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Ensayo
La psicosis ordinaria y su uso para el diagnóstico
Materia:
Teoría y clínica de la psicosis
NOMBRE
Andrea García Z
Cuando no hay recorte de goce, se da cuenta de la ausencia del Nombre del Padre. No
obstante, se recuerda que el Nombre del Padre puede ser suplantado. Cuando no hay un
significante que este delimitando el goce, el sujeto en la psicosis se aproxima creando otro
tipo de metáfora, la metáfora delirante. De esta forma también puede entenderse a la metáfora
delirante como una forma de suplencia, ya que está supliendo esta ausencia de un significante
primordial. Además, es importante mencionar que de todas formas el Nombre del Padre, aun
en la neurosis, puede ser encarnado por objetos, labores, personas, entre otras; así como una
neurosis puede ser menos estable, al tener un Nombre del Padre endeble. En la psicosis, el
sujeto se sostiene con un nombre que le haga su propia función en la metáfora delirante. Por
eso se refiere al Nombre del Padre como un predicado, como un agregado para el sujeto, que
cobrará valor solo si este puede cumplir.
Una vez explicadas estas diferencias constitucionales, el criterio clave que permite
aclarar el diagnóstico se puede encontrar en las externalidades. La neurosis puede
aproximarse a la psicosis, las ideas obsesivas o las afecciones del cuerpo pueden llegar a
copiar el automatismo mental o la extrañeza del cuerpo que ocurre en la psicosis. A estos
casos difíciles Miller agrega las tres externalidades, así se pueden identificar pequeños
criterios que se usan para el diagnóstico clínico, cuando hay lugar en un pequeño desajuste en
estos aspectos. “Jacques-Alain Miller propuso llamar «desenganches» a las crisis suscitadas
por ciertas disfunciones del «aparato del síntoma»: ya sea un desencadenamiento, o una
entrada en la psicosis o ya un momento de desestabilización que preludia una restauración o
una reelaboración del síntoma anterior” (Miller, 2004, p.74).
Puede existir una externalidad social, corporal o subjetiva (Miller, 2015, p.5). En la
externalidad social, hay una identificación con una función social, esta puede ser negativa o
positiva. En la negativa, el sujeto no puede alinearse con una específica labor, hay rechazo y
puede incluso alejarse de distintos círculos: de trabajo, de amigos, de pareja, de familia, entre
otros. En la positiva, en cambio, hay una identificación severa con la labor, impidiendo que el
sujeto sea algo más allá de eso, su nombre se convierte en el del trabajo: ser artista, ser actor,
ser escritor, más allá de ser sujeto. En la externalidad corporal el sujeto trata de ceñir su
cuerpo, de construirlo, ya que sus propios recursos no son suficientes. Esta externalidad se ve
afectada por la modernidad, el uso de piercings o de tatuajes en exceso ya no responden a una
amenaza a la subjetividad, y para estos sujetos ordinarios son una forma de ajustar su cuerpo.
Por último, se habla de una externalidad subjetiva, que refiere al vacío constituyente, sin
embargo, de este vacío se puede dialectizar o no, como se ve en la neurosis en donde puede
ser abordada o en la psicosis que es tan fuerte que no puede llegar a ser nombrada.
Miller, J. (2015). Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria. Consecuencias, (15), 1-9.