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Figura 1: Folículo de Graff de conejo.
Folículo de Graff
Huevo crudo
de gallina
Huevo cocido
de gallina
Aparato reproductor de
rata hembra
Aparato reproductor de
rata macho
La meiosis comprende dos divisiones nucleares sucesivas las cuales son: Meiosis I
y Meiosis II. La meiosis I que es la primera división se caracteriza por presentar una
profase prolongada la cual comprende cinco etapas diferentes: Leptoteno: se
condensa el ADN formando cromosomas, cada uno constituido por dos cromátides
hermana. Cigoteno: apareamiento de los cromosomas homólogos gracias a la
formación de una estructura proteica denominada complejo sinaptonémico, dando
origen a una estructura bivalente o tétrada, formada por cuatro cromátides. En este
momento, cada célula diploide contiene dos sets de cromosomas: uno de herencia
paterna y otro matena. Paquiteno: los cromosomas están estrechamente unidos y
ocurre el entrecruzamiento o intercambio de material genético entre los homólogos,
a través de nódulos de recombinación. Diploteno: se observa la manifestación
visible de la recombinación, denominada quiasma. En esta fase, los cromosomas
están ligeramente más separados y se mantienen unidos mediantes los quiasmas,
por al menos uno en cada par de cromosomas unidos hasta su separación en
anafase I. Diacinesis: transición hacia la metafase I, los cromosomas se encuentran
más compactos y se produce la desintegración de la envoltura nuclear (Oliva, 2014,
p. 52).
Los ovarios son las células sexuales femeninas cuya función primordial es producir
hormonas sexuales (estrógeno y progesterona), y la producción de las células
reproductoras femeninas óvulos (Argente, 2013, p. 45). Cada ovario está formado
por una capa epitelial externa, una zona exterior llamada corteza y una interior
denominada médula. En la corteza se localiza: epitelio cúbico, vasos sanguíneos y
células germinales, la médula central está formada por tejido conectivo laxo, vasos
linfáticos y un sistema circulatorio de disposición irregular, que facilita adaptarse al
aumento del tamaño del folículo (Argente, 2013, p. 45). En la figura 4 se puede
observar al aparato reproductor de una rata hembra en donde se muestra el ovario.
El huevo de las aves es una estructura sumamente importante que ha sido la clave
de su éxito en el reino animal, al huevo de las aves se le llama también huevo
amniótico, lo que quiere decir que se trata de una envoltura que rodea al embrión y
está formada por varias membranas anexas (Brown y otros, 2006, p. 23). La
albúmina la podemos definir como la tienda que suministra al embrión todo lo
necesario para su formación y crecimiento, al mismo tiempo le proporciona un medio
líquido durante todo el proceso. La albúmina se divide en dos capas que son: la
capa interna del huevo también es llamada albúmina rala esta capa es muy fina y
contiene una albúmina sumamente fluida. La capa media del huevo es llamada
también albúmina densa es viscosa y tiene una apariencia de gel blanquecino y es
menos densa que la yema (Brown y otros, 2006, p. 26). En la figura 2 se muestra a
un huevo crudo de gallina en el se encuentra la albúmina que es la que rodea a la
parte interna del huevo y que se divide en dos capas; albúmina rala y albúmina
densa.
El sistema reproductor masculino comprende los testículos, los conductos que los
comunican con el exterior, las glándulas asociadas a éstos y el órgano reproductor
o pene. La principal función de este sistema es la producción de gametos
masculinos para llevar a cabo la reproducción sexual. Pero además actúa como una
glándula endocrina que secreta hormonas andrógenas como la testosterona
(Córdova, 2003, p. 70). El epidídimo es un tubo estrecho y alargado, situado en la
parte posterior del testículo; conecta los conductos deferentes al reverso de cada
testículo. Está constituido por la reunión y apelotonamiento de los conductos
seminíferos. El conducto del epidídimo se transforma en conducto deferente, el cual
transcurre desde el escroto hasta la región inguinal, recorriendo la pared lateral de
la pelvis en dirección hacia la uretra. La próstata está formada por cuatro zonas de
diferente tamaño, la zona de transición, que rodea a la uretra, la zona central, que
rodea a los conductos eyaculadores, la zona periférica, que forma la mayor parte de
la glándula, y el estroma fibromuscular anterior, que no es glandular. Vesículas
seminales. Se sitúan detrás de la próstata y son estructuras alargadas cuyo
conducto excretor se une al conducto deferente para formar el conducto eyaculador.
Están formadas por un epitelio pseudoestratificado de células secretoras que
producen un líquido alcalino viscoso amarillento: el líquido seminal (Moore, 2013,
36). En la figura 5 se muestra al aparato reproductor de una rata macho en este se
observa el epidídimo como un tubo alargado situado en la parte superior del
testículo, el conducto deferente que se muestra también como un tugo alargado al
final del epidídimo, se muestran también la próstata y las vesículas seminales.
Referencias bibliográficas:
Argente, H. (2013). Semiología Médica. México: Editorial Médica Panamericana.
Arteaga, M., y García, P. (2014). Embriología Humana y Biología del Desarrollo.
México: Editorial Médica Panamericana.
Brown, A., Chir, B., y Robbins, G. (2006). El Manual Merck de Veterinaria. México:
Avornis Internacional.
Castillo, V., y Uranga R. (2014). Génetica Clínica. Chile: Editorial Universitaria.
Córdova, A. (2003). Fisiología Dinámica. México: Editorial Interamericana.
Moore, K. L. (2013). Embriología Clínica. Madrid, España: Editorial Elsevier
Saunders.
Oliva, R. (2004). Hematología. Colombia: Editorial Chiado.
Parker, T., y Haswell, W. (1987). Zoología de Cordados. México: Editorial Mcgraw
Hill.
Sadler, T. W. (2008). Langman Embriología Médica. Buenos Aires, Argentina:
Editorial Médica Panamericana.