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Dante

Alighieri
Italia, Florencia. Fines del siglo XIII y comienzos de XIV. Contexto según José Luis Romero

Nació en 1265, en la denominada “Baja Edad Media”, las últimas décadas antes del comienzo del movimiento renacentista, que
constituiría un cambio radical en el pensamiento y acción del hombre, conllevando al fin de la Edad Media.
Para Romero, el continuo enfrentamiento entre dos fuerzas opuestas constituyó la Baja Edad Media: distintos factores socio-
económicos y culturales contribuyeron a desequilibrar el orden medieval característico de la alta edad media. De esta manera, el
crecimiento de las ciudades gracias al comercio y a la aparición del dinero, así como el ascenso de la burguesía como clase social
y el descenso de la cultura teocentrista y feudal, ayudaron a desequilibrar el orden tradicional que Dante defendía. Las nuevas
fuerzas renovadoras tenían una nueva concepción de vida, un nuevo sistema de valores que se oponía al de las clases
privilegiadas y adheridas a las tradiciones señoriales.
De manera contraria a las nuevas fuerzas, el sistema federalista en el que se basaban para vivir, era orgánico, concéntrico y
piramidal. FAMILIA > CIUDAD > REY > MONARCA
Este nuevo sentimiento de vida se vislumbra profundamente atado a los intereses terrenales; era profano. Se satisfacía con el
goce de vivir, y con todas las formas singulares de ese goce: el amor; el vino, la contemplación de la naturaleza y la creación
artística. Los viejos ideales, como el heroísmo y la santidad, fueron reemplazados por otros nuevos como el trabajo y la riqueza,
por los cuales se ganaba poder. Por el comercio y la lengua vulgar, la iglesia perdió territorio cultural: se reconoce una idea
diferente de la tentación, la vida y la muerte. Ya no se le tiene miedo a la muerte porque lo importante es vivir gozando.
Más precisamente, en la región de Florencia se vivieron varios enfrentamientos entre dos partidos políticos provenientes de
Alemania, lo que contribuyó al desorden de la sociedad florentina. Los Güelfos y los Gibelinos apoyaban, respectivamente, al
Papado y al Sacro Imperio, por lo que se disputaban constantemente sobre en quien debía residir el poder. En 1258 los güelfos
lograron expulsar a los gibelinos de Florencia, y dos años después, en 1260, se enfrentaron en las afueras de la ciudad de Siena.
En esta batalla, denominada … , luchó Bocca degli Abati, quien combatía en el ejército florentino pero que era Gibelino de
corazón. Cometió traición cuando, en vista de una victoria por parte de los güelfos, cortó el estandarte de su ejército
provocando el pánico entre los soldados. (No se utilizaban uniformes y el estandarte era la única identificación del bando).
Dante lo coloca entre los traidores en el Infierno.

El orden universal religioso no se encuentra en crisis solo a nivel cultural, dentro de la misma iglesia se encuentran corruptos y
simoniacos, por lo que Dante responsabiliza al Papado de haber obstaculizado el cumplimiento de la misión del Imperio, es
decir, la de guiar al hombre a la paz. “Imperio y Papado eran dos potestades que representaban la aspiración unánime a un
orden universal, sentimiento que en la Edad Media poseía un extraordinario vigor… El ejercicio de una alta justicia, insobornable
e incontaminada por los apetitos y ambiciones, parecía la misión propia del emperador.”

