Sunteți pe pagina 1din 11

87

Conservatorio del Tolima. Institución de Educación Superior. 1906

Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

Modernidad y postmodernidad:
una discusión vigente
Vivimos, lamento decirlo, en una época de superficies.
Óscar Wilde.

Carlos David Leal Castro*


Alejandro Leal Castro**

Recibido: agosto 14 de 2013 Aprobado: Noviembre 15 de 2013

Artículo de reflexión
Para citar este artículo/ To reference this article
Leal. A; Leal, C.D.(2013). Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente. Música Cultura y Pensamiento. Vol 5, Nº 5, pp: 87-97

Resumen. La reflexión sobre las nociones de Modernidad y Postmodernidad en Occidente está presente en los albores
del siglo XXI, momento en el que aún no se sabe si actualmente se asiste a una real ruptura epocal, o si la Postmo-
dernidad no es nada más que un pliegue de la Modernidad (Díaz, 2009). En algunas disquisiciones se vislumbra la
idea de que la Postmodernidad es un desafío a los ideales y axiomas modernos, es una repulsión de los paradigmas
de la Modernidad, de manera que se muestra como una ruptura o discontinuidad que pone de manifiesto la crisis
de la Modernidad. La Postmodernidad, en esta línea de sentido, se vislumbra como una época de cambio, como un
momento de transformación cultural que marca un distanciamiento respecto de la Modernidad y que nos invita a
pensar de manera ineluctable en lo dicho por Óscar Wilde: que vivimos en una época de superficies, en una época
líquida, en una época light.

Pero, por otro lado, hay quienes asumen que la Postmodernidad no es más que una continuación al extremo, una
radicalización de las aventuras estéticas y culturales modernas, de manera que el postmodernismo no es más que
una elongación de la era moderna, que entre una y otra noción el meollo es más de énfasis. Lo cierto es que resulta
complejo, por no decir impensable, tener una visión acaparadora y pretensiosamente unívoca de estas dos nociones
que, si bien han sido ampliamente discutidas y reflexionadas hacía tiempo, en países latinoamericanos como Argen-
tina hicieron “eclosión a mediados de la década de 1980” (Díaz, 2009, p.10), es decir, de una manera extemporánea,
como aconteció también en Colombia, país en el que al decir del profesor Fabio López de la Roche, tan sólo dos
décadas antes, a partir de los años sesenta, los procesos de modernización y las dinámicas culturales de la Moderni-
dad comienzan a ser experimentadas masivamente por la sociedad colombiana (1998).

Palabras Claves: Modernidad, Postmodernidad, sociedad, cultura.

* Magister en Educación. Docente del Conservatorio del Tolima. Miembro del grupo Aulos
carlos.leal@conservatoriodeltolima.edu.co
** Magister en Educación. Docente de la Universidad del Tolima
alealc@ut.edu.co
Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

Modernity and postmodernity: a current discussion


Abstract. The reflection on the notions of modernity and postmodernity in the West is present in the early twen-
ty-first century, at which time it is not known if they are attending a real epochal rupture, or Postmodernism is
nothing but than a fold of Modernity (Díaz, 2009). In some disquisitions the idea that Postmodernism is a challenge
to the modern ideals and axioms, It is a repulsion of the paradigms of Modernity, so that it is shown as a break or
discontinuity that reveals the crisis of modernity. Postmodernism, in this line of sense, is seen as a time of change,
as a moment of cultural transformation that marks a distancing from Modernity and invites us to think about what
Óscar Wilde said: that we live in a superficial epoch, in a liquid epoch, in a light epoch.

But on the other hand, there are those who assume that Postmodernism is merely a continuation to the extreme, a
radicalization of modern aesthetic and cultural adventures, so that postmodernism is merely an elongation of the
modern era that between one and another conception has a core notion of emphasis. The truth is that it is complex,
if not unthinkable, have a hoarder and pretentiously unique vision of these two notions. Although they have been
widely discussed and reflected for some time, in Latin American countries like Argentina, they did “hatch in mid-
decade 1980 “ (Díaz, 2009:10), in an extemporaneous way, as it happened in Colombia, a country in which the words
of professor Fabio López de la Roche, just two decades ago, the processes of modernization and cultural dynamics
of modernity began to be massively experienced by Colombian society, from the sixties (1998 ).

Key Words: Modernity, Postmodernity, society, culture.

