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AVANCEMOS

CONSOLIDANDO
LA FAMILIA

Guerra
espiritual

LECCIONES ADULTOS

1
Queremos colaborar en la construcción de familias saludables que vivan valores cristianos a la luz de la
Palabra de Dios y a la vez instruir en la estrategia de guerra espiritual. Los temas son una antología de varios
autores preparada exclusivamente para cada lección. “Examinadlo todo; retened lo bueno”. 1 Tes. 5:21.

TEMAS
1. La familia es una obra de Dios .......................................................... 3
2. Dios es familia ................................................................................. 6
3. La familia acoge a Jesús ................................................................. 12
4. Familias mixtas ................................................................................. 19
5. Jesús y la familia .............................................................................. 24
6. La unidad en el matrimonio............................................................... 29
7. La familia y la cultura ........................................................................ 34
8. La familia y la educación................................................................... 41
9. Educación sexual y transmisión de valores éticos ............................ 48
10. Jesús en las bodas ........................................................................... 52
11. La medicina en la familia .................................................................. 56
12. Jesús libera a los hijos ...................................................................... 59
13. Nuestra posición de autoridad en Cristo ........................................... 62
14. La guerra por nuestra salvación ....................................................... 66
15. La guerra por las almas y contra los demonios ................................ 73
16. Las armas de guerra del creyente .................................................... 77
17. El discernimiento de espíritus ........................................................... 83
18. ¿Por qué entran los demonios? ........................................................ 87
19. Pasos para ministrar liberación ......................................................... 93
20. Una vida cristiana fuerte y madura ................................................... 99
21. Llenando la casa .............................................................................. 106
22. El llamamiento de Dios .................................................................... 112
23. Apartado para el ministerio .............................................................. 117
24. La batalla de la iglesia ..................................................................... 122
25. La batalla ethnos ............................................................................. 127
26. Tomando las armas de luz............................................................... 133

Bibliografía Consultada:
Centro Bíblico Verbo Divino. “La Familia en La Biblia”. Quito Ecuador.
Tom Hanks. “La Diversidad de “Familias” (¡50!) en la Biblia”. 1a ed . Buenos Aires. Epifanía, 2016.
https://www.altisimo.net/remanente/conceptoBiblicoFamilia.pdf
Juan Antonio Vazquez, “Jesus y la Familia”. Peniel. Guatemala 2010
Pedro Carrillo. Principios prácticos de guerra espiritual”. Colombia 2010
Revista Vamos: Manual para Misioneros. 9 pasos para Ministrar Liberación
Carlos Annacondia. Oime bien Satanás. Editorial Betania. Colombia 1997
Harold Caballero. De victoria en victoria. Editorial Betania.
Frank e Ida Mae Hammond. Cerdos en la Sala. Libros Desafìo. Colombia
Cindi Jacobs. Liberanos del mal. Casa Creacion. Estados Unidos. 2001

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• LA FAMILIA ES
UNA OBRA DE
DIOS
“No es bueno que el hombre esté solo”… Génesis 1:18
Lectura del texto: Gn 2:18-24.
Frase clave: “El varón se une a su mujer, para ser una sola carne”.

Bienvenidos a esta nueva reunión Bíblica. En esta ocasión, queremos leer, reflexionar y orar la
Palabra de Dios, para poner atención con nuestra mente y nuestro corazón a lo que Dios nos dice
sobre un tema muy importante: La familia. Nuestro desafío es reconstruir nuestras familias,
enseñando a ser familia, anunciando y defendiendo a todas las familias, y sobre todo haciendo de la
Iglesia verdaderamente la gran familia de Dios.

Vamos a representar una escena simbólica. También podemos


hacer un sociodrama. Pedimos cuatro voluntarios. En un lugar
visible se colocan un hombre, una mujer y dos jóvenes dándose la
espalda, les pedimos que manifiesten gestos de división y rabia, no
quieren cooperar, se sienten autosuficientes, no quieren
complementarse.

Dialoguemos
- ¿Qué significa la escena?
- ¿Cuáles son los grandes problemas que tienen hoy
las familias?
- ¿Por qué se dan estas situaciones en nuestras
familias?
- ¿Qué nos sugieren las palabras claves: cooperación,
complementariedad?
- ¿Qué nos quiere decir la frase clave: El varón se une
a su mujer, para ser una sola carne?

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1. “No es bueno que el hombre este solo”.
La creación no está completa porque no es totalmente buena, y la prueba de ello es la soledad del
hombre. La soledad es contraria a la intención de Dios. Si dejara al hombre en soledad, no sólo sería
negativo para él sino que toda la creación estaría incompleta, o lo que es peor, mal creada.

Para completar la creación, para terminar de hacerla bien y buena, Dios busca una solución a la
soledad del hombre, crea a los animales para que éste busque entre ellos una ayuda adecuada.
Cuando los animales se presentan, el hombre se impone sobre ellos, les da nombre, los domina y los
somete. Pero entre ellos no encontró una ayuda adecuada. Ser superior o dominar no le hace feliz al
ser humano.
Seguramente ni siquiera el hombre sabía bien qué es lo que buscaba, qué tipo de ayuda o de
ayudante necesitaba. Su soledad es una insatisfacción muy difícil de ver clara.
La soledad, la individualidad, el dominio, el sometimiento, no son caminos de auténtica plenitud.

2. “Ahora sí, esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne”


El hombre por sí mismo, no logra construir su propia felicidad. Dios toma la iniciativa y forma a la
mujer de la costilla del hombre. Al despertar el varón reconoce en la mujer:
“Ahora sí, esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne”. El encuentro entre el varón y la mujer
ya no es como el del día anterior entre el varón y los animales, aquel encuentro fue de dominación y
sumisión, este es de reconocimiento de la igualdad, de la mutua necesidad y complementariedad.
Hombre y mujer se diferencian y se necesitan, forman una unidad y en eso está la clave de su
realización.
La unidad de la pareja, en relaciones de igualdad, de reconocimiento y de respeto de la dignidad del
otro con sus diferencias, de ayuda, colaboración y complementariedad, es obra de Dios. No es el ser
humano el que logra su felicidad. El amor no es una conquista, no se puede producir, comprar o
vender; es una gracia, un regalo, un don, que se acepta y se cuida con responsabilidad.
El amor y la unidad en la familia son signos de la presencia de Dios en ella.

3. “Y los dos se hacen uno solo”.


Este es el mensaje final, del relato, el tema de la pareja formando familia.
Varón y mujer, en pareja, forman un solo ser. Su unidad es obra de Dios, signo de su acción
creadora, y conservar esta unidad es su responsabilidad y su misión en el mundo.
La familia es comunidad de un hombre y de una mujer; comunidad de vida y de amor. El hombre y
la mujer se unen y llegan a ser “una sola carne”.
El varón y la mujer son seres para Dios e iguales ante Él. Sin la igualdad no hay auténtica
complementariedad, ni la pareja humana es verdaderamente sana.

Dialoguemos
¿Qué valor le da hoy la sociedad a la familia?

En el principio era la familia


“¡Dios creó a Adán y a Eva!, no fueron dos personas del mismo sexo. – Génesis 1.27 como fuente
para normas modernas de conducta.
La Biblia empieza con la creación del hombre y la mujer, signo y principio de todas las familias
posteriores. En el principio de la humanidad se sitúa, según eso, la familia, en un tiempo en que no
había Iglesia, Estado, ejército, dinero ni mercado.
“Y creó Dios al hombre a Su imagen, a imagen de Dios lo creo, varón y hembra los creo. Y los
bendijo Dios; y les dijo: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los
peces del mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”.
(Génesis 1:27:28)

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Aquí vemos claramente que Dios creó al hombre y a la mujer, y les asignó tareas específicas
relacionadas con tener hijos, y sobre su señorío sobre los animales, las plantas, los peces y sobre
toda la creación en la tierra.
Cuando el Creador ordena a los seres humanos dar frutos y multiplicarse, se aseguró que los hijos
de ese hombre y de esa mujer fueran semejantes los unos a los otros.
Sabemos, por propia experiencia, que en los primeros tiempos de sus vidas, los hijos de los hombres
son débiles e incapaces de valerse por sí mismos, de tal manera que necesitan por largo tiempo, del
cuidado de los padres para poder sobrevivir. Como consecuencia de esa necesidad de supervivencia,
de sobrevivencia, de madurez, y de multiplicación, surge ese pequeño grupo humano, que ha sido
llamado familia, y que debe satisfacer las necesidades de sus miembros. (Génesis 2:24; Marcos
10:9; Proverbios 18: 22).
En el ambiente de la familia aprenden, unos de otros, rutinas, costumbres, tradiciones efectivas,
desarrollando los talentos y dones que Dios les ha dado a cada miembro de las familias y en
particular de la familia cristiana, para enfrentar exitosamente el crecimiento de sus miembros y de
las múltiples familias que se forman en una sociedad determinada.
(Gálatas 5:13; 1 Pedro 4: 10-11; Proverbios 22:6; Deuteronomio 4: 9,6)

Por otra parte, para enfrentar exitosamente la tarea de llenar la tierra, sojuzgarla y señorear sobre
todos los seres vivientes, estos grupos familiares han necesitado unirse y ejercitar el servirse los
unos a los otros en amor, y ejercitar el poder que el Espíritu Santo representa en el creyente, para
ser fuertes y cumplir estas tareas, que Dios les dio. (Juan 13: 1-17; 1 Corintios 4:20)
Queda así establecido que los miembros de la familia y ella misma han sido creados por Dios, y sus
tareas en la tierra, también les han sido asignadas por el mismo Creador. El sueño de Dios para cada
miembro de cada familia es que en la tierra, cada día practiquemos toda buena obra, y un día
estemos con Él eternamente, alabándolo y adorándolo en el cielo (2 Timoteo 3:16-17; Apocalipsis
7:9-17; 22: 11-12, 14), por lo tanto el futuro de cada hombre y de cada mujer también ha sido
establecido, dependiendo de ellos el que se cumpla o no.

Mensaje para hoy


Debemos tener el coraje y la humildad necesarios para revisar y cambiar nuestro estilo de ser
esposo y esposa, hermano y hermana, padre y madre, construyendo verdaderas relaciones de amor y
fraternidad en casa, viviendo los valores de Jesucristo. Esta es la primera manera de comenzar a
asumir la misión del cristiano: Ser familia, signo del amor de Dios. Muchas personas creen que la
primera forma de hacer frente a esta sociedad y cultura, que hoy se difunde por muchos medios, es
recurriendo a la organización popular o al mismo gobierno, exigiendo intervenciones políticas y
reformas económicas. Sin embargo, eso de nada servirá si no comenzamos actuando en la familia,
pues ella es la primera forma de sociedad humana, donde se construyen las mentes y los corazones
de las personas, niños, jóvenes y adultos.

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•DIOS ES LA
FAMILIA
Texto Clave: “Que todos sean uno como Tú, Padre, estás en Mí, y yo en Ti” Jn. 17.21
Palabra clave: Unidad.
Frase clave: “Que sean uno como nosotros
Lectura del texto: Jn 17:20-24

Cuatro personas: un hombre, una mujer y dos jóvenes. Se


colocan delante del grupo se abrazan, y después unen sus
manos con fuerza. Uno de ellos levanta un azadón, otro
levanta una Biblia y otros utensilios que signifiquen servicio a
la comunidad y a la familia.

Dialoguemos
- ¿Qué nos dice la palabra clave: Unidad?
- ¿Qué nos quiere decir la frase clave: “Que sean
uno como nosotros”?

Qué símbolos hemos visto representar?


- ¿Qué valores logramos descubrir?
- ¿Por qué es necesario vivir hoy estos valores en
nuestras familias?

Este texto es parte de la oración que dirige Jesús a su Padre, después de un largo discurso de
despedida, durante la cena pascual, antes de ser arrestado.

Que todos sean uno. Jesús pide a su Padre por la unidad de los creyentes, tanto de sus discípulos
como de toda la Iglesia, incluso hoy en día.

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Jesús ya había enseñado a sus discípulos lo que significa ser uno. Esa noche les lavó los pies (Jn
13,1-30) y les presentó su nuevo y máximo mandamiento: el amor mutuo (Jn 13,34s y 15,12.17), así
enseñó que ser uno, vivir en unidad, es amarse sin condiciones y, amarse es servirse mutuamente.
El Plan de Dios para la humanidad es el que Jesús nos ha revelado: que todos sean uno, que la
unidad de las personas sea como la unidad entre Jesús y Dios, que al seguir a Jesús, por medio de él,
alcancemos la unidad con Dios y la felicidad verdadera.

Como tú y yo somos uno.


El Evangelio de Juan, nos habla en muchas ocasiones de la profunda unidad entre Jesús y Dios.
“cuando habla aquel a quien Dios envió, es Dios mismo quien habla, ya que
Dios le ha comunicado plenamente su Espíritu” (Jn 3, 34); “mi alimento consiste en hacer la
voluntad de quien me envió (Jn 4, 34; 5,19- 24.30.36); “Nadie puede llegar al Padre sino por mí. Si
me conocieran también conocerían a mi Padre. Desde ahora lo conocen pues lo han visto” (Jn 14,6-
11).
Jesús con sus obras y Palabras nos mostró al verdadero Dios. Todas las obras de Jesús fueron signos
de vida, misericordia y solidaridad. Con ellas nos mostró que Dios es como un padre misericordioso
y solidario, un Dios Amor.

La unidad en la familia.
La Biblia nos dice que en el principio Dios creo todo el universo en armonía y unidad. Pero el
pecado rompió esa unidad entre Dios, los seres humanos y el resto de criaturas. Desde entonces
Dios buscó la forma de restablecer la unidad perdida, y para ello formó al Pueblo de Israel, para que
por medio de él todos los pueblos alcanzaran la bendición de Dios.

Los miembros de Israel tenían que mantenerse unidos, entre sí y con Dios, como una familia, pero a
lo largo de su historia, la unidad volvió a romperse de múltiples formas y en diversos momentos.
Finalmente, Jesús convocó y sigue convocando a un nuevo Israel, que viva en comunión fraterna y
familia, y que así cumpla la misión que el antiguo Israel rechazó, al rechazar a Jesús: ser luz de las
naciones, bendición para todos los pueblos de la tierra, signo de Dios en el mundo.

La familia como imagen de Dios


En Génesis 1:27 dice que Dios creó al hombre en su imagen. Pero esto no es todo lo que dice allí.
El verso continúa: "...a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó." Y en el siguiente versículo
se incluyen implícitamente también los hijos: "Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y
multiplicaos..."

Podemos concluir de allí que el hombre solo no es la imagen completa de Dios. La imagen
completa de Dios es la familia.
Esto no debe sorprendernos, puesto que Dios mismo es una Trinidad, una unidad de tres personas
(Padre, Hijo y Espíritu Santo). Por tanto, una sola persona no es suficiente para dar una imagen
adecuada de Dios.

Tenemos que ver en este contexto lo que dijo Dios: "No es bueno que el hombre esté solo."
(Génesis 2:18) Dios pensaba no solamente en la comodidad del hombre o que podría sufrir de su
soledad. "No era bueno" porque el hombre solo no era una imagen adecuada de Dios.

En Efesios 3:14-15, Pablo dice además que toda paternidad (así la traducción literal) toma su
nombre de Dios el Padre. Entonces, la paternidad en particular es una imagen de lo que es Dios el
Padre para nosotros.
El propósito espiritual más profundo de la familia es entonces, que sea una imagen de Dios ante el
mundo. En ningún lugar se manifiesta tan claramente el carácter de Dios, como en una familia

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cristiana que funciona según los principios de Dios. Allí se hace visible la luz del evangelio, en
contraste con la oscuridad de este mundo.

Veremos algunas formas como la familia puede ser un reflejo de la Trinidad de Dios:

 El Padre ama al Hijo y le entrega todo lo que tiene (Juan 3:35, Lucas 15:31). Esto se refleja
en un padre de familia que ama a sus hijos y provee generosamente por ellos.
 El Padre anima al Hijo y le asegura de Su amor y apoyo (Mateo 3:17, 17:5, Juan 12:28).
Esto se refleja en una familia donde los padres animan a sus hijos y les aseguran que los
aman.
 El Hijo hace en todo la voluntad del Padre (Juan 4:34, Mateo 26:39). Esto se refleja en una
familia donde los hijos obedecen a sus padres.
 El Padre comunica todo con Su Hijo (Juan 8:55, 10:15, 15:15). Esto se refleja en una
familia donde se conversa abierta y sinceramente sobre todos los asuntos, y donde los
miembros de la familia se escuchan unos a otros con respeto.
 El Padre escucha todas las peticiones del Hijo (Juan 11:41-42). Esto se refleja en un padre
de familia que está atento a las peticiones y necesidades de sus hijos, y que responde
atentamente a sus preguntas.
 Las personas de la Trinidad se glorifican mutuamente. El Hijo busca la gloria del Padre
(Juan 7:18, 8:50, 14:13). El Padre glorifica al Hijo (Juan 8:54, 17:1). El Espíritu Santo
glorifica al Hijo y al Padre (Juan 16:14-15, 18:14, Hechos 2:11, 10:46). Esto se refleja en
una familia donde cada uno "estima a los demás como superiores a él mismo; no mirando
cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros." (Fil.2:3-4).
 El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son completamente uno (Juan 10:30, 17:21-22, Isaías
9:6, 11:2). Esto se refleja en una familia que vive en perfecta unidad.

Así es el propósito más sublime de Dios para la familia, que refleje el carácter de Dios ante el
mundo.

Pero por eso, la familia es también la institución divina más atacada por el enemigo. La sociedad,
las escuelas, los gobiernos, y aun las iglesias, parecen haberse unido para destruir las familias. Y
durante las últimas décadas han tenido tanto éxito en esto, que aun en las iglesias es muy difícil
encontrar a una sola familia que comparta su vida juntos y que refleje todavía algo del carácter de
Dios. En la mayoría de las familias hoy, cada uno se va por su camino, y apenas tienen la
oportunidad de comer juntos - ni hablar de otras formas de cultivar la unidad de la familia. Y aun
las iglesias existentes, en su mayoría hacen más para separar las familias que para unirlas.

¡Cuánto más es necesario recuperar las familias según el plan de Dios!


Este es uno de los asuntos más críticos que enfrentan actualmente las iglesias, y la sociedad
occidental en conjunto. Donde los niños son "socializados" e "institucionalizados", en vez de crecer
en familias sanas, la sociedad entera se deshace dentro de pocas generaciones. Esta fue la principal
razón por qué se deshicieron las antiguas civilizaciones de Babilonia, Grecia y Roma. Y la
civilización actual será deshecha de la misma manera, si no recupera el rol central de las familias.

La institución de la familia en la creación


La familia es la primera y la más importante institución ordenada por Dios. Ella aparece
inmediatamente después de la creación del hombre: "Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y
multiplicaos ..." (Génesis 1:28)
Asi que la familia es tanto una bendición como un mandamiento.

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En los primeros capítulos de Génesis encontramos varias otras pautas acerca del matrimonio y la
familia:
"Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer..."
(Génesis 2:24)

El matrimonio constituye una familia nueva. Por tanto, antes de "unirse", los esposos necesitan
"dejar" sus familias antiguas, o sea, de sus padres. La familia nueva debe establecerse de manera
independiente. Donde se pasa por alto este principio, se provocan toda clase de conflictos, porque
no está claro quien gobierna en la familia: ¿los padres o los abuelos?

"... y serán una sola carne."


El matrimonio es la unión más íntima entre un hombre y una mujer. Por tanto, Dios ha reservado
las relaciones sexuales para esta unión íntima del matrimonio. En 1 Cor.6:15-20 vemos que
esta unión tiene también un aspecto espiritual. Es una unión de cuerpo, alma y espíritu. Por eso Dios
nos advierte de manera tan seria en contra de la fornicación y el adulterio.

"Llenad la tierra, y sojuzgadla ..." (Génesis 1:28) - "Tomó, pues, el Señor Dios al hombre, y lo puso
en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase." (Génesis 2:15)
El hombre (especialmente el varón) tiene la tarea de administrar la tierra ("sojuzgar", "labrar" y
"guardar"), y de proveer por su familia con el trabajo de sus manos. (En Prov.31:13-22 vemos que
también la mujer tiene su parte en la provisión por la familia, pero con un énfasis un poco
diferente.)

"Y mandó el Señor Dios al hombre, diciendo: ..." (Génesis 2:16-17)


"Mas el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?" (Génesis 3:9)
El varón fue el primero en recibir el mandamiento de Dios, cuando la mujer aun no existía. Con
esto, Dios estableció desde el principio un orden: El varón es el primero, la "cabeza" de la familia.
Pero esta posición de "cabeza" no significa que el varón valga más que la mujer, o que solo tenga
privilegios. (Hemos visto arriba que ambos, varón y mujer, son necesarios para ser "imagen de
Dios".) Al contrario, ser "cabeza" significa tener más responsabilidad. Cuando Adán y Eva
desobedecieron el mandamiento de Dios, nuevamente El llamó primero al varón para pedirle
cuentas. Aunque Eva había comido primero del árbol; pero era el varón quien llevaba la mayor
responsabilidad.

"...le haré ayuda idónea para él." (Génesis 2:18)


La mujer es "ayuda idónea" para el hombre; el complemento perfecto según el plan de Dios. -
Notemos que "ayuda idónea" no significa "sierva". Al contrario, esta misma palabra "ayuda" es
usada también para la poderosa ayuda de Dios en 1 Sam.7:11-12 y Sal.40:17. La idea correcta es
que varón y mujer tienen que complementarse mutuamente, tienen el mismo valor, pero tienen
características y tareas distintas.

La caída de la familia
El pecado afectó seriamente el plan perfecto de Dios para la familia. Por eso, en el tiempo presente,
las bendiciones de Dios sobre la familia están "opacadas" por los efectos del pecado:

"Con dolor darás a luz los hijos" (Génesis 3:16).


La bendición más grande de Dios para la familia son los hijos; pero ahora su nacimiento será causa
de dolor para la madre.

"...y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti." (Génesis 3:16)

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La relación de complemento perfecto entre esposo y esposa será ahora afectada por conflictos, y por
la tendencia del varón de "enseñorearse".

"Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y
cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan..."
(Génesis 3:17-19)
El trabajo era originalmente una bendición; era la forma como el hombre cumplía su alto llamado
de administrar la tierra. Ahora el trabajo será una fuente de dolor y penas para el hombre.

A continuación vemos que las relaciones familiares se siguen deteriorando. En la siguiente


generación ya sucede el primer asesinato (Génesis 4:3-11).

El siguiente pasaje sugiere que la actitud de los padres hacia Dios tiene consecuencias para los hijos
y aun las generaciones futuras:
"...porque yo soy el Señor tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los
que me aman y guardan mis mandamientos." (Exodo 20:5-6)

Así hay ciertas "maldades", como por ejemplo el alcoholismo o la delincuencia, que parecen
propagarse de los padres a los hijos y a las generaciones siguientes: Estadísticamente, los hijos de
padres alcohólicos están en un peligro mucho mayor de volverse alcohólicos ellos mismos.

Sin embargo, esto no tiene que ser un destino inevitable. Dios dice también que su misericordia es
mucho más grande que su juicio. (El visita la maldad "hasta la tercera y cuarta generación", pero
hace misericordia "a millares".) También dice que una persona puede arrepentirse del pecado, y así
ser liberado de un pasado problemático y pecaminoso:
"...Pero si éste engendrare hijo, el cual viere todos los pecados que su padre hizo, y viéndolos no
hiciere según ellos; ... éste no morirá por la maldad de su padre; de cierto vivirá. (...)
El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el
pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él." (Ezequiel
18:14.17.20)

La redención de la familia
Casi al inicio del Antiguo Testamento leemos sobre la institución de la familia, y sobre su caída en
pecado. Ahora, los últimos versículos del Antiguo Testamento son nuevamente una promesa
relacionada con la familia:
"He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día del Señor, grande y terrible. El hará
volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea
que yo venga y hiera la tierra con maldición." (Malaquías 4:5-6)

La restauración de la familia es uno de los asuntos más importantes en el corazón de Dios para los
últimos tiempos.
Algunos pasajes del Nuevo Testamento nos muestran la imagen de una familia redimida por el
Señor Jesucristo:
"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó la iglesia, y se entregó a sí mismo por
ella..." (Efesios 5:25-32)

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Una familia cristiana ha experimentado el amor redentor de Cristo. Con este amor de Cristo se
puede también restaurar el amor del esposo hacia la esposa, y el respeto de la esposa hacia el
esposo.

"Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay ni
judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en
Cristo Jesús." (Gálatas 3:25-28)

En una familia cristiana, varón y mujer tienen el mismo valor y son uno en Cristo.

Dialoguemos
¿Qué desafíos y compromisos nos exige nuestra fe en la Palabra de Jesús: “Que sean uno como Tú
y yo somos uno?

Mensaje para hoy.


Fortalecer nuestras familias, grupos y comunidades. Ellas son una alternativa a una sociedad egoísta
e individualista, y sobre todo son presencia de Jesús y del Espíritu.
Continuar leyendo y estudiando la Biblia en comunidad. Ella es la Palabra de Cristo Jesús que nos
orienta en el camino y puede interpretarnos el sentido de nuestras vidas.
Renovar nuestra fe en el Dios Trinitario y vivir sus consecuencias.
Si Dios es una comunidad, hagamos el esfuerzo de vivir más hermanados en la familia, en el barrio
y en la sociedad.

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• LA FAMILIA
ACOGE A JESUS

Palabra clave: Acoger.


Frase clave: “Ten fe en el Señor y te salvarás tú y tu familia”. (Hch 16:31)
Lectura del texto: Lc 2:41-52.

Los invitamos a centrar la mirada en el texto de Lucas que nos habla de cómo se fue formando la
familia de José, María y Jesús. Saboreemos cómo fue la vida en el hogar de Nazaret y tomemos ese
ejemplo para nuestras familias, aquí y ahora.

Representar tres escenas: en la primera la pareja


mostrándose cariño (ella embarazada); en la segunda, la
pareja juega con dos hijos; en la tercera la pareja, ya ancia-
na, recibe cariño de sus hijos y nietos.

Dialoguemos
- ¿Qué significado le damos al dibujo, con relación
al tema de reflexión de hoy?
- ¿Qué realidades sociales se ven reflejadas en este
dibujo?

¿Quién no conoce el texto del niño Jesús perdido y


hallado en el templo? Este episodio nos puede
ayudar a entrar en el seno de la familia de Nazaret
y ver cuáles eran los sentimientos que vivían en
esa búsqueda de hacer la voluntad de Dios. Dispongámonos a leer y compartir lo que Dios nos
quiere revelar hoy.

El gran pensador Jalil Gibran decía, respecto a la familia: “tus hijos no son tus hijos. Son los hijos e
hijas del anhelo de la vida. Vienen a través de ti, pero no de ti y aunque están contigo, no te
pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues tienen los suyos. Puedes abrigar

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sus cuerpos, pero no sus almas, que habitan en la casa del mañana, que tú no puedes visitar ni
siquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no intentes que sean como tú.

La familia de Jesús.
El texto que hemos leído habla del misterio del niño Jesús; un niño que nace en una familia formada
por María y José. Y como niño, Jesús actúa, siente… se pierde; su padre
y su madre se asustan, regañan al hijo, no alcanzan a comprender. En muchos aspectos esta es una
familia como tantas otras, con grandes problemas; hay dudas respecto a la paternidad de José; hay
que luchar contra la pobreza que lleva a que el hijo nazca en un establo; sufre persecución de parte
de Herodes; migran a Egipto y a Nazaret, buscan trabajo; se pierde el niño…

Esta familia a la que nosotros consideramos familia perfecta e ideal, porque cumplía con todas las
leyes religiosas de su pueblo, es la misma familia que vivió algunos sobresaltos y sorpresas. Su
diferencia es que siempre estuvo unida y confiando en Dios que les había prometido ayudarlos.
Lucas 2,41-52 nos cuenta uno de esos días en la vida de esta familia:
“los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y cuando Jesús
cumplió doce años fue también con ellos para cumplir este precepto”.

El niño Jesús en el templo.


Al cumplir doce años, lo llevan en peregrinación al templo. Cumplen con el rito por el cual durante
la fiesta de Pascua, el varón judío mayor de edad es declarado “Hijo de la Palabra”, miembro del
Pueblo de Dios, con plenos derechos y obligaciones ante la Ley de Dios.
Jesús se queda en el templo tres días, como Jonás en el vientre de la ballena (Jonás 2:1).O como tres
días en el sepulcro (Lc 24,21). Tres días aprendiendo y experimentando las cosas de su Padre. Tiene
la oportunidad de descubrir su identidad y su misión, por eso relativiza los vínculos de sangre para
vincularse consciente y totalmente a Dios.
Y allí, en el Templo, Jesús hizo su primera aparición pública. Según el evangelio de Lucas, el
primer diálogo de Jesús con sus padres fue: “Hijo, ¿por qué te has portado así?... ¿No saben que
tengo que ocuparme de los asuntos de mi Padre?”.

El niño Jesús y sus padres.


Tengo que ocuparme de los asuntos de mi Padre, es la convicción que Jesús alcanza, con nuevas
prioridades y obligaciones. José y María, no comprenden, callan y respetan a su hijo. Sin embargo
el episodio termina con la afirmación de que el niño continuaba creciendo en sabiduría y en gracia
pero esta vez ya no el Templo, sino en el nuevo lugar de la presencia de Dios, la familia en Nazaret.

El mismo Lucas nos presenta a Gabriel anunciando el nacimiento del Bautista a su padre Zacarías,
en el Templo y, en contraposición a él y al tiempo nos presenta al arcángel anunciando el
nacimiento de Jesús, a su madre, pero no en el templo sino en la casa familiar, en Nazaret.
Los padres de Jesús parecen a no comprender lo que acababa de decir su hijo, lo guardan en el
corazón. Respetan la decisión del hijo, saben que la familia es un espacio de crecimiento y que
cuando las alas están fuertes, hay que dejar que los hijos vuelen… Y regresaron a Nazaret.

Jesús en la familia
Cuando el Hijo de Dios se encarnó y nació, tuvo la necesidad de ser alimentado, cuidado, protegido,
educado, instruido por José y María (Mt. 2:12-23); Él podría haber aparecido a Israel como un
hombre maduro —como se le había manifestado en el pasado a Abram en Melquisedec (Gn. 14:18-
20)—; sin embargo, el Padre quiso que se manifestara de forma natural (He. 2:14), con las
necesidades humanas naturales y la de formar parte de una familia.

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Fueron los padres putativos6 de Jesús quienes se ocuparon de circuncidarlo, llevarlo al templo y
cumplir en Él los demás mandamientos de la ley (Lc. 2:39-42).
Jesús debía sujetarse y obedecer a José y María y convivir con sus hermanos —aunque no creyeran
en Él— (Lc. 2:51-48; Jn. 7:1-5).
También fue atacado por los religiosos de aquella época respecto a su familia, pues decían que El
había sido engendrado en fornicación (Jn. 8:37-42).
Luego, como veremos a lo largo de las páginas que siguen, tuvo relación con muchas familias
similares a las de hoy en día, y que también vivieron situaciones similares a las actuales.
Jesucristo, además de darnos salvación, su Espíritu Santo, su presencia, su Palabra, su comunión,
promesas; además de limpiarnos, liberarnos y restaurarnos, también nos hizo parte de su familia,
porque además de la necesidad e importancia de ser parte de una familia natural, también es
importante formar parte de la familia dela fe, de la que formamos parte desde el nuevo nacimiento
(Gá. 6:10; Ef. 2:19, Mt. 18:12-13; Lc. 15:13-14).
Ya desde Génesis la Biblia muestra que «No es bueno que el hombre esté solo» porque para que el
individuo tenga un buen desarrollo personal se necesita de la familia (Gn. 2:18). Atendiendo a esa
necesidad vemos que cuando Jesucristo sanaba o liberaba a las personas les daba la instrucción de
regresar con su familia (Mt. 9:6; Mr. 2:11; Mr. 5:19; Lc. 5:24; 8:39).
El Señor atendió temas muy diversos de la familia, por ejemplo: Relaciones de los esposos, padres e
hijos, de hermanos; la infidelidad, el divorcio, la provisión; disputas familiares; uniones
matrimoniales anti-bíblicas y más (Mt. 15:4; 19:19; Mr. 7:10-11; Lc. 17:26-27); luego el apóstol
Pablo aborda temas del amor, relaciones sexuales, obediencia, paciencia, educación, instrucción y
más (Ef. 5:22-25, 1Co. 7:3; 28; Col. 3:18-21; Tit. 2:3-5; 1 P. 3:1, 7).
Por otro lado, debemos notar que la concepción de la familia no solamente es a nivel natural, sino
también a nivel celestial pues la Biblia indica que de Jesucristo toman nombre «todas las familias
“de los cielos”» (Ef. 3:14-15).

El orden bíblico de la familia


• El papel del esposo consiste en amar a su esposa y entregarse por ella. Esto lo declara el
apóstol Pablo en el pasaje que ya citamos, en Efesios 5:25-32. El amor de un esposo es comparado
con el amor de Cristo por su iglesia. ¡El entregó todo por nosotros! De la misma manera, el amor
de un esposo por su esposa debe estar dispuesto a entregar todo.

• El papel de la esposa consiste en respetar y apoyar a su esposo. "No es bueno que el hombre
esté solo; le haré ayuda idónea para él." (Gén.2:18) - "Las casadas estén sujetas a sus propios
maridos, como al Señor. ... y la mujer respete a su marido." (Ef. 5:22 y 33) - Cuando el esposo
demuestra a su esposa amor y entrega "como Cristo", la sujeción y el respeto de la esposa es una
respuesta lógica.

• El papel de los padres consiste en proveer para la familia y educar a los hijos: "Pues no
deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos." (2 Cor.12:14) - "Y
vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación
del Señor." (Ef.6:4) "Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten." (Col.3:21)
Esto implica que los padres demuestren respeto por sus hijos. Dios no nos autoriza para administrar
castigos arbitrarios o humillantes, ni para insultar o ridiculizar a los niños.
"Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te
levantes." (Deut. 6:4-7) Los padres son responsables de instruir a sus hijos constantemente en la
Palabra de Dios.

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• El papel de los hijos consiste en honrar a sus padres, y, mientras son niños, obedecerles:
"Niños, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu
madre, que es el primer mandamiento con promesa..." (Ef.6:1-2) Aunque la versión Reina-Valera
traduce "Hijos, obedeced ..."; el texto original dice "Niños". Hay una diferencia sutil entre
"obedecer" y "honrar"; lo primero se aplica solamente a los niños, mientras lo segundo se aplica a
los hijos durante toda su vida.

A través de toda esta enseñanza observamos un equilibrio entre derechos y deberes. Cada miembro
de la familia tiene sus derechos y también sus deberes.
El fundamento del matrimonio es el amor mutuo. Este amor, en el sentido cristiano, no es una
emoción o un sentimiento pasajero. El amor se manifiesta en primer lugar en una decisión y un
compromiso:
- de buscar siempre el bien del otro,
- de expresar el amor uno al otro,
- de ser fieles durante toda la vida.

El amor más grande nos lo mostró el Señor Jesús, entregando toda su vida por nosotros. Entonces,
amor significa entrega. Un matrimonio o una familia no va a funcionar bien si cada uno espera que
el otro satisfaga sus necesidades emocionales. Pero va a funcionar si cada uno está dispuesto a dar y
a entregarse por los demás.
Es obvio que los principios bíblicos acerca de la familia exigen mucho de cada miembro. De
hecho, humanamente es imposible cumplirlos a cabalidad. Necesitamos la ayuda de Dios para
edificar una familia. El es la fuente del amor y de la autoridad en la familia, y necesitamos aprender
a beber constantemente de esta fuente.

"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a
nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado
así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. (...) Nosotros le amamos a él, porque él nos
amó primero." (1 Juan 4:10-11.19)

La familia como base de la sociedad


La nación de Israel en el Antiguo Testamento estaba siempre organizada según familias. Su origen
está en tres generaciones de familias: la familia de Abraham, de Isaac y de Jacob. La nación de
Israel son los descendientes de Jacob y de sus hijos. De cada hijo de Jacob surgió una de las doce
tribus de Israel. El orden de tribus, linajes y familias se mantuvo a lo largo de la historia:

"Los hijos de Israel acamparon cada uno junto a su bandera, bajo las enseñas de las casas de sus
padres..." (Números 2:2) La continuación del capítulo detalla para cada tribu el lugar donde tenía
que acampar durante el viaje por el desierto. (En los idiomas originales de la Biblia, la palabra
"casa" significa también "familia".)
"Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; (...) por las tribus de vuestros padres
heredaréis." (Números 33:54)
- A cada tribu le fue asignado un territorio específico en la tierra prometida. (Vea también Josué
cap.14-19.)
"Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que el Señor tomare (al echar la
suerte), se acercará por sus familias; y la familia que el Señor tomare, se acercará por sus casas; y
la casa que el Señor tomare, se acercará por los varones..." (Josué 7:14) - Este fue el
procedimiento para descubrir quien del pueblo había pecado. Se nota claramente la organización del
pueblo por parentesco. El mismo procedimiento se aplicó para confirmar la elección de Saúl como
rey (1 Samuel 10:20-21).

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Todavía muchos siglos después, Nehemías organizó el pueblo según familias para defender el muro
de la ciudad:
"Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo
por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos. Después miré, y me levanté y dije a
los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor,
grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por
vuestras mujeres y por vuestras casas." (Nehemías 4:13-14)

La fiesta judía más importante, la Pascua, se celebra en familia:


"En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero
por familia." (Exodo 12:3)
"...Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre. ... Y cuando
os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, vosotros responderéis: Es la víctima de la
pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto ..." (Exodo
12:21-27)
En la celebración de la pascua, un hijo (normalmente el menor) tiene que iniciar la conversación
con esta pregunta. En respuesta, el padre enseña a su familia la historia de la pascua y dirige la
celebración.

Markus Jerominski describe como esta conciencia de ser una familia extendida, está todavía
presente en la Israel actual:

"Durante mi estadía en Israel entendí que la cultura judía es esencialmente una cultura de la
familia. En su centro está la mesa familiar donde se come juntos y se llevan discusiones profundas
acerca de las Sagradas Escrituras. (...) Nosotros somos muy influenciados por el espíritu griego:
Diseñamos teorías bonitas, y asistimos a reuniones donde casi nadie participa activamente. (...) En
el judaísmo, en cambio, se trata de "ver como se hace" una cosa. Uno se reúne alrededor de la
mesa familiar. Allí se conversa acerca de los asuntos de la vida diaria y de asuntos espirituales.
Todo sucede en el diálogo mutuo. Durante mis seis años en Israel, Dios me quitó el filtro que yo
tenía ante mis ojos al leer la Biblia.

(...) La familia es al mismo tiempo una parte de un contexto más amplio, la familia extendida o
estirpe. De esta manera, los judíos sobrevivieron como una minoría en medio de un entorno hostil.
Los judíos mantenían esta conciencia: 'Nosotros los judíos, el pueblo escogido de Dios, tenemos
que estar juntos.' Sin embargo, el individuo no es absorbido por el colectivo. Se incentivan las
habilidades y talentos individuales de cada uno.

Si alguien llega a sobresalir por su riqueza, poder e influencia, entonces tiene una responsabilidad
hacia el pueblo judío. Esto se nota hasta hoy en Israel, donde judíos ricos del mundo entero envían
ofrendas para los pobres, los débiles y los discapacitados. Además, todos saben que pertenecen a
una familia grande, a un clan donde todos se apoyan mutuamente. En una tal familia extendida hay
siempre un plato de sobra, una cama libre, o alguna otra ayuda material, espiritual o práctica. Si
los miembros viven cerca, la familia extendida se reúne regularmente - no solamente para
ocasiones especiales -, comen juntos y comparten sus experiencias."

Durante la historia sucedió varias veces que una sociedad intentó organizarse de otra manera - por
ejemplo basándose en las instituciones del gobierno, o en el trabajo y la economía, en vez de
basarse en la familia. Pero cada vez que una sociedad intentó hacer eso, colapsó después de pocas
generaciones.

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"En la Grecia antigua, Aristóteles y Platón desarrollaron la idea de que el estado era dueño de la
familia. (Aunque ellos habían ambos sido educados en casa por sus padres.) Aristóteles (...) propagó
la idea de que el estado debía encargarse de los niños por lo menos a partir de la edad de siete años.
Entonces, durante varias generaciones, los niños vivían alejados de sus familias, y fueron
dominados por la rivalidad entre compañeros, el ridículo, las presiones del grupo, la obscenidad, las
drogas y el sexo. Y dentro de poco, este estado colapsó.

Roma repitió muchas de las locuras griegas. Con la excepción de César Augusto, quien prolongó la
vida de su nación por medio de sus "Leyes Julianas" que protegían la integridad de la familia.
Quintilián, el eminente educador romano, dijo que la educación en casa, con su influencia positiva
sobre la integridad de la familia, era superior a las escuelas del gobierno. Pero el conformismo
prevaleció, el totalitarismo venció nuevamente, y el Imperio Romano colapsó, porque su sociedad
había debilitado sus familias.

- Sobre la base de la filosofía de Platón y Aristóteles, su doctrina del "estado como padre" no era tan
sorprendente: el estado tiene una vida mucho más larga que el individuo. Entonces, ¿por qué no
debería el estado ser el padre de todos? Más tarde, también Marx, Gandhi, y Mao Tse-tung
sacrificaron la familia tradicional a favor del bienestar económico del estado. Desde su perspectiva
atea, ellos razonaron lógicamente que la vida de un individuo era corta, pero el estado era "para
siempre".

Sin embargo, los judíos y cristianos saben que la vida de cada persona es eterna. Este concepto
refuta las ideas temporales de los filósofos, y valora mucho más al individuo y a la familia. Esto fue
lo que hizo Moisés; y los cristianos a menudo quedamos avergonzados ante nuestros amigos
musulmanes quienes se dedican tanto a las relaciones familiares que consideran sagradas, y a la
edificación de hijos fuertes en su carácter.

Ahora, en la época de Marx, Gandhi y Mao, la historia del socialismo se repite. Muchos ahora
insisten en que el estado es dueño de los niños. Los movimientos de Ideologia de Genero, el
Feminismo, el Gobierno, Organizaciones Internacionales son los que promueven la incorporacion
del Nuevo Orden Mundial.

Dialoguemos
- ¿Qué valor dan los padres a la palabra de los hijos?
¿Cuál es la reacción de los hijos frente a los consejos de los padres?

Mensaje para hoy.


La familia es el santuario en el que sus miembros viven el encuentro con Dios y con los hermanos.
La familia es también el ámbito religioso donde los padres deben manifestar el amor de Dios y del
corazón humano. Cuando los hijos aprenden esto, la rectitud adulta está garantizada.
Así como Ana acude al santuario de Silo a llorar, orar a Dios (1Sam 1,12-15), así también toda
familia cristiana, en el altar familiar de su intimidad, tiene que abrirse al Dios de la vida y del amor.
Ana fue escuchada y premiada con un hijo, pero ella no se sintió dueña sino tutora de su hijo. ¡Sabía
que era hijo de Dios y para Dios! Igual debemos hacer en nuestros hogares.
Jesús perdido en el templo de Jerusalén tiene la oportunidad de descubrir su identidad y su misión.
Más que hijo de la carne, Él es hijo del Espíritu, por eso relativiza los vínculos de sangre para

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vincularse consciente y totalmente a Dios. El que es de Dios, debe volver a él, debe entregarse a él.
Y la familia debe ayudar en ese discernimiento.
La vida de Jesús empezó con el Sí confiado, primero de María y luego de José. En nuestra familia,
todo comenzó también con el sí de los esposos en el día de su matrimonio, día mágico. Ese sí debe
ser constantemente renovado y dicho a lo largo de la vida, especialmente en aquellos días en que no
hay mucha alegría. Debe ser un sí abierto y gozoso a la vida de los hijos, que se prolonga en el sí
diario a Dios, especialmente en la educación cristiana de los hijos.

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•FAMILIAS
MIXTAS
Palabra clave: Ensamblada
Frase clave: “Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia se afirmará; Y con ciencia se
llenarán las cámaras De todo bien preciado y agradable. Proverbios 24:3-4
Lectura del texto: Génesis 12-25

Las historia biblica que veremos es un acercamiento a los problemas actuales familiares: divorcio,
concubinato, abuso, separacion, etc. Debemos entender que la cultura biblica oriental tenía una
forma distinta de ver la familia y la descendencia a lo que nosotros hoy vemos..

La casa patriarcal era una familia” extendida, gobernada por el padre, que incluye abuelos, esclavos,
etc.
La casa patriarcal de Abraham incluyó 318 varones, sin contar a las mujeres y niños (Gén. 14:14;
todos circuncindados, (Gn.17:9-14).
Sara, esposa legítima, era estéril, no podia darle descendencia a Abraham; y la sierva Agar
convivió con Abraham con autorizacion de su esposa, aunque éste no estaba de acuerdo. Dentro de
la cultura occidental lo vemos al patriarca como un polígamo. Mas tarde Abraham se casó con
Cetura, Génesis 12–25;

Agar era esclava, concubina y divorciada (si lo miramos occidentalmente). Abraham tuvo un hijo de
esa relacion, Ismael, Génesis 16 y 21.

Para los autores del Nuevo Testamento, Sara había alcanzado el estatus de una santa, caracterizada
por una sumisión ejemplar a su marido (1 Pedro 3:6), sin embargo aparece como pionera en el
proceso biológico de la procreación (“depositando semilla”, papel tradicionalmente atribuido al
varón, Hebreos 11:11); madre de los hijos de la promesa divina (Rom. 9:9; Gal. 4:21-31) y
justificada por la fe (a la par con Abraham, Romanos 4:9; anticipada en Isaías 51:2).

Sara tomó la iniciativa de dar a su esclava Agar a Abraham como concubina (Gén. 16:1-3). Apenas
encinta, Agar empezó a burlarse de Sara por su infertilidad. Sará interpretó el desprecio y los
ataques verbales de su esclava como un tipo de “violencia” y respondió con el primer acto de
opresión señalado en la Biblia:
“Sara comenzó a oprimir a Agar tanto, que ésta huyó al desierto” (16:6).

La biblia relata que un ángel de Jehová se le apareció a Agar en el desierto y la convenció de que
volviera y se sometiera a Sara, y después de haberlo hecho, dio a luz a Ismael (16:7- 16).

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Crecido Ismael, hijo de Agar, y nacido Isaac, el hijo de Sara (nacido cuando ella tenía 90 años), ella
se escandalizó otra vez al ver a Ismael “jugando” con Isaac (→ Gálatas 4:29) y le exigió a
Abraham que la despidiera de Agar. Abraham, después de recibir consejo matrimonial del mismo
Dios, se sometió a Sara, y despidió a Agar con Ismael, que salieron mal provistos para morir en el
desierto (¿abuso infantil? Gén. 21:8-14; → Gálatas 4:30). En esta segunda crisis matrimonial,
después de haberle recomendado el despido o divorcio, Dios mismo manifestó su favor por la
esclava concubina
(ahora madre soltera), y rescató a Agar e Ismael, prometiéndoles un futuro maravilloso: una
descendencia que constituiría una gran nación (17:20; 16:10; 25:13-16, que son las tribus de Arabia
y pueblos árabes;

FAMILIAS ENSAMBLADAS

Ensamblada es una familia en la cual uno o ambos miembros de la actual pareja tienen uno o varios
hijos de uniones anteriores. Dentro de esta categoría entran tanto las segundas parejas de viudos y
viudas como de divorciados y de madres solteras. Cuando comenzaron las investigaciones sobre el
tema, después de la segunda guerra mundial, la mayor parte de estos casos la conformaban los
viudos de guerra. En la actualidad el grueso de las familias ensambladas en el mundo occidental lo
constituyen los divorciados con hijos y que vuelven a formar pareja. Esto implica con la que los
hijos conviven en forma en forma permanente, sino también aquella que visitan algunas veces al
mes

Las familias reconstituidas, algunas veces llamadas familias ensambladas o mixtas, se están
convirtiendo rápidamente en la nueva familia tradicional en occidente.

