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Universidad de San Carlos de Guatemala

Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia


Escuela de Biología
Departamento de Zoología, Genética y Vida Silvestre
Instructora: Lourdes Nuñez
Laboratorio 108
Silvia María Sánchez Medina
Carné: 201712736 Sección: “A”
Química Biológica
INFORME LABORATORIO No.5
MEIOSIS Y OVOGÉNESIS
Introducción:
La meiosis es un tipo de división nuclear restringida a los gametos, es la división
celular que de una célula diploide se forman cuatro haploides genéticamente
diferentes; al proceso de meiosis se le llama también división reduccional (Arteaga
y García, 2014, p. 49). Los ovarios son las gónadas u órganos reproductores
femeninos y secretadores de hormonas sexuales y óvulos (Sadler, 2008, p. 52). La
ovogénesis es la fase en que se inicia el desarrollo y crecimiento de los ovocitos en
el ovario por medio del estímulo de hormonas especiales (Arteaga y García, 2014,
p. 52). El huevo de las aves, reptiles, peces y anfibios son completamente visibles
y permiten el desarrollo de organismos fuera del útero. En el huevo de la gallina, la
célula huevo u ovocito se encuentra representado por la yema (Parker y Haswell,
1987, p. 34). En la práctica de laboratorio se observó una lámina fija del folículo de
Graff de conejo, los componentes morfológicos de un huevo crudo de gallina que
son albúmina rala, albúmina densa, chalaza, vitelio y disco germinal; así como
también los discos de la yema y de la clara y la latebra de un huevo cocido de
gallina. Se realizó la disección de dos ratas una hembra y una macho con el objetivo
de identificar cada una de las estructuras del aparato reproductor.

Resultados:
Figura 1: Folículo de Graff de conejo.

Folículo de Graff

En la figura 1 se muestra el folículo de


graff de un conejo en el que se observa
el estroma, las tecas, el antro, las células
de la granulosa y el oocito.

Fuente por esquema: obtenido en el Laboratorio de Embriología y Reproducción, Facultad


de Ciencias Químicas y Farmacia, Universidad de San Carlos de Guatemala, Edificio T-10.
Figura 2: Huevo crudo de gallina.

Huevo crudo
de gallina

En la figura 2 se observa un huevo crudo


de gallina en el se muestra la albúmina
rala, la albúmina densa, la chalaza, el
vitelio y el disco germinal.

Fuente por esquema: obtenido en el Laboratorio de Embriología y Reproducción,


Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia, Universidad de San Carlos de
Guatemala, Edificio T-10.

Figura 3: Huevo cocido de gallina.

Huevo cocido
de gallina

En la figura 3 se muestra un huevo


cocido de gallina en este se observan
los discos de la yema y de la clara y
la latebra.

Fuente por esquema: obtenido en el Laboratorio de Embriología y Reproducción,


Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia, Universidad de San Carlos de
Guatemala, Edificio T-10.
Figura 4: Aparato reproductor de rata hembra.

Aparato reproductor de
rata hembra

En la figura 4 se observa al aparato


reproductor de una rata hembra en el se
observa el ovario, las trompas de falopio,
útero, cérvix, vagina y folículos.

Fuente: datos obtenidos en el Laboratorio de Embriología y Reproducción, Facultad


de Ciencias Químicas y Farmacia, Universidad de San Carlos de Guatemala, Edificio
T-10.

Figura 5: Aparato reproductor de rata macho.

Aparato reproductor de
rata macho

En la figura 5 se muestra el aparato


reproductor de una rata macho en este
se observa el epidídimo, el conducto
deferente, la próstata y las vesículas
seminales.

Fuente: datos obtenidos en el Laboratorio de Embriología y Reproducción, Facultad


de Ciencias Químicas y Farmacia, Universidad de San Carlos de Guatemala,
Edificio T-10.
Discusión:
La meiosis es la división celular por la que se forman los gametos, por esta razón al
proceso de la meiosis se le llama también división reduccional. Una de las funciones
de la meiosis es proporcionar variación genética por el intercambio de segmentos
de cromosomas homólogos durante la primera división (Castillo y Uranga, 2014, p.
26).

