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Esta agenda de 10 puntos se basa en una investigación realizada por la
Corporación Nuevo Arco Iris, apoyada por la Embajada Británica, sobre la
relación entre el Estado y la Sociedad Civil en Colombia. Con las propuestas
presentadas en el documento se busca incidir principalmente en:
Gracias.
2
Tabla de contenido
Presentación
3
Agenda para el fortalecimiento de la relación entre el Estado colombiano y
la sociedad civil en el marco de la “Unidad Nacional”
“La existencia de un proyecto de sociedad exige que la acción estatal sea el resultado de
una combinación de fortaleza interna de las instituciones estatales y de su articulación con
los sectores clave de la sociedad civil que aspiran a liderar el proceso de transformación
social.” (Evans, 1995)1
Presentación
1
EVANS, Peter. Embedded Autonomy: States and Industrial Transformation. Princeton: Princeton University
Press, 1995.
4
integración social surge una sociedad civil fragmentada y débil, muchas veces cooptada
por el Estado, especialmente en las regiones, de acuerdo con la investigación realizada por
la Corporación Nuevo Arco Iris.2 Se reconoce la necesidad de fortalecer tanto al Estado
como a la sociedad civil y desarrollar una relación complementaria, en la cual en vez de
debilitarse, las dos esferas se fortalezcan, mejorando su desempeño.
2
CNAI. Conclusiones de la Investigación sobre la Relación entre la Sociedad Civil y el Estado en Colombia.
Bogotá: CNAI, 2010.
3
ANHEISER, H. Civil Society: Measurement, Evaluation, Policy. London: Civus&EarthScan, 2004. p. 25
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por medio de diferentes proyectos educativos, y promover una cultura de legalidad y paz
en el país.
El gobierno de Juan Manuel Santos invitó a los partidos políticos a conformar la Unidad
Nacional, una de las principales banderas de su campaña presidencial, coalición
conformada por el Partido de la U, el Partido Conservador, el Partido Liberal y el Partido
Cambio Radical, quienes obtuvieron una mayoría abrumadora en el Congreso,
otorgándole un gran poder para legislar a favor de sus diez objetivos acordados.4
Sin embargo, en esta relación de una manera u otra influyen otros actores claves, como:
las empresas del sector privado, las universidades e institutos de investigación y los
miembros de la comunidad internacional presentes en el país. Como producto de una
investigación realizada en el marco del proyecto “Fortalecimiento de la relación entre la
sociedad civil y el Estado en Colombia”, se propone una agenda para ayudar a articular los
esfuerzos de los sectores mencionados en pro del fortalecimiento de la democracia
colombiana y del desarrollo social sostenible. De acuerdo con el concepto de la
prosperidad democrática, estamos convencidos de que estos dos procesos deben avanzar
conjuntamente.
4
En materias de: Trabajo, Prosperidad democrática, Seguridad democrática, Transparencia y anticorrupción,
Buen gobierno, Institucionalidad democrática, Justicia, Agenda urbana y rural, Medio ambiente y Relaciones
Internacionales.
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Una sociedad civil fuerte, organizada y capaz, junto con un gobierno accesible y abierto,
son condiciones necesarias, pero no suficientes, para la consolidación de una democracia.
A la vez, la sociedad civil no puede concebirse sin la existencia de un Estado que proteja la
libertad de expresión y asociación, respete la autonomía de las organizaciones y permita la
crítica. Por eso, la filosofía del buen gobierno propuesta por la nueva administración no es
suficiente; es imprescindible la presencia de un tercer sector fuerte que constantemente
exija rendición de cuentas y ejerza crítica constructiva frente al gobierno, con canales de
comunicación y coordinación estables entre las organizaciones de la sociedad civil y las
entidades públicas. Para cumplir con sus tareas, las organizaciones de la sociedad civil en
Colombia necesitan un entorno más favorable que incluya el entendimiento de su papel,
postura gubernamental abierta frente a la crítica, políticas y legislación fiscales que
apoyen su desarrollo y su mantenimiento.