“Las familias reconstituidas no son el ideal de Dios para el hogar cristiano”, alguien podría objetar.
“¿Tener un ministerio para la familia reconstituida no sería aceptar algo menor a lo que Dios planeó
originalmente?”

Lo que esta persona pregunta en realidad es si la iglesia puede ser un hospital espiritual sin bendecir
a la “enfermedad” que los llevó allí. No hay dudas sobre eso, y debemos alentar la reconciliación
conyugal de un primer matrimonio cada vez que sea posible. Pero la realidad del pueblo de Dios
desde el principio ha incluido muchísimos hogares de tipo Plan B.

El hogar de Abraham no cumplió con el ideal de Dios. Él tuvo muchas esposas, que eran madrastras
de los hijos de otras mujeres (con resentimiento y envidia), como así también Jacob, David y
muchos otros héroes de la fe. Sus casas no eran lo que debieron haber sido, pero Dios extendió su
gracia a esas personas y familias por-debajo-del-ideal. E incluso las usó para sus propósitos.

Cuando Jesús se encontró con la mujer en el pozo de agua, en Juan 4, ella había convivido y se
había divorciado de cinco hombres. En cuestión de minutos Jesús no solo le afirmó que era
aceptada e importante para Dios (algo que nadie le ofrecía a menos que viniera acompañado por una
propuesta matrimonial), sino que la convirtió en una evangelista. Lo próximo que vemos es que ella
regresa a la aldea y les cuenta a todos que la gracia está disponible sin importar la historia familiar
de cada uno. Y la gente vino a Jesús.

La gracia tiene la audacia de agarrarlo donde uno está y luego nutrirlo hasta que vuelva a una vida
leal. Primero lo redime, luego lo transforma. Pero entonces, las iglesias inteligentes lo han sabido
por años y han diseñado ministerios para facilitar y comunicar el poder redentor de Dios a las
personas provenientes de una variedad de circunstancias. Estas iglesias brindan programas de

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recuperación para el que se divorció, sabiendo que eso no es consentir el divorcio; ofrecen
ministración para mujeres que han abortado, a viudas y para homosexuales, y acompañan a la gente
a salir de la oscuridad y a entrar a la luz y la esperanza.

SUGERENCIAS PRÁCTICAS
He aquí algunas claves para trabajar con familias restituidas:

1. AMINORE sus expectativas respecto de lo pronto que la familia reconstituida se va a afianzar y


lograr la armonía. La familia promedio precisa entre cinco y siete años para formar una identidad
familiar. En las películas, el amor entre los adultos y la vinculación afectiva con los niños ocurre
instantáneamente, pero en la vida real es un proceso gradual.

Sea paciente con usted mismo, su matrimonio y los hijos mientras ellos encuentran su lugar y
encajan como miembros de la familia. Una familia ensamblada se cocina a fuego lento en una olla;
no se mezcla a la fuerza en una licuadora.

Si todavía están saliendo y conociéndose, no se apuren a tomar la decisión de casarse. Los niños
necesitan más tiempo que los adultos para hacerse a la idea del casamiento.

2. DÉ DOS PASOS. La relación de la pareja es lo más importante en el hogar reconstituido, pero a


menudo suele ser el eslabón más débil. Asegúrese de que su matrimonio no desaparezca en la
licuadora.

Declare que su matrimonio es el nuevo cimiento de su hogar y equilíbrelo con un fuerte


compromiso de tiempo y energía para con los niños.

Conviértase en un disipador da fantasmas. Identifique y trate con cualquier fantasma doloroso


proveniente de un matrimonio anterior, para que ellos no puedan afectar la confianza en esta
relación.

3. CAMINE EN LÍNEA como si fueran un equipo de padres. Los padrastros deben enfocarse en
construir la relación con los hijastros, y los exesposos deben aprender la cooperación entre los dos
hogares.

Los ex cónyuges que se comunican bien y colaboran en favor de sus hijos también están
contribuyendo al éxito de la nueva familia restituida. Pongan de lado sus diferencias y concéntrense
en ser buenos padres de sus hijos.

Desde el primer momento, los padres biológicos deberían continuar siendo los primeros que
apliquen la disciplina a sus propios hijos, mientras que los padrastros y madrastras edifican la
relación, confianza y respeto con sus hijastros.

4. PASE POR ALTO algunos obstáculos comunes. Los niños necesitan que los padrastros y
madrastras reconozcan su tristeza y comprendan que la procesarán a lo largo de sus vidas. Un niño
que dice: “Tú no eres mi madre, no tengo por qué escucharte”, le está expresando su tristeza porque
su madre no está allí.

Mantenga las tradiciones cuando celebra las fiestas y días especiales, mientras la nueva familia
reconstituida vaya creando sus propias tradiciones particulares.

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Los asuntos de dinero pueden ser confusos. Discuta cómo manejarán la responsabilidad de las
obligaciones económicas anteriores, a la vez que combinan los activos de la nueva familia.

5. ATRAVIESE el desierto con confianza y determinación. Continúe dedicándose a formar


gradualmente una identidad familiar con el tiempo, y todos serán bendecidos. Recuerde: hay una
luna de miel para las parejas en las familias restituidas; solo que viene al final de la travesía, no al
principio.

6. INCREMENTE su fe. Los recursos espirituales ayudan a los miembros de las familias restituidas
a encontrar gracia para con los demás y fuerzas para el camino. Además, una comunidad de fe
puede sostenerlos a lo largo de viaje.

TIPOS DE FAMILIAS
El enemigo y el pecado han deformado la familia en su forma original, como también ha atrofiado
las funciones elementales que Dios le delego en Génesis 1:27-28.

Existen varias formas de organización familiar y de parentesco, entre ellas se han distinguido los
siguientes tipos de familias:

a) La familia nuclear o elemental: Proverbios 4:3. Es la unidad familiar básica que se compone de
esposo (padre), esposa (madre) e hijos. Esta es la base elemental establecida por Dios para la
sociedad, que también es conocida como una familia funcional

b) La familia extensa o consanguínea: Génesis 32:9, Génesis 7:13. Se compone de más de una
unidad nuclear, se extiende más allá de dos generaciones y está basada en los vínculos de sangre de
una gran cantidad de personas, incluyendo a los padres, niños, abuelos, tíos, tías, sobrinos, primos y
demás; por ejemplo, la familia de triple generación incluye a los padres, a sus hijos casados o
solteros, a los hijos políticos y a los nietos.

c) La familia monoparental: es aquella familia que se constituye por uno de los padres y sus hijos.
Esta puede tener diversos orígenes:
1. La familia de madre o padre solter@: Génesis 21:10-21. Agar fue una madre soltera en
la biblia. Familia en la que la madre o padre desde un inicio asume sol@ la crianza de sus hijos/as.
Generalmente, es la mujer quien la mayoría de las veces asume este rol, pues el hombre se distancia
y no reconoce su paternidad por diversos motivos.
2. La familia de padres separados: 1ª. Corintios 7:15, Mateo 19:7-8. Familia en la que los
padres se encuentran separados. Se niegan a vivir juntos; no son pareja pero deben seguir
cumpliendo su rol de padres ante los hijos por muy distantes que estos se encuentren. Por el bien de
los hijos/as se niegan a la relación de pareja pero no a la paternidad y maternidad.
3. Familia de padre o madre viud@: Esta es el resultado del fallecimiento de uno de los
cónyuges.

d) Familia compuesta: 2ª. Samuel 11:27. Son aquellas en las que ambos cónyuges provienen
de uniones anteriores rotas y uno o ambos aportan hijos a la nueva unión. Las de tipo mixto, además
de aportar cada cónyuge hijos a la nueva unión, tienen hijos en común.

e) Unidades domésticas:. Cuando en una vivienda se agrupan personas sin vínculo de


consanguinidad o afinidad y se distribuyen los gastos y roles.

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Proverbios 24:3-4

Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia se afirmará;


Y con ciencia se llenarán las cámaras De todo bien preciado y agradable.

El tipo de familia y la personalidad de nuestra familia dependerá en como la edifiquemos. Si


ponemos a Dios como fundamento, entonces nuestra casa estará firme contra toda asechanza del
Diablo.

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•JESUS Y LA
FAMILIA
Palabra clave: Niña levántate.
Frase clave: Tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba
la niña. Tomó la mano de la niña y le dijo: --¡Talita cumi! (que significa: “Niña, a ti te digo,
levántate”). Marcos 5:40-41

Texto: Marcos 5:35-43

Ponemos dos sillas; una con el letrero “Papá” y con una pelota,
una botella de licor, dinero y un cinturón. En la otra silla con el
letrero “mamá-hijos” colocamos medicamentos, un pan, un
martillo, un libro y una escoba.

Dialoguemos
Conversemos con las personas más cercanas sobre lo
que estamos viendo y qué creemos que significa.
Tratemos de responder las siguientes preguntas:
- Los objetos que estamos viendo, ¿qué simbolizan?
- ¿Estos símbolos representan la situación actual y
común de nuestras familias?
- ¿Conocen otras situaciones reales de nuestras
familias hoy?

En el evangelio de Marcos, vemos a Jesús actuando


en muchas ocasiones en casas familiares. Con sus
milagros no solamente cura a personas sino a toda su familia, le convierte nuevamente en el espacio
de vida, armonía y solidaridad.

Enfermedad y familia.
En la sociedad de Jesús, la enfermedad era vista como un signo de pecado y de impureza, la ley
ordenaba no relacionarse con el enfermo, en algunos casos ni siquiera tocarlo. La familia y la casa
del enfermo eran vistas como lugares de impureza y pecado.
Un delegado de los doctores de la ley o de los sacerdotes, debía examinar al enfermo, verificar el
origen del mal y dictar sentencia. Este delegado actuaba más como juez que como médico.

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La cura consistía en buscar la misericordia de Dios cumpliendo algunos ritos de purificación
ordenados por la ley. Generalmente, dependiendo de la enfermedad, el enfermo moría y se decía
que se debió a la gravedad de su pecado o a que no cumplió con la ley de Dios.

Jairo es un jefe de la Casa de oración de ese lugar, la Sinagoga, es delegado de los doctores de la ley
y de los sacerdotes, más que cualquiera, debería confiar fielmente en la Ley y cumplirla, debería
aceptar que su hija es impura y por eso está enferma, que si muere es por que Dios ha abandonado a
la niña y ha toda la familia.
En cambio se acerca angustiado a Jesús y le implora que vaya a curar a su hija. Cree y confía más
en Él que en Ley. Se comporta más como padre que ama y sufre por su hija, que como juez. Busca
más restaurar su familia que cumplimiento de leyes.

Mujer y familia.
Las mujeres eran vistas como criaturas débiles y propensas al pecado, no eran dignas de crédito y
tenían que estar bajo el control de los varones. En la familia todo giraba en torno al padre y a los
hijos varones.
La madre no tenía autoridad y poco o nada era valorada. Cuando nacía una niña, el padre se
lamentaban, se llegaba a preocupar pensando si no será un castigo de Dios, y ansiaban el día en que
alguien se case con ella y se la lleve.

La niña de este texto, tiene doce años, ya se la considera mujer y comienza ha ser marginada,
además está gravemente enferma, y no puede realizar los ritos de sanación ordenados por la ley.
Ella y su familia son vistas como impuras y pecadoras.
Jairo, el padre de la niña, en cambio, sufre, no por tener una hija, sino por que esta enferma y podría
perderla. Ama a su hija, mujer y enferma, no la desprecia ni la juzga.

Jesús y la familia.
Jesús fue con Jairo a su casa, donde parece que se les unió la madre de la niña. Así vemos que los
sentimientos y actitudes del padre son también los de la madre. Son una pareja especial, una familia
distinta, en la que se nota unidad y solidaridad con el que sufre. Al llegar reciben la noticia de la
muerte de la niña. La gente que se encontraba allí, no creía que Jesús pudiera hacer algo.
Jesús pide al padre y a la madre que tengan fe, y sólo a ellos y a tres de sus discípulos les permite
entrar con él a donde esta la niña, para evitar que la gente diga que el es el Mesías, solo por que
hace milagros.
Jesús resucita a la niña, la devuelve a su padre y a su madre. Le devuelve la dignidad, que se le ha
quitado, la levanta, la valoriza y la integra a su familia. Resucita a toda la familia.

La paternidad como fuente de todo liderazgo


Así como la familia es una imagen del Dios Trino, la paternidad es una imagen de lo que Dios es
como Padre.

Los siguientes versos nos demuestran que según el propósito bíblico, el padre terrenal es reflejo de
lo que es Dios como Padre:
Mat.7:9-11: "¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le
pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas
a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le
pidan?"

Ef.3:14-15: "Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien
toma nombre toda familia (literalmente: paternidad) en los cielos y en la tierra ..."

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Hebr.12:7-9: "Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los
venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y
aquéllos (los padres terrenales), ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les
parecía, pero éste (Dios) para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad."

Ser padre es un llamado divino muy solemne, con un profundo significado espiritual. Un padre es
llamado a ser un reflejo de Dios ante sus hijos. En la mente de un niño, su concepto de Dios se
forma de acuerdo a las experiencias que hizo con su padre.

Si el padre provee bien por su familia, el niño puede comprender que existe un Dios quien provee
aun mucho mejor por las necesidades de toda Su creación.

Si el padre demuestra amor a sus hijos, ellos pueden comprender que existe un Dios quien los ama
aun mucho más.

Si el padre hace justicia en su familia y juzga sabiamente en los desacuerdos que ocurren, los niños
pueden comprender que Dios es el juez justo sobre toda la tierra. Si el padre habla la verdad a sus
hijos y es fiel en cumplir sus promesas, los niños pueden confiar en que Dios también es fiel y
verdadero, y que Su palabra es verdad y se cumple.

Si el padre se comunica abiertamente con su familia, les habla acerca de sus experiencias, sus
pensamientos y sus planes, y escucha atentamente a los comentarios, preguntas e inquietudes de sus
hijos, entonces ellos pueden comprender que Dios también quiere comunicarse con Sus hijos, y que
El está atento a nuestras oraciones.

Por el otro lado, si el padre no es un fiel reflejo de Dios, los hijos tendrán serias dificultades de
relacionarse con Dios. Si el padre no provee por su familia, se ausenta por mucho tiempo, o incluso
abandona la familia, los niños difícilmente confiarán en la provisión y presencia de Dios. Si el
padre es áspero con sus hijos, los rechaza, o los trata de manera injusta, entonces ellos difícilmente
creerán en el amor y la justicia de Dios. Si el padre miente, o hace promesas y no las cumple, los
niños no confiarán en la fidelidad de Dios, y dudarán de la verdad de Su palabra. Si el padre no
habla con su familia acerca de asuntos personales, o no escucha con atención a sus hijos, ellos no
creerán que Dios quiere hablarles, o que El escucha sus oraciones.

Por tanto, ser padre es una responsabilidad espiritual muy grande. La clase de paternidad que un
niño recibe, decide sobre la facilidad o dificultad que tendrá más adelante para relacionarse con
Dios.

Ahora, de la misma manera como la nación de Israel era una familia extendida, el gobierno de Israel
era una paternidad extendida. Mike Dowgiewicz escribe:
"Los ancianos siempre fueron los líderes autorizados del pueblo de Dios, tanto en la antigua Israel como en
la iglesia temprana. Ser un anciano, un zakén (la palabra hebrea), fue la cúspide de la vida de un hombre
sabio. Vamos a detallar como alguien llegó a ser un anciano:

Hombres israelitas que demostraron una sabiduría excepcional al ejercer autoridad, fueron promovidos a
posiciones de mayor liderazgo. Aquellos padres de familia que tenían sabiduría excepcional, se volvieron
ancianos de su familia extendida (linaje, estirpe). Los ancianos excepcionalmente sabios de una familia
extendida se volvieron ancianos de su tribu. Algunos de éstos prosiguieron a ser asesores del rey, para el
bien de la nación entera. La sabiduría fue un elemento clave en su progreso.

El liderazgo a cada nivel era personal. En cada nivel, las personas estaban en contacto cercano con los
hombres que tenían autoridad. Cada anciano estaba consciente de que él estaba levantando a sus propios

26
sucesores. (En el sistema nicolaita actual, una comisión encarga a un clérigo de afuera, ¡aunque nadie en la
congregación tenía anteriormente alguna relación personal con él!)"
(Mike Dowgiewicz, "I hate the nicolaitans")

Así surgió la autoridad de manera natural desde las familias, y de allí a las familias extendidas, y así
sucesivamente hasta el nivel nacional. Cada anciano estaba rodeado por una "red de seguridad" de
personas cercanas a él, que lo conocían personalmente desde hace muchos años. Por esta cercanía
personal, ellos podían avalar y fortalecer la autoridad del anciano; pero podían también corregirle
cuando el anciano estaba en error.

La sociedad moderna ha perdido esta estructura familiar. Hoy en día, las instituciones del gobierno
son completamente impersonales y funcionan de manera mecánica. Pero este no es el diseño
original de Dios. Al contrario, es una consecuencia del pecado.

El teólogo y primer ministro holandés Abraham Kuyper entendió bien esta distinción entre el orden
natural y el orden artificial. El fue un líder político profunda- mente comprometido con el orden
constitucional de su país. Sin embargo dijo:

"... Es sumamente importante tener en mente la diferencia entre la vida orgánica (natural) de la
sociedad y el carácter mecánico del gobierno. Cualquier cosa entre los hombres que se origina
directamente de la Creación, contiene todos los datos para su desarrollo en la naturaleza humana
como tal. Uds. pueden ver esto en la familia y en la conexión de los lazos sanguíneos. De la
dualidad de hombre y mujer surge el matrimonio. De la existencia original de un solo hombre y
una sola mujer, surge la monogamia. Los niños existen a causa del poder innato de reproducción.
Naturalmente, los niños están conectados entre ellos como hermanos y hermanas. Y cuando estos
hijos, con el tiempo, se casan también, todas estas conexiones surgen de la relación de sangre y
otros lazos que dominan la entera vida familiar. En todo esto no hay nada mecánico. El desarrollo
es espontáneo, como el del tronco y las ramas de una planta.

De hecho, sin el pecado no hubiera habido ni un gobierno ni un orden de estado; sino la vida
política entera se hubiera evolucionada de forma patriarcal, desde la vida de la familia. Ni jueces
ni policía, ni ejército ni marina, son concebibles en un mundo sin pecado; y por tanto toda regla y
ordenanza y ley desaparecería, así como todo control y poder del magistrado, si la vida se
desarrollara de manera normal y sin obstáculo desde su impulso orgánico. ¿Quién venda, donde
nada es fracturado? ¿Quién usa muletas, cuando sus miembros están sanos?
Por tanto, toda formación de Estado, todo poder del gobierno, todo medio mecánico de forzar un
orden y de garantizar un rumbo sano de la vida es siempre algo poco natural, algo contra lo cual
las aspiraciones más profundas de nuestra naturaleza se rebelan; y que en este mismo momento
podría convertirse en la fuente de un terrible abuso de poder por parte de aquellos que lo ejercen, y
de una revolución continua de parte de las multitudes.

(...) Aunque podemos admitir que aun sin el pecado, hubiera sido necesario combinar las muchas
familias en una unidad superior, esta unidad hubiera sido internamente envuelta en el Reino de
Dios, quien hubiera gobernado directa y armoniosamente en los corazones de todos los hombres.
Entonces no hubieran existido estados, sino un solo imperio mundial orgánico, con Dios como su
Rey; exactamente lo que es profetizado para el futuro que nos espera, cuando todo pecado haya
desaparecido.

Pero es exactamente esto lo que el pecado ahora ha eliminado de la vida humana. Esta unidad ya
no existe. Este gobierno de Dios ya no prevalece. Un imperio mundial no puede ni debe
establecerse. Este mismo deseo contumaz llevó a la construcción de la torre de Babel. Así

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surgieron pueblos y naciones. Estos pueblos formaron estados. Y sobre estos estados, Dios puso
gobiernos. Y así, si me permiten la expresión, no es una cabeza natural que haya crecido
orgánicamente desde el cuerpo de los pueblos, sino una cabeza mecánica, que desde afuera fue
puesta sobre el tronco de la nación. Solo un remedio para una condición equivocada. Un palo
puesto al lado de la planta para mantenerla parada, porque sin este palo caería al suelo por su
debilidad." (Abraham Kuyper, "El calvinismo y la política")

Ahora, si los gobiernos actuales funcionan de esta manera "mecánica" por necesidad, ¡no debemos
pensar que las familias y las iglesias deberían funcionar de esta misma manera! Al contrario, la
familia y la iglesia deben mantener su independencia frente a las instituciones "mecánicas" del
gobierno. Y las iglesias deben organizarse según el modelo natural de la familia, no según el
modelo mecánico del gobierno.

Mensaje para hoy


Jesús bendice a la familia en la que reina el amor y la solidaridad, que no hace discriminaciones y es
capaz de llevar a la práctica otro estilo de relaciones distinto al que se vive en la sociedad fundada
sobre el poder y el desprecio de los débiles. Ese tipo de
familia es la voluntad de Dios. La Iglesia, está llamada a ser familia de esa manera.
La Misión de la Iglesia es ser familia, pues sólo mostrará al mundo que en ella esá presente y se
vive el amor que salva y dignifica a las personas.
La Misión de la Iglesia es luchar por la construcción de familias, como la que Jesús exalta y
bendice.

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• LA UNIDAD
EN EL
MATRIMONIO

Palabras Claves: divorcio, repudio, viudez


Lectura del texto: Marcos 10: 2-12.
Texto: Por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre“. Marcos 10:9

Lectura del libro de la Vida


Una mañana mamá iba a preparar el desayuno y
sufrió un infarto. Papá la levantó como pudo y la
subió a la camioneta. A toda velocidad, condujo hasta
el hospital. Cuando llegó, mamá ya había fallecido.
Durante el sepelio, papá no habló, su mirada estaba
perdida. Casi no lloró. Esa noche, sus hijos nos
reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia,
recordamos hermosas anécdotas, buscábamos
maneras de levantarnos el ánimo. De pronto papá
pidió: “llévenme al cementerio”. “¡Papá!”,
respondimos, “¡son las 11 de la noche, no podemos ir
al cementerio ahora¡” alzó la voz y con una mirada
vidriosa dijo: “no discutan con el hombre que acaba
de perder a la que fue su esposa por 55 años”. Se
produjo un momento de respetuoso silencio. No
discutamos más, fuimos al cementerio, pedimos
permiso al velador, con una linterna llegamos a la
lápida. Mi padre la acarició, lloró y nos dijo “fueron
55 buenos años… ¿saben? Nadie puede hablar del amor verdadero, si no tiene idea de lo que es compartir
con una mujer así”. Hizo una pausa, se limpió la cara. “ella y yo, estuvimos juntos en aquella crisis, de
cambio de empleo, hicimos el equipaje cuando vendimos la casa, compartimos la alegría de ver a nuestros
hijos terminar sus carreras, lloramos uno a lado del otro la partida de sus seres queridos, rezamos juntos en
la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada navidad, y
perdonamos nuestros errores…. Ahora se ha ido, y estoy contento ¿saben por qué?, se fue antes que yo, ya no
tendrá que vivir la agonía de enterrarme y quedarse sola después de mi partida.
Seré yo quien pase por eso y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me gustaría que sufriera”. Cuando
mi padre terminó de hablar todos teníamos el rostro empapado, lo abrazamos, él nos consoló “todo está bien
hijos, podemos ir a casa”. Esa noche entendí lo que era el verdadero amor.

29
Dialoguemos
- ¿Cuáles son las circunstancias positivas y negativas que han tenido que pasar?
- ¿Cómo han respondido frente a esto?
- ¿Cuáles son las razones que unen a los matrimonios de hoy?

Reflexión

Recordemos las principales características del amor entre esposos o amor conyugal:
 Amor físico o corporal. Cuerpo, sexualidad son muy importantes. Varón y la mujer tienen
iguales derechos y debe existir confianza mutua.
 Amor afectivo. La ternura, la caricia, la delicadeza, desde el respeto le dan profundo
sentido humano a la relación.
 Amor exclusivo. Varón y mujer se entregan totalmente, no a medias. No puede admitirse
terceras personas es esta intimidad. El y ella saben vencer los peligros del mundo que dañan
este amor por la infidelidad.
 Amor perenne. Para siempre hasta la muerte. Un amor que debe ir creciendo siempre, que
debe ser cultivado y cuidado.
 Amor fecundo. Que no se queda en el egoísmo, sino que se proyecta totalmente a “dar
vida” al cónyuge, a los hijos y al servicio de la sociedad y de la Iglesia.
 Amor sacrificado. Por amor se es capaz de entregarse, de donarse, de sacrificarse.
Podemos ver en el amor humano sellado por el matrimonio el amor divino.

Los fariseos hacen preguntas a Jesús, esperando que diga algo en contra de la ley y así poder
acusarlo. Ya han visto antes cómo Jesús da valor a la mujer y defiende su dignidad, entonces le
preguntan sobre su opinión de la ley que le da autoridad al marido para divorciarse de su esposa.

Jesús les pide que ellos respondan su propia pregunta, pero lo que si hace es demostrar que la ley
sobre el divorcio fue algo dictado por Moisés, para personas que no comprendían la auténtica
voluntad de Dios, sobre el matrimonio y la relación entre varón y mujer en pareja.

Jesús va a lo esencial, al plan original de Dios, retoma el libro del Génesis, donde se nos dice que la
mujer no es una cosa, no es propiedad del varón, es una persona creada como el varón a imagen y
semejanza de Dios. Varón y mujer son creados en comunión, en igualdad, en mutua colaboración.
La comunidad conyugal es voluntad de Dios, para la felicidad de ambos.

En primer lugar, no importa el punto de vista que tenga en el tema del divorcio, es importante
recordar las palabras en Malaquías 2:16: "Yo aborrezco el divorcio –dice el SEÑOR Dios de Israel".
De acuerdo con la Biblia, el plan de Dios es que el matrimonio sea un compromiso de toda la vida.
"Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre"
(Mateo 19:6 NVI). Sin embargo, Dios comprende que el divorcio va a ocurrir, debido a que un
matrimonio involucra a dos seres humanos pecadores.

En el Antiguo Testamento, Dios estableció algunas leyes, a fin de proteger los derechos de los
divorciados, especialmente de las mujeres (Deuteronomio 24:1-4). Jesús señaló que aquellas leyes
fueron dadas a causa de la dureza de los corazones de la gente, más no porque fueran el deseo de
Dios (Mateo 19:8).

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La controversia de si el divorcio y el segundo casamiento son permitidos de acuerdo a la Biblia, gira
principalmente alrededor de las palabras de Jesús en Mateo 5:32 y 19:9. La frase "excepto en caso
de infidelidad conyugal" es lo único en la Escritura que posiblemente da el permiso de Dios para el
divorcio y volverse a casar. Muchos intérpretes entienden esta "cláusula de excepción" se refiere a
"infidelidad conyugal" durante el período de "esponsales". En la costumbre judía, un hombre y una
mujer se consideraban casados aún mientras todavía estaban comprometidos, es decir,
"prometidos". Según este punto de vista, la inmoralidad durante este período de "esponsales"
debería entonces ser la única razón válida para un divorcio.

Sin embargo, la palabra griega traducida como "infidelidad conyugal" es una palabra que puede
significar cualquier forma de inmoralidad sexual. Esto puede significar fornicación, prostitución,
adulterio, etc. Posiblemente Jesús está diciendo que el divorcio es lícito, si se comete inmoralidad
sexual.

Las relaciones sexuales como tales son una parte integral del vínculo marital "y serán una sola
carne" (Génesis 2:24; Mateo 19:5; Efesios 5:31). Por tanto, una ruptura de ese vínculo por medio de
relaciones sexuales fuera del matrimonio, debería ser una razón lícita para el divorcio. Si es así,
Jesús también tiene en mente el segundo matrimonio en este pasaje. La frase "y se casa con otra"
(Mateo 19:9) indica que el divorcio y el segundo casamiento son permitidos en una instancia de la
cláusula de excepción, sea como sea interpretada. Es importante notar que solamente a la parte
inocente se le permite volver a casarse. Aunque esto no está indicado en el texto, la concesión del
segundo casamiento después de un divorcio, es la misericordia de Dios para aquel contra el que se
ha cometido pecado, no para el que ha cometido inmoralidad sexual. Puede haber instancias donde
a la "parte culpable" se le permite volver a casarse – pero tal concepto no es enseñado en este texto.

Algunos entienden 1ª Corintios 7:15 como otra "excepción", que permite el segundo casamiento si
un cónyuge incrédulo se divorcia de un creyente. Sin embargo, el contexto no menciona el segundo
casamiento, sino que solamente dice que un creyente no está obligado a continuar un matrimonio si
un cónyuge no creyente quiere irse. Otros afirman que el abuso (conyugal o infantil) es una razón
válida para el divorcio, aunque no se menciona como tal en la Biblia. Aunque éste, bien pudiera ser
el caso, nunca es sabio hacer conjeturas sobre la Palabra de Dios.

Algunas veces, perdidos en la discusión sobre la cláusula de excepción, está el hecho de que lo que
quiera que signifique "infidelidad marital", ésta es un permiso para el divorcio, no un requisito para
el mismo. Aun cuando se haya cometido adulterio, una pareja puede por medio de la gracia de Dios
aprender a perdonar y comenzar a reconstruir su matrimonio. Dios nos ha perdonado mucho más.
Con seguridad podemos seguir Su ejemplo e incluso perdonar el pecado del adulterio (Efesios
4:32). Sin embargo, en muchas instancias, un cónyuge no se arrepiente y continúa en inmoralidad
sexual. Posiblemente ahí es donde Mateo 19:9 puede ser aplicado. Muchos también buscan volver a
casarse rápidamente después de un divorcio, cuando el deseo de Dios sería que permanezcan
solteros. Algunas veces Dios llama a una persona a permanecer soltera, de manera que su atención
no sea dividida (1ª Corintios 7:32-35). El segundo casamiento después de un divorcio puede ser una
opción en algunas circunstancias, pero eso no significa que esta es la única opción.

Es doloroso que el índice de divorcio entre los cristianos profesantes sea casi tan alto como el del
mundo incrédulo. La Biblia deja muy claro que Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16) y esa
reconciliación y perdón deberían ser las marcas de la vida de un creyente (Lucas 11:4; Efesios
4:32). Sin embargo, Dios reconoce que el divorcio se va a dar aún entre Sus hijos. Un creyente
divorciado o que se vuelve a casar no debería sentirse menos amado por Dios, aún si su divorcio o
segundo matrimonio no estuvieran cubiertos bajo la posible cláusula de excepción de Mateo 19:9.

31
Dios a menudo utiliza aún la desobediencia pecaminosa de los cristianos para llevar a cabo una gran
cantidad de cosas buenas.

El matrimonio, símbolo de la alianza para los profetas


Los profetas usan el matrimonio como imagen de la Alianza de Dios y su pueblo: Dios es el esposo
que no falla e Israel es la esposa amada, casi siempre infiel.

Oseas fue el primero en usar el lenguaje matrimonial para explicar la Alianza. Él se había casado
con una prostituta, que tiempo después lo abandona. Aún cuando se siente traicionado, la sigue
amando (3:1).
Cuando la gente le pregunta por qué no denuncia a la infiel, Oseas responde que su fidelidad es
signo de la fidelidad de Dios a su pueblo (cc. 1-3). ¡Dios sigue amando a su pueblo, pese a su
infidelidad! El pecado del pueblo era la idolatría: ellos habían prometido que Jehová sería su único
Dios y contra lo pactado van tras otros dioses (1,2). Pese a ello, Yahvé quiere recibir a su pueblo y
perdonarlo; quiere volver a conquistarlo, llevarlo al desierto y hablarle al corazón (2:16).

Ezequiel nos cuenta una historia de gran ternura: el pueblo aparece como una niña recién nacida,
desnuda, abandonada en el campo, ensangrentada. Dios la recoge y la cuida hasta enamorarse de
ella (16:8). La unión se afirma con el nacimiento de hijos (16:20). Pero Dios se irrita porque el pago
de Israel es la prostitución constante (16:22,26). Más aún, en lugar de cobrar, ella ofrece regalos
para atraer a sus amantes (16:34). La esperanza es que se arrepienta y pida perdón (16:60).

La viudez segun la biblia


¿Tiene derecho una persona a volverse a casar después de enviudar? No solamente la biblia no
habla en contra de nuevas nupcias después de que uno de los cónyuges muere; en algunos casos, lo
recomienda (1 Corintios 7:8-9; 1 Timoteo 5:14). La cultura judía en tiempos bíblicos también lo
recomendó por diferentes razones. En la mayoría de los casos, la biblia aborda el tema de las viudas
y no el de los viudos. Sin embargo, no hay nada en el contexto de cualquiera de estos pasajes que
nos haga pensar que la norma era específica era por el género.

Fundamentalmente el abordar el tema de las viudas probablemente fue por tres razones. La primera
es que generalmente los hombres trabajaban fuera del hogar, a veces haciendo trabajos peligrosos.
Los hombres en los tiempos bíblicos, como ahora, en promedio tenían una expectativa de vida más
corta que de sus esposas. Por ende, era mucho más común las viudas que los viudos.

La segunda razón es el hecho de que las mujeres casi nunca tenían algún medio de sustento para
ellas y sus hijos en tiempos bíblicos. Volverse a casar era la principal forma en que una viuda
recuperaría la protección y provisión para las necesidades de ella y de sus hijos. Una vez que Cristo
estableció la iglesia, la iglesia llegó a ser responsable por la atención de las viudas en determinadas
circunstancias (1 Timoteo 5:3-10).

El tercer aspecto era la preocupación dentro de la cultura judía por continuar la descendencia y el
apellido por parte de la familia del esposo. Como resultado, si un esposo moría sin dejar hijos para
que llevaran su apellido, se alentaba a su hermano para que se casara con la viuda y para que
tuvieran hijos. Otros hombres en la familia también tenía la opción, pero había un orden correcto en
el que cada hombre tenía la oportunidad de cumplir o traspasar esa responsabilidad (ver el libro de
Rut que nos da un ejemplo de esto). Incluso entre sacerdotes (quienes tenían que seguir un estándar
alto), se permitía el volverse a casar después de la muerte de un cónyuge. En el caso de los
sacerdotes, fue bajo la condición de que ellos sólo podían casarse con la viuda de otro sacerdote
(Ezequiel 44:22). Entonces, basándose en toda la enseñanza bíblica sobre el tema, Dios permite
nuevas nupcias después de la muerte de un cónyuge.

32
Romanos 7:2-3 nos dice, "Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive;
pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se
uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal
manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera". Incluso con el divorcio que ocurre en el
50% de los matrimonios hoy en día, la mayoría de los votos matrimoniales todavía contienen la
frase "hasta que la muerte nos separe". Esta frase puede que no sea específicamente de la biblia,
aunque el principio es bíblico.

Cuando un hombre y una mujer se casan, Dios los une como una sola carne (Génesis 2:24; Mateo
19:5-6). Lo único que puede romper el vínculo matrimonial, a los ojos de Dios, es la muerte. Si el
cónyuge de una persona muere, la viuda o el viudo es totalmente libre para volverse a casar. El
apóstol Pablo permitió que las viudas se volvieran a casar en 1 Corintios 7:8-9, y alentó a las viudas
jóvenes a casarse nuevamente en 1 Timoteo 5:14. Casarse nuevamente después de la muerte de un
cónyuge es absolutamente permitido por Dios.

Mensaje para hoy


Muchos de nosotros hemos visto partir a nuestros seres queridos y hemos sentido que nuestra
familia quedaba destrozada. Sin embargo a la luz del libro de la vida y del libro de la Biblia, vemos
que si el amor es el fundamento de nuestra familia, ésta no se puede romper, en todo caso crecerá,
se transformará, pero no se desintegrará. El Dios de la Vida nos llama a establecer lazos de amor
con los seres que están a nuestro alrededor y que son ahora nuestras familias.
Abrámonos a la posibilidad de hacer crecer nuestra familia, pues el corazón no tiene límites.

33
•LA FAMILIA Y
LA CULTURA

Lectura: Mateo 12:46-50


Texto Clave: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta. Romanos 12.2

Dialoguemos
- ¿Cuáles son los signos que hoy van
desfigurando a la familia?
- ¿De qué manera estamos luchando para que la
familia no sea destruida?

La familia es el templo en el que Dios guarda los tesoros, el conocimiento, los valores, principios y
costumbres que constituyen el contenido de las culturas de los pueblos. Dios quiso que la familia
participara activamente en la obra de la creación, modificando y trabajando su obra creadora (Gén
1:26).

La familia es imagen y semejanza del Dios creador, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres
personas diferentes en un solo Dios que viven tan unidos, y tan complementados en la diversidad

34
pero en tan perfecta comunión y entendimiento que son un modelo para la familia humana. La
familia en las diversas culturas se enriquecen siendo reflejo de la familia divina.

La familia es la responsable para hacer posible que la vida y el amor sea realidad entre los seres
humanos. Dios bendice a la familia y la apoya para que esta garantice la continuidad de la vida. Las
prácticas culturales proporcionan a la familia los medios para lograr la supervivencia y las
relaciones de fraternidad.

Hoy, las culturas sufren agresión de manifestaciones de muerte de una cultura dominante que busca
el lucro de unos pocos y en los que aprecia: la ausencia de valores comunitarios, la injusticia social,
el consumismo, la destrucción de la familia, la primacía del mercado al interés social, etc.

Los niños y ancianos son los grupos sociales más visibles que sufren el quebrantamiento de los
valores culturales. Con frecuencia, ellos quedan solos en casa mientras sus padres salen a trabajar, y
su educación se reduce a la que reciben en la calle, alimentando las pandillas y a la violencia
callejera. Otras de las consecuencias de la pérdida de valores culturales que afectan a la familia las
vemos en la pérdida del respeto a los vecinos, en la falta de fe y de amor a Dios, en el aumento de la
maternidad prematura y en la migración.

Jesús está concentrado en su misión, por segunda vez su familia le busca. Primero cuando se
desaparece a los doce años y lo encuentran hablando con los sacerdotes dentro del templo. Ahora
está fuera del templo, ya es adulto y nuevamente su familia lo busca. Dos momentos en que Jesús
está atendiendo los asuntos de su Padre, y alguien le interrumpe para avisarle sobre la presencia de
su familia que le busca. Parece que San
Mateo nos presenta a la familia de Jesús que siempre está preocupada por Él. Lo busca, lo
acompaña, lo contempla; tal vez su familia hacía eso. Pero ese alguien le dice al oído te buscan,
preguntan por ti. Parece ser que no lo habían visto por mucho tiempo.

¿Quieénes son mi madre y quieénes son mis hermanos?


Jesús aprovecha ese momento para presentar al pueblo de Israel, a su familia y lo hace por medio de
un requisito: «hacer la voluntad de Dios». Esa es la relación íntima de su Espíritu que actúa en
nosotros con toda nuestra cultura y expresiones que nos identifican como únicos e irrepetibles.
Somos uno con Él, somos: Hermano, Padre, Madre, Hijo, tío, sobrino y parientes porque hacemos
lo que nos dice.
Indicando a sus discípulos dijo: “estos son mi madre y mis hermanos”.
Los discípulos son testimonio de la presencia de lo que significa ser familia de Dios. La comunidad
es espacio donde Dios se va dejando conocer en esa intimidad de sentirse hermanos, lugar donde se
manifiesta su gloria a través de los prodigios.

La cultura y la familia
Vivimos en un entorno que nos desafía a evaluar continuamente lo que significa vivir la vida
cristiana. Entonces, ¿cómo debemos responder? La respuesta comienza por la Biblia. Nuestra visión
de la cultura debe incluir perspectivas bíblicas.

La cultura y la Biblia
Jerry Solomon
Esta no es una cultura cristiana. Vivimos en un entorno que nos desafía a evaluar continuamente lo
que significa vivir la vida cristiana. Entonces, ¿cómo debemos responder? La respuesta comienza
por la Biblia. Nuestra visión de la cultura debe incluir perspectivas bíblicas. En este ensayo,
buscaremos investigar pasajes selectos de las Escrituras relacionados con la cultura.

35
El becerro de oro y el tabernáculo: cómo juzgar la cultura
Los capítulos 31 a 39 de Éxodo brindan una perspectiva única de la cultura y la participación de
Dios en ella. Por un lado, la obra del hombre fue bendecida a través de la destreza de Bezaleel,
Aholiab y otros artesanos habilidosos mientras cooperaban en la construcción del tabernáculo (35 al
39). Por el otro, la obra del hombre en forma de un becerro de oro fue rechazada por Dios (31 al
34). Este contraste sirve para sugerir una pauta con la cual podemos comenzar a juzgar la cultura.

Éxodo 31:1-11 contiene las instrucciones iniciales de Dios a Moisés con relación a la construcción
del tabernáculo en el desierto. Dos artesanos importantes, Bezaleel y Aholiab, son reconocidos por
Dios como dotados especialmente para esta obra. Estos hombres eran personas habilidosas y
creativas que pudieron contribuir significativamente a la vida religiosa/cultural de la nación de
Israel. Pero en este punto de la narración, la escena cambia dramáticamente.

Mientras Moisés está en la montaña con Dios, el pueblo se volvió impaciente y decidió hacer un
dios, un ídolo. Esto produjo una respuesta airada, tanto de Dios como de Moisés. El resultado final
fue trágico: tres mil personas fueron muertas como resultado de su idolatría.

Entonces la atención del pueblo se dirigió hacia la construcción del tabernáculo. Los capítulos 35 al
39 contienen relatos detallados de Dios con relación al tabernáculo, así como el trabajo subsiguiente
de los artesanos habilidosos, incluyendo Bezaleel y Aholiab. El producto final fue bendecido
(39:42, 43).

En esta breve reseña de una porción de la historia de Israel hemos visto dos respuestas al trabajo de
las manos del hombre: una, negativa, la otra, positiva. El pueblo hizo una pieza de arte, un ídolo; la
respuesta fue negativa de parte de Dios y de Moisés. El pueblo hizo otra pieza de arte, el
tabernáculo; la respuesta fue positiva y digna de la bendición, tanto de Dios como de Moisés. ¿Por
qué la diferencia en el juicio? La respuesta es engañosamente sencilla: lo que se evaluó fue la
intención del arte. Y no era cuestión de que una fuera "secular" y la otra, "sagrada". El arte, el
producto cultural, no era el problema. "Así como el arte puede ser usado en nombre del verdadero
Dios, como vemos en los dones de Bezaleel, también puede ser usado de una forma idolátrica,
reemplazando el lugar de Dios y, con ello, distorsionando su propia naturaleza".

Sin duda el arte es un elemento vital de la cultura. Como resultado, debemos tomar en serio las
lecciones de Éxodo 31-39. Nuestra evaluación de la cultura debería incluir una conciencia de la
intención, sin ser demasiado sensibles a la forma. Si no, comenzamos a asignar el mal
incorrectamente. Como dice Carl F. H. Henry: "El mundo es malo sólo como mundo caído. No es
malo intrínsicamente".

Estas perspectivas se han centrado en ciertos observadores de los objetos culturales, vistos como
arte: Dios, Moisés y el pueblo de Israel. En el primer caso, Dios y Moisés vieron el becerro de oro
desde una perspectiva, y el pueblo de Israel, desde otra. En el segundo caso, todos estaban de
acuerdo mientras observaban el tabernáculo. La percepción del pueblo cambió; estuvieron de
acuerdo en la intención y el juicio estético de Dios. La lección es que nuestra vida cultural está
sujeta a Dios.

Entrar en acción
¿Cómo reacciona usted cuando está fuera de su zona de comodidad: su entorno, sus amigos y su
familia? ¿Se retrae y se desconecta? ¿O aprovecha al máximo el nuevo lugar?
El primer capítulo de Daniel cuenta de cuatro jóvenes que fueron transportados a una cultura
distinta de la de ellos por una nación conquistadora, Babilonia. Su respuesta a esta condición nos da

36
ideas respecto de cómo deberíamos relacionarnos con la cultura que nos rodea. Daniel, por
supuesto, resulta ser la figura central entre los cuatro. Es él quien atrae nuestra atención.

Deberíamos notar varios aspectos de este capítulo. Primero, Daniel y sus amigos fueron escogidos
por el rey de Babilonia, Nabucodonosor, para servir en su corte. Fueron escogidos por ser
"enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el
palacio del rey" (Daniel 1: 4). Segundo, se les enseñó "las letras y la lengua de los caldeos" (v. 4).
Tercero, Daniel "propuso en su corazón" no tomar de los alimentos y las bebidas de Babilonia (v.
8). Cuarto, "puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad" con sus superiores, aun cuando él y
sus amigos no tomaban de los alimentos (vv. 9-16). Quinto, "Dios les dio conocimiento e
inteligencia en todas las letras y ciencias" (v. 17). Sexto, el rey halló que Daniel y sus amigos eran
"diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino" (v. 20).

Esta sinopsis nos brinda varias observaciones importantes. Primero, evidentemente no hubo ningún
intento de parte de Daniel y de sus amigos de separarse totalmente de la cultura, especialmente el
sistema educativo de esa cultura. Esta era una respuesta típica entre los antiguos judíos. Estos
jóvenes eran capaces de interactuar con una cultura impía sin ser contaminados por ella. Los
evangélicos a menudo tienen una actitud paranoica mientras viven dentro de lo que se considera una
cultura no cristiana. Tal vez podemos aprender una lección de Daniel con relación a una respuesta
adecuada. Por supuesto, dicha respuesta debería estar basada en la sabiduría y el discernimiento.
Esto nos conduce a nuestra segunda observación.

Segundo, aun cuando Daniel y sus compañeros aprendieron de la cultura, lo hicieron con el uso de
discernimiento. Obviamente comparaban lo que aprendían del pensamiento babilónico con lo que
ya habían comprendido desde el punto de vista de Dios. La Ley de Dios era algo con lo cual estaban
bien familiarizados. Los comentarios de Edward Young sobre el v. 17 lo clarifican: "El
conocimiento y la inteligencia que Dios les dio ... era del tipo discernidor, para que pudieran
conocer y poseer la capacidad de aceptar lo que era verdadero y rechazar lo que era falso en su
instrucción". Dicha percepción es muy necesaria entre los evangélicos. Una mentalidad separatista y
aislacionista crea vacíos morales y espirituales en toda nuestra cultura. Deberíamos reemplazar esos
vacíos con ideas que surgen de las mentes de pensadores y hacedores piadosos.

Tercero, Dios aprobó la condición de ellos dentro de la cultura, y aun les dio lo que se requería para
influenciarla (v. 17).

Los evangélicos pueden ser dirigidos por Dios a ingresar a una cultura extraña que tal vez no
comparta la cosmovisión de ellos. O podrían ser llevados a ingresar a la cultura que los rodea que,
como ocurre con la cultura occidental contemporánea, puede estar desprovista de la influencia
evidente de una cosmovisión cristiana. En este caso, deberían hacerlo con una comprensión de que
Dios protegerá y proveerá. Y Él demostrará su poder a través de ellos ante la respuesta de la cultura
circundante.

El mundo en el Nuevo Testamento


En y de: dos sencillas palabras que pueden estimular mucho pensamiento cuando se trata de lo que
dice la Biblia acerca de la cultura o el mundo. Después de todo, debemos estar en el mundo pero no
ser de él. Veamos lo que tiene que decir el Nuevo Testamento.
Las palabras kosmos y aion, ambos traducidos como "mundo", se emplean numerosas veces en el
Nuevo Testamento. Una reseña de kosmos brindará perspectivas importantes. George Eldon Ladd
presenta los usos de esta palabra:

37
Primero, el mundo puede referirse "tanto a todo el orden creado (Juan 17:5, 24) como a la tierra en
particular (Juan 11:9; 16:21; 21:25)". Esto significa que "no hay ni señal de la idea de que el mundo
tenga algo malo". Segundo, "kosmos puede designar no sólo el mundo sino también a los que
habitan el mundo: la humanidad (Juan 12:19; 18:20; 7:4; 14:22)".{8} Tercero, "el uso más
interesante de kosmos ... se encuentra en los dichos donde el mundo -la humanidad- es el objeto del
amor y la salvación de Dios".

