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Médicos tradicionales y médicos alópatas


Un encuentro difícil en los Altos de Chiapas

Colección Nuestros Pueblos

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4
Médicos tradicionales y médicos alópatas
Un encuentro difícil en los Altos de Chiapas

Graciela Freyermuth Enciso

Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social


del Sureste en convenio con la Organización de Médicos Indígenas del
Estado de Chiapas, A.C.

Gobierno del Estado de Chiapas


Consejo Estatal de Fomento a la Investigación y Difusión de la Cultura
DIF-Chiapas/Instituto Chiapaneco de Cultura
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social del Sureste

5
Centro de Investigaciones
y Estudios Superiores en
Antropología Social del Sureste

Primera Edición 1993


Reimpresión 2005
ISBN 968-6492-85-2

Derechos Reservados
 Gobierno del Estado de Chiapas
 Instituto Chiapaneco de Cultura
 Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social del Sureste

Foto Portada: Arturo Lomelí

Coordinación de la primera edición: Departamento de Comunicación Cultural, Instituto Chiapaneco de Cultura,


1993

Coordinación de la reimpresión: Leticia Ballinas Celorio, 2005

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Índice

Agradecimientos 9
Introducción 10
Recursos y prácticas médicas en los Altos de Chiapas
El Estado de Chiapas 15
La Región 16
La salud-enfermedad 20
Morbimortalidad 21
Perfil epidemiológico desde la perspectiva de la medicina indígena 26
La atención médica en Chiapas 28
Servicios de salud en la región de los Altos de Chiapas 30
La Iglesia presbiteriana y el INI, pioneros en la atención
médica en los Altos 30
La Iglesia presbiteriana 30
El INI 31
La Secretaria de Salud 31
La Iglesia Católica 34
La experiencia de Altamirano 36
Programa IMSS-Solidaridad 36
Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán 39
Médicos y paramédicos 40
Los médicos 41
El personal paramédico 42
Otras formas de organización en torno a la salud 44
Farmacias 44
Comités de Salud 44
San Cristóbal de Las Casas; segundo nivel de atención 45
Organización de Salud Indígena de los Altos de Chiapas
(OSIACH) 47
PRODUSSEP 49
La aparición de las Organizaciones No Gubernamentales
(ONG's) 49
Programas dirigidos a las prácticas curativas indígenas en los altos de Chiapas
Medicinas paralelas, INI-1979, San Cristóbal de Las Casas 52
Proyecto sobre medicina tradicional 1983-1985 SSA-UNICEF 53
Programa de interrelación de la medicina tradicional con las actividades del Programa
Nacional de Solidaridad Social por Cooperación Comunitaria IMSS-COPLAMAR. 1982 54
Sistema de medicinas paralelas, INI, Ocosingo, 1982 56
La Organización de Médicos Indígenas Tzeltales, 1982 56
Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas, 1985 58
Proyectos del INI en Chiapas, 1990 60
La organización. Una respuesta a los programas de medicina tradicional 60
Práctica médica indígena
La organización de la medicina indígena 63
El ilol 65
Rezador de los cerros 72

7
El huesero 74
La partera indígena 75
Distribución y determinantes de la práctica curativa indígena 79
Las organizaciones de médicos indígenas. Una nueva forma de interrelación
Medicina alópata/medicina indígena: un encuentro difícil 88
Los programas de interrelación. Resultados no previstos 90
El "camino" del enfermo, otro aspecto de la interrelación 95
Las organizaciones de médicos indígenas. Una nueva forma de interrelación 97
1 Bibliografía 100
2 Anexo cuadros 106
3 Anexo estadístico 127
4 Índice de cuadros 153
5 Mapas 158
6 Figura 1 164

8
Agradecimientos
Agradezco especialmente a la Sra. Juana Gómez Díaz+, técnica contratada por
CIESAS-OMIECH, sus funciones como traductora tzotzil y compañera de trabajo
de campo. También colaboraron en esta tarea los técnicos de la organización:
Micaela Icó, durante mi participación en los talleres de parteras, y Antonio
Suárez Pérez, Diego Gómez Girón y Rosendo García Pérez, quienes actuaron
como intérpretes en las comunidades tzeltales; a todos ellos agradezco su
colaboración.
Hago un reconocimiento especial al consejo técnico y a la mesa directiva de la
OMIECH, y particularmente a sus asesores, al maestro Rafael Alarcón por su
ayuda brindada con información y documentación valiosa para el trabajo, a la
antropóloga Teresa Olvera Caballero y a la médica Bárbara Cadenas por su
respaldo durante el tiempo que colaboré con la OMIECH.
Al maestro Jaime Page, al maestro Federico Martínez Rivas, a la maestra María
Eugenia Modena, a la lic. Ivonne Villalobos y al Dr. Eduardo Menéndez por sus
valiosos comentarios al trabajo.
Fundamentalmente, deseo manifestar mi gratitud a los iloles, parteras, hueseros,
hierberos y rezadores de los cerros quienes compartieron conmigo su
experiencia, así como a los médicos, enfermeras y funcionarios de los
organismos gubernamentales y no gubernamentales, quienes me permitieron
conocer los programas y planes de salud que se encuentran actualmente en
marcha.

+ Fallecida en noviembre de 1989.

9
Introducción
En México, las prácticas curativas populares tienen una profunda raíz. En
Chiapas, y sobre todo en la región de los Altos, cuya población es
mayoritariamente indígena, constituyen con frecuencia la única opción de
atención a la salud.
Desde la década de los cincuenta, el interés de muchos estudiosos se ha
centrado en las concepciones que ciertos grupos étnicos tienen de la
enfermedad, de su causalidad y de las maneras de tratarla. También se ha
investigado el papel que desempeñan los agentes de estas prácticas, las formas
en que ejercen control sobre la comunidad y la manera en que intervienen en la
preservación de la cultura indígena. Algunos de estos trabajos permitieron a los
médicos y sanitaristas comprender los fracasos en la puesta en práctica de
ciertos programas y proporcionaron elementos para diseñar estrategias para la
aplicación de algunas políticas de salud en las áreas indígenas.
A finales de la década de los setentas y principios de los ochentas, se abrió en
Chiapas una nueva perspectiva en la relación entre la práctica curativa indígena
y la médica alópata. El Programa de Interrelación con la Medicina Tradicional, de
IMSS-Coplamar, y los Programas de Medicinas Paralelas del INI, marcaron
definitivamente una nueva forma de estudiar y reconocer al "otro". Este
planteamiento reconoce la importancia de las prácticas curativas indígenas
como una forma de respuesta y eventual solución a los problemas de salud-
enfermedad, dando pie a trabajos de investigación centrados en su impacto
sobre los niveles de salud, su cobertura y en los puntos de coincidencia entre
ambas prácticas.
Uno de los logros de estos programas ha sido el reconocimiento de los llamados
médicos tradicionales, quienes, a partir de los encuentros organizados por el
INI a principios de los ochenta, han logrado conformar organizaciones propias
que generaron nuevas formas de relación con la práctica médica alópata.
El Centro de Investigaciones Superiores en Antropología Social del Sureste
(CIESAS-Sureste) bajo la dirección del Dr. Andrés Fabregas Puig estableció, a
mediados de 1988, un convenio con la Organización de Médicos Indígenas del
Estado de Chiapas (OMIECH A.C.). Este convenio se originó ante la necesidad
de esta organización de contar con el apoyo de una institución de investigación
para impulsar sus proyectos en la región. Los objetivos de la investigación
fueron planteados por la OMIECH y se esperaba, como resultado, contar con
elementos para profundizar en el conocimiento de la problemática de las
prácticas curativas indígenas.
Bajo estas premisas, se elaboró en forma conjunta un proyecto cuyo objetivo
principal era conocer el estado actual de la medicina indígena en los Altos de
Chiapas. Las principales interrogantes eran:
¿Cuántos y qué tipo de médicos tradicionales existen en la región de los Altos
de Chiapas?,
¿Cuáles son los elementos que fortalecen a este tipo de medicina, y cuáles los
que contribuyen a su progresiva desaparición?, y

10
¿Cual es la naturaleza de la interrelación entre los practicantes de la práctica
médica alópata y la práctica médica indígena?
La primera ya había sido formulada para otras investigaciones, aunque se
carecía de información a nivel regional. Así, por ejemplo, los resultados de la
investigación realizada en Chiapas por el Instituto Mexicano del Seguro Social y
el Programa Nacional de Solidaridad Social por Cooperación Comunitaria
(IMSS-COPLAMAR) en 1982 (cfr. Lozoya 1982:15-27) 1 incluían datos muy
generales a nivel estatal y no se disponía de información regional; además,
como dicho proyecto sólo consideró a las comunidades en donde existen
Unidades Médicas Rurales (UMR) del IMSS -generalmente situadas en
localidades de más de 5 000 habitantes-, había un desconocimiento de lo que
ocurría en localidades muy pequeñas, que en la región son mayoría.
Por otro lado, aunque algunos proyectos desarrollados por el INI en el área de
medicina tradicional se habían propuesto hacer un inventario de los recursos de
estas prácticas, incluyendo las características sociodemográficas de los médicos
tradicionales, no existían documentos que conjuntaran la información recopilada.
En relación con la segunda pregunta, en la investigación que realizó IMSS-
COPLAMAR a nivel nacional (ibídem:54) 2 se señalaba, como una de las
conclusiones, que la presencia de la medicina tradicional era "numerosa y
homogénea" (específicamente en el ámbito de operación del programa de IMSS-
COPLAMAR). Sin embargo, en la OMIECH existía la impresión de que la
influencia de los grupos religiosos (católicos y protestantes) estaba
contribuyendo a su paulatina extinción, lo que había sido documentado por
varios estudios de caso. Hasta qué punto era una tendencia generalizada en la
región, importaba sobremanera a la organización.
Consideré como aspectos fundamentales en el desarrollo de la práctica curativa
indígena las características de la población, particularmente su coexistencia con
las instituciones de salud y con las iglesias, sectas o denominaciones. Partiendo
de esto, intenté conformar un marco muestral que me permitiera realizar un
estudio comparativo, eligiendo unas comunidades con presencia de grupos
religiosos o instituciones de salud y otras en las que no existieran. Como no fue
posible conformar dicho marco debido a la carencia de información -sobre todo
en lo que respecta a la presencia de grupos religiosos-, elegí una muestra en
función del número de habitantes, considerando a éste como un factor
determinante en la distribución de las prácticas médicas estudiadas.
En vista de las necesidades de la OMIECH, opté por un estudio que tuviera
representatividad. Como uno de los objetivos principales del proyecto era
conocer el número aproximado de terapeutas a nivel regional, ante la
imposibilidad de estudiar todas las comunidades (756 en total)3, realicé un
diagnóstico basado en una muestra representativa que permitiera estimar, de
manera confiable, el número promedio y el total de terapeutas en la región.

1
Lozoya Xavier, Velázquez Georgina, Flores Angel, Interrelación de la Medicina Tradicional con las actividades del
Programa IMSS-COPLAMAR. Primera fase: Estado de Chiapas. 1982 en: La Medicina Tradicional en México,
Experiencia del Programa IMSS-COPLAMAR 1982-1987,IMSS, México, 1988, págs.15-27.
2
Ibídem, Resultados de la segunda fase: Actividades Nacionales (1983-1984) pág. 54.
3
A partir de 1990, se incluyó en la Región de los Altos al municipio de Cancuc, que no fue considerado en este trabajo.

11
La muestra4 estuvo conformada por 44 localidades (mapa 1), ninguna de ellas
asociada a la OMIECH. Para cada una se integró una cédula que recogía
información socioeconómica y de los recursos de salud existentes la cual se
aplicó a través de entrevistas abiertas con personas consideradas "claves",
como los representantes de los comités de educación o de salud y los agentes
municipales; además, se entrevistó a otras para comparar los datos obtenidos.
Se sabe que es muy difícil establecer el número exacto de los curanderos; es
más fácil detectar a aquellos que han logrado un reconocimiento amplio y es
posible que se excluya a los más jóvenes o con menor reconocimiento; en todo
caso, se puede decir que los totales tienden a estar subestimados.
Como interesaba saber el impacto que tenía la presencia institucional, conseguí
que se aplicaran otras 44 encuestas en poblaciones involucradas con un
programa gubernamental de vigilancia nutricional, lo que permitió conocer cómo
se comportaban las comunidades elegidas a partir de la muestra, en relación a
aquellas en donde había la presencia de un programa oficial de salud. Así,
durante julio de 1989 debí proporcionar adiestramiento a personal del Programa
Integrado de Apoyo a la Nutrición del Instituto Nacional de la Nutrición Salvador
Zubirán, para que aplicaran las encuestas.
Inicié el trabajo de campo en enero de 1989. En los hechos, la organización no
asignó a ninguno de sus técnicos como apoyo permanente a mi trabajo. Como
su colaboración se limitó a la elaboración conjunta de los objetivos, CIESAS
debió contratar a una técnica bilingüe para que me auxiliara en la traducción.
Durante 1989 estuvimos en 64 comunidades de la región, 41 de ellas se incluían
en la muestra y las otras 21 eran comunidades "socias". El trabajo realizado en
las comunidades socias me permitió probar los contenidos de las entrevistas y
modificar aquellos que eran redundantes o que generaban respuestas dudosas.
El trabajo en las comunidades consistió en levantar una ficha de datos generales
de la comunidad y entrevistar a los médicos tradicionales del lugar. También
hicimos trabajo de promoción de la Organización y se discutieron con los
lugareños los boletines publicados por la OMIECH.
En esta fase de la investigación entrevistamos a 60 médicos tradicionales y
estuvimos en 41 comunidades de la muestra, a tres de ellas no pudimos llegar;
en la primera estaba impedido el paso por una organización agraria, en la
segunda por conflictos internos, y la última no fue localizable. No obstante, la
muestra no perdió representatividad.
Aunque se había acordado que las fichas de las comunidades socias serían
aplicadas por los técnicos de la OMIECH, esto no se llevó a cabo, así que no se
incluye un estudio comparativo en relación con estas comunidades.
Con el fin de conocer las formas en que los médicos tradicionales han adquirido
y transmiten su saber, así como la "cobertura" que tenían, se procedió a
localizarlos y a hacerles una entrevista abierta muy corta5; la finalidad era
conformar un perfil sociodemográfico e indagar sobre algunas peculiaridades de
la transmisión de su conocimiento. En total, se aplicaron 148 encuestas a iloles,
rezadores de los cerros, parteras y hueseros; socios y no socios de la OMIECH.

4
Consultar anexo estadístico, anexo 3
5
La entrevista fue precodificada para su sistematización

12
Las cédulas de los socios fueron levantadas en los talleres que se impartían por
parte de la organización y en los cuales yo participaba. Durante 1988 colaboré
en el diseño de los talleres del programa de parteras, dentro de los cuales se
realizaron alrededor de 30 entrevistas; otras fueron hechas en los talleres de
herbolaria y de preparados medicinales, a los cuales también asistí durante 1988
y 1989.
Así, mis actividades con la organización no se limitaron al trabajo de
investigación, sino que colaboré estrechamente, durante dos años, en el diseño
de talleres, proyectos y boletines, y en la planeación de los encuentros anuales
de médicos tradicionales, así como en la redacción de sus memorias. Esto me
permitió convivir estrechamente con médicos indígenas y técnicos y observar su
dinámica de trabajo.
Durante el desarrollo de estas tareas, y sobre todo durante la puesta en práctica
de los talleres con parteras, viví las dificultades que aparecen en el trabajo entre
practicantes de ambas medicinas. Surgieron interrogantes, como si realmente
era posible establecer una relación de igualdad, si la interrelación entre ambas
prácticas daba como resultado acciones benéficas para los enfermos y, sobre
todo, cuáles eran las formas en que se establecía esta relación. Decidí estudiar
la interrelación de ambas prácticas a partir de sus practicantes, dejando de lado
algunos aspectos de la interrelación tales como el patrón de consumo de dichas
prácticas, el "camino del enfermo", y la demanda y usos de los servicios por
parte de la población, aspectos que se abordarán en trabajos posteriores.
Para responder a las anteriores preguntas, consideré necesario conocer la
región y la forma de vida de sus habitantes y reconocer si éstos, y sobre todo los
practicantes de la medicina indígena, tenían posibilidad de entablar relación con
los de la alópata. Para diferenciar las formas de interrelación entre los
practicantes de ambas medicinas, apliqué 33 encuestas a los médicos de las
UMR y se sistematizaron y analizaron 40 encuestas aplicadas a médicos en
servicio social, por parte del personal del Departamento de Mínimos de
Bienestar Social del Centro Coordinador Tzotzil-Tzeltal del INI.
Durante el avance de la investigación, me percaté de que la región de los Altos
no podía ser considerada como un todo homogéneo ya que su desarrollo
histórico, los conflictos internos, los cambios en la estructura del poder, el
ingreso de grupos religioso, así como las intervenciones institucionales en los
últimos años, conformaban un mosaico complejo, difícil de explicar a partir de la
regionalización oficial y de la metodología elegida.
Debido a esto, el trabajo es más general que particular y pretende, como
diagnóstico que es, dar una panorámica general, reconocer las tendencias más
importantes y generar interrogantes para la elaboración de trabajos posteriores.
Para entender los determinantes de la distribución de los médicos indígenas,
consideré importante reconocer aquellas instituciones que compiten por el
mercado de la salud y cuál ha sido su presencia en la zona de estudio. En este
sentido, identifiqué como las dos instancias más relevantes a las instituciones de
salud y a los grupos religiosos.
Esto llevó a considerar cuáles han sido las políticas y programas de salud en la
zona y en qué formas de atención se han traducido.

13
La Iglesia católica y los grupos religiosos protestantes han desarrollado un
trabajo importante en el área de salud y como su presencia en la región no ha
sido homogénea, la distribución del fenómeno puede cobrar más sentido. Esto
no quiere decir que no existan una serie de factores en el interior de cada
comunidad que determinen un comportamiento sui generis del fenómeno; estos
aspectos han sido estudiados por los antropólogos en comunidades de la región
y han contribuido a explicarlo.
La gran dispersión de las comunidades de estudio impidió observar con
detenimiento las prácticas que sus pobladores adoptan para resolver problemas
de enfermedad, así que considero que ésta es una de las limitantes de la
investigación.
El trabajo se encuentra organizado de la siguiente manera: el primer capítulo
proporciona una visión general de la región de estudio, haciendo énfasis en los
problemas de salud, en las políticas puestas en marcha en la zona y en las
opciones de atención por parte de la medicina institucional y de los grupos
religiosos. En el segundo, se presentan las políticas de interrelación; cómo han
surgido éstas a nivel regional y cuáles han sido sus logros. También se presenta
la distribución de los médicos indígenas y se señalan las determinantes más
relevantes de estas tendencias, profundizando en sus características
sociodemográficas y en algunos aspectos generales de su práctica que
permiten percibir las diferencias fundamentales entre la práctica médica alópata
y la indígena. Estos dos capítulos dan el marco de referencia a partir del cual se
pueden reconocer las tendencias de la distribución de estos médicos
tradicionales y aquellos elementos que influyen en ella. Finalmente, se ofrece
una breve reflexión sobre las formas que ha asumido la interrelación entre estos
practicantes, y su trascendencia.

14
Recursos y prácticas médicas
en los Altos de Chiapas

El estado de Chiapas
Chiapas, con 74 mil kilómetros cuadrados, representa 3.8% del territorio
nacional. Es estratégico para el país no sólo por compartir una frontera de 658.5
km. con Guatemala6, sino porque alberga inmensa riqueza natural en aguas,
bosques, petróleo, maderas y café (Paniagua7. Está formado por 111 municipios
distribuidos en nueve regiones.
Aunque en su impresionante red hidrográfica se produce 20% de la energía
eléctrica nacional8, 47% de sus habitantes carece de electrificación y, a pesar de
contar con más de 80 ríos9 y presentar hasta 3 200 mm. anuales de precipitación
pluvial en algunas zonas10, cerca de la mitad de su población no cuenta con
agua entubada11.
La generación de electricidad y la extracción de petróleo son las ramas
industriales más importantes y, de hecho, las únicas. En relación con la
segunda, hay 59 pozos en explotación cuya producción contribuyó en 1980 con
44.82% del PIB del estado, pero empleando únicamente 6% de la población
económicamente activa (PEA)12.
Por tratarse de una entidad eminentemente agrícola (73% de la PEA), la
existencia de grandes latifundios convierte a la tierra no sólo en el principal
medio de subsistencia, sino también en importante fuente de conflictos sociales.
Es ya casi una tradición que las organizaciones indígenas y campesinas se
manifiesten, mediante marchas y "tomas" de tierras, contra la marginación y
pobreza en que viven y que el gobierno estatal responda con desalojos violentos
y represión13.

6
Secretaría de Programación y Presupuesto del Gobierno del Estado, Agenda Estadística Chiapas, 1989, Ediciones del
Gobierno del Estado de Chiapas, 1989, pág. 29.
7
Paniagua Alicia, Chiapas en la coyuntura centroamericana, Cuadernos Políticos 38, pág. 37.
8
Agenda Estadística de Chiapas, op. cit. Centrales Generadores Hidroeléctricos, pág. 107.
9
Ibídem, pág. 9
10
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, Anuario Estadístico de Chiapas, 1985, Tomo I, pág. 13.
11
Comisión de Programación y Presupuesto, Población y Servicios Públicos 1987, Población total atendida por servicios
1987, Dirección General de Planeación y Coordinación, Dirección de Planeación y Coordinación Regional, Subdirección
de Planeación, Chiapas, 1988.
12
Cfr. Ibídem, pág. 38 e INEGI, Estructura Económica del Estado de Chiapas, Estructura económica regional, Producto
Interno Bruto por Entidad Federativa 1970,1975,1980, pág. 18.
13
A partir de noviembre de 1986 y hasta la fecha, han habido en el estado de Chiapas 72 tomas de tierra y 69 desalojos.
Cfr. CIACH (Centro de Información y Análisis de Chiapas, A. C.), San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México,
números 1 al 51, y Ardila Ardila ML, Un nuevo flujo migratorio internacional: los refugiados guatemaltecos en el estado de
Chiapas. Tesis para optar por el grado de doctor en Estudios Latinoamericanos, Universidad Autónoma de México,
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, México D.F., 1985. págs 202-220.

15
La región

La región de los Altos, con 3 770.5 km2, ocupa 6% de la superficie total de la


entidad y está integrada por 16 municipios14. En 72.5% de sus aproximadamente
756 comunidades (cuadro 1.1) habitan menos de 500 habitantes y sólo 3%
tienen más de 2 000.
Esta gran dispersión poblacional acentúa la falta de infraestructura y el acceso a
los servicios básicos15; a su vez, el tipo de terreno, montañoso y accidentado,
contribuye a la incomunicación de las localidades.

Cuadro 1.1 Número de Comunidades en relación al


número de Habitantes región Altos 1989

Habitantes Frecuencia Porcentaje

1 - 99 HABS 187 25.00


100 - 499 HABS 359 47.50
500 - 999 HABS 124 16.50
1000 - 1999 HABS 61 8.00
2000 - 2499 HABS 10 1.00
2500 - 4999 HABS 8 1.00
5000 - 9999 HABS 7 1.00
Totales 756 100.00
Fuente: Comisión de Programación y Presupuesto, Catálogo de comunidades por
municipio 1989, Dirección General de Planeación y Coordinación, Dirección de
Planeación y Coordinación Regional, Subdirección de Planeación, Chiapas, 1989.

Sólo a cinco cabeceras municipales, en su mayoría de los municipios mestizos


o ladinos16, se puede llegar por carretera asfaltada. En contraste, las zonas con
población mayoritariamente indígena tienen caminos sin pavimentar o en malas
condiciones17, lo que determina que el tiempo consumido en recorrer 90 km.
llegue a ser hasta de nueve horas. Este promedio, de una hora por cada 10 km.
de desplazamiento, es el que prevalece en las comunidades indias.
La mayor parte de los habitantes de la región son indígenas de las etnias tzeltal
y tzotzil18; en 13 de sus 16 municipios predomina el habla de lenguas autóctonas

14
A partir de 1990, se incorporó a la Región de los Altos el municipio de Cancuc, que no fue considerado en este estudio.
Antes de esa fecha, no era municipio libre y pertenecía al municipio de Ocosingo.
15
Según información del Censo de Población de 1980 y del de Servicios Públicos de 1987, la región contribuía, en los
totales estatales, con 7% de la población beneficiada con servicios de electrificación, con 8% de la que contaba con agua
entubada y con 7% de la que tenía servicio de drenaje. En general, los municipios con mayores servicios son aquellos en
donde existe una proporción menor de población indígena.
16
Oxchuc, Chamula, Amatenango del Valle, Teopisca y Villa de las Rosas en 1990.
17
Una gran parte de estos caminos han sido construidos o promovidos por la propia comunidad. En los años setenta, el
PRODRIECH y diversos programas con fondos internacionales promovieron la construcción de caminos rurales,
apoyándose en el trabajo comunitario y otorgando, en lugar de salarios, ayuda alimentaria directa. A partir de 1979, el
Programa COPLAMAR amplió y reconstruyó dicha red de caminos.
18
Las principales lenguas que se hablan en la región son tzeltal y tzotzil. Para analizar este rubro, se toma en cuenta a la
población de más de cinco años, que de acuerdo al censo de 1980 era de 84.7%. De este, 71% habla alguna de las
lenguas indígenas de la región y 34.12% solamente la lengua indígena; 31.77% es bilingüe y quedando sin especificar
5.11% (cuadro 1.2).

16
(cuadros 1.2 y 1.3) y en 1980, de acuerdo al censo, 57% de los mayores de 15
años no sabía leer ni escribir (cuadro 1.4).

Cuadro 1.2 Distribución de Población de acuerdo a la lengua en relación a los Municipios, Región II, Altos de Chiapas, 1980

Mayores de
Población
Número de 5 años que % habla
Mayor de No habla No %
Municipio habitantes hablan Bilingües lengua % bilingüe
5 años español especificado monolingüe
1980 lengua indígena
1980
indígena

AMATENANGO DEL VALLE 4,425 3,665 3,656 2,258 966 122 99.75% 61.61% 26.36%
ALTAMIRANO 12,099 9,951 7,658 5,032 2,293 333 76.96% 50.57% 23.04%
CHALCHIHUITAN 5,564 4,562 4,429 1,276 2,965 188 97.08% 27.97% 64.99%
CHAMULA 31,364 26,790 25,267 7,832 15,457 1,978 94.32% 29.23% 57.70%
CHANAL 5,019 4,243 3,942 1,609 2,140 193 92.91% 37.92% 50.44%
CHENALHO 18,400 15,302 14,729 5,539 8,524 666 96.26% 36.20% 55.71%
HUIXTAN 13,340 11,117 10,767 5,831 4,423 513 96.85% 52.45% 39.79%
LARRAINZAR 10,591 8,879 8,127 3,123 4,008 996 91.53% 35.17% 45.14%
MITONTIC 4,903 4,084 4,044 1,146 2,643 255 99.02% 28.06% 64.72%
OXCHUC 24,879 20,771 19,010 8,490 8,880 1,640 91.52% 40.87% 42.75%
PANTELHÓ 9,305 7,973 6,860 2,651 3,880 329 86.04% 33.25% 48.66%
SAN CRISTOBAL DE LAS
CASAS 60,550 52,030 17,270 10,860 5,311 1,099 33.19% 20.87% 10.21%
TENEJAPA 20,642 17,591 15,251 5,354 8,670 1,227 86.70% 30.44% 49.29%
TEOPISCA 10,627 8,937 1,947 1,530 301 116 21.79% 17.12% 3.37%
VILLA DE LAS ROSAS 15,925 13,702 3,384 2,815 346 223 24.70% 20.54% 2.53%
ZINACANTAN 13,006 11,081 10,064 4,760 4,488 816 90.82% 42.96% 40.50%
TOTAL 260,639 220,678 156,405 70,106 75,295 10,694 70.87% 31.77% 34.12%
Fuente: CENSO 1980
Dirección de Planeación y Coordinación Regional
Comisión de Programación, 1986

Cuadro 1.3 Distribución de la Lengua que se habla


en las Comunidades Seleccionadas,
Región Altos de Chiapas, 1989

Lengua Frecuencia Porcentaje

TZELTAL 9 22.0
TZELTAL, TZOTZIL 2 4.9
TZELTAL, ESPAÑOL 10 24.4
TZOTZIL 12 29.3
TZOTZIL, ESPAÑOL 6 14.6
ESPAÑOL 2 4.9
FUENTE: Encuesta aplicada en comunidades seleccionadas en la muestra

Cuadro 1.4 Distribución de la Población de 15 años y más por


Municipio en relación al Alfabetismo

17
Población Población Población
Municipio total de 15 total de total de
años y mas alfabetas analfabetas
AMATENANGO DEL VALLE 2,329 780 1,549
ALTAMIRANO 6,061 2,105 3,956
CHALCHIHUITAN 2,939 763 2,176
CHAMULA 18,184 3,491 14,693
CHANAL 2,708 1,113 1,595
CHENALHO 9,963 3,422 6,541
HUIXTAN 6,866 2,797 4,069
LARRAINZAR 5,641 1,752 3,889
MITONTIC 2,852 533 2,319
OXCHUC 12,433 6,528 5,905
PANTELHÓ 4,796 1,731 3,065
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS 34,664 23,846 10,818
TENEJAPA 10,477 3,618 6,859
TEOPISCA 5,702 2,710 2,992
VILLA DE LAS ROSAS 8,978 3,385 5,593
ZINACANTAN 6,844 2,133 4,711
TOTAL 141,437 60,707 80,730
Fuente: Dirección de Planeación y Coordinación Regional
Comisión de Programación, 1986

En ese año, la población -de 260 639 habitantes- estaba sujeta a una tasa de
crecimiento anual de 3.32% y la proyectada para 1988 ascendía a poco más de
345 000. En la región, 70% de los habitantes vive en las áreas rurales; la
población urbana se localiza sobre todo en San Cristóbal de Las Casas, la
tercera ciudad en importancia del estado (cuadro 2.1)19.
El crecimiento demográfico de la región agudiza el problema de la tierra. Debido
a que el sistema de herencia delega la propiedad a los hijos varones, las
parcelas se han visto disminuidas de generación en generación, ocasionando
que algunos campesinos tengan que rentar tierras dentro de su propio paraje o
municipio; en otros casos, los hombres jóvenes deben migrar temporalmente,
empleándose como jornaleros agrícolas en las fincas cafetaleras o como peones
de la construcción20. En el trabajo de campo, se encontró que este fenómeno se
daba en 72% de las poblaciones incluidas en la muestra.
La mayor tasa anual de crecimiento corresponde al municipio de Chalchihuitán y
la menor, al de San Juan Chamula, con 0.66%21. A este último dato,
seguramente han contribuido las masivas expulsiones del municipio por razones
religiosas o políticas22, las migraciones definitivas hacia la selva23, así como a
posibles deficiencias en el levantamiento de censos en el municipio.

19
Aquellos cuadros que no se incluyen en el texto se encuentran en el anexo 2.1.
20
Pérez Enríquez María Isabel, Migración y Religión en los Altos de Chiapas, tesis para obtener el grado de maestría en
Sociología Rural, Universidad Autónoma de Chapingo, julio 1990, pág. 11.
21
Diagnóstico regional op. cit., pág. 22.
22
Se estima que la población expulsada de la región asciende a 15 000 personas, de las cuales 10 000 han salido del
Municipio de Chamula. El fenómeno se ha dado en 70% de sus localidades. Cfr. Morquecho Escamilla Gaspar,
Expulsiones en los Altos de Chiapas, ponencia presentada en la XXII Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de
Antropología en el simposio sobre Religión y Sociedad. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 22 de agosto de 1991, pág. 1. y en:
Comisión de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, Expulsiones Indígenas en los Altos de Chiapas, reporte
interno, San Cristóbal de Las Casas Chiapas, s/f, pág. 1.

18
Pero la escasez de tierra no es el único problema agrícola. Las tierras,
generalmente escarpadas, dificultan la mecanización y una gran parte de los
terrenos son de mala calidad: abruptos, pedregosos, poco profundos y con baja
fertilidad24.
Más de 50% de la PEA (66 403 habitantes) se emplea en la agricultura y la
ganadería. El censo económico de 1986 reveló que el personal ocupado en
otras ramas desarrolla principalmente actividades de manufactura, comercio y
servicios25. En el cuadro 1.5, se puede apreciar que la actividad fundamental de
las comunidades de la muestra es la agricultura tradicional familiar y de
autoconsumo.

Cuadro 1.5 Principales Actividades Económicas en las


comunidades seleccionadas, Región Altos de Chiapas,
1989
Actividad Frecuencia Porcentaje

AGRICULTURA 26 63.4
AGRICULTURA, ARTESANIA 2 4.9
AGRICULTURA, ARTESANIA, GANADERIA 1 2.4
AGRICULTURA, ARTESANIA 1 2.4
AGRICULTURA, GANADERIA 5 12.2
AGRICULTURA, SILVICULTURA 2 4.9
AGRICULTURA, OTRO 1 2.4
GANADERIA 1 2.4
OTRO 2 4.9
Fuente: Encuestas aplicadas en Comunidades Seleccionadas en la Muestra

Las viviendas se construyen generalmente con materiales regionales (zacate,


paja, adobe, madera). En las cabeceras municipales, las hay hechas de
materiales duraderos, pero en las localidades de menor tamaño casi todas son
de adobe, "bajareque", y zacate, resultando inadecuadas para las épocas de
lluvia o invierno. Prácticamente, no cuentan con mobiliario; se cocina con leña
en un fogón al ras del suelo y en la misma habitación que se usa como
dormitorio.
Por lo regular, los servicios públicos benefician a las cabeceras municipales y
existen únicamente en 169 de las 756 localidades. Ninguna de las comunidades
seleccionadas en el estudio contaba con sistema de drenaje; solamente 20%
tenía agua disponible durante todo el año y más de la mitad carecía de energía
eléctrica.

23
Cfr. Garza Caligaris Ana María y Paz Salinas María Fernanda, "Las migraciones: Testimonios de una historia viva", en:
Anuario Volumen I, Centro de Estudios Indígenas, UNACH, San Cristóbal de Las Casas, 1986, págs. 91-104.
24
Parra Vázquez Manuel, Seminario de Prácticas Tradicionales y Manejo Integrado de Recursos, (Diagnóstico regional
multidisciplinario), UNAM, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Humanidades, 18-22 de mayo, 1987, pág. 5.
25
Fueron objeto del censo económico de 1986 aquellas unidades económicas cuya actividad está considerada dentro de
la "Clasificación Mexicana de Actividades y Productos". Las actividades de agricultura, ganadería, caza y silvicultura son
objeto de otro programa censal. Cfr. INEGI, Resultados oportunos del estado de Chiapas, Censos Económicos 86,
Coordinación General de Estadística, Geografía e Informática del estado de Chiapas, pág. 92-97.

19
El uso de las letrinas es poco frecuente y en casi todas las comunidades se
practica el fecalismo a ras del suelo, lo que contribuye a la elevada frecuencia de
parasitosis intestinal en los niños26.
En general, no existe un sistema para el manejo adecuado de los desechos
inorgánicos y es costumbre que los orgánicos se arrojen en los huertos
familiares o en áreas comunes (cuadro 1.6).

Cuadro 1.6 Manejo de la Basura, Comunidades


Seleccionadas, Región Altos de Chiapas, 1989

Basura Frecuencia Porcentaje

SE TIRA AL HUERTO 20 52.6


SE TIRA EN CUALQUIER LADO 11 28.9
SE QUEMA 5 13.2
SE RECOLECTA 2 5.3
Fuente: Encuestas Aplicadas en Comunidades Seleccionadas en la Muestra

Existen diferencias importantes en el grado de saneamiento ambiental entre las


comunidades fuertemente vinculadas con la Iglesia católica o grupos
protestantes y aquellas que no lo están. La influencia de los grupos religiosos ha
sido importante en lo relativo al manejo de la basura, alineación y cercado de las
casas, construcción de espacios especialmente destinados a los animales y uso
de mobiliario dentro de las casas. Ejemplos de esto son las comunidades de El
Retiro y Piedra Escrita, en Oxchuc; Naranja Seca, en Tenejapa; Frontera
Mexiquito, en Chanal; Cañada El Niz y 20 de Noviembre, en Huixtán; y en
Altamirano.

La salud- enfermedad

Aunque es un hecho que las principales causas de enfermedad tienen su origen


en el ámbito social, por lo regular los médicos de las instituciones
gubernamentales de salud suponen que la carencia de salud es debida a la
ignorancia de la población en cuanto a correctos hábitos de higiene y
alimentación y a las formas de prevenir enfermedades. Esto determina que las
acciones preponderantes en los programas se encaminen a transmitir una serie
de conocimientos y actitudes considerados como necesarios para la
conservación de la salud.
El modelo explicativo de la enfermedad que subyace en estos planes considera
que ésta nunca depende de causas aisladas, sino que surge como resultado de
cadenas de causas en la que cada eslabón forma parte de una serie de
antecedentes. De esta manera, el origen de una enfermedad puede estar
determinado por una complejidad de hechos. En el terreno práctico, para restituir
26
IMSS-Solidaridad, Rotafolio de Información y evaluación, zona número 03, San Cristóbal-Altos, pág. 4.

20
la salud, lo que este modelo propone es "cortar" una de estas cadenas en donde
el costo para la conservación de la salud sea más bajo27.

Morbimortalidad

Si analizamos las 10 primeras causas de muerte a nivel nacional, estatal y


regional (cuadros 2.2-2.4) podemos reconocer que comparten un perfil
cualitativamente similar y que sus diferencias básicas son cuantitativas. En
primer y segundo lugar se encuentran, como causas de defunción, las
enfermedades gastrointestinales y las neumonías, presentando la región de los
Altos las tasas más elevadas. La cirrosis hepática y otras enfermedades
crónicas del hígado, presentes en los tres niveles, adquieren una mayor
relevancia a nivel nacional. Por otro lado, las enfermedades crónico-
degenerativas, como la diabetes y el infarto al miocardio ya se encuentran
presentes a nivel regional y van desplazando a las enfermedades infecciosas
como causa de muerte.
Los homicidios y lesiones infligidas intencionalmente son la segunda causa de
muerte en el estado, con una tasa superior a la nacional. Esta elevada incidencia
puede deberse, entre otras cosas, a la violencia y represión originados en los
conflictos por la tierra, al alto índice de alcoholismo estatal y a la forma en que
se dirimen los conflictos en algunos municipios; ejemplo de esto último son los
linchamientos de los iloles acusados de provocar, con sus poderes, la muerte de
alguna persona.
Vale la pena destacar dos causas de muerte: la tuberculosis, que se sitúa como
cuarta y quinta causa de muerte a nivel estatal y regional, respectivamente, y la
desnutrición, presente como causa de defunción a nivel regional; ambas
atribuibles a las condiciones de "muy alta marginación" en que vive la población
de la región28.
En este sentido, de los estudios regionales sobre alimentación y nutrición,
destaca el reporte realizado en 1987 por Parra Vázquez, que señala: "con las
técnicas en uso, el jornal de un jefe de familia de los altos de Chiapas cubre de
un 30% a un 60% de las necesidades alimenticias de una familia (en el supuesto
de que pudiera trabajar durante todo el año)"29.
Es un hecho que una gran proporción de las familias de la región vive en
condiciones de pobreza extrema30 y que el precario ingreso se ha traducido en
un grave subconsumo de alimentos. En 1982, COPLAMAR reportó que los

27
Mausner Judith, Bahn Anita, Epidemiología, Interamericana, México, D.F., 1977, pág. 30.
28
Los Servicios Coordinados de Salud Pública consideran que, aplicando el índice de marginalidad a la región de los
Altos, corresponde a San Cristóbal de Las Casas una mediana marginación, una alta marginación a Teopisca y al resto
de los municipios una muy alta marginación. Cfr. con Servicios Coordinados de Salud Pública, op. cit., pág. 7.
29
Parra Vázquez, La producción silvoagropecuaria de los indígenas de los Altos de Chiapas (Un diagnóstico regional
multidisciplinario), CIES, presentado en el Seminario Prácticas Tradicionales y Manejo Integrado de Recursos, UNAM,
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Humanidades, 18-22 de mayo 1987, pág. 13.
30
"En la pobreza extrema se ubican los hogares que tienen un ingreso total de magnitud tan ínfima, que aun cuando lo
destinaran en su totalidad a la alimentación no podrían satisfacer sus requerimientos nutricionales". Cfr. Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, Proyecto Regional para la Superación de la Pobreza, Bases para una estrategia y un
programa de acción regional (documento técnico para la discusión), PNUD, julio 1988, Bogotá, Colombia, pág. 2.

