Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Registro: 2016608
Materia(s): Civil
Página: 1895
El artículo 210 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Veracruz regula lo relativo al
pago de alimentos en todas las relaciones familiares, salvo en aquellos casos en que se demande
el reconocimiento de la relación familiar (paternidad o maternidad), para lo cual regirá el artículo
289 Bis, en relación con el diverso numeral 289 Ter, ambos del Código Civil para el Estado. Ahora
bien, de la lectura de dichos artículos, se pone de manifiesto que para poder gozar de los
alimentos provisionales, en todos los casos, la ley señala que debe cumplirse con un requisito
previo, la exhibición de cualquier probanza con que pueda derivarse una presunción de filiación,
ya que no limitan a que se acredite con determinada prueba el derecho a recibirlos en los casos en
que se demande el reconocimiento de la paternidad; empero para pedirlos se encuentra sujeto a
que exista un principio de prueba en relación con la filiación, el cual puede ser la propia
presunción ahí señalada, surgida como sanción por razones imputables al presunto progenitor, al
no haberse desahogado la prueba pericial respectiva, como acto prejudicial en términos de los
artículos 157 bis a 157 Decies del código procesal civil citado, entre otros. De esta forma, el
presunto hijo debe acreditar indiciariamente el vínculo familiar con que se ostenta para poder
gozar de los alimentos provisionales; sin que la vinculación de dichas normas con los principios pro
homine y de interés superior del menor conlleven establecer una presunción sobre la existencia de
la filiación, ya que dichos principios, en modo alguno, pueden ser constitutivos de "derechos"
alegados o dar cabida a las interpretaciones "más favorables" que sean aducidas, cuando dichas
interpretaciones no encuentran sustento en las reglas de derecho aplicables, ni pueden derivarse
de éstas. Tampoco implican que los órganos jurisdiccionales nacionales dejen de llevar a cabo sus
atribuciones y facultades de impartir justicia en la forma en que venían desempeñándolas antes de
la reforma, sino que dichos principios sólo conllevan, en el caso del principio pro homine que si en
los instrumentos internacionales existe una protección más benéfica para la persona respecto de
la institución jurídica que se analice, ésta se aplique, sin que dicha circunstancia signifique que
dejen de observarse los diversos principios constitucionales y legales que rigen su función
jurisdiccional; y, en relación con el interés superior del menor, observar su estado particular, para
garantizar sus derechos, pero no constituye una fuente de procedencia en contra de la dimensión
institucional de las normas; consecuentemente, cuando se demanden alimentos provisionales y el
reconocimiento de paternidad, el presunto hijo debe acreditar indiciariamente el vínculo familiar
con que se ostenta para poder gozar de éstos, sin que los principios pro homine y de interés
superior del menor, conlleven establecer la presunción sobre la existencia de la filiación.
Esta tesis se publicó el viernes 13 de abril de 2018 a las 10:17 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.
Época: Novena Época
Registro: 180583
Materia(s): Civil
Tesis: II.3o.C.59 C
Página: 1806
MENORES, TESTIMONIO DE. PESE A NO SER OFRECIDO CON LAS FORMALIDADES DE LEY, DEBE
VALORARSE CUANDO SE DESPRENDEN CIRCUNSTANCIAS QUE DEMUESTRAN QUE EL AMBIENTE
FAMILIAR NO ES EL PROPICIO PARA SU DESARROLLO INTEGRAL, COMO OCURRE EN EL DIVORCIO
POR SEVICIA, EN OBSERVANCIA A LOS PRINCIPIOS DE LA VERDAD PROCESAL, HUMANIZACIÓN DE
LA JUSTICIA JUDICIAL Y DEL INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
MÉXICO).
