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EL JUEGO DE

PELOTA
EN MESOAMÉRICA
RAÍCES Y SUPERVIVENCIA
· María Teresa Uriarte
coordinadora

1 .

))(()
~tiuno
editores

-,-
El juego de pelota prehispánico
y las canchas de pelota de Jalisco
y Nayarit: la tradición de Teuchitlán

PHIL C. WEIGAND

Introducción

si bien todavía hay una comprensión


defectuosa de las culturas arqueológicas de Mesoamérica occidental, en
décadas recientes hemos logrado documentar varios hechos que discre-
pan de las interpretaciones normativas y de la historia del arte sobre la
prehistoria de esa zona: l]la Mesoamérica occidental, ya en el periodo
··. 1 .
Formativo Medio, tenía sociedades complejas; 2] la región tiene una
tradición de arquitectura monumental, representada por un tipo arqui·
tectónico exótico para Mesoamérica; 3]la región tuvo un elevado perfil
demográfico en la totalidad de los periodos Formativo Tardío y Clásico
y 4]la región había pasado por los procesos de una temprana urbaniza·
ción durante el periodo Clásico. Esta presentación se centrará en las
canchas de juego de pelota que fueron localizadas por el Proyecto de
J Delineación de Mapa de Teucl:dtlán, 1 en las zonas lacustres del altiplano

1 Este proyecto se está llevando a cabo al amparo de un permiso del INAII·SEP,


representado por el Centro Regional del Occidente. Deseo agradecer a Otto SchOndu-
be y ajavier Galván, ambos del CKO, su inestimable ayuda y apoyo. El trabajo de campo
se realizó con la ayuda de Celia García de Weigand, Francisco Ron Siordia, Dolores
Soto de Arechavaleta, Robert Shadow, }oseph Mountjoy, Michael Cinquina, Emil
1 Veakis, Luis Figueroa, Pedro Figueroa, Robert Koll y otros muchos. Valiosas observa·
i
ciones de laboratorio fueron hechas por Michad Spence y james Schoenweuer. Deseo
agradecer a Muriel Porter-Weaver sus comentarios sobre una versión anterior de este,
estudio. Esa versión anterior saldrá a luz en Vernon Scarborough y David Wilcox Las Ilustraciones de este
(compiladores), The Mesoamertcan ballgame, volumen en prensa en la Universidad articulo son de Juan
de Arizona. Da du.
238. PHII:. C. Wf:itiANV

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

de Jalisco. Aprovechando los bellos ejemplos de arte de figurillas de


grupo de las tumbas del periodo Formativo Tardío (cf. Von Winning y
Hammer, 1972; Von Winning, 1968) unidos a una arquitectura bien
conservada, se ha podido sugerir una evolución de la morfología y
función de la cancha de pelota a lo largo de unos dos milenios (de 600
a. C. hasta el Posclásico Tardío). L:i zona de estudio es el corazón de la
Tradición de Teuchitlán, marcada, según se ha dicho, por un tipo señero
de arquitectura circular concéntrica y, desde el Formativo Tardío hasta
el Clásico, por una serie distintiva de formas de cañcha de pelota
(consúltese Weigand, 1977; 1985; 1989 y 1990 sobre discusiones gene-
rales de cronología y características de fase y descripciones de los
edificios concéntricos). 2
La zona es una región rica en recursos que fue testigo del temprano
desarrollo de una sociedad compleja señalada inicialmente hacia 1500
a.C. con una serie de complicados entierros (Oliveros, 1974; Kelly,

1980; Weigand, 1985 y 1989). Además de suelos notablemente ricos, la
región cuenta con depósitos de piedras preciosas azules y verdes,
fuentes de obsidiana de primera calidad, ·.afloramientos de ópalo,
cuarzo, cobre nativo, plata y buenas arcillas. El perfil de recursos era
superior y debe explicar en parte el muy temprano desarrollo de
sociedades complejas en la región.

Las canchas de juego de pelota del periodo Formativo

El primer testimonio de canchas de juego de pelota es bastante posterior


a los inicios de la sociedad compleja. Hacia 600 a. C. (la fase de San Felipe
o Formativo Medio) se han definido varias canchas dudosas y mal
conservadas. La cancha de Campanillo puede ser de ese periodo. Esta

2
Los edificios circulares son ejemplos de arquitectura formal (a diferencia de la
vernácula). Esos edificios- están compuestos por familias de tres círculos trazados
desde centros radicales. El primer elemento concént~co es una pirámide c~rcular,
rodeada a su vez por un patio elevado y circular. Este patio está rodeado por una
banqueta circular, encima de la cual existen entre cuatro y ocho plataformas (para el
periodo Formativo) y de ocho a 16 plataformas (para el periodo Clásico). Bajo esas
plataformas, en los círculos tempranos, están situadas algunas de las famosas tumbas
verticales. Encima de esas plataformas estaban las estructuras enzarzadas y embarra-
das de techumbre de paja que se retratan en las figurillas de grupo. La geometría
rectora de estos círculos es muy equilibrada y armónica. La mayoría de las plataformas
situadas encima de las banquetas están· dispuestas con gran simetría. Además, la
lectura de los diámetros en la familia de círculos permitió descubrir que seguían la
fórmula 1:1:2.5:1:1 (medida de la banqueta : patio : pirámide : patio : banqueta,
respectivamente; véase la figura 17).
El juego de pelota... de jalisco y Nayarit .239
OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

