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Facultad de Humanidades
Departamento de Letras
PEM en Lengua y Literatura
Lingüística
Licenciada Nanci Franco
Trabajo Final
Las dicotomías responden a las necesidades del enfoque analítico propuesto por
Saussure, mientras que los hechos lingüísticos abarcados por los términos de las
dicotomías se dan interrelacionados. Esta perspectiva de Saussure -la idea de
sistema- fue elaborada por el estructuralismo tanto en lingüística como en semiótica
y en antropología. Lévi-Strauss retomó los conceptos de Jakobson, de Saussure, y
de Troubetzkoy (quien desarrolló minuciosamente la noción de sistema de Saussure
aplicándolo al análisis fonológico) y los instrumentalizó, en su teoría estructural de
la antropología, para el análisis del mito, del parentesco, de los sistemas culinarios.
Plantea que la materia de la lingüística está constituida en principio por todas las
manifestaciones del lenguaje humano, ya sea de "pueblos salvajes" o "naciones
civilizadas", de épocas arcaicas o actuales, y no sólo interesa el lenguaje "correcto",
sino todas las formas de expresión. Se trata del “campo de investigación” del
lingüista que comprende el conjunto de fenómenos vinculados a la utilización del
lenguaje.
Entonces, en el lenguaje humano distingue dos aspectos "la lengua" y "el habla"
(dicotomía lengua / habla), el lenguaje aparece como englobando estos dos
aspectos. Considera al lenguaje como la "facultad natural" (esto es una
característica universal) del hombre de constituir una lengua, es decir "un sistema
de signos".
Debe haber diferenciación entre seres vivos, plantas y animales con respecto a los
seres humanos. El estímulo–respuesta en el ser humano es más complejo: en ese
proceso de los estímulos de tipo físico y las respuestas median elementos de tipo
lingüístico.
Distingue entre acto del habla y los hechos prácticos que lo preceden (estímulos del
hablante, por ejemplo, el hambre) y lo siguen (respuesta del oyente, por ejemplo,
alcanzar alimento). Intentando analizar el papel del habla en la historia, afirma que
la división del trabajo y con ella, la labor entera de la sociedad humana, se debe a
la lengua. Vuelve al reduccionismo al considerar, de acuerdo con la fisiología y
física, que el acto del habla en sí consta de tres partes, proponiendo el siguiente
modelo comparativo:
Considera luego los actos del habla como sin valor en sí mismos, pero medios para
grandes fines, como, por ejemplo, pedir ayuda a otro ser humano. El significado,
consistiría entonces en las cosas importantes, los hechos prácticos, con los que se
relaciona el acto del habla. Sigue en su perspectiva al considerar al hombre dentro
del reino animal y diciendo que el habla humana se distingue de las acciones en
forma de señales que hacen los animales por su gran diferenciación, colocando así
el eje de la diferencia en lo cuantitativo, no en lo cualitativo.
Sapir fue un gran revolucionario para su época, contra todo pronóstico, transformó
el concepto de lengua de Saussure (lingüística ginebrina) a grandes rasgos, lengua
como sistema de signos al decir que la lengua es un sistema de símbolos.
Reconoció la gran importancia de los verdaderos elementos importantes y
representativos de la lengua: la forma (significante, siguiendo a Saussure) del
símbolo y distinguió así, unidades formales y unidades funcionales). En relación con
sus estudios etnolingüísticos, sobresalen sus estudios de dialectología, utilizando el
concepto de familia lingüística. En campos de la morfemática y fonética hizo muy
interesantes definiciones en relación a la palabra, y con su estudio sobre la lengua
Payute Meridional llegando a conclusiones que revolucionarían el ámbito de la
fonología: “hay procesos en la formación de palabras que no pueden ser explicados
solo con estudios fonológicos”.
Edward Sapir y Benjamin Lee Whorf desarrollan las teorías del relativismo y
determinismo lingüístico, también conocidas como hipótesis Sapir-Whorf, que no se
hicieron populares sino en los años 50, con la publicación póstuma de los escritos
de Whorf, en el libro Lenguaje, Pensamiento y Realidad, publicado por primera vez
en el año 1956. En la década de los 60, debido en parte al surgimiento del innatismo
y universalismo chomskyano, la teoría comenzó a desacreditarse. Un nuevo interés
en la teoría surgió en manos de la psicología cognitiva y la lingüística antropológica
a fines de la década de los 80 y comienzos de los años noventa.
