LÁCTEOS Las grasas -aceite, mantequilla y nata- confieren a los alimentos una calidad suculenta y satisfactoria. La nata agria, la leche de manteca y el yogur dan riqueza y sabor a cualquier plato, desde la sopa al postre. La acidez del vinagre es esencial para su sabor y para la conservación. Es fundamental en las vinagretas, en los aliños de ensalada con mostaza de la cocina francesa, y confiere la acidez característica a los platos agridulces.
SALSAS, CONSERVAS Y CONDIMENTOS
Todas las cosas buenas del verano se pueden cosechar y transformar en encurtidos, salsas agridulces, conservas y chutneys, aunque en la actualidad la agricultura y el transporte modernos permiten disponer de muchas frutas y verduras durante todo el año. Muchas salsas se pueden preparar frescas siempre que hagan falta , haciendo que la mesa del invierno sea en verdad muy abundante. Además, hay miles de salsas ~dos comerciales para la cocina y la mesa que se pueden =:idulces añadir directamente a los alimentos cocinados, o incorporarlas durante su preparación. Dulces o saladas, estas salsas, conservas y condimentos merecen un puesto en nuestra cocina .
CAFÉ, TÉ Y BEBIDAS AROMATICAS
El té y el café son ambos bebidas muy antiguas en sus países de origen: China y Etiopía. Actualmente son bebidas firmemente establecidas en la mayoría de los países del mundo. Las-tisanas o 1 infusiones han sido muy apreciadas desde antiguo por sus propiedades sedantes y suavemente medicinales, y van ganando popularidad como alternativa sana y sabrosa al café y al té. Los zumos de frutas y verduras, los vinos, los licores e incluso el yogur son la base perfecta para preparar bebidas frías o 1 calientes, que se pueden sazonar con plantas aromáticas y especias.
LOS CONDIMENTOS EN CASA
No hay nada que iguale al placer de salir al jardín, o a la jardinera de ventana, y recoger plantas aromáticas para la próxima comida. El sabor es incomparable, y además nos permite tomar decisiones de última hora, improvisar e incluso mejorar una antigua receta favorita. A medida que el verano se convierte inevitablemente en otoño, los días más frescos son perfectos para envasar, conservar y embotellar las últimas frutas de la temporada para la despensa o para hacer regalos navideños . En cualquier época del año, un regalo de una cocina a otra es siempre bienvenido.