¿Postmodernidad? marca en el epígrafe del escritor irlandés que


abre este texto, la superficialidad se muestra
En el seno de la amplia gama de interpreta- como un rasgo distintivo del mundo actual,
ciones sobre la Modernidad y la Postmod- un mundo en el que, en palabras del Nobel
ernidad hay una posición que resulta llama- de Literatura peruano Mario Vargas Llosa,
tiva y que se orienta a negar los discursos el entretenimiento pasajero es la aspiración
de validación de esta última, desvirtuándola suprema de la vida humana (2012).
como una nueva realidad sociocultural que
88 tiene efectos en todos los campos del saber. Para Callinicos, el postmodernismo es un
“El término (Postmodernidad) se ha con- neologismo carente de referentes en el
vertido en el santo y seña de nuevas ten- mundo social, no es más que “una construc-
dencias en cine, teatro, danza, música, arte ción puramente teórica” que no tiene nada
y arquitectura; en filosofía, teología, psi- de novedosa (http://lahaine.org/amauta/
Música, cultura y pensamiento 2014 |Vol. 5 | No. 5 | 87 - 97

coanálisis e historiografía; en nuevas cien- b2-img/Callinicos.pdf). Por ejemplo, en el


cias, tecnologías cibernéticas y varios estilos campo del arte el postmodernismo tiende
de vida culturales”, afirma Alex Callinic- a apropiarse de algunas características que
os, profesor de Teoría política en el King’s ya en la Modernidad se gestaban, por lo
College de Londres (http://lahaine.org/ que más que concebirla como una nueva
amauta/b2-img/Callinicos.pdf). El post- era de ruptura radical, conviene entender
modernismo, la consecuencia derivada de la Postmodernidad en tanto prórroga de la
la Postmodernidad, es un síntoma reinante Modernidad, es decir, un estadio que lejos
usado por quienes desean, a fuerza de uso, de plantear rupturas concretas, toma como
entrar en consonancia con los apelativos de suyas y apropia características que germi-
moda, validar la jerga y los estribillos de una naron o se afianzaron en la Modernidad.
época como la actual en la que, como se re- La Postmodernidad se muestra desde esta
89

Conservatorio del Tolima. Institución de Educación Superior. 1906

Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

perspectiva como el último estertor de la de acuerdo para poder discutir sobre su vi-
misma Modernidad, porque no rompe epo- gencia o crisis” (Kronfly, 1994, p. 27), una
calmente con esta, sino que siendo su con- categoría que no se restringe -como sucedió
tinuidad y, sin duda, ‘la radicalización de las en el medioevo- al modo del hodie (hoy).
aventuras estéticas y culturales de la misma Muchos piensan que la Modernidad alude
modernidad’, tampoco propone soluciones a un tipo de sociedad ocurrido en Europa
a los mundiales conflictos actuales. En uno después del Renacimiento, aunque Heideg-
de los ensayos incluidos en el libro de Fer- ger piensa que todo inicia con los griegos, al
nando Virviescas y Fabio Giraldo titulado ser estos los que desarrollaron las nociones
Colombia, el despertar de la modernidad, estos re- de progreso, historia y razón (Kronfly, 1994,
toman la voz de Gilles Lipovestky, profesor p. 27). Si bien sus raíces son discutidas, su
de Filosofía en la Universidad de Grenoble, eclipsamiento se entiende comprendiendo
para significar que la noción de postmo- que la categoría Post-modernidad fue un
dernismo es indiscutiblemente equívoca en fenómeno bien preciso de finales del siglo
razón a que “el tiempo postmoderno es la XX, más concretamente de la década de los
fase cool y desencantada del modernismo años 80, cuando se recogieron influencias
[…] Se define por la prolongación, no hace de pensadores occidentales como Foucault,
más que proseguir, aunque sea con otros Lyotard, Deleuze, Derrida, Braudillard, Vat-
medios, la obra secular de las sociedades timo, Badiou, las cuales entroncaron con
modernas” (1994, pp.167-168). En este las reflexiones de neonitzscheanos y neo-
sentido conviene precisar qué se entiende pragmáticos como Rorty, neoaristotélicos
por Modernidad y desde qué momento de como MacIntyre, y con postestructuralis-
la historia de Occidente se puede hablar de tas, quienes en suma pusieron de manifie-
ella. sto actitudes antirracionalistas, esto es, de
desconfianza respecto de la razón y, peor,
Las raíces de la Modernidad. de la razón crítica, deseando la muerte de
¿Qué es la modernidad, cuya presencia es tan una Modernidad que, como se concibe, ab-
central en nuestras ideas y nuestras prácticas solutizó la razón, la técnica, el progreso, el
desde hace más de tres siglos y que hoy es pues- neoliberalismo, el individualismo y el desen-
ta en tela de juicio, repudiada o redefinida? cantamiento del mundo, para caer en lo que
muchos de ellos proclaman: ‘el todo vale’.
(Touraine, 2004, p. 9)
De todas formas sentemos que la Moderni-
Desde una perspectiva histórica, el sur- dad (‘europea’, aunque parezca un pleonas-
gimiento del neologismo Postmodernidad* mo decirlo) tuvo su momento originario en
fue un fenómeno que se produjo en los el Renacimiento, periodo de la historia occi-
estertores de la Modernidad, entendiendo dental que encuentra como lugar destacado
esta última como una “categoría compleja la Italia del siglo XIV, para luego difundirse
sobre la cual hay que ponerse más o menos por el resto de Europa durante los siglos
XV y XVI. En este renacer se tuvo como
*. En el presente texto posteriormente se dilucida cómo la noción
de Postmodernidad cobra fuerza luego de la Segunda Guerra
intención reorientar el pensamiento me-
Mundial (1939 – 1945). dieval, es decir, la vida cultural e intelectual
Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

