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El realismo mágico es un movimiento literario y pictórico del siglo XX que

intenta mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano o común.


Su objetivo no es el despertar emociones, sino expresarlas, siendo además y sobre
todo, una actitud frente a la realidad.

Historia del realismo mágico

La primera persona en utilizar el término “realismo mágico” y quien acuñó el término


fue el crítico de arte e historiador alemán Franz Roh (1890 – 1965) en 1925,
llamándole “Magischer Realismus”, para referirse a un estilo pictórico conocido
como “Neue Sachlichkeit” (la Nueva Objetividad), una alternativa al expresionismo.
En ese momento, Roh identificó los detalles precisos del realismo mágico: la
claridad fotográfica fluida y el retrato de la naturaleza “mágica” del mundo racional.
Roh creía que el realismo mágico estaba relacionado con el surrealismo,
pero siendo un movimiento distinto debido al enfoque del realismo mágico en el
objeto material y la existencia real de las cosas en el mundo.
Ese mismo año (1925), Fernando Vela, escritor en “Revista de Occidente” fundada
por José Ortega y Gasseten 1923 y de quien Vela era discípulo, tradujo y publicó
en esa revista el ensayo de Roh al español, preparando el escenario para su
apropiación por parte del movimiento literario.

Inicios del realismo mágico: la pintura

Roth era crítico de arte y acuñó el término para esa disciplina en una exposición
comisariada por Gustav Hartlaub (quien respaldó la propuesta) y quien la bautizó
precisamente “Neue Sachlichkeit”.

Si bien el estilo pictórico comenzó a evolucionar a principios del siglo XX, fue el
italiano Massimo Bontempelli quien adaptó y expandió el término a las
comunidades tanto de Alemania como de Italia.

El realismo mágico en la Literatura Latinoamericana


El realismo mágico literario surgió en América Latina. A comienzos del siglo XX,
era muy común que los escritores viajaran frecuentemente a los centros culturales
europeos como Berlín, París o Madrid, y fueron influenciados por el movimiento
artístico de la época.
Los escritores Alejo Carpentier o Arturo Uslar-Pietri, por ejemplo, fueron
fuertemente influenciados por movimientos como el surrealismo durante sus
estadías en París entre 192 y 1930.
Sin embargo, la publicación de la traducción de Roh en la Revista de Occidente,
encabezada por la figura literaria de Ortega y Gasset, fue el disparador de la
vinculación de los realismos mágicos pictóricos y literarios.
Jorge Luis Borges inspiró y alentó a otros escritores latinoamericanos en el
desarrollo de este nuevo género,

Jorge Luis Borges

particularmente en su primera publicación del realismo mágico “Historia Universal


de la Infamia”, en 1935.
Entre 1940 y 1950, el realismo mágico latinoamericano alcanzó su apogeo con una
gran cantidad de escritores principalmente argentinos.

Visión del mundo occidental y del mundo nativo


La perspectiva crítica hacia el realismo mágico como un conflicto entre la
realidad y la anormalidad proviene de la disociación del lector occidental con la
mitología, una raíz del realismo mágico que las culturas no occidentales
comprenden con más facilidad.
La confusión en occidente se debe a la concepción de lo real creada en un texto
realista mágico. En lugar de explicar la realidad utilizando las leyes naturales o
físicas, este género crea una realidad en la cual la relación entre los incidentes, los
personajes y el entorno no puede basarse o justificarse por su estatus dentro del
mundo físico.
Para comprenderlo, nos puede ayudar el análisis que realizó el escritor
guatemalteco William Spindler en su artículo “Realismo mágico: una tipología”,
que si bien tiene ciertas objeciones por parte de críticos, fue un acto de
intentar categorizar el realismo mágico.
Spindler sostiene que hay tres tipos de realismo mágico, aunque no son de
ninguna manera incompatibles entre ellos:
Realismo mágico “metafísico” europeo: con su sentido de extrañeza y lo extraño,
ejemplificado por la ficción de Kafka.
Realismo mágico “ontológico”: caracterizado por “seriedad” al relacionar eventos
inexplicables
Realismo mágico “antropológico”: en donde una cosmovisión nativa se une a la
cosmovisión racional occidental.
Si bien hay muchas críticas sobre que América Latina sea la piedra angular de todas
las obras del realismo mágico, es indudable que es en este continente en el que
se aprovechó y expandió al máximo, ofreciendo al mundo una gran cantidad de
autores del género.

Autores destacados del realismo mágico

Gabriel García Márquez, el máximo exponente del realismo mágico en la literatura


latinoamericana. Crédito: Dominio Público.

Horacio Quiroga, Miguel Ángel Asturias, Mario Vargas Llosa, Gabriel García
Márquez, Alejo Carpentier y Jorge Luis Borges son los autores más
destacados del realismo mágico.
La obra “100 años de Soledad” de Gabriel García Márquez es el máximo exponente
de este género literario, siendo además un fenómeno a nivel mundial.
Otro autor que en parte perteneció al realismo mágico fue Julio Cortázar, con obras
como “Bestiario” y “Final del juego”.
En el caso de Borges hay una salvedad y es que se debe incluir en un movimiento
contrario al realismo mágico, al negar de forma absoluta el realismo como género.