Es verdad que de acuerdo a los principios contenidos en la ley procesal civil vigente en el Estado
de México, la prueba testimonial requiere ser ofrecida, admitida y desahogada con determinadas
formalidades para que, una vez cumplidas, la autoridad esté en aptitud de valorarla, sin embargo,
esas reglas encuentran casos de excepción, como ocurre cuando pese a que no son allegadas a
juicio como prueba testimonial, durante su secuela se producen declaraciones de menores que de
manera espontánea describen hechos que ponen de manifiesto que el ambiente familiar no es el
propicio para su desarrollo que es uno de los fines que se protegen a través del principio relativo al
interés superior del menor, de tal suerte que para evitar que al convivir con sus progenitores en
esas condiciones, se les siga produciendo un daño mayor al que ya se les causó, su dicho debe
valorarse por contener datos relevantes sobre los maltratos producidos a la esposa por su
consorte y que son materia de los hechos de la demanda de divorcio fundada en la causal de
sevicia, por lo que deben considerarse dentro del marco probatorio y de ello derivar la
procedencia de esa acción, actuar jurisdiccional que se encuentra justificado si se toman en cuenta
las facultades del Juez para recabar pruebas de oficio y ordenar la repetición o desahogo de
pruebas con las que se tienda a obtener la verdad de los hechos, en atención a los principios de la
verdad procesal, de humanización de la justicia judicial y sobre todo el interés superior del menor.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.
Amparo directo 312/2004. 1o. de junio de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Felipe Alfredo
Fuentes Barrera. Secretario: José Fernando García Quiroz.
Época: Novena Época
Registro: 168776
Instancia: Pleno
Página: 616
SISTEMA INTEGRAL DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES. ALCANCE DEL PRINCIPIO DEL INTERÉS
SUPERIOR DEL MENOR, CONFORME AL ARTÍCULO 18 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
En relación con el tema de los derechos de las personas privadas de la libertad, se parte de la
premisa de que se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad, que impone especiales
deberes al Estado, de ahí que en el caso de los menores, esa vulnerabilidad se hace más patente,
dadas sus características físicas y psicológicas, lo que constituye un hecho que necesita ser
asumido por los órganos encargados, tanto de la creación de normas, como de la procuración y
administración de justicia. En ese contexto, el principio del interés superior del menor implica que
la actuación de las instituciones, tribunales y autoridades encargadas de la aplicación del sistema
penal para adolescentes, deba orientarse hacia lo que resulte más benéfico y conveniente para el
pleno desarrollo de su persona y sus capacidades. Por tanto, la protección al interés superior de
los menores supone que en todo lo relativo a éstos, las medidas especiales impliquen mayores
derechos que los reconocidos a las demás personas, esto es, habrán de protegerse, con un
cuidado especial, los derechos de los menores, sin que esto signifique adoptar medidas de
protección tutelar. Además, si bien es cierto que las autoridades encargadas del sistema integral
deben maximizar la esfera de derechos de los menores, también lo es que deben tomar en cuenta
sus límites, uno de los cuales lo constituyen los derechos de las demás personas y de la sociedad
misma, razón por la cual se establece, en los ordenamientos penales, mediante los diversos tipos
que se prevén, una serie de bienes jurídicos tutelados que no pueden ser transgredidos, so pena
de aplicar las sanciones correspondientes; de ahí que bajo la óptica de asunción plena de
responsabilidad es susceptible de ser corregida mediante la aplicación de medidas sancionadoras
de tipo educativo que tiendan a la readaptación.
Acción de inconstitucionalidad 37/2006. Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis
Potosí. 22 de noviembre de 2007. Unanimidad de diez votos. Ausente y Ponente: Mariano Azuela
Güitrón; en su ausencia se hizo cargo del asunto Sergio A. Valls Hernández. Secretarios: José
Antonio Abel Aguilar Sánchez, Rosalía Argumosa López, Jaime Flores Cruz, Miriam Flores Aguilar,
María Amparo Hernández Chong Cuy, Miguel Enrique Sánchez Frías y Laura García Velasco.
El Tribunal Pleno, el dieciocho de agosto en curso, aprobó, con el número 78/2008, la tesis
jurisprudencial que antecede. México, Distrito Federal, a dieciocho de agosto de dos mil ocho.