21
subconsumos de leche, carne y huevo eran del 94, 84 y 71%, respectivamente,
mientras que a nivel nacional eran, en conjunto, de 39.4%31. Obviamente, esto
se refleja en el estado nutricional, como lo demostró el Instituto Nacional de la
Nutrición Salvador Zubirán (INNSZ) al encontrar en los Altos, en 1987, los
niveles más elevados de desnutrición en el estado32.
Un año después, la misma institución reportó, entre los aspectos más
sobresalientes, que sólo 25% de los niños tenía peso normal; el resto
presentaba algún grado de desnutrición. En 11 localidades de la región existía
desnutrición de 2do. y 3er. grados33 en un sector de la población infantil que
osciló entre 25 y 67% y en una de ellas (Cruz Quemada, Chamula), 95% de los
menores mostraba algún déficit nutricional. Las niñas presentaron casi siempre
un mayor índice de desnutrición que los varones34.
Por otro lado, en información generada por oficinas del registro civil de siete
municipios de la región, se encontró, entre las principales causas de muerte, a
las enfermedades gastrointestinales, respiratorias y a las prevenibles por
vacunación, todas adjudicables a las precarias condiciones de vida y a los
deficientes programas de vacunación (cuadros 2.5 a 2.11).
La presencia, entre las primeras causas de defunción, de los problemas
"relacionados con el embarazo, parto y puerperio" no se corresponde con la
situación nacional (cuadro 2.2) y pone de manifiesto el poco acceso a los
servicios de salud en el caso de parto complicado y la mala atención del parto
intradomiciliario que prevalece en la región. Esto ha sido puesto de relieve por el
programa IMSS-Solidaridad al considerar las altas tasas de mortalidad materna
y perinatal como uno de los principales problemas regionales de salud35.
En relación a la morbilidad habría que destacar que, a pesar de que a nivel
nacional se ha registrado un descenso en las tasas de los padecimientos
prevenibles por vacunación36, en Chiapas éstos no han sido controlados.
Todavía se reportan casos de poliomielitis y tos ferina y, en 1989 y 1990, hubo
brotes importantes de sarampión37. Esta falta de control se explica, en parte, por
las condiciones precarias de vida ya que, en situaciones de hacinamiento y
saneamiento deficiente, la exposición a estas enfermedades ocurre en edades
más tempranas38.

31
Citado por Parra Vázquez op. cit.
32
Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, Expediente Técnico del Programa de Apoyo a la Nutrición, Plan
Chiapas, 1988, pág. 1.
33
Se considera como desnutrición importante aquella que condiciona en los niños un déficit mayor de 25% en relación
con el peso esperado para la edad (desnutrición de 2do. y 3er. grados). La importancia radica en que estos niños tienen
un mayor riesgo de muerte en caso de adquirir un padecimiento infectocontagioso, fácilmente superable por un niño de
condiciones normales.
34
Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, Reporte Final 1988, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
35
IMSS-Solidaridad, Rotafolio de Información y evaluación, zona número 03, San Cristóbal-Altos.
36
Blanco J.,Córdoba G., Eibenschutz C.,López O.,López J.,Política Sanitaria Mexicana en los ochenta, Fin de siglo
editores S.A. de C.V., Centro de Estudios en Salud y Política Sanitaria, A.C., 1988, pág. 37
37
La Jornada, "900 muertos por sarampión en 1989, informó Kumate", México, 14 de febrero de 1990, pág.10.
------------------,"Chiapas, uno de los estados más afectados por el sarampión", 18 de mayo de 1990.
-----------------,"150 muertos por sarampión en la sierra chiapaneca:SSA, México, 20 de mayo de 1990.
CIACH (Centro de Información y Análisis de Chiapas, A.C.), Resumen Informativo, núm.43, mayo, 1990, pág. 16.
-----------------, núm. 44, junio, 1990 pág. 17.
38
Cfr. Langer Glas Ana, "Enfermedades prevenibles por vacunación", en: Zubirán S., Arroyo P., Avila H. (compiladores),
La nutrición y la salud de las madres y los niños mexicanos, Secretaría de Salud y Fondo de Cultura Económica,
Biblioteca de la salud, México, 1990, pág. 303.

22
Determinante también resulta la falta de coordinación de las instituciones de
salud responsables de los programas de inmunización. La insuficiencia de
recursos para mantener en condiciones adecuadas el material biológico
(problema estrechamente relacionado con la falta de electrificación) y la
incomunicación de los poblados, dispersos y carentes de caminos adecuados,
entorpecen notablemente los programas39.
La tuberculosis sigue siendo endémica y, como ya vimos, una de las causas
importantes de muerte. La notificación de los casos es deficiente y frecuente el
abandono de los tratamientos. Aunque, debido al subregistro, no se tiene una
idea clara de la magnitud del problema, el estado presenta las tasas más
elevadas a nivel nacional40, al grado de que en los Altos es la quinta causa de
defunción41.
Entre las enfermedades trasmitidas por vectores, destacan el tifo exantemático,
estrechamente asociada a bajas condiciones sanitarias, que ha desencadenado
brotes en los Altos en 1983, 1986 y 198942; el paludismo, que ha sufrido un
repunte importante, afectando zonas en donde estaba prácticamente
erradicado43; y el dengue, presente en el estado desde 197744.
La oncocercosis es endémica en la zona fronteriza con Guatemala y el programa
para su control ha sufrido serios tropiezos debidos a sucesivos recortes
presupuestales45, mientras que el tracoma, otra enfermedad cegadora, es
altamente endémico en algunas comunidades de los Altos caracterizadas por
pobreza, falta de suministro de agua46 y carencia de un programa de control
permanente.
Una fracción importante de la población no se beneficia de servicios
institucionales de salud y recurre a médicos tradicionales, a médicos privados o
se automedica, lo que contribuye al subregistro. Datos oficiales revelan que, por
lo menos en los Altos, 85% de los partos son atendidos por parteras empíricas
y/o indígenas y que 70% de las defunciones no son certificadas por un médico47.
A esta situación se añade el escaso y diferente entrenamiento del personal
paramédico y médico, lo que determina, entre otras cosas, un inadecuado
registro, cuando éste se lleva cabo. El personal que labora en el sector salud es
en un gran porcentaje "habilitado" (50%); sólo 40% está capacitado y 5%
calificado48.

39
Cfr. Universidad Autónoma de Chiapas, Bienestar Social, Cambio Estructural en Chiapas: Avances y Perspectivas pág.
298-310.
40
Excélsior, Alfredo Córdova, "En Chiapas hay todas las Enfermedades; Tuberculosis, la más grave: Oscar Cuevas",
sección estados, México D.F., 5 de marzo de 1990, pág. 1.
41
Servicios Coordinados de Salud Pública en el Estado de Chiapas, Panorama Epidemiólogico del Estado, septiembre
1990, pág. 7.
42
Comunicación personal del médico del INI de la región de los Altos, Dr. Rafael Alarcón; Cfr. Servicios Coordinados de
Salud Pública, op. cit., pág. 7 y CIACH (Centro de Información y Análisis de Chiapas, A.C.), Resumen Informativo, núm.
48, octubre, 1990. pág 16.
43
Excélsior, op. cit.
44
Cfr. CIACH, núm 43 op. cit.
45
Ibídem.
46
Cfr. CIACH, núm. 48, op. cit. y Taylor R. Hugh, Millán V. Francisco, Sommer Alfred., "The ecology of tracoma:an
epidemiological study in southern Mexico". Bulletin of World Health Organization, 1985, 63(3): 559-567.
47
Jurisdicción Sanitaria núm. II, Estudio Integral de la Jurisdicción Sanitaria Núm. II, San Cristóbal de Las Casas, región
Altos de Chiapas, julio 1989, s/p.
48
Universidad Autónoma de Chiapas, op. cit., pág. 315.

23
En cuanto a morbilidad, específicamente en la región de los Altos, según
IMSS-Solidaridad, las condiciones de salud no difieren de las del resto del
estado49. Los cuadros 1.7 y 1.8 muestran las diez principales causas de
consulta, entre las que sobresalen infecciones respiratorias agudas, parasitosis
intestinal, sarna, paludismo, tuberculosis y dermatomicosis. Entre las no
trasmisibles, se presentan más a menudo la desnutrición, las "dorsopatías" y las
heridas.

Cuadro 1.7 Frecuencia y Tasas de Padecimientos Transmisibles de Acuerdo a las Consultas


proporcionadas por el IMSS-SOLIDARIDAD, Región Altos de Chiapas, 1986-1989
1986 1987 1988 1989
Padecimientos
Nº Tasa Nº Tasa Nº Tasa Nº Tasa

INFECCIONES RESPIRATORIAS AGUDAS 3863 119.82 5841 189.45 4177 123.41 2084 59.27
ASCARIASIS 1507 46.74 1678 54.43 1313 38.79 703 19.99
AMIBIASIS 1884 58.44 2206 71.55 1646 48.63 604 17.18
ENTERITIS Y OTRAS ENFERMEDADES S/D 1073 33.28 1227 39.80 981 28.98 457 13.00
ENTERITIS Y OTRAS ENFERMEDADES C/D 0 0.00 129 4.18 0 0.00 25 0.71
OXIURIASIS 596 18.49 698 22.64 625 18.47 389 11.06
SARNA 104 3.23 231 7.49 239 7.06 165 4.69
PALUDISMO 0 0.00 87 2.82 81 2.39 132 3.75
TUBERCULOSIS 0 0.00 0 0.00 0 0.00 2 0.06
DERMATOFITOSIS 0 0.00 0 0.00 0 0.00 47 1.34
OTRAS ENFERMEDADES TRANSMISIBLES 0 0.00 1760 57.09 1472 43.49 555 15.78

UNIVERSO DE TRABAJO 1986 32240


UNIVERSO DE TRABAJO 1987 30831
UNIVERSO DE TRABAJO 1988 22846
UNIVERSO DE TRABAJO 1989 35161
Fuente: Rotafolio de evaluación e Información, Zona 03, San Cristóbal Altos, IMSS-SOLIDARIDAD

Por "habilitado", se entiende al personal que se le adiestró informalmente en su centro de trabajo; "capacitado" es aquel
que ha realizado cursos de capacitación de 20 a 40 horas de duración diseñados ex profeso; y "calificado", el que ha
cursado una carrera técnica en el área.
49
El programa IMSS-Solidaridad corresponde al antiguo IMSS-COPLAMAR; recibió su actual nombre a partir de 1989.

24
Cuadro 1.8 Frecuencia y Tasas de Padecimientos no Transmisibles,
1986-1989 IMSS-SOLIDARIDAD, Región Altos de Chiapas
1986 1987 1988 1989
Padecimientos
Nº Tasa Nº Tasa Nº Tasa Nº Tasa

DESNUTRICION 0 0.00 1561 50.63 1199 35.43 588 16.72


DORSOPATIA 457 14.17 599 19.43 534 15.78 279 7.93
HERIDAS 233 7.23 353 11.45 267 7.89 134 3.81
DERMATITIS POR CONTACTO 94 2.92 130 4.22 157 4.64 77 2.19
HIPERTENSION ARTERIAL 39 1.21 30 0.97 27 0.80 14 0.40
PICADURAS DE ANIMALES 0 0.00 0 0.00 10 0.30 8 0.23
OTRAS ENFERMEDADES NO
TRANSMISIBLES 2218 68.80 3689 119.65 0 0.00 1523 43.32

UNIVERSO DE TRABAJO 1986 32240


UNIVERSO DE TRABAJO 1987 30831
UNIVERSO DE TRABAJO 1988 33846
UNIVERSO DE TRABAJO 1989 35161
Fuente: Rotafolio de Evaluación e Información, Zona 03, San Cristóbal Altos, IMSS-SOLIDARIDAD

Como se carece de estadísticas confiables para valorar los cambios en la


mortalidad de la región, se recurrió en este estudio a datos recogidos por Villa
Rojas en 1940 en una comunidad de Oxchuc, quien, en forma muy burda,
intentó medir la mortalidad, indagando en 43 familias de Yochib el número de
hijos vivos y muertos; encontró 130 hijos vivos contra 160 muertos50, con una
tasa de mortalidad de 551 por 1 000.

Con fines comparativos, se utilizó un procedimiento similar al de Villa Rojas y se


encontró que en 265 familias habían nacido 1 142 hijos vivos, de los cuales
habían fallecido 455, para una tasa de 284 por 1 000; a pesar de sus limitantes,
lo anterior revela una disminución de casi 50% en la mortalidad.

De acuerdo a cifras disponibles para 1946, las principales causas de muerte


registradas, por orden de importancia, fueron: Paludismo, diarreas y enteritis,
sarampión, tos ferina, gripe, causas violentas, neumonías, disentería, bronquitis
y tuberculosis51. Existe un cambio en el perfil patológico de los años 40 hasta
ahora, destacando la ausencia, entre las primeras 10 causas de muerte, de las
enfermedades la gastroenteritis, enfermedades respiratorias, la tuberculosis y la
desnutrición. Esto nos señala que, aunque las condiciones de salud de la región
han mejorado en los últimos 40 años (después de la entrada de programas
gubernamentales y no gubernamentales de salud en la región), están muy lejos
de las metas planteadas en la declaración de Alma Ata52. El hecho de que aún
se presenten muertes prevenibles por vacunación, que 70% de las defunciones
no sean certificadas por un médico y que dentro de las primeras diez causas
figuren las "mal definidas", permite afirmar que los servicios de salud de la
50
Villa Rojas Alfonso, Etnografía tzeltal de Chiapas, modalidades de una cosmovisión prehispánica, Gobierno del Estado
de Chiapas, 1990, pág. 461.
51
De la Peña Moises, Chiapas Económico, Tomo I, Departamento de Prensa y Turismo, Sección Autográfica, Tuxtla
Gutiérrez Chiapas, México 1951, pág. 235.
52
Quienes desconozcan los principios de esta declaración, consultar pág 50.

25
región comparten dos características: tienen una baja cobertura y son de mala
calidad.

Perfil epidemiológico desde la


perspectiva de la medicina indígena

Nos pareció importante incluir en este apartado, aunque sea en forma somera,
las principales causas de morbilidad desde la perspectiva de la medicina
indígena. En talleres realizados con médicos tradicionales reconocimos las
principales causas de demanda de atención por enfermedades que los iloles
consideran como de su exclusiva competencia (ver apartado ilol), quedando
fuera todos aquellos padecimientos que, según su propia versión, pueden ser
tratados por la propia familia, los médicos alópatas u otros practicantes de la
medicina indígena.
De manera indirecta, a partir de información de los tratamientos de herbolaria
que utilizan más a menudo, determinamos las enfermedades que con mayor
frecuencia son tratadas con estos recursos.
En el cuadro 1.9 podemos reconocer 78 signos, síntomas, padecimientos y
nosologías culturalmente definidas susceptibles de ser tratadas con herbolaria.
Entre los 20 tratados con mayor frecuencia, destacan los signos y síntomas
relacionados con trastornos gastrointestinales que incluyen la diarrea, dolor
abdominal, disentería y parasitosis; la tos, signo y síntoma relacionado con
enfermedades respiratorias; tratamientos destinados a la atención del embarazo,
parto y puerperio, entre los que destacan hemorragia postparto, dolor postparto,
"apuración del parto" y amenaza de aborto. También destacan entre estos
principales padecimientos, las enfermedades urinarias, con síntomas como la
"hinchazón" y el "mal de orín"; cinco padecimientos que fueron considerados de
exclusiva competencia del ilol: el "mal del sueño", la "alteración", la "calentura",
el "dolor de estómago" y la "diarrea" -que serán analizados en el apartado sobre
el ilol-, y dos síntomas inespecíficos como el "dolor de cabeza" y la "calentura".

26
Cuadro 1.9 Enfermedades en orden de
frecuencia de acuerdo al tratamiento
disponible en herbolaria
Nombre Número
1 Diarrea 55
2 Dolor de estómago 37
3 Tos 33
4 Calentura 30
5 Aire o reuma 27
6 Mal de sueño 27
8 Hemorragia después del parto 18
9 Alteración 17
10 Dolor de cabeza 17
11 Dolor de corazón 17
12 Dolor de matriz después del parto 14
13 Lombrices 13
14 Hinchazón 13
15 Apuración de parto 13
16 Debilidad o cansancio 11
17 Granos 11
18 Mal de orín 10
19 Quebradura 10
20 Amenaza de aborto 10
21 Vómito 10
22 tos ferina 9
23 Mal echado 9
24 Menstruación dolorosa 9
25 Dolor de muela 9
26 Abultazón 8
27 Dolor de cuerpo 7
28 Nacidos o abscesos 7
29 Majvenal 7
30 Atarantamiento 7
31 Fuegos en la boca 7
32 Apuración de placenta 7
33 Picadura de víbora 7
34 Aborto 7
35 Mareo 6
36 Resfriado 6
37 Espanto 6
38 Tuberculosis 5
39 Quemadura 5
40 Envidia 4
41 Paludismo 4
42 Dolor de menstruación 4
43 Esterilidad de la mujer 3
44 Enfermedad del alma 3
45 Golpes 3
46 Enfermedad por frío 3
47 Ardor, dolor y comezón en la vagina 3
48 Sucumo 3
49 Nube en el ojo 3
50 Tumor de estómago 2
51 Dolor de pierna 2
52 Mala posición del niño 2
53 Mal de cagar 2

27
54 Cólico por coraje 2
55 Ataques 2
56 Mujer embarazada débil o cansada 2
57 Caída de la matriz 2
58 Dolor de huesos 2
59 Frialdad en el embarazo 2
60 Parto prematuro 2
61 Parásitos 2
62 Sarampión 2
63 Sarna 2
64 Rabia 2
65 Orzuelo o perrilla 1
66 Nausea 1
Frialdad de estómago después del
67 parto 1
68 Falta de hambre 1
69 Oído tapado 1
70 Menstruación irregular 1
71 Enfermedad de calor 1
72 Dolor de pulmón 1
73 Dolor de ojo 1
74 Dolor de músculos 1
75 Dolor de matriz durante el embarazo 1
76 Dolor de hígado 1
77 Visión borrosa 1
78 Calambres 1

Si comparamos este perfil epidemiológico con el reportado por el IMSS,


encontramos coincidencia en los padecimientos respiratorios y
gastrointestinales, llamando la atención la ausencia, entre las primeras causas
de consulta en esta institución, de las relacionadas con el embarazo parto y
puerperio. Para la medicina tradicional, el tratamiento de los padecimientos
relacionados con esta etapa reproductiva son una preocupación importante, lo
que es congruente con el hecho de que prácticamente todos los partos en el
área rural son atendidos por parteras o por familiares de la parturienta.
Otros padecimientos relevantes entre aquellos tratados con herbolaria, pero
ausentes entre las primeras causas de atención médica son las enfermedades
del aparato genitourinario, siendo clara la ausencia de enfermedades como el
"aire", la "alteración" y el "mal de sueño", nosologías de filiación cultural.

La atención médica en Chiapas

En México, antes de 1917 la salubridad no era responsabilidad de la Federación,


sino de los estados y municipios. Como no existía un sistema público de
servicios, el cuidado de la salud se proporcionaba a través de la caridad53 y de
fundaciones privadas de atención médico-hospitalaria54. El Estado se
53
Varios autores, "Bienestar Social", en: Cambio estructural en Chiapas: avances y perspectivas, Universidad Autónoma
de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, 1988, pág. 253.
54
Moreno Cueto y otros, Sociología Histórica de las Instituciones de Salud en México, Colección Salud y Seguridad
Social, Serie Manuales Básicos y Estudio, Instituto Mexicano del Seguro Social, México D,F, 1982, pág. 25.

28
responsabilizaba sólo de las acciones destinadas al control sanitario de puertos,
fronteras y puestos migratorios.
La Constitución de 1917 abrió una perspectiva diferente de lo que sería la
salubridad y, posteriormente, la seguridad social. El artículo 73 declara que los
poderes nacionales son responsables de la salubridad general de la República;
a partir de esta premisa, se creó el Departamento de Salubridad y el Consejo de
Salubridad General, estableciéndose en el artículo 123 las bases fundamentales
de la seguridad social de los trabajadores.
Durante la primera mitad del siglo, se expidieron las leyes y se fundaron las
instituciones que conformarían el actual Sistema de Salud.
El interés de la Federación por los programas médico-sanitarios en las áreas
rurales se materializó en 1928 con el Plan de Coordinación de los Servicios
Sanitarios en la República55; en éste no participó el Estado de Chiapas, como no
lo haría en el de los Servicios Rurales Cooperativos implantado en 1936, durante
el gobierno de Lázaro Cárdenas, y que consistió en el establecimiento de
centros sanitario-asistenciales en algunas zonas rurales del país56.
Chiapas -y específicamente los Altos- no se benefició con estos servicios debido
a que estaban dirigidos a aquellos grupos de agricultores cuya producción
revestía importancia a nivel nacional y a los grandes productores en el área
rural, cualidades que no poseían los campesinos de la región, cuyas técnicas
agrícolas eran atrasadas y su producción fundamentalmente de
autosubsistencia57.
La Secretaría de Salud inició sus actividades en el estado hasta los años
cuarentas, a través de programas de control de enfermedades tropicales como
oncocercosis, fiebre amarilla, pinto, paludismo y viruela, algunas de las cuales
aún no han sido erradicadas de la entidad. Desde el inicio, los zinacantecos
fueron los indígenas con mayor contacto con las medicina occidental; el hecho
de que el camino a Tuxtla Gutiérrez atravesara su municipio los exponía, sobre
todo, a las campañas de vacunación. Sin embargo, muchas veces su
experiencia con los técnicos de estas campañas no fue muy buena, ya que en
ocasiones éstas se realizaban en forma prepotente y arbitraria58.

55
Bustamante Miguel, "La Coordinación de los Servicios Sanitarios federales y locales como factor de progreso en
México", en: Hernández Llamas Héctor, (comp.) La atención médica rural en México, 1930-1980, Colección Salud y
Seguridad Social, Serie Manuales Básicos de Estudio, Instituto Mexicano del Seguro Social, 1984, pág. 50.
56
Alvarez Amezquita, Bustamante M.E., Picazos A.L., Fernández del Castillo, F.," Servicios Médicos Cooperativos en la
Historia de la Salubridad y Asistencia en México", en: Hernández Llamas Hector, , op. cit., pág. 50.
57
Cfr. Parra Vázquez Manuel (Coordinador), El subdesarrollo agrícola en los Altos de Chiapas, Colección Cuadernos
Universitarios, Serie Agronomía 18, Universidad de Chapingo, Centro de Investigaciones Ecológicas del Sureste, 1989,
405 págs.
58
Köhlber Urich, Cambio cultural dirigido en los Altos de Chiapas, Instituto Nacional Indigenista, Serie de Antropología
Social, Colección SEPINI, núm. 42, 1975, pág. 264.

29
Servicios de salud en la región
de los Altos de Chiapas

Por estos años, San Cristóbal de Las Casas contaba con dos hospitales, uno a
cargo de enfermeras religiosas, con 15 camas y dotado de una subvención
parcial de Salubridad; y estaba aún en servicio el antiguo Hospital de San Juan
de Dios, que, enfocando su atención a los indígenas, contaba con 30 camas, un
médico, un farmacéutico y cuatro enfermeras. Los medios de que disponía este
hospital eran muy limitados, pues no contaba con laboratorio ni servicio de
rayos-x. Los pacientes indígenas ingresaban generalmente en estados
avanzados de enfermedad, lo que aunado a la falta de recursos terapéuticos e
instrumentales resultaba en un alto índice de mortalidad, convirtiendo al hospital
en sinónimo de antesala de la muerte. Hasta qué punto esta nueva medicina era
una alternativa a las prácticas curativas de sus pacientes era una interrogante
que se planteaban quienes llegaban a tener contacto con este nosocomio59.

La Iglesia presbiteriana y el INI , pioneros


en la atención médica en los Altos

La Iglesia presbiteriana

En abril de 1944, llegaron a Yochib, Oxchuc, dos jóvenes misioneras


protestantes norteamericanas que se dedicaron al trabajo de conversión entre
los indios. Esto dio pie para que, posteriormente, desde Corralito, se difundieran
las nuevas creencias; para los años cincuentas, prácticamente la mitad de los
habitantes del municipio se habían convertido a la nueva religión60.
El trabajo de evangelización y conversión al protestantismo siguió dos
estrategias básicas: una de ellas, difundir la palabra de Cristo a través de música
y letra en tzeltal, utilizando una "vitrola"; la otra, mediante el trabajo en salud de
una de las misioneras, la enfermera Florence Geder, quien además de auxiliar a
los enfermos del lugar, capacitó a algunas personas como promotores de salud.
Rápidamente, la noticia de que ofrecía cuidado médico se extendió y fue muy
solicitada.
En 1956, la Iglesia presbiteriana se apoyó para la evangelización en la Iglesia
Reformada de América y, en 1961, adquirió un terreno en el municipio de
Ocosingo en el que se ubica el Centro Cultural Tzeltal "Buenos Aires". Ahí, se

59
Ibidem, pág 255.
De la Peña Moises, Chiapas Económico, Tomo I, Departamento de Prensa y Turismo, Sección Autográfica, Tuxtla
Gutiérrez Chiapas, México 1951, pág. 244.
60
Harman C. Robert, Cambios médicos y sociales en una comunidad maya tzeltal, Instituto Nacional indigenista,
Secretaría de Educación Pública, México, 1974, pág. 26-32.

30
levantaron las instalaciones de lo que actualmente es el Instituto Bíblico Tzeltal
que prepara a los pastores y predicadores del presbiterianismo61.
Este centro ha sido utilizado también para la capacitación de personal de salud
y, desde la década de los sesentas ha servido para la formación de
"paramédicos" con conocimientos médicos y odontológicos. Casi todos los
capacitadores han sido misioneros estadounidenses o británicos62.
En 1970, la Iglesia presbiteriana contaba con 35 clínicas debidamente equipadas
y atendidas por sus paramédicos, que, para finales de la década, eran ya 60 en
el área tzeltal. En estas clínicas, se proporciona un cuidado básicamente
asistencial, contando algunas de ellas incluso con microscopios que les permiten
realizar diagnósticos coproparasitoscópicos.
Últimamente, se ha fundado una escuela para la capacitación en salud
localizada en el municipio de Yajalón, conocida con el nombre de Caná, adonde
acuden a recibir capacitación de los presbiterios tzeltal y chol.
En el área tzotzil, son tres las zonas de evangelización presbiteriana: Larráinzar,
Chenalhó y San Juan Chamula, en donde el proceso de conversión se ha dado
de manera distinta al de la zona tzeltal. La presencia de los evangelizadores no
ha sido tan directa y su participación en el cuidado de la salud, menos
importante.

El INI

El Instituto Nacional Indigenista (INI), a través del Centro Coordinador


Indigenista de la zona Tzeltal-Tzotzil, inició la atención médica gubernamental
especialmente dirigida a la población indígena de los Altos al establecer, en
1951, la Sección de Salud Pública en la que trabajaban un médico, una
enfermera y tres promotores indígenas. Para 1963, formaban parte del personal
del centro cinco médicos, 16 auxiliares ladinos y 16 promotores indígenas de
salud.
Los centros pioneros en la década de los cincuentas fueron los de Chamula,
Huixtán, San Cristóbal y Oxchuc. El que los médicos del INI lograran aceptación
por parte de la población indígena, fue una labor ardua. En algunos lugares la
resistencia fue manifiesta (Yochib y Chamula), mientras que en otros, sin existir
rechazo en el discurso, se soslayaba la presencia de la clínica (Oxchuc). Sin
embargo, también se dio el caso en que la propia comunidad (Yalkuk, Huixtán)
llegó a solicitar estos servicios. Otra modalidad asistencial que se implantó con
algunos problemas al inicio de la década, fueron las enfermerías, algunas de las
cuales funcionan hasta la actualidad. Estas, a cargo de los promotores de salud,
para 1954 se habían instalado en Zinacantán, Yochib (Oxchuc), Chanal,
Amatenango y Aguacatenango.
La selección y el entrenamiento de los promotores de salud, en muchos
aspectos, eran similares al de los promotores culturales. Inicialmente, se procuró
61
Esponda Hugo, El Presbiterianismo en Chiapas, Publicaciones El Faro, México, D.F., 1986, 271.
62
Ibídem, 268-269, 271.

31
que la personas elegidas gozaran de prestigio en la comunidad, pero al correr de
los años estos criterios cambiaron, privilegiándose la aptitud y el interés de los
participantes en el programa. Para ser promotores, los jóvenes de ambos sexos
debían permanecer por un tiempo en el Centro Coordinador de San Cristóbal de
las Casas, en donde continuaban sus estudios primarios y mejoraban su
conocimiento del castellano mientras recibían capacitación en las áreas de
agricultura, educación y salud63. Por lo general, los promotores de salud
requerían de un entrenamiento adicional y antes de realizar labores asistenciales
en forma autónoma, trabajan cercanamente con los médicos y enfermeras de las
clínicas de salud.
En esta década, se buscó la colaboración de los curanderos, pero algunas
experiencias llevaron a concluir que era muy difícil que resultaran aptos para el
papel de promotores; sobre todo si se consideraba que la medicina indígena
difería de la occidental no solamente en su explicación causal, sino en la
terapéutica64.
Mientras en los cincuentas, se enfatizaba en la necesidad de que los médicos
que trabajaban en las comunidades indígenas estuvieran sensibilizados y
tuvieran conocimientos de las prácticas de salud tradicionales de los habitantes
de la región, por razones no muy claras, este interés se fue extinguiendo, al
grado de que en la década siguiente se había casi perdido65 y en los setentas, el
propio INI desautorizaba a los practicantes de la medicina tradicional (fig. 1).
En la actualidad, la Sección de Bienestar Social es la encargada del Programa
de Atención a la Salud. A cargo de una una médica responsable, es similar al de
todos los Centros Coordinadores.
El Programa de Atención a la Salud cuenta con un presupuesto muy exiguo
(alrededor doce millones de pesos para 1991), que se destina al seguimiento de
las actividades desarrolladas en dos puestos médicos (Tres Puentes, Larráinzar
y Chalam, Huixtán). De manera informal, funcionan otros dos en Yochib, Oxchuc
y en Polhó, Chenalhó, a cargo de un enfermero del INI jubilado en el primer caso
y de un promotor voluntario en el segundo. Estos son los únicos puestos que
quedan de los centros de salud fundados a partir de los cincuentas y que serán
cerrados al jubilarse los enfermos encargados desde entonces. En estos
puestos funcionan farmacias comunitarias "de fondo revolvente", lo que permite
mantener una dotación de medicamentos básicos.
La médica encargada de la Sección proporciona capacitación y apoyo a estos
enfermeros y se encarga de promover otro tipo de actividades como las
campañas especiales (la del cólera, por ejemplo). El programa también maneja
un subprograma de vacunación en los albergues del INI, que aunque son 24
sólo incluye a cinco de ellos, y supervisa que las instituciones de salud cubran la
vacunación del resto.
La canalización de pacientes es el tercer aspecto que conforma el programa. La
médica se encarga de hacer las gestiones para el internamiento de paciente
indígenas que llegan a San Cristóbal de Las Casas enviados a través de los
puestos médicos, de los albergues o de manera independiente. El internamiento
63
William R. Holland, Medicina Maya en los altos de Chiapas, INI, 1963, pág. 17.
64
Köhlber Urich, op. cit., págs. 258-259
65
Ibídem. págs. 260.

32
se gestiona en el Hospital Regional de la SSA o en la Clínica Hospital de Campo
de IMSS-Solidaridad.
A través de este subprograma, se pueden también canalizar pacientes a un
tercer nivel de atención a la Ciudad de México, específicamente al Hospital
General de la SSA. En la Ciudad de México, los pacientes son recibidos y
apoyados por una trabajadora social. Sin embargo, este apoyo es muy limitado,
ya que esta trabajadora social debe atender a todos los pacientes del INI del
país derivados a tercer nivel.
El Centro Coordinador de San Cristóbal canaliza anualmente de 30 a 40
pacientes de primera vez al tercer nivel de atención. Debe señalarse que el INI
es la única instancia en la región, a través de la cual un paciente no
derechohabiente de la seguridad social puede ser canalizado a un nivel
especializado de atención.

La Secretaría de Salud

En 1960, se inauguraron siete Centros de Salud en diferentes municipios de los


Altos, dependientes de la Secretaría de Salud66. Después de más de diez años y
a través del Programa de Desarrollo de los Altos de Chiapas (PRODESCH), se
amplió el trabajo de esta Secretaría en las comunidades indígenas. Este
programa, que incluía acciones de salud tales como asistencia médica,
educación higiénica, atención materno-infantil, campañas de saneamiento,
adiestramiento de personal, dotación de alimentos y construcción de obras
rurales por cooperación67, estuvo financiado por los gobiernos federal y estatal,
el UNICEF y la OMS.
En la actualidad, la Secretaria de Salud, a través de la Jurisdicción Sanitaria II,
cuenta con un Departamento de Salud Rural, que incluye a los programas de
Atención Materno Infantil, Planificación Familiar, Atención Primaria de Salud y
Nutrición y Salud68, los cuales se aplican en forma coordinada y vinculada, ya
que la población de riesgo es la misma.
El de Atención Primaria de Salud supervisa a las parteras empíricas, inmuniza,
proporciona hidratación oral, detecta y controla a las embarazadas y trata a los
enfermos de tuberculosis, diarreas y paludismo.
Los programas de Planificación Familiar, Nutrición y Salud y Atención Primaria
de Salud cuentan con presupuesto federal, mientras que el Atención Materno
Infantil funciona sin presupuesto propio.
En aquellas comunidades en donde no hay médico, la Secretaría cuenta con los
técnicos en Atención Primaria (TAP), quienes se encargan de proporcionar
asistencia "médica", atender los partos y canalizar a los pacientes al hospital.
Hasta hace poco tiempo, era muy difícil que los indígenas de la región acudieran
al Hospital Regional en San Cristóbal, no obstante tratarse de una institución
66
Entrevista Dr. Enrique Castro, epidemiólogo del Centro de Salud de La Jurisdicción II, septiembre 1988, San Cristóbal
de Las Casas.
67
Alvarez Gutiérrez Ramón, "La atención Médico Sanitaria en el Medio Rural", en: Hernández Llamas op. cit., págs. 286-
287.
68
Entrevista con la Dra. Patricia Carmona, responsable del Programa Materno Infantil del Centro de Salud en San
Cristóbal de Las Casas, Chiapas, mayo 1990.

33
gratuita. Esta situación se ha intentado modificar a través de la presencia de los
TAP, quienes junto con el personal del Programa de Salud Rural apoyan a los
pacientes que ingresan al hospital en su relación con las enfermeras y los
médicos. A pesar de esto, la demanda sigue siendo muy escasa; durante enero
de 1990, hubo solamente cinco canalizaciones; todas por motivos
ginecobstétricos: dos para salpingoclasia, una por prolapso uterino y dos para
control de embarazo y postcesárea69.

La Iglesia Católica

La Diócesis de San Cristóbal de las Casas se ha distinguido, desde hace unos


30 años, por su trabajo con la población marginada y puede considerársele, de
hecho, dentro de la corriente denominada Teología de la Liberación70.
La presencia de los sacerdotes en la región, en la década de los cincuentas, era
muy esporádica y se limitaba a su asistencia a las cabeceras municipales71.
Quizá el éxito de los protestantes en su trabajo de conversión hizo que la Iglesia
católica reaccionara, iniciando una labor intensa de catequesis a través de
jóvenes conversos.
En el área de la salud, la primera etapa de sus labores se extendió de 1957
hasta finales de los sesentas. Durante ésta se desarrollaron básicamente
acciones asistenciales y se trasmitieron algunas nociones de higiene, siendo
durante estos años que los agentes de pastoral se iniciaron en el conocimiento
de las lenguas autóctonas de la región. En una etapa posterior, a principios de
los setentas, se desarrollaron proyectos de salud más formales, aplicándose
éstos en San Andrés Larráinzar, Tenejapa y Huixtán.
Un evento definitorio en el actuar de la diócesis fue la organización del congreso
conmemorativo del V centenario del natalicio de Fray Bartolomé de las Casas. A
petición del gobernador del estado, Dr. Manuel Velasco Suárez, la diócesis
organizó una serie de reuniones locales, municipales y regionales en las
comunidades indígenas y campesinas que le llevó a descubrir la situación "de
explotación, opresión, marginación y aculturación en que viven" los habitantes
del estado72.
Esta experiencia permitió también el surgimiento de otro tipo de organizaciones,
como el Congreso Indígena, Nuestra Fuerza para la Liberación, Tierra y Libertad
y Unión de Uniones, en algunas de las cuales participaban agentes de
pastoral73.

69
Ibídem.
70
Coello, Castro Reyna Matilde. Proceso Catequístico en la zona Tzeltal y Desarrollo Social (un estudio de caso), tesis
profesional de licenciado en Sociología, Universidad Autónoma de Tlaxcala, marzo 1991, pág. 26.
71
Posteriormente a las leyes de Reforma (1859 julio) y a la Rebelión Chamula en 1869-1870. la presencia de los
sacerdote era muy esporádica en la región de los Altos, esta se limitaba a la asistencia limitada de los curas a las
cabeceras de los municipio. "El éxodo de curas que ocurrió hace aproximadamente 100 años - y que en realidad, más
bien fue una expulsión- y la cobnsiguiente independencia de las autoridades religiosas indígenas, deben de hacer
contribuido a que las ideas tradicionales ganaran nuevamente en importancia y a que los sincretismos que ya existían se
consolidaran aún más". Cfr. Köhlber Urich, op. cit.
72
Coello, Castro Reyna Matilde op. cit.
73
Ibídem.

34
Entre las reivindicaciones conseguidas por indígenas y campesinos a través de
la Iglesia, no sólo se cuentan las relacionadas con la restitución, dotación y
legalización de tierras, sino también la gestoría de numerosos apoyos
financieros para proyectos de producción, educación y salud.
Actualmente, la diócesis tiene cinco áreas de trabajo: Catequesis-Liturgia,
Comunidades Eclesiásticas de Base, Pastoral Juvenil, Salud y Solidaridad con
los refugiados guatemaltecos.
En 1988, la Asamblea Diocesana constituyó El Área Diocesana de Salud,
conformado por agentes de pastoral. Este equipo planea y coordina las
actividades de los "agentes de salud" que son, además, catequistas. En un
proceso evolutivo, se ha dejado de proporcionar un servicio meramente
asistencial para promover un desarrollo autogestivo en el que las comunidades
deben organizarse en acciones preventivas y curativas74.
Acción importante para el comité, es la capacitación continua de los agentes de
salud, realizada a nivel diocesano, regional y por comunidad. Los contenidos
educativos incluyen métodos naturales de control de la natalidad, salud
comunitaria, manejo de enfermedades frecuentes y dotación de un botiquín
básico y en los últimos diez años, se ha dado también importancia al "rescate"
de la medicina tradicional, específicamente de la herbolaria.
La diócesis cuenta con tres hospitales, dos de los cuales están ubicados en
zonas marginales (Selva y Montaña), 15 dispensarios con asesoría de un
médico o una enfermera y 413 casas de salud en comunidades rurales a cargo
de 719 promotores de salud.
Las acciones en salud tienen como objetivo "lograr una salud comunitaria
integral, mediante la transformación de la realidad, en correlación con las otras
áreas a la manera de Jesús y su proceso liberador, curando las enfermedades
que nos oprimen y las opresiones que nos enferman"75.

74
Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Informe Quinquenal "Ad Limina", San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 1988,
pág. 79.
75
Ibídem.

35
La experiencia de Altamirano

El Hospital de San Carlos es uno de los más importantes de la región y se


encuentra ubicado en la cabecera municipal de Altamirano. A cargo de la Orden
de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paulo, funciona desde hace 15
años. Inicialmente, realizaba acciones de asistencia y contaba sólo con cuatro
camas. Ahora cuenta con aproximadamente 60, tiene servicios de
especialidades básicas, consulta externa, laboratorio y rayos X y un quirófano
con instrumental para cirugía general y de especialidad. La población
beneficiada es principalmente indígena (choles, tojolabales, tzeltales y tzotziles)
y su personal de planta está compuesto por siete médicos generales y nueve
enfermeras; mensualmente, reciben el apoyo de un cirujano general y, más
esporádicamente, de algunos cirujanos especialistas76.
En trabajo comunitario, el hospital cuenta con los siguientes programas:
1) De promoción de la mujer.
2) De control de tuberculosis, con una cobertura de 15 comunidades.
3) De salud comunitaria, con 13 promotores.
4) De rehabilitación nutricional, con un centro donde se atiende a niños
desnutridos.
5) De capacitación para promotores, médicos y personal de enfermería.
El trabajo comunitario más importante del Hospital se realiza a través de sus
promotores, que generalmente son elegidos en su comunidad a través de una
asamblea. Como requisito, deben ser originarios y residentes de su comunidad,
mayores de 25 años, casados, bilingües y alfabetizados. Reciben adiestramiento
para el diagnóstico y la atención de las enfermedades más frecuentes, como las
gastrointestinales y las respiratorias, y de los "problemas de la mujer", como el
cuidado del embarazo, parto y puerperio; deben canalizar al hospital a los
enfermos que requieran atención de segundo nivel y no recibir pago alguno por
sus servicios. Aunque los promotores no cobran la consulta, se pide al paciente
una cuota de recuperación por los medicamentos, que se adquieren a bajo costo
a través de Promoción de Servicio y Salud en Educación Popular
(PRODUSSEP).

