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10 Propuestas para una agenda de

fortalecimiento de la relación entre el


Estado y la sociedad civil en Colombia.

1
Esta agenda de 10 puntos se basa en una investigación realizada por la
Corporación Nuevo Arco Iris, apoyada por la Embajada Británica, sobre la
relación entre el Estado y la Sociedad Civil en Colombia. Con las propuestas
presentadas en el documento se busca incidir principalmente en:

 El Plan Nacional de Desarrollo, particularmente en su capítulo sobre


Participación y cultura ciudadana, y formación de capital social
 Las políticas públicas formuladas en el tema
 La agenda legislativa

Se reciben y agradecen sus observaciones y opiniones sobre las propuestas


de este documento que se define como borrador en consulta, y que debe
someterse a una discusión amplia entre todos los actores implicados. De
esta forma todos ustedes pueden enriquecer este trabajo y participar en
este proceso de consultas y discusiones que favorecerá la democracia
colombiana.

Esperamos sus observaciones a los siguientes correos:

Luis Eduardo Celis Méndez: lcelis@nuevoarcoiris.org.co

Attila Lenti: attila.lenti@nuevoarcoiris.org.co

Gracias.
2
Tabla de contenido

Presentación

1. Un diálogo institucional constructivo


2. El fortalecimiento de la descentralización, eje fundamental del
fortalecimiento de la relación entre el Estado y la Sociedad Civil
3. Participación ciudadana activa y efectiva
4. Apoyo al fortalecimiento de la sociedad civil local
5. Acceso a la información
6. Una mejor regulación de la contratación que celebren la Nación, los
Departamentos, los Distritos y los Municipios con entidades privadas
sin ánimo de lucro
7. Ley sobre el impuesto de renta – Contribución de los ciudadanos al
fortalecimiento de la sociedad civil
8. La construcción de la sociedad civil desde la universidad – impulso
para el desarrollo social
9. Un círculo virtuoso entre Estado, sociedad civil y empresas
responsables
10. Fortalecimiento de las capacidades comunicativas de la sociedad civil

3
Agenda para el fortalecimiento de la relación entre el Estado colombiano y
la sociedad civil en el marco de la “Unidad Nacional”

“La existencia de un proyecto de sociedad exige que la acción estatal sea el resultado de
una combinación de fortaleza interna de las instituciones estatales y de su articulación con
los sectores clave de la sociedad civil que aspiran a liderar el proceso de transformación
social.” (Evans, 1995)1

Presentación

A pesar de la apertura democrática generada en Colombia por la Constitución de 1991 y


los esfuerzos para instalar nuevos espacios para el diálogo sociedad civil - Estado, la
transición en la práctica resultó ser un proceso lleno de obstáculos, al cual le falta mucho
por recorrer. Fenómenos como el clientelismo, la corrupción, los insuficientes resultados
en el mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de la población, y la violencia
minaron la confianza entre las partes y debilitaron la cultura democrática. Hoy contamos
con una sociedad civil y un Estado más fuertes que hace 20 años, pero la lógica de su
relación sigue moviéndose entre conflicto y cooptación. El proyecto de fortalecimiento de
la relación entre el Estado y la sociedad civil en Colombia, apoyado por la Embajada del
Reino Unido, es una iniciativa para proponer procesos hacia una cooperación mucho más
efectiva y una verdadera democracia participativa.

En la literatura sobre el conflicto colombiano se acentúa la debilidad del Estado para


integrar y cohesionar el territorio y la población, y su reducida capacidad para mediar y
canalizar los conflictos y las tensiones sociales. De igual manera, de este fracaso en la

1
EVANS, Peter. Embedded Autonomy: States and Industrial Transformation. Princeton: Princeton University
Press, 1995.

4
integración social surge una sociedad civil fragmentada y débil, muchas veces cooptada
por el Estado, especialmente en las regiones, de acuerdo con la investigación realizada por
la Corporación Nuevo Arco Iris.2 Se reconoce la necesidad de fortalecer tanto al Estado
como a la sociedad civil y desarrollar una relación complementaria, en la cual en vez de
debilitarse, las dos esferas se fortalezcan, mejorando su desempeño.

Se observa una gran diversidad de aproximaciones teóricas al concepto de sociedad civil.


Nosotros, sin la pretensión de resolver la discusión académica de vieja data, y para
reconocer a la sociedad civil en toda su diversidad, la concebimos de manera amplia como
“la esfera de instituciones, organizaciones e individuos que se ubican entre la familia, el
Estado y el Mercado, en la cual las personas se asocian voluntariamente para avanzar
hacia intereses comunes.”3 La relación entre el Estado y la sociedad civil se ha pensado
por dos grandes ejes: la sociedad civil organizada de manera asociativa y su relación con
entidades estatales, y la participación ciudadana en sus múltiples formas. Los dos ejes
están atravesados por el eje de la cultura ciudadana que también incluye los
comportamientos de los funcionarios públicos frente a la sociedad civil.

