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Para empezar hay que tener en claro que sin enseñanza no tendría sentido hablar de la

educación, y algo que distingue a el educador es la enseñanza, que dicho término hace
referencia a un intento de transmitir cierto contenido a otra persona, no puede existir la
enseñanza si no hay un destinatario, no existe la auto-enseñanza.

En la enseñanza existen cuestiones que muchas veces son olvidadas, tales como: la
enseñanza es un intento, un ensayo, no esta ligada ni al bien ni al mal, no todo lo que se
enseña se aprende, y por último; lo que se enseña trasciende la intención individual.

Una enseñanza se refiere a lo que da señas. Quien enseña hace señas, señaliza. Y dicha seña
es un signo de entendimiento, entonces se puede decir que enseñar es como “mostrar”.
Cabe destacar que ha muchas cosas que se enseñan sin querer, no existe acto intencional en
muchos casos, lo que significa que los chicos aprender fuera del ámbito escolar, en muchas
ocasiones esto sirve de complemento. ¿pero que pasaría si estos cachorros humanos
vinieran ya enseñados? Un ejemplo clave que se muestra en este libro es la situación de una
maestra enseñando los números y un nene de 4 años empieza a contar, o lo mismo pasara
con los colores. Esto daría a entender que los educadores no tendrían trabajo, porque el
trabajo dejaría de estar centrado en la enseñanza.

Es fundamental enseñar a las nuevas generaciones ya que éstas están consideradas como
cachorritos humanos que vinieron a la tierra sin medios de orientación, débiles, que no
pueden llegar a ningún lado por sus propios medios.

El hombre a diferencia del animal, no viene con los medios de orientación incorporados,
estos mismos deben ser aprendidos de otros mayores que pacientemente han acumulado los
conocimientos suficientes.

Una pregunta muy frecuente que uno puede hacerse es el.. ¿Para qué hay que enseñar? Y la
respuesta es muy sencilla, hay que enseñar para dar armas o herramientas a los chicos con
el fin de que logren desenvolverse en la vida, buscando que puedan relacionar con los
demás. Otra pregunta que existe es ¿Qué hay que enseñar? Se debe enseñar todo, pero este
“todo” haciéndose referencia a que no existan restricciones. Otra pregunta que se trabaja en
este libro es ¿Cómo enseñar? Existen varias instrucciones sobre como enseñar, estas
instrucciones son como relatos acerca de lo que se puede hacer, basados en lo que se ha
hecho anteriormente. Pero a esto debe vérsele una dificultad y es que la experiencia
personal restringe su capacidad de transferir.

Una enseñanza es exitosa si se consigue provocar, impresionar, despertar curiosidad, entre


otras cosas. Las cuales están ligadas a la creatividad de cada docente, un asunto muy
deseado por todos, la creatividad a la hora de enseñar es muy importante y varia en el
docente, no todos usan los mismos métodos y no todos obtienen un buen resultado. De esto
depende que el alumno entre en curiosidad por el tema dado, que exista un intercambio,
pero puede pasar que el alumno haga una indiferencia y no entre en dicho intercambio, esto
demuestra que el que enseña siempre estará en una posición más débil que el alumno
cuando se encuentra en la posición de aprender.

Se resalta la pedagogía, y lo primordial que es en las prácticas educativas. Sin ella se


encuentra difícil capturar el empeño, la terquedad o la perseverancia que caracteriza a los
educadores, no hay que olvidar que sin adversidad no es educación. En autobiografías de
maestros novatos se han podido observar como destacan lo que les falta por aprender y
como día a día van perfeccionándose.

Asumir la grandeza del proyecto de educar simboliza sentimientos de frustración, la misma


se produce al cabo de un tiempo de esfuerzos constantes y sostenidos, los novatos suelen
encontrar estas características muchas veces en los docentes con más trayectoria. Con esto,
lejos de desanimarse, los novatos eligen aceptar el desafío. Ellos se muestran activos
haciendo tareas como planificar, buscar materiales, realizar cursos, pensar en hacer otras
carreras.