Época: Novena Época
Registro: 167644
Materia(s): Civil
Tesis: I.11o.C.203 C
Página: 2844
Conforme al artículo 417 del Código Civil para el Distrito Federal, los que ejercen la patria
potestad, tienen el derecho de convivencia con sus descendientes, con sus excepciones
correspondientes, y tiene por objeto lograr la protección, estabilidad personal y emocional del
menor, lo cual es una cuestión de orden público e interés social, dado que en su observancia está
interesada la sociedad y el Estado, y no podrá impedirse sin justa causa, pero en caso de oposición
de uno de los padres a esas convivencias, la autoridad jurisdiccional determinará lo que más
convenga al interés preponderante del menor. Bajo ese contexto, si en un juicio se solicita la
modificación al régimen de convivencias y el infante dada la edad con la que cuenta, manifiesta
inconformidad con los términos en que éstas se proponen, ello no puede ser determinante para
que la autoridad resuelva conforme a lo manifestado por el menor; pues aun cuando se les debe
escuchar, sus opiniones se deben ponderar en observancia al interés superior del menor, que no
es otra cosa más que el conjunto de acciones y procesos tendientes a garantizar un desarrollo
integral y una vida digna, así como las condiciones materiales y afectivas que permitan a los niños
vivir plenamente y alcanzar el máximo de bienestar posible; así como a las circunstancias por las
cuales se solicita debiendo analizarse todas y cada una de las constancias agregadas al asunto. Lo
anterior es así, porque el derecho del menor a convivir con sus progenitores, se encamina a la
conservación de un entorno saludable y favorable para su pleno desarrollo personal y emocional, y
por tanto es necesario que exista el contacto afectivo para lograrlo y a su vez a los padres les
permite estar al corriente de su vida y educación y sobre todo de participar activamente en la
toma de las decisiones inherentes a su mejor desarrollo integral, que se traduce en el derecho que
tienen los niños y las niñas para la satisfacción de sus necesidades.
Amparo en revisión 6/2009. 9 de febrero de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: Eduardo Jacobo
Nieto García, secretario de tribunal autorizado para desempeñar las funciones de Magistrado, en
términos del artículo 81, fracción XXII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en
relación con el artículo 52, fracción V, del Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal, que reglamenta la organización y funcionamiento del propio consejo. Secretaria: Rocío
Itzel Valdez Contreras.
Época: Novena Época
Registro: 162808
Materia(s): Constitucional
Página: 615
INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. EN CASO DE QUE DEBA SER SEPARADO DE ALGUNO DE SUS
PADRES, EL ARTÍCULO 4o. DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL NO ESTABLECE UN PRINCIPIO
FUNDAMENTAL QUE PRIVILEGIE SU PERMANENCIA, EN PRINCIPIO, CON LA MADRE.
Amparo directo en revisión 745/2009. 17 de junio de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente:
Sergio A. Valls Hernández. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Rodrigo de la Peza López
Figueroa.
Época: Décima Época
Registro: 160414
Materia(s): Civil
Página: 2420
DEPÓSITO O GUARDA DE PERSONAS COMO ACTO PREJUDICIAL. EL JUEZ DEBERÁ DARLO POR
TERMINADO UNA VEZ QUE TRANSCURRA EL PLAZO DE DIEZ DÍAS PARA PRESENTAR LA DEMANDA
O ACUSACIÓN RESPECTIVA, Y SIN MAYOR MOTIVACIÓN QUE LA ACTUALIZACIÓN DE LA HIPÓTESIS
NORMATIVA, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE SI ADVIERTE QUE SE AFECTA EL INTERÉS SUPERIOR
DEL MENOR DEBERÁ DAR VISTA AL MINISTERIO PÚBLICO.
De una interpretación de las disposiciones del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de
Veracruz, relativas a la figura del depósito y guarda de personas, ubicadas en el Capítulo II, del
Título Quinto, "De los Actos Prejudiciales", se advierte que para el caso de los menores no es
potestativo para el juez dejar o no sin efectos la medida prejudicial que hubiere dictado una vez
transcurrido el plazo de diez días a que se refiere el numeral 163 del código invocado para que sea
presentada la acusación o demanda de divorcio respectiva en contra del otro cónyuge. Lo anterior,
porque los preceptos 163 y 167 le imponen tal actuar, al indicar que será de oficio esa declarativa
al no acreditarse haber intentado la demanda o acusación dentro del término señalado, y el
interesado no ha solicitado la ampliación del plazo a que se refiere el diverso 165 del mismo
ordenamiento legal; en consecuencia, una vez transcurrido dicho término, el juez deberá restituir
las cosas al estado que guardaban con anterioridad, sin más razonamiento que el debido cómputo
del plazo descrito, es decir, que se actualiza la hipótesis prevista por ese precepto sin que advierta
la interposición de la demanda de divorcio, como tampoco la petición de prórroga de esa medida.