La sociedad civil tiene un papel clave en el desarrollo sostenible: contribuye a la creación


de un entorno favorable y estable para atraer la inversión y la innovación. Los negocios
solo pueden prosperar en comunidades saludables; la estabilidad social es un factor
fundamental para cimentar las bases del desarrollo económico.

Se valora su capacidad de veeduría y lucha contra la corrupción, su experiencia y su


participación creativa en la elaboración de políticas públicas y soluciones para promover la
paz, los Derechos Humanos, el progreso social, y el fortalecimiento institucional, y su
importante colaboración en la ejecución de estas políticas. La sociedad civil ha hecho
notables esfuerzos para hacerle seguimiento a la gestión pública, generar conocimiento,
diseñar proyectos productivos, incrementar el capital social, mejorar el capital humano

2
CNAI. Conclusiones de la Investigación sobre la Relación entre la Sociedad Civil y el Estado en Colombia.
Bogotá: CNAI, 2010.
3
ANHEISER, H. Civil Society: Measurement, Evaluation, Policy. London: Civus&EarthScan, 2004. p. 25

5
por medio de diferentes proyectos educativos, y promover una cultura de legalidad y paz
en el país.

El gobierno de Juan Manuel Santos invitó a los partidos políticos a conformar la Unidad
Nacional, una de las principales banderas de su campaña presidencial, coalición
conformada por el Partido de la U, el Partido Conservador, el Partido Liberal y el Partido
Cambio Radical, quienes obtuvieron una mayoría abrumadora en el Congreso,
otorgándole un gran poder para legislar a favor de sus diez objetivos acordados.4

Los objetivos son ambiciosos y su cumplimiento no se puede imaginar sin la colaboración


estratégica y mutuamente benéfica entre todos los sectores que tienen responsabilidades
en el desarrollo sostenible de Colombia. Una de las lecciones aprendidas de países
exitosos y competitivos en la era de la globalización es la importancia de unir a los
diferentes sectores de la sociedad alrededor de un objetivo común. Se entiende que una
relación saludable y respetuosa entre las instancias del Estado y la sociedad civil no solo es
uno de los pilares de las democracias modernas, sino que también facilita la creación de
un ambiente adecuado para el progreso.

Sin embargo, en esta relación de una manera u otra influyen otros actores claves, como:
las empresas del sector privado, las universidades e institutos de investigación y los
miembros de la comunidad internacional presentes en el país. Como producto de una
investigación realizada en el marco del proyecto “Fortalecimiento de la relación entre la
sociedad civil y el Estado en Colombia”, se propone una agenda para ayudar a articular los
esfuerzos de los sectores mencionados en pro del fortalecimiento de la democracia
colombiana y del desarrollo social sostenible. De acuerdo con el concepto de la
prosperidad democrática, estamos convencidos de que estos dos procesos deben avanzar
conjuntamente.

4
En materias de: Trabajo, Prosperidad democrática, Seguridad democrática, Transparencia y anticorrupción,
Buen gobierno, Institucionalidad democrática, Justicia, Agenda urbana y rural, Medio ambiente y Relaciones
Internacionales.

6
Una sociedad civil fuerte, organizada y capaz, junto con un gobierno accesible y abierto,
son condiciones necesarias, pero no suficientes, para la consolidación de una democracia.
A la vez, la sociedad civil no puede concebirse sin la existencia de un Estado que proteja la
libertad de expresión y asociación, respete la autonomía de las organizaciones y permita la
crítica. Por eso, la filosofía del buen gobierno propuesta por la nueva administración no es
suficiente; es imprescindible la presencia de un tercer sector fuerte que constantemente
exija rendición de cuentas y ejerza crítica constructiva frente al gobierno, con canales de
comunicación y coordinación estables entre las organizaciones de la sociedad civil y las
entidades públicas. Para cumplir con sus tareas, las organizaciones de la sociedad civil en
Colombia necesitan un entorno más favorable que incluya el entendimiento de su papel,
postura gubernamental abierta frente a la crítica, políticas y legislación fiscales que
apoyen su desarrollo y su mantenimiento.

La intención de la Corporación Nuevo Arco Iris es incidir con la siguiente agenda de


propuestas en el Plan Nacional de Desarrollo y así contribuir a la consolidación de una
democracia más operante, incluyente y profunda; y una sociedad más pacífica y próspera.