Pero los hombres, además de ser los objetos del amor de Dios, son considerados como "pecadores,
rebeldes y alienados de Dios, como una humanidad caída. El kosmos se caracteriza por la maldad
(7:7), y no conoce a Dios (17:25) ni a su emisario, Cristo (1:10)".("Vez tras vez ... el mundo es
presentado como algo hostil a Dios". Pero Ladd nos recuerda que "lo que hace que el kosmos sea
malo no es algo intrínseco en él, sino el hecho de que se ha alejado de su creador y ha quedado
esclavizado a poderes malignos".

Entonces, ¿cuál es la responsabilidad del cristiano en este mundo malo y rebelde? "La reacción de
los discípulos no debe ser retirarse del mundo sino vivir en el mundo, motivados por el amor de
Dios antes que por el amor del mundo". "Así que sus seguidores no deben encontrar su seguridad y
satisfacción en el nivel humano, como hace el mundo, sino en la devoción hacia el propósito
redentor de Dios" (17:17, 19).

El apóstol Pablo dijo que "la mundanalidad consiste en adorar a la criatura antes que al creador (ver
Romanos 1:25), de encontrar el orgullo y la gloria propios en el nivel humano y creado antes que en
Dios. El mundo es pecador sólo en la medida en que se exalta a sí mismo por sobre Dios y se rehúsa
a humillarse y reconocer a su Señor creador". Vemos al mundo como debería ser visto cuando
primero adoramos a su creador.

Este resumen de kosmos aporta varios puntos que pueden aplicarse a nuestro estudio. Primero, el
mundo es hostil a Dios; esto incluye la rebelión de la humanidad. Segundo, esta hostilidad no
formaba parte del orden creado original; el mundo fue creado bueno. Tercero, este mundo es
también objeto del amor redentor de Dios y el sacrificio de Cristo. Cuarto, el mundo no debe ser
considerado como un fin en sí mismo. Siempre debemos ver a la cultura a la luz de la eternidad.
Quinto, debemos dedicarnos a la tarea de transformar el mundo. "No debemos seguir el ejemplo del
mundo sino que debemos interceptarlo y surgir por encima de él hacia un llamado y un estilo más
elevados". O, como dijo Ronald Allen: "El nuestro es un mundo de lascivia y guerra. Es también un
mundo de lo bello, lo hermoso y lo precioso. Evita la lascivia; abraza lo hermoso, ¡y vive para la
alabanza de Dios en el único mundo que tenemos!".

Necesitamos un equilibrio que no rechace la belleza, pero que a la vez reconozca lo desagradable.
Nuestra teología debería incluir a ambos. El mundo necesita ver esto.

Los corintios y la cultura


"¡Eres un corintio!". Si usted hubiera escuchado esa exclamación en el tiempo del Nuevo
Testamento, sabría que la persona que lo decía estaba muy molesta. Llamar a alguien "corintio" era
un insulto. Aun los no cristianos reconocían que Corinto era una de las ciudades más inmorales del
mundo conocido.

La Primera Carta de Pablo a los Corintios contiene muchas indicaciones de esto. Los creyentes de
Corinto se enfrentaban con una cultura que se asemejaba a la nuestra de distintas formas. Era
variada étnicamente, religiosamente y filosóficamente. Era un centro de la riqueza, la literatura y las

38
artes. Y tenía mala fama por su descarada inmoralidad sexual. ¿Cuál sería la respuesta recomendada
de Pablo para los creyentes en una ciudad así?

La pregunta puede ser contestada si nos concentramos en varios principios que podemos descubrir
en la carta de Pablo. Resaltaremos sólo algunos de estos, centrándonos en ciertas expresiones.

La libertad es un término fundamental para los cristianos al ingresar a la cultura, pero puede ser
malentendida fácilmente. Esto es porque algunos actúan como si implicara una libertad total. Pero
"la vida de un creyente es una de libertad cristiana en gracia". Pablo escribió: "Todas las cosas me
son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de
ninguna" (1 Corintios 6:12, ver 10:23). Sin embargo, debemos recordar que esta libertad está dada
para glorificar a Dios. Una libertad que tolera el pecado es otra forma de esclavitud. Por lo tanto,
"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (10:31).
Además, debemos ser conscientes de cómo nuestra libertad es observada por los no creyentes. Pablo
también escribió: "No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios" (10:32).

La conciencia es otra palabra importante en la forma en que ingresamos a la cultura. Debemos ser
muy sensibles a lo que significa contaminar la conciencia. Debe haber sensibilidad a lo que nos
tienta. "El creyente que no puede visitar al mundo sin hacerlo su hogar no tiene ningún derecho a
visitar sus puntos débiles". Como resultado, tenemos que cultivar la disciplina que se requiere para
responder a las formas en que el Espíritu habla a través de nuestras conciencia.

Otro término más es hermano. En particular, debemos ser conscientes de convertirnos en una
"piedra de tropiezo" para la persona que Pablo llama un "hermano más débil". Esto no significa que
dejemos de lado lo que se ha dicho acerca de la libertad. "Un cristiano no tiene que permitir que su
libertad sea limitada por otra persona. Pero está obligado a ocuparse de que la otra persona no caiga
en pecado, y si él podría herir la conciencia de esa persona no ha cumplido con esa obligación".
Esto requiere una sensibilidad especial hacia los demás, que es una marca distintiva de la vida
cristiana.

Cómo encarar el mundo


¿Cómo logra que lo escuchen cuando tiene algo que decir? En particular, ¿cómo comparte la verdad
de Dios en un entorno impío?
El encuentro de Pablo con la cultura ateniense (Hechos 17:16-34) ilustra la forma en que podemos
dialogar con la cultura contemporánea. Su interacción exhibe una capacidad de comunicarse con
una diversidad de la población, desde los que están en el mercado a los filósofos epicúreos y
estoicos. Y demuestra tener una comprensión de la cultura, incluyendo su literatura y su arte. Pablo
nos demuestra un modelo de cómo podemos relacionar nuestra fe eficazmente. Es decir, debemos
comunicarnos con un idioma y ejemplos que puedan ser comprendidos por nuestro público.

El versículo 16 dice que "mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la
ciudad entregada a la idolatría". Debemos señalar que el verbo que se traduce "se enardecía" es la
palabra griega de la cual derivamos el término paroxismo. Pablo estaba sumamente irritado.
Además, debemos notar que el verbo está en el imperfecto pasivo, lo que sugiere que su agitación
era un resultado lógico de su conciencia cristiana, y que era continua. La idolatría que permeaba la
cultura ateniense estimuló esta respuesta dramática. Aplicación: la idolatría de la cultura
contemporánea debería provocar una respuesta no menor de nosotros. El materialismo, el
individualismo, el relativismo y el secularismo son ejemplos de ideologías que se han convertido en
ídolos en nuestra cultura.

39
Los versículos 17 y 18 se refieren a varios grupos sociales: judíos, gentiles piadosos, filósofos
epicúreos y estoicos, así como la población general, "los que concurrían". Evidentemente Pablo
podía conversar con cualquier segmento de la población. Aplicación: como cristianos alertas,
pensantes, sensibles, preocupados, discernidores, somos desafiados a confrontar nuestra cultura en
toda su variedad y pluralismo. Es más fácil conversar con los que piensan igual, pero esa no es
nuestra única responsabilidad.

En el versículo 18, algunos de los filósofos llaman a Pablo un "palabrero" ("charlatán", NVI;
literalmente, "uno que vive de recoger sobras"). Aplicación: debemos darnos cuenta de que la
cosmovisión cristiana, especialmente los fundamentos básicos del evangelio, a menudo producirán
el menosprecio de una cultura que, demasiado frecuentemente, es ajena a la verdad cristiana. Esto
no debería impedir que compartamos la verdad.

El relato de los versículos 19 al 31 indica que Pablo sabía lo suficiente acerca de la cultura ateniense
como para conversar con ella en el nivel intelectual más elevado. Era sumamente consciente de los
"puntos de entendimiento" entre él y su público. También era sumamente consciente de los "puntos
de desacuerdo", y no dudó en enfatizarlos. Tenía suficiente conocimiento de las expresiones
literarias de ellos como para citar sus voceros (es decir, sus poetas), aun cuando esto no significa
necesariamente que Pablo tuviera un conocimiento detallado de ellos. Y los llamó al
arrepentimiento. Aplicación: tenemos que "estirarnos" intelectualmente más para que podamos
duplicar la experiencia de Pablo más frecuentemente. Los puestos más influyentes de nuestra
cultura se dejan, demasiado a menudo, a quienes están desprovistos del pensamiento cristiano. Esta
condición necesita ser cambiada urgentemente.

Pablo experimentó tres reacciones en Atenas (vv. 32-34). Primero, "unos se burlaban" (v. 32).
Mostraron desprecio. Segundo, algunos dijeron: "Ya te oiremos acerca de esto otra vez" (v. 34).
Tercero, "algunos creyeron, juntándose con él" (v. 34). No debemos sorprendernos cuando el
mensaje de Dios es rechazado; debemos estar preparados cuando las personas quieren escuchar
más; y podemos regocijarnos cuando el mensaje cae en tierra fértil y da el fruto de una vida
cambiada.

Las Escrituras no guardan silencio con relación a la cultura. Contienen mucho en el sentido de
ejemplos y preceptos, y sólo hemos comenzado nuestra investigación. Hay más para hacer. Con esta
expectativa en mente, ¿qué hemos descubierto de la Biblia a esta altura?
Primero, en alguna medida "Dios es responsable de la presencia de la cultura, porque Él creó a los
seres humanos de forma tal que son seres productores de cultura".Segundo, Dios nos hace
responsables de la mayordomía cultural. Tercero, no debemos temer la cultura que nos rodea; en
cambio, debemos luchar por contribuir a ella a través de la creatividad dada por Dios, y
transformarla a través del diálogo y la proclamación. Cuarto, debemos practicar discernimiento
mientras vivimos dentro de la cultura. Quinto, los productos de la cultura deben ser juzgados en
base a la intención, no la forma. O, simplificándolo más:

"Proponemos la teoría de que la actitud básica de Dios hacia la cultura es la que el apóstol Pablo
expresa en 1 Corintios 9:19-22. Es decir, el ve a la cultura humana principalmente como un
vehículo a ser usado por Él y su pueblo para propósitos cristianos, antes que un enemigo a ser
combatido o eludido".

40
• LA FAMILIA Y
LA EDUCACION

Frase Clave: Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
Proverbios 22:6

La familia como fuente de toda educación


La Biblia contiene muchos mandamientos acerca de la educación de los niños. Casi todos estos
mandamientos se dirigen a los padres. - Al mismo tiempo tenemos varios mandamientos a los
niños, de recibir instrucción y educación. Allí también, esta instrucción y educación viene casi
siempre de los padres.
"Oye, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas." (Deut.6:4-5) - Este es el mandamiento más
importante del Antiguo Testamento, según los rabinos judíos y también según el Señor Jesús
(Marcos 12:28-30). Pero este mandamiento continúa: - "Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón, y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes..." (Deut.6:6-7).

También en el Salmo 78 dice:


"El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres, que la
notificasen a sus hijos, para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que
se levantarán lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de
las obras de Dios; que guarden sus mandamientos, y no sean como sus padres, generación
contumaz y rebelde; generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu."
(Salmo 78:5-8)

El sabio rey Salomón dice:


"Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura. Porque yo os
doy buena enseñanza; no desamparáis mi ley. Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y
único delante de mi madre. Y él me enseñaba, y me decía:
Retenga tu corazón mis razones, guarda mis mandamientos, y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere
inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca ..."
(Proverbios 4:1-5. Vea también Prov. 1:8-9, 2:1-6, 5:1-2, 6:20-22.)

Y en el Nuevo Testamento tenemos este mandamiento:


"Y ustedes, padres, no provoquen a ira a vuestros hijos, sino edúquenlos en disciplina y
amonestación del Señor." (Efesios 6:4)

41
Entonces está claro que la "institución educativa" instituida por Dios es la familia. - Cuando la
Biblia habla de educación, incluye la formación completa del carácter y del conocimiento. Esto
obviamente incluye toda la "educación" que hoy en día se da en las escuelas. Este es un principio
bíblico muy importante:
Dios dio a los padres la autoridad sobre la educación, incluida la educación escolar.

El diccionario Webster original de 1828, que estableció los estándares para el idioma inglés, define
"educar" de esta manera:
"Criar, como niño; instruir; informar e iluminar el entendimiento; instilar en la mente los
principios de las artes, la ciencia, la moral, la religion y la conducta. Educar bien a los niños, es
uno de los deberes más importantes de los padres y tutores."

Notamos que esta definición establece claramente la "educación" como una responsabilidad de la
familia. No menciona la escuela con ninguna palabra. Solamente en los últimos 150 años, los
proponentes de la escolarización estatal han cambiado el significado de la palabra "educación". Hoy
en día, la mayoría de la gente confunde "educación" con "escolarización". Pero originalmente, la
palabra "educación" no tenía nada que ver con "escuela". Mas bien, el lugar de la "educación" es la
familia.

Aparte de la familia, también la congregación del pueblo de Dios tiene una tarea educativa (Israel
en el A.T, la Iglesia en el N.T.). Vea Deut.31:12-13, Neh.8:2-3, 8:7-8, 1 Juan 2:12.
En ningún lugar de la Biblia se menciona el gobierno civil en relación con la educación. Tampoco
existe un mandamiento tal como "Profesores, enseñad a vuestros alumnos", o "Niños, honrad y
obedeced a vuestros profesores". Este mandamiento existe solamente para la relación entre padres e
hijos.

Bíblicamente, el Estado y el gobierno no tienen ningún mandato de educar niños.


Entonces, si hoy en día los gobiernos controlan los sistemas educativos, lo hacen en contra de la
Palabra de Dios, y están usurpando una esfera de autoridad que pertenece a los padres.

No es que no hubiera existido ningún sistema escolar en aquellos tiempos: En Israel existían
las escuelas rabínicas, que estaban bajo la autoridad religiosa. En Grecia existían las escuelas de
los filósofos. Estas escuelas o "academias" eran iniciativas privadas, y cada una estaba dominada
por el pensamiento de su

fundador respectivo. Entonces había una libre competencia entre una variedad de escuelas, que
tenían cada una su propia filosofía y su propio sistema de enseñanza. (Las dos escuelas más
importantes, los epicúreos y los estoicos, se mencionan en Hechos 17:18.)

También existían profesores particulares para hijos de la clase media y alta (los "tutores y
curadores" mencionados en Gál.4:2). Para nuestro tema es interesante notar que estos profesores
particulares eran esclavos del padre de familia; o sea, estaban completamente bajo la autoridad del
padre.

Aunque la Biblia menciona estos sistemas educativos, en ninguna parte indica que fueran instituidos
por Dios. Y los profesores de aquellos sistemas no tenían ningún derecho de imponerse sobre la
autoridad de los padres.
Bíblicamente, los profesores no son empleados del estado, sino encargados de los padres de familia,
y bajo la autoridad de los padres.

42
En los tiempos bíblicos era común que un hijo aprendía el oficio de su padre; entonces fue enseñado
por su padre no solamente durante su niñez, sino hasta salir "profesional".
En otros casos, los padres encargaban a otros "maestros" con la instrucción de sus hijos; pero
mientras los hijos eran menores de edad, estos maestros estaban bajo la autoridad de los padres.
Solamente a partir de la edad de "Bar-Mitzwa" (13 años), el joven podía por su propia cuenta seguir
a un maestro o ser elegido como discípulo por un maestro.

Entonces, la instrucción puede darse de dos formas: por los padres directamente, o por medio de un
maestro elegido por los padres y bajo la autoridad y supervisión de los padres.

Toda la instrucción debe suceder desde la perspectiva de la Palabra de Dios; porque Dios dice que
los padres deben hablar a sus hijos todo el tiempo la Palabra de Dios, "estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes..." (Deuteronomio 6:7). Debemos
"meditar de día y de noche" en la Palabra de Dios (Josué 1:8). La Palabra de Dios debe llenar toda
nuestra enseñanza y todo nuestro aprendizaje. Entonces, aun aquellos temas que no parecen
directamente relacionados con la Palabra de Dios (p.ej. matemática, geografía, música, etc.), deben
enseñarse y aprenderse desde una perspectiva bíblica.

Muchos evangélicos piensan que "la enseñanza de estos temas es neutral", que no tiene nada que
ver con los principios de Dios, y que por tanto no les hará daño a sus hijos si aprenden lenguaje,
matemática, ciencias, etc. en una escuela secular, mientras vayan también una vez a la semana a un
lugar donde escuchan la Palabra de Dios.

¡Esto no es cierto! Todo profesor tiene su cosmovisión o ideología, y ésta se reflejará en toda su
enseñanza. Si un niño aprende lenguaje, matemática o ciencias desde una perspectiva contraria a la
Biblia, es igual como si aprendería directamente las doctrinas del ateismo o de una religión falsa.
Por eso dijo Juan Wesley, el gran predicador de avivamiento:
"Les pregunto, entonces, ¿para qué fin envías a tus hijos a la escuela? - 'Qué, para que sean
preparados para vivir en el mundo.' - ¿De qué mundo hablas, de éste o del por venir? Quizás
pensaste solo en este mundo, y te olvidaste de que hay un mundo de por venir; sí, ¡y uno que durará
eternamente! Por favor considera mucho esto, y envía a tus hijos a tales maestros que mantengan
este mundo venidero siempre delante de sus ojos. De otra manera, enviarlos a la escuela
(permítanme hablar claramente) es poco mejor que enviarlos al diablo. De toda manera, entonces,
envía a tus hijos, si tienes alguna consideración por sus almas, no a una de estas grandes escuelas
públicas, (porque estas son cunas de toda clase de maldad), sino a una escuela privada, donde
enseñe un hombre piadoso, quien se esfuerce a instruir a un número pequeño de niños en la religión
y la enseñanza juntos."
(Juan Wesley, "La religión en familia")

La familia es el lugar donde se aprende la convivencia pacífica entre hermanos.


En una familia existen normalmente hermanos mayores y hermanos menores. O sea, los hijos no
son todos de la misma edad. Este es un aspecto importante del diseño de Dios.

En una familia sana, los hijos menores aprenden muchas cosas de sus hermanos mayores: desde
habilidades cotidianas como amarrarse los zapatos, hasta conocimientos avanzados. El ejemplo y la
enseñanza de un hermano mayor puede ser más eficaz que el ejemplo y la enseñanza de un adulto.
Es que el hermano mayor está más "cerca" del hermano menor (en su edad y en su manera de
pensar). Por eso puede haber más comprensión entre ellos, que entre el niño menor y un adulto.
Al mismo tiempo, el hermano mayor también se beneficia de esta relación, porque aprende a ser
responsable y considerado, a tener paciencia y misericordia con los más débiles, a compartir sus
conocimientos y habilidades con los que saben menos, y a dar un buen ejemplo.

43
Con niños de diferentes edades, es natural que ninguno es igual que el otro. Los niños aprenden a
valorar a cada uno en su individualidad, con la personalidad única y los talentos únicos que Dios le
dio. Aprenden en su vivencia que es normal que unos niños ya saben leer y otros todavía no; que
unos son buenos en manualidades y otros son buenos en matemática o en ciencias; que cada niño
tiene intereses diferentes, y que interesarse por la música no es "mejor" ni "peor" que interesarse
por los dinosaurios.

Consideremos la sabiduría divina en este diseño familiar, al compararlo con el sistema escolar
actual. El sistema escolar separa a los niños por grados, de manera que cada niño se puede juntar
solamente con niños de su misma edad. Y todos son puestos bajo la expectativa de que deberían
estar "al mismo nivel", ya que el currículo exige que el profesor les enseñe a todos lo mismo.
Pero esta suposición es equivocada. Los niños no se desarrollan todos con la misma velocidad. La
madurez emocional y mental de los niños de una misma edad varía grandemente. Por ejemplo, entre
alumnos del séptimo año escolar, todos de la misma edad, se encontraron variaciones de hasta diez
años entre sus niveles académicos - desde alumnos que se encontraron al nivel del tercer año, hasta
alumnos que se encontraron al nivel del décimotercer año.
¿Qué sucede cuando se juntan niños de la misma edad, bajo la expectativa de que deberían estar "al
mismo nivel"?
- No se atreven a ser individuales u originales. Solamente tratan de "seguir la corriente" y ser
iguales a todos los demás. Esto da lugar a la hipocresía; y se destruye la creatividad de los niños.
- Se someten a la presión del grupo y no se atreven a tener convicciones o preferencias
propias. En vez de ver la diversidad como un valor, la ven como un defecto.
- Se pierden la experiencia social importante de relacionarse con niños de distintas edades.
- Se incentiva una mentalidad de competencia que es antisocial. Puesto que, en la teoría,
todos deberían estar "del mismo nivel", un niño que se queda "atrás" se considera fracasado. En vez
de colaborar entre ellos, los niños compiten todos contra todos por alcanzar o superar este "nivel"
imaginario. Los pocos que están en la punta, desarrollan orgullo y egoísmo. Los muchos que se
quedan "atrás", se desaniman, pierden su autoestima y su deseo natural de aprender. En su lugar
adquieren una motivación no natural: Estudian para no ser ridiculizados, o para no tener que repetir
el año; pero ya no por el deseo de saber y entender.
La educación en familia, en cambio, permite a cada niño ser quien es, y seguir aprendiendo desde su
nivel actual.

La "enseñanza por hermanos mayores" produce aun mejores resultados que la enseñanza escolar por
profesores profesionales, como demostró un experimento en escuelas de los Estados Unidos:
"Hace años, unas escuelas en zonas pobres hicieron el experimento de que los alumnos de quinto
grado enseñaron a los alumnos de primer grado a leer. Los resultados fueron los siguientes:
Primero, que los alumnos de primer grado aprendieron más rápidamente que otros alumnos de
primer grado que fueron enseñados por profesores profesionales.
Segundo, que los alumnos de quinto grado que enseñaron, mejoraron ellos mismos mucho en su
lectura. (Muchos de ellos no habían sido buenos lectores.)"
(John Holt, "Teach Your Own")

Es cierto que entre hermanos existen también problemas. Pero estos problemas son exactamente las
oportunidades que Dios provee para aprender a vivir juntos en paz.
"¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es, habitar los hermanos juntos en armonía! (...) Porque allí
envía el Señor bendición y vida eterna." (Salmo 133)

Una tentación particular para el hermano mayor son los celos contra los hermanos menores. A
menudo el hermano mayor siente que él está llevando más carga y tiene mayores responsabilidades,

44
mientras los padres protegen más a los menores y son más complacientes hacia ellos. (Los padres
pueden contrarrestar esto, dando a los hijos mayores no solamente responsabilidades, pero también
privilegios correspon- dientes.) - El hermano menor, en cambio, puede resentirse porque es el más
débil y no puede defenderse bien contra sus hermanos mayores.

La Biblia nos muestra diversos ejemplos de estas tensiones entre hermanos, como por ejemplo en la
historia de José y sus hermanos, o en la relación entre David y sus hermanos mayores. Pero vemos
en estas historias, que Dios usó estas tensiones para moldear el carácter de todos los hermanos,
tanto de los mayores como de los menores. Aun estas dificultades, que son naturales cuando niños y
jóvenes de diversas edades viven juntos, son diseñadas por Dios para un propósito bueno; para que
podamos decir al final con José:
"Ustedes pensaron mal contra mí, pero Dios lo encaminó para bien ..." (Génesis 50:20)

Un retorno a un sistema educativo bíblico


En primer lugar, los padres cristianos tendrán que asumir la responsabilidad de educar ellos mismos
a sus hijos, en obediencia hacia los mandamientos bíblicos. Lo preferible sería que los padres se
encarguen de todos los aspectos de la educación de los niños hasta los 13 años de edad (la edad
cuando dejan de ser "niños", según la terminología bíblica, y entran a la etapa de "jóvenes"): la
educación moral, espiritual y del carácter, como también la educación intelectual y práctica.

Esto se puede realizar de manera óptima cuando se forman grupos de apoyo de varias familias
educadoras en un lugar, quienes se ayudan y complementan mutuamente con ideas, materiales y
actividades educativas (para familias individuales o en conjunto), servicios (p.ej. que una familia
cuida a los hijos de otra familia cuando sus padres tienen que ausentarse), conocimientos especiales,
ánimo y oración, etc.

Donde la comunidad de los cristianos en un lugar ya funciona como una "familia de familias", tales
grupos de apoyo surgirán de manera natural de esta comunidad cristiana. - Si un grupo de apoyo no
dispone de los recursos o conocimientos para una determinada especialidad en su propio medio,
siempre puede buscar a un profesor o experto en esta especialidad desde afuera; pero que tenga
convicciones cristianas, y que haga su trabajo bajo la autoridad y supervisión de los padres.

Para familias que por alguna razón no pueden asumir la educación completa de sus hijos, la
comunidad cristiana debe organizar escuelas cristianas que respeten los principios bíblicos acerca
de la educación y de la familia. Una tal escuela cristiana no debe entenderse como una institución
aparte; debe formar una parte integral de la "familia extendida" de cristianos en un determinado
lugar, y sus profesores deben pertenecer a esta misma "familia extendida". Los profesores de una tal
escuela deben ejercer su labor como encargados por los padres, no por una "iglesia" o "institución"
(ni mucho menos por el estado). Y una tal escuela debe apoyar y asesorar a los padres, de tal
manera que ellos sigan siendo los principales educadores de sus hijos, aun cuando sus hijos asisten
a la escuela.
En el caso ideal, una misma comunidad cristiana podría asumir tanto la función de un grupo de
apoyo para familias educadoras, como también de una escuela para los hijos de aquellas familias
que no pueden educarlos ellas mismas.

¿Y si continuamos como siempre, sin tomar en cuenta estos principios?


Muchos cristianos y líderes de iglesias simplemente ignoran los principios expuestos en este escrito.
Piensan que pueden seguir la corriente de este mundo en cuanto a las familias, la educación, y la
estructura de la iglesia. Pero los principios de Dios no pueden ignorarse por mucho tiempo sin que
suframos un grave daño espiritual. Cuando se constituyó la iglesia católica romana en el siglo IV,
la iglesia perdió todo el vigor espiritual, la pureza y la santidad que caracterizaron la iglesia

45
primitiva - y todo eso no se ha recuperado hasta hoy. Algunos avivamientos históricos (Reforma,
anabaptistas, metodistas, pentecostales, etc.) renovaron la vida espiritual de la iglesia por un breve
período. Pero no reformaron la esencia de la iglesia en cuanto a las familias; y por tanto, ninguno
de esos avivamientos se mantuvo vivo más allá de la generación de sus fundadores.

En el pasado, las iglesias reconocían por lo menos la importancia de una educación cristiana para
los niños. Pero desde el siglo XX, también este pilar de la iglesia se vino abajo, y desde entonces la
mayoría de los que se llaman cristianos, encargan al mundo incrédulo con la educación de sus hijos,
sin siquiera estar conscientes de su gran pecado.

¿Qué futuro tenemos que esperar si esta tendencia continúa?


Las familias cristianas serán deshechas, al igual que las familias del mundo. Ya en el presente, la
tasa de divorcios entre los que se llaman cristianos es igual o aun mayor que en el mundo incrédulo.
Las iglesias cristianas son vencidas por el adulterio, la fornicación y la homosexualidad, al igual
que el mundo. Muchos hijos de cristianos crecen sin el cariño de sus padres, al igual que los hijos
de los incrédulos - y entonces ellos mismos serán incapaces de formar un hogar amoroso.

Cuando los cristianos ya no se distinguen del mundo en cuanto a su estilo de vida - y su vida
familiar en particular -, entonces pierden la base más importante de su testimonio. Su palabra no
tendrá ningún poder mientras no viven el Evangelio en su vida diaria, y especialmente en su
propio hogar.

Las iglesias se convierten en organizaciones humanas cualesquieras, y tratan de atraer a nuevos


miembros con los mismos métodos de propaganda y manipulación como las organizaciones del
mundo. Sobrevivirán como organizaciones, pero perderán el Evangelio, como sucedió en el pasado
con las iglesias históricas como la iglesia católica romana o la iglesia luterana.

Puesto que los hijos de los cristianos están siendo educados por incrédulos, rechazarán la fe. En
iglesias que hace treinta años estaban llenas de jóvenes, quedan hoy solamente ancianos, porque sus
hijos se perdieron. Si las tendencias actuales en las iglesias continúan, la mayoría de los que ahora
son niños se perderán.

Cuando las familias son deshechas, la sociedad entera se desintegrará. Tanto más cuando los
cristianos, "la sal de la tierra", pierden su sabor. Nuestra civilización presente se destruirá, al igual
como las antiguas civilizaciones de Babilonia, Grecia y Roma.
Los verdaderos cristianos, ¿podremos todavía lograr un cambio? Con la gracia de Dios podremos, si
estamos dispuestos a obedecerle de manera radical en las áreas de la familia, la iglesia y la
educación.

Para volver al cristianismo del Nuevo Testamento, tenemos que asegurar primero que seamos una
comunidad de personas realmente nacidos de nuevo - no solamente "iglesianizados" mediante una
"oración de entrega" y la asistencia a una institución religiosa.

La comunión entre cristianos tiene que volverse otra vez "familiar" en vez de "institucional".
Tenemos que volver a ser una "familia de familias", bajo la palabra de Dios; y tenemos que
reconocer la autoridad espiritual de aquellos ancianos que realmente lo son, según los criterios
bíblicos.

Y finalmente, tenemos que asumir de nuevo la responsabilidad por la educación de nuestros propios
hijos en nuestras familias. Tenemos que devolverles el calor de un hogar cristiano, en vez de
someterlos a una institución impersonal y contraria a la fe.

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Dios instituyó la familia para que sea Su reflejo en esta tierra. ¡Volvamos a serlo!
¡Volvamos a Dios, antes que sea demasiado tarde!

Los padres son los primeros educadores y primeros responsables de su educación cristiana. Es un
derecho–deber que tiene su raíz en la ley natural y, por eso, todos comprenden, aunque en algún
caso sea sólo de una manera intuitiva, que existe una continuidad necesaria entre la transmisión de
la vida humana y la responsabilidad educadora.

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• EDUCACIÓN SEXUAL
Y TRANSMISIÓN DE
VALORES ÉTICOS

Frase Clave: Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para
comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Génesis 2.9

En los primeros versículos del Génesis, se hace alusión a dos árboles particulares en medio de otros
destinados al placer y al consumo; el uno es el árbol de vida y al lado está el del conocimiento del
Bien y del Mal. No es fácil entender el por qué de la presencia de dos árboles en el jardín del Edén
aunque, por cierto, en muchos otros relatos míticos, aparecen uno o más árboles con connotaciones
simbólicas muy valiosas.

En la simbología hebrea el árbol representa el hombre. El justo es «como un árbol plantado junto a
corrientes de aguas» (Salmos 1: 3). En Daniel 4 cuando Dios quiere hablar a Nabucodonosor es a
través de un árbol. Y en los países del Próximo Oriente el hombre está simbolizado siempre por la
figura del árbol.

Existe el vínculo que la asociación de los dos en un espacio simbólico nos lleva a establecer, por un
lado, la vida que para los seres humanos pasa por la reproducción sexual, sin olvidar su dimensión
de amor, y, por el otro, la ética en cuanto conocimiento del Bien y del Mal.

Más precisamente una lectura estructural permite sugerir una relación de la sexualidad con el saber
a través de una pareja de oposición cuya significación parece remontar al alba de los tiempos
humanos, indicándonos de esta manera la importancia atribuida por las sociedades tradicionales y
primitivas no sólo a cuestionamientos sobre el origen de la vida, la fecundidad, la fertilidad o la
muerte, sino también a los modos de transmisión a la juventud de los conocimientos prácticos y,
más aun, religiosos y morales.

Sexo y persona
Si reservamos una lección especial para la ética de lo sexual, no es por pensar que los pecados
sexuales son los más graves ni los más importantes. No se trata del primer mandamiento de la Ley,
sino del séptimo. Santiago y Juan, más aún que Pedro y Pablo, dan la mayor importancia a los
pecados contra el amor: el odio, la falta de compasión, los
pecados de la lengua, la explotación. Su relevancia, que le hace merecedor de una lección especial,
provienfe sobre todo del tabú, del mito y de la propaganda de que está rodeado hoy, aparte de su
peculiaridad como pecado contra el cuerpo propio, que profana él templo del Espíritu Santo ( 1Cor.
6:18-20).

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El sexo ha estado revestido siempre de un tabú especial, que se ha expresado: (a) en los cultos
fálicos al misterio de la fertilidad, con la consiguiente sacralización del sexo; (b) en los castigos al
cuerpo, de acuerdo con el concepto maniqueo de materia, con lo que el sexo aparecía como algo
sucio de por sí. La mitificación actual del sexo ha llegado a extremos que hubiesen resultado
increíbles para los mismos paganos sensuales de la antigua Roma. No hay apenas anuncios en los
medios de información, que no contengan algo, a veces muy solapado, de incitación a lo sexual.
Esto ya es, de por sí, una aberración sexual y una explotación de un instinto que resulta tanto más
morbosa cuanto más se canaliza la atención hacia algo que está creado para una función normal.

Es preciso tener en cuenta que el sexo no es como una "isla" dentro de la personalidad humana, sino
algo muy entrañable en que se manifiesta, quizá más que en ningún otro aspecto de la vida, el
rumbo total de la persona, y, en especial, su egocentrismo o su alocentrismo, es decir, su sentido dé
comunidad. No olvidemos que el sexo, como todo otro aspecto de la conducta, se ejercita con el
cerebro; en otras palabras, lo psicológico tiene mucha más importancia en cualquier acto sexual que
lo fisiológico (comp. ya Gen. 2:25 con 3:7).

Lo instintivo y lo ético en el sexo


Dios creó el sexo, no sólo como instrumento de procreación, sino para que también en él tuviese
expresión la "ayuda idónea" y la mutua compenetración espiritual y afectiva entre varón y mujer.
En cuanto instinto, su impulso y urgencia son primordiales, pero no superiores a la del instinto de
conservación, puesto que la incitación sexual cede ante el hambre, la sed o el miedo a perder la
vida, etc. Sin embargo, está más sometido a expresiones; de ahí que una falsa idea sobre el sexo,
inducida en el hogar, en el colegio, etc. ocasione neurosis, complejos, etc. No se olvide la
interacción glandular, que desde la mente pasa, muchas veces inconsciente o subconscientemente,
al hipotálamo y, desde allí, a las glándulas suprarrenales y sexuales; con lo cual, el sexo está
relacionado, no sólo con la Psicología, sino también con la Endocrinología.

El hecho de que el sexo esté conectado directamente con el éros, o amor sensual, y aun con la
epithymía, o amor de concupiscencia, no excluye la actuación de la philía o amor de amistad, ni aun
del agápe o amor de pura generosidad. Más bien hemos de decir que, para ser fisiológicamente
deleitante y para ser éticamente perfecto, requiere la conjunción de todos ellos. En especial,
podemos asegurar que el amor sexual alcanza su perfección placentera y su continuidad fiel en el
amor de entrega al otro, mientras que el egoísmo lo echa a perder en todos los aspectos, dañando lo
íntimo de la persona y su vida de relación.

Los pecados sexuales


Aunque muchos de los pecados sexuales han sido ya aludidos en otras lecciones, vamos a detallar
los principales:

A) Adulterio. Además del simbolismo espiritual, que aludía a la infidelidad de Israel,


marchando tras otros dioses, a pesar de que tenía a Jehová por Marido (Is. 54:5), está el
adulterio carnal, directamente prohibido en el 7.° mandamiento de la Ley. En las épocas de
mayor impiedad de Jerusalén y de Judá, se nos dice en Jer. 5:8: "Como caballos bien
alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo" (comp. con Jer. 13:27).° El
término griego "moichéia" ~ adulterio, juntamente con el verbo adulterar y el nombre
adúltero, sale en el N.T. más de 30 veces y significa el adulterio carnal, con la excepción
de Sant. 4:4, en que el contexto indica claramente el adulterio espiritual.

B) Fornicación ("pornéia"). Sale en el N.T. unas 28 veces y tiene un sentido más genérico. El
lugar más relevante, que ya ha sido comentado en otro lugar, es 1.a Cor. 6:12-20, donde el
Apóstol enfatiza la gravedad de este pecado, en especial para el creyente, porque al pecar

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contra su propio cuerpo, profana el templo del Espíritu Santo. En Gal. 5:19, encabeza los
pecados del área del sexo. En siete u ocho lugares, casi todos ellos en Apocalipsis, tiene
sentido espiritual (v. las alusiones a la Gran Ramera en Apoc. 14:8; 4 7 :2-4; 18:3; 19:2).

C) Inmundicia ("akatharsía''). Sale en el N.T. unas 12 veces, pero tiene un sentido más
genérico todavía; aunque en ciertos lugares, como Rom. 1:24; Gal, 5:19; Ef. 4:19; Ef. 5:3
(comp. con vers. 18); Col 3:5, parece apuntar hacia la homosexualidad (ciertamente en
Rom. 1:24, por el contexto posterior). En Rom. 1:26, el Apóstol lo califica como páthe
atimías = pasiones de deshonra, es decir, pasiones deshonrosas para el ser humano. Pablo
comienza describiendo el vicio en la mujer, de la que se espera más delicadeza, pero da más
detalles acerca del vicio en los hombres. La semejanza de terminología en Col. 3:5:
"...impureza, pasiones desordenadas, malos deseos..." ("akatharsían, páthos, epithymían
kakén..."), parece apuntar al mismo vicio.7

D) Incesto (fornicación con parientes próximos). El N.T. menciona sólo el caso de Corinto
(1Cor. 5:1), atribuyéndole una gravedad extrema. En el A.T. se menciona con todo detalle
el caso de Lot y sus dos hijas (Gen. 19:30-38). A pesar de la buena intención de éstas, que
se habían quedado sin sus prometidos (vers. 14) y perdían la esperanza de la maternidad, y
de la inconsciencia de Lot, a quien sus hijas habían embriagado, lo nefando de su
descendencia se manifiesta en dos nombres malditos en la historia de Israel: Ammón y
Moab.

E) La llamada "sociedad permisiva" contribuye en gran manera a que los alicientes


pecaminosos y las ocasiones peligrosas de pecados sexuales se multipliquen. Las crecientes
insatisfacciones de la vida conyugal, la inmodestia de la mujer en miradas, gestos, posturas
y desnudeces (V. 2.a Sam. 11:2); la familiaridad que el trabajo, las diversiones y, en
general, la vida social de hoy fomenta entre los sexos; revistas en los kioskos, grandes
anuncios en los muros de las ciudades (y en el Metro), anuncios en la Televisión, en la
internet; todo ello contribuye a suministrar más y más combustible a la pasión sexual. Es
cierto que la mujer, en su afán legítimo de mostrarse lo más atractiva posible, no se percata
a veces del incendio que levanta (no olvidemos los ocultos manejos del subconsciente),
pero es preciso que toda mujer creyente reflexione sobre ello. No vale el recurso de decir:
"Que no miren", puesto que la naturaleza caída inclina a centrar el foco de la atención
precisamente en los objetos prohibidos.

RELACIONES SEXUALES CONTRA NATURALEZA


Judas 1:7: como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que
aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo,
sufriendo el castigo del fuego eterno.

Entre ellas se pueden nombrar las siguientes desviaciones sexuales:


 Sadismo: Desviación sexual en la cual la gratificación y la excitación sexual se logra al
infligir dolor o humillación a su pareja.
 Masoquismo: Desviación sexual en la cual la gratificación sexual y la excitación sexual se
logra cuando la persona es psicológica o físicamente maltratado por su pareja o por sí
mismo.
 Voyerismo: Desviación sexual que se caracteriza en lograr la excitación sexual al observar,
sin que este sea visto, a otras personas haciendo algún acto sexual.

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 Exhibicionismo: Desviación sexual en la cual el sujeto muestra sus genitales a otras
personas en un lugar y en una situación social absolutamente inapropiada, lo cual es vivido
como excitante. El exhibicionista suele ser hombre.
 Pedofilia: Desviación sexual en la cual se logra excitación a través de fantasía o contactos
sexuales con menores de edad.
 Zoofilia: Desviación sexual en la cual, ya sea en fantasía o en la realidad, los animales son
usados para lograr excitación sexual.
 Travestismo: Desviación sexual que se caracteriza por la necesidad del sujeto de vestirse
con la ropa propia de las personas del sexo opuesto, para lograr así la excitación sexual.
 Fetichismo: Desviación sexual en la que el sujeto logra la excitación y el placer sexual
sustituyendo la pareja por un objeto inanimado, ya sea un zapato o generalmente alguna
prenda de vestir
 Necrofilia: Parafilia donde el sujeto se ve atraído sexualmente por cadáveres y busca tener
relaciones sexuales con estos.
 Coprofilia: Parafilia donde el sujeto muestra una atracción sexual hacia los excrementos
humanos o animales.
 Urolagnia: Desviación sexual en la que se exhibe una fuerte atracción por la orina y/o los
procesos urinarios del compañero sexual.

Motivaciones positivas en la eética sexual


La Etica cristiana no puede limitarse a los aspectos negativos y a una detallada exposición de
pecados, sino que ha de acometer la tarea positiva de apuntar los remedios. Tres motivos principales
nos ayudarán a resistir el peligro y la tentación y a comportarnos debidamente en esta materia:
A) La norma suprema del cristiano es el amor. Si hay amor verdadero hacia nuestro prójimo, no
podremos desear cosa alguna que le profane, que le degrade, que le explote
sexualmente, que arruine su condición moral y espiritual. Aun los más degenerados reaccionarían
con ira si supiesen que lo que ellos intentan, lo intentan otros con su madre, su esposa, su hermana,
su hija... Apliquemos la "Regla de Oro" a cada caso, y no seamos egoístas.

B) La condición de miembros del Cuerpo de Cristo y de templos del Espíritu Santo añade un
elemento de primera categoría a nuestra motivación en materia sexual. En su comentario a 1Cor.
6:15-16, E. Trenchard hace notar lo curioso de la cita de Gen. 2:24 por parte de Pablo en este lugar,
como indicador de que "la degradación de "lo mejor"
viene a ser "lo peor" ...constituye una especie de sacrilegio".
La condición de la Iglesia como Esposa de Cristo confiere un mayor motivo de pureza en la total
consagración al Señor que todo creyente ha de ofrecer a Dios, haciéndola manifiesta en su propio
cuerpo (Rom. 12:1, comp. con 2 Cor. 11:2).

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•JESUS EN
LAS BODAS
Texto: Juan 2:1-10
Frase Clave: fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Jn.2:2

Las bodas de Caná son un importante ejemplo de la forma correcta en que se debe iniciar una
relación con miras al matrimonio. La pareja que se casó fue muy sabia e inteligente porque desde el
principio de su matrimonio invitaron a Jesús a su hogar.

El proceso para buscar pareja La Biblia muestra el proceso que se debe seguir para llegar al
matrimonio en el orden de Dios, éste proceso lo podemos resumir en tres etapas: Amistad,
compromiso y matrimonio.

La primera etapa, como su nombre lo indica, es de «amistad» es el tiempo en que los jóvenes —y
no tan jóvenes— empiezan a conocerse como amigos, pero no «amigos con derecho» ni dada por el
estilo, sino amigos que van conociendo sus virtudes y defectos; sin derechos, compromisos ni
obligaciones del uno hacia el otro; tampoco son permitidos besos, abrazos ni caricias para no dar
lugar a la carne y cometer pecados sexuales.

La segunda etapa es el «compromiso», es el tiempo en que después de haberse conocido en la


«amistad» la pareja —el hombre y la mujer— saben que se gustan, atraen, necesitan, aman y desean
unirse en matrimonio; ésta etapa se caracteriza principalmente porque el varón, se presenta ante los
padres de la señorita para pedirla para matrimonio, indicando la fecha en que se realizará la feliz
boda y poniéndole a ella el anillo de compromiso. En ese tiempo los prometidos deben tener mucho
cuidado y dominio propio porque al darse lugar a abrazos, besos y caricias pueden cometer pecados
sexuales. Una buena práctica para celebrar el compromiso es hacerlo en la iglesia, en donde el
varón, después de haberla pedido a los padres, le pone el anillo de compromiso a la prometida
frente a toda la congregación.

La tercera etapa es el «matrimonio». Los prometidos están convencidos de su amor y se unen en


matrimonio para nunca más separarse. Desde ese momento el nuevo matrimonio debe invitar a
Jesucristo a su hogar, pues a pesar del amor, se enfrentarán a problemas y adversidades de las que
solamente la ayuda del Señor los sacará victoriosos (Mt. 8:23-26).
Recordemos que el Señor no avergüenza a los que confían en Él; por eso aquellos que están en
planes de unirse en matrimonio, desde ya deben invitar a Jesús a su relación sentimental y luego
invitarlo a su hogar para disfrutar de la bendición de la vida familiar.

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No podemos dejar pasar por alto el error que se comete en muchas iglesias en donde los jóvenes —
y no tan jóvenes— están adaptados a las costumbres mundanas de tener «novia» o «novio» desde
muy temprana edad y cambiando cada vez que se presente la oportunidad, dándole lugar a la carne,
incluso cayendo en pecados sexuales, en fornicación y/o adulterio.

No unirse en yugo desigual


Desde el Antiguo Testamento vemos que los israelitas buscaban a su futura esposa dentro de su
misma tribu o pueblo, de igual forma, las doncellas esperaban a su amado de dentro de su pueblo;
aún la ley establecía prohibiciones al respecto (Gn. 24:3-4; 29:19; Dt. 7:1-4; 2 Co. 6:14); luego en el
Nuevo Testamento leemos ese mismo tipo de instrucción cuando dice «No os unáis en yugo
desigual con los incrédulos» refiriéndose, en este caso, a la unión matrimonial de creyentes con
personas que no lo son.

El pacto matrimonial
El matrimonio, además de ser un acto civil respaldado por las leyes de cada país, es un pacto
realizado por el varón y la mujer delante de Dios y que con muy pocas excepciones puede
disolverse.
Por ello debe permanecer el amor y la fidelidad porque Dios es testigo de la conducta y actuar de
los cónyuges (Mal. 2:13-15).
En el matrimonio deben atenderse todas las necesidades físicas, afectivas y espirituales del uno
hacia el otro (1 Co. 7:2-5).

La independencia familiar
En las antiguas costumbres de Israel la formalización del matrimonio se hacía cuando la novia era
llevaba desde la casa de sus padres hacia la casa de su esposo.17 Esto refleja la necesidad de que el
matrimonio se esfuerce para vivir en un lugar independiente de los padres de ambos, para evitar
conflictos que se presentan con los suegros o el resto de la familia extensa como se explicará
cuando hablemos de La Casa de Simón.

La pérdida del gozo, y el mejor vino


Una de las primeras adversidades que enfrentó éste hogar fue que «se les terminó el vino».
Bíblicamente el vino representa el «gozo».
Este es el ejemplo de que, una de las situaciones que enfrentan todos los hogares es que el gozo
empieza a agotarse. El gozo empieza a agotarse por muchas razones; por ejemplo la rutina,
costumbre, las adversidades; falta de dialogo, de acuerdo, de humildad, de perdón y otras
situaciones que empiezan a disminuir la felicidad del matrimonio; pero cuando se ha invitado a
Jesús al hogar, Él puede darnos del «mejor vino» para que nuestro gozo sea permanente.
El hogar también está representado en la barca en donde iban Jesús y sus discípulos, que sufrió la
tempestad y las olas que la anegaban en medio del mar. La tempestad y las olas representan los
problemas —que en algunos casos pueden ser provocados por espíritus inmundos o demonios—
que surgen dentro del matrimonio o que son provocados por la envidia de otras personas (Caná
significa celo y envidia19), pero si invitamos a Jesús al hogar seremos victoriosos porque Él no
permitirá que nuestro matrimonio fracase (Mt. 8:24-26; Mr. 4:37-39).