Debe existir una política de fortalecimiento de la relación entre el Estado y sociedad civil
en Colombia, como eje trasversal e interinstitucional de las políticas del gobierno para que
sean tenidas en cuenta en cada entidad pública. Se propone que la Alta Consejería para el
Buen Gobierno se encargue de vigilar el adecuado desarrollo de la relación entre el Estado
y la sociedad civil en Colombia para coordinar la cooperación de las entidades estatales
con las organizaciones de la sociedad civil, pasar de un diálogo de personas a un diálogo
de instituciones, garantizar la continuidad de diálogos exitosos como el Proceso Londres-
Cartagena-Bogotá, asegurar el cumplimiento de los acuerdos entre las partes, facilitar el
trabajo de veeduría, el acceso a la información pública, promover la sensibilización de los
funcionarios públicos sobre el trabajo con la sociedad civil, y dinamizar los espacios de
participación establecidos en la Constitución.
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El programa de la Unidad Nacional debe incluir una cooperación fructífera y una
conversación respetuosa entre el Gobierno Nacional y las organizaciones de la sociedad
civil, dejando de lado las confrontaciones y descalificaciones. No es suficiente la voluntad
política de altos funcionarios del gobierno y la apertura de la sociedad civil, aunque son
muy esperanzadores sus recientes acercamientos. Es un cambio de mentalidad de todos
los niveles, necesario para obrar conjuntamente a favor de objetivos comunes, y puede
ser promovido por intercambios y visitas entre funcionarios públicos y empleados de
organizaciones civiles para conocer el trabajo diario del otro y entender que ambos
enfrentan problemas parecidos todos los días.
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La propuesta se basa en el trabajo de la Red RINDE (integrada actualmente por el PRIAC de la Universidad
Nacional de Colombia, la Universidad Santo Tomás, la Escuela Superior de la Administración Pública (ESAP),
la Universidad Externado de Colombia, la Pontificia Universidad Javeriana, la Fundación Foro Nacional por
Colombia, la Fundación Parcomún y la Corporación Transparencia por Colombia, y otros expertos) en
materia de descentralización:
Red de Iniciativas para la Gobernabilidad, la Democracia y el Desarrollo Territorial – RINDE. Fortalecer la
descentralización: El gran reto en Colombia. Bogotá: RINDE, Mayo de 2010.
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La descentralización y el ordenamiento territorial son herramientas potentes para
enfrentar las complejidades económicas, humanitarias, sociales y políticas que vive
Colombia: la pobreza y las profundas desigualdades, el conflicto armado y el
desplazamiento forzado, la inseguridad en las calles y el desempleo, la apatía ciudadana
frente a lo público y a lo político, la corrupción y las ineficiencias en el manejo de los
dineros públicos pueden tratarse con mayor eficacia si se fortalece la capacidad de acción
de los gobiernos territoriales y su ciudadanía. La descentralización significa reconocer la
diversidad cultural de Colombia y adaptar las normas a dicha realidad, con el fin de
estimular la autonomía de las regiones, las etnias y su desarrollo en el marco de un
proyecto compartido de país. Así que, el tema de la relación entre Estado y sociedad civil
es inseparable del tema de la descentralización.6
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territoriales y en coordinación con el gobierno nacional en lo que sea necesario y
conveniente, impulsen dinámicas de desarrollo local y regional que contribuyan a mejorar
la calidad de vida de sus habitantes. La Red RINDE establece tres líneas de acción
indispensables: el rediseño de las relaciones intergubernamentales, el cambio en los
estilos de la gestión pública municipal y departamental, y las reformas en el campo
político-electoral.
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participativa se desarrolló en dos ejes: la reglamentación de los mecanismos de
participación contenidos en el artículo 103 y que dieron origen a la ley 134; y una serie de
mecanismos para involucrar a los ciudadanos en la discusión de las políticas sectoriales.