cancha está mal conservada y no es un buen ejemplo de las canchas de


pelota del Tipo 11-Ani del Tipo III, que son las formas más habituales para
el periodo Formativo. La cancha de Campanillo está anexa a un túmulo
de la fase de San Felipe, compuesto por un altillo esculpido, aunque bien
puede representar un agregado posterior.
Desde luego el testimonio es más evidente en la fase de El Arenal
(Formativo Tardío, unos 300 a.C. hasta 200 d. C.). Algunas de las canchas
de pelota están aisladas, a juzgar por su representación con las figurillas
de cerámica, pero otras están adosadas a los edificios circulares. En este
último caso, una de las plataformas del extremo de la cancha sirve
también de platafornia encima de la banqueta circular de los edificios
concéntricos. Las figurillas han sido extraídas por saqueadores de los
entierros de calidad -son raras y su procedencia no está bien compren-
dida. En su mayoóa parecen venir de los confines de Nayarit/)alisco,
región firmemente inserta en la Tradición de Teuchitlán a lo largo de
toda su evolución. Las figurillas representan canchas del Tipo III y del
Tipo 11-A. Las canchas de pelota del Tipo III aparecen con escasa fre-
cuencia en el reconocimiento, si bien se localizó en Las Pilas un ejemplo
bastante claro. Von Winning estima que sólo existen cinco o seis
ejemplos comprobados y auténticos de figurillas de cancha de pelota.
Con posterioridad a su estimación hemos encontrado otros dos ejem-
plos -uno en el Museo de Arte de Indianápolis y otro en una colección
particular en St. Louis. Se han recuperado muchos restos fragmentarios
de canchas de pelota, pero ninguno ofrece nuevos detalles más allá de
: 1 .
lo que puede verse en las· piezas enteras. De nuestro reconocimiento
han salido siete canchas indudables y otras dos posibles, que se remon-
tan al Formativo Tardío. Las canchas del Tipo III aparecen en el arte de
figurillas de cerámica en tres formas básicas, siendo de originalidad
única· en todos sentidos el ejemplo de Colima (Von Winning y Hammer,
1972, lámina 76). Este último ejemplo está hecho de piedra y retrata una .
escena muy estática en una cáncha casi cuadrada. No se conoce ningún
paralelismo arquitectónico.
Las otras dos formas de la cancha de Tipo III en el arte cerámico sí
tienen paralelismo arquitectónico conocido (Von Winning y Hammer,
1972, láminas 73, 74 y 75). Ambas variantes se caracterizan por
camellones paralelos que marcan los linderos laterales de la cancha. Una
( variedad (lámina 75) tiene camellones con testeros en terraplén, y la otra
no. Por lo demás son prácticamente idénticas. En lo arquitectónico estas
canchas son pequeñas, de unos 30 a 40 metros de largo y 10 metros de
ancho, y sus camellones raras veces tienen más de 0.5 metros de alto y
1.5 a dos metros de ancho. Los camellones están hechos de guijarros de
campo y río en bruto, de todos los tamaños, aunque cuidadosamente
240. PHIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

La tradición de
Teuchltlán. Oeste de
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MICHOACAN

!II!!JI DISTRIBUCIÓN DE TUMBAS CON TIPOS


l1m DE FIGURILLAS O.El FORMATIVO TARDfO MEDIO
1. lA FLORIDA
• TUMBAS VERTICALES 2. CHIMAlTITÁN
3. JUCHIPILA
4. TEUL/TLALTENANGO
[!] COMPLEJO AISLADO S. TEOCALTI CHE

apilados en mortero de adobe. Según las figurillas de cerámica estos


camellones estaban enyesados y pintados. Tanto en los ejemplos arqui-
tectónicos como en las figurillas de cerámica los camellones son rectos
y no van unidos a plataformas. En el campo esas canchas del Tipo III
están aisladas, aunque guardan relación con recintos residenciales y
sencillos edificios circulares. Rumbo al norte, en la Cultura de Chalchi-
huites de Zacatecas (Kelley, 1976), esta morfología de la cancha de
pelota es muy frecuente, aunque tal vez ligeramente posterior en fecha.
Las canchas del Tipo III, según representación en las figurillas de
cerámica, tiene de cuatro a seis jugadores acompañados por espectado-
El juego de pelota ... de jalisco y Nayarit

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

res sentados en los camellones que delimitan las canchas y en sus


cabeceras. Trompas de caracol marino parecen ser parte del equipo de
. juego. La pelota, según se ilustra, es de gran tamaño, y si era sólida habóa
pesado fácilmente más de los cuatro kilos prescritos por las costumbres
posteriores en otros lugares de Mesoamérica. Una figurilla muestra lo
que parece ser un caderazo en plena acción. En las figurillas de cerámica
no hay aros representados, y tampoco aparecen en la arquitectura de las
canchas de las fases del Formativo ni posteriores. Evidentemente son
dos los bandos participantes en el juego, pero la división de los
espectadores en apoyo de sus equipos no se desprende de las figurillas.