Las instrucciones para el matrimonio


En el Nuevo Testamento encontramos una serie de consejos que debemos de atender en el hogar y
que no necesitan de mayor aclaración o interpretación para comprender lo que Dios quiere decirnos;
veamos, por ejemplo, las siguientes instrucciones:
1. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos.
2. Maridos, amad a vuestras mujeres (Ef. 5:22-25, 28).
3. Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.

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4. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
5. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo.
6. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten (Col. 3:18-21).
7. Las ancianas que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser
prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos (Tit. 2:3-5).
8. Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos.
9. Maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil
(1 P. 3:1, 7).

Un error común
No se debe cometer el error de algunas personas que pareciera que llegan a las iglesias únicamente
para buscar esposa o esposo, porque después de que se realizó la boda ya no se aparecen en la
iglesia en que antes se congregaban (Lc. 14:16-21).

¿Qué constituye un matrimonio de acuerdo con la Biblia?

La Biblia en ninguna parte establece explícitamente en qué punto Dios considera a una pareja como
casados. Existen tres opiniones comunes. (1) Dios sólo considera a una pareja como un matrimonio,
cuando están legalmente casados. (2) Una pareja está casada a los ojos de Dios, cuando han
cumplido con alguna clase de ceremonia formal de matrimonio. (3) Dios considera a una pareja
como casados, al momento en que el matrimonio es consumado en la relación sexual. Veamos cada
uno de estos tres puntos de vista y consideremos la solidez e inconsistencia que tiene cada una de
ellas.

(1) Dios sólo considera a una pareja como un matrimonio, cuando están legalmente casados. El
soporte escritural usualmente otorgado a esta opinión está en los versos que aconsejan sujeción al
gobierno (Romanos 13:1-7; 1 Pedro 2:17). El argumento es que si el gobierno requiere que cierto
“papeleo” sea realizado antes de que un matrimonio sea reconocido como tal, la pareja debe
someterse al gobierno, en tanto los requerimientos sean razonables y no contradigan la Palabra de
Dios. Romanos 13:1-2 nos dice: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no
hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que
quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean
condenación para sí mismos”. Aquí vemos que el someterse a las autoridades gubernamentales que
requieren una licencia, es un mandato bíblico.

Hay alguna inconsistencia y problemas potenciales con esta opinión. Primero, hubo matrimonios
antes que cualquier gobierno fuera organizado. Por miles de años, la gente se casó sin cosas tales
como una licencia matrimonial. Segundo, aún hoy, hay algunos países que no tienen un
reconocimiento gubernamental del matrimonio y/o requerimientos legales para el mismo. Tercero,
hay algunos gobiernos que establecen requerimientos anti-bíblicos sobre el matrimonio, antes de
que éste sea legalmente reconocido. Por ejemplo, hay países donde se requiere que una boda sea
realizada en una Iglesia Católica, de acuerdo a las enseñanzas católicas, y celebrada por un
sacerdote católico. Obviamente para aquellos que tienen serios desacuerdos con la Iglesia Católica,
incluyendo la creencia sacramental católica del matrimonio, resultaría anti-bíblico someterse al
casamiento en la Iglesia Católica.

(2) Una pareja está casada a los ojos de Dios, cuando ha cumplido con cierta clase de ceremonia
matrimonial. Similarmente a la manera en que en muchas culturas un padre da a su hija en
matrimonio, algunos intérpretes lo entienden como si Dios trajera a Eva ante Adán (Génesis 2:22)

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del mismo modo como Dios ofició la primera “ceremonia” matrimonial. En Juan capítulo 2, vemos
que Jesús asistió a una ceremonia matrimonial. Jesús no hubiera asistido a tal evento si Él no
aprobara lo que en el ocurría. El hecho de que Jesús asistiera a una ceremonia nupcial, de ninguna
manera indica que Dios requiera de una ceremonia matrimonial, sino que más bien indica que una
ceremonia matrimonial es aceptable a los ojos de Dios. Casi todas las culturas en la historia de la
humanidad han tenido alguna clase de ceremonia matrimonial formal. A través de la historia del
mundo, y casi en todas las principales civilizaciones de la humanidad, algo tiene lugar, cosas tales
como un evento, acción, pacto o proclamación, que es culturalmente reconocido para declarar que
un hombre y una mujer están casados.

(3) Dios considera que una pareja está casada al momento en que el matrimonio es consumado en la
relación sexual. Algunos argumentan que si cualquier hombre y una mujer tienen sexo, Dios
considera que los dos están casados. Tal opinión carece de bases bíblicas. Las bases para este
argumento es el hecho de que la relación sexual entre esposo y esposa es el máximo cumplimiento
del principio de “una sola carne” (Génesis 2:24; Mateo 19:5; Efesios 5:31). En este sentido, la
relación sexual es el “sello” final de un pacto matrimonial. Sin embargo, si una pareja está legal y
ceremonialmente casada, pero por alguna razón es incapaz de comprometerse en una relación
sexual, eso no significa que no se les considere como casados.

No es bíblico declarar que una pareja que ha tenido relaciones sexuales, pero que no ha observado
ninguno de los otros aspectos del pacto matrimonial, esté casada. Escrituras tales como 1 Corintios
7:2, indican que el sexo antes del matrimonio es inmoral. Si la relación sexual se tomara como el
matrimonio de una pareja, ésta no podría ser considerada inmoral, puesto que la pareja estaría
considerada como casada al momento en que se involucró en una relación sexual. No hay
absolutamente ninguna base bíblica para que una pareja que tenga sexo sin estar casada, pueda
declararse a sí misma como casada, y por lo tanto declarar que sus relaciones sexuales sean morales
y honren a Dios.

Así que, ¿que constituye un matrimonio a los ojos de Dios? Parecería que los siguientes principios
deberán seguirse. (1) En tanto que los requerimientos sean razonables y no sean contrarios a la
Biblia, una pareja deberá buscar cualquiera que sea el reconocimiento gubernamental que esté en
vigor. (2) Una pareja deberá seguir cualquiera de las prácticas culturales y familiares empleadas
típicamente para reconocer a una pareja como “oficialmente casada” (3) Si es posible, una pareja
deberá consumar el matrimonio, cumpliendo el aspecto físico del principio de “una sola carne”.

¿Qué sucede si uno o más de estos principios no son cumplidos? ¿Se puede considerar aun así a una
pareja como casada a los ojos de Dios? A última instancia, eso es entre la pareja y Dios. Dios
conoce nuestros corazones (1 Juan 3:20). Dios conoce la diferencia entre un verdadero pacto
matrimonial y un intento de explicar, o justificar la inmoralidad sexual.

55
• LA MEDICINA
EN LA FAMILIA

Texto: Marcos 14:3-6


Frase Clave: Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no
he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento. Mateo 9:13

La lepra era una enfermedad que hacía inmundas las vestiduras, casas o personas que la padecían;
cuando alguna persona la contraía, la parte de su cuerpo afectada iba perdiendo la sensibilidad, se
hinchaba, se ponía blanca o se hacía una llaga dejando la carne viva.
La ley establecía que los leprosos debían vivir solos con su morada fuera del campamento y cuando
andaban entre el pueblo debían gritar «¡inmundo!, ¡inmundo!» para que la gente tuviera cuidado de
no tocarlos (Lv. 13, 14); por eso es que bíblicamente la lepra representa al pecado.

Motivos para invitar a Jesús


Cuando Jesús entró a la casa de este Simón el leproso, le demostró al pueblo que Él vino a salvar a
los pecadores (Mt. 9:13; Mr.2:17; Lc. 5:32); es decir que no importa el estado en el que se
encuentra nuestro hogar porque si invitamos al Señor a entrar en el, Él llegará y habitará con
nosotros para llevarnos en el proceso de restauración y transformación; recordemos que cuando
aquel leproso se acercó a Jesús y le dijo —«Señor, si quieres, puedes limpiarme», Él le tocó y le
respondió diciendo —«quiero, se limpio» (Mt. 8:1-4).

Mientras Jesús estaba a la mesa, una mujer quebró un vaso de alabastro y derramó el perfume de
nardo puro sobre su cabeza; esto, como lo vimos anteriormente, nos habla de que en el hogar
debemos alabar y adorar al Señor.
El perfume de gran valor que la mujer derramó sobre Jesús fue el motivo de enojo y crítica de la
gente y los discípulos, dando ejemplo de que nuestras ofrendas de gratitud al Señor —ya sean
materiales o espirituales— también pueden ser tomados como motivos
de la crítica o murmuración de los inconversos e incluso de algunos cristianos, pero eso no debe
desanimarnos para dejar de ser agradecidos con Jesús, porque él nos defenderá (2 S. 6:20-23; Mt.
26:6-13).

El carácter
La casa de éste Simón estaba en Betania, y en éste lugar hubieron muchos eventos importantes o
fueron coordinados desde allí; por ejemplo en Marcos 11:1 al 12 leemos que los discípulos
desataron a un asno joven, que nadie había montado, para llevárselo al Señor. El asno nos habla del
carácter del ser humano, que por lo general es inclinado hacia el mal, violento, indomable e incluso
necio (Gn. 8:21).

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Un esposo con mal carácter fue Nabal, quien hacía honor a su nombre, que significa «necio o
insensato»32 y a quién no se le podía ni siquiera hablar; se caracterizaba porque su trato era duro,
severo, cruel, riguroso, áspero y violento33 (1 S. 25:3; 17; 25).
Se debe tener mucho cuidado en no tener mal carácter porque da lugar al trato áspero y duro con la
esposa, pues ella es un vaso más frágil (1 P. 3:7); el mal carácter causa heridas en el alma y el
cuerpo que van mermando el amor y la armonía en el hogar, dan lugar a la violencia, hostilidad y en
lugar de ser dulce hogar, se vuelve todo lo contrario.

Es la llegada de Jesús al hogar la que hará una transformación profunda en cada miembro del
mismo, haciéndolos dóciles, mansos y humildes (Nm. 12:3; Mt. 11:29).

La liberación de los padres


En los pasajes paralelos a Marcos 11 que están descritos en Mateo 21:1 al 7, leemos que el Señor le
dijo a los discípulos «encontraréis un asna atada y un pollino con ella; desatadla y traédmelos». Esto
muestra cómo cuando los padres de familia están atados, espiritualmente hablando, también lo
pueden estar sus hijos, porque los padres están atados y esclavizados por el pecado, maldiciones,
herencias ancestrales y cosas similares de las que necesitan ser desatados y liberados (Ex. 20:4-6;
34:7-41; Jer. 7:17-18; Lc. 19:30—34; Ex. 3:13—15; Mal. 4:6; Gá. 4:25).

Bendiciendo a la familia
Betania también nos habla de que debemos bendecir a nuestra familia, pues allí el Señor “bendijo” a
sus discípulos antes de ascender al cielo (Lc. 24:50-51 LBLA).
Debemos utilizar el poder de nuestras palabras para bendecir a nuestro cónyuge e hijos, y no
maldecirlos cómo Jacob, quien en lugar de bendecir a sus hijos les profirió maldiciones que les
marcaron la vida (Gn. 49:1-27).

Evangelizando a los hijos


Simón el leproso nos habla de que los padres de familia debemos evangelizar a nuestros hijos
transmitiéndoles el testimonio de lo que Dios ha hecho en nosotros, de cómo nos rescató del pecado
—limpiándonos de lepra— y nos ha liberado de la esclavitud —liberándonos como a la asna— (Jn.
10:26-30).

Por ejemplo los padres de familia que fueron drogadictos, ladrones, estafadores, borrachos o cosas
similares pueden testificarle a sus hijos cómo estaban hundidos en esos pecados, vicios o
delincuencia; sin esperanza, sin motivos para vivir y nadie estuvo dispuesto a ayudarlos para salir
de esa podredumbre, sino que fue Jesucristo quien los encontró, los salvó, los lavó y los ha
restaurado. ¡Bendito Jesús!, gracias por transformarnos.

Nuestro testimonio hará que nuestros hijos quieran conocer al Dios que nos salvó, hará que se
enamoren del Dios del que nosotros estamos enamorados, hará que deseen servir al Dios que
nosotros servimos... hará que nuestro Dios sea su Dios y le seguirán y obedecerán (Rut 1:16).

La necesidad de evangelizar a nuestros propios hijos la vemos desde el Antiguo Testamento, pues el
Señor había dado la instrucción de que los padres de familia debían instruir a sus hijos en el camino
(Pr. 22:6), que continuamente les contaran las maravillas que Él había hecho por ellos, para que
conocieran el poder del Dios vivo (Ex. 10:1-2; Dt. 4:9; 6:6-7).

La medicina en el hogar
El nombre «Betania» significa: «Casa de canción, casa de dátiles, casa de higos, casa de aflicción y
casa de miseria»34; cada uno de estos significados puede estudiarse para obtener más enseñanzas
para el beneficio de nuestra familia.

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En cuanto al significado «casa de “dátiles”» sabemos que el dátil es el fruto de la palmera que, entre
otras cosas, tiene propiedades medicinales35. Esas propiedades medicinales nos hablan de que
nuestro hogar debe ser un lugar de medicina, refrigerio y consolación para la familia.

El esposo debe tratar y atender a la esposa de tal manera que su alma sea reconfortada a pesar de las
adversidades de la vida; de igual forma la esposa debe hacerlo con el esposo para ser medicina al
alma de él; lo mismo debemos hacer con nuestros hijos, para que el hogar sea un lugar de
bendición, protección, medicina y fortaleza para avanzar en medio de las adversidades y
dificultades del mundo (Jn.16:33; 1 Jn. 5:4).

Jesús es el transformador de nuestra familia.

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•JESUS LIBERA
A LOS HIJOS

Frase Clave: Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lc.19:10
Texto: Marcos 7:24-30

Desde el principio de la creación el enemigo ha lanzado ataques físicos y espirituales en contra de


los hijos; por ejemplo, Faraón ordenó matar a todos los hijos varones de los israelitas, tiempo
después Herodes también dio la orden de matar a todos los hijos de los israelitas menores de dos
años y en Apocalipsis leemos que el dragón se puso frente a la mujer para devora al hijo que iba a
nacer (Éx. 1:15-22; Mt. 2:16-18; Ap. 12:3-4).
En este tiempo los ataques del enemigo son lanzados por medio de las —supuestas— amistades
(Stg. 4:4), espíritus, filosofías, televisión, Internet, música, delincuencia, drogas, sexo, etc.

Moloc
Moloc era un dios que requería sacrificios de niños; su figura hecha de bronce tenía la forma un ser
humano con los brazos abiertos con cabeza de becerro; su vientre era vacío y en él se encendía el
fuego a donde se lanzaban a los niños vivos. Su culto se caracterizaba por el fuerte ruido que debía
acallar los gritos, llantos y lamentos de los niños que eran lanzados (Lv. 18:21; 20:1-5; 1 R. 11:7;
Jer. 32:34-35; Hch. 7:43).
Los brazos abiertos de la imagen de Moloc se refieren a un falso amor hacia los niños para atraerlos
y destruirlos. Hoy en día el espíritu de Moloc sigue pidiendo sacrificios de niños pues vemos que,
aunque ahora no son lanzados en fuego literal, varios millones son asesinados por medio del aborto;
incluso ha hecho que las naciones estén creando leyes para legalizar dicho crimen.

Los estorbos espirituales


La mujer sirofenicia le rogó a Jesús para que liberara a su hija del demonio que la estaba
estorbando. Mt. 15:21-28. Son varios los relatos bíblicos de jóvenes que fueron atormentados por
espíritus inmundos o demonios; en ellos encontramos aspectos que son alertas de las necesidades,
conflictos, estorbos o tormentas que pueden tener los hijos (Mt. 17:14-18; Lc.8:26-32).

De los relatos indicados en Mateo 17:14 al 18, Lucas 8:26 al 32 y 9:37 al 42, veamos algunos de los
estorbos que el enemigo pone contra la juventud:

1. Lunáticos: Se refiere a enfermedades neurológicas, mentales, problemas con demonios o


espíritus inmundos que afectan cíclica o permanentemente a la persona. La palabra lunático se
traduce del griego «seleniazo» literalmente significa azotado por la luna (de selene, luna). Se usa en

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voz pasiva con significado activo, «lunático» (Mat. 4:24; 17.15); se refiere a sufrir epilepsia,
influida por la luna. Es una persona demente que tiene momentos de lucidez. (El término gr.
procede de «Selênê», luna; el castellano procede del latín «luna»). Se creía que la luz y las fases de
la luna influenciaban esta enfermedad. Los lunáticos se distinguen de los endemoniados (Mat.
4:24), por cuanto su trastorno tiene causas diferentes, en tanto que la posesión demoníaca puede
también provocar demencia (Mat. 17:15; cfr. Mar. 9:17). Estos dos pasajes describen un estado
semejante a la sintomatología de la epilepsia: crisis periódicas agudas, pérdida de la consciencia,
convulsiones.

Término popular con que Mateo (4:24; 17:15) designa a la persona "afectada por bajo la influencia
de la luna", enferma física y mentalmente. Aunque 4:24 distingue entre los lunáticos y los
endemoniados, en 17:15 la enfermedad se cura cuando sale el demonio. Si hemos de ver en 4:24 un
catálogo popular y no técnico, médicamente hablando, podemos identificar a los lunáticos como
poseídos, especialmente a la luz de los paralelos de 17:15 (Mc 9:17; Lc 9:39) que atribuyen la
enfermedad a un "espíritu (mudo)". En efecto, la descripción es análoga a la de una típica crisis de
epilepsia: el joven padece muchísimo, cae en el fuego y en el agua, y el espíritu le toma, le sacude
de manera que "echa espumarajos, cruje los dientes, y se va secando".
Lunátic@, Se aplica a la persona que tiene cambios bruscos de carácter o humor o que sufre locura
en determinados momentos: las personas lunáticas tienen el carácter muy variable.
Lunátic@, Que padece locura, no continua, sino por intervalos.

2. Se hacen daño a sí mismos: Esto es daño físico o psicológico.


Por ejemplo se sabe que en los conciertos de rock se promueve la auto-flagelación; además, existen
culturas urbanas como los «Emo» que también promueven el daño físico personal.

3. No visten ropa: Estas son afecciones de tipo pornográfico, ya sea de producirla o consumirla.
También se refiere al tipo de vestimenta que se utiliza para «seducir» y provocar sexualmente.

4. No están en casa: Este es el caso de los hijos que no pueden o no les gusta estar en casa, sino que
prefieren estar fuera de ella, con malas compañías, vagando o en pandillas.

5. Habitan en los sepulcros: Esto es un estorbo espiritual que puede ser provocado por música,
literatura, prácticas ocultistas o culturas urbanas que promueven la evocación de espíritus
inmundos, demonios o de la muerte.

6. Gritan: Es «Algazara o vocerío en demostración de desagrado o vituperio, manifestar en un


espectáculo desaprobación y desagrado con demostraciones ruidosas.»
Los gritos son manifestaciones de la violencia en la familia que tarde o temprano desembocará en
los golpes.

7. Se sacuden con violencia: Los gritos y la violencia de los hijos son graves problemas que, en
muchos casos, se inician porque los padres no criaron ni educaron adecuadamente a los hijos, y
cuando éstos llegan a cierta edad o estatura se sienten con la capacidad de agredir a los padres.
Respecto a la violencia de los hijos en el hogar hay documentos que hablan de un fenómeno
llamado «El síndrome del emperador» donde se explica que son los padres quienes, por no corregir
adecuadamente a los hijos desde temprana edad, los crían como tiranos que hasta pueden llegar a
golpearles —a los padres—.

Hay hogares que están padeciendo porque los hijos están siendo afectados por demonios y/o
espíritus inmundos. Puede ser el caso en que los hijos hayan sido atraídos por música, literatura,

60
reuniones o prácticas ocultistas, por lo que el hogar se ha vuelto un campo de para que libere a los
hijos.
En el hogar no solo los hijos pueden ser afectados por demonios o espíritus inmundos, también
pueden serlo los padres y demás miembros de la familia.

La liberación de los hijos


Que maravillosa enseñanza nos da la Biblia de que cuando Jesucristo entra en nuestro hogar se
producirá la libertad y liberación anhelada. No hay poder de las tinieblas que pueda resistir y vencer
al Señor Jesucristo, porque Él derrotó al diablo, a la muerte y a todas las potestades de las tinieblas
(Col. 2:13-15; Fil. 2:8-11; He. 2:14-15).

Fueron los padres de familia quienes le suplicaron al Señor por la liberación de sus hijos. Por ello
son los padres quienes, principalmente, deben clamar y suplicarle al Señor Jesucristo para que entre
en el hogar y lleve la liberación a los miembros de la familia que han sido afectados por demonios.
Recordemos que la Biblia establece que a los que hemos nacido de nuevo, Dios nos ha dado poder
para echar fuera demonios en el nombre de su Hijo Jesús, y también que las puertas del Hades no
prevalecerán en contra de la Iglesia (Mr. 16:17; Mt. 16:18).

La fe de la madre fue muy importante para la liberación de su hija, porque a pesar de que el Señor le
expresó —«Deja que primero los hijos se sacien, pues no está bien tomar el pan de los hijos y
echarlo a los perrillos», ella convencida de que también podía alcanzar la liberación de su hija le
respondió —«es cierto, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa comen las migajas de los
hijos». Mt. 15:26

Como hijos de Dios podemos disfrutar de la liberación personal y familiar, por lo que debemos
tener fe para alcanzarla.
El Señor Jesús y la mujer hicieron referencia al «pan» cuando hablaron de la liberación de la niña;
lo que resalta la importancia bíblica de la Santa Cena en el proceso de liberación del cristiano
porque el pan representa al cuerpo del Señor y el vino, su sangre; de ésta celebración podemos
participar continuamente, según las instrucciones bíblicas que han sido establecidas desde el
principio (Jn. 6:51-56; Mt. 26:26-28; 1 Co. 11:23-34).

61
• NUESTRA POSICION
DE AUTORIDAD EN
CRISTO

Texto Clave: “Y justamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesús”. (Efesios. 2:6)

Sabemos que el mundo espiritual se rige por líneas de autoridad, las cuales son definidas por las
posiciones que cada quien tiene dentro de ese mundo. Unas preguntas importantes antes de entrar en
materia serían ¿Cuál es la posición del cristiano en el mundo espiritual, con respecto a los
demonios? ¿Está a la par con ellos? ¿Está por encima o por debajo de ellos?

De esto se trata este capítulo, de dar a conocer la posición que tienen los cristianos en el mundo
espiritual, analicemos todo muy detenidamente, porque de la claridad que se tenga en este tema,
dependerá nuestra autoridad espiritual.

Creación de los dos reinos espirituales.


Inicialmente solo existía un solo reino, el de Dios, el cual está organizado con serafines, querubines,
principados, potestades, gobernadores y ángeles en sus diferentes especialidades. Un día cualquiera
un querubín llamado “Lucero, Luzbel”, llenó su corazón de vanagloria, y en su ignorancia quiso ser
igual a Dios, iniciando una rebelión sin precedentes en el cielo, seduciendo además a la tercera parte
de los ángeles, formando un gobierno independiente al Reino de Dios.(Ez.28-11-19; Is.14:12-15)
Por estas razones fue expulsado del Reino de Dios y se inició lo que se conoce como el reino de las
tinieblas, dirigido por Luzbel, que es el mismo Diablo y Satanás. Este reino quedó en una posición
inferior al Reino de Dios, queriendo decir con esto que su autoridad también es inferior a la del
Reino Celestial, en donde el último rango angelical está por encima de la cabeza de Satanás. Los
ángeles respetan los rangos, ya que Satanás es un querubín, por eso no profieren maldición contra
él, pero al final uno de ellos lo atará y lo enviará a los abismos. (Apocalipsis. 20:1)

La posición del primer hombre.


Adán fue el primer hombre sobre la faz de la tierra y pertenecía al Reino Celestial. Era una especie
diferente dentro del Reino de Dios, mientras los ángeles fueron creados con cuerpos espirituales,
pero este hombre, Adán, fue creado a la imagen y semejanza de Dios, tenía cuerpo terrenal.
La raza humana fue creada para dos cosas: Para tener el principado o dominio sobre este mundo
(Génesis. 1:28, Salmo. 8), y para la alabanza de la gloria de Dios (Efesios. 1:12), todo esto estaba
condicionado por la obediencia total que el hombre debía tenerle a Dios, quien fuera su creador y
sustentador. Así estaban las cosas en un principio, Adán siendo el príncipe de este mundo,
gobernando la creación y bendiciendo y alabando a su Dios.

62
La caída del hombre.
La ubicación en uno de estos dos reinos está basada en la obediencia, Adán pertenecía al Reino de
Dios porque se sujetaba a él, en cuanto dejara de obedecerle, saldría inmediatamente de él, así como
salió Satanás en un tiempo atrás, estableciéndose en el reino de las tinieblas.
Satanás tenía dos deseos inmensamente grandes en su corazón con respecto al hombre. Uno;
anhelaba tener el principado que Adán tenía sobre este mundo, y el otro; quería tomar la raza
humana que Dios había creado para su alabanza, para que lo adoraran a él, puesto que seguía con
las ínfulas de ser un dios, a pesar que se encontraba fuera del reino celestial. Con base a esto
comienza su cometido contra Adán, lanzándole tentaciones para que le obedeciera a él y
desobedeciera a Jehová de los Ejércitos, y si lograba su objetivo, lo desligaría del Reino Celestial,
así como él por la desobediencia fue expulsado y lo ubicaría en el reino de las tinieblas donde él se
encuentra, ya que “el que obedece, se vuelve esclavo de aquel a quien obedece” (Romanos. 6:16),
en este caso Adán se volvería esclavo de Satanás por la obediencia profesada.

A Satanás le sale su plan al pie de la letra, Adán cae en la trampa perdiendo el principado que tenía
en este mundo y su posición en el Reino Celestial, pasando ahora a hacer parte del reino de las
tinieblas.
Satanás se ubica en su nuevo puesto cedido por Adán como príncipe de este mundo, teniendo
además a toda la raza humana bajo sus pies, a su servicio y su alabanza. Ahora Adán, aparte de
perder los privilegios dados por Dios, se ubicó bajo los pies del último demonio que se encontraba
en la escala de autoridad del reino de Satanás, por causa de su desobediencia.

Jesucristo hace juicio a Satanás.


El Señor le había entregado al hombre toda la autoridad sobre este mundo, pero éste, por su
desobediencia fue derrotado, cediéndole todo a Satanás. El Señor estaba viendo todo lo que estaba
sucediendo y aunque era el Dios todo poderoso, estaba impotente ante lo sucedido, puesto que él le
había delegado toda la autoridad sobre este mundo a Adán y éste voluntariamente le entregó todos
sus privilegios a Satanás.
El único que podía luchar contra el enemigo y buscar recuperar todo lo que había perdido, era el
mismo hombre y Satanás lo reclamaba así ¿Pero cómo iba el hombre a recuperar lo perdido si ahora
estaba bajo los pies del Diablo, el cual disfrutaba alegremente de su victoria, alardeando de su
adquisición ganada con engaño? Dios no podía en su calidad de Dios, enfrentarse con el enemigo,
para recuperar el principado del mundo y la dignidad de la raza humana, sino el hombre, por tal
razón Dios se hizo hombre, y estando en la calidad de hombre, se enfrentó a Satanás para
arrebatarle todo lo que hurtó con engaño.
Satanás pensaba que las cosas se habían quedado así, que nadie juzgaría su fraude, pero Jesús, el
Dios hecho hombre, antes de ir a la cruz a realizar juicio contra Satanás dijo: “Ahora es el juicio de
este mundo” (Juan. 12:31a). Queriendo decir con esto, que ese delito que el Diablo cometió, de
quitarle con engaño al hombre el principado de este mundo, no quedaría impune, que el enemigo
sería juzgado, por eso Jesús termina diciendo: “Ahora el príncipe de este mundo será echado fuera”
(Juan. 12:31b), explicando que el principado que tenía Satanás en este mundo, le sería quitado una
vez muriera en la cruz del calvario.
El Señor Jesús después que muere y resucita, levanta su mano derecha con su puño cerrado y dice:
“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo. 28:18). Ahora Satanás no es más el
príncipe de éste mundo, ahora el que tiene el «principado» sobre su hombro es Cristo, ahora hay un
solo Rey de reyes y un solo Señor de señores sobre este mundo y ese es Jesús. Algunos cristianos
aún llaman a Satanás ‹‹el príncipe de este mundo›› como si él siguiera reinando, ahora el que reina
es el Señor. Decir que Satanás es el príncipe de este mundo es darle autoridad en esta tierra, pero
recuerde que ahora Jesús tiene «toda potestad» en la tierra y en el cielo.
Cuando Cristo muere en la Cruz del calvario, se gesta una gran batalla en el cielo, donde Satanás
tenía su trono como príncipe de este mundo. Luchan Miguel y sus ángeles contra el Diablo y sus

63
demonios, pero los demonios no prevalecieron, fueron derrotados y arrojados del cielo y lanzados a
la tierra. Cuando todo esto sucedió, dice la Palabra que se oyó una gran voz en los cielos que decía:
”Ahora ha venido la salvación, el poder, y el Reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo;
porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos” (Apocalipsis. 12:7-12).

Exaltación de la raza humana.


Ahora, todo aquel que acepta a Cristo como Señor y Salvador, es «trasladado» del reino de las
tinieblas al Reino de Dios nuevamente (Colosenses. 1:13), por medio de Cristo cambiamos de
posición en el mundo espiritual, ya no estamos bajo la potestad del reino de las tinieblas, —que en
autoridad está debajo del Reino de Dios— sino que estamos en el Reino de los Cielos, que está por
encima de Satanás y sus demonios. Ahora cualquier demonio, —por más poder que tenga y por más
grande que sea— está bajo nuestros pies, posicionalmente hablando.

Ahora que es cristiano, usted sabe que ha salido de la potestad de las tinieblas y está en el Reino de
Dios, pero dentro del Reino Celestial ¿Cuál es su posición de autoridad? Cuando se acepta a Cristo,
Él toma con sus manos al cristiano de allá de la parte más baja del reino de las tinieblas, y lo saca de
debajo de los pies de los demonios más insignificantes, e inicia un viaje de ascenso con él al Reino
de los Cielos, lo va subiendo, y los demonios ven impotentes como el cristiano sale del reino de
Satanás y se va elevando por encima de ellos, luego el Señor lo pasa cerca de las barbas del mismo
Satanás y éste sólo observa cómo el cristiano se eleva en autoridad por sobre su cabeza, la cual va
inclinando hacia arriba para no perderse el grandioso espectáculo de la salida del cristiano del reino
de las tinieblas y su ascenso en autoridad por encima de él. Pero la cosa no para allí, Jesús lo sigue
llevando de su mano y lo introduce dentro del Reino de Dios; los ángeles se gozan al ver llegar a
ese nuevo miembro del Reino, le dan una apoteósica bienvenida. Eso no terminaría ahí, las
bendiciones aún continúan. Jesús lo sigue elevando en autoridad dentro del mismo Reino de Dios y
los ángeles se gozan de ver su ascenso, levantando sus manos y dando gracias a Dios. Sigue el
ascenso, subiendo por encima de ángeles y más ángeles, — ¿Hasta donde lo va a elevar en
autoridad el Señor? — Cuando de pronto comienza a divisarse en lo más alto del Reino Celestial, a
lo lejos, un resplandor inmenso de luz, es el trono de Dios, y a su derecha se ve más claro otro trono
un poco más pequeño, se ve como Jesús se dirige hacia allá, hacia el más pequeño, y se sienta en su
trono y le dice a ese nuevo creyente: “Sentaos aquí conmigo” (Efesios. 2:5-7).

¡Qué privilegio tan inmerecido! «Sentarnos juntamente con el Señor en los lugares celestiales»
¡Cuán inmensa es tu gracia para con nosotros! ¡A Él sea la gloria y la honra por los siglos de los
siglos! Amén.

¿Cómo se traduce en autoridad, lo de estar sentados juntamente con Cristo en los lugares
celestiales? Es algo muy sencillo, Cristo tiene el dominio sobre todo poder diabólico del reino de las
tinieblas, sobre todo principado, autoridad, poder y señorío, por haberse sentado a la diestra del
Padre en los lugares celestiales (Efesios. 1:20,21).

También por la misma razón, se sujetan a Él, ángeles, autoridades y potestades (1Pedro. 3:22).
Ahora bien, el creyente está sentado juntamente con él en los lugares celestiales, en el mismo lugar
de autoridad en que está Jesús, por eso Jesús dice claramente, que aquel que lo acepta a él como
Señor, puede realizar los mismos milagros que él hacía, las sanidades, las liberaciones y muchas
cosas más (Juan.14:12). Todo aquel que cree en Cristo, pondrá las manos sobre los enfermos y estos
sanarán, echarán fuera demonios y hablarán nuevas lenguas (Marcos. 16:17). También dice la
Palabra que los ángeles del Señor están al servicio de los creyentes (Hebreos. 1:14)

64
Hay que tener bien claro el nivel de autoridad que se tiene en el mundo espiritual, la biblia lo
traduce bajo el título de «embajador», que viene siendo alguien que está en un lugar lejano,
representando a la máxima autoridad, deje el temor a los demonios, ellos son los que deben temerle
a usted. Usted es un embajador en nombre de Cristo sobre esta tierra (2Corintios. 5:20), mientras su
cuerpo físico se pasea por esta tierra, su espíritu está sentado con Cristo a la diestra del Padre.
Nuestra ciudadanía está en los cielos, acá en la tierra solo estamos cumpliendo una comisión
(Filipenses. 3:20)

Tenemos un espíritu superior


En Babilonia, en el tiempo del rey Nabucodonosor y en el tiempo de Darío el meda, habían muchos
brujos, encantadores, adivinos, agoreros, sortílegos y magos, pero cuando Nabucodonosor necesitó
de alguien con unos conocimientos elevados que le revelara las interpretaciones que ningún ser
humano podría revelar, ninguno de estos ministros de Satanás pudo superar a Daniel. Cuando el rey
Darío quiso colocar sátrapas y gobernadores en todas las provincias, no hubo nadie que pudiese
estar por encima de ellos, sino Daniel, ¿por qué? Porque había en él un «espíritu superior» al de los
brujos y gobernantes de esa tierra (Daniel. 6:3), ese era el Espíritu de Dios que habitaba en él.
En este tiempo usted también tiene el Espíritu Santo de Dios dentro de su ser al igual que lo tenía
Daniel en aquel tiempo, o sea que ningún brujo tiene más poder y autoridad que usted. Los brujos,
cualquiera que sea, es un inconverso, y por lo tanto se encuentra en el reino de Satanás, el cual es un
reino inferior en autoridad con respecto al nuestro. Entonces ¿Por qué les teme, si usted es superior?
¿Por qué tiembla cuando sabe que un hechicero se mudó cerca? Haga valer su autoridad y deje de
temer.

Mayores que Juan el Bautista.


Aunque Juan el Bautista aparece en los evangelios, él pertenece a la casta de profetas del Antiguo
Testamento, él fue quien marcó el fin profético del Antiguo y el inicio del Nuevo Testamento. Juan
vino con el poder y el espíritu de Elías, el profeta más prominente del Antiguo Pacto (Lucas. 1:17).
Elías fue uno de los profetas más sobresaliente en la Palabra, un hombre que hizo innumerables
milagros, el que hizo que los cielos se cerraran por tres años y medio y el que hizo llover. Si se le
preguntara a alguien si quiere tener el espíritu y el poder de Elías así como lo tenía Juan el Bautista,
no lo pensarían dos veces para aceptarlo; pero Jesús dijo que el más pequeñito en el Reino es mayor
que Juan el Bautista (Mateo. 11:11), ¿Por qué? Porque los que están en el Reino de los Cielos no
tienen el espíritu y el poder de Elías, sino el Espíritu y el poder del Dios todopoderoso.

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• LA GUERRA
POR NUESTRA
SALVACION

Texto Clave: “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de
que vuestros nombres están escritos en el libro de la vida”. (Lucas. 10:20)

La guerra espiritual se encuentra organizada en un orden de prioridades. La primera y más


importante es el de la guerra personal por la salvación, la que tiene que ver con la lucha de ataduras,
el pecado, los vicios y las tentaciones de los demonios. La segunda en importancia es la lucha por
ganar almas, todo lo que tiene que ver con la evangelización de los inconversos. Por último, la
tercera área en importancia es la lucha contra los espíritus inmundos.

La guerra por nuestra salvación.


Llamado también lucha por la santificación o auto liberación de ataduras, es el combate que se libra
contra esos malos hábitos y ataduras de la carne, que hay en el ser humano, los vicios que habíamos
adquirido en nuestra vida sin Cristo. En este plano también entra la lucha contra las tentaciones de
pecado que nos presenta el enemigo.
Ésta es el área más importante de las tres, porque tiene que ver con nuestra salvación, si no se gana
ésta, la lucha con los demonios, con los principados no tiene razón de ser, lo primero a lo que
Satanás aspira es a acabar con la salvación de los creyentes, que dejen de ser hijos de Dios y se
conviertan en una criatura bajo su autoridad y su dominio.

¿De qué sirve que usted se gane mil almas para el reino, si usted mismo no entrará? Nuestra primera
y principal responsabilidad es «no descuidar esa salvación tan linda que hemos adquirido».

La guerra en el Edén.
Cuando Dios creó a Adán, lo hizo con la intención de crear una descendencia santa que lo adorara,
lo amara y le sirviera en obediencia únicamente a él. Adán tenía comunión con Dios, por eso se
sobrentiende que pertenecía al Reino de Dios. También se deduce que tenía vida eterna, porque el
Señor le dijo que si le desobedecía, moriría inmediatamente.
Solamente puede morir lo que tiene vida, además, aseguramos que Adán tenía vida espiritual,
porque después de pecar no murió físicamente sino espiritualmente, siguió viviendo después de
fallarle a Dios, pero lo que sí se ve es que fue expulsado del paraíso y perdió la comunión con Dios
que es lo que se traduce como vida espiritual.

Por ser hecho a la imagen de Dios y ser propiedad de él, Adán se convirtió en el objetivo principal
de Satanás, también porque Adán había sido colocado por Dios como el príncipe de la creación, él
señoreaba sobre la tierra. Si el Diablo lo hacía caer, no solamente se lo llevaba a él a su reino de
tinieblas, sino también a toda su descendencia, por tal razón emprendió su cometido por medio de

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tentaciones, las cuales surtieron su efecto sobre el primer hombre, desencadenando consecuencias
catastróficas en la raza humana.
Adán perdió su primera y más importante guerra contra el reino de las tinieblas, la de su salvación;
Satanás se llevó la mejor parte. Estando perdido, sin salvación y esclavizado por el pecado ¿De qué
le podría servir a Adán cualquier actividad que emprendiera contra el Diablo? Por eso Jesús dice:
“Pero no os regocijéis que los demonios se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres
estén escritos en los cielos”. (Lucas. 10:17, 18,20).

Muestran las Escrituras que para el Señor es más importante nuestra salvación, que cualquier otra
acción que pudiésemos hacer contra el reino de las tinieblas. No quiere decir esto que no debemos
sacar demonios como afirman los escépticos a la guerra espiritual, sino que entre estas dos cosas, es
más importante luchar porque nuestros nombres estén escritos en el libro de la vida.

La guerra en el desierto
Jesús el Señor, después de cumplir los treinta años de edad y de ser bautizado, se aprestaba a
comenzar su ministerio terrenal, pero antes de iniciar la misión que el Padre le había encomendado
en esta tierra, debía enfrentar al igual que Adán, su primera y más grande batalla contra el reino de
las tinieblas en el desierto por cuarenta días. El diablo preparó su arsenal y lo dirigió a un solo
objetivo; destruir al que sería el más grande ministro sobre la tierra y su mayor amenaza.
Satanás pensó que esa batalla sería así de fácil como lo fue con Adán en el Edén. Después de tres
tentaciones mortales, se encontró con la sorpresa que éste no era como Adán, el cual sucumbió
fácilmente a la primera tentación. Jesús no cedió, se mantuvo firme y obediente a su Padre
Celestial, derrotándolo de esta manera y haciéndole huir avergonzado. Por eso Jesús decía a los
discípulos: “He aquí viene el príncipe de este mundo y él nada tiene en mi” (Juan. 14:30).

Así como Satanás emprendió su ataque contra Jesús, también lo está haciendo hoy contra los
creyentes, para hacerlos perder la salvación, todos los días envía dardos encaminados a este
objetivo; sexo ilícito, robo, mentira, drogas alucinógenas, alcohol, cigarros, hechicerías y muchas
otras cosas más, la idea es que usted ceda y pierda la salvación.
Hay que ganar esta batalla, para que el diablo no tenga nada que buscar en el creyente, que no tenga
nada que señalar, para que el reino de las tinieblas no tenga más que sujetarse, sin objeción. Jesús
decía: “¿Quién me redarguye de pecado?”(Juan. 8:46). Que nosotros podamos decir lo mismo.
Si Jesús hubiese cedido a las tentaciones de Satanás, no tendría poder para reprender las tinieblas,
pero al ganar esa batalla, adquirió la autoridad suficiente para destruir al diablo y sus demonios.
Razón tenían los escribas y fariseos cuando decían: “¿Qué nueva doctrina es esta, que con
autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y estos le obedecen?” (Marcos. 1:27).

José le ganó esa batalla a Satanás cuando le dijo ¡no! a las tentaciones de la mujer de Potifar. El
apóstol Pablo también tuvo muchas tentaciones en su ministerio, pero se sostuvo sin pecar, por su
salvación, él decía: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad para recibir una
corona corruptible, pero nosotros una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a
la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea al aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo
pongo en servidumbre no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser
eliminado” (1Corintios. 9:25-27).
Aquí Pablo afirma que ganar almas no asegura la salvación, que aunque él había sido de bendición
para mucha gente trayéndolos a los pies de Cristo, sin embargo el debía luchar por su propia
salvación.
Independientemente a la predicación a los perdidos, es necesario ser responsables de luchar por
nuestra salvación personal, viviendo en santidad y obediencia que es verdaderamente lo que nos
asegura nuestra permanencia en el Reino. En Mateo. 7:21 Jesús dijo: “No todo el que me dice:

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Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en
los cielos”.
Así como éstos que le decían al Señor que los dejara entrar en el Reino, porque ellos habían
profetizado y habían sanado enfermos, pero recibieron como respuesta; «No os conozco, hacedores
de maldad». Así hay muchos en su obra, que realizan un sin número de actividades para la obra del
Señor, pero son irresponsables con su propia salvación. ¿De qué sirve tanta actividad, si lo que
realmente se debía hacer, que era cuidar la salvación propia no se hizo?

Nuestra arma en esta lucha.


Nuestra arma fundamental en este nivel de guerra espiritual es el dominio propio. Esa templanza de
carácter que se debe poner en práctica en medio de cada tentación, para que el diablo no tenga nada
que buscar en el creyente, que no tenga nada que señalar, y para que no tenga más que reconocer el
inmenso poder y autoridad que hay en los hijos de Dios cada vez que son seducidos por él para
pecar.

Para ser victoriosos en este nivel de guerra espiritual, es necesario asumir nuestra responsabilidad
ante Dios y despojarse de toda dependencia en los demás. Acabar con toda dependencia de oración,
de intercesión o de liberación por parte de los demás, para poder mantenernos bien delante de Dios.
Destruir las ataduras en nuestras vidas es una responsabilidad únicamente nuestra, los méritos de la
victoria y las consecuencias de la derrota caerán únicamente sobre usted. No se confíe en la unción
o en el poder intercesor de alguien, la liberación efectiva y que permanece, es la que uno mismo se
practica.

Hay muchas personas hoy perdidas en el alcohol, otras atadas en la droga, en el homosexo, en
adulterio y en el libertinaje; unas han sido libre al ser ministradas, otras no.
¿Por qué? ¿El poder que se aplica para liberarlos, no es el mismo en todos ellos? Sí, pero la actitud
y la disposición de ellos no es la misma, solo aquellos que ponen de su parte para ser libres, son los
que obtienen la victoria.
Muchas madres que están sufriendo grandemente con sus hijos perdidos en la droga, van a la
iglesia, pensando que una ministración de liberación es la solución para su hijo. Esposas que ya no
saben qué hacer con su esposo alcohólico llegan a pedir ministración, confiando en el poder que
Dios nos ha regalado, pero muchas de esas personas van solamente para complacer al que lo trae,
pero realmente en ellos no hay la más mínima intención de cambiar. En estos casos, aunque sea el
mismo Jesucristo el que ministre a esas personas, en ellos no va a haber cambios.
Nosotros le podemos sacar el demonio que los tiene atados, porque el poder y la autoridad que hay
en nosotros lo hace, pero una vez salen del templo, los demonios vuelven a adentrarse en ellos,
porque la falta de disposición mantiene abierta una puerta inmensa, que le facilita el retorno a los
espíritus inmundos.

La paradoja más grande es que se puede ver a personas que por alguna razón no han podido ser
ministradas, pero se ve el cambio sostenido en su vida, se ve la transformación en su ser. Por eso le
decimos que no deposite su esperanza en la unción de otro, comience a luchar por su libertad, ponga
de su parte, haga su mayor esfuerzo para no ceder al mal hábito que lo mantenía atado y verá la
victoria.
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio”
(2Timoteo. 1:7). Énfasis añadido.

Hay que concientizarse que las excusas por nuestra derrota ante el pecado, no son aceptables bajo
ningún punto de vista delante de Dios, usted es el único responsable de lo que suceda en su vida,
sea bueno o malo (2 Corintios. 5:10). Adán quiso justificarse en su mujer después de su caída, y la
mujer se quiso justificarse en la serpiente, pero Dios los hizo responsables independientemente a

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cada uno de ellos por sus actos y cada uno recibió su propia consecuencia. Ningún trauma, ninguna
ausencia o falta de algo, justifica una derrota en esta guerra contra las tentaciones, todos los
creyentes están equipados con el poder del Espíritu Santo, que es el que les da la fuerza en su
voluntad para vencer.
El adúltero o la adultera, en muchas ocasiones le acarrea su pecado a errores de su pareja, alegando
que cayó debido a la falta de dedicación, de atención o de cariño de parte de su cónyuge. El ladrón
se justifica en sus necesidades económicas, en su falta de empleo o en la falta de oportunidad en la
vida. La prostituta justifica su accionar en su falta de dinero; pero nada justifica el pecado, delante
de Dios no valen las excusas. La jovencita que perdió su virginidad, dice a sus padres que su novio
fue el culpable, y sus padres salen a buscar al novio para ajusticiarlo, como si se tratase de una
violación, si hubiesen escuchado los gemidos de satisfacción de su “niña”, no persiguieran al
muchacho.

El que está decidido a santificarse se santifica, ninguno de esos problemas lo hacen ceder a las
tentaciones, todo aquel que cede es porque en su interior está el deseo de hacerlo. El problema está
en su interior, en la falta de disciplina en su carne.
En Efesios 4:28 Pablo dice: “El que hurtaba, no hurte más”. Hurtar es una atadura, es una
inclinación a tomar lo que no es nuestro, es una mancha en nuestra vestidura blanca y
resplandeciente; también lo es el alcoholismo, las drogas, la fornicación, el adulterio, etc.
La Palabra cuando dice “el que hurtaba…”, no continúa diciendo; “…Busque quien le practique
liberación”, ni tampoco continúa diciendo; “… reúna un grupo de hermanos intercesores, para que
oren diariamente por él, para que esa mala maña desaparezca de su vida”, mucho menos dice;
“…Justifíquese en su falta de empleo o en la falta de apoyo de la familia”, no; la Palabra continúa
enfáticamente diciendo: “El que hurtaba … No hurte más”, que deje de practicar aquello y punto.
Esto es algo que debe hacer usted y únicamente usted, luchando interiormente cada día contra eso
que le ata para que desaparezca de su vida.