Para Romero, la Divina Comedia es un documento de la disolución del orden medieval, donde apareció un sistema de ideales y
formas de vida que exaltaban algunos elementos que integraban aquel orden en perjuicio de otros. Con su vasta creación
poética, Dante inicia la era en que el orden medieval se quiebra, y representa el momento inaugural de la Baja Edad Media.
En el plano de la vida real, el hecho más significativo fue la renovación de la vida económica y el ascenso acelerado de la
burguesía. Las ciudades crecieron y prosperaron al calor de las múltiples oportunidades de enriquecimiento que hallaron los
burgueses, y la economía rural, en que basaban antaño su poderío los señores, comenzó a declinar en beneficio de otra en la
que el dinero adquiría una importancia incomparable. Los viejos ideales -el heroísmo y la santidad- comenzaron a ser
reemplazados por otros nuevos: el trabajo y la riqueza, por los cuales también se alcanzaba el poder.
En el siglo XIII se mostraban claras presencias de las nuevas fuerzas sociales y económicas, que eran también, en potencia,
nuevas fuerzas espirituales portadoras de un mensaje renovador, aunque todavía impreciso y vago. Estas fuerzas nuevas eran,
en primer término, una burguesía cada vez más poderosa económicamente. No valía solo por su dinero, sino también por la
nueva concepción de la vida que representaba, por el nuevo enfoque de los problemas que proporcionaba, por el nuevo sistema
de valores que oponía al de las clases privilegiadas y adheridas a las tradiciones señoriales.
Frente a esas fuerzas renovadoras estaban las fuerzas tradicionales representadas por las clases aristocráticas, celosas de sus
privilegios sociales, aferradas a la defensa de un orden económico que les aseguraba su primacía.
En realidad, la cultura de la Baja Edad Media se presenta como un constante duelo entre fuerzas opuestas en el que adquieren
particular significación el duelo entre el espíritu caballeresco y el espíritu burgués, y el duelo entre el sentimiento religioso y el
sentimiento profano. Es típico el duelo entre ambos sistemas, no la victoria de ninguno de ellos, y de ahí proviene cierta
complejidad e imprecisión de ese período.

De la Monarquía
 Su concepción sobre la monarquía universal: aspiración a la unidad política de Europa
 Relaciones entre el poder espiritual y temporal.
 Restablecimiento del orden tradicional.
 La teoría de los Dos Soles
 Aristóteles como modelo principal

Dante escribe este texto de carácter político con la intención de mermar el caos en el que Florencia, su ciudad, se
encuentra hundida. Incluso a un nivel más alto, pretende unificar toda Europa bajo un solo Imperio dirigido por un
Monarca universal, incorruptible y justo, separado del Papa.
El ensayo se encuentra dividido en tres libros:
1. Importancia de la monarquía universal. La división de poderes debilita el poder. Para lograr la paz.
2. Importancia de la monarquía en Roma. El Imperio de Augusto. Figura de Virgilio. Signos del cielo, marcando a
Roma como el centro del Imperio.
3. ¿Quién es más importante? ¿el Papa o el Emperador? Teoría de los dos soles.

Prólogo de Juan Llambas de Azevedo.

La filosofía política de Dante recoge dos temas: la aspiración hacia la unidad política de Europa y la cuestión de las relaciones
entre el poder espiritual y el temporal.

Unificación política de Europa


La monarquía que Dante propone y justifica como necesaria al bienestar del mundo no es el gobierno de uno solo en un Estado
determinado, sino la jefatura política suprema de todo género humano, el conjunto de un imperio universal.
Para Dante, la “idea imperial” tiene que ser el resultado de una investigación conforme a principios, de una fundamentación
filosófica que desemboque en una verdad objetiva y no la mera expresión de un deseo individual. Es decir, quiere resolver estos
problemas sobre la base de la especulación racional. Para esto, sigue los postulados de Aristóteles, el filósofo modelo de la Edad
Media. Utiliza la división que hace este para clasificar los pecados (Divina Comedia), mientras que también se basa en su razón y
en el concepto de la dualidad del ser humano: por un lado, lo incorruptible, es decir el cuerpo; y por otro, lo corruptible, el
espíritu. i
El punto de partida de toda su fundamentación es que el principio de la indagación es el fin último. Hay que buscar, entonces, el
fin universal de la sociedad del género humano, porque si cada sociedad tiene su fin, el conjunto de todas las sociedades debe
tener también su fin único y común. El fin del género humano en total es distinto de los fines de elementos y sociedades
menores que lo forman, puesto que la sociedad del género humano existe, y en el universo no hay nada ocioso, nada que no
tenga su razón de ser.