dominada por el manto eclesiástico para principalmente franceses y escoceses del si-
renovar el interés por el pasado grecorro- glo XVIII buscaron extender los métodos
mano clásico y, especialmente, por su arte. de la Revolución científica del siglo XVII
para explicar el mundo social y obtener un
El pensamiento religioso medieval, acogido control ‘racional’ de su entorno (Callinicos,
y afirmado desde las mismas producciones http://lahaine.org/amauta/b2-img/Calli-
artísticas, fue socavado por el proyecto de nicos.pdf). El estallido económico, científi-
la Modernidad, el cual transformó el para- co y técnico que caracterizó el pensamiento
digma teocéntrico imperante para buscar un ilustrado y la Revolución industrial gestada
retorno a la creencia de que el hombre, tan desde finales del siglo XVII en Inglaterra
venerado en la cultura griega clásica, a través no sólo posibilitaron nuevos sistemas pro-
de la razón podía darle una explicación a los ductivistas basados en una economía me-
fenómenos que lo circundaban, acogiendo canizada para producir bienes a gran esca-
paulatinamente formas de explicación y la, sino un desarrollo citadino que permitió
comprensión racional del mundo distantes entender que, junto a la Modernidad artísti-
de las explicaciones omnímodas y teológi- ca e ideológica, se yuxtapuso una visión in-
cas del Medioevo, para ponderar otro tipo strumental o utensiliar de la Modernidad,
de fetiche o ídolo: la Razón, objeto de re- correlacionada con las ideas de Desarrollo
flexión de artistas como Goya, quien de una y Progreso, categorías aunadas a avances
manera perspicaz le puso como título a uno tecnocientíficos que, asumidos en ausencia
de sus grabados ‘El sueño de la Razón produce de sentido humanista, causarían póstuma-
monstruos’ en 1799, en un momento en el mente una especie de ‘cataclismo de Da-
que la Modernidad y los anhelos de raciona- mocles’ (García Márquez, 1986), un cata-
lización se afianzaban. Para Cruz Kronfly, clismo que se explica en razón a lo que se
los centenarios relatos sobre la Historia, el observa en el mundo actual: analfabetismo,
90 Progreso y la Razón se secularizaron, es hambre, pobreza, contaminación, sangre,
decir que se independizaron de la religiosi- miseria de muchos y opulencia de unos
dad cristiana medieval para mostrarse como cuantos, ideas que lejos de ser parte de
nuevos mitos redefinidos “sobre la base relatos fantásticos se convirtieron en una
de nuevas y más contundentes pruebas: el realidad al mostrar que la Razón (ese em-
Música, cultura y pensamiento 2014 |Vol. 5 | No. 5 | 87 - 97

capitalismo y sus avasalladores argumentos blema moderno) en el siglo XX presenció


relativos al avance tecnológico, el confort, “las más importantes carnicerías humanas
la ciencia y sus progresos” (1994, p.28), un de las que se tenga noticia, con el empleo
capitalismo que se ha nutrido en mucho del en intensidad de todos los recursos técnic-
declive del ideal ilustrado kantiano: el sapere os y con la música de los clásicos al fondo”
aude. (Cruz Kronfly, 1994, p. 29).
Callinicos es tajante al rebatir los plant- Habría que decir también que durante la
eamientos de Jean François Lyotard, uno de Modernidad fueron fundamentales no
los defensores del postmodernismo, pues solo la Revolución industrial, los múltiples
para aquel la Modernidad se asoció con hallazgos científicos del siglo XIX y la Ilus-
la Ilustración, época en la que pensadores tración sino otros procesos como el de la
91

