicando al
Sr. Terra que eso no obsta para que el Sr. Decano, siéndolo ahora reconociera
sus obligaciones de tal y por lo menos diera cuenta a la Corporación de lo
ocurrido entre él y el señor Ministro. Se resuelve pasar el asunto a Comisión
designándose para constituirla al Dr. Irureta Goyena y al Dr. Terra siendo
sustituido éste por excusación, con el Dr. De María.
[Tomado del Libro de Actas de las Sesiones celebradas por el Consejo Universita-
rio, N°13 (abril de 1905-junio de 1907), 25 de abril de 1907, 451-2, Archivo
General de la Universidad de la República, Montevideo.]
Han causado sorpresa al Poder Ejecutivo los motivos en que V.S. funda las renun-
cias de los cargos de Rector y Profesor de Economía Política de la Universidad.
Empieza el señor rector por manifestar que el Poder Ejecutivo comunicó
como información oficial que el Consejo Universitario y el Rectorado debían ser
disueltos con verdadera urgencia, organizándose en su lugar Consejos especiales
de facultades que dependerían del Ministerio, y esto encierra un malentendido
porque el Poder Ejecutivo no ha formulado semejante comunicación.
Es cierto sí que el Poder Ejecutivo se preocupa desde hace algún tiempo de
estudiar una nueva organización universitaria consultando los principios de la
división del trabajo, de la especialización de las funciones y la conveniencia de
incorporar nuevos elementos a la causa de la enseñanza –pero lejos de abrigar
propósitos que afecten la llamada autonomía universitaria persigue con esa
reforma dar más amplia base a lo que hoy no existe desde que el Consejo está
actualmente completamente limitado en sus atribuciones por las leyes de 1885
y 1889, siendo público y notorio que hace años la Cámara de Senadores sancio-
nó un proyecto que le devuelve algunas facultades, proyecto que ha quedado
encarpetado en la Comisión de Legislación de la Cámara de Representantes.
El Poder Ejecutivo no ha resuelto todavía si ha de suprimir el cargo de
Rector, si ha de crear o no el Consejo General sobre los Consejos de las Facul-
tades, porque tal cosa depende de un acuerdo que tengo que celebrar con el Sr.
Presidente de la República y francamente no me explico que el Dr. Acevedo,
considerándose jefe de un organismo autónomo, se apresure a eliminarse de su
alto cargo por simples noticias más o menos incompletas de la prensa. Es usted
redactor de uno de los principales diarios del país y es demostrar muy poca fe
en la influencia de la propaganda cuando todavía queda la amplia discusión del
proyecto a remitirse en el seno de la Asamblea Legislativa, y ante su actitud
de renuncia cabe suponer que este es el dilema: o cree que la H. A. General
no atiende razones y acepta toda iniciativa del P. E. aunque sea mala, lo que
constituiría una injuria que no debo atribuirle, o en realidad está convencido de
Volumen I | 1908 79
que al retirarse del Rectorado no lleva la bandera de la autonomía universitaria
que nadie ha pretendido menoscabar.
Agrega Ud. que en el mundo entero se manifiesta decidido a favor de la
reconcentración de las facultades en una Universidad central, precisamente del
modelo de la que funciona en Montevideo, y esta afirmación necesitaría ejemplos
concretos admitirla, porque si es cierto que la ley de 1896, unió en Francia varios
institutos, -verdaderas oficinas dependientes del P. E.- en una sola universidad,
también lo es de que en aquel país la Universidad no es símbolo de autonomía
o independencia porque la dinastía napoleónica creó la Universidad imperial
como instrumento evidente del despotismo.