En sus estudios sobre la adquisición del lenguaje, establece una comparación entre
los procesos de adquisición y los fenómenos de destrucción o deterioro (afasias),
afirmando que, en cierto modo, éstos no son sino la reproducción “al revés” de
aquéllos: son las oposiciones adquiridas al empezar el aprendizaje y que se
borrarán más tarde.
Fundador, como hemos dicho, del Círculo Lingüístico de Moscú y una de las
principales figuras del formalismo ruso, sus estudios sobre crítica literaria parten de
la concepción de que la poética es parte integrante de la lingüística. Entiende el
proceso literario como un sistema en el que cada componente tiene una cierta
“función constructiva” que realizar. Se trata de un concepto próximo al de estructura
estética, que será decisivo en la versión checa de la doctrina formalista: la obra
literaria es una estructura compleja, integrada por la unidad del objetivo estético.
Para definir la relación entre los objetos de estudio tanto de la lingüística como de
la poética, Jakobson plantea que la cuestión es definir esencialmente qué es lo que
hace que un mensaje verbal sea una obra de arte, es decir, qué convierte a un
mensaje cualquiera en un mensaje literario y, por lo tanto, que interese ya no solo
a la lingüística sino a la poética. Los mensajes verbales poéticos (“obra de arte”) al
ser verbales entonces deben de ser estudiados por la lingüística. Y en el caso de la
poética, cuyo objeto principal es “la diferencia específica del arte verbal con respecto
a otras artes y otros tipos de conducta verbal; el mensaje verbal poético debe de
ser estudiado también desde su dimensión lingüística ya que es parte de un
fenómeno de la lengua. Con este argumento, el hecho de que el arte verbal sea un
fenómeno de la lengua, Jakobson establece que la poética no solo se puede utilizar
en los estudios literarios, sino que ésta es parte de la lingüística en cuanto a que
trata estructuras de la lengua.
Cada elemento del hecho del habla determina una función: en primer lugar, el
contexto determina la función referencial, se encuentra en todo acto y puede ser
verificable y existe la relación que se establece entre el mensaje y los referentes
externos. El hablante la función emotiva, que se trata de “una expresión directa de
la actitud de éste hacia lo que está diciendo”. El oyente tiene la función conativa, la
cual tiene que ver con el imperativo y con el vocativo. El contacto determina la
función fática que tiene que ver con prolongar o establecer la comunicación. El
contacto plantea la función fática. El código la función metalingüística que trata
expresiones que intentan verificar si hablante y oyente tienen el mismo código. Y,
por último, la función poética es la asociada al mensaje
Trubetzkoy demuestra de esta manera cómo funcionan estas unidades en tanto que
señales: por ser distintivas, es decir, por oponerse entre sí para distinguir
significantes. El sonido R en francés puede realizarse mediante una vibración, ora
de la punta de la lengua, ora de la campanilla, o mediante una fricción del aire contra
el velo del paladar. Y sin embargo, no hay aquí tres fonemas franceses diferentes,
porque pronunciado de estas tres maneras diferentes, el fonema no remite a tres
significados distintos, sino al mismo.
Los tipos de relaciones que pueden desarrollar los constituyentes entre si son: la
interdependencia: A depende de B y B depende de A. Ej.: sujeto/predicado.
Preposición/término; la determinación: si está A también está B. Ej.:
Artículo/sustantivo; y la constelación: los términos son compatibles, pero ninguno
presupone al otro. Ej.: Objeto directo/objeto indirecto.
La función es una dependencia entre dos términos distintos. Un funtivo es cada una
de las terminales de una función. Por Ej.: en la función sustantivo/adjetivo, tanto el
adjetivo como el sustantivo son funtivos. Un funtivo cuya presencia es
imprescindible para el funtivo con el que tiene función es una constante. Y un funtivo
cuya presencia no es necesaria para el funtivo es una variable.
La forma del contenido son las relaciones que organizan la materia en cada lengua,
que es constante en cada una. Por Ej.: “hace calor”, en castellano, está expresado
por un verbo impersonal y un objeto directo. Es una oración unimembre. En cambio
en francés: “il fait chaud”, está compuesto por un sujeto indefinido, un verbo y un
objeto directo. Es una oración bimembre.
La meta del análisis lingüístico es describir las diferentes relaciones mutuas que
existen entre las partes del texto. Lo importante en el lenguaje analizado no es más
que las relaciones entre las partes. Y esto está dado por la forma, tanto en el plano
de la expresión como del contenido.