Programa IMSS-Solidaridad

El esfuerzo más importante para proporcionar atención médica a los indígenas


de los Altos se dio hasta 1979, cuando, en estrecha colaboración con el Instituto
Nacional Indigenista, se instalaron 47 clínicas del programa IMSS-Coplamar77,

76
Entrevista con la Dra. Claudia Mesa, responsable del Programa de Educación Comunitaria en el Hospital de
Altamirano, 27 de febrero 1989, Altamirano, Chiapas y observaciones personales.
77
IMSS-COPLAMAR, Programa IMSS_COPLAMAR de solidaridad social por cooperación comunitaria, Chiapas,
Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados, Presidencia de la República, s/f, s/l,
168 págs.

36
iniciándose también las acciones oficiales de interrelación con la medicina
tradicional.
A este hecho contribuyeron fundamentalmente el contacto de las instituciones
oficiales de salud con las muy difundidas prácticas de curación populares e
indígenas y la citada declaración de Alma Ata, que consideraba importante el
trabajo conjunto de las organizaciones oficiales y los practicantes de la
"medicina tradicional" para el mejoramiento de las condiciones de salud de la
población.
En el estado, el IMSS-Solidaridad cuenta con cuatro grupos multidisciplinarios
que supervisan las regiones San Cristóbal, Ocosingo, Soconusco y Tuxtla
Gutiérrez. El nivel inmediato inferior operacional lo constituye el grupo de
Asesoría Zonal, conformado por un médico supervisor auxiliar, un técnico
"polivalente"78, un promotor de acción comunitaria y dos médicos que suplen las
vacantes y ausencias. Cada uno de estos grupos tiene a su cargo varias
subregiones, dependiendo de la zonificación. La Región San Cristóbal de Las
Casas se subdivide en cinco zonas que son: Venustiano Carranza, Comitán,
Margaritas, San Cristóbal Altos y San Cristóbal Valles79.

El grupo de asesoría zonal se encarga de supervisar y asesorar a las clínicas


rurales de su zona; en el caso de la de San Cristóbal Altos, el grupo es
responsable de 20 Unidades Médicas Rurales (UMR)80.
En cada UMR se cuenta con un médico encargado, que puede ser un pasante
en servicio social o un médico general recibido. A éstos se les conoce como
"técnicos 20" y no tienen el mismo rango laboral que los médicos familiares del
régimen ordinario del instituto. En la UMR también trabajan dos auxiliares de
área médica que hacen las funciones de enfermería y de enlace entre el médico
y la población, ya que generalmente son originarios de la localidad y, por tanto,
bilingües.

En la organización del programa se considera que cada UMR tiene tres áreas de
influencia: la primera, la comunidad donde se encuentra la unidad; la segunda,
un área de acción intensiva en la que se aplican los programas prioritarios de
atención; y la tercera, la de influencia, en la cual no se aplican los programas de
la clínica, pero a cuya población se proporciona atención médica cuando lo
solicita.
Los principales programas que llevan a cabo los médicos de la UMR son la
atención médica de primer nivel, mediante diagnóstico y tratamiento de los
padecimientos más frecuentes, y los de prevención por vacunación, control
prenatal, control de niño sano y planificación familiar. También deben detectarse,
para su cuidado y control, a las personas con padecimientos infecto-
contagiosos, crónicos y degenerativos, trasmisibles y no trasmisibles.

78
El técnico polivalente tiene a su cargo funciones de conservacion y mantenimiento de las UMR; es responsable del
vehículo, generalmente es bilingüe y trabaja en áreas diversas. El promotor se encarga de impulsar acciones
comunitarias, como el mejoramiento de la vivienda, letrinización, manejo de basura, etcétera.
79
Entrevista con el Dr.Eumeno Salinas, Supervisor de la zona Altos, septiembre 1988.
80
Las UMR son unidades médicas que constan de un consultorio, dos camas de tránsito, una sala de espera y una
habitación para el médico. Cfr. IMSS-COPLAMAR, Diez Años de Solidaridad Social: Expresión de la Doctrina Mexicana
de Seguridad Social Integral, Ed. IMSS, Dirección General, 1984.

37
Existe un programa de atención preventiva de enfermedades bucodentales, en
el que se capacita a la comunidad en la aplicación dental de compuestos
fluorados y se realizan extracciones dentarias con el apoyo de dos pasantes de
odontología de la Clínica Hospital de Campo81 correspondiente, que acuden
esporádicamente a las comunidades.
El programa de atención médica no cuenta con un sistema de traslado de
pacientes; cuando algún enfermo requiere asistencia en el segundo nivel se
elabora un documento de envío dirigido a la Clínica Hospital de Campo82 y es el
enfermo quien se desplaza con sus propios medios. En caso de que se requiera
atención de tercer nivel, el paciente debe realizar todos los trámites para su
atención en un hospital especializado de la Secretaría de Salud.
En su regionalización, el IMSS-Solidaridad no incluye a los 16 municipios de la
región que dicho programa denomina Altos. Esta cuenta con 20 UMR atendidas
por siete médicos (el resto de las plazas están vacantes), 34 enfermeras
auxiliares y dos técnicos auxiliares en salud.
Hasta 1986, la atención era proporcionada por 20 médicos, pero en los últimos
años ha sido difícil conseguir personal interesado en trabajar en la zona, ya que
los médicos prefieren aquellos lugares con servicios y comunicaciones83.
Además, quienes se contratan en el programa no cuentan con la misma
categoría, salario y prestaciones de quienes lo hacen a través del régimen
ordinario84 y no generan antigüedad en la institución; así, no solamente las
condiciones de trabajo son desventajosas, sino que el salario y las prestaciones
son inferiores. Las desiguales condiciones laborales entre los dos regímenes de
atención determinan que quienes trabajan en IMSS Solidaridad aspiren
continuamente a ocupar una plaza en el régimen ordinario. En el primero se
hacen "méritos" y es tomado como un "mal necesario" temporal.
Los médicos que trabajan en la zona tienen dificultades para integrarse a la
comunidad. Como la población es predominantemente indígena y posee formas
de vida muy diferentes85 a las suyas, su incorporación requeriría de un lapso
mayor. Sin embargo, existe una gran movilidad, por deserción o debido a que
son contratados por periodos de un año, renovando su relación laboral con el
IMSS en la UMR inicial o en otra, lo que impide que se lleven a la práctica los
programas. Para modificar esta situación, debe darse un cambio en las
condiciones laborales de los médicos y establecerse un sistema de estímulos
que los retenga en el programa.
Para que éste funcione, se requiere del activo concurso de la comunidad, que
debe formar un comité de salud y participar con promotores sociales voluntarios.
Sin embargo, según los médicos entrevistados, solamente en ocho se da esta
participación comunitaria activa y en la mayoría de las localidades (24 de 33) no

5
3 Entrevista con el Dr.Eumeno Salinas, Supervisor de la zona Altos, septiembre 1988.
82
Este hospital cubre las cuatro área básicas de especialidad médica: medicina interna, ginecobstetricia, pediatría y
cirugía. Cuenta, además, con un servicio de medicina preventiva, consulta externa y servicios de laboratorio y rayos X y
su capacidad real es de 62 camas censables.
83
Encuestas aplicadas a los médicos del IMSS-Solidaridad, 1988.
84
Entrevista con el asesor médico de la zona San Cristóbal de Las Casas Altos, 1988.
85
Resultados de la encuesta realizada por Rafael Alarcón y Graciela Freyermuth a 33 médicos encargados de las UMR
en la zona Valles y Altos de la delegacion de SCLC.

38
existen tales promotores, encontrándose un promedio de dos, en sólo seis de las
comunidades supuestamente involucradas en el programa.
En el trabajo de campo de esta investigación, se encontró que este sistema de
atención del IMSS atiende sólo a 25% de las comunidades.
En los cuadros 2.12 y 2.13 se muestra un concentrado de la distribución de los
servicios de salud del IMSS y SSA e INI, de acuerdo a municipio.
A partir de los datos del cuadro 2.4, obtenidos de la Jurisdicción Sanitaria II, se
ha calculado la cobertura de los servicios de salud de las instituciones
gubernamentales. Al comparar la población directamente beneficiada por los
servicios con la estimada para 1988 (cuadro 2.12) -sin tomar en cuenta a la
población del municipio de Amatenango del Valle y de la ciudad de San Cristóbal
de Las Casas-, es posible afirmar que los servicios de salud cubren a 42% de la
población regional, cifra que coincide con la que arroja la encuesta de cobertura
de atención primaria de salud de la Secretaría de Salud86.

Cuadro 1.10 Instituciones que Proporcionan Servicios de


Salud, Región Altos de Chiapas, 1989

Instituciones Frecuencia Porcentaje

NINGUNA 10 24.4
IMSS 8 19.5
IMSS E IGLESIA 2 4.9
SSA 16 39.0
SSA E INNSZ 1 2.4
IGLESIA 4 9.8
Fuente: Encuesta aplicada en comunidades seleccionadas en la muestra

Instituto Nacional de la
Nutrición Salvador Zubirán

El Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán (INNSZ), a través del


departamento de Vigilancia Epidemiológica de la División de Nutrición de
Comunidades, ha desarrollado proyectos en diferentes estados del país. En
Chiapas, puso en marcha, a partir de 1983, el Programa Integrado de Apoyo a la
Nutrición (PIAN).
Beneficiando inicialmente a 157 comunidades de diversas regiones (Soconusco,
Sierra, Norte, Fronteriza y Altos), en 1985 llegaba a 252 comunidades, pero, por
razones presupuestales, para 1988 incluía a sólo 44 comunidades de la región
de los Altos.
El objetivo básico del PIAN era "difundir los conocimientos indispensables para
establecer actitudes y hábitos de una alimentación adecuada completa e
86
Soberón G., Kumate J., Laguna J., La salud en México, Testimonios 1988, Tomo II, Problemas y Programas de Salud,
Biblioteca de la Salud, Fondo de Cultura Económica, 1988, pág. 19.

39
higiénica87", así como dar seguimiento y cuidado a los niños desnutridos severos
y graves, considerados en alto riesgo de muerte. Con miras en este objetivo, se
implementaban una serie de estrategias, que se iniciaban con la capacitación de
los llamados "mejoradores"; indígenas bilingües quienes se encargarían, a
través de pláticas y demostraciones, de generar la modificación en los hábitos
de las mujeres de las comunidades.
Año con año, el programa realizaba un diagnóstico inicial y un seguimiento
bimensual de peso y talla de la población en riesgo (menores de 5 años y
mujeres lactantes o gestantes), y existía además, un programa paralelo que se
encargaba de distribuir queso y leche como alimentación complementaria a la
población en riesgo.
El mayor acierto del programa, fue un subprograma llamado de "Apoyo
Alimentario", el cual no se aplicaba en todas las comunidades en donde se
distribuía el complemento alimentario, sino sólo en aquellas en donde existían
grupos organizados. Sus actividades eran básicamente de asesoría para la
producción, abastecimiento, consumo y comercialización de los productos
agrícolas y piscícolas de estos grupos.
El PIAN fue de los programas con mayor presencia dentro de la comunidades de
los Altos y, aunque su objetivo fundamental de "difundir los conocimientos
indispensables para establecer actitudes y hábitos de una alimentación
adecuada, completa e higiénica" no se cumplía del todo, contribuyó a la creación
de espacios en donde las mujeres intercambiaban experiencias y se transmitían
principios básicos, tales como la relación entre desnutrición y susceptibilidad a
infecciones.
La limitante más seria fue la organización financiera del programa, de tal suerte
que disponía de recursos suficientes sólo durante seis meses al año. En el
primer semestre del año se trabajaba a base de préstamos, lo que determinaba
que el personal básico, los "mejoradores", fueran contratados hasta el segundo
semestre del año. El PIAN dejó de funcionar en 1989, al serle retirado el apoyo
por las autoridades estatales.

Médicos y paramédicos
La atención de los enfermos en las instituciones de salud de la región es
proporcionada básicamente por personal paramédico capacitado por la propia
institución y al cual se le denomina de forma diversa de acuerdo a la institución a
que se adscriba; así, son técnicos de Atención Primaria (TAP) en la Secretaría
de Salud, técnicos auxiliares de salud en el IMSS-Solidaridad y enfermeros en el
INI.
Los médicos que atienden los centros de salud o las UMR son pasantes en
servicio social (último año de adiestramiento) o recién egresados. Como se
puede apreciar en el cuadro 2.12, en las UMR deben ser aproximadamente 43,
pero, como frecuentemente estas plazas están vacantes (cfr. apartado anterior),

87
INNSZ, Expediente técnico del Programa Integrado de Apoyo a la Nutrición, Plan Chiapas, 1988 s/pág.

40
en la práctica estas unidades médicas son atendidas gran parte del tiempo por
los técnicos auxiliares en salud88.
Por cada UMR hay dos técnicos, es decir 82 en total, y 181 TAP's en el caso de
la Secretaría de Salud, lo que hace un total de 262 paramédicos en la región, sin
tomar en cuenta a los promotores adscritos a la Iglesia, ni aquéllos vinculados
con los grupos protestantes o con organizaciones independientes, aunque hay
que señalar que algunos de los promotores vinculados a grupos religiosos
también lo están a los programas de salud de las instituciones gubernamentales.
De todas las comunidades seleccionadas, solamente en una la atención
institucional era proporcionada por médicos (cabecera municipal de Altamirano).
En 14 comunidades había promotores de salud y en nueve, enfermeros.

Los médicos
Hace una década, todos los médicos de los centros de salud del área rural eran
pasantes en servicio social y, por tanto, permanecían solamente un año en la
comunidad. Actualmente, una gran parte de ellos son médicos generales
recibidos y 80% de los que trabajan en clínicas del IMSS de las regiones Valles
y Altos están titulados, algunos de ellos egresados hace cuatro años. Puede
parecer ventajoso el que estas plazas estén ocupadas por médicos titulados, ya
que eso "garantiza" una mayor permanencia en las comunidades y,
consecuentemente, una mejor relación con la población. Sin embargo, en la
práctica esto no es así; a pesar de su corta vida profesional, una gran proporción
han estado adscritos a una o varias clínicas dentro del propio estado, o en otras
entidades, lo que revela su gran movilidad89.
Lo anterior puede deberse a que muchos de ellos son originarios de otras
entidades (principalmente de Veracruz y el Distrito Federal), siendo oriundos de
Chiapas menos de 10%. De la misma manera, la mayor parte proviene de
facultades de Medicina de otros estados y solamente uno es egresado de la
Universidad de Chiapas. Otros factores que indudablemente influyen en la
movilidad de este personal son las condiciones de vida de las comunidades en
donde se ubican las clínicas, sin servicios básicos y de difícil acceso. Una gran
parte de los médicos considera que "las condiciones de vida son malas y que les
es difícil integrarse a la comunidad"; el desconocimiento de la lengua y de la
cultura regionales obstaculizan esta integración, llevándolos a argumentar que
"la gente es difícil, renuente a los cambios que se proponen, no colaboran con el

88
El delegado del IMSS, Alberto Candia Muñoz, aseguró que el problema más grave que afronta el instituto es la falta de
médicos en el área rural, y aseguró "que los médicos no quieren venir a trabajar a Chiapas",Cfr. CIACH (Centro de
Información y Análisis de Chiapas, A.C.), Resumen Informativo, núm. 43, mayo, 1990. También afirmó que existen 103
clínicas rurales sin médicos, debido a la negativa de los profesionales de ir a trabajar al campo. CIACH (Centro de
Información y Análisis de Chiapas, A.C.), Resumen Informativo, núm. 44, junio, 1990.
El ejidatario René Laparra señaló que las 11 clínicas del IMSS y los centros de salud en la región no cuentan con
médicos y se encuentran abandonadas. CIACH (Centro de Información y Análisis de Chiapas, A.C.), Resumen
Informativo, Núm. 42, abril, 1990, pág 14.
89
Resultados de la encuesta realizada por Rafael Alarcón y Graciela Freyermuth a 33 médicos encargados de las UMR
en la zona Valles y Altos de la delegacion de SCLC.

41
programa y están acostumbrados a recibir recompensas a cambio de realizar
medidas que al fin de cuentas son para su beneficio"90.
La difícil relación de los médicos con la comunidad se refleja también en la
escasa participación de la población en los programas de promoción de la salud,
saneamiento ambiental y educación para la salud. Algunos médicos dicen que
su trato con la población se limita al que se da en el consultorio; sin embargo,
llama la atención que, a pesar de las condiciones de salud imperantes, la
solicitud de los servicios sea tan limitada; la UMR con mayor demanda llega a
proporcionar en promedio 20 consultas diarias y prácticamente la mitad de las
clínicas tiene promedios menores a diez.

El personal paramédico

El personal paramédico incluye a promotores de salud, técnicos de atención


primaria, enfermeros y técnicos auxiliares de salud; presta sus servicios en 14
de las 41 comunidades que conformaron la muestra. Generalmente, estos
auxiliares son contratados por alguna institución de salud o participan
voluntariamente por ser agentes de pastoral o promotores nombrados por su
comunidad; su principal fuente de ingresos, como el de la mayoría de la
población, es el trabajo agrícola.

La mayoría de ellos atiende en consultorios rústicos, con una mesa y una cama
de madera (a excepción de los empleados en las UMR) y un limitado arsenal de
medicamentos, contando excepcionalmente con un estetoscopio y un
baumanómetro. Los promotores "independientes" se relacionan con las
instituciones de salud cuando éstas requieren apoyo en las campañas de
vacunación o cuando les ofrecen cursos de capacitación en las cabeceras
municipales o regionales. No solamente atienden a los habitantes de la
comunidad en donde se ubica su consultorio, sino que frecuentemente llegan a
consultarlos de otros parajes. Las más de las veces se limitan a proporcionar
medicamentos sintomáticos o antibióticos a pacientes con diarrea, tos o
"calentura" y no pueden canalizar los casos graves por el tipo de relación que
establecen con las instituciones de salud; de hecho, la canalización se encuentra
limitada también para los técnicos directamente contratados por las instituciones.
De sus propios testimonios sabemos que cuando no pueden resolverle el
problema a un paciente, es éste quien decide el momento de abandonar el
tratamiento y buscar la ayuda de un "doctor".

90
Ibídem.

42
Cuadro 1.11 Número de promotores en las comunidades
seleccionadas, región Altos de Chiapas, 1989

Promotores Frecuencia Porcentaje

0 27 65.9
1 10 24.4
2 4 9.8

Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Cuadro 1.12 Tipo de promotores, comunidades


seleccionadas, Región Altos de Chiapas, 1989

Tipo de Promotores Frecuencia Porcentaje

Comunitarios 2 7.4
Institucionales 9 33.3
Otro 1 3.7

Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Cuadro 1.13 Número de enfermeros, comunidades


seleccionadas, Región Altos de Chiapas

Enfermeros Frecuencia Porcentaje

0 32 78.0
1 5 12.2
2 3 7.3
6 1 2.4

Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Cuadro 1.14 Tipo de enfermeros, comunidades


seleccionadas, Región Altos de Chiapas, 1989
Tipo de enfermeros Frecuencia Porcentaje

Particulares 2 8.0
Institucionales 4 16.0
Ambos 1 4.0

Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

43
Otras formas de organización en torno a la salud

Farmacias

La mayoría de las comunidades, seleccionadas en la muestra, no cuentan con


farmacia ni establecimientos en donde puedan adquirirse medicamentos.
Solamente en nueve es posible obtener medicinas de patente, sobre todo en
farmacias de tipo comunitario, manejadas por el comité de salud o por
promotores de salud, quienes prescriben los tratamientos. Sólo una de éstas
tiene hierbas medicinales.

Cuadro 1.15 Número de farmacias por comunidad, Región


Altos de Chiapas, 1989

Farmacia Frecuencia Porcentaje


0 31 77.5
1 6 15.0
2 2 5.0
3 1 2.5

Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Comités de Salud

En las comunidades, es poco frecuente encontrar comités de salud no obstante


que son requisito indispensable dentro de los programas de Atención Primaria.
En cambio, en casi todas ellas hay comités de educación, lo que traduce una
presencia menor del sector salud en relación con el de educación.

Cuadro 1.16 Comunidad en salud en comunidades,


Región Altos de Chiapas, 1989

Comités de Salud Frecuencia Porcentaje


0 4 11.4
Sí 8 22.9
No 23 65.7

Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

San Cristóbal de Las Casas;

44
segundo nivel de atención

San Cristóbal de Las Casas es la tercera ciudad en importancia del estado y el


principal centro de población de la región de los Altos. En ella se da el
intercambio comercial entre la población indígena y la mestiza, y es aquí en
donde se puede acceder a un segundo nivel de atención médica.
En la ciudad, ejercen aproximadamente 120 médicos generales y alrededor de
40 especialistas. La mayoría de estos médicos se dedican a la práctica privada e
institucional y algunos de ellos están agrupados en consultorios o policlínicas
para su práctica privada.
Los cuadros 1.17 y 1.18 nos muestran los recursos humanos y la infraestructura
en salud con que cuenta la ciudad. En total, existen 116 camas distribuidas en
seis hospitales o sanatorios; dos de ellos de instituciones gubernamentales que
proporcionan atención a población abierta (IMSS-Solidaridad y SSA); el Hospital
de Caridad, a cargo de religiosas, que funciona como sanatorio privado
ofreciendo servicios de hospitalización a los médicos generales y especialistas
locales, y tres sanatorios privados, uno de los cuales proporciona también
servicios subrogados a derechohabientes del ISSSTE.
Desconocemos el porcentaje de ocupación de camas de los hospitales privados
por falta de un registro confiable. A la SSA ingresan un promedio de 170
pacientes mensuales, 20% de los cuales son indígenas. En la Clínica Hospital
de IMSS-Solidaridad, el porcentaje de ocupación es del 56% (22 camas al día) y
los pacientes indígenas hospitalizados (16.5% del total91) provienen de las
colonias marginales de la ciudad.

Cuadro 1.17 Número de hospitales, sanatorios y médicos en la ciudad de


San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 1992

% Pob.
No. Méd. No. Méd.
Atención No. De Camas Indígena
Generales Especialistas
Atendida

Hospital SSA 5 9 30 20*


Hospital de Caridad 14 10
H. IMSS-Solidaridad 15 4 40 16.5
Sanat. Dr. Ornelas** 6 2 12 2
Sanat. Dr. Alcántara 1 14 50
Sanat. Dr. Bonilla 6 6 60
* ocupación en hospital
** sanatorio subrogado del ISSSTE

91
Revisión de listado diario de pacientes que han acudido al servicio de urgencias de enero a junio 1992, realizado por
OMIECH.

45
Cuadro 1.18 Clínicas y consultorios privados en relación con médicos generales
y especialistas, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 1992

% Pob.
No. Méd. No. Méd. No. De
Atención Indígena
Generales Especialistas Consultorios
Atendida

Clínica ISSSTECH 4 2
"Servicio 24 Horas" 3 2 50%
"Biomédica Centro"
Centro de Salud SSA 5 1 5 5%
DIF Municipal 1*
DIF Regional 2 1 ** 1 80%
Especialidades Médicas 1 5 6 2%
Clínica del ISSSTE 10 7 5
*consulta un día a la semana
**proporciona consulta dos días a la semana

Aunque el número de pacientes indígenas que atiende un especialista en su


consultorio privado es muy reducido (1 a 2% de su clientela total), algunos
sanatorios privados llegan a tener una proporción de pacientes indígenas
hospitalizados superior al de las propias instituciones gubernamentales. Estos,
generalmente atendidos por médicos generales, ocasionalmente solicitan apoyo
especializado, pero conservando su papel de "médicos tratantes".
Otros recursos concentrados en la ciudad, y que sirven de apoyo a este tipo de
práctica, son los laboratorios de análisis clínicos (siete en total), servicios de
rayos X (cuatro) y las farmacias, que son numerosas (49).
En una encuesta aplicada a 151 familias de seis colonias marginales de San
Cristóbal de Las Casas92 (cuadro 1.19), se encontró que, en caso de
enfermedad, 53% solicitaban servicios en el Centro de Salud de la SSA, el IMSS
o el ISSSTE. Los médicos privados eran requeridos por 12% de estas familias,
pero casi 24% "consultaban" con encargados o empleados de las farmacias.
Llama la atención que las prácticas curativas indígenas no fueron mencionadas
como opción de atención, aunque es probable que sean utilizadas por el 11%
que respondió que no recurría a ningún servicio.
Como gran parte de esta población tiene las peculiaridades de ser
mayoritariamente migrante y de religión protestante, es probable que los
indígenas de las comunidades de los Altos no compartan este patrón de
consumo de prácticas médicas.
En cuanto a procedencia de pacientes en hospitalización, los únicos datos más o
menos confiables de que se dispone son los de la SSA, en cuyo hospital
ingresaron, durante la primera mitad de 1992, 32 pacientes indígenas mensuales
provenientes, por orden de importancia, de los municipios de Oxchuc, Huixtán,
Zinacantán, Chamula, Chenalhó, Tenejapa, Larráinzar, Chanal y Chalchihuitán.
Como puede apreciarse, el número de enfermos hospitalizados es muy bajo,

92
Encuesta en salud realizada por el Grupo de Mujeres de San Cristóbal Las Casas A.C. y sistematizada por Graciela
Freyermuth Enciso.

46
tomando en consideración que este hospital tiene una cobertura de
aproximadamente 250 000 habitantes.

Cuadro 1.19 Tipo de atención a la que acude la población


indígena que vive en colonias marginales de la ciudad de
San Cristóbal, 1991
Atención Frecuencia Porcentaje
IMSS O ISSSTE 30 19.9
CENTRO DE SALUD 50 33.1
MEDICO PARTICULAR 19 12.6
FARMACIA 36 23.84
NINGUNO 16 10.59

Fuente: Encuesta realizada por el Grupo de Mujeres de San Cristóbal A.C.

Organización de Salud Indígena de


los Altos de Chiapas (OSIACH)

Esta organización regional surgió en 1987 a raíz del intercambio de experiencias


entre mujeres organizadas de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) y
Servicio, Desarrollo y Paz A.C. (SEDEPAC), asociación ubicada en el Distrito
Federal y que cuenta con varios programas de asistencia social, entre los que
destacan el de mujeres y el de salud93.
SEDEPAC tiene una experiencia interesante en el área, ya que en su programa
de capacitación en salud combina a la medicina alópata con otras prácticas de
curación alternativas, como herbolaria, bioenergética, masajes, tinturas,
pomadas y microdosis. Estos cursos de capacitación permiten formar
"brigadistas populares de salud".
Las mujeres organizadas de la UNACH y SEDEPAC convocaron en San
Cristóbal de Las Casas a un curso de capacitación para brigadistas populares en
el que participaron mujeres interesadas y algunos de los socios del Consejo de
Representantes Indígenas de los Altos de Chiapas (CRIACH) que estaban
desarrollando actividades en el área de salud. Este primer curso motivó a los
promotores de salud de las comunidades a seguir las reuniones en equipo para
intercambiar experiencias y ampliar sus conocimientos. El equipo, que contaba
con el apoyo de dos antropólogas de la UNACH, además de continuar con su
autocapacitación, empezó a realizar los diagnósticos de salud de sus
comunidades y a llevar un control nutricional mediante registros de peso y talla
de los niños.
Una de las mayores necesidades de los promotores del grupo era el acceso a
medicamentos, pues tenían cierta experiencia en su manejo. Sin plantearse la

93
Entrevista realizada a Adela Dechamps, asesora de OSIACH, julio de 1991, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

47
necesidad de asesoría médica, consideraban que contar con un arsenal de
medicamentos de uso frecuente podría resolver en buena medida la
problemática de salud en sus comunidades. Al mismo tiempo, rechazaban la
práctica médica tradicional, pues opinaban que era poco eficaz y muy costosa.
Decidieron solicitar apoyo a Promoción de Servicio y Salud en Educación
Popular (PRODUSSEP), pero una vez que contaron con los fármacos se
percataron de que el problema de salud no se resolvería únicamente con
medicamentos y se propusieron conseguir el apoyo de un médico y organizarse
para mejorar las condiciones de vida en sus comunidades.
Paralelamente, elaboraron algunos proyectos que les permitieron conseguir
financiamiento de Oxfam y de Memisa Medicus Mundi, a través de la Embajada
de Holanda. En 1989, incluyeron a un asesor médico en el equipo y solicitaron
su ingreso como socios de PRODUSSEP.
A partir de entonces, se conformaron como organización, ampliando su trabajo a
comunidades socias de la Organización Indígena de los Altos de Chiapas
(ORIACH); de éstas, se integraron aproximadamente 30 de las 50 que formaban
esa organización.
Las actividades que desarrollan son principalmente de capacitación y asistencia.
En la primer área, organizan y participan en cursos que incluyen los tópicos que
los socios consideran más importantes para su quehacer. Para estos cursos,
han contado con el apoyo de sus asesores o de otras organizaciones
independientes y, como socios de PRODUSSEP, han participado en los
encuentros regionales y nacionales. Los promotores que asisten a los cursos
funcionan como reproductores de la experiencia con otros promotores o con los
habitantes de sus comunidades.
En el área de asistencia, los promotores socios proporcionan consulta "médica",
por la que solicitan una cuota de recuperación para la adquisición de
medicamentos. Una de sus actividades importantes es el traslado, cuidado y
seguimiento de pacientes remitidos a un nivel de atención superior al primario.
Cuando el apoyo financiero lo permite, obtienen una beca cuyo monto
corresponde a cuatro días de salario mínimo al mes; por este pago, deben
brindar a la comunidad cuatro días más de trabajo; así, sus habitantes obtienen
servicios "médicos" cuando menos durante ocho días al mes, aunque lo cierto es
que prestan servicios siempre que se los solicitan y algunas veces, sólo en el
traslado de un paciente, llegan a invertir hasta una semana de su tiempo.
Actualmente, la OSIACH cuenta con 40 comunidades socias y un total de 60
promotores. En la región de los Altos apoyan a promotores de los municipios de
Tenejapa, Oxchuc, Cancuc, San Cristóbal de Las Casas y Chenalhó. Es una
asociación civil y tiene una mesa directiva con presidente, secretario, tesorero y
vocal, los tres primeros contratados de tiempo completo por la organización.
La OSIACH ha logrado relacionarse con otros integrantes de PRODUSSEP de la
región (OMIECH y el Comité de Salud de la Diócesis) y han obtenido apoyo del
INI y asesoría técnica del asesor médico de la región Altos de IMSS-Solidaridad.

48
PRODUSSEP

Las siglas PRODUSSEP significan Promoción de Servicio y Salud en Educación


Popular. Se trata de una asociación civil de la que forman parte los promotores
de salud de la OSIACH, la OMIECH y el comité de salud de la diócesis.
Esta asociación apoya a grupos organizados para mejorar la atención a la
salud, mediante la adquisición de medicamentos, instrumental y libros a bajo
costo, además de proporcionar asesoría y capacitación. Los socios interesados
en asistir a los cursos de adiestramiento no necesitan efectuar gastos de
transporte ni de alimentación ya que PRODUSSEP los asume. La asociación
está constituida por grupos que se dedican al trabajo de salud popular a nivel
nacional en cuatro zonas del país: Distrito Federal, Oaxaca, Veracruz y el
Sureste, con 28 programas. Los grupos socios participan en la organización y en
la elaboración de proyectos y existe una mesa directiva que se encarga de
coordinar las actividades94.

La aparición de las Organizaciones


No Gubernamentales (ONG's)

En la conformación de los servicios de salud de la región, podemos distinguir


tres etapas; la primera (mapa 2), iniciada en los años cuarentas y cincuentas con
la presencia de la Iglesia presbiteriana, cuyo trabajo de conversión religiosa
integró, como una estrategia importante de legitimación la prestación de
servicios de salud, lo que representó el primer contacto de la población indígena
de la región con la medicina occidental. Una década más tarde, el ingreso del INI
con un programa más amplio que pretendía el "desarrollo integral de los pueblos
étnicos", amplió este trabajo. Como parte de sus actividades, el INI inició la
promoción de la medicina occidental, así como la capacitación y formación de
jóvenes de las comunidades indígenas en el conocimiento del fenómeno salud-
enfermedad desde una perspectiva occidental, mediante la puesta en marcha de
un programa de medicina intercultural "cuya función específica fuera la inducción
de los conceptos racionales y comprensivos de la medicina moderna en la
cultura de la comunidad95".
Las dos instancias mencionadas sentaron las bases para que, en los sesentas y
setentas (mapa 3), las instituciones gubernamentales de salud ingresaran al
área e implementaran una serie de programas para dotar de asistencia médica
de primer nivel a las comunidades indígenas, y cuya inversión en infraestructura
se extendió hasta mediados de los ochentas. Es necesario señalar que el INI
participó activamente en las primeras fases del programa de IMSS-COPLAMAR.

94
Entrevista con el coordinador regional de PRODUSSEP, octubre 1990. San Cristóbal de Las Casas Chiapas.
95
Aguirre Beltrán Gonzalo, Antropología Médica, SEP-Cultura, CIESAS, 1986, pág. 260.

49
En la década de los ochentas (mapa 4) se abren otras perspectivas del trabajo
en salud, marcadas por la declaración de Alma Ata (URSS)96, "Salud para todos
en el año 2000", que propone llevar a toda la población, para el final del siglo, "a
un nivel de salud que les permita una vida social y económicamente
productiva"97. Reconociendo el derecho de los pueblos a la salud y el papel del
Estado como responsable del cumplimiento de ese derecho, el documento apela
"a la voluntad política y a los esfuerzos coordinados del sector salud, más las
actividades pertinentes de otros sectores del desarrollo social y económico"98.
La estrategia escogida se centra en la extensión de la cobertura de los servicios
y en la Atención Primaria de Salud99. Según la propia declaración, el personal
involucrado en esta estrategia podría incluir a "las personas que practican la
medicina tradicional", en la medida en que sus servicios fueran necesarios para
atender las necesidades de salud expresas de la comunidad, aunque "con el
adiestramiento técnico debido".
Esta estrategia de atención propuesta por los organismos internacionales de
salud, incluye asesoría técnica y recursos financieros para su desarrollo. Es en
este marco de financiamiento y apoyo internacional, en que las organizaciones
no gubernamentales (ONG's) ganaron algunos espacios en el campo de
atención a la salud. Las ONG's son agrupaciones formadas por personas de
diversas orientaciones ideológicas, políticas y religiosas, que persiguen un fin
común y desarrollan su trabajo en una área geográfica delimitada.
Estas organizaciones respaldan en cierta forma el proyecto de los organismos
internacionales en materia de salud, favoreciendo el que se delegue cada vez
más la asistencia médica a instancias no gubernamentales, tornándose ésta en
una responsabilidad individual. En la región de los Altos -ante la escasa
penetración de las instituciones gubernamentales-, participan cada vez más en
el diseño y aplicación de programas de salud con proyección comunitaria.

96
La declaración de Alma Ata fue resultado de la Conferencia Internacional de Atención Primaria de Salud, realizada en
1978 en Alma Ata, Rusia, bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF).
97
Ibídem, cláusula V.
98
OMS, Formulación de estrategias con el fin de alcanzar la salud para todos en el año 2000. Principios básicos y
cuestiones esenciales, documento del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud, Ginebra, 1979, pág. 11.
99
La Atención Primaria de Salud se orienta hacia los principales problemas de salud comunitarios y se sustenta en la
promoción, prevención y tratamiento básicos para resolverlos. La autorresponsabilidad y la participación del grupo y del
individuo son fundamentales en la planificación, organización, funcionamiento y control de sus acciones.

50
Programas dirigidos a las
prácticas curativas indígenas
en los Altos de Chiapas

Medicinas Paralelas, INI-1979,


San Cristóbal de Las Casas, Chiapas

En 1979, coincidiendo con la irrupción del programa IMSS-Coplamar, el Centro


Coordinador Tzeltal-Tzotzil del INI, en San Cristóbal de Las Casas, inició el
proyecto denominado Medicinas Paralelas. Este pretendía, a grandes rasgos,
"llevar a cabo el reconocimiento y el desarrollo formal y sistematizado de la
medicina indígena en los Altos de Chiapas"100 y para tal fin, consideraba
necesaria la vinculación y el trabajo conjunto con los médicos tradicionales "en
donde prevalecieran el respeto y el reconocimiento a estos terapeutas".
El proyecto se aplicó fundamentalmente en los lugares que contaban con
puestos de salud dependientes del INI, pretendiendo la colaboración de los
enfermeros encargados.
De acuerdo a la versión de uno de los técnicos que participó en el proyecto101, el
primer obstáculo que se enfrentó, y que explica en parte los limitados logros
obtenidos, fue la actitud de los enfermeros del INI hacia los "médicos
tradicionales".
Los enfermeros102 eran auxiliares que habían sido capacitados en los años
cincuentas dentro del marco conceptual de la medicina occidental. Uno de los
objetivos principales de esa capacitación fue promover que la población acudiera
a los puestos médicos atendidos por médicos o enfermeros103 (ver fig. 1). Así,
paradójicamente, quienes aspiraban a "parecerse" al médico científico104 debían
ser ahora protagonistas en un proyecto de acercamiento a los medios de
curación que habían aprendido a combatir.
Aunque, de acuerdo a otras versiones, los enfermeros participaban en cualquier
actividad solicitada por sus superiores105, lo cierto es que el cambio de actitud
oficial con respecto a los practicantes de la medicina tradicional los desconcertó,

100
Solís G, González G, Seminario: "Sistematización y análisis de un modelo alternativo de salud (APS y MI) S.S.A-
UNICEF". Estado de Chiapas, México. Sede: Oficinas Generales Instituto Nacional Indigenista-Subdirección de Atención
a la Salud y Bienestar Social, INI-UNICEF, 31,1 y 2 de agosto 1985, pág 29.
101
Entrevista con SLG, técnico OMIECH, agosto 1989, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
102
En realidad, sus funciones son más parecidas a las de un médico que a las de un enfermero.
103
Holland William, Medicina Maya en los Altos de Chiapas, Instituto Nacional Indigenista, primera edición, 1963, pág.
211.
104
Harman C. Robert, Cambios médicos y sociales en una comunidad Maya Tzeltal, Instituto Nacional Indigenista,
Secretaría de Educación Pública, México, 1974, pág. 196-197.
105
Entrevista con JPP, quien era parte del equipo de Mínimos de Bienestar en el INI durante 1980.

51
ya que incluso algunas veces habían sido reprendidos por recurrir a las prácticas
curativas de aquéllos.
Ante esta contradicción, insertarse en un programa de tal naturaleza era visto
como un retroceso, lo que limitó su incorporación. Sin embargo, nunca se dio un
rechazo explícito y la excusa para no participar en el proyecto se relacionaba
con la falta de tiempo debido a sus actividades en la atención "médica"106.
El principal promotor del programa había sido el Dr. Gonzalo Solís, médico
yucateco, quien, con un interés previo en la herbolaria medicinal, se había
entusiasmado con la declaración de Alma Ata.
El proyecto incluyó la capacitación, durante 1979, de algunos jóvenes indígenas
bilingües como promotores de salud. Este entrenamiento incluyó conocimientos
de herbolaria, como procedimientos de recolección y conservación de plantas
medicinales, y técnicas de enfermería y primeros auxilios.
De entre estos jóvenes, el INI contrató a dos mujeres tzotziles y a un hombre
tzeltal para el proyecto de Medicinas Paralelas. Ellos se encargarían de
identificar a los médicos tradicionales de los municipios de la región y de
promover su agrupación.
Localizar a los médicos tradicionales fue difícil tarea, dada la gran desconfianza
que existía, por parte de los curanderos, hacia el INI y las instituciones de salud.
Los promotores debían, por tanto, no sólo localizarlos, sino convencerlos de las
"ventajas" de relacionarse con la institución que antes los había desdeñado107.
Esto contribuyó a viciar desde su origen la relación entre los curanderos y las
instituciones oficiales, ya que aquéllos perseguían fundamentalmente beneficios
personales, mientras que la institución "cumplía" con un mandato oficial.
A pesar de las dificultades, el proyecto tuvo algunos logros, entre los que vale la
pena destacar la conformación de una incipiente organización de médicos
tradicionales, su participación en la recolección de plantas medicinales de cinco
municipios de la región, y el establecimiento de un acuerdo, entre el responsable
del herbario del Instituto Mexicano para el Estudio de las Plantas Medicinales
A.C. (IMEPLAM) y el INI, para la clasificación taxonómica de los ejemplares
recogidos108.
En 1981, los puestos médicos del INI iniciaron el cultivo de huertos de plantas
medicinales y se formalizó el convenio con el IMEPLAM. Así, al finalizar el año,
se habían recolectado 233 ejemplares, aunque solamente se habían clasificado
39.
Las reuniones locales y las asambleas comunitarias culminaron con la primera
reunión regional de médicos tradicionales de los Altos de Chiapas, cuya finalidad
era "elaborar un documento que manifestara los fundamentos y las bases de la
medicina indígena tradicional como un recurso de salud acorde a las
características socioculturales de la región"109. Participaron en ella 25 médicos
tradicionales, de 23 comunidades en seis municipios, y tres médicos alópatas
institucionales.
106
Entrevista con JMRO, técnica bilingüe que participó en el proyecto de Medicinas Paralelas del INI y en el de Medicina
Tradicional de la SSA-UNICEF, junio 1991, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
107
Ibídem.
108
Diseño de Sistemas de Médicinas Paralelas, Mínimos de Bienestar Social, Centro Coordinador Indigenista Tzeltal-
Tzotzil, San Cristóbal de Las Casas, 1981, págs. 3-10.
109
Solís González, op. cit., pág. 32.

