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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE HONDURAS

“UTH”

Cátedra: Ética Profesional

Catedrática: Máster Elizabeth Zuniga Castro

Tarea: Importancia de Ética Profesional

Alumna
Zury Sarai Meza Medina

Cuenta
201720110197

Choluteca, Choluteca
INTRODUCCIÓN

Se entiende por ética profesional el conjunto de normas y principios por el que


debe regirse un profesional, esta materia trata de abarcar los parámetros y
actividades que se realizan en las diferentes profesiones. La ética profesional
trata de fundar conciencia de responsabilidad en el ámbito laboral y en la
ejecución de la profesión. La ética profesional esta estrechamente relacionada
con la deontología y puede hallarse en los códigos deontológicos, en cierta forma,
que normalizan una actividad profesional, pero la ética profesional no impone
sanciones legales o normativas. La deontología es parte de lo que se conoce
como ética normativa y comparte un conjunto de reglar y principios que deben
cumplirse de manera obligatoria.
LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA PROFESIONAL

La ética profesional hace referencia al conjunto de normas y valores que hacen


y mejoran al desarrollo de las actividades profesionales. Es la encargada de
determinar las pautas éticas del desarrollo laboral mediante valores universales
que poseen los seres humanos. Aunque ésta se centre en estos valores, se
especifica más en el uso de ellos dentro de un entorno plenamente laboral. La
ética laboral es fundamental en cualquier persona que desee trabajar, ya que
ésta implica la práctica de valores como la responsabilidad, puntualidad, estudio,
constancia, carácter, concentración, formación, discreción, entre otras. Suelen
aparecer conflictos cuando existen discrepancias entre la ética profesional y la
ética personal. En esos casos, las personas deben tomar medidas, como la
objeción de conciencia, si se cree que no se está actuando correctamente.

¿Para qué sirve la ética profesional?


Se supone que la ética profesional también determina cómo debe actuar un
profesional en una situación determinada. En un sentido más bien estricto,
podríamos solo señalar las carreras que son de nivel universitario o superior, pero
también deben considerarse los oficios y cualquier otro trabajo permanente.
Esto se debe a que el profesional enfrenta diariamente diferentes situaciones, y
la ética profesional debería verse plasmada en un código de ética profesional
para prevenir errores, cada colegio de profesionales debería contar con uno que
deje en claro qué está bien y qué no, tanto moral como éticamente.

Tipos de éticas profesionales

Ética profesional del abogado: Siempre son importantes lo valores para cada
profesión, pero específicamente en la abogacía se ponen en práctica aquellos que
son fundamentales, como por ejemplo, la justicia, la honestidad, la lealtad, la
diligencia y el secreto profesional.
Ética profesional de un docente: Para todos los docentes es de suma
importancia desarrollar principios éticos, no solo para ellos mismos, sino que son
ellos los que poseen una gran responsabilidad social con lo demás. Su tarea es
llevar a cabo de la mejor manera posible sus actividades diarias laborales.
Ética profesional de un psicólogo: Estos profesionales cuentan con sus
propios códigos éticos ante el manejo de su trabajo. Algunos aspectos propios
de su trabajo son la confidencialidad, responsabilidad y honestidad entre ambas
partes, es decir, profesional-paciente.
Ética profesional de un administrador: Al igual que en la profesión
nombrada anteriormente, en la administración de empresas también existen
códigos que están considerados dentro de un marco ético. La lealtad, legalidad,
diligencia y honestidad son los valores éticos fundamentales para realizar estos
trabajos.
La responsabilidad es una parte esencial cuando hablamos de ética profesional,
sin ella no seríamos capaces de establecer nuestras propias metas, tanto
laborales como profesionales. Cuando sabemos que debemos actuar bajo la
responsabilidad, se ponen en juego la voluntad de uno mismo y la libertad. La
responsabilidad hará que cada persona pueda realizar de forma justa y
profesional todo su trabajo.
La ética es considerada como una ciencia encargada de estudiar los
comportamientos de los seres humanos bajo normas que debe haber en una
convivencia en sociedad. De esta forma se aplica al ámbito profesional de un
individuo, ya que se trata de las decisiones que se toman de forma totalmente
consciente y voluntaria. Por esto mismo, no son considerados éticos aquellos
comportamientos involuntarios, es decir, que no sucedieron bajo el propio
consentimiento.