La tradición de
N Teuchltlán. Oeste de
México. Periodo Clásico.
Complejo Ceremonial
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Circular
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MICHOACÁN

NÚCLEO
242. PHIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

Círculo HB" de Campanillo

O S 10 15 20 .
Metros
Mapa del
emplazamiento del
Circulo B de Campanillo

No parecen existir diferencias de categoría ni de indumentaria, ni entre


los jugadores ni entre los espectadores como clases. Salvo el hecho de
que los espectadores están distribuidos a lo largo de los dos camellones,
ninguna otra diferencia parece dividirlos.

Perfeccionamiento del Formativo Tardío

Con la evolución del Formativo Tardío, y al adquirir mayor formalidad


los patrones arquitectónicos ceremoniales circulares de 5 elementos
(cf. Weigand, 1985 y 1990), la cancha del juego de pelota se hizo más
complicada. Las canchas de Tipo 11-A son claramente tardías y a menudo
El juego de pelota... de jalisco y Nayarit

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

no se pueden distinguir de las canchas ligadas a centros menores del


periodo Clásico. En general las canchas de Tipo II se presentan en dos
tamaños: las de 40 metros de largo y las que tienen de 50 a 60 metros
de largo. Las canchas del Tipo 11-B son las más largas y están decidida-
mente ligadas al periodo Clásico. Las canchas del Tipo II, más cortas, son
del Formativo Tardío, si bien lo más probable es que fuesen construidas
y/o mantenidas durante el periodo Clásico.
Como se ha dicho, las canchas del Tipo II-A están representadas en
figurillas de cerámica como unidades arquitectónicas aisladas, pero la
i(\vestigación de campo ha comprobado que con bastante frecuencia
están unidas a las plataformas de banqueta de los círculos. Las figurillas
son sumamente raras. La más famosa es la pieza de la colección del
Museo Diego Rivera en la ciudad de México. Estas figurillas muestran Comparación de tres
distintas ordenaciones por posición social, tanto en la vestimenta como tipos de cancha de
en la manera de sentarse. Son especialmente notables los dignatarios pelota en la zona de
Teuchttlán, jalisco. Zona
sentados encima de las plataformas, dentro de casas semiabiertas, en las de Teuchltlán, jalisco.
cabeceras de las canchas. Estas personas son atendidas por los que 11achco

(
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244. PIIIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

parecen ser sirvientes. Tal vez sean los patrocinadores de los dos
equipos que están jugando en la cancha. Los demás espectadores están
sentados a lo largo de los camellones, lo que proporciona una atmósfera
de galería. Esos camellones son ahora complejos y recargados, tanto en
las figurillas de cerámica como en la arquitectura; están divididos
en sectores a lo largo de cada camellón por separadores de plataforma.
En un caso arquitectónico, también el terreno de juego está dividido
exactamente a la mitad por un camellón de escalón. Esos mismos ca-
mellones y plataformas de cabecera son destacadamente visibles a la
inspección de campo en la mayoría de los casos que hemos podido
fechar.
Las canchas de Tipo II-A y Tipo II-B exhiben todas menos una de las
características fundamentales ligadas a las canchas de pelota del perio-
do Clásico de la Tradición de Teuchtitlán. Esas características son (con
refers;:ncia a la figura correspondiente): · '

1) dos camellones paralelos


. 1
que marcan los límites laterales del
terreno de juego;
2] campos de juego con piso preparado (apisonado y/o aplanado),
que en raras ocasiones tienen separadores y que a veces están
elevados como plataformas de piso;
3) plataformas de cabecera que están terraceadas y sirven de cimen-
tación a sencillas estructuras enzarzadas y embarradas (que eran
aplanadas y pintadas) con techumbre de paja de caballete;
4) plataformas encima de los camellones laterales que al parecer
servían de separadores de galería;
5) una arena en forma de "1" abierta entre las plataformas de los
extremos y los camellones del terreno de juego y laterales (E-1,
la "1" abierta es emparejada con F, una plataforma de cancha
completa; E-2, la "1" abierta está básicamente en el mismo nivel
del suelo que rodea toda la cancha; E-3, no hay plataformas en los
extremos, por lo tanto no hay una verdadera "1" abierta), y
6) una plataforma de toda la cancha, incluyendo las plataformas de
los extremos, los camellones laterales y los terrenos de juego.
Esta plataforma de cancha completa aparece con poca frecuencia
o sólo parcialmente en las canchas de Tipo Il.

Las canchas de Tipo II-A tienen una anchura de cuatro a seis metros. Los
camellones pueden llegar hasta un metro de altura, y las plataformas de
camellón raras veces pasan de 1.5 metro de alto. Las plataformas de los
Recinto y cancha de
pelota de Cerro de testeros suelen ser rectangulares, a menos que su lado exterior esté
Pipio/e unido a un círculo, y entonces ese borde se adaptará a la curvatura de
El juego de pelota... de jalisco y Nayaril 1)245

