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La migración: génesis de la sociedad multicultural

Martha Josefina Franco García

La sociedad multicultural no se caracteriza por la


coexistencia de valores y prácticas culturales
diferentes; menos aún por el mestizaje generalizado.
Es aquella donde se construyen la mayor cantidad
posible de vidas individuadas, donde el mayor
número de individuos logran combinar, de manera
diferente cada vez, lo que los reúne… y lo que los
1
diferencia.

Abstract
La migración ha propiciado que diversas culturas a través de la historia, entren en
contacto reconstituyendo las identidades, sin embargo, estas relaciones se dan de
manera asimétrica, creando desigualdades en la relación.
El multiculturalismo como una forma de relación con el otro, es una
construcción teórica y empírica portadora de una ideología emancipadora, que
tiende a una justicia social. El multiculturalismo entonces, es la vía posible para un
entendimiento necesario en espacios que están reconstituyéndose como
pluriculturales al aglutinar a sujetos pertenecientes a culturas distintas.
Estos espacios que denominamos ciudades nodales, están rebasando
incluso a las naciones por el rol que juegan en el contexto mundial. Allí, se
engarzan las finanzas, los productos, los sueños y las identidades de diversas
etnias que intentan ganar para sus miembros la ciudadanía.
En este trabajo nos referimos sobre todo a los inmigrantes de origen
mexicano que viven en EUA. Se menciona su presencia en espacios segregados
dentro de las metrópolis norteamericanas donde conforman sobre todo, la mano
de obra para los servicios y la construcción. También delineamos la migración
femenina.

1
Alain Touraine, ¿Podremos vivir juntos?, México, FCE, 1997, p. 189.
Finalmente, hacemos hincapié en la educación que se les brinda a los
inmigrantes pobres en EUA y apostamos por una educación intercultural para
ellos.

Migración y multiculturalismo
El movimiento multiculturalista; se basa en la reivindicación del derecho a la
diferencia en el escenario social; construido a partir de una ideología que
dignifica.2
Esta propuesta de vida para todos, evidentemente politizada, se encuentra
en formación tanto en la fase teórica como en la empírica; Sin embargo, la
diversidad cultural, ha constituido desde tiempos remotos una condición de vida
entre las sociedades.
El encuentro y participación con los “otros”, se ha dado por la movilidad
permanente en el mundo, creándose una dinámica de resignificación de contextos
e identidades sociales que podemos incluso ubicar históricamente, en múltiples
territorios, donde llegaban los mercaderes, soldados, comunidades en diáspora,
etc; hasta encontrar, actualmente, procesos desterritorializados vía la movilidad de
sujetos y por la puesta en marcha de satélites de información, avizorando de
entrada, un horizonte cultural mundializado.
Si en la actualidad, la informática acerca a todos, también hoy más que
nunca, los espacios se transitan por diversos motivos; a tal punto, que la
migración3 se está convirtiendo en rasgo social de la mundialización, con
dinámicas hasta cierto punto recurrentes, pues observamos que la movilidad de
los sujetos, tiende a realizarse del Sur al Norte del planeta, hacia ciudades
nodales que ofrecen mejores oportunidades de vida. De esta manera, los sujetos

2
Steve Olu Michael hace referencia a fases o modelos del multiculturalismo: negación, asimilación, acciones
afirmativas, pluralismo cultural, manejo de la diversidad, multiculturalismo global y multiculturalismo
humanista. Este último por ser más holístico, inclusivo y emancipatorio es al que hacemos referencia a lo
largo de este trabajo. Steve, Olu Michael (s/f), Modelos de Multiculturalismo: Implicaciones para los líderes
del siglo XXI.
3
La migración la entendemos en forma simple como todo cambio de residencia habitual entre áreas
geográficas distintas, generalmente político-administrativas. INEGI (1990), Migración reciente en México,
Aguascalientes, p. XI.
mantienen contactos culturales diversos; pero no en igualdad de condiciones y
esto altera la vida en común.
A pesar de que los medios de comunicación juegan un papel importante en
las sociedades contemporáneas, estos no logran homogenizar planetariamente a
los sujetos y actualmente vivimos procesos complejos e incluso paradójicos: de
globalización (económica, social y cultural), a la vez que constitución de
identidades locales y reconstitución de identidades de orden comunal fuera del
territorio, donde se recrean costumbres, usos y tradiciones del lugar de origen.4
La movilidad, que ha hecho posible que diversas culturas, estén presentes
en un mismo espacio, es decir la migración, es indudablemente el origen de la
multiculturalidad que hoy más que nunca tiene sentido si queremos como señala
la UNESCO en el documento la educación encierra un tesoro: “aprender a vivir
juntos” con equidad, en este mundo que se torna profundamente desigual vía el
neoliberalismo. La sociedad civil deberá asumir entonces el reto de construir un
multiculturalismo humanista.
Más auténtico que el discurso multiculturalista del Estado (por más bien
intencionado que éste sea), debiendo surgir de abajo, ”una práctica de
transformación quizá necesite ser pensada desde los márgenes, desde quienes
son víctimas del proyecto… de los excluidos social y culturalmente”5la tarea
entonces se convierte en un reto por una vida digna y justa. De esta manera, los
actores se constituyen en sujetos de su propio proyecto de vida.
Tenemos que analizar, para ver la magnitud de la encomienda, como se
estructuran en el espacio público, que es el referente común de todos los que
conviven en el mismo territorio, las desigualdades hacia los migrantes, que por
procesos estructurales, son expulsados de su lugar de origen y llegan como
inmigrantes pobres a ciudades nodales.