Cuando alguien deja de practicar el pecado por sus propios medios es verdaderamente libre, la
mejor liberación y la más efectiva es la autoliberación, porque es producto de una lucha interna
realizada por la misma persona. Cuando alguien te libera sientes alivio, pero no hay concientización
de dejar de hacer aquello que te tenía atado. Pero cuando eres tú mismo el que luchas para hacerte
libre, lleva consigo una concientización del mal acto que estabas realizando, lo estás dejando porque
ya entendiste lo nocivo que era para tu vida. Sabes que si vuelves a caer, retrocederás.

¿Todas las ataduras son producidas por demonios?


La creencia que los demonios son los culpables de todas las ataduras que hay en las personas, es
una teoría que nació como excusa del que peca. Es una doctrina que se ha infiltrado en las iglesias
cristianas y que ha traído más confusión que beneficios, esto ha hecho que los ministros demonicen
todo, también permite que las personas no se responsabilicen de sus actos. Esta creencia es
sumamente peligrosa, porque los que están fallando en su actuar, se van a escudar en ese pretexto
para afirmar que no son ellos los que hacen aquello, sino el demonio que habita en ellos. También
esto puede producir frustración en los ministros que creen esta doctrina, porque van a agotar sus
fuerzas tratando de sacar supuestamente un espíritu de homosexualismo de un hermano, sin ver
resultados, cuando en realidad lo que hay es un vicio al sexo pervertido.
A estas personas en vez de practicarles liberación, es mejor hacerles nuevamente la oración de fe,
para que se arrepientan de corazón, que se conviertan realmente a Cristo y se aparten del pecado.
¿Por qué hay homosexuales que dejan de practicar el homosexo cuando el médico le informa que
tiene SIDA, o cuando las hemorroides quedan destrozadas? ¿Por qué el alcohólico frena su vicio
cuando el médico le informa que si toma un trago más se muere? ¿Por qué el fumador se aparta del
cigarrillo cuando le declaran cáncer en los pulmones? Si fuese únicamente por el accionar de los
demonios, la persona siguiera con el vicio aún con la enfermedad y con la advertencia de muerte,

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porque no tiene control de sí misma, ya que es un demonio el que le impulsa a hacer aquello. Pero,
¿Por qué frena el vicio después de la funesta noticia? ¿Por qué no frenó antes, por qué tuvo que
esperar pisar fondo para reaccionar?

Una Señora vino a buscarme para que orara su hogar, porque el esposo le dijo que supuestamente
una vecina había enviado una hechicería de ruina a la familia, me narró las angustias económicas
por las que han estado pasando, las deudas, escases y otras cosas más. Además, al marido se le
habían ido los mejores clientes, eran pocos los que llegaban al taller de mecánica que tenía, que
antes ganaba muchísimo dinero, pero que de unos meses hacia acá, las entradas económicas en el
taller se habían decaído. Le pregunté por los ahorros, ya que antes tenían una excelente entrada
financiera. Me contestó que no tenían ahorros, porque el esposo se embriagaba todos los fines de
semana y no le quedaba dinero para guardar. Le pregunté por los clientes, por qué no los habían
llamado. Me contestó que en una de las borracheras, el esposo había extraviado la agenda de los
clientes.
¿Qué tiene que ver la vecina en todo esto? Igual que usted, yo vi que el esposo de la señora se
estaba escudando en la vecina, le estaba dejando la responsabilidad de su desgracia a una supuesta
hechicería y no estaba asumiendo la de él. Así sucede muchas veces, personas que le otorgan la
culpa de sus desgracias a los demonios y no se responsabilizan de sus errores.
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: Adulterio, fornicación, inmundicia, idolatría,
hechicerías, enemistades, pleitos, iras, celos, contiendas, herejías, envidias, homicidios,
borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas, acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he
dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de los cielos”. Gálatas. 5:1 9-
21
La carne es la herencia que traemos de nuestra naturaleza caída, la que hace fuerza hacia abajo para
mantenernos en ese estado de condenación. Nuestro viejo hombre está “viciado” en el pecado, o sea
“acostumbrado a pecar” (Efesios.4:22). Es necesario emplear mucha fuerza de voluntad para
deshacer las ataduras carnales, tomar control de sí mismo haciendo uso del dominio propio que el
Señor nos ha dado, por medio de su Espíritu Santo.

¿Entonces los demonios no atan a las personas?


Si hay demonios que arrastran a las personas al alcoholismo, pero no todos los borrachos están así
por causa de los espíritus. Hay demonios que inducen al adulterio, la fornicación o al
homosexualismo, pero no todos los que practican tales cosas lo hacen por influencia espiritual, la
mayoría de ellos lo hacen porque les gusta el pecado, porque les encanta lo que hacen. Cuando
alguien practica cualquier clase de vicio por que le agrada, ahí no es cuestión de realizar una
liberación, es cuestión de una lucha personal, de comenzar a ejercitarse en el dominio propio. Si en
nuestra vida se detecta una atadura carnal, es necesario declararle la guerra y comenzar a luchar
para erradicar esa atadura de nosotros, es posible que sea algo muy duro para dejar, pero fuerte
batalla hasta vencer.
José ganó su guerra contra la tentación de la mujer de Potifar, Jesús también la ganó contra las
tentaciones de Satanás ¿Y usted qué? Usted también la puede ganar, solo es cuestión de creerlo y
disponerse con todas sus fuerzas a ser libre.

Nuestra heredad
Los israelitas recibieron una tierra por heredad, la tierra de Canaán, pero esa tierra estaba plagada de
gigantes. Ellos no podían esperar que Jehová descendiera del cielo y peleara contra los gigantes en
lugar de hacerlo ellos y los expulsara de la tierra de Canaán. La responsabilidad de guerrear contra
los gigantes era de ellos, porque la tierra se las había dado el Señor a ellos. El Señor solo les dio las
promesas, ellos eran quienes debían hacer que esas promesas se hicieran realidad.

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La heredad que Dios da en este tiempo no es la tierra de Palestina, es nuestro ser, nuestra vida. El
inconverso está muerto en sus delitos y pecados, pero cuando acepta a Cristo como Señor y
Salvador, él da la orden ¡Lázaro sal fuera! Y sale de la tumba de muerte, pero atado.
Resucita con su cuerpo atado, el creyente llega al Señor con una nueva vida, pero con una gran
cantidad de malos hábitos. El único que resucitó sin ataduras fue el Señor, todos los lienzos
quedaron a un lado, pero todos los demás vuelven a la vida, plagados de diversas ataduras.
Es necesario que nos capacitemos en la guerra y se aprenda a expulsar a esos cananeos que se
encuentran en el ser humano, influenciándolos al mal, no importa que se vean muy gigantes, usted
los puede expulsar porque con usted está el Señor. Ya él nos dio dominio propio, nuestro Dios no va
a venir a liberarnos, esa responsabilidad de romper las ataduras del pecado y los vicios, es nuestra.
Liberemos nuestra tierra.
¿Hasta cuándo seréis negligente en luchar y limpiar tu ser de ataduras? (Josué. 18:3).

¿Cómo se diferencian las ataduras carnales de las ataduras demoníacas?


Los demonios cuando actúan espiritualmente sobre una persona, le producen unos trastornos físicos
y mentales muy dicientes, experimenta unos cambios bruscos en su comportamiento, notables por la
misma persona y por los que le rodean. Personas que antes no sentían deseos de practicar ninguna
clase de vicio, de momento sienten invadidos de pesadillas tormentosas y extrañas, en su cuerpo
sienten temblores, escalofríos, y dolores en diferentes partes del cuerpo. Si la persona presenta estos
síntomas, amerita efectuarle una liberación.
Cuando la persona cae en algún vicio por efecto de una tentación interna o externa, sin
experimentar los trastornos antes mencionados, podemos decir que esta persona está cediendo a los
deseos de la carne (Santiago. 1:14-15). En este caso no amerita practicarle liberación, la persona
debe declarar guerra contra esa atadura carnal, a la que él mismo le abrió puertas, hasta quedar
totalmente libre (Romanos. 8:13).

Las pruebas nos vuelven vulnerables


El objetivo de Satanás es sacar al cristiano del camino, que deje de practicar los hábitos cristianos
de orar, leer la Palabra y congregarse, para que vuelva al mundo a estar bajo su autoridad, para esto
utiliza las tentaciones de pecado que hemos mencionado anteriormente. Para esto aprovecha el
momento propicio en que las personas están pasando por pruebas difíciles, por aflicciones,
depresiones y otras cosas más, para lanzarle dardos a su mente e inducirlas a alejarse de la familia
de Dios.
Satanás aprovecha las etapas de prueba por las que pasa el creyente, para ministrarles desánimo en
su corazón, para que se aparten de la iglesia en la que se congregan, sembrándoles resentimiento
contra el Pastor, contra Dios o contra los hermanos, para que abandonen el ministerio que
realizaban en la iglesia o para que se vayan al mundo. En los momentos de prueba; tales como
problemas familiares, diferencias con la pareja, un bajón económico, la pérdida de un ser querido,
pérdidas materiales o una enfermedad muy penosa, somos más sensibles y débiles, somos más
propensos a abandonar la lucha que traíamos, a dejar las armas en el suelo. Cuando se está en
aflicción, es cuando más atento se debe estar para no ceder a las tentaciones de Satanás, porque es
una etapa de mucha debilidad emocional y susceptibilidad a cualquier sugerencia mental. Es el
momento en que más débiles espiritualmente estamos.
Cuando se está en el Reino de Dios se sufren muchos ataques, pero solo los valientes que se ponen
en la brecha en guerra espiritual, son los que logran la victoria, los que logran terminar esta carrera
(Mateo. 11:12).

Pelea la buena batalla de la fe


Pablo le llama a la lucha entre el reino de las tinieblas y los integrantes del Reino de Dios “La buena
batalla”. Esas son las dificultades por las que pasa todo el que está en el Reino, sea un simple
miembro de una congregación o sea un ministro. Jesús también pasó por dificultades, pero Él las

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enfrentó y ganó la guerra en el desierto, como también en el monte Getsemaní, cuando se le
acercaba la muerte, allí con lágrimas en su rostro y con sudor de sangre, le rogaba al Padre que si
fuese posible, le evitara pasar por la cruz, pero luego reaccionó y entendió que la voluntad de Dios
prima sobre todo. Pablo, el que había sometido su cuerpo a servidumbre, también al final de su
ministerio pudo decir con tono de victoria: “He peleado la buena batalla, he guardado la fe”
(2Timoteo. 4:7).
Por eso con mucha autoridad y conociendo las artimañas de Satanás, Pablo le aconseja a Timoteo:
“Consérvate puro” (1Timoteo. 5:22), también le dice: “Pelea la buena batalla de la fe” (1Timoteo.
6:12); luego le dice: “Esfuérzate en la gracia” (2Timoteo. 2:1); y por último le exhorta: “Soporta
las aflicciones” (2Timoteo. 4:5).
Hay que luchar fuertemente contra el pecado, pero también hay que hacerlo con la misma
intensidad contra el desánimo y las depresiones.

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• LA GUERRA POR LAS
ALMAS Y CONTRA
LOS DEMONIOS

Texto Clave: "Y les dijo: 'Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado será salvo, pero el que no cree será condenado.” Marcos 16:15,16

Uno de los misterios que no se ha podido revelar hasta ahora, es el número exacto de espíritus
inmundos que existe en el reino de las tinieblas. Desde el inicio del mundo y hasta el día de hoy, se
ha visto en acción la expulsión de demonios, pero estos se siguen multiplicando, pues cada día se
ven espíritus nuevos y en grandes cantidades.
¿Cuántos demonios son? ¿Por qué aparecen nuevos espíritus? ¿Por qué se multiplican? Estas son
preguntas que aún se encuentran sin respuestas.

Lo que si se ha podido percibir, es que a Satanás no le inquieta mucho cuando le expulsan un


demonio de una persona, pero en la experiencia si se ha visto el disgusto tan grande que hay en el
reino de las tinieblas, y el gozo inmenso que sucede en el cielo, cuando una persona se arrepiente y
se convierte a Cristo. De esto deducimos que en la guerra espiritual, ganar almas está por encima en
importancia que la expulsión de demonios.

¿Por qué a Satanás le importan más las almas que los demonios?
Satanás siempre ha querido ser un dios, ese fue el motivo de su expulsión del reino de los cielos y
aún sigue con esas ínfulas de ser dios. ¿Por qué está tan interesado en las almas? Porque el alimento
principal de un dios es la adoración, eso es lo que le llena, lo que le sustenta, lo que le da fortaleza.
Un dios sin adoración no es dios.

Satanás persigue las almas porque los seres humanos fueron creados para adorar a Jehová de los
Ejércitos, a ese Dios todo poderoso, ese fue el motivo principal de la creación de la raza humana
(Efesios. 1:11-12), y él, queriendo ser igual a Dios, trata de demostrarlo seduciendo la adoración de
los seres humanos.

Satanás está dispuesto a dar lo que sea, con tal que lo adoren, ofrece lo que tiene y lo que no tiene
por un momento de adoración. A Cristo le ofreció todos los reinos de este mundo y toda la gloria de
ellos, riquezas, fama, poder, si se postraba y lo adoraba (Mateo. 4:8-9). Para Satanás un adorador
tiene un valor incalculable, por eso cuando un alma le es quitada y es trasladada al Reino de Dios, él
pierde fuerza como dios, porque pierde un adorador y el Señor las aumenta porque ha ganado un
adorador más. ¿Ahora entiende por qué hay tanto gozo en el cielo cuando un pecador se arrepiente?
¿Entiende también por qué la Palabra dice que Dios busca adoradores? El botín más preciado en la
guerra entre el Reino Celestial y el reino de las tinieblas, son las almas.

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¿De qué sirve sacarle varios demonios a una persona, si esta no se convierte al Señor?
Es mejor que la persona inconversa se arrepienta de corazón y se convierta a Cristo, no importando
si el día que hizo la oración de fe le salieron o no espíritus inmundos, lo importante es que su alma
sea trasladada del reino de las tinieblas, al reino de nuestro amado Señor Jesucristo.

¿Qué sucede si esa persona que se convirtió, tiene una gran cantidad de espíritus en su ser?
Después que se convierta, estará del lado del Reino de Dios, no importa la cantidad de demonios
que tenga, más adelante con mucha paciencia se le van sacando, lo que importa es que ya está en el
Reino, lo demás es trabajo de carpintería. Si esa persona no se convierte y le ministramos
liberación, aunque quede sin un solo demonio, Satanás se ríe, porque el alma de esa persona aún le
pertenece a el, para él no es ningún problema introducirle algunos demonios más.

¿Por qué hay espíritus en algunos creyentes?


El evangelista Carlos Annacondia responde que “si puede un miembro de la iglesia estar
endemoniado, pues hay evidencias de ello en sus cruzadas en diferentes lugares. Pero un cristiano
lleno del Espíritu Santo que vive conforme a la voluntad de Dioos y no practica el pecado no puede
estar endemoniado. (1 Jn. 5:18). Pero el que practica el pecado, se o no miembro o líder de una
iglesia cristiana le abre la puerta al diablo por medio del pecado.” (Carlos Annacondia)

Un cristiano no puede ser poseído, porque posesión significa ser dueño de, y Jesucristo es el dueño
de todo cristiano, no el diablo. En 1 Corintios 6:20 "Huid de la fornicación... porque habéis sido
comprados por precio... "

En el Nuevo Testamento la palabra no era 'posesión' sino 'estar bajo la influencia de un demonio' o
'tener un demonio afligiéndole'. Los demonios están en el cuerpo del cristiano tal como cualquier
enfermedad y no en su espíritu.
Muchas veces estamos tratando de discipular el demonio en un cristiano que no quiere ser
discipulado. Debemos crucificar la carne pero echar fuera los demonios.

Hay espíritus en algunos creyentes por tres razones: La primera, porque traen los espíritus desde
antes de conocer al Señor. En su vida de inconversos, participaron de la idolatría o del ocultismo,
siendo participes de baños conjurados, de oraciones de tabaco, lectura de cartas, aseguranzas,
purgantes liberadores, ritos de invocación, mandas o pactos. Cuando la persona se arrepiente de
corazón y acepta a Cristo, el Espíritu Santo llega a su espíritu que estaba muerto por el pecado y le
da vida, su espíritu nace de nuevo, pero su carne (alma y cuerpo) siguen contaminada por todas esas
ataduras espirituales que adquirieron en el pasado.
“El espíritu vive, a causa de la justicia, pero su cuerpo está muerto por causa del pecado”
(Romanos. 8:10).

La oración de fe produce en la persona el nuevo nacimiento, mas no liberación de ataduras


espirituales, si esto fuera así, una vez convertida, la persona quedaría libre de todo y la labor del
Pastor quedaría inoficiosa. A María Magdalena, después de haber decidido seguir a Cristo, al
mismo Señor le tocó sacarle siete demonios (Lucas 8:2).

A un inconverso se le debe hacer liberación para que vea el poder de Dios, para que se concientice
de la existencia del reino de las tinieblas y del Reino de Dios, para que crea por los hechos, ya que
no quiere convertirse por medio de la Palabra.

También se debe practicar liberación a un inconverso, cuando se encuentra en un alto grado de


posesión, cuando ya los demonios han anulado sus facultades mentales. En ese estado, la persona no
tiene la libertad para entender lo que se le predica, ni para escoger su salvación, como en el caso del

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endemoniado gadareno (Lucas. 8:27-39). De resto, sacarle demonio a un inconverso, solo por darse
el gusto de sacárselos, no da ninguna garantía que ese demonio no vuelva a introducirse en su vida,
porque precisamente el estilo de vida de un inconverso facilita el retorno de los espíritus. No digo
con esto que no se le debe practicar liberación a un inconverso, ore a todo el que le pida oración, lo
que le quiero dar a entender, es que no hay seguridad que conserve su liberación.

Las liberaciones se les debe practicar es a los convertidos, ya que el limpiarse de las
contaminaciones espirituales y de las ataduras carnales, hace parte de ese proceso de purificación y
santificación que se debe tener, para alcanzar la salvación (2Corintios. 7:1).

Lo bueno de todo esto es que los creyentes sí tienen poder para mantener su liberación, ya que
tienen un estilo de vida diferente, apartado del mundo y esto imposibilita el retorno de los espíritus.

La segunda razón, por la que un creyente puede estar bajo la influencia de un espíritu, es porque ya
estando en el Señor, participan del pecado, de la idolatría o del ocultismo en sus diferentes formas.
La Palabra es enfática en decir que no podemos participar de la idolatría ni de la mesa de los
demonios (1Corintios. 10:20). Creyente, líder o Pastor que tenga comunión con ídolos o cosas
ocultas, queda contaminado con demonios, lo haga con conocimiento de causa o por ignorancia.

¿Por qué hay personas creyentes que no alcanzan su liberación total? Es posible que sea por la
cultura. Las culturas de los países o zona, cualquiera que sea, están plagadas de ocultismo; la
música, los bailes, las ceremonias, los atuendos personales y los adornos caseros, todo está
mezclado con ocultismo, y desafortunadamente muchos de los hermanos no alcanzan a discernir
esto, sin quererlo siguen participando del ocultismo y en ocasiones, algunos lo hacen con
conocimiento de causa, aceptaron a Cristo, pero no han querido abandonar la oración del tabaco, la
velación a ídolos o la lectura de las cartas.
Por esta razón es necesario conocer las cosas de nuestra cultura que se pueden practicar y que cosas
no, que muestren esa línea divisoria que a veces es imperceptible entre la cultura y el ocultismo. Es
importante que el pueblo de Dios no ignore las estrategias de Satanás.

La tercera razón; es que los creyentes pueden ser influenciados por espíritus, debido a hechicerías
que los brujos envían contra ellos, unos traen esas hechicerías desde antes de convertirse y otros las
reciben estando en el Señor.
Se vuelve a la misma pregunta de antes, ¿Puede un cristiano ser influenciado por hechicerías?
Desafortunadamente sí. Teóricamente se escucha muy bonito el decir que a un cristiano no le
afectan las hechicerías, pero en la práctica esto no se cumple, día a día estamos enfrentando la
realidad, al ver a cristianos y más cristianos afectados por hechicerías.
El hombre es un ser tripartito, de espíritu, alma y cuerpo. Por tanto, Jesucristo debe ministrar en
cada una de estas tres dimensiones del hombre. Algunas personas creen que es contradictorio decir
que un cristiano necesita ser liberado de la presencia de un demonio en su cuerpo.

El cristiano que tiene conocimiento de las leyes en que opera el mundo espiritual, una fe poderosa
que quite todo temor y para poder enfrentar al reino de las tinieblas sin problemas, y que vive en
santidad es invulnerable a los demonios.
Sin estas tres cosas, es imposible mantenerse inmune a este ataque, puede tener el cargo que sea en
la iglesia o tener el título ministerial que sea, los cargos y los títulos no le inmunizan ante las
asechanzas del diablo, solo cuando el creyente cumpla con estos tres requisitos, se mantendrá
alejado de ataques espirituales.

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La unción en su iglesia
Cuando una iglesia inicia su labor de evangelización, comienza a experimentar en sus cultos un
derramamiento del poder de Dios, regularmente se ven personas que gritan, que convulsionan o que
vomitan por la acción de liberación de espíritus inmundos, también se observan los constantes
testimonios de sanidades y milagros que el Señor hace en medio de la congregación. Esto es debido
a la cantidad de personas recién convertidas que llegan plagadas de demonios y de un sinnúmero de
personas enfermas. Si la iglesia deja de ganar almas, poco a poco se van acabando estas
manifestaciones de poder, debido a que las personas que antes se revolcaban en el suelo, que
gritaban o que vomitaban ya fueron libres y las que estaban enfermas ya se sanaron, el Espíritu
Santo no encuentra más nada que hacer.

Póngase la meta de que su iglesia sea la que tenga la autoridad en su barrio, la que manda en su
sector, que cuando usted camine por las calles, los demonios tiemblen.

Madurez espiritual
Satanás nos lastima, nos molesta como niños recién nacidos dependemos como bebé de pecho de
nuestro sustento. Nuestra capacidad es limitada aunque tengamos todo a nuestra disposición porque
somos herederos (Gálatas 3:29; 4:1) Vivimos como esclavos aunque somos herederos. Se requiere
madurez para ejercer la autoridad que Jesús nos entregó. Contrario a la inmadurez que se ve
reflejada cuando no se obtiene la libertad para vivir una vida plena. Las circunstancias los dominan
y lo llevan de un lado a otro sin poder avanzar. “deberíamos estar ocupados en señorear el mundo
espiritual” en cambio estamos distraídos y preocupados por: el pecado, dolor, sufrimiento, egoísmo,
orgullo, celos, envidias, chismes, falta de perdón…. Cosas menores. Dejar las cosas menores,
comenzar a mirar a Jesús, amar y trabajar juntos.

Cristo lo enseño a sus discípulos… debemos madurar y crecer en el Señor, para ser señores, para
tomar y aplicar la autoridad que Dios nos ha dado en Jesús.

Iglesia generadora de bendición, destruir y revertir la obra del maligno.


La autoridad fue dada ya, solo resta que crezcamos en dios y comencemos a aplicarla (Gálatas 4:7).
Creer que Jesús nos las dio ya. Cada principio bíblico que Dios nos dejó en su palabra no es solo
para ser conocido, sino para ser creído y aplicado. Podremos vivir conforme a lo que el Espíritu
Santo nos ha enseñado. Las promesas se hacen reales. Las promesas se hacen reales en nuestra vida.

Es hora de madurar como iglesia. Que la gloria de Dios se manifieste, se refleje en nosotros y por
nosotros. Es tiempo de tomar nuestro lugar. Jesús ya estableció para nosotros un destino de victoria
y para nuestro enemigo un destino de fracaso. ¿Qué harás con lo que Dios te ha dado y por lo cual
entregó su vida? Sanar enfermos, liberando, haciendo maravillas y milagros.

76
• LAS ARMAS DE
GUERRA DEL
CREYENTE

Texto Clave: "No militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales,
sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez
que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia
a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea
perfecta " ( 2Corintios 10:3-6).

En esta lección se va a analizar las herramientas que Dios ha puesto en las manos del creyente para
su defensa o para atacar a los espíritus inmundos, veamos:

A. La armadura de Dios
En Efesios 6:10 Se habla de la armadura de
Dios, no son unos elementos que yo puedo
ponerme si estoy en peligro y quitármelos si
no los necesito, tampoco es un sistema
permanente de protección espiritual que todo
cristiano tiene, por el simple hecho de ser
cristiano, más bien es algo que se obtiene. La
armadura de Dios es algo más profundo y
complejo, vamos a estudiarla muy
detenidamente parte por parte, a
continuación:

1. Yelmo de salvación.
El yelmo es el casco que protege la cabeza de
los soldados, para que los guijarros y dardos
enviados por el enemigo no penetren su
cráneo.
Cuando la Palabra habla del yelmo de la
salvación, se refiere a ese casco espiritual que se debe tener en nuestra cabeza —mente y
pensamientos—, para que los dardos de palabras, de ideas y de pensamientos del enemigo de alguna
persona no penetren nuestra mente.

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¿Cómo se obtiene ese yelmo en nuestra cabeza?
No es diciendo: “Ahora me coloco el yelmo de la salvación en mi cabeza”, es teniendo una
convicción de nuestra salvación, estar plenamente convencidos que somos hijos de Dios, lavados y
protegidos por la sangre de Cristo, que el Espíritu Santo está alrededor, que sus ángeles les guardan,
que si usted muere en este momento va directo a la presencia de Dios. Esto crea una protección
férrea contra los ataques del enemigo o palabras de alguna persona.

Todo aquel que es cristiano recibirá ataques, habrá personas que se les acercarán a decirles que les
van a enviar brujería, otros que dirán que todo el que entra a guerrear, los demonios le atacarán; o
puede ser que en el momento de una liberación un demonio diga: “Tú no me puedes sacar, tú no
tienes poder porque eres un pecador” o “Si me sacas, te mato a ti y a toda tu familia”. Todas estas
son tretas de los demonios para dilatar una liberación o para amedrentar a un cristiano, si usted tiene
duda de su seguridad en Dios, el diablo se va a salir con la suya. Pero cuando se tiene seguridad de
la salvación, se le puede decir al espíritu: “Cállate demonio, usted no tiene que meterse en mi vida,
si he fallado en algo, eso es con mi Padre celestial y no contigo, no seas igualado, deja tus
palabrerías que yo a ti no te tengo miedo, qué vas a matar ni qué nada, vas para el abismo y de allí
no sales, fuera en el nombre de Jesús…”

2. Coraza de Justicia.
Coraza es esa cota de metal que cubre la espalda, pecho y abdomen del soldado, para que las lanzas
y espadas del enemigo no lo hieran. La coraza de justicia es para protección espiritual, es para
cuidarnos de los embates del enemigo, por medio de acusaciones y murmuraciones.
¿Cómo se obtiene la coraza de justicia?
Con un accionar correcto, con un actuar justo con los demás. Cuando usted es cumplido con el pago
de sus empleados, con los clientes y con sus proveedores, no habrá en el comercio quien pueda
decir algo en contra suya. Cuando usted es una persona de palabra, que cumple con lo que dice y
con sus compromisos de deudas, los demás lo tendrán como una persona seria, lo respetarán y
aunque el diablo levante su lengua contra usted, habrá otras personas que lo defenderán sin que
usted diga una sola palabra. Si usted es una persona injusta, aunque ore diciendo: “me pongo la
coraza de justicia”, la gente le va a atacar con murmuraciones y pondrán su testimonio por el suelo.

3. El cinturón de la verdad.
El cinturón es una correa de cuero que tiene el soldado en la cintura para sostener sus vestidos de
maya que son muy pesados, si ese cinturón se rompe, los vestidos se caerán y todos verán su
vergüenza. El cinturón de la verdad es espiritual, es el que nos guarda de pasar vergüenza ante los
demás.

¿Cómo se adquiere el cinturón de la verdad?


Dejando la mentira y hablando verdad con todo el mundo. Cuando usted habla con la verdad no
pasará vergüenza, sus vestidos espirituales no caerán, su testimonio será firme, tendrá credibilidad,
pero cuando a usted lo descubren en una mentira, usted pasará vergüenza, sus vestiduras espirituales
se caerán delante de todos

4. La espada del espíritu, que es la Palabra de Dios.


La espada es la única arma de ataque que posee un soldado, con ella puede herir y matar al
enemigo. La espada para guerrear en el mundo espiritual es la Palabra de Dios, ella es el arma
ofensiva que se tiene para herir y destruir al enemigo. Jesús la utilizó contra el diablo en la tentación
del desierto, cada vez que el diablo lo tentaba, él le decía: “Escrito está”, y Satanás tuvo que irse.

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¿Cómo obtenemos la espada del espíritu?
La espada no se obtiene abriendo la Biblia en el salmo noventa y uno y colocándola en la entrada de
la casa; es leyendo, creyendo y memorizando las Escrituras. Al diablo y a sus demonios se les
contrarresta es con la Palabra así como lo hizo Jesús, pero si usted no tiene la Palabra morando en
su corazón, ¿Qué le puede citar al enemigo? Si usted dice: “Tengo la espada del espíritu en mi
mano, así que vete demonio”, pero no sabe Palabra, el demonio se reirá de usted.
Pero si usted sabe Palabra y al hacer una liberación el demonio dice: “Ella es mía, me pertenece”.
Usted le contrarrestará diciendo: “Ella no te pertenece, Cristo la compró con su sangre en la cruz del
calvario”.

“Tú no tienes poder para sacarme”. Usted le podrá decir: “La Palabra dice; estas señales seguirán a
los que creen, en mi nombre echarán fuera demonios” Así que vete.

5. Las sandalias del apresto del evangelio de la paz.


Las sandalias, es el calzado que se coloca el soldado para proteger sus pies de lo agreste del terreno
durante la guerra y para tener agilidad en sus movimientos. En caso de no tenerlos puestos, sus pies
terminarían heridos y no podría desplazarse con facilidad. Las sandalias del apresto del evangelio,
es la protección que el Señor nos brinda por la disposición de llevar el mensaje de salvación, a las
almas perdidas.

¿Cómo se obtienen las sandalias del apresto del evangelio?


Con un corazón dispuesto para servir al Señor, predicando la Palabra a todo aquel que la necesite.
Algunos afirman colocarse las sandalias del apresto del evangelio, antes de guerrear, cuando ni
siquiera son capaces de traer un invitado a los servicios de la iglesia, esto es absurdo.
El apóstol Pedro era un hombre dedicado a la evangelización, en su primer mensaje se ganó tres mil
almas y en el segundo se ganó cinco mil. Le pregunto, ¿Será que este hermano era valioso para el
Reino de los Cielos? Claro que sí, imagínese el gozo y la satisfacción del Señor allá en el cielo por
las victorias de Pedro. Resulta que pasó algo inesperado, los sacerdotes le echaron mano y lo
pusieron en la cárcel, esto trajo un disgusto al Señor, porque uno de sus soldados más productivos
estaba encerrado, inmediatamente envió un ángel para que lo sacara de allí.
Entonces levantándose el príncipe de los sacerdotes, y todos los que estaban con él, que es la secta
de los Saduceos, se llenaron de celo; Y echaron mano á los apóstoles, y los pusieron en la cárcel
pública. Más un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo: Id,
y estando en el templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida. Hechos. 5:17-20

El Señor está pendiente, cuida y protege a los ganadores de almas, esto es tener sandalias de
protección.

Otro caso fue el del apóstol Pablo, el cuál llenó toda Asia menor del evangelio. Todo esto no fue
gratis, le tocó sufrir azotes, piedras, persecuciones y atentos de asesinato en muchas ocasiones, en
uno de esos ataques, en la ciudad de Listra, lo dejaron como muerto después de haberlo apedreado
(Hechos. 14: 19). Pablo, después de tantos ataques de muerte, cuando llegó a Corinto, estaba un
poco nervioso y amedrentado, no salía a predicar la palabra públicamente debido al temor. Pero
Dios le habla y le promete protección de su vida con tal que predique el evangelio.
“Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo
estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal porque yo tengo mucho pueblo
en esta ciudad”. Hechos. 18: 9-10
Cuando somos obedientes en predicar el evangelio, el Señor mete su mano y nos protege aún de la
muerte. Eso es tener las sandalias puestas, no simplemente decir: “Me coloco las sandalias del
apresto del evangelio”.

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6. El escudo de la fe.
El escudo es el elemento de protección del soldado, es una lámina gruesa de metal y cuero de un
metro treinta centímetros de largo y cincuenta centímetros de ancho, lo suficientemente grande
como para salvaguardar a una persona de las flechas encendidas que envía el enemigo. El escudo de
la fe, es el escudo protector espiritual del cristiano, que no deja que los dardos de palabras
desalentadoras y destructoras del enemigo, lleguen a hacer mella en su vida.

¿Cómo se obtiene el escudo de la fe?


Leyendo las promesas de protección que hay en la Palabra y creyéndolas firmemente. Es estar
plenamente convencido que: “No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He
aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu
sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de
todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para
siempre”. Salmo 121. 3-8.
“Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no práctica el pecado, pues Aquel que fue
engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca”. 1 Juan. 5:18.

B. El poder del Nombre de Jesús


“Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que
es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para
gloria de Dios Padre.” Filipenses 2:8-11

Primero vamos a precisar cuál fue el nombre que el Padre le dio a su hijo. Unos dicen que fue
“Jesús”, otros que fue el de “Jesucristo” otros dicen que fue el de “Mesías”. Más que un nombre,
fue un título, el de ser “Señor” de la creación, para que toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor. Esto viene siendo la recuperación del cargo que Dios le había dado a Adán en el Edén,
cuando le dijo: “Señoread” (Génesis. 1: 28),
Jesús vino a restaurar todo lo que la humanidad había perdido por causa del pecado. La muerte y
resurrección del Señor, trajo el restablecimiento de la autoridad del hombre, por eso después de
resucitar, Jesús dijo: “Toda autoridad me ha sido dada, tanto en el cielo, como en la tierra”
(Mateo. 19: 18).

¿Por qué el nombre de Jesús tiene tanto poder? Porque él es el Señor de la creación, queriendo decir
con esto que a él se le sujeta todo, la naturaleza y el mundo espiritual. Él les ordena a las plantas y
ellas obedecen, al mar y se sujeta, a los vientos y obedecen. También se le sujetan los demonios.
Los discípulos se asombraban cuando les ordenaban salir a los demonios en su Nombre y ellos
obedecían (Lucas.10:17)

De igual manera, nosotros tenemos la autorización del Señor para utilizar su Nombre para sujetar
todo bajo nuestros pies. Somos embajadores en nombre de Cristo sobre esta tierra. Los demonios
cuando oyen ese nombre, tiemblan, porque Él es el “Jefe” de la creación. Esto es un honor que no lo
tiene todo el mundo, solo nosotros. En una ocasión unos exorcistas ambulantes quisieron invocar el
Nombre de Jesús en contra de un demonio, y el espíritu no se sujetó, antes los agredió, porque ellos
no tenían la licencia para utilizar ese nombre (Hechos. 19: 13-17).

C. El Poder de nuestras palabras


“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no
dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”. Marcos.
11:23

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La herramienta o arma por medio de la cual nuestro Dios manifestaba su poder creador, era a través
de sus palabras, con ella creo los cielos y la tierra. Hebreos 11: 3 dice: “Por la fe entendemos haber
sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no
se veía”.

Jesús también tenía una manera similar de manifestar su poder, Él, a través de sus palabras sanaba a
los enfermos y sacaba a los demonios (Mateo. 8:16). Para nosotros no es diferente, es la misma
manera de manifestar el poder que Dios nos ha delegado, con nuestras palabras podemos ordenar en
el nombre de Jesús a los demonios salir y a la enfermedad que se desprenda; nuestras palabras
tienen poder.
“De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis
en la tierra, será desatado en el cielo” Mateo. 18:18
Las palabras ungidas o con autoridad, son las llaves del Reino de los Cielos, con ellas puedes atar y
desatar lo que desees, y todo lo que tu desates con tus palabras, tiene una resonancia en los cielos,
porque automáticamente se hace también en el mundo espiritual. Tu puedes con tus palabras
deshacer una maldición que te hayan proferido, quitar el conjuro de algo que te hayan tirado en la
puerta de tu casa, puedes desactivar un altar, velas y mil cosas más. Solo con el poder de tus
palabras.

D. El poder de la sangre de Jesús


“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra de su testimonio….”
Apocalipsis 12:11
La sangre de Jesús es santa y es santificante, no todo lo que es santo santifica, pero la sangre del
Señor es santa y santifica todo lo que toca. En el mundo espiritual no hay forma de colocar barreras
a los demonios, ellos penetran y atraviesan todo, por las cualidades espirituales que poseen. Pero
por ser de naturaleza inmunda, si hay una barrera que ellos no pueden penetrar, y es la sangre de
Cristo. La sangre de Cristo es limpia, pura y santísima, es diametralmente opuesta a la naturaleza de
los demonios, ella los quema, los destruye, la sangre es para los demonios como un ácido que
corroe y destruye inmediatamente lo que toca.
En Egipto, la sangre del cordero que fue colocada en los dinteles y los postes de las tiendas de los
judíos, no permitía la entrada al espíritu de la muerte (Éxodo. 12: 22-23). De la misma manera, la
sangre del cordero inmolado no permite que los demonios se acerquen, y si son tocados por ella,
como un ácido los consume.
Cuando nosotros invocamos la sangre de Cristo contra los demonios, ellos son destruidos. Con solo
decir: “La sangre de Cristo tiene poder” con eso basta para que la sangre sea invocada y aplicada a
los demonios. A veces hay luchas espirituales en sueños, contra demonios o contra brujos, si usted
en sueños, les aplica la sangre de Cristo a los brujos o a los demonios diciendo: “La sangre de
Cristo tiene poder”, usted verá literalmente como se destruyen. Aun en sueños es efectiva, pruébelo
y verá, es más, siento por el espíritu que muchos de los que están leyendo estas líneas en este
momento, ya han tenido experiencias de este tipo.

E. Los ángeles del Señor


“Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos
por estrado de tus pies? ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los
que serán herederos de la salvación?” Hebreos. 1: 13-14
Los ángeles del Señor son espíritus que están al servicio de Él, porque es el Señor, y tiene la
libertad de enviarlos a ayudar, a ministrar y a llevar algún mensaje. Esto es algo que lo tenemos
claro, pero a veces pensamos que el ministerio de los ángeles llega hasta allí, pero sucede que ellos
también están bajo nuestra autoridad, si usted necesita de ellos para luchar contra los demonios.
¿Cómo así? Recuerde la enseñanza del capítulo uno, donde explicamos nuestra posición espiritual
de autoridad que ahora tenemos. Nosotros estamos sentados juntamente con Cristo, Él nos ha

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cedido un nivel de autoridad similar al de él, gracias a la autoridad de usar su Nombre. Lo que
tenemos que tener en cuenta es que es lo que está bajo la autoridad de Jesús y punto, si algo se
sujeta a Jesús, en su Nombre se nos sujetará si así lo deseamos.
“Quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades
y potestades” 1Pedro. 3:2. Énfasis añadido.

Los ángeles están a nuestro servicio si lo deseamos, usted puede pedir en el nombre de Jesús,
ángeles guerreros que le guarden en una noche de mucho ataque espiritual, pedir que le ayuden a
sujetar a alguien que está muy rebelde durante una ministración, pedir que azoten a un espíritu y
cosas así. Hágalo, deje la religiosidad o el temor y verá los tremendos resultados.

Para la iglesia de hoyes una revelación que la despierta, descubrir cuán organizado está Satanás y
cuán sistemáticamente está obrando contra nosotros. Mientras a la mayoría de nosotros se nos ha
enseñado que la tarea del creyente es ser un testigo de Jesucristo, e inclusive se nos ha entrenado y
alentado a testificar, al mismo tiempo no se nos ha enseñado que es también tarea de todo creyente
ser un soldado cristiano activo en la batalla espiritual.

¿Cuántos cristianos han sido entrenados ''para derribar fortalezas" (2 Corintios 10:4) o cuántos
saben cómo "resistir al diablo" (Santiago 4:7) o cómo "luchar contra principados, contra potestades,
contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo y contra las huestes espirituales de maldad en
los lugares celestiales" (Efesios 6:12)?
Como soldados cristianos debemos adquirir conocimiento práctico. Cuando estaba en
entrenamiento militar durante la segunda guerra mundial, me enseñaron las armas y las tácticas del
enemigo. También las armas y las tácticas que debería emplear contra el enemigo. El ejército de
Dios está hoy en campaña. Es imperativo aprender hoy, cómo ser buenos soldados cristianos y a
"militar la buena milicia" (1 Timoteo 1:18).

En Efesios 6:11 se nos exhorta a vestir toda la armadura de Dios para permanecer y estar firmes
contra las "asechanzas del diablo". La palabra que se traduce como "asechanzas" es "methodeia"
que significa seguir como método y plan establecidos, el uso de engaños, falsedades, astucias y
malas mañas. Satanás tiene un método, un plan definido, para conquistarnos a cada uno de nosotros,
junto con nuestras familias, nuestra iglesia, nuestra comunidad y nuestra protección y armas para la
guerra ofensiva. Así podremos soportar toda acometida contra nosotros y lanzar un ataque que
derrote al enemigo.

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• EL
DISCERNIMENTO
DE ESPIRITUS

Texto Clave: “Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende”
Job. 33:14

El discernimiento de espíritus, es uno de los dones del Espíritu Santo en la vida del creyente, que le
permite ver, oír, sentir, gustar y oler en el mundo espiritual. El ser humano posee un cuerpo
espiritual, paralelo al cuerpo físico. Con el cuerpo físico se interactúa con el mundo material, pero
con el cuerpo espiritual lo hacemos con el mundo espiritual.
En el cuerpo hay cinco sentidos, el oído, la vista, el olfato, el tacto y el gusto; en el cuerpo espiritual
también existen los mismos cinco sentidos pero a nivel espiritual. Cuando Dios da el don de
discernimiento de espíritu a un creyente, los cinco sentidos espirituales se activan en el mundo
espiritual, a algunos se les avivan todos, a otros solo se les activan algunos. Es posible que alguna
persona tenga el oído espiritual desarrollado, entonces esta va a tener la facultad de oír palabras que
expresan los demonios o los brujos, también puede oír los pasos o estropicios que hacen los
espíritus.

Cuando la vista espiritual se desarrolla, la persona estará facultada para ver los espíritus, las
sombras, los brujos, los altares y los entierros que hacen los brujos. Cuando el tacto se activa, la
persona puede percibir la presencia de espíritus, capta el frío del espíritu de muerto, se eriza cuando
está cerca de un demonio común o se le enciende un dolor de cabeza cuando llega a un lugar
infectado de demonios. Aquellos que tienen el olfato espiritual desarrollado, van a sentir el olor del
tabaco que están fumando, a veces captan los altares sintiendo un olor a vela quemada.

Cada espíritu tiene un olor específico, los espíritus de muertos huelen a carne descompuesta o carne
podrida, José Gregorio huele a flores, el espíritu de muerte huele a agua de fango o de alcantarilla y
así sucesivamente, cuando tenemos el olfato espiritual habilitado, vamos a captar todos esos olores.

Otra cosa importante en aquellos con discernimiento de espíritus, es que tienen sueños constantes
donde ven demonios en lugares determinados, ven brujerías, entierros, ven personas en cajones,
luchan con brujas y con espíritus en sueños. Muchos de ellos tienen este don y no saben que lo
tienen, esta lección le ayudará va a descubrir muchos talentos en usted, solo hay es que pulir lo que
ya se tiene.

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Recomendaciones y consejos
El don de discernimiento es muy bonito y necesario en la iglesia, se debe cuidar mucho de la
vanagloria y la rebeldía, muchas personas con estos dones se revelan contra el Pastor, porque se
creen más que él por el don que tienen.
Todos los dones que tienen las ovejas en una iglesia, están sustentados en la unción del Pastor de
esa iglesia, la unción es la que respalda los dones de las ovejas, te revelas contra él y tu don será
pervertido por Satanás. Si Dios le ha dado esa bendición de tener un don tan preciado como este,
trabaje muy de la mano con su Pastor, sujeto y obediente, contándole todo los sueños y visiones que
el Señor le dé y no a las demás ovejas que no conocen ni saben de esto, si usted no hace así,
entonces se va a convertir en una fuente de murmuración y destrucción en la iglesia, en vez de ser
de bendición.

Al comienzo este don da mucho temor, porque usted ve los demonios y cree que se van a venir
contra usted, ve a los brujos y cree que se van a vengar de usted, pero eso no es así, Dios permite
que usted vea para que los que están orando se guíen simplemente.
Después de unos días, el miedo se le irá quitando y después le quedará gustando.

El discernimiento de espíritus y el don de sabiduría


Muchas personas tienen el don de discernimiento de espíritus, experimentan visiones y sueños
reveladores de cosas ocultas para la razón humana, hasta ahí todo está bien, el problema es que la
mayoría de los que experimentan estas revelaciones no tienen el don de sabiduría, que es el que da
las interpretaciones a dichas visiones. Por eso dice Job 33:14, “pero el hombre no entiende”.

Dios no habla o se comunica por los mismos canales por donde se manifiestan los espíritus. Los
demonios hablan a la mente, un canal que está en la carne (Cuerpo y alma) mientras que nuestro
Dios se comunica o muestra por un canal totalmente diferente, la intuición, un órgano que está en el
espíritu. La intuición no razona como lo hace la mente, ella recibe revelaciones, las cuales son
explicadas de manera espontánea, sin previo análisis. Estás leyendo un pasaje bíblico que has leído
muchas veces, pero ahora recibes una aclaración de lo que quiere decir el pasaje, sin que nadie le dé
una previa explicación, eso es una revelación intuitiva. Estás orando por una persona, de la cual no
sabes nada de su vida, de pronto sin desearlo, sin intención y sin estar pensando en ello, aparece una
visión de algo referente a la vida de esa persona, esto es una revelación de parte de Dios.

Dios habla por figuras o símbolos Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre
vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.
No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y
no por figuras. Números. 12:6-8 (Énfasis añadido)

Nuestro Dios tiene una manera muy particular para hablarnos, a veces esperamos que nos hable por
medio de una voz en forma de trueno, que nos diga algo al oído. Sabemos que en la Palabra el
Señor habló por medio de voz audible en muchas ocasiones, y que extraordinariamente hay
personas en este tiempo que han escuchado su voz, pero no es su forma acostumbrada de
comunicarse en este tiempo, ya que hay muchos espíritus hablando constantemente al oído de la
gente, y esto traería confusión. Es la razón por lo cual Dios utiliza una manera muy distinta y
especial de comunicarse con nosotros, y es por medio de figuras o símbolos, porque son tan
especiales que ni los demonios las pueden interpretar, esto solo se puede hacer por medio de la
ayuda del Espíritu Santo, ayuda que ellos no tienen.

¿Qué es una figura o símbolo? Son elementos que aparecen en los sueños y en las visiones, con un
mensaje claro e implícito en ella. Puede ser una persona, un animal o una cosa, conteniendo todos
los elementos necesarios para comunicar un mensaje. Por ejemplo, podemos analizar la visión que

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tuvo el apóstol Pablo, en la que un varón se le aparece haciéndole señas con las manos para que
fuese a él. Este varón estaba vestido con los atuendos característicos de Macedonia. Esto le hace
entender a Pablo que Dios quería que él fuera a esa región a predicar la Palabra. Hechos 16:9-10.
Aquí la figura es una persona, pero contiene todos los elementos necesarios para comunicar la
intención del mensaje.