¿Por qué una monarquía universal?


Es necesario comprender que el fin del hombre no debe entenderse individualmente, sino en cuanto a la especie, ya que existe
una sociedad del género humano y no es casualidad en el universo. Por lo tanto este fin debe ser algo concerniente
exclusivamente al género humano y eso es el conocimiento.

La única manera en la que el fin de la humanidad pueda llevarse a cabo es mediante la paz, plena y universal, por la cual la
monarquía debe velar, ese es su fin.

¿Cómo logra la paz la monarquía universal?


 JUSTICIA: solo el monarca universal puede realizar un accionar pleno de esta, puesto que al tener todo no quiere nada,
no es egoísta y no tiene deseos inmoderados. Es el único verdaderamente justo.
 DERECHO: en contiendas de intereses entre iguales, es imposible resolver algo mediante ellos mismos, puesto que son
iguales e independientes, por lo que es necesaria la intervención de un tercero que tenga más poder. En mayor escala
(príncipes, por ejemplo) es necesario un juez primero y soberano sobre los grupos políticos que integren la humanidad.
El sistema estamental se mantenía pero se volvía federalista: en cada estamento debía haber un jefe que no podía ser
el mismo, porque cada grupo social tenía su propio fin y por lo tanto debían tener sus propios conflictos y maneras de
resolverlos para mantener la paz. Los grupos parciales conservan su autonomía: entre ellos son diferentes, no debían
ser regidos por las mismas leyes.

 LIBERTAD: la posición superior de la autoridad en general no consiste en un privilegio que tenga en sí mismo su razón
de ser. Dante concebía al poder político como una función al servicio de los a el (gobierno) sometidos, no como un
derecho con un rango superior a los súbditos. El Monarca universal, que en la elección de las leyes está determinado
por el fin, es el servidor de todos.
Para Dante, la libertad no es la libertad individualista. Siguiendo a Aristóteles aclara Dante que es libre el que es para sí
mismo y no para otro: porque el que es para otro es determinado por ese otro ente para el cual existe. Por eso, en
realidad, el que no es libre es el gobernante.

El Monarca universal ha de conducir a la humanidad a la felicidad temporal


guiado por la luz de las doctrinas filosóficas.

Relaciones entre el poder espiritual y el temporal


Existen dos autoridades, cada una con su esfera de acción y competencia peculiar: el poder sacerdotal y el poder real. Ambos
son de origen divino e independientes dentro de los límites de su jurisdicción.

¿Qué asuntos eran pertenecientes a cada uno? Allí residía el problema. Por un lado, la intervención de los emperadores y reyes
en la elección de Papas y en la designación de obispos. Por otro, la actitud del Papado en ciertos asuntos que rozaban
fuertemente los límites de la autoridad temporal.

Dante sostiene que el poder temporal no recibe del espiritual ni el ser, ni su autoridad ni su ejercicio. Lo único que recibe es una
mayor eficacia para operar de la luz la gracia que le infunde la bendición del Pontífice.

Según él, los dos poderes son para el hombre accidentes. Son remedios a la debilidad del hombre producida por el pecado
original. Si hubiera permanecido en el estado de inocencia en que Dios lo creó, el hombre no tendría necesidad de tales guías
para alcanzar determinados fines.

