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Capítulo 1: ¿A qué llamamos enseñar?

Estanislao Antelo

Desde este interrogante parte el autor exponiendo, que no se puede hablar


de educación sino hay una enseñanza, pero desde el punto o el lugar como
un oficio del mismo, en este caso un maestro o profesor, teniendo en
cuenta que el termino oficio, encierra a todo aquel que practique o trabaje
en lo que se especializó y capacitó, como más adelante el autor
desarrollará.

Partiendo desde tres cuestiones dice; que primero hay un intento de


enseñanza, entre esta el docente y el alumno, luego que lo que puede
resultar de dicha enseñanza puede ser, ni bien ni mal y, por último, que no
quiere decir que se aprenda lo que se intenta enseñar. Como este término
es tan amplio, toma el ejemplo como un plan moralizador, como algo que
está impuesto en la sociedad, un prototipo del aprendiz; y que el mismo a
su vez sea una guía de cómo ser y proceder. Mostrando o señalando,
dejando marcas de aquello que se intentó enseñar en cada generación
nueva, un choque de lo que se enseña y lo que se reparte, dependiendo
individualmente de lo que toma cada uno va incorporando como
conocimiento. Para luego utilizar y enriquecerse de armas o herramientas
que ayudaran a desenvolverse a cada persona en la vida y convivir en
sociedad, empleando aquellas marcas que los educadores y la cultura
misma fue construyendo desde niño.
La educación es muy rica y ésta requiere de movimiento, curiosidad, guías
para la acción, necesita de un pasado conservado para suministrar
enseñanza. Aunque resulta, muy difícil apartar los signos que puedan
seleccionar a la hora de reproducir, desde el punto de vista o selección
previa hecha por el educador al educando. Como resultado se podrá
observar si esta resulta exitosa, con distintas actitudes del alumno,
utilizando el docente algunas estrategias creativas para inventar
actividades que reflejen curiosidad, interés, demostrando que lo enseñado
ha sido aprendido.
Capítulo 2: Grandezas y miserias de la tarea de enseñar.

En este capítulo, el autor se detendrá en el trabajo individual que cada


docente practicará, desde la formación, adquisición y grandeza de sus
conocimientos que volcará en el espacio áulico.

El estado posicionó al docente en un lugar totalmente privilegiado, como


salvadores sociales, esto de educativo-civilizador fue un sistema amparado
por el mismo, para dejar que estos importantes personajes intervengan en
la formación cultural y formativa de las nuevas generaciones, actuando por
lo tanto desde el presente. Gestionando con su responsabilidad, asumiendo
riesgos y fracasos, para formar hombres contemporáneos, que puedan
elegir y decidir.

Resalta el autor, y se detiene bastante en la tarea de aquel educador o


docente que llama novato, aquella persona que con grandezas de
formación intenta permanecer en un sistema que no es como se lo
indicaron en sus prácticas; dispuestos a aceptar desafíos, con grandes
entusiasmos, preocupados por ser aceptados y queridos por sus alumnos,
encontrando en el reconocimiento de estos gran satisfacción, donde las
respuestas del alumnado motorizan su carrera, ligados a la pedagogía
donde el niño es observado desde otra perspectiva. Pero chocan con
aquellos docentes de gran experiencia que se encuentran desinteresados o
lejos de sus actitudes, que no significa que estos no sean reconocidos.

Las tareas de los novatos, por muchas capacitaciones que pueda obtener, a
la hora de efectuar el desarrollo de sus prácticas se notara la
responsabilidad, pero también la falta de experiencia que podría causar
muchos daños indirectamente. Lo bueno de enseñar se notará en las
modificaciones que pueda producir este oficio de tamaño nada pequeño.
Capítulo 3: Los maestros a través del espejo. Una mirada desde la
biografía escolar.

En este capítulo la autora, Andrea Alliaud, reflejara desde las autobiografías


de los maestros aquello que marco o sirvió de guía y referencia a la hora de
transitar su profesión, tomando directamente sus propios testimonios
desde sus biografías personales, donde relatan los sentimientos de cada
experiencia, pero sobre todo la autocrítica que es donde se detiene más la
autora para ejemplificar a estas nuevas generaciones de docentes, como
los llama.