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

plataforma

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terrazas , ·
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/ posible plataforma
' de pequeñas piedras
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terraza natural

o 5 10. 20
METROS
246. PHIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

la banqueta interior. Las plataformas de los testeros pueden ser de


diversos tamaños, con o sin terraceado complejo, dentro de una misma
cancha. L1.s plataformas de los testeros raras veces miden más de 8 x 12
x 1.5 metros, aunque se han deslindado plataformas hasta de tres metros
de altura. L1.s plataformas de los testeros, y tal vez los camellones, están
claramente marcadas como lugares de honor en ·la cancha de pelota. En
el registro etno-histórico no hay constancia de que se celebraran en esta
región juegos de pelota en canchas de esta naturaleza. Aunque las
fuentes mexicas-culhuas mencionan lugares de honor para el hueytla-
toani y los sacerdotes de Quetzalcóatl, Tezcatlipoca y Tláloc, las
figurillas y la arquitectura del occidente de Mesoamérica no son lo
bastante concretas para identificar las verdaderas categorías sociales
especiales.
Dado que algunas de las canchas aisladas del Tipo 11 sí tienen
separadores de terreno de juego, así como camellones y plataformas de
testero simétricamente opuestos, es razonable sugerir que el mismo
· principio de dualidad religiosa y social, tan destacado en los relatos de
juegos de pelota tardíos en otras ¡jartes de Mesoamérica, está represen-
tado en el occidente por épocas del Formativo Tardío y del Clásico
Temprano. Ahora bien, como se ha dicho, e~iste poco material icono-
gráfico que ayude a interpretar o describir un juego de pelota de
Mesoamérica occidental de este periodo para la Tradición de Teuchi-
tlán. L1.s excepciones son, desde luego, las figurillas de cerámica alta-
mente etnográficas en escenas de grupos o como jugadores individuales
de pelota. Los tableros de cerámica seudovidriada de los códices,
además, pueden tener ciertas referencias de glüos al juego de pelota
(Weigand, 1990b).

Las canchas de pelota del periodo Clásico

Desde la fase de Ahualulco hasta llegar a las fases de Teuchitlán 1 y 11


(aprox. 200-400 d.C., 400-700 d.C. y 700-900/.1000 d.C., respectiva-
mente; véase figura correspondiente), tenemos la posibilidad de estra-
tificar la muestra inspeccionada de canchas de pelota. L1. arquitectura
que se remonta a esos periodos permite el examen de datos internos de
las propias canchas y también la asociación de los diversos tipos de can-
chas (tipos 1, JI-A y 11-B; véase figura correspondiente) con estructuras
y rasgos de emplazamientos adyacentes (por ejemplo, recintos circu-
lares, patios rectangulares, zonas de talleres, sistemas de terrazas,
escalinatas y otras canchas de pelota).
Antes de pasar adelante hace falta describir la cancha de pelota de
El juego de pelota. .. de jalisco y Nayarit .247

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

posible plataforma

7
~e_struido por el arado

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~ o 10 20 30

Metros
Arroyo de los Lobos -
Circulo "B"

Tipo 1 o verdaderamente monumental. Los terrenos de juego de esas


canchas tienen de 80 a !/ó metros de largo, pero raras veces más de ocho
metros de ancho. Se debe recalcar que esas grandes canchas sólo
aparecen unidas a los más grandes de los recintos circulares (véase nota.
2). Los terrenos de juego estaban hechos de pisos en capas, apisonados
y aplanados. Los camellones laterales, sin falta, tienen separadores de
plataforma, y esas plataformas son más altas, más terraceadas y más
anchas que las plataformas de camellón del Tipo 11. Es más, los propios
camellones son más altos, más terraceados y más anchos que los
prototipos del Tipo U. Los camellones varían de ocho a 12 metros de·
248~ PIIIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

ancho, de dos a cuatro metros de alto, con plataformas de camellón de


tres a cinco metros de alto. Las plataformas de testero están siempre
terraceadas y, con una excepción, colindan con una estructura ceremo-
nial circular.
En el más grande de todos los recintos circulares, el complejo de
Guachimontón cerca de Teuchitlán, la cancha monumental está coloca-
da entre dos círculos. En Ahualulco, la cancha monumental colinda con
el círculo más grande del conjunto total. Santa QuiteñajRancho Nuevo
tiene lo que más se parece a una cancha monumental aislada de pelota
que hayamos investigado hasta ahora. Es además la mayor de las tres

Cortacena - Circulo de
Loma Alta

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platafo/~}'~~struida por el arado

plataforma destruida por el arado


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METROS
El juego de pelota ... de jalisco y Nayarit .249
OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

N Alt~lo

1 GUACHIMONTON
2 IGUANA
3 AZQUEUTO
P PlATAFORMA
1 TERRAZA

Depresión

o 50 100

metros .•

canchas monumentales. Cabe observar que las dimensiones de longi- Complejo de


Guachimont6n.
tud dadas a la fecha son las medidas de los terrenos de juego, no de la
T~uchitlán. jalisco
cancha total. La medición total de longitud de Santa Quitería/Rancho
Nuev.o rebasa justamente los 140 metros... un edificio ciertamente
monumental. Los camellones y las plataformas de testero se constru-
yeron con peñascos y relleno de adobe, revistiéndolos con guijarros
sin pulir colocados en terrazas bien edificadas y cubiertas de yeso
pintado para lechadas. Como se dijo, al existir sólo tres de estas mo-
numentales canchas de pelota, es interesante observar que cada una
está directamente ligada a uno de los tres complejos monumentales
( más grandiosos del periodo Clásico en las tierras altas occidentales de
la zona de los lagos.
Los complejos de Guachimontón, Ahualulco y Santa Quitería son
impresionantes aun si se les ve aisladamente, pero los tres son parte de.·
zonas de vivienda y sistemas de asentamiento aún más grandes. La zona
de vivienda de Teuchitlán, que contiene el complejo de Guachimontón,
es con mucho la mavor· el com le"o de Guachimontón es el recinto
250. PIIIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

