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Asepsia
La asepsia se define como el conjunto de métodos aplicados para la conservación de la esterilidad.
La presentación y uso correcto de ropa, instrumental, materiales y equipos estériles, sin contaminarlos en
todo procedimiento quirúrgico practicado, se conoce como asepsia.
Antisepsia
La antisepsia se define como el empleo de sustancias químicas para inhibir el crecimiento, destruir o
disminuir el número de microorganismos de la piel, mucosas y todos los tejidos vivos.
La finalidad de estos procedimientos es evitar o atenuar el riego de infección en toda técnica médica
quirúrgica.
Descripción de antisépticos
Las características deseables de los antisépticos y desinfectantes son las siguientes:
Amplio espectro.
Poder germicida.
Excelente penetración.
Selectividad de acción.
Efecto rápido y duradero.
Actividad en presencia de líquidos y material orgánico.
Los agentes químicos afectan los microorganismos mediante
cinco mecanismos de acción:
1. Coagulación de las proteínas. Precipitan y desnaturalizan las proteínas del citoplasma, con pérdida de
la función y consecuente muerte celular; son ejemplos el fenol y algunos metales pesados.
2. Rotura de la membrana celular. Alteran las propiedades físicas y químicas de la membrana
bacteriana y causan su lisis, como los detergentes catiónicos.
3. Eliminación de los grupos sulfhidrilos libres. Los grupos sulfhidrilos son fijados por una sustancia y
provocan daño generalizado; son prototipos los derivados del mercurio.
4. Antagonismo químico. Si la afinidad es suficientemente fuerte por la administración de un
compuesto, éste sustituye al sustrato normal de la enzima y evita la reproducción de la célula; los
aldehidos son un representante de este tipo de mecanismo.
5. Oxidación. Los constituyentes de las bacterias, en particular las enzimas, son destruidas por el
peróxido de hidrógeno.
La medida ideal consiste en aplicar a los tejidos sustancias antisépticas no lesivas, no tóxicas, carentes de
mal olor y sin capacidad de ocasionar irritación, alergias o cáncer.
Análisis del proceso infeccioso en cirugía
Así se llega a la propuesta de una clasificación simplificadora y sencilla de las infecciones en cirugía (IC)
(cuadro 8-1). De conformidad con el Sistema de Control y Vigilancia de las Infecciones Nosocomiales de la
Organización Mundial de la Salud, se define como la que se presenta en las primeras 48 h de estancia en el
hospital, el paciente no la padecía en el momento de su ingreso (figura 8-7); su identidad se describe a
continuación.
Evidentemente la mayor parte de las infecciones bacterianas en el sitio de la herida quirúrgica se origina por
patógenos que colonizan la región y que en condiciones de homeostasis no provocan daño alguno, es decir,
viven en simbiosis con el huésped, pero cuando hay una alteración de la resistencia del individuo, inducida
por la inmensa variante de factores y variables dependientes o independientes, se vuelven parásitas y
pueden entonces favorecer el crecimiento de microorganismos oportunistas.
Para identificar los posibles riesgos de contaminación de las heridas, se ha aceptado tradicionalmente que
éstas sean clasificadas por el grado de exposición a los patógenos (cuadro 8-2).
Definiciones
Después de la invasión microbiana y la interacción de microbios con defensas del huésped residentes e
incorporadas, tienen lugar distintos resultados finales:
1. Erradicación o control total del patógeno por el huésped.
2. Infección que conduce a menudo a la aparición de purulencia. Ejemplo de la mínima expresión de una
infección local es una pústula de acné, que la mayoría de las personas hemos padecido en alguna etapa de
nuestra vida, y cuyo tratamiento es simplemente el drenaje, así como la característica distintiva de una
infección crónica (p. ej., un furúnculo en la piel y el tejido blando o abscesos en el parénquima de un órgano
o un espacio potencial).
3. Infección local y regional (celulitis, linfangitis e infección agresiva del tejido blando), con o sin
diseminación distante de la infección (absceso metastásico).
4. Infección sistèmica. Ejemplo de la expresión máxima de una infección quirúrgica en piel es la fascitis
necrosante que seguramente estará acompañada de sepsis grave (bacteriemia o fungemia). Desde luego,
esta última representa el fracaso de las defensas del huésped residente e incorporado a nivel local y se
acompaña de una morbilidad y mortalidad considerables en el medio clínico. Además, no es raro que
progrese la enfermedad de tal manera que la infección local y regional produce una infección sistémica
concurrente. Un absceso crónico también puede drenar de manera intermitente, acompañarse de
bacteriemia o ambas.