Conservatorio del Tolima. Institución de Educación Superior. 1906

Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

Revolución Francesa gestada a fines del si- aval de Mariano Ospina Pérez (1891-1976)
glo XVIII, más exactamente en 1789, para el providencialismo (o la consideración de
ahondar en la desvinculación de la medie- Dios como protagonista de la Historia), un
validad occidental y entronizar las ideas de providencialismo arraigado en la mentali-
Libertad, Igualdad y Fraternidad. Éste últi- dad hispano-católica, un providencialismo
mo acontecimiento fue de vital importancia eclipsado en países como Francia e Ingla-
en el marco de la Modernidad no sólo en terra. Asimismo, uno de los mentores de la
Europa sino también en Hispanoamérica, Constitución de 1886, Miguel Antonio Caro,
pues la independencia de los países hispano- no sólo fue crítico de los principios anglosa-
americanos se relacionó desde un principio jones emancipadores sino también un defen-
con estas ‘Revoluciones burguesas’, para re- sor inquebrantable de la idea de hispanidad
cordar el calificativo que les atribuyó el his- y de la moral católica, ideales que regirían a
toriador británico Eric Hobsbawm. Colombia hasta 1991 y que de forma inter-
mitente sobresalen contemporáneamente en
Echemos una mirada en rededor de no- Colombia, un país en el que, como sucede en
sotros para afirmar, retomando lo plant- el resto de países latinoamericanos,
eado por Rubén Jaramillo Vélez, profesor
pareciera como si fuéramos premodernos,
de filosofía de la Universidad Nacional de
modernos y postmodernos al mismo tiem-
Colombia, que la actividad económica de po […]. Se puede ser perfectamente con-
los países hispanoamericanos era por este temporáneo y actual, en el restringido sen-
entonces muy precaria, se percibía ausencia tido del hodiernus medieval, sin necesidad
de una genuina burguesía y había un pens- de que la cabeza de ese «nuevo» fanático de
amiento endeble que no estaba a la altura nuestro tiempo haya tenido que pasar por
de las tareas que deberían enfrentar estos la ruptura mental, simbólica y cultural que
países. Insisto, pues, en que la Modernidad significó en su momento, para Occidente,
fue un proceso cultural contextualmente el cambio de época denominado «moderni-
diferente: no se desarrolló de la misma for- dad» que instauró el mundo burgués a partir
del Renacimiento, luego el advenimiento del
ma en algunos países europeos como Fran-
Proyecto Ilustrado y más tarde el desarrollo
cia e Inglaterra, menos a como se dio en lo en pleno del capitalismo industrial, con todo
que luego serían las naciones hispanoamer- lo que ello significó. Dicho de otro modo, el
icanas, en razón a los “procesos efectivos escamoteo de lo moderno por el afán de lo
y desarrollos socioeconómicos culturales e contemporáneo (Cruz Kronfly, 1998, p. 14).
idiosincrásicos” (Jaramillo Vélez, http://ja-
veriana.edu.co/narrativa_colombiana/con- De hecho, en uno de sus libros de ensayos
tenido/bibliograf/postergacion.htm, pv.). recientes, el escritor tolimense William Os-
pina recuerda que “a lo largo de las guer-
Es el mismo Jaramillo Vélez quien, en el artí- ras civiles del siglo XIX se impusieron en
culo La postergación de la experiencia de la mod- Colombia el poder clerical y el poder de
ernidad en Colombia, nos recuerda que, en el los grandes terratenientes, y nunca se abrió
caso particular colombiano, la Modernidad camino la Modernidad, ni siquiera con las
se asumió muy extemporáneamente. De más moderadas de sus reformas liberales”
hecho, en 1844 se legitimó, con el posterior (2013, p.141).
Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

La reformulación o el paso de un paradigma del Juez supremo, apareció de pronto en una


