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Taíno

Grupos taínos a la llegada de los europeos, al final del siglo XV. En verde, ubicación de los caribes,
pueblos belicosos de origen arahuaco como los taínos.

Los taínos fueron los habitantes precolombinos de las Bahamas, las Antillas Mayores y el norte de las
Antillas Menores. Se trata de un pueblo que llegó procedente de América del Sur, específicamente de la
desembocadura del río Orinoco, pasando de isla en isla, reduciendo o asimilando a los pobladores más
antiguos,12 como los guanajatabeyes y los caguayos cuyas culturas son anteriores a la llegada de los
taínos. La lengua taína pertenece a la familia lingüística macroarahuacana, que se extiende desde
América del Sur a través del Caribe.

En el momento de la llegada de Cristóbal Colón en 1492, había cinco cacicazgos taínos en el territorio de
La Española (hoy Haití y República Dominicana), cada uno dirigido por un cacique principal (jefe), a
quien se le rendía homenaje. Puerto Rico también fue dividida en cacicazgos. Al jefe o cacique de la tribu
se le pagaba un tributo significativo. Los caciques tenían el privilegio de llevar colgantes de oro llamados
guanin, viviendo en bohíos rectángulo en lugar de ovalados que los pobladores habitaban, y sentándose
en taburetes de madera cuando recibían huéspedes. En el momento de la conquista española, los
mayores asentamientos de población taína podían llegar hasta 3.000 personas cada uno. Los taínos
competían tradicionalmente contra sus vecinos; las tribus caribes, otro grupo originario de América del
Sur, que vivían principalmente en las Antillas Menores. La relación entre los dos grupos ha sido objeto de
mucho estudio.

Durante gran parte del siglo XV, la tribu taína estaba siendo conducida hacia el noreste del Caribe (lo
que hoy es América del Sur) debido a las incursiones de los caribes, Muchas mujeres caribes hablaban
lengua taína debido a la gran cantidad de mujeres taínas cautivas entre ellos.3

En el siglo XVIII, la sociedad taína había sido devastada por enfermedades introducidas tales como la
viruela, así como otros factores tales como los matrimonios mixtos o interraciales y la asimilación forzada
a la economía de plantación que España impuso en sus colonias del Caribe, con la posterior importación
de trabajadores esclavos africanos. El primer brote de viruela registrado en La Española se produjo en
diciembre de 1518 o enero de 1519.4 Pese a todo, varios pueblos indígenas sobrevivieron hasta el siglo
XIX en Cuba. Los españoles que llegaron por primera vez a las Bahamas, Cuba y La Española en 1492,
y más tarde a Puerto Rico, no llevaron mujeres. Tomaron a las mujeres taínas por sus esposas, lo que
resultó en niños mestizos.5

Cuando los primeros navegantes españoles llegaron a las islas del Caribe, los diversos cacicazgos de La
Española estaban en plena lucha con los caribes procedentes de América del sur y que ya habían
conquistado las Antillas Menores. En ese entonces la sociedad taína se dividía en unos cinco reinos
controlados por caciques, a quienes se les pagaba tributo. Fray Bartolomé de las Casas (1484-1566), en
su libro Historia General de las Indias, relata que en el año de 1508 quedaban unos 60.000 taínos en la
isla La Española, para 1531 la explotación y las enfermedades habían reducido el número a 600. Estudios
actuales, sin embargo, han cuestionado tales afirmaciones.6

Étnicamente no todos los habitantes de La Española eran propiamente taínos, ya que además del taíno
clásico se habrían hablado el ciguayo y el macorí, que según De las Casas eran tres lenguas diferentes y
mutuamente no inteligibles. Entre los pueblos taínos, De las Casas sugiere que existían varias lenguas
entre ellos:

• Taíno clásico, hablado en Cuba oriental y la mayor parte de La Española, algunos asentamientos
esporádicos al oeste de la provincia de Oriente en Cuba central y occidental así como las islas Lucayas
meridionales (Islas Turcas y Caicos) y Puerto Rico.7

El taíno clásico tenía diferentes variantes regionales, de las cuales el Taíno del cacicazgo de Jaraguá se
consideraba el más elegante y prestigioso.8 El taíno clásico de Jaraguá también sirvió como segunda
lengua por los hablantes de otras lenguas de la región, así como lingua franca del comercio y la cultura.
Según De las Casas era una lengua que casi todos conocían y podían entender, aunque claramente
coexistía con otras lenguas en las Antillas mayores.