Adicionalmente, vale la pena resaltar el documento Conpes 2779, “Promoción de la
participación de la sociedad civil: del derecho a participar a la participación efectiva”,
emitido por el Ministerio del Interior en el año 1996.7
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intereses y de esta forma la actividad política se vuelve un asunto privado. Es
común el desprecio de la participación de buena parte de las autoridades locales.
La violencia en Colombia es una barrera estructural a la participación, creando
ambientes de amenazas, intimidación y control de la sociedad.
El derecho es insuficiente para promover la participación, ya que no influye mucho
la cultura ciudadana. Con palabras de Mauricio García Villegas: “En materia de
participación política el elemento dinamizador esencial es la cultura ciudadana y
frente a ella la producción de normas jurídicas poco puede hacer si al mismo
tiempo no hay procesos de movilización social.”8 Es fundamental que el marco
jurídico estimule la participación, pero no puede garantizar los cambios. Lo mismo
se argumenta en otra investigación importante sobre la participación ciudadana9:
“La amplia infraestructura normativa, construida probablemente con muy buenas
intenciones, no se corresponde con prácticas efectivas de participación que le den
vida al frío articulado de los reglamentos. La razón es sencilla de enunciar: además
de la norma, se requiere de otras condiciones externas (del entorno) e internas (de
la ciudadanía y los agentes participativos) que, no están dadas del todo en las
diferentes coordenadas de espacio y tiempo en las que se mueve el país.”
En Colombia no se ha desarrollado una sociedad civil cohesionada y articulada, hay
débil sentido de lo cívico, público, y el ciudadano común y corriente no conoce la
oferta en materia de participación, no se siente identificado con el imaginario
actual. Hay una relación evidente entre sociedad civil organizada y participación
ciudadana, a través de la primera la segunda se hace más efectiva. No obstante, la
aparente debilidad y desarticulación de la primera no genera las condiciones
adecuadas para que la segunda se realice de manera efectiva y constante.
8
GARCÍA VILLEGAS, Mauricio. Los límites de la democracia participativa. En: LONDOÑO, Juan Fernando.
Sociedad Civil, Control Social y Democracia Participativa. Bogotá: FESCOL, 1997. p. 61.
9
VELÁSQUEZ C., Fabio y GONZÁLEZ R., Esperanza. ¿Qué ha pasado con la participación ciudadana en
Colombia? Bogotá: Fundación Corona, Fundación Social, Fundación Foro Nacional por Colombia,
Corporación Región, Corporación Transparencia por Colombia, Corporación Viva la Ciudadanía, Banco
Mundial, CIDER – Universidad de los Andes, 2003. p. 364.
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Las condiciones socioeconómicas precarias de la mayoría de los ciudadanos no
favorecen su participación. La falta de educación, la urgencia de satisfacer
necesidades básicas, y las difíciles condiciones laborales son factores significativos
con respecto a la participación.
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Las propuestas se basan en las investigaciones realizadas por el Foro Nacional por Colombia en materia
de participación ciudadana en Colombia, de manera especial le agradecemos a Fabio Velásquez, Director del
Foro Nacional por Colombia, su importante colaboración con el proyecto.
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c. Incentivos simbólicos (Premios y otras formas de reconocimiento
simbólico).
4. El papel de la cooperación internacional es brindar asistencia técnica y económica
a la participación, y protección a los actores, teniendo en cuenta las condiciones
específicas de entornos violentos.
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Sobre la autonomía: de acuerdo con la investigación de la CNAI sobre el Consejo Nacional de Planeación,
es importante reorganizar y profesionalizar más el Sistema Nacional de Planeación, darle autonomía
financiera al Consejo Nacional de Planeación frente al Ejecutivo para que pueda trabajar y opinar
libremente, y otorgarles más peso a sus conceptos para que pueda incidir más en las decisiones políticas.
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Es clave el papel de organizaciones de la sociedad civil que tienen valiosa experiencia acumulada en la
formación de ciudadanía para empoderar a la sociedad en torno a la participación.
