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Feminismo, género
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C o l e c c ió n A r c h iv o Fem in is t a
Feminismo, género
y diferencia(s)
Palinodia
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Presentación 5
Bibliografía 113
Experiencia, teoría yrepresentación en
lo fem enino-latinoam ericano'
* J tín Franco. ‘ Un retr*:i>' cn tUvil!■*tb trltu * eutt*m iN ' 11. Siniixgo, junio 19W,
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’ Aunque ci-.i no r» repleten mi <vj iic I; n A iK ic iin ieoti>» con li if.n en L
primen pane de tu libra (/-*» (ragmnthuUihuuri.trtr unttgnt, SuKiig», Cuarto
Propio, 1995) I «4.a Guerra i c i w í U hm<fia cultural deí npivi 'mujer', es inicie
u n 'c nocir que. «huido »t iraia Je "insertar lo pcnfeico-’ cn 'el p a c » J o Je el centro
pir* tí centro*, el to t» de I* JIMora se « m im e n tik u "Fuera Je los im K n » orinales
dr is>* cultura centrad) cn I* escritura y U dtfcf.iiiii r>r filosófica, cn el rcu.-o de l«
n pillen -e vuei.u ur.i (el in ltu t o 111(0) cocí el Kilo y Li aguja p i n
inscribir!« ir.emori» e lU-anar 1 la mujer en su dolor* (p 'I ) . Par* un comentario al
l.brodri ix'í» Guerra. vec Nrflf Hicbard. I í:,ií- íotm, Jip.ilrray dcconsinKCKV' cu
J tfíñ u J t O ü ú m C 'i!iu’.i.'N ‘ \2. S»nti»^o. junio 1956.
confirmar el estereotipo primitivista de una "otredad que
sólo cobra vida a través de los afectos y sentimientos. Esta
“otredad" es ro n un tizada por la intelectualidad metropolita-
na que concibe lo popular y lo subalterno, lo femenino y lo
latinoamericano, com o un antes tU la traducción, dejando
así intacta la jerarquía rcprcscntacional del centro un centro
«pie sigue hfcgemonizando las mediaciones tcórico-concep-
cuales del pentar mientras relega la periferia a la tm pirie del
(foto para su sociologizacióu y antropologi/ación a través de
las historias de vida y el testimonio-.
C rítica de la representación
y m u ltip lic a ció n de sentidos
■Pwa un.» lectura <,t\a del u n r <n»|«>lnini' del tci: n:on •> Urinoinrciicíno.
stn Nelly Richard. * B o o io .d m ir n * i¿ :i poMmotiemisniP una m ttifo»U rinoi-
intfKjni de fin ¿< siglo* <n iiu!tam 4cfin dt ligia enAm/fiu Latín4. COmp.:
JoicfilM l.udmcr. Rm irio, Bo m Ij V i k i I » Fdito»a. 19!M.
nino (un femenino re-absoluw-ado como el reverso único de lo
dominante), volvería a excluir lo diverso y lo heterológico. El
sueñode un cierto feminismo que idealiza un más acá (origina
rio) o un más allá (mítico) del patriarcado donde encontrar un
lenguaje puramente femenino (un lenguaje depurado de toda
contaminación de pndei masculino), convierte ese lenguaje en
una "a-topfa: una utopía, m i refugio sin lev'"1; un habla que se
sueña enteramente liberado de los controles ile dominación,
habitando un m undo completamente translúcido: definitiva
mente libre de las opacidades y resistencias ile los antagonismos
de poder. Si toda demarcación de identidad supone el afuera
constitutivo de un “ellos" que se opone al nosotros", no puede
haber una cultura de mujeres "completamente inclusiva donde
el antagonismo, la división, el conflicto’’ Ddesaparezcan para siem
pre. De ser así, nos encontraríamos con un universo — por fe
menino que sea su modelo- en el que nada Íntert umpé la lógi
ca cerrada de lo idéntico a sí mismo. C om o todos los demás
signos de identidad, lo femenino está incesantemente envuelto
en disputas y rcncgociaciones de fuerzas que rcarticulan su defi
nición en planos >10 Usosde representación. 1-0 femenino no es el
dato expresado por una identidad ya resucita (“ser mujer”), sino
un conjunto inestable de marcas disímiles a modelar y producir:
una elaboración múltiple que incluye el género en una com bi
nación variable de significantes heterogéneos que entrelaza dife
rentes modos de subjetividad y contextos de actuación E.sta di
mensión situacional de la diferencia-mujer es la que debería ser
’ Umberco Eco. E lIn ttr tn filM * . B uc d o iu, Lumen. 19S1 |' 82.
modo la femineidad ocupa un rol central en establecer puentes
entre las disyunciones locales y globales, reconfigurando mensa
jes en una promesa novedosa de unificación" En contra de lo
que dictan esta», regias del mercado literario globaÜzado, la críti
ca feminista debería interesarse en proyectar lo femenino no
como una representación homogénea y homogeneizante, sino
como un vector de dttttiurawiento significante que interroga
los mecanismos de unificación del sentido y de la identidad que
(también) operan en la formación discursiva llamada ‘ literatura
de mujeres". Acentuar teóricamente esta función dcsestabiliza-
dora de lo “femenino" que se resiste a cualquier oposición bina
ria (masculino/femenino, identidad/diferencia, centro •' perile-
tia, etc..) sólo es posible desde un feminismo la(s) diferencia^:
un feminismo que postula múltiples combinaciones de signos
en ‘ transiciones contingentes" (Laclau-MoulTe) entre registros
hcteiogeneos, plurales y contradictorios de identificación sexual,
de representación social y de significación cultural. Nada más
alejado de este feminismo teórico de la(s) diferencia(s) que aborda
el significante “mujer’* en la discontinuidad de sus planos de
representación discursiva, que el rescate de lo vivencia! contó
conciencia primaria de un femenino latinoamericano reducido
fusionalmcnte a los mitos del cuerpo y la orahdad.
* M u id lo , op cu., p 809.
Bibliografía
'Joriello, Guillermo: 81
Zcgcrs, Francisco: 9
Zurita, Raúl: 21.