• Taíno ciboney, era la lengua hablada en el extremo suroccidental de La Española, la mayor parte
de Cuba oriental y central y probablemente Jamaica.

En el extremo oriental de Cuba, también se habría hablado una lengua diferente por los guanajatabeyes,
cuyo origen no puede precisarse debido a la rápida extinción del grupo. En algunas islas como Jamaica o
Dominica los taínos e iñeris permanecieron como grupo diferenciado hasta por lo menos finales del siglo
XVIII, cuando estaban en proceso de mestizaje con la población de origen europeo y africano.

Estudios del ADN de la etnia taína

Algunos historiadores piensan, erróneamente, que los habitantes prehispánicos del Caribe fueron
completamente aniquilados tras la llegada de los españoles, pero los estudios de ADN mitocondrial
(ADNmt) en Puerto Rico señalan que hay un 61,1% de personas con ADNmt de origen amerindio, 26,4%
de origen africano subsahariano y 12,5% con ADNmt de origen europeo9 podrían ayudar a esclarecer las
migraciones precolombinas. En definitiva, cerca de un 10 a 15% del ADN total de los puertorriqueños es
de origen amerindio según un estudio realizado por la revista Nature.10
Recientemente, unas pocas organizaciones neo-taínas, como la Confederación Unida de Taínos (una
iniciativa internacional), y la Nación Tribal Jatibonicu Taíno de Borikén (Puerto Rico) han tomado la
iniciativa para realizar estos reclamos. Algunos piensan que el movimiento de resurrección taíno puede
verse como parte de un resurgimiento más amplio en la concientización y organización indígenas
caribeñas. Las reclamaciones de herencia taína en Puerto Rico son controvertibles y algunos eruditos
como Jalil Sued Badillo, un historiador étnico de la Universidad de Puerto Rico, afirman que el registro
oficial de los españoles, documentos históricos, hablan de la desaparición taína.

Los estudios al ADNmt estiman que un 15 y 18% de los dominicanos tiene ascendencia taína directa por
línea materna11 realizados entre 2006 y 2008 dirigido por la doctora Arlene Álvarez a 1.200 individuos
por la Universidad Central del Este y el Museo Arqueológico Regional Altos de Chavón.12 Otro estudio
realizado por Alfredo Coppa y el Museo del Hombre Dominicano en 2001 la composición genética de la
población dominicana era de un 85% de ascendencia africana, 9,5% amerindia, 0,8% europea y 4,8% de
origen incierto, por el lado materno.12 Por el lado de la herencia paterna 58% proveniente de europa,
36% africano, 1% amerindio y 5% indeterminado.12 Los genes taínos tienden a ser más frecuentes en
Cibao (provincias de Puerto Plata, Espaillat y Santiago) y en menor medida las regiones Suroeste y
Sudeste (San Juan, Bahoruco, Azua, Peravia y San Cristóbal).12

En cuanto a la población moderna, otro grupo de estudiosos de universidades puertorriqueñas realizó


un estudio del DNA o ADN mitocondrial que ha aportando datos sorprendentes, descubrieron que la
actual población de Puerto Rico tiene un alto componente genético taíno (aborigen puertorriqueño) y
guanche (aborigen canario, especialmente de los guanches de la isla de Tenerife).13 Eso indicaría que
parte de los primeros contingentes llevados por los colonizadores europeos, eran población autóctona
llevada como esclava o forzadamente a las Antillas.