Llena de sorpresa que el Dr. Acevedo, cuya ilustración es notoriamente
indiscutible, nos hable de un modelo común de Universidad que se sigue en
Montevideo, siendo cierto que estas instituciones tienen en cada país, caracteres
especiales, formas que son peculiares a cada pueblo y que provienen de múltiples
factores tradicionales completamente distintos. Si no puede invocarse razona-
blemente como causa de su renuncia la defensa de la autonomía universitaria,
que será respetada en la reforma que propondrá el P. E. que lleva su espíritu
liberal hasta dar representación a los estudiantes en los Consejos a crearse como
ejemplo de democracia y escuela de civismo, tampoco es causa de renuncia el
pedido de algunos datos que me vi obligado a hacer para resolver con acierto
cuestiones que se me presentan como Ministro. Si usted cree que esos informes
que como funcionario estaba obligado a dar y que nunca imaginé que pudieran
afectar su tranquilidad, se solicitaban únicamente de la Universidad –único
[ilegible] que el Dr. Williman encontró a la Administración– según sus palabras
ud. está profundamente equivocado. De mi ministerio sé decir que todos los
funcionarios que de él dependen, han tenido que responder en los cuarenta días
que llevo en la Cartera, a múltiples cuestiones y tengo el placer de constatar
que desde el Inspector de Instrucción Primaria, Dr. Abel Pérez J. Pérez, que
casi diariamente concurre a mi despacho y que ha colaborado eficazmente con
el proyecto de las ciento cincuenta escuelas, convertido en Ley de la República
y que en estos momentos estudia con el que suscribe el medio de aumentar los
sueldos de los maestros en todo el país y de crear escuelas nocturnas de adultos
y especialmente para obreros en las capitales departamentales, -hasta el más
humilde jefe de la más modesta sección de los servicios a mi cargo se muestran
complacidos de que el actual gobierno se preocupe de los asuntos que con sus
80 Universidad de la República | Aniversarios 2008
reparticiones se relacionan, con el interés y la actividad, que permite la reciente
subdivisión de las tareas del ministro de fomento.
Excepcionalmente pues, el Sr. Rector invoca como motivo de su renuncia
algunos informes que solicité de la Universidad y una entrevista en la que creí
oportuno indicarle las razones que tenía el P.E. para preferir la instalación de
la Facultad de Matemática a la de Derecho en el edificio que hoy se levanta en
la calle 18 de Julio.
No consistió mi propósito en combatir la iniciativa de los edificios univer-
sitarios inaugurados en la pasada administración por el actual presidente de la
república en palabras que podría repetir hoy sin contradecirse en lo más mínimo.
Mi propósito fue el de dar preferencia en la ubicación a la facultad que dentro
de la tendencia moderna de la enseñanza conviene de primer término atender.
No hay más que un centenar de estudiantes de la Facultad de Derecho y
no debe ser deseo de los poderes públicos de aumentar esa cifra, porque abo-
gados hay de sobra y constituye su número un mal social, cuyo incremento es
menester evitar y en cambio la cantidad de ingenieros es todavía reducida y
los progresos materiales del país harán crecer forzosamente la demanda de esta
clase de profesionales.
Esa razón de preferencia podrá ser discutida, pero de ninguna manera afir-
mándose que dentro de los actuales recursos universitarios, ambas facultades
podrían tener ubicación propia y por demás suntuosa.
Los recursos universitarios actuales provienen en cuanto a los edificios de
un impuesto sobre la transmisión de la propiedad inmueble bastante gravoso y
anti-económico y de otro impuesto sobre los depósitos judiciales, y sólo afectando
a estas rentas por más de veinte años se podrá llevar adelante el plan lujoso de
edificación que proyectaba el Sr. Rector de la Universidad.
El P.E. en sus vistas de conjunto se encuentra con mil necesidades que se
relacionan muchas de ellas también con la enseñanza y no puede patrocinar la
afectación de esas rentas sino elevándose a la vez por completo las más indispen-
sables exigencias que es de su deber atender, y estas ideas de por sí respetables
y que serán por otro lado tema de ulteriores debates en el seno del parlamento
no podían tampoco originar la renuncia del Sr. Rector.
Volumen I | 1908 81
Por la alta consideración que la persona de ud. me inspira, he meditado
sobre los verdaderos motivos que pudieran influir en semejante decisión y creo
encontrarlas en la implantación del régimen de las exoneraciones que ha inspi-
rado entusiasmos dignos de mejor causa.