Con independencia de lo expuesto, si el juzgador advirtiera que con el levantamiento de la medida
prejudicial y el ordenar que las cosas se retrotraigan al estado que guardaban antes de que la
decretara se podría vulnerar el interés superior del menor, en aras de proteger ese interés, una
vez levantada la medida, con fundamento en el artículo 13, apartado "C", de la "Ley para la
Protección de los Derechos de niñas, niños y adolescentes", deberá darle vista a la representación
social para los efectos correspondientes.
Contradicción de tesis 49/2010. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero y
Segundo, ambos en Materia Civil del Séptimo Circuito. 24 de agosto de 2011. Cinco votos.
Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: Rosalía Argumosa López.
Tesis de jurisprudencia 117/2011. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha cinco de octubre de dos mil once.
Época: Décima Época
Registro: 160227
Materia(s): Constitucional
Página: 1222
INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. DEBE PONDERARSE SU PREFERENCIA EN RELACIÓN CON OTROS
PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES ATENTO AL CASO CONCRETO.
De conformidad con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los tratados
internacionales signados por nuestro país, todas las autoridades deben velar por el interés
superior del menor, el cual consiste, entre otras cosas, en asegurar a niñas, niños y adolescentes la
protección y el ejercicio de sus derechos y la toma de medidas necesarias para su bienestar, de
forma tal que si bien deben velar porque los menores no sean separados de sus padres contra la
voluntad de éstos, esto tiene como excepción el interés superior del niño, como puede ocurrir en
los casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres. Ahora, otro
principio constitucional lo constituye el de seguridad jurídica, por virtud del cual las sentencias
definitivas deben cumplimentarse al ser de orden público e interés general, más aún en
tratándose de aquellas emitidas en las controversias del orden familiar. No obstante, tal principio
no puede estar por encima del interés superior del menor de existir indicios que permitan advertir
que de cumplir con una sentencia -entrega de un menor a uno de sus progenitores- éste se podría
ver afectado en su psique y su integridad física, ante la existencia de conductas lesivas realizadas
con posterioridad a la sentencia a cumplimentar, pues de resultar ciertos los indicios de violencia,
el cumplimiento de la sentencia conllevaría a exponer al menor a todo tipo de peligros desde
agresiones físicas como psicológicas o hasta sexuales, que podrían dejar marcas de por vida. Por
tanto, si el juzgador de lo familiar tiene conocimiento de cualquier indicio de riesgo que vulnere el
interés superior del menor, debe someter el cumplimiento de la sentencia definitiva (seguridad
jurídica) a dicho principio, por virtud de lo cual previo a ordenar el cumplimiento de una sentencia
se debe allegar de las pruebas necesarias para valorar si se debe cumplimentar o no dicha
sentencia. Máxime cuando en materia familiar las resoluciones no causan estado, en virtud de que
éstas pueden y deben ser modificadas de existir nuevas situaciones de hecho que pudieran afectar
los intereses de los niños.
Registro: 2001148
Página: 705
PATERNIDAD. EL VARÓN DISTINTO DEL MARIDO ESTÁ LEGITIMADO PARA CUESTIONAR LA DEL
HIJO NACIDO EN EL MATRIMONIO DE LA MADRE CON AQUÉL, PERO LA ADMISIÓN DE LA
DEMANDA DEPENDERÁ DE LA PONDERACIÓN QUE HAGA EL JUZGADOR PARA DETERMINAR QUE
EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN ARMONIZA EL INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR CON LOS DEMÁS
DERECHOS INHERENTES (LEGISLACIONES DE LOS ESTADOS DE GUANAJUATO Y DE NUEVO LEÓN).