Estructura sociopolítica
Se dividían en cuatro clases sociales: los naborias, los nitaínos, los bohiques y el cacique. En la estructura
sociopolítica, de carácter teocrático-guerrero, el cacique y el bohique representan los poderes
sobrenaturales del día y la noche.

La palabra cacique, por ejemplo, contiene el morfema ca (de cauni: ‘oro’) porque el cacique
representaba el poder solar del dios del fuego; por su parte, bohique tiene sus raíces en boa, coa, o toa,
y en la casa rectangular (el bohío), asociada a la mitad serpiente de la tribu, en su ordenamiento con
principio de la dualidad. Parece probado que el ciclo mitológico del texto maya Popol-Vuh ejerció un
fuerte influjo en las Antillas.
Los caciques taínos
Véanse también: Anexo:Taínos e Historia de los taínos en Santo Domingo.

Los taínos estaban divididos en gran número de cacicazgos de desigual extensión, a veces unos
tributarios de otros. El cronista Fernández de Oviedo narra que en La Española había cinco grandes
caciques bajo los cuales gobernaban otros de menor importancia. Los caciques taínos recibieron
pacíficamente a los conquistadores, al supuestamente considerarles, como otros tantos pueblos de
América, dioses llegados del cielo.

Sin embargo, ante el mal trato que recibieron por parte de los recién llegados, los caciques organizaron
a sus hombres y repelieron las agresiones que tenían el propósito de someterlos y esclavizarlos. Las
modernas armas de los conquistadores (arcabuces, ballestas, cañones), sus petos y armaduras, fueron
las claves de una lucha desigual que llevó a la derrota de los caciques taínos. Los taínos denominaban
cacique al jefe de una unidad territorial cuyo poder era limitado a un yucayeque, caserío, valle, etc.

Para el año de 1492, en Quisqueya (la Española), existían cinco cacicazgos: Higüey, Maguá, Maguana,
Marién y Jaragua, gobernados por los siguientes caciques: Cayacoa en Higüey, Guarionex en Maguá,
Caonabo (de ascendencia Caribe) en Maguana, Guacanagarix en Marién y Bohechío (sucedido por su
hermana la princesa Anacaona) en Jaragua.

En la época del arribo de los europeos a América, entre los caciques más importantes de Boriquén
(como se llamaba la isla de Puerto Rico) y sus áreas de gobierno estaban: Agüeybana y Guaybaná
(Guánica) -dos de los más poderosos de la isla-, Aramaná (en las riberas del río Toa), Arasibo (en
Arecibo), Cacimar (en Vieques), Caguax (en Caguas), Canóvanas (en el área del río Grande de Loíza y Río
Cubuy o Cayniabón), Daguao (en Ceiba), Guacabo (en Manatí), Guaraca (en el área del río Guayanés),
Guarionex (en Utuado), Guamanix (en Guayama), Jumacao (en Humacao), Hayuya (en Jayuya), Yuisa (en
Loíza), Luquillo (en Luquillo), Mabodomaca (en Guajataca), Mabó (en Guaynabo), Majagua (en
Bayamón), Mayagoex (en Mayagüez) y Orocobix (en Orocovis).

Los poblados estaban organizados en claros de la selva, tierra adentro, con dos clases de habitáculos: el
bohío (vivienda común circular de los habitantes del yucayeque) y el caney (más grande, rectangular y
con ventanas, donde habitaba el cacique con su familia). Estas viviendas se construían con hojas de
hinea (que se recoge en ríos y lagos), y maderas de los árboles de capá prieto y canela cimarrona. Para
dormir usaban hamacas tejidas de algodón (la palabra hamaca es voz taína).

La vestimenta de los taínos era ajustada al medio tropical donde crecía su cultura. Los invasores
españoles hallaron a los hombres cubiertos con un simple taparrabos, y a las mujeres casadas con un
delantal de paja, algodón u hojas llamado naguas. Las mujeres solteras andaban desnudas. Ambos sexos
se aplicaban pintura corporal negra, blanca, roja y amarilla. Decoraban sus cuerpos con tatuajes
religiosos para protegerse de los malos espíritus, y horadaban orejas y labios con oro, plata, piedra,
hueso y concha.