4
Touraine considera esta realidad como desmodernización y refiere la necesidad de “combinar la razón
instrumental y las identidades culturales, /es decir/, la unidad del universo tecnológico y mercantil con la
diversidad de las culturas y las personalidades” como propuesta viable para poder vivir juntos. TOURAINE
Alain (1997), ¿Podremos vivir juntos? FCE, México.
5
Raúl Díaz y Graciela Alonso, Integración e Interculturalidad en épocas de Globalización, 1er Congreso
Virtual de Antropología y Arqueología, 1998, p. 5.
La realidad en torno a la cultura de los inmigrantes pobres, no ha sido
favorable, ya que se han enraizado actitudes xenofóbicas y racistas entre los
portadores de la “cultura dominante” y esto lo vemos entre los españoles y los
gitanos; los ingleses con los árabes, los norteamericanos hacia los mexicanos,
etcétera.
Cada caso con realidades concretas en torno a la legislación, la
cotidianeidad y al número creciente de sujetos que se suman al contingente de
inmigrantes.
Más de veintitrés millones trescientos mil personas de origen mexicano,
radican en EUA6 de manera legal o en condiciones de ilegalidad. Este fenómeno
demográfico va en ascenso como lo muestran los siguientes datos: “en los setenta
cruzaban la frontera un promedio de ochenta mil mexicanos por año. En los
ochenta lo hicieron ciento cincuenta mil. En el último lustro han dejado el país
trescientos setenta mil mexicanos anualmente” (Corona, 2003).
Los migrantes interés de este trabajo, son precisamente sujetos de origen
mexicano que radican en EUA, quienes conforman comunidades importantes en
ese país y a pesar del melting pot, no están integrados a la sociedad
norteamericana creando sub-espacios marginales donde habitan e interactúan
después de fuertes jornadas.
Estos sub-espacios se constituyen y se hacen sólidos a partir de redes
sociales que se inician en los lugares de origen y se convierten en flujos
migratorios de importante consistencia, indispensables para estar en un país que
tiene como barrera cultural inicial un idioma diferente al del inmigrante, además de
otros elementos culturales fundamentales entre los que se encuentran: la manera
diferente de ver el mundo.
Por otro lado, el país receptor altera los derechos individuales
fundamentales de los inmigrantes, al considerar a gran parte de ellos como
“ilegales” al no habérseles otorgado permiso de permanencia en ese país; sin
embargo, el individuo puede tener la condición de ilegalidad, pero no ser ilegal

6
Secretaría de Relaciones Exteriores, “Programa para las comunidades mexicanas en el exterior”, Manual de
información, programa de intercambio de maestros México- Estados Unidos, SRE, 2003, p. 55.
(pues nadie nace o es ilegal) manera en que se le designa y trata al sujeto que no
tiene autorización de estancia en EUA.
No obstante, cada vez más sujetos de origen mexicano están formando
parte de la ciudadanía norteamericana y esto implica apropiarse, convivir e incluso
responsabilizarse del espacio en que se habita.

El inmigrante y el espacio urbano


Si consideramos que la forma física de la ciudad, expresa situaciones de
cooperación y competencia, a la vez que muestra las relaciones que los actores
sociales mantienen con el entorno,7 En la competencia por el espacio urbano, ser
inmigrante adquiere rasgos específicos de marginación y por lo tanto de
apropiación limitada de los espacios públicos y de los derechos de ciudadanía.
En EUA, los inmigrantes mexicanos tienen diversa condición de
permanencia: unos son residentes, otros poseen permisos temporales para estar
en ese país y los indocumentados. Según su condición, los inmigrantes se
apropian del espacio de diferente manera, sin embargo, todos corren el riesgo de
actitudes xenofóbicas y racistas por parte de algunos ciudadanos norteamericanos
dándose la segregación, así, a partir de la solidez de las redes sociales de
“paisanos” se crean “espacios propios” donde se desarrollan culturalmente, pero
de manera marginal.
“La segregación étnica en las ciudades norteamericanas…que
se ha reforzado en las dos últimas décadas, con la localización
de los nuevos inmigrantes en sus correspondientes espacios
segregados de minorías, constituyen verdaderos enclaves
étnicos en las principales áreas metropolitanas…la
concentración espacial de minorías étnicas desfavorecidas
conduce a crear verdaderos agujeros negros de la estructura
social urbana, en los que se refuerzan mutuamente la pobreza,
el deterioro de la vivienda y los servicios urbanos…”8