1. Un diálogo institucional constructivo

Debe existir una política de fortalecimiento de la relación entre el Estado y sociedad civil
en Colombia, como eje trasversal e interinstitucional de las políticas del gobierno para que
sean tenidas en cuenta en cada entidad pública. Se propone que la Alta Consejería para el
Buen Gobierno se encargue de vigilar el adecuado desarrollo de la relación entre el Estado
y la sociedad civil en Colombia para coordinar la cooperación de las entidades estatales
con las organizaciones de la sociedad civil, pasar de un diálogo de personas a un diálogo
de instituciones, garantizar la continuidad de diálogos exitosos como el Proceso Londres-
Cartagena-Bogotá, asegurar el cumplimiento de los acuerdos entre las partes, facilitar el
trabajo de veeduría, el acceso a la información pública, promover la sensibilización de los
funcionarios públicos sobre el trabajo con la sociedad civil, y dinamizar los espacios de
participación establecidos en la Constitución.

7
El programa de la Unidad Nacional debe incluir una cooperación fructífera y una
conversación respetuosa entre el Gobierno Nacional y las organizaciones de la sociedad
civil, dejando de lado las confrontaciones y descalificaciones. No es suficiente la voluntad
política de altos funcionarios del gobierno y la apertura de la sociedad civil, aunque son
muy esperanzadores sus recientes acercamientos. Es un cambio de mentalidad de todos
los niveles, necesario para obrar conjuntamente a favor de objetivos comunes, y puede
ser promovido por intercambios y visitas entre funcionarios públicos y empleados de
organizaciones civiles para conocer el trabajo diario del otro y entender que ambos
enfrentan problemas parecidos todos los días.

Es oportuno realizar esfuerzos de parte de organizaciones de la sociedad civil para


incrementar su conocimiento técnico, realizar una planeación estratégica más consciente
con la ayuda de expertos externos, establecer mayor equilibrio entre el trabajo en terreno
y la incidencia política, aumentar la transparencia de sus procesos internos y adaptar su
lenguaje para el diálogo con el Estado. De acuerdo con todas las experiencias investigadas,
el profesionalismo es un factor determinante en el trabajo conjunto con el Estado.

2. El fortalecimiento de la descentralización, eje fundamental del fortalecimiento


de la relación entre el Estado y la Sociedad Civil 5

La Constitución de 1991 definió al Estado colombiano como un estado descentralizado,


multicultural y con autonomías regionales, y al municipio como célula básica de la
estructura administrativa. Multiplicó los canales y mecanismos de participación, ordenó la
elección de gobernadores, creó el sistema nacional de planeación, fortaleció las finanzas
territoriales y definió un nuevo ordenamiento territorial.

5
La propuesta se basa en el trabajo de la Red RINDE (integrada actualmente por el PRIAC de la Universidad
Nacional de Colombia, la Universidad Santo Tomás, la Escuela Superior de la Administración Pública (ESAP),
la Universidad Externado de Colombia, la Pontificia Universidad Javeriana, la Fundación Foro Nacional por
Colombia, la Fundación Parcomún y la Corporación Transparencia por Colombia, y otros expertos) en
materia de descentralización:
Red de Iniciativas para la Gobernabilidad, la Democracia y el Desarrollo Territorial – RINDE. Fortalecer la
descentralización: El gran reto en Colombia. Bogotá: RINDE, Mayo de 2010.

8
La descentralización y el ordenamiento territorial son herramientas potentes para
enfrentar las complejidades económicas, humanitarias, sociales y políticas que vive
Colombia: la pobreza y las profundas desigualdades, el conflicto armado y el
desplazamiento forzado, la inseguridad en las calles y el desempleo, la apatía ciudadana
frente a lo público y a lo político, la corrupción y las ineficiencias en el manejo de los
dineros públicos pueden tratarse con mayor eficacia si se fortalece la capacidad de acción
de los gobiernos territoriales y su ciudadanía. La descentralización significa reconocer la
diversidad cultural de Colombia y adaptar las normas a dicha realidad, con el fin de
estimular la autonomía de las regiones, las etnias y su desarrollo en el marco de un
proyecto compartido de país. Así que, el tema de la relación entre Estado y sociedad civil
es inseparable del tema de la descentralización.6

La Red RINDE ha planteado que el proceso de descentralización se ha visto afectado por


una triple amenaza: la primera está relacionada con una estrategia que fue promovida por
el anterior Gobierno Nacional de concentración de decisiones y recursos en el nivel central
y de intervención en la gestión de los asuntos en el territorio; la segunda, originada en los
propios municipios y departamentos, producto de su débil capacidad de gestión, de la
falta de transparencia, la ocurrencia de hechos de corrupción y de la generación
insuficiente de recursos propios para derrotar los problemas de pobreza y desigualdad; y
la tercera ligada a la incidencia de los grupos armados irregulares en la gestión pública
local, entre los cuales, los paramilitares mostraron, todavía, su fuerza electoral y política
en las elecciones al Congreso de la República del año 2006, mediante la intimidación y la
compra de votos.