Entre los útiles confeccionaban cestas, cacharros de cerámica, tallaban la madera, hilaban redes y
manufacturaban el oro, abundante en los ríos de Cuba, La Española y Puerto Rico. Los españoles
extrajeron más de diez toneladas de oro, agotando las reservas de la isla y expoliando los pocos objetos
de interés que tenían los ajuares de los caciques.

Poligamia

Los caciques practicaban la poligamia, infrecuente entre el común del pueblo. Esta práctica estaba
justificada por el exceso de muchachas en edad núbil, y porque entre los taínos era un deshonor no
tener hijos. Las relativas riquezas de los caciques, su estatus, y las pocas aspiraciones del pueblo,
permitían a éstos poseer varias mujeres e hijos. La poligamia creció por la constante lucha contra los
indios caribes. Las numerosas bajas entre la población masculina y la imperiosa necesidad de mantener
un nivel de población, fueron factores determinantes para propagar la poligamia entre las tribus taínas
antillanas. Los caciques tenían muchas mujeres, pero eran mujeres de tratado, a las que llamaban
lieguas. Las mujeres tenían que ser vírgenes, y mayormente las utilizaban para mantener la paz con los
indios caribes. El cacique Bohechio tenía 30 mujeres, pero solamente quería a una, las demás eran para
mantener la paz con los demás yucayeques.

Economía

La principal actividad económica de los taínos era la agricultura; para lo cual construían sembrados que
llamaban conucos. Cultivaban mandioca o yuca en sus variedades dulce y amarga, para lo cual
empleaban abonos y sistemas de riego; otros cultivos importantes eran: maíz, cacahuate (o maní),
pimienta, piña, batata, algodón y tabaco.

Cazaban pequeños roedores como las jutías, iguanas, algunas variedades de pájaros como la higuaca, y
serpientes; pescaban con varias técnicas empleando anzuelos, redes, veneno, etc.

Fabricaban objetos como la hamaca, camas de leña (o coyes, como las llamaban). Fermentaban la yuca
para obtener una bebida embriagadora llamada uicú o cusubí. El casabe, que es una especie de pan de
yuca o torta circular de yuca tostada al sol o al fuego, formaba parte de su dieta regular y es consumido
aún hoy día en la zona del Caribe. Aún se fabrica en Venezuela (utilizando una especie de yuca amarga),
República Dominicana y en la región oriental de Cuba.
Religión

Los taínos tuvieron una creencia religiosa politeísta como muchos indígenas de Las Américas. La
divinidad principal era YaYa. También se le conoce como Semign (que significa "Dios" en lengua
arahuaca taína).

La palabra cemí cuyo significado en lengua taína significa "Ángel", designa a los seres espirituales de la
mitología taína. Algunos de estos eran: Yocajú Bagua Maorocoti, Opiel Guobiran, Baibrama, Corocote y
Maketaurië Guayaba.

Anteriormente se creía que Jurakan (origen del término huracán) era el dios del mal, puesto que el
panteón fue interpretado según la creencia dual del catolicismo. En realidad, había varios espíritus que,
cuando se unían, causaban destrucción al pueblo taíno. Juracán era el nombre que le daban los taínos a
los fenómenos atmosféricos conocidos hoy por huracanes y tormentas tropicales. En la creencia taína,
quien realmente desataba estos huracanes era Guabancex, quien era acompañada por Guataubá y
Cuatrisquie.

El monte más importante en la cultura taína era la montaña actualmente llamada El Yunque, donde
hacían las ceremonias principales para su Dios (el nombre actual se deriva del nombre "Yuké", que era el
nombre que los taínos le daban).
Colonización española de América

La colonización española de América fue el proceso por el que se implantó en el Nuevo Mundo una
administración que pretendía ser imitación o duplicado de la administración peninsular
contemporánea.1 Este periodo se extendió desde el 12 de octubre de 1492, día del descubrimiento de
América, hasta el 13 de agosto de 1898, cuando la bandera española fue arriada en San Juan de Puerto
Rico.