El pecado es la justificación del Imperio y de la Iglesia


Por otra parte, Pontificado e Imperio son relaciones de preeminencia o superposición. En tanto el Imperio es una relación de
dominación, la Iglesia es una relación de paternidad. La esencia de ambos es distinta, por eso ninguno puede reducirse al otro.
Persiguen distintos fines: guiar al hombre a la felicidad terrenal, y guiarlo a la espiritual respectivamente. Dante se basa en el
dualismo del alma y el cuerpo de la teología aristotélica. Esto es: el hombre está compuesto de dos partes esenciales,
corruptible una (el cuerpo) e incorruptible la otra (el alma). Es decir que el hombre tiene que perseguir dos fines: por un lado, la
felicidad de la vida presente que consiste en el ejercicio de la propia virtud; y por otro, debe alcanzar la beatitud de la vida
eterna. Para alcanzar fines distintos se necesitan medios distintos.
La Divina
Comedia
 Análisis del Infierno y el Purgatorio
 Estructura
 Modelos
 Personajes
 Temas
 El ordenamiento moral y la “ejemplaridad”
 El realismo dantesco
 Paganismo y cristianismo
 Educación y libertad
 Universalidad y vigencia de la comedia

Estructura
La narración poética está dividida en 3 grandes cánticos llamados Infierno, Purgatorio y Paraíso. Los dos últimos están divididos
en 33 cantos, mientras que el Infierno posee 34. A su vez, estos cantos se dividen en estrofas, las cuales están compuestas por
tres versos, lo que se llama “terza rima”.

El Infierno se nos presenta como un gran embudo


debajo de la tierra, donde a medida que los
círculos que lo componen se van adentrando en
esta, van reduciendo su tamaño. Posee 9 círculos
que aprisionan a los pecadores liberales que
deben cumplir un castigo eterno según el pecado
que cometieron. Esta división de los pecados
responde, en primera instancia, al modelo
aristotélico que Dante extrajo de la Ética, donde
se los clasificaba, de menor a mayor grado, en
pecados por incontinencia, por bestialidad y por
malicia. Nuevamente el número 3 se presenta.

 Anteinfierno: los ángeles neutrales, los


cobardes y pusilánimes; los que no obran ni
por bien ni por mal.
 Primer círculo: Limbo, donde hombres que vivieron antes de Cristo sin pecar, niños sin bautismo.
 Segundo círculo: los lujuriosos.
 Tercer círculo: los glotones.
 Cuarto círculo: los avaros y los derrochadores.
 Quinto círculo: los iracundos, los acidiosos, los soberbios, los envidiosos.
 Sexto círculo: los heréticos.
 Séptimo círculo: los violentos, ya sean contra el prójimo (tiranos, homicidas, ladrones, incendiarios); contra sí mismos
(suicidas); o contra Dios (blasfemos, homosexuales, usureros)
 Octavo círculo: Malebolge; ahí están los fraudulentos (que usan el engaño contra los desprevenidos) en diez bolsas o valles
concéntricos.
 Seductores
 Aduladores
 Simoniacos
 Adivinos, brujas y otros embaucadores
 Estafadores, barateros, corruptos
 Hipócritas, malos consejeros
 Ladrones de artículos sagraados
 Falsarios, que traman engaños (Ulises)
 Sembradores de escándalo y discordia (Mahoma)
 Alquimistas y falsificadores
 Noveno círculo: rio Cocito congelado. Los traidores
1. Caín (traidores a familiares)
2. Antenora (traidores políticos)
3. Tolomea (traidores a los amigos)
4. Judas (traidores a Dios, la Iglesia o el Imperio)

Del Infierno no se puede escapar, por lo tanto los círculos permanecen “cerrados”, demostrando que el sufrimiento es eterno
para aquellos que cometan pecados.

En el Purgatorio, en cambio, el clima y el sentido es


diferente. Su estructura se dimensiona como una montaña
ubicada en una isla, donde las almas arriban para ser
purgadas y, después de atravesarlo, llegar al Paraíso. Para
ello, deberán recorrer cada uno de las 7 cornisas o cercos
que lo componen, recordando en cada uno de ellos uno de
los 7 pecados capitales. Estos se ordenan de mayor a menor,
según la concepción de Santo Tomás de Aquino, al contrario
que en el Infierno. En cada círculo, las almas recuerdan las
culpas para condenarlas y recuerdan las virtudes para
complacerse con ellas.