Ese régimen llevado a la práctica con un absolutismo inexplicable, ha sido
condenado públicamente en forma más o menos franca por casi todos los pro-
fesores, la prensa y la opinión en general, y el Rector que en un documento
original adelantó su forma de pensar en el sentido de no aceptar el correctivo
que todos aconsejan para evitar el derrumbe del crédito de nuestra primera
institución de enseñanza, correctivo que consiste en los exámenes periódicos
durante el funcionamiento de las clases, -tendrá inevitablemente que eliminarse
como consecuencia lógica de su actitud extrema y radical.
Por esto es que el Poder Ejecutivo se ve obligado a aceptar la renuncia que
Ud. presenta del cargo de Rector de la Universidad, no haciendo lo mismo con
la del puesto de Profesor de Economía Política y Finanzas que desempeña con
tanto mérito porque a su juicio no tiene razón de ser.
Y al llevar a su conocimiento tal resolución debo confesarle que no contesto
la última expresión de su nota en la que habla de legiones de infecundos que no
saben lo que es realizar una obra porque no comprendo lo que esa frase significa
dentro de la serenidad de espíritu que es dable exigir a un alto funcionario.
En oportunidad comunicaré a usted la forma en que ha de entregar el
Rectorado.
Saludo a Ud. atten.
Gabriel Terra
CLAUDIO WILLIMAN
Gabriel Terra
Poder Legislativo
El Senado y la Cámara de Representantes de la República Oriental del Uru-
guay reunidos en Asamblea General, etc., etc.,
DECRETAN:
Artículo 1 Créanse los Consejos Directivos de las siguientes facultades:
Derecho y Ciencias Sociales.
Medicina y ramas anexas.
Matemáticas.
Art. 2º Cada Consejo se compondrá de diez miembros y un Decano.
De los diez miembros cuatro deberán ser profesores de la respectiva Facultad
y los demás tener título de la misma.
Art. 3º El Decano tendrá la presidencia del Consejo y ejecutará sus
decisiones.
Art. 4º El Rector de la Universidad citará con quince días de anticipación,
previa resolución del Consejo Universitario, a las personas con derecho a inter-
venir en la elección de los Consejos, la que se efectuará en la siguiente forma:
En la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, cuatro miembros serán elegidos
por los profesores y sustitutos, cuatro por los abogados, uno por los escribanos
y otro por los estudiantes.
En la Facultad de Medicina y ramas anexas, cuatro por los profesores, susti-
tutos, Jefes de Clínicas y Jefes de Laboratorio, tres por los médicos, uno por los
farmacéuticos, uno por los dentistas y otro por los estudiantes.
A los efectos de este artículo se entienden por sustitutos aquellos que se
encuentren en ejercicio de sus funciones, es decir, que concurran a la Universi-
dad de acuerdo con las disposiciones reglamentarias, y por estudiantes los que
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comprueben con un certificado haber rendido examen en el año anterior a la
elección de la misma Facultad.
Art. 5º El Poder Ejecutivo nombrará el Decano de cada Facultad, a propuesta del
Consejo respectivo. El Decano deberá ser, además de profesor, abogado en la Facultad
de Derecho, médico en la de Medicina, e ingeniero en la de Matemáticas.
Art. 6º Las tres Facultades constituirán la Universidad de la República,
conjuntamente con la Sección de Enseñanza Secundaria.
Art. 7º Se constituirá el Consejo Universitario con los Decanos y un delegado
de cada Consejo de Facultad.
Formará parte también de ese Consejo el Decano de la Sección de Enseñanza
Secundaria y Preparatoria y un delegado del respectivo Cuerpo de Profesores
nombrado por éstos.
Art. 8º El Rector de la Universidad será nombrado por el Poder Ejecutivo
con la venia del Honorable Senado.
El Rector presidirá el Consejo Universitario y representará oficialmente en
todos los actos y relaciones, a la Universidad.
También podrá concurrir a las sesiones de todos los Consejos de Facultad
con voz y sin voto.