Los artículos 430 y 345 de los Códigos Civiles de Guanajuato y Nuevo León, respectivamente, en
cuanto obstaculizan la posibilidad de que un varón distinto del marido cuestione la paternidad del
menor nacido durante el matrimonio de la madre con el cónyuge que lo reconoció como hijo,
carecen de racionalidad constitucionalmente válida; por tanto, de una interpretación conforme
con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los tratados internacionales de los
que nuestro país es parte, dicha prohibición debe ceder en beneficio de los derechos humanos
reconocidos, especialmente el que tutela el acceso a la administración de justicia, con el fin de
establecer que dicho tercero sí cuenta con el derecho de ejercer la acción correspondiente; sin
embargo, la admisión de la instancia dependerá, en cada caso, del ejercicio de ponderación que
habrá de realizar el juzgador, tomando en cuenta todos los factores que convergen en el caso,
como lo son la integralidad de la familia donde se ha desenvuelto el menor, la situación general
que éste guarda, así como el estado en que se encuentra la relación matrimonial y especialmente
de cada consorte con respecto al menor, así como el derecho a la identidad, entre otros aspectos
importantes. Lo anterior, a través de los medios de convicción suficientes que allegue el
demandante o los que de oficio obtenga el juez, para determinar si el pretendido ejercicio del
derecho mencionado armoniza todos los derechos inherentes con el derivado principalmente del
interés superior del menor, para que en caso de que se estime propicio se admita la demanda y
pueda incoarse el proceso, en donde todos los involucrados tendrán iguales oportunidades de ser
oídos como establece la ley.
Contradicción de tesis 152/2011. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado de
Circuito del Centro Auxiliar de la Tercera Región, en apoyo del Segundo Tribunal Colegiado en
Materias Civil y de Trabajo del Décimo Sexto Circuito y el Primer Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Cuarto Circuito. 23 de noviembre de 2011. Mayoría de cuatro votos. Disidente: José
Ramón Cossío Díaz. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretario: Alfonso Francisco Trenado
Ríos.
Tesis de jurisprudencia 15/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha dieciocho de enero de dos mil doce.
Época: Décima Época
Registro: 2002445
Materia(s): Civil
Página: 1890
Es verdad que al fijar una pensión alimenticia a favor de un menor, el juzgador debe velar siempre
por el interés superior de éste, pero ello no impide adecuar las necesidades alimentarias a la
posibilidad de quién o quiénes deben satisfacerlas, pues en el otro extremo se encuentran los
derechos del deudor alimentario, los cuales, aunque ciertamente están por debajo de los que
corresponden a los infantes, no por ello la facultad del juzgador puede ser arbitraria o desmedida
bajo la justificación del interés superior del menor. En ese sentido, el juzgador debe procurar que
las obligaciones que impone a las partes a través de sus decisiones no resulten ostensiblemente
desmedidas en perjuicio no sólo del deudor alimentario sino, inclusive, del propio menor, pues en
el supuesto de que la carga alimentaria fuere superior a la capacidad económica del deudor,
podría generar que a la postre no estuviera en aptitud de solventar esa carga económica, o bien,
que ante lo desmedido de ésta, aquél no pudiera satisfacer las necesidades mínimas para su
propia subsistencia, pues tal extremo no es el que el espíritu del legislador plasmó al emitir
normas protectoras de los menores.
Registro: 2003069
Materia(s): Constitucional
Página: 401
INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. PARA PRESERVARLO, EL JUZGADOR ESTÁ FACULTADO PARA
RECABAR Y DESAHOGAR DE OFICIO LAS PRUEBAS QUE CONSIDERE NECESARIAS.
Con independencia de que la admisión de las pruebas ofrecidas por las partes en el juicio es uno
de los aspectos procesales más relevantes y que con mayor cuidado debe observar el juzgador,
tratándose de los procedimientos que directa o indirectamente trascienden a los menores y a fin
de velar por su interés superior, previsto en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley para la Protección de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, el juez está facultado para recabar y desahogar de oficio
las pruebas necesarias para preservar dicho interés, practicando las diligencias que considere
oportunas y conducentes para el conocimiento de la verdad respecto de los derechos
controvertidos.
Amparo directo en revisión 908/2006. 18 de abril de 2007. Unanimidad de cuatro votos. Ausente:
José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario:
Heriberto Pérez Reyes.
