Sunteți pe pagina 1din 4

ESTA PALABRA NOS INVITA A CONFIAR EN DIOS.

ESTA PALABRA TE DICE QUE DIOS HA


ROTO LA MUERTE. ¿POR QUÉ ENTONCES HOY NO CONFÍAS EN DIOS? ¿QUÉ HAY HOY QUE
TE IMPIDE SER FELIZ? EL HECHO DE CREER QUE TE VA A FALTAR EL AGUA. PORQUE TE
PARECE QUE ESTA MUERTE EN LA QUE ESTÁS TE DESTUIRÁ PARA SIEMPRE. NO CONFIAS
NI ESPERAS QUE ALGUIEN TE PUEDA AMAR Y QUE SEA MÁS PODEROSO QUE EL MAR Y
QUE EL FARAON.
ESTA PALABRA NOS INVITA A TODOS A CONFIAR EN DIOS QUE ES AMOR Y QUE ACTUA CON
POTENCIA EN FAVOR DE LOS HOMBRES DESTRUYENDO LA MUERTE QUE LOS ESCLAVIZA.

Pero, ¿qué sucede con Israel? Que se reúnen para celebrar la fiesta de Pascua, muy hermosa,
todos cantan que Dios es amor, que Dios destruyó al caballo y al caballero, que Dios es grande.
Pero mañana, cuando te enojas con tu mujer, te olvidas de todo y no asumes esta Palabra.
Dios los saca de Egipto, abre el mar, les da el maná... Pero mira, ahora hay otro acontecimiento
de muerte en nuestra vida y ya no confías en nada. Recibes una carta o te hacen un mal y una
vez más caes en crisis: de nuevo dudas absolutamente de Dios.
¿Quién es capaz de asumir esta Palabra? ¿QUIEN CUMPLE REALMENTE ESTA PALABRA Y SE
ABANDONA EN DIOS EN TODOS LOS ACONTECIMIENTO DE MUERTE SIN REBELARSE?
ESTA PALABRA LA HA CUMPLIDO JESUCRISTO. ÉL HA SIDO EL ÚNICO QUE HA ACEPTADO
ESTA PALABRA. EN ÉL EL SEDER PASCUAL, LA PASCUA, SE HA HECHO CARNE. Cuando a
Cristo se le presenta delante la cruz (que es un símbolo de la muerte) no duda de Dios. No dice:
esta cruz es la prueba de que Dios no me ama. Esta cruz que puede ser un cáncer, o cualquier
acontecimiento de muerte. CRISTO ANTE LA CRUZ NO SE REBELA. ÉL ES EL ÚNICO QUE HA
CUMPLIDO ESTA PALABRA PORQUE ÉL ES LA PALABRA DE DIOS HECHA CARNE.

Y la misma noche en que Israel está celebrando estos acontecimientos, Jesucristo está en la cruz
haciéndolo carne y realidad”.
¿La crucifixión en la noche del 14 de Nisán? ¡Menuda empanada mental!
“Porque Él, como Isaac, ha dicho: ¡átame! ¡Átame fuerte para que sea capaz de ofrecerme al
Padre! Pensad que fue atado tan fuertemente que lo clavaron en la cruz. Se comprometió con la
voluntad del Padre. Él que dijo: Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre.
EN ÉL SE HA CUMPLIDO ESTA PALABRA, PORQUE ISRAEL, COMO TÚ Y COMO YO, SIEMPRE
HA SIDO INFIEL A ESTA PALABRA. POR ESTO, YA QUE NADIE ES CAPAZ DE CUMPLIRLA DIOS
DA ESTA PALABRA CUMPLIDA GRATUITAMENTE EN JESUCRISTO.
Por esto los Evangelios presentan a Jesucristo como el verdadero Israel, porque en él se cumple
la Palabra de Dios, porque Él es la Palabra de Dios hecha carne.
Si tomamos el Evangelio de San Mateo, veremos que al principio presenta la genealogía de Jesús
para conectarlo a la estirpe de David. De la misma manera que Moisés, Jesús nace durante una
masacre de niños. En él se cumple todo el Éxodo: Jesús baja a Egipto para que se cumpliera la
Escritura que dice: de Egipto llamé a mi hijo.
Del mismo modo que Israel, después de la salida de Egipto, pasa por las aguas del mar, así Jesús
se dirige al Jordán para ser bautizado.

