Comienza en las profundidades subterráneas, en el feroz corazón de un volcán, donde el agua
se mezcla con roca fundida, se forma presión y se desencadena una violenta y espectacular erupción. El agua atrapada en la roca viscosa y sobrecalentada se convierte en vapor, explosionando el magma en una piedra espumosa que se enfría, se solidifica y cae a la tierra en forma de pumita, una piedra de vidrio espumado que es dura y friable al mismo tiempo, con una estructura no cristalina y calcinada de forma natural, una combinación de características que hace que la pumita sea increíblemente útil para una amplia variedad de sectores.
El valor de la pumita en la infraestructura y la industria se remonta al menos 2000 años atrás.
Los ingenieros romanos sabían que al añadir pumita de grano fino, o “pozzolana”, a su cemento de cal hidratado, el resultado era un hormigón fuerte y duradero. Dos milenios más tarde, gran parte de su imperio de hormigón (carreteras, acueductos, templos, estadios, muelles, etc.) sigue en pie desafiando los estragos del tiempo. Hoy en día, la pumita sigue utilizándose como puzolana de gran calidad en hormigón reforzado, pero también se utiliza mucho en una amplia variedad de procesos industriales y aplicaciones de productos.