Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Introducción
1
esquemáticamente, puede resultar simple pero de eso trata también la construcción
de taxonomías analíticas: simple pero potente. Si articulación ha servido para
suscribir en las ciencias sociales increíbles conceptualizaciones, aunque viene de la
anatomía, ¿por qué no podría ser, la noción de olas, útil en este caso? Bueno, de
hecho ha sido el criterio básico en la construcción de algunas de las más conocidas
genealogías del feminismo en Occidente.
2
Wollstonecraft, (1759-1797) quien, para el caso de Inglaterra, publicó la obra titulada
Vindicación de los Derechos de la Mujer (1792)
En adelante, aquella conciencia a la que me he referido, se amplía y viaja de país
en país dando forma a esa fundamental oleada sufragista. Nueva Zelanda, en 1893 y
en adelante a lo largo del siglo XX, uno por uno, cada país otorgará el derecho al
sufragio a las mujeres. Esta oleada tiene diversos matices políticos y culturales, pero
no es este el lugar para extendernos en ellos. Lo relevante es que, así fuese
formalmente, las mujeres alcanzaron el status de sujeto político y con ello lo que es
tal vez más importante, lograron los aprendizajes requeridos para emprender las
nuevas conquistas de derechos, transformar las prácticas inequitativas y socavar la
hegemonía masculina.
Esos progresivos procesos de formación y organización de las mujeres en el
mundo, van a conformar dos campos de desarrollo del pensamiento y la práctica
feminista y de mujeres en occidente: El de la construcción de teorías en disputa con el
andamiaje “institucional” de la ciencia (y en negociaciones y ajustes estratégicos,
también institucionales, en las universidades, por ejemplo). Y el de la movilización
y la acción política, cuyo máximo escenario de expresión es la calle y la plaza: este
es el de los movimientos de mujeres y feministas cuyo proceso de crecimiento y
desarrollo, como el de las teorías con la formación y la investigación, no han parado
y, en alguna medida, se fortalecen mutuamente.
Así las cosas, desde el punto de vista epistemológico, la emergencia del
pensamiento político feministas moderno en occidente inaugura una visión
contrahegemónica del mundo, una visión contra la dominación patriarcal. Desde allí
y desde entonces, el feminismo ha cuestionado al capitalismo, tanto en su dimensión
material como cultural y simbólica. Ha cuestionado, así mismo, el carácter universal
y abstracto del sujeto moderno-masculino. En consecuencia, ha introducido
transformaciones profundas en los paradigmas tradicionales del conocimiento, en
las propias prácticas sociales y culturales y en las asimetrías que de ellas se derivan.
El feminismo ha desestabilizado de este modo los rígidos esquemas que separaban
lo público y lo político de lo privado y lo íntimo que negaban, ocultaban y
subvaloraban a la mitad femenina de la humanidad.
3
II. Lo personal es político
4
fueron dando forma y contenido a nuestras propias corrientes de pensamiento y
activismo.
Y, al igual que en el resto del planeta, crecieron las organizaciones, las redes, las
escuelas de formación universitaria, las escuelas políticas de las organizaciones; las
ONG feministas y de mujeres se multiplicaron y la producción escrita, de
investigación y en otros ámbitos de la ciencia, las artes y la cultura, se hizo
incontenible la irrupción de grupos de mujeres muchas de ellas autoreconocidas
como feministas y otras que han preferido identificarse como defensoras de los
derechos de las mujeres, compartiendo espacios y proyectos con otras iniciativas y
reivindicaciones.
5
Desde sus inicios sus integrantes han dedicado buena parte de su existencia a
brindar formación e información, así como a posibilitar el acceso a la justicia y al
ejercicio de derechos mediante asesoría y acompañamiento de profesionales
abogadas, psicólogas, educadoras, sociólogas, trabajadoras sociales, especialista del
campo de la salud, entre otras.