La importancia de lo bueno o malo, que aquellas personas de este mismo


trabajo fueron dejando al pasar, en cada practica o experiencia ganada,
modelos vividos, influencias, reconociendo esto para trazar luego sus
enseñanzas; aprovechando de esta manera los espacios institucionalizados
que la formación previamente les ofrece.

Un modelo ideal es aquel docente que toma la conexión y el vínculo con los
niños como algo importante, tanto para su propia autocritica como para su
enriquecimiento en la profesión. Los docentes con otro tipo de formación y
de otra generación ponen en tela de juicio esto de que, si el alumno
aprende de la misma manera o no, porque los novatos se detienen
demasiado en el cariño y la contención, cuando se deja en segundo plano
la educación y lo que esto encierra desde su punto de vista.

A modo de cierre de esta capitulo la autora expone que no hay un modelo


ideal de maestro, eso sería hablar de algo utópico, ya que, en las
autobiografías, es muy común leer sobre sus inseguridades a la hora de
hablar de los maestros que llevan a cabo sus primeras prácticas.
Capítulo 4: La maestra modelo y el modelo de maestra.

Articulando lo expuesto en el capítulo anterior, la autora suma a esto el


comienzo que se toma como referencia y desde donde parte el ejemplo de
una escuela armada para ser ideal.

Parte desde la primera creación de escuela Normal fundada en Paraná,


responsablemente sarmientina, este modelo norteamericano, por sus
directores, por sus regentes, por su mobiliario y útiles. El cual regia de
normas y un cierto compromiso dentro y fuera de la institución, llevado a
una vida ejemplar hacia la sociedad, así eran los maestros modelos.
Brindando una formación de cualidades morales, que no solo aprendían su
oficio con libros y tratados de pedagogía, sino imitando al que era, se
suponía, un modelo ejemplar. Esta forma de institucionalización, que es
caracterízada por lo mencionado en el párrafo anterior, son modelos
totalmente validos ya sea por imitación o copia, son los que siguen dando
forma a las practicas actuales.

Los aportes son notables porque crean y producen algo, se contribuyen a sí


mismos, como contradicción a las imitaciones de modelos puede también
tomarse en cierta manera negativo para la formación, ya que el maestro o
docente debe resolver por sus propios medios alguna dificultad o
inconveniente que se le presente, sin imitar a otro, adquiriendo con la
experiencia la suficiente capacidad para no necesitar más un modelo a
seguir, o sea tomar y sentir una verdadera confianza de su propio trabajo
con libertad de lo que hace. Luego transformarse ellos en modelos vivos de
su experiencia ganada, invitando a otros docentes a compartir también sus
recorridos. Y es muy importante que cada uno reconozca que son modelos
imperfectos con mucho por seguir aprendiendo y por pulir.
Capítulo 5: Los gajes del oficio de enseñar. La iniciación a la
docencia.

Los autores describen en este espacio, los inicios del oficio de enseñar,
similar en algunos aspectos a lo que en los capítulos anteriores plasmaron.
En esta oportunidad van a detenerse en la naturaleza del oficio,
refiriéndose al momento actual, pasando por las partes de la práctica y la
importancia de la pedagogía en la misma. Lo que sucede en el espacio
áulico, donde los docentes vuelcan allí todo su potencial, sus principios, sus
valores y sus miedos más allá de sus saberes o experiencias; en el caso de
los más nuevos en el sistema, expuestos a las críticas, a las observaciones,
donde también abren sus sentimientos a esta enseñanza. Muchas veces
desde el cariño sin dejar de lado su oficio, pero involucrándose más en lo
personal, dejándose llevar por su vocación. Esperando obtener del otro
lado resultados positivos de lo enseñado, por medio de la evaluación y los
registros de notas, así enriqueciendo sus prácticas y experiencias día a día,
construyendo no solamente a su profesión u oficio, sino a las futuras
generaciones, que reciben lo que el sistema educativo les brinda para su
formación sociocultural. Pero para obtener esto, es la práctica inicial de
cada docente o maestro que determinara como posicionarse frente a sus
alumnos, que estrategias emplear, los métodos adecuados para cada
realidad de las distintas instituciones, aplicando la pedagogía de la
formación en cada experiencia, en cada situación de enseñanza, aunque
no siempre sean resultados positivos pero lograr aprender igual de la
misma; en este caso lo bueno es alimentarse de aquellos que saben un poco
más, desde los consejos o sugerencias que le mismo ámbito laboral aporta.
Nadie puede enseñar lo que no sabe o aconsejar sin experiencia vivida.
Capítulo 6: Enseñanzas y algo más.

