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TIPOS DE MUNDOS FICTICIOS CREADOS POR LA LITERATURA

Una de las características de la literatura que más nos sorprende es su


capacidad de hacernos olvidar nuestro mundo por un momento, y entrar en otro
ámbito completamente diferente. En estos universos viven personajes que
desconocemos y que a veces habitan épocas distintas a la nuestra o incluso
ambientes en los que suceden cosas que nos desconcertarían en nuestra realidad
cotidiana. De esta manera, la literatura utiliza el lenguaje para construir mundos
regidos por lógicas similares y/o distintas a las de nuestro diario vivir. Como
algunas obras literarias presentan elementos comunes en cuanto a los mundos que
configuran, podemos clasificarlos en “tipos”. Lo importante es que sepas que una
misma obra puede presentar rasgos de varios tipos de mundo al mismo tiempo,
pero que siempre hay uno que predomina sobre los otros.

Mundo literario es todo un conjunto imaginario de leyes y principios


autónomos que regulan una realidad construida y representada a través del
lenguaje. Cada uno de estos mundos literarios es construido teniendo como
referente el mundo real en el cual nosotros habitamos. A partir de éste se van
construyendo los distintos mundos ficticios, los cuales son regulados por pactos de
lectura preexistentes en la sociedad.

La literatura utiliza el lenguaje para crear mundos ficticios a través de un


procedimiento que se denomina verosimilización y que consiste en generar una
ilusión de realidad ante el lector.

En todo relato hay algo que sucede, lo cual puede ocurrir a nivel de la conciencia
de los personajes o en lugares concretos, a veces muy específicos y reconocibles
dentro de la ficción.

La interacción del acontecer, de los personajes y de los ambientes da por resultado


el mundo ficticio posible.

a) Mundo realista: Este mundo narrativo se caracteriza porque se ajusta a la


realidad externa. Su interés es poder reflejar, en forma objetiva, las características
de una época, el lugar y tipo humano; para ello el escritor debe realizar
previamente una observación minuciosa de la realidad sobre la cual quiere escribir.
Esto significa que mientras más detallada sea la descripción de ese mundo, más
creíble será para el lector.
Representa el mundo tal como lo conocemos, con todas las leyes,
limitaciones y principios de la realidad. Existe una causalidad cronológica
secuencial, lo que significa que el tiempo y el espacio son relevantes. Tal como los
hombres reales, los personajes nacen, viven y mueren.
En este contexto, la función básica del narrador es representar lo más
fielmente la realidad por medio del discurso descriptivo y las formas de habla
propias de los personajes que recrea. Por su parte el receptor espera que esa
representación coincida con la de su propia experiencia. El mundo de lo Real ha
existido en todas las literaturas de todas las épocas, pero alcanzó su desarrollo más
completo en el siglo XIX, con la novela costumbrista y el Naturalismo literario

Las marcas textuales que te permitirán reconocer este tipo de mundo son:

 Predominio de un discurso descriptivo.


 Generalmente presenta un narrador omnisciente que busca representar lo
más fielmente la realidad por medio de¡ discurso anteriormente aludido.
 Lo temporal y lo espacial adquieren relevancia y ocurren tal como en el
mundo real.
 Un contexto socio-histórico concreto que influye y determina la
construcción del mundo interno, puesto que es el referente a partir del cual
se estructura la obra.
 Los personajes están sometidos a todas las reglas del mundo real y su
construcción está delimitada por los dos puntos anteriores.