Es así que la función del Purgatorio es la expiación, la


reflexión y el arrepentimiento.

Se puede decir que el Purgatorio es un lugar de transición,


de movilidad, donde Infierno y Paraíso encuentran un lugar en él. El recordar las culpas es el Infierno simbolizando el mal, el
pecado, para ser juzgado y condenado; el recordar las virtudes es el Paraíso que se vislumbra para ser deseado y anhelado.

El alma ya no pertenece a la carne. Si en el Infierno esta era realidad, acá es remembranza.

 Primera cornisa: los soberbios.


 Segunda cornisa: los envidiosos
 Tercera cornisa: los iracundos
 Cuarta cornisa: los perezosos
 Quinta cornisa: los avaros y los derrochadores
 Sexta cornisa: los glotones
 Séptima cornisa: los lujuriosos

Para el teórico Francesco De Sanctis, el Purgatorio es el dulce refugio de la vejez; el reino del espíritu, que va subiendo, de grado
en grado, hasta el Paraíso. Es el lugar donde las pasiones se decoloran, y donde el sujeto es más espectador que actor. La vida se
manifiesta en él no como acción sino como contemplación artística, filosófica, religiosa. Y es en esa calma de las pasiones donde
el ideal del sabio se encuentra. El personaje más representativo de este cántico es Catón, y es precisamente quienes reciben a
Dante y a Virgilio cuando llegan a las puertas del Purgatorio. Este lugar es donde el espíritu se desprende de la carne y busca su
libertad.
Modelos
Para el autor Guenón, las influencias en Dante provienen de diversas fuentes. Algunas permanecen inconscientes para Dante
pero, como lo explica el autor, se debe a similitudes que no muestran otra cosa que la unidad de la doctrina contenida en todas
las tradiciones. Habla de verdades y no de ficciones más o menos arbitrarias.

Así, comienza exponiendo las similitudes del mundo dantesco con el viaje de Ulises al país de los cimerios y el descenso de Orfeo
a los Infiernos; el canto VI de la Eneida, de Virgilio y Libro del viaje nocturno y Revelaciones de La Meca, de Mohyiddin ibn Arabi.

La influencia de Virgilio es total, al punto en que Dante lo elige como guía para las dos primeras partes de su viaje. Se debe a que
la figura de Virgilio en la Edad Media representaba el saber iniciático indudable al estar directamente relacionado con las sortes
virgilianae. Por otro lado, la relación del viaje extraterrenal de Virgilio se relaciona de sobremanera con el viaje de Ulises al país
cimerio y el descenso de Orfeo a los Infiernos, donde coinciden en un mismo punto: el ramo de oro.

Sobre Mohyiddin ibn Arabi puede decirse que las relaciones de su doctrina con la de Dante son muchas, en especial los
episodios que comprenden el descenso a las regiones infernales, y luego el ascenso a los diversos paraísos o esferas celestiales;
la arquitectura del Infierno, situado éste bajo la ciudad de Jerusalén; la arquitectura del Cielo; los tres círculos que simbolizan la
trinidad de personas.

Sobre los distintos estados de existencia jerárquicamente organizado de Cielos e Infiernos provienen tanto del brahmanismo
como del budismo, donde se encuentran multitud de descripciones simbólicas de los mismos. Lo que encontramos en Dante
está perfectamente de acuerdo con las teorías hindúes de los mundos y los ciclos cósmicos, pero sin estar revestido de la forma
que solo es específicamente hindú.

Otros modelos son Santo Tomás de Aquino (completar)

Tema
Como bien lo expresa Dante en su Epístola X
al Gran Can de la Scala, el tema de la Divina
Comedia es, alegóricamente, el hombre que
por sus méritos y deméritos, por su libre
albedrío, está sujeto al premio y al castigo de
la justicia. Literalmente, el tema es el estado
de las almas después de la muerte en su pura
simplicidad.