Fortalecer la descentralización significa dotar a los gobiernos municipales y


departamentales de la autonomía, las competencias y los recursos necesarios (legales,
económicos, técnicos, etc.) para que, con la colaboración de sus respectivas colectividades
6
Según Boaventura de Sousa Santos: “Por ser anterior al Estado moderno, no es el territorio el que debe
justificar su autonomía, sino el Estado el que debe justificar los límites que le impone en nombre del interés
nacional (del cual hace parte, paradójicamente, el interés en la promoción de las autonomías).”
SANTOS, Boaventura de Sousa. Refundación del Estado en América Latina. Perspectivas desde una
epistemología del Sur. Bogotá: Siglo del Hombre Editores, Universidad de los Andes, Siglo Veintiuno
Editores, 2010. p. 112.

9
territoriales y en coordinación con el gobierno nacional en lo que sea necesario y
conveniente, impulsen dinámicas de desarrollo local y regional que contribuyan a mejorar
la calidad de vida de sus habitantes. La Red RINDE establece tres líneas de acción
indispensables: el rediseño de las relaciones intergubernamentales, el cambio en los
estilos de la gestión pública municipal y departamental, y las reformas en el campo
político-electoral.

La existencia de una sociedad civil fuerte y capaz es particularmente importante en el


control de la gestión pública. Según la Red RINDE, la transformación de estilos de gestión
autoritarios y clientelistas aún dominantes en el escenario territorial exige el
cumplimiento de por lo menos dos condiciones:

 Un cambio de liderazgos sociales y políticos, de manera que accedan a los puestos


de mando personas que trabajen por la consolidación de la democracia y a la luz
de una cultura fundada en valores relacionados con el fortalecimiento de lo
público.
 De otro, multiplicar las experiencias de participación ciudadana y control social de
la gestión pública.

Se reconoce la necesidad de avanzar en dos grandes temas: el fortalecimiento de la


participación ciudadana; y el fortalecimiento de las formas asociadas de la sociedad civil
en los territorios, sin los cuales la descentralización no puede aportar a los propósitos de
la recuperación de la institucionalidad y de las prácticas democráticas en Colombia.

3. Participación ciudadana activa y efectiva

Uno de los elementos más importantes y más novedosos incorporados en la Constitución


Política de 1991 ha sido la fórmula de la democracia participativa. El Constituyente plasmó
el principio de la soberanía popular y definió para el Estado la obligación de “facilitar la
participación de todos en las decisiones que los afectan en la vida económica, política,
administrativa y cultural de la nación”. La institucionalización de la democracia

10
participativa se desarrolló en dos ejes: la reglamentación de los mecanismos de
participación contenidos en el artículo 103 y que dieron origen a la ley 134; y una serie de
mecanismos para involucrar a los ciudadanos en la discusión de las políticas sectoriales.
Adicionalmente, vale la pena resaltar el documento Conpes 2779, “Promoción de la
participación de la sociedad civil: del derecho a participar a la participación efectiva”,
emitido por el Ministerio del Interior en el año 1996.7

A pesar de la amplia legislación en este tema, los mecanismos de participación ideados


por el constituyente de 1991 no han sido suficientemente eficaces en la práctica. Algunas
de las causas detectadas durante nuestra investigación y reuniones con expertos son las
siguientes:

 La oferta institucional de participación ciudadana todavía parece estar


desarticulada y en consecuencia su diseño no fomenta el ingreso constante de los
ciudadanos sobre las decisiones que más les afectan.
 El debilitamiento de la Constitución del 91 ha conllevado la fragilidad de la
democracia participativa y de la institucionalidad democrática en el país.
 El clientelismo, como elemento tradicional de la cultura política colombiana,
bloquea la articulación de intereses colectivos y la participación en la formación de
bienes públicos.
 La participación a menudo se limita a reuniones de carácter consultivo que no
conducen a resultados y compromisos por parte de las autoridades o en las que la
acción de la ciudadanía no tiene influencia real sobre la decisión que se debate. Los
gobernantes a menudo utilizan la participación para formalmente legitimar
decisiones previamente tomadas.
 En diversas regiones, élites locales y actores armados no ven con buenos ojos la
participación, debido a su desinterés en el control social, y aplican diferentes
estrategias para reducir la participación ciudadana en beneficio de sus propios
7
Una crítica importante sobre el Conpes y sus diagnósticos equivocados sobre la participación en Colombia:
RESTREPO, Luis Alberto. La participación ciudadana: ¿participación tutelada o participación abierta? En:
LONDOÑO, Juan Fernando. Sociedad Civil, Control Social y Democracia Participativa. Bogotá: FESCOL, 1997.
p. 27-38.