Observemos los sueños de Faraón (Génesis. 41:1-7) En el primero y en el segundo predomina el


número siete, que representa siete años, marcados primero por la abundancia y luego por depresión.
La otra cosa que Dios utiliza son los símbolos de las fuentes económicas de aquella época, el
ganado y los sembrados de trigo, dando a entender con esto que la economía de aquella época iba a
estar marcada con siete años de abundancia y seguida de una gran depresión de siete años.

Nabucodonosor también tuvo sueños reveladores, vamos analizar el segundo (Daniel 4:10-16). La
figura central de esta visión es un árbol, elemento que Dios utiliza siempre para mostrar reinos,
naciones o imperios (Ezequiel. 17:1-21), en este caso representando al imperio caldeo. El libro de
Daniel es rico en interpretación de simbolismos, analicemos la interpretación de cada uno de los
elementos aparecidos en este sueño, y su debida interpretación (Daniel. 4: 20-26), léalo con
detenimiento y aumentará la sabiduría en interpretación.
Ni Faraón, ni Nabucodonosor pudieron interpretar los sueños que habían tenido, mucho menos los
brujos que el rey Nabucodonosor mandó a buscar. ¿Saben por qué? porque les faltaba el Espíritu
Santo para poderlo hacer. José le dice a Faraón: “No está en mi, Dios será el que dé respuesta
propicia a Faraón” (Génesis. 41:16). Aclarando que esto de interpretar visiones y sueños no se
hace en la carne, sin el Espíritu Santo es imposible dar la interpretación a los símbolos utilizados
por el Señor para hablarnos. Solamente él, que fue quien las dio, las puede interpretar.

El don de sabiduría
Cada uno de los dones dados por el Espíritu Santo a los creyentes, tiene una aplicación y un oficio
diferente. El don de interpretar lenguas es exclusivamente para esto, sin él, las lenguas no tendrían
sentido. El don de fe, es para realizar milagros y sanidades. De la misma manera, dones como el de
ciencia, profecía y discernimiento de espíritus, necesitan del don de la sabiduría para poder
interpretar las figuras, símbolos y todas las diferentes manifestaciones alegóricas que se presentan a
través de ellos. Sin este don, los dones mencionados no podrían funcionar, porque es su
complemento.
El don de sabiduría no es ajeno a los creyentes, es cuestión de anhelarlo, Pablo dice que procuremos
los dones espirituales (1Corintios. 14:1), que los deseemos y luchemos por ellos. Santiago también
escribe que si se lo pedimos a Dios con fe, él nos otorga sabiduría de lo alto en abundancia y sin
reproche (Santiago 1: 5-6).

Discernimiento de maldiciones
Las maldiciones son malos deseos para alguien. Las maldiciones pueden profesarse por simples
pensamientos, expresados por medio de palabras, conjurados por medio de oraciones y rezos o por
intermedio de un hechizo. Esto generalmente es motivado por un resentimiento, un deseo de
venganza o por una simple envidia. Las maldiciones son variadas y numerosas, giran alrededor de
una mala salud, mala economía, destrucción familiar o desgracia total.

Las maldiciones pueden discernirse a través de sueños y visiones, antes que comiencen su efecto,
nuestro Dios te muestra inmediatamente cuando alguien está profiriendo o deseando un mal contra
ti, es cuestión de estar atentos y analizar muy detenidamente la forma como él lo presenta.

¿En qué se diferencia una brujería, de una simple maldición?

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Porque cuando es una brujería, el Señor muestra además de la maldición, los demonios
involucrados en el asunto, pero cuando es simplemente una maldición, sin respaldo de hechicería, el
Señor muestra solamente el deseo de aquel que quiere destruirte, por medio de un sueño o una
visión.

El ministerio de la liberación pertenece a la iglesia. Debería ir junto con la enseñanza, con la


predicación, y con la sanidad. En la Gran Comisión, según se registra, leemos:
"Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo"
(Mateo 28:18-20).
La expulsión de demonios es una parte vital de lo que Jesús ordenó a sus discípulos. En el relato de
Marcos 16:17 sobre la comisión, él cita a Jesús cuando dice: "Y estas señales seguirán a los que
creen: En mi nombre echarán fuera demonios..."
Hay que notar las formas en plural: "los que creen" y "echarán". Esto sugiere que es un ministerio
de la iglesia y no de los individuos. Hoy el Espíritu Santo está produciendo un ministerio de
liberación en la iglesia porque se ha descuidado por mucho tiempo y la iglesia debe tenerlo a fin de
estar preparada para la segunda venida del Señor Jesús.

La liberación puede tener lugar como parte de un servicio regular de la iglesia. Jesús no se arredró
ni temió echar demonios públicamente en el sitio de adoración y de enseñanza.
“entraron en Capernaúm; y los días de reposo, entrando en la sinagoga enseñaba... Pero había en
la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo que, dio voces... Pero Jesús le reprendió,
diciendo: ¡Cállate y sal de él!" (Marcos 1:21, 23, 25).

El Señor Jesús y los doce no pudieron ministrar personalmente a cada individuo, sin embargo en el
registro de la Biblia queda muy claro que ministró a "todos" los que llegaron a él. En el sermón de
Pedro en la casa de Cornelio se lee: "Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de
Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo,
porque Dios estaba con él" (Hechos 10:38).

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• ¿POR QUE
ENTRAN LOS
DEMONIOS?

Texto Clave: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe”. (1Pedro 5:8-9)

Los demonios son personalidades perversas. Son espíritus malos, son seres espirituales. Son los
enemigos de Dios y del hombre. Sus objetivos Son tentar a los seres humanos, engañar, acusar,
condenar, oprimir, ensuciar, resistir, oponerse, controlar, robar, afligir, matar y destruir.
Los demonios entran por medio de puertas abiertas, si reciben una oportunidad. Deben hallar alguna
abertura. En otras palabras, no se agarra un demonio al andar por la calle, y toparse accidentalmente
con alguno que ande buscando "casa".
La organización del reino de Satanás le capacita para atacar personalmente a cada uno de nosotros.
No hay nadie en la faz de la tierra que escape al acecho de Satanás. El traza un plan para arruinar y
destruir a todos. Es tremendo darse cuenta que usted y yo somos blanco definido de las asechanzas
de Satanás, Pero ¿cómo logra entrar?

1. Entran por el pecado


“Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del
pecado.” (Juan 8:34)
Primero definamos lo que es pecado, porque hay iglesias que permiten que sus miembros
practiquen algunas cosas que según el Pastor no es pecado, pero que a la luz de las Escrituras sí lo
son. También algunos creyentes han creado su propio código ético, para justificar sus malas
acciones.
Toda transgresión de la Palabra es pecado (1Jn. 3:4).
Cuando uno de los mandamientos de las Escrituras es violado, se incurre en terreno peligroso, lo
único que nos mantiene inmune a los ataques del enemigo, es la obediencia estricta a los
mandamientos divinos.
La Palabra es el compendio que contiene las leyes que rigen no solamente a la humanidad, sino
también al mundo espiritual. Satanás no tiene un manual propio para operar en este mundo, él se
rige por la Palabra al igual que los creyentes. Existe la biblia negra, y muchos otros libros de
ocultismo, pero todos están regidos por las Escrituras.
Los creyentes la leen de forma positiva, pero el enemigo la utiliza de forma negativa, de tal modo
que el creyente rompa las leyes divinas y pierda sus muros de protección.
Un ejemplo de esto es Acán, el cual desobedeció una orden divina de no tomar para sí nada del
anatema, producto de la destrucción de Jericó, y lo enterró debajo de su tienda. Esto quitó la
protección divina no solamente de su familia, sino también de todo el campamento de Israel, el cual
experimentó una de las derrotas más humillantes que hubiesen podido tener, por parte de la ciudad
de Hai, un pueblo muy pequeño con relación a Israel (Josué. Cap: 7 y 8).

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Otro ejemplo palpable de desobediencia lo protagonizó el profeta Jonás, al cual Dios le dijo que se
fuera para Nínive y el se fue para Tarsis, esto trajo una tormenta fuerte que casi destruye el barco en
que viajaban. En ambos casos, después que eliminaron al desobediente, la protección divina volvió.

Después que Saúl desobedeció, la presencia del Espíritu Santo se fue de su vida, y luego los
demonios invadieron su ser. Por eso el profeta Samuel afirma que para Dios la desobediencia y la
rebeldía son como el pecado de adivinación y como la hechicería (1 Sam. 15:23-24).
Con todo esto se concluye, que ninguno de nosotros puede violar uno de los mandamientos de la
Palabra, porque quedaremos expuestos a los ataques del reino de las tinieblas. El vivir la Palabra
cierra toda puerta a los demonios.

Uno mismo puede abrir la puerta para que entren los demonios con los pecados de omisión o de
comisión. En Hechos 5 se menciona a una pareja constituida por Ananías y Safira. Vendieron su
propiedad para poder dar todo el producido en beneficio de la Iglesia. Pero se volvieron codiciosos
y decidieron guardar parte del dinero para su propio provecho. A fin de encubrir su acto perpetraron
una mentira. Mas Pedro recibió una palabra sobrenatural de conocimiento sobre lo que habían
hecho. Pedro preguntó a Ananías por qué se había abierto al diablo: "Y dijo Pedro: Ananías, ¿por
qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la
heredad?"(Hechos 5:3).
A causa de su pecado Ananías y Safira abrieron puertas para ser llenos de los espíritus de codicia,
de mentira y de engaño. Lo mismo puede suceder a todo el que peca voluntariamente.

En Gálatas 5 hay una lista de diecisiete "obras de la carne". Incluye los pecados de adulterio,
fornicación, brujería, odio, ira, contienda, envidia, homicidio, borrachera, etc. A través de las
experiencias en liberación se ha encontrado demonios que responden a cada una de estas
designaciones.
Entonces, ¿cuál es la relación entre las obras de la carne y las obras de los demonios? Cuando el
hombre cede a la tentación, peca en la carne. Por medio de ese pecado se abre la puerta para la
invasión del enemigo. Entonces hay un problema compuesto, la carne y el diablo. La solución es
doble: crucificar la carne y expulsar los demonios.

Un ejemplo clásico de puerta abierta por el pecado de omisión es no perdonar. En el caso del siervo
injusto (Mateo 18), fue entregado a los atormentadores porque no quiso perdonar a su consiervo
después que él mismo había sido perdonado por su amo. Dios nos advierte que todos los que hemos
experimentado su perdón y rehusamos perdonar a otros, seremos entregados a los atormentadores.
¿Qué designación más clara se puede encontrar para los espíritus demoníacos, que el nombre
"atormentadores"? La falta de perdón abre la puerta a la tortura del resentimiento, al odio y a otros
espíritus que se relacionan con ellos.

2. Entran por la fornicación


“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más
el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. (1° Corintios 6:18)
Se le llama fornicación a toda práctica de sexo ilícito. Tener sexo sin estar casado, sexo fuera del
matrimonio, unión de parejas del mismo sexo, la prostitución, sexo con animales y la pornografía en
todas sus formas. La fornicación abre puertas a los demonios, porque destruye la santidad.
Cualquier otro pecado está fuera del cuerpo, pero este es contra el propio cuerpo, contaminándolo
totalmente.
El pueblo de Israel estaba en obediencia y en santidad, por esa razón los siete ataques de brujería
que Balac y Baalam le enviaron, no tuvieron efecto (Números. 23:20-23), había un cerco de
protección muy fuerte de parte de Dios, gracias a la santidad que había en ellos. El brujo Baalam se

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dio cuenta que mientras Israel conservara su santidad, era imposible derrotarlos y le dio un consejo
diabólico a Balac si quería ganar la batalla contra Israel: “Hazlos que forniquen y perderán su
protección” (Apocalipsis 2:14), consejo que Balac siguió al pie de la letra, preparó mujeres
atractivas que sedujeran a los israelitas hasta hacerlos caer. El pueblo de Israel fornicó y murieron
en aquel día veinticuatro mil, mortandad que jamás se había visto en todas las batallas que habían
enfrentado (Números. 25:1,9). La mortandad cesó cuando Finees, hijo del sacerdote Eleazar, mató a
la última pareja de fornicarios que quedaba y la maldición cesó (Números. 25:7,8).
Otra de las derrotas descomunales que padeció Israel, fue en el tiempo del sacerdote Elí (1Sam. 4).
Elí permitía que sus dos hijos, Ofní y Finees, sacerdotes también, fornicaran con las mujeres que
llegaban a la casa de Dios. En ese tiempo los filisteos le presentaron batalla a Israel, el pueblo de
Dios fue derrotado y el Arca del pacto fue llevado a tierra filistea. En esa batalla murieron treinta
mil hombres de Israel, Elí, sus dos hijos y su nuera, la cual estaba preñada y antes de morir, el niño
se le salió sin ella darse por entendida (1Samuel. 5:15-20).

La destrucción como castigo por el pecado.


Cuando hay fornicación en los ministros del altar, no hay poder ni autoridad para derrotar al
enemigo, la invasión de espíritus es evidente. Cuando hay fornicación la muerte espiritual llega
lentamente y el niño precioso que se estaba formando en nuestro interior, —Jesús— sale sin que la
persona se de cuenta. La gloria de Dios es traspasada.
Las derrotas y mortandades más estrepitosas que sufrió Israel, no fue porque se enfrentaron con
ejércitos más poderosos que ellos, sino por causa de la fornicación. Mientras estemos en santidad,
no hay espíritus grandes ni pequeños que nos puedan hacer frente.
¡Límpiese de iniquidad, todo aquel que invoca el nombre del Señor!
Amado hermano, es necesario apartarse de toda relación ilícita, para ser un instrumento de
destrucción para el reino de las tinieblas.
Purifíquese, santifíquese, mucha gente lo necesita, el mismo Dios lo necesita. Consérvese puro. Que
cuando se enfrente a un demonio, los espíritus digan: “¿Has venido para destruirme? se quién eres,
el santo de Dios” (Marcos. 1:24).

3. Entran por guardar resentimiento


“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”. (Efesios.
4:26-27)
Resentimiento es guardar el enojo producido por una ofensa, por más de un día, cuando se hace
esto, se le abre puerta al diablo (Efesios. 4:26-27). El resentimiento contamina las emociones. El
corazón es el asentamiento de las emociones; por eso, por encima de toda cosa de valor que
guardamos celosamente, lo que más debemos guardar es el corazón, porque de él depende el estado
de ánimo. En pocas palabras, la vida (Proverbios. 4:23).
Cuando se le da entrada al resentimiento, hay una invasión de una gran cantidad de
contaminaciones espirituales, como la ira, la amargura, la venganza, el rechazo, la tristeza, la
depresión, el no perdón, la decepción, el abandono y hasta el suicidio. Casos se han visto de
personas que han asesinado a otras o en el peor de los casos, se han suicidado por causa de un
resentimiento.
Cuando una persona es herida por alguien, ya sea de hecho o de palabra, debe perdonar a esa
persona para que el resentimiento y sus allegados no invadan el corazón.

¿Cómo se debe perdonar a alguien que nos ha herido?


En ocasiones la persona trata de perdonar pero no puede, ha hecho todos los ejercicios
recomendados pero no tiene éxito en su cometido. Pues lo recomendable es practicar las dos
maneras de perdonar que Cristo nos enseñara en la Palabra; la justificación y el endoso de la
venganza.

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Jesucristo cuando estaba en la cruz, para poder perdonar a todos los que le habían herido, dijo:
“Padre perdónalos porque ellos… No saben lo que hacen” (Lucas. 23:24). Esto es perdonar por
justificación, ese “porque ellos…” son las razones que usted da, para justificar esa mala acción que
realizaron contra su vida. Cuando se es ofendido por alguien, para que el resentimiento no invada el
corazón y pueda perdonar realmente, se debe expresar lo siguiente: “Ella hizo eso contra mi, porque
ella… Nunca estudió, ella nunca recibió cariño” o “Yo lo perdono porque… El es un buen hombre,
solo que cuando se embriaga se descontrola”, etc. Esto es perdonar por justificación.
Dice el apóstol Pedro: “Jesús cuando le maldecían. Él no respondía con maldición, sino que
encomendaba (endosaba) todo al que juzga fielmente, a Dios” (1 Pedro. 2:23). Esto es perdonar por
endoso a Dios.
Todo el que es herido, desea vengarse; perdonar es dejar esa venganza a Dios, que Él dé el pago de
todo lo que esa persona nos hizo a su manera y en el tiempo de él y no en el nuestro. Perdonando de
esta forma, obtendremos paz en nuestro interior y la amargura se apartará de nuestras vidas.

4. Entran cuando se realizan pactos con los demonios


“Sacrificaron a los demonios, y no a Dios; a dioses que no habían conocido, a nuevos dioses
venidos de cerca, que no habían temido vuestros padres”. (Deuteronomio. 32:17)

Los pactos son alianzas o convenios que las personas hacen con los espíritus (santos), en los cuales
se comprometen en algo para que ese espíritu les conceda un favor, ya sea una sanidad, dinero o
conocimiento en el mundo espiritual. Dentro de esos pactos se encuentran las conocidas “mandas”
que en la cultura nuestra, es el compromiso que hace una persona con un mal llamado santo, ya sea
de vestirse cada año con los atuendos del santo, recorrer toda la procesión o de realizar algún
suplicio que denote sacrificio. También dentro de esos pactos están las consagraciones a algún santo
que hacen las familias, por el compromiso de fe y devoción, tanto que a veces les colocan el nombre
del santo a los hijos. Llega un momento en que el espíritu se manifiesta a las personas para reclamar
adoración.

Todo esto trae consecuencias funestas. Existen pactos voluntarios e involuntarios. Los pactos
voluntarios son aquellos en que las personas participan de manera directa y los involuntarios son
aquellos en los que la persona no sabía que todo eso existía, a veces vienen de una o dos
generaciones anteriores.

5. Entran cuando se tiene contacto con lo oculto.


No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique
adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechiceros, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien
consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová, cualquiera que hace estas cosas.
(Deuteronomio. 18:10-12)

En las Escrituras está muy claro el veto a los agoreros, adivinos y hechiceros dentro del pueblo del
Señor, pero también hay condenación para todo aquel que los consulte. A las casas no se pueden
llevar cosas consagradas a los demonios como imágenes, aguas para lavar la casa, aseguranzas,
mejunjes y cosas por el estilo (Deuteronomio. 7:25-26).

Todo aquel que practique ocultismo queda contaminado. La lectura del tabaco, lectura del
horóscopo, prácticas con tabla ouija, lectura de las cartas, de la mano o del café; los baños, riegos,
aseguranzas y bebedizos; La consulta a espiritistas, brujos, médium o el prestar el cuerpo como
materia para que los espíritus bajen. Todo esto hace parte del ocultismo, practicarlo es violar las
leyes divinas y exponerse a que los demonios invadan su ser (Levítico. 20:6).

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6. Entran cuando se adoran muertos.
Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos… han de morir; serán apedreados; su
sangre será sobre ellos. (Levíticos. 20:27)

La adoración a los muertos es una práctica milenaria que realizaban los cananeos, cuando el pueblo
de Israel llegó a esas tierras, lo primero que les advierte el Señor es que nadie se rape por muerto o
que los consulte.

En este tiempo está la adoración a las ánimas los días lunes de cada semana, que no son más que
espíritus de los muertos. También los que veneran muertos, colocando la foto del difunto en un
lugar muy especial de la casa, rodeado de flores o de lamparitas. Otros visitan las tumbas para
hablar con los muertos o pedirles favores. En fin, todo esto hace parte de los ritos a los difuntos, lo
cual trae contaminaciones espirituales.

7. Entran cuando envían hechicerías.


Las brujerías son diseñadas de tal manera que puedan perturbar las vidas de las personas, algunos
no creen que la brujería exista o que les pueda afectar, pero de todos modos se ven las
consecuencias de ella.

Cuando una hechicería está haciendo efecto en alguien, se presentan algunos síntomas en la parte
física y en la parte cognoscitiva (esto lo trataremos más adelante), es cuestión de revisar y si hay
alguna influencia, con una liberación se arregla todo.

A veces observamos que nuestra vida económica no avanza por más que luchamos, también es
posible que esté atravesando problemas incomprensibles de salud o su hogar esté pasando por una
crisis que no entendemos. Todas estas cosas son trabajadas por medio de conjuros y hechizos.

8. Entran cuando no tenemos una voluntad fuerte.


“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe”. (1 Pedro. 5:8-9)

La voluntad es la válvula de entrada a nuestro ser, por medio de ella rechazamos o dejamos seguir a
nuestro interior las influencias espirituales. Una voluntad fuerte es un obstáculo muy difícil de
sobrepasar para todo aquel que quiera dominar nuestro ser. Los que practican la hipnosis como
método terapéutico, enseñan que para poder tomar el dominio mental de alguien, es necesario que la
persona coloque la mente en blanco, aflojando su voluntad; luego cuando la persona deja de ejercer
su voluntad, toman control de todas sus facultades. De igual forma son los demonios, ellos
comienzan dando sugerencias a nuestros pensamientos, si esas ideas no son rechazadas con firmeza,
los demonios terminan haciendo todo lo que quieren con nosotros. Así inducen al suicidio, al
homicidio, a la fornicación y demás.

9. Entran cuando se proclama su ataque


“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no
dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”.
(Marcos. 11:23)

Todo cristiano tiene en su interior el Espíritu del Dios creador del cielo y de la tierra, de aquel que
con solo decir: “Sea la luz” la luz se hacía, de aquel que le dijo a la higuera: “Sécate” y la higuera se
secó. Debido a esto, las palabras que salen de la boca del creyente tienen un valor profético
impresionante; Jesús dice: “todo lo que digamos con fe sucederá” (Marcos. 11:23).

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Cuando usted dice: “Me echaron brujería”, “se me metió un demonio”, “estoy enfermo porque al
lado vive una bruja”, usted está profetizando lo que viene, por medio de esas afirmaciones, se está
declarando la palabra por fe. Eso que se estamos afirmando, sucederá. ¿Por qué? Porque fe es la
certeza de lo que se espera y si usted espera eso, entonces eso le vendrá.

10. Entran por el temor.


“Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía”. (Job. 3:25)
El miedo se define como la exaltación del poder destructor del enemigo y la ausencia de la
presencia y poder de Dios. Todo aquel que tiene miedo está seguro de la presencia del enemigo,
convencido que le hará daño.

El que teme está convencido que Dios no lo puede defender, que no hay escudos de defensa en su
vida que lo puedan proteger. Recuerde que fe es la convicción de lo que no se ve, si la persona está
convencida de todas esas cosas, así será. Moisés por fe se le enfrentó al enemigo sin temer a su
poder ni a su ira, porque se sostenía como viendo al invisible (Hebreos. 11:27). Cuando se cree que
ese Dios invisible es real, que esos ángeles que no se ven, son reales y están a su alrededor y lo
defienden, entonces el miedo y el enemigo se irán de inmediato.

11. Los demonios entran por el afán y la ansiedad.


“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los
gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas
estas cosas”. (Mateo. 6:31-32)

El afán, la agonía, el estrés y el desespero, son los síntomas de las personas que confían en lo
material, en los hombres y en sí mismos, pero no en Dios. Todo aquel que se afana le abre puertas
al enemigo, causándole un sin número de enfermedades. Le cae insomnio, los nervios se le alteran,
la presión arterial se le descontrola, la azúcar se le sube, etc. Pablo dice que aquel que descansa en
el Señor, colocando todos sus problemas en sus manos, tiene una paz inmensa. (Filipenses. 4:6,7)

Los demonios son personalidades perversas. Son espíritus malos, son seres espirituales. Son los
enemigos de Dios y del hombre. Sus objetivos Son tentar a los seres humanos, engañar, acusar,
condenar, oprimir, ensuciar, resistir, oponerse, controlar, robar, afligir, matar y destruir. Los
demonios entran por medio de puertas abiertas, si reciben una oportunidad. Deben hallar alguna
abertura. En otras palabras, no se choca un demonio al andar por la calle, y toparse accidentalmente
con alguno que ande buscando "casa".

La organización del reino de Satanás le capacita para atacar personalmente a cada uno de nosotros.
No hay nadie en la faz de la tierra que escape al acecho de Satanás. El traza un plan para arruinar y
destruir a todos. Es tremendo darse cuenta que usted y yo somos blanco definido de las asechanzas
de Satanás. Pero en el creyente vive el Espíritu Santo de Dios que es superior a todo demonio.

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• PASOS PARA
MINISTRAR
LIBERACION

Texto Clave: Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas… Marcos 16:17

1. Honradez
Se debe ser honesto consigo mismo y con Dios si se espera recibir la bendición de Dios de la
liberación. La falta de honestidad mantiene áreas de la vida en tinieblas. Los espíritus demoníacos
medran en tales tinieblas, pero la honradez ayuda a sacarlos a la luz. Todo pecado que no se
confiese o del cual no haya habido arrepentimiento, otorga
al demonio un "derecho legal" para quedarse. Pídale a Dios que le ayude a verse a sí mismo como él
lo ve y a traer a la luz cualquier cosa que no sea del Señor. "Mi pecado te declaré, y no encubrí mi
iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado"
(Salmo 32:5).
"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en
mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno" (Salmo 139: 23-24).

2. Humildad
Esto implica reconocer que uno debe depender de Dios y de su provisión para la liberación.
" ... Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al
diablo, y huirá de vosotros" (Santiago 4:6b-7).
Esto también implica una apertura completa con los siervos de Dios que ministran la liberación.
"Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados ..."
(Santiago 5: l6a).

3. Arrepentimiento
El arrepentimiento es un regreso decidido a apartarse del pecado y de Satanás. Es indispensable
aborrecer todo mal de la vida y dejar de estar de acuerdo con el mal.
"¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? (Amós 3:3).
Se debe aborrecer el pecado.
"Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y
os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos vuestros pecados que cometisteis" (Ezequiel
20:43).
La liberación no se debe usar simplemente como alivio de los problemas, sino para ser más como
Jesús, por medio de la obediencia en todo lo que Dios requiere.

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Arrepentimiento es dejar todo aquello que estorba el crecimiento espiritual, el ministerio y el
compañerismo. El arrepentimiento necesita una confesión sincera de todos los pecados. Esto quita
cualquier derecho a los espíritus demoníacos.

4. Renunciación
La renunciación es dejar el mal. La renunciación es la acción que resulta del arrepentimiento.
"Al ver él (Juan el Bautista) que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les
decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento" (Mateo 3:7-8).
Producir frutos de arrepentimiento implica más que palabras. Es una demostración del
arrepentimiento, es la prueba que ya se dejaron esos pecados. Por ejemplo, si alguien se arrepiente
de la lujuria y de la concupiscencia, es necesario que destruya todo material pornográfico. Si
alguien se ha arrepentido de un error religioso es necesario que renuncie completa y totalmente
mediante destruir toda la literatura y todas las cosas asociadas con tal error.
"Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo
muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos;
y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata" (Hechos 19:18-19).
Renunciar significa una completa ruptura con Satanás y con todas sus obras.

5. Perdón
Dios perdona libremente a todos los que confiesan sus pecados y piden perdón por medio de su Hijo
(ver 1 Juan 1:9). El espera que perdonemos a quienes nos hayan herido en cualquier forma.
"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre
Celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco VUC1\\fO Padre os perdonará
vuestras ofensas" (Mateo 6: 14-15).
La voluntad de perdonar es absolutamente esencial para la liberación (ver Mateo 18:21-35). Ningún
ministro que haga liberación puede efectuarla a menos que el candidato haya cumplido las
condiciones de Dios.

6. Oración
Pídale a Dios que le libere y que lo mantenga libre en el nombre de Jesús.
"Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo... (Y todo aquel que invocare el nombre
del Señor será liberado)" (Joel 2:32a).

7. Guerra
La oración y la batalla son dos actividades separadas y distintas. La oración es hacia Dios y la
guerra es hacia el enemigo. Nuestra batalla contra las potestades demoníacas no es carnal, sino
espiritual (ver Efesios 6:12; 2 Corintios 10:3-5). Es indispensable usar como armas la sumisión a
Dios, la sangre del Señor Jesús, la palabra de Dios, y el propio testimonio como creyente (véase
Santiago 4:7; Apocalipsis 12:11; Efesios 6:17).
Identifique los espíritus, diríjase a ellos directamente por su nombre, y con voz de mando y en fe,
ordéneles salir en el nombre de Jesús. Entre en batalla con decisión y seguridad de victoria. Cristo
no puede fallar. El es el líbertador. "Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre
echarán fuera demonios ..." (Marcos 16: 17a).
"He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones. y sobre toda fuerza del enemigo, y
nada os dañará"(Lucas 10:19).
"Jehová, roca mía y castillo mío. y mi libertador..." (Salmo 18:2a).

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GUIA PRÁCTICA PARA MINISTRAR LIBERACION
1. Determina si la Persona está teniendo una Manifestación Demoniaca y ata a los Espíritus
Malignos

Existen 3 tipos de manifestaciones demoniacas:

 El Oprimido
El demonio no está adentro todavía, pero está ejerciendo una presión externa fuerte para
poder entrar. Ejemplo: El demonio oprime con pensamientos de temor, entonces la persona
permite que el temor controle su vida (fuera del cuerpo).

 El Atormentado
La persona ha abierto la puerta, y el demonio está trabajando desde adentro. El demonio ha
tomado por lo menos un área de la vida de la persona, está bajo influencia satánica (dentro
del cuerpo, operando en el área del alma – mente, voluntad y emociones).

 El Poseído o Endemoniado
Ha perdido completo control de sus vida – cuerpo, alma y espíritu. El demonio entra a
través de la mente (la cual él obstruye) luego toma control del cuerpo.
Finalmente, el demonio apaga el espíritu (dentro del cuerpo, operando en las áreas del alma
y el espíritu. (Un Cristiano no puede ser poseído).

Señales de Manifestaciones Demoniacas


• Movimientos repentinos
• Pérdida de control de sus movimientos • Cambios en la voz
• Conocimiento sobrenatural • Opresión/presión en el pecho, cabeza u otras
• Risa nerviosa y sarcástica partes del cuerpo
• Fuerza sobrehumana • Obstrucción en la garganta
• Una mirada vidriosa o distante • Manifestaciones obvias – sisear, arrastrase
• Cara desfigurada como una víbora
• Mirada hostil/dificultad para abrir los ojos o
para verle a los ojos

Otros ejemplos que pueden ser una manifestación o que indiquen la necesidad de liberación:
• Gritar fuera de control
• Temblor excesivo del cuerpo entero
• Llanto incontrolable con dolor
• Caerse al piso como desmayándose (verificar si te pueden escuchar)

Ejerce Autoridad en el Nombre de Jesús y Ate a los Espíritus Malignos para que no se
Manifiesten
Dile: “Te tienes que someter en el nombre de Jesús” cubre todas las áreas, no solamente las
espirituales. Lucas 10:17.

Que NO HACER
• No permitas que los demonios hablen.
• No grite.
• No empieces a reprender y a echar fuera demonios cada vez que hay una manifestación física;
simplemente átalos para que no se manifiesten. La Biblia no nos dice que los incitemos.
• Si es posible, no ministres liberación en público ya que avergüenza a la persona.

95
Los demonios quieren atención y están más propensos a manifestarse en público.

Si un equipo está ministrando, sólo una persona debe tomar autoridad. El grupo puede servir como
apoyo en oración.
Una vez que el espíritu está atado, dile: “En el nombre de Jesús, no puedes dañar a nadie”.
Solamente utiliza fuerza física como último recurso si los demonios están causando que la persona
te haga daño físico a ti o a alguien más y no se somete a lo que le ordenas.

2. Si Están Inconscientes, Haz que Vuelvan a Estar Conscientes


Di el nombre de la persona si lo conoces: “En el nombre de Jesús, tome control sobre su mente y
cuerpo, vuelva en sí ahora, y abra sus ojos”. Ordena a los demonios que dejen a la persona volver a
estar consciente.
• Cuando la persona está retraída, usualmente siente temor. Dile que Jesús lo ama hazle sentir
seguro y amado. 1 Juan 4:18, “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el
temor”.
• Si no puede volver a estar consciente, dile que digan en su mente: “Dios ayúdame” o “Jesús”.
• Jeremías 33:3 "Clama a mí, y yo te responderé".

Queremos hablar con la persona – no queremos empezar a enfrentarnos a los demonios


inmediatamente. Estamos buscando la razón (terreno o derechos legales) por qué esos demonios
tienen permiso para estar atormentando a la persona.
En amor y con amabilidad, diles que tienen un problema espiritual. No digas nada que los ofenda o
los haga enojar (por ejemplo: “Está endemoniado”).

3. Pregunta a la Persona Si Desea Ser Libre


Empieza aquí si no hay ninguna manifestación demoniaca o vinieron a ti por ministración.
Ninguna liberación es posible a menos que la persona conscientemente diga: “¡Sí, deseo ser libre!”
Si la respuesta es negativa, ora por ellos y déjalos ir. No podemos forzar a nadie a que sea libre.
Dios trata con nosotros de manera personal y no viola nuestra voluntad.
• Romanos 14:12

De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo.

4. Presenta el Plan de Salvación Si No Son Salvos


Para determinar si son o no salvos, puedes preguntar: “si murieras esta noche, ¿estás seguro que irás
al cielo?” Si responden que sí, pregunte: “¿Por qué Dios te va a dejar entrar?” Puedes determinar si
son salvos por la manera en que respondan.
No hay ninguna salvación o liberación sin Cristo, Juan 8:36.
Algunas personas que realizan liberaciones tienen una tendencia de echar fuera demonios primero
para que Cristo entre. Yo personalmente creo que es al revés.
Nadie puede luchar contra un reino sin primero decidir no pertenecer a él nunca más.
Podemos echar fuera algunos de los demonios; sin embargo, debido a que la liberación es parte de
la salvación, deben de ser transferidos fuera del reino de las tinieblas al recibir a Cristo. Primero
atamos a los demonios para que la persona pueda recibir la salvación; luego proseguimos con los
pasos de liberación.
Los cristianos que expresan un deseo de ser libres pero no quieren arrepentirse y abandonar sus
prácticas pecaminosas usualmente no pueden recibir liberación hasta que estén dispuestos a hacer
esa decisión.

96
5. Descubre las Áreas Donde al Enemigo Se le han dado Derechos Legales Como
Consecuencia del Pecado, Falta de Perdón, Ocultismo y Temor.
Primero ora y mantente absolutamente dependiente del Señor para que guíe el tiempo de
ministración y revele las cosas que Él quiere tratar en ese tiempo.
• 1 Corintios 4:5 “Por tanto, no juzguéis antes de tiempo, sino esperad hasta que el Señor venga, el
cual sacará a la luz las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios
de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de parte de Dios”.

Liberación ~ Sanidad Interior es la consecuencia de un corazón abierto y dispuesto.


Si la persona decide esconder algo, la liberación-sanidad interior va a estar incompleta.
Lucas 6:45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre
malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca”.

Investiga entre las tres áreas para descubrir cuándo y cómo el enemigo obtuvo terreno legal: cuerpo:
(ejemplos: aborto, contacto sexual fuera del matrimonio), alma (ejemplos: falta de perdón, eventos
traumáticos, mentiras, votos, maldiciones), y reino espiritual (ejemplos: ocultismo, falsas religiones,
idolatría).
Encuentra cuáles son las heridas, esclavitudes o fortalezas que hay en su vida haciéndole preguntas
y permitiéndole que hablen. (Mateo 12:34). Por ejemplo:
¿Cómo era su relación con su padre? No lo juzgues o que se sienta a la defensiva:
Por ejemplo, no digas: “¿A quién odias o no has podido perdonar?” En lugar de esto diga: “¿Le ha
lastimado alguien?”

6. Arrepiéntase, Perdone, Renuncie y Trate con Aquello que Causó la Opresión, Herida,
Esclavitud o Fortaleza
Esto cancela los derechos legales del enemigo y permite la liberación, que resulta en sanidad del
corazón. Invita a la persona a repetir (o decir) una oración de liberación apropiada en el nombre de
Jesús, perdonando y renunciando a cada situación específica que ha sido revelada como una de las
causas.
• Tito 2:12 “Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en
este siglo sobria, justa y piadosamente”.
• Hechos 19:18 “También muchos de los que habían creído continuaban viniendo, confesando y
declarando las cosas que practicaban”. (Algunas traducciones dicen, “renunciando”)

Los demonios no son omniscientes; ellos no pueden leer nuestras mentes. Por lo tanto cuando se
renuncia y perdona debe hacerse con voz audible para que los demonios puedan escuchar la
decisión de la persona.
Utiliza las “Oraciones de Liberación” como se vayan aplicando a cada evento revelado por el
Espíritu Santo.
Si otra persona fue la causa, ellos necesitan establecer la situación específica y la ofensa que están
perdonando. Después ellos deben de bendecir a la persona que causó el problema.
Ellos deben de renunciar a emociones causadas por la ofensa y a las cuales se sometieron.

Si es una mentira, maldición, o voto, que renuncien a lo que fue dicho o creído. Ej:

“Yo renuncio a la mentira de que Dios es como mi padre”; “Quiero morir”; Nunca ________”.
Que renuncie a cada acto, ritual, voto, dedicación específica que tuvo que ver con el ocultismo,
falsas religiones, etc.
Las ataduras del alma que fueron el resultado del contacto sexual necesitan ser rotas y se requiere
renunciar a toda autoridad que le fue dada a esa persona.

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7. En el Nombre de Jesús, Rompe los Yugos
Rompe todos los yugos. A medida que la persona vaya recordando, perdonando y renunciando
(ejemplos: rechazo, temor, esclavitud espiritual), nosotros como ministros del Evangelio tenemos
que romper todos los yugos inmediatamente.
Cuando han renunciado a ellos, nosotros rompemos con los yugos de lo que fue renunciado.
• Isaías 58:6 “¿No es éste el ayuno que yo escogí: desatar las ligaduras de impiedad, soltar las
coyundas del yugo, dejar ir libres a los oprimidos, y romper todo yugo?”

8. En el Nombre de Jesús, Echa Fuera a los Espíritus Malignos


Cuando creas que nada queda en ellos, entonces echa fuera a los espíritus malignos (demonios).
En el nombre de Jesús, echa fuera a los espíritus malignos que están ahí debido a los derechos
legales (los cuales están ahora cancelados).
Si echas fuera a los espíritus malignos y se empiezan a manifestar, sólo se están resistiendo. Sin
embargo, si después de varios intentos continúan manifestándose, para y ata al espíritu de nuevo, y
continúa investigando. Pídele que renuncie, luego rompe todos los yugos y echa fuera a los espíritus
malignos.
Si se manifiestan de nuevo, continúa orando e investigando. Esto es liberación.
Los demonios tienen que irse en el nombre de Jesús. Si no se van, es porque hemos omitido algo, y
el demonio tiene todavía algún derecho para estar ahí. Nunca será por el hecho de que a Jesús te
falte poder (Fil 2:9-11).

9. Haz que la Persona de Gracias a Dios, Luego Confirma la Liberación


Después de que hayas terminado orando y echado fuera a los demonios, invita a la persona a que
agradezca a Dios por su liberación. Guíalo a que declare que toda la gloria, el honor, el poder
pertenecen a Dios. (Apoc. 7:12).
Guía a la persona a que ore por la llenura del Espíritu Santo.
• No sólo oramos para que las personas sean ungidas. Los guiamos a que ellos mismos oren. (Mat.
12:43-45). Ejemplo: “Señor, te doy gracias porque me has libertado. Ahora pido y recibo tu amor,
unción, presencia y poder”.
• Invítalos a que alaben a Dios. Si es difícil para ellos glorificar a Dios libremente, puede ser una
señal de que no todos los espíritus malignos se han ido todavía. Un demonio no puede soportar el
hecho de que una persona esté tratando de glorificar a Dios, y aún puede empezar a manifestarse.
Somete al espíritu maligno de nuevo (Paso 2), y regresa al Paso 6.

Finalmente, la persona que está a cargo debe de verificar la liberación orando por ellos e
imponiendo sus manos. Viéndoles a los ojos, ordene a cualquier espíritu maligno que se vaya. Si la
persona tiene una manifestación, someta al espíritu. Si es necesario, regresa al Paso 6 y repita el
proceso. Si no hay manifestación, continúe orando por la llenura del Espíritu Santo y cualquier otra
cosa que le sea dada para que ore sobre ellos. Esta sesión de liberación está ahora completada.

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• UNA VIDA
CRISTIANA FUERTE
Y MADURA

Texto Clave: “y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible hasta la
venida de Nuestro Señor Jesucristo.” 1 Tesalonicenses 5.23

La esencia de la vida cristiana es el seguimiento de la persona de Jesucristo, a quien reconocemos


como Señor y Salvador. Una de las principales demandas que el Señor hizo a sus discípulos fue: "Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a si mismo, y tome su cruz y sígame" (Marcos 8:34).

La Biblia emplea varias figuras para representar el seguimiento del Señor. Entre las más conocidas,
que describen el vivir para Dios, tenemos: una carrera, una batalla, un camino, una milicia. Estas
imágenes nos aclaran las áreas de lucha, a las cuales se enfrenta el cristiano permanentemente. Estas
son: el mundo, el diablo y la carne. De la correcta comprensión de la lucha espiritual, dependerá la
vida de victoria en nuestra experiencia cristiana.

1. La guerra contra los apetitos de la carne.


La lucha contra nuestra propia naturaleza pecaminosa es muy evidente. Jesús dijo: "porque ¿cómo
puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y
entonces podrá saquear su casa" (Mateo 12:29). Este pasaje no sólo se aplica al diablo, sino
también al pecado, que también es un "hombre fuerte" en nosotros. El propio apóstol Pablo expresa
este conflicto interior en términos dramáticos. Nos dice: Yo sé que nada bueno habita en mí, es
decir, en mi naturaleza pecaminosa. Porque tengo el deseo de hacer lo bueno, pero no soy capaz de
hacerlo. Pues lo que hago no es el bien que quiero hacer sino el mal que no quiero hacer. Ahora
bien, si hago lo que no quiero hacer, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí.
Así que encuentro que obra esta ley: Cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal. Porque en
lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley que obra en los miembros de mi
cuerpo, haciendo la guerra contra la ley de mi mente y llevándome prisionero de la ley del pecado
que obra dentro de mis miembros. (Romanos 7:18-23 NVI).

La naturaleza carnal acompañará al creyente todos los días de su vida. Sin embargo, muchas veces
nos preguntamos, ¿por qué Dios permite esta situación tan incómoda? La respuesta es para que en
ningún momento pensemos que por nuestras fuerzas somos capaces de salvarnos. Por eso tenemos
un Salvador que nos ayuda. Con el mismo dramatismo, el apóstol exclama su angustiosa situación
acompañada de una maravillosa exclamación de alivio. El dice: "¡Qué hombre tan miserable soy!
¿Quién me rescatará de este cuerpo de muerte? ¡Gracias a Dios, por medio de Jesucristo nuestro
Señor! (Romanos 7:24-25. NVI).

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Nuestra relación con Jesucristo, a través del Espíritu Santo, nos impartirá la victoria sobre nuestros
apetitos carnales. Los deseos de la carne son el campo a través del cual Satanás pretende controlar
la mente, por medio de los instintos básicos del cuerpo: sed, sueño, hambre, reproducción y
autodefensa.

La Biblia nos exhorta a guardar nuestro cuerpo, porque somos templo del Espíritu Santo (1
Corintios 6:19-20). Dios demanda y exige santidad de los suyos. El cuerpo es para Cristo y Cristo
para el cuerpo. Pablo es categórico al decir: Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el
hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca (1
Corintios 6:18).
Aún añade:
No se engañen: nadie puede burlarse de Dios. El hombre cosecha lo que siembra. El que siembra
para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que
siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna (Gálatas 6:7-8 NVI).

La clave está en la santidad de vida. La pregunta es: ¿cómo santificar nuestras vidas? Siendo
templos limpios del Espíritu Santo (1ª Corintios 6:19-20).

El proceso de santificación está enfocado hacia dos aspectos:


(1) Despojarse del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos (patrones de
conducta falsos) renovándose en el espíritu de la mente.
(2) Vestirse del nuevo hombre, (Cristo) creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad
(Efesios 4:22-24). Esto se logra, básicamente por la comunión con Dios a través de la oración y en
la lectura devocional de su Palabra.

Desde la óptica divina, la santidad cristiana tiene dos aspectos: Es perfecta e instantánea. Es decir,
relativa a nuestra posición “en Cristo” y A la vez es práctica y progresiva.
El primer aspecto se refiere a nuestra posición espiritual en el Señor. Los méritos de su sacrificio
satisfacen plenamente la demanda de justicia exigida por Dios. Hebreos lo declara en términos
absolutos. Dice: Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que va
santificando. También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Primero dice: Este es el pacto
que haré con ellos... añade: y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades. Y donde se han
perdonado éstos, ya no hay ningún sacrificio por el pecado (Hebreos 10:14-18 NVI).

El segundo aspecto de la santidad es práctica y progresiva en cuanto al conocimiento que tenemos


de Dios. Pablo enseña que "debemos considerarnos muertos al pecado, pero vivos para Dios en
Cristo” (Romanos 6:11). Es decir, la muerte del creyente al pecado es una realidad en lo que se
refiere a su posición en Cristo; pero, debe serlo también en la práctica. El apóstol añade: "Por lo
tanto, no permitan que el pecado reine en su cuerpo mortal, para que no obedezcan a sus malos
deseos" (Romanos 6:12 NVI). En otras palabras, la justificación divina es nuestra garantía del
perdón de nuestros pecados. Pero, será nuestro deber buscar y mantener la santificación personal.
La obra de Cristo, en nosotros, se perfecciona a través de la consagración del creyente a Dios como
respuesta a su plan redentor. ¡Si descuidamos nuestra vida espiritual, podemos caer de la gracia y
así quedamos con una atadura!. Esto explica la razón de porqué hombres de Dios, que han
experimentado el amor divino, al caer de la gracia, les cuesta levantarse (Gálatas 5:4). Esto es
debido a las ataduras del pecado. Una atadura insensibiliza al creyente y como consecuencia, le
resulta difícil alcanzar nuevamente la gracia para el arrepentimiento.

2. La guerra de la mente.
Quizás la guerra más permanente a la que nos vemos enfrentados guarda relación con nuestros
pensamientos. El Señor se queja, a través del profeta Isaías y dice:

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"Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos... porque mis pensamientos no son
vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos" (Isaías 55:7-8).
Nuestra manera de pensar, debe estar sujeta a los pensamientos de Dios. Esto forma parte del plan
divino. Jesucristo, como Señor, demanda tener el primer lugar en nuestros pensamientos. "Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y
grande mandamiento" (Mateo 22:37-38). Sabemos que, por su naturaleza caída, la mente es hostil y
rebelde.

Pablo afirma que: "La mentalidad pecadora es enemiga de Dios: no se somete a la ley de Dios, ni
puede hacerlo" (Romanos 8:7 NVI). Esto significa que el enemigo pone pensamientos que no
podrán ser controlados, solo con la fuerza de voluntad. En relación a esto, los espíritus que más
operan, en estos tiempos modernos, son los espíritus de error y los de rebelión (1Timoteo 4:1). Una
de las tácticas principales de que se vale el maligno es el engaño. Este opera en tres niveles
diferentes.

a. El primer nivel está dirigido al incrédulo, a quien Satanás mantiene ciego a la realidad del
evangelio. Para eso emplea los medios de comunicación masiva. Por ejemplo, en las seriales de
televisión, con mucha frecuencia se imparten modelos de los ritos ocultos. Vemos con frecuencia
gente agorera, astrólogos, y toda clase de mensajes ocultistas. El movimiento de la "Nueva Era"
surgió en la década de los años 80 para hacer efectivas estas ideas engañosas, ofreciendo un disfraz
de "religión" diseñado al gusto de las personas.