COMPORTAMIENTOS ÉTICOS NORMALMENTE ACEPTADOS

En nuestras sociedades comprendemos los valores éticos como aquellos que


estructuran el comportamiento de los seres humanos, es decir, las bases sobre
las que se sustentan de una forma consciente cómo nos comportamos de una
forma positiva con el resto de las personas, animales y cosas tratando siempre
de no afectar de un modo negativo. Escoger determinados valores éticos entre
los múltiples que componen nuestras sociedades y filosofías de vida puede ser
difícil, pero sí hay cinco que destacan por encima de otros por la importancia que
tienen en todos los niveles. Estos son: respeto, justicia, responsabilidad,
honestidad y libertad.

#1. El respeto construye nuestras relaciones profesionales


Empezamos hablando del respeto porque es, muy probablemente, uno de los
primeros valores éticos que adquirimos en la infancia. El respeto es, ni más ni
menos, que la base a través de la que se relacionan las personas y la vía para
compartir intereses y necesidades en cualquier contexto: trabajo, familia,
amistades, estudio.
Es el valor bidireccional por excelencia, pues solo se entiende en ambas
direcciones: respeto a los padres u a otras figuras de autoridad, a la naturaleza,
a la ley.

#2. Ser justos en el marco de nuestras relaciones


A diferencia del respeto, la justicia se encarga de ser equitativa con las personas
de un modo imparcial y aplicando reglamentos aceptados por el grueso de la
sociedad y enfocados hacia el bien común. En este caso, justicia como término,
no es más que la concepción que cada época tiene sobre sus normas jurídicas, y
aspira a mantener la armonía entre personas y, entre personas e instituciones.
Aunque la concepción de lo justo puede variar entre sociedades, en todas ellas
existe un marco jurídico y la mayoría de los seres humanos tienen una concepción
mental de su significado y una aspiración hacia este tipo de acciones

#3. Tener responsabilidad y compromiso

Nuestras sociedades no podrían funcionar sin justicia ni respeto, pero tampoco


sin el establecimiento de compromisos y la asunción de responsabilidades. Las
personas asumimos, conscientemente, una serie de obligaciones y respondemos
ante las consecuencias derivadas en todos los ámbitos de la vida: trabajo, familia,
amigos. Desde adoptar a un perro como nuevo miembro de la familia y cuidarlo
toda su vida (comida, atenciones, paseos, gastos veterinarios), hasta aceptar un
trabajo y realizar esta labor con tenacidad y estabilidad durante toda la duración
del contrato.

#4. Honestidad: ser sincero con uno mismo y con los demás
Entre los valores éticos, la honestidad es la que más relacionado está con el resto:
con valores como la verdad, la justicia y el respeto. La honestidad es vivir de
acuerdo a como pensamos y sentimos, ser coherentes con nuestro pensamiento
y modo de vida, y relacionarnos de este modo con el mundo que nos rodea, las
cosas que nos suceden y el resto de los seres humanos.

#5. Libertad, el valor ético por antonomasia


La libertad es esa capacidad que posee todo ser humano para poder actuar a lo
largo de su vida conforme a su propia voluntad, mediante una elección libre, sin
condicionantes personales o externos. Sin embargo, la libertad también es una
lucha constante, siempre relativa, porque las influencias que nos rodean nos
limitan esta capacidad y hacen imposible que podamos hablar en términos
absolutos. Quizá por esto último la libertad es, entre los valores éticos, por el que
más se ha luchado, pues sin ella, es difícil que puedan desarrollarse la honestidad,
la responsabilidad, la justicia o el respeto en nuestras sociedades.

¿ COMO LOGRAR UN COMPORTAMIENTO ÉTICO?

Para un dictamen cierto y verdadero de la conciencia moral es necesario


desarrollar la búsqueda de certezas a nivel de contenido moral. Al ser humano le
resulta imprescindible saber lo que objetivamente es “bueno” y lo que es “malo”,
aunque se trate de una certeza en el nivel abstracto y necesite, posteriormente,
ser aplicado al caso concreto.

De no ser posible esta certeza ética, la persona quedará desorientada y con


incapacidad estructural para tomar resoluciones responsablemente. Proyectando
esa situación a la globalidad de la vida, en última instancia, a la persona con
incapacidad de certezas sobre lo objetivamente bueno o malo le resultaría
imposible la coherencia, la autenticidad y, finalmente, el desarrollo de un
proyecto de vida real.