La colonización de América fue efectuada sustancialmente por la Corona de Castilla (ligada a los reinos
indianos dinásticamente) y es la continuación de una primera expansión y experiencia colonizadora del
Reino de Castilla en las Islas Canarias, en las cuales ensayó por primera vez a cierta escala la experiencia
de conquistar, repoblar y administrar un territorio nuevo, habitado por pueblos desconocidos,
asimilándolos y cristianizándolos en el proceso. Así, las tres últimas grandes islas de Canarias fueron
completamente sometidas en los años 1478-1483 (Gran Canaria), 1492-1493 (La Palma) y 1494-1496
(Tenerife) aunque el impulso colonizador arranca mucho antes, en las otras islas del archipiélago. Esta
experiencia y la existencia de fórmulas desarrolladas para solucionar los problemas de fundación de
nuevas ciudades, pactos y enfrentamientos con los naturales del país, designación y atribuciones de los
Adelantados militares, engranaje de los aparatos administrativos: religioso, civil y militar, fueron luego
ampliamente usadas en América, tienen sus antecedentes lejanos en la experiencia de la Reconquista y
repoblación de la Península Ibérica y explican en parte el extraordinario éxito de la colonización.

A partir del siglo XV, los territorios y naciones indígenas fueron incorporados por la monarquía española
a través de la Conquista de América, formando parte de un proceso histórico más amplio denominado
mercantilismo, dando lugar al Imperio español en América. A lo largo del siglo XIX, con la caída del
absolutismo y la transformación de España en un Estado liberal, tiene lugar la independencia
hispanoamericana.

Gracias a la célebre bula del papa Paulo III Sublimis Deus de 1537 que declara a los indígenas hombres
con todos los efectos y capacidades de cristianos, hubo un gran contraste entre la colonización
española, la anglosajona y francesa en América. 2 En el Imperio Español la unidad social se concebía a
través de la unidad de la Fe de la Iglesia católica.

Una de las importantes consecuencias de esta colonización fue el mestizaje en América. Los Reyes
establecieron una política exterior común marcada por los enlaces matrimoniales con varias familias
reales europeas que resultaron en la hegemonía de los Habsburgo en Europa durante los siglos XVI y
XVII. Por otra parte el descubrimiento de América a partir de 1492 modificó profundamente la historia.
Extensión del Imperio español en América

einato de Nueva España: fue el actual país de México, los estados de California, Nuevo México, Arizona,
Texas, Nevada, Florida, Utah y parte de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma en Estados Unidos que
hasta 1848 pertenecieron a México y fueron tomados a este país en la guerra conocida como la
intervención estadounidense en México (Florida fue cedida por España a los Estados Unidos mediante el
tratado de Adams-Onís durante la Guerra de independencia de México). España mantuvo bajo su
control estos territorios desde 1519 hasta 1821. Sin embargo, es necesario recordar que la
independencia de Nueva España fue iniciada en 1810 y declarada formal y legalmente por el Congreso
de Chilpancingo en 1813 bajo el nombre de América Septentrional. El período entre ese año y la fecha
de consumación de la independencia de México (1821) eran concebidos por el Congreso como una lucha
contra la metrópoli y por el reconocimiento internacional de la nueva nación. Es preciso aclarar que
territorios significativos que formaron parte del Imperio español, y ubicados en Norteamérica, fueron
habitados por pueblos originarios que no formaron parte del sistema colonial europeo, hasta ser
incorporados el siglo XIX por los nacientes estados americanos tras sufrir procesos de limpieza étnica.

Capitanía General de Guatemala: comprendía los territorios de Guatemala, El Salvador, Nicaragua,


Honduras, Costa Rica y el estado mexicano de Chiapas. Declaró su independencia en 1821 y, después de
ser parte del Primer Imperio Mexicano (salvo Chiapas), proclamó su independencia absoluta el 1 de julio
de 1823.