Estos novatos caen en la pregunta ¿será que no soy lo bastante bueno? Acá es donde se
pone en juego la propia competencia y aptitud en las tareas, el que fracasa es el que
encuentra dificultades para la acción, es incapaz, impotente, deprimido. Pero también así
como los novatos se muestran carentes de en varios aspectos en comparación con los
docentes de mayor antigüedad, pero hay algo que tienen a favor, ellos aparecen como los
buenos, cordiales y afectuosos con sus alumnos. Cumplen el papel de maestro bueno, con
buen carácter, buen corazón, escuchar a sus alumnos, llegan a entablar una gran relación
con sus alumnos. Esto para ellos podría ser una recompensa después de tanta impotencia o
frustración con la que se pueden encontrar en un aula donde se encuentran
aproximadamente 30 personas que están ahí para aprender. Desde el punto de vista
personal, es gratificante encontrar en ellos cierto cariño dentro del aula.

Volviendo a la acción educativa, esta no tiene oportunidades si no cambia, debe mutarse,


variar, desplazarse, se trata de cambiar el destino de lugar y dejar huellas.

Muchas veces se ha escuchado hablar a maestros sobre otros diciendo como los antiguos
han influido mucho en su profesión, ya sea de manera positiva o negativa, los tenían como
sus referentes. En casos están relacionados con momentos vividos en la infancia y la
juventud. Los maestros más jóvenes imitan o se oponen al personaje elegido en su
trayectoria escolar. Todos los maestros reconocen que ellos están aprendiendo día a día, sin
embargo, esto muchas veces depende de los recursos con los que cuenta la institución en la
que se encuentran, en algunas “privilegiadas” se hayan asesoramiento ante cualquier duda,
discursos colectivos donde todos los docentes pueden dialogar, pero esto no es frecuente.

A raíz de esto, muchos de los docentes, deben arreglar sus clases con los recursos a mano
que disponga, nutrirse de cursos para perfeccionarse un poco más, adquirir más experiencia
y alimentar a la práctica.

La escuela de Paraná llego a conocerse como la institución modelo, quien tuvo influencia
sarmentiana. Los futuros maestros y profesores formados en el seno de las instituciones
normalizadoras aprendían también imitando al que se suponía que sabía lo que hacia.

En los momentos de institucionalización y profesionalización de la docencia, los maestros


debían ser y actuar de una manera determinada, tanto fuera como dentro de la institución se
debía tener una conducta adecuada. El maestro modelo era el que tenia presencia correcta,
buenos modales, valores propios, persona bien educada.

En un principio para que el modelo funcione como tal, tiene que ser reconocido por los
otros como alguien destacado, distinto, pero no inalcanzable. El modelo se acercaba a lo
que era la perfección, a una obra completa, libre de ser una copia o imitación. La idea
misma de modelo no envejece, puede o si aparecer desactualizada en sus características en
modo de funcionamiento.

El que aprende traduce, inventa, no sólo asimila el contenido sino que crea, produce algo.
Algo con lo que se debe tener cuidado es a la copia o imitación de los modelos, porque el
que esta aprendiendo o formando como subproducto lo deja agarrado a ese modelo al que
no llegara, se esta haciendo dependiente de él. Uno puedo aprender utilizando el lenguaje
de otro siempre y cuando reconozca su propio potencial, su capacidad.

Quien enseña, forma, y considera que tiene algo para dar, para transmitir, tendría que referir
su propio proceso de formación, aquel que lo llevo a ser lo que es hoy, se trata de relatar
sus propias experiencias y aprendizajes.

Se trata por último de mostrar al que enseña como alguien inmaduro, que sigue
aprendiendo, mostrarse como modelo imperfecto.

Algo característico de los comienzos son las inseguridades, las exigencias de uno mismo,
sentirse en proceso. Asumen una gran tarea en soledad, sintiéndose hasta de una manera
aplastada, incapaz para la acción.