más importante dentro de la mayor zona de vivienda. La jerarquía de


asentamientos del sitio ha sido detallada en otro lugar (Weigand, 1977;
1985; 1990; Soto de Arechavaleta, 1982). Las canchas de pelota del sitio,
del periodo Clásico, por tipo, encajan formalmente en la jerarquía de
recintos dentro de la zona de vivienda. Teuchitlán tenía una región
interior inmediata o Zona Económica Clave (cf. Chi, 1936) de 30 mil
hectáreas. El núcleo del asentamiento, en el que está concentrada casi
toda la arquitectura ceremonial y residencial, apenas rebasa las tres mil
hectáreas. Con base en una cifra de 60% de contemporaneidad para las·
estructuras residenciales, estimamos que la población del Clásico fue
quizá de 25 mil. Este asentamiento exhibe muchas caracteósticas
urbanas (por ejemplo una jerarquía interna de recintos y edificios

Ahualulco

posible zona
de "chinampa"

--------- .. 1. banqueta
2. borde superior del potrero
o .16 .32 .48 3. borde inferior del·potrero
4. posibles terrazas
k~ómetros
El juego de pelota ... de Jalisco y Nayarit

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

administrativos, zonas de actividad económica altamente especializa-


das, complejos rasos agrícolas en el campo, etc. -véase Weigand, 1985
y 1990; Soto de Arechavaleta, 1982). Existen 17 complejos circulares
(algunos de los cuales tienen múltiples círculos -Guachimontón tiene
ocho) dentro del sistema comunal de asentamientos de Teuchitlán: un
'recinto de primera fila (Guachimontón) y cuatro recintos de segunda
fila, que comprenden cinco distritos o barriadas dentro de la antigua
ciudad. Sólo uno de esos distritos carece de cancha de pelota de Tipo
li-B. La figura (El Saucillo) representa un recinto de segunda fila dentro
del asentamiento de Teuchitlán; la figura (Potrero de las Chivas) re-
presenta con toda probabilidad una cancha de Tipo II-B -este complejo
tiene tres círculos en total, pero sólo una cancha de pelota-
Si la cancha de pelota cumplía funciones de centralización e integra-
ción política por medio de una oposición social formalizada en el ritual
público, entonces el tamaño y la complejidad de las canchas variarían
al unísono con el tamaño y la complejidad de los recintos circulares con
los que se les encuentra. Las canchas de Tipo 1sólo deberían encontrarse
en los círculos más complejos. En el patrón de asentamientos zonales
hemos localizado seis grandes sitios en total, incluyendo Teuchitlán-
Sólo tres, sin embargo, tienen canchas de Tipo l. Huitzilapa, Las Pilas y
Tala nq tienen canchas de pelota de Tipo 1, aunque el principal com-
plejo ceremonial de Tala está tan destruido por la roturación, el saqueo,
la extracción de rellenos y la erosión.que quedan muy pocos detalles.
La figura 13 muestra un solo recinto del sitio de Huitzilapa, pero es el
único con cancha identificable, y ést.a es claramente una variedad del Ti-
po li-B. Huitzilapa y la cancha de Las Pilas de Tipo II-B son de la variedad
aislada. En Ahualulco hay tres distritos: el recinto principal tiene una
cancha del Tipo 1, el recinto de segunda fila tiene una cancha del Tipo
II-B, y un recinto de tercera fila no tiene ninguna clase de cancha_ Santa
Quitería;Rancho Nuevo también tiene tres distritos; el recinto principal
con una cancha de Tipo 1, y el recinto de segunda fila con una cancha
de Tipo li-B. Es evidente que el tamaño de la cancha de pelota es un
importante emblema de la categoría de un distrito, igual que lo es el
tamaño de su círculo ceremonial. Además, el número de canchas de
pelota dentro de un lugar es un importante emblema del prestigio del
lugar dentro del patrón general zonal del asentamiento. Por ejemplo,
Teuchitlán tiene nueve canchas de pelota claramente identificables
ligadas a su arquitectura-den>enooo Clásico, y varias posibilidades más.
Dentro de un lugar, ésta es una de las mayores colecciones y concentra-
ciones de canchas de pelota de toda Mesoamérica.
En general, cuando las canchas de pelota están vinculadas a un
ctÍJ~ h1 unión 4:.P
252. PIIIL C. WEJGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

desarrolla diferencialmente, ya que es una plataforma compartida


dentro de la banqueta del edificio circular. Con las pocas excepciones
ya observadas, el formato perpendicular entre cancha de pelota y
círculo es un rasgo arquitectónico formal. Desde arriba parece un ojo
de cerradura anticuada: es un rasgo distintivo y formal de la arquitectura
de la Tradición deTeuchitlán. Anthony Aveni examinó la orientación de
las canchas de pelota buscando un posible significado astronómico.
Mapa del Aparte de observar la forma alargada, no logró hallar regularidades que
emplazamiento del
complejo Santa Qulterla hagan pensar en una aplastante preferencia en cuanto a orientación
Rancho Nuevo astronómica (comunicación personal, 1979).