providencialista-medieval hacia uno laico, dudosa ambigüedad; la única Verdad divina
de corte moderno, fue producto de una serie se descompuso en cientos de verdades rela-
de acontecimientos en distintos planos (en tivas que los hombres se repartieron. De este
el filosófico con Descartes y el Racionalis- modo nació el mundo de la Edad Moderna y
mo; en el científico con Galileo, Copérnico, con él la novela, su imagen y modelo.
Bruno; en el plano político con Maquiavelo;
en las artes con Rafael, Leonardo, Cervant- Este principio de la incertidumbre sobre la
es, Proust, Bach, Beethoven, por mencionar existencia de verdades absolutas se asocia
tan solo algunos referentes), algo que en entonces con la desconfianza sentida por el
Occidente se dio de forma paulatina, no de ser humano hacia los principios metafísicos
manera inmediata. El profesor Carlos Fa- y los dogmas medievales, por la duda gen-
jardo Fajardo (2001) indica, remontándose erada hacia esos otros horizontes inciertos,
a los gérmenes de la Modernidad occiden- por esas otras posibilidades insospechadas
tal, que desde sus inicios este proyecto, el de comprensión del mundo que se abrirían
moderno, se caracterizó por ser un hecho camino. Algunas personalidades del Re-
confuso y nebuloso como consecuencia de nacimiento como Erasmo, Giordano Bru-
un juego de bipolaridades que oscilaría en- no, Bacon o Leonardo, son referentes que
tre lo místico y lo profano, lo individual y encarnaron ese contrapunteo ideológico y
lo colectivo, lo bello y lo hórrido, alquimia, que contribuyeron para consolidar la Mod-
magia y brujería −rezagos al fin de cuentas ernidad desde una perspectiva cultural,
de una etapa histórica precedente− y ciencia artística e ideológica.
positiva mezclada con un naturalismo pon- Ahora bien, debe decirse que el impulso tec-
derador de la investigación científica. nocientífico y en general los procesos instru-
La etapa originaria de la Modernidad eu- mentales, desplegados en gran medida por
92
ropea se gestó en un momento en el que, la Revolución industrial conllevaron, siglos
lejos de encontrarse una visión de mundo después, a establecer lo que Touraine (2012)
unitaria, como sí la hubo en el Medioevo, denominó el triunfo de la razón instrumen-
se observó una fisura que sirvió como fun- tal y las consecuente nociones de Progreso y
Desarrollo, el carpe diem, el pensamiento del
Música, cultura y pensamiento 2014 |Vol. 5 | No. 5 | 87 - 97

damento para validar la incertidumbre exis-


tencial, “la dudosa ambigüedad”, como un aquí y el ahora burgués en sacrificio del futu-
rasgo humano moderno que se lo debemos ro, de cierto tipo de futuro. Dicha razón in-
en gran medida a Cervantes (Kundera, 2004, strumental no fue sólo la corroboración de
p. 16). En palabras de Milan Kundera, la consolidación de la razón técnica (que iría
en contra de la razón teórica y de la razón
Cuando Dios abandonaba lentamente el lu- práctica), la consolidación del conocimien-
gar desde donde había dirigido el universo y to, del poder, de la lógica realista, metódica,
su orden de valores, separado el bien del mal práctica y utilitaria, sino la reafirmación de
y dado un sentido a cada cosa, don Quijote un tipo de posicionamiento en el que apare-
salió de su casa y ya no estuvo en condiciones cieron nuevas actitudes: la práctica y la idea
de reconocer el mundo. Este, en ausencia de aplicación de la ciencia positiva.
93

Conservatorio del Tolima. Institución de Educación Superior. 1906

Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

Con el arraigo de la Modernidad instru- misma y afirmar cada vez más abiertamente
mental (es decir, de la modernización), no su soberana autonomía, característica angu-
solo se produjo con firmeza la desentroni- lar de la Ilustración expuesta de forma pre-
zación de lo sagrado. De hecho, la raciona- cisa por el filósofo alemán Emanuel Kant.
lidad tecnocientífica desacralizó al human-
ismo restándole importancia al mundo de Justamente, la idea de depender de la razón
la subjetividad, a lo axiológico y a la parte y de la ciencia es retomada por Kant en su
espiritual del ser humano, lo cual llevó a ensayo ¿Qué es la ilustración? Así lo expre-
generar una gran desconfianza occidental sa: “He situado el punto central de la llus-
en las ideas modernas de Progreso, Liber- tración […] en cuestiones religiosas, porque
tad y Futuro, y produjo el desencantamiento en lo que atañe a las artes y las ciencias
del mundo anunciado por Weber. La racio- nuestros dominadores no tienen ningún
nalización modernizadora adquirió poco a interés en ejercer de tutores sobre sus súb-
poco enorme influencia y mayor impacto ditos” (1964, p.5). La piedra angular de este
sobre todo entre los siglos XIX y XX, mo- proyecto ilustrado consiste en establecer
mento de fulgor y decadencia del estadio una crítica a la moral establecida por la ig-
moderno que trajo como consecuencia ‘La lesia católica que le impide al hombre pen-
era del vacío’, una era de prolongación y sar por sí mismo, valerse por sus propios
énfasis sobre rasgos sociales como la apatía medios. El hombre superior, moral, se debe
frívola, la conciencia indiferente, los deseos caracterizar por la autonomía.
de bienestar y de satisfacción, el narcisismo
y, sobre todo, un individualismo puro que En este contexto el profesor rumano Matei
revoluciona las necesidades “convirtién- Callinescu (1991) es claro al reconocer dos
dose en un nuevo ethos de masa” (Lipov- sentidos del término Modernidad.: El prim-
etsky, 2002, p.53). ero asociado con una perspectiva burguesa,
adherida a las ideas de progreso, ciencia,
Adherido a este nuevo ethos propio de una tecnología, racionalidad, expansionismo y
racionalidad tecnocientífica, utensiliar, una pragmatismo. El segundo, que entiende la
lógica con la que congenió la burguesía Modernidad desde una perspectiva estética
moderna, algunos modernistas reivindic- y filosófica, abogó por una mirada crítica
aron otro tipo de racionalidad que sentó una del mundo, de la vida, de la sociedad, de la
mirada crítica frente al mundo a través del cultura, tomó fuerza con las vanguardias y
arte y la filosofía. Gilles Lipovetsky (1994) se inclinó por actitudes harto antiburgue-
retoma a Pierre Bourdieu para recordar que sas, distantes de la clase valores que la clase
la época moderna instituyó condiciones media en ascenso económico ponderaba.
económicas y sociales que dieron pie para Una consecuencia de este contrapunteo
que los artistas se liberaran de la tutela finan- entre los dos sentidos de la Modernidad
ciera en que les tenía la Iglesia y la aristocra- en permanente tensión fue el surgimiento
cia desde la Edad media y el Renacimiento. expresiones artísticas y filosóficas cargadas
De lo anterior se desprende que la creación semánticamente de libertad, emancipación,
artística pudo emanciparse del sistema de rebeldía y crítica, con un profundo sentido
mecenazgo, de los criterios exteriores a sí revolucionario.
Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