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4. Apoyo al fortalecimiento de la sociedad civil local
Más allá de hacer más efectivas sus funciones y otorgarle transparencia a su manejo, es
oportuno que una parte del Fondo sea asignada al fortalecimiento financiero de las
organizaciones de la sociedad civil a nivel local.
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5. Acceso a la Información pública13
1. Creación e implementación de una política pública por parte del gobierno nacional
que busque garantizar el reconocimiento y la garantía del derecho fundamental al
acceso a la información pública.
a. Inclusión del derecho al acceso a la información pública en el Plan Nacional
de Desarrollo. Específicamente, se deben incluir estrategias para su pleno
reconocimiento y garantía.
b. Creación e implementación de una directiva política del gobierno nacional,
con el fin de promover y fomentar el derecho al acceso a la información
pública y sus mecanismos, en la sociedad civil.
c. Impulsar de la mano de la sociedad civil, una ley estatutaria que desarrolle
el derecho fundamental al acceso a la información pública. Esta ley tiene
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Este punto fue elaborado por expertos de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP). Les
agradecemos el aporte al documento, especialmente a Andrés Morales y Claudia Rojas.
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como objetivo reglamentar íntegramente este derecho, sus mecanismos,
límites, etc.
2. Fomentar una cultura de acceso a la información pública de la sociedad civil con el
fin de lograr la garantía del mismo y la mejora de la calidad de la información
pública.
a. Incrementar cualitativa y cuantitativamente las solicitudes de información
pública realizadas por la sociedad civil.
b. Retroalimentación de las organizaciones de la sociedad civil a las entidades
públicas, en cuanto al nivel de cumplimiento de estas últimas en relación
con el derecho al acceso a la información pública.
De acuerdo con el inciso segundo del artículo 355 de la Constitución Política de Colombia:
“El gobierno, en los niveles nacional, departamental, distrital y municipal podrá, con
recursos de los respectivos presupuestos, celebrar contratos con entidades privadas sin
ánimo de lucro y de reconocida idoneidad con el fin de impulsar programas y actividades
de interés público acordes con el plan nacional y los planes seccionales de desarrollo.”
El Decreto 777 de 1992, por el cual se reglamenta la celebración de los contratos a que se
refiere el inciso mencionado, dice lo siguiente sobre la destinación de recursos públicos:
“Con los recursos públicos que reciba la entidad sin ánimo de lucro en razón del respectivo
contrato, se efectuarán gastos únicamente para el cumplimiento del objeto del mismo.”
El Decreto 777 no reglamenta varios aspectos claves en este sentido; como las
modalidades de pago, el cubrimiento de los gastos de administración para garantizar la
sostenibilidad de la entidad respectiva sin ánimo de lucro y prevenir su detrimento
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patrimonial14, el pago de impuestos, y la cofinanciación. Aclarar estos asuntos ayuda a
crear reglas claras y condiciones más favorables para la contratación estatal con entidades
sin ánimo de lucro, ya que éstas se han visto afectadas de manera negativa debido a la
falta de reglas claras15 que con el desequilibrio de fuerzas en la negociación con las
entidades públicas pueden conducir a incertidumbres en su financiación y a su detrimento
patrimonial.
Se propone impulsar la aprobación de una ley sobre el impuesto de renta de las personas
naturales, según la cual todo contribuyente puede donar un 1 por ciento de sus impuestos
nacionales a cualquiera de las organizaciones de la sociedad civil en un territorio
geográfico delimitado. Para facilitar la elección de los ciudadanos, es pertinente crear una
base de datos sobre las diferentes organizaciones de la sociedad civil, sus misiones y
proyectos. De esta forma se establece una nueva fuente de financiación para este sector y
se aumenta la conciencia de la ciudadanía acerca del trabajo de la Sociedad Civil. Lo
anterior debe ir acompañado por campañas que promuevan una opinión pública favorable
frente a las organizaciones de la sociedad civil.