Art. 9º Los miembros de los Consejos de cada Facultad durarán cuatro
años en sus funciones. Los Consejos se renovarán por mitades cada dos años,
debiendo, al constituirse, sortearse los miembros que deben salir al cumplir el
primer bienio.
En caso de vacancia, se procederá a la elección por el término complementario.
Art. 10. El Rector y los Decanos durarán tres años pudiendo ser reelegidos
por una sola vez.
Para ser nombrado Rector se requiere título de abogado, médico o ingeniero.
Art. 11. Todos los Consejos y Decanos tienen por atribuciones, con referencias
a sus respectivas Facultades, además de las que le confieren las leyes de Julio de
1885 y Noviembre de 1889 al actual Rector y al Consejo de Enseñanza Secun-
daria y Superior, las de entender en todo lo concerniente a la extensión de las
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materias que hayan de cursarse por los estudiantes, para adquirir títulos tanto en
la Universidad como en las Escuelas de Comercio, Agronomía y Veterinaria.
El Rector someterá al Poder Ejecutivo el plan que al respecto formula cada
Consejo de Facultad, con informe del Consejo Universitario, para ser elevado
a la Asamblea.
Art. 13. Son atribuciones del Consejo Universitario, además de las que se
insertan en otros artículos de esta ley:
A) Elevar con informe al Poder Ejecutivo los planes de estudios, progra-
mas y métodos de enseñanza que formule cada Facultad.
B) Reglamentar la percepción y administración de las rentas universita-
rias y ejercer la superintendencia sobre la Contaduría y Tesorería de
la Universidad, cuyos servicios quedan unificados, sin perjuicio de
llevarse cuenta aparte a cada Facultad.
C) Informar anualmente al Poder Ejecutivo sobre el estado de la enseñanza
secundaria y superior.
D) Elevar al Poder Ejecutivo los presupuestos de sueldos y gastos anuales.
E) Exonerar, de acuerdo con las disposiciones vigentes, de las cuotas por
concepto de diplomas, matrículas y exámenes y otorgar bolsas de viaje,
previo informe de los Consejos de las respectivas Facultades.
F) Fijar con aprobación del Poder Ejecutivo, los derechos universitarios.
G) Establecer las condiciones de admisión de toda clase de títulos pro-
fesionales y certificados de estudios extranjeros previo informe de las
respectivas facultades y con la aprobación del Poder Ejecutivo.
Art. 14. De las resoluciones de los Consejos de las Facultades podrá recu-
rrirse al Consejo Universitario, requiriéndose para su revocación, la mayoría
absoluta de los votos de los miembros que lo componen, es decir, cinco votos
como mínimum.
Art. 15. En caso de enfermedad o ausencia del Rector, lo reemplazará el
Decano más antiguo y si hubiera igualdad de tiempo, el que tuviera mayor
antigüedad como profesor.
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En los mismos casos, tratándose de los Decanos, serán reemplazados por el
profesor más antiguo que forme parte del Consejo respectivo.
Art. 16. Cada Facultad invertirá su parte de rentas universitarias en la forma
establecida por las leyes anteriores. En igual forma será invertida la mitad de
las rentas de la Sección de Enseñanza Secundaria y Preparatoria.
La otra mitad será distribuida por el Consejo Universitario entre las Facul-
tades, en la forma y oportunidad de juzgue convenientes.
El Consejo Universitario rendirá cuenta al Poder Ejecutivo.
Art. 17. La Enseñanza Secundaria y Preparatoria se formará de la siguiente
manera: El Consejo Universitario propondrá al Poder Ejecutivo cinco miem-
bros de los cuales dos, por lo menos, serán profesores de aquella Sección y cada
Consejo de Facultad propondrá un miembro.
Art. 18. El Consejo de la Sección de Enseñanza Secundaria y Preparatoria,
dentro de los tres meses siguientes de su nombramiento, formulará una división
de estudios en secundarios y preparatorios, debiendo adoptar, para los últimos,
un plan distinto, según se dirija el estudiante a la Facultad de derecho, a la de
Medicina o a la de Ingeniería.
Este plan de estudios será sometido al Consejo Universitario.