Amparo en revisión 66/2011. 7 de diciembre de 2011. Mayoría de cuatro votos. Disidente: José
Ramón Cossío Díaz, quien se reservó su derecho a formular voto particular. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta.
Amparo directo 10/2011. 22 de febrero de 2012. Cinco votos. Ponente: Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Secretaria: Mercedes Verónica Sánchez Miguez.
Tesis de jurisprudencia 30/2013 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha veintisiete de febrero de dos mil trece.
Registro: 2008249
Página: 1989
Amparo en revisión 130/2014. 17 de julio de 2014. Mayoría de votos. Disidente: José Manuel de
Alba de Alba. Ponente: Ezequiel Neri Osorio. Secretaria: Dulce Elvira Reyes Estrada.
Esta tesis se publicó el viernes 16 de enero de 2015 a las 09:00 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.
Registro: 2009009
Página: 382
INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. EL DERECHO DE LOS MENORES A PARTICIPAR EN LOS
PROCEDIMIENTOS JURISDICCIONALES QUE AFECTEN SU ESFERA JURÍDICA NO PUEDE ESTAR
PREDETERMINADO POR UNA REGLA FIJA EN RAZÓN DE SU EDAD.
De conformidad con el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño, los menores de
edad tienen derecho de expresar libremente su opinión en todos los asuntos que los afectan.
Ahora bien, su participación en un procedimiento jurisdiccional no puede estar predeterminada
por una regla fija en razón de su edad, ni aun cuando esté prevista en ley. Atendiendo al principio
de autonomía progresiva, la edad biológica no guarda necesaria correlación con la madurez y la
posibilidad de formarse un juicio o criterio propio. De ahí que no puede partirse de parámetros
cronológicos específicos para establecer una generalización de cuándo los menores de edad deben
participar en procedimientos jurisdiccionales, pues es el juzgador quien deberá tomar en
consideración las condiciones específicas del niño o niña, así como su interés superior, para
acordar su intervención, siempre con una actitud orientada a favorecer la eficacia de su derecho
de participación.
Contradicción de tesis 256/2014. Suscitada entre el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y
de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito y el Primer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro
Auxiliar de la Décima Región. 25 de febrero de 2015. La votación se dividió en dos partes: mayoría
de cuatro votos por la competencia. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Unanimidad de cinco
votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo
Rebolledo, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, en cuanto al
fondo. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Luz Helena Orozco y Villa.
El Primer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Décima Región, con residencia en
Saltillo, Coahuila, al resolver el amparo en revisión 315/2012 (cuaderno auxiliar 801/2012), que dio
origen a la tesis aislada VIII.1o.(X Región) 8 C (10a.), de rubro: "PÉRDIDA DE LA PATRIA POTESTAD,
CUSTODIA Y CONVIVENCIA. EL ARTÍCULO 418 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE NUEVO
LEÓN, INTERPRETADO CONFORME CON LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS Y CON LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO, TIENE EL ALCANCE DE
IMPONER AL JUZGADOR LA OBLIGACIÓN DE PRONUNCIARSE SOBRE LA CONVENIENCIA DE QUE
SEAN ESCUCHADOS LOS MENORES QUE NO HAN ALCANZADO LA EDAD DE DOCE AÑOS EN LOS
JUICIOS DE ESA NATURALEZA, ATENDIENDO A SU INTERÉS SUPERIOR.", visible en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XXIV, Tomo 3, septiembre de 2013,
página 2626, con número de registro digital 2004540. El Primer Tribunal Colegiado en Materias
Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito, al resolver el amparo en revisión 227/2013, estimó
que es obligación del juzgador hacer del conocimiento de los niños -relacionados con un
procedimiento judicial relativo a su guarda y custodia-, su derecho de expresar libremente sus
opiniones respecto del asunto, pues su comparecencia, además de ser necesaria, resulta
obligatoria dentro de juicios de ese tipo, a fin de satisfacer correctamente los lineamientos
previstos en las disposiciones constitucionales e internacionales.
Tesis de jurisprudencia 13/2015 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha once de marzo de dos mil quince.
Esta tesis se publicó el viernes 08 de mayo de 2015 a las 09:30 horas en el Semanario Judicial de la
Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 11 de mayo de
2015, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.