La meiosis comprende dos divisiones nucleares sucesivas las cuales son: Meiosis I
y Meiosis II. La meiosis I que es la primera división se caracteriza por presentar una
profase prolongada la cual comprende cinco etapas diferentes: Leptoteno: se
condensa el ADN formando cromosomas, cada uno constituido por dos cromátides
hermana. Cigoteno: apareamiento de los cromosomas homólogos gracias a la
formación de una estructura proteica denominada complejo sinaptonémico, dando
origen a una estructura bivalente o tétrada, formada por cuatro cromátides. En este
momento, cada célula diploide contiene dos sets de cromosomas: uno de herencia
paterna y otro matena. Paquiteno: los cromosomas están estrechamente unidos y
ocurre el entrecruzamiento o intercambio de material genético entre los homólogos,
a través de nódulos de recombinación. Diploteno: se observa la manifestación
visible de la recombinación, denominada quiasma. En esta fase, los cromosomas
están ligeramente más separados y se mantienen unidos mediantes los quiasmas,
por al menos uno en cada par de cromosomas unidos hasta su separación en
anafase I. Diacinesis: transición hacia la metafase I, los cromosomas se encuentran
más compactos y se produce la desintegración de la envoltura nuclear (Oliva, 2014,
p. 52).

Metafase I: los pares de cromosomas homólogos se alinean en el centro de la


célula. Anafase I: ocurre la separación y migración de los cromosomas homólogos
hacia los polos. Dado que la ubicación de los cromosomas es al azar, la distribución
de los maternos y paternos hacia cada polo genera variabilidad. Telofase I: la
envoltura nuclear se reorganiza y se descondensa la cromatina. Esta etapa no se
presenta en todas las especies y en algunas pasan directamente a metafase II
(Oliva, 2014, p. 52).

Segunda división, Meiosis II: en esta división a diferencia de la anterior no existe


una fase “S” interfásica, por lo que no hay duplicación de material genético. Los 23
cromosomas con doble cantidad de ADN se dividen por el centrómero y cada una
de las células hijas recién formadas recibe 23 cromátidas. En estas condiciones las
células poseen la mitad de los cromosomas y la mitad de ADN de una célula
somática. Las cromátides se liberan y divergen a partir de la placa ecuatorial en un
movimiento anafásico. Luego en la telofase, constituyen dos núcleos hijos que luego
se convierten en dos células hijas, dando como resultado final 4 células hijas (Oliva,
2014, p. 53).
Dentro del aparato reproductor femenino hay órganos externos y órganos internos.
Todos están interrelacionados y conforman un sistema en el que cada parte
desempeña un papel esencial. Las principales funciones de este sistema son:
producir las células reproductivas, permitir la fecundación, proteger y nutrir la célula
fecundada hasta que alcance su pleno desarrollo y dar a luz a un nuevo ser
(Córdova, 2003, p. 58).

Los ovarios son las células sexuales femeninas cuya función primordial es producir
hormonas sexuales (estrógeno y progesterona), y la producción de las células
reproductoras femeninas óvulos (Argente, 2013, p. 45). Cada ovario está formado
por una capa epitelial externa, una zona exterior llamada corteza y una interior
denominada médula. En la corteza se localiza: epitelio cúbico, vasos sanguíneos y
células germinales, la médula central está formada por tejido conectivo laxo, vasos
linfáticos y un sistema circulatorio de disposición irregular, que facilita adaptarse al
aumento del tamaño del folículo (Argente, 2013, p. 45). En la figura 4 se puede
observar al aparato reproductor de una rata hembra en donde se muestra el ovario.

Las trompas de falopio también conocidas como trompa uterina u oviducto.