b) Mundo fantástico: se entiende por mundo fantástico aquel que transgrede


el orden racional. Este mundo se vincula con lo maravilloso, lo extraordinario, lo
sobrenatural, lo inexplicable. Muchas veces, especialmente en la narrativa del siglo
XX, el mundo fantástico irrumpe desde una situación cotidiana normal,
provocando en el lector sorpresa y una actitud de duda sobre el carácter real o
fantástico del mundo representado.
Dos son los elementos fundamentales para caracterizar este tipo de mundo:
en primer lugar, representa un quiebre o ruptura de las leyes o principios del
realismo y además es un golpe sorpresivo a las expectativas del lector, quien
espera que la estabilidad del realismo se mantenga.
Así como los sueños, lo fantástico necesita del mundo realista para hacer su
aparición, y se enmascara, por así decirlo, en la realidad más habitual. Su
irrupción implica una máxima tensión del suspenso narrativo, y un abandono
definitivo del mundo real hacia regiones de imaginación fantástica que niegan o
amenazan el mundo de lo real.
Asociado al mundo de lo fantástico, está el tópico de lo inefable, es decir de
lo que no se pude describir, porque es demasiado extraño. La literatura de
misterio y terror (Edgar Allan Poe, H. R Lovecraft, Bram Stoker), junto con la
novela gótica, nos introducen habitualmente en el mundo de lo fantástico.

Las marcas textuales que te permitirán reconocer este tipo de mundo son:

 Inicio con una narración realista y descriptiva que se ve "quebrada- por


la irrupción de un hecho fantástico.
 La irrupción de este hecho fantástico provoca suspenso narrativo y el
abandono de las reglas y principios del mundo real.
 Predominio del tópico de lo Inefable (aquello que no se pude describir
con palabras porque es demasiado extraño).
 El narrador puede ser Omnisciente o Protagonista (personaje).
 Presente en la literatura de misterio y terror.

El mundo fantástico en el relato

1. Lee atentamente los siguientes trozos narrativas y observa cómo aparece en


ellos la irrupción de lo fantástico:

«Aquí se cuenta la historia de un tigre que se crió y educó entre los hombres, y
que se llamaba Juan Darién. Asistió cuatro años a la escuela de pantalón y
camisa, y dio sus lecciones correctamente, aunque era un tigre de la selva; pero
esto se debe a que su figura era de hombre, conforme se narra en las siguientes
líneas.»

(Horacio Quiroga: Juan Darién)


«(... ) Acto continuo Valdivia ordenó formación de combate y a las doce en
punto, junto con sonar el cañonazo del mediodía en el Huelén -hoy Sta. Lucía-,
empezó la histórica batalla del estero de Puangue.
Durante seis horas rugieron cañones, ametralladoras, fusiles, carabinas,
morteros, bombas de mano, y pistolas automáticas. Durante seis horas los
grandes tanques, como hipopótamos, se sumergían en las aguas del Puangue
para salir ya de un lado ya del otro -según a quiénes favoreciera la
suerte-,amenazadores más que hipopótamos n y durante igual tiempo los
tanques ligeros brincaban como gacelas y caían sobre compañías enteras ya de
españoles ya de indios según de qué punto se hubiera iniciado el brinco.
Durante seis horas los gases lacrimógenos, los gases bailarines, los gases
hilarantes, los gases todos, cubrían al enemigo, impulsados, del lado español,
de grandes abanicos de manolas, por el lado indio, del soplido de cientos de
viejas machis (... )»

(Juan Emar: Miltín 1934)

«La noche de¡ catorce de marzo de 1939, en un departamento de la Zeltnergasse


de Praga, Jaromir Hladík (... ) soñó con un largo ajedrez. No lo disputaban dos
individuos, sino dos familias ilustres; la partida había sido entablada hace
muchos siglos; nadie era capaz de nombrar el olvidado premio, pero se
murmuraba que era enorme y quizás infinito; las piezas y el tablero estaban en
una torre secreta; laromir (en el sueño) era el primogénito de una de las familias
hostiles; en los relojes sonaba la hora de la impostergable jugada, el soñador
corría por las arenas de un desierto lluvioso y no lograba recordar ni las figuras
ni las leyes del ajedrez. En ese punto, se despertó (... ).»
(Jorge Luis Borges: El milagro secreto)

c) Mundo de lo Maravilloso: Representa un mundo homogéneo en el cual todos


los hechos narrados pertenecen a la cualidad de lo maravilloso. Plantea el deseo de
un ser común de adquirir una condición superior. La estructura del cuento
maravilloso permite que cumpla su anhelo: ser rico, ser príncipe o rey. Participan
personajes surgidos de la fantasía popular, como hadas, ogros, duendes y brujas.
Plantea un narrador omnisciente que exige del lector una credibilidad absoluta con
respecto a los hechos narrados, que escapan a nuestra lógica cotidiana.