En este capítulo, los autores van a manifestar, dentro de cada practica de


enseñanza, los contextos y destinatarios probables de encontrar.

Dentro del contexto se encuentra todo lo que tenga que ver con la
ubicación del barrio, las generaciones de unos años a otros, el contexto
social, económico, la cultura etc. Este contexto muchas veces es catalogado
como obstáculo, pero en base al mismo se puede conocer las características
de los destinatarios; estos serían los alumnos interactuar con ellos y adaptar
también los contenidos para lo que requiere la institución, pero sobre todo
para adecuarlos a ellos. Sobre todo, aplicando las cuestiones
metodológicas, la didáctica o el arte de enseñar, de la mano pedagógica que
el contexto y los destinatarios demanden, poniendo su perseverancia en
obtener buenos resultados de ellos y formarlos más allá de sus condiciones.
Capítulo 7: Variaciones sobre la enseñanza y el cuidado.

Se puede apreciar en este capítulo que el autor, enfoca todo el contenido a


la relación, o no, que tiene enseñar y cuidar. En su primer parte enfrenta
estos dos términos, luego los relaciona diciendo que cuidar no significa
menos que enseñar. Son conceptos que se pueden ver reflejados todo el
tiempo dentro de lo que se brinda, independientemente del maestro o
profesor, por ejemplo, una maestra jardinera, es claramente esta relación,
ya en las escuelas secundarias se brinda muchas veces con un poco más de
distancia, muchos confunden cuidar con involucrarse.

Sin enseñanza no hay cultura, dice el autor, y esto es totalmente verdadero,


porque cuando se educa con dedicación y cuidado, las probabilidades de
fracasar son menores, entonces, si se crea una buena cultura en nuestras
generaciones es muy probable que así se vaya reproduciendo y mejorando.

El cuidado nace, se practica y se mantiene, éste no tiene que ser un acto de


caridad o de sacrificio, porque el que enseña no se está privando de nada,
se está ocupando y enriqueciendo como profesional en su oficio. Aunque
expone que existen dos tipos de extremos, el maestro que intenta
reemplazar la familia, pedagógicamente mal, y por otro aquel que se desliga
de toda responsabilidad con respecto al acto de cuidar.

Cierra este capítulo haciendo una reflexión; que la escuela en el tiempo a


sido una gran transformadora de materia humana, y los docentes han sido
unos artesanos repartidores de orientación.
Capítulo 8: ¿Hacia dónde va el oficio docente?

El modelo con el que comienza el autor en este capítulo, es un modelo como


lo venían desarrollando a lo largo del libro; sumando importantes
elementos que hoy componen el sistema educativo, como la didáctica,
psicopedagogía, dinámicas grupales y contenidos disciplinares, que aportan
a la institución valor de la enseñanza y cierta contención al enseñado.

Con el tiempo la educación cambio, es marcado fuertemente el año 2000


como el gran cambio del mundo; la globalización, internet, las redes
sociales, son cambios que requieren de adaptación y capacitación. Lo que
ocurre contrariamente a los docentes más antiguos o con otras prácticas y
experiencias, sienten que no están preparados para estos momentos o
tiempos, hasta sin respaldo por el estado. En cuanto a la inevitable
comparación que se hacen los docentes que hoy ejercen, con todos estos
cambios con respecto a lo que ellos recibieron como enseñanza en su
momento, manifiestan un gran abismo, sobre todo a la hora de hablar de
valores, respeto y contenidos; algo que no escapa de lo que vemos, vivimos
y consumimos a diario. Y lo que resaltan, sobre todo, es aquellos chicos que
tienen menos, que carecen de contención familiar, acompañamiento
afirmando que ya no vienen como antes lo niños. Para estos casos como ya
lo habían anticipados los autores, debe adecuarse los contenidos dentro del
contexto de enseñanza, desde el currículum o la planificación. Hay distintas
carencias, que cada vez son mayores y más comunes en las escuelas;
obligan de alguna forma, a diseñar una manera especial de enseñar, mas
allá del compromiso que cada docente sienta que pueda tomar al ocuparse,
aunque este no tenga una capacitación previa para lidiar con eso, teniendo
en cuenta las diversas carencias y demanda de cada alumno.
Capítulo 9: Algunas claves para afrontar los desafíos de enseñar
hoy.