Después, como el pueblo de Israel, Jesús es tentado en el desierto. Israel permanece durante 40
años en el desierto, Jesús está 40 días. Y las tres tentaciones que tiene Jesús, son las mismas
que tuvo el pueblo de Israel, la tentación del pan, la tentación de los milagros y la tentación de
los ídolos”.
Ahora a la segunda la llaman tentación de la historia.
“Tal vez nunca hayáis entendido estas tres tentaciones de Jesús. Veámoslas ahora.
Alguno pensará: pero ¡mira qué tentaciones tan estúpidas! Yo tengo otras más serias. Bien, mira
una cosa: ¿qué quiere decir el Espíritu Santo, poniendo estas tentaciones a Jesús?”
¿Qué el Espíritu Santo pone tentaciones a Jesús? ¿Lucifer estaba de vacaciones?
“Quiere decir que Jesús, que se hizo hombre como tú y como yo, fue tentado con
las mismastentaciones que tiene todo hombre, con las mismas tentaciones que tuvo el pueblo
de Israel. Tanto nosotros como Israel ante estas tentaciones hemos caído y hemos blasfemado
de Dios, rindiendo culto al maligno. Jesús asume estas tentaciones y sale victorioso. Él solo.
La primera tentación: el dinero. Le dice el demonio: ¿por qué te estás muriendo de hambre? ¿No
eres tú el hijo de Dios? Bien, di a estas piedras que se conviertan en pan. Jesús responde: no
sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. ¿Cuál es la primera
tentación que tú tienes en la vida? Asegurarte el pan antes de nada. Y le dices a tu hijo: hijo mío,
estudia y asegúrate el porvenir, que es lo que importa; lo primero comer y tener dinero; vivir. Y
por el dinero somos capaces de deshacernos de alguno. No tenemos tiempo para nada más.

Segunda tentación: pedir milagros, no aceptar tu realidad. Dice el demonio: ¿por qué no te tiras
desde el pináculo del templo? ¿Cómo te van a hacer caso si eres el hijo de un carpintero y llevas
una vida gris? Nadie te hará caso. ¿Por qué no haces algo espectacular? Ve al templo cuando el
atrio esté lleno: te tiras abajo y lo ángeles te recogerán; entonces todo el mundo boquiabierto
dirá: el Mesías ha llegado. ¿Por qué aceptar esta vida tan oscura de sudor en medio de los
hombres, en el trabajo? Todos se reirán de ti. Esta tentación la tenemos nosotros en nuestra
carne: la del éxito, la de ser la estrella, la de ser San Francisco de Asís y Napoleón a la vez, o
Sofía Loren y Santa Teresa. Esta tentación la tenemos todos los hombres: triunfar, no aceptar
nuestra realidad existencial: la realidad que tienes ahora: esta mujer tan fea y malhumorada que
te ha tocado o este marido borrachín y grosero; o esa hija que llega tarde por la noche o este hijo
que ha salido amanerado. La realidad existencial que te ha dado Dios: que no eres muy
inteligente para estudiar y tienes que trabajar, que tienes ese defecto físico. Israel tenía estas
tentaciones. Tuvo la tentación de asegurarse el pan: tuvo el maná y luego quiso más: la carne.
Se acordaban del ajo y de la cebolla porque el pan del desierto no lo veían muy seguro. Y también
tenían esta tentación, no aceptaban caminar por donde ellos no entendían; no querían caminar
por el desierto, porque en el desierto no hay vida; querían caminar por donde ellos entendían;
no aceptaban la realidad que Dios les daba y pedían milagros: el agua ahora, en este momento.
La misma tentación que tenemos nosotros: dominarlo todo, saberlo todo: queremos el agua ahora
mismo, no mañana. Y pedimos milagros a Dios: ¿Cómo es que Dios es bueno y a mí me faltan
cosas tan necesarias? ¿Cómo que Dios dispone sobre mí sin consultarme? ¿Cómo puedo tener
una hija con leucemia? ¡Pero esto qué es! ¡Yo no vuelvo a ir a Misa! ¡Nunca más! Nadie te ha
explicado el por qué de tu realidad. Todo te es explicado literalmente. ¿Cómo sería que haya
alguien por encima de ti? No, de ninguna manera. ¡Por encima de todo estoy yo! Esto está
presente en el subconsciente de cada hombre.
Tercera tentación: los ídolos. ¿Tú qué es lo que quieres? ¿Quieres éxito, prestigio, dinero, ser una
estrella, dominar? ¡Mira, déjate de estupideces! Todo esto te lo daré si postrándote me adoras.
En el fondo, ¿qué es lo que queremos? queréis triunfar, ¿no? Bien, mira: si Dios no resuelve las
cosas, la psicología las resuelve, la ciencia las resuelve, los ídolos las resuelven: cualquier cosa.
¿Qué sucede en América: la gente va a Misa, pero si Dios o Santa Rita o Santa Bárbara o la
Santísima Virgen no cura a su hija, ¿sabes a dónde van? Bien, aquí en el pueblo vecino hay un
curandero que hace brujerías estupendas, dicen que hace maravillas.
Lo que importa es que se cure la hija, todo lo demás son fábulas.
Israel piensa lo mismo: Moisés sube al monte durante 40 días, y ellos, en cuanto se va el guía,
¿sabes lo que hacen? Un becerro de oro. Porque el toro es un símbolo de la fecundidad, porque
todos los pueblos tienen sus imágenes y las llevan en procesión y todo el mundo canta y es
estupendo”.
¿Fecundidad un toro? Será en Kikónides, donde las procesiones están prohibidas, salvo la del
domingo de Ramos, pero a cambio sacan la cruz y el atril por las plazas y todos bailotean y es un
espectáculo patético.
“Pero espera un poco, que problema: nosotros no tenemos imágenes. Me gustaría pasar la mano
sobre una imagen. Pero este Dios no quiere que hagamos imágenes. Mira qué cosa tan extraña.
Y entonces construyen un ídolo y le dicen: tú eres nuestro Dios, tú nos has sacado de Egipto. Al
otro Dios nadie lo ha visto.