Ningún comienzo es fácil, el principio suele entusiasmar, pero también, desconcentrar,


desalentar. La enseñanza deviene de la etiqueta”oficio”. Este oficio significa “ocupación”,
“profesión”. Entonces podemos decir que la enseñanza es todo eso. Quien enseña tiene
como meta fundamental transformar a otros, tiene un accionar de componente vocacional.

El oficio se define como la capacidad de producir teniendo en claro las características de la


práctica docente, enseñar es algo que se da mediante el ensayo, la ejercitación, probar. El
docente debe estar preparado para pasar los obstáculos que se le aparezcan, sumando
experiencia que definen lo propio de un oficio.

El conocimiento disciplinar o multidisciplinar tiene mucha importancia para la formación.


No se puede enseñar algo que no se conoce, y si enseñar es dar a conocer el mundo, el
docente tiene que poder recuperar y re-significar formas abiertas de ver el mundo.

Es importante posibilitar el acceso a los modos de pensamiento y producción propios del


conocimiento científico.

La enseñanza debe adecuarse al contexto y a las características particulares de los


destinatarios. El contexto determina la enseñanza, no es lo mismo enseñar en un centro
urbano que en una escuela rural.
No existe la enseñanza sin vocación, las palabras “llamado” o “inspiración” habitan en la
idea de vocación, enseñar además tiene su premio, y es el intercambio que supone un acto
pedagógico, que se da entre el docente y el alumno.

Los rasgos asociados al componente vocacional son reconocimiento, gratitud, generosidad,


reciprocidad, respeto, confianza.

Se suele afirmar que para enseñar no se basta con saber sino con adoptar formas, maneras,
métodos para enseñar más y con mejor calidad. No siempre fue así, el experto era quien
conocía algo, todo dependía de sus cualidades naturales. La enseñanza solo puede
aprenderse mediante la práctica. La práctica es como una materia de formación, cuando
haya más práctica en el docente, mejor será el resultado.

Un docente experimentado es aquel que probó mucha enseñanza, es experimentado porque


logro capitalizar lo vivido y transformarlo en un saber y con su posibilidad de
trascendencia.

El docente enseña conocimientos, valores, normas, con amor, afecto y cariño. El docente
del siglo XXI considera que los saberes más importantes que se requieren para poder
enseñar son didácticos, psicopedagogía, dinámicas grupales y contenidos disciplinares. Se
habla de una incorporación en este siglo de las tecnologías, donde la institución y los
docentes deben buscar la manera que estas tecnologías se puedan lograr incorporar para
fines pedagógicos.
Conclusión

Es muy importante enseñar a las nuevas generaciones, ya que estas están desorientadas, y
estas personas estarán sentadas formando filas, donde uno tiene el gran labor de orientarlos
enseñándoles los saberes necesarios para lograr que aprendan desde hacer operaciones
matemáticas hasta la función de cada órgano humano.

La tarea del docente no es cualquier cosa, estar parado enfrente de tantos chicos no es solo
hablar sobre un tema en específico, es mucho más que eso. El docente tiene en sus manos la
gran tarea de formar personas.

Sin embargo, también es totalmente cierto que no solo se aprende en la escuela, sino
también fuera de ella, muchos de estos conocimientos tienden a ser menos exactos.

Sin formación escolar, no seriamos capaces de nada, no podríamos hablar, escribir,


reflexionar, mantener una conversación coherente, discutir sobre un tema en especial con
propiedad y con fundamentos.

La educación que se genera dentro de la institución es el pilar fundamental en nuestras


vidas para la formación de personas.

Muchas veces el Estado deja de lado esto, y se centra en otros problemas, sin darse cuenta
que lo primordial para todo será la educación. Muchas escuelas no cuentan con los recursos
didácticos necesarios para enseñar como se debe, acortando actividades por lo mismo, no
todas las escuelas cuentan con los mismos recursos.