Para Hjelmslev la lengua es un sistema de signos, por lo tanto, una semiótica, y que
está constituida por dos planos (expresión y contenido) que por separado no son
una semiótica (para Saussure “signo” era solamente el contenido = significado).
Este es el mayor aporte de Hjelmslev, sobre todo porque aplica la articulación del
signo también en el plano del contenido (figuras del contenido) que dará lugar a los
estudios semánticos posteriores.
Las figuras son “no-signos” que se usan para construir la expresión de signos.
En el contenido también se pueden analizar las figuras. Por Ej.: “humano-joven-
masculino” produce el signo “niño”. El cambio de una de las figuras, por ejemplo,
“femenino”, produce el signo “niña”. Las figuras del contenido se comportan como
las figuras de la expresión.
Según las investigaciones de Noam Chomsky, los niños nacen con una capacidad
innata para el habla. Son capaces de aprender y asimilar estructuras comunicativas
y lingüísticas. Gracias a la Teoría de la Gramática Universal, Chomsky propuso un
nuevo paradigma en el desarrollo del lenguaje. Según sus postulados, todos los
idiomas que usamos los seres humanos tienen unas características comunes en su
propia estructura.
Además, Chomsky afirma que los niños poseen la habilidad innata para la
comprensión de la gramática del lenguaje, habilidad que van desarrollando a través
de sus experiencias y aprendizajes. independientemente de su contexto familiar o
cultural. Para designar este artefacto innato para comprender la gramática,
Chomsky usa el término de “Gramática Universal”, común en todos los sistemas de
lenguaje conocidos hasta la fecha.
Es bien sabido que, durante la infancia, existe un período “crítico” durante los cuales
nos es más fácil aprender el lenguaje. Este período de mayor plasticidad cerebral
durante el cual somos una esponja para los idiomas va desde el nacimiento hasta
la preadolescencia.
Chomsky, a través de su revisión del trabajo del lingüista y neurólogo alemán Eric
Lenneberg, pone el acento en que los niños pasan por una etapa de lo que él
denomina “alerta lingüística”. Durante este período clave, la comprensión y
capacidad de aprendizaje de nuevos lenguajes es mayor respecto a otras etapas
vitales. En palabras del propio Chomsky, “Todos pasamos por un período
madurativo específico en que, gracias a los estímulos externos adecuados, nuestra
capacidad para hablar un idioma se desarrollará rápidamente”.
Por tanto, los niños a los que se les enseña varios idiomas durante su infancia y
preadolescencia seguramente serán capaces de adquirir correctamente las bases
de estos lenguajes. Esto no sucede con personas adultas, puesto que su
plasticidad, su capacidad de adquisición de lenguajes ya no se encuentra en tan
buena forma.
Según la teoría de Noam Chomsky, el proceso de adquisición del lenguaje solo se
produce si el niño deduce las normas implícitas del lenguaje, como por ejemplo las
nociones de estructura sintáctica o gramática. Para que seamos capaces de
desarrollar y aprender lenguaje durante la niñez, Chomsky argumentó que todos
poseemos un “dispositivo de adquisición del lenguaje” en nuestro cerebro. La
hipótesis de la existencia de este dispositivo nos habilitaría a aprender las normas
y recurrencias que constituyen el lenguaje. A lo largo de los años, Noam Chomsky
fue revisando su teoría e incluyó el análisis de varios principios rectores del
lenguaje, en relación con la adquisición del mismo durante la infancia.
Tal como explica Chomsky, el lenguaje humano nos permite expresar infinidad de
ideas, informaciones y emociones. En consecuencia, el lenguaje es una
construcción social que no para de evolucionar. La sociedad va marcando las
pautas sobre las normas y usos comunes del lenguaje, tanto en su versión oral
como en la escrita.
De hecho, es muy común que los niños empleen el lenguaje de forma muy
particular: mezclando conceptos, inventando palabras, deformando otras,
construyendo las frases a su manera… Poco a poco, su cerebro va asimilando las
reglas y recurrencias del idioma, cometiendo cada vez menos errores y usando con
propiedad el amplio abanico de artefactos que les brinda el lenguaje.
Críticas y polémicas en torno a la teoría de Chomsky
Los sectores que más han puesto en duda la teoría de Chomsky rechazan el
postulado del dispositivo de adquisición del lenguaje porque, argumentan, no cuenta
con ningún tipo de sustento empírico. Otros académicos han criticado la teoría del
lingüista estadounidense por su excesivo innatismo, y por tanto por no recoger
suficientemente los factores ambientales en la adquisición del lenguaje.