Cuando la escritora Andrea Alliaud, comienza este capítulo, lo primero en


sus líneas, va manifestar lo difícil que es enseñar hoy en las escuelas, en
todas las escuelas, en todas partes, ya generaliza más y sale dentro del
contexto en cual se enfocó en los capítulos anteriores. Y refiere una
reflexión hacia dos constataciones desarrolladas a lo largo del libro, la
primera; la incertidumbre de aquellos que ejercen hoy su tarea de
enseñanza, compleja dice, y por otro lado la manera en que es llevada esta
tarea, las practicas recibidas antes y durante, pudiendo transmitir el saber
enseñar.

En este tiempo presente las exigencias desde otras perspectivas han


cambiado el rumbo, o si se quiere la incorporación y la participación fuerte
de otras especialidades del campo pedagógico han adaptado a las
instituciones a las nuevas generaciones que van pasando; sabiendo lo que
esto significa con el condimento de las nuevas tecnologías. Hoy ya no rige
una sanción que al alumno se le pueda aplicar, el docente está más
desprotegido ante todos estos cambios complejos, ya no es solo la tarea de
enseñar sino de contener, resolver problemas y además atender problemas
sociales que muchas veces escapan de su oficio y sus obligaciones.

Al hablar de escuelas la autora ejemplifica, para demostrar un declive en las


instituciones de todo tipo, en donde hay que convivir con estos distintos
escenarios tan cambiantes. Por eso resalta con mucho énfasis en la
importancia de las prácticas educativas, el contacto con la clase los
alumnos, la institución, las normas que componen esta convivencia, etc.
Demostrando que el docente está en un permanente campo de
investigación, donde debe capacitarse el mayor tiempo posible para
enriquecer sus saberes y recibir nuevos.

Para ir cerrando el autor, remarca que el material desarrollado, en especial


sobre las practicas de los docentes novatos dentro de la institución, se basó
en testimonios citados, así fue asemejando y comparando la realidad de lo
que hoy envuelve la educación como enseñanza, pero no solo como una
mera narración, sino como formación.
Conclusión:

Este material me pareció totalmente más que llevadero al leerlo, sobre todo
en esta instancia del profesorado donde ya pude experimentar por medio
de las observaciones, estar en distintas instituciones y ámbitos, notando lo
que hoy es estar dentro de un aula y lo significa ver las nuevas generaciones
allí sentadas. Al ir recorriendo cada punto de los autores, Andrea Alliaud y
Estanislao Antelo, fue inevitable no comparar, lo observado como
espectadora, pero también remitirse como alumna, sobre todo de la
manera que lo van desarrollando; en cada capítulo, se puede captar
claramente lo que ellos intentan reflejar con este libro; sobre todo,
teniendo en cuenta que estos dos profesionales van a hondear cada uno un
poco más en las cuestiones que cada uno se especializa, y se puede ver
claramente reflejado en su contenido, en el caso de Andrea al ser una
profesional en el campo de formación docente, va ser quien se ocupe más
de estos temas, y Estanislao desde su pedagogía va centrarse más en lo que
tenga que ver el interior del mecanismo de enseñanza. Pero juntos
comparten reflexiones muy reales de hoy.

El recorrido del material, en mi opinión personal tiene como una cierta


cronología que parte primero desde los principales conceptos, como: el
enriquecimiento del no saber, la enseñanza, transmitir, mostrar,
conocimientos, destinatarios, aprendizaje, etc. Pasa por la iniciación de la
primera escuela Normal sarmientista, donde los primeros modelos de
docentes tuvieron lugar, en una época donde ser docente era estar en lo
más alto de la escala, y lo que esto significo para el desarrollo de una
educación homogénea. Es bastante curioso la gran diferencia que hacen a
la hora de hablar de enseñar, con respecto a los novatos y a los ya
experimentados que incluso han visto pasar otras generaciones. Siendo
este contraste totalmente certero porque sin ir más lejos uno mismo
remonta la educación recibida en otros tiempos y es tal cual ellos la
exponen, sobre todo cuando se refieren al declinar que han tenido las
instituciones en cuanto a la valoración de la enseñanza misma, las
autoridades, el respaldo del estado, el lugar del docente desprestigiado y
esto es tristemente lo que hoy es común ver. Sumado a que
inevitablemente las nuevas generaciones acompañados por los cambios
tecnológicos, quiten cada vez más tiempo a la responsabilidad de
construirse como personas, que puedan desenvolverse en el plano
económico, con ambiciones de progreso. La educación es la base de todo
desarrollo de un país y lo vivimos cada día, el resultado de lo que somos es
de lo que hacemos, y una cultura sin educación no es una buena cultura.