Ejemplo:
“En cuanto a los Hobbits de la Comarca, de quienes tratan estas relaciones,
conocieron en un tiempo la paz y la prosperidad y fueron entonces un pueblo feliz.
Vestían ropas de brillantes colores, y preferían el amarillo y el verde; muy rara vez
usaban zapatos, pues las plantas de los pies eran en ellos duras como el cuero,
fuertes y flexibles, y los pies mismos estaban recubiertos de un espeso pelo rizado
muy parecido al pelo de las cabezas, de color castaño casi siempre.”
J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos.

Lo maravilloso es una constante en la historia de la literatura


universal, desde las narraciones míticas de las culturas antiguas a los mitos
grecolatinos, pasando por los relatos bíblicos. Se trata de una categoría estética
alusiva a un mundo que escapa a las leyes espacio-temporales a las que están
sujetos los seres humanos y la naturaleza. Las mil y una noches es un claro
ejemplo de lo maravilloso puro; la ciencia ficción es otra forma de la búsqueda de
lo maravilloso - pensemos, por ejemplo, en Crónicas Marcianas -.Una manifestación
que tiene estrecha relación con lo anterior es la estética de lo real maravilloso-
expresión acuñada por Alejo Carpentier-. Por último, las leyendas que están
íntimamente ligadas a una época y a un lugar y en la cuales se mezcla lo real y lo
maravilloso.
No representa, como el mundo de lo fantástico, una amenaza para la
realidad, sino que existe en un plano completamente propio y aislado, con leyes
y principios válidos sólo para su contexto. Así, los cuentos de hadas, los mitos y
leyendas de carácter oral, y la llamada literatura de "fantasía heroica" (Tolklen y J.
K. Rowling con su exitoso Harry Potter), son un buen ejemplo de mundo de lo
maravilloso.
En el mundo de lo maravilloso no se quebrantan leyes, su trasgresión es lo
normal: Las personas vuelan, existe la magia, los muertos hablan con los vivos, los
personajes representan mezclas de los reinos vegetal, animal, etc. Generalmente,
este mundo posee una geografía imaginaria muy detallada, es decir, un espacio
maravilloso que se describe con gran atención, y una cronología igualmente
imaginaria, pero no por ello menos rigurosa.

d) Mundo onírico:
Lo onírico se asocia al sueño. Sin embargo, esto no quiere decir que a este tipo de
mundo correspondan todas las obras relacionadas con el tema del sueño. Se habla
de “onírico” porque esta clasificación engloba a todas las obras que configuran un
mundo representado que quiebra en algún momento con la lógica en la que
vivimos diariamente, para dar paso a una lógica similar a la que se estructura en
los sueños, donde los hechos más increíbles y hasta absurdos son posibles. Cada
vez que encontramos un texto en que algún hecho nos provoca la sensación de
extrañeza, y de que aquello no sucede en la “vida real”, estamos frente a un tipo
de mundo onírico. Un cuento, por ejemplo, en el que el protagonista se transforma
repentinamente en lobo, quebrando nuestras expectativas lógicas, evidencia la
configuración de este tipo de mundo.
Los relatos de carácter onírico surgen como una nueva forma de ver y representar
la realidad. Frente a los relatos que explotan la cotidianeidad y el realismo, emerge
una concepción que se vuelca al interior del hombre, al hombre con sus problemas
existenciales, la soledad, la angustia, la incomunicación, para desde allí tratar de
entender mejor la verdad de su existencia, la realidad y la irrealidad.
Esta nueva visión abandona el universo ordenado según la ley de causa y
efecto, para tornarse en un universo confuso, inestable, contradictorio, cambiante,
inesperado, instintos e intuiciones. La autora chilena María Luisa Bombal es una
clara exponente de este tipo de mundo, en donde no se sabe qué es realidad y que
es sueño.

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