52
Las actividades se realizaban paralelamente a los programas que se debían
aplicar en la sección de Mínimos de Bienestar. El hecho que le permitiría
posteriormente continuar el proyecto dentro de la Secretaría de Salud -con
fondos de UNICEF- fue el éxito obtenido en 1982, en la organización de la
"Primera Reunión Estatal de Médicos Indígenas y Equipos de Trabajo de
Mínimos de Bienestar Social", con la asistencia de 91 "médicos tradicionales"
(iloles, hueseros, hierberos y parteras), de 35 comunidades y 29 representantes
del sector salud110.

Proyecto sobre Medicina Tradicional


1983-1985 SSA-UNICEF

Con el apoyo de UNICEF, la Secretaría de Salud aplicó en 1983 el proyecto


piloto llamado Modelo Alternativo de Salud. Concebido inicialmente como un
proyecto de Atención Primaria de Salud, incluyó, gracias a las gestiones del Dr.
Solís, un plan específico de medicina tradicional y herbolaria, continuador del
trabajo iniciado en el INI.
Las únicas diferencias con el proyecto anterior eran la participación de un equipo
más amplio (conformado por médicos, antropólogos y técnicos bilingües) y el
planteamiento de una vinculación más estrecha con el programa de Atención
Primaria de Salud de la secretaría.
En otros aspectos, el programa no sufrió modificaciones sustanciales, lo que se
explica por el hecho de que las personas encargadas fueron prácticamente las
mismas. Incluso, los técnicos bilingües de nuevo ingreso habían tenido relación
previa con el Dr. Solís al participar en un curso para promotores impartido por él
en 1979111.
Ya que los objetivos específicos del programa implicaban la necesidad de "una
mayor interacción entre la medicina tradicional y la institucional, para que juntas
pusieran en marcha estrategias de Atención Primaria de Salud", se pretendía
que los curanderos participaran en acciones del sector salud tales como
rehidratación oral, vacunación y saneamiento ambiental, perdiendo así de vista
el marco conceptual de su práctica.
Por tratarse de un proyecto con financiamiento externo gozó de alguna
autonomía, reflejada en la ocupación de un espacio físico distinto al de las
oficinas de la Jurisdicción Sanitaria, pero también en cierto desorden
administrativo.
Las contrataciones se realizaron bajo criterios poco claros debido a lo cual
personas con igual capacitación y similares funciones no devengaban iguales
salarios. Los pagos, de por sí irregulares, se retrasaron -y prácticamente se
suspendieron-, con los cambios de autoridades estatales en la Secretaría de
Salud y regionales en UNICEF, a raíz de los cuales se destituyó a los
responsables del programa. Estas anomalías provocaron la renuncia masiva de

110
Ibídem, pág. 36.
111
Entrevista con JMRO, técnica bilingüe del programa, junio 1991, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

53
35 personas, entre técnicos bilingües, médicos y antropólogos112, acabando en la
práctica con el programa. No obstante, el proyecto había sentado las bases para
futuras acciones en la región.
Para ese entonces, se habían consolidado los convenios promovidos por los
doctores Lozoya y Zolla (a través del IMEPLAN), con el personal médico del INI
y con los médicos tradicionales, lo que sería determinante para la aplicación en
Chiapas de la prueba piloto del programa de Interrelación de IMSS-Coplamar.

Programa de Interrelación de la Medicina


Tradicional con las actividades del Programa
Nacional de Solidaridad Social por Cooperación
Comunitaria IMSS-COPLAMAR. 1982

El Programa de Interrelación de la Medicina Tradicional representó para IMSS-


Coplamar una estrategia básica en el acercamiento a la población rural
marginada.
Se trata del proyecto en medicina tradicional de mayor envergadura realizado en
el país y a cuyo nacimiento contribuyeron dos hechos: la creación de IMSS-
Coplamar y la inclusión, dentro del IMSS, de la Unidad de Medicina Tradicional
y Herbolaria (UMTH)113, fundada con antiguo personal del IMEPLAM.
Estas instancias se propusieron desarrollar un proyecto de interrelación para el
mejoramiento de la salud colectiva mediante el aprovechamiento de todos los
recursos médico-sanitarios de la comunidad (incluyendo, desde luego, a los
terapeutas tradicionales). Para ello, se requería "de la comprensión -por parte
del personal médico-, de las características de este fenómeno de la cultura
popular, conocimiento que había sido descuidado, en general, durante el
proceso académico formativo del médico y, en no pocas ocasiones, subestimado
deliberadamente"114.
Así, se requería conocer el número de hierberos, curanderos, parteras,
hueseros, etc. existentes en los lugares de cobertura de IMSS-Coplamar a
través de sus Unidades Médicas Rurales (UMR); reconocer los padecimientos
atendidos por la medicina tradicional, abordando el estudio de las entidades
nosológicas de conceptualización tradicional para reconstruirlas y "aclararlas en
términos médicos contemporáneos"115, e identificar las plantas medicinales más
usadas por los terapeutas tradicionales.

112
Entrevista con AMGC, profesionista del proyecto, junio de 1991, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
113
Esta unidad se fundó a partir de la incorporación del Instituto Mexicano de las Plantas Medicinales al IMSS.
114
Lozoya X., Velázquez G., Flores A., La Medicina Tradicional en México. Experiencia del Programa IMSS-COPLAMAR
1982-1987, IMSS, 1988, pág. 9.
115
Ibídem, pág. 12.

54
El proyecto fue dividido en tres fases. La primera (1982-1983): un estudio piloto
en el estado de Chiapas; la segunda (1983-1984): un programa a nivel nacional;
y la tercera (1985-1987): el plan de consolidación del programa.
El personal de IMEPLAN involucrado había estado relacionado con los
programas de medicinas paralelas y medicina tradicional del INI y de la SSA, por
lo cual se suponía que, iniciar el programa en Chiapas garantizaría, de alguna
manera, el éxito.
Las conclusiones más importantes de la primera etapa fueron: el reconocimiento
de que parteras y curanderos eran los "especialistas" más comunes; la
predominancia del sexo femenino y edades superiores a 40 años entre los
terapeutas tradicionales; y la coincidencia básica entre las nosologías
consideradas por ellos como prioritarias y los principales padecimientos
registrados en las unidades de atención de IMSS-Coplamar116.
La segunda fase se aplicó a nivel nacional en aquellos lugares en donde
operaban las UMR, encontrándose que, habiendo en promedio cuatro
terapeutas tradicionales por cada Unidad Médica Rural, eran más abundantes
en aquellos lugares con cobertura de IMSS-Coplamar relativamente menor,
"mostrando situaciones de mayor equilibrio en los recursos de ambas
prácticas"117 (sic). Al mismo tiempo, se corroboró la hipótesis de que la presencia
de terapeutas tradicionales a lo largo de la república era numerosa y
homogénea118.
En ambas fases, se recolectaron e identificaron 1 950 especies de plantas
medicinales, estableciendo su lugar de procedencia, reconociendo su uso
medicinal y precisando la porción utilizada, forma de preparación y vía de
administración.
En la tercera fase, y con el propósito de fortalecer los logros obtenidos en la
segunda, se elaboró una guía de trabajo para reforzar las actividades de
interrelación entre el médico de la UMR y los terapeutas tradicionales. Esta guía,
formada por seis documentos de autoenseñanza, proporcionaba al médico
información general y específica de la medicina tradicional y sus agentes, un
marco de referencia que le permitía comprender las nosologías y la terapéutica
tradicionales y elementos para que se vinculara e incluyera a los médicos
tradicionales en las actividades de la UMR119.
La UMTH encontró una excelente perspectiva de trabajo dentro del programa de
IMSS-Coplamar. Durante el desarrollo de la investigación en Chiapas, los
médicos adscritos a las UMR establecieron vínculos con los médicos
tradicionales; sin embargo, nunca fueron lo suficientemente fuertes para que se
diera la fase de consolidación del programa.
116
Ibídem, pág 27-31.
117
Ibídem, pág. 51.
118
Ibídem, págs. 49-59.
119
Al respecto, véase IMSS-COPLAMAR, Guía para consolidar las actividades de la interrelación de la Medicina
Tradicional con el programa de IMSS-Coplamar, Coordinación de Acción Comunitaria, Oficina de Estudios y Programas
Especiales, mayo 1988, 12 págs.
IMSS-COPLAMAR, Actividades de Interrelación de Medicina Tradicional del programa IMSS-COPLAMAR IV,
Lineamientos Generales, Coordinación de Acción Comunitaria,Oficina de Estudios y Programas Especiales, 5 págs.
IMSS-COPLAMAR, Guía Para el Seguimiento de las Actividades de Interrelación de la Medicina Tradicional,
Coordinación de Acción Comunitaria, Oficina de Estudios y Programas Especiales, 4 págs.
IMSS-COPLAMAR, Actividades de Interrelación de Medicina Tradicional del programa IMSS-COPLAMAR, Talleres de
lectura 1-4, Coordinación de Acción Comunitaria, Oficina de Estudios y Programas Especiales, 10 págs.

55
Sistema de Medicinas Paralelas,
INI, Ocosingo. 1982

Mientras tanto, el médico del centro del INI en Ocosingo, quien había participado
en la organización de los foros regionales del Programa de Medicinas Paralelas,
inició en 1982 un trabajo similar en su Centro Coordinador.
El proyecto, denominado "Diseño de Sistema de Medicinas Paralelas",
prácticamente no difería del realizado en San Cristóbal de Las Casas en 1979.
Incluía en sus objetivos principales la organización de los médicos tradicionales,
la recolección de plantas medicinales y la conformación de huertos y herbarios
de dichas plantas. Lo diferente era que por primera vez se planteaba, como uno
de los objetivos en un proyecto de interrelación, la legalización de la práctica de
los agentes tradicionales de salud120.
El trabajo no se concluyó debido a que el médico encargado partió a realizar
estudios de maestría. Sin embargo, en 1987, la idea fue retomada por un
odontólogo indígena egresado de la maestría de Medicina Social; hasta la fecha,
el logro más importante ha sido la generación de una incipiente agrupación de
médicos indígenas tzeltales en Bumiljá, localidad del municipio de Oxchuc.

La Organización de Médicos
Indígenas Tzeltales. 1982

La Organización de Médicos Indígenas Tzeltales se originó en enero de 1982,


como producto de la reunión de los agentes de las prácticas curativas indígenas
realizada en la comunidad de Chilil, municipio de Huixtán y promovida por el
Centro del INI en San Cristóbal de Las Casas.
Esta agrupación colaboró con el programa de SSA-UNICEF, y posteriormente
con la Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas (OMIECH),
emancipándose en 1985 y dando origen, un año después -y con el apoyo del
Centro Coordinador del INI en Ocosingo-, a la Organización de Médicos
Indígenas Tzeltales, con sede en la comunidad de Bumiljá, Oxchuc, conformada
inicialmente por 48 miembros121.
Dado que uno de los objetivos principales de la organización era la labor
asistencial, solicitaron el apoyo del Instituto Nacional Indigenista. Aunque
algunos miembros del grupo tenían expectativas de conseguir un salario a través
del INI, lo que obtuvieron fue apoyo para mejorar los "consultorios" en los que
realizaban sus curaciones.

120
INI, Diseño de Sistema de Medicina Paralela, Instituto Nacional Indigenista, Centro Coordinador de la Selva
Lacandona Ocosingo, Chiapas, Sección Mínimos de Bienestar, julio 1982, págs. 4,6 y 7.
121
Entrevista con ILR, odontólogo de la sección de Mínimos de Bienestar Social del INI Ocosingo y asesor de la
Organización de Médicos Tzeltales, junio de 1991, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas,

56
Ante la demanda de ayuda hecha por los 48 médicos tradicionales de Bumiljá,
las autoridades del INI pusieron en duda la existencia de tal cantidad de ellos en
una comunidad tan pequeña. Después de una indagación, se reconoció sólo a
ocho curanderos y a cuatro parteras, considerando al resto como aprendices. La
organización se redujo a 29 miembros al conocerse que no obtendrían salarios u
otro estipendio por su participación.
El INI proporcionó láminas galvanizadas para reparar la techumbre del local
destinado a la "consulta", a cambio de lo cual se comprometían a proporcionar
informes mensuales de sus actividades asistenciales al Centro Coordinador de
Ocosingo.
Aunque desde 1985 el INI ha proporcionado soporte a la organización y los
médicos tradicionales han entregado informes de los principales motivos de
consulta, los datos contenidos en éstos no han sido sistematizados.
El que esta organización no se integró a la OMIECH desde 1985, optando por su
independencia, puede deberse a que la mayor parte de sus miembros proceden
de Oxchuc, municipio con estrecha vinculación a los grupos protestantes y al
Instituto Lingüístico de Verano.
Para 1960, casi la mitad de los pobladores del municipio eran conversos122, en
su mayoría presbiterianos, lo que modificó fuertemente sus prácticas en
medicina. Diagnosticar a través del pulso, ingerir alcohol para curar y considerar
a la brujería como causa de enfermedad son prácticas que, habiéndose
estigmatizado, han sido casi erradicadas u ocultadas. La ley seca que priva en
Oxchuc desde hace varios años necesariamente modificó, entre otras cosas, las
prácticas curativas indígenas123.
Para 1990, los objetivos planteados por esta agrupación fueron124: preservar y
fortalecer la medicina indígena tzeltal mediante la incorporación de nuevos
miembros; formar y conservar los jardines botánicos; establecer un "cuadro
básico" de medicinas y preparados; y crear un herbario con las plantas curativas
utilizadas con mayor frecuencia. Además, consideran importante sistematizar y
procesar la información de las actividades que han realizado, así como difundir,
a través de material escrito, radiofónico y videograbado, las actividades que
desarrollan.
Los miembros de esta agrupación están organizados como una asociación civil;
aunque existen los cargos de presidente, secretario y tesorero, las decisiones se
toman en asamblea general a la cual se convoca frecuentemente. Existe
además un coordinador de servicios de atención médica, quien conoce las
"especialidades" de cada uno de los médicos, así que es capaz de recomendar
al adecuado para cierta enfermedad específica.
Los puestos son rotativos y con duración máxima de dos años con el fin de que
todos los socios conozcan las funciones de cada uno. Los cargos de presidente
y tesorero son honorarios porque no desempeñan ninguna función; de hecho, el
de tesorero está por desaparecer ya que no manejan fondos.

122
Harman C. Robert op. cit. pág. 28.
123
Entrevista con ILR, odontólogo de la sección de Mínimos de Bienestar Social del INI, op. cit.
124
INI, Apoyo a los médicos tradicionales organizados de Oxchuc, Instituto Nacional Indigenista- Ocosingo, Sección
Mínimos de Bienestar, s/f, pág. 4.

57
El asesor de la organización es, Isidro López Rodríguez, un odontólogo indígena
tzeltal con maestría en Medicina Social y originario de Oxchuc, quien desde
1982 ha participado en las actividades relacionadas con la organización, siendo
nombrado asesor de ésta en 1987. Ya que debe efectuar su trabajo en el centro
coordinador del INI en Ocosingo, el tiempo que puede dedicar a la asesoría ha
sido muy limitado; prácticamente, durante casi dos años la organización no
contó con su apoyo, a pesar de lo cual continuaron con sus actividades.
En la actualidad, la organización cuenta con 45 médicos tradicionales en 16
comunidades de los municipios de Ocosingo y Oxchuc y pretende extenderse a
los municipios de Chilón y Altamirano (mapa ).

Organización de Médicos Indígenas


del Estado de Chiapas. 1985

Al interrumpirse el Programa de Medicinas Paralelas (1979-1985), algunos de


sus técnicos bilingües emprendieron un proyecto cuya finalidad era "continuar el
trabajo hasta entonces desarrollado"125.
La Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas (OMIECH) nació
a iniciativa de estos técnicos, quienes invitaron a terapeutas tradicionales de los
Altos -anteriormente vinculados a UNICEF- a conformar la agrupación. En 1985,
se constituyeron como asociación civil contando con fondos provenientes del
exterior, que obtuvieron gracias al respaldo de la diócesis de San Cristóbal.
Desde el inicio, una de sus metas prioritarias ha sido extenderse a todo el
estado126. Así, inicialmente compuesta por 52 médicos indígenas de nueve
comunidades, ha llegado a agrupar a 1 100 personas provenientes de tres
grupos étnicos (tzotzil, tzeltal y tojolabal), aunque solamente 250 son médicos
tradicionales.
De acuerdo a los integrantes de su "consejo técnico", la formación de esta
organización se fundamenta en "la decisión de los médicos indígenas de tener
una organización que pugne por la conservación, desarrollo y reconocimiento
de su medicina y su cultura en general"127.
Más que un programa de medicina tradicional, la OMIECH "pretende ser un
espacio creado y dirigido por los indígenas, en donde se puedan discutir y
buscar soluciones a los problemas que actualmente vive la medicina tradicional
y, en general, la salud de los pobladores de la región"128.
La agrupación ha formulado programas de trabajo con las comunidades
"socias", y cuenta con el apoyo de un equipo formado por técnicos bilingües,

125
Entrevista con SLG, técnico OMIECH, agosto 1989, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
126
OMIECH, Memorias del Tercer Encuentro de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas, San Cristóbal de Las Casas,
Chiapas, julio 1988, pág. 4.
127
OMIECH (Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas A.C.), Memorias del Tercer Encuentro de
Médicos Indígenas del Estado de Chiapas,San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, julio 1988, pág 4.
128
Ibídem.

58
médicos indígenas y asesores. Para el cumplimiento de sus propósitos, posee
una estructura organizativa conformada por los siguiente órganos:
- La Asamblea General, máxima autoridad de la organización, integrada por
todos los socios de la OMIECH. Dentro de sus funciones está el designar a la
mesa directiva y definir los lineamientos generales del programa anual de
trabajo.
- La Asamblea de Representantes, constituida por un representante de cada
comunidad socia, responsable de tomar decisiones entre cada asamblea
general, así como de evaluar en forma periódica las actividades que desarrolla la
organización y de aprobar nuevos proyectos y el ingreso de nuevas
comunidades.
- La Mesa Directiva, formada por cinco médicos indígenas reconocidos:
presidente, vicepresidente, secretario, tesorero y vocal, que se encargan de
planificar y ejecutar el trabajo de la organización.
- Asambleas Comunitarias, involucran a todos los habitantes de las
comunidades asociadas; en ellas se toman decisiones que afectan a toda la
comunidad, tales como el establecimiento de los huertos medicinales, la
programación de los talleres y la evaluación de los avances en el trabajo.
- Los médicos tradicionales de cada comunidad, directamente responsables del
trabajo en los huertos y de intercambiar plantas medicinales con otras
comunidades.
- El Consejo Técnico, formado por los técnicos bilingües y los asesores, quienes
planifican y realizan las actividades de los programas de la organización.
En muchos sentidos, la OMIECH realiza el trabajo iniciado en el INI en 1979 y
continuado por UNICEF-SSA, haciendo la promoción de la medicina herbolaria,
la investigación antropológica y etnobotánica incorporada al proceso de
organización, la participación de las mujeres y las parteras, la vinculación con
organizaciones y grupos independientes y la difusión en general, por diferentes
medios, de la medicina tradicional.
Algunos de estos programas son de competencia exclusiva de los médicos
tradicionales y técnicos bilingües, tales como la capacitación en la identificación
y manejo de plantas medicinales, el cultivo de huertos, los talleres de
preparados con plantas y la farmacia de herbolaria. En otros, la participación de
los asesores es decisiva, tales como en el trabajo con mujeres, en la
investigación, en el seminario de historia de la medicina indígena, en la
conformación del herbario de la organización y en las labores de difusión.
Para 1991 la organización contaba con 900 socios de 27 comunidades.

59
Proyectos del INI en Chiapas. 1990

En la actualidad, casi todos los Centro Coordinadores Indigenistas (CCI) de


Chiapas cuentan entre sus programas con alguno dirigido al fortalecimiento de la
"Medicina Tradicional"129.
En los CCI de Margaritas, Ocosingo y Santo Domingo se desarrollan actividades
en relación con la herbolaria, que incluyen actividades como recolección de
plantas medicinales, conformación del herbario de estas y establecimiento de
huertos. El centro de Ixtacomitán ha desarrollado además un proyecto de apoyo
a parteras empíricas.
Las actividades más importantes las realizan los Centros de San Cristóbal de
Las Casas y Ocosingo, ya que en ellos se proporciona asesoría a las dos
organizaciones de médicos tradicionales de la región anteriormente
mencionadas.

La organización. Una respuesta a los


programas de Medicina Tradicional

A partir de la política de salud "Salud Para Todos en el Año 2000", se revitalizan


campos como el de la antropología médica, la etnobotánica, etnología y la
educación. Las universidades, institutos de investigación, sociedad académicas,
consejos de artes populares vuelven su quehacer a esta problemática.
Asimismo los países del centro a través de las ONG's apoyan financieramente
los proyectos relacionados con la medicina tradicional, dejando de ser objeto de
estudio privativo de la antropología y pasando a ser parte del quehacer médico.
A nivel local el INI se vincula nuevamente al sector salud a través de la OPS y
SSA, con apoyo de instituciones como UNICEF. El INI vuelve a ser pionero en
esta área después de haber perdido la dirección de la planificación de los
servicios de salud dirigidos a la población indígena.
Los destinatarios de esta política a nivel discursivo son la comunidad y los
agentes de la llamada medicina tradicional, quienes a nivel local también se
disputan conflictivamente, con los integrantes de las iglesias y grupos
protestantes, la representación de los bienes de la curación. Los grupos
religiosos presentan posiciones contradictorias, los grupos protestantes a través
de la violencia simbólica, intentan erradicar estas prácticas a las que califican
como símbolo de atraso, de superchería y brujería. La Iglesia Católica a nivel
parroquial tratan de modificar estas práctica, pero se da el caso de que el mismo
Obispo de la Diócesis apoye las organización de Médicos Indígenas.
129
Alarcón Lavín Rafael, Proyecto de Medicina India del Estado de Chiapas, CCI San Cristóbal de Las Casas, Chiapas,
1989, 19 págs.

60
Específicamente esta política se ha plasmado en los médicos indígenas en dos
sentidos: 1) Algunos agentes de éstas practicas curativas se refuncionalizan y
son incluidos como parte del personal de "extensión de cobertura",
aparentemente no presentan "resistencia" en modificar sustancialmente su
práctica. Hacia afuera aprende a repetir lo que sabe que el médico alópata
espera que repita, sin que necesariamente sea incorporado a su práctica, hacen
un uso discrecional de lo aprehendido de la práctica médica alópata, en
ocasiones porque dicha información entra abiertamente en pugna con los
valores y tradiciones de la localidad; 2) Otros agentes se niegan a ser un
vehículo técnico ("implementadores") de una política que les es ajena, y que
viene de afuera y de arriba, pero no por eso la rechazan abiertamente, ya que
habiéndose percatado del "valor" y la consagración que hacen de la llamada
medicina tradicional, se auto-organizan y se constituyen en un organismo cuya
finalidad se aparta de la política oficial (participar en los programas de salud
prioritarios, previamente planificados por los expertos del centro) y pretende
rescatar el saber y los valores de la llamada medicina tradicional como tal, y
usarla como medio de reivindicación de sus tradiciones y raíces para así
promover y rescatar una identidad propia.

61
Práctica Médica Indígena
En los últimos 40 años han ocurrido cambios importantes en la región que no se
han manifestado uniformemente en los diferentes municipios. Las políticas del
Estado hacia las comunidades indias, la importancia cada vez mayor de los
gobiernos constitucionales en relación con los gobiernos indígenas, la presencia
de nuevos grupos políticos, la integración de los grupos protestantes o de la
propia Iglesia católica en las comunidades, la migración en busca de trabajo y el
abuso del poder por parte de los caciques indígenas son algunos de los factores
que han incidido en la conformación de nuevos procesos culturales en las
comunidades130 No obstante, en una gran parte de éstas se conservan las
formas de organización política y religiosa tradicionales y en aquellos lugares en
donde el gobierno indígena ha desaparecido, ha sobrevivido, en forma velada,
un cuerpo de agentes de control social con poderes sobrenaturales. Los
curanderos (poshtawanesh o curandero, meíltatiles o guardián sobrenatural y
ak'chamel o brujo) son algunos de estos agentes y actúan participando en los
rituales y en la transmisión de la tradición131.
Estos cambios también se han reflejado en el campo de la salud, pero aunque
en algunas comunidades se rechace tácitamente el uso de las prácticas médicas
tradicionales, generalmente la forma en que se concibe y explica la enfermedad
tiene que ver más con la cosmovisión indígena que con la de la práctica médica
científica. Se da el caso de que los habitantes de algunas comunidades ya no
recurren a la práctica médica indígena, pero las causas a las que atribuyen su
enfermedad forman parte de los "síndromes de filiación cultural" y en su
concepto, medicina moderna es sinónimo de fármacos.
Para conservar la salud es necesario mantener buenas relaciones con los
vecinos, cumplir con las obligaciones religiosas y respetar las costumbres; si se
roba, se mata, se manifiestan deseos sexuales en los sueños, se calumnia, se
descuidan los deberes o se pelea con los vecinos, la enfermedad aparecerá. Sin
embargo, el que un individuo observe un comportamiento socialmente aceptable
no le garantiza el bienestar; la enfermedad puede ser adquirida en los caminos
(accidentalmente o debido a la "envidia" de otro), al caerse y perder el espíritu
en la tierra, a través del sueño o por brujería132.

130
Nash June, Temporada de cacería de brujos, en Estudios de Cultura Maya, Vol IX, Universidad Nacional Autónoma de
México, Centro de Estudios Mayas, 1973, págs. 195-230.
131
Albores Beatriz, op. cit., pág. 44.
132
Talleres sobre enfermedades tradicionales realizados en el cuarto encuentro de médicos indígenas del estado de
Chiapas, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 1989.

62
La organización de
la medicina indígena
Entre los practicantes de los Altos de Chiapas existen especialidades cuya
nomenclatura deriva de su actividad específica; así, encontramos iloles (de ilel,
ver), parteras, hierberos, hueseros y rezadores de los cerros. Todos emplean
procedimientos diversos de diagnóstico y terapéutica; entre los primeros
destacan la toma del pulso y la interpretación del sueño; los segundos incluyen
los ritos, los rezos y el uso de velas, aguardiente, "soplidos", manipulación física,
plantas, animales y piedras.
Estos especialistas son individuos que, por dedicar gran parte de su tiempo a la
curación de enfermos, cuentan con el reconocimiento de su comunidad y poseen
un saber adquirido a través de la interiorización de sus experiencias cotidianas.
Ya que esta interiorización ocurre de una manera natural, puede parecer para el
propio sujeto como innato; dicho saber es poseído en forma no discursiva y sólo
se manifiesta durante su puesta en práctica. Los recursos terapéuticos que
utilizan incluyen a la magia, la herbolaria, la adivinación, la imposición de manos
y algunos fármacos que han sido tomados de la práctica médica alópata.
Un practicante puede ejercer más de una especialidad -como era el caso de más
de la mitad de los 147 curanderos entrevistados-, encontrándose algunos
especialistas en tres áreas. En la medida del número de especialidades será el
prestigio de que goce en la comunidad. Cuando una partera es además ilol y
hierbera, estará no sólo en posibilidades de atender un parto, sino también de
realizar los ritos pertinentes en caso de complicación.
De los curanderos entrevistados, 20% ejercía tres especialidades;
combinaciones de partero, huesero, hierbero, ilol y rezador de los cerros.
En la muestra de comunidades de esta investigación se encontraron 186
curanderos indígenas, con una distribución promedio de cuatro a cinco por
comunidad. En 22.5% de las comunidades no existía ningún agente de estas
prácticas médicas y en 15% eran numerosos (nueve o más). El siguiente cuadro
muestra su distribución.

Un ilol puede proporcionar atención no sólo a su paraje sino a parajes aledaños


y hasta alejados de su municipio; llegan a acudir a otros parajes en los casos en
que los familiares del enfermo se lo soliciten expresamente. Del grupo
estudiado, 70% prestan atención en sus parajes y atienden además a enfermos
de otras comunidades, con una cobertura promedio de tres parajes, aunque 25%
no sale de sus comunidades y sólo 6% cae dentro del modelo de
autoatención133.
Su cobertura se amplía cuando los enfermos se desplazan de otros parajes o
municipios a solicitar ayuda del curandero. En estos casos las curaciones suelen
ser considerablemente costosas porque tanto los familiares como el enfermo

133
Este modelo lo define Menéndez como aquél "basado en el diagnóstico y atención llevado a cabo por la propia
persona o personas inmediatas de su grupo parental o comunal, y en el cual no actúa directamente un curador
profesional". Cfr Menéndez, Hacia una práctica..., op. cit.,pág.7.

63
deben pagar sus gastos de traslado, alimentación y hospedaje; estos dos
últimos proporcionados, en muchas ocasiones, por el propio curandero. Los
datos del cuadro 1.20 deben ser considerados con cautela, ya que la ausencia
de curanderos en alguna comunidad no significa que sus habitantes no cuenten
con los servicios de alguno.

Cuadro 1.20 Distribución de curanderos en las comunidades


seleccionadas en la muestra, región Altos de Chiapas, 1989

No. de % Frec. %
Curanderos
comunidades Comunidades Acumul. Acumulado

0 9 22.5 9 22.5
1 6 15 15 37.5
2 6 15 21 51.5
3 3 7.5 24 60
5 4 10 28 70
6 1 2.5 29 72.5
7 2 5 31 77.5
8 3 7.5 34 85
9 1 2.5 35 87.5
10 1 2.5 36 90
13 1 2.5 37 92.5
16 1 2.5 38 95
19 1 2.5 39 97.5
21 1 2.5 40 100
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Durante 1988 y 1989, entrevistamos a 147 agentes de la medicina indígena que


tenían su residencia en 12 diferentes municipios de la región (cuadro 2.14).
Prácticamente, la mitad eran curanderos indígenas de las comunidades
seleccionadas en la muestra y el resto de otras comunidades asociadas a la
OMIECH (cuadro 2.15). La mayor parte provenían de los municipios de Chamula
(18.4%) y Chenalhó (40%); un número importante había nacido en los Altos y
solamente cinco procedían de otra región.
Entre los entrevistados, predominaron las mujeres (cuadro 2.16), lo que coincide
con lo reportado por Lozoya, quien a nivel nacional encontró que 66.4% de los
terapeutas tradicionales eran mujeres134. En el presente estudio, se encontró
64% de mujeres, aunque es posible que a esto contribuyera el que las
entrevistas se realizaron a horas del día en que era más difícil hallar a los
varones en su casa. Este hallazgo es importante ya que algunas
investigaciones, en décadas previas, han revelado la escasa presencia de
curanderas.
Existe un predominio de mayores de 40 años (60%) (cuadro 2.17) y casi todos
son casados o viudos. Aunque la mayoría reconoce que desde edades

134
Cfr Lozoya X., Velázquez G., Flores A., op. cit., pág 56.

64
tempranas poseen el don de curar, es hasta la edad madura en que lo ponen en
práctica135.
Casi todos han tenido la experiencia de la maternidad o paternidad, tienen
familias constituidas por un promedio de cinco hijos y la mayoría ha vivido la
experiencia de la pérdida de uno de ellos. Sólo la quinta parte de ellos (21%)
saben leer (cuadro 2.18).
La mayoría refirieron que aprendieron a curar por "don divino" o "por su
inteligencia" (65%) y una proporción menor, a través de la enseñanza en su
familia o en alguna institución. Sin embargo, observamos que el ser curandero
depende en gran medida de la influencia familiar; las dos terceras partes de los
entrevistados han tenido contacto desde la infancia con algún tipo de práctica
curativa; 54 de ellos refirieron que su madre, padre o ambos habían sido o eran
curanderos, y cuatro, que uno de los abuelos (cuadro 2.19). En otros casos, el
familiar curandero era la suegra, la tía, el hermano, etcétera. Cuando ocurre, la
transmisión del saber se dirige generalmente a los hijos (42%), pero poco más
de la mitad no tienen discípulo(s) (cuadro 2.20).
Sin pretender profundizar en las prácticas de estos curanderos y con el fin de
proporcionar al lector las características más relevantes de su quehacer, nos
referiremos en términos muy generales a las competencias de cada una de las
especialidades.

El ilol

Al ilol se le reconoce como el curandero que posee la gama más amplia de


conocimientos136, lo que le permite curar a los enfermos del cuerpo y del alma.
Procura cuidado a los pacientes con enfermedades graves, crónicas y agudas;
conoce cuáles han sido provocadas por el viento, el rayo, el diablo o el agua y
si se han adquirido a través del sueño, por envidia, por alimentos o por
conductas socialmente inaceptables.
En más de la mitad de las comunidades visitadas no existen iloles y en 17
localidades hay entre uno y ocho (cuadro 1.21). Se estimó que en la región hay
en promedio un ilol por comunidad y 976 en total137.

135
Cfr Favre Henri, Cambio y continuidad entre los mayas, Instituto Nacional Indigenista, México D.F., número 69, 1973,
pág. 268.
136
Sobre todo en los municipios de Chamula, Chenalhó, Chalchihuitán, Mitontic, Panthelhó y Larráinzar.
137
Se tiene 95% de confianza de que el total de iloles se encuentra entre el intervalo de 572 a 1 378 (consultar anexo
estadístico).

65
Cuadro 1.21 Número de iloles
en las comunidades
seleccionadas, Región Altos de
Chiapas, 1989
Ilol Frecuencia Porcentaje
0 24 58.5
1 5 12.2
2 3 7.3
3 4 9.8
4 1 2.4
5 1 2.4
6 1 2.4
7 1 2.4
8 1 2.4
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades
seleccionadas en la muestra.

Esta especialidad puede ser ejercida por hombres y mujeres (en la población
estudiada, 22 eran mujeres y 27 hombres) y aunque un alto porcentaje son
exclusivamente iloles, otros combinan esta práctica con las de partera, huesero
o rezador de los cerros, ejerciendo algunos hasta tres especialidades
simultáneamente.
Habitualmente, los iloles son personas de edad madura (los entrevistados eran
en su mayoría de 40 años o más; cuadro 2.21); la presencia de iloles jóvenes es
rara, a pesar de que suelen adquirir la capacidad de curar siendo aún pequeños
(algunos tan temprano como a los ocho o diez años de edad). Aunque la mayor
parte de ellos refirieron haber adquirido su don a través del sueño, otras formas
de arribar al conocimiento son "con su inteligencia", porque "les enseñaron", o
por "herencia" (cuadro 2.22). Lo cierto es que en todos ellos hubo un deseo
profundo de ser ilol; y algunos rezaron o "prendieron vela" pidiendo a Dios que
les concediera la gracia.
Aunque casi todos perciben su capacidad de curar como "innata" o generada
espontáneamente, las dos terceras partes tienen historia de cercanía con la
práctica médica indígena (cuadro 2.23).
Sin embargo, para validarse como ilol no basta el hecho de "soñar" o tener como
pariente cercano a un curandero. Esta validación debe adquirirse a través de su
eficacia en el cuidado de los enfermos138. El cuidado se inicia dentro del grupo
parental y posteriormente se extiende a la comunidad o paraje, llegando
después a ser requeridos de parajes vecinos. Los más exitosos son buscados
por enfermos de diversas comunidades o municipios, en cuyo caso, los
solicitantes del servicio deberán disponer de tiempo y dinero suficientes para el
traslado del enfermo y la estancia de éste y su familia en el lugar de residencia
del ilol.
Se encontró que sólo una pequeña proporción restringía su atención a su familia
o a su comunidad; la mayoría atendía a los habitantes de su comunidad y de
parajes cercanos al suyo, con un promedio de tres parajes (cuadro 2.24).

138
Cfr. Metzger y Williams, op. cit., págs. 398-407.

66
El número de pacientes atendidos por el ilol es muy variable y depende
fundamentalmente del prestigio que haya alcanzado. Entre los entrevistados, se
encontró como atención mínima dos pacientes al año y como máxima 100 al
mes, siendo la mediana de 26 pacientes mensuales.
El ilol considera que la enfermedad es producto de un desequilibrio del hombre
con su entorno social y sobrenatural. El diagnóstico es realizado mediante la
palpación del pulso radial; de acuerdo a las características de éste, los iloles
refieren ser capaces de conocer todo lo relacionado con el enfermo, desde el
mal que le aqueja hasta las reglas sociales que ha transgredido; a través de la
pulsación siente una corriente de sangre "que va al corazón y al pensamiento"139
y que le dice si hay enfermedad y cómo es ésta. Todo se encuentra en la
sangre; según "la cantidad de sangre"140 sabe de qué enfermedad se trata; "si es
alta, si es baja o si no se siente"141.
Después de la pulsación el ilol realiza un interrogatorio, ya que para la
elaboración del diagnóstico requiere, entre otras cosas, conocer los sueños que
el enfermo ha tenido. Incluyendo preguntas acerca de la relación del enfermo
con las personas cercanas a él, procura obtener una información completa de
sus actos. Antes de iniciar la pulsación, advierte al enfermo de que mediante
ésta sabrá todo acerca de él, incluso sus preocupaciones y las faltas que ha
cometido; el interrogatorio sólo confirmará lo que la sangre "le está diciendo".
Entre los practicantes de la medicina indígena. el ilol es el curandero con mayor
poder. Este poder está sustentado en su capacidad de hacer daño y de conocer
interiormente a quien pulsa. Tomando en cuenta que tzotziles y tzeltales pueden
enfermar al transgredir las reglas sociales, el ilol puede saber los deseos ocultos
-inconscientes y revelados por el análisis de los sueños- del enfermo. La
población le teme y le respeta por su facultad de apropiarse de este sentir íntimo
del paciente, a través del "don" con el que Dios le ha distinguido del resto de la
comunidad.
El resultar frecuentemente la única opción para resolver los problemas de salud
y el conocer las concepciones comunitarias de la salud-enfermedad y los
códigos a través de los cuales sus integrantes interpretan sus males, son
características adicionales que le permiten mantener su poder y su prestigio.
Aunque existe una serie de padecimientos susceptibles de ser tratados tanto por
los médicos alópatas como por los terapeutas tradicionales, una gran variedad
de cuadros clínicos sólo pueden ser atendidos por el ilol142 .
El cuadro siguiente muestra las principales causas de atención, consideradas
por los iloles como enfermedades de su exclusiva competencia.

139
SSA-UNICEF, Memorias del primer congreso de Medicina Indígena Tradicional y Herbolaria, Programa de Medicina
Indígena Tradicional y Herbolaria, noviembre 1983, pág. 13.
140
Ibídem.
141
Ibídem.
142
Estas nosologías se refieren a síndromes de filiación cultural. Cfr Zolla Carlos, Del Bosque Sofía, Tascón Antonio,
Mellado Virginia, Medicina Tradicional y Enfermedad, Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social (CIESS),
México, 1988, pág. 30.

67
Cuadro 1.22 Distribución de las enfermedades que con mayor
frecuencia atiende el ilol

No. de mesas en que se


Nombre de la enfermedad
discutió la enfermedad

POTZLOM (enf. sueños sexuales) 5


ME'VINIK (alteración ) 4
CHULELAL (enfermedad del espíritu) 4
COMEL (susto) 3
K'USH SH'UT (dolor de estómago) 2
K'OK (calentura) 2
CHUAJ (atarantamiento) 2
AKBIL CHAMEL(enfermedad de brujería) 1
IK' (aire) 1
ISHTANVIL CHULELAL (espíritu jugueteado) 1
K'AK'AL SIK (escalofríos) 1
KEL SATIL (mal de ojo) 1
SHENEL (vómito) 1
TZANEL (diarrea) 1
Fuente: IV Encuentro de Médicos Indígenas, OMIECH, 1989.