La gran transformación iniciada a fines del siglo XIX por el Rector Alfredo
Vázquez Acevedo se encauzó así al margen de la opinión estudiantil y algunas
veces en su contra. Por esa razón, un grupo de estudiantes decidió en agosto de
1893, en pleno proceso de mejoramiento edilicio, cambio de planes y apertura
Estos reclamos los fueron enfrentando con las autoridades universitarias, espe-
cialmente con el Rector Eduardo Acevedo, contra quien no escatimaron críticas y
reproches. Los editores de la revista también dirigieron sus armas críticas contra
los miembros del Consejo Central y los Decanos, a quienes acusaban de similares
arbitrariedades e injusticias en sus manejos de la casa de estudios. De esta forma, fue
quedando en claro que el motivo principal de su descontento radicaba en su total
exclusión de las instancias de dirección de la institución.49
52 Por los valiosos aportes historiográficos de Miranda, ver Elogio de los héroes y otros escritos
(Montevideo: Barreiro y Ramos, 1912) y, fundamentalmente, La doctrina de la revolución:
Centenario de las Instrucciones del año XIII (Montevideo: Comité de la Juventud, 1913).
Su edición de este famoso documento artiguista fue reproducida en 1935 con prólogo de
Juan Zorrilla de San Martín y en 1964, como parte de la “Colección Clásicos Uruguayos”,
con prólogo de José Pedro Barrán.
53 Evolución, junio de 1907, 193-5.
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reuniones académicas y encuentros sociales, dispusieron de locales apropiados,
consiguieron el apoyo de la prensa local y realizaron una excelente edición de
sus actas apenas culminó el Congreso.
54 Se trata de Nereo Olivera Ramos de Brasil, Manuel Prado Ugarteche de Perú y Baltasar Brum
de Uruguay. Ver M. Van Aken, Los militantes, 32-3.
55 Ver por ejemplo M. Van Aken “University Reform before Córdoba”, The Hispanic American
Historical Review 51:3 (agosto de 1971), 447-62, y Carlos Tunnermann, Historia de la Uni-
versidad en América Latina: De la época colonial a la reforma de Córdoba (San José de Costa
Rica: Editorial Universitaria Centroamericana, 1991).
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de Montevideo estuvieron dominados por la experiencia y las expectativas de
las universidades del continente, especialmente las sudamericanas.
La propuesta sobre este último punto fue presentada en la sexta sesión plenaria
del Congreso por el delegado uruguayo Baltasar Brum y resultó, en perspectiva
histórica, el asunto más importante considerado por los estudiantes latinoamerica-
nos en 1908. En su disertación introductoria, Brum sostuvo que la exclusión de los
estudiantes del gobierno universitario era una rémora del pasado de la que había
que deshacerse prontamente. Afirmó también que la elección de representantes del
cuerpo estudiantil, lejos de promover el caos o la inoperancia, contribuiría a elimi-
nar las “luchas estériles” dentro de las universidades. Para terminar, anunció con
satisfacción el apoyo del gobierno uruguayo a la idea y animó a sus pares a reclamar
similares derechos en sus respectivas instituciones.57
“Evolución”
Doce años hace que surgió a la vida la “Asociación de los Estudiantes” y des-
de su nacimiento hasta su actual época, ha llevado siempre una existencia muy
débil, casi anémica, haciendo pensar, seriamente que ha nacido con un germen
de descomposición que impide o dificulta el progresivo desenvolvimiento de
su organismo.
Ante este hecho evidentemente anormal, ocurre preguntar lo siguiente: ¿cuál
es el motivo, cuál es la causa, que obstaculiza el proceso evolutivo de aquella
entidad, acreedora de las mayores simpatías y merecedora de los más sinceros
aplausos? La causa es, lo diremos con toda franqueza, puesto que es la verdad
y la verdad será la bandera de combate de nuestra propaganda, la más desespe-
rante frialdad e indiferencia con que la juventud universitaria ha respondido a
sus frecuentes llamados, negándole todo su valioso concurso a una institución
que es símbolo de nobleza y que debería ser, por la naturaleza de sus elementos
constitutivos, uno de los principales centros intelectuales del país y un órgano
capaz de las conquistas más fecundas para la juventud estudiosa.