11
intereses y de esta forma la actividad política se vuelve un asunto privado. Es
común el desprecio de la participación de buena parte de las autoridades locales.
 La violencia en Colombia es una barrera estructural a la participación, creando
ambientes de amenazas, intimidación y control de la sociedad.
 El derecho es insuficiente para promover la participación, ya que no influye mucho
la cultura ciudadana. Con palabras de Mauricio García Villegas: “En materia de
participación política el elemento dinamizador esencial es la cultura ciudadana y
frente a ella la producción de normas jurídicas poco puede hacer si al mismo
tiempo no hay procesos de movilización social.”8 Es fundamental que el marco
jurídico estimule la participación, pero no puede garantizar los cambios. Lo mismo
se argumenta en otra investigación importante sobre la participación ciudadana9:
“La amplia infraestructura normativa, construida probablemente con muy buenas
intenciones, no se corresponde con prácticas efectivas de participación que le den
vida al frío articulado de los reglamentos. La razón es sencilla de enunciar: además
de la norma, se requiere de otras condiciones externas (del entorno) e internas (de
la ciudadanía y los agentes participativos) que, no están dadas del todo en las
diferentes coordenadas de espacio y tiempo en las que se mueve el país.”
 En Colombia no se ha desarrollado una sociedad civil cohesionada y articulada, hay
débil sentido de lo cívico, público, y el ciudadano común y corriente no conoce la
oferta en materia de participación, no se siente identificado con el imaginario
actual. Hay una relación evidente entre sociedad civil organizada y participación
ciudadana, a través de la primera la segunda se hace más efectiva. No obstante, la
aparente debilidad y desarticulación de la primera no genera las condiciones
adecuadas para que la segunda se realice de manera efectiva y constante.

8
GARCÍA VILLEGAS, Mauricio. Los límites de la democracia participativa. En: LONDOÑO, Juan Fernando.
Sociedad Civil, Control Social y Democracia Participativa. Bogotá: FESCOL, 1997. p. 61.
9
VELÁSQUEZ C., Fabio y GONZÁLEZ R., Esperanza. ¿Qué ha pasado con la participación ciudadana en
Colombia? Bogotá: Fundación Corona, Fundación Social, Fundación Foro Nacional por Colombia,
Corporación Región, Corporación Transparencia por Colombia, Corporación Viva la Ciudadanía, Banco
Mundial, CIDER – Universidad de los Andes, 2003. p. 364.

12
 Las condiciones socioeconómicas precarias de la mayoría de los ciudadanos no
favorecen su participación. La falta de educación, la urgencia de satisfacer
necesidades básicas, y las difíciles condiciones laborales son factores significativos
con respecto a la participación.

Propuestas en relación con participación ciudadana10:

En la formulación de propuestas en materia de participación, es pertinente distinguir


oferta y demanda, entendiendo oferta como la estructura de oportunidad política
establecida por el Estado, y demanda como los actores sociales que participan. Es
oportuno que haya equilibrio, evitando la hegemonía de alguno de los dos polos.

Propuestas relacionadas con la oferta:

1. Marco normativo e institucional – se percibe como disperso y demasiado


reglamentista (gran cantidad de requisitos que desestimulan la participación). →
Rediseñar el marco normativo, crear mecanismos de articulación entre los espacios
de participación y reconocer las formas no institucionalizadas de la participación,
como los presupuestos participativos.
2. La existencia de una Política Nacional de Promoción de la Participación, que tenga
objetivos, estrategias e instrumentos claros, y sea resultado de consultas. Es
pertinente realizar consultas para el nuevo CONPES de participación.
3. En el marco de esta política, crear los incentivos para las autoridades locales para
que promuevan la participación.
a. Incentivos económicos
b. Crear un “Índice de Desempeño Democrático” que califique a los
municipios en esta materia y sirva para su comparación.

10
Las propuestas se basan en las investigaciones realizadas por el Foro Nacional por Colombia en materia
de participación ciudadana en Colombia, de manera especial le agradecemos a Fabio Velásquez, Director del
Foro Nacional por Colombia, su importante colaboración con el proyecto.

13
c. Incentivos simbólicos (Premios y otras formas de reconocimiento
simbólico).
4. El papel de la cooperación internacional es brindar asistencia técnica y económica
a la participación, y protección a los actores, teniendo en cuenta las condiciones
específicas de entornos violentos.

Crear condiciones para el fortalecimiento de los actores de participación:

1. Capacitación de la población para otorgarle conocimiento y habilidades a los


actores sociales para la participación. Es fundamental su autonomía frente al
Estado para establecer un diálogo horizontal.11
2. Recursos: información sistematizada para tomar decisiones, disponibilidad de
tiempo para participar, de recursos financieros, de organización y capital social.
3. Motivaciones para la participación: es necesario aumentar niveles de confianza
entre los ciudadanos, entre organizaciones de la sociedad civil y el Estado, y
generar mayor solidaridad, una noción del bienestar colectivo para tener suficiente
motivación. Una condición básica para la participación es la existencia de una
cultura política solidaria, tolerante, de mayor compromiso con lo público.
4. Articulación de actores en torno a la participación: el fortalecimiento del tejido
social, redes, vinculación de organizaciones sociales12, campañas pedagógicas
masivas.