En sociedades plurales, como las nuestras, la construcción de referentes éticos


objetivos no puede darse en forma pacífica a nivel social general, ni debe dejarse
librado al arbitrio de la autoridad, sea ésta del tipo que sea. En la sociedad, se
tratará de construir mínimos éticos(6) para hacer posible una convivencia
humanizante; pero, para hacer posible el desarrollo pleno de la persona, ésta
necesita de máximos éticos de referencia objetiva, que necesariamente deberán
ser construidos y asumidos por la propia persona.

Así, al hablar de la configuración de “referentes éticos” aludimos al proceso


mediante el cual la persona va progresivamente construyendo certezas acerca de
lo éticamente “bueno” y lo “malo”, en cuanto van más allá de la mera voluntad
o sensibilidad propias, es decir, en cuanto no están sometidos a la pura
arbitrariedad del sujeto. En términos generales, hablamos de hacer posible para
el sujeto, la configuración de un marco de referencia de la objetividad ética.
En este proceso de construcción podemos apuntar algunas líneas de trabajo
necesarias para el desarrollo del sujeto ético:

a) Aprender a clarificar lo que “cree”, lo que “siente”, lo que “puede”.

Así, mediante el desarrollo de esta capacidad en la persona, entre otras


consecuencias, se evitará en gran medida: la confusión entre deber y sentimiento
(con toda la carga de culpabilizaciones no adecuadas que la persona
psicológicamente puede desarrollar), el voluntarismo (con su secuela de
frustración) y, sobre todo, la sensación de un relativismo subjetivista que paraliza
desde el punto de vista ético y que termina generando des-moralización en el
sujeto.

b) Aprender a no autojustificarse.

El ser humano normalmente necesita buscarle una justificación plausible a sus


actos, tanto ante sí mismo como ante los demás. El problema radica en la
objetividad y adecuación a la realidad de esas justificaciones, es decir, en que en
realidad esos actos no sean justos (adecuados a la realidad) o que esa
justificación no sea plausible.

Ciertamente, la decisión de enfrentar la verdad en toda circunstancia implica un


coraje no fácil de adquirir. Pero, además del coraje, implica, entre otros
elementos, el desarrollo de habilidades de autocrítica y de aceptación de niveles
de incoherencia e inconsistencia de los propios actos.

c) Aprender a buscar la verdad.

La verdad no es autoevidente ni unívoca en la realidad histórica donde se


desenvuelve el ser humano. Debe ser buscada trabajosamente, asumiendo el
esfuerzo, las incertezas, las crisis personales y los momentos de claridad y
obscuridad que el proceso implica. Buscar la verdad exige decisión, coraje, así
como también instrumentos y habilidades que la hagan posible. Aprender a
buscar la verdad supone el desarrollo de la capacidad real de diálogo, es decir,
aprender a confrontar con otros las propias certezas y las propias dudas,
mediante argumentaciones consistentes y con capacidad de interacción
intelectiva, especialmente con aquellos que tienen perspectivas conceptuales
distintas. La construcción de certezas sólo será abierta en la medida en que
dichas certezas puedan ser confrontadas y sostenibles, a juicio del propio sujeto,
ante otras posturas contradictorias con la suya.

d) Aprender a discernir entre las diferentes guías de valor en una


sociedad plural.

Frente a los conflictos socio-morales que la persona debe afrontar, la sociedad


ofrece una variedad de guías de valor o criterios morales, cada uno de los cuales
supondrá previsiblemente diferencias en el resultado final respecto de las demás.
La persona necesita aprender a calibrar las diferentes propuestas éticas que
recibe, a efectos de discernir cuál o cuáles de esas guías de valor son las que
más condicen con sus certezas fundamentales. Esto implicará que la persona sea
capaz de distinguirlas, que sea capaz de inferir los elementos antropológicos
fundamentales que subyacen a cada una, y finalmente, que sea capaz de
proyectar sus resultados.
CONCLUSIONES

Podemos llegar a la conclusión que la ética enaltece el desempeño personal y


profesional, la ética aplicada a la ocupación profesional siempre hará que la
misma se vea beneficiada dado que ello garantizará que se desarrolle conforme
a lo estipulado, tanto en lo práctico como en lo moralmente aceptado y avalado,
maximizando los beneficios y minimizando los riesgos.
Cuando un profesional se desempeña siguiendo los principios éticos de su
actividad, ello terminará impactando positivamente en lo personal, porque ese
individuo sentirá felicidad producto de saber que ha actuado como correspondía.
BIBLIOGRAFIA

https://concepto.de/etica-profesional/

https://definicion.de/etica-profesional/

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