Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
1. EVOLUCIÓN POLÍTICO-CULTURAL
Los historiadores sitúan los orígenes de la civilización romana en el ecuador del s.VIII a.C, los cuales estaban
vinculados al pueblo etrusco y dieron lugar a un imperio y civilización que marcaron la vida y cultura hasta el
476 d.C. Roma se constituyó como una ciudad castrense en continua expansión, organizada en torno a una
estructura militar destinada a defender su territorio. Las conquistan eran para el pueblo romano un deber
civilizador de la propia Roma y aceptado por los dioses.
Carácter civilizador: ideal canalizado a través del Derecho y Pax romana. Se regía por unas normas legales o
Corpus Legislativo, el cual descansaba en tres pilares: respeto a la tradición, que dio lugar al derecho
particular romano, Legislación que regulaba todo el Imperio y de donde surgió el derecho de gentes, y la
Justicia, la cual dio lugar al derecho natural.
3. CARACTERÍSTICAS DE LA EDUCACIÓN ROMANA
a) PLURALIDAD LINGÜÍSTICA
Los romanos utilizaron varios términos para designar el proceso educativo:
Una de los primeros fue Educatio, como crianza física y moral del niño para incorporarlo al mundo de los
adultos.
Durante la República y con la asimilación de la paideia griega, se denominó de diferentes formas para indicar
las dos etapas de la formación humana: la primera tenía lugar en el seno de la familia (cuidados físicos y
hábitos morales básicos) y la segunda ocurría en las escuelas y la vida pública (donde se adquiría la
verdadera formación moral y cultural). En esta época la educatio adoptó nombres como doctrina, disciplina,
institutio, eruditio… todas ellas más o menos equivalentes.
En la Etapa Imperial, con la interacción entre helenismo y romanidad, surgió el término de humanitas que
englobó los anteriores, siendo responsable de ello Cicerón. Término equivalente al de paideia, expresa el
ideal de formación humana al que aspiraba el pueblo romano. Un ideal dinámico basado en tres ideas:
Clementia sinónimo de misericordia, mansedumbre y filantropía, Condición humana como estilo de vida
superior al de los pueblos bárbaros y sublime perfección de la naturaleza humana a diferencia de los
animales y la Paideia Griega entendida como formación, educación y cultura.
b) MODELOS DE PERFECCIÓN
Se dio también una evolución lógica a la virtus latina:
En un primer lugar, siguiendo la costumbre de los antepasados, el joven romano aprendía a ser un buen
agrícola (dedicado a la agricultura y ganadería) y más adelante también, un buen militar.
En el periodo republicano y con la asimilación de la cultura griega, la virtus latina mantuvo su tradicionalidad y
se enriqueció con el elemento intelectual de la Hélade, lo que resultó en dos características de la romanidad:
la dimensión práctica y humanista de su cultura.
En el periodo imperial se consolidó y perfiló definitivamente el ideal de la romanidad gracias a Cicerón, para
quien la perfección era el buen orador, el cual tenía tres cualidades: saber conquistada a través de la filosofía
y la moral, decir a través de la retórica y vivir como meta y expresión de la vida humana.
d) EXIGENCIAS CURRICULARES
Corpus Curricular basado en tres variables: elemento comunicador dominio lingüístico, gramatical y retórico
del latín y el griego, dominio cultural o potencial edudito Sentencias pitagóricas, Odysea y obras de Horacio y
Virgilio y elemento científico-filosófico Astronomía, Historia, Agricultura….
Los romanos tuvieron una reacción hostil ante la gimnástica y la música. Para ellos, el pudor romano chocaba
con el desnudo griego, prefirieron el circo y el anfiteatro, reduciendo la gimnasia a la higiene (ejercicios en los
baños) o al servicio militar. La música se consideró un arte impúdico y deshonesto, estando mejor visto en las
mujeres como parte del “arte de agradar”. Se utilizó más como espectáculo que como arte.
a) FORMACIÓN FAMILIAR
La FAMILIA, al igual que en Grecia, fue una institución clave y determinante para entender la vida cultural y
social. Su principal referente fue la costumbre de los mayores y su principal agente el PATER FAMILIAS,
como figura omnipresente. Su función principal fue la de ejercer la educación sobre todos los miembros de la
casa.