11
Sobre la autonomía: de acuerdo con la investigación de la CNAI sobre el Consejo Nacional de Planeación,
es importante reorganizar y profesionalizar más el Sistema Nacional de Planeación, darle autonomía
financiera al Consejo Nacional de Planeación frente al Ejecutivo para que pueda trabajar y opinar
libremente, y otorgarles más peso a sus conceptos para que pueda incidir más en las decisiones políticas.
12
Es clave el papel de organizaciones de la sociedad civil que tienen valiosa experiencia acumulada en la
formación de ciudadanía para empoderar a la sociedad en torno a la participación.

14
4. Apoyo al fortalecimiento de la sociedad civil local

Se observa cierta concentración capitalina de los recursos financieros dirigidos a las


organizaciones de la sociedad civil. Las ONG locales expresan su preocupación por la
dificultad de conseguir recursos para sus actividades sin el riesgo de perder su autonomía
frente al Estado. Mientras que las autoridades públicas no toleren las posturas críticas y
desconozcan el papel que la sociedad civil debe desempeñar en el control de la gestión
pública, la contratación gubernamental puede conducir a la pérdida de la autonomía de
estas organizaciones.

Es urgente resolver este problema, estableciendo una política de financiación y buscando


nuevos mecanismos de financiación más transparentes, que no tienen que ver con
lealtades políticas y que pueden fomentar la autonomía financiera real de la sociedad civil
organizada. El Fondo de Participación, actualmente manejado por el Ministerio del
Interior, podría cumplir mucho mejor con su misión originalmente definida de apoyar
financieramente los diversos programas de participación y fortalecimiento democrático en
el país.

Más allá de hacer más efectivas sus funciones y otorgarle transparencia a su manejo, es
oportuno que una parte del Fondo sea asignada al fortalecimiento financiero de las
organizaciones de la sociedad civil a nivel local.

Los recursos provenientes de la cooperación internacional siguen siendo primordiales para


la independencia y la sostenibilidad de las organizaciones de la sociedad civil en Colombia,
y es importante mantener esta fuente hasta que la sociedad civil local se vuelva auto-
sostenible en sus actividades.

15
5. Acceso a la Información pública13

La información es la materia prima de la democracia. Sin información no puede existir


participación ciudadana y gracias a ella, la ciudadanía toma decisiones libres. Las personas
exigen información para ejercer un legítimo control social. En este orden de ideas, la
participación de la sociedad civil se alimenta del acceso a la información pública y esta
última es un insumo básico en el ejercicio de rendición de cuentas.

El acceso a la información pública es un derecho fundamental que debe ser garantizado


por el Estado y, dada su importancia angular en una democracia, también debe ser
fomentado y promovido por éste. Asimismo, este derecho debe ser objeto de un
importante empoderamiento por parte de la sociedad civil, la cual lo debe ejercer
activamente; aún más en un país como Colombia, donde este derecho aún no se reconoce
plenamente en el ejercicio cotidiano.

Propuestas en relación con el acceso a la información pública:

1. Creación e implementación de una política pública por parte del gobierno nacional
que busque garantizar el reconocimiento y la garantía del derecho fundamental al
acceso a la información pública.
a. Inclusión del derecho al acceso a la información pública en el Plan Nacional
de Desarrollo. Específicamente, se deben incluir estrategias para su pleno
reconocimiento y garantía.
b. Creación e implementación de una directiva política del gobierno nacional,
con el fin de promover y fomentar el derecho al acceso a la información
pública y sus mecanismos, en la sociedad civil.
c. Impulsar de la mano de la sociedad civil, una ley estatutaria que desarrolle
el derecho fundamental al acceso a la información pública. Esta ley tiene

13
Este punto fue elaborado por expertos de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP). Les
agradecemos el aporte al documento, especialmente a Andrés Morales y Claudia Rojas.

16
como objetivo reglamentar íntegramente este derecho, sus mecanismos,
límites, etc.
2. Fomentar una cultura de acceso a la información pública de la sociedad civil con el
fin de lograr la garantía del mismo y la mejora de la calidad de la información
pública.
a. Incrementar cualitativa y cuantitativamente las solicitudes de información
pública realizadas por la sociedad civil.
b. Retroalimentación de las organizaciones de la sociedad civil a las entidades
públicas, en cuanto al nivel de cumplimiento de estas últimas en relación
con el derecho al acceso a la información pública.