Mas allá, como exponen los autores, que hay circunstancias que escapan de
un docente o maestro, como por ejemplo el entorno familiar, lo externo de
la institución, o lo que ellos quieran tomar de aquello que se les transmite,
en ellos está el inicio de un crecimiento. Está en el trabajo del docente
poder captar su atención, usando distintas estrategias didácticas,
adaptándose a las novedades o elementos tecnológicos y utilizando nuevos
métodos que rompan con los esquemas estructurados, también es
fundamental y me pareció muy certero la observación que hacen a la hora
de hablar de contenidos curriculares o planificaciones, ya que cada
institución requiere de distintas demandas, ya sea por la zona geográfica
donde está ubicada, la cantidad de alumnos que concurren y en qué
condiciones sociales se encuentran, todo esto son factores que un docente
tiene en cuenta a la hora de ejercer su profesión, obviamente siempre
expuestos al error o la equivocación, pero acá es donde cada uno debe
crecer.

Los autores, citan en varias ocasiones, testimonios o relatos de docentes


más nuevos en el oficio, plasmando desde la primera persona, la
importancia de las practicas a la hora de ganar experiencia. Teniendo en
cuenta que cada maestro o docente siempre toma a otro colega de
referencia o modelo, pero lo importante como remarcan ellos, es que solo
sean modelos, no algo que imiten, y que sobre todo sepan resolver por sí
solos los inconvenientes que les pueda surgir en cada clase de sus prácticas,
y aquí me detengo, porque me parece totalmente cierto ya que al estar
estudiando una carrera con semejante responsabilidad que esta requiere,
es verdad que siempre vas a tener a alguien de referencia o con cierta
admiración de este oficio, pero también es cierto que no está bueno imitar,
sino construir por uno mismo un buen profesional, capaz de aceptar
errores, abierto a los cambios, con la suficiente humildad para reconocer
que nunca nadie puede saberlo todo, y que la tarea de educador es más
que cumplir con los contenidos, los horarios y que la formación profesional
nunca se termina

Luego me parece muy lógico lo que dejan entre líneas como reflexión; que
la enseñanza en propia del ser humano, cuando nacemos, hasta que
estamos aptos de edad para poder asistir a una educación inicial, recibimos
enseñanza de nuestros padres, en un entorno familiar, para poder llegar a
ser como somos y convivir en sociedad. Teniendo en cuenta como
mencionan los autores, en el capítulo 8, las distintas demandas que hay
dentro de este ámbito y que somos testigos de las mismas, por ejemplo; los
conflictos sociales que afecten a la educación, drogas, violencia, falta de
contención, etc. Muchos chicos encuentran un lugar en la escuela que
afuera no lo tienen, donde reciben cariño, de aquellos docentes que se
involucran un poco más con profesión u oficio, que traspasa la vocación y
prevalece lo humano por sobre todas las cosas, donde luego los alumnos
demuestran a su manera una cierta preferencia por aquel docente,
cumpliéndole con su materia. Cuando leía este material, se me represento
una institución que observe el primer año de esta carrera, donde los
docentes eran totalmente flexibles a la hora de las faltas, porque sabían
cada situación particular de sus alumnos, chicos jóvenes pero con vida de
grandes, chicas adolescentes pero que ya eran madres, y la verdad fue muy
gratificante ver como la institución se preocupaba por formarlos, les
brindaban todas las herramientas para trabajar en clases, a pesar de su
inmadurez eran tratados como adultos. Asistí ese año al acto de egresados,
la emoción que les sobresalía del pecho a esos chicos era inexplicable, las
lágrimas de los docentes a la hora de entregarles sus diplomas fueron
conmovedor, estoy convencida que hay necesidades y demandas de
algunas instituciones especiales que es imposible no involucrarse con los
alumnos.

A la hora de leer las narraciones de los docentes citados en el libro, todo lo


vivido se remueve de alguna manera y por eso comencé mi conclusión
diciendo que este material era totalmente llevadero.

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