Luisiana española: cedida por Francia, España la mantuvo poco tiempo en su poder, desde 1762 hasta
1801. Incorporaba territorios de los actuales estados de Luisiana, Arkansas, Oklahoma, Kansas,
Nebraska, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Wyoming, Montana, Idaho, Minnesota, Misuri y Iowa. La
mayor parte de estos territorios nunca fueron efectivamente controlados por España y permanecieron
en poder de los pueblos originarios hasta el siglo XIX.

Capitanía General de Venezuela: la actual Venezuela, Guyana, Trinidad y parte de Colombia.

Virreinato de Nueva Granada: los actuales países de: Panamá, Colombia y Ecuador.

Virreinato del Perú: el actual Perú, parte de Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile y Brasil.

Virreinato del Río de la Plata: los actuales países de Argentina (la Patagonia oriental es considerada por
algunas fuentes como parte del virreinato y por otras como perteneciente a la Capitanía General de
Chile), Paraguay, Uruguay y parte de Bolivia. España nunca controló la totalidad de la pampa, el Chaco,
ni la Patagonia, que permanecieron bajo el dominio de los pueblos originarios hasta el siglo XIX.

Capitanía General de Chile: también llamada Reino de Chile, y en un inicio Nueva Extremadura, núcleo
del actual Chile (para algunas fuentes también la Patagonia oriental). España nunca controló
mayormente la mitad sur de Chile ni la Patagonia, que permaneció bajo el dominio de los Mapuche y
otros pueblos originarios hasta comienzos del siglo XIX.

Territorios Insulares: los actuales países de Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Bahamas (hasta
1670), Antigua y Barbuda (desde 1493 hasta 1632), Trinidad y Tobago, Granada (desde 1498 hasta
1674), Jamaica (hasta 1655), San Cristóbal y las Nieves (Saint Kitts y Nevis), Dominica (desde 1493 hasta
1783), Barbados (desde 1518 hasta 1624), Santa Lucía (desde 1504 hasta 1654).

La conquista del continente


Desde los asentamientos de las zonas insulares del Mar Caribe como Cuba y La Española, la Corona de
Castilla emprendió la colonización del continente americano, estableciendo contactos comerciales con
algunos pueblos indígenas de la costa de Venezuela que permitieron la fundación de la ciudad de Nueva
Cádiz en 1500 en la isla de Cubagua. A dicho reino se le concedió el monopolio real para la exploración y
explotación económica de las Américas, en detrimento del resto de reinos hispánicos.

En 1518 una expedición dirigida por Hernán Cortés, llegó a la isla de Cozumel, pasando después por las
costas de la Península de Yucatán hasta llegar al río Grijalva, donde se produjo una lucha y al final se
fueron para Écija. El Jueves Santo de 1519 llega toda la armada a San Juan de Ulúa, desde donde se
dirige hacia la costa de la actual ciudad de Veracruz. En ese lugar Cortés recibió la primera embajada de
Moctezuma Xocoyotzin, gobernante del señorío de Tenochtitlán, fundando allí la Villa Rica de la Vera
Cruz.

Una vez fundada la Veracruz, Moctezuma le solicitó, mediante el envío de embajadores, detener su
marcha. Pero Cortés continuó hacia el interior, el día 16 de agosto de 1519, rumbo hacia al corazón del
Imperio azteca. Esta expedición estuvo formada por 400 soldados castellanos, 15 caballos y 1.400
guerreros totonacas. Al llegar a Tlaxcala, Cortés derrotó a Xicotencatl y estableció una importante
alianza con los tlaxcaltecas, sumando así más guerreros a su ejército.