El docente de la catedra, tendrá que usar su ingenio y buscar alternativas para poder
explicar su clase con los materiales que la escuela posea y que a pesar de esas trabas que
tenga, su clase logre su cometido, enseñar y que el alumno aprenda lo dado.

Si existe algo para resaltar de los docentes es su forma pedagógica, algo esencial en la
docencia, sin ella sería muy difícil poder pararse a dar clases frente a sus alumnos, la
manera en la que un maestro prepara sus clases, explica y enseña habla de su gran
formación, dedicación y amor hacia la docencia.

Es muy lindo ver a un docente enseñar con pasión, ver el entusiasmo que le pone a su clase,
esta dando a entender que ama lo que hace, y eso es lo más importante. Muchas veces y
hasta el día de hoy, la docencia esta subestimada, muchos creen que es una carrera fácil y
corta, muchos jóvenes y adultos se anotan por año pensando que será sencillo estar frente a
diferentes aulas por muchos años, enseñando a diferentes generaciones, los mismos
contenidos pero con nuevas modalidades.

En esta carrera muchos se anotan porque es gratuita en la ciudad, se consigue trabajo,


piensan que es fácil. Pero se olvidan de algo muy importante, te puede gustar en este caso
Historia pero no gustarte la parte de ser docente.

Ser docente sin sentir la “vocación” no sirve a mi criterio, estaría faltando la transmisión de
un saber, que el alumno vea el placer de su docente al escucharlo hablar sobre la materia.

Muchas veces cosas como estas son las que hacen que el alumno se interese en el tema,
aparte de las motivaciones que el docente logre encontrar para ellos, ya sea desde una
simple actividad de consignas hasta armar una obra de teatro, maqueta o actividad
utilizando las tecnologías.

El docente debe constantemente buscar opciones para trabajar en las aulas que interesen a
sus alumnos y así facilitar el conocimiento ya que si les gusta la actividad es mucho más
fácil que aprendan.

Los docentes buscan dejar una huella en sus alumnos, un saber, algo que a ellos les sirva
más adelante para alguna situación que pase en sus vidas. El docente buscar transmitir, es
su mayor meta en su carrera, saber que logro su cometido.

Por último pero no menos importante, es resaltar a los novatos, novatos que se están
formando. Muchos de ellos, incluyéndome, sufren los miedos, ansiedad, angustia, y todas
las emociones posibles al hacerse la idea de pararse solo frente a un determinado grupo de
alumnos, y es algo normal sentirse así, deberíamos alegrarnos al experimentar estas
emociones.
Los novatos tienen algo en su favor y es el vínculo que se forma entre sus alumnos, esto es
algo que alivia al novato que recién ingresa en la docencia, lo ayuda en su estado
emocional, saber que es querido por sus alumnos, que se puede formar una cierta
complicidad entre ellos sin duda, facilita todo. Pero ninguno debe olvidar el rol que cumple
dentro del aula, eso no cambia, debe existir ese respeto mutuo.

La docencia es como estudiar medicina, constantemente uno debe capacitarse, no quedarse


con los saberes que se aprenden durante la carrera.

Se debe seguir estudiando después de recibirse, siempre saldrán nuevas teorías que
refutaran las anteriores, nuevos temas interesantes que valen la pena desarrollar en alguna
clase.

Además que esto, nos ayuda a seguir formándonos, aprender todos los días para mejorar.
No somos una obra acabada, sino que constantemente estamos en desarrollo,
perfeccionándonos todos los días para brindar la mejor educación posible a los que serán
nuestros alumnos.
Institución: Escuela Normal Superior Osvaldo Magnasco

Unidad curricular: Análisis y organización de las instituciones


educativas

Tema: Los gajes del oficio

Profesorado de Historia 3do año

Profesora: Añaia, Iris

Alumna: Pereyra, Camila

Ciclo lectivo: 2017

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