La casa romana (domus), a diferencia de la griega (oikia), se constituía sobre firmes bases jurídicas,
sometidas al PATER FAMILIAS, quien tiene poder omnímodo, incluso sobre la vida y muerte de todos los
miembros de la familia, a la cual pertenecían tanto el hijo engendrado como el adoptado, un esclavo, un
siervo y todos los habitantes de la casa. La patria potestas tiene carácter vitalicio, y aunque era dura, no era
insensible con los hijos. El padre era juez, con un tribunal doméstico que analizaba sus decisiones y la
opinión pública que no era partidaria de la excesiva severidad.
La MUJER estaba sometida a la potestad del padre, a la del marido o a la de un tutor. Era considerada débil,
con escasa voluntad y una ignorancia legal manifiesta. A ella le correspondía el cuidado de la casa como
ámbito de actuación propio y natural de la mujer, aunque con mayor autonomía que en Grecia gracias a la
practicidad latina; Algunas también trabajaron fuera de la casa (horneras, zapateras, comerciantes…). Era
normal verlas en termas o baños públicos o acompañando a sus maridos a actos públicos. Algunas incluso,
tuvieron formación letrada y cultural importante.
El MATRIMONIO tenía su punto de partida en los esponsales (donde nació la denominación de esposo y
esposa). Existían dos modalidades: el matrimonio cum manu, donde la mujer pasaba de la autoridad del
padre a la del esposo, quedando bajo su autoridad y sin derechos sobre sus bienes ni su vida, y el matrimonio
sine manu, a partir del periodo imperial, donde la mujer permanecía bajo la tutela del padre o tutor y tenía
derecho a herencias y bienes ajenos al marido. El divorcio fue habitual pero no un valor social. Las relaciones
extramatrimoniales, aunque estaban prohibidas, eran más graves en la mujer que en el hombre.
La CONDICIÓN DE HIJO no dependía del nacimiento biológico, sino que dependía de si era aceptado o no
por la familia, mediante un acto de aceptación. Cada romano se distinguía por su nombre (praenomen),
nombre de la familia (nomen) y el sobrenombre (cognomen). La bulla, a la que se atribuían poderes de
protección, era el primer regalo del padre al hijo aceptado en la ceremonia de aceptación, que lucirá colgada
del pecho hasta los 16/17 años, momento que marca el paso de la infancia a la adolescencia y la salida de la
vida doméstica a la pública. Con las mujeres, sólo hacía falta el visto bueno del padre para ser aceptadas en
la familia.
Los ABANDONOS Y FELICIDIOS eran habituales; el responsable de la familia podía asesinar al recién nacido
o abandonarlo. Eran habituales también la crueldad con desvalidos y deficientes o con los abortos.
Las EDADES DE LA VIDA quedaron divididas por los romanos 6 FASES: infancia (hasta 7 años), puericia
(hasta 15), adolescencia (hasta 30), juventud (hasta 40), madurez (hasta 60) y senectud (más de 60).
Durante los primeros 7 años de vida, la crianza biológica, intelectual y moral del niño dependía de la madre o
una nodriza si la madre no se bastaba por sí misma. La vida familiar estaba marcada por un sentido
pedagógico, solía ser práctica, austera, con toques de laboriosidad y ahorro. Era norma cuidar las cosas que
se decía y hacían en presencia de los hijos, debiéndose al niño el máximo respeto.
A partir de los 7 años empezaba la intervención específica del padre, el cual enseñaba al niño a leer, escribir y
contar, a cultivar el campo, a interesarse por sus asuntos y a cultivar las virtudes morales (personales y
cívicas). El padre le introducía gradualmente en la vida profesional y pública, aunque intervenían también
pedagogos y otros maestros profesionales. Si el padre moría prematuramente, esta función la asumían las
viudas, abuelos o tíos.
A los 16/17 años finalizaba la etapa doméstica mediante una ceremonia, donde el adolescente se despoja de
la toga praetexta (de niños) para vestir la toga viril, que lo señalaba como ciudadano libre, aunque seguía
sometido a la patria potestas. Tras un año dedicado al aprendizaje de la vida pública, se enrolaba en el
ejército, donde iba ascendiendo gradualmente. La última etapa formativa se realizaba bajo al patrocinio de
algún personaje respetado y venerado por el joven romano.
b) LA ESCUELA ELEMENTAL
Su inicio se encuentra en el periodo republicano a mediados del s.II a.C. Al principio eran maestros con
iniciativa propia o alentados por padres quienes abrían sus propias escuelas, posteriormente fueron las
municipalidades quienes las sufragaron. A esto se añade la enseñanza privada en familias aristocráticas. En
todo caso, se trataba de instituciones que acogían a hijos libres y a algunas niñas para enseñarles
lectoescritura y cálculo. Los niños esclavos no accedían a los estudios, aunque muchos lo aprendían con
mayor edad al acompañar a los infantes a la escuela.