N
Altillo

, .Terr~~e afloramiento
· l.x Altillo

T TERRAZA
P PLATAFORMA
o 50 100 X DESTRUIDO

METROS

Integración del periodo Clásico

Con base en las distribuciones traslapadas y concomitantes de los


complejos ceremoniales circulares y las canchas de pelota, la jerarquía
de asentamiento que se postula comprende una jerarquía de juegos de
pelota integradores en lo político, en lo económico yen lo religioso. Las
canchas monumentales de Tipo 1 pueden haber servido para represen·
tar los intereses de las "élites" políticas en el seno de la región entera y
en sus tratos de unas con otras. Es posible que las canchas del Tipo 11
fuesen más compatibles con las preocupaciones interdistritales, ya
El juego de pelota... de Jalisco y Nayaril .253
OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

fuese dentro de una zona de vivienda común o entre un centro político


y su provincia interior. Cabe presumir que los centros carentes de
canchas de pelota se servían de las canchas situadas en los centros que
controlaban a aquéllos. Es posible que los recintos de tercera y cuarta
fila no produjeran equipos dentro del lugar general y que ésa fuera una
función de las organizaciones a nivel distrital.
La distribución de distintos tipos de canchas de pelota durante el
periodo Clásico hace pensar en una jerarquía social bien integrada. Por
lo visto esa jerarquía se servía del ceremonial conferido al formato de la
arquitectura circular con el del juego de pelota para conseguir la co-

EISauctuo

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cuartos de piedra apilada
N

altiHo
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clave:

P - plataforma
Q - po5ible pla1aforma
T - terraza

o 10 30 50
-= metros
254. PHIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

ClAVE:
P • PlATAfORMA
Q • POSIBlE PlATAfORMA

Arroyo de las Chivas -


arculo '"A•

munidad de disposición necesaria para su mantenimiento político y


económico. Al encauzar las oposiciones hacia un ritual formalizado
tanto entre diversas comunidades como en el seno de cada una, el juego
de pelota ofrecía al municipio general una disciplina y continencia que
pudiera parar la competencia de una región con otra en procura de
recursos, tanto de los estratégicos como de los escasos, y de territorios.
Una jerarquía de juegos de pelota significaba que marcarle el alto a la
competencia económica y política podía efectuarse en diversos niveles
sociales. En un reciente manuscrito no publicadodeJohn Molloy(1990)
se ha lanzado la idea de que los reyes lunares están relacionados con los
( juegos de pelota y a través del proceso "electivo" de la competición
- .255

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

X metate
"'li- concentración de obsidiana

'"

o 10 30 50

METROS
Mapa del
emplazamiento de
Hultzllapa. Cerro de las
Navajas

llegan realmente al poder. Desde luego, la dualidad de la majestad es


sugerida por las más tempranas fuentes coloniales de la Mesoamérica
occidental (De Leyva, De Agüero, 1976; Tello, 1891; Ponce, 1968). La
profundidad histórica de la doble majestad no puede averiguarse en este
momento, pero es interesante tomar nota de la observación de Molloy.
Las figurillas de los periodos tempranos de la Tradición de Teuchi·
tlán muestran claramente que hay ciertos atributos de vestimenta y
( ciertas actitudes que los jugadores de pelota comparten con los identi·
\.
ficados como guerreros. En este estudio se sugiere que esas dos
categorías pueden ser realmente una. Los jugadores, actuando como
gladiadores, y los guerreros eran una sola categoría social de la que
256. PIIIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

altillo
N
trocha

O 10 30 50 m
loloool..t'==:J'........

Mapa del
emplazamiento de
Santa Quiteria, complejo
Mesa Alta

podían extraerse dos funciones, según las cambiantes necesidades


políticas:

1] de gladiador en función de ceremonial e integración adentro de


la comunidad y del municipio, y
2] de guerrero en función de competencia política o conquista de
hegemonía y recursos frente a otras comunidades o municipios.

Se formula la hipótesis de que las canchas y juegos de pelota de la


Tradición de Teuchitlán funcionaban dentro del dominio integrador
político y económico en todos los niveles sociales y comunitarios, el
El juego de pelota ... de Jalisco y Nayarit

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

cual se expresaba como competición dualista convertida en ritual.


Como se ha dicho, es posible que la cancha de pelota de Tipo 1 haya
servido a la más amplia arena de la competición extramunicipal. De ser
así, es interesante observar que las canchas de pelota de Tipo 1 no se
encuentran fuera del núcleo de la Tradición de Teuchitlán. Tampoco
se encuentran canchas de Tipo 11-B fuera de ese mismo núcleo. Fuera
del núcleo sólo se encuentran las de Tipo 11-A y Tipo III. Esto indicaría
que la jerarquía social atraía hacia el núcleo, en una especie de implo-
sión, los rituales y las ceremonias que requerían de grandes juegos de
pelota, lo cual iba en paralelo con la implosión documentada de la
población y la restringida distribución de las monumentales barriadas
circulares.