7
Cristina Oehmichen, Espacio urbano y segregación étnica en la ciudad de México, UNAM, 2001, p. 181.
8
Jordi Borja, y Manuel Castells, La Ciudad Multicultural, en Observatorio Cultural, s/f., p. 5.
La segregación es un factor que propicia las desigualdades y del que hay
que desprenderse. Para los inmigrantes, el reto es lograr que se les reconozcan
los derechos que Kymlicka refiere como poliétnicos para “fomentar la integración
en el conjunto de la sociedad” a partir de sus rasgos culturales.9 De esta manera,
poder identificarse con el otro sin cortapisas y desarrollar plenamente sus
perspectivas de vida.
La reivindicación de mexicanos en EUA, es posible, al integrarse como
fuerza tanto los chicanos, como los residentes, a favor de los recién inmigrados
para defender el derecho de permanencia, libre tránsito y condiciones laborales
dignas; además, de adquirir para todos, la ciudadanía de facto a la vez que
reconocer la identidad colectiva. Con el apoderamiento de los inmigrantes, se
pueden concretar proyectos de vida más justos en espacios que ahora más que
nunca cobran gran importancia: las ciudades.10
En este sentido “ la ciudadanía está empezando a referirse a un corpus
general de derechos, deberes y actividades de los individuos y de los grupos,
relevantes para la expresión de sus intereses respecto a la esfera pública de
decisiones referentes a las oportunidades de trabajo, la calidad de vida y/o la
representación de los demás en la sociedad”,11 esto desde una perspectiva
europea, sin embargo tiene que sedimentar este concepto también en EUA, donde
o se negocia y se construye un espacio público democrático con una participación
efectiva, incluso, de las minorías étnicas, o se estarán conformando ambientes
radicalizados que pueden explotar en cualquier momento.
En este escenario, la mujer en edad productiva, también tiene presencia,
por supuesto, dentro del contingente de inmigrantes pobres; En esta dinámica en
que se inserta, encontramos una doble marginación, por ser inmigrante y por ser
mujer.
9
Will Kymlicka, Ciudadanía Multicultural, España, Paidós, 2002.
10
“…las ciudades están desafiando a las naciones, separándose de ellas e incluso sustituyéndolas como
espacio importante de ciudadanía, como espacio vivo no sólo de sus inseguridades sino también de sus formas
emergentes” Holsten y Appadurai (1996) en Vertovec Steven, Políticas multiculturales y formas de
ciudadanía en las ciudades europeas, UNESCO.
11
Steven Vertovec, Políticas multiculturales y formas de ciudadanía en las ciudades europeas, Universidad
de Oxford-UNESCO, 2001, p. 223.
La migración femenina en nuestro país “se asocia particularmente con la
desestructuración de las economías campesinas, el proceso de urbanización y la
fuerte demanda de empleo doméstico que generan los núcleos urbanos en
expansión”,12 sin embargo los patrones de movilidad eran por lo general internos,
hacia las ciudades del país, dándose una fuerte relación de migración género.
Al insertarse la mujer a la diáspora, muestra un patrón de movilidad
diferente a las referencias típicas laborales, ahora se coloca en las ciudades de
EUA,13 por lo general, en trabajos rutinarios y sin perspectiva de ascenso: la
maquila, lugares de fuerte explotación, cerrados y en ocasiones clandestinos
donde tiene que permanecer por más de ocho horas diarias. Se observa entonces
que el empleo que por lo general obtiene, la coloca en desigualdad de
oportunidades frente al hombre, “situación desfavorecida por el género en cuanto
acceso y/o control sobre recursos, servicios, empleo y beneficios”. Pues el hombre
a diferencia de ella, se coloca sobre todo en los servicios y en la construcción,
ganando más y con algunas posibilidades de ascenso.
Los comportamientos migratorios a nivel familiar, generalmente los inician
los hombres, después se van las mujeres y finalmente la pareja decide ir por los
niños. Además del anterior patrón familiar, también encontramos que los padres
están procreando en EUA. De una u otra forma, cuando se estructura una familia
en la diáspora, el contacto con la educación básica influye en el rol familiar y en
las perspectivas de vida que se tiene para los hijos.