Comunican al ovario con el útero, algunas funciones de las trompas de falopio son:
recepción del óvulo, transporte de gametos, sitio de fertilización del óvulo, sitio de
desarrollo del embrión en los primeros días y provee nutrientes para este. El útero
es el lugar donde se desarrolla el feto, posee un cuello, un cuerpo y dos cuernos.
Generalmente se encuentra en la cavidad pélvica. Cérvix o cuello separa anatómica
y fisiológicamente el útero de la vagina. La vagina es un conducto músculo-
membranoso de paredes delgadas que conecta el cuello del útero con el exterior
(vulva) (Córdova, 2003, p. 59). En la figura 4 se muestran las partes del aparato
reproductor de una rata hembra en este se observa a las trompas de falopio, al
útero, cérvix y la vagina.

La ovogénesis es la formación de células sexuales femeninas, llamadas óvulos, que


tiene lugar en los ovarios de los animales superiores. La ovogénesis comienza en
la vida intrauterina. En el tercer mes de gestación, las ovogonias dan lugar por
diferenciación a ovocitos primarios con su información genética completa. Los
ovocitos primarios entran en meiosis, pero antes de completar la primera profase
específicamente en diplotene, el proceso es interrumpido y los ovocitos permanecen
inactivos hasta la pubertad (Castillo y Uranga, 2014, p. 35).

El ovocito primario comienza a aumentar de volumen y las células epiteliales


adyacentes, llamadas células foliculares, se tornan cúbicas y forman en la superficie
del ovocito una membrana gruesa y rica en glucoproteínas llamadas zona pelúcida.
A medida que el folículo se desarrolla aparecen entre las células foliculares llenos
de líquido, el cual confluye a un solo lugar y forma el antro folicular (Castillo y
Uranga, 2014, p. 35). En la figura 1 se muestra al antro folicular el cual se observa
como un líquido.
El ovocito ocupa ahora una posición excéntrica en el folículo y está rodeado de
algunas células foliculares que se alargan y forman la corona radiada. El estroma
adyacente forma una envoltura o teca concéntrica alrededor del folículo, se divide
en una capa celular interna, la teca interna con vasos sanguíneos abundantes, y
una capa fibrosa externa, la teca externa. Al folículo maduro también se lo conoce
como folículo de Graff (Castillo y Uranga, 2014, p. 35). En la figura 1 se observa al
folículo de Graff el que muestra al estroma, las tecas, las células de la granulosa y
el oocito.

La pared del folículo próxima a la superficie del ovario se adelgaza gradualmente y


termina por romperse, produciéndose entonces un extravasamiento del líquido
folicular, el cual lleva al ovocito secundario rodeado de la corona radiada,
acompañada del primer cuerpo polar. Inmediatamente después de la expulsión, si
el ovocito es fecundado, se concluye a la segunda división meiótica que da origen
al óvulo maduro y el segundo cuerpo polar (Castillo y Uranga, 2014, p. 35).

El huevo de las aves es una estructura sumamente importante que ha sido la clave
de su éxito en el reino animal, al huevo de las aves se le llama también huevo
amniótico, lo que quiere decir que se trata de una envoltura que rodea al embrión y
está formada por varias membranas anexas (Brown y otros, 2006, p. 23). La
albúmina la podemos definir como la tienda que suministra al embrión todo lo
necesario para su formación y crecimiento, al mismo tiempo le proporciona un medio
líquido durante todo el proceso. La albúmina se divide en dos capas que son: la
capa interna del huevo también es llamada albúmina rala esta capa es muy fina y
contiene una albúmina sumamente fluida. La capa media del huevo es llamada
también albúmina densa es viscosa y tiene una apariencia de gel blanquecino y es
menos densa que la yema (Brown y otros, 2006, p. 26). En la figura 2 se muestra a
un huevo crudo de gallina en el se encuentra la albúmina que es la que rodea a la
parte interna del huevo y que se divide en dos capas; albúmina rala y albúmina
densa.