El amor (Francesca)

La venganza dantesca no es la faida dilatada


Personajes
Los personajes más representativos de la Divina Comedia son Virgilio,
Francesca, el conde Ugolino, Farinatta y Cavalcanti, Ulises y Beatríz. En el
recorrido Dante y Virgilio se encontrarán con personajes de menor
importancia pero que, debido a la universalidad de la simbología de la
Edad Media, no se nombran al azar. Todos tienen una razón de estar
donde están.

VIRGILIO
El texto “Perfil de 3 personajes del Infierno: Virgilio, Francesca y el Conde Ugolino”, de Edith Pérez, nos proporciona información
acerca de su representación en la Comedia. La Razón, la filosofía humana y la autoridad imperial encuentran su expresión en la
figura del Mantuano. Debido a sus obras que exhortaban a las generaciones esforzadas para que retomen el cultivo de los
campos, se lo consideraba como fiel representante de los valores tradicionales, la religión y el sentimiento patrio. También se
halla representado como el contemporáneo de Augusto, y como el poeta de la Eneida, cumpliendo, además, la función de
portavoz de la verdad que proféticamente anuncia el Cristianismo. Se lo vio como un antiguo profeta y predecesor del
Cristianismo.

Ubicado en el Limbo, pues nació en la época de los dioses falsos y medases y por su condición de no bautizado, acompaña a
Dante y es la fuente de conocimiento práctico de lo singular y particular para Dante. Este último se dirige a él con respeto y
admiración, mientras que Virgilio desempeña acciones y diálogos como si fuera su padre.

Como anteriormente se expuso, la decisión de Dante al tomar a Virgilio como su guía no es para nada azarosa. Los factores que
intervienen allí se basan en la creencia popular de ese tiempo, en donde la figura de Virgilio se relacionaba con lo profético y
adivinatorio, además de estar expresamente unido a la iniciación de cualquier viaje. Es, en parte, la excusa perfecta para dejarle
en claro al lector medieval que la empresa emprendida por Dante era real.
Personajes de la Divina Comedia

Cada uno de nosotros es una específica realidad hecha de tiempo y de espacio, destinada a entrar más allá del tiempo y del
espacio –en lo eterno e infinito- cuando haya cumplido en este mundo la tarea designada por Dios
Un conjunto indivisible, una individualidad dotada de señas distintivas tales que es posible distinguirla de todas las otras: tiene
cualidades propias y sustanciales, características peculiares e inconfundibles. Es un complejo de disposiciones naturales que
hacen de ella una realidad única y unitaria.
Lo particular de Dante es lo siguiente: la sustancia de cada hombre se manifiesta en cada acción que se cumple en este mundo;
es una sustancia, entendemos, que mientras está en el ámbito de los vivos, opera en la doble realidad psico-física, obra por
interacción en el sentido de que lo físico refleja lo psíquico y viceversa.
En suma, después de la muerte, el alma se propaga a sí misma en la eternidad y conserva intacta su “marca de fábrica”. Pero con
una diferencia: el alma, libre de las constricciones y limitaciones que convivían y colaboraban con el cuerpo, después de la
muerte, se expresa hasta la enésima potencia en sus dotes, en sus cualidades sustanciales, tanto en la alegría como en el dolor,
en la beatitud como en la condena, de manera que es tan perfecta la primera como la segunda. El alma, al entrar en la
eternidad, no deja detrás solo el cuerpo, sino todo aquello que está conectado con la realidad terrena del hombre.
Dante representa la pérdida de la parte caduca de los valores y la conservación de la identidad en la sobrevivencia
ultramundana, con un instrumento gramatical tan simple como eficaz: el uso del pretérito indefinido para indicar la primera y
del presente, para la segunda, la cual casi siempre es contemplada en la declaración del propio nombre que es signo de la
individualidad, como el apellido significa pluralidad.

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