14
Cuando la financiación no cubre los gastos de la administración, la situación de las entidades sin ánimo de
lucro puede volverse insostenible: “Vale la pena tener en cuenta el principio conforme al cual es derecho del
contratista el percibir una utilidad como consecuencia de la ejecución del contrato, del cual puede
válidamente derivarse el derecho de la entidad contratista a incluir en el presupuesto que presente con su
propuesta el porcentaje de administración, imprevistos y utilidad aplicable a los contratos estatales. Esto
bajo el indiscutible entendido de que este dinero no podrá ser objeto de repartición entre los asociados ni los
administradores de dicha entidad, sino que conforme lo prevé su régimen patrimonial, será íntegramente
reinvertido en la capitalización de la entidad, de tal modo que contribuya al futuro cumplimiento de su
objeto, esto es, a la realización de nuevos programas y actividades de interés público.”
MUTIS VANEGAS, Andrés y QUINTERO MÚNERA, Andrés. La contratación estatal: análisis y perspectivas.
Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, Fundación Social, 2000. p. 587
15
Las características de la contratación pueden ser completamente distintas dependiendo de la entidad
estatal específica.
16
La Ley de 1% existe en Hungría y en España, es una experiencia exitosa en el fortalecimiento de
organizaciones de la sociedad civil.
18
8. La construcción de la sociedad civil desde la universidad – un impulso para el
desarrollo social
17
SANTOS, Juan Manuel. Buen Gobierno para la Prosperidad Democrática. 110 Iniciativas para lograrla.
Bogotá: Partido de la U, 2010. p. 51.
19
Consideramos que esta integración no es posible sin crear una alianza estratégica, una
mentalidad de corresponsabilidad entre tres sectores cuyas relaciones a menudo son
antagónicas: Estado, sociedad civil y mercado. Peter B. Evans, profesor de sociología de la
Universidad de California en Berkeley propone la misma sinergia entre Estado, mercado y
sociedad civil, para dinamizar el desarrollo sostenible.
Propuestas:
Más allá de los estímulos del mercado, el Estado debe comprometer a las
empresas con la RSE en lo social, ambiental y económico.
Aprender de la experiencia brasileña18, aplicar indicadores de RSE y crear un
ranking de las compañías para promover un mejor comportamiento empresarial.
Introducir la RSE en los contratos públicos, otorgando contratos de gobierno con
base en el desempeño social y ambiental de las empresas. Se propone que el
Estado impulse la contratación empresarial de organizaciones de la sociedad civil
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En Brasil el Instituto ETHOS ha desarrollado los “indicadores ETHOS de Responsabilidad Social
Empresarial”, utilizados por empresas para realizar análisis de sus prácticas de RSE. Se evalúa la gestión de
las empresas en lo que se refiere a la incorporación de prácticas de RSE, a la planificación de estrategias, y al
monitoreo del desempeño general de la empresa. La evaluación abarca 7 temas: Valores y transparencia,
Público interno, Medio ambiente, Proveedores, Consumidores y clientes, Comunidad, Gobierno y sociedad.
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independientes y de universidades para realizar proyectos sociales y ambientales,
ya que éstas conocen mejor las condiciones locales.
Se propone crear mesas de concertación a nivel nacional y local entre
representantes de las entidades estatales, de los gremios y de las organizaciones
de la sociedad civil, para construir agendas de la inversión social empresarial
estratégica y prevenir su fragmentación.
Sistematizar la experiencia de empresas exitosas en la RSE y promover la difusión
de información acerca de las políticas, programas y herramientas para ayudar a las
empresas a que comprendan e implementen prácticas de responsabilidad social y
a las organizaciones de la sociedad civil a que colaboren con más profesionalismo
en este proceso.
La sociedad civil se margina muchas veces de incluir sus intereses y apuestas en la agenda
pública nacional y local debido a que el lenguaje y los medios para trasmitir los mensajes
no son adecuados para llegar al público en general. Los formatos comunicativos y
periodísticos utilizados son densos y muy complejos, limitando el acercamiento y el
entendimiento de los públicos externos.
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