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Alertas por alergias alimentariashttp://www.consumer.

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Cualquier alimento, aditivo o ingrediente puede desencadenar reacciones alérgicas, aunque los
más comunes son las proteínas de huevo o de la leche de vaca, los pescados y los frutos secos

Algunos ingredientes, cuando se usan en la producción de alimentos, pueden provocar alergias


o intolerancias alimentarias en determinadas personas. En ciertos casos incluso pueden
suponer un riesgo para su salud. Desde la Agencia Española de Consumo, Seguridad
Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) destacan la importancia de que el consumidor disponga de
toda la información sobre la presencia de aditivos alimentarios, coadyuvantes alimentarios y
otros ingredientes con efectos alergénicos. Así, con la información en la mano, puede tomar las
decisiones más seguras para él. En este artículo se explican cuáles son los alimentos más
implicados y la importancia del etiquetado para la prevención.

Sulfitos sin declarar en pasteles de manzana congelados, soja y leche no declaradas en


aperitivos de maíz o galletas cuyo contenido no corresponde al envase son algunas de las
últimas alertas de alergias alimentarias de este año, según la AECOSAN. El problema de que no
se declaren ciertos ingredientes es que estas sustancias sean consideradas por el sistema
inmunológico de determinadas personas, y de forma errónea, como algo nocivo. Cuando esto
pasa, se generan anticuerpos específicos contra este ingrediente y, cuando el consumidor
ingiere de nuevo ese alimento, el sistema inmunológico libera grandes cantidades de
sustancias químicas para proteger el cuerpo. Estas sustancias químicas son las que provocan los
síntomas alérgicos, que pueden afectar a la piel, al sistema respiratorio o al tracto
gastrointestinal. La prevención de la alergia es eliminar del todo el alimento implicado de la
dieta y tener cuidado con la manipulación y la preparación de los alimentos.
Los alimentos más implicados en las alergias alimentarias

Se calcula que el número de personas que sufren alergia alimentaria se podría haber duplicado
en los últimos años. Si bien cualquier alimento, ingrediente o aditivo puede desencadenar
reacciones alérgicas, los alimentos más implicados son, según la Asociación Española de
Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA), los siguientes:

Proteínas de huevo.

Proteínas de la leche de vaca.

Pescados.

Anisakis.

Legumbres.

Frutas y verduras.

Frutos secos.

Marisco.

Cereales.

Reacciones adversas a aditivos.

Debe tenerse en cuenta que los alimentos alérgenos más comunes son las proteínas que se
encuentran en la leche de vaca, los huevos, el pescado, los mariscos y las nueces. En la mayoría
de los casos tienen capacidad de provocar reacciones alérgicas incluso tras un proceso de
cocción.

Etiquetado, el gran aliado de la prevención

Imagen: Dave_Pot

En paralelo al incremento de casos de alergias alimentarias, en los últimos años también ha


sido destacada la actividad para ofrecer al consumidor más herramientas que le permitan tener
toda la información que necesita cuando adquiere un determinado alimento.

A finales de 2014, el Reglamento 1169/2011 presentaba algunas novedades en el etiquetado


destinadas a facilitar la información y también a mejorar la forma en cómo la recibe el
consumidor. En este sentido, además de ganar en legibilidad, denominación del alimento e
información nutricional, así como mejorar la lista de ingredientes, se aclaró la mención de los
alérgenos.

La información sobre sustancias o productos que causan alergia cobró especial importancia
porque ha sido la primera vez que esta obligación se ha hecho extensible en los alimentos no
envasados (comercio minorista y restauración). Bares, cafeterías o restaurantes pueden facilitar
esta información de forma oral, siempre que la disponga también por escrito (ficha técnica,
etiquetas, menú, cartas, etc.) o en formato electrónico.

En el caso de los alimentos envasados, se debe indicar la presencia de ingredientes o sustancias


que causan alergias e intolerancias en la lista de ingredientes, de forma que destaque con una
composición tipográfica distinta (tipo de letra o color) a la del resto de ingredientes. Si no se
incluye una lista, debe añadirse la mención "contiene" seguida de la sustancia en cuestión.

A finales de 2014, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) actualizó la


información sobre los alérgenos alimentarios. Las empresas deben etiquetar sobre 14
alérgenos, según la legislación europea.

Cereales que contengan gluten.

Crustáceos y productos a base de crustáceos.

Huevos y productos a base de huevo.

Pescado y productos a base de pescado.

Cacahuetes y productos a base de cacahuetes.

Soja y productos a base de soja.

Leche y sus derivados (incluida la lactosa).

Frutos de cáscara como almendras, avellanas, nueces, anacardos, pacanas, castañas de Pará,
pistachos, macadamias o nueces de Australia y productos derivados.

Apio y productos derivados.

Mostaza y productos derivados.

Granos de sésamo y productos a base de granos de sésamo.

Dióxido de azufre y sulfitos en concentraciones superiores a 10 mg/kg o 10 mg/litros.


Altramuces y productos a base de altramuces.

Moluscos y productos a base de moluscos.

Alergia no es intolerancia

Alergia e intolerancia son dos conceptos distintos que en ocasiones se confunden. Alergia hace
referencia a una reacción adversa a un alimento en la que se ve involucrado el sistema
inmunitario, con reacciones anormales a los pocos minutos u horas tras la ingesta de la
sustancia alérgena del alimento. En la intolerancia, si bien sí es una reacción adversa a un
alimento, no está implicado el sistema inmunológico y, en la mayoría de los casos, no hay
riesgo para la salud del consumidor.

Etiquetas:

alergia alimentaria, intolerancia

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