En estos años, y en estos procesos se han formado varias promociones de jóvenes
estudiantes universitarios y del Sena, así como profesionales que han ganado su
experiencia laboral, defendiendo casos locales de violencia, con los cuales se ha
sentado jurisprudencia. En esos asuntos han ganado, la Fundación y sus integrantes,
un reconocido prestigio y respeto por su trabajo.
Como organización feminista y promotora del desarrollo de relaciones de
equidad en la región, la Fundación Mujer y Futuro forma parte de las distintas redes
y plataformas nacionales e internacionales que trabajan en el mismo sentido y
coadyuvan por el logro de una sociedad más justa. Lo que hemos querido narrar
desde los inicios es cómo una organización local en 30 años ha contribuido y forjado
un camino en el que es preciso perseverar, pues la tarea es monumental.
En caminos cruzados, en las últimas décadas, tanto local como globalmente, han
ganado relevancia también las demandas por reconocimientos identitarios de
grupos de población que rompen con el esquema binario femenino/masculino,
sexo/género; es decir, personas que se identifican como lesbianas, gay, transexuales,
bisexuales, intersexuales, entre otras opciones, que han logrado importante
visibilidad, capacidad de organización y en el caso colombiano, articulación con las
feministas y otras causas, como la de la paz que comparten casi, si no todas estas y
otras organizaciones.
Sin embargo, esto no nos ha de llevar a la conclusión de que hemos transformado,
efectivamente, la situación para la mitad de la población que indicamos al inicio. La
amplitud de las conquistas y el crecimiento de la movilización en el planeta, tal como
ha ocurrido con el MeToo, o con los paros de los últimos 8M, o la de los pañuelos
verdes de las argentinas y la otra marea, la del Ni una menos; o Chile, con las protestas
de las jóvenes universitarias contra la tolerancia institucional al abuso y al acoso
sexual, son un buen síntoma de que el trabajo por transformar continúa y no puede
parar porque un sistema de tantos siglos de existencia, no se modifica
6
automáticamente, solo con leyes y movilizaciones por necesarias, pertinentes e
imprescindibles que ellas sean.
Todo parece indicar que, como señala Amelia Valcárcel, tenemos una tarea de
vastas proporciones y que, con todo y los avances legislativos y las vanguardias con
las nuevas agendas, no podemos olvidar que en el mundo siguen existiendo lugares
imposibles para la vida de las mujeres en los que a las niñas las casan, las mutilan,
las explotan, las violan y las matan y no es solo en África o en India, también en
Colombia. Lugares donde leer y escribir, educarse y trabajar, es prohibido para
mujeres y niñas. Lugares donde la pobreza, el hambre y los embarazos sucesivos y
tempranos hacen corta y difícil la vida de cualquier mujer.
No olvidemos, como subraya Amelia Valcárcel, que el feminismo es, ante todo,
una teoría de las libertades elementales y que, por tanto, junto con los avances jurídicos,
es imperativo seguir cuidando que no te golpeen, no te den menos de comer, no te
violen, no te maten. Y enseñando a las nuevas generaciones, que las mujeres son
personas con derechos.
En esa infatigable tarea, con profunda convicción y compromiso de que hay que
insistir, persistir y resistir, llega a sus 30 años de feminismo en Santander, la
Fundación Mujer y Futuro, trabajando por la transformación de la vida de las mujeres.
Referencias
Heller, Agnes (1988) Los movimientos culturales como vehículo de cambio. Revista
Nueva Sociedad (96) 39-49.
Lagarde, Marcela (2003) Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presa
s y locas. México: UNAM.
Lamus, Doris (2010) De la subversión a la inclusión: movimientos de mujeres de la segunda
ola en Colombia, 1975-2005. Bogotá: ICAH.
Millet, Kate (1995) Política Sexual (Trad. Ana María Bravo) Valencia: Ediciones
Cátedra. (Publicación original 1970)
Valcárcel, Amelia (2010) https://www.youtube.com/watch?v=TQDM34iJIeM