Sin pretender profundizar en los cuadros clínicos143 y a partir del trabajo con 44
iloles144 y socios de la OMIECH, exploramos el grado de sistematización de su
conocimiento y homogeneidad de criterios en relación con las principales
entidades nosológicas.
Se puede reconocer, a partir de lo expresado por los iloles, que una entidad
nosológica puede estar determinada indistintamente por causas "personales"
(ofensa o agresión personal, como en el caso de la brujería) y sobrenaturales
(castigo divino)145, y que éstas se asignan igualmente a diferentes
"enfermedades". Como se ve, sólo en relación con el Potzlom y el Me'vinik se
presentaron coincidencias.

AKBIL CHAMEL
"Nos da en el camino, ya que algunas personas que nos tienen envidia nos la
echan."

ANIL CHULELAL
"A través del sueño, por el viento, al bañarse en el río. En el camino, por la
comida, por envidia, o por brujería."

CHUAJ
"Viene del alma y por el sueño."
CHULELAL
"Viene de repente."
143
al respecto, véase Holland Williams, op. cit., págs. 261-290, y Zolla Carlos, op. cit.
144
En el IV encuentro de la OMIECH, se organizó un taller sobre enfermedades consideradas de "incumbencia" exclusiva
del ilol; la discusión se dividió en seis mesas que analizaron las causas más frecuentes de atención de los iloles de la
región; participaron 44 iloles y socios de la organización.
145
Cfr. Ibídem pág. 25.

68
CHULELAL
"Desde pequeños."

CHULELAL
"Por el viento, por el sueño, por envidia, por caídas y en el camino."

CHULELAL.
"Cuando se cae una persona en el agua o cerca de ella".

COMEL (SUSTO)
"Al caer el niño en los caminos o en el agua, el alma se queda en ese lugar."

COMEL (SUSTO)
"Por la caída, cuando se cae una persona se queda su espíritu y la tierra lo
recoge."

COMEL (SUSTO)
"Viene por las caídas, por las fuertes lluvias, por el susto."

FRACTURA
"Por las caídas. A veces viene por el sueño. Puede venir sin darse cuenta".

ISHTANVIL CHULELAL
"Por el sueño, viene con el viento, por envidia, por brujería, al bañarse en el río,
en el camino, o por la comida."

KAKAL SIK (PALUDISMO)


"Cuando se van a tierra caliente y por caída."

K'EL SATIL (MAL DE OJO)


"Cuando una mujer embarazada o una persona de sangre fuerte mira a un niño."

ME' VINIK (ALTERACION)


"Por incomodidad, cuando regañan a una persona que tiene corazón chiquito y
no aguanta, entonces viene la alteración de corazón. A los hombres les puede
dar por trabajar mucho y a las mujeres porque los hijos la hacen enojar o
porque no la estima el marido".

ME'VINIK
"Viene por el trabajo, al levantar cosas pesadas. Por tomar trago. Las mujeres
son más afectadas cuando están embarazadas y cargan cosas pesadas. Puede
empezar adentro del cuerpo."

ME'VINIK (ALTERACION)
"De frío, por caídas. A los niños les da cuando brincan y se les mueve la boca
del estómago; a los adultos cuando pasan mucho tiempo sin comer."

69
ME'VINIK
"A través del "traspaso" del hambre."

POTZLOM (SUEÑOS SEXUALES)


"Por el sueño, por el Chulelal, puede dar en el camino. En el agua (se sueña que
el alma pasa en un río crecido o en el mar y por eso da potzlom)."

POTZLOM.
"Por el sueño."

POTZLOM (MAL DEL SUEÑO).


"Durante el sueño, a través del espíritu. A través de los alimentos, cuando te dan
algo en algunas frutas o carnes."

POTZLOM (MAL SUEÑO).


"Viene de tener un sueño desagradable, como ser atacado por animales o estar
dentro del agua; también por sueños sexuales. Cuando estos se repiten, en una
semana empieza la enfermedad."
El rasgo común en estas enfermedades es que se atribuyen a la pérdida del
alma. Esta puede ocurrir en tres situaciones distintas: cuando la persona vive
una experiencia desagradable que determina su huida con el consecuente
abandono del espíritu; ejemplos de ello son las caídas, los fenómenos
meteorológicos (como la lluvia o el viento), la cercanía de animales peligrosos o
el presenciar escenas desagradables (cadáveres). Otra forma de pérdida del
alma es la del secuestro, realizado por un espíritu de la naturaleza cuando se
acercan a su morada, o por "el mal aire" o "la mala brisa". Finalmente, la tercera
forma de separación se atribuye a la tendencia de por sí natural del espíritu a
abandonar el cuerpo, lo que ocurre con mayor frecuencia en los niños menores
de cuatro años y explica su mayor riesgo de morir146.
Algunos signos o síntomas son considerados enfermedades en sí mismos, como
el K'ok o calentura, Tzanel o diarrea, Shenel o vómito y Kúsh sh'ut o dolor
abdominal. Estos "padecimientos", generalmente se conciben como
enfermedades "naturales" y fueron considerados de su competencia exclusiva
sólo por una minoría de los practicantes. Aunque pueden ser manejados por los
médicos alópatas, si el padecimiento se hace crónico debe ser tratado por el ilol,
ya que pasa a formar otra entidad nosológica.

K'OK (FIEBRE)
"Se viene sola, nos acostamos bien y amanecemos con calentura."

K'OK (FIEBRE)
"De repente, por dolor de cabeza, o por trabajar mucho en el calor."

146
Talleres OMIECH op. cit. Cfr. Norman D. Thomas, "La Brujería como una concomitante de la envidia" en: Zolla
Carlos, op. cit., págs. 187-188.

70
K'USH SH'UT (DOLOR ABDOMINAL)
"Viene por comer fruta verde como manzana y durazno. Se empeora cuando hay
lombrices."

K'USH SH'UT (DOLOR ABDOMINAL)


"Por frialdad o porque la comida está mal preparada."

TZANEL (DIARREA)
"Puede venir por la comida. A los niños pequeños les da por comer mucho o
cuando recogen todo del suelo y se lo meten a la boca". "Cuando alguien se
moja y no se cambia."

SHENEL (VOMITO)
"Viene por trabajar duro, cargar cosas pesadas y por mala alimentación."
Además de las discrepancias en la identificación de las patologías de su
competencia exclusiva, se encontró que algunos padecimientos, adjudicados por
unanimidad a una causa, no se reconocen por los mismos signos y síntomas.
Por ejemplo, en relación con el Potzlom, uno de los padecimientos más
importantes dada su frecuencia, todos los iloles coinciden en que una de las
formas de adquirirse es a través del sueño, pero describen en forma diversa sus
manifestaciones:

POTZLOM
"Por el sueño, por el Chulelal, puede dar en el camino." "En el agua; se sueña
que el alma pasa en un río crecido o en el mar y por eso da potzlom."
"No tiene ganas de comer, le duele su estómago, orina mal, dolor de orín."

POTZLOM
"Por el sueño. "
"Calosfríos, calentura, dolor de cabeza, y se seca la garganta".

POTZLOM
"Durante el sueño, a través del espíritu. A través de los alimentos, cuando te dan
algo en algunas frutas o carnes."
"Le da calentura, resfrío, le duelen los pies y los huesos."

POTZLOM
"Viene de tener un sueño desagradable, como ser atacado por animales o estar
dentro del agua; también por sueños sexuales. Cuando estos se repiten en una
semana empieza la enfermedad."
"Le crece una bola en el estómago, siente debilidad, dolor de estómago y no
tiene ganas de comer."

71
Como se ve, las manifestaciones clínicas que se describieron son inespecíficas
y esbozan signos y síntomas diversos, involucrando a los sistemas
gastrointestinal y urinario147.
En términos generales, incluso entre los iloles del mismo paraje o municipio, no
existe un patrón homogéneo de clasificación y uso de las entidades nosológicas
y sus terapéuticas, lo que se explica por la forma de adquisición y transmisión de
su saber. En lo que sí hay coincidencia, es que cualquier cuadro clínico que no
siga su curso natural conocido, debe ser atribuido a una causa sobrenatural o a
un "mal echado".
El ilol utiliza para el tratamiento una gama amplia de recursos: los ritos (llamar al
alma que se perdió, pasar la mano del metate por el cuerpo de la parturienta en
los partos prolongados, sacrificio de gallinas, etcétera); los rezos (en las cuevas,
en la iglesia, en la casa, en el lugar donde se adquirió la enfermedad); el uso de
velas, aguardiente, "soplidos", manipulación física, animales, piedras y, sobre
todo, plantas, ya sea tomadas en forma de té, crudas, molidas con agua o
untadas como emplastos, en baños, supositorios, polvos, calentadas en el
comal, etcétera.
En función de la enfermedad, el ilol define cómo colocar el altar, si la curación
debe realizarse durante la mañana, en la tarde, por la noche o a media noche y
el tipo, tamaño y color de las velas que habrá de encender.
Si es experimentado, sabe qué parte de la planta hay que utilizar para cada
enfermedad; puede utilizar la raíz, el tallo, las hojas, la flor, el fruto o incluso
todo el vegetal. Al igual que en los procedimientos diagnósticos, el uso de las
vegetales es muy variado; se puede encontrar que en una misma comunidad,
tres iloles utilizan la misma planta para diferentes padecimientos; esta variación
también se presenta de un municipio a otro; por ejemplo, una misma planta se
usa en Macvilhó para "mal del sueño", apuración del parto y calentura; en Tentic,
únicamente para el dolor de estómago; en Belisario Domínguez para el dolor de
cabeza, "dolor de corazón", "atarantamiento" y hemorragia postparto; y en
Tzabalhó, para disentería, "alteración" y hemorragia postparto148.
En ocasiones, coinciden en el uso y aplicación de algunas plantas, como en el
caso del Majvenal Vomol, considerada como una planta fría e indicada en casos
de calentura y dolores de cabeza y cuerpo o del postparto149.
A pesar de las limitaciones, su conocimiento, contradictorio, asistemático y
fragmentado, incluye también elementos empíricos eficaces, sobre todo de
herbolaria medicinal, y valores sociales y humanos armónicos con la visión del
mundo de la población a la que se dirige, razón por la cual se le sigue
considerando eficaz.

147
Cfr. Ibídem. págs 29-56.
148
OMIECH, Memorias del III encuentro de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas,San Cristóbal de las Casas,
Chiapas, julio de 1988, págs. 24-25.
149
Ibídem.

72
Rezador de los cerros
El rezador de los cerros se encarga de proteger a la comunidad contra las
enfermedades y los desastres naturales.
Existe un grupo de padecimientos atribuidos al castigo divino, que son causados
por las transgresiones de reglas sociales y morales del grupo. Estas
enfermedades se sufren una sola vez en la vida y aparecen de manera cíclica;
entre ellas se encuentran el Bic tal s'mantal (sarampión), el Tokal chuj metik
(varicela), el Muk'tik cuel (viruela), el Jik'al obal (tosferina) y el Cacal Chamel
(fiebre). Este tipo de padecimientos se pueden prevenir mediante rezos en la
iglesia, en los cerros o en los ojos de agua; el tratamiento debe realizarse tres
veces al año y es el rezador de los cerros el encargado de orar para
prevenirlos150.
Reza también en algunas cuevas o cerros en "donde residen los dioses" y sus
ruegos sirven para evitar la pobreza y el frío, para que haya suficiente maíz,
frijol, verduras y agua. Pide perdón por los pecados de los habitantes para que
no se presenten epidemias y ruega por el bienestar de la comunidad; también
reza en caso de calamidades. Además, enciende velas e incienso y durante la
ceremonia hay cantos y fiesta.
El rezador de los cerros participa en varias ceremonias que se realizan antes de
la siembra y después de la cosecha, en las que colaboran personas de la
comunidad. Una de las ceremonias de mayor importancia es la del 3 de mayo o
día de la Santa Cruz. A la cruz de madera se le considera el Dios que guarda el
hogar, los altares, los manantiales y el centro ceremonial y se le relaciona con el
bienestar y la recuperación de la salud.
También reza por la salud de los hombres y sus familias con el fin de librarlos de
todas las enfermedades de los brujos. Reza al Dios del cielo "para que no
mande castigos, para que no enfermen de sarampión y calentura."151
Después se va a los cerros, a las peñas en donde están los ángeles y los
dioses, pastores de toros, caballos, puercos, gallinas y guajolotes. Les pide que
toleren lo que hacen estos animales, que los libre de todos los males, de las
enfermedades y pestes. Ofrece a los ángeles velas, cohetes, copal y música con
tambores y flautas. En junio, cuando el maíz empieza a crecer, va a la milpa y
ofrece velas, cohetes y música a los ángeles de la tierra "para que los libre de
los cuatro vientos cardinales152".
El rezador de los cerros es uno de los especialistas más escasos en la región;
en esta investigación, se encontraron entre uno y cuatro en sólo nueve de las 41
comunidades de la muestra. Se estima que en la región existe un promedio de
un rezador de los cerros por cada dos comunidades y 310 en total153.

150
Tapia Aurora, Enfermedades producidas por castigo divino, mecanografiado, archivos OMIECH, pág. 1, s/f.
151
OMIECH, testimonios, archivos, s/f, Chiapas.
152
Ibídem.
153
Se tiene el 95% de confianza de que el total de rezadores de los cerros se encuentra entre el intervalo de 230 a 390
(consultar anexo).

73
Cuadro 1. 23 Número de rezadores de los cerros por
comunidad, Región Altos, 1989
Rezadores de los cerros Frecuencia Porcentaje
0 32 78.0
1 4 9.8
2 3 7.3
3 1 2.4
4 1 2.4
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

De los curanderos entrevistados, solamente cinco eran rezadores de los cerros,


pero todos ejercían otra especialidad. Tres, además de rezadores eran hueseros
e iloles; uno era ilol y hierbero y otro, hierbero. Cuatro son socios de la OMIECH
y los cinco son hombres y mayores de 40 años. Como regla, su actividad
principal es el cultivo de la tierra.

El huesero
La partera y el huesero poseen el status más bajo dentro de la estructura de la
práctica curativa indígena. En el caso del segundo, se debe a que su saber se
centra en la observación de la normalidad anatomofuncional del sistema
osteomuscular y está poco relacionado con los rituales mágicos.
El huesero se encarga de aliviar las fractura o "quebraduras" de hueso
(C'asemal), las luxaciones o "zafaduras" (Bots sbaquil), las torceduras
(Sic'emal), la inflamación o "hinchazón" (Sital), el dolor de huesos (Cuxul
baquetic) y las "Quebraduras del Alma" (Chulelal C'asemal).
Estas entidades tienen para el huesero una explicación multifactorial. Entre las
causas más frecuentes están los accidentes, el trabajo, los malos espíritus -que
se adquieren a través del aire o de los sueños- o la muerte de un wajiyel154.
El tratamiento está dirigido a realinear los huesos o la articulación dislocada
mediante maniobras de presión, tracción y contratracción, y reposo.
Algunos realizan el diagnóstico a través del pulso para reconocer cuándo se
trata de una fractura, torcedura o inflamación "fría" o "caliente". Aquí también se
aplica el principio de los contrarios: para una torcedura fría se aplica una planta
caliente, y si el dolor de hueso "es por calor", se machacan las plantas o flores
curativas en agua fría155. Sobar, soplar, silbar y rezar son los cuatro elementos
fundamentales del tratamiento. En general, los hueseros tienen un conocimiento
limitado de la herbolaria, salvo en caso de que también sean iloles.

154
El wayijel o compañero animal confiere al individuo la energía necesaria para vivir; con cada sujeto nacen y mueren
uno o más wayijel (es). Se le considera como la coesencia animal del hombre, más no su contraparte, ya que las
condiciones físicas de éste se reflejan en el hombre pero no en el animal. Las personas comunes generalmente poseen
de dos a tres coesencias animales, pero los sujetos dotados de poderes sobrenaturales pueden poseer hasta 13.
155
OMIECH, Memorias del Primer Encuentro de la Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas,
noviembre 1986, págs. 22-23.

74
Las medicinas de patente son un recurso poco utilizado por los hueseros de la
región, pero existe una tendencia a su uso por los más jóvenes (cuadro 2.38).
Aprenden a curar al ayudar u observar a un curandero más viejo, pero también
dicen que su saber puede adquirirse a través del sueño, por herencia, "por su
inteligencia" y en ocasiones circunstancialmente, al sufrir un accidente y verse
en la necesidad de curarse a sí mismos.
Encontramos hueseros solamente en seis comunidades de la muestra, en dos
de las cuales se concentran seis. Se estima que hay uno por cada dos a cinco
comunidades y en total 260156 en la región.

Cuadro 1.24 Número de hueseros en comunidades


seleccionadas, Región Altos de Chiapas 1989

Queseros Frecuencia Porcentaje


0 35 85.4
1 1 2.4
2 2 7.3
3 1 2.4
4 1 2.4
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Durante el trabajo de campo, se entrevistó a 25 hueseros; algunos de ellos


ejercían también otra especialidad. La mayoría proporciona atención a los
enfermos de su paraje y de comunidades vecinas (cuadro 2.31). Los
entrevistados eran de Chamula, Chenalhó, Oxchuc, Altamirano, Zinacantán y
Villa de las Rosas.
Se encontraron hueseros de ambos sexos (cuadro 2.35), la mayoría de ellos
analfabetos (cuadro 2.36) y que se dedicaban a otras actividades como medio
de subsistencia, resultando la atención de los enfermos una actividad esporádica
o secundaria.

La partera indígena

En los Altos, la atención del parto es realizado generalmente por parteras, tanto
en áreas urbanas como rurales. Se calcula que en las primeras atienden a 70%
de los nacimientos, mientras que en las segundas prácticamente a la totalidad
157
.

156
Se tiene 95% de confianza de que el total de hueseros se encuentra entre el intervalo de 86 a 433 (consultar anexo
estadístico).
157
Esto fue señalado por el responsable del servicio de medicina preventiva del Hospital General de San Cristóbal de Las
Casas y por el Departamento de Salud Rural del Centro de Salud de la Región de los Altos de Chiapas, Secretaría de
Salud, mayo de 1990.

75
En esta región, 20% de la población está constituido por mujeres en edad
fértil158. En un estudio de prevalencia, se encontró que 2.7% de ellas estaban
embarazadas, mientras que 23% amamantaban159.
Como las mujeres indígenas solicitan atención del parto a las instituciones de
salud muy esporádicamente, existe un desconocimiento de sus riesgos
reproductivos. Sin embargo, se pudo reconocer, a través de datos disponibles en
las oficinas del registro civil de seis de los municipios de la región, que para
1985 y 1986 las complicaciones del embarazo, parto y puerperio figuraban entre
las diez principales causas de mortalidad general.
Las mujeres juegan un papel esencial para aliviar y curar una serie de males y
problemas de la vida cotidiana. El papel de curanderas es asumido tanto en el
ámbito familiar como en el comunitario, y si bien existen hombres y mujeres que
realizan prácticas curativas, la mujer cubre todas las "especialidades",
encargándose casi de todos los casos relacionados con el embarazo y el parto
(cuadro 2.40). Esta responsabilidad social de ayudar a las mujeres a parir recae
en su totalidad en las parteras por el hecho de que comparte la cultura y la
condición de mujer.
Se encontraron parteras en 29 de las 41 comunidades de la muestra. En dos
comunidades hay hasta seis y en 11, dos (cuadro 2.33). Se calcula que existen
un total de 1400160 parteras en los 16 municipios de la región, con un promedio
de una a dos por comunidad.

Cuadro 1.25 Número de parteras por comunidades


seleccionadas, Región Altos de Chiapas 1989

Parteras Frecuencia Porcentaje


0 12 29.3
1 7 17.1
2 11 26.8
3 3 7.3
4 4 9.8
5 2 4.9
6 2 4.9
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Las parteras son depositarias de un saber generado comunitariamente y que


privilegia el hacer, que se ha trasmitido de generación en generación y que
incluye conocimientos de herbolaria, de los ritos necesarios para vencer al diablo
(pukuj), y de los cuidados y consejos que hay que brindar durante el embarazo,
parto y posparto. Este saber es compartido con las mujeres de la comunidad,
quienes, al igual que la partera, saben de dónde viene el mal, cómo curarlo y,
ocasionalmente, qué tratamientos proporcionar. Es indisociable de la concepción
158
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Anuario Estadístico de Chiapas, t I, 1985.
159
Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, Programa Integrado de Apoyo a la Nutrición, Reporte Final de
Actividades 1988, Depto. de Informática.
160
Se tiene 95% de confianza de que el total de parteras se encuentra entre el intervalo de 1 061 a 1 736 (consultar
anexo estadístico).

76
religiosa, por lo que para muchos fenómenos relacionados con su actividad no
buscan explicación, pues parten de que la racionalidad humana no puede dar
cuenta de lo sobrenatural o lo divino.
Por relacionarse con partes del cuerpo consideradas de intimidad y rodeadas de
normas y tabúes, la experiencia de parir es más fácilmente compartida con
alguien que ha vivido ya la misma situación; sobre todo si es una mujer que tiene
concepciones semejantes sobre el cuerpo y sobre los fenómenos naturales y
sobrenaturales que influyen su funcionamiento.
El aprendizaje por la relación de familiaridad 161 es habitualmente el camino para
llegar a ser partera, aunado a la "herencia" o "don" que, se supone, traen desde
que nacen. Una gran parte de las parteras refieren a la tradición familiar como
determinante en la iniciación de su práctica (cuadro 2.41).
Así, a través de generaciones se ha dado la transferencia de esquemas y
sistemas de disposiciones que han permitido resolver problemas de una misma
forma y que han sufrido correcciones a partir de los resultados obtenidos.
Cualquiera que sea la percepción de su formación, la partera se erige en
especialista a partir del reconocimiento de su grupo familiar o de la comunidad.
El ejercicio de su práctica lo valida la población que la rodea, ya que es
armónico con la forma en que el grupo concibe a la salud, la explica y procura su
cuidado.
También la comunidad le da un status especial, ya que es una mujer que puede
salir de los confines de su milpa, aunque necesite de la autorización de su
esposo para ir a cumplir su labor en otros parajes. La mayoría de las parteras
proporciona atención a tres parajes, en promedio (ver cuadro 2.42).
Las entrevistas realizadas revelaron las siguientes características de las
parteras: generalmente, son mujeres mayores de 40 años, monolingües, casi
todas analfabetas, que han adquirido su saber a través de un aprendizaje por
familiaridad y cuentan con el respeto y reconocimiento de la comunidad,
compartiendo con ella su visión del mundo.
Muchas de estas mujeres tienen otras especialidades en el campo de la salud;
pueden ser también hierberas, iloles o hueseras.
Si analizamos el cuidado que la partera proporciona durante el embarazo y parto
normales, podemos observar que la identificación de signos y síntomas y la
atención que proporciona son en lo esencial similares a los de la práctica médica
alópata. No ocurre así en lo referente a las complicaciones del embarazo, parto
y alumbramiento que, con los recursos y conocimientos a su alcance, la partera
no está en capacidad de resolver.
El diagnóstico de embarazo se basa en los síntomas de los primeros meses de
la gestación, pero incluye signos que tienen una gran significación cultural y en
razón de los cuales la mujer embarazada tiene ciertas restricciones. Así, se dice
que la embarazada adquiere un brillo especial en la mirada y, por tanto, puede

161
Bordieu, en el libro Esbozo para una teoría de la práctica, define este concepto como el modo de conocimiento del
mundo social que explicita la verdad de la experiencia primera del mundo social, es decir: "la relación de familiaridad con
el medio ambiente familiar, aprehensión del mundo social como mundo de lo natural y lo obvio...". Citado por Juárez M.,
Hegemonía y Enfermedad:un análisis de la cultura popular y sus prácticas curativas, tesis de grado, maestría en
Medicina Social, México, UAM-X, 1983.

77
causar "mal de ojo". Si el producto de su embarazo es una niña, puede hacer
"mal de ojo" a un niño, y viceversa.
Esta "fuerza" que adquiere la mujer durante el embarazo también la limita en su
quehacer de curandera; no se recomienda que recolecte plantas medicinales ya
que éstas pierden sus cualidades curativas. En el caso de que la mujer
embarazada sea una curandera muy importante para la comunidad, debe rezar
antes de cortar una planta, para que así no pierda sus propiedades terapéuticas.
Por otro lado, en casos de traumatismos, puede ser recomendable la
intervención de la embarazada, ya que el paciente mejorará más rápidamente si
los emplastos son aplicados por ella.
Las recomendaciones que la partera da a la embarazada están muy
relacionadas con la cotidianeidad de las mujeres y encaminadas a protegerlas,
por lo menos durante el embarazo, de la violencia que contra ellas se ejerce. Es
por eso que resaltan la importancia de que "el hombre esté contento" con el
embarazo, para que la mujer y el niño estén sanos.
La atención del parto se realiza en la intimidad del hogar y es fundamental la
participación del esposo y de los padres y/o suegros de la embarazada; por
tanto, este tipo de cuidado no puede ser proporcionado por los servicios médicos
de las instituciones de salud. Se considera que en general, los cuidados de la
partera son eficaces y suficientes para la atención de los embarazos y partos
normales.
En la medida en que se presentan complicaciones, como en los casos de aborto,
parto prolongado y retención placentaria, la explicación de los fenómenos a
partir de una causa no natural se hace necesaria. Es en estas situaciones
cuando, además de echar mano de algunos recursos terapéuticos de cierta
eficacia -como el uso de algunas plantas medicinales-, otras de sus acciones,
aunque congruentes con las explicaciones que ofrece, no son eficaces para
resolver el problema que ha surgido y, en consecuencia, pueden retrasar la
atención de una mujer en situación grave.
Las explicaciones que encontramos para las complicaciones del embarazo,
parto y puerperio pueden dividirse en tres grupos:
Por castigo de Dios.
Por fenómenos sobrenaturales.
Por conductas dañinas.
Dios causa el bien y el mal; es una voluntad omnipresente e incuestionable que
lo determina todo. Para remediar la enfermedad hay que apelar a su
benevolencia; por eso, el rezo juega un papel primordial desde el inicio del
embarazo y durante el parto. En la casa y en la iglesia, durante varios días, es
necesario "prender vela".
La enfermedad puede estar causada por los fenómenos sobrenaturales; por los
espíritus. También la envidia, el egoísmo, "el mal echado" que se materializa en
los espíritus malos, pueden estar en cualquier lado, en el viento, en el agua, en
el monte y en el camino.
Las conductas dañinas pueden ser en estos casos una causa importante;
ejemplos de éstas son: "que el marido pelee", "el no comer bien y suficiente", "el
cargar cosas pesadas", o "que el marido no esté contento".

78
Los elementos terapéuticos son variados; la partera utiliza recursos naturales
como la herbolaria y productos animales; hace uso de su cuerpo, de ciertos
instrumentos y de los ritos.
La partera posee un importante manejo de la herbolaria; la utiliza para la
"apuración" del parto en caso de que se prolongue, en la amenaza de aborto, en
la retención de cabeza en partos con presentación podálica y en la retención de
placenta. También usa recursos de origen animal para la conducción del parto,
tales como los polvos de cuerno de borrego, de concha de armadillo y de cola de
tlacuache.
Utiliza las manos desde los primeros cuidados que brinda; con ellas "acomoda al
niño" y alivia, por medio de masajes, el dolor de espalda a la embarazada. Son
fundamentales durante el parto, ya que presionan el abdomen de la parturienta
en el periodo expulsivo y posteriormente, para favorecer la salida de la placenta;
el grosor de cuatro de sus dedos es la medida que marca el corte del cordón
umbilical.
La religiosidad es un elemento terapéutico fundamental durante las
complicaciones del parto; merced a su "don divino", la partera ilol (o un ilol
llamado ex profeso) "pulsa" a la embarazada para hacer el diagnóstico; una vez
hecho esto, se "prende vela" blanca, verde o roja, chica o grande, dependiendo
de la causa del mal. "La religiosidad no es sólo arma de quien cura. Quien va ser
curado parte de una creencia religiosa y de la seguridad de que quien le cura en
definitiva es Dios a través del agente escogido."162
Podría parecer paradójico el considerar que los cuidados de la partera son
eficaces y suficientes para la atención de los embarazos y partos normales, ante
las altas tasas de mortalidad materno infantil de la región. Esto no es así ya que,
cuando surgen complicaciones durante el parto, no solamente las parteras sino
los propios médicos, con los limitados recursos con que cuentan, son incapaces
de resolverlas. Es para estas situaciones que se requiere de un segundo nivel
de atención eficiente y de un sistema de canalización rápida y oportuna que ni
los propios médicos adscritos a las instituciones están en posibilidades de
ofrecer.

Distribución y determinantes de
La práctica curativa indígena

Como hemos podido observar en el apartado anterior, los especialistas de la


medicina tradicional tienen incluso una presencia mayor que la alcanzada en
conjunto por los médicos, enfermeros y promotores de las instituciones
gubernamentales de salud. En 78% de las localidades de la región hay
practicantes médicos indígenas, mientras que las instituciones de salud
solamente "cubren" a la cuarta parte de las comunidades no obstante existir

162
Juárez M., op. cit. pág. 65.

79
evidencias, como lo presentaremos a continuación, de que hay una gradual
disminución de algunas categorías de estos practicantes.
Hay comunidades en que aparentemente se están abandonado algunas de
estas prácticas. Nos llamó la atención la forma en que la gente de Naranja Seca,
Piedra Escrita, 20 de Noviembre, Jocosic, La Cañada el Niz y Frontera de
Mexiquito se refiere a los iloles, y el hecho de que los pocos que aún existen en
estas comunidades atiendan a los enfermos sólo durante la noche,
subrepticiamente. Es posible que esté ocurriendo una paulatina
refuncionalización de algunas de estas práctica, manifestada sobre todo por el
número de iloles en activo.
Fabregas y Silver163 reportaron que, para 1967, se estimaba una relación de un
ilol por cada 45 habitantes zinacantecos. Tomando como punto de referencia
este estudio, investigamos el número actual de iloles en tres de las comunidades
estudiadas por estos autores, encontrando la presencia de un ilol por cada 98
habitantes (cuadro 1.26). Al comparar la relación de iloles con respecto a la
población en 1965 y 1992, se reconoció un aumento estadísticamente
significativo164 en la relación número de habitantes/ilol, lo que para estas
comunidades se traduce en una disminución gradual de estos practicantes en
relación a la población.
Por otra parte, en el municipio de Tenejapa se encontró una relación de un ilol
por cada 638 habitantes, muy distinta a la reportada por Metzger y Williams165 en
1963, de entre 1:10 y 1:25, y para la región en su totalidad, se registró un
promedio de un ilol por cada 282 habitantes.

Cuadro 1.26 Número de iloles y su relación con la población, en tres poblados de Zinacantán, 1965 y 1992,
Chiapas

Comunidad Pob. 65 Iloles Pob/ilo Pob. 92 Iloles Pob/ilo


Navenchauc 1215 13 93 3268 43 74
Patosil 347 8 43 1200 7 171
Apas 704 21 34 1079 22 49
Fuente: Fabregas y Silver 1967
Encuestas realizadas ex profeso

Con el interés de reconocer cuáles son los elementos que favorecen u


obstaculizan el desarrollo de las prácticas médicas tradicionales, se ha
construido la distribución de número de terapeutas para distintas características
de la comunidad y se ha aplicado el coeficiente de desigualdad de Gini166. El
índice de Gini se obtiene a partir de los datos de una distribución, e indica que

163
Fabregas Horacio y Silver Daniel, Illness and Shamanistic Curing in Zinacantan. An ethnomedical Analysis, Satnford,
California, Stanford University Press, 1973, pág. 27.
164
Se utilizó la t de student para muestras pareadas.
165
Metzger Duane y Williams Gerald, "Medicina Tenejapaneca", en: Colección de Antropología Social, México, INI, pág.
391.
166
Establece la distribución teórica de la variable si se repartiera por igual entre todas las unidades. En caso de que la
variable esté distribuida conforme a la norma equitativa, la proporción de la variable perteneciente a cada rango debería
ser igual a la proporción que cada grupo de observaciones representa del total. Su valor es 0 cuando la variable se
distribuye democráticamente en todos los rangos y 1 si el valor total de las variables le corresponde sólo a uno de los
rangos, cfr. Cortés Fernando y Ruvalcaba Rosa María, Técnicas estadísticas para el estudio de la desigualdad social, El
Colegio de México, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 2da edición, 1984, pág. 47.

80
tan "desigual" es la distribución de una variable entre los estratos. De la manera
en que se construye Gini, resulta que el número que se obtiene está entre 0 y 1
y mide la desigualdad a partir de qué tanto se "aleja" la distribución en estudio,
de una distribución equitativa, tomando en cuenta las diferencias de tamaño
entre los estratos. Así, la distribución será más desigual a medida que el índice
se acerque a 1.
Podría pensarse que la utilización de las prácticas curativas indígenas es más
común en las localidades aisladas o sin servicios de salud, como lo reportan los
hallazgos de IMSS-Coplamar. Sin embargo, no se registró un índice de
concentración desigual importante en relación con la distancia (G=.07), el
acceso (tiempo de transportación) (G=.12) o el tipo de transporte disponible
(G=.01) (cuadros 2.45,2.46) entre la comunidad y el poblado más importante de
de la zona, con una mayor disponibilidad de servicios médicos o recursos
farmacéuticos.
Aunque, el desarrollo del modelo médico tiende a excluir a los curanderos y a
constituir otros tipos de personal de salud, en la medida en que los primeros no
pueden dar cuenta de determinadas problemáticas167. En la región de los Altos,
la presencia de instituciones (G=.08) y el tipo de servicios ofrecidos por éstas
(G=.02) reportaron los índices más bajos de las distribuciones estudiadas
(cuadro 2.48 y 2.47), lo que apunta hacia una distribución equitativa de
terapeutas tradicionales en su conjunto, independientemente de la presencia de
instituciones de salud gubernamentales o no gubernamentales. Estos hallazgos
se corroboraron con los resultados obtenidos al comparar el número de
terapeutas tradicionales en las localidades involucradas con el Programa
Integrado de Apoyo a la Nutrición del INNSZ (55 comunidades), con los de la
muestra aleatoria. Se aplicó el mismo instrumento de recolección de información
y se compararon los resultados, sin encontrarse diferencia significativa en el
promedio de curanderos de ambas muestras168.
Si observamos el cuadro 1.67, que presenta los índices de Gini calculados en
las diferentes distribuciones en relación al total de curanderos y para cada una
de las especialidades, podemos percatarnos de que la presencia de los servicios
y de las instituciones está relacionada con índices moderadamente elevados
sólo en los casos de hierberos y hueseros. Llama la atención sobre todo el
comportamiento de la distribución en el caso de los hierberos (cuadro 2.59 ),
cuya presencia es mayor en aquellos lugares en donde los servicios médicos de
la Iglesia, IMSS y SSA están presentes.
Con base en los datos analizados, podemos suponer que la presencia de
servicios médicos e instituciones de salud no incide de manera importante en la
distribución de la mayoría de los curanderos de la región, favoreciendo
únicamente la presencia de los hierberos.
Por otro lado, aunque ciertamente existe una "expansión y constitución de la
ideología curativa dominante"169, frecuentemente la población está desprovista
de servicios de salud suficientes que permitan la reproducción material y

167
Menéndez L Eduardo, Recursos y Prácticas Médicas "Tradicionales" tomado de La Medicina Invisible, Lozoya X.,
Zolla C., (eds.) Folios Ediciones, México, 1983, pág. 43.
168
Consultar anexo estadístico, prueba de hipótesis entre dos medias.
169
Ibídem.

81
simbólica de la cultura dominante. Es decir, no existe la opción de elegir entre
una práctica y otra debido a la escasa cobertura del modelo médico institucional
o privado. Además, sus preferencias son sometidas al principio de la elección de
lo posible, en el doble sentido de lo que es técnicamente posible en relación a lo
"práctico", y lo que es impuesto por una necesidad económica y social. Esto
lleva a ciertos grupos a consumir ciertas prácticas curativas, y la "resistencia" a
procurarse atención por la medicina occidental (si es que existe el acceso),
responde no solamente a la escasez de sus recursos económicos, sino también
a la distribución desigual de los recursos simbólicos.
Los índices de Gini más alejados de cero en la distribución del total de
curanderos fueron los relacionados con las variables número de habitantes,
religión y municipio de la región. Estas dos últimas cobran mayor relevancia en
el análisis de los índices de Gini resultantes de las distribuciones en relación con
cada "especialidad" en particular, como se observa en el cuadro 1.27.
Aunque no se percibe una concentración desigual importante (G=.25) en la
distribución por número de habitantes, el hecho de contar con el número de
habitantes permitió realizar un análisis más fino, a partir del cual se pudo
reconocer hacia dónde se inclina esta desigualdad. Encontramos que en las
comunidades de menos de 1 000 habitantes se llega a tener una relación de un
curandero por cada 27 habitantes, y que entre las de más de 1 000 no existen
grandes diferencias, ya que ésta es de aproximadamente 1:80170 (cuadro 1.27).

Cuadro 1.27 Distribución de número de curanderos en las comunidades con


respecto a número de habitantes, región Altos de Chiapas, 1989

Comunidades Curanderos Curanderos


Habitantes
Frecuencia Suma Media
1-99 HABS 11.00 20.00 1.82
100-499 HABS 17.00 81.00 4.76
500-999 HABS 9.00 36.00 4.00
1000-5000 HABS 4.00 49.00 12.25
TOTALES 41.00 186.00 4.54
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Existe una tendencia hacia la distribución desigual de terapeutas tradicionales


en relación con el municipio (G=.17). En el cuadro 1.28 se puede apreciar que
son más numerosos en Chamula, Zinacantán, Chenalhó, Tenejapa y Larráinzar,
y menos en Oxchuc, Pantelhó, Altamirano, Teopisca, San Cristóbal de Las
Casas y Villa de las Rosas. No se debe perder de vista que en los tres últimos
existe una proporción menor de población indígena.
Los índices de Gini más cercanos a 1 se obtuvieron en la distribución de iloles
(G=.53), rezadores de los cerros (G=.74), hierberos (G=.62) y hueseros (G=.76),
presentando una distribución diferencial de acuerdo al municipio (cuadro 1.29.
Llama la atención la presencia de hierberos en aquellos lugares en donde hay
ausencia de iloles (cuadros 2.51, 2.53). Estos resultados cobran más sentido si

170
Consultar anexo estadístico para mayor información.

82
se comparan con los de estudios de caso realizados por otros autores171 y si se
recuerda la forma en que se fueron introduciendo las instituciones
gubernamentales y no gubernamentales que prestaron atención médica en la
región.

Cuadro 1.28 Índices de GINI de acuerdo a las diferentes distribuciones en relación al número de curanderos
en total y por especialidades, región Altos de Chiapas, 1989
Variable Todos Parteras Iloles Rezadores Hierberos Queseros
Distancia 0.07 0.02 0.14 0.22 0.21 0.45
Servicio 0.02 0.009 0.02 0.01 0.19 0.35
Instituciones 0.08 0.02 0.12 0.25 0.33 0.44
Tiempo 0.12 0.02 0.23 0.49 0.06 0.17
Habitantes 0.25 0.19 0.11 0.17 0.66 0.31
Religión 0.27 0.05 0.44 0.6 0.2 0.3
Transporte 0.01 0.03 0.06 0.15 0.13 0.3
Municipio 0.17 0.1 0.53 0.74 0.62 0.76

La presencia de los grupos religiosos (G=.27) (cuadro 1.30 se asocia con una
menor presencia de los terapeutas tradicionales con respecto al promedio total,
observándose una relación inversa entre la práctica curativa indígena y la
religión. Aunque el índice no marca una desigualdad importante entre estratos,
ésta es mayor cuando se analizan los datos en relación a la "especialidad". Así,
la presencia de grupos católicos, protestantes y "tradicionales" determina una
desigualdad mayor en el caso de los iloles (G=.44) y los rezadores de los cerros
(G=.60) que en el de las parteras (G=.05), adoptando éstas una distribución
prácticamente equitativa, independientemente de la religión de que se trate.
Incluso, (cuadro 1.28), podemos reconocer que las parteras tienen una
distribución homogénea en las poblaciones independientemente del municipio,
acceso a la comunidad, número de habitantes, religión, presencia institucional y
tipo de servicios.
Se constató que en aquellas comunidades en donde la labor de la Iglesia
católica o de otros grupos religiosos es intensa, la actitud de los habitantes hacia
la práctica curativa indígena está cambiando. En esas comunidades, la gente
refirió que "los iloles son unos mentirosos", que "abusan de las muchachas" o
que "cobran muy caro y no curan"; se nos aseguró que el uso de las prácticas
curativas indígenas era reducido o inexistente (sobre todo la del ilol y la del
rezador de los cerros), y en tres comunidades existe el antecedente reciente del
linchamiento de terapeutas tradicionales.
Aunque formalmente se relaciona a los iloles con la curación de los enfermos,
también se les llega a señalar como causantes de la enfermedad, y hasta de la
muerte172. Iloles y brujos se diferencian de las otras personas en que poseen un
nahual a través del cual pueden averiguar lo que sucede en otros lugares y

171
Cfr. Nash June, op. cit.
172
Anzures y Bolaños María del Carmen, op. cit., pág. 200.

83
ejercer secretamente su maleficio173. Los curanderos pueden ser entonces
potencialmente buenos o malos, dependiendo del tipo de nahual que posean174.