Este tipo de espíritus que operan a través de los medios de comunicación, atan las mentes y los
pensamientos para no ver la verdad completa. El mismo apóstol Pablo, hablando sobre las
influencias espirituales a que está sometido el mundo, declara: "Aún si nuestro evangelio está
encubierto, lo está para los que se pierden. El dios de este mundo ha cegado la mente de los
incrédulos, para que no vean la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es imagen de Dios"
(2 Corintios 4:3-4 NVI).

b. El segundo nivel de engaño está dirigido al creyente carnal. Alguien que frecuenta las
cosas del Señor, pero su estilo de vida, aún sigue dominado por el viejo hombre. El engaño del
diablo le hace creer ideas como: "Tú nunca podrás triunfar, ni ser tan espiritual como ese hermano",
o "Eso es sólo para gente especial". El diablo busca entrar a través de nuestros pensamientos por las
cosas que vemos. Es el medio que emplea para influenciar nuestras mentes con sus modelos.

La inundación de la "basura" del ocultismo es tan fuerte que, a veces no alcanzamos a reaccionar.
Vemos con frecuencia mensajes subliminales en la televisión, enviados a nuestro inconsciente. Esto
apunta a la destrucción de los valores espirituales y morales. Esta avalancha de poderes ocultos está
dirigida especialmente al mundo infantil. Los programas de televisión acentúan la invocación de
espíritus y la comunicación con ellos. Ciertos juguetes de entretención representan demonios.
Revistas y álbumes de colección enseñan la iniciación a la magia y a la astrología. Se enseña el uso
de dados mágicos, conjuros de amor, lectura de las manos y toda suerte de actividad ocultista. El
propósito es hacer creer a los niños que participar del mundo de los espíritus es algo natural y
bueno.
Los demonios no tienen autoridad para hacer su obra nefasta, a menos que encuentren "puertas
abiertas" en la mente del creyente. Se dice que la mente es el "taller del diablo". Todo elemento de
cooperación, al aceptar ideas engañosas, producirá efectos devastadores en la vida espiritual. Al
llegar a este punto, la destrucción es inevitable e ineludible. Los conflictos espirituales son el
resultado final de situaciones no resueltas que se almacenan por largo tiempo. Las constantes
divisiones del Cuerpo de Cristo son la evidencia más lamentable de la acción de las tinieblas. La
lucha contra la mente carnal es diaria.

101
La Biblia nos enseña que debemos mantener nuestra mente limpia, sin guardar conflictos para el día
siguiente. La exhortación bíblica nos dice: "Cuando se enojan, no pequen. No permitan que el sol se
ponga estando aún enojados, y no den cabida al diablo" (Efesios 4:26-27 NVI). Además, se nos
anima a no tener parte "con las obras infructuosas de las tinieblas" sino mas bien estas deben ser
expuestas a la luz (Efesios 5:11).

c. El tercer nivel de engaño, está dirigido a los creyentes maduros. El deseo del maligno es
engañar, "si fuere posible, aún a los escogidos" (Mateo 24:24). La forma de hacerlo es con mucha
sutileza. El enemigo trata de sorprenderlos cuando están descuidados y vencerlos en el ámbito
espiritual, para que no sean eficaces sus esfuerzos. Los "dardos de fuego del maligno" (Efesios
6:16) van dirigidos a la mente del creyente. Como la mente es el centro neurálgico de la propia
guerra espiritual, el diablo conoce la importancia de ella en el hombre. Aquí edifica Satanás sus
"fortalezas", introduce sus "argumentos", toda "altivez", y todo "pensamiento" contrario a Dios (2
Corintios 10:4-5). A través de la mente implanta temores, inseguridades, envidias, celos, y así
puede controlar la vida de un creyente descuidado.

La exhortación bíblica es a permanecer vigilantes (Mateo 26:41). El arma espiritual contra los
"dardos de fuego del maligno" es el "escudo de la fe".

En el armamento romano, el escudo cubría el cuerpo entero. Esto indica que debemos aprender a
guardar nuestra mente bajo la completa seguridad de la sangre de Cristo, por donde ningún dardo
enemigo puede penetrar.

En la vida cristiana, nuestro espíritu es el nexo en nuestra relación con Dios, y con el mundo
espiritual (Juan 4:24; Efesios 6:12). Como el espíritu representa la parte más elevada del hombre,
esta se relaciona con su carácter. Aquello que domina su espíritu se convierte en un atributo de su
carácter.

Por ejemplo, si permite que el orgullo lo domine, se dice que tiene un espíritu altivo (Proverbios
16:18). Del mismo modo, el espíritu del creyente es habitado por el Espíritu Santo (Romanos 8:16),
llegando a ser el centro de la conciencia y de la adoración a Dios (Juan 4:23-24). Nuestro espíritu u
hombre interior posee reglas para su uso y gobierno.

A continuación presentamos unos pasajes bíblicos que hablan acerca del carácter y el ejercicio de la
voluntad: “Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse” (Prov. 25:28
NVI). “El espíritu humano es la lámpara del Señor, pues escudriña lo más recóndito del ser” (Prov.
20:27 NVI). “¿Cuánto se ha apagado la lámpara de los malvados? ¿Cuánto les ha sobrevenido el
desastre? (Job 21:17 NVI).

La lucha espiritual, está graficada en el dibujo siguiente. Las explicaciones se darán a continuación.
Básicamente re refiere a la vida de victoria de la “Nueva Criatura” (2Cor.5:21), que ha sido
transformada e inflamada por el Espíritu Santo.

102
De acuerdo al gráfico anterior, podemos reconocer tres áreas en el espíritu humano renovado
(Ezequiel 36:26-27): La conciencia (Juan 8:9; Hebreos 9:14). Es el área de expresión de la voluntad
de Dios hacia nosotros. La intuición. Esta área nos permite percibir la presencia del Señor, y ser
enseñados por Dios. La comunión. Es el área donde adoramos a Dios

Debemos aprender a conocer el estado de nuestro hombre interior, ya que es él quien se enfrenta a
los demonios en el mundo espiritual.

103
Existen tres estados en nuestro espíritu:
 El estado bajo u oprimido. Nuestro espíritu está seriamente asediado por los demonios. Se
le ayuda al espíritu con una mente dispuesta a la batalla. Como dice Joel 3:10: "Diga el
débil, fuerte soy"...en el Señor (Vea Efesios 3:16; 6:10).
 El estado en calma o paz. Este es el estado óptimo para recibir edificación y guianza de
Dios.
 El estado exaltado. La persona ha perdido el control pasando a interpretar otras
manifestaciones como espirituales, cayendo en la carnalidad.

Al diablo se le llama el "príncipe de la potestad del aire" (Efesios 2:2). El obra a través de espíritus
de demonios que se ubican, muchas veces, en zonas geográficas. Por esto es necesario conocer el
mundo espiritual; aunque no lo vemos. Al no discernir el espíritu (Ejemplo: desánimo, pesadez
espiritual) estamos ejerciendo una lucha contra espíritus sin cuerpo, pero que operan en las
personas. La intención del diablo es robar la salvación, oprimir y atar a los creyentes para que
lleven una vida de pobreza espiritual.

3. Nuestra defensa espiritual


No debemos desconocer que el diablo está organizado. Opera por medio de una variedad de
espíritus malignos que le sirven a sus propósitos. En consecuencia, en este campo de batalla
espiritual, le estamos peleando al diablo las almas de los hombres.

Para enfrentar la lucha espiritual con éxito, es necesario hacer un examen a nosotros mismos. Hacer
una introspección en nuestro interior y preguntarnos qué hemos hecho con nuestro cuerpo; qué
influencias o modelos contrarios a las Escrituras estamos recibiendo. Debemos determinar cuándo
es nuestra emoción o cuándo son espíritus de depresión que obran en contra. Esto se realiza
confrontando diariamente nuestra vida a la luz de la Escritura, que es como un espejo (Santiago
1:22-25). Solo el conocimiento de la verdad es el arma empleada para permanecer libres de las
mentiras de Satanás.

Debemos agregar que la armadura espiritual descrita en Efesios 6:10-17, protege a nuestro espíritu.
De ahí que este vestirnos de "toda la armadura de Dios",13 pedida en la oración, debe ser una
experiencia diaria. Tomando la armadura, el creyente está preparado para la lucha. Su preocupación
se reduce a mantener limpia sus partes y bien ajustada a su persona. Solo así estaremos
continuamente protegidos.

La victoria de Jesucristo en la cruz alcanzó varios aspectos y significados prácticos para la vida de
fe:
 venció a Satanás como autor del pecado, de la enfermedad y de la muerte.
 Lo venció como gobernante de los reinos del mundo. Con su victoria se convirtió en Señor
de todo.
 Después de resucitar dijo: "Toda potestad me es dada en los cielos y en la tierra".
Esta nueva autoridad fue transferida por Cristo a su iglesia. Pablo nos dice que: "....lo dio por
cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo
llena en todo” (Efesios 1:22-23).

Debemos reconocer que los siervos de Satanás conocen más del uso del espíritu que nosotros.
Ejemplo de esto son las proyecciones astrales, en que los brujos salen de sus cuerpos.

El diablo tiembla delante de Dios. El juicio de Satanás se ejecutó en la cruz de Cristo. Eso significa
que el diablo no puede acusar a los hermanos, porque están cubiertos bajo el poder de la sangre de

104
Cristo. El evangelio es poder de Dios y revela la condición de las personas oprimidas para
libertarlos de las ataduras satánicas.

Podemos establecer que la lucha espiritual opera en cuatro frentes: Contra las ataduras del pecados.
Contra las experiencias traumáticas. Contra los falsos modelos y Contra las maldiciones familiares.
En cada área Dios desea obrar.

A continuación presentamos un diagrama de la lucha espiritual, la voluntad de Dios y el arma


espiritual que se emplea:

105
•LLENANDO
LA CASA
Texto Clave: Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando
reposo, y no halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla
desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y
entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así
también acontecerá a esta mala generación" (Mateo 12:43-45).

Mateo12:43-45, Lucas 11:24-26 nos dice en lenguaje simple que es posible que un demonio
expulsado regrese, y no solamente eso, sino que inclusive traiga otros espíritus más malvados con
él. La implicación es clara. Si la casa se deja vacía, barrida y adornada, es una invitación abierta
para perturbaciones peores. La casa se debe llenar.

Examinemos los contextos de estos dos pasajes. En la porción de Lucas el Señor Jesús expulsó un
espíritu de mudez de un hombre y éste pudo hablar. Algunos expresaron la creencia que Jesús hacía
esto por el poder de Beelzebú, el príncipe de los demonios. Jesús explicó que si fuera cierto,
entonces el reino de Satanás estaba dividido contra sì mismo y por tanto no podría permanecer y
luego agregó: "Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios
ha llegado a vosotros" (Lucas
11:20).

Jesús estaba hablando ante una audiencia judía que había desarrollado una religión de negaciones.
Habían sacado muchas cosas de sus vidas, pero en lugar de ellas, ¿qué habían puesto? Ahora,
rechazaban lo positivo que Jesús les ofrecía. Para enfatizar este punto el Señor usó una ilustración
que comprenderían. Si no colocaban en sus vidas algo positivo después de eliminar tantas cosas
negativas, serían como el hombre liberado de demonios que no había puesto nada positivo en su
vida. Terminarían en una condición peor que la anterior.

El contexto en el relato de Mateo es aún más claro. A Jesús lo acababan de condenar por haber
arrancado espigas en el día de reposo. También había curado a un hombre con una mano seca en
sábado. Nuevamente los fariseos le acusaron de expulsar demonios por el poder de Beelzebú. Jesús
demostró que esas palabras evidenciaban un corazón perverso. Ya habían visto lo suficiente como
para cambiar sus vidas, pero no habían cambiado. A menos que cambiasen, irían de mal en peor,
como el hombre liberado de demonios que no llenó su casa con algo de Dios. Jesús dice que llega
un tiempo cuando sería mejor poner algo positivo en nuestras vidas. Debe haber siempre un
equilibrio entre los factores positivos y los negativos. Después que la carne es crucificada y los

106
demonios expulsados, debemos tener dentro de nosotros a Jesús y permitirle gobernar nuestras
vidas. De hecho, el motivo para obtener la liberación de los demonios es poder tener más de Jesús.

Entonces, ¿con qué llenaremos la casa? ¡Con Jesucristo!


Ser llenos de Jesús es ser llenos de pureza y de poder. Estas dos palabras resumen su persona. Como
veremos, nuestra pureza viene por permanecer en Cristo y como resultado tenemos el fruto del
Espíritu. Nuestro poder viene por medio del bautismo en el Espíritu Santo y como resultado de los
dones del Espíritu.
Es una necesidad imperiosa entender que llenar la casa no resulta de una pequeña plegaria de rutina
dicha al final de una sesión de liberación. Me he sentido mal, más de una vez, cuando he oído
ministros decir al terminar una liberación, "y ahora Señor, llena todos los lugares vacíos".

He visto que muchas personas pierden su liberación porque no sabían cómo llenar sus casas, sus
hogares, sus espíritus o con qué llenarlos.
Por cada demonio que se expulsa, el fruto del Espíritu y los dones del Espíritu Santo deben ocupar
su lugar.

Esta es responsabilidad expresa de la persona liberada. El ministro que hace la liberación debe
enfatizar el hecho que cada persona es responsable de llenar su propia casa.

Llenar la Casa con el Poder del Espíritu


Una de las últimas cosas que Jesús dijo antes de ascender a los cielos fue: "Seréis bautizados con el
Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hechos 1:5).
Encontramos el cumplimiento de esta promesa en el segundo capítulo del libro de los Hechos, en el
relato de Pentecostés: "Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen" (Hechos 2:4).

¿Cuál fue el propósito de este bautismo en el Espíritu Santo? Jesús explicó que sería para
suministrar poder (véase Hechos 1:8). Después del bautismo que llegó en Pentecostés, ¿cómo se
manifestó ese poder? Este es un tema muy interesante que no podemos estudiar completamente
aquí, pero se puede observar que el poder del Espíritu
Santo al obrar por medio de los discípulos se manifestó a través de los nueve dones sobrenaturales
del Espíritu.

Estos dones aparecen en 1 Corintios 12:7-11. Son:


(1) La palabra de sabiduría,
(2) La palabra de conocimiento,
(3) La fe,
(4) Los dones de sanidad,
(5) El don de hacer milagros,
(6) El don de profecía,
(7) El discernimiento de espíritus,
(8) Diversos géneros de lenguas y
(9) La interpretación de lenguas.

Todo el libro de los Hechos muestra cómo el poder del Espíritu Santo obró a través de esos dones
del Espíritu. Por medio de Pedro y de Juan ministró un don de sanidad al cojo (Hch. 3); las palabras
de sabiduría y de conocimiento vinieron a Ananías para ministrar a Pablo (Hch. 9); Pablo, por
medio del discernimiento de espíritus, trató con el demonio de la adivinación en una muchacha que
obstaculizaba su ministerio (Hch. 16); Pedro habló la palabra de fe a Ananías y a Safira y éstos
cayeron muertos (Hch. 5); por medio de Pedro tuvo lugar un milagro de resurrección que regresó a

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Dorcas a la vida (Hch. 9); mientras Pedro predicaba en el hogar de Cornelio, hubo lenguas e
interpretación (Hch. 10); y por medio de un discípulo que se llamaba Agabo la iglesia fue bendecida
con profecías (Hch. 11).

Los demonios desprecian estos dones del Espíritu Santo y hacen que los hombres los desprecien.
¿Por qué? Porque la operación de estos dones sobrenaturales de poder contrarresta el trabajo de los
demonios. Su presencia y asechanzas son descubiertas por el discernimiento de espíritus y por la
palabra de conocimiento. Su mal queda sin efecto por la palabra de sabiduría, de fe, por los dones
de sanidades y de milagros. Sus planes para producir daño son minimizados por una palabra
oportuna de profecía, o por el don de lenguas con interpretación. No es de extrañar, por tanto, que
los demonios se opongan tan fuertemente a estos dones.

Los nueve dones también se dieron a la iglesia para su edificación. Satanás es el enemigo de la
iglesia y se levanta contra todo aquello que está diseñado para edificar el cuerpo de Cristo. Hace
fuertes arremetidas contra los dones, especialmente contra el don de lenguas, que tiene un propósito
especial en la edificación del creyente individual (1 Corintios 14:4).

Si la persona que experimenta la liberación no ha sido bautizada en el Espíritu Santo, se le debe


animar a recibir este bautismo y a desear los dones espirituales. Hemos visto a muchas personas
recibir el bautismo en el Espíritu Santo como clímax de una liberación. El poder del Espíritu Santo
es importante para retener la liberación.

A quienes ya han recibido el bautismo en el Espíritu Santo se les debe estimular a "procurar los
dones mejores" (1 Corintios 12:31), y el mejor don es el que ministre a las necesidades de otros en
determinadas situaciones. Es bastante común que los obstáculos a los dones desaparezcan con la
liberación. Hay demonios especialistas que intentan bloquear la operación de los dones espirituales.
Después de la liberación la casa se debe llenar con el poder del Espíritu Santo.

Llenar la Casa con el Fruto del Espíritu


El fruto del Espíritu se enumera en Gálatas 5:22-23.
Es: (1) Amor, (2) Gozo, (3) Paz, (4) Paciencia, (5) Benignidad, (6) Bondad, (7) Fe, (8)
Mansedumbre y (9) Templanza.
Este fruto con sus nueve componentes representa la misma naturaleza del Señor Jesucristo. Cuando
el fruto del Espíritu Santo se produce en la vida de un creyente, se identifica con el carácter de
Jesús.

Los demonios son exactamente lo opuesto al carácter de Jesús. Entran en una persona con el fin de
proyectar su propia naturaleza malvada a través de esa persona. Así, lo que se busca con la
liberación es expulsar los demonios y su influencia para reemplazarlos por Jesús y el fruto del
Espíritu. A menos que esto se entienda y se convierta en una meta definida, todos los beneficios que
se ganan por medio de la liberación eventualmente se perderán.

De esta manera, para obtener un beneficio permanente de la liberación, la "casa" se debe llenar y
mantenerse llena. De otro modo, los espíritus malos regresarán y pueden volver con mayor fuerza
que antes.

Antes de continuar, necesitamos entender claramente cómo se produce el fruto del Espíritu. La
respuesta se encuentra en la parábola de la vid y los pámpanos.
"Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí" (Juan
15:4).

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NOTA: El fruto no se produce por acción independiente o por el esfuerzo personal. ¡Sólo viene
como resultado de permanecer en la vid! De manera que la palabra clave es PERMANECER.
Permanecer en la vid, significa estar conectado con Jesús de tal manera que la vida de Cristo fluya
en el pámpano, y se produzca el fruto.
¿Cómo se hace para permanecer? La respuesta se encuentra en el versículo 10: "Si guardareis mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi
Padre, y permanezco en su amor". Permanecer es sinónimo de guardar los mandamientos del Señor
¿y qué tendremos por obedecer y permanecer?
Sigamos leyendo: "mi amor . . . mi gozo", lo primero del fruto del Espíritu Santo.

Cuando obedecemos tenemos compañerismo con el Señor y obtenemos su amor, su gozo y su paz.
Cuando desobedecemos se rompe el compañerismo con Dios y Satanás ha ganado una vía de
penetración. Aprendamos del ejemplo de Jesús. ¿De qué estaba hablando el Señor en el contexto,
justamente antes de la parábola de la vid y los pámpanos?

"No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncípe de este mundo y él nada tiene en mi.
Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, asi hago" (Juan
14:30-31).

Aquí Jesús explicó que el demonio no tenía nada en El, porque era completamente obediente al
Padre. El nunca dijo una palabra ni hizo una acción fuera de la voluntad del Padre. De ahí que Jesús
pudiera declarar: "Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he
guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor" (Juan 15: 10).

El Fruto Llamado Amor


El señor A. tuvo una crisis nerviosa hacía unos doce años. Había permanecido incapacitado
emocionalmente, inclusive después de un tratamiento muy intenso y de cuidados hospitalarios.
Finalmente supo del ministerio de liberación y se le expulsaron los demonios responsables de su
estado emocional. También recibió sanidad en el cerebro, de manera que las cosas que le
bloqueaban la memoria por los tratamientos de choques eléctricos, comenzaron a volver. Con el
regreso de la memoria recordó el nombre de un enfermero que en el hospital psiquiátrico le había
maltratado con mucha crueldad.

Entonces lleno de gran amargura, con odio contra ese hombre, comenzó a acariciar pensamientos de
buscarlo después de todos esos años y darle muerte.
En este punto, el señor A. volvió para continuar su liberación. Se le explicó que debía arrepentirse
de su odio y perdonar a esa persona con un acto de su voluntad. También se le mostró que, de
acuerdo con Mateo 18:32-35,.no podía ser liberado de los verdugos atormentadores solo hasta
cuando él, con toda su voluntad, hubiese querido perdonar a aquel hombre. Pero el señor A. no
quena responder a mi petición. Sin embargo, por lo menos durante cinco minutos se sentó en
silencio mientras decidía si mantener su odio o si satisfacer los requisitos de Dios para la liberación.

Esto le tomó todo el esfuerzo de que era capaz, pero finalmente dijo: "Con la ayuda de Jesús,
perdono a ese hombre". Por medio de ese acto de su voluntad, abrió el camino para la liberación.
"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre
celestial; mas si ha perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará
vuestras ofensas" (Mateo 6: 14-15).

Hemos conocido a otras personas que han obtenido mucho por medio de la liberación, como este
hombre.

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Cuando se le expulsaron los demonios de amargura, odio, resentimiento, ira, violencia, asesinato, él
inmediatamente los reemplazó con el amor de Jesús, el amor que perdona al enemigo.
Inmediatamente la vida espiritual de este hombre comenzó a florecer. Los ríos de agua viva
comenzaron a fluir de él y empezó a ministrar la verdad y la vida a quienes estaban cerca de él. Su
alma rebosó con la paz y con el gozo del Señor. Había obedecido la orden de Dios de perdonar a su
enemigo y recibió el fruto de esa obediencia. El amor ocupó el lugar del odio.

El Fruto Llamado Gozo


J.P. tenía muchos problemas para ser un niño de cinco años. Sus padres habían llegado hasta el
punto de la separación y del divorcio. Habían tenido mucha tensión y muchos problemas en el
hogar desde el mismo instante de su nacimiento. La mamá nos contó que J.P. tenía muchos temores
y constantemente se apegaba a ella buscando seguridad.
Era obvio que era un niño muy intranquilo y muy nervioso.

En resumen, era un niño bastante infeliz. Pero la madre le había traído al ministerio de liberación.
Mientras ministrábamos a su hermano y a su hermana mayores, caminaba a nuestro alrededor sobre
sus manos y rodillas, como si quisiera averiguar cuándo iba a ser su turno. A su manera infantil
parecía sentir la importancia de lo que tendría lugar. Estaba serio e impaciente.

Cuando nos dirigimos a los primeros demonios en J.P., los espíritus del mal presionaron sus labios
juntándolos en desafío, un gesto que sin ninguna duda significaba "No pretendemos salir". Pero en
el nombre de Jesús se vieron obligados a ceder. Salieron por la boca con mucha espuma y saliva. La
batalla no fue difícil, pero duró más o menos treinta minutos. Entonces J.P., sonriendo mucho,
anunció: "Tengo que encontrar un espejo. Me siento tan bueno que debo parecer diferente". ¡Y así
era! Su cara estaba radiante, y con los demonios afuera, ahora se podía ver el gozo.

Hay muchas personas, viejas y jóvenes como J.P. que son tristes. La vida se les ha convertido en
una carga. No hay victoria ni esperanza de victoria. Cuán prometedoras son, para quienes no tienen
gozo, las palabras de Isaías que describen el ministerio de Cristo y su iglesia: “El Espíritu de
Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a
los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los
presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová y el día de
venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion
se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del
espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya"
(Isaías 61: 1-3).

El Fruto Llamado Paz


La señora B. fue liberada de un espíritu de tormento. Ella le había abierto la puerta por un gran
temor. La palabra dice que el temor lleva en sí castigo, tormento (1 Juan 4:18). Ella describía cómo,
en ciertos momentos, una agitación llegaba y la dominaba completamente. No podía actuar ni
pensar en su manera habitual, sobria y estable.
Cuando se encontraba en uno de esos estados de agitación, decía a menudo: "¿... Por qué estoy
obrando de esta forma? Esa no soy yo". Cuando disminuía la presión de las circunstancias, que el
espíritu de tormenta había activado, comenzó a ver que un espíritu estaba creando crisis en su mente
que no existían en la realidad.

Cada vez, después que el espíritu se había manifestado, se sentía mal, agitada, con un ardor en su
interior, y llena de condenación. La palabra dice: "Si es posible, en cuanto dependa de vosotros,
estad en paz con todos los hombres" (Romanos 12: 18).

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Este espíritu de tormento y de castigo hacía que la paz se perdiera, no solamente en ella, sino
también en su familia.

Después de expulsar este espíritu y varios de sus acompañantes, vino a ella una gran paz. Al día
siguiente continuaba hablando de la paz de su interior. Sin embargo, el espíritu se mantuvo
haciendo intentos para crear crisis de temor en su mente que la abrieran para retornar. Dos veces
tuvo éxito, consiguió regresar y fue necesario echarlo fuera de nuevo. Pronto ella aprendió a
conocer los trucos de los demonios y cerró la puerta por medio de la fe y la confianza en Dios.
Ahora tiene una libertad total. Esto la ha liberado y la ha constituido en un canal para que el fruto de
paz del Espíritu fluya a través de ella hacia otras personas.

111
• EL
LLAMAMIENTO
DE DIOS

Texto Clave: Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con
que fuisteis llamados (Efesios 4.1),

Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor (1
Corintios 19).

¿Cuál es su llamado?” pudiera alguien preguntamos. Pero, ¿qué es un llamado? Veamos qué quiere
decir esta palabra tan usual en el medio cristiano.

Llamado viene del término griego kaleo, que se puede usar para convocar o invitar. También se
puede traducir como destino en algunos casos. En base a lo anterior, podemos decir que el llamado
o llamamiento es una invitación a que vivamos según la voluntad de Dios durante nuestra
permanencia en la tierra.

Todo creyente tiene un llamamiento de Dios, «quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no
conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo
Jesús antes de los tiempos de los siglos» (2 Timoteo 1.9), pero esto requiere algunas condiciones.
Primero, reconocer el llamamiento; segundo, aceptarlo internamente; tercero, prepararnos; cuarto,
esperar hasta que el Señor nos aparte para cumplirlo.

El llamamiento de Dios para todo individuo es diferente e irrevocable. Dios nos escogió y
determinó nuestra vocación. El apóstol Pablo dice que fuimos llamados en una esperanza de nuestra
vocación (Efesios 4.4).

Vocación significa una profesión, una carrera. Hay vocaciones como la de un maestro, un médico o
un abogado. También Dios nos da una vocación en el campo espiritual. Para algunos puede ser el
llamamiento a ser evangelistas, a otros pastores y maestros. Otros serán intercesores, misioneros,
salmistas, administradores, exhortadores, ayudadores, dadores. Algunos son llamados a servir en
una vocación espiritual, y otros a servir como negociantes, profesionales, políticos, periodistas,
atletas, etc. En todas ellas somos embajadores del Reino de Dios y ministros de reconciliación. Hay
una gran variedad de llamamientos, y todos son dados según la gracia de Dios.

Cualquiera que sea la vocación a la que somos llamados, ya sea natural o espiritualmente, solo
tendremos paz en nuestros corazones cuando estemos en la buena, agradable y perfecta voluntad del
Señor. Solo tendremos paz cuando nos sometamos a la dirección del Señor y no simplemente nos

112
conformemos con las apariencias; cuando aceptemos el llamamiento de Dios y dejemos de tratar de
ser o hacer algo contrario a ese llamamiento. Pablo nos dice: «No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea
la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta» (Romanos 12.2).

Nunca podremos sentimos felices ni satisfechos, y mucho menos tener éxito, si tratamos de forzar
un ministerio o una vocación a la cual no hemos sido llamados. Es muy importante aclarar que Dios
tiene un llamamiento y un tiempo de separación para todo creyente, aunque no se someta a la
voluntad de Él. Existen muchos cristianos amargados y frustrados porque no se someten ni aceptan
la voluntad de Dios para sus vidas. No esperan el tiempo de su preparación. Se lanzan al ministerio
por sí mismos, tratando de forzar a Dios, y no ven el fruto de su labor. Dios no bendice lo que se
hace fuera de su voluntad o de su tiempo.

El llamamiento al liderazgo
A veces nos cuesta creer que el Señor tiene un llamamiento para nosotros. Es algo que algunos no
comprendemos. Nos preguntamos: «¿Quién soy yo para que el Señor me llame? ¿Quién soy para
que el Señor me use? ¿Cómo puede Dios usar un vaso imperfecto, ignorante y necio? Pensamos,
obramos, hacemos y decimos –según nuestra naturaleza carnal lo necesario para preparamos a fin
de lograr lo que nos proponemos en la vida. Pero el Señor nos dice: "Porque mis planes no son
como tus planes, ni mis caminos como tus caminos, declara el Eterno Dios» (Isaías 55.8).

Aunque ignoremos lo que nos tiene preparado, Dios interrumpe nuestros planes y nos dice como a
Abraham: Vete de tu tierra... de la casa de tu padre, a la tierra que [Yo] te mostraré (véase Génesis
12.1-4).Él nos promete que si obedecemos su llamado, nos bendecirá; pero si desobedecemos,
perderemos esa bendición. El Señor nos llama y nos dice: «No digas: soy joven; no digas: no sé
hablar; no digas: no tengo educación teológica; no digas: estoy cansado; no preguntes: ¿Quién
soy?» Él nos promete: "Porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande»
(Jeremías 1.7).

Dios llama a hombres y mujeres creyentes para ser líderes. Los prepara y les encomienda la labor de
capacitar a otros creyentes para el ministerio. Nuestro corazón debe ser puro y estar rendido al
Señor para poder escuchar.
Después, mientras lo escuchamos y le obedecemos, nuestra fe crecerá. Cuando desarrollemos
nuestra fe, aprenderemos a escuchar su voz y nos dirá las grandes cosas que desea hacer a través de
nosotros.

El tiempo de preparación
Desde que nos llama, Dios comienza a prepararnos para el momento en que nos apartará para la
obra a que nos llam6. El tiempo de preparaci6n depende de nosotros, de nuestra obediencia, de
nuestra fidelidad, de nuestro compromiso.
Cuando Dios se satisface con nuestra madurez y desarrollo espiritual, cuando purifica de nosotros lo
que nos impide servirle y nos rendimos a El, entonces es el momento de promovemos. Como el
estudiante universitario que, después de pagar el precio para culminar su carrera, recibe su grado;
para luego ejercer su profesi6n con el reconocimiento de sus maestros y autoridades.

El período de preparación puede ser breve o prolongado.


Para José, pasaron trece años desde su llamado a su separaci6n como segundo en autoridad en
Egipto. Para Moisés, fueron cuarenta duros años de servicio a su suegro, en Madián, antes de su
separaci6n como enviado de Dios para sacar al pueblo de Israel de la tierra de Egipto.

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Para David, transcurrieron dieciocho años antes de acceder al trono de Israel. En la vida de Pablo,
fueron unos diecisiete años desde que recibió su llamado hasta que fue separado para el ministerio
en Antioquía.

Leamos el testimonio de Pablo: Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el
vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su hijo en mí, para que yo le predicase
entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre, ni subí a Jerusalén a los que eran
apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. Después, pasados tres
años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro
de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor. En esto que os escribo, he aquí delante de
ellos que no miento. Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia, y no era conocido de vista a
las iglesias de Judea, que eran en Cristo; solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos
perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. Y glorificaban a Dios en mí. Después,
pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito
(Gálatas 1.15-2.1).

Muchos cristianos reconocen el llamamiento de Dios, pero nunca llegan al momento de su


separación. ¿Por qué? Entre otras cosas, porque no demuestran fidelidad, que es el principio más
importante ante Dios para alcanzar la separación. Pablo dice que «se requiere de los
administradores, que cada uno sea haIlado fiel» (l Corintios 4.2).

El requisito de la fidelidad al llamamiento


El que es fiel en lo muy poco, también en lo mas es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también
en lo más es injusto...Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quien os dará lo que es vuestro? (Lucas
16:10,12).
Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel,
poniéndome en el ministerio (1 Timoteo 1.12).

Todo cristiano tiene un llamado de Dios para su vida, debemos también saber que hay un tiempo
entre este y la separación. La separación de Dios viene cuando el Espíritu Santo nos prepara para la
obra. Es más, es el Espíritu Santo mismo quien interviene para que el liderazgo reconocido, el que
Dios ha puesto en autoridad, oiga de Él y confirme la hora mediante la imposición de manos.

Dios usa este tiempo de preparación para que demostremos nuestra fidelidad en la obra de otros.
Debemos servir fielmente mientras Dios nos prepara para el ministerio.
Así como se tiene que pagar el precio de la cruz antes de poder ver la gloria de la resurrección, es la
fidelidad en Jesús le halle fiel le separará y le ungirá con su poder para el ministerio al que le llamó.

La base del ministerio es la fidelidad, y no los talentos ni la habilidad que usted tenga ante Dios. El
carácter es mucho más importante que la capacidad. Esta, así como las habilidades, puede
enseñarse, pero el carácter demostrado por la fidelidad es evidencia del fruto de Dios en la vida del
creyente.

Cuando el poder del Espíritu Santo se manifiesta, evidencia ante el mundo lo que Él puede hacer a
través de nosotros. Dios usó a una burra, por lo tanto puede usarme también a mí. El único requisito
es estar dispuesto y obedecer a Dios. Además, cuando el fruto del Espíritu Santo se manifiesta,
evidencia ante el mundo lo que Él hace en nosotros. Mi nivel de madurez espiritual no se mide por
las manifestaciones del poder de Dios, sino por mis reacciones ante los momentos de crisis.

Un siervo fiel es aquel que hace lo que se le pide, pese el precio o al sacrificio. Hay muchas
personas que poseen múltiples talentos, pero son muy pocas las verdaderamente fieles. Casi siempre

114
los que son hábiles, y tienen talentos y capacidades, se aman a sí mismos. Pablo dice que el
conocimiento envanece (l Corintios 8.1). El que solo tiene talentos ama su ministerio, más el que es
fiel ama a su maestro, a su pastor, a su líder y al ministerio al que se somete.

Al Señor le interesa más tu madurez que tu ministerio. Ministrar nunca produce madurez, pero la
madurez siempre produce ministerio. Dios está comprometido con los que son maduros. La persona
que se lance al ministerio antes de pagar el precio de la preparación y demostrar su fidelidad
siempre causará mucho daño. La inmadurez destruye el ministerio; la madurez edifica al ministerio.

Las personas maduras están dispuestas a dejar el llamamiento, sus planes y su agenda, cuando esta,
los planes o el tiempo de Dios son diferentes. Y lo hacen porque confían en Dios y en su fidelidad,
sabiendo que fiel es el que ha prometido (Hebreos 11.11).

Se fiel o Dios cancelará la bendición

Moisés
Cuando hacemos las cosas sin orden, o antes de tiempo, cancelamos la bendición de Dios respecto a
nuestro llamamiento.
Moisés tenía una carga por su pueblo, y viendo la aflicción y la necesidad de ellos, se lanzó a
cumplir el llamamiento que llevaba en su corazón. Mató al egipcio que maltrataba a uno de los
suyos. Pero, todavía no había llegado su hora de separación. La separación y la unción del Señor
para liberar al pueblo de Israel del cautiverio no reposaban sobre él todavía. Ante el Señor, no había
llegado su hora de separación, por lo cual, aun su propio pueblo no reconoció su esfuerzo y Moisés
tuvo que huir y pasar cuarenta años de preparación bajo la autoridad de su suegro Jetro. Moisés fue
probado en cuanto a su madurez. Jetro fue el instrumento que Dios usó para probarlo en las áreas de
la fidelidad y la madurez.

Todo ministerio requiere responsabilidad ante una autoridad. Toda autoridad se somete ante el
consenso autoritativo. El mismo Jesucristo se sometió a la autoridad del Padre celestial. Así pues,
cuando Jehová lo llamó para separarlo diciendo: «Ven, por tanto ahora, y te enviaré a Faraón, para
que saques de Egipto mi pueblo» (Éxodo 3.10), lo primero que hizo Moisés fue ir a su suegro,
contarle lo que Dios le llamó a hacer y pedirle su bendición: Así se fue Moisés, y volviendo a su
suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún
viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz (Éxodo 4.18).
Una vez que hizo las cosas correctamente, el Señor le dio la orden de salir a cumplir su llamado:
«Dijo entonces Jehová a Moisés: Ve y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que
procuraban tu muerte» (Éxodo 4.19).

Eliseo
En 1 Reyes 19.19 vemos el llamamiento de Eliseo al ministerio.
Cuando el profeta Elías pasó por donde Eliseo araba, echó sobre él su manto; es decir, lo llamó a
seguirle y prepararse para recibir el manto profético de Dios. Por diez años, Elíseo le sirvió a Elías,
lo amó como un padre y amó su ministerio.

En 2 Reyes 2.1-15 observamos que cuando llegó la hora de su separación al ministerio profético,
Elíseo permaneció junto a Elías insistiéndole que no lo dejaría. Cuando Elías le dijo a su siervo:
«Pide lo que quieras», notemos que Eliseo no le pidió su propio ministerio sino sus derechos como
hijo primogénito, una doble porción del ministerio de Elías: «Te ruego que una doble porción de tu
espíritu sea sobre mí». Cuando Elías fue tomado por Dios el clamor de Elíseo fue: «¡Padre mío,
padre mío...» Fue entonces que Eliseo recogió el manto de Ellas y comenzó su ministerio profético.
Viéndolo unos profetas que estaban en Jericó dijeron: «El espíritu de Elías reposó sobre Elíseo».

115
Lucifer
La Biblia nos revela que Lucifer se rebeló contra Dios. Sus planes y ambiciones eran suplantar al
Todopoderoso. Rehusó servir fielmente al Señor y se levantó contra Dios, llevándose consigo a un
tercio de los ángeles.
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas
a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de
Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las
alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol a los
lados del abismo (Isaías 14.12-15).
Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y
luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual
engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él
(Apocalipsis 12.7-9).
Lucifer se creía capaz de superar a Dios. No quiso someterse al plan de Dios para su vida. El
resultado es que hoyes adversario de Dios y no su siervo.

Padres e hijos
La relación entre Jetro y Moisés era de padre e hijo. La relación entre Elías y Elíseo era de padre e
hijo. La recompensa les vino después de haber servido fielmente a los que estaban en autoridad
sobre ellos. La relación entre un líder y su pastor o su discípulo o maestro también debe ser como la
de padre e hijo, o como la del Padre y el Hijo.

Jesús les dijo a sus discípulos que el que no es fiel en lo ajeno no podrá tener lo suyo. La persona
infiel trata de servir a otro y a la vez servirse a sí mismo. Esto no es posible. No podemos servir a
dos señores. Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo
puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro (Lucas 16.12-13).
Proverbios 20:6 afirma: «Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de
verdad (fiel) ¿quién lo hallará?"
Proverbios 28.20 dice: «El hombre de verdad (fiel) tendrá muchas bendiciones».

Cuando llegue la hora de la recompensa el Señor no dirá: «Bien, siervo bueno y capaz», sino que
dirá: «Bien, siervo bueno y fiel».
Cuando una persona hace lo que desea sin la bendición de Dios, cancela la bendición de su
llamamiento. Si eres llamado por Dios, debes seguir el ejemplo de Moisés después de su
llamamiento. Aunque tuvo un encuentro con Dios, en el que este lo llamó, fue antes a Jetro para
pedirle su bendición y que le diera la libertad para cumplir el mandato divino. De esta forma Moisés
demostraba su fidelidad a su suegro, para quien trabajaba.

La fidelidad se manifiesta en la lealtad para servir y cumplir nuestras obligaciones y deberes para
con otros. La señal de madurez cuando una persona fiel comete una infidelidad, es que tiende a
arrepentirse con prontitud.

La respuesta es clara: La fidelidad trae recompensa para el que espera en el Señor, Isaías 40.30-31
dice: «Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a
Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán».
El Señor nos exhorta a que «no nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos,
si no desmayamos» (Gálatas 6.9).

116
•APARTADO AL
MINISTERIO

Texto Clave: Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: 8ernabé,
Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén, el que se había criado junto con Herodes
el tetrarca, y Saulo. Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a
Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. (Hechos 13.1-2).

Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios (Romanos
1:1).

El apartamiento o la separación al ministerio es el momento en que Dios reconoce públicamente el


llamamiento de un individuo, derramando sobre este la unción para llevar a cabo su propósito con
él. Es la oficialización del llamado ante el Cuerpo de Cristo. Además, establece la gran
responsabilidad de hablar la Palabra de Dios y ejercer su autoridad.
El momento de la separación al ministerio es lo que conocemos como ordenación. Este término se
deriva de dos cosas: mandato y orden. Es un mandato de Dios, y establece un orden de autoridad.
La ordenación es parte del gobierno eclesiástico establecido por Dios. Solo Dios ordena, aunque usa
instrumentos humanos para hacerlo. Hay muchos ejemplos bíblicos de este momento de ordenación.

Por ejemplo, en 1 Crónicas 9.22-33, David y Samuel escogieron a doscientas doce personas y las
constituyeron (ordenaron) para servir en el oficio de levitas, cumpliendo diferentes cargos según el
llamado de cada individuo.

Jesucristo también vio la necesidad de confirmar un grupo de hombres que mostraron fidelidad. Los
ordenó para el ministerio de la predicación de la Palabra, para echar fuera demonios y sanar a los
enfermos. Con esta ordenación, les delegó «la autoridad o el derecho de actuar, habilidad,
privilegio, capacidad»,' de ministrar a las necesidades del pueblo.

Después subió al monte, y llamó a sí a los que Él quiso; y vinieron a Él. Y estableció [ordenó] a
doce, para que estuviesen con Él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar
enfermedades y para echar fuera demonios (Marcos 3.13-15).
Es interesante notar que Jesús llamó a los que Él quiso, no a los que quisieron ser llamados.
Otro ejemplo se encuentra en Hechos 13.1-4. Ahí vemos cómo el Espíritu Santo reveló la
ordenación de Pablo y Bernabé:
Dijo el Espíritu Santo: apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado (Hechos
13.2).

117
Entonces, los otros líderes de la iglesia de Antíoquía los apartaron al ministerio imponiéndoles las
manos. Luego los enviaron a la obra misionera. «Algún tiempo después, Pablo y Bernabé siguieron
el mismo plan y viajaron de ciudad en ciudad confirmando a los discípulos y ordenando ancianos en
las iglesias (14.22-23)

En su carta a Tito, Pablo le encomienda ordenar lideres en cada ciudad, dada la gran necesidad de
ministrar a una iglesia en avivamiento. «Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo
deficiente, y establecieses (ordenases) ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé” (Tito 1.5).
(La palabra ancianos indica personas maduras en cuanto al entendimiento y la experiencia
espiritual.)

La separación es algo que regula el curso de la vida de un cristiano. Cuando Timoteo empezó a
dudar acerca de su ministerio, Pablo lo exhortó a no descuidar el don ministerial que le «fue dado
mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio» (1 Timoteo 4.14).

La Biblia Plenitud comenta que: «La referencia alude a la ocasión cuando los ancianos de Iconio y
Listra pusieron sus manos sobre Timoteo y profetizaron acerca de los dones y propósitos de Dios en
relación con él. La imposición de manos, acompañada de profecía, es uno de los medios que emplea
el Espíritu Santo para revelar su voluntad y propósitos a sus siervos. Pablo insta a Timoteo a
ejercitar su don».
Esta era la voluntad y el propósito de Dios con la vida de Timoteo, las cuales se establecieron en su
separación.

Dios tiene un propósito con cada vida. Tiene un llamamiento para cada uno de nosotros. Si nos
preparamos y somos fieles, nos apartará para el ministerio. Como lo instruye el profeta Habacuc,
estas cosas han sido escritas y declaradas en tablas de papel para que sean leídas y para que corra al
Señor el que las lea.

Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado
hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena
certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la
fe y la paciencia heredan las promesas (Hebreos 6.11-12).

Las batallas del líder

En la vida de todo cristiano se presentan batallas que debe pelear a diario. Sin embargo, cuando el
cristiano es un siervo de Dios llamado al ministerio, las batallas son aún más intensas porque sus
resultados afectan más al Reino de Dios. Todo líder está en posición sensible a los ataques del
maligno por su prominencia y su visibilidad.

Cuando una persona tiene un llamamiento de Dios, el enemigo trata de impedir que este se realice.
Podemos ver en las Sagradas Escrituras, de Génesis a Apocalipsis, que Satanás mete sus narices en
todo para impedir la voluntad de Dios y hacer tropezar a los líderes que Él levanta.

Cuando Satanás nos acusa


Todos pecamos, eso no sorprende a nadie. Y pecamos a diario en una forma u otra. Pablo dice:
«Todo lo que no proviene de fe, es pecado" (Romanos 14.23). La lucha contra el pecado es
constante, y Satanás la utiliza para acabar con muchos ministerios. Trató de hacerlo con un sumo
sacerdote muy importante de Israel.

118
Josué fue sumo sacerdote después del cautiverio. Dios tenía un llamamiento y un propósito con él.
Debido a la importancia de su vida y su ministerio para los propósitos de Dios, era un blanco obvio
para el enemigo. El profeta Zacarías describe una visión en la que Satanás, habiendo hallado pecado
en Josué, se presenta ante el Señor para acusarlo.
Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a
su mano derecha para acusarle (Zacarías 3.1).

Ciertamente Dios no permite ni tolera el pecado. Cuando un siervo del Señor permanece en pecado
y no se arrepiente, Dios lo expone en público.

Este es el caso de hombres grandemente usados por Dios que en los últimos años han sido
descubiertos en pecado y rehúsan someterse al consejo y la disciplina del presbiterio. Hoy día sus
ministerios han dejado de existir prácticamente.

Cuán agradable sería para el Señor que los cristianos, y particularmente el liderazgo cristiano,
hicieran que enseña la Palabra:
Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad. (1 Juan 1.9).

Es maravilloso saber que Dios puede restaurar los ministerios. La Escritura dice que los dones y el
llamamiento de Dios son irrevocables (Romanos 11.29). Leamos la continuación del relato de
Zacarías; y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a
Jerusalén te reprenda. ¿No es este un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de
vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de
él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te
he hecho vestir de ropas de gala. Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron
una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas (Zacarías 3.2-5).

¡Dios no acepta las acusaciones del diablo contra sus siervos fieles, aun cuando ellos hayan pecado!
Podemos ver claramente la actitud de Dios contra las acusaciones a un pastor, a un siervo de Dios.
«Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a este siervo te reprenda».
Las batallas personales, emocionales, ministeriales, económicas, etc.. de un líder, son parte de su
preparación y de su llamamiento. La manera en que reaccionemos a estos ataques es de suma
importancia. Somos llamados a pelear. Satanás nos declaró la guerra y querámoslo o no, seremos
víctimas o vencedores.

La herramienta del enemigo


Aunque nuestra batalla no es contra seres humanos, es importante reconocer que a menudo los
instrumentos que el enemigo usa para causar contiendas y divisiones son personas, y muchas de
ellas cristianas. Como líderes somos llamados a pelear por nuestros hermanos y nuestras familias.
Desafortunadamente, un gran número de nuestras batallas son causadas por nuestros propios
hermanos en Cristo. Con frecuencia, son ellos los que nos traen los mayores conflictos y pruebas.

