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6.

CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO


6. CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO ..........................................................................1
6.1 PANORAMA DEL PROBLEMA DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO ..........................................................1
6.1.1 NOx térmicos, inmediatos y del combustible.........................................................................3
6.2 CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO DE FUENTES ESTACIONARIAS DE COMBUSTIÓN ..............7
6.2.1 Métodos de prevención de la contaminación........................................................................7
6.2.2 Tecnologías añadidas de control de los gases de escape ...................................................13

6.1 Panorama del problema de los óxidos de nitrógeno

Los óxidos de nitrógeno (NOx) representan a una familia de siete compuestos (N2O, NO,
N2O2, N2O3, NO2, N2O4, N2O5), aunque el interés principal respecto a la contaminación del aire se
centra en los dos óxidos generados por actividades antropogénicas predominantes en el aire: el
monóxido de nitrógeno (NO) y el dióxido de nitrógeno (NO2). Además, se está empezando a
mostrar cierta inquietud en relación con el óxido nitroso (N2O), ya que aunque no es un
contaminante común en el aire, con su largo período de vida, entre 100 y 150 años, parece que
puede contribuir de forma significativa al calentamiento global del planeta y a la destrucción de la
capa de ozono.

El NO2 no es un contaminante importante por sí sólo, sino porque reacciona en la atmósfera


para formar ozono troposférico y producir lluvia ácida. El ozono troposférico sigue siendo uno de
los principales problemas de contaminación de las zonas urbanas y es el principal constituyente del
smog fotoquímico. El NO2 reacciona en presencia del aire y radiación ultravioleta bajo la luz del sol
para formar ozono y monóxido de nitrógeno. A su vez, el NO reacciona con radicales libres en la
atmósfera, que también son creados por la acción de la luz UV sobre los compuestos orgánicos
volátiles. Los radicales libres reciclan NO a NO2. De esta manera, cada molécula de NO puede
producir ozono un múltiplo de veces (media de 5 veces), hasta que los COV sean reducidos a
compuestos de cadenas cortas de carbón que dejan de ser fotoreactivos. En la Figura 6.1 se presenta
un patrón típico de contaminación por smog. Además, el NO y el NO2 poseen períodos de vida de
varios días, siendo capaces de recorrer distancias relativamente largas (desde su punto de emisión)
para producir la contaminación por smog a varios cientos de kilómetros. Además, se ha demostrado
que el 90% de las PM2.5 está constituida por cantidades aproximadamente iguales en peso de
sulfato, nitrato y partículas orgánicas.

Las emisiones de NOx, en forma de NO, provienen principalmente de los procesos de


combustión. El NOx es un problema tanto de fuente estacionaria como de fuente móvil, ya que más
del 60% proviene de automóviles y otras fuentes móviles. Las calderas de las centrales
termoeléctricas producen alrededor del 20% de las emisiones provenientes de fuentes estacionarias,
a las que se añaden otras emisiones sustanciales provenientes de calderas industriales, incineradoras,
turbinas de gas, motores estacionarios de diesel y de encendido por chispa, refinerías de petróleo,
fabricación de vidrio, fabricación de cemento, fábricas de hierro y acero, etc. Por otra parte, la
producción y utilización de ácido nítrico produce emisiones de NO y NO2, como lo hacen otros
procesos industriales y agrícolas. Las concentraciones de NOx en los gases de escape de estos
procesos son mayores que en las fuentes de combustión, pero su contribución total es pequeña, no

1
representa más allá del 2% de las emisiones. En la Figura 6.2 se muestran los datos de emisión de
NOx en la Unión Europea y en España. En la Figura 6.3 se muestra la distribución de emisiones por
sectores en la Unión Europea. En la Figura 6.4 se ha representado la evolución de las emisiