Sunteți pe pagina 1din 73

El rayo de Dios y el rayo del Diablo (I de II)

―bioelectricidad y magnetismo astral


La vida no es posible sin campos electromagnéticos, y la salud óptima no
es posible si los campos electromagnéticos están desequilibrados durante
largos periodos de tiempo. La energía magnética es la energía de la
Naturaleza en equilibrio.
(Doctor Richard Broeringmeyer, editor de "Bio-Energy Health
Newsletter").

Cuando consideramos la vida orgánica a la luz de la biofísica,


encontramos que los fenómenos eléctricos se hallan en la raíz
de toda la vida celular y llegamos a la conclusión de que al
final de todo hay una carga eléctrica.
(Dr. J. Bellot).

Los tipos de contaminación que suelen acaparar más la atención del


público son la contaminación atmosférica, la acuática, la acústica y
las diversas formas de intoxicación por productos químicos, comida
inapropiada, productos de limpieza y similares. Sin embargo, hay una
forma de contaminación de la que casi nadie es consciente, a pesar
de que sus efectos son igual de graves o más que las formas antes
mencionadas: la contaminación electromagnética o electrosmog. Para
comprender la gravedad del problema, en este artículo
comenzaremos dando un repaso a la importancia de los campos
magnéticos y la bioelectricidad humana, y en la segunda parte nos
meteremos de lleno en los efectos perniciosos de los campos
electromagnéticos artificiales.

LA IMPORTANCIA DE LOS CAMPOS MAGNÉTICOS


NATURALES EN EL ORDEN CÓSMICO

Las fuerzas universales de atracción y repulsión entre dos polos son


las que mantienen la materia en orden, soldando las partículas
atómicas, moviendo los electrones, rigiendo las reacciones químicas y
cohesionando el sistema solar, las galaxias y toda estructura
material. Cuando el Big Bang dividió la unidad primigenia, surgieron
espontáneamente las dos fuerzas opuestas, como polo positivo y
negativo de un inmenso campo electromagnético. A partir de ahí, la
interacción entre esos dos polos moldeó al Universo tal y como lo
conocemos hoy.

Por tanto, los campos electromagnéticos son tan antiguos como el


mismo Cosmos y están relacionados con esta interacción entre dos
extremos energéticos. El mundo material perceptible por los cinco
sentidos convencionales se caracteriza por ser una encrucijada entre
estos dos mundos, uno "oscuro" y otro "luminoso". Las tradiciones
antiguas han identificado estos extremos de muchas maneras
distintas: los taoístas hablaban de Yin-Yang, los antiguos germanos
de hielo-fuego, los hindúes de Prakriti-Purusha, los cristianos de
infierno-cielo, los maniqueístas de oscuridad-luz, y otros han hecho
diversas contraposiciones igualmente válidas, como caos-orden,
dionisiaco-apolíneo o devenir-ser. En los seres vivos más
evolucionados, la polaridad esencial para la vida se manifiesta en la
relación sexual entre macho y hembra, mientras que en química y
alimentación, tenemos la contraposición alcalino-ácido. En el
microcosmos, la polaridad viene representada por electrones,
protones, iones y otras partículas, y hasta la informática se rige a día
de hoy por un sistema polar llamado "binario", que emplea el 0 (la
nada) y el 1 (el ser absoluto). Del mismo modo que una corriente
eléctrica necesita dos polos para fluir (gradiente de potencial),
también la vida y cualquier sistema precisa de dos extremos para
desarrollarse, bajo un equilibrio similar al de una balanza. Sin
tensión, no hay vida.

En lo que al espectro electromagnético se refiere, hablamos de una


dimensión "infrarroja" y una "ultravioleta". En el lugar donde se
cruzan y se mezclan estas dos dimensiones, surge la luz del espectro
visible, es decir, los siete colores del arco iris, donde el rojo es el más
"bajo" y oscuro, el violeta el más "elevado" y luminoso, y el verde
ocupando una posición intermedia. Los hindúes y budistas consideran
que la disposición de los plexos nerviosos humanos, llamados por
ellos chakras, refleja un orden de existencia piramidal, en el que el
primer chakra es la raíz en contacto con el mundo (infrarrojo) de la
Madre Tierra, y el séptimo el receptor del mundo (ultravioleta) del
cielo, el firmamento y el resto del Universo. Bajo este punto de vista,
el ser humano es literalmente un conductor entre ambos mundos, en
el que ambas fuerzas opuestas fluyen, se mezclan, coinciden y se
concilian, particularmente a la altura del corazón.
El espectro de luz visible es sólo una pequeña porción del espectro
electromagnético total, y se corresponde con la minúscula zona intermedia (el
frente de batalla, si se quiere), donde se cruza lo ultravioleta con lo infrarrojo.
El cuerpo humano, dispuesto verticalmente con sus siete principales plexos
nerviosos, aparece como conductor de fuerzas entre ambas dimensiones,
absorbiendo energías de la atmósfera a través de la respiración, la piel y los
ojos, y pasándola a la Tierra a través de los pies. El color verde, elemento
central de este espectro, se corresponde con la biosfera terrestre. Todo lo que
hay por debajo de él está relacionado con la Tierra, y lo que hay por encima,
con la atmósfera y el espacio.

Como todo el mundo sabe, nuestro planeta es un enorme imán, con


"positivo" en el polo norte magnético, y "negativo" en el polo sur
magnético. Esta polaridad se manifiesta, entre otras cosas, en la
tendencia de las brújulas a apuntar al Norte, así como en fenómenos
atmosféricos como las auroras. Los acontecimientos sísmicos y
climatológicos también están estrechamente relacionados con el
electromagnetismo, ya que el hierro del núcleo terrestre, así como el
magma, son materiales altamente conductores, y el viento solar
excita las partículas de la atmósfera volviéndolas reactivas y
poniéndolas en movimiento. Los polos han cambiado de lugar
innumerables veces a lo largo de la historia geológica de la Tierra. Se
cree que el último cambio de polos pudo haberse dado hace 12.500
años, y que la desglaciación fue un efecto derivado. Algunos
relacionan los cambios en el campo geomagnético con la aparición y
desaparición de ciertos homínidos.
Las auroras polares (boreal y austral) son el fenómeno atmosférico más
representativo de la condición magnética de la Tierra. Suceden cuando un
viento solar cargado eléctricamente es captado por la ionosfera y guiado hacia
los polos. Cuando las partículas del viento solar chocan contra los átomos y
moléculas del aire terrestre, los vuelven reactivos y se libera energía en forma
de luz. Las auroras presentan más actividad cuando las temperaturas son bajas,
por lo que durante la última edad de hielo debieron ser más intensas y
probablemente se dieron en latitudes más alejadas de los polos.

Pero la polaridad de la Tierra no sólo se manifiesta en la oposición


Norte-Sur. El suelo en sí es un polo negativo con respecto a la
atmósfera. Un informe de una empresa que fabricaba ionizadores
para la NASA escribía que

Se ha determinado con plena certeza que existe un campo eléctrico


entre la Tierra y la atmósfera. Este campo eléctrico natural es
normalmente positivo en relación con la Tierra, y su fuerza suele ser
del orden de varios centenares de voltios por metro.

Dice Daniel Reid, en "El tao de la salud, el sexo y la larga vida":

El gradiente de potencial es mayor en lugares como las montañas, las


playas, los parques y otros espacios abiertos, donde los iones
negativos fluyen libremente desde el polo Yang positivo de la
atmósfera al polo Yin negativo de la Tierra. Todos los organismos
vivos situados entre ambos polos actúan como conductores de esta
energía.

Victor F. Hess ganó el premio Nobel en 1912 por haber descubierto


que el origen de los rayos cósmicos, responsables de la ionización de
la atmósfera, no sólo estaba exclusivamente en el Sol, sino en toda la
galaxia, notablemente debido a las supernovas y el viento estelar o
galáctico. En 1980, la misión espacial MAGSAT confirmó que la Tierra
recibe influencias magnéticas del Sol y el resto del mundo sideral. El
biólogo ruso Aleksandr Petrovich Dubrov realizó 1228 experimentos
basándose en los efectos del magnetismo sobre seres humanos,
animales, aves, insectos y plantas. Vio claramente que existía una
correlación directa entre el bombardeo de rayos cósmicos
procedentes de protuberancias solares y los ataques al corazón,
accidentes industriales y de carretera, y episodios de esquizofrenia
aguda. Concluyó que toda la materia, incluyendo la no-orgánica, se
veía fuertemente influenciada por los rayos cósmicos, y que los seres
vivos se veían afectados de tal modo que hasta cambiaba la sustancia
reproductiva, el material hereditario y la estructura del ADN. En "The
Geomagnetic Field and Life: Geomagnetology" (1978), Dubrov
concluye que las fuerzas geomagnéticas y cósmicas son un
importantísimo factor evolutivo, y que las formas de vida se
encuentran sintonizadas con los ritmos magnéticos de la Tierra y el
firmamento. Dubrov propuso profundizar en una rama científica a la
que llamó "astrobiología" (no confundir con el mismo término
acuñado por la NASA, que se refiere al estudio de posible vida
extraterrestre). Dubrov tiene libros muy interesantes y sigue activo
en conferencias e investigaciones. Por su parte, el Dr. Robert O.
Becker (1923-2008, autor de "Electromagnetism and life", "Cross
currents" y "The body electric") comprobó que las tempestades
magnéticas coinciden siempre en un aumento en el ingreso de
pacientes en hospitales mentales, y en brotes psicóticos inexplicables
por parte de pacientes ya hospitalizados.

Actualmente conocemos bien el efecto que tienen los campos


magnéticos, no sólo sobre la Tierra (velocidad a la que gira, actividad
sísmica, gravedad, órbita, climatología, etc.) sino también sobre el
comportamiento y la salud del ser humano. Sabemos, por ejemplo,
que ciertos vientos (como el Levante en Cádiz) provocan estrés, que
algunos acontecimientos astrales (como eclipses) van seguidos de un
aumento de crímenes e ingresos en psiquiátricos, que el ciclo lunar
(además de regir las mareas) está relacionado con el ciclo
reproductivo de la mujer, o que cuando la Luna está llena, el vello
facial y corporal crece más de lo habitual. La influencia de los campos
magnéticos astrales, rige hasta cierto punto los biorritmos o biociclos
(como el de sueño-vigilia), la conducta y la orientación, ya que en
nuestros cuerpos hay electrones, iones y metales que son sensibles a
estas fuerzas.

Pero la influencia de los astros no se detiene aquí. Las tormentas


solares pueden causar interrupciones totales en todos los sistemas
terrestres que empleen un campo electromagnético. Así sucedió en
1859 y en 1921, años en los que se registraron graves apagones e
interrupciones de la telegrafía (la tormenta magnética de 1859 atacó
los cables telegráficos con tal fuerza que prendió fuego al papel
telegráfico y electrocutó trabajadores). Actualmente, en un mundo
mucho más dependiente de la tecnología, los efectos de una
tormenta solar fuerte serían bastante más dramáticos. El apagón de
Quebec de 1989, causado por una tormenta solar, dejó a seis
millones de personas sin electricidad.

La magnetosfera terrestre, causada por el hierro del núcleo, ayuda a


amortiguar, en conjunción con la atmósfera, los efectos del constante
bombardeo cósmico, "seleccionando" los rayos y logrando unas condiciones
idóneas para la vida. Es un hecho bien conocido que las tormentas, erupciones,
vientos y manchas solares tienen un fuerte efecto en el campo magnético de la
Tierra (llegando a causar tormentas magnéticas, apagones eléctricos,
interrupción de telecomunicaciones, etc.) y en el comportamiento humano. Sin
embargo, el Sol y la Tierra no son los únicos cuerpos astrales a cuya influencia
está sujeto el ser humano. La Luna, Marte, Venus, todos los cuerpos del
sistema solar, los cometas y las estrellas del espacio exterior, tienen también,
en mayor o menor medida, efectos electromagnéticos sobre nuestro planeta y
sobre nosotros mismos.

Nuestros antepasados fueron plenamente conscientes de todos estos


asuntos ya durante el Paleolítico, y de la necesidad de interpretarlos y
explicarlos, nacieron la astrología y la astronomía. Los hombres y
mujeres antiguos sabían que los primeros días y meses de un niño lo
marcan para el resto de su vida, y que no sería igual un niño que
había nacido bajo la influencia de Marte, con luna llena, en plena
primavera y con la nieve derritiéndose, que un niño nacido bajo la
influencia de Venus, con luna nueva y en otra época del año
abundante en nevadas ―por mucho que ambos niños compartiesen la
misma carga genética. Éste es el significado originario del zodiaco, así
como de la simbología astral presente en la alquimia, que con el paso
del tiempo y el desarrollo de la civilización humana, se han ido
distorsionando hasta convertirse en caricaturas sensacionalistas de lo
que antaño fueron.

De ese reconocimiento instintivo de la influencia astral proceden las


tradiciones rituales, con sus calendarios, fiestas, acontecimientos
programados y la división del firmamento en doce "parcelas": los
signos del zodiaco. La mejor época para casarse, para librar una
guerra o un torneo, para promulgar una ley, para construir un
templo, para cortar madera, para concebir un hijo, para cazar, para
sembrar, para cosechar y un larguísimo etc., venía determinada por
la configuración astral y la influencia de la Tierra. Los chinos elevaron
esto a la categoría de ciencia con el Feng-Shui. Puede decirse que el
baile de los astros en el firmamento y el estado de la Tierra regían el
"tempo" de las sociedades tradicionales. Para corroborarlo, los dioses
y los planetas compartían nombres en Roma, y a día de hoy
seguimos llamando a los días de la semana por el nombre de los
antiguos dioses paganos.
Planetas con nombres de dioses, o dioses con nombres de planetas. La Tierra
no es el único cuerpo del Sistema Solar que tiene auroras boreales. Los
gigantes gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno) tienen campos
magnéticos muchísimo más poderosos que el terrestre, enormes cinturones de
energía y atmósferas gaseosas altamente reactivas, a menudo plagadas de
vientos y tormentas (como el famoso "ojo de Júpiter"). Mercurio también tiene
campo magnético, y en Marte se han observado asimismo auroras. Arriba,
aurora boreal de Júpiter. El telescopio Chandra captó los rayos X y los coloreó
de magenta, y el Hubble captó los ultravioleta, coloreándolos de azul. Centro,
aurora austral en el polo sur magnético de Saturno, fotografiada por el Hubble
el 28 de Enero de 2004. Abajo, aurora magnética en Urano, captada por el
NICMOS (astronomía infrarroja) desde el Hubble, en 1998.

POR QUÉ EL SOL ES LA VIDA

Los chinos denominan Yang a la energía positiva y atribuyen


su origen al Sol y las estrellas, la energía negativa la
denominan Yin, y atribuyen su origen a la Tierra.
(Soulié de Morant, cónsul francés en Shanghai, 1919).

El Sol manda a nuestra atmósfera radiaciones ultravioleta y vientos


solares consistentes en partículas cargadas eléctricamente (protones,
electrones, helio y otros iones), que alcanzan velocidades de 400 a
500 km por segundo. La interacción del hombre con el Sol procede de
los albores de nuestra especie y ha modelado enormemente nuestra
evolución. Hay una relación comprobada científicamente entre la luz
solar que penetra por el nervio óptico y las secreciones químicas del
cerebro. Los factores clave en este proceso son los rayos ultravioleta
A (UVA) y la retina, cuyas células epiteliales se vuelven altamente
neuroactivas en presencia de los ultravioleta, transmitiendo las
radiaciones a través del nervio óptico como un poderoso impulso
nervioso directamente a las glándulas pituitaria y pineal, que a su vez
segregan una serie de sustancias químicas. A esto se le llama
"sistema oculoendocrino" y ha dado lugar a una rama científica
llamada fotobiología.

De esto se desprende que la cantidad y la calidad de la luz que llega a


los ojos y a la piel es tan importante como las características del aire
que se respira, el agua que se bebe, los alimentos que se comen y las
sustancias químicas a las que estamos expuestos. Del mismo modo
que el hombre no puede esperar mantener una salud excelente
comiendo comida desnaturalizada y despojada de sus nutrientes, ni
respirando aire contaminado, tampoco puede sostenerse a base de
luz desprovista de sus "nutrientes" ultravioleta.
Es difícil encontrar una tradición ancestral que no rinda culto de alguna forma al
Sol como fuente de vida, salud y energía. Los rituales de muerte y resurrección
del Sol Invicto han pasado a prácticamente todas las religiones y han marcado
el imaginario colectivo de civilizaciones enteras. Ahora sabemos que las
radiaciones y el viento solares, literalmente rigen la mayor parte de fenómenos
de nuestro planeta, desde terremotos y la climatología, hasta el
comportamiento y las mutaciones genéticas y la aparición de nuevas razas,
especies y formas de vida.

En tiempos paleolíticos, las razas humanas nórdicas tuvieron menor


exposición al Sol debido a su necesidad de abrigarse por el frío, de
modo que lo compensaron reduciendo drásticamente la pigmentación
de su piel y de sus ojos para permitir la entrada de los beneficiosos
rayos cósmicos a su cuerpo y a su cerebro. Gracias a esto y a su
alimentación rica en grasas animales saturadas, nuestros
antepasados no sólo pudieron seguir sintetizando con éxito la
vitamina D necesaria para sobrevivir a los rigores del último máximo
glacial, sino también para construir los cuerpos más grandes y los
esqueletos más sólidos (Neandertal y Cromagnon) de todo el registro
fósil humano.

Cuando, como resultado de cambios en la actividad solar, advino el


cambio climático hace unos 12.000 años, hubo enormes trastornos
metabólicos en el cuerpo humano, no sólo debido al calor, sino
también a la agricultura, que tuvo un impacto catastrófico en los
hábitos alimenticios humanos. La síntesis de vitamina D cayó en
picado debido a la sustitución de las grasas saturadas animales por
hidratos de carbono complejos, y esta deficiencia de vitamina D no se
compensó aumentando la exposición del cuerpo al Sol. Comenzó la
degeneración, lenta pero inexorable, de la calidad biológica humana
en las sociedades civilizadas.

Con el auge de la civilización industrial, el problema del contacto con


la luz del Sol se agravó. La densa capa de contaminación que ahora
rodea el planeta ha reducido la intensidad solar, tendiendo a eliminar
concretamente la banda ultravioleta del espectro. En el observatorio
de Mount Wilson (California) los astrónomos han constatado una
reducción del 10% en la intensidad media de la luz a lo largo de la
segunda mitad del Siglo XX, y una espectacular reducción del 26% (!)
en la llegada de radiaciones ultravioleta. Sin embargo, así como ha
disminuido la cantidad de rayos UVA debido a la capa de porquería
atmosférica, el deterioro de la capa de ozono ha aumentado la
cantidad de rayos UVB, dañinos para la vida. Este trastorno en la
composición de las radiaciones solares ha tenido consecuencias
inmediatas sobre la biosfera, por ejemplo en la agricultura,
reduciendo las cosechas y la resistencia de las plantas a las plagas,
hasta el punto de que muchos agricultores llegan a cubrir el suelo de
sus cultivos con papel de aluminio, a fin de incrementar la radiación.
Sin embargo, si la decadencia de la luz solar ha producido estos
efectos en la agricultura, deberíamos preguntarnos seriamente qué
efectos estará ejerciendo sobre el sistema oculoendocrino humano, y
qué se puede hacer para luchar contra ellos.

Desgraciadamente, el problema de la deficiencia de rayos ultravioleta


no se limita a la contaminación atmosférica ni a la manía de abrigarse
demasiado debido a hábitos sedentarios, mala alimentación y un
metabolismo deprimido. Las ventanas de vidrio, los parabrisas de
automóvil, las gafas (transparentes u oscuras) y las lentillas de
contacto, eliminan buena parte de la porción ultravioleta del espectro
solar. Del mismo modo, la iluminación artificial que utilizamos en
nuestros hogares, lugares de trabajo, hospitales, centros educativos,
etc., carece totalmente de la banda ultravioleta. La gente suele pasar
la mayor parte de su tiempo bajo techo, entre cristales y paredes, y
cuando salen a la calle a menudo es con gafas de sol. El ocio ha
dejado de consistir en actividades deportivas o salidas al campo, y se
ha sustituido por las compras, la televisión, los videojuegos y las
reuniones en lugares cerrados y aislados de la atmósfera y la Tierra.
El sistema de vida actual nos está sometiendo, por tanto, a un
régimen de exposición de luz totalmente alejado de lo que nuestro
cuerpo realmente necesita para estar sano.
Imagen del Sol en espectro ultravioleta.

Los soviéticos estaban muy adelantados en el estudio de la


fotobiología y la helioterapia (utilización del Sol con fines curativos,
actualmente existen prácticas similares como el sungazing o el yoga
solar). En 1967, en una reunión del Comité Internacional de
Iluminación en Washington, tres científicos rusos presentaron el
resultado de sus investigaciones:

Si la piel humana no permanece expuesta a las radiaciones solares


(directas o dispersas) durante largos períodos de tiempo, se
presentan alteraciones en el equilibrio fisiológico del organismo
humano. Los resultados son perturbaciones funcionales del sistema
nervioso y deficiencia de vitamina D, con un debilitamiento de las
defensas del cuerpo y una agravación de las enfermedades crónicas.

Por su parte, el Dr. Michael Gitlin (Institudo Neuropsiquiátrico de la


Universidad de California), comprobó que cuando faltaba la luz solar,
el cerebro comenzaba a segregar melatonina, una hormona que en
condiciones normales sólo se reserva para las horas de poca luz, y
que produce somnolencia, letargo, apatía y depresión ("tristeza
invernal"). El 70% de sus pacientes respondió positivamente a un
tratamiento a base de luz artificial de espectro completo (incluyendo
ultravioleta). Con luz solar los resultados habrían sido, a no dudarlo,
incluso mejores. También se experimentó en algunos institutos: la
instalación de luces de espectro completo brindaba resultados
inmediatos, como el descenso de los dolores de cabeza, mareos,
fatiga, irritabilidad, depresión e incluso la mejora de los resultados
académicos.

Imágenes del Sol capturadas en distintas longitudes de onda. Desde arriba a la


izquierda y en el sentido de las agujas del reloj: radio, microondas (el punto
negro es Venus), rayos X e infrarrojos. El Sol manda radiaciones de todo el
espectro electromagnético. Del mismo modo que el útero de la mujer ejerce
una labor seleccionadora sobre el semen del hombre, también la magnetosfera
y la atmósfera terrestres "filtran" la luz y el viento solar de sus elementos
perniciosos para la vida (rayos gamma, rayos X, rayos ultravioleta C y B,
microondas).

EL CAMPO ELECTROMAGNÉTICO DE LOS SERES VIVOS

Dado que nuestros cuerpos están hechos de material


conductor y estamos dentro del campo magnético de la Tierra,
es lógico suponer que nuestros cuerpos son como imanes. Un
imán tiene dos polos que deben estar ubicados en la línea
central del imán, de lo que se puede deducir fácilmente que
los polos de nuestro cuerpo han de estar en algún lugar de la
cabeza y en la base del abdomen.
(Dr. Yang Jwing-Min, "The root of chinese Chi-Kung").

La ciencia no ha hecho más que confirmar aquello que las tradiciones


más avanzadas han sabido desde siempre: que en los seres vivos hay
una fuerza vital invisible que se manifiesta en todo un sistema
bioelectromagnético. Los chinos llamaron Qi o Chi a esta fuerza, los
japoneses Ki, los koreanos Gi, los egipcios Ka, los hindúes Prana, los
polinesios Maná, Aristóteles "éter", los maniqueos "luz" y los
cabalistas judíos "luz astral". Los pitagóricos griegos ya hablaron de
una energía que todo lo impregna, los hipnotistas Van Helmont y
Franz Anton Mesmer reconocieron el "magnetismo animal", el Dr.
Reichenbach habló de "fuerza ódica", Wilhelm Reich del "orgón", Von
Liebenfels del "elektron de los dioses", los nazis del "vril" y los
científicos soviéticos de la "energía bioplásmica". La lista se dilata,
evidenciando que la bioenergía (como soy partidario de llamarla) se
trata de una noción universal perfectamente explicable por la ciencia,
no un delirio de cuatro místicos aislados. En India y en China, el arte
de absorber energía de la atmósfera mediante ejercicios
respiratorios (Pranayamay Chi-Kung) es considerado una ciencia, en
cambio actualmente en Occidente no existe ninguna disciplina
comparable.

Igual que el planeta, el cuerpo humano posee un campo


electromagnético y precisa por tanto de dos polos magnéticos para
tener equilibrio. Nuestro polo positivo se encuentra en el centro del
cerebro, a la altura del entrecejo (plexo cavernoso), y nuestro polo
negativo, en el centro del bajo vientre (plexo prostático o uterino),
coincidiendo con el centro de gravedad de nuestro cuerpo. Ambos
"polos" coinciden con zonas anatómicas de estructura laberíntica y un
enorme gasto metabólico. De hecho, en el artículo sobre la revolución
carnívora ya hemos visto cómo el cerebro sólo pudo crecer y
desarrollarse cuando rebajamos el gasto metabólico del sistema
digestivo gracias a la consumición de carne cocinada. Ambos
sistemas, por tanto, forman parte de una balanza metabólica y
magnética, y determinan el equilibrio de nuestra salud.
El campo electromagnético humano como una batería con sus dos polos. La
antropología evolutiva demuestra que, en el cuerpo humano, el desarrollo del
"laberinto superior" (el cerebro) se llevó al cabo reduciendo el gasto metabólico
y simplificando la estructura del "laberinto inferior" (los intestinos) gracias a la
revolución carnívora y otros efectos evolutivos del frío.

El campo electromagnético más fuerte del cuerpo humano es el


corazón, órgano al que en diversas tradiciones se le ha concedido una
importancia enorme como centro del ser del individuo. Se ha
determinado que el corazón emite un campo que es 100 veces más
poderoso en lo eléctrico y 5.000 veces más poderoso en lo
magnético, que el campo electromagnético del cerebro. Este campo
cardíaco está en continua interacción con el cerebro y se acopla a
(además de influir en) los diversos biorritmos, latidos, estados de
ánimo, etc., tanto nuestros como de las personas que nos rodean.
Campo electromagnético del corazón. El corazón viene a ser el intermediario
que concilia los poderes del cerebro y los del vientre.

Muchos animales hacen extenso uso del magnetismo y/o de la


electricidad. Por ejemplo, las palomas mensajeras se orientan
sintonizando los cristales de magnetita de su corteza cerebral con el
campo magnético de la Tierra. Gracias a esto, son capaces de
encontrar su camino a través de la niebla o en noches oscuras, sin
absolutamente ningún punto de referencia visual. Sin embargo,
cuando se les atan a la cabeza pequeñas barras de imán, pierden su
capacidad magnética, y su sentido de la orientación queda anulado.
También se han encontrado diminutas partículas
superparamagnéticas en las vellosidades del abdomen de las abejas,
y que se cree son responsables de su capacidad para encontrar sus
fuentes de alimentación incluso en días de densa niebla. Los
tiburones, rayas y otros animales marinos, poseen las llamadas
ampollas de Lorenzini, órganos sensoriales con los que se detectan
campos magnéticos. De hecho, los buzos y surfistas a menudo
utilizan dispositivos electromagnéticos para aturdir estos órganos y
prevenir ataques violentos. Las anguilas eléctricas, capaces de
producir descargas de hasta 600 voltios, son otro buen ejemplo de
bioelectricidad. Es conocida la susceptibilidad de los animales en
general, que a menudo se adelantan instintivamente a ciertas
catástrofes naturales como los terremotos, las inundaciones o las
erupciones volcánicas, relacionadas con la actividad del subsuelo
―que a su vez se halla influido por los metales del núcleo terrestre,
el magma, la magnetosfera y la actividad solar. Los bebés, que nacen
en gran medida intactos de los estragos causados por la vida
civilizada y que tienen un cráneo más delgado, así como muchos
niños, suelen mantener también una alta sensibilidad magnética. Esto
dura generalmente hasta que los huesos se fortalecen, las suturas
craneales se sueldan, el sistema endocrino va cambiando y la vida
moderna va erosionando el organismo a todos los niveles.

Hoy sabemos que el ser humano tiene un órgano bioelectromagnético


sensorial comparable, que se relaciona con dos importantes glándulas
del centro del cerebro (la pituitaria y la pineal) y que, antes del
advenimiento de la sociedad tecnologizada, los humanos tuvimos,
seguramente más que los animales, ciertas facultades relacionadas
con esto. El británico Dr. Richard Baker descubrió (y ver aquí) que
existe una masa de cristales de magnetita ligeramente por encima y
por debajo del pasaje nasal, justo delante de la glándula pituitaria.
Esto fue definitivamente corroborado en 1992 por Joe L. Kirschvink,
en su estudio "Magnetite biomineralization in the human brain". Sin
embargo, este hecho ya era conocido en la práctica desde hacía
mucho tiempo. En Oriente, donde han florecido las tradiciones
(hinduísmo, taoísmo, budismo, etc.) que mejor conocen el cuerpo
humano, esta zona era llamada "campo del elixir superior", "ojo
celestial", "saber" (ajña), "perla de la sabiduría", urna, "ojo de
Shiva", "ojo de fuego de la percepción trascendental", "punto
brillante", y otros muchos sobrenombres de connotaciones
claramente metafísicas. Se consideraba que aquí residía un centro
energético importante que, al ser activado, brindaba al adepto
percepciones más allá de los cinco sentidos convencionales. Por su
parte, los hipnotistas han intuido desde su origen que por encima de
la nariz hay un poderoso campo magnético, y siempre han dirigido
hacia él su atención y concentración.

La glándula pineal produce neurohormonas como la melatonina y la


serotonina, dos sustancias que rigen prácticamente nuestro estado de
ánimo influyendo sobre nuestras funciones vitales (apetito, sueño-
vigilia, libido, etc.). Se sabe que la pineal es altamente sensible hasta
a las más leves oscilaciones del campo magnético de la Tierra, y que
éstas influyen en sus secreciones. Por tanto, no hay ningún motivo
para no pensar que es igualmente sensible a los campos
electromagnéticos astrales y a los nuevos campos artificiales
―muchos de los cuales son infinitamente más potentes que los
naturales.

Las corrientes directas que circulan por el cerebro humano y el


sistema nervioso gracias a la actividad cerebral, también causan un
campo magnético: se trata del aura representada en torno a las
cabezas de los santos, dioses y ángeles, tanto en Occidente como en
Oriente. Existen seres particularmente perceptivos (como los niños,
muchos animales, y personas que han cultivado esta facultad o que la
han conservado) a los campos magnéticos; algunos todavía llegan a
verlos a simple vista.
Como la Tierra, el cuerpo humano está surcado por infinidad de
canales de energía que no necesariamente coinciden con los nervios
ni con los vasos sanguíneos. Las corrientes eléctricas naturales del
cuerpo están tan reconocidas que se emplean en
electrocardiogramas, encefalogramas, detectores de mentiras que
miden el potencial eléctrico de la piel, etc., y se sabe que un shock
eléctrico aplicado a tiempo puede solucionar una parada cardiaca.
También sabemos (Dr. Dimier y Dr. E. Biancini) que en personas de
buena salud, la carga eléctrica ronda un promedio de 8
microamperios, y en personas fatigadas, 1 ó 2, mientras que por el
contrario, las personas sobreexcitadas o hiperactivas se encuentran
en un estado de "cortocircuito", a 15 microamperios. Todo el sistema
nervioso viene a ser un árbol bioeléctrico que rige nuestro organismo
desde su "cuartel general" cerebral. La acupuntura china conoce al
dedillo estos canales (a los que llama "meridianos"), buena parte de
los cuales termina en las plantas de los pies y en las palmas de las
manos, y ha fusionado este conocimiento con la ciencia occidental
para producir la electroacupuntura, un eficaz método de terapia de
lesiones y otros males. El Hospital General de Veteranos de Taipei
(Taiwán) ha llevado al cabo con mucho éxito
diagnósticos precoces (antes de la manifestación sintomática) de
enfermedades con hasta un 80% de éxito, sin emplear ninguno de los
métodos (análisis de sangre, rayos X, estetoscopios, etc.) asociados a
la medicina moderna occidental, totalmente basada en una
perspectiva química y mecanicista (por no mencionar económica) del
hombre, e ignorante en cambio de la física del cuerpo, o biofísica. En
Korea del Sur, China, Taiwán y Japón, los métodos que aunan lo
tradicional y lo moderno, están a la orden del día, y sus especialistas
tienen gran éxito cuando se mudan a Occidente.

Si el cuerpo humano es como un circuito surcado por corrientes


eléctricas, ¿dónde y cómo se almacena la energía absorbida de la
atmósfera a través de la respiración, los ojos y la piel? Como en una
batería, la bioenergía se guarda en los electrolitos de los fluidos
vitales, asociados al bajo vientre, nuestro "polo sur" negativo. Los
electrolitos (conductores eléctricos en los que la corriente se
transmite por iones en lugar de por electrones), se almacenan en
estos fluidos hasta que son liberados en forma de impulsos nerviosos,
a instancias del cerebro. Esto explica la importancia que dan las
religiones orientales al cultivo y conservación de "esencias" del
organismo, especialmente del semen.

La serpiente del cielo. El relámpago es la manifestación más obvia y puntual de


la interacción electromagnética natural entre la Tierra y el cielo. También se da
cuando las erupciones volcánicas o los incendios forestales lanzan grandes
cantidades de partículas ionizadas al aire. Los pueblos indoeuropeos lo
relacionaban con dioses masculinos de la atmósfera, como Thor, Zeus, Júpiter,
Perun o Indra. Algunos consideran que las primeras formas de vida surgieron
cuando cayeron rayos sobre el mar, ionizando el agua, transmitiéndole energía
y separando lo ácido de lo alcalino.

Las investigaciones de von Reichenbach y Wilhelm


Reich

A mediados del Siglo XIX, el barón alemán Dr. Karl Ludwig von
Reichenbach dedicó tres décadas a la investigación de campos
magnéticos. Von Reichenbach, un verdadero superdotado y genio de
su tiempo, respetado químico, geólogo, metalurgo, naturalista,
filósofo y miembro de la Academia Prusiana de Ciencias, había
descubierto varios productos químicos derivados del alquitrán y
económicamente importantes, contribuyendo enormemente a la
industria química de su país, que tanto influyó en el impresionante
boom alemán. Sin embargo, sus aportes más notables iban a venir
por su interés en profundizar en una teoría de Galileo, según la cual
la Tierra estaba magnéticamente conectada a una fuerza central
universal en el espacio exterior. Reichenbach, metalurgo
experimentado, consideraba que esto se debía al hierro del núcleo
terrestre.

En 1839, se retiró del mundo industrial y comenzó una investigación


de las patologías del sistema nervioso humano, concluyendo que
estaban en buena medida influenciadas por la Luna. Influenciado por
la obra de Mesmer, postuló que el sistema nervioso humano era
susceptible a los entornos magnéticos, pero sus investigaciones
acabaron llevándole mucho más lejos. En todo imán detectó, tras
pasar tiempo a oscuras para sensibilizar los ojos, un brillo rojo en su
polo sur o negativo, y un brillo azul en su polo norte o positivo, y
acabó dando con la existencia de una fuerza universal que fluía entre
estos dos polos, que impregnaba a todo ser vivo y que se
manifestaba como una combinación de electricidad, magnetismo,
calor y finalmente luz. A esta energía la llamó "fuerza ódica"
u Od (curiosamente, ése es el nombre que daban los antiguos
escandinavos a la energía que inspiraba a los bersekers o guerreros
poseídos). Von Reichenbach expuso con detalle su teoría en un largo
artículo titulado "Investigaciones sobre magnetismo, electricidad,
calor y luz en relación a las fuerzas vitales", que apareció en un
número especial de un prestigioso jornal científico, "Annalen der
Chemie und Physik". Entre otras cosas, dijo que el Od tenía un flujo
negativo y positivo, un lado oscuro y otro luminoso, y que los
individuos podían emanarlo voluntariamente de las manos, la boca y
la frente.
Barón Dr. Karl Ludwig von Reichenbach (1788-1869).

Otro caso que confirmó la misma idea, vendría al siglo siguiente, de


la mano de un judío austriaco (aunque no fue educado en el judaísmo
y él mismo no se consideraba judío), el Dr. Wilhelm Reich. Como
Freud y Karl G. Jung en un comienzo, Reich perteneció al círculo de
psicoanálisis freudiano de Vienna. Acabaría rompiendo con el círculo,
pero nunca llegaría a desprenderse de su obsesión freudiana con la
sexualidad como causa subyacente de todos los trastornos
psicológicos. Tras haber coqueteado con el marxismo, y tras ser
rechazado por los freudianos, sería rechazado también por los nazis.
Las extravagantes teorías de Reich (quien en su afán de "disparar la
energía sexual" consideraba que todo el mundo estaba "sexualmente
reprimido" y propugnaba cosas como la sexualidad adolescente, la
extensión de los anticonceptivos, la emancipación de la mujer y el
aborto) no cuajaron en la sociedad nazi, que defendía la familia a
ultranza y que atacó su artículo "La lucha sexual de la juventud". En
Oslo también sería rechazado, y en EEUU fue condenado a dos años
de prisión. Varias toneladas de sus publicaciones fueron quemadas a
instancias de la FDA (Food and Drug Administration, poderoso
organismo que domina la industria alimentaria y sanitaria) en 1956,
en un inaudito acto de censura, quizás el más notable de toda la
historia americana.

Reich declaraba haber descubierto el "orgón", una fuerza que él


describía como omnipresente, azul, y responsable del clima, la
gravedad, la formación de las galaxias y la expresión biológica de las
emociones y la sexualidad, especialmente durante el orgasmo. Según
su teoría, expuesta en "La biopatía del cáncer", el cuerpo humano
recibía el orgón del Sol y la atmósfera. Su invención de acumuladores
de orgón atmosférico en 1940 y sus declaraciones de poder curar el
cáncer con ellos, supuestamente fueron la causa de que la industria
sanitaria americana le censurase. Reich moriría en la cárcel en 1957,
unos días antes de pedir libertad condicional.

El efecto Kirlian

La cámara Kirlian toma su nombre de un matrimonio ruso, Semyon


Davidovich Kirlian y su mujer Valentina, que la inventaron
accidentalmente en 1939, mientras experimentaban en el laboratorio
del Hospital de Alma-Ata (Kazajstán) con campos electromagnéticos
de alto voltaje. De forma parecida al Dr. William Kilner en 1911,
descubrieron que aplicando un campo electromagnético entre el
objeto a fotografiar y el papel fotosensible, quedaba plasmada una
especie de aureola de energía. El régimen soviético (que a pesar de
su materialismo cientifista siempre concedió importancia a los
asuntos "paranormales", las medicinas tradicionales y la curación de
enfermedades por ayunos y dietas) se interesó por este
descubrimiento y financió las investigaciones del matrimonio.

Durante los años 60, junto con el Dr. Inyushin (Universidad de


Kazajstán) y el Dr. Grishchenko (Universidad de Moscú), el
matrimonio Kirlian ayudó a dar forma a la teoría de una sustancia
biológica sutil a la que los soviéticos llamaron en 1967 "energía
bioplásmica", bioplasmática, plasma biológico o plasma cósmico.
Llegaron a la conclusión de que este "halo" de energía era una
especie de flujo movedizo y radiante compuesto de electrones,
protones e iones libres, y que podía considerarse un "quinto estado
de la materia" (por encima de sólido, líquido, gas y plasma), dentro
del cual el equilibrio entre partículas de carga positiva y negativa es
relativamente estable. Cuando el equilibrio se trastorna, aparecen las
enfermedades tanto psicológicas como físicas.
La efluviografía Kirlian no es una patraña pseudocientífica ni un fenómeno
paranormal, sino un sistema electrográfico probadamente real, capaz de
plasmar lo que se conoce en física como efecto corona (también llamado
descarga de corona) de objetos tanto vivos como inanimados. Arriba, la
contraposición entre el "aura" de un champiñón cultivado por métodos
orgánicos y uno cultivado por métodos comerciales de producción en masa. Las
raíces son visibles aunque se hayan arrancado, lo mismo pasa en el caso de
miembros humanos mutilados: el aura de la pierna, el dedo o la mano,
permanece tras su amputación. Las investigaciones están actualmente a cargo
del Dr. Konstantin Korotkov, de la Universidad de San Petersburgo.

Que el método Kirlian "funciona" es algo aceptado. Donde sí hay


polémica es en la naturaleza del campo energético fotografiado, así
como en las diversas aplicaciones que esta fotografía podría tener.
Sus partidarios afirman que se puede utilizar para conocer el estado
de ánimo de una persona, para diagnosticar y hasta anticipar
enfermedades, para saber si se miente, etc. Los certeros juicios de
las personas con sensibilidad "psíquica" supuestamente vendrían
dados por su capacidad para ver el aura humana, y por tanto para
comprender directamente la esencia de un individuo, ya que hasta
ahora es fácil actuar, fingir y mentir, pero nuestro campo
electromagnético es infalsificable.

Actualmente las investigaciones al respecto están a cargo del físico


Dr. Konstantin G. Korotkov, de la Universidad de San Petersburgo.
Korotkov posee las patentes de 12 invenciones del campo de la
biofísica, ha publicado más de 70 estudios en publicaciones científicas
importantes, sus conferencias lo han llevado a 24 países y además es
un avezado montañero con dos décadas de experiencia. Korotkov ha
perfeccionado la técnica Kirlian con un invento suyo, el GDV (Gas
Discharge Visualizations), otra cámara de bioelectrografía con la que
se puede analizar y monitorizar muy pormenorizadamente los campos
electromagnéticos vivos para conocer la salud de órganos, las
características psicológicas de un individuo, el estado anímico y otros
factores. En la Federación Rusa esta técnica está totalmente aceptada
por el Ministerio de Salud, y el GDV catalogado como instrumento
médico. En el mundo más occidental, en cambio, la sanidad está en
manos de poderosas megacorporaciones privadas para las cuales las
enfermedades son un enorme negocio, con lo cual una población
totalmente sana sería la ruina para ellos. Aunque se dan conferencias
y se empieza tímidamente a introducir esta nueva rama científica, el
progreso en Occidente es más lento, y seguirá siéndolo hasta que el
obsoleto sistema económico cleptocrático, usurero y supra-estatal sea
cambiado.

El Neandertal y el campo magnético de la Tierra


El geofísico Jean Pierre Valet habla sobre la posible relación entre la
desaparición del Neandertal con un fenómeno que afecta al campo
magnético de la Tierra:

Hemos propuesto muchos escenarios para explicar la desaparición de


los neandertales y ninguno de ellos es muy convincente actualmente.
Hay una cosa que nadie ha notado y es que en el momento de la
desaparición del hombre de neandertal que se produjo más o menos
entre 40 mil o 35 mil años antes de nuestra era, el campo magnético
de la tierra ha tenido una característica muy peculiar, su intensidad
era muy débil y su dirección ha evolucionado considerablemente. Voy
a explicar un poco de qué se trata. Cuando se coge una brújula
actualmente, ésta va a apuntar hacia el polo norte magnético, que
está muy cerca del polo norte geográfico, pero hace 40 mil años el
polo norte magnético se encontraba cerca del polo sur geográfico. Se
produjo lo que llamamos una inversión. Es probablemente lo que
ocurrió durante el "evento Laschamp", que es cuando hace 35 mil
años el campo magnético se hizo muy débil y dio lugar a una
inversión.

Son fenómenos que ocurren con frecuencia a lo largo de la historia de


la Tierra, la última inversión se produjo hace 780.000 años pero
también hay eventos mucho más rápidos durante los cuales el campo
se desestabiliza durante un corto periodo para después volver a la
polaridad inicial. Esto es justo lo que sucedió hace 40 mil años.
Durante este periodo el campo se debilitó y permitió la entrada de
radiación cósmica ya que la protección magnética del planeta estaba
alterada. Debido a esto, muchas partículas provenientes del espacio
van a alcanzar las capas bajas de la atmósfera y desencadenar una
avalancha de reacciones químicas muy concentradas que van a
atacar la capa de ozono destruyéndola parcialmente, en especial en la
zona cercana a los polos. Ahora tenemos únicamente dos polos
magnéticos pero durante el evento Laschamp sabemos que pudo
tener muchos más. Debido a esta multipolaridad los ataques a la
capa de ozono fueron más significativos.

La capa de ozono nos protege de los rayos ultravioletas,


especialmente de los B (UV-B), que son los que dañan la piel, y
cuando la capa de ozono es afectada penetran más rayos
ultravioletas. Actualmente observamos esto en el sur de Chile. En la
ciudad de Punta Arenas, donde se han hecho numerosos
experimentos, vimos que se ha producido un aumento alarmante del
cáncer de piel y del número de melanomas malignos.

El hombre de neandertal tenía una morfología que no era tan alejada


de la nuestra y contrariamente a lo que pensamos durante tiempo no
estaba cubierto de pelos. Hemos demostrado mediante análisis
genéticos que los individuos eran de piel clara y potencialmente con
ojos azules o claros. El neandertal era un cazador y necesitaba
facultades visuales muy importantes como para apuntar mejor a sus
presas y cazar correctamente.

Sabemos que en Europa hubo un agujero en la capa de ozono entre


los años 35 mil y 40 mil gracias a los datos obtenidos de cálculos y
análisis sobre rocas de la zona, en particular las rocas volcánicas en
las que se acumulan diminutas partículas magnéticas después de que
la lava se enfriase sobre ellas.

No sabemos si en otros lugares hubo más extinciones, hemos


calculado que como quiera que sea el campo magnético, bipolar o
multipolar, la disminución de la capa de ozono será en latitudes
elevadas, entre 45 y 90 grados norte o sur.

El hombre de neandertal empezó a desaparecer hace unos 40 mil


años, su población disminuyó y suponemos que hubo
reagrupamientos en el sur de España, en los alrededores de Gibraltar
y habrían desaparecido hace 32 mil años. Suponemos que la
desaparición se hizo en dos etapas, primero en Europa occidental y
finalmente los últimos en Gibraltar. El campo magnético tuvo esas
características especiales durante todos esos años.

Pensamos que el hombre moderno cohabitó con el Neandertal en las


mismas áreas geográficas que éste, pero fue más resistente al campo
magnético y no toda la población fue afectada.

No hemos podido encontrar una correlación directa entre la


desaparición de los insectos y la inversión del campo magnético.
Dicho esto, hay extinciones masivas que se producen en fechas
cercanas, la duda sigue en curso y muchos investigadores estudian
sobre este problema.

En cuanto a los homínidos, se encontraban principalmente en África,


en una latitud demasiado baja y los grandes monos no fueron
afectados ya que estaban recubiertos de pelo.

********

En la segunda parte de este artículo veremos el ascenso de la


contaminación electromagnética y cómo afecta a la salud humana y
al equilibrio del planeta.

El rayo de Dios y el rayo del Diablo (II de II)


―electrosmog, o el nacimiento de la
contaminación electromagnética

Por primera vez en nuestra historia evolutiva, hemos


generado un entorno completamente secundario, virtual,
densamente complejo ―una sopa electromagnética― que
esencialmente se superpone al sistema nervioso humano.
(Dr. Michael Persinger, neurocientífico en la Laurentian University que
ha estudiado los efectos de los campos electromagnéticos en células
cancerosas).

Tras ver en la primera parte de este artículo cómo el sistema


bioeléctrico humano necesita de las influencias de la Tierra y de la
atmósfera para estar sano, en esta segunda parte vamos a ver un
ejemplo perfecto de los horrores que se desatan cuando el hombre
deja de ser el centro del mundo y de su propia obra, abriendo la caja
de Pandora y confiriéndole el protagonismo a la materia inerte y al
beneficio económico. Actualmente tendemos a pensar que lo hacemos
todo bien, que existe un progreso lineal e indefinido y que somos
"civilizados", cuando lo cierto es que nunca antes se había tratado al
cuerpo humano con el salvajismo y el desprecio con el que se lo trata
ahora. Posiblemente, para un cazador-recolector del Paleolítico, los
bárbaros seríamos nosotros, que estamos atacando sin cuartel la
biología humana, dilapidando la herencia genética de innumerables
milenios y quemando los recursos finitos del planeta, todo ello sin
dejar de auto-considerarnos la cumbre de la evolución.

Antes de que Thomas Edison y Nikola Tesla descubriesen cómo


utilizar la electricidad, los únicos campos electromagnéticos a los que
estaba expuesto el hombre eran:

• El campo geomagnético de la Tierra, con una fuerza de 0,5


miligauss y frecuencias de entre 1 y 30 herzios (ciclos) por segundo
(varía por zonas y épocas). La mayor potencia y amplitud del campo
se produce entre los 7 y 10 Hz. Curiosamente, las ondas cerebrales
humanas también van de 1 a 30 Hz, y a las de 10 Hz se les llama
ondas alfa, propias de un buen estado de salud.

• Las radiaciones electromagnéticas naturales y campos gravitatorios


procedentes del Sol, otros cuerpos astrales y el espacio exterior.

• Los campos electromagnéticos naturales procedentes de otros seres


humanos, animales, plantas, minerales, vientos y condiciones
atmosféricas, que básicamente son un producto de la interacción
entre la Tierra y el espacio.

Durante millones de años, el cerebro, el cuerpo y el código genético


de nuestros antepasados evolucionaron en plena sintonía con el
campo geomagnético de la Tierra, del cielo y otras fuentes menores
naturales. Sin embargo, desde que la industrialización favoreció la
construcción y el empleo de aparatos eléctricos, cada vez estamos
más expuestos a campos electromagnéticos artificiales. Dichos
campos son cada vez más potentes, y sumamente prejudiciales, ya
que funcionan en potencias y frecuencias artificiales a las que nuestra
biología no está en absoluto adaptada.

Que no podamos ver todo lo infrarrojo o ultravioleta con nuestros


ojos no significa que no exista, o que no nos afecte. Como hemos
visto en la primera parte, la glándula pituitaria y la pineal son
sensibles a estas oscilaciones. Actualmente el espacio aéreo del
planeta entero está totalmente infestado de ondas electromagnéticas
de todo tipo: radio, telecomunicaciones, señales por satélite,
microondas, radares, etc. Hemos creado una diabólica red de
millones y millones de campos electromagnéticos cuyas frecuencias y
potencias no existen en la Naturaleza, que surcan el aire y que
anulan el suave pulso natural del campo terrestre.

Antes de meternos de lleno en el tema, veremos cómo se divide el


espectro electromagnético.

TIPOS DE RADIACIONES ELECTROMAGNÉTICAS

La potencia de un campo magnético (la llamada "densidad de flujo


magnético" o "inducción magnética") se mide por gauss (G) y
miligauss (mG), en honor al genio alemán Karl F. Gauss. Para
hacernos una idea, el campo geomagnético de la Tierra ronda los 0,5
miligauss. Las zonas urbanas suelen rondar los 3 mG, las suburbanas
entre 1 y 3 mG, y el campo de una maquinilla de afeitar eléctrica
puede alcanzar los 400 mG (!).

La frecuencia de una radiación electromagnética se refiere al "pulso"


de la vibración, es decir, su longitud de onda. "Baja frecuencia"
significa que la onda es larga, que la señal es "lenta" y que la
radiación es más intensa cuanto más baja sea la temperatura del
objeto afectado. "Alta frecuencia" significa que la onda es corta, que
la señal es "rápida" y que la radiación es más intensa cuanto más alta
sea la temperatura del objeto afectado. La frecuencia se mide en
herzios (Hz, en honor al físico alemán Heinrich Hertz), megaherzios
(MHz, un millón), gigaherzios (GHz, mil millones), o teraherzios (THz,
un billón), y que se refieren a la cantidad de "ciclos" o repeticiones de
la señal en un segundo. Un herzio significaría un "parpadeo" u
oscilación por segundo. El campo geomagnético de la Tierra anda
entre 1 y 30 Hz, y el del ser humano sano, entre 7 y 10, como hemos
visto antes.

Atendiendo a la frecuencia, el espectro electromagnético está dividido


en bandas o "sectores", cada uno con unas características
determinadas. A continuación veremos las diversas bandas, de menor
a mayor frecuencia.

Click para agrandar. Las bandas del espectro electromagnético.

• ELF (Extremely Low Frequency, o frecuencia extremadamente


baja). Entre 0 y 30 Hz. Longitudes de onda de más de diez mil km.
Considerada frecuencia de "sub-radio". Torres y tendidos eléctricos,
cables domésticos, ordenadores, etc. Pueden causar que corrientes
eléctricas recorran el cuerpo. Algunos programas militares utilizan
esta frecuencia para manipular la ionosfera, encontrar hidrocarburos,
depósitos de armas, instalaciones subterráneas enemigas, etc. Uno
de los principales problemas planteados por los ELF es que sus
frecuencias incluyen aquellas a las que funciona el cerebro humano y
la Tierra. Esto explica que la presencia de instalaciones de ELF se
relacione con una serie de males cerebrales como la leucemia
(especialmente infantil), la demencia, los dolores de cabeza,
interrupciones del sueño, los mareos o el alzheimer, así como que
existan armas basadas en radiaciones EMF, capaces de manipular
hasta cierto punto el comportamiento humano y la corteza terrestre.
Artefactos de ELF del programa HAARP.

• ONDAS DE RADIO. Entre 30 Hz y 300 MHz. Longitudes de onda de


entre 10.000 km y un metro. Muy utilizadas por la civilización
moderna en emisiones de radiofonía, televisión, teléfonos y otras
comunicaciones inalámbricas, antenas, navegaciones, etc. A
continuación una tabla con diversas frecuencias electromagnéticas,
algunas de las cuales le sonarán a cualquiera de haberlas visto en
artefactos eléctricos. La exposición a estas ondas se asocia con el
"mal de radio", el Síndrome de Hipersensibilidad Eléctrica (EHS) y
perturbaciones en las interacciones celulares del cuerpo.

Las frecuencias más empleadas por la tecnología moderna.


LF: Low Frequency. MF: Medium Frequency. HF: High Frequency.
E: extremely. S: super. U: ultra. V: very.
• MICROONDAS. Entre 300 MHz y 300 GHz. Longitudes de onda de
entre un metro y un milímetro. Las microondas están incluidas en las
bandas de radiofrecuencia más altas (UHF, SHF, EHF). Se utilizan en
televisión (para transmitir señales desde un lugar remoto a una
emisora), televisión por cable, aparatos LAN (Bluetooth, WiFi),
Internet vía cable coaxial, telefonía móvil, satélites, torres de
comunicaciones, radares (incluyendo los de tráfico), hornos, etc. La
exposición a las microondas está asociada al cáncer de cerebro, la
demencia, el alzheimer y los ataques cardiacos.

• RAYOS T. También llamada ondas de teraherzio, radiación


submilimétrica o simplemente "microondas de alta frecuencia". Entre
300 y 3000 GHz. Comparte con las microondas la capacidad para
penetrar gran variedad de materiales no-conductores, incluyendo
papel, ropa, cartón, madera, piedras, plásticos, cerámicas, niebla y
nubes. Sin embargo no es capaz de atravesar los metales o el agua.
Las únicas fuentes de rayos T suelen ser algunos tipos de láser,
el girotrón y otros artefactos artificiales.

• RAYOS INFRARROJOS. De 1 a 430 THz. La frecuencia de los


infrarrojos se encuentra justo por encima de la radio y, como su
nombre indica, justo por debajo del rojo, que es la frecuencia
electromagnética más baja del espectro visible. Los infrarrojos son los
que transmiten el calor de fuentes como el Sol, el fuego, los
radiadores, etc. Sin infrarrojos, la vida no sería posible. Se utiliza en
mandos a distancia, así como en material fotográfico y de vídeo para
detectar calor. Hay algunos animales que tienen sistemas biológicos
receptivos de las radiaciones infrarrojas, como ciertas vívoras,
pitones, boas, mariposas de pigmentación oscura, una variedad de
escarabajos, el murciélago-vampiro y otros. Los infrarrojos tienen
extensas aplicaciones militares como la adquisición de objetivos, la
visión nocturna o el rastreo. Pueden dañar la vista si la exposición es
fuerte y concentrada.
Imágenes de espectro infrarrojo. Arriba, un perro. Abajo, la estrella Beta
Pictoris.

• LUZ VISIBLE. De 400 a 790 THz. El único campo electromagnético


visible a simple vista. La estrecha gama electromagnética que se
encuentra entre lo infrarrojo y lo ultravioleta, que somos capaces de
percibir con los ojos y que no constituye más que una pequeña
fracción del espectro electromagnético total. Un ojo humano sano
tiene su máxima sensibilidad a unos 540 THz, en la zona verde de la
escala de colores, justo en la mitad de todo el espectro
electromagnético. Los siete colores del arco-iris no contienen todos
los colores visibles para el ojo humano. Por ejemplo, el rosa o el
magenta son visibles al ojo humano pero no se encuentran
representados en el arco iris, ya que son colores insaturados que se
obtienen mezclando distintas longitudes de onda. Lo mismo reza para
los colores neutros como el blanco, el negro y los grises. Del mismo
modo que las distintas frecuencias electromagnéticas tienen efectos
en el cuerpo humano, también los distintos colores tienen sus
efectos, ya que cada cual estimula la retina de una manera, y ésta a
su vez envía una señal diferente a las glándulas cerebrales. Todos
sabemos que el rojo es un color estimulante, que el verde o el azul
claro son colores relajantes, o que el violeta, el color de mayor
frecuencia, era asociado en otros tiempos al poder imperial. Se le
llama cromoterapia a la utilización de los colores para influir en los
estados de ánimo.

• RAYOS ULTRAVIOLETA. Se encuentran justo por encima del


espectro visible, más allá del violeta. De menor a mayor frecuencia,
se dividen en A, B y C. El 98,7% de los ultravioleta que llegan a la
superficie de la Tierra son A (rayos UVA), muy necesarios para la vida
y para el equilibrio endocrino humano, como hemos visto en
la primera parte de este artículo. La pequeña porción restante son
rayos UVB, que son dañinos, producen quemaduras y son filtrados en
su mayor parte por la capa de ozono. Los UVC directamente son
perniciosos para la vida y son filtrados por la magnetosfera y la
atmósfera de nuestro planeta. Debido a la creciente suciedad de la
atmósfera y la degradación de la capa de ozono, la proporción de
rayos UVA está disminuyendo y la de rayos UVB aumentando. Existen
mayores frecuencias de ultravioleta, denominadas en siglas inglesas
FUV, VUV, LUV, SUV, EUV. Los rayos ultravioleta en general son
considerados mutagénicos, es decir, que pueden producir mutaciones
genéticas, tanto ventajosas como desventajosas o neutras. Algunos
científicos relacionan las condiciones de excentricidad de la órbita
terrestre, cambios del campo geomagnético y en la disposición del
eje de rotación, con variaciones en la cantidad y de rayos UV que
alcanzan la superficie, influyendo en la evolución de las especies.
• RAYOS X. De 3 × 1016 (un 1 seguido de 16 ceros) a 3 × 10 19 Hz.
Se producen cuando algunos gases se calientan a millones de grados,
por reacciones nucleares (como en el caso de las estrellas) o por un
voltaje eléctrico (como en el caso de las placas de radiografía
médica). Son emitidos por electrones y son capaces de penetrar la
mayor parte de materiales sólidos, salvo los más densos (como el
plomo). Los rayos X son considerados carcinógenos (producen
cáncer) y dañan los tejidos celulares rompiendo los enlaces. Los
padres expuestos a rayos X tienen más posibilidades de tener hijos
con leucemia, especialmente si la zona expuesta ha sido el bajo
abdomen.

Doble riesgo: rayos X y radiaciones de teléfono inalámbrico.

• RAYOS GAMMA. Por encima de 1019 Hz. Proceden de eventos


cósmicos violentos y destructivos (como las supernovas o las
tormentas solares) o reacciones atómicas artificiales (plantas y
bombas nucleares, residuos radiactivos). A diferencia de los rayos X
―que proceden de electrones lejos del núcleo atómico―, los rayos
gamma son emitidos por el núcleo en sí. Dependiendo del tiempo de
exposición y la potencia de la fuente, los síntomas pueden variar
desde cambios de composición sanguínea, náuseas, caída de pelo,
hemorragia, cáncer, mutaciones genéticas y la muerte. Los efectos a
largo plazo de las detonaciones nucleares de Hiroshima y Nagasaki
dan una idea de las consecuencias. A unos niveles muy altos, los
rayos gamma dan lugar a la creación de parejas de partículas y
antipartículas. A pesar de que son cancerígenos, los rayos gamma se
usan para tratar tumores, así como para esterilizar material médico y
hasta comida. El científico ruso Krill Zybin, del Instituto Lebedev
(Moscú) asocia las intensidades de radiación gamma cósmica con el
desarrollo de la vida en la Tierra y la aceleración de las mutaciones,
por ende, de la evolución.
Proyectos militares involucrando manipulación
electromagnética

En tiempos de tremendo avance tecnológico como los que vivimos,


una fuerza que domina el núcleo terrestre, los desplazamientos de
corteza, el clima, el cerebro humano, etc., no podía pasar
desapercibida para los complejos militares-industriales de los Estados
más poderosos. Tanto Estados Unidos (con el HAARP) como Rusia
(SURA, Scalar) tienen emisores de ondas electromagnéticas que
utilizan la ionosfera para cambiar el clima de una zona o para rebotar
las ondas hacia el suelo y producir una serie de efectos, como la
desestabilización de la corteza (tanto el magma como el hierro del
núcleo terrestre son materiales conductores) o hasta de la mente de
los habitantes de una región. Las posibilidades de este tipo de guerra
son muy amplias: terremotos, maremotos, sequías, inundaciones,
huracanes, incendios, maremotos, actividad volcánica, manipulación
psicológica, etc.

No se trata ciencia-ficción ni de conspiranoia. En una resolución del


28 de Enero de 1999 (A4-0005/1999), el Parlamento europeo señaló
que HAARP manipulaba el medio ambiente con fines militares, y
solicitaba que fuese evaluado por parte del STOA (organismo
encargado de mensurar opciones científicas y tecnológicas) en cuanto
a sus repercusiones ambientales y sanitarias. En la misma resolución,
se pedía prohibir el desarrollo de armas que conllevasen la
manipulación de seres humanos, guiño al desarrollo de proyectos de
ELF, que operan a la misma frecuencia que el cerebro y que pueden
afectar claramente la conducta humana. En Agosto de 2002, la Duma
(Parlamento ruso) sacó un comunidado de prensa sobre el HAARP,
elaborado por comités de defensa y asuntos internacionales, y
presentado por 90 representantes al entonces Presidente Vladimir
Putin. El informe establecía que las instalaciones de HAARP podían ser
utilizadas como armamento, y especificaba que:

Los Estados Unidos están creando nuevas armas integrales de


carácter geofísico que puede influir en la troposfera con ondas de
radio de baja frecuencia... La importancia de este salto cualitativo es
comparable a la transición de las armas blancas a las armas de
fuego, o de las armas convencionales a las armas nucleares. Este
nuevo tipo de armas difiere de las de cualquier otro tipo conocido en
que la troposfera y sus componentes se convierten en objetos sobre
los cuales se puede influir.

Tanto EEUU como Rusia han cruzado mutuamente acusaciones de


guerra climática. Hubo sospechas de intervención rusa en la inaudita
sequía de California de 1988-1992. En Enero de 2010, un informe de
la Flota Rusa del Norte señalaba al programa de guerra sísmica del
Pentágono como causante intencionado del terremoto de Haití, isla
que Washington quería ocupar militarmente por motivos
geoestratégicos. El Presidente de Venezuela Hugo Chávez acusó
claramente al Gobierno de Estados Unidos de emplear armas sísmicas
para causar el terremoto. Siete meses después, algunos científicos
rusos hicieron acusaciones similares durante los incendios en Rusia y
las inundaciones en China y Pakistán. En Noviembre de 2011, el
teniente general ruso Nikolai Rodionov acusó al HAARP de provocar el
fracaso de la misión sino-rusa "Phobos-Grunt", que proyectaba
mandaruna nave a Fobos, una de las lunas de Marte. Los medios de
comunicación rusos denuncian esporádicamente los programas de
guerra climatológica y sísmica del Pentágono.

Instalaciones del proyecto HAARP en Gakona (Alaska).

Existen otros sistemas ofensivos basados en el electromagnetismo,


como el EMP (Electromagnetic Pulse), capaz de destruir todos los
sistemas eléctricos y electrónicos de un territorio determinando,
mandándolo prácticamente a la Edad Media. La Fuerza Aérea de los
Estados Unidos ha desarrollado por su parte un arma de control de
masas llamada ADS, basada en la irradiación de microondas del
espectro EHF (Extremely High Frequency) para excitar las moléculas
de agua y grasa subcutáneas del cuerpo, que se calientan hasta
producir un intenso dolor.
El Active Denial System o "Pain Ray" (rayo del dolor) fue desplegado por
primera vez en Afganistán, en verano de 2010.

Sobre las transientes o electricidad sucia

Las transientes son un tipo poco conocido de campos


electromagnéticos que juegan un papel increíblemente perjudicial en
la salud humana y que merecen ser tomadas muy en serio. Se crean
cuando la corriente eléctrica es interrumpida continuamente como en
un rápido parpadeo, a fin de ahorrar energía. Las transientes se
encuentran en ordenadores, neveras, televisores de plasma,
bombillas CFL, sistemas de aire acondicionado, tubos fluorescentes,
motores (por ejemplo de ascensores) y en aparatos reguladores del
"volumen de luz" (rheostats). Una bombilla CFL, por ejemplo, se
enciente y se apaga unas cien mil veces por segundo (!). Las
transientes suelen encuadrarse en la banda ELF (frecuencia
extremadamente baja) del espectro electromagnético, pero como sus
señales se acumulan y fortalecen, pueden pasar fácilmente a bandas
de radiofrecuencia más elevadas.

Los efectos biológicos de esta diabólica invención son devastadores.


Pensemos en un imán: las cargas semejantes se repelen y las cargas
opuestas se atraen. Por tanto, cuando una transiente está en estado
"positivo", los electrones de nuestro cuerpo (de carga negativa) se
mueven hacia esa carga positiva. Cuando la transiente pasa a
"negativo", todos los electrones del cuerpo se repelen hacia el sentido
opuesto. Esta fluctuante manipulación electromagnética (miles de
veces por segundo) implica que todos los electrones de nuestro
organismo están bailando al son de la transiente y que todo nuestro
cuerpo se carga y se vuelve inestable porque está totalmente
"acoplado" al ritmo de la máquina.
Algunos países quieren hacer obligatorio el uso de bombillas CFL.

Hablando en plata, las transientes están suplantando, en nuestro


sistema nervioso, el pulso suave y constante de la Tierra,
manipulando salvajemente nuestras células y ondas cerebrales con
frecuencias para las cuales no están evolutivamente diseñadas,
destruyendo el funcionamiento de nuestro importantísimo sistema
endocrino, saboteando nuestra inmunología y contaminando todo
nuestro sistema bioeléctrico con pavorosos efectos para nuestra
salud. La Dra. Magda Havas, de la Trent University (Canadá) ha
publicado numerosos estudios en los que se demuestra cómo la
exposición a las transientes aumenta los niveles de azúcar en sangre
en diabéticos y pre-diabéticos, y que las personas con esclerosis
múltiple mejoran su equilibrio y tienen menos temblores simplemente
con pasar unos días en un entorno libre de electricidad sucia.
También demostró que en todas las escuelas donde se instalaron
filtros para limpiar los efectos de las transientes, los profesores
inmediatamente experimentaron un descenso de síntomas
desagradables como dolores de cabeza, irritaciones cutáneas, ojos
secos, asma y depresión.

¿AFECTAN A LA SALUD LOS CAMPOS


ELECTROMAGNÉTICOS ARTIFICIALES?
Lo primero que todos tenemos que tener siempre presente es que el
cuerpo humano, al estar hecho de materia y por tanto de átomos,
tiene electrones y partículas subatómicas susceptibles de ser
perturbadas por una influencia electromagnética externa. Todas las
células del cuerpo, ya sean células pancreáticas esperando una señal
para fabricar insulina, o leucocitos desplazándose a la zona de una
herida, usan electricidad (o una "carga de electrón") para
comunicarse entre ellas. Si los transientes y otras fuentes de campos
electromagnéticos artificiales suplantan los mecanismos de señales
nerviosas del organismo, ¿no podrían interferir con la secreción de
hormonas, ahogar el sistema de llamada y respuesta del sistema
inmunológico y causar muchísimos otros trastornos físicos?

Segundo, si el ser humano tiene probadamente un campo magnético


sensible a los campos naturales, ¿no sería lógico pensar que los
campos artificiales producidos por cables eléctricos, radios,
microondas, antenas, satélites, etc., también pueden influir sobre él?
¿Es posible que la civilización tecnológica haya anulado nuestra
capacidad magnética, y que seamos, tal y como hemos visto en
la primera parte de este artículo, como desorientadas palomas
mensajeras que se pasan la vida entera con imanes artificiales atados
a la cabeza, sin encontrar nunca el camino a casa?

En este apartado brindaré una pormenorizada cronología de


investigaciones sobre campos electromagnéticos y salud,
investigaciones que son sólo la punta del iceberg, ya que se trata de
un tema relativamente reciente y en el que no se ha profundizado lo
bastante por culpa de los enormes intereses económicos que hay en
juego.

• Los soviéticos se dieron cuenta durante la II Guerra Mundial de que


los operadores de radares a menudo sufrían de síntomas (fatiga,
irritación facial, tinitus o pitidos en los oídos, mareos, trastornos
digestivos y del sueño, etc.) ahora atribuidos al síndrome de
hipersensibilidad eléctrica (EHS por sus siglas inglesas). Los expertos
dicen ahora que un 3% de la población puede ser clínicamente
hipersensible y alrededor de un 30% puede tener sensibilidad alta.

• Desde los años 50, el Dr. Kyoshi Nakagawa estuvo investigando en


el Hospital Isuzu de Tokio sobre los efectos del magnetismo en el
cuerpo. En 1976 publicaría en el Jornal Médico Japonés un extenso
estudio en el que muestra los beneficiosos efectos de la
magnetoterapia sobre el organismo humano. Los campos magnéticos
de frecuencia y potencia adecuadas ejercen un beneficioso efecto
sobre las glándulas centrales del cerebro, estimulando la secreción de
beneficiosas neurohormonas. El Dr. Robert Becker confirmaría esto
cuando descubrió que ciertas estimulaciones magnéticas pueden
curar totalmente fracturas óseas consideradas definitivas e incluso
regenerar miembros amputados en animales que no tienen esa
facultad, como las ranas.

• Cuando se introdujo la televisión en Australia en 1956, los


investigadores enseguida documentaron un rápido aumento de casos
de cáncer entre personas que vivían cerca de torres de transmisiones.

• En los años 60, en plena Guerra Fría, los soviéticos bombardearon


clandestinamente la embajada de EEUU en Moscú con radiación de
microondas (una RF de más alta frecuencia, utilizada para transmitir
señales inalámbricas), enfermando al personal del edificio. El
personal de la embajada comenzó a quejarse de problemas
cognitivos, mareos, dolores de cabeza, etc., a lo largo del resto de la
Guerra Fría. Aunque los soviéticos nunca dieron una explicación, se
conjetura que buscaban confundir y manipular las mentes de los
espías y diplomáticos americanos. El mal de ondas de radio (también
llamado mal de microondas) es ahora un diagnóstico comúnmente
aceptado.

• En los años 70, la doctora Nancy Wertheimer, una epidemióloga de


Denver, dedectó un aumento en leucemia infantil (una enfermedad
muy poco común) entre niños que vivían cerca de líneas eléctricas de
alta tensión, iniciando todo un rosario de estudios que llegaron a
conclusiones similares.

• En Suecia y Reino Unido se realizaron estudios que notaban un


importante aumento de suicidios en jóvenes que viven y estudian
cerca de cables de alta tensión y estaciones de radar. Entre 1950 y
1977, los casos de suicidios entre jóvenes de entre 15 y 19 años se
multiplicaron por 4 en el caso de chicos y por 2 en el caso de chicas.
La depresión maniaca y las tendencias suicidas suelen estar
relacionadas con bajos niveles de serotonina, una sustancia
neuroquímica fabricada por la glándula pituitaria.
Complejidad tecnológica: el orgullo de la civilización moderna y la perdición de
la biología humana.

• En 1980, los investigadores concluyeron que los trabajadores


oficinistas con alta exposición a campos electromagnéticos tenían
mayor índice de melanoma (cáncer de piel, una enfermedad
generalmente asociada a la exposición solar) que los obreros que
trabajaban al aire libre. Entre 1973 y 1980, los casos de melanoma
en EEUU aumentaron un espectacular 80%. En el Laboratorio
Nacional Lawrence Livermore (California), la incidencia de melanoma
es cuatro veces superior a la media nacional americana. Dicho
laboratorio está involucrado en asuntos de seguridad nacional de
EEUU y la producción de armas ultramodernas que involucran campos
electromagnéticos y microondas de alta intensidad.

• En 1980, la Comisión de Servicio Público del Estado de Nueva York


encargó al Dr. David Savitz que estudiase los efectos producidos por
los campos electromagnéticos de los cables normales. Cinco años y
medio millón de dólares más tarde, el Dr. Savitz concluyó que "al
menos" un 20% de cánceres en niños de las zonas estudiadas, se
debían a la exposición a los campos (¡de "sólo" 3 miligauss!) de los
cables eléctricos. Su estudio demostró además que dichos campos no
sólo favorecen el cáncer, sino que también inhiben la producción de
importantes neurohormonas en el cerebro, transtornando el
comportamiento y minando la capacidad de aprendizaje. En un radio
de 15 metros alrededor de los cables eléctricos estándar en EEUU, el
campo magnético es de una potencia de 100 miligauss ―más de 30
veces la magnitud de los cables que el Dr. Savitz asoció con el cáncer
infantil. A la Comisión de Servicio Público no le gustaron los
resultados del estudio; declararon "seguro" un campo magnético de
hasta 100 miligauss y alegaron que el público ya había "aceptado" el
riesgo para la salud. Obviamente, el público nunca ha sido informado
de esto, así que difícilmente ha podido "aceptarlo".

• Vernon, una población de 25.000 habitantes de Nueva Jersey,


ocupa el quinto lugar de EEUU en el número de transmisores de
microondas. La cifra de casos de síndrome de Down es diez veces
superior al promedio nacional de EEUU. El síndrome de Down es un
defecto de nacimiento, causado por un daño genético en el feto y/o
en los padres. Otros estudios han encontrado altas incidencias de
este mal en niños cuyos padres son operadores de radar o trabajan
en importantes bases aéreas.

• En 1988, la doctora Marjorie Speers informó de los resultados de un


estudio de tumores en personas que, por motivos de trabajo, se
hallaban habitualmente expuestas a un campo electromagnético de
50 Hz de frecuencia. La conclusión resultó rotunda: estos
desafortunados trabajadores tenían 13 veces más casos de tumores
cerebrales que los individuos del grupo de control, formado por
personas no expuestas a campos de semejante frecuencia. Según el
Dr. Becker, en "Cross Currents":

En estos momentos las pruebas científicas son absolutamente


concluyentes: los campos magnéticos de 60 Hz inducen a las células
cancerosas humanas a aumentar permanentemente su velocidad de
crecimiento en un 1600% y a desarrollar características aun más
malignas.

En suma, este tipo de campos electromagnéticos afecta


particularmente a dos tipos de tejidos: los del cerebro y los de
crecimiento rápido (fetos, niños pequeños, tumores).

• También en 1988, el Dr. Daniel B. Lyle, bajo la dirección de Ross


Adey, realizó un cultivo de células T (un tipo de linfocitos o glóbulos
blancos con un importante papel inmunológico) y durante 48 horas
las expuso a un campo electromagnético de 60 Hz, similar al que
desprenden en EEUU los cables eléctricos públicos. Constató un
importante debilitamiento de la capacidad de las células para
reproducirse y defenderse de agentes extraños (microbios, virus,
mitógenos, etc.), hasta el punto de que la citotoxicidad de las células
se inhibió en un 40%. La conclusión final del estudio fue que los
campos electromagnéticos artificiales son peligrosamente
inmunosupresores y debilitan la capacidad de las células T para
diferenciar entre agentes invasores y tejido "amigo".

Alguna ciudad china en pleno boom económico. Actualmente, este conjunto de


contaminación, masificación, deshumanización e interferencias
electromagnéticas, recibe el nombre de "civilización".

• En Junio de 1989, la revista "New Yorker" publicó un artículo de


Paul Brodeur, basado en varios estudios científicos, sobre los riesgos
para la salud que suponía exponerse a cables eléctricos y terminales
de ordenador. Aquí se reveló que la leucemia infantil y otros tipos de
cáncer en niños, estaba directamente relacionada con la exposición a
campos eléctricos. También se informó de que las mujeres
embarazadas que trabajaban con ordenadores tenían un índice de
abortos espontáneos más elevado. Este artículo desencadenó una
oleada de preocupación e investigaciones por parte de otros
especialistas. Paul Brodeur publica "Currents of death, the attempt to
cover up the threat to your health", y Cyril W. Smith y Simon Best
escriben "Electromagnetic man health & hazard in the electrical
environment".

• De nuevo en 1989, la Dra. Cornelia O’Leary, del Real Instituto de


Cirujanos de Londres, informó de ocho casos de muerte súbita de
bebés durante un fin de semana. "Casualmente", todos estos casos
se encontraban en un radio de 11 km de una base militar de alta
seguridad donde, justo ese fin de semana, se estaba probando un
nuevo sistema de radar. La muerte súbita en bebes se ha relacionado
con niveles bajos de melatonina y otras sustancias neuroquímicas
fabricadas por la glándula pineal. Ésta es extremadamente sensible a
las oscilaciones electromagnéticas, y en el caso de los bebés, la
sensibilidad se dispara. Este mismo año, el Departamento de Energía
reconocerá que "ahora se acepta generalmente que existen,
ciertamente, efectos biológicos debido a la exposición a campos
electromagnéticos".

• Para 1990, se habían llevado al cabo más de cien estudios en todo


el mundo. Gracias a periodistas como Ted Koppel y Dan Rather,
parecieron informes alarmantes en "Time", "The Wall Street Journal",
"Business Week" y otras publicaciones. En respuesta a las presiones
públicas, la EPA (Agencia de Protección Ambiental) elaboró un
informe en Marzo de ese año, recomendando que los campos
electromagnéticos se clasificasen como carcinógenos (provocadores
de cáncer) de clase B (como el DDT, las dioxinas y los PCBs). Sin
embargo, cuando se publicó el informe, la EPA fue duramente
presionada por grupos de las industrias eléctrica, informática y
militar. Tras ser doblegada por intereses políticos y económicos, la
EPA dio marcha atrás en su declaración. Robert O. Becker y Jeremy
P. Tarcher publican "Cross currents, the perils of electropollution".

• En Silicon Valley (California), la Meca de la investigación


informática, se observó que los trabajadores tienen altísimos índices
de cansancio crónico, depresión crónica, hipersensibilidad, alergias
variadas, dolores de cabeza y "síntomas de gripe".

• En 1998, los investigadores, trabajando con el National Cancer


Institute de EEUU, informaron que los riesgos de leucemia infantil
eran "significativamente elevados" en niños cuyas madres habían
usado mantas eléctricas durante el embarazo, y en niños que usaban
secadores eléctricos y videojuegos conectados al televisor.

• En los años 90, se han investigado a fondo los casos de cáncer en


Cape Cod, que tiene una inmensa base de radar de la Fuerza Aérea
llamada PAVE PAWS, y en Nantucket, que alberga un poderoso
transmisor LORAN-C (un sistema de navegación que está empezando
a caer en desuso debido al auge del GPS). Los condados de ambas
zonas tienen las mayores incidencias de todos los cánceres en el
Estado de Massachusetts.

• En Julio de 2001 hubo violentas protestas en Chipre, cuando los


ingleses decidieron construir nuevas antenas en sus importantes
enclaves estratégicos de Akrotiri y Dhekelia. La población local dijo,
correctamente, que estas instalaciones pondrían en peligro la vida de
los habitantes de la zona, y que perjudicaría los ecosistemas.

• En 2007, el Bioinitiative Working Group (un conglomerado de


científicos y expertos en política de salud pública de EEUU, Suecia,
Dinamarca, Austria y China), publicó un informe de 650 páginas en el
que se citaban minuciosamente más de 2000 estudios (muchos muy
recientes) que detallaban el efecto tóxico de los campos
electromagnéticos. Según las conclusiones derivadas de la comisión,
exponerse incluso a radiaciones de bajo nivel (como las de los
teléfonos móviles), podía causar una gran variedad de cánceres,
sabotear el sistema inmunológico y contribuir a la demencia, la
enfermedad cardiaca, el alzheimer y muchos otros males.

No todo en los campos electromagnéticos artificiales es negativo. Los


efectos beneficiosos sobre la salud de los campos artificiales de
frecuencias determinadas se utilizan a menudo para promover la
curación de heridas y fracturas óseas. Los estudios experimentales
con campos bien controlados y de ciertas frecuencias incluso
muestran buenos resultados en tratamientos contra el dolor y la
depresión. Recientemente, el Dr. Michael Persinger, un neurocientífico
de la Laurentian University (Canadá) ha encontrado que ciertos
campos magnéticos pulsados detenían el crecimiento de células de
melanoma en ratones. Esto viene a continuar la obra de eminencias
que hemos visto más arriba, como los doctores Kyoshi Nakagawa y
Robert Becker, y confirma que los campos electromagnéticos
artificiales son un arma de doble filo, que puede usarse tanto para
enfermar profundamente como para curar.

El efecto Jaula de Faraday


Si bien estar sometidos a campos electromagnéticos artificiales ya es
lo bastante perjudicial, hay otro factor igualmente pernicioso: no
estar sometido a campo alguno. Todo el mundo habrá observado que
en ascensores, coches, submarinos, tanques, aviones, trenes y en
general recintos cerrados y/o con muebles de plástico, la gente se
queda "frita" con suma rapidez, recobrando la energía sólo cuando les
da el aire y al ser posible el Sol y algo de agua. Esto sucede porque
las estructuras hechas con material conductor (como metal) se
polarizan en presencia de un campo externo y quedan cargados
negativamente en el sentido opuesto, repeliendo todos sus electrones
e iones negativos al exterior, y dejando el interior "vacío"
energéticamente. Dentro de una jaula de Faraday no hay
electrosmog, no hay cobertura de móvil, el GPS no da señal y no se
puede escuchar la radio. Pero tampoco entran las fuerzas de la tierra
y del cielo, y por tanto no se da ese "gradiente de potencial",
polaridad o tensión vital absolutamente necesarias para la vida y el
flujo de bioelectricidad.

El efecto Faraday se comenzó a tomar con seriedad durante la


carrera espacial. Tanto la NASA americana como el diversificado
programa espacial ruso, se dieron cuenta enseguida de que ni
siquiera un ratón podía permanecer en el espacio más de 24 horas
sin perder el juicio, y que sus astronautas comenzaban a manifestar
cansancio, apatía y falta de energía cuando llevaban tiempo en las
cápsulas. Glenn y Carpenter mostraron una pronunciada y prematura
fatiga, y en el caso del cosmonauta ruso Titov, los trastornos
psicofísicos fueron tan pronunciados que quedó totalmente agotado y
mareado después de seis órbitas en torno a la Tierra. Téngase en
cuenta que estamos hablando de hombres con una preparación
mental y física extraordinaria, y que estos efectos se daban dentro de
la cápsula, tanto en órbita como durante los entrenamientos en
tierra. La situación desconcertó a los científicos durante años, aunque
la solución estaba delante de sus narices y hubieran dado con ella si
hubiesen tenido la modestia de consultar con un adepto taoísta, un
yogui hindú o un lama budista.

Un informe de una empresa que fabricaba generadores de iones


negativos para el programa espacial americano ―citado por André
van Lysebeth en su "Pranayama" (obra altamente recomendable),
citado a su vez por Daniel Reid en "El tao de la salud, el sexo y la
larga vida" (ídem)―, acabó explicando la causa: "Al ser
completamente metálica, la cápsula espacial se comporta como una
perfecta jaula de Faraday en la que hasta el piloto mejor entrenado
no tarda en mostrar signos de perturbaciones fisiológicas,
especialmente cansancio y agotamiento prematuro". El informe
concluye impecablemente:
La corriente eléctrica causada por la presencia de un campo eléctrico
recorre todas las células y órganos y todo el sistema nervioso,
estimulando asimismo el metabolismo y todas las funciones
fisiológicas de los organismos vivos… Si el campo es demasiado débil,
se manifiestan cansancio, indolencia y falta de vitalidad. Ésta es la
causa principal de la fatiga y el entumecimiento que se sienten en
automóviles, aviones, tanques, submarinos y trenes, y ahora en las
cápsulas espaciales.

El mejor aire del mundo se encuentra en zonas de alta montaña del planeta,
donde la incidencia de los rayos cósmicos y fuerzas magnéticas telúricas es
mayor, donde el frío hace que la suciedad se pegue al suelo y donde la
atmósfera está fuertemente ionizada. Pero según los materiales con los que nos
vistamos y calcemos, podemos estar aislándonos de este fabuloso campo
eléctrico natural.

Finalmente los científicos se dieron cuenta de que, por mucho que el


aire de las cápsulas tuviese la composición ideal (nitrógeno, oxígeno,
etc.), necesitaba ser ionizado: no era una cuestión química, sino
física. En cuanto se instalaron generadores y el aire de las cápsulas
se ionizó fuertemente, todos los síntomas de agotamiento y lentitud
desaparecieron de golpe, y desde entonces los astronautas pueden
permanecer en el espacio días, semanas, meses y años. Si se hiciera
lo propio en los aviones, el "jet-lag" y el cansancio de vuelo se
reducirían enormemente.

El efecto Faraday no se limita a cápsulas, vehículos y espacios


cerrados. La ropa puede ejercer una función exactamente igual,
hecho que científicamente se ha sabido desde, como poco, 1964
―aunque los sufíes persas y los brahmanes hindúes entre otros, lo
conocían empíricamente desde siempre. La revista "Aerospace
Medicine" explica, en un artículo de Enero de ese año, que "ciertas
telas sintéticas producen las suficientes cargas electrostáticas
negativas como para repeler los iones negativos de la persona que
vista esas prendas". No importa que nos encontremos en la cumbre
de una enorme montaña, rodeados de una atmósfera privilegiada, un
poderoso campo eléctrico natural y respirando los mejores aires del
planeta: si estamos vestidos con prendas de orlón, nailon, poliéster y
similares, y utilizando calzado con suela de goma, estamos
aislándonos del fabuloso campo eléctrico natural que nos rodea, del
mismo modo que los recubrimientos de goma aíslan el cobre
conductor de los cables eléctricos. Lo mismo pasa en estancias con
las ventanas cerradas y lugares con demasiados objetos de plástico.
La revista americana "Product Engineering", habla sobre esto en su
número del 13 de Febrero de 1967, cuando el tema era novedad:

Determinados espacios formados de plástico, como las carrocerías de


los automóviles, pueden incluso producir campos eléctricos negativos
(campos que repelen los iones negativos y atraen los positivos). Los
muebles de plástico, al igual que las tapicerías y los revestimientos
murales de plástico, aceleran la fatiga mental en los ocupantes de la
habitación o del vehículo. Los objetos y revestimientos de polietileno,
por ejemplo, producen campos eléctricos negativos de entre 5.000 y
10.000 voltios/metro. En un recinto completamente rodeado de
polietileno, el campo negativo puede alcanzar los 100.000
voltios/metro.

El mencionado informe no habla de otro problema de las tapicerías y


muebles de plástico, y es que despiden vapores y olores tóxicos.
Queda claro, en todo caso, que el mundo moderno no sólo está lleno
de campos electromagnéticos "farsantes" que suplantan la interacción
tierra-cielo que se da a través de nuestros cuerpos, sino de
elementos que directamente nos arrancan y marginan del concierto
universal, aislándonos de todo campo, robándonos la bioelectricidad y
dejándonos, literalmente, con las pilas agotadas y sin sustancia vital
para acometer ninguna empresa. Difícilmente puede negarse que en
muchos sentidos, la civilización tecnológica ―un ente abstracto y sin
vida― se alimenta vampíricamente de las sustancias vitales ―muy
reales y muy vivas― del hombre y del planeta.

ASESINOS RESPETADOS
En los artículos Venenos cotidianos y La maldición oriental vimos que
existen envenenadores que están empezando a ser
desenmascarados, como los disruptores endocrinos, los plásticos,
la leche, la comida basura, la televisión, los aditivos, los cosméticos,
los almidones, los productos de limpieza, etc. Deberíamos añadir una
serie de artefactos que producen campos electromagnéticos (algunos
extremadamente fuertes) y electricidad sucia, y que deberíamos
intentar evitar a toda costa. Después de ver esta fatídica lista, pocos
se preguntarán de dónde viene la epidemia de infertilidad que está
asolando la Civilización Occidental, así como que el cáncer haya
superado a los accidentes como principal causa de mortandad de los
niños de menos de 15 años. Aunque hay innumerables factores
relacionados con esto, no cabe duda que los campos
electromagnéticos tienen el macabro honor de jugar un papel muy
importante.

• TUBOS FLUORESCENTES. Este tipo de iluminación usa la


ionización de vapor de mercurio, altamente tóxico, para desprender
luz, con un consumo menor que las incandescentes, y fue
comercializada en los años 30 por la poderosa multinacional
americana General Electric. Pero un tubo fluorescente de sólo 10
vatios produce un campo electromagnético 20 veces más fuerte que
el de una bombilla convencional (incandescente) de 60 vatios, y a 2,5
cm la potencia del campo electromagnético ronda los 160-200 mG
(miligauss). Las luces fluorescentes son una verdadera plaga de
electricidad sucia, especialmente en cuartos de baño, cocinas,
guarderías, escuelas, institutos, universidades y lugares de trabajo.
En muchos lugares públicos (escuelas, hospitales, oficinas, centros
deportivos) hay baterías enteras de tubos fluorescentes en el techo,
que están irradiando basura eléctrica sobre países enteros.

• BOMBILLAS CFL. La primera bombilla CFL en espiral fue inventada


en 1976 en respuesta a la crisis petrolera de 1973, que había dejado
claro que la energía barata era cosa del pasado. Las luces CFL
ahorran energía encendiéndose y apagándose unas cien mil veces por
segundo, y son por tanto una fabulosa fuente de electricidad sucia. La
frecuencia del campo electromagnético que producen estas bombillas
supera los 25.000 Hz ―cien veces el de una bombilla LED― y afectan
a todo el mundo, pero especialmente a los niños.

Las luces CFL son una grave amenaza para la salud humana. ¿Por qué se están
promoviendo, por tanto? Porque consumen menos que las bombillas
convencionales. Sin embargo, ¿acaso atacar la salud de un pueblo no supone a
largo plazo pérdidas económicas? En realidad eso es muy relativo. Primero, lo
que al sistema le importa es el beneficio económico inmediato y a corto plazo
de unos pocos individuos. Segundo, las enfermedades de la gente son el motor
de la industria sanitaria, que es uno de los mayores negocios del planeta junto
con la banca, el entretenimiento, las drogas y los hidrocarburos. Para aquellos
que no quieren caer en esta red, las bombillas LED consumen incluso menos
que las CFL y sus radiaciones son menores, si bien el alumbrado es algo más
débil.

• TELEVISOR. Además del consabido campo electromagnético, la TV


emite rayos X capaces de penetrar de 5 a 8 cm en el cuerpo humano,
causando esterilidad y otros males. Las radiaciones perjudiciales de la
TV se expanden en todas direcciones y atraviesan paredes. Es preciso
tener cuidado de no instalar camas o escritorios contra una pared al
otro lado de la cual haya un televisor. Además, muchas pantallas de
TV parpadean erráticamente, produciendo una estimulación irregular
y antinatural de la retina. Dichas estimulaciones se transmiten a lo
largo del nervio ocular e irritan al hipotálamo. En algunos
experimentos científicos realizados en EEUU y silenciados por la
industria mediática, se observaron que las ratas expuestas a una
pantalla de TV en color 6 horas al día se volvían hiperactivas y
violentas durante una semana. Después de esa semana, se tornaban
letárgicas y apáticas, y dejaban de criar: su sistema endocrino se
había quedado seco. Los resultados de este experimento son tanto
más graves por cuanto la pantalla de TV fue cubierta por papel
oscuro. El efecto pernicioso del aparato, por tanto, se debía a las
ondas invisibles. En un artículo publicado el 24 de abril de 1970 por
Ben Frank, de Associated Press, se citan las siguientes palabras del
Dr. H. D. Youmans, de la Oficina de Salud Radiológica:

Comprobamos que los rayos emitidos por los tubos catódicos eran
más duros y con mayor energía media de lo que habíamos supuesto.
Estos rayos penetraban varias pulgadas en el cuerpo, tan
profundamente como la radiación de una pantalla de rayos X de 100
kilovatios. La persona sentada ante el aparato recibe una dosis
uniforme en los ojos, los testículos y la médula ósea.

Este mismo artículo señala que el Dr. Robert Elder, director de la


Oficina de Salud Radiológica, declaró ante el congreso de los Estados
Unidos que incluso dosis pequeñísimas de radiación, muy por debajo
de los límites legales, penetran profundamente en los tejidos
humanos, y que los daños que causan son acumulativos. Entre estos
daños hay que citar lesiones genéticas que pueden afectar a la
fertilidad y transmitirse a futuras generaciones.
• ORDENADORES Y VÍDEOS. Se les ha relacionado en una
duplicación del índice de abortos espontáneos, así como una
elevación enorme de defectos de nacimiento en mujeres que usaban
frecuentemente estos aparatos estando embarazadas. Las mujeres
no-embarazadas han acusado cansancio, depresión, irregularidades
menstruales y dolores de cabeza. El estándar de seguridad de Suecia
(711/90) especifica un máximo de 0,25 mG a 50 cm de la pantalla.
Muchos PCs fabricados en EEUU tienen tranquilamente 5-100 mG a
esta distancia. Hay que tener en cuenta que las radiaciones
electromagnéticas irradian desde el PC en todas las direcciones, y que
las pantallas filtradoras NO las bloquean (ni siquiera una pantalla de
plomo podría bloquear las radiaciones de banda EMF y VLF de un
ordenador). Y puesto que añadir un filtro modesto supondría
aumentar los costes de producción de un ordenador en 5 céntimos de
dólar, la mayoría de compañías no están por la labor.

• WIFI, BLUETOOTH, WLAN Y SIMILARES. Estos aparatos


funcionan en la frecuencia de microondas, que están más que
relacionados con graves problemas de salud. Claro que los efectos del
WiFi (que tiene unos cientos de metros de radio como mucho)
palidecen ante el nuevo WiMAX, cuyo radio de alcance llega a la
friolera de 48 km.
• MÓVILES. El problema con las investigaciones sobre los efectos de
la telefonía móvil e inalámbrica sobre la salud suele ser el mismo que
con cualquier problema en el que metan sus narices las corporaciones
multinacionales: al menos el 87% de las investigaciones al respecto
han estado patrocinadas por empresas de telecomunicaciones a las
que no les interesa que se concluya que la telefonía móvil es una
grave amenaza para la salud. Desarrollar un cáncer puede ser cosa
de 25 años, más o menos el tiempo que llevan los teléfonos móviles
en circulación. Los campos electromagnéticos de los móviles, que
generalmente funcionan en frecuencias de microondas, penetran
directamente en el cerebro cuando el móvil se pega al oído. Si meter
la cabeza en un horno microondas te parece mal negocio, pasarte la
vida con la oreja pegada a uno tampoco es una buena inversión de
futuro. La Dra. Elisabeth Cardis llevó al cabo un estudio en 13 países,
y concluyó que el uso de teléfonos móviles, especialmente durante
más de 10 años, estaba asociado a un gran aumento de las
probabilidades de contraer un tumor cerebral. El problema, por
desgracia, no se circunscribe a los móviles en sí, sino que abarca
también las torres de telefonía móvil. Previsiblemente, si la gente
supiese estas cosas, reducirían tanto el uso del móvil que más de una
compañía telefónica quebraría, y el resto sufriría enormes pérdidas.
La ignorancia es atrevida y asesina. Antes de informarse, esta mujer
inconsciente podía alegar desconocimiento (cosa que no justificaría su
desinterés a la hora de informarse sobre cómo proteger a su hijo), pero
después de leer este artículo, nadie tiene excusa. Por culpa de "madres" como
ésta, existe la leucemia infantil.

• MAQUINILLAS DE AFEITAR ELECTRICAS. Su campo


electromagnético puede llegar a potencias de 200-400 mG, una
verdadera y auténtica burrada. Sin embargo, aunque pueda parecer
alarmante (y lo es), no sabemos si una exposición breve a esta
potencia es peor que una exposición más prolongada a un campo de
―por ejemplo― 2 a 4 mG.

• SECADORAS DE PELO. Producen un campo de 50 mG a 15 cm de


distancia, más que suficiente para aumentar el riesgo de tumores y
daños genéticos, tanto en quien los usa como en el feto en el caso de
mujeres embarazadas. Hace tiempo que se ha observado un índice
anormalmente alto de incidencia de cáncer de mama en peluqueras.
Esto se debe al empleo frecuente y prolongado de secadoras cerca
del pecho.

• AUTOMÓVILES. El coche, aunque es presentado en la publicidad


fetichista como una ninfa virginal y prístina, es realmente una gran
jaula de Faraday móvil, además de una máquina de matar. Nos aísla
del suelo, e impide que transmitamos a la Tierra la electricidad que
absorbemos de la atmósfera. Además el motor y la batería producen
un campo electromagnético propio. Para colmo, los materiales del
parabrisas no permiten la entrada del espectro solar ultravioleta, y
los materiales de la tapicería, el salpicadero, etc., producen
fácilmente electricidad estática y despiden aromas
fuertemente estrogenizantesy tóxicos. Buena parte de los accidentes
de carretera se deben a síntomas (estrés, cansancio, fatiga visual,
pérdida de atención, sueño, disminución del tiempo de reacción)
directamente derivados de la chapuza electromagnética que es el
automóvil.

• HORNOS MICROONDAS Y RADARES. Estos artefactos producen


dos tipos de radiaciones, las microondas y las ELF. Las microondas se
miden en miliwatios por centímetro cuadrado, y el límite de seguridad
en Rusia, donde las investigaciones están más avanzadas, están en
0,1 mW/cm². En EEUU, están en 1 mW/ cm² (antes era de 10).
Todos los hornos microondas exceden con creces el límite ruso. Antes
ya hemos visto la cantidad de males asociados a personas y regiones
expuestas a ondas de radar. Además, estudios recientes en Rusia han
encontrado que las radiaciones de hornos microondas convierten a las
moléculas de proteínas de la comida en sustancias cancerígenas
como nitrosaminas. Lo mismo sucede con los azúcares de las frutas o
los minerales y alcaloides de las verduras. Las microondas
transforman las moléculas alimenticias en isómeros (misma fórmula
química, distinta disposición molecular) que el sistema digestivo
humano no reconoce, y que a menudo son neurotóxicos. Todo el
mundo sabe que calentar una taza de café o chocolate caliente al
microondas hace que sepan a rayos, pero no saben hasta qué punto
llega la perversión química. Baste hacer una prueba: caliéntese un
puñado de arroz en agua caliente, y otro puñado en microondas, poco
tiempo, sólo lo necesario para calentarse. Luego siémbrese el arroz.
Se verá que el arroz hervido conseguirá germinar, el calentado por
microondas, no.

• MANTAS ELÉCTRICAS. La Dra. Nancy Wertheimer y Ed Leeper, de


la Universidad de Colorado, estudiaron a fondo los efectos de las
mantas eléctricas en un estudio ("Possible Effects of Electric Blankets
and Heated Water Beds on Fetal
Development", Bioelectromagnetics,Vol. 7) de 1986. Concluyeron que
el empleo de mantas eléctricas por parte de mujeres estaba
relacionado con una mayor incidencia de defectos genéticos en sus
hijos, problemas de embarazo y leucemia infantil. Los campos
electromagnéticos producidos por mantas eléctricas penetran entre
14 y 18 cm en el cuerpo humano, y los artilugios siguen produciendo
campos aunque estén apagados.

• RELOJES ELÉCTRICOS. Estos aparatos, cuando están conectados


a una toma de corriente ordinaria, tienen un campo electromagnético
de una potencia muy alta, de entre 5 y 10 mG a 60-90 cm. Dado que
muchos de ellos permanecen muy cerca de nuestras cabezas 8 horas
cada noche, es importante usar un modelo a pilas o, mejor aun, a
cuerda.

CONCLUSIÓN

En los años 20, poco tiempo después de que se inventasen los


aparatos de radiografía, los médicos solían entretener a sus invitados
haciéndoles rayos X en fiestas de jardín. En los años 30, los
científicos a menudo guardaban radio (un material altísimamente
radiactivo) en bandejas sobre sus escritorios. Incluso se
vendían jarras radiadoras de agua para niños, que contenían uranio
que contaminaba el agua volviéndola radioactiva. En los años 40, las
zapaterías utilizaban máquinas de rayos X para encajar los zapatos
en los pies de los niños, y en los años 50 hasta se pusieron de moda
los relojes de muñeca con manecillas brillantes gracias a sustancias
radiactivas. La estupidez y la ignorancia duraron más de treinta años.
Durante esos treinta años, hubo gente jugando inocentemente con
peligrosísimos materiales radiactivos, hasta que alguien se preocupó
y se demostró de una manera fehaciente que sus efectos podían ser
mortales. Del mismo modo que se desentrañaron los peligros de
ciertas zonas del espectro electromagnético, considero que acabarán
dándose a conocer los peligros de otras bandas distintas. O una de
dos: o se acaban tomando medidas para terminar con los perniciosos
efectos de ciertos inventos, o las sociedades que los empleen se
enfrentan a la degradación de su sustancia reproductiva, la
esterilidad y, finalmente, la extinción.

Ningún invento es rentable si deviene en el fin de la sociedad.


Mientras el crecimiento financiero y el beneficio económico inmediato
y puntual de unos pocos codiciosos siga estando por encima de la
salud del pueblo en la escala de valores de nuestra civilización, no
habrá nada que hacer. Mientras los presupuestos para investigación
sanitaria se dilapiden buscando maneras de tratar enfermedades, en
lugar de buscar qué es lo que las causa y cómo prevenirlas, los
avances serán muy lentos. Aunque hay algunos signos y algunos
países (como Suecia) han reconocido oficialmente el problema, no es
suficiente para enfrentarnos a la plaga que nos rodea, ya que la
mayor parte de gobiernos están comprados por las corporaciones
multinacionales y se niegan a tomar medidas. El individuo, por tanto,
tiene que alzarse para toma cartas en su propia seguridad, en su
propia salud y en las de su gente, y extender la palabra todo lo que
pueda.
SOLUCIONES COTIDIANAS PARA PROTEGER EL
SISTEMA BIOELÉCTRICO HUMANO

No se puede hacer nada con la sopa electromagnética que flota en el


espacio aéreo del mundo entero veinticuatro horas al día en forma de
ondas de radio, telecomunicaciones, microondas de satélites, etc. Sin
embargo, sí se puede hacer mucho en la vida cotidiana para
minimizar los perniciosos efectos de las fuentes más inmediatas de
electrosmog.

Telefonía

- Cuando no necesites el móvil, tenlo apagado.

- Utiliza una funda de electrosmog para el móvil.

- No utilices el móvil por placer o por diversión, sino sólo cuando sea
necesario. Muchas personas prácticamente hablan por el móvil como
pasatiempo.

- El mejor lugar para un móvil o BlackBerry es el bolsillo exterior de


una mochila, bolso, cartera, etc. Si no te queda más remedio que
llevarlo en el bolsillo o en el cinturón, guarda el móvil con el teclado
hacia tu cuerpo y la bateria hacia el exterior, en una funda aislante y
al ser posible, lo más alejado de los genitales que se pueda.

- Utiliza los mensajes de SMS salvo cuando no haya más remedio que
llamar.
- Durante las llamadas, utiliza el altavoz o el manos libres. No utilices
un Bluetooth inalámbrico, ya que combinado con el móvil hasta
puede exceder los límites de radiación habituales. Para el manos
libres, es buena idea que emplees un cable adecuado (material
aislante y "tubo de aire" o hueco para amortiguar las radiaciones).
Infórmate en tu establecimiento habitual o busca por Internet.

- Jamás permitas que los niños utilicen teléfonos inalámbricos ni


móviles, salvo para emergencias. Si quieres que tu hijo salude a
alguien por teléfono o lo que sea, que sea un teléfono alámbrico
normal.

La mayor sensibilidad de los niños a las radiaciones electromagnéticas se debe


a la escasa anchura de los huesos craneales, cuatro veces más finos que los de
un adulto.

- Cuando notes que la cobertura del móvil se vuelve borrosa, cuelga


inmediatamente el aparato hasta que estés seguro de que la
cobertura es buena. La razón es que cuando el móvil detecta una
señal débil, la "compensa" aumentando su potencia al máximo y por
tanto incrementando la radiación sobre ti y quienes te rodean.

- Cambia de vez en cuando el lado de la cabeza que utilizas para


hablar por el móvil. Esto evitará concentrar excesivos daños en una
zona localizada del cerebro y reducirá las probabilidades de un tumor.

- No permitas que tu hija duerma con el móvil bajo la almohada bajo


ningún concepto.

- En tu casa, utiliza teléfonos alámbricos. Los teléfonos inalámbricos


pueden emitir tanta radiación como los móviles, aunque sólo durante
su utilización. Evita los potentes teléfonos de telecomunicaciones
inalámbricas digitales por satélite con estación-base.
Ordenadores e Internet

- El PC portátil es mucho más peligroso cuando está conectado a una


toma de corriente. Úsalo siempre en el modo batería. Enchúfalo sólo
para recargar la batería, y mantente lejos de él mientras se recarga.

- Compra un filtro para la pantalla de tu PC. Puedes cubrir tanto la


pantalla como el teclado, monitor, CPU, etc., del PC con un material
adecuado, y conectar el material protector al suelo con un cable
conductor, para descargar la radiación. Esto es particularmente
recomendable si eres un profesional que trabaja con ordenadores, o
si los usas durante tiempos muy prolongados.

- No utilices el PC portátil sobre tus rodillas. Las radiaciones se


proyectan directamente sobre los genitales y provocan la degradación
de los gametos y de la sustancia reproductiva, cuando no esterilidad
o cáncer. Incluso perjudican la calidad del semen y por tanto la
fertilidad (ver aquí).

- No uses WiFi. Si por cualquier desafortunado motivo sigues


teniendo que usar WiFi, tenlo encendido sólo cuando lo estés
utilizando. Mantenlo apagado el resto del tiempo, especialmente
mientras duermas, y ten el router lo más lejos que puedas. Di lo
mismo a tus vecinos, ya que sus WiFi también te afectan.

- No permitas bajo ningún concepto que tus niños se enganchen a los


videojuegos.

- Si tienes WiFi, abre las redes disponibles y comprueba la cobertura


de cada una. A más cobertura, más intensa es la señal y por lo tanto
la radiación. Te harás una idea de todos los aparatos que envían
ondas UHF y/o SHF a tu casa. Si tu PC es portátil, podrás saber
también cuáles son las habitaciones más contaminadas de tu casa.

Iluminación

- Evita cualquier tipo de luces fluorescentes todo lo que puedas, ya


sea en casa, el trabajo, el centro de formación, tu centro deportivo,
etc.

- Tira a la basura las nuevas bombillas CFL.

- La electricidad sucia viaja fácilmente. Convence a tus vecinos para


que tiren sus bombillas CFL.

- Utiliza bombillas LED o, en su defecto, incandescentes


convencionales. Convence a tus vecinos para que hagan lo mismo.

- No utilices rheostats (interruptores difuminadores de luz que


permiten ajustar manualmente la intensidad del brillo, normalmente
con una rueda de volumen).
- No tengas luces encendidas innecesariamente.

- Considera adquirir lámparas de espectro completo (incluyendo


ultravioleta).

Televisión

- No tengas la televisión encendida constantemente. Muchas


personas la mantienen encendida aunque no le presten atención,
como durante la hora de comer. Limita drásticamente la cantidad de
tiempo que ves la TV cada día.

- Mejor pantalla de LCD que de plasma o CRT. Las pantallas LCD


emiten mucha menos radiación, mientras que las de plasma producen
electricidad sucia y las convencionales electricidad estática.

- Considera seriamente desechar la TV. Si lo que buscas es


información actual, en Internet hay páginas de noticias bastante más
fiables que las agencias televisivas, y si lo que buscas es
entretenimiento prefabricado, más te valdría encontrar
entretenimiento auténtico. El efecto de dejar la TV puede ser tan
beneficioso para tu cuerpo como lo sería dejar el tabaco o cualquier
otro vicio pernicioso.

- No permitas que tus hijos tengan televisor en su dormitorio ni que


vean la TV a menudo.

Hogar

- Ten plantas verdes y frondosas. Cuantas más, mejor. Si además


tienes la fortuna de que tu casa esté rodeada de árboles y
vegetación, no la tales. Aquí un enlace con las mejores plantas para
limpiar el aire del hogar.

- No te instales en una casa cercana a una torre de WiFi, una torre


eléctrica, antena de telecomunicaciones o torres, transformadores y/o
cables de alta tensión, y similares. Infórmate de las infraestructuras
eléctricas de tu zona.

- No vivas en una población cercana a una base aérea o aeropuerto, o


a una estación de radar, militar o civil.

- Sé consciente de que los edificios con abundantes partes metálicas


(especialmente acero y aluminio) y artificiales, tienden a desangrar el
cuerpo de su bioelectricidad. Los mejores materiales para un hogar y
para los muebles son la madera y la piedra natural.

- No tengas la cabecera de la cama cerca de la pared si al otro lado


hay algún aparato eléctrico (televisor, microondas, nevera, etc.).

- Si en las proximidades de tu casa hay un árbol cuyas ramas tocan


una línea de alta tensión, haz que las poden, ya que tenderá a
conducir el electrosmog hacia tu hogar y además será una fuente de
malestar para el árbol.

- No uses horno microondas.

- Usa cocina de gas en lugar de eléctrica.

- Los paneles eléctricos (la "caja de plomos" de cada casa) irradian


intensos campos electromagnéticos a entre 0,9 y 1,2 metros. Aléjate
de ellos y ten presente que sus campos atraviesan paredes, techos y
suelos.

- Los aparatos eléctricos, aunque se apaguen, siguen produciendo un


campo electromagnético mientras estén enchufados. Desenchufa
cualquier cosa que no estés utilizando: tostadoras, licuadoras,
batidoras, lavadoras, relojes, secadoras de pelo, radiadores
eléctricos, maquinillas de afeitar eléctricas, máquinas de rapar el
pelo, DVDs, radios, televisores, lámparas, módems, cargadores de
iPod, videoconsolas, etc.

- Considera la utilización de cables especiales o materiales aislantes


para cables, enchufes, tomas de corriente, etc. Los más eficaces son
los que incorporan un tubo hueco con "cámara de aire".

- No uses maquinilla de afeitar eléctrica.

- No uses secadora de pelo.

- Los muebles de plástico (también tapicerías, revestimientos murales


de plástico) son sumamente perniciosos, ya que forman campos
electromagnéticos negativos, despiden sustancias tóxicas y potencian
el efecto jaula de Faraday. Los muebles de metal también son
excesivamente conductores. Utiliza muebles de madera.

- Las alfombras y moquetas actúan como esponjas que retienen


burbujas de aire caliente y viciado, iones positivos, bacterias,
partículas de polvo, ácaros, productos químicos de limpieza,
electricidad estática y otros agentes indeseables. Son una causa de
peso en muchos malestares, especialmente respiratorios y
relacionados con alergias. Desazte de todas las alfombras y moquetas
de tu casa. Un suelo duro y liso puede ser barrido y fregado a
conciencia y fácilmente.

- Desconfía de los radiadores eléctricos.

- No uses una cama hecha de materiales metálicos (captan la


electricidad de los aparatos eléctricos) ni plásticos, sino de madera.
Evita los colchones de muelle. Las camas tal y como las conocemos
hoy nacieron para aislar a las personas de chinches, ratas y otros
bichos. Si eres una persona limpia, considera dormir boca arriba
sobre el suelo encima de una esterilla y con saco o manta americana.
En Japón se dormía así hasta hace no mucho, eso es lo natural, y tu
columna te lo agradecerá.

- Los relojes eléctricos y despertadores producen un importante


campo electromagnético. Para colmo, se suelen colocar cerca de la
cabecera de la cama. Para despertarte, emplea un reloj de cuerda, o
coloca el despertador lo más lejos de tu cama que puedas. Considera
desarrollar tu propio reloj biológico.

- Puedes hacer que una compañía haga mediciones en tu casa para


detectar fuentes de contaminación electromagnética. Es posible que
haya alguna fuente importante de la que no te hayas percatado y que
esté arruinando la salud física y mental de tu familia.

- Instala ionizadores (generadores de iones negativos) en las


habitaciones donde suela pasar la gente más tiempo.