Canchas de pelota del Posclásico

Dada la relativa abundancia de canchas halladas para los periodos


Formativo y Clásico en la región de Teuchitlán, es bastante asombrosa
la ausencia de material compar.tble para el Posclásico. No se debe a falta
de investigación en sitios del periodo Posclásico. Hemos encontrado
grandes y extensos emplazamientos con arquitectura monumental
.literalmente dondequiera que hemos vuelto la vista. Algunos sitios,
como Techaluta (Weigand, 1990; Neal y Weigand, 1990), tienen ca-
racterísticas urbanas y una arquitectura bien conservada. Pero hasta la
fecha se han encontrado muy pocas canchas de pelota que se puedan
fechar con firmeza en el Posclásico. Si esto se debe o no a nuestm
incapacidad para ver esas estructuras para este periodo o a una ilusión
de una antigua realidad, es algo que todavía no sabemos. Lo que sí
sabemos, desde luego, es que la Tradición de Teuchitlán, con la rúbrica
de su arquitectura circular, declinó durante la fase Teuchitlán JI (700 a
900/1000 de nuestra era) y luego se desplomó definitivamente al final
de esa fase. Fue sustituida por una serie de sociedades configuradas por
una tradición cultural totalmente diferente, mucho más acorde con las
ideas del México centml de lo que jamás lo había estado la Tradición de
Teuchitlán (Weigand, 1985; 1989 y 1990). Dado un desplazamiento tan
cabal y tan amplio de los sistemas sociales entre 700 d. C. y 900/1000
d.C., quizá no debiera causar sorpresa el descubrimiento de que la
cancha de pelota desaparece en gran medida, además de otros cambios.
Como la reorganización de la región fue tan completa y de tanto alcance,
parece ser que otro mecanismo social de integración tomó el lugar de
la cancha de pelota.
Dentro de la zona que una vez había sido el núcleo de la Tradición
258. PIIIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

,,
/
/
calda de nivel hada el bo1de exterior na~te alli!lo
_, /
--- ----
y orilla del lagQ

\
-----
\ estructura del este
' ' ...................
---
colín~
'-
de la ciudadela

A - Muro recubierto de núcleo de piedra bruta


B Posible cuarto (a nivel del piso del patio)
C - Probable plataforma -zona intensamente destruida-
unos 2 m de alto
D - Muro con5ervado con re<ubrimlento (vertical, !!)[puesto
por el destrozo)
E - Indicaciones del trazado de los muros
- CameHones bajos entre plataformas (e-k) y la pirámide
central (G) f·' tiene una altura aproximada de t.S metros
(sobre el patio), F1 está cubierto de pedacerla
G - Pirámide a!ntral (altura e~Cacta dificil de determinar
por la intensa maleza y ef fuerte deterioro) con altura
aproklmada de 3.7 a 4 metros por encima del patio
H - Fosos
·,·; 1 - Guarniciones
J - Fragmentos de recubrimiento de piedra tallada
K - Plataforma, derruida, de unos 2 metros de alto (desde el patio)
o 5 30 50 m
......., 1
l -
M -
Patio
Posible altar o platafOfma _¿estruida por el arado

(
Las Cuevas: Zona de la de Teuchitlán sólo se han localizado dos posibles canchas de pelota del
pirámide
Posclásico. Una está en la ciudadela del emplazamiento isleño de Las
Cuevas, en la Cuenca de Etzatlán (fig. 15). Aunque fuertemente saquea·
do, el sitio está bien conservado. En la ciudadela inferior encontramos
una estructura alargada y parecida a un patio que tal vez sea una cancha
de pelota de "1" cerrada. Tiene unos 125 metros de largo y 20 metros de
ancho, con la cabecera occidental excavada en el altillo superior de la
ciudadela y la cabec.era oriental terraceada sobre la ladera natural. En
contraste con las terrazas residenciales mucho más pequeñas, esta
estructura tiene muy pocos escombros cerámicos o líticos. Además los
saqueadores encontraron en esta obra restos de recubrimientos de
piedra, una indicación más de su especial naturaleza. Ahora bien, los
fragmentos de estelas que han quedado en la ciudadela o se han
encontrado como sillares de construcción en las modernas
estructuras de San]uanito (la aldea contemporánea más próxima) no
proporcionan representaciones pictóricas de la cancha de pelota, del
juego de pelota ni de su respectiva iconografía. Además, tampoco hay
una tajante mención de las canchas ni de los juegos de pelota en la
( literatura del periodo colonial temprano (citada más arriba).
El juego de pelota ... de Jalisco y Nayarlt .259
OCCIDENTE Y GRAN SUROE~'TE

La segunda posible cancha de pelota en esta región general fue


ubicada en la ciudadela inferior de Tonalá, cerca de Guadalajara. Todas
las estructuras vecinas a esta posible cancha de pelota son del Posclásico
Tardío, fechables incluso en el periodo del contacto. La obra tiene una
cabecera que podría sere una "I" cerrada, y los saqueadores han dejado
al descubierto un rincón interior en esta zona. Además expusieron un
bello acabado de recubrimiento. En conjunto la obra tiene unos 45 a 50
metros de largo y 17 metros de ancho, con la plataforma de un testero
más grande que la del otro. Es una estructura muy profunda con paredes
casi verticales.

