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LA ESPADA DE LA ESCUELA DE CHEN MAN-CHING

Un arte dentro del arte

Manuel Yubero

E s bien conocido el proverbio chino que reza: «Cien días para dominar el sable, mil

días para dominar la lanza, diez mil días para dominar la espada». Dentro del armamento
tradicional del Tai Chi Chuan, este dicho refleja la dificultad que entraña el manejo de la
espada recta. No es de extrañar entonces que fuese considerada un arma superior que daba
prestigio a quien la llevase. Caballeros y sabios taoístas solían portarla a la espalda.

Tradicionalmente la espada que se utiliza para la práctica de Tai Chi es la espada común china conocida
como Chien (Jian) o también como Gim. Es perfectamente recta y su hoja tiene dos cantos, de los que sólo se
afila el tercio más alejado de la empuñadura. En la actualidad, aparte de las espadas comerciales metálicas,
el practicante puede elegir entre ligeros modelos telescópicos y las réplicas en madera, más aconsejables
para la práctica de la esgrima.

Hacia el final de sus enseñanzas, el profesor Cheng Man-Ching sostenía que el Tai Chi Chuan que él
practicaba era como un trípode basado en la forma de mano vacía, el empuje de manos y la espada, cuya
práctica incluye la forma y el trabajo de esgrima, que puede considerarse por sí mismo como un arte dentro
del arte. No obstante, las técnicas de la forma de espada y las de mano vacía presentan algunas similitudes y
diferencias.

Como
punto en común, tenemos que ambas formas deben realizarse siguiendo los mismos principios:

 Se debe permitir el desarrollo de la relajación y de la respiración, así como el hundimiento de la cadera y la


acumulación de Chi en el Tan Tien.

 Se ha de mantener la espalda recta para que exista una correcta alineación postural y también dejar que el
peso del cuerpo y el de la propia espada se hundan en el centro de la planta del pie. De este modo se
establece la conexión con el punto Yong Chuan.
 La cabeza debe permanecer erguida, como si estuviese suspendida desde arriba, conectando así con el
punto Ni Wan. El cuerpo ha de ser una sola pieza y el arma, una parte más del cuerpo. Los hombros se
alinean con la caderas y la naríz, con el ombligo.

 Los movimientos han de ejecutarse de manera suave y continua, permitiendo que el Chi fluya desde los pies
hasta la punta de la espada. Se viajará de una postura a otra sin hacer uso de los brazos ni de los hombros.
Como siempre, la cadera será el comandante. El Chi y el "corazón-mente" deben protegerse mutuamente en
el Dan Tien.

 Como diferencia, tenemos que la velocidad de la forma de espada es ligeramente superior a la


velocidad de la forma de mano vacía. Asimismo, la mirada ha de seguir a la espada y no dirigirse al
frente como en la forma de mano vacía. En concreto, los ojos seguirán a la parte activa del arma o de
la acción. En función de la técnica que se realice, la mirada se fijará en la punta, el filo, la
empuñadura, o incluso en la mano opuesta.
 El profesor Cheng Man-Ch'ìng enseñaba una esgrima caracterizada por una gran libertad de
movimientos. Esto conforma la parte más aeróbica dentro del sistema, y en opinión de muchos y muy
serios practicantes, la más divertida. Para practicar esgrima correctamente, no deberíamos pensar
en términos de cortar y no ser cortados. Lo importante es pegarse y adherirse. De ese modo
escucharemos la energía del adversario y así sabremos de sus intenciones.
 Al
practicar esgrima no se puede ser perezoso. El juego de pies debe ser ágil y rápido. Una afirmación
a tener muy en cuenta para el estudiante aventajado de esta escuela es "los pies son a la esgrima lo
que la cintura es al empuje de manos".
 En vez de usar fuerza contra fuerza, se debe evitar con sutileza los ataques del contrincante. Esto
será posible si los desplazamientos son rápidos, flexibles y eficientes. El fin es llegar a posiciones en
las que nuestra espada pueda protegernos y que nos permita al mismo tiempo tener a nuestra
merced áreas vulnerables del oponente.
 El método consiste básicamente en que las espadas de ambos contendientes se adhieran. Mi
espada es un obstáculo para mi adversario, y su espada lo es para mí. Por tanto ambas espadas
permanecen en contacto pendientes del objetivo principal: la mano del adversario, ya que en
condiciones normales éste será el punto de su cuerpo más cercano a nosotros. Wolfe Lowenthal,
tanto en sus obras como en sus cursos y clases, nos advierte que si por ejemplo, voy tras la mano de
mi adversario y él busca mi corazón, yo tengo una gran ventaja sobre él porque mi objetivo estará
siempre más cercano y accesible que el suyo.


Incluso en tiempos modernos, cuando obviamente ya no es necesario el manejo de la espada por
motivos de defensa personal, el estudiante serio se beneficiará del trabajo de esgrima por variadas
razones:
 Por un lado tenemos que determinadas habilidades pueden ser mejoradas a través de esta faceta del
arte. Dichas habilidades suponen un desarrollo de los aspectos motrices y marciales del Tai Chi
Chuan, a saber: distancia, oportunidad, equilibrio, coordinación, percepción espacial, adherencia,
suavidad, velocidad de reacción, escucha... por citar algunas.
 El estudio y la comprensión de la espada conectan al alumno con la historia y la cultura de las artes
marciales chinas en general y de las internas en particular. Pero quizás en el centro de todo esté el
mayor de los beneficios que este arte puede aportar al practicante: el estudio de las interacciones del
Yin y del Yang en la naturaleza (comprensión del macrocosmos) y el autoconocimiento (comprensión
del microcosmos), así como las semejanzas extrapolables entre el macrocosmos (la naturaleza, el
cielo y la tierra, la creación en definitiva) y el microcosmos (el ser humano).
 El cielo (Yang), la tierra (Yin) y el ser humano (Ren), que recoge el Yang del cielo y el Yin de la tierra
y los cultiva de manera armónica en el Tan Tien formando un Tai Chi, son los tres poderes que
representan la base para alcanzar el gran objetivo que Wolfe Lowenthal comenta a menudo y del que
hablaba Cheng Man-Ching: el estudio del Tao, el estudio de la grandeza del Chi.

Manuel Yubero practica Tai Chi Chuan desde 1983. Lo enseña desde 1989. Estudió de la mano de
Gaspar García. En los últimos años sigue la línea de Cheng Man-Ching con Wolfe Lowenthal. Dirige
la Escuela Chang Chuen (Primavera Eterna) donde simultanea la enseñanza del Tai Chi Chuan con
la del Luohan Chi Kung y la del Choy Lee Fut Kung Fu.
www.changchuen.es
 Secuencias técnicas mostradas por Manuel Yubero y su alumno Rodrigo Santamaría.

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