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Los Abolicionistas:

Exigen la abolición total de las prisiones, aduciendo que pretender aplicar un


tratamiento a prisioneros es un tiempo perdido, muchos abolicionista proponen la
sustitución de las prisión por hospitales o por de tenciones de corta duración o por
medidas privativas de libertad muy distintas a la que conocen. Barnes y Teeters
sostienen que la única manera de mejorar la prisión es suprimiéndola.

Mientra que en Inglaterra, los sociólogos Sydney y Beatrice Webb, rechazan toda
posibilidad de tratamiento rehabilitador en las prisiones y dicen que la forma más
práctica de las prisiones y las más alentadora seria tener la gente fuera de la cárcel.

Muchos especialistas coinciden en que para lograr un tratamiento en prisión


mediante el cual se rehabilita y se readapte al imputado, se requiere de un
organismo interdisciplinario como eje central de la terapia penitenciaria. Todo esto
fundamento sobre el estudio individualizado de la personalidad del sujeto para
ellos se requiere más que de un juez jurista, un juez criminólogo.

El especialista italiano, Baratta, doctrinario del radicalismo criminólogo crítico,


niega la posibilidad de un tratamiento penitenciario, aduciendo que los centros de
detención ejercen efectos contrarios a la reeducación y a la reinserción del
condenado, pero si favorables a su estable integración a la población criminal.

Baratta sostiene que exámenes clínicos realizados mediante los clásicos tests de
personalidad han mostrado los efectos negativos del encarcelamiento sobre la
psicología de los condenados y la correlación de esto efectos con la duración de
este. Termina diciendo que los estudios de ese género demuestran que no es
posible transformar un delincuente violento asocial, en un individuo adaptable a
través de una larga pena carcelaria.

Los criminólogo y penitenciaritas Dario Melossi y Massimo Paravini dicen que los
penitenciario lo que trata es de transformar al sujeto real en sujeto ideal. Alegan
los citados pensadores que en las casas de corrección, se trataban de transformar
al delincuente en un trabajador proletario, en este consiste la verdadera invención
penitenciaria, la cárcel como máquina, capaz de transformar al criminal violeto
(sujeto real), en detenido (sujeto ideal) disciplinado y mecánico. A este proceso
ellos le llaman de “mutación antropológica”, de delincuente a proletario.
Teresa Mirallas, especialista española corrobora con los planteamientos anteriores
porque sostiene que el tipo de conducta que el proceso de resocialización debe
crear en el individuo es aquella que lo lleve a adaptarse a las normas consensuales.

La concepción teórica de la pena dice el criminólogo venezolano Elio Gómez, como


instrumento rehabilitador ha sido un fracaso por lo que según dicho penalista, el
tratamiento rehabilitador se debe aplicar en forma extramural, es decir no
privado de libertad, es lo que se denomina régimen abierto. “los Ingleses les llaman
a la Prisión abierta; la cárcel sin rejas”.

Es a partir de la segunda guerra mundial cuando nacen estas instituciones


penitenciarias abiertas, debido al elevado número de presos políticos que hacino
las prisiones europeas y entonces se decidió trasladar a muchos a barracas
cerradas por alambres de púas y custodiadas por guardianes.

La reforma oficial de Suecia dice que la privación de libertad como regla no


favorece la readaptación social del individuo a la sociedad. El tratamiento extra-
institucional desde el punto de vista preventivo individual es el sistema que logro
mejores resultados y constituye una actividad menos costosa y más humanizante.

Entre las medidas extra-institucionales se encuentran algunas como son: la


condena condicional, la aprobación, la liberta condicional, la parola, el servicio a la
comunidad, el trabajo obligatorio, etc.

Los sistemas más comunes que se han utilizado en la humanidad, para castigar o
corregir a los delincuentes son:

Sistema de Comunidad:

En este sistema se recluían a los delincuentes haciendo vida común, pero cayó en
desuso porque resulto ineficaz, por el hacinamiento en que se encontraban los
presos. Este es el sistema que impera actualmente en República Dominicana, ya
que mucha cárceles solo tienen el nombre de modelo.

Sistema de Clasificación.

Este sistema se clasifican los delincuentes tomando como parámetro el delito


cometido, la edad, la personalidad, educación y profesión del recluso.

Sistema Celular:
Este sistema consiste en aislar a cada recluso en celdas individuales. Este sistema
supone el empleo de estrategias individualizadas para la corrección. Una de las
razones que se ha argumentado para la separación de los reclusos es evitar el
contagio criminal. Este sistema fue objeto de fuerte críticas, ya que al aislamiento
conlleva al suicidio y a la locura, imbecilidad, perdida de hábitos social y produce
personas sin cultura e incapaces.

Elemento Humano de la Prisión:

En las cárceles el elemento humano, es ausente, debido a que estas más que
centro de rehabilitación son jaula o máquinas de deteriorar, ya que los vejámenes,
maltratos, tortura y las usuales amenaza de los custodias (policía y militares) son
deriorantes de la personalidad del condenado. A ese tipo de institución, Foulcaut le
ha llamado “instituciones de secuestro” ya que la prisión genera una patología,
cuya característica más sobre saliente es la regresion

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