Contorno a Intervalos
de 1O metros. Base
topográflc..: Plano
ClAVE
fotométrico de la
Ciudadela La Quemada
@ PIRÁMI[)f O ALTAR
~ ESCALERA
(versión ArmiUas-
,4f PIEDRA Welgand)
- ESTRUCTURA COMPROBADA
·-· ESTIWCTURAINFERIOA

metros
o 50 100
1 '• 1 l!
o 100 2ÓO 300 pies
26o~ PUIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

CORTE TRANSVERSAL

TERRAZA DE PIRÁMIDE DEL CLÁSICO CUARTO POR DEBAJO DEL PISO

PAVIMENTO DE PATIO DEL ClÁSICO


RELLENO DE PIRÁMIDE DEL CLÁSICO

TECHUMBRE DE PAJA

PlATAFORMA DEL CLÁSICO

BANQUETA POSTERIOR

POZO DE. DEL FORIIAATIVOI

REUENO DE PATIO

Corte transversal En paralelismo con esta pobreza de datos sobre canchas de pelota,
Idealizado del complejo en las zonas de otras partes de la Mesoamérica occidental sólo se han
de circulo del periodo
Formativo Tardio al descrito otras cinco canchas de los periodos Epi-Clásico y Posclásico.
Clásico Dos, con una posible tercera, se han localizado en la ciudadela de La
Quemada, Zacatecas (la figura correspondiente es un mapa de base elá·
borado por Armillas y Weigand, y modificado más adelante por Ben
Nelson y Peter Jiménez). La principal cancha de pelota se remonta
probablemente al periodo Epi-Clásico (aprox. 700 a 900/1000 d. C.). Es
un buen ejemplo de cancha poco profunda en "1" cerrada y tiene di m en·
siones verdaderamente monumentales con unos 150 metros de largo y
20 metros de ancho. El reciente trabajo hecho por Jiménez en la cancha
ha revelado varias capas de pavimento en el piso. La cabecera norte de
la cancha está señalada por una pirámide de lados muy empinados. La
cabecera sur, que tiene la mejor definición de la "1" cerrada, está
marcada por una serie de plataformas bajas. Como La Quemada perte·
nece en realidad a la zona septentrional de marcha de la civilización
El juego de pelota... de,jallsco y Nayarit .261
OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

mesoamericana, no hay certidumbre sobre la función que pudo desem-


peñar en el oeste. Hay poco paralelismo arquitectónico entre La
Quemada y emplazamientos más meridionales.
Kelly (1980) informa de una posible cancha de pelota de la fase de
Chanal (alrededor de 1100 d.C.) en El Barrigón, Colima. Ella da la
siguiente descripción de la obra: "En el extremo sur de la zona del
túmulo hay una marcada 'artesa' que Jos trabajadores llaman canoa o
calle; tiene 80 o 90 metros de largo y unos 20 metros de ancho y presenta
un túmulo un poco alto en la terminación occidental. Las proporciones
sugieren una cancha de pelota" (p. 48). En otra parte de la planicie
costera del Pacífico de la Mesoamérica occidental se han definido otras
dos canchas: una en Amapa (Ciune, 1976) y la otea en Chacalilla
(Guevaca López, 1981), ambas en Nayarit.
Dicho simplemente, para el Posclásico existen muy pocas canchas
de pelota documentadas de la amplia región que abarca las tierras bajas
de Nayarit, Colima, y los contiguos altos y valles lacustres de jalisco. En
contraste, solamente en la región jalisciense de Teuchitlán-Tequila-
Etzatlán existen durante el periodo Clásico más de 50 ejemplos claros
de canchas de pelota arquitectónicas y oteas muchas formas que son
posibilidades. En esta misma comarca general se han definido además
canchas de pelota del periodo Formativo. Tal vez durante el Posclásico,
en la zona jalisciense de los lagos el juego de pelota se convirtió en un
juego informal de terreno en lugar del formal juego de cancha que había
sido anteriormente. Un juego .
de pelota de1 terreno
•.
dejaría muchos me-
nos vestigios arqueológicos que Jos dejados por las canchas de pelota.
En el norte de jalisco, en un paraje que tiene modestos círculos ceremo:
niales, Jos tepecanos de San Lorenzo de Azqueltán practican un juego
de pelota de terreno que tiene ciertas semejanzas con el beisbol. El juego
básico se celebra en un terreno despejado de peñascos, aunque ese
desbrozo es irregular y el terreno no está plano. Los equipos te peca nos
salen de Jos barrios del pueblo de Azqueltán y de las diversas cancherías
que constituyen la comunidad indígena. El juego se desarrolla con gran
intensidad, y Jos espectadores participan con incesantes bromas.
Ciertamente el centralismo social que la cancha de pelota tuvo
durante Jos periodos Formativo y Clásico concluye al iniciarse el
Posclásico. En concomitancia con Jos impresionantes cambios que
barrieron la Mesoamérica occidental al final del periodo Clásico se
produjo el abandono del realce dado al papel sociocultural que el juego
de pelota desempeñaba en el orden institucional. En vista del reciente
resumen de Taladoire (1990) sobre las canchas de pelota de Michoacán,
el desarrollo de las canchas de la Tradición de Teuchitlán guarda, al
arecer, escasa o nula relación con esa región.
262. PHIL C. WEIGAND

OCCIDENTE Y GRAN SUROESTE

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