De vital importancia para la estabilidad y centralización de la yema en el corazón de


la albúmina son las chalazas formadas por un par de bandas espirales a modo de
ligaduras suspensorias. Estas ligaduras son las responsables de que la yema vaya
girando y así el disco germinal esté siempre en contacto con nutrientes frescos que
son esenciales para el embrión. La yema consiste en una bolsa esférica rodeada de
la membrana vitelina, no es la verdadera célula reproductiva si no el material
alimenticio a partir del cual la diminuta célula y el embrión resultante se alimentan
parcialmente para su crecimiento. Los anticuerpos maternales están presentes en
la yema y le proporcionan al polluelo una inmunidad pasiva. El disco germinal es
una mancha blanca pequeña, redonda, opaca, de 3-4 mm de diámetro, situada en
la superficie de la yema del huevo como si se tratase de una depresión sobre la
misma; es la entada para la fertilización del huevo (Brown y otros, 2006, p. 26). En
la figura 2 se muestra un huevo crudo de gallina en el que se observa la chalaza
con forma de ligadura, se observa también al vitelo y el disco germinal.

El disco germinal flota en un cono de la yema de color terminal de la esfera, la


latebra. La composición química de la yema blanca difiere de la amarilla, ya que
contiene una mayor proporción de proteínas (Brown y otros, 2006, p. 27). En la
figura 3 se observa un huevo cocido de gallina en el que se muestra claramente la
latebra.

El sistema reproductor masculino comprende los testículos, los conductos que los
comunican con el exterior, las glándulas asociadas a éstos y el órgano reproductor
o pene. La principal función de este sistema es la producción de gametos
masculinos para llevar a cabo la reproducción sexual. Pero además actúa como una
glándula endocrina que secreta hormonas andrógenas como la testosterona
(Córdova, 2003, p. 70). El epidídimo es un tubo estrecho y alargado, situado en la
parte posterior del testículo; conecta los conductos deferentes al reverso de cada
testículo. Está constituido por la reunión y apelotonamiento de los conductos
seminíferos. El conducto del epidídimo se transforma en conducto deferente, el cual
transcurre desde el escroto hasta la región inguinal, recorriendo la pared lateral de
la pelvis en dirección hacia la uretra. La próstata está formada por cuatro zonas de
diferente tamaño, la zona de transición, que rodea a la uretra, la zona central, que
rodea a los conductos eyaculadores, la zona periférica, que forma la mayor parte de
la glándula, y el estroma fibromuscular anterior, que no es glandular. Vesículas
seminales. Se sitúan detrás de la próstata y son estructuras alargadas cuyo
conducto excretor se une al conducto deferente para formar el conducto eyaculador.
Están formadas por un epitelio pseudoestratificado de células secretoras que
producen un líquido alcalino viscoso amarillento: el líquido seminal (Moore, 2013,
36). En la figura 5 se muestra al aparato reproductor de una rata macho en este se
observa el epidídimo como un tubo alargado situado en la parte superior del
testículo, el conducto deferente que se muestra también como un tugo alargado al
final del epidídimo, se muestran también la próstata y las vesículas seminales.

Referencias bibliográficas:
Argente, H. (2013). Semiología Médica. México: Editorial Médica Panamericana.
Arteaga, M., y García, P. (2014). Embriología Humana y Biología del Desarrollo.
México: Editorial Médica Panamericana.
Brown, A., Chir, B., y Robbins, G. (2006). El Manual Merck de Veterinaria. México:
Avornis Internacional.
Castillo, V., y Uranga R. (2014). Génetica Clínica. Chile: Editorial Universitaria.
Córdova, A. (2003). Fisiología Dinámica. México: Editorial Interamericana.
Moore, K. L. (2013). Embriología Clínica. Madrid, España: Editorial Elsevier
Saunders.
Oliva, R. (2004). Hematología. Colombia: Editorial Chiado.
Parker, T., y Haswell, W. (1987). Zoología de Cordados. México: Editorial Mcgraw
Hill.
Sadler, T. W. (2008). Langman Embriología Médica. Buenos Aires, Argentina:
Editorial Médica Panamericana.

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