Ropa y calzado

- Caminar descalzo ayuda a descargar voltaje a la Tierra. Cuando


caminamos descalzos, la Tierra absorbe el voltaje atmosférico
utilizando a nuestro cuerpo de conductor. La energía atmosférica
entra por nuestra coronilla y sale por nuestros pies. Las personas
altas tienen un mayor gradiente de potencial (diferencia de polos) y
por tanto son mejores conductoras. Por ejemplo, en una zona natural
particularmente limpia y plena de energía tanto atmosférica como
telúrica, el gradiente de potencial puede ser de varios centenares de
voltios por metro; una persona de dos metros de estatura estaría
sometida a un gradiente de 400-500 voltios entre la cabeza y los
pies, lo cual favorece enormemente la libre circulación
de bioelectricidad, energía vital o como se la quiera llamar. Este
efecto conductor del cuerpo es más fuerte por la madrugada, en
torno al amanecer, y especialmente cuando se trata de un suelo de
hierba cubierto de rocío, ya que en tal situación el suelo tiene un
fortísimo efecto conductor como polo negativo. En cambio, cuando
nos encontramos aislados del suelo, acumulamos electricidad
estática, lo que se traduce en estrés, insomnio, calambres, fatiga,
disminución de los reflejos, irritabilidad, dolores de cabeza, mareos,
trastornos del sueño, disminución de la memoria y de la capacidad de
concentración, etc. Por tanto, camina descalzo siempre que puedas.
La calle no es un buen lugar, pero el hogar o las salidas al campo son
ideales.

- Si pasas tiempo sin descalzarte, toca el suelo, preferiblemente suelo


natural, con ambas manos para descargarte.

- No uses calzado de suela de goma. Usa calzado de suela de cuero.

- Procura utilizar calzado abierto (sandalias, chanclas) todos los


meses del año salvo los fríos.

- Los acrílicos y otros tejidos artificiales producen electricidad estática


al frotarse con nuestro cuerpo, llegando a chispear y a producir
campos eléctricos negativos detectables al tacto. Estos campos
repelen los beneficiosos iones negativos de nuestro cuerpo y atraen
pelos de animales y personas, fibras, partículas de polvo, humo,
pelusas, polen, telarañas y suciedad en general, que pueden producir
alergias y reacciones, además de ensuciar nuestra ropa. Por
añadidura, los materiales sintéticos nos aíslan de las fuerzas de la
Tierra y de la atmósfera. Utiliza materiales naturales como el
algodón, el cuero, la lana virgen, el lino o las pieles naturales. Evita
materiales artificiales como el nailon, el orlón, el poliéster y los
acrílicos en general.

- No uses gorra, boinas, gorros, sombreros y similares salvo en


condiciones de insolación o frío que requieran proteger la cabeza. En
el resto de situaciones, este tipo de accesorios, por imprescindibles
que puedan ser para estar a la moda en un momento dado, no lo son
para tu supervivencia ni tu salud. Además aceleran la calvicie en
personas con predisposición.

- No emplees prendas de cabeza de materiales sintéticos. Si empleas


una prenda de cabeza ligera, de tipo chambergo, para protegerte de
la insolación, mójala en agua; tendrá un efecto conductor además de
refrescante.

- Cuando metas la ropa en la lavadora, puedes añadir esferas


iónicas para el lavado de ropa. Es más saludable que los productos
químicos que impregnan la ropa y que luego se pegan a nuestra piel,
y además ayuda a prevenir la formación de campos eléctricos
negativos a nuestro alrededor.
Luz solar y otras radiaciones cósmicas

- NO mires al Sol directamente y sin protección, salvo durante el


amanecer y el atardecer, cuando los rayos llegan muy mitigados.

- Sé consciente de la reacción de tu piel ante la luz solar. Si eres una


persona muy colorada o muy pálida, que reacciona fuertemente ante
la exposición solar, desciendes de individuos que tenían que
protegerse del frío abrigándose. Para seguir absorbiendo sol,
maximizaron la pérdida de eumelanina en la piel. Con una exposición
solar mínima cada día, puedes tener más que suficiente. Tu mejor
opción puede ser taparte con ropas ligeras para no quemarte.

- Maximiza la superficie de tu piel expuesta a la luz del Sol. Usa


prendas ligeras siempre que puedas y considera practicar el nudismo,
ya que existen zonas de la piel a las que rara vez les llega la luz
solar.

- Hay un término medio entre la insolación del playero perpetuo y la


deficiencia solar crónica del emo o gótico. Por tanto, evita pasarte con
el tiempo de exposición solar.

- Las cremas solares no son una opción, por mucho que favorezcan el
bronceo. Actúan de pantalla e impiden que tu cuerpo absorba rayos
ultravioleta. Es mejor tomar el sol media hora sin crema y luego
cubrirse para no quemarse, que tomar el sol con crema durante horas
y horas, aunque te broncees mejor.

- No uses gafas de sol salvo que sea necesario (deportes de nieve,


conducción, luminosidad fuerte, exposición prolongada, etc.), ya que
filtran los rayos UV e impiden la carga del hipotálamo al cerebro a
través de los nervios ópticos. Quienes usan constantemente gafas de
sol por moda están maltratando su cuerpo e incurriendo en
consumismo. Las megacorporaciones multinacionales te bendicen en
la medida que tu salud y tu especie te maldicen.

- Si utilizas gafas o lentillas de contacto, encárgalas de un vidrio o


plástico que deje pasar la radiación ultravioleta. De lo contrario,
puedes estar seguro de que la radiación UV no llega NUNCA a tus
nervios ópticos.

- Si pasas mucho tiempo entre cuatro paredes y bajo luz artificial,


tómate descansos para salir al aire libre y permitir que a tus ojos les
dé la luz solar (sin mirar al Sol directamente).

- Considera la instalación de lámparas de espectro completo en casa


y en el lugar de trabajo.
- En las habitaciones donde pases más tiempo, considera sustituir los
vidrios convencionales por láminas de plástico transparente que
permitan el paso de la radiación ultravioleta.

- Lleva un ritmo diario circadiano (sueño en horas oscuras, vigilia en


horas luminosas). Parpadear con el ojo desnudo hacia el cielo
luminoso te ayudará a despertarte, al favorecer la segregación de
ciertas sustancias endocrinas. Si duermes de día y actúas de noche,
sembrarás el caos en tu sistema endocrino y tu salud se deteriorará
rápidamente.

- Existen ejercicios de baños de sol oculares, parpadeos selectivos y


helioterapias para absorber energía solar de forma efectiva y segura.
Internet es una mina, infórmate.

- Las palmas de las manos tienen alta sensibilidad a la luz solar y son
zonas tanto de proyección como de absorción de bioelectricidad.
Asegúrate de darles un baño solar o sideral de vez en cuando.
"Saludar al Sol", o a los astros, no le hace daño a nadie.

- Evita pasar la vida mirando al suelo. Acostúmbrate a mirar al cielo.


Con el simple hecho de mirar al cielo con los ojos desnudos, tanto de
día como de noche, tu nervio ocular absorbe rayos cósmicos y los
manda directamente a tu cerebro y sistema endocrino.

Coche

No se puede hacer nada para remediar los perniciosos efectos


electromagnéticos del motor o de los materiales plásticos de la
tapicería, el salpicadero, etc., pero hay medidas que pueden ayudar a
amortiguar el impacto que producen en nuestra salud y la de
nuestros acompañantes.

- Instala un ionizador (generador de iones negativos) en tu coche.


Los ionizadores de automóvil son aparatos baratos que se encajan en
el hueco del encendedor de cigarrillos y que, al solucionar el
"cansancio de carretera", podrían prevenir muchos accidentes.

- Muchas veces te habrás bajado del coche después de rodar


bastantes horas y, al tocar la chapa, te habrá dado calambre o
chispazo (descarga electrostática). Esto se debe a que el coche ha ido
acumulando voltaje (roce con aire a altas velocidades, frenos, correas
de transmisión) sin poder descargarlo, debido a que los neumáticos,
como nuestras suelas de goma, lo aíslan del suelo. En días de lluvia o
humedad esto no pasa, ya que el agua es conductora. Instala una tira
anti-estática en la parte de atrás del vehículo, rozando el suelo. La
mayoría de los camioneros suelen llevar una o varias. Si te preocupa
que además sea anti-estética, colócala en el centro del bajo del coche
y no se verá.

- "Aire acondicionado" es un eufemismo políticamente correcto para


"aire enlatado, plastificado y desnaturalizado". Preferible abrir la
ventana.

- No abuses de la calefacción si puedes abrigarte.

- No uses GPS a menos que sea necesario.

- Desenchufa cualquier aparato eléctrico que no estés utilizando.

- Las tapicerías de cuero son más beneficiosas que las de materiales


sintéticos.

- El roce de los discos de freno produce electricidad estática. Usa más


el freno motor.

Otros

- Cualquier lugar desde el cual puedas llamar con el móvil, utilizar el


GPS, escuchar la radio, conectarte a Internet, ver la TV, etc., es un
lugar sometido a radiaciones electromagnéticas perniciosas para la
salud humana. Tenlo presente.

- Evita hacerte rayos X, salvo extrema necesidad. La mejor baza para


no necesitar más radiografías de la cuenta es tener una salud de
acero.

- Si eres soldador, maquinista, electricista, trabajador de líneas


eléctricas, peluquera, operador de radar o similar, o te encuentras
expuesto a los mismos factores de riesgo que los profesionales
mencionados, plantéate cambiar de trabajo o adoptar medidas de
protección en forma de materiales especiales aislantes.

- No te expongas innecesariamente a artilugios eléctricos potentes.


Desconfía de cualquier armatoste lleno de antenas, cables,
transformadores, generadores, transmisores, electrodos, vibraciones,
parpadeos, luces artificiales y demás estructuras eléctricas.

- El campo electromagnético de un reloj de muñeca no es muy fuerte.


Aun así, no hay ninguna necesidad de llevarlo encima las 24 horas al
día, y menos a la hora de dormir.
- ¿Recuerdas esa colina a la que te gusta subir habitualmente para
disfrutar de la vista y respirar aire puro? Piensa otra vez.
Probablemente dicha colina tenga una o varias antenas de telefonía,
telecomunicación o lo que sea, y el paraje sea menos sano de lo que
suponías.

- El agua es conductora de electricidad y ayuda a descargar la


estática acumulada en nuestro cuerpo. El efecto relajante de los
baños y las duchas (especialmente de agua fría) se debe a esto,
entre otras cosas. También es la causa de que cuando tengamos
mucho voltaje acumulado casi nos apetezca más tirarnos el agua por
encima que beberla. Considera ducharte con agua fría y si puedes,
hazlo más de una vez al día, al poder ser después de trabajar y antes
de dormir.

- Lávate la cara con agua fría varias veces al día, especialmente al


despertarte y después de trabajar.

- Poner tus pies en contacto con una plancha metálica (por ejemplo,
un radiador) también tiene un efecto descargador de estática y puede
aliviar mucho los síntomas de acumulación de voltaje.

- Cuando te sientes, procura mantener tus dos pies en contacto con


el suelo. No cruces las piernas.

- Practica alguna forma de disciplina respiratoria. El buen aire está


totalmente repleto de electromagnetismo beneficioso, que pasa a la
sangre a través de la "esponja" de los pulmones. El chi-kung (o
qigong), el pranayama, el hatha-yoga y otros, tienen, entre muchos
beneficios, el de equilibrar las corrientes electromagnéticas del
cuerpo. Aléjate de sensacionalismos nuevaeristas y concéntrate en lo
que funciona.

- Cuando estamos expuestos a pantallas (PC, TV, videojuegos), la


vista tiende a fijarse y parpadeamos menos, exponiendo
peligrosamente la retina y todo el nervio óptico hasta las glándulas
pituitaria y pineal a radiaciones erráticas y perniciosas. Asegúrate de
parpadear regularmente para lubricar los ojos y mitigar estos efectos,
y aparta la vista de la pantalla con frecuencia.

- Considera aprender algunos puntos de acupresión en manos y pies.


Presionar ciertas zonas envía impulsos eléctricos beneficiosos al
cerebro, que pueden ayudar a reestablecer el equilibrio del biocampo
humano.

- Nunca olvides que a fin de cuentas estamos hechos de átomos,


electricidad y partículas subatómicas, y que estos elementos en
nuestros cuerpos siempre serán susceptibles a fuerzas exteriores de
tipo similar, ya sean radiaciones astrales, otras personas o artefactos
artificiales.

- Compra un ionizador de agua y úsalo.

- Infórmate. Aquí hay una excelente biblioteca con estudios y


material de investigación sobre campos electromagnéticos y salud,
y aquí una página de noticias. Ésta es una página en español.

- El cuerpo humano no es una máquina defectuosa que deba ser


enmendada, tuneada y parcheada por toda una industria sanitaria. El
cuerpo humano es el resultado de decenas, centenares de milenios
de selección natural y sabiduría reproductiva. Atendiendo a este
hecho, deberías considerar cuidadosamente la posibilidad de que gran
parte de los males "comunes" que puedas estar sufriendo, aceptando
y dando por sentados (dolores de cabeza, mareos, falta de
concentración, letargo, melancolía, depresión, apatía, irritabilidad,
pérdida de cabello, estreñimiento, fatiga, mal humor, halitosis,
disminución de la memoria, conducta errática, insomnio, retención de
líquidos, pitidos en los oídos, trastornos digestivos, granos,
desorientación, irritaciones cutáneas, pesimismo, impotencia, caries,
alergias, miopía, dolor de muelas, frigidez, sinusitis, dificultades para
respirar, visión borrosa, desmayos, calambres, mal equilibrio, asma,
diabetes, dolores de espalda, ateísmo, enfermedades estacionales
como la gripe, resfriados, irregularidades menstruales, tics nerviosos,
abortos espontáneos y un largo etc.) puedan en gran parte no ser
defectos "de fábrica" de tu cuerpo, sino el resultado de condiciones
ambientales (dieta, ejercicio, aire, luz, agua, sustancias químicas,
campos electromagnéticos, adoctrinamiento, aislamiento, etc.) a las
que has sido expuesto desde que eras pequeño, y que tienen que ver
invariablemente con el estilo de vida civilizado. Del mismo modo,
tenemos que ponderar que seguramente el enorme declive de la
salud humana no se deba necesariamente al "estrés y ajetreo" de la
vida moderna (más estrés y ajetreo tenían los antiguos cazadores y
guerreros), sino a las condiciones perniciosas a las que la vida
moderna somete la biología humana. Que el cuerpo esté siempre
molestándote NO es natural. Lo que sí es natural es que si tú
maltratas tu cuerpo, tu cuerpo de maltrate a ti.
Atendiendo a su relación con las fuerzas de la vida y del mundo, existen dos
tipos humanos. El primero está agradecido a la vida y siente que le debe algo al
mundo. El segundo está resentido con la vida y quiere arrebatarle cosas al
mundo, saquear sus recursos, construir una monstruosa y herética torre de
Babel tecnológica y excluir a la Naturaleza de su siniestra ecuación. Las
megacorporaciones multinacionales capitalistas representan esta segunda
voluntad, para la cual el mundo es un negocio, un conjunto matemático de
números, rutas, materias primas, capital, mano de obra y medios de
producción. Si se permite que la voluntad comercial, banquera, usurera, fría,
calculadora, mecánica, robótica y deshumanizante de la humanidad continúe
ejerciendo el vampirismo sobre la sustancia vital de la Tierra y del hombre, el
resultado inevitable será una gran destrucción que reestablecerá dolorosamente
el equilibrio del orden natural eterno.

PROTECTORES

Existen personas que, por motivos de profesión o por su interés en su


salud, se toman muy en serio el problema de los campos
electromagnéticos. Tanto es así que se fabrican objetos de lo más
variopinto, hechos con materiales aislantes para defenderse de esta
amenaza. Algunos de ellos pueden resultar particularmente
interesantes para personas que trabajan expuestas a campos
electromagnéticos fuertes, otros pueden ser una buena idea para
absolutamente cualquier persona, y otros son una extravagancia, casi
un lujo. Dejo al lector con una selección de imágenes que he
encontrado en lessemf.com
Muy recomendable para peluqueras, mujeres embarazadas o profesionales que
trabajan con artefactos electromagnéticos de forma prolongada.

Funda para el móvil.

Protección para el cerebro y zona de la glándula tiroides para profesionales


expuestos.
Saco de dormir anti-microondas. Algunas personas notan una enorme mejora
en la calidad de su sueño con este invento.

S-ar putea să vă placă și