El escritor cubano Alejo Carpentier, en su prólogo al libro “Reino de este mundo”,


define la escritura de Borges con un concepto propio: “real maravilloso”, el cual si
bien tiene algunas semejanzas con el realismo mágico, no debe ser asimilado a
éste.
También hay autores que se han destacado dentro del Realismo Mágico con
algunas obras, como:
Carlos Fuentes (“Aura”)
Jorge Amado (“Doña Flor y sus dos maridos”)
Juan Ruffo (“Pedro Páramo”)
Isabel Allende (“La casa de los espíritus”)
José de la Cuadra (“Los Sangurimas”)
Arturo Uslar Pietri (“La lluvia”)
Demetrio Aguilera Malta (“Siete lunas y siete serpientes”)
Manuel Mujica Lainez (“Bomarzo”)
Laura Esquivel (“Como agua para chocolate”)
Mario Jorquera – “La harina mía”

Autores de Realismo Mágico de habla inglesa:


Salman Rushide
Günter Grass
Toni Morrison (“Amado”)
Gloria Naylor
Louise Erdrich
Sherman Alexie
Louis de Bernières
Angela Carter
Günter Grass en Estambul en 2017.

Características literarias del realismo mágico

Existen una serie de características que proporcionan a un texto la categoría de


realismo mágico. Sin embargo, no son excluyentes ni exclusivas, y su aplicación
en una obra varía, pudiendo utilizar una o muchas de ellas. Pese a ello, representan
más o menos con precisión lo que podemos esperar en un texto de este estilo
Elementos fantásticos:
El realismo mágico retrata los eventos fantásticos en un tono realista. Aporta
fábulas, cuentos populares y mitos a la relevancia social contemporánea.

Configuración del mundo real:


La existencia de elementos fantásticos en el mundo real, proporciona la base para
el realismo mágico. Los escritores no inventan nuevos mundos, sino que revelan lo
mágico en este mundo, como hizo Gabriel García Márquez en “Cien años de
soledad”.
La reticencia del autor:
La reticencia del autor es “la retención deliberada de información y explicaciones
sobre el desconcertante mundo ficticio”, según explicó Amaryll Beatrice
Chanady en su obra “El realismo mágico y lo fantástico: Antinomia resulta vs no
resuelta”.
El narrador es indiferente, la historia procede con precisión lógica como si no
hubiera ocurrido nada extraordinario, ya que los eventos mágicos se presentan
como sucesos ordinarios, lo que hace que el lector acepte la fantasía como
normal y común.
Explicar el mundo sobrenatural o presentarlo como extraordinario, reduciría
inmediatamente su legitimidad en relación con el mundo natural.

Portada “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez.


Hibridez:
Las líneas de las tramas de los textos de realismo mágico emplean de manera
característica los planos de realidad híbridos múltiples y en ocasiones opuestos,
como urbano y rural u occidental e indígena.

Metaficción:
Este rasgo se centra en el papel del lector en la literatura. Con sus múltiples
realidades y su referencia específica al mundo del lector, explora el impacto que la
ficción tiene en la realidad y viceversa; dejando al lector en medio de ello.
De este modo, es una herramienta ideal para llamar la atención sobre críticas
sociales o políticas.

Mayor conciencia de misterio:


Quien mejor describió este concepto fue Luis Leal, quien expresa este sentimiento
como “aprovechar el misterio que respira detrás de las cosas”. Es una literatura a
un nivel intensificado, en donde el lector debe abandonar los vínculos que tiene con
lo convencional (avance de la trama, estructura de tiempo lineal, base científica,
etc.), para intentar obtener un mayor estado de conciencia de conexión con la vida
o con significados ocultos, algo que está presente en casi todas las obras de
realismo mágico y que queda muy explícito en “Cien años de Soledad”.

El realismo mágico en el cine

Si bien el realismo mágico no es un género cinematográfico


reconocido oficialmente, podemos encontrar muchas de sus características en
varias películas, las cuales se presentan de manera práctica o bien sin explicación.
“Como agua para chocolate” (1992) fue el primer gran exponente, algo no extraño
teniendo en cuenta que se basa en un libro de este género. Sin embargo, hay
otras películas que transmiten elementos del realismo mágico como:
The Green Mile (La milla verde / Milagros inesperados) (1999)
Amélie (2001)
El laberinto del Fauno (2006)
Birdman (2014)

Por otra parte, Woody Allen es un director que gusta de transmitir elementos del
realismo mágico, el cual se puede ver en muchas de sus películas como:
La rosa púrpura de El Cairo (1985)
Alice (1990)
Media Noche en París (2011)
A Roma con amor / De Roma con amor (2012)
Marcelo Ferrando Castro
Fundador y Director de Red Historia. Desde pequeño me atrae la Historia y la
comunicación (igual que viajar o la foto), y tras estudiar Historia en la Universidad,
necesitaba poder compartir con todas las personas interesadas la gran cantidad de
noticias sobre arqueología, historia y humanidades en general, que no siempre nos
llegan de forma fácil, complementándolo con artículos informativos de los
acontecimientos y personajes (entre otras cosas) más importantes de nuestro
pasado. Así nació Red Historia, un proyecto que crece día a día gracias a todos
vosotros.

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