De todas maneras es bien complejo precisar ene la búsqueda inescrutable de su propio


en qué momento de la primera mitad del centro” (Jaramillo Vélez, http://javeriana.
siglo XIX en Europa se produjo la sepa- edu.co/narrativa_colombiana/contenido/
ración de estas dos visiones de Modernidad: bibliograf/postergacion.htm, p.v). Colom-
la Modernidad vista como producto del de- bia, marcada por la premisa de postergación
sarrollo científico y tecnológico, de la Revo- de la experiencia de la Modernidad, tardó
lución industrial, de la economía arrollado- mucho más que Europa en sentir los aleteos
ra, de los cambios sociales del capitalismo, y de la industrialización pues, como lo afir-
la Modernidad como un concepto estético ma Jaramillo Vélez, esto aconteció con el
cuyo anhelo utópico penetra todo el espec- mercado interno promovido por el café, la
tro intelectual, desde la filosofía, la política, minería y el oro, que ejerció un importante
la poesía y las artes. En el caso colombiano influjo en el proceso modernizador y tec-
primó el sincretismo: en los primeros dece- nológico del país (Jaramillo Vélez, http://
nios del siglo XX se logra avanzar en el ter- javeriana.edu.co/narrativa_colombiana/
reno infraestructural, de la industrialización, contenido/bibliograf/postergacion.htm,
de las vías de comunicación y de la urban- p.v).
ización y el desarrollo económico, pero sin
lograr desanclar del imaginario colectivo Aproximación a los orígenes de la ‘Post-
la concepción tradicionalista, la visión de modernidad’.
mundo y la ideología que, desde la firma
del Concordato de 1887, estuvo sometida Aunque la negativa de Callinicos hacia la
al control de la Iglesia católica, preocupa- aceptación de la Postmodernidad es categóri-
da por hacer buenos católicos más que por ca, desde otra óptica se puede pensar que, una
el desarrollo de una civilización estatal, de vez reconocida la crisis de las ideologías, clau-
un ethos secular, de una ética ciudadana (Ja- surando el siglo XX, las rebeldías vanguard-
94 ramillo Vélez, http://javeriana.edu.co/na- istas fueron digeridas por las manifestaciones
rrativa_colombiana/contenido/bibliograf/ mediáticas dando lugar a un nuevo estadio
postergacion.htm, p.v). Lo anterior condujo de la historia ideológica de Occidente. De
ineluctablemente a la puesta en escena de hecho, desde la década de los años sesenta se
un sincretismo entre lo moderno y lo pre- marcó no sólo el fin, desgaste y agotamiento
Música, cultura y pensamiento 2014 |Vol. 5 | No. 5 | 87 - 97

moderno en Colombia. de las vanguardias sino también el inicio de


una reconfiguración ideológica, artística y cul-
Interesa enfatizar en que la Modernidad, tural asociada ya no con la ruptura sino con
en tanto proceso sociocultural e ideológi- las ideas de confort, relajación y fascinación,
co, tuvo notable resonancia en el campo del una civilización del espectáculo (Vargas Llosa,
arte, de manera que “la modernidad artísti- 2012) tendiente al relajamiento estético. “De
ca [está] ligada a una relación con lo social la estética del triunfo se pasó a la estetización
[aunque] no es simple producto ni mero masiva de sus propuestas. El resultado fue
reflejo, emerge disonante, irregular, desfa- un relajamiento ideológico y artístico. Las
sa su contradictoria estética e irreductibles búsquedas vanguardistas se fueron institucio-
manifestaciones de fragmentarios relieves nalizando hasta quedar convertidas en diverti-
cuya esencia disgregada, inmutable, devi- mento” (Fajardo Fajardo, 2001, p. 88).
95