En su paso hacia Tenochtitlan tuvo lugar la Matanza de Cholula. Poco más tarde se dirigió hacia el Valle
de México cruzando entre dos volcanes: el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Del otro lado, avistó por
primera vez el Lago de Texcoco y México-Tenochtitlan. Las fuerzas de Cortés entraron por la calzada de
Iztapalapa, siendo recibidas por Moctezuma Xocoyotzin. Una vez hospedados en la ciudad, el huey
tlatoani optó por someterse a la Corona en una entrevista privada. A cambio, Cortés exigió ver los libros
de tributos y los mapas de la tierra. Entretando, la empresa de Cortés no había pasado desapercibida
para Diego Velázquez de Cuéllar, quien envió una expedición capitaneda por Pánfilo Narváez con
órdenes expresas de aprehenderlo y llevarlo de regreso a Cuba. Por esta causa, Cortés viajó a Veracruz
para luchar contra los hombres de Velázquez. Durante su ausencia, ocurrió la Matanza del Templo
Mayor, que encendería la mecha de una rebelión indígena. Moctezuma intentó calmar a la multitud
enardecida, pero ésta lo repudió como gobernante y comenzó a lapidarlo. El huey tlatoani fue herido de
gravedad y murió, siendo Cuitláhuac nombrado sucesor. De inmediato, organizó un ejército para atacar
a los conquistadores.
Cortés organizó un plan de escape, pues los aztecas lo habían sitiado en el palacio de Axayácatl. En la
noche del 30 de junio de 1520 procedieron a la fuga, pero fueron detectados. Durante el escape
murieron ochocientos conquistadores y un indeterminado pero mayor número de indígenas aliados.
Este episodio es conocido como la Noche Triste. Un año más tarde, y tras la decisiva batalla de Otumba,
Cortés regresó con más tropas y más aliados; los pueblos que una vez habían sido sometidos por el
Imperio azteca, se aliaron a los conquistadores españoles y comenzaron a cercar la capital. La ciudad de
México-Tenochtitlan fue sitiada durante tres meses y, tras innumerables batallas por tierra y mar, fue
finalmente sometida el 13 de agosto de 1521. En la batalla, los castellanos, tlaxcaltecas, texcocanos,
huejotzincas, chalcas, cholultecas y demás coaligados causaron bajas al ejército de mexicas en número
cercano a 40.000, de acuerdo a las propias estimaciones de Cortés, y referidas en su tercera carta de
relación.

Independencia de España
En 1776 las trece colonias inglesas en Norteamérica iniciaron un proceso político inédito, declarando su
independencia de la metrópoli monárquica europea y creando una república reglada por una
constitución escrita, con el nombre de Estados Unidos de América.

A partir de 1808, durante la Guerra de la Independencia Española a causa de la invasión napoleónica, los
criollos, al igual que los peninsulares en España, establecieron juntas para gobernar las tierras en
nombre del rey Fernando VII de España. Esta experiencia de autogobierno, junto con el antecedente de
la Independencia de Estados Unidos, y la influencia del liberalismo y las ideas de la Revolución francesa
influenció sobremanera al transcurso de la Guerra de Independencia Hispanoamericana (1808-1824), de
la que emergieron la mayoría de las repúblicas hispanoamericanas de la actualidad.

En América del Sur, las primeras juntas criollas, como las establecidas en La Paz, Virreinato del Río de la
Plata (1809), Venezuela (1810), Chile (1810), Nueva Granada (1810) y Quito (1809), fueron reprimidas
por las autoridades metropolitanas españolas, causando la derrota de todas ellas. La Primera Junta de
Buenos Aires (1810) fue el único gobierno patrio que pudo permanecer, estableciendo una continuidad
histórica con los gobiernos posteriores de la Argentina. Desde Buenos Aires comenzó la campaña de
secesión del sur del Continente. Dos grandes ejércitos independentistas se formaron y atacaron a las
tropas realistas desde el sur y el norte, dirigidos por José de San Martín y Simón Bolívar, para confluir en
Guayaquil, donde el mando general de las tropas independentistas sudamericanas quedó en manos de
Bolívar. La guerra por la independencia de Sudamérica (Suramérica) se extendió entre 1810 y 1824. En
este último año, los realistas, arrinconados en el Alto Perú, fueron finalmente derrotados en Ayacucho
por un ejército sudamericano al mando del Mariscal Antonio José de Sucre. Una vez que los pueblos de
América de Sur se independizaron de España, y después de complejos procesos, terminaron creando las
siguientes naciones independientes de la actualidad: Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador,
Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Los pueblos del Virreinato de Nueva España se iniciaron en 1810 con el Grito de Dolores y también luego
de complejos procesos políticos terminaron creando las siguientes naciones independientes de la
actualidad: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua. Con posterioridad se
independizaría República Dominicana.