Inmigración y educación
En Estados Unidos, existe La Oficina de Educación Migrante que tiene como
misión, mejorar la enseñanza y aprendizaje de los niños inmigrantes, entre sus
metas está: asegurar que los niños inmigrantes tengan acceso a los servicios para
así ayudarlos a superar las barreras culturales y lingüísticas; los problemas

12
Teresa Cabruna, Cultura, género y educación, La construcción de la alteridad, s/f.
13
Las mujeres inmigrantes en EUA, están tanto en el campo como en las ciudades, sin embargo en este
trabajo nos hemos enfocado a los inmigrantes en áreas urbanas.
relacionados con la salud, y otros retos que ponen en riesgo la conclusión de su
educación.
Otra oficina en materia educativa para los inmigrantes es la de Educación
bilingüe y asuntos de idiomas minoritarios establecida en 1974 y que tiene como
antecedente, el Decreto sobre educación bilingüe de 1968 como reconocimiento al
creciente número de niños inscritos en las escuelas con una cultura y lingüística
diversa, quiénes por el dominio limitado del idioma inglés, no recibían una
educación similar a la de niños con conocimientos de inglés.14
La operación de estas oficinas con una misión hacia la educación de las
minorías étnicas, tiene un evidente trasfondo compensatorio, sustentado en la
teoría del déficit. La política compensatoria en educación, del gobierno
norteamericano atiende a la población estudiantil limitada en el idioma inglés, la
cuál mantiene los índices académicos más bajo; al parecer, la preocupación del
sector educativo en ese sentido, se centra sobre todo, en lograr los stándares
lingüísticos y asimilar al inmigrante a la cultura del país receptor.
La experiencia que muestran los países receptores en cuanto a la
formación de sus inmigrantes apunta teóricamente hacia el enfoque intercultural,
sin embargo, todavía en el aula no encontramos de manera generalizada su
incorporación y el éxito del mismo.
No obstante, en escuelas donde niñas y niños de diversas culturas
conviven, es necesario como un ejercicio democrático y enriquecedor para todos,
la interculturalidad como eje transversal del currículum.

“El planteamiento de la educación intercultural bilingüe, es el


reconocimiento de la diversidad y la pluralidad cultural, es su
característica particular porque la primera es aceptada como
una riqueza y no como obstáculo, y la segunda en la necesidad
de reflexionar sobre la importancia de aprender a convivir con la
diferencia. También, es percibida como una alternativa donde la
igualdad de oportunidades, la justicia y el derecho a la diferencia

14
SRE (2003), Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior, Manual de información, Programa
de intercambio de maestros México –Estados Unidos.
constituye los principios fundamentales que sustentan este
modelo de educación que pretende la construcción, por parte del
alumnado de sus valores de forma racional y autónoma”.15

Es preciso aclarar, que trabajar la interculturalidad en todas las escuelas,


significaría reconocer el valor de la diferencia y en ella, aprender a vivir juntos,
además, el aula sería un espacio cultural plural716 y democrático, enriquecido por
todos. En este mismo sentido, hoy más que nunca, las niñas y los niños “necesitan
un sólido fundamento para darse el valor requerido para encarar un mundo
desconocido. La educación intercultural provee a los niños con ese sustento”.17

15
Ferreira Irma Valdés, La estrategia más común en la educación intercultural bilingüe: conocer a los
alumnos, 2001, p. 1.
16
En éste caso, los docentes iniciaríamos desaprendiendo a hacer del aula un espacio consagrado a la
homogeneidad.
17
Johansson Henning, Aprendizaje Intercultural en una sociedad multicultural, 1995, p. 3.
Conclusiones
La dinámica migratoria es una realidad planetaria, que está conformando espacios
pluriculturales, en estos, las desigualdades se muestran como rasgo del poder
económico. Así, en condiciones adversas, los inmigrantes pobres llegan a las
ciudades nodales en busca de mejores alternativas de vida. En esos espacios son
segregados y sus derechos individuales y colectivos se ven violentados.
Una alternativa para empoderarse e ir ganando el derecho a la ciudad, es la
organización en torno a un bienestar social y a ejercer su identidad tanto individual
como colectiva.
Por otro lado, encontramos que al proceso migratorio, se están sumando
también las mujeres y se están reconstituyendo las familias en la diáspora. Esto
nos remite a mirar el tipo de educación que se les brinda a los hijos.
Por lo general la formación escolarizada que se les otorga a los inmigrantes
suele ser marginal, sin embargo se están manejando (por lo menos en EUA),
programas de tipo compensatorio vinculados sobre todo al idioma. No obstante, el
reto es la creación de escuelas interculturales que respondan a las condiciones de
vida de las ciudades receptoras de inmigrantes.

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