Conservatorio del Tolima. Institución de Educación Superior. 1906

Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

Inclusive, postmoderno y, por extensión, la tecnifi-


cación y banalización del mundo fueron, en
La década de 1980 constituyó un momen- mucho, brazos de fuerza para la reproduc-
to estelar para el postmodernismo. Uno de
ción técnica de la obra de arte.
sus principales propagandistas, Ihab Hassan,
llegó a escribir en una colección editada en Los sucesos históricos de la Modernidad
1987: “Quisquillosos académicos evitaron
brindaron una herencia perdurable durante
algunas vez la palabra postmoderno como
quien elude el más sospechoso neologis-
los siglos XIX y XX, al contribuir para el
mo. Ahora, sin embargo, el término se ha crecimiento del secularismo actual. El siglo
convertido en el santo y seña de nuevas ten- XIX se mostró como el momento decisivo
dencias en cine, teatro, danza, música, arte para la creencia en la posibilidad y necesi-
y arquitectura; en filosofía, teología, psi- dad del Progreso, idea que perviviría hasta
coanálisis e historiografía; en nuevas cien- el siglo siguiente. En el siglo XX, con el ad-
cias, tecnologías cibernéticas y varios estilos venimiento de la Primera y luego la Segun-
de vida culturales. Ciertamente, el postmod- da Guerra mundial el hombre se percató de
ernismo ha recibido ahora la bendición bu- que la Razón moderna tampoco fue la vía
rocrática del National Endowment for the expedita para pensar en la realización de la
Humanities en la forma de seminarios de ve-
utopía de un mejor mundo en el sentido de
rano para profesores universitarios; mas allá
de esto, ha penetrado el discurso de los críti- marchar hacia la abundancia, la felicidad y
cos marxistas recientes que, hace sólo una la libertad. Según el sociólogo francés Alain
década, ignoraban el término como un caso Touraine, “las críticas de la modernidad
más de la basura, modas y estribillos de la cuestionan o repudian precisamente esta
sociedad de consumo” (Hassan, citado por afirmación central” (2004, p.9). “Inmersos
Callinicos, http://lahaine.org/amauta/b2- en un sendero claroscuro, las luces de la
img/Callinicos.pdf). poderosa razón se extinguen (…). Tal vez
creímos demasiado en la guía de la razón,
La Postmodernidad, el nuevo santo y seña iluminados por sus promesas de encontrar
de las tendencias artísticas, se generalizó a una salida al final del túnel. Pero ella nos
partir de la década de los años ochenta y ha desencantado” (Fajardo Fajardo, 2001, p.
acogió como características la reivindi- 103).
cación de un arte decorativo, un arte agrad-
able para una cultura del espectáculo en la El norte racional de otrora y los macro-
cual se proyecta una frivolidad suntuaria, proyectos modernos perdieron su rumbo y,
desaparece el sujeto individual, el estilo per- en el estadio postmoderno, estallaron para
sonal, para dar paso al pastiche, al simula- acentuar categorías antropológicas como la
cro. Mientras tanto, la vanguardia se eclipsó: desesperanza y la incertidumbre humanas,
a las banderas críticas del cambio se enarbo- las cuales se venían ya manifestando en la
laron una industria cultural y una tecnocul- Modernidad. Kermode es retomado por
tura que han favorecido, con vigencia hasta Callinicos para significar que el sentido de
nuestro tiempo, la reproducción sistemática un final, el sentimiento de encontrarse al
de los elementos artísticos del pasado. El término de una época, el ánimo impregna-
desarrollo de los mass-medias en el estadio do de crisis final es endémico de lo que de-
Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