Alguien clamó al Señor con frustración diciendo: «Señor, el vivir con los santos en el cielo, so sí
será la gloria. Pero el vivir con los santos en la tierra, ¡eso sí es otra historial»

Moisés se encontró en un momento de frustración como líder del pueblo de Israel. Las quejas y las
murmuraciones del pueblo eran una carga demasiado pesada para él. Así que clamó al Señor,
diciendo: No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía. Y si así lo
haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea
mi mal (Números 11.14-15).

119
Todo pastor experimentará lo mismo durante su ministerio.

El enemigo tiene éxito cuando hace que un miembro de la congregación tropiece, pero sus más
grandes trofeos son los pastores y los ministerios, sobre todo cuando los ataques no son morales o
éticos, sino relacionales y de celos o envidia ministerial.

El enemigo ha causado grandes estragos dentro del liderazgo ministerial en la actualidad. Y han
venido del mismo Cuerpo de Cristo. Algunos cristianos se consideran la fuerza policial de la iglesia.
Con tácticas no menos reprochables que las de la Gestapo, la KGB o la CIA, atacan sin misericordia
a los que consideran sus enemigos porque no concuerdan con sus doctrinas.

La destrucción de líderes deja un rastro en el camino de seguidores confusos y quebrantados. Si el


enemigo puede eliminar a un pastor, desparrama a las ovejas y devora a los corderitos.
Las artimañas del enemigo pueden ir de algo tan simple como hacer que un ministro pierda el
enfoque de sus prioridades hasta llevarlo a valorar incorrecto en el momento inapropiado.

Observemos los estragos que aquellos más cerca de nosotros pueden causar cuando se levantan a
batallar en nuestra contra.

Jesucristo y Judas Iscariote


Jesucristo, el Buen Pastor, fue víctima de traición en el círculo íntimo de sus discípulos. En el
momento más crítico de su ministerio, todos sus discípulos lo abandonaron (Mateo 26.56). Uno de
sus líderes lo negó tres veces (Lucas 22.56-61). Judas Iscariote, su tesorero, lo vendió por treinta
piezas de plata y lo entregó a sus enemigos con un beso (Lucas 22.47). La Biblia dice que Satanás
entró en Judas (Lucas 22.30). El apóstol Juan nos hace ver la manera en que Satanás logró
influenciar a Judas Iscariote. Le habló directo a su corazón...Como el diablo ya había puesto enel
corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase (Juan 13.2).

Pablo y Alejandro el calderero


En la vida del apóstol Pablo hallarnos numerosos ejemplos del tipo de batalla personal que tuvo que
soportar. Uno de ellos tuvo que ver con Alejandro el calderero.
La primera mención de Alejandro se encuentra en una exhortación de Pablo a Timoteo: Este
mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en
cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la
cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes
entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.(1 Timoteo1.18-20),

En su segunda epístola a Timoteo, Pablo nuevamente se refiere a Alejandro. Esta vez nos da más
detalles acerca de los resultados que tuvo al desechar la fe y la buena conciencia. Amonesta a
Timoteo a tener mucho cuidado con él pues era usado por Satanás para hacerle daño.
Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos.
Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. En mi primera
defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta
(2Timoteo 4.14-16),
Otra versión dice: «Me ha causado mucho daño, mas la retribución del Señor caiga sobre él... Debes
tener cuidado con él, porque violentamente se ha opuesto a lo que digo» (Weymouth).
Aparentemente, Alejandro había levantado algún tipo de calumnia o blasfemia contra Pablo para
causarle daño. Lo triste es que algunos de sus discípulos creyeron estas falsas injurias y
desampararon al apóstol.

120
Pablo declara que Dios lo libró de la boca del león (2 Timoteo 4.17), Satanás, el cual está siempre
buscando a quien devorar.

En medio de todos los ataques del maligno, en medio de las batallas diarias que un líder enfrenta,
podemos descansar solo en esto: el Señor es fiel. En medio de las circunstancias que le rodean y
acechan, Pablo le da un consejo a Timoteo, el cual extiendo a todo pastor y a toda persona llamada
a una posición de liderazgo espiritual.
Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y
que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. y el Señor me librará de toda obra
mala, y me preservará para su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén
(2 Timoteo 4.17-18)

121
•LA BATALLA
DE LA IGLESIA

Texto Clave: Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de
la fe escuchando a espíritus engañadores ya doctrinas de demonios, por la hipocresía de
mentirosos, teniendo cauterizada la conciencia (1 Timoteo 4.1-2).

Satanás es el maestro del engaño. Parte de su estrategia es infiltrarse dentro de la iglesia para causar
división, descontento, inmoralidad y promover falsas ideologías. En gran medida logra su objetivo
asignando espíritus engañadores y acusadores que impiden el crecimiento numérico y espiritual de
las iglesias locales. Ellos traen mentira en forma de acusación, doctrinas falsas, manipulación y
otras más.

Es importante aclarar que cuando usamos el término espíritu, no nos referimos simplemente a un ser
sobrenatural, un fantasma, o un ángel. El diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento
(W.E.Vine) define al término (pneuma) como el elemento sensible del hombre, aquello por lo que
percibe, reflexiona, siente o desea (Mateo 5:3; 26:41; Hch.17:16; 2 Co. 7:1). Tal vez se pueda
definir como una predisposición mental o un estado de ánimo que nos facilita el entender los
términos de espíritus de amargura, ira, celos, envidia, embriaguez, etc.
Entre los espíritus desencadenados sobre la iglesia hemos podido identificar los siguientes:

Espíritu de anticristo
Este espíritu se infiltró en la iglesia primitiva y causó la división. 1 Jn. 2:18-19
No podemos limitar nuestro entendimiento sobre este espíritu como un individuo que vendrá. Este
es un espíritu que infesta a muchos. El apóstol Juan dice que “han surgido muchos anticristos” que
causan la división de la iglesia.

Sin duda alguna, casi todas las congregaciones, particularmente las más antiguas, han sido víctimas
de individuos controlados por este espíritu que ha causado divisiones, ha quebrantado la unidad de
la fe y ha fomentado la rebelión.

Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no procede de Dios; y éste es el
espíritu del anticristo, el cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 1 Jn. 4:3

Confesar a Jesucristo significa aún mas que mencionar simplemente, su nombre en la oración.
Significa confesarlo desde un estado de unidad con El. El espíritu del anticristo endurece el corazón
manteniéndolo fuera del amor. Nutre las actividades equivocadas como la falta de perdón. Causa la
división y fragmentación en la unidad de Cristo, debido al criticismo y diferencias doctrinales sin

122
importancia. Abraza la falta de perdón, división y odio en vez de perdón, unidad y amor. Es
antiamor, antiperdón y antireconciliación. Fomenta la rebelión y especialmente se opone a la
verdad. 2 Tes.2:4

El espíritu de Absalón
Es de esperar, como en el caso anterior, que la mayoría de los pastores se han enfrentado al menos
una vez en su ministerio contra individuos que se asemejan al hijo de David. Este es también un
espíritu independiente que rehúsa someterse a las autoridades ungidas por Dios. Pretende usurpar la
autoridad, motivando a otros a unirse en rebelión, y reemplazar al que Dios ha llamado para
pastorear el rebaño.

Absalón permitió que una raíz de amargura tomara control sobre su vida. Supo que Amnón su
medio hermano (hijo de David), había violado y después aborrecido a su hermana Tamar. No se
enfrentó ni a él ni a su padre, el cual aunque se enojó mucho, no hizo nada por remediar la
situación. Absalón logró planear cuidadosamente la venganza contra Amnón y determinó hacerlo
desde ese mismo día. Notamos un espíritu de venganza y odio que premeditó un crimen de
venganza. 2 Samuel 13:20-22,28,32.
Después que sucedió este incidente, Absalón huyó. Se fue a Gesur por tres años hasta que su padre
David lo mandó a llamar para que regresara, porque le hacía falta.

A su regreso levantó un grupo de seguidores que estaban en desacuerdo con el rey. Comenzó a
presentarse como sabio consejero a todos los que venían a su padre pretendiendo que si se le
nombrara por juez (es decir si se le daba una porción de autoridad), él sí podría resolver sus pleitos
y problemas. Con una gran diplomacia los besaba y robaba el corazón del pueblo de Israel.

Dios nos ha dado autoridad para proteger lo que más amamos. Si no existe el amor la autoridad no
obra o funciona. El amor siempre dispuesto a pagar un precio: la muerte, el negarnos a nosotros
mismos. Cristo murió porque amó. Este amor redentor es el que da origen a la autoridad. Absalón
pretendía amar al pueblo para robarle el corazón, rebelarse contra la autoridad de Dios y
suplantarla.

La Biblia dice que este hombre era alabado por su hermosura. No tenía ningún defecto desde la
coronilla hasta la planta de los pies. Era un hombre manipulador, vengativo y orgulloso. La Biblia
nos dice que había erigido una columna en el valle del rey para conservar su memoria. Deseaba ser
reconocido, dijo: “Yo no tengo hijo que conserve la memoria de mi nombre” (2 Samuel 18:18). Sin
embargo, podemos leer en 2 Samuel 14:27 que le nacieron tres hijos y una hija a la cual llamó como
a su hermana, Tamar.

2 Samuel 15:2-6
A pesar de todas sus artimañas, engaños y aparente victoria, el Dios Todopoderoso devolvió el
trono a David. Absalón pereció en manos del ejército de David.
Todo pastor sobreveedor de la congregación que ama, va a ser defendido y apoyado cuando vienen
aquellos con el espíritu de Absalón. Estos vienen para causar división en el Reino de Dios.

Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como
quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es
provechoso. Hebreos 13:17

Con frecuencia los jóvenes, novicios en las cosas del Señor y en particular aquellos que carecen de
fundamentos teológicos o bíblicos, tienen celo de Dios. Pero como no es conforme a un pleno

123
conocimiento, son controlados por el espíritu de Absalón. No tienen la paciencia para esperar el
tiempo de Dios, ni la sabiduría para reconocerlo. Se levantan en contra de sus líderes como lo hizo
Absalón en contra de su padre.

El espíritu de estupor y letargo

Como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan,
hasta el día de hoy. Romanos 11:8

Aristos, un diccionario ilustrado de la lengua española define estupor de esta manera: “Disminución
de la actividad intelectual acompañada de cierto aire de indiferencia”.

Esta indiferencia o insensibilidad trae a los cristianos torpeza y desanimo que les impide crecer en
Cristo y los estanca en un estado que los ciega a la visión de Dios. Es algo similar a entrar en un
profundo sueño, el cual nos pone a dormir y nos impide servir al Señor.

Con frecuencia el nuevo creyente está lleno de celos por las cosas de Dios. Camina en las nubes,
testificando, sirviendo, etc. Mas todo cristiano, de no ser motivado y equipado, entra en un estado
de indiferencia que lo desanima a servir a Dios. Estos llegan a ser piedras quemadas en el muro y el
tempo de Dios. (Nehemías 4:2)

Todo pastor debe hacer en su iglesia, lo mismo que Nehemías al regresar a Jerusalén para reedificar
el muro. Nehemías tuvo la visión de reedificar el muro. Nehemías 2:13 dice que este “observó los
muros (miembros) de Jerusalén que estaban derribados (caídos, desanimados, desalentados) y sus
puertas (lideres) están consumidas por fuego”. Nehemías reconoció que por sí mismo no podía
hacer la obra, entonces los reta diciendo: “Levantémonos y edifiquemos, así esforzaron sus manos
para bien”. Nehemías 2:18b
El ministerio es obra de los santos, es decir, de todos los cristianos. El llamado a los pastores y
líderes es el de equipar a los santos para la obra del misterio. Los resultados serán asombrosos como
lo fueron para Nehemías:
“edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el
pueblo tuvo ánimo para trabajar. Nehemías 4:6

Este espíritu ataca particularmente a los cristianos, que no se han activado en el ministerio, y que
por regla general conocen los caminos del Señor por muchos años. Entra en ellos una tibieza como
la que ocurría en la iglesia de Laodicea, de la cual Jesús dijo: “…por cuanto eres tibio y no frio ni
caliente, voy a vomitarte de mi boca”. Apocalipsis 3:16
Tenemos que orar en contra del espíritu de estupor. Oremos para que seda atado ese estado de
indiferencia y desatado un espíritu de servidumbre en su lugar. Cuando el pueblo de Dios se acerca
a El con palabras y le honra con sus labios pero aleja de El su corazón, simplemente venera por
tradición aquello aprendido de memoria. El Señor permite entonces, que caiga sobre ellos un
espíritu de sopor o sueño profundo conocido también como espíritu de letargo.

Espíritu de Jezabel
Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa,
enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado
tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. Apocalipsis 2:20,21

El enemigo también ha desatado y asignado principados y potestades para traer división a la iglesia
local. El espíritu de Jezabel (independencia, ambición, preeminencia y control) y los espíritus de

124
sensualidad carnal (lascivia, lujuria, adulterio y fornicación), han sido asignados a las iglesias
locales para causar división, celos y envidia, así como para impedir que la obra de Dios se
desarrolle. Muchos han desmayado y caído victimas de las mentiras del enemigo a través de estos
espíritus inicuos. La Palabra de Dios nos exhorta a resistir al diablo y a ser firmes en nuestra
fidelidad a Dios y al ministerio al que nos ha llamado. 1 Pedro 5:8-9; 2 Pedro 3:17

Tenemos que saber de antemano, es decir, conocer a nuestro enemigo. La única forma de saber es
mediante el estudio y la enseñanza de la Palabra de Dios, la cual nos enseña que el pueblo d Dios
“perece por falta de conocimiento” (sabiduría).
Al conocer la verdad, la verdad te hace libre. Es por eso que estamos llamados a vestirnos con la
armadura de Dios, para que vestidos y establecidos podamos estar firmes en contra de las artimañas
del enemigo.

Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos
que, teniendo cauterizada la conciencia. 1 Timoteo 4:1-2

 Espíritus engañadores (espíritu de Jezabel)


 Doctrinas de demonios (espíritus religiosos)
Lo que caracteriza a estos dos espíritus es que “con hipocresía hablan mentira teniendo cauterizada
la conciencia”. Sabemos que Satanás, el diablo, es el padre de mentira. Es decir, toda mentira, toda
falsedad, todo engaño procede de la simiente de su padre el diablo.
Para conocer el espíritu de Jezabel debemos comprender el origen de esta personalidad en la Biblia.
La primera mención de este nombre la hallamos en la rebelde y manipuladora esposa del rey Acab
como vemos en 1 Reyes 16:29-31; 21:25.

Fue a través de este espíritu manipulador de la reina Jezabel que vino la contaminación a Israel.
Jezabel era oriunda de Sidón, la capital de Fenicia. La cuna o el centro de origen del culto a Baal.
En la ciudad de Tiro estaba el templo mayor del culto al dios del sol Baal.

Este era un culto a la fertilidad. Este dios tomaba distintos nombres en diversas localidades y junto a
él ser veían otros dioses menores de los cuales los que más mencionan la biblia eran Dagón y
Astoret. El culto a Astoret incluía toda clase de prostitución y depravación sexual como también el
sacrificio humano. Jezabel fue criada bajo esta cultura idolátrica. Llevaba arraigado este espíritu de
hipocresía, falsedad, engaño, lujuria, etc.

El espíritu de Jezabel es un espíritu muy independiente, intensamente ambicioso por la


preeminencia y control. El nombre Jezabel significa “sin cohabitar”, es decir rehusa habitar con
nadie. Esto contradice lo que el Salmo 133.1 proclama. El Espíritu de Jezabel es independiente y
no se somete ni desea traer unidad sino división. Es un espíritu que quiere controlar y dominar las
relaciones. Solamente se somete o se hacer siervo cuando le conviene para ganar alguna ventaja
estratégica.

Este espíritu no es exclusivo en mujeres aunque predomina y es atraído al sique o sicofemenil. Ello
es debido a su habilidad de manipular sofisticadamente sin el uso de fuerza alguna. Especialmente
ataca a mujeres que están amargadas con los hombres porque han sido desechadas, abandonadas o
abusadas por éstos. Opera a través de aquellos que por su inseguridad, celos y vanidad desean
controlar a otros. Es evidente en aquellas mujeres que públicamente humillan a sus esposos y los
tratan de controlar o manipular por estos medios.

125
1 Reyes 19:1-2: 21:1-29
La Escritura nos dice que Acab fue manipulado y controlado por falsos espíritus proféticos. Le
hablaban espíritus de mentira y le inducían a dirigir su reino mediante palabras engañosas que
siempre hablaban de éxito y cosas buenas. Acab rehusaba escuchar la voz profética de Dios por
parte de Elías y Miqueas cuando eran mensajes de corrección y disciplina.

El espíritu de Jezabel manipula a esposos(as), hijos(as), nuevos creyentes, etc. Opera por
inseguridad, celos o vanidad como función matriarca. Debemos tener cuidado cuando una mujer,
aunque lidere, insiste en reconocimiento e ignora o manipula el liderazgo masculino de la iglesia y
se autodenomina profetisa. Porque el espíritu de Jezabel odia la humildad y rehúsa someterse a
otros ministerios.

Espíritus dados para contrarrestar el ataque del enemigo


 Espíritu de Dios, Espíritu de su Hijo, Espíritu de Cristo
 Espíritu de fe. 2 Co. 4:13
 Espíritu de vida. Ap.11:11
 Espíritu de adopción. Ro. 8:15
 Espíritu de gloria. 1 P. 4:14
 Espíritu de gracia. Heb.10:29; Zac.12:10, Is. 57:15
 Espíritu de mansedumbre. 1 Co.4:21; Ga. 6:1
 Espíritu de promesa. Ef. 1:13
 Espíritu de verdad. Jn. 145.17; 15:26; 16:13; 1 Jn. 4:6
 Espíritu de sabiduría. Ef. 1:17; Is. 11:2
 Espíritu de Elías. 2 R. 2:15
 Espíritu de juicio (justicia). Is. 4:4
 Espíritu devastador. Is. 4:4
 Espíritu de consejo y de poder. Is. 11:2

126
•LA BATALLA
ETHNOS
Texto Clave: Porque ya está obrando el misterio de iniquidad, solamente que el que ahora
domina, dominará hasta que sea quitado; (2 Tesalonicenses 2:7)

Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová contiende con los moradores de la tierra;
porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. Perjurar, mentir,
matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden. Por lo cual se
enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del
cielo; y aun los peces del mar morirán. Oseas 4:1-3

La batalla espiritual también se da en vecindarios, ciudades, regiones, naciones y continentes. La


biblia habla claramente sobre dichos lugares. Aquí Satanás tiene sus tronos, dominios, principados y
potestades para ejercitar supremacía sobre la humanidad y sobre la iglesia de Cristo. Ver al mundo
como es visto por los ojos espirituales se llama cartografía espiritual.
México, Centro América y Sudamérica son cunas de las tres culturas (ethnos) indígenas más
grandiosas, la azteca, la maya y la inca. Los estudios arqueológicos y científicos parecen indicar
que existía una relación muy cercana entre Mesopotamia, el centro de la cultura babilónica, ya que
los símbolos crípticos de la cultura maya y babilónica son muy similares, tales como la forma de los
dibujos de los ojos, la preeminencia dada en la raíz de la culebra, el dragón volador, etc. Is. 14:29b

Las culturas de religiones en mesoamérica eran politeístas. Estudios arqueológicos y de documentos


nativos son examinados para determinar las culturas, sus tradiciones y simbolismos. El simbolismo
es un instrumento de conocimiento y el mas antiguo y fundamental método de expresión, el cual
revela los aspectos reales que escapan a otros medios de expresión. El simbolismo tradicional
asume la prioridad de lo celestial y que lo terrenal es solamente una imagen de ello.

El apóstol Pablo en Romanos 1:20 nos dice que las cosas invisibles se hacen evidentes y se nos
permite entender por medio de las cosas hechas. Es decir que para entender lo que ocurre en el
ámbito espiritual tenemos que analizar lo que ha sucedido o está sucediendo en el ámbito natural.
Aunque como cristianos estamos llamados a reconocer el ámbito espiritual como el verdadero
núcleo de la realidad, y muchas veces el creyente no posee el discernimiento y poder espiritual para
ver la dimensión espiritual en sus vidas diarias a fin de poder derribar las fortalezas del maligno.

Lamentablemente sobre esta área de enseñanza en la iglesia hay mucho desconocimiento; muy poco
escrito y mucho rechazo. Hoy a pesar de todo, el Señor está poniendo hambre en Su pueblo por las
verdades profundas de la intercesión.

127
Tanto el nuevo como el viejo testamento establecen que: espíritus del reino de Lucifer son
asignados para controlar y destruir áreas geográficas específicas; grupos culturales o étnicos y
naciones o ciudades.

La Biblia establece una lamentable verdad: el destino; pasado; presente y futuro de las naciones ha
sido y es afectado por espíritus territoriales determinados. Ambientes, prácticas religiosas,
económicas y negativas realidades visibles de naciones enteras demuestran que poderes espirituales
(principados) de alto nivel han dejado en estas sus huellas devastadoras.
América, territorio donde Dios nos ha hecho vivir, tiene sus costumbres que nos evidencian que
existía desde tiempos atrás la idea de que los territorios tenían su propio dios o deidad; la cual
ejercía un poder absoluto en un área geográfica definida.

Nuestros indios americanos no se salían de sus territorios sin obtener el permiso o respaldo del
espíritu territorial o deidad donde ellos iban a entrar.
Creían perder la protección de su dios si se movían de su territorio. Ellos sabían que su dios no
podía moverse con ellos fuera de su territorio asignado.
Estos conceptos son aun manejados por los pueblos del Africa donde para sus guerras (Zimbawe)
utilizan médiums espiritistas para invocar a los demonios que antes tuvieron control de jefes
tribales, gobernando vastos territorios. Estas fuerzas que controlaban esta nación eran denominadas
"Espíritus provinciales".

Territorialidad espiritual según La Biblia


La conquista por Israel de su territorio en los días de Moisés y posteriormente de Josué denotaron
que los pueblos paganos adoraban dioses falsos (a veces Israel lo hacía). Los cananeos rendían culto
a las criaturas (deidades, espíritus o poderes angélicos de diferentes clases). Para estos pueblos estos
eran sus dioses y los ligaban al tener jurisdicción o control territorial en áreas definidas. El libro de
Números, así como los 10 mandamientos dados por Dios a Moisés mencionan la práctica de la
idolatría y el castigo que esta merecía. En el capítulo se nota el celo de Jehová para que Israel
derribara (o tomara) los lugares altos (naturales o artificiales como montes o altares y templos). Era
necesario derrotar a los hombres pero también a sus espíritus territoriales.

Israel y sus pecados son una gran lección para nosotros (2 Crónicas 28). Muchos reyes se
contaminaron adorando ídolos y con ello cediendo el gobierno de la nación al diablo (1 Reyes 18 y
19 con Acab y Jezabel). Israel también adoró ídolos y levantó altares en lugares altos irritando a
Dios. Jehová usó a hombres de Dios como David, Moisés, Elías y muchos reyes para derribar los
lugares donde se adoraron seres demoniacos. Cuando lo hicieron el territorio y la nación fueron
bendecidos por el Señor.

En algunas Biblias católicas Dios expresó una verdad interesante. Allí se afirma que Dios repartió o
dividió la tierra según el número de sus ángeles o hijos de Dios. Esta afirmación más apegada a los
textos originales es cambiada sutilmente en las versiones evangélicas. El texto y su idea es
contundente; Deuteronomio 32:8 Cuando Dios Altísimo distribuyó las naciones, cuando dividió a la
raza humana, el arregló los límites de las naciones iguales al número de los ángeles reunidos con
Dios (versión Palabra de Dios para Todos). La implicación es sorprendente; allí Dios afirma que el
dominio de las naciones ha sido dividido según el número de poderes angélicos. Moisés escribe
entendiendo con claridad que existía una territorialidad de seres espirituales. Cuando él escribe
sobre Abraham nos menciona que Jehová le ordenó salir de su tierra y de su parentela. Es obvio al
estudiar la historia que los sumerios y caldeos fueron dominados por un grupo de espíritus liderados
por Enlil, un espíritu territorial que hizo de cada ciudad caldea su posesión y de cada habitante su
esclavo. Esta referencia nos llega a través de las investigaciones de Peter Wagner, erudito bíblico de
nuestro tiempo.

128
En 1 Reyes 20 la Biblia registra un relato que no debe pasar desapercibido: Israel se enfrenta a uno
de sus fieros enemigos (Siria), los cuales manejaban el concepto de territorialidad de sus deidades
paganas. En la primera batalla Israel vence a su enemigo contundentemente. Los enemigos de los
judíos ponen a funcionar sus conocimientos y piensan que han sido derrotados solo porque pelearon
en un territorio donde su dios pagano no tenía control o autoridad. Ellos piensan que hay dioses con
poder en los montes o en los valles, es decir con autoridad territorial restringida. Creen que la
estrategia para ganarle a Israel es cambiar de lugar o campo de batalla. Una pérdida más les toca
recibir, Israel les derrota fácilmente pues Dios en los montes y en los valles. El concepto de
territorialidad es válido pero el gran error de los hombres paganos fue considerar a Jehová un
espíritu territorial. El señor es mucho más que eso; Él es Dios sobre todos, Único Rey y Amo
Absoluto de Su creación.

Jeremías es uno de los profetas que proclama la Palabra de Dios en el cautiverio de Israel en
Babilonia. Él enfatiza la derrota y caída de Babilonia, base del poder imperial de Nabucodonosor y
otros reyes caldeos. Esta caída la relaciona con la destrucción de ídolos y esculturas a su dios
Merodac, el cual es Bel (que significa Señor) o Baal. Este era el dios estratégico del paganismo
babilónico; era el espíritu territorial principal sobre toda la nación y el imperio. El imperio
babilónico tenía la influencia de Baal (dios-sol o Satanás) sobre su esfera geopolítica. Es curioso
observar como estos espíritus territoriales pueden ejercer dominio sobre naciones conquistadas
como Israel al absorber estos pueblos esclavos de sus dioses Baal y Asera, dioses paganos de los
babilónicos, fueron absorbidos por los israelitas y a quienes bajo la presión de Jezabel (Reina
pagana y esposa del rey Acab) Israel levanto altares de adoración apostata.

A través de movimientos migratorios e inmigratorios los espíritus son transmitidos a los pueblos y
con estos su influencia malévola. Para la liberación de Israel, Baal debía ser destruido, para ello
Dios levantó a Elías el profeta en su generación para derrotar a los poderes territoriales de
Babilonia. (1 Reyes 17-19).
El capítulo 10 de Daniel es el que nos da la enseñanza más clara sobre territorialidad en el antiguo
testamento. El profeta había ayunado 21 días, al día 24 recibe la visitación de un ángel con la
respuesta a sus oraciones. El ángel le dice: " Daniel, no temas; porque desde el primer día que
dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus
palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia (Espíritu
territorial sobre el gran imperio persa). se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel,
uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. Daniel
10:12,13. El ángel le señala a Daniel que la batalla arreció y tuvo que ser enviado Miguel el
arcángel guerrero (a favor de Israel) para derrotar al enemigo. Y finalmente añadió el ángel: "Debo
volver porque en breve peleare con el príncipe de Grecia" Dn. 10:20 (Espíritu territorial sobre el
imperio Griego que quitaría de su autoridad al imperio Persa).

Espíritus territoriales en el Nuevo Testamento

En los evangelios se nos presenta una verdad; Satán es el principal espíritu territorial. El controla
reinos atándolos a su poder maligno a través de la idolatría y el satanismo. En Mateo 4:8 vemos que
el diablo realmente tiene control sobre los reinos del planeta, el pretende tentar a Jesús ofreciéndole
la entrega de los reinos del mundo. Jesús afirmo que Satán era "El príncipe de este mundo".
Hoy ya no lo es; Jesús lo venció y lo despojo de su control y entregó a la Iglesia el dominio de las
naciones.
Efesios 6:12. Pablo, hace un desglose muy claro de las fuerzas espirituales contra las que batalla la
iglesia. Uno de esos poderes le llamó principados (espíritus territoriales). Son fuerzas in visibles que
ejercen señorío sobre una región determinada geográfica y topográficamente. Sobre estas levanta

129
"Un trono" para ejercer una acción demográfica (Sobre gente, para destruirla) y geográfica (áreas
naturales y la naturaleza misma para devastarla y aniquilar el mayor número de personas).

El libro de los Hechos nos muestra a fuerzas demoniacas ejerciendo el control sobre gentes y
lugares.
a) Hechos 13:6-12 Pablo tiene una confrontación con Elimás el mago que ejercía influencia
sobre gobernantes.
b) Hechos 16:16-18 Encuentro de Pablo con un Espíritu de adivinación que influenciaba
Filipos
c) Hechos 19:35 Lucha de Pablo con "Diana" de los efesios
d) Hechos 26 Euroclidón (espíritu de los vientos).

La confrontación más ejemplarizante quizás se da con el espíritu territorial llamado Diana de los
efesios Los cuales la consideraban "Reina del cosmos", salvadora o gran señora del Asia menor. Al
ser vencido este espíritu por el Señor a través de Pablo, la evangelización se hizo más fácil y
poderosa.

Gálatas 6:7. Dios estableció un orden de reproducción, la ley de génesis o principios establece que
toda semilla se reproduce de acuerdo a su especie o género.
La violencia de los conquistadores fue el resultado de lo que los nativos habían sembrado, la
violencia se reprodujo en violencia. Los conquistadores no solamente trajeron la violencia y la
destrucción sino que contaminaron a Latinoamérica con un espíritu de avaricia conocido como
Mamón que en el arameo significa codicia por las riquezas. Es es parte de la naturaleza del ladrón
que viene a hurtar. Un espíritu de codicia que junto con la violencia han tomado en varias naciones
de Latinoamérica.
La devoción a estos espíritus que reinan sobre ciudades y naciones (ethnos) puede llevar diferentes
nombres.
Por ejemplo: El culto a la idolatría, a la diosa madre de Babilonia, Semiramis y a su hijo Tammyz,
se propagó en Babel. Entre los chino se llamaba “Shinmoo”, los sumerios la llamaban “Venus”, los
efesios “Diana”, en Jeremías 44:17-19 se le conoce como “Reina del Cielo”, y en Jueces 2:13
vemos que el pueblo de Israel apostató y adoró a Baal y a Astarot.

Los espíritus territoriales pueden tomar nombres en diversos sitios: En Resistencia, Argentina,
durante el desarrollo del “Plan Resistencia”, la hermana Cincy Jacobs identificó los espírtus locales
conocidos como:
Pombero: espíritu de división
Curupí: espíritu de inmundicia
Pitonisa: espíritu de brujería, la serpiente.
Reina del cielo: espíritu de error e idolatría
San La Muerte: espíritu de muerte

Comenzar a identificar los espíritus territoriales sobre sus ciudades y naciones es el paso inicial para
poder combatir las artimañas del enemigo.
Los poderes satánicos toman potestad y se entronizan sobre naciones, regiones, provincias, ciudades
y hasta vecindarios cuando los habitantes abren las puertas dándoles la bienvenida por medio de
festivales, peregrinaciones, ferias, carnavales y ritos.
Algunas citas bíblicas que muestran la influencia que ejercen sobre las personas: 1 Co.8:5-7;10:19-
21; Is.46:1,7; Ez.8:8-9, Dt.32:16-17
Todas estas actividades pueden tener diferentes trasfondos, ya sean funciones religiosas,
tradicionales, folklóricas, sociales y en algunos casos políticas. Satanás es el padre de mentiras y su
arma más grande es el engaño.

130
Organizar un equipo de intercesión
En el campo espiritual, la oración es imprescindible, trascendental y fundamental. Nada ocurre sin
ella. Por ello es que, lo primero que todo líder cristiano debe hacer es organizar su equipo de
intercesores. Si realmente piensa penetrar seriamente en el terreno de la batalla espiritual territorial
debe como prioridad principal orar por la constitución de un grupo de oración de primera línea. Este
equipo debe estar formado por personas de mucha confianza de líder y con una carga especial por la
obra de Dios y las almas perdidas. Cada miembro de este equipo debe de poseer un llamado
ferviente por la oración y una unción guerrera para pelear por y a favor de los propósitos divinos
con una intercesión constante y efectiva.

Si deseamos penetrar en el mundo de las tinieblas y doblegar los poderes satánicos para que se dé
un cambio en los cielos de las ciudades y miles sean salvos tenemos que constituir y organizar un
equipo de intercesión básico. Obviamente la intención es que este grupo desate esa vocación
intercesora a toda la grey y se constituyan muchos grupos de oración más y se levanten con poder
los guerreros de la intercesión. Todo líder, debe formar su equipo principal de oración. Si la Iglesia
o grupo no es muy grande, debe formarlo aunque sea con su propia familia, pero no habrá éxitos en
la batalla territorial si no tenemos primero un respaldo fuerte de oración.

La elección del campo de batalla


Después que Dios inquieta a un líder y lo motiva a orar, le enseña porque debe interceder. Esto
definitivamente tiene que ver con naciones, ciudades y pueblos. Surgirá desde luego la carga por
uno o varios lugares y la gente que allí se encuentra esclavizada al pecado. Este lugar puede ser un
edificio de apartamentos, un barrio, un conjunto de calles o avenidas, o un distrito; o una gran
ciudad. Quizás el plan del líder de Dios sea plantar allí grupos de discipulado; o una nueva Iglesia, o
tener una cruzada de evangelización y avivamiento. El líder debe definir en oración ante el Señor
cual será el territorio a conquistar. Tanto más específico sea esto, tanto mayores y mejores serán los
resultados espirituales. El líder debe definir con claridad el campo de batalla. Una vez definido el
territorio a conquistar, debe comunicarlo a su equipo o equipos de oración para que inicien tiempos
de oración por el lugar y sus moradores. Recuerde que este territorio ha estado en manos de
espíritus territoriales por años y tendrá que iniciarse una lucha de oración para lograr que suelten
cada pedazo de la zona señalada.

PRACTICA
Estos son pasos esenciales que deben darse de inmediato
1. El líder debe de obtener en oficinas de gobierno, librerías o agencias de turismo: mapas de la
zona que incluyan en una forma gráfica y amplia el territorio a conquistar.
2. Este mapa servirá para marcar en el mismo los puntos clave a atacar bajo principios de guerra
espiritual estratégica que mostraremos más adelante
3. Aun cuando existieren mapas del lugar, el líder debe reconocer el territorio de batalla. Esto
implica que ya sea a pie, en bicicleta o en vehículo automotor recorrerá una y otra vez la zona (Las
veces que sea necesario) para observar cada detalle del lugar.
4. El líder junto a su equipo especial de oración, tomará nota de los detalles más insignificantes y
los anotarán y harán una lista con ellos. Luego harán un mapa del lugar reconocido, con sus propias
manos y anotarán en el mismo los detalles enlistados tales como: escuelas, colegios, prostíbulos,
alcaldías, bancos, cantinas, centros de ocultismo, zonas de violencia o narcotráfico, etc., etc.
5. El mapa debe de ser hecho lo más gráficamente posible y debe contener la mayor información
posible tanto de lugares normales y buenos para la comunidad como sobre todo de aquellos que son
dañinos y están ligados con el pecado y Satanás. He aquí una lista que le ayudará para encontrar los
lugares más importantes para su mapeo espiritual.

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a. Centros de Gobierno (Senado, municipalidad, juzgados, centros militares, casa de gobierno,
gobernaciones, oficinas, ministerios, etc.)
b. Centros de estudios (universidades, escuelas, tecnológicos, escuelas de comercio, computación,
ballet y música, jardín de niños, guarderías, etc.)
c. Templos (evangélicos, católicos, mormones, testigos de Jehová u otros grupos sectarios (budistas,
islamitas, moonitas, etc.)
d. Centros de perdición: cantinas, bares, prostíbulos, clubes nocturnos, centros de homosexualismo,
casinos, casas de narcotráfico o calles, etc. e. Parques, calles y avenidas importantes y conflictivas.
f. Barrios o zonas de violencia y narcotráfico.
g. Zonas o casa de brujería y ocultismo.
h. Santuarios de idolatría y catedrales.
i. Radio emisoras, televisoras y periódicos.
j. Casas o departamentos de personajes de la ciudad Cementerios y lugares de suicidios (puentes,
etc.)
k. Lugares históricos, etc., etc., etc.

Estrategias de Guerra Espiritual


Siendo movidos como pueblo de Dios a un combate frontal con Satanás, no podemos esperar
vencerle con cosas sin sentido. Dios es quien dirige la guerra. EL está indicándonos como hacerle al
enemigo el mayor daño. EL como Gran Estratega nos está iluminando que hacer y donde y cuando
hacerlo .Es pelear el tiempo antiguo, sólo siguiendo los dictados del Espíritu Santo. Así guerreó
Moisés, Josué, Elías y David pelearon batallas con estrategias dadas por Dios para obtener victorias
espirituales que cambiaron a su vez las circunstancias y ambientes naturales que los rodearon.
Debemos buscar hoy esas estrategias de victoria en el secreto del Señor.

PASOS INICIALES PARA COMENZAR LA BATALLA


1. Levantar un ejército de oración, intercesión y ayuno que aten al hombre fuerte, al príncipe
de la potestad del aire designado sobre nuestros países y ciudades.
2. Discernir los espíritus territoriales asignados a cada localidad y batallar contra ellos con
espíritus opuestos, por ejemplo:
Si es la violencia, contrarrestarla con la paz
Si es el odio, contrarrestarlo con el amor.
Si es la avaricia, contrarrestarla con la caridad.
3. Preparar al pueblo entero: movilizando al ejército de Dios y equipándolos con las armas
espirituales y el conocimiento y la sabiduría de Dios para reconocer las tácticas del
enemigo, resistirlas y salir triunfantes y victoriosos.

Todo ejército sufre pérdidas en la guerra. Pero mientras más preparado esté, mientras más
unidos se encuentren sus comandantes y generales, etc. más rápida y eficiente es la batalla y
menos victimas caen.

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• TOMANDO LAS
ARMAS DE LUZ

Texto Clave: La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las
tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Romanos 13:12

Dios nos ha dado una gran cantidad de formas para defendernos, fortalecernos y vencer al enemigo;
comúnmente tenemos tiempos de sosiego pero también tiempos de cruenta lucha, así que sigamos
reconociendo las armas de luz, colocadas a nuestro servicio:

a) La oración:
Es el acto de acercarme a Dios, moverme en lo sobrenatural y tomar posesión de lo prometido. La
oración es un campo supremamente amplio en el cual junto al lenguaje de fe y en el nombre de
Jesús debe haber peticiones:
Específicas. 1 Cron 4:10
Completas Hch 4:29-30
Sinceras Mc 10:47
Sencillas Mt 6:7

Hay muchos tipos de oración; acción de gracias, arrepentimiento, petición, etc. Pero hay algunos
momentos la cual esta está se manifiesta en la plenitud del poder intercesor del Espíritu Santo,
llamada oración en el Espíritu (Judas 20), donde aparece una o varias de las siguientes
manifestaciones:
Hablar en lenguas; 1 Co. 14
Llanto, gemidos indecibles, dolores de parto; Gá. 4:19; Sal 5:1; Is. 59:11; Ez 30:24; Joel 1:13;
Ro. 8:23; 2Cor. 5:2; Is. 13:6-8; Is. 21:3.
Risa; Sal. 126; Sal. 16:9.

La sensación experimentada en estas oraciones es la urgencia, la seguridad de ser escuchado y


respondida la petición. La oración pues constituye la herramienta de trabajo más común y necesaria.

b) El Ayuno:
La abstinencia de alimento como sacrificio con un propósito alimenta el espíritu y multiplica el
poder de la oración. Podemos ver unos de los acontecimientos más complejos siendo cambiado en
el ayuno a través del libro de Ester.
En el ayuno:
• Conozco la voluntad divina Hechos 13: 2-3.
• Fortalece mi vida espiritual Mt. 6:16-18.

133
• Rompe ataduras Is. 58:6.
• Puedo interceder con éxito Jonás 3:5-6.
• Protejo mi vida y la de otros Ester 4: 15-17.

c) El Nombre de Jesús:
El nombre de Dios es lo que da sentido y poder a todo lo que hagamos.

A diferencia del concepto occidental en la cual el nombre de algo sirve para diferenciarlo del resto,
en la concepción Hebrea el nombre forma algo esencial, expresa el origen, las cualidades, y el
destino, por eso vemos que Dios tiene “Muchos nombres”, pues tiene muchas cualidades. Desde el
principio se manifestó como el “Yo Soy” (YHWH, Ex. 3:13-15) el nombre Jehová es la
combinación de las consonantes de YAHWEI y las vocales de ADONAI, el cual fue hecho por
traductores del siglo XV particularmente.

Así vemos el nombre divino compuesto para expresar las múltiples facetas de su pacto.
ELOHIM: Nombre Colectivo de Dios. Gn. 1:1
EL-SHADAI: Todosuficiente. Gn. 17:1
ELYON: Altísimo. Gn. 14:20
HASHEM: El nombre. Ex 20:7
TSUR: Roca fuerte. Dt. 32:4
NISI: Estandarte Ex. 17:15.
JIREH: Proveedor. Gn 22:14
RO-HI: Pastor. Sal 23:1
RAFAH: Sanador. Ex 15:26
SHALOM: Paz. Jue 6:24
SAMMA: Presente. Ez 48:35
TSIDKENU: Mi justicia. Jer 33:16
TZEVA’OT: De los ejércitos. 1 Sam 4:4
OLAM: Eterno. Dt. 33:27
KADOSH: Santo. Ap. 4:8.

A través de estos nombres declaramos el pacto de Nuestro Dios, sin embargo a causa de la
redención, el poder del Señor hoy se manifiesta en el nombre de Jesús, pues no hay otro nombre
bajo el cielo en que podamos ser salvos “Solo en el nombre de Jesús”: Mc. 16:17; Jn. 14:13; Ef.
5:20; Fil. 2:10-11. Jesús es la traducción de YESHUA (y-shva: Jehová salvador), así que usar el
nombre de Jesús es usar exactamente el nombre del gran Yo Soy en su función Salvadora, la cual
confirma la vigencia de todo pacto, todo lo que el Padre reciba lo hará exclusivamente en el nombre
de su hijo, y a ese nombre todo se somete Col 1:16-17.

d) La Sangre de Jesús
La sangre de Jesús en sí no echa demonios, purifica y lava del pecado el cual es la puerta de
entrada de los espíritus inmundos, sin embargo constituye una señal gloriosa del pacto de
redención, de posesión exclusiva de Dios y protección. (Hechos 20:28) Posesión para todos
(Efesios 1:7), Redención (Efesios 2:13), Cercanía del Señor (Hebreos 12:24).
La sangre de Cristo habla en nuestro favor:
1 Juan 1:7. Nos limpia de todo pecado
Ex 12:7-28 Protege del mal.

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e) La Palabra de Dios
Cada vez que Satanás quería confundir a Jesús, él respondía con la escritura declarar en fe (Mt 4:1-
11). Dios creó el universo por su palabra y la sustenta por la misma, es la palabra la que convierte
las almas y la que produce fe (Ro. 10:17). Hemos vencido al enemigo por la palabra de nuestro
testimonio, es decir confesando lo que El dijo lo que yo era y tenía, lo que yo seré y tendré para su
gloria (Ap. 12:11).
Nuestra lengua tiene poder ya sea destructivo o constructivo, más a nosotros las palabras de Dios
es vida (Jn. 6:68; Jn. 8:51; Hch. 7:38; Sal. 102:20),

Por la palabra, la escritura podemos:


• Atar y desatar. Mt 16:19; Mt 18:18
• Arrancar, destruir, arruinar, derribar, edificar y plantar. Jer. 1:9-10
• Bendecir, vivificar. Nm. 6: 23-27
Así que cada vez que nuestra boca fluye en las palabras de Dios estamos soltando el mismo poder
del Señor.

f) La Armadura de Dios.
Ef. 6:10-20
Hay dos mitos que opacan la imagen de la armadura de Dios.
1. Que es una forma literaria para expresar virtudes morales exclusivamente.
2. Que es netamente defensiva.

Sin embargo la escritura y la realidad sobrenatural expresa que no cabe la menor duda de que esta
existe en lo espiritual, tal como lo literaliza la escritura y corresponde a la “Armadura Personal del
Señor”. Al hablar de la armadura de Dios hablamos de guerreros. Un guerrero que jamás ataca al
enemigo y se limita solo a defenderse, está atrapado y un ejército que hace lo mismo no es apto para
guerrear.

Al principio hablábamos de que estas corresponden a la armadura de Dios, así que veamos:
• LOMOS: Is 11:5
• CORAZA: Is 59:17
• CALZADO: Is 52:17; Nah 1:15
• ESCUDO: Gen 15:1
• YELMO: Is. 59:17
• ESPADA: 2 Tes. 2:8; Is. 11:4; Ez. 21: 1-32.

Probablemente Pablo se inspiró en la armadura de las terribles legiones romanas, pero tomó el
significado del antiguo pacto, trayéndonos luz y revelación sobre lo que sucede cuando invocamos
en el poder del Espíritu Santo la Armadura de Dios. Si aceptamos el hecho de esta es real también
tendremos que aceptar la existencia en lo espiritual de Flechas, arcos, arietes..... etc.

g) Cobertura Angelical
En Hebreos 1:5-14, la Escritura nos muestra la superioridad de Cristo ante los ángeles,
concluyendo en el verso 14 con la posición de servicio de los ángeles ante los elegidos.

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento observamos la mano del Señor obrando en sus
mensajeros: La muerte de los primogénitos, Daniel en el foso de los leones, Pedro en la cárcel etc.
Aún estas verdades son vigentes para nosotros pues “a sus ángeles mandará acerca de ti que te
guarden en todos tus caminos” (Sal 91:11). Todos estos pasajes y otros más confirman el hecho de
que cada hijo del Eterno tiene una cobertura angelical lista a ser activada en cualquier momento.
Los ángeles nos sirven en todo y una vez activados podemos ordenarles que nos sirvan. Cabe

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aclarar que no lo hacen en razón ciega a nosotros sino en función de la presencia del Espíritu Santo
en nuestro existir.
Esto confirma Efesios 1: 20 –23 y Apoc 19: 9 – 10, dando a entender la armonía del Reino del
Señor.

h) La Alabanza y Adoración
Adoramos a Dios exaltando sus virtudes intrínsecas y le alabamos por su favor hacia nosotros.
Cuando hacemos esto nos sometemos a Dios y resistimos al enemigo. La exaltación a Dios es una
ocupación sagrada y de suma importancia para El y lo debe ser también para nosotros pues a través
de ella así como agradecemos al Rey de Reyes, destruimos fortalezas de todo tipo.
Recordemos los ejemplos de Josafat (II Cron 20:1-30) y el Pablo y Silas (Hechos 16:25-31) entre
otros.

Al hablar de alabanza y adoración tenemos que conocer que ella se manifiesta en tres (3) formas
artísticas:
• Vocales: Poesía y canto. Salmos 96:2
• Musicales: Salmos 150
• Corporales: Danza y representaciones: Salmos 149:2-3.

El lenguaje profético de la alabanza y la adoración a Dios, (1 Co.14:4…) es uno de los lenguajes


más gratos ante Dios y los hombres. Habitación predilecta de las huestes celestiales y dolor de
cabeza de las infernales (1 Sam 16:23).

Un Ejército en Orden
La guerra no sólo es para escuadrones especiales. Estos son los que van rompiendo brecha, la guerra
es de todos. El Señor está transformando a cada creyente en un buen soldado de oración. Debemos
caminar con Él, la unción está en sus énfasis. En la iglesia dejémosle a El edificar a su ejército. Esa
es su artillería, su marina y su infantería. Un ejército en orden al ataque y a la caza de los
principados que oprimen nuestras vidas.

Es de gran importancia que el líder de Guerra Espiritual en un proyecto de conquista territorial


comprenda que satanás ya ha sido derrotado plenamente por Jesucristo en la cruz del Calvario. La
Guerra Espiritual Estratégica, descansa fundamentalmente en esta maravillosa buena nueva del
Evangelio de Cristo.

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