6. Una mejor regulación de la contratación que celebren la Nación, los


Departamentos, Distritos y Municipios con entidades privadas sin ánimo de lucro

De acuerdo con el inciso segundo del artículo 355 de la Constitución Política de Colombia:

“El gobierno, en los niveles nacional, departamental, distrital y municipal podrá, con
recursos de los respectivos presupuestos, celebrar contratos con entidades privadas sin
ánimo de lucro y de reconocida idoneidad con el fin de impulsar programas y actividades
de interés público acordes con el plan nacional y los planes seccionales de desarrollo.”

El Decreto 777 de 1992, por el cual se reglamenta la celebración de los contratos a que se
refiere el inciso mencionado, dice lo siguiente sobre la destinación de recursos públicos:

“Con los recursos públicos que reciba la entidad sin ánimo de lucro en razón del respectivo
contrato, se efectuarán gastos únicamente para el cumplimiento del objeto del mismo.”

El Decreto 777 no reglamenta varios aspectos claves en este sentido; como las
modalidades de pago, el cubrimiento de los gastos de administración para garantizar la
sostenibilidad de la entidad respectiva sin ánimo de lucro y prevenir su detrimento

17
patrimonial14, el pago de impuestos, y la cofinanciación. Aclarar estos asuntos ayuda a
crear reglas claras y condiciones más favorables para la contratación estatal con entidades
sin ánimo de lucro, ya que éstas se han visto afectadas de manera negativa debido a la
falta de reglas claras15 que con el desequilibrio de fuerzas en la negociación con las
entidades públicas pueden conducir a incertidumbres en su financiación y a su detrimento
patrimonial.

7. Ley sobre el impuesto de renta – Contribución de los ciudadanos al


fortalecimiento de la sociedad civil16

Se propone impulsar la aprobación de una ley sobre el impuesto de renta de las personas
naturales, según la cual todo contribuyente puede donar un 1 por ciento de sus impuestos
nacionales a cualquiera de las organizaciones de la sociedad civil en un territorio
geográfico delimitado. Para facilitar la elección de los ciudadanos, es pertinente crear una
base de datos sobre las diferentes organizaciones de la sociedad civil, sus misiones y
proyectos. De esta forma se establece una nueva fuente de financiación para este sector y
se aumenta la conciencia de la ciudadanía acerca del trabajo de la Sociedad Civil. Lo
anterior debe ir acompañado por campañas que promuevan una opinión pública favorable
frente a las organizaciones de la sociedad civil.

14
Cuando la financiación no cubre los gastos de la administración, la situación de las entidades sin ánimo de
lucro puede volverse insostenible: “Vale la pena tener en cuenta el principio conforme al cual es derecho del
contratista el percibir una utilidad como consecuencia de la ejecución del contrato, del cual puede
válidamente derivarse el derecho de la entidad contratista a incluir en el presupuesto que presente con su
propuesta el porcentaje de administración, imprevistos y utilidad aplicable a los contratos estatales. Esto
bajo el indiscutible entendido de que este dinero no podrá ser objeto de repartición entre los asociados ni los
administradores de dicha entidad, sino que conforme lo prevé su régimen patrimonial, será íntegramente
reinvertido en la capitalización de la entidad, de tal modo que contribuya al futuro cumplimiento de su
objeto, esto es, a la realización de nuevos programas y actividades de interés público.”
MUTIS VANEGAS, Andrés y QUINTERO MÚNERA, Andrés. La contratación estatal: análisis y perspectivas.
Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, Fundación Social, 2000. p. 587
15
Las características de la contratación pueden ser completamente distintas dependiendo de la entidad
estatal específica.
16
La Ley de 1% existe en Hungría y en España, es una experiencia exitosa en el fortalecimiento de
organizaciones de la sociedad civil.

18
8. La construcción de la sociedad civil desde la universidad – un impulso para el
desarrollo social

Algunas de las debilidades de la sociedad civil colombiana identificadas durante la


investigación son la precaria participación de los jóvenes en proyectos de desarrollo social,
su desinterés en los asuntos públicos, la fuga de talentos desde las regiones a la capital o
al exterior, la falta de capacidad técnica de las organizaciones de la sociedad civil para la
ejecución de proyectos, a pesar de la existencia de buenas universidades y profesionales
altamente calificados en muchas partes del país.

En torno a lo anterior, se propone iniciar un ambicioso programa universitario en toda


Colombia con la participación de entidades estatales, empresas, cooperación
internacional, universidades y organizaciones de la sociedad civil para involucrar a jóvenes
en proyectos sociales, ambientales y de veeduría ciudadana. A través de becas, pasantías,
premios y rebajas de la matrícula a cambio de trabajo social, se contribuye a la formación
de jóvenes “emprendedores sociales” que aprendan la formulación, ejecución y
evaluación de proyectos, el trabajo con las comunidades y el control de la gestión pública.
Este proceso de sensibilización ayuda a fortalecer una cultura de asociatividad y de
voluntariado en las universidades, y construir una ciudadanía consciente de su entorno,
con la capacidad de aportar al desarrollo social de su país desde cualquier sector.