La tragedia del pueblo hebreo es en suma la siguiente: he aquí un


pueblo que durante 2.000 años giró en torno de la esperanza del Mesías;
y cuando viene el Mesías, lo desconoce, rechaza y mata. Toda la razón
de ser dése pueblo 'elegido' está en la esperanza del Gran Rey Salvador,
Rey de parte de Dios; esa esperanza religiosa creó la literatura religiosa
más importante del mundo; los Salmos, los Profetas, los Libros Sapienciales
que actualmente usamos nosotros en el servicio divino, en el Misal, el
Breviario, los Sacramentos —en toda la Liturgia. Y con toda esa
esperanza, que inspiraba toda la vida del pueblo hebreo; y con todos
esos libros ('Biblia' significa libros), tenían que caer en el error horrible de
matar al Mesías, una especie de suicidio, que se podría decir 'confundir a
Dios con el Diablo': 'los milagros que tú haces los haces por virtud del
Diablo'. La causa dése error horrible es una corrupción horrible, una
corrupción de la religión, el fariseísmo. Dije antes que los judíos vivieron de
la esperanza del Mesías durante 2.000 años; durante 4.000 en realidad,
porque han seguido lo mismo, esperando todavía con obstinación al
Mesías que ya vino.
En la escena de la unción, que sirve de prólogo a toda su
actividad, se pone de relieve una de las constantes de la historia
salvífica: Dios elige no según las apariencias, sino mirando al corazón (1
Sam 16, 7). Más aún, la elección recae sobre el pequeño, el último de los
hijos de Jesé, el que no sirve para la guerra, para la obra de liberación
(cf. 1 Sam 16,11; 17, 28). En su intimidad, David reconoce siempre que la
obra por él realizada supera sus capacidades. «Mi Señor Yavé. ¿Quién
soy yo y qué es mi casa para que me hayas traído hasta aquí?» (2 Sam 7,
18). El éxito de este rey salvador se halla asegurado porque no se ha
engreído, no se ha hecho como Dios, ha reconocido los límites de su
acción, que es Yavé el único que salva (cf. 2 Sam 7, 18-19; 1 Cron 17, 16-
27). Así aparece manifiesto en la primera hazaña de David, su victoria
contra el filisteo, que es como la síntesis y anticipo de todas sus
victorias. El filisteo se enfrenta en realidad no a los ejércitos de Israel, sino
a Dios mismo. Aparece así como la encarnación del mal, del pecado (cf.
1 Sam 17, 8-10. 26). Frente a él, armado y avezado a la guerra, se
encuentra David, un niño sin más armas que un cayado y una honda. La
desigualdad provoca la risa del guerrero. La respuesta de David apunta
al fondo de la lucha, descubre dónde está su fuerza, de quién va a ser la
victoria. «Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo voy
contra ti en el nombre de Yavé Sebaot...
Ahora mismo te entrega Yavé en mis manos.. . Y toda esta asamblea
sabrá que no por la espada ni por la lanza salva Yavé» (1 Sam 17, 45-47).
Así, con este prólogo, toda la obra salvadora de David, por profana que
parezca, queda enmarcada en el cuadro de la acción salvadora de
Dios para con su pueblo, que de suyo se muestra incapaz de responder
al reto del enemigo, avocado a unamuerte ignominiosa

S-ar putea să vă placă și