nominamos Modernidad. Kroker y Cooke, Postmodernidad, o si será mejor hablar en


citados por Callinicos (http://lahaine.org/ términos de ‘Modernidad líquida’ (Bau-
amauta/b2-img/Callinicos.pdf), en La esce- man), de era digital o postindustrial (Bell,
na postmoderna recalcan en que la conciencia Castells), de capitalismo tardío (Mandel).
humana descubre en la actualidad un gran Al fin de cuentas, como lo expresa Esther
panorama de desintegración y decadencia. Díaz, doctora en filosofía por la Universi-
dad de Buenos Aires, “el nombre no hace
Según Callinicos, el filósofo francés Jean- al fenómeno” (2009, p.11).
François  Lyotard señaló también que la
Ilustración se fue a pique por cuanto la idea Referencias
del Progreso como algo posible, probable,
necesario, se articuló con la certeza de que Calinescu, M. (1991). Cinco caras de la mod-
el desarrollo de las artes, la tecnología, el ernidad. Madrid: Tecnos.
conocimiento y la libertad irían en benefi- Callinicos, A. (Sin año). Contra el postmodern-
cio de la humanidad. “Dos siglos después, ismo. En línea. Citado el 17 de noviem-
somos más sensibles a los signos que nos
bre de 2013. Disponible en http://la-
indican lo contrario. Ni el liberalismo
haine.org/amauta/b2-img/Callinicos.
económico ni el político, como tampoco la
pdf)
variedad de los marxismos, están libres de
sospecha en lo referente a crímenes de lesa Cruz Kronfly, F. (1994). La Sombrilla Plane-
humanidad durante los dos sanguinarios taria, Ensayos sobre Modernidad y Postmod-
siglos pasados” (Callinicos, http://lahaine. ernidad en la Cultura. Bogotá: Planeta.
org/amauta/b2-img/Callinicos.pdf).
Cruz Kronfly, F. (1998). La tierra que atardece.
En síntesis, para pensadores como Rafa- Ensayos sobre la modernidad y la contempora-
el Gutiérrez Girardot (1987) la Moderni- neidad. Bogotá: Ariel.
96
dad durante el siglo XX fue una extraña
época en la que el positivismo respiró a Díaz, E. (2009). Posmodernidad. Buenos Ai-
todo pulmón, se despertó el misticismo y res: editorial Biblos.
comenzaron las locuras de lo oculto. De
esta manera lo que en la Modernidad na- Fajardo F., C. (2001). Estética y postmoderni-
Música, cultura y pensamiento 2014 |Vol. 5 | No. 5 | 87 - 97

ció (el misticismo, las locuras de lo oculto, dad: nuevos conceptos y sensibilidades. Ecua-
según lo dicho por Gutiérrez Girardot) la dor: Abya-Yala.
Postmodernidad lo explotaría y lo postu- García Márquez, G. (6 de agosto de 1986).
laría como su creación. Siendo así, valdría El cataclismo de Damocles. Obtenido de
la pena reflexionar sobre la pertinencia de archivo Web. Diario El país. : http://
la denominación de la Postmodernidad elpais.com/diario/1986/08/09/inter-
como una época nueva de creación artísti- nacional/523922413_850215.html
ca, o si se concibe mejor como la época
del reciclamiento y del fin de las utopías. Gutiérrez G., R. (1987). Modernismo: supues-
Como quiera que sea, la discusión con- tos históricos y culturales. Bogotá: Fondo de
tinúa abierta sobre si es legítima o no la Cultura Económica.
97

Conservatorio del Tolima. Institución de Educación Superior. 1906

Modernidad y postmodernidad: una discusión vigente

Jaramillo Vélez, R. (Sin año). La postergación modernidad. Bogotá: Foro Nacional por
de la experiencia de la modernidad en Colom- Colombia.
bia. En línea. Citado el 18 de septiembre
de 2013. En: Rodríguez, Jaime Alejan- Lipovetsky, G., (2002). La era del vacío. Bar-
dro. Novela colombiana. Disponible en: celona: Anagrama.
http://javeriana.edu.co/narrativa_co-
López de la Roche, F. (1998). Escenarios cul-
lombiana/contenido/bibliograf/pos-
turales de una modernidad tardía. En: Co-
tergacion.htm
lombia. Nómadas ISSN: 0121-7550 ed:
Kant, I. (1964). Respuesta a la pregunta: ¿Qué es Universidad Central v. fasc. No. 8.
la Ilustración? En: Filosofía de la historia.
Ospina, W. (2013). Colombia, donde el verde es
Buenos Aires: Nova.
de todos los colores. Bogotá: Mondadori.
Kundera, M. (2004). El arte de la novela. Bar-
Touraine, A. (2012). Crítica de la modernidad.
celona: Fabula Tusquets Editores.
México: Fondo de Cultura Económica.
Lipovetsky, G. (1994). Modernismo y Post-
Vargas Llosa., M. (2012). La civilización del
modernismo. En: Virviescas, Fernando y
espectáculo. Bogotá: Alfaguara.
Giraldo, Fabio. Colombia, el despertar de la

S-ar putea să vă placă și