Desgraciadamente, lo confesamos, ha sucedido todo lo contrario. Todas las
iniciativas felices, todas las ideas elevadas han tropezado siempre contra esa
barrera insalvable, contra esa indiferencia crónica y no encontrando ambiente
propicio para su desarrollo han tenido forzosa y lógicamente que caer, arras-
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trando en su caída pensamientos generosos y concepciones altruistas. Esta es
la triste realidad de las cosas, pero a pesar de ello, a pesar de esa aleccionadora
experiencia, la actual Comisión Directiva de la “Asociación de los Estudiantes”
siguiendo la obra reparadora de la que le precedió y licuando contra grandes
dificultades y graves prejuicios, no ha vacilado siquiera un solo momento en
lanzarse a la realización de una nueva obra que consiste en la publicación, bajo
los auspicios del centro que preside, de una revista que llevará por título el
epígrafe de este artículo.
“Evolución” que es toda una síntesis luminosa, que nos trae a la memoria el
nombre de uno de los más profundos pensadores de la humanidad y creador del
sistema filosófico más racional, viene a llenar una necesidad sentida en nuestro
ambiente universitario y será el estrado de donde irradiarán los rayos de las
inteligencias más vigorosas y al mismo tiempo el defensor de la libertad y del
derecho de todos los estudiantes.
Como el mercantilismo no ha sido inspiración de nuestra obra sino que, con
ella sólo buscamos la difusión de ideas sanas y de sanos principios y especial-
mente el engrandecimiento de una sociedad que está estrechamente vinculada
al interés de los estudiantes, y como además nuestro éxito depende de la mayor
circulación posible de la revista, hemos creído conveniente, y con ello damos
cumplimiento a una disposición de los estatutos que rigen aquella institución,
repartirla gratis entre todos sus socios.
El programa de “Evolución” es amplio y liberal y sus columnas están com-
pletamente abiertas para todos aquellos que gusten de los placeres del espíritu
y quieran honrarnos con sus producciones intelectuales. Teniendo en cuenta la
liberalidad de nuestros propósitos y siendo por consiguiente enemigos declarados
de todos los exclusivismos odiosos, hemos creído necesario e imprescindible que
en la redacción de este periódico, estuviera representadas todas las Facultades
en que se halla dividida la Universidad de la República, tratando de evitar de
esa manera discusiones y de herir susceptibilidades que serían sin duda alguna,
funestísimas para la consecución del fin que ardientemente anhelamos.
Con una acogida calurosa y favorable, ha sido recibida la idea de la publi-
cación de la revista, en el seno de los profesores y sustitutos de nuestro primer
centro de enseñanza y muchos hombres de ciencias y letras que han prometido
colaborar con ella y ese cariñoso recibimiento es el estímulo más poderoso y el
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aliciente más fortificante, que no ha aguijoneado para llevar a la práctica este
generoso proyecto, que será seguramente de trascendental importancia y utilidad
para todos aquellos que dedican sus esfuerzos y actividades en la conquista de
carreras liberales.
Si se tienen en cuenta los inconvenientes al principio señalados, se deduce en
buena lógica que nuestra tarea será muy escabrosa y de ruda lucha, pero como
la vida es una lucha continua y ansiamos vivir, no le tememos sino que, por
el contrario, la desafiamos y haremos todo lo humanamente posible por salir
victoriosos en la noble labor que voluntariamente nos hemos impuesto.
Tenemos un optimismo y una fe ciega en el triunfo de “Evolución”, porque ella
importa un evidente progreso y negar el triunfo del progreso es ir contra una ley
natural, pero si momentáneamente se desconoce esta ley, si nuestras previsiones
fallan, si desgraciadamente la derrota es el coronamiento de nuestros esfuerzos, no
importa: las derrotas no nos amilanan ni los triunfos nos envanecen.
SEBASTIAN PUPPO
El congreso estudiantil