En 1898, Estados Unidos ganó la Guerra Hispano-estadounidense y ocupó las islas de Cuba y Puerto
Rico, terminando con la presencia española en América. Cuba se independizó en 1902, si bien seguiría
bajo tutelaje estadounidense hasta 1959, mientras que Puerto Rico fue anexionado como estado
asociado a Estados Unidos. Otros territorios de origen hispano, como California, Texas y Florida, fueron
anexionados y convertidos en estados de los Estados Unidos.

Actualmente, los países de habla hispana y portuguesa de América y Europa, se han organizado en la
Comunidad Iberoamericana de Naciones, que tiene su máximo órgano de cohesión en la Cumbre
Iberoamericana.

Gracias a la bula del papa Pablo III Sublimis Deus de 1537, que declaró a los indígenas hombres con
todos los efectos y capacidades de cristianos,4 hubo un gran contraste en América entre la colonización
española y la francesa con la anglosajona:5 los españoles se esforzaron en incorporar a los indígenas a
su civilización y su Iglesia, aun a costa de la anulación de su identidad cultural.6

El desplazamiento de españoles hacia América durante el siglo XVI apenas afectó al crecimiento
demográfico de Castilla 789 10 Por contra, el llamado choque microbiano tuvo efectos negativos en la
población indígena americana (los castellanos también lo sufrieron, aunque en menor medida).
Cuantificar esos efectos con los medios de aquella época en un continente apenas conocido resultaba
una tarea imposible. Y las divergentes estimaciones que realizaron algunos historiadores en el siglo XX
evidenciaron una total falta de base científica en sus investigaciones.

Con la llegada de los colonos castellanos surgieron en América enfermedades desconocidas en el Nuevo
Mundo, como la viruela, la gripe, el sarampión y el tifus, contra las que las poblaciones nativas no tenían
resistencia. Por otro lado, los europeos tomaron contacto con otras enfermedades propias de América,
como la sífilis, que diezmó a la población europea al propagarse en 1494 desde el sur de Italia (posesión
perteneciente a la corona de Aragón).

Entre el legado lingüístico de la población originaria, pueden contarse dos lenguas amerindias: el
quechua y el guaraní, que han alcanzado el rango de lenguas cooficiales en algunos países
hispanoamericanos, y cuya permanencia se debe en parte a su uso como lingua franca durante la obra
evangelizadora colonial. Durante el Virreinato del Perú, el quechua fue uno de los idiomas que los
misioneros católicos emplearon para evangelizar a los indígenas; se escribieron varios manuales
(llamados "artes") y lexicones de éste y otros idiomas importantes, como el aimara, el mochica o el
guaraní, así como catecismos. Ello permitió que aumentara su influencia sobre los pueblos andinos e
incluso pueblos amazónicos que antes no lo hablaban. Un ejemplo es la amplia difusión en la actualidad
del dialecto llamado quichua santiagueño, popular en la provincia argentina de Santiago del Estero.

Fray Domingo de Santo Tomás publicó en Valladolid (España) las dos primeras obras en quechua, la
Grammatica o Arte de la Lengua General de los Indios de los Reinos del Perú, y el Lexicón o Vocabulario
de la Lengua General del PERV, llamado "Quichua".

El guaraní es a su vez una de las lenguas oficiales del Mercosur, y goza de amplia difusión en Paraguay,
donde es cooficial con el castellano, y en las provincias argentinas de Corrientes y Misiones.

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