9. Un círculo virtuoso entre Estado, sociedad civil y empresas responsables

El punto 92 del documento “Buen Gobierno para la Prosperidad Democrática” sobre la


Minería afirma: “Se establecerán los principios que integren de una manera armónica la
economía, el medio ambiente, y la responsabilidad social, para garantizar la continuidad
del desarrollo.”17

17
SANTOS, Juan Manuel. Buen Gobierno para la Prosperidad Democrática. 110 Iniciativas para lograrla.
Bogotá: Partido de la U, 2010. p. 51.

19
Consideramos que esta integración no es posible sin crear una alianza estratégica, una
mentalidad de corresponsabilidad entre tres sectores cuyas relaciones a menudo son
antagónicas: Estado, sociedad civil y mercado. Peter B. Evans, profesor de sociología de la
Universidad de California en Berkeley propone la misma sinergia entre Estado, mercado y
sociedad civil, para dinamizar el desarrollo sostenible.

El concepto capaz de integrarlos es el de la responsabilidad social empresarial. Aunque el


tema de la responsabilidad social empresarial (RSE) todavía es una consideración
secundaria en los negocios de las empresas que invierten en Colombia, existen
sobresalientes experiencias nacionales y se trata de un tema que ha progresado mucho en
las décadas recientes en todo el mundo. La RSE es una excelente oportunidad para: las
empresas que mediante inversiones estratégicas pueden mejorar su competitividad; el
Estado que puede conseguir importantes aliados para fomentar el desarrollo social y la
conservación ambiental; la sociedad civil organizada que se beneficia de la aparición de
nuevas fuentes de aprendizaje y financiación; y, particularmente, las comunidades cuyas
condiciones se mejoran. En fin, la colaboración estratégica ofrece resultados mutuamente
benéficos para todos los sectores.

Propuestas:

 Más allá de los estímulos del mercado, el Estado debe comprometer a las
empresas con la RSE en lo social, ambiental y económico.
 Aprender de la experiencia brasileña18, aplicar indicadores de RSE y crear un
ranking de las compañías para promover un mejor comportamiento empresarial.
 Introducir la RSE en los contratos públicos, otorgando contratos de gobierno con
base en el desempeño social y ambiental de las empresas. Se propone que el
Estado impulse la contratación empresarial de organizaciones de la sociedad civil

18
En Brasil el Instituto ETHOS ha desarrollado los “indicadores ETHOS de Responsabilidad Social
Empresarial”, utilizados por empresas para realizar análisis de sus prácticas de RSE. Se evalúa la gestión de
las empresas en lo que se refiere a la incorporación de prácticas de RSE, a la planificación de estrategias, y al
monitoreo del desempeño general de la empresa. La evaluación abarca 7 temas: Valores y transparencia,
Público interno, Medio ambiente, Proveedores, Consumidores y clientes, Comunidad, Gobierno y sociedad.

20
independientes y de universidades para realizar proyectos sociales y ambientales,
ya que éstas conocen mejor las condiciones locales.
 Se propone crear mesas de concertación a nivel nacional y local entre
representantes de las entidades estatales, de los gremios y de las organizaciones
de la sociedad civil, para construir agendas de la inversión social empresarial
estratégica y prevenir su fragmentación.
 Sistematizar la experiencia de empresas exitosas en la RSE y promover la difusión
de información acerca de las políticas, programas y herramientas para ayudar a las
empresas a que comprendan e implementen prácticas de responsabilidad social y
a las organizaciones de la sociedad civil a que colaboren con más profesionalismo
en este proceso.

10. Fortalecimiento de las capacidades comunicativas de la sociedad civil

La sociedad civil se margina muchas veces de incluir sus intereses y apuestas en la agenda
pública nacional y local debido a que el lenguaje y los medios para trasmitir los mensajes
no son adecuados para llegar al público en general. Los formatos comunicativos y
periodísticos utilizados son densos y muy complejos, limitando el acercamiento y el
entendimiento de los públicos externos.

La inexperiencia en los temas periodísticos por parte de la sociedad civil organizada


contribuye al desconocimiento general de la opinión pública sobre su papel, sus
actividades y sus resultados. La falta de profesionalismo de la sociedad civil en la
comunicación también contribuye a tensiones con las entidades estatales.

Es pertinente publicar un manual de manejo de medios y con actores estatales, promover


talleres de formación y crear proyectos para el fortalecimiento comunicativo de las
organizaciones.

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