Acogía a niños entre los 7 y los 11/12 años, en un local pequeño y simple, a veces la propia casa. A veces la
clase se impartía a la intemperie o en las calles de la ciudad. Los alumnos se situaban en torno al maestro, el
cual se denominaba primus magister, con poca remuneración económica y escaso prestigio. El oficio de
profesor particular era propio de personas de origen humilde y era desempeñado generalmente por esclavos
y libertos.
El contenido de la instrucción se basa en enseñar a leer, a escribir y el cálculo elemental. La enseñanza de la
lectura y la escritura se hacían simultáneamente y estaban asociadas también a la recitación; se iniciaba con
el aprendizaje de vocales, luego sílabas y sus combinaciones, para pasar a la formación de nombres;
mientras escribía en su tablilla lo que debía leer. El cálculo, que no se impartía en todas las escuelas,
consistía en enseñar las operaciones aritméticas básicas, añadiendo el ábaco para operaciones más
complejas en la época imperial.
Eran recursos de aprendizaje el ejercicio de la memoria, la voluntad por el esfuerzo y repetición de actos y la
severidad disciplinar.
c) LA ESCUELA MEDIA
Abarcaba de los 11/12 años a los 16/17. Ubicada en lugares céntricos, eran más estables y mejor decoradas
(con bustos y/o mapas geográficos). Sólo accedían los alumnos y alumnas éstas sólo hasta los 14 años que
la sociedad aristocrática permitía. El responsable de la enseñanza era el maestro grammaticus, que, aunque
mejor remunerado que el primus magister, seguía estando mal retribuido.
Prácticamente similar a la enseñanza media helenística, estamos ante una educación bilingüe: los latinos
cultos sabrán griego pero sin renunciar nunca a su lengua madre, el latín. Los contenidos de esta enseñanza
eran el conocimiento teórico de la lengua (dominio del lenguaje apoyado en el conocimiento morfológico y
sintáctico, éste en menor medida) y la explicación de los poetas clásicos (una mezcla de autores
grecorromanos con los que se aprendía el correcto uso del lenguaje oral y escrito, además de una cultura
transversal que incluía conocimientos de geografía, historia, física, religión, mitología…)
A nivel metodológico, esta enseñanza se dividía en 4 partes: lectura, crítica, explicación y juicio. El maestro
seleccionaba y preparaba el texto, leyéndolo, entonándolo y criticándolo previamente para que el alumno
pudiera entenderlo. Posteriormente, los alumnos lo recitaban y prácticamente lo aprendían de memoria. A ello
seguía una explicación sólida y contextual del texto, culminando con una explicación filológica, filosófica o
moral del problema analizado. Metodología complementada con ejercicios de dictado, composición y
elocuencia.
El resto de conocimientos científicos que interesaron a los griegos apenas se dieron en la enseñanza media
romana. Aunque había en la Roma Imperial profesores de aritmética, músicos, astronomía…, sus enseñanzas
sólo interesaban a una minoría de estudiantes.
A los 16/17 años los jóvenes debían decidirse por el ejército o continuar los estudios.
d) LA ESCUELA SUPERIOR
Estaba a cargo del rethor, encargado de la Retórica y la Dialéctica, y de los “profesionales” especializados en
Derecho y Filosofía. El retórico tenía mayor estatus económico que el gramático, y era una profesión ejercida
por hombres de origen humilde, libertos o senadores en desgracia. Sí gozaron de mejores locales, con aulas
circulares habitualmente, muchas al descubierto.
La enseñanza tenía por objeto el dominio retórico y dialéctico del lenguaje, y se dividía en tres partes: teoría,
estudio de modelos (basado en el canon griego) y ejercicios de aplicación práctica. Fue una enseñanza
funcional y práctica, que consideró el derecho una especialidad y la filosofía una vocación.