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La neumonía es una inflamación del pulmón, causada generalmente por una infección.

Tres causas
comunes son bacterias, virus y hongos. También puede contagiarse con neumonía por la inhalación
accidental de un líquido o una sustancia química. Las personas con mayor riesgo son las mayores de 65
años o menores de 2 años, o aquellas personas que tienen otros problemas con la salud.

Si padece de neumonía, quizá pudiera tener dificultades para respirar, y tener tos y fiebre. El exámen
físico y la historia clínica pueden ser de ayuda para determinar si padece de neumonía. La radiografía del
tórax y los análisis de sangre también pueden ser de ayuda para determinar qué mal está padeciendo. El
tratamiento depende de la causa de la enfermedad. Si es a causa de las bacterias, los antibióticos podrán
serle de ayuda. La neumonía viral puede mejorar con el reposo y bebiendo líquidos.

Prevenir la neumonía siempre es mejor que tratarla. Las mejores medidas preventivas incluyen el lavado
frecuente de las manos, no fumar y usar una mascarilla al limpiar áreas con polvo o moho. Existe una
vacuna para la neumonía neumocóccica, una infección bacteriana responsable de hasta una cuarta parte
de todas las neumonías.

Frecuencia respiratoria: Sin considerar la edad del enfermo, la presencia de


taquipnea constituye uno de los indicadores más confiables de gravedad de la
neumonía en los análisis univariados y multivariados4,7[Ia, Ib, II, III]. Se ha
descrito una relación lineal entre la frecuencia respiratoria y la mortalidad por
neumonía. Sin embargo, en la práctica clínica, se recomienda que la frecuencia
respiratoria mayor de 20 respiraciones/min sea considerada un signo de
gravedad confiable en los pacientes con neumonía

los síntomas respiratorios de afectación de las vías aéreas bajas son:

 Tos.
 Expectoración (tos productiva).
 Dolor torácico pleurítico (aumenta con los movimientos de la respiración).
 Dificultad respiratoria.
 Afectación del estado general: fiebre, temperatura corporal baja, escalofríos, sudoración,
aumento de la frecuencias cardiaca y respiratoria.

Una modificación en los sonidos emitidos por el paciente afectado al respirar (inspiración y espiración),
verificada por el médico mediante la auscultación con el fonendoscopio, es un signo que, unido a los
síntomas citados, harán sospechar la presencia de una neumonía.

En pacientes ancianos e inmunodeprimidos (bajos niveles del sistema inmunológico), la sintomatología


de la neumonía puede ser inespecífica, sin fiebre, o incluso ocasionar el empeoramiento de enfermedades
subyacentes.
Cabe distinguir, según la forma de manifestarse los síntomas de la neumonía, dos cuadros clínicos
diferentes:

 Cuadro clínico típico: comienzo brusco de menos de 48 horas de evolución junto con
escalofríos, fiebre de más de 37.5º, tos productiva, expectoración purulenta (flemas con pus),
y dolor torácico de características pleuríticas (aumenta con la respiración).
 Cuadro clínico atípico: caracterizado por tos no productiva (tos seca), molestias
inespecíficas, y manifestaciones extra pulmonares como dolores articulares y musculares,
dolor de cabeza, alteraciones del estado de conciencia o gastrointestinales.

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