Cuadro 1.29 Distribución de curanderos en las comunidades en


relación con municipios, Región Altos de Chiapas 1989
Comunidades Curanderos Curanderos
Frecuencia Suma Media
Altamirano 6 16 2.67
Chamela 4 47 11.75
Chanal 2 9 4.5
Chenalhó 2 13 6.5
Huixtán 2 9 4.5
Larráinzar 1 6 6
Oxchuc 5 11 2.2
Pantelhó 6 15 2.5
Villa de Las Rosas 1 3 3
San Cristóbal de Las Casas 8 24 3
Tenejapa 2 12 6
Teopisca 1 0 0
Zinacantán 1 21 21
Totales 41 186 4.54
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

De acuerdo a nuestros hallazgos, la fama de brujo se adquiere paulatinamente y


por iniciativa del propio sujeto. Con el paso del tiempo, estos personajes suelen
acumular sobre sí rencores y odios, algunas veces tan profundos que pueden
llevarlos a muertes violentas. El asesinato de un ilol es suceso relativamente
frecuente y se ha dado desde hace muchos años, no sólo en la zona tzotzil sino
también en la tojolabal175.

Cuadro 1.30 Distribución de curanderos en las comunidades en relación con


religión, región Altos de Chiapas, 1989

Comunidades Curanderos Curanderos


Religión
Frecuencia Suma Media
CATOLICOS 17 42 2.47
CATOLICOS Y PROTESTANTES 12 46 3.83
TRADICIONAL Y OTRO 12 98 8.06
TOTALES 41 186 4.54
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

[1] Las comunidades católicas son aquellas en donde la población se encuentra organizada a partir de
los Comités Eclesiales de Base (CEBs), vinculados con las actividades de la Diócesis de San Cristóbal de
Las Casas.
[2] En este rubro se incluyen todos integrantes de iglesias, sectas y denominaciones no católicas.

[3] En la religión "Tradicional", se encuentra un sincretismo entre el catolicismo en donde existen en


forma importante razgos precolombinos. La dirección de la vida religiosa esta a cargo de
designatarios religiosos y políticos indígenas.

173
Holland William, op. cit., pág. 143.
174
Nash June, "Curanderismo y Curandero", en Lozoya y Zola (eds.)., La Medicina Invisible, pág. 203.
175
Cfr. Favre (1973) , Nash June (1973), Holland W (1963), Harman y Campos Teresa (1983).

84
Con el fin de reconocer tendencias particulares en la distribución de los
practicantes indígenas, y tomando en cuenta que esta distribución se da en
forma más diferenciada en relación a la religión y municipio, hicimos una
zonificación de la región en tres áreas:
En la zona I incluimos a Teopisca, San Cristóbal de Las Casas y Villa de las
Rosas, municipios en los cuales la población mestiza es predominante.
La zona II está constituida por Tenejapa, Altamirano, Chanal, Huixtán y Oxchuc,
municipios en donde el trabajo en salud de los grupos religiosos protestantes y
católicos ha permitido a sus habitantes contar con otras opciones de atención
desde la década de los cuarenta.
La zona III está conformada por Chamula, Chenalhó, Larráinzar, Pantelhó y
Zinacantán, todos ellos municipios tzotziles y en donde la presencia de los
grupos religiosos se intensificó hasta la década de los setentas, paralelamente a
la entrada de los servicios gubernamentales de salud.
El cuadro 1.31 nos muestra claramente que, en términos absolutos y relativos,
existe una diferencia entre las 3 zonas en relación a la presencia de los
practicantes indígenas. A pesar de que en la zona III las comunidades
estudiadas son predominantemente pequeñas y la población total es menor, hay
un número mayor de ellos.

Cuadro 1. 31 Distribución de número de comunidades, curanderos y


población en relación a tres regiones distintas de los Altos de Chiapas

Num. Pob /1
Zona Curanderos Población
Comunidades curandero

Zona I 10 27 4047 149


Zona II 17 57 15470 271
Zona III 14 102 3719 36
Zona I: Teopisca, San Cristóbal de Las Casas, Villa de las Rosas
Zona II: Tenejapa, Altamirano, Chanal, Huixtán, Oxchuc
Zona III: Chamula, Chenalhó, Larráinzar, Pantelhó, Zinacantán
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Si analizamos la distribución de los curanderos en relación con su "especialidad"


(cuadro 1.32-1.34), podemos reconocer que en todas ellas existen en mayor
cuantía en la zona III. La distribución más homogénea se observa en las
parteras, y la más diversa en los iloles y los rezadores de los cerros. En la
misma zona, los hierberos aparecen como una "nueva" especialidad, llamando
la atención que el número de habitantes en relación con ésta es de los mayores,
lo que indica una menor presencia, mientras que en la zona II tienen mayor
cobertura que los iloles. Esto podría interpretarse como que existe una
refuncionalización de las prácticas en la cual el ilol se redefine como hierbero,
utilizando como medio terapéutico predominante la herbolaria, y abandonando la
pulsación como método diagnóstico. Este tipo de práctica puede ser más
aceptada en aquellas comunidades con fuerte influencia católica o protestante.
Esta influencia religiosa modifica sobre todo la distribución de los iloles y los
rezadores de los cerros. Su presencia, escasa en las comunidades católicas y

85
protestantes, es notable en las de religión "tradicional". Este fenómeno no ocurre
con las parteras, cuya tendencia distributiva no es tan diversa, presentando un
repartimiento más o menos homogéneo, independientemente de la adscripción
religiosa de la comunidad. Un caso diferente es el de los hierberos quienes, con
una presencia mayor también en la zona III en términos relativos, son más
numerosos que los iloles en donde la religión predominante es católica o
protestante (cuadros 1.32-1.34), lo que sugiere que la "especialidad" es
relativamente nueva y que tiende a sustituir al ilol.

Cuadro 1.32 Distribución de iloles de acuerdo con tres regiones de los Altos de Chiapas y a la religión que profesan
los pobladores de las comunidades de estudio, 1989

Zona 1 Zona II Zona III


Religión
Pob/Com Ilol Ilol/Pob Pob/Com Ilol Ilol/Pob Pob/Com Ilol Ilol/Pob
CATOLICA 1373/6 0 2437/6 6 406 407/3 2 203
PROTESTANTE CATOLICA 1454/2 0 12973/8 8 2595 380/2 1 308
TRADICIONAL Y OTRO 1220/2 7 174 50/1 0 2932/9 32 91

Cuadro 1.33 Distribución de las parteras de acuerdo con tres regiones de los Altos de Chiapas y la religión que
profesan los pobladores de las comunidades de estudio, 1989

Zona I Zona II Zona III


Religión
Pob/Com Part. Part./Pob Pob/Com Part. Part./Pob Pob/Com Part. Part./Pob
CATOLICA 1373/6 6 229 2437/6 10 244 407/3 7 58
PROTESTANTE CATOLICA 1454/2 2 727 12973/8 18 720 380/2 3 126
TRADICIONAL Y OTRO 1220/2 8 152 50/1 0 2932/9 20 146

Cuadro 1.34 Distribución de los hierberos de acuerdo con tres regiones de los Altos de Chiapas y la religión que
profesan los pobladores de las comunidades de estudio, 1989

Zona I Zona II Zona III


Religión
Pob/Com Hierb. Hierb./Pob Pob/Com Hierb. Hierb./Pob Pob/Com Hierb. Hierb./Pob
CATOLICA 1373/6 0 2437/6 4 609 407/3 3 136
PROTESTANTE CATOLICA 1454/2 0 12973/8 9 1441 380/2 3 126
TRADICIONAL Y OTRO 1220/2 0 50/1 0 2932/9 7 418
ZONA I: Teopisca, San Cristóbal de Las Casas, Villa de las Rosas.
ZONA II: Tenejapa, Altamirano, Chanal, Huixtán, Oxchuc.
ZONA III: Chamula, Chenalhó, Larráinzar, Pantelhó, Zinacantán.

Comparando el cuadro 1.31 con el 1.35, encontramos que la disponibilidad de


recursos de salud gubernamentales no se relaciona siempre con una menor
presencia de curanderos. En el cuadro 1.34 se puede apreciar que, aunque la
presencia del IMSS en las zonas II y III es similar -tomando en cuenta el número
de UMR y de comunidades sujetas a los Programas de Acción Intensiva-, la
presencia de curanderos en las mismas es diferente. Esto, aunado a los datos
presentados en relación con la religión, podría significar que el modelo médico
hegemónico ha sido impulsado con mayor eficacia por parte de las instituciones
religiosas que por las de salud.

86
Cuadro 1.35 Recursos para la salud por parte de la SSA y el IMSS-
Solidaridad, Región Altos, 1992

ZONA CS-SSA CSR-SSA UMR AREA ACCION


ZONA I 2 11 3 9
ZONA II 4 56 14 36
ZONA III 2 46 21 50
ZONA I: Teopisca, San Cristóbal de Las Casas, Villa de las Rosas.
ZONA II: Tenejapa, Altamirano, Chanal, Huixtán, Oxchuc.
ZONA III: Chamula, Chenalhó, Larráinzar, Pantelhó, Zinacantán.

Hay que tomar en cuenta que los conversos, sean protestantes o católicos, no
sólo cambian su manera de resolver los problemas de salud, sino que
construyen un nuevo espacio social en el cual modifican una serie de prácticas
de la vida cotidiana, tales como colocar a los animales en corrales, dormir en
camas altas, hervir el agua para beber, etcétera. Sin embargo, la percepción y
significación del fenómeno salud-enfermedad no se modifica totalmente, ya que
la población selecciona y combina los mensajes recibidos y construye con éstos
otros sistemas de significación y prácticas. Como ejemplo, un maestro nos
comentó que a partir de su relación con representantes locales de la iglesia
católica consideraban a los iloles como charlatanes, pues era totalmente falso
que a través del pulso pudieran reconocer los padecimientos del enfermo, así
que ya no acudían con ellos en caso de enfermedad. Al preguntarle si ya no se
enfermaban de chulelal (síndrome de filiación cultural que debe ser curado por
un ilol), nos respondió: "si, nos enfermamos de chulelal y nos curamos con rezo;
pero ahora nosotros sabemos cuándo nos enfermamos de chulelal, no
necesitamos ir al ilol. Seguimos utilizando rezos y velas, pero en la iglesia, en los
altares, en donde deben de estar. Los protestantes, esos si, ya no se enferman
de chulelal, ya no se pueden enfermar de chulelal".
La Iglesia católica no les prohíbe enfermarse de chulelal, pero sí que el
padecimiento se diagnostique a través del pulso. La iglesia negocia concesiones
en términos de bienes simbólicos siempre y cuando se vayan integrando las
concepciones del mundo católico. Las concesiones son diferenciales entre
iglesias y denominaciones protestantes y son parte de esta pugna por el poder
del campo, y que repercute definitivamente en la distribución de estos
practicantes.
Carlos Fernández Liria ha abordado el problema de la enfermedad en
pobladores expulsados y conversos y, basándose en sus testimonios, plantea
que la conversión les ha permitido construir un nuevo espacio social en el cual
ya no tienen cabida el ilol o el mismo rezador de los cerros. La Palabra de Dios
los protege contra la envidia y la brujería, lo cual no significa que estas no sigan
existiendo en los parajes indígenas, sino que su nuevo Dios es más poderoso.
La enfermedad sigue siendo resultado de la trasgresión a las normas sociales,
pero la fortaleza que Dios proporciona en esta nueva religión les hace posible

87
cumplir con dicha normatividad. El Pastor de la iglesia hace las funciones del ilol,
ya que es quien vigila y mantiene el orden en este nuevo espacio cultural176.

176
Fernández Lira, Carlos, Enfermedad, familia y costumbre en el periférico de San Cristóbal de Las Casas.
Mecanografiado, CEU-UNACH 1993.

88
Las organizaciones de médicos indígenas.
Una nueva forma de interrelación

Medicina alópata / medicina


indígena: un encuentro difícil

La mirada a las políticas y programas de salud del Estado mexicano para el


establecimiento de una interrelación entre los practicantes de la práctica médica
alópata y la indígena, así como la distribución de éstos, presentadas en
apartados anteriores, revela sólo una parte del problema. La brecha que hay
entre las dos medicinas no se puede salvar por decreto y las políticas de salud
no pueden obviar la existencia de dos visiones distintas del mundo y, por ende,
de la salud.
¿Es posible establecer en estas condiciones una relación de igualdad entre los
representantes de ambas medicinas?
¿La interrelación entre sus practicantes da como resultado acciones benéficas
para los enfermos?
¿Cuáles son las formas de interrelación no previstas que se han generado a
partir de estas políticas de salud?
Habiendo elegido como estudio de caso a la región de los Altos, hemos
reconocido las condiciones de vida y de morbimortalidad de su población y
cuáles han sido sus respuestas para resolver o atenuar sus problemas de salud,
y describimos los marcos conceptuales, las peculiaridades de ambas prácticas y
su distribución, así como los recursos que poseen. Lo anterior nos permitirá
analizar las formas en que se ha dado la interrelación entre los practicantes y
establecer qué tan factible es la complementariedad de las dos medicinas.
Recapitulando, habría que señalar que las formas de distribución de ambos
practicantes sigue patrones muy distintos. La medicina alópata concentra los
mayores y más calificados recursos en la ciudad más grande de la región. Como
señalamos anteriormente, existen en San Cristóbal de Las Casas alrededor de
120 médicos generales y 40 especialistas, mientras que en los otros municipios
de la región hay 45 médicos generales y cerca de 200 promotores de salud y
auxiliares médicos con una incipiente formación en la medicina occidental. En el
supuesto de que toda la población tuviera acceso a los servicios, la relación
médico por habitantes, en el municipio de San Cristóbal, es de 1/575, contra un
médico o promotor por cada 1 000 habitantes en los 15 municipios restantes.
Esto no ocurre exactamente así porque, como mencionamos, los servicios de
salud cubren, en el mejor de los casos, al 25% de las comunidades con el 40%
de la población de la región; además, estadísticas oficiales nos muestran que
solamente el 13.4% de la población abierta del estado de Chiapas utiliza los
servicios de salud destinados a ella, en contraste con el 48.8% que los solicita a

89
nivel nacional177, y es posible que en la región de los Altos, por el tipo de
población, la demanda sea aún menor. Con estos datos, queda claro que el
patrón de distribución de los recursos de la medicina alópata es el de una
concentración relativa mayor en los núcleos de población más importantes, en
donde consecuentemente existe una oferta mayor de servicios paramédicos,
tales como laboratorios, rayos X y sobre todo, farmacias.
Como hemos visto, los patrones de distribución de los practicantes médicos
indígenas tampoco son homogéneos. La disputa en el campo de la salud la han
librado principalmente con los grupos religiosos y es en este marco, donde la
presencia de algunos especialistas es mayor en algunas zonas que en otras,
existiendo nuevas tendencias en ellos. Las mujeres practicantes son más
numerosas que antes; los iloles prevalecen más en algunas regiones que en
otras y el hierbero aparece como una "nueva" especialidad. Por otro lado,
tomando en cuenta las estimaciones realizadas para el número total de
curanderos (2 950 en la región), la relación curandero por habitantes es de
1/120; muy superior a la de los recursos de la práctica médica alópata.
Sin embargo, la sola presencia de recursos humanos no es suficiente para
enfrentar los problemas de la población. Las condiciones de morbimortalidad
indican que las dos medicinas poseen una limitada capacidad para responder al
enorme problema de salud regional.
La baja calidad de la atención y la escasez de recursos materiales y humanos de
la práctica médica institucional de la región se refleja en su limitada cobertura y
escasa demanda178 . Esta última tiene mucho que ver con el poco conocimiento,
por parte del médico, de la realidad sociocultural de los enfermos179, que le
impide establecer una adecuada relación con sus pacientes y lo conduce a una
situación de frustración y desaliento que obstaculiza su permanencia en las
comunidades.
Por otro lado, la medicina indígena ha sido objeto de descrédito, debido a los
ataques que ha recibido de grupos religiosos, a su creciente comercialización y a
sus restringidos alcances terapéuticos180.
Como respuesta, las instituciones de salud han promovido la
complementariedad de ambas prácticas. Aprovechando la enorme influencia de
los médicos indígenas sobre la población, se ha pretendido que éstos
proporcionen un primer nivel de atención y sean capaces de conducir hacia el
médico alópata a los pacientes que requieran una atención más sofisticada.

177
Salvatierra Benito, Nazar Austreberta, Perfil Epidemiológico y Grados de Marginación. Estado de Chiapas, Centro de
Investigaciones Ecológicas del Sureste, 1992.
178
Habría que recordar que la UMR con mayor demanda llega a proporcionar en promedio 20 consultas diarias y
prácticamente la mitad de las clínicas tiene promedios menores a diez.
179
Cfr. Testimonios de Médicos Indígenas, OMIECH, op.cit. pág 79.
180
Ibidem.

90
Los programas de interrelación.
Resultados no previstos.

Los proyectos emprendidos por el INI, el IMSS y la SSA181 han intentado


incorporar a los terapeutas tradicionales a la estructura organizativa de los
servicios de salud mediante su reclutamiento en los comités de salud, o
convertirlos en promotores voluntarios capaces de aplicar y recomendar
medidas de atención primaria. Estos programas han tenido un desarrollo muy
irregular y su impacto ha sido muy limitado, por lo menos en relación a los
objetivos inicialmente planteados.
En el caso del INI, quizá el mérito mayor haya sido el despertar en la región el
interés por la medicina indígena. Como precursor de estos programas, involucró
a casi todas las personas que posteriormente realizaron acciones en este
campo; no debemos olvidar que respaldó la constitución de las organizaciones
de médicos indígenas de la región (a las que continúa apoyando) y que
mantiene, prácticamente en todos los Centros Coordinadores del estado, así sea
a baja escala, actividades de herbolaria medicinal similares al de su proyecto
pionero.
En la Secretaría de Salud, el programa de Medicina Tradicional (SSA-UNICEF)
fue interrumpido abruptamente poco tiempo después de iniciado. En él se
habían desempeñado las personas que impulsaron la idea de continuar el
proyecto en forma independiente con la creación de la Organización de Médicos
Indígenas del Estado de Chiapas.
A partir de entonces, la intervención de la SSA en este campo ha sido pobre. Ha
participado sólo en dos proyectos relacionados con la medicina tradicional; uno
fue el iniciado en 1986 en colaboración con investigadores estadounidenses
(PROCOMITH), que ya para 1989 realizaban su trabajo totalmente
desvinculados de la Jurisdicción Sanitaria de los Altos182; el otro, la reanudación
a partir de 1990, del programa de capacitación para parteras empíricas.
En cuanto al programa de interrelación del IMSS, se ha podido constatar que los
médicos indígenas prácticamente no participan en el trabajo de las UMR, en
oposición al discurso del programa. En las comunidades, ya no existen los
huertos medicinales; para los médicos encargados de las clínicas, la información
impresa en el rotafolio es quizá el único vínculo con la medicina tradicional, y,
no obstante el énfasis puesto por el proyecto en las investigaciones, los
resultados de las mismas no han sido reelaborados y presentados a las
comunidades o a los médicos tradicionales. Los propios asesores del programa
IMSS-Solidaridad en la región reconocen que el cambio continuo de médicos en
las clínicas ha determinado que éstos, e incluso los auxiliares bilingües, se
conviertan en el principal obstáculo para la interrelación183.

181
Solís G, González G. op. cit. págs. 77-79
182
Comunicación personal del Dr. Francisco Millán, jefe de la Jurisdicción Sanitaria de los Altos de Chiapas, SSA, febrero
1990.
183
Entrevista con el Dr. Izur Cantú Nájera, asesor médico, región Altos, octubre 1990.

91
Para estimar los logros del programa de interrelación del IMSS, se entrevistó a
33 médicos encargados de las UMR en las regiones Altos y Valles. De sus
respuestas se obtuvieron las siguientes conclusiones:
-La gran mayoría no tiene relación alguna, ni trabaja en forma coordinada con
los médicos indígenas(31 médicos de 33).
-Algunos piensan que la medicina tradicional es importante para la comunidad,
que la población confía en ella y que resuelve sus problemas con sus propios
recursos (14 médicos de 33).
-Otros consideran que los médicos indígenas "no saben curar" y que hacen más
daño que beneficio (12 médicos de 33).
-La gran mayoría está convencida de que es necesario que se les proporcione
capacitación a estos agentes (28 médicos de 33).
-Una minoría piensa que los médicos indígenas tienen "demasiada" influencia
sobre la población y no hay posibilidad de acercárseles. Incluso se mencionó
que algunos curanderos cobran por conceder entrevistas (4 médicos de 33).
Los médicos indígenas casi nunca participan en las actividades de atención
primaria y hasta la fecha, no se han conseguido los objetivos que se planteaban
en el programa184. Adicionalmente, la influencia de las UMR en la zona es cada
vez menor, debido a que una proporción importante de estas clínicas carece de
personal calificado. A finales de 1990, solamente en ocho de las 20 unidades de
los Altos era posible recibir atención médica; el resto tenía vacante la plaza del
médico y sólo contaban con el personal auxiliar.
Quizá el mayor indicio -y por demás negativo- de la influencia de la medicina
alópata sobre la tradicional sea el hecho de que algunos curanderos "prescriben"
medicinas de patente. Aunque sólo la décima parte de los practicantes (cuadro
1.36) utilizan fármacos, se observa que, en conjunto, casi la mitad de los
curanderos (cuadro 1.37) recurre a ellos y que el fenómeno es particularmente
frecuente entre las parteras (cuadro 1.38).
La interrelación con los iloles, y en general con los curanderos del sexo
masculino, es muy esporádica; esto se debe a que dicha relación, aunque
propuesta en términos de respeto e igualdad, sólo sería posible a través de la
subordinación. Algunos de los médicos indígenas socios de la OMIECH han
expresado que resultaría "muy provechoso que trabajaran juntos", pero "aunque
estamos de acuerdo en trabajar, no sabemos cómo". Otros opinan que "se
puede trabajar unos días juntos, pero después empiezan los problemas porque
el doctor defiende su profesión, tiene salario y es difícil que acepte lo que piensa
un curandero"185.
La relación horizontal que se pretende entre ambos practicantes es ilusoria;
incluso, los propios médicos tradicionales no se relacionan entre sí en forma
espontánea a menos que formen parte de la misma familia. Esto está
determinado por el modo en que aprenden a curar y a rezar, y se manifiesta en
la escasa homogeneidad de criterios para el reconocimiento y tratamiento de las
diversas enfermedades. Esta reducida sistematización y laxitud diagnóstico-

184
En esto coincidieron los promotores de salud (SSA), técnicos auxiliares de salud y los médicos de las UMR
entrevistados (25% de las comunidades de la muestra).
185
Testimonios del Cuarto Encuentro de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas, Cfr. OMIECH, Memorias del Cuarto
Encuentro de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, agosto 1990, pág. 81-82.

92
terapéutica se contrapone también al marco conceptual de los médicos, regidos
por criterios más estrictos y homogéneos.
El médico posee un saber científico y, por tanto, el conocimiento del otro se
percibe como un no saber. La mayoría de los padecimientos tratados por los
curanderos le son ajenos y desconocidos y le resulta más cómodo
descalificarlos que intentar comprenderlos; su marco referencial no le permite
reconocer al otro como un conocimiento válido o eficaz. Por otro lado, para el
curandero, establecer contacto con un médico y modificar su quehacer a partir
de este acercamiento implicaría aceptar las limitaciones de su práctica y de su
conocimiento; pueden hacer suyos ciertos recursos terapéuticos, como los
fármacos186, pero no a partir de una relación subordinada con un extraño, pues
esto invalidaría la eficacia simbólica de su práctica.
Cuando se plantea una interrelación entre practicantes a través de programas de
capacitación, un ilol está menos dispuesto a verse como susceptible de ser
"enseñado a curar", ya que esto implicaría reconocer que su saber es un "no
saber", o peor aún, aceptar que no posee dotes sobrenaturales que le permiten
reconocer a través de la "pulsación" cuales son los padecimientos y sus causas.
Su práctica médica y su capacidad de ejercerla aparecen como "dones" o
"cualidades naturales", no como resultado de un aprendizaje desigual generado
a partir de una distribución desigual del saber y por tanto, del poder.
Por otro lado, las curanderas, quienes tienen una doble condición inferior en
tanto mujeres y agentes de una práctica "menor", no presentan resistencia a la
"capacitación", ya que esto les permitirá a mediano plazo adquirir una jerarquía
mayor. El reconocimiento por parte de las instituciones avalará su ejercicio
profesional, sin modificar radicalmente su papel dentro de la comunidad. En
cambio, para el ilol, formar parte de un sistema de salud implica perder su
notoriedad como curandero y por tanto el poder que ejerce a nivel colectivo.

Cuadro 1.36 Distribución de iloles de acuerdo con los años


de práctica y uso de medicinas de patente, Región Altos
de Chiapas, 1989
Uso de Medicina de
Patente
Años de Práctica
Si No
Frecuencia Frecuencia
MENOS DE 5 AÑOS 0.00 5.00
DE 5 A 10 AÑOS 0.00 7.00
DE 11 A 20 AÑOS 1.00 7.00
DE 20 AÑOS Y MAS 3.00 15.00
TOTAL 4.00 34.00

186
Algunos de ellos han externado: "Nosotros aprendemos las pastillas y ellos las plantas".

93
Cuadro 1.37 Distribución de acuerdo con el uso de
medicina de patente y años de práctica de los curanderos,
región Altos de Chiapas, 1989

Curanderos, uso de medicina de patente en relación con años de práctica


Si No
Año
Frecuencia Frecuencia
Menos de 5 años 9.00 14.00
De 5 a 10 años 9.00 13.00
De 11 a 20 años 7.00 16.00
De 20 años y más 10.00 31.00
Total 35.00 74.00
Fuente: cuestionario aplicado a curanderos 1989

El vínculo más importante entre medicina alópata y tradicional se da con las


parteras y se ha establecido a través de los programas de capacitación -que
datan de la década de 1970 en Chiapas-, que específicamente para ellas han
puesto en práctica las instituciones de salud, con el fin de "mejorar su
práctica"187. Esta relación, desde luego, se ha visto matizada por la diversidad
del equipo de salud, compuesto por médicos, enfermeras, trabajadores sociales,
etcétera. Entrevistas con parteras y médicos de diversas comunidades revelaron
que la relación entre los representantes de la medicina alópata y las parteras
indígenas puede asumir formas de coordinación, coexistencia, asimilación,
subordinación, modificación y exclusión.
Los médicos indígenas aceptaron que la "coordinación entre partera y doctor es
buena y se aprovecha la experiencia de los dos" y que "algunas parteras acuden
al médico cuando lo necesitan"; sin embargo, siempre existen "doctores que no
se interesan en relacionarse con las parteras"188.
En general, los médicos opinaron que éstas, a diferencia de otros curanderos,
poseen una práctica eficaz; algunos de ellos manifestaron que existía
coordinación entre sus actividades, aunque otros consideraron que la práctica de
aquéllas era nociva y no habían logrado vincularse. Los siguientes testimonios
dan cuenta de esta relación desde el punto de vista de los médicos:
"Son muy importantes para la comunidad porque hasta la fecha son las que
atienden al 100% de las mujeres embarazadas". "Son gente que cumple una
función de gran carga emocional y afectiva con las mujeres parturientas". (11
médicos de 33)
"Básicamente, los partos se atienden por las madres o abuelas de las
parturientas, y tienen gran importancia ya que son ellas las que resuelven la
mayor parte de los partos". (5 médicos de 33)
"Personas que aceptan el apoyo y orientación de nosotros los médicos en su
actividad dentro de la comunidad". (3 médicos de 33)

187
El 26 de octubre de 1976, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el Reglamento de parteros empíricos
capacitados, que fue creado "para promover la capacitación de los parteros empíricos y convertirlos en auxiliares para la
salud en obstetricia, así como autorizarlos para el ejercicio de sus actividades".
188
Testimonios del Cuarto Encuentro de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas, Cfr. OMIECH, op. cit. pág. 79.

94
"Ellas son de gran utilidad en la comunidad, siempre y cuando trabajen con el
mayor cuidado posible". (5 médicos de 33)
"Sólo esperan el nacimiento del producto: si viene bien qué bueno y si no,
arrégleselas como pueda o vaya al médico". (3 médicos de 33)
"En lo particular, he encontrado numerosas distocias provocadas por parteras".
(2 médicos de 33)
"Que ayudan a su comunidad pero sin superación; en malas condiciones". "Es
poca mi interrelación con estas personas. Rechazan el apoyo del médico". (4
médicos de 33)
Como podemos ver, encontramos tres grupos de opinión:
1. Consideran que son ellas quienes resuelven el cuidado y la atención del parto
de prácticamente todas las mujeres y que lo hacen eficazmente.
2. Algunos han logrado la interrelación con ellas y trabaja en forma coordinada.
3. Desconfían de los beneficios que pueden proporcionar a las mujeres que
atienden y prácticamente no tienen relación con ellas.
El vínculo entre la práctica médica alópata y la de la partera se da generalmente
en condiciones de desigualdad y subordinación; esta situación no es nueva, ya
que reproduce el papel de menor jerarquía que siempre ha asumido la partera
dentro de la estructura médica indígena189. Su condición subordinada le ha
permitido transformarse para subsistir, lo que se ha reflejado en la composición
de las especialidades de las mujeres médicas tradicionales. Así, creemos que
las parteras-iloles tienden a extinguirse190; en donde se les encuentra, se
distribuyen en los grupos de edad de más de 50 años, a diferencia de las que se
han iniciado como promotoras o técnicas auxiliares en salud, por lo general más
jóvenes (cuadro 1.38).
Lo cierto es que estas modificaciones no siempre han resultado en prácticas
benéficas para las pacientes. Se ha observado, en otra región del estado, el
área zoque, con mayores niveles de interrelación, que la influencia de la
medicina alópata en las parteras indígenas con escaso manejo del español, ha
generado cambios imprevistos en sus prácticas y que resultaron ser nocivos
tanto para la parturienta como para el recién nacido. Nos referimos
específicamente al manejo inadecuado de oxitócicos y de las tijeras191.
El uso de medicamentos de patente, elemento introducido por la interrelación,
tiene una distribución diferencial también entre las propias parteras, se observa
con mayor frecuencia entre las mujeres que solamente son parteras, han sido
capacitadas como técnicas en salud y en las que tienen un número mayor de
años de ejercicio profesional (cuadro 2.44)

189
La partera y el huesero poseen el status más bajo dentro de la estructura de la práctica médica tradicional. El
me'santo y el ilol tienen uno superior; el primero cuenta con el apoyo divino, el don de la adivinación y para resolver los
problemas que se le presentan se vale de un oráculo. El segundo es capaz de resolver las enfermedades de origen
sobrenatural y todas aquellas que no cura la "medicina del doctor".
190
Habría que preguntarse si las iloles desaparecen o se refuncionalizan como hierberas, especialidad más acorde con la
visión del mundo de la medicina alópata
191
Freyermuth,G., "Atención del Parto, Modificaciones en las Prácticas Tradicionales y su Impacto en la Salud", en: J.
Aranda, (comp.), Mujeres en el Campo, Oaxaca, México, Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca,1988.

95
Cuadro 1.38 Distribución del uso de medicamentos de
patente de acuerdo a la especialidad de la partera, región
Altos de Chiapas, 1989

Si No
Especialidades
Frecuencia Frecuencia
Ilol, partera, hierbera 2 9
Hues, partera, hierbera 1 3
Partera 8 16
Partera, hierbera 3 8
Partera, hierbera, otro* 7 2
Total 21 38
*técnica auxiliar o promotora
Fuente: cuestionario aplicado a curanderos 1989

La relación con las parteras ha tenido otras repercusiones en el ambiente


comunitario. El hecho de que el adiestramiento se realice fuera de la comunidad,
determina un sesgo en la composición de las participantes. Las mujeres que
acuden a estos cursos no necesariamente son las parteras más reconocidas,
sino aquellas que en general tienen una relación más estrecha con la cultura
dominante. De esta manera, las instituciones de salud no se vinculan
necesariamente con las representantes más genuinas de la práctica médica
indígena de cada comunidad sino, en muchos casos, con aquellas que
reconocen las ventajas de involucrarse con los programas oficiales de salud.
El reconocimiento institucional se convierte en una especie de "protección", a tal
grado que algunas "no acreditadas" temen ser perseguidas y abandonan su
práctica o la ejercen clandestinamente, haciendo más difícil su vinculación con
los representantes de la medicina alópata.

El "camino" del enfermo, otro


aspecto de la interrelación

Ambas prácticas parten de concepciones distintas de la enfermedad, sobre todo


en lo referente a su causalidad, lo que tiene implicaciones importantes en
relación con el sujeto a quien se le demanda consulta.
Los indígenas de la región reconocen, en términos generales, causas naturales
y sobrenaturales de la enfermedad. Los padecimientos producidos por las
primeras responden rápidamente a los remedios caseros o a la medicina "de
farmacia". Cuando el paciente no mejora con el autocuidado y la disfunción
persiste o se agrava, deben decidir a quién recurrir.
"Hay enfermedades que se curan con el doctor y hay enfermedades que sólo las
cura el ilol. Hace poco, mi niño de 11 meses se enfermó. Empezó a estar malo
con vómito y diarrea; lo llevé al centro de salud y me dijeron que estaba malo de
su garganta y le dieron un supositorio y un jarabe. A los cuatro días, en lugar de
estar mejor estaba más malo; ya no quería comer. Entonces fui a una ilol que es

96
la que atiende a la familia. Ella lo pulsó y dijo: este niño está espantado.
¿Cuándo se espantó?, me pregunté. ¡Ah, sí!, ya recuerdo, cuando cruzamos el
río me caí con el niño y se mojó hasta la cintura; o a la mejor cuando lo dejamos
sentado en el campo solito, también ahí quizá se espantó. Fuimos en la noche a
esos lugares y la ilol empezó llamar al chulel del niño; se le llama y se le dice
que tiene que regresar a casa. Después el niño sanó. En este caso la
enfermedad del niño la debía curar el ilol y no el doctor".192
Cuál será el "camino" que deba seguir un enfermo dependerá de muchos
factores; uno de ellos es el acceso a un determinado tipo de atención. En el
testimonio anterior, el padre del enfermo vive en Zinacantán y tiene acceso a
practicantes de ambas medicinas; cuenta con la posibilidad de decidir, lo que no
sucede en la mayoría de los casos.
El de una curandera que colabora con el médico de una UMR en la zona Valles
también es ilustrativo. La mujer dijo que trabaja en estrecha relación con el
médico y que le solicitan sus cuidados sólo cuando el galeno no ha sido capaz
de resolver los problemas del enfermo193.
En la OSIACH, la mayoría de los promotores que integran este equipo de salud
desconfía de la práctica médica tradicional por considerarla poco eficaz y
costosa, dando valor sólo al uso de la herbolaria y negándoselo a los ritos y los
rezos. Recientemente, uno de estos promotores enfermó seriamente de una
pierna; al parecer se trataba de una infección que no había cedido al uso de
antibióticos. Al ver el pobre resultado de la medicina alópata en su caso, empezó
a considerar que su problema era producto de un "mal echado" y, por tanto, no
sería posible tratarlo por medio de fármacos. Inicialmente desistió de tratarse
con un médico indígena por el alto costo de la consulta y del tratamiento que
requeriría, pero, finalmente, aceptó atenderse con herbolaria medicinal, sin rezos
y sin ritos, lo que le resultó más económico.
Se mencionan estos testimonios con el fin de mostrar que es posible que la
interrelación no se establezca del modo en que las instituciones de salud la
planean, sino a la inversa. En los primeros años de contacto con la práctica
médica alópata, ésta se convirtió en la segunda opción de atención. Sin
embargo, trabajos recientes han demostrado una tendencia contraria en algunas
regiones; un estudio realizado en Simojovel demostró que la consulta al
curandero se da como una tercera opción para la resolución de los problemas de
salud194.
Los enfermos siguen su propio camino en busca de la curación, guiados por la
forma en que se explican la enfermedad, así, los curanderos pueden representar
un nivel de atención más especializado cuando el médico alópata ha sido
incapaz de ayudar al enfermo.
En resumen, los principales obstáculos para la interrelación entre ambos
practicantes son: marcos conceptuales distintos, formas diferentes de
aprehender su saber, el etnocentrismo de los médicos y el desconocimiento de
éstos de la cultura de la población a la cual atienden.

192
Entrevista ASP, técnico de OMIECH, San Cristóbal de Las Casas, agosto 1990.
193
Testimonio recogido en el II Congreso Nacional sobre Medicina Tradicional y Herbolaria, organizado por IMSS-
Solidaridad y la Secretaríaa de Salud, San Cristóbal de Las Casas 1988.
194
Confrontar Page Pliego Jaime, op. Cit, 1990.

97
¿Será difícil que sin la interrelación directa entre practicantes se complementen
ambas medicinas?
Una interrelación distinta se empieza a dar a partir del nacimiento de las
organizaciones de médicos indígenas, pero tomando rumbos no previstos en las
estrategias de las instituciones de salud.

Las organizaciones de médicos indígenas.


Una nueva forma de interrelación

Los programas generados a partir de la política de Salud para todos en el año


2000, llevados a la práctica por instituciones gubernamentales, dieron cabida, en
la región de los Altos, a personas vinculadas con agrupaciones de izquierda,
quienes habían emigrado a Chiapas con el fin de realizar trabajo organizativo. La
virtual cancelación de los proyectos de medicina tradicional en las instituciones
oficiales se les presentó como una oportunidad de impulsar sus objetivos
políticos mediante el apoyo a los grupos indígenas para que continuaran y
refuncionalizaran dichos programas de salud.
La agrupación independiente que se formó en este contexto fue la Organización
de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas (OMIECH).
Los objetivos de la OMIECH tienen una gran similitud con los de los organismos
gubernamentales, en los cuales colaboró prácticamente todo su personal técnico
y médico. Sin embargo, existe una diferencia fundamental: los programas de la
OMIECH no incluyen, formalmente, acciones de atención primaria. La
resistencia de la organización a incluirlos llegó, incluso, a producir -por un corto
tiempo-, un distanciamiento con la dirección del INI a nivel central195.
Si se considera la antigüedad de la organización, resulta curioso que las
comunidades fundadoras no hayan agotado actividades tales como los talleres
de herbolaria y de preparados medicinales, creación de huertos, etcétera. El
número de socios y de comunidades asociadas aumentó en el papel para 1990,
pero en la realidad el personal y los colaboradores han decrecido, lo que
determina una presencia en las comunidades cada vez menor. ¿A qué se debe,
entonces, el "éxito" de esta organización, que ha sido capaz de sobrevivir por
cinco años e incrementar en 20 veces el número de sus socios?
Es posible que se deba fundamentalmente a que las políticas de interrelación
dieron la oportunidad de reactualizar el campo de la medicina tradicional, no sólo
desde la perspectiva de los planificadores de salud, sino también desde la de los
propios médicos tradicionales. Organizaciones como la OMIECH han brindado la
oportunidad de legitimar la práctica curativa indígena196 ante la acometida, por

195
Comunicación personal del Dr. Rafael Alarcón, asesor de la OMIECH y médico adscrito al INI, San Cristóbal de Las
Casas Chiapas, febrero 1990.
196
Un ejemplo de esto es la importancia que le dan los socios a la adquisición de credenciales que los acredite como
miembros de la organización.

98
parte de algunos agentes de la iglesia católica y de los grupos protestantes,
contra los terapeutas indígenas, a quienes sataniza y descalifica197.
La OMIECH se erige como representante de los médicos indígenas de todo el
estado, y refuncionaliza y socializa un saber que es generado y apropiado
colectivamente. Genera y difunde la cosmovisión indígena de la enfermedad,
utilizando todos los vehículos de legitimación que acompañan a la
institucionalización: credenciales, membresía, diplomas y certificación para sus
integrantes. También sistematiza y divulga su saber para legitimarse frente a sus
interlocutores, y ha procurado su fortalecimiento a través de la búsqueda del
reconocimiento legal para los médicos tradicionales198 y del plan para establecer
una Escuela de la Medicina Indígena.
Por otro lado, la coexistencia dentro de la organización de sujetos con diversos
marcos conceptuales (médicos, técnicos199 y médicos indígenas) va generando
cambios en las prácticas médicas tradicionales. Así, aunque no participe
formalmente en los programas de atención primaria de salud, la organización es
promotora de cambios en el interior de las comunidades y en los propios
médicos tradicionales.
Aunque esta organización tiene una influencia restringida (aproximadamente
tiene como socios, a 10% de los médicos indígenas de la región) cobra
importancia cuando en la práctica, es su representante ante las instancias
gubernamentales del estado, las instituciones de salud y el INI.
Estar constituidos como una organización, y haber incorporado asesores
médicos en el equipo les ha posibilitado establecer una relación horizontal con el
personal de las instituciones de salud y realizar propuestas acordes con sus
intereses. Recientemente (a través de sus médicos asesores), la OMIECH ha
iniciado la canalización de pacientes a la Clínica Hospital de Campo del IMSS en
San Cristóbal de Las Casas. Esto pondrá a prueba a las instituciones de salud,
ya que de la calidad de la atención que se les proporcione dependerá que los
indígenas adquieran confianza en estas "nuevas" formas de tratamiento médico.
Por el momento, el IMSS no ha salido bien librado de la prueba. En un lapso de
tres meses, se canalizaron a tres mujeres para atención de parto y dos de ellas
fallecieron por "no contar con recursos adecuados para su atención"200.
Ante esto, la OMIECH presentó una propuesta al IMSS para el establecimiento
de un convenio201 de apoyo a la organización, en el que se enfatizan tres
aspectos:
-La obtención oportuna y adecuada de los recursos materiales para la prestación
de servicios.
-La congruencia cultural de éstos y la buena coordinación entre los diferentes
niveles de atención, ya sean del estado o extraestatales.

197
Al respecto, véase Page, Jaime, Religión y Política en el Consumo de Prácticas Médicas en una comunidad Tzotzil de
Simojovel de Allende, Chiapas, Centro de Estudios Indígenas, Universidad Autónoma de Chiapas, capítulo III, 1990.
198
Alarcón Lavín Rafael, Reflexiones sobre la legislación de la Medicina India (I), Sección de Bienestar Social. Centro
Coordinador Indigenista Tzeltal Tzotzil, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, mayo 1989, pág. 1.
199
Los técnicos son promotores de salud bilingües cfr. pág 56, 1992.
200
Carta enviada por la OMIECH al C. Lic. Carlos Salinas de Gortari, Presidente Constitucional de los Estado Unidos
Mexicanos, en enero de 1991.
201
OMIECH, Propuestas para realizar un convenio de apoyo a la organización de Médicos Indígenas y el Programa de
IMSS-Solidaridad, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, s/f.

99
-La solicitud de recursos financieros para el apoyo de sus programas,
principalmente el relacionado con las parteras.
Las peticiones buscan que en la planta de médicos tratantes no se incluya a los
residentes en entrenamiento, sino sólo a especialistas recibidos; que se
disponga de vehículos para el traslado oportuno de los pacientes; que la
mayoría del personal de la clínica hospital sea indígena y que hable y se dirija a
los enfermos en su lengua; y, finalmente, se hacen una serie de demandas
relacionadas con el apoyo a los parientes o acompañantes de los enfermos.
Una dirección diferente ha tenido la organización de Médicos Tzeltales que
persigue objetivos más modestos que la OMIECH.
Las actividades de sus agremiados son fundamentalmente asistenciales a través
de la atención "médica" y han establecido también vínculos importantes con el
INI.
El hecho de que ninguno de los integrantes devengue un sueldo por sus
actividades marca una gran diferencia con respecto a la OMIECH, ya que el
trabajo es absolutamente voluntario. Los fondos de apoyo que han logrado
obtener (principalmente del INI) han sido utilizados para crear una infraestructura
rústica que les permite proporcionar atención y por la cual no obtienen ningún
pago.
El hecho de no contar con asesores ni personal de tiempo completo los ha
limitado en sus posibilidades de solicitud de cambios en su relación con las
instituciones de salud y, de hecho, ni siquiera lo han planteado en sus objetivos;
pero los terapeutas más jóvenes están dispuestos, en la medida de sus
posibilidades, a integrar en su práctica algunas actividades de atención primaria
de salud.
Es deseable que a través de estos grupos emergentes se establezcan nuevas
formas de interrelación que beneficien a los indígenas de la región. Pero, ¿hasta
qué punto es posible mejorar su salud mientras no cubran sus necesidades
esenciales de vida? La falta de agua, habitación y alimentación adecuadas han
hecho que las medidas sanitarias y asistenciales que proporcionan los médicos
o técnicos de las instituciones sean de escaso impacto en el mejoramiento de
las condiciones de salud.
No es aceptable que las políticas de salud encaminadas a la interrelación
pretendan incluir a los terapeutas indígenas en programas que les son ajenos,
como igualmente difícil sería pretender que los médicos aprendieran y utilizaran
como elementos curativos la herbolaria, los ritos y los rezos. Los médicos
indígenas, a través de sus organizaciones, deben seguir sus procesos en forma
autónoma, promoviendo el intercambio de experiencias, así como el análisis
crítico de su práctica para reconocer los límites de ésta y desarrollar y
sistematizar sus conocimientos. Este análisis les permitirá convertirse también
en demandantes de una mejor atención médica, sea alópata o indígena, con lo
que todos saldrán beneficiados.

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106
2 Anexo Cuadros
Cuadro 2.1 Población Total 1970-1988, superficie km2 y densidad de población, Región Altos de Chiapas

NUMERO DE NUMERO DE NUMERO DE


SUPERFICIE DENSIDAD DENSIDAD DENSIDAD
MUNICIPIO HABITANTES HABITANTES HABITANTES
KM2 HABS/KM2 HABS/KM2 HABS/KM2
1970 1980 1988
Amatenango del Valle 236.0 3,656 15.49 4,425 18.75 5,156 21.85
Altamirano 1,120.3 8,354 7.46 12,099 10.80 16,267 14.52
Chalchihuitán 74.5 2,996 40.21 5,564 74.68 9,132 122.58
Chamela 82.0 29,357 358.01 31,364 382.49 33,059 403.16
Chanal 295.6 3,951 13.37 5,019 16.98 6,076 20.55
Chenalhó 139.1 13,522 97.21 18,400 132.28 23,545 169.27
Huixtán 181.3 10,323 56.94 13,340 73.58 16,381 90.35
Larráinzar 188.8 8,101 42.91 10,591 56.10 13,127 69.53
Mitontic 82.0 3,339 40.72 4,903 59.79 6,719 81.94
Oxchuc 72.0 17,993 249.90 24,879 345.54 32,233 447.68
Pantelhó 136.6 7,287 53.35 9,305 68.12 11,310 82.80
San Cristóbal de Las Casas 484.4 32,833 67.78 60,550 125.00 91,594 189.09
Tenejapa 99.4 12,930 130.08 20,642 207.67 30,013 301.94
Teopisca 173.9 7,723 44.41 10,627 61.11 13,714 78.86
Villa de las Rosas 233.5 9,801 41.97 15,925 68.20 23,475 100.54
Zinacantán 171.4 11,428 66.67 13,006 75.88 14,422 84.14
TOTAL 3,770.8 183,594 48.69 260,639 69.12 346,223 91.82
FUENTE: CENSOS 1970-1980
Dirección de Planeación y Coordinación Regional
Comisión de Programación 1986

Cuadro 2.2 Primeras diez causas de mortalidad general en los Estados Unidos Mexicanos 1985
TASA POR
CAUSA CLAVE C.C.E. TOTAL
100,000 HAB
Infección intestinal mal definida 016 27233 34.94
Neumonía 321 25135 32.25
Diabetes mellitus 181 20880 26.79
Cirrosis y otras enfermedades crónicas del hígado 347 17250 22.13
Infarto agudo del miocardio 270 15917 20.42
Homicidio y lesiones inflingidas intencionalmente por otra persona E55 14905 19.12
Accidentes de tráfico de vehículos de motor E471 12342 15.84
Hipoxia asfixia y otras afecciones respiratorias del feto o del recién nacido 454 11366 14.58
Bronquitis crónica y la no especificada, enfisema y asma 323 10887 13.97
Nefritis síndrome nefrótico y nefrosis 350 7819 10.03
Fuente: Secretaría de Salud, Información estadística del programa de salud en zonas fronterizas.

107
Cuadro 2.3 Primeras diez causas de mortalidad general en Chiapas 1985
TASA POR
CAUSA CLAVE C.C.E. TOTAL 100,000
HAB
Infección intestinal mal definida 016 2056 85.92
Neumonía 321 591 24.70
Homicidio y lesiones inflingidas intencionalmente por otra persona E55 563 23.53
Tuberculosis pulmonar 020 447 18.68
Accidentes de tráfico de vehículos de motor E471 388 16.22
Cirrosis y otras enfermedades crónicas del hígado 347 341 14.25
Bronquitis crónica y la no especificada enfisema y asma 323 309 12.91
Diabetes mellitus 181 306 12.79
Infarto agudo del miocardio 270 301 12.58
Hipoxia, asfixia y otras afecciones respiratorias del feto o del recién nacido 454 288 12.04
Fuente: Secretaría de Salud, Información estadística del programa de salud en zonas fronterizas.

Cuadro 2.4 Primeras diez causas de mortalidad


general en la Jurisdicción Sanitaria II, región Altos
de Chiapas, 1989

Causa Tasa
1. Gastroenteritis probablemente infecciosa 98.1
2. Bronconeumonía 32.2
3. Insuficiencia respiratoria aguda 29.4
4. Accidentes 20.5
5. Tuberculosis pulmonar 13.9
6. Insuficiencia cardíaca 13.5
7. Cirrosis hepática 10.8
8. Infarto al miocardio 9.7
9. Diabetes 9.3
10. Desnutrición 9.3

Cuadro 2.5 Diez principales causas de mortalidad general,


Chanal 1985
Num. De
Causas Tasa
defunciones
1. Diarreas 16 266
2. Neumonías 5 83.1
3. Anemia 4 66.5
4. Trastornos del SNC 2 33.2
5. Sarampión 1 16.3
6. Enfermedades cardio pulmonares 1 16.3
7. Ulcera gástrica 1 16.3
8. Infecciones respiratorias agudas 1 16.3
9. Causas mal definidas 1 16.3
10. Diabetes Mellitus 1 16.3
TODAS LAS CAUSAS 35 5.8

108
Cuadro 2.6 Diez principales causas de mortalidad general,
Chenalhó, 1985
No. De
Causas Tasa
defunciones
1. Diarreas 36 186
2. Enfermedades respiratorias Agudas 23 118.8
3. Cirrosis hepática 12 62
4. Complicaciones embarazo, parto y puerperio 11 56.8
5. Causas mal definidas 10 51.6
6. Accidentes y violencias 9 46.6
7. Sarampión 1 5.1
8. Tosferina 1 5.1
9. T.B.P. 1 5.1
10. Senilidad 1 5.1
TODAS LAS CAUSAS 105 5.4

Cuadro 2.7 Diez principales causas de mortalidad general,


Mitontic, 1986
No. De
Causas Tasa
def.
1. Diarreas 15 271.9
2. Neumonías 12 217.5
3. Causas mal definidas 10 181.3
4. Salmonelosis 1 18.1
5. T.B.P. 1 18.1
6. Sub oclusión intestinal 1 18.1
7. Complicaciones embarazo parto y puerperio 1 18.1
8. Infarto 1 18.1
9. Disentería amibiana 1 18.1
10. Senilidad 1 18.1
TODAS LAS CAUSAS 44 7.9

Cuadro 2.8 Diez principales causas de mortalidad general,


Pantelhó, 1985
No. De
Causas Tasa
def.
1. Diarreas 9 92.3
2. Anemia aguda 8 82
3. Embolia pulmonar 4 41
4. Accidentes y violencia 3 30.7
5. Neumonía 2 20.5
6. Hipertermia 2 20.5
7. Ascitis 1 10.2
8. Insuficiencia respiratoria crónica 1 10.2
9. T.B.P. 1 10.2
10. Complicaciones embarazo, parto y puerperio 1 10.2
TODAS LAS CAUSAS 34 3.4

109
Cuadro 2. 9 Diez principales causas de mortalidad general,
Tenejapa Chiapas
Causas No. De def. Tasa

1. Diarreas 28 116.2
2. Enfermedades respiratorias agudas 25 103.7
3. Causas mal definidas 15 62.2
4. Cirrosis hepática 13 53.9
5. Accidentes y violencia 8 43.2
6. Senectud 5 20.7
7. Complicaciones embarazo, parto y puerperio 5 20.7
8. Paludismo 3 12.4
9. Peritonitis 2 8.3
10. Diabetes mellitus 1 4.1
TODAS LAS CAUSAS 105 4.3
Fuente Oficina del registro Civil formas RCIM y 823
Tasa específica por 100 000 habs.
Tasa General por 1000 habs.

Cuadro 2.10 Diez principales causas de mortalidad


general, Teopisca, 1983
Causas No. De def. Tasa

1. Causas mal definidas 34 283


2. Enf. cardio-pulmonares 8 66.6
3. Accidentes y violencia 4 33.3
4. Enfermedades reno-vasculares 2 16.6
5. Ulcera gástrica 2 16.6
6. Diabetes mellitus 1 8.3
7. Meningitis 1 8.3
8. Leucemia linfocítica 1 8.3
9. Intoxicación alcohólica 1 8.3
10. Hipertensión 1 8.3
TODAS LAS CAUSAS 55 4.5
Fuente Oficina del registro Civil formas RCIM y 823
Tasa específica por 100 000 habs.
Tasa General por 1000 habs

110
Causa 2.11 Diez principales causas de mortalidad general,
Villa de las Rosas 1985
Causas No. De def. Tasa

1. Diarreas 33 203.5
2. Desnutrición 27 166.5
3. Enfermedades respiratorias agudas 15 92.5
4. Enfermedades cardio-pulmonares 13 80.1
5. Neoplasias 5 30.8
6. Accidentes y violencia 5 30.8
7. T.B.P. 4 24.6
8. Hipertensión arterial 4 24.6
9. Diabetes mellitus 3 18.5
10. Cirrosis hepática 2 12.3
TODAS LAS CAUSAS 119 7.3
Fuente Oficina del registro Civil formas RCIM y 823
Tasa específica por 100 000 habs. Tasa General por 1000 habs.

Cuadro 2.12 Recursos y cobertura de la población directamente


beneficiada por los servicios de salud del IMSS y la SSA, región Altos,
1988*
RECURSOS Y COBERTURA INSTITUCIONAL
MUNICIPIO
MEDICOS TAP POBLACION**
ALTAMIRANO 1 7 6918
AMATENANGO DEL VALLE 2 4546
CHAMULA 7 7 12870
CHANAL 2 8 5290
CHENALHO 6 7 12272
HUIXTAN 4 2 4501
LARRAINZAR 3 1519
OXCHUC 1 29 14667
MITONTIC 3 8 6529
PANTELHO 3 7 7061
CHALCHIHUITAN 1 7 3053
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS 2 5 3276
TENEJAPA 7 4 14667
TEOPISCA 6243
ZINACANTAN 3 8 14252
TOTALES 45 99 117664
Fuente: Información Básica Municipal. Jurisdicción Sanitaria II, SS.
*No incluye a los auxiliares médicos de las UMR, pero sí a los médicos.
** No incluye a la que se encuentra en el área de influencia

111
Cuadro 2.13 Servicios Médicos de acuerdo a los municipios, región Altos, 1988
MUNICIPIO C.S.R. U.M.R. A.C.I. C.S. A.P.S. I.N.I. NUT. PF
ALTAMIRANO 2 2 11 11 2 6
AMATENANGO DEL VALLE 2 6 1 3 3
CHALCHIHUITAN 1 3 8 1 7 7
CHAMULA 8 22 8 4 7
CHANAL 1 2 10 8 8 8 8
CHENALHO 1 6 11 13 11 1 5
HUIXTAN 4 10 1
LARRAINZAR 1 2 5 1
MITONTIC 1 3 4 11 9
OXCHUC 3 2 2 30 1 4 28
PANTELHÓ 2 6 9 8 9
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS 1 3 9 9 6 7
TENEJAPA 4 12 7 9 7
TEOPISCA 1 2 3 3
VILLA LAS ROSAS 6 3
ZINACANTAN 3 6 8 4 8

Cuadro 2.14 Distribución de curanderos indígenas de


acuerdo con el lugar de residencia, región Altos de
Chiapas, 1989
CURANDEROS
MUNICIPIO
FRECUENCIA PORCENTAJE
ALTAMIRANO 12 8.16
CHAMULA 27 18.37
CHANAL 7 4.76
CHENALHO 59 40.14
HUIXTAN 2 1.36
LARRAINZAR 5 3.4
OXCHUC 13 8.84
PANTELHO 10 6.8
VILLA LAS ROSAS 1 0.68
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS 3 2.04
TENEJAPA 7 4.76
ZINACANTAN 1 0.68
TOTAL 147 100.00

Cuadro 2.15 Distribución de curanderos indígenas de


acuerdo con su condición de socio de la OMIECH, región
Altos de Chiapas, 1989
CURANDEROS
SOCIO
FRECUENCIA PORCENTAJE
SI 79 56.43
NO 61 43.57
TOTAL 140 100.00
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

112
Cuadro 2.16 Distribución de curanderos indígenas de
acuerdo con el sexo, región Altos de Chiapas, 1989
CURANDEROS
SEXO
FRECUENCIA PORCENTAJE
FEMENINO 94 63.95
MASCULINO 53 36.05
TOTAL 147 100.00

Cuadro 2.17 Distribución de curanderos indígenas de


acuerdo con la edad, región Altos de Chiapas, 1989
CURANDEROS
EDAD
FRECUENCIA PORCENTAJE
MENOS DE 20 AÑOS 6 4.05
DE 20 A 39 AÑOS 43 29.05
DE 40 A 59 AÑOS 49 33.11
DE 60 AÑOS Y MAS 50 33.78
TOTAL 148 100.00
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

Cuadro 2.18 Distribución de curanderos indígenas de


acuerdo con la alfabetización, región Altos de Chiapas,
1989

CURANDEROS
SABE LEER
FRECUENCIA PORCENTAJE
SI 28 21.21
NO 104 78.79
TOTAL 132 100.00
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

Cuadro 2.19 Distribución de curanderos indígenas de


acuerdo con la presencia de algún familiar curandero,
región Altos de Chiapas, 1989
CURANDEROS
FAMILIARES CURANDEROS
FRECUENCIA PORCENTAJE
NADIE 43 32.82
MADRE, PADRE, AMBOS 54 41.22
ABUELOS 4 3.05
ESPOSA 11 8.39
HERMANO 1 0.76
SUEGRA 5 3.82
HIJO 8 6.11
OTROS FAMILIARES 5 3.82
TOTAL 131 100.00

113
Cuadro 2.20 Distribución de curanderos indígenas de
acuerdo con quién transmite su conocimiento, región
Altos de Chiapas, 1989
CURANDEROS
ESTAN ENSEÑANDO
FRECUENCIA PORCENTAJE
NADIE 76 58.46
HIJOS 34 26.15
FAMILIA 9 6.92
COMUNIDAD 10 7.69
OTRO 1 0.77
TOTAL 130 100.00
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

Cuadro 2.21 Distribución de iloles de acuerdo con la edad y especialidad, región


Altos de Chiapas, 1989
EDAD
MENOS DE DE 20 A 39 DE 40 A 59 DE 60 AÑOS
ESPECIALIDADES 20 AÑOS AÑOS AÑOS Y MAS
ILOL ILOL ILOL ILOL
FRECUENCIA FRECUENCIA FRECUENCIA FRECUENCIA
ILOL 3 4 8
ILOL, HUESERO 2 2
ILOL, HUES, PARTERA 2
ILOL, HUESERO, REZADOR 2 1
ILOR, HUESERO, HIEBERO 2
ILOL, PARTERA 2 3 8
ILOR, PART, HIERBERO 1 2
ILOL, REZADOR, HIERBERO 1
ILOL, HIERBERO 3 3
TOTAL 0 10 18 21

Cuadro 2.22 Distribución de iloles de acuerdo con la forma


en que adquirieron la capacidad de curar, región Altos de
Chiapas, 1989

COMO APRENDIO ILOL


FRECUENCIA PORCENTAJE
SUEÑO 27 62.79
LE ENSEÑARON 2 4.65
CON SU INTELIGENCIA 8 18.6
LO HEREDO, SUS PADRES 6 13.95
TOTAL 43 100.00
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

114
Cuadro 2.23 Distribución de iloles en relación con la
existencia de otro curandero en la familia, región Altos de
Chiapas, 1989
ILOL
OTRO FAMILIAR CURANDERO
FRECUENCIA PORCENTAJE
NADIE 14 31.11
MADRE, PADRE, AMBOS 17 37.77
ESPOSA O SUEGRA 6 13.33
HIJO 4 8.89
OTROS FAMILIARES 4 8.89
TOTALES 45 100.00

Cuadro 2.24 Distribución de iloles de acuerdo con la


cobertura de sus servicios, región Altos de Chiapas, 1989

ILOL
PRESTA ATENCION
FRECUENCIA PORCENTAJE
A SU FAMILIA 2 4.08
A SU PARAJE 5 10.2
OTROS PARAJES 42 85.71
TOTAL 49 100.00
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

Cuadro 2.25 Distribución de iloles de acuerdo con el lugar


de residencia, región Altos de Chiapas, 1989

ILOL
MUNICIPIO
FRECUENCIA PORCENTAJE
ALTAMIRANO 1 2.04
CHAMULA 11 22.45
CHANAL 4 8.16
CHENALHO 30 61.22
OXCHUC 2 4.08
ZINACANTAN 1 2.04
TOTAL 49 100.00

115
Cuadro 2.26 Distribución de iloles de acuerdo con su
actividad más importantes, región Altos de Chiapas, 1989

ILOL
ACTIVIDAD
FRECUENCIA PORCENTAJE
NO ESPECIFICO 3 6.98
EN LA CASA 8 18.6
CAMPESINO 30 69.77
ARTESANIA 2 4.65
TOTAL 43 100.00
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

Cuadro 2.27 Distribución de iloles de acuerdo con saber


leer o no, región Altos de Chiapas, 1989

ILOL
LEER
FRECUENCIA PORCENTAJE
SI 5 10.87
NO 41 89.13
TOTAL 46 100.00

Cuadro 2.28 Distribución de iloles de acuerdo con su


estado civil, región Altos de Chiapas, 1989;

ILOL
ESTADO CIVIL
FRECUENCIA PORCENTAJE
SOLTERO 1 2.04
CASADO 41 83.67
SEPARADO 1 2.04
VIUDO 6 12.24
TOTAL 49 100.00

Cuadro 2.29 Distribución de iloles de acuerdo con utilizar


medicina de patente, región Altos de Chiapas, 1989

ILOL
MEDICINA DE PATENTE
FRECUENCIA PORCENTAJE
SI 4 11.00
NO 34 89.00
TOTAL 38 100.00
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

116
Cuadro 2.30 Distribución de iloles de acuerdo
con el sexo, región Altos de Chiapas, 1989

ILOL
SEXO
FRECUENCIA
FEMENINO 22
MASCULINO 27
TOTAL 49

Cuadro 2.31 Distribución de hueseros de acuerdo con su


cobertura, región Altos de Chiapas, 1989
HUESERO
COBERTURA
FRECUENCIA PORCENTAJE
A SU FAMILIA 1 4
A SU PARAJE 4 16
OTROS PARAJES 20 80
TOTAL 25 100
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.
Los entrevistados eran de Chamula, Chenalhó, Oxchuc, Altamirano, Zinacantán y
Villa de las Rosas.

Cuadro 2.32 Distribución de hueseros de acuerdo con el


municipio de residencia, región Altos de Chiapas, 1989
HUESERO
MUNICIPIO RESIDENCIA
FRECUENCIA PORCENTAJE
ALTAMIRANO 2 8
CHAMULA 10 42
CHENALHO 10 42
OXCHUC 1 4
ZINACANTAN 1 4
TOTAL 25 100
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

Cuadro 2.33 Distribución de hueseros de acuerdo con la


forma en que adquirieron su saber, Región Altos de
Chiapas, 1989
HUESERO
COMO APRENDIERON
FRECUENCIA PORCENTAJE
SUEÑO 9 39.13
CON SU INTELIGENCIA 10 43.48
LO HEREDO, SUS PADRES 4 17.39
TOTAL 23 100
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

117
Cuadro 2.34 Distribución de hueseros de acuerdo con la
presencia de otro curandero en la familia, región Altos de
Chiapas, 1989
HUESERO
OTRO FAMILIAR CURANDERO
FRECUENCIA PORCENTAJE
NADIE 10 43.48
MADRE, PADRE AMBOS 10 43.48
HIJO 2 8.7
OTROS FAMILIARES 1 4.35
TOTAL 23 100
Fuente: Cuestionario aplicado a curanderos, 1989.

Cuadro 2.35 Distribución de hueseros de acuerdo con el


sexo, región Altos de Chiapas, 1989

HUESERO
SEXO
FRECUENCIA PORCENTAJE
FEMENINO 9 36
MASCULINO 16 64
TOTAL 25 100

Cuadro 2.36 Distribución de hueseros de acuerdo con el


saber leer, región Altos de Chiapas, 1989

HUESERO
LEER
FRECUENCIA PORCENTAJE
SI 5 23.81
NO 16 76.19
TOTAL 21 100
Fuente: cuestionario aplicado a curanderos 1989

Cuadro 2.37 Distribución de hueseros de acuerdo con la


edad, Región Altos de Chiapas, 1989

HUESERO
EDAD
FRECUENCIA PORCENTAJE
MENOS DE 20 AÑOS 1 4
DE 20 A 39 AÑOS 8 32
DE 40 A 59 AÑOS 10 40
DE 60 AÑOS Y MAS 6 24
TOTAL 25 100
Fuente: cuestionario aplicado a curanderos 1989

118
Cuadro 2.38 Distribución de hueseros de acuerdo con el
uso de medicina de patente y especialidad, región Altos
de Chiapas, 1989;
USO DE MEDICINA DE PATENTE
NO
SI HUESERO
ESPECIALIDAD HUESERO
FRECUENCIA
FRECUENCIA
ILOL, HUESERO 2
ILOL, HUESERO, PARTERA 1
ILOL, HUESERO, REZADOR 1
ILOR, HUESERO, HIEBERO 2
HUESERO 2 2
HUESERA, PARTERA 3
HUESERA, PARTERA, HIERBERA 1
TOTAL 3 11

Cuadro 2.39 Distribución de hueseros de acuerdo con el


uso de medicina de patente y años de práctica, región
Altos de Chiapas, 1989
USO DE MEDICINA DE PATENTE
NO
SI HUESERO
NUMERO DE AÑOS DE PRACTICA HUESERO
FRECUENCIA
FRECUENCIA
MENOS DE 5 AÑOS 1 1
DE 5 A 10 AÑOS 1
DE 11 A 20 AÑOS 6
DE 20 AÑOS Y MAS 1 4
TOTAL 3 11

Cuadro 2.40 Distribución de mujeres parteras y otras


especialidades Región Altos de Chiapas, 1989

PARTERAS

CATEGORIA FRECUENCIA PORCENTAJE


ILOL, HUES, PARTERA 2 2.3
ILOL, PARTERA 13 14.94
ILOL, PARTERA, HIERBERA 3 3.45
HUESERA, PARTERA 4 4.6
HUESERA, PARTERA, HIERBERA 1 1.15
PARTERA 42 48.28
PARTERA, HIERBERA 12 13.79
PARTERA, HIERBERA, OTRO 5 5.75
PARTERA, OTRO 5 5.75
TOTAL 87 100
Fuente: cuestionario aplicado a curanderos 1989

119
Cuadro 2.41 Distribución de parteras en relación con la
forma en que se dio su aprendizaje, región Altos de
Chiapas, 1989
PARTERAS

COMO APRENDIO FRECUENCIA PORCENTAJE


SUEÑO 26 32.91
LE ENSEÑARON 2 2.53
SCON SU INTELIGENCIA 30 37.97
EN EL HOSPITAL 1 1.27
LO HEREDO, SUS PADRES 19 24.05
LA IGLESIA 1 1.27
TOTAL 79 100
Fuente: cuestionario aplicado a curanderos 1989

Cuadro 2.42 Distribución de parteras en relación con la


cobertura que tienen, región Altos de Chiapas, 1989

PARTERAS

COBERTURA FRECUENCIA PORCENTAJE


A SU FAMILIA 3 3.57
A SU PARAJE 29 34.52
OTROS PARAJES 52 61.9
TOTAL 84 100
Fuente: cuestionario aplicado a curanderos 1989

Cuadro 2.43 Distribución de parteras de acuerdo con los años de práctica y al sexo,
región Altos de Chiapas, 1989
MENOS DE 5 DE 5 A 10 DE 11 A 20 DE 20 AÑOS
AÑOS AÑOS AÑOS Y MAS
SEXO
PARTERAS PARTERAS PARTERAS PARTERAS
FRECUENCIA FRECUENCIA FRECUENCIA FRECUENCIA
FEMENINO 13 14 18 38
MASCULINO 2 2 0
TOTAL 15 14 20 38

120
Cuadro 2.44 Distribución de parteras de acuerdo con el
uso de medicina de patente en relación a los años de
práctica
MEDICINA DE PATENTE
SI NO
AÑO PARTERAS PARTERAS
FRECUENCIA FRECUENCIA
MENOS DE 5 AÑOS 6 4
DE 5 A 10 AÑOS 4 5
DE 11 A 20 AÑOS 4 8
DE 20 AÑOS Y MAS 7 21
TOTAL 21 38

Cuadro 2.45 Distribución del número de curanderos, en relación con los


medios de transporte que se utilizan para llegar a sus comunidades, región
Altos de Chiapas, 1989
COMUNIDADES CURANDEROS CURANDEROS
TRANSPORTE
FRECUENCIA SUMA MEDIA
AUTOBUS O CAMIONES 13 45 3.46
CARROS, PIE 3 13 4.33
TODO TIPO DE TRANSPORTE 4 24 6
A PIE 20 88 4.4
TOTALES 40 170 4.25
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Cuadro 2.46 Distribución del número de curanderos en relación con el


tiempo de traslado a San Cristóbal de Las Casas, región Altos de Chiapas,
1989
COMUNIDADES CURANDEROS CURANDEROS
TIEMPO
FRECUENCIA SUMA MEDIA
HASTA UNA HORA 11 56 5.09
DE 1 A 2 HORAS 7 48 6.86
DE 2 A 3 HORAS 10 41 4.1
DE 3 A 4 HORAS 6 20 3.33
DE 4 A 5 HORAS 2 7 3.5
DE 5 A 6 HORAS 1 7 7
DE 8 A 9 HORAS 2 5 2.5
DE 9 A 10 HORAS 2 2 1
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

121
Cuadro 2.47 Distribución del número de curanderos en relación con el tipo de
servicios que prestan las instituciones de salud, región Altos de Chiapas, 1989
COMUNIDADES CURANDEROS CURANDEROS
TIPO DE SERVICIO
FRECUENCIA SUMA MEDIA
NINGUNO 11 41 3.73
VACUNACION 20 96 4.8
VACUNACION Y CONSULTA EXTERNA 8 34 4.25
VACUNACION , CONSULTA EXTERNA Y PARTOS 1 9 9
CAPACITACION 1 6 6
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra.

Cuadro 2. 48 Distribución del número de curanderos en relación con la


presencia de instituciones que brindan atención a la salud, región Altos de
Chiapas, 1989
COMUNIDADES CURANDEROS CURANDEROS
INSTITUCIONES
FRECUENCIA SUMA MEDIA
NINGUNA 10 37 3.7
IMSS 10 53 5.3
SSA 17 85 5
IGLESIA 4 11 2.75
TODOS 41 186 4.54
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

Cuadro 2.49 Distribución del número de hueseros en relación con el


número de habitantes, región Altos de Chiapas, 1989

COMUNIDAD HUESERO HUESERO


HABITANTES
FRECUENCIA SUMA MEDIA
1 - 99 HABS 11 2 0.18
100 - 499 HABS 17 8 0.47
500 - 999 HABS 9 0 0
1000 - 1999 HABS 1 2 2
2000 - 2499 HABS 1 2 2
2500 - 4999 HABS 1 0 0
5000 - 9999 HABS 1 0 0
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

122
Cuadro 2.50 Distribución de parteras en las comunidades en relación
con los municipios, región Altos de Chiapas, 1989
COMUNIDAD PARTERAS
MUNICIPIO
FRECUENCIA SUMA MEDIA
ALTAMIRANO 6 8 1.33
CHAMULA 4 12 3
CHANAL 2 2 1
CHENALHO 2 6 3
HUIXTAN 2 4 2
LARRAINZAR 1 1 1
OXCHUC 5 6 1.2
PANTELHO 6 10 1.67
VILLA DE LAS ROSAS 1 0 0
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS 8 16 2
TENEJAPA 2 8 4
TEOPISCA 1 0 0
ZINACANTAN 1 3 3
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

Cuadro 2.51 Distribución de iloles en las comunidades en relación con


los municipios, región Altos de Chiapas, 1989
COMUNIDADES ILOL
MUNICIPIO
FRECUENCIA SUMA MEDIA
ALTAMIRANO 6 1 0.17
CHAMULA 4 19 4.75
CHANAL 2 3 1.5
CHENALHO 2 6 3
HUIXTAN 2 4 2
LARRAINZAR 1 2 2
OXCHUC 5 1 0.2
PANTELHO 6 1 0.17
VILLA DE LAS ROSAS 1 0 0
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS 8 7 0.88
TENEJAPA 2 2 1
TEOPISCA 1 0 0
ZINACANTAN 1 7 7
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

123
Cuadro 2.52 Distribución de rezadores en las comunidades en relación
con los municipios, región Altos de Chiapas, 1989

COMUNIDADES REZADOR DE LOS CERROS


FRECUENCIA SUMA MEDIA
ALTAMIRANO 6 0 0
CHAMULA 4 10 2.5
CHANAL 2 0 0
CHENALHO 2 1 0.5
HUIXTAN 2 0 0
LARRAINZAR 1 0 0
OXCHUC 5 0 0
PANTELHO 6 1 0.17
VILLA DE LAS ROSAS 1 0 0
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS 8 1 0.13
TENEJAPA 2 2 1
TEOPISCA 1 0 0
ZINACANTAN 1 2 2
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

Cuadro 2.53 Distribución de hierberos en las comunidades en relación


con los municipios, región Altos de Chiapas, 1989
HIERBERO
COMUNIDADES
FRECUENCIA SUMA MEDIA
ALTAMIRANO 6 6 1
CHAMULA 4 0 0
CHANAL 2 4 2
CHENALHO 2 0 0
HUIXTAN 2 1 0.5
LARRAINZAR 1 3 3
OXCHUC 5 2 0.4
PANTELHO 6 3 0.5
VILLA DE LAS ROSAS 1 0 0
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS 8 0 0
TENEJAPA 2 0 0
TEOPISCA 1 0 0
ZINACANTAN 1 7 7
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

124
Cuadro 2.54 Distribución de hueseros en las comunidades en relación
con los municipios, región Altos de Chiapas, 1989
HUESERO
COMUNIDADES
FRECUENCIA SUMA MEDIA
ALTAMIRANO 6 1 0.17
CHAMULA 4 6 1.5
CHANAL 2 0 0
CHENALHO 2 0 0
HUIXTAN 2 0 0
LARRAINZAR 1 0 0
OXCHUC 5 2 0.4
PANTELHO 6 0 0
VILLA DE LAS ROSAS 1 3 3
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS 8 0 0
TENEJAPA 2 0 0
TEOPISCA 1 0 0
ZINACANTAN 1 2 2
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

Cuadro 2. 55 Distribución de parteras en las comunidades en relación


con la religión, región Altos de Chiapas, 1989

RELIGION COMUNIDADES PARTERAS


FRECUENCIA SUMA MEDIA
CATOLICOS 17 23 1.35
CATOLICOS Y PROTESTANTES 12 23 1.92
TRADICIONAL Y OTROS 12 30 2.5
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

Cuadro 2.56 Distribución de iloles en las comunidades en relación con


la religión, región Altos de Chiapas, 1989

RELIGION ILOL
FRECUENCIA SUMA MEDIA
CATOLICOS 17 8 0.47
CATOLICOS Y PROTESTANTES 12 6 0.5
TRADICIONAL Y OTROS 12 39 3.25
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

125
Cuadro 2.57 Distribución de rezadores en las comunidades en relación
con la religión, región Altos de Chiapas, 1989

RELIGION REZADOR DE LOS CERROS


FRECUENCIA SUMA MEDIA
CATOLICOS 17 0 0
CATOLICOS Y PROTESTANTES 12 3 0.25
TRADICIONAL Y OTROS 12 14 1.16
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

Cuadro 2.58 Distribución de hierberos en las comunidades en relación


con la religión, región Altos de Chiapas, 1989

RELIGION HIERBERO
FRECUENCIA SUMA MEDIA
CATOLICOS 17 7 0.41
CATOLICOS Y PROTESTANTES 12 12 1
TRADICIONAL Y OTROS 12 7 0.58
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

Cuadro 2.59 Distribución del número de hierberos en relación con la


presencia de instituciones que brindan atención a la salud, región
Altos de Chiapas, 1989

COMUNIDAD HIERBERO
INSTITUCIONES
FRECUENCIA SUMA MEDIA
NINGUNA 10 1 0.1
IMSS 10 13 1.3
SSA 17 9 0.53
IGLESIA 4 3 0.75
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

Cuadro 2.60 Distribución del número de hueseros en relación con la


presencia de instituciones que brindan atención a la salud, región
Altos de Chiapas, 1989

INSTITUCIONES COMUNIDAD HUESERO


FRECUENCIA SUMA MEDIA
NINGUNA 10 3 0.3
IMSS 10 0 0
SSA 17 11 0.64
IGLESIA 4 0 0
Fuente: Encuestas aplicadas en comunidades seleccionadas en la muestra

126
3 Anexo Estadístico
Definición de la población objetivo:
Todas las localidades que constituyen a la región II del Estado de Chiapas (756
localidades de 16 municipios).
Diseño estadístico de muestreo.

Las unidades últimas de muestreo son las localidades.

Marco Muestral: El marco lo constituye una lista de las localidades de la región


II, ordenada descendentemente de acuerdo al número de habitantes.

Para la obtención de la muestra se llevó a cabo un muestreo sistemático, ya que


a partir de este podemos obtener una mejor representatividad de las poblaciones
desde el punto de vista del número de habitantes (consideramos a este
elemento fundamental en nuestro estudio). Así, obtenemos localidades de todos
los tamaños.

Se determinó el tamaño de muestra para garantizar una precisión de 2 médicos


al estimar la media de médicos por localidad con una confianza del 95%.

Como prueba piloto tomamos en cuenta la información del número de médicos


tradicionales de las 16 comunidades socias de la OMIECH.

BASHQUEM 0
MACVILHO 16
TENTIC 14
CHENALHO 10
BELISARIO
DOMINGUEZ 27
CHIMIX 5
NARANJATIC ALTO 5
NARANJATIC BAJO 4
POCONICHIM 6
POLHO 9
TZABALHO 20
YABTECLUM 22
TRES PUENTES 1
LELEMCHIG 1
CH'OJOLHO 10
TZAJALCHEN 2

_
x=9.56
S2x=8.15
n=16
x=153
El estimador de la varianza es: Vâr (x)=(1-n/N) S2x/n ya que f=16/756=.021<0.05 se
ignora la corrección para poblaciones finitas.

127
Se considera que el número promedio de médicos se distribuye normalmente.
Para el cálculo de muestra utilizamos:

El tamaño de muestra deseado es:

n1=(1.96)2 x (8.15) 2 / 22

n1=63.79

n=58.83 (59)

El valor de t con 60 grados de libertad 1.6707

n2=(1.6707) 2 x (8.15) 2 / (4)= 46.35

n=43.67

El valor de t con 45 grados de libertad 1.6794

n3=46.83

n=44

El proceso iterativo para el cálculo de n converge en el tercer paso por lo que el


tamaño de la muestra es 44.
Para obtener la muestra de manera sistemática se debe calcular en primer lugar
el valor del intervalo de selección.

K=N/n=756/44=17.18

El número aleatorio seleccionado fue el 195. La lista de localidades


seleccionadas es la siguiente.

128
Localidades seleccionadas para la investigación

Número de Número de Número de


Número Nombre de la Localidad
la Localidad Municipio Habitantes

57 18 111 1279* PATOSH, ZINACANTAN


91 9 94 960* DOS LAGUNAS,TEOPISCA
75 39 93 1114* TZAJALCHEN, TENEJAPA
109 29 93 809* NARANJA SECA, TENEJAPA
350 52 78 290* SAN ANTONIO EL CARMEN, SCLC
40 45 78 1417* LAS PIEDRECITAS,SCLC
418 41 78 235* OJO DE AGUA, SCLC
298 36 78 347* MANZANILLO EL I,SCLC
143 34 78 685* LOS LLANOS,SCLC
487 25 78 177* LA FLORIDA,SCLC
435 24 78 213* LA FLORECILLA, SCLC
521 17 78 138* CORRAL DE PIEDRA,SCLC
195 4 78 535* AGUA DE PAJARITO,SCLC
573 6 75 90* EL CIPRES,VILLA DE LAS ROSA
728 63 66 9* SAN JUAN I,PANTELHO
658 51 66 23* SAN BENITO, FINCA, PANTELHO
590 41 66 63* PLAN DE GUADALUPE, PANTELHO
607 27 66 49* LA ESPERANZA,PANTELHO
710 15 66 12* EL PARAISO ZEPELTON, PANTELHO
401 42 64 250* SANTISIMA TRINIDAD, OXCHUC
23 41 64 2000* RANCHO DEL CURA,OXCHUC
556 38 64 106* PIEDRA ESCRITA,OXCHUC
212 18 64 495* EL RETIRO,OXCHUC
281 7 64 362* CANADA EL NIZ, OXCHUC
539 11 56 122* SACLUMTIC,PARAJE MITONTIC
470 37 49 186* SHULUMNA,LARRAINZAR
367 5 49 272* BASHANTIC,LARRAINZAR
160 41 38 609* 20 DE NOVIEMBRE,HUIXTAN
126 15 38 754* LOPEZ M.,HUIXTAN
178 32 26 590* QUESHTIC, CHENALHO
384 18 26 256* JOLSHIC, CHENALHO
676 6 24 18* LAULTIC,CHANAL
332 4 24 300* FRONTERA MEXIQUITO, CHANAL
625 3 24 35* CHIXTLE, CHANAL
315 45 23 318* LAS MINAS,CHAMULA
453 41 23 200* JOMALHO,CHAMULA
229 37 23 450* JACAMPOT, CHAMULA
504 8 23 150* BATOJTIC, CHAMULA
641 110 4 28* YASHONIL,ALTAMIRANO
744 82 4 5* SAN JOSE LA UNION,ALTAMIRAN
693 62 4 15* PAMALA RANCHO,ALTAMIRANO
246 35 4 417* JOAQUIN MIGUEL GUTIERREZ, A
264 4 4 396* BARRIO EL ARENAL, ALTAMIRANO
6 1 4 6122* ALTAMIRANO, ALTAMIRANO

129
Estimación del promedio y total de iloles, hueseros, parteras y rezadores de los
cerros.
Notación usual para el muestreo aleatorio simple.
Valores poblacionales:
N Número de elementos de la población en estudio
Yi es el valor asignado de la característica de interés al i-ésimo elemento de la
población.

La media de la característica de interés en la población

Es la varianza de la característica de interés en la


población

El total de la población

Valores muestrales

n Número de elementos de la población en estudio


yi es el valor asignado de la característica de interés al i-ésimo elemento de la
población.

yi la media de la característica de interés en la población.

Es la varianza de la característica de interés en la población

El total de la muestra

Por otro lado, se tiene:

La varianza del estimador de la media.

es el estimador de la varianza del estimador de la

130
media.

Para calcular el intervalo de confianza

Estimador del total

Estimador de la varianza del total

En el siguiente listado se encuentran la media y la desviación estándar de las


variables de interés

T=1
Variable N Mínimo Máximo Media Desv. Std.
Habs 41 5.00 6122.00 566.73 1023.26
Dist 41 1.00 107.00 35.63 27.81
Tiempo 41 0.10 9.50 2.95 2.49
Promot 41 0.00 2.00 0.44 0.67
Enf 41 0.00 6.00 0.41 1.07
Part 41 0.00 6.00 1.85 1.75
Ilol 41 0.00 8.00 1.29 2.09
Rezador y curandero 41 0.00 4.00 0.41 0.92
Hierbero 41 0.00 7.00 0.63 1.64
Huesero 41 0.00 4.00 0.34 0.91

T=2
Variable N Mínimo Máximo Media Desv. Std.
Habs 55 70.00 1893.00 684.44 468.25
Dist 55 2.00 82.00 32.58 17.76
Tiempo 55 0.50 7.50 2.96 1.84
Promot 55 0.00 3.00 1.20 0.80
Enf 55 0.00 3.00 0.47 0.69
Part 55 0.00 15.00 2.56 2.80
Ilol 55 0.00 15.00 2.93 3.63
Rezador y curandero 55 0.00 30.00 1.95 4.52
Hierbero 55 0.00 20.00 2.80 4.96
Huesero 55 0.00 8.00 0.82 1.61

Estimación del promedio y del total de iloles. (muestra t-1)

131
factor de corrección para poblaciones finitas.

(1-41/756)= .9457672
N= 756
n= 41
_
y= 1.29
s= 2.09
S2= 4.3681
_
ys=(.9457672) (.106539)
=.1007611143

Para obtener un intervalo de confianza al 95% para el promedio de iloles en la


región con 41 grados de libertad.

_
1.29+- 1.68 ys

1.68 * .3174289
1.29+- .534518

El intervalo que contiene al verdadero promedio es .76 a 1.82

Para estimar el total


_
y=Ny
=975.24
V Y= (7562)*(.9457672)*(.106539)
= 57588.60422

El intervalo al 95% de confianza con 41 gl

975.24 +- (1.68) 57588.60


+- (1.68) (239.98)
+- 403.1664

El intervalo que contiene el verdadero total con una confianza del 95% es de 572
a 1378
Estimación del promedio y del total de parteras. (muestra t-1)
factor de corrección para poblaciones finitas.
(1-41/756)= .9457672
N= 756
n= 41

132
y= 1.85
s=2 1.75
S = 3.0625
_
ys=.0706441

Para obtener un intervalo de confianza al 95% para el promedio de parteras en


la región con 41 grados de libertad.

1.85+ - 1.68 ys

1.29+- .4465

El intervalo que contiene al verdadero promedio es 1.31 a 2.29


Para estimar el total
_
_
y=Ny
=1398.6
V Y= (7562)*(.0706441)
= 40375.6463

El intervalo al 95% de confianza con 41 gl

1398.6 +- (1.68) 40375.6463


+- (1.68) (200.93)
+- 338

El intervalo que contiene el verdadero total con una confianza del 95% es de
1061 a 1736
Estimación del promedio y del total de hueseros. (muestra t-1)
factor de corrección para poblaciones finitas.
(1-41/756)= .9457672
N= 756
n= 41
_
y= .34
s= .91
_
ys=.0019102219

Para obtener un intervalo de confianza al 95% para el promedio de hueseros en


la región con 41 grados de libertad.

.34+ - 1.68 ys

133
.41+- .2321939335

El intervalo que contiene al verdadero promedio es .10 a .57

Para estimar el total


_
y=Ny
=257.04
V Y= (7562)*(.0019102219)
= 10917.58

El intervalo al 95% de confianza con 41 gl

257.04 +- (1.68) 10917.58


+- 175.53

El intervalo que contiene el verdadero total con una confianza del 95% es de 86
a 433
Estimación del promedio y del total de hueseros. (muestra t-1)
factor de corrección para poblaciones finitas.
(1-41/756)= .9457672
N= 756
n= 41
_
y= .41
s= .92
_
ys=.0038776455

Para obtener un intervalo de confianza al 95% para el promedio de rezadores de


los cerros en la región con 41 grados de libertad.
_
.41+ - 1.68 ys

.41+- .1046

El intervalo que contiene al verdadero promedio es .30 a .51


Para estimar el total
_
_
y=Ny
=309.96 2
V Y= (756 )*(.0038776455)
= 2216.213998

El intervalo al 95% de confianza con 41 gl

134
309.96 +- (1.68) 2216.2139
+- 79

El intervalo que contiene el verdadero total con una confianza del 95% es de 231
a 389

Pruebas de hipótesis de diferencia entre dos medias de poblaciones


normalmente distribuidas, con la varianza de poblaciones desconocidas
1) Los datos consisten en el número de habitantes, distancia, tiempo, número de
promotores, enfermeros parteros, iloles, rezadores de los cerros y hueseros de
dos muestras, una de ellas de selección aleatoria (t-1) y la otra con de aquellas
comunidades en donde se aplicaba el Programa Integrado de apoyo a la
Nutrición, realizado en la región por INNSZ.

2) Suponemos que los datos constituyen dos muestras aleatorias


independientes cada una extraída de una población normalmente distribuida.
Las variancias de las poblaciones son desconocidas pero se supone que son
iguales.
3) Hipótesis estadística H0:µ1-µ2 =0, HA: µ1-µu2<> 0
4) Estadística de prueba t=(x1-x2)-(µ1-µ2)/ s2p/n1 + s2p/n2 s2p es la
estimación mancomunada de la variancia común de las poblaciones que se
calcula de la siguiente manera:
s2p= (s12/n1 +s22/n2)2 / (s12/n1)2/n1 + (s22/n2)2/n2
5) Distribución de la estadística de prueba. Cuando la hipótesis nula es
verdadera, la estadística de prueba sigue la distribución t de student con n1+n2-
2 grados de libertad.
6) Regla de decisión. Sea Â=0.05 los valores críticos de t son +- 1.66. Se
rechaza H0 a menos que -1.66 <t calculado< 1.66.
7) Estadísticas de prueba calculada

n1 41
n2 55

variable s1 s2 x1 x2 t
habitante 1023
distancia 27.81
tiempo 2.49
promotores 0.67
enfermeros 1.07
parteras 1.75
iloles 2.09
rezadores 0.92
hierberos 1.64
hueseros 0.91

135
Con las pruebas anteriores puede concluirse que la población es diferente en lo
que respecta a número de habitantes y la distancia entre San Cristóbal y las
comunidades de estudio.

n1 41
n2 55

variable s1 s2 x1 x2 t
habitante 1023
distancia 27.81
tiempo 2.49
promotores 0.67
enfermeros 1.07
parteras 1.75
iloles 2.09
rezadores 0.92
hierberos 1.64
hueseros 0.91

Cálculo del índice de Gini para la distribución de frecuencias de


todos los médicos tradicionales, se incluye la suma de
hueseros,iloles, parteras, hierberos y rezadores de los cerros
El índice de GINI establece la distribución teórica de la variable si se repartiera
por igual entre todas las unidades. En caso de que la variable esté distribuida
equitativamente, la proporción de la variable perteneciente a cada rango deberá
ser igual a la proporción que cada grupo de observaciones representa del total.
De la manera que se construye Gini, resulta que el número que se obtiene está
entre 0 y 1 y mide la desigualdad, en términos de que tanto se "aleja", la
distribución en estudio, de una distribución equitativa. La distribución será más
desigual a medida que el índice se acerque a 1. Este indicador además toma en
cuenta las diferencias entre estratos, de acuerdo a su tamaño.

La definición del índice de Gini para datos agrupados es el siguiente:

donde: pi= proporción de datos en el estrato i;


Qi= proporción acumulada de la variable en el estrato i;
m=número de estratos.

136
Distancia al centro mas importante de la región parteras

Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0.024390 0 0 0 0
4 5 0.097560 0.065789 0.065789 0.065789 0.006418
7 15 0.170731 0.197368 0.263157 0.328947 0.056161
10 21 0.243902 0.276315 0.539473 0.802631 0.195763
19 35 0.463414 0.460526 1 1.539473 0.713414
41 76 1 1 0.971758
G = 0.028241

Distancia al centro mas importante de la región iloles

Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0.024390 0 0 0 0
4 3 0.097560 0.056603 0.056603 0.056603 0.005522
7 9 0.170731 0.169811 0.226415 0.283018 0.048320
10 9 0.243902 0.169811 0.396226 0.622641 0.151863
19 32 0.463414 0.603773 1 1.396226 0.647031
41 53 1 1 0.852738
G = 0.147261

Distancia al centro mas importante de la región rezadores de los


cerros
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0.024390 0 0 0 0
4 0 0.097560 0.000000 0 0 0
7 1 0.170731 0.058823 0.056603 0.058823 0.010043
10 6 0.243902 0.352941 0.411764 0.470588 0.114777
19 10 0.463414 0.588235 1 1.411764 0.654232
41 17 1 1 0.779053
G = 0.220946

137
Distancia al centro mas importante de la región hierbero

Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0.024390 0 0 0 0
7 0 0.170731 0 0 0 0
4 1 0.097560 0.1 0.1 0.1 0.009756
10 6 0.243902 0.3 0.4 0.5 0.121951
19 10 0.463414 0.6 1 1.4 0.648780
41 17 1 1 0.780487
G = 0.219512

Distancia al centro mas importante de la región huesero

Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0.024390 0 0 0 0
7 0 0.170731 0 0 0 0
10 0 0.243902 0 0 0 0
4 2 0.097560 0.142857 0.142857 0.142857 0.013937
19 12 0.463414 0.857142 1 0.142857 0.529616
41 14 1 1 0.543554
G = 0.456445

Distancia todos los curanderos


Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0.024390 0 0 0 0
4 16 0.975600 0.086021 0.086021 0.086021 0.008392
7 32 0.170731 0.172043 0.258064 0.344086 0.058746
10 39 0.243902 0.209677 0.467741 0.725806 0.177025
19 99 0.463414 0.532258 1 1.467741 0.680173
41 186 1 1 0.924337
G = 0.075662

138
Lengua
Frec yi pi Qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
2 2 0.048780 0.010752 0.010752 0.010752 0.000524
2 3 0.048780 0.016129 0.026881 0.037634 0.001835
6 20 0.146341 0.107526 0.134408 0.161290 0.023603
9 25 0.219512 0.134408 0.268817 0.403225 0.088512
10 31 0.243902 0.166666 0.435483 0.704301 0.171780
12 105 0.292682 0.564516 1 1.435483 0.420141
41 186 1 1 0.706399
G = 0.293600

Servicio Partera
Frec yi pi Qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 1 0.024390 0.013157 0.013157 0.013157 0.000320
1 2 0.024390 0.026315 0.039473 0.052631 0.001283
11 17 0.268292 0.223684 0.263157 0.302631 0.081193
8 21 0.195121 0.276315 0.539473 0.802631 0.156611
20 35 0.487804 0.460526 1 1.539473 0.750962
41 76 1 1 0.990372
G = 0.293600

Servicio Ilol
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 2 0.024390 0.037735 0.037735 0.037735 0.000920
1 3 0.024390 0.056603 0.094339 0.132075 0.003221
8 7 0.195121 0.132075 0.226415 0.320754 0.062586
11 13 0.268292 0.245283 0.471698 0.698113 0.187298
20 28 0.487804 0.528301 1 1.471698 0.717901
41 53 1 1 0.971928
G = 0.028071

139
Servicio Rezador de los Cerros
Frec yi Pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0.024390 0 0 0 0
1 0 0.024390 0 0 0 0
8 3 0.195121 0.176470 0.176470 0.176470 0.034433
11 7 0.268292 0.411764 0.588235 0.764705 0.205164
20 7 0.487804 0.411764 1 1.588235 0.774748
41 17 1 1 1.014347
G = -0.014340

Servicio Hierbero
Frec yi Pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
11 1 0.268292 0.038461 0.038461 0.038461 0.010318
1 3 0.024390 0.115384 0.153846 0.192307 0.004690
8 3 0.195121 0.115384 0.269230 0.423076 0.082551
1 4 0.024390 0.153846 0.423076 0.692307 0.016885
20 15 0.487804 0.576923 1 1.423076 0.694183
41 26 1 1 0.808630
G = 0.191369

Servicio Hierbero
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
11 1 0.268292 0.038461 0.038461 0.038461 0.010318
1 3 0.024390 0.115384 0.153846 0.192307 0.004690
8 3 0.195121 0.115384 0.269230 0.423076 0.082551
1 4 0.024390 0.153846 0.423076 0.692307 0.016885
20 15 0.487804 0.576923 1 1.423076 0.694183
41 26 1 1 0.808630
G = 0.191369

140
Servicio Quesero
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0.024390 0 0 0 0
1 0 0.024390 0 0 0 0
8 0 0.195121 0 0 0 0
11 3 0.268292 0.214285 0.214285 0.214285 0.057491
20 11 0.487804 0.785714 1 1.214285 0.592334
41 14 1 1 0.649825
G = 0.350174

Servicio todos los curanderos


Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 6 0.024390 0.032258 0.032258 0.032258 0.000786
1 9 0.024390 0.048387 0.080645 0.112903 0.002753
11 37 0.268292 0.198924 0.279569 0.360215 0.096643
8 38 0.195121 0.204301 0.483870 0.763440 0.148964
20 96 0.487804 0.516129 1 1.483870 0.723839
41 186 1 1 0.972987
G = 0.027012

Instituciones Parteras
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
4 6 0.097560 0.082191 0.082191 0.082191 0.008018
10 13 0.243902 0.178082 0.260273 0.342465 0.083528
10 26 0.243902 0.356164 0.616438 0.876712 0.213832
17 28 0.414634 0.383561 1 1.616438 0.670230
41 73 1 1 0.975609
G = 0.024390

141
Instituciones Ilol
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
4 2 0.097560 0.037735 0.037735 0.037735 0.003681
10 11 0.243902 0.207547 0.245283 0.283018 0.069028
10 13 0.243902 0.245283 0.490566 0.735849 0.179475
17 27 0.414634 0.509433 1 1.490566 0.618039
41 53 1 1 0.870225
G = 0.129774

Instituciones Rezador de los Cerros


Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
4 0 0.097560 0 0 0 0
10 3 0.243902 0.176470 0.176470 0.176470 0.043041
17 7 0.414634 0.411764 0.588235 0.764705 0.317073
10 7 0.243902 0.411764 1 1.588235 0.387374
41 17 1 1 0.747489
G = 0.252510

Instituciones Hierbero
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
10 1 0.243902 0.038461 0.038461 0.038461 0.009380
4 3 0.097560 0.115384 0.153846 0.192307 0.018761
17 9 0.414634 0.346153 0.5 0.653846 0.271106
10 13 0.243902 0.5 1 1.5 0.365853
41 26 1 1 0.665103
G = 0.334896

Instituciones Hueseros
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
4 0 0.097560 0 0 0 0
10 0 0.243902 0 0 0 0
10 3 0.243902 0.214285 0.214285 0.214285 0.052264
17 11 0.414634 0.785714 1 1.214285 0.503484
41 14 1 1 0.555749
G = 0.444250

142
Instituciones todos los Curanderos
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
4 11 0.097560 0.059139 0.059139 0.059139 0.005769
10 37 0.243902 0.198924 0.258064 0.317204 0.077366
10 53 0.243902 0.284946 0.543010 0.801075 0.195384
17 85 0.414634 0.456989 1 1.530100 0.639784
41 186 1 1 0.918305
G = 0.081694

Tiempo Parteras
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
2 2 0.048780 0.026315 0.026315 0.026315 0.001283
9 17 0.219512 0.223684 0.25 0.276315 0.060654
12 25 0.292682 0.328947 0.578947 0.828947 0.242618
18 32 0.439024 0.421052 1 1.578947 0.693196
0 0 0.000000
41 76 1 1 0.997753
G = 0.002246

Tiempo Iloles
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
2 3 0.048780 0.056603 0.056603 0.056603 0.002761
9 4 0.219512 0.075471 0.13 0.188679 0.041417
18 20 0.439024 0.377358 0.509433 0.641509 0.281638
12 26 0.292682 0.490566 1 1.509433 0.441785
0 0 0
41 53 1 1 0.767602
G = 0.232397

143
Tiempo Rezadores de los Cerros
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
2 0 0.048780 0 0 0 0
9 0 0.219512 0 0 0 0
18 5 0.439024 0.294117 0.294117 0.294117 0.129124
12 12 0.292682 0.705882 1 1.294117 0.378766
0 0 0
41 17 1 1 0.507890
G = 0.492109

Tiempo Hierbero
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
9 2 0.219512 0.076923 0.076923 0.076923 0.016885
2 4 0.048780 0.153846 0.230769 0.307692 0.015009
12 8 0.292682 0.307692 0.538461 0.769230 0.225140
18 12 0.439024 0.461538 1 1.538461 0.675422
0 0 0
41 26 1 1 0.932457
G = 0.067542

Tiempo Huesero
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
2 0 0.048780 0 0 0 0
9 2 0.219512 0.142857 0.142857 0.142857 0.031358
12 4 0.292682 0.285714 0.428571 0.571428 0.167247
18 8 0.439024 0.571428 1 1.428571 0.627177
0 0 0 0
41 14 1 1 0.825783
G = 0.174216

144
Tiempo todos los Curanderos
Frec yi yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi (Qi - Qi - 1)
2 1 2 0.048780 0.010752 0.010752 0.010752 0.000524
2 2.5 5 0.048780 0.026881 0.037634 0.048387 0.002360
1 7 7 0.024390 0.037634 0.075268 0.112903 0.002753
2 3.5 7 0.048780 0.037634 0.112903 0.188172 0.009179
6 3.33 20 0.146341 0.107526 0.330430 0.333333 0.048780
10 4.1 41 0.243902 0.204300 0.440860 0.661290 0.161290
7 6.86 48 0.170731 0.258064 0.698924 1.139784 0.194597
11 5.09 56 0.268292 0.301075 1 1.698924 0.455809
0 0 0
41 33.38 186 1 1 0.875295
G= 0.124704

Habitantes Partera
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
11 8 0.268292 0.105263 0.105263 0.105263 0.028241
4 16 0.097560 0.210526 0.315789 0.421052 0.041078
17 22 0.414634 0.289473 0.605263 0.921052 0.381899
9 30 0.219512 0.394736 1 1.605263 0.352374
41 76 1 1 0.803594
G = 0.196405

Habitantes Ilol
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
11 6 0.268292 0.113207 0.113207 0.113207 0.030372
4 10 0.097560 0.188679 0.301886 0.415094 0.040497
9 12 0.219512 0.226415 0.528301 0.830188 0.182236
17 25 0.414634 0.471698 1 1.528301 0.633686
41 53 1 1 0.886792
G = 0.113207

145
Habitantes Rezador de los Cerros
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
9 1 0.219512 0.058823 0.058823 0.058823 0.012912
11 4 0.268292 0.235294 0.294117 0.352941 0.094691
4 4 0.097560 0.235294 0.529411 0.823529 0.080344
17 8 0.414634 0.470588 1 1.529411 0.634146
41 17 1 1 0.822094
G = 0.177905

Habitantes Hierbero
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
11 0 0.268292 0 0 0 0
9 1 0.219512 0.038461 0.038461 0.038461 0.008442
17 10 0.414634 0.384615 0.423076 0.461538 0.191369
4 15 0.097560 0.576923 1 1.423076 0.138836
41 26 1 1 0.338649
G = 0.661350

Habitantes Huesero
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
9 0 0.219512 0 0 0 0
11 2 0.268292 0.142857 0.142857 0.142857 0.038327
4 4 0.097560 0.285714 0.428571 0.571428 0.055749
17 8 0.414634 0.571428 1 1.428571 0.592334
41 14 1 1 0.686411
G = 0.313588

Habitantes todos los Curanderos


Frec yi yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
11 1.82 20 0.234042 0.107526 0.107526 0.107526 0.025165
9 4 36 0.191489 0.193548 0.301075 0.408602 0.078242
4 12.25 49 0.085106 0.263440 0.564516 0.865591 0.073667
17 4.76 81 0.361702 0.435483 1 1.564516 0.565888
41 22.83 186 0.872340 1 0.742964
G = 0.257035

146
Religión Parteras
Frec yi yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
17 2.47 23 0.369565 0.302631 0.302631 0.302631 0.111842
12 3.83 23 0.260869 0.302631 0.605263 0.907894 0.236842
17 8.2 30 0.369565 0.394736 1 1.605263 0.593249
46 14.5 76 1 1 1.907894 2.815789 0.941933
G = 0.058066

Religión Ilol
Frec yi yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
12 3.83 6 0.292682 0.113207 0.113207 0.113207 0.033133
17 2.47 8 0.414340 0.150943 0.264150 0.377358 0.156465
12 8.2 39 0.292682 0.735849 1 1.264150 0.369995
41 14.5 53 1 1 1.377358 1.754716 0.559595
G = 0.440040

Religión Rezadores de los Cerros


Frec yi yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
17 2.47 0 0.414634 0 0 0 0
12 3.83 3 0.292682 0.176470 0.176470 0.176470 0.051649
12 8.2 14 0.292682 0.823529 1 1.176470 0.344332
41 14.5 17 1 1 1.176470 1.352941 0.395982
G = 0.604017

Religión Hierberos
Frec yi yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
17 2.47 7 0.414634 0.269230 0.269230 0.269230 0.111632
12 8.2 7 0.292682 0.269230 0.538461 0.807692 0.236397
12 3.83 12 0.292682 0.461538 1 1.538461 0.450281
41 14.5 26 1 1 1.807692 2.615384 0.798311
G = 0.201688

147
Religión Hueseros
Frec yi yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
12 3.83 2 0.292682 0.142857 0.142857 0.142857 0.041811
17 2.47 4 0.414634 0.285714 0.428571 0.571428 0.236933
12 8.2 8 0.292682 0.571428 1 1.428571 0.418118
41 14.5 14 1 1 1.571428 2.142857 0.696864
G = 0.303135

Religión todos los Curanderos


Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
17 42 0.414634 0.225806 0.225806 0.225806 0.093627
12 46 0.282682 0.247311 0.473118 0.698924 0.204563
12 98 0.292682 0.526881 1 1.473118 0.431156
41 186 1 1 1.698924 2.397849 0.729346
G = 0.270653

Transporte Partera
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
3 6 0.075 0.083333 0.083333 0.083333 0.006250
4 12 0.1 0.166666 0.25 0.333333 0.033333
13 18 0.325 0.25 0.5 0.75 0.24375
20 36 0.5 0.5 1 1.5 0.75
40 72 1 1 1.033333
G = -0.033330

Transporte Ilol
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
3 3 0.075 0.063829 0.063829 0.063829 0.004787
4 5 0.1 0.106382 0.170212 0.234042 0.023404
13 12 0.325 0.255319 0.425531 0.595744 0.193617
20 27 0.5 0.574468 1 1.425531 0.712765
0 0 0 0
40 47 1 1 0.934574
G = 0.065425

148
Transporte Rezador de los Cerros
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
3 0 0.075 0 0 0 0
4 1 0.1 0.076923 0.076923 0.076923 0.007692
13 4 0.325 0.307692 0.384615 0.461538 0.15
20 8 0.5 0.615384 1 1.384615 0.692307
0 0 0 0
40 13 1 1 0.85
G = 0.15

Transporte Hierbero
Frec yi pi Qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
3 2 0.075 0.076923 0.076923 0.076923 0.005769
13 3 0.325 0.115384 0.192307 0.269230 0.0875
4 6 0.1 0.230769 0.423076 0.615384 0.061538
20 15 0.5 0.576923 1 1.423076 0.711538
0 0 0 0
40 26 1 1 0.866346
G = 0.133653

Transporte Huesero
Frec yi pi Qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
4 0 0.1 0 0 0 0
3 2 0.075 0.166666 0.166666 0.166666 0.0125
20 2 0.5 0.166666 0.333333 0.5 0.25
13 8 0.325 0.666666 1 1.333333 0.433333
0 0 0 0
40 12 1 1 0.695833
G = 0.304166

149
Transporte todos los curanderos
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
3 16 0.075 0.092485 0.092485 0.092485 0.006936
4 24 0.1 0.166666 0.231213 0.323699 0.032369
13 45 0.325 0.166666 0.491329 0.722543 0.234826
20 88 0.5 0.666666 1 1.491329 0.745664
0 0 0 0 0
40 173 1 1 1.019797
G = -0.01979

Municipio Partera
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
6 8 0.146341 0.105263 0.105263 0.105263 0.015404
4 12 0.097560 0.157894 0.263157 0.368421 0.035943
2 2 0.048780 0.026315 0.289473 0.552631 0.026957
2 6 0.048780 0.078947 0.368421 0.657894 0.032092
2 4 0.048780 0.052631 0.421052 0.789473 0.038510
1 1 0.024390 0.013157 0.434210 0.855263 0.020860
5 6 0.121951 0.078947 0.513157 0.947368 0.115532
6 10 0.146341 0.131578 0.644736 1.157894 0.169448
1 0 0.024390 0 0.644736 1.289473 0.031450
8 16 0.195121 0.210526 0.885263 1.5 0.292682
2 8 0.048780 0.105263 0.960526 1.815789 0.088575
1 0 0.024390 0 0.960526 1.921052 0.046854
1 3 0.024390 0.039473 1 1.960526 0.047817

41 76 1 1 0.962130
G = 0.037869

150
Municipio Ilol
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0.024390 0 0 0 0
1 0 0.024390 0 0 0 0
5 1 0.121951 0.018867 0.018867 0.018867 0.002300
6 1 0.146341 0.018867 0.037735 0.056603 0.008283
6 1 0.146341 0.018867 0.056603 0.094339 0.012805
1 2 0.024390 0.037735 0.094339 0.150943 0.003681
2 2 0.487800 0.037735 0.132075 0.226415 0.011044
2 3 0.487800 0.056603 0.188679 0.320754 0.015646
2 4 0.487800 0.075471 0.264150 0.452830 0.022089
2 6 0.487800 0.113207 0.377358 0.641509 0.031293
8 7 0.195121 0.132075 0.509433 0.886792 0.173032
1 7 0.024390 0.132075 0.641509 1.150943 0.028071
4 19 0.097560 0.358490 1 1.641509 0.160147
0
0
41 53 1 1 0.469397
G = 0.530602

Municipio Rezador de los Cerros


Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
5 0 0.121951 0 0 0 0
2 0 0.048780 0 0 0 0
1 0 0.024390 0 0 0 0
2 0 0.048780 0 0 0 0
1 0 0.024390 0 0 0 0
1 0 0.024390 0 0 0 0
6 0 0.146341 0 0 0 0
6 1 0.146341 0.058823 0.058823 0.058823 0.008608
2 1 0.048780 0.058823 0.117647 0.176470 0.008608
8 1 0.195121 0.058823 0.176470 0.294117 0.057388
2 2 0.048780 0.117647 0.294117 0.470588 0.022955
1 2 0.024390 0.117647 0.411764 0.705882 0.017216
4 10 0.097560 0.588235 1 1.411764 0.137733

41 17 1 1 0.252510
G = 0.747489

151
Municipio Hierbero
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
2 0 0.048780 0 0 0 0
1 0 0.024390 0 0 0 0
4 0 0.097560 0 0 0 0
8 0 0.195121 0 0 0 0
1 0 0.024390 0 0 0 0
2 0 0.048780 0 0 0 0
2 1 0.048780 0.038461 0.038461 0.038461 0.001876
5 2 0.121951 0.076923 0.115384 0.153846 0.018761
1 3 0.024390 0.115384 0.230769 0.346153 0.008442
6 3 0.146341 0.115384 0.346153 0.576923 0.084427
2 4 0.048780 0.153846 0.5 0.846153 0.041275
6 6 0.146341 0.230769 0.730769 1.230769 0.180112
1 7 0.024390 0.269230 1 1.730769 0.042213

41 26 1 1 0.377110
G = 0.622889

Municipio Huesero
Frec yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0.024390 0 0 0 0
8 0 0.195121 0 0 0 0
1 0 0.024390 0 0 0 0
2 0 0.048780 0 0 0 0
2 0 0.048780 0 0 0 0
2 0 0.048780 0 0 0 0
2 0 0.048780 0 0 0 0
6 0 0.146341 0 0 0 0
6 1 0.146341 0.071428 0.071428 0.071428 0.010452
5 2 0.121951 0.142857 0.214285 0.285714 0.034843
1 2 0.024390 0.142857 0.357142 0.571428 0.013937
1 3 0.024390 0.214285 0.571428 0.928571 0.022648
4 6 0.097560 0.428571 1 1.571428 0.153310

41 14 1 1 0.235191
G = 0.764808

152
Religión Hueseros
Frec yi yi pi qi Qi Qi + Qi - 1 pi Qi - Qi - 1
1 0 0 0.024390 0 0 0 0
1 3 3 0.024390 0.016129 0.016129 0.016129 0.000393
1 6 6 0.024390 0.032258 0.048387 0.064516 0.001573
2 4.5 9 0.048780 0.048387 0.096774 0.145161 0.007081
2 4.5 9 0.048780 0.048387 0 0.241935 0.011801
5 2.2 11 0.121951 0.059139 0.204301 0.349462 0.042617
2 6 12 0.048780 0.064516 0.268817 0.473118 0.023078
2 6.5 13 0.048780 0.069892 0.338709 0.607526 0.029635
6 2.5 15 0.146341 0.080645 0.419354 0.758064 0.110936
6 2.67 16 0.146341 0.086021 0.505376 0.924731 0.135326
1 21 21 0.024390 0.112903 0.618279 1.123655 0.027406
8 3 24 0.195121 0.129032 0.747311 1.365591 0.266456
4 11.75 47 0.097560 0.252688 1 1.747311 0.170469

41 73.62 186 1 1 0.826776


G = 0.173223

153
4 Índice de Cuadros

Población Total 1970-1988, superficie km2 y densidad de población, región Altos de


Cuadro 2.1 Chiapas

Cuadro 2.2 Primeras diez causas de mortalidad general en los Estados Unidos Mexicanos 1985

Cuadro 2.3 Primeras diez causas de mortalidad general en Chiapas 1985


Primeras diez causas de mortalidad general en la Jurisdicción Sanitaria II, región
Cuadro 2.4 Altos de Chiapas, 1989

Cuadro 2.5 Diez principales causas de mortalidad general Chanal, 1985

Cuadro 2.6 Diez principales causas de mortalidad general Chenalhó, 1985

Cuadro 2.7 Diez principales causas de mortalidad general Mitontic, 1986

Cuadro 2.8 Diez principales causas de mortalidad general Pantelhó, 1985


Cuadro 2.9 Diez principales causas de mortalidad general Tenejapa, 1986

Cuadro 2.10 Diez principales causas de mortalidad general Teopisca, 1983

Cuadro 2.11 Diez principales causas de mortalidad general, Villa de las Rosas, 1985
Distribución de curanderos indígenas de acuerdo al lugar de residencia, región Altos
Cuadro 2.14 de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos indígenas de acuerdo a su condición de socio de la
Cuadro 2.15 OMIECH, región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos indígenas de acuerdo al sexo, región Altos de Chiapas,
Cuadro 2.16 1989
Distribución de curanderos indígenas de acuerdo a la edad, región Altos de
Cuadro 2.17 Chiapas, 1989
Distribución de curanderos indígenas de acuerdo a alfabetización, región Altos de
Cuadro 2.18 Chiapas, 1989
Distribución de curanderos indígenas de acuerdo a la presencia de algún familiar
Cuadro 2.19 curandero, región Altos de de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos indígenas de acuerdo a quién transmite su conocimiento,
Cuadro 2.20 región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de iloles de acuerdo a edad y especialidad, región Altos de Chiapas,
Cuadro 2.21 1989
Distribución de iloles de acuerdo a la forma en que adquirieron la capacidad de
Cuadro 2.22 curar, región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de iloles en relación a la existencia de otro curandero en la familia,
Cuadro 2.23 región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de iloles de acuerdo a la cobertura de sus servicios, región Altos de
Cuadro 2.24 Chiapas, 1989

154
Distribución de iloles de acuerdo al lugar de residencia, región Altos de Chiapas,
Cuadro 2.25 1989
Distribución de iloles de acuerdo a su actividad más importantes, región Altos de
Cuadro 2.26 Chiapas, 1989

Cuadro 2.27 Distribución de iloles de acuerdo a si sabe leer o no, región Altos de Chiapas, 1989

Cuadro 2.28 Distribución de iloles de acuerdo a su estado civil, región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de iloles de acuerdo a sí utiliza medicina de patente, región Altos de
Cuadro 2.29 Chiapas, 1989

Cuadro 2.30 Distribución de iloles de acuerdo al sexo, región Altos de Chiapas, 1989

Cuadro 2.31 Distribución de hueseros de acuerdo a su cobertura, región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de hueseros de acuerdo al municipio de residencia, región Altos de
Cuadro 2.32 Chiapas, 1989
Distribución de hueseros de acuerdo a la forma en que adquirieron su saber, Región
Cuadro 2.33 Altos de Chiapas, 1989
Distribución de hueseros de acuerdo a la presencia de otro curandero en la familia,
Cuadro 2.34 región Altos de Chiapas, 1989

Cuadro 2.35 Distribución de hueseros de acuerdo al sexo, región Altos de Chiapas, 1989

Cuadro 2.36 Distribución de hueseros de acuerdo a si saben leer, región Altos de Chiapas, 1989

Cuadro 2.37 Distribución de hueseros de acuerdo a la edad, Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de hueseros de acuerdo al uso de medicina de patente y especialidad,
Cuadro 2.38 región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de hueseros de acuerdo al uso de medicina de patente y años de
Cuadro 2.39 práctica, región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de mujeres parteras y otras especialidades región Altos de Chiapas,
Cuadro 2.40 1989
Distribución de parteras en relación a la forma en que se dio su aprendizaje, región
Cuadro 2.41 Altos de Chiapas, 1989.
Distribución de parteras en relación a la cobertura que tienen, región Altos de
Cuadro 2.42 Chiapas, 1989.
Distribución de parteras de acuerdo a los años de práctica y al sexo, región Altos de
Cuadro 2.43 Chiapas, 1989
Distribución de parteras de acuerdo al uso de medicina de patente en relación a los
Cuadro 2.44 años de práctica

Distribución del número de curanderos, en relación con los medios de transporte


Cuadro 2.45 que se utilizan para llegar a sus comunidades, región Altos de Chiapas, 1989
Distribución del número de curanderos en relación con el tiempo de traslado a San
Cuadro 2.46 Cristóbal de Las Casas, región Altos de Chiapas, 1989
Distribución del número de curanderos en relación con el tipo de servicios que
Cuadro 2.47 prestan las instituciones de salud, región Altos de Chiapas, 1989

155
Distribución del número de curanderos en relación con la presencia de instituciones
Cuadro 2.48 que brindan atención a la salud, región Altos de Chiapas, 1989
Distribución del número de hueseros en relación con el número de habitantes,
Cuadro 2.49 Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos en las comunidades en relación con los muncipios,
Cuadro 2.50 Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos en las comunidades en relación con los muncipios,
Cuadro 2.51 Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos en las comunidades en relación con los muncipios,
Cuadro 2.52 Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos en las comunidades en relación con los muncipios,
Cuadro 2.53 Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos en las comunidades en relación con los muncipios,
Cuadro 2.54 Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos en las comunidades en relación con los muncipios,
Cuadro 2.55 Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos en las comunidades en relación con los muncipios,
Cuadro 2.56 Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos en las comunidades en relación con los muncipios,
Cuadro 2.57 Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución de curanderos en las comunidades en relación con los muncipios,
Cuadro 2.58 Región Altos de Chiapas, 1989
Distribución del número de hierberos en relación con la presencia de instituciones
Cuadro 2.59 que brindan atención a la salud, región Altos de Chiapas, 1989
Distribución del número de hueseros en relación con la presencia de instituciones
Cuadro 2.60 que brindan atención a la salud, región Altos de Chiapas, 1989

156
5 Mapas

157
MAPA 1
COMUNIDADES ESTUDIADAS

158
MAPA 2
INSTITUCIONES PRESTADORAS DE SERVICIOS DE SALUD
1940-1950

159
MAPA 3
INSTITUCIONES PRESTADORAS DE SERVICIOS DE SALUD
1960-1970

160
MAPA 4
INSTITUCIONES PRESTADORAS DE SERVICIOS DE SALUD
1980-1990

161
6 Figura 1

162
Médicos tradicionales
y médicos alópatas.
Un encuentro difícil en
los Altos de Chiapas.

Se terminó de editar en el mes


de Diciembre de 2005.

Reimpresión
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

163
Resumen
En este trabajo se presenta una visión general de la salud en la región de los Altos de
Chiapas. Partiendo de la morbimortalidad, de las políticas sanitarias puestas en marcha
en la zona y de las opciones de atención a la salud existentes para su población, se
analizan las políticas de interrelación entre las prácticas médicas alópata e indígena.
En este marco, se explica la distribución de los médicos indígenas, profundizando en las
características sociodemográficas de estos practicantes y en algunos aspectos
generales de su quehacer, que permiten percibir las diferencias fundamentales entre
ambas prácticas. Finalmente, se ofrece una breve reflexión sobre las formas que ha
asumido la interrelación entre estos practicantes, y su trascendencia.

Graciela Freyermuth Enciso es egresada de la Licenciatura en Medicina de la UNAM, de


la Maestría en Medicina Social de la UAM-Xochimilco y del Doctorado en Antropología
de la UNAM. Ha escrito varios artículos sobre medicina tradicional, salud y mujer. En
Chiapas ha coeditado una antología sobre los refugiados guatemaltecos y los derechos
humanos y publicó un trabajo sobre las políticas de salud dirigidas a estos refugiados.

164
Gobierno del Estado de Chiapas
Consejo Estatal de Fomento a la Investigación y Difusión de la Cultura
DIF-Chiapas/Instituto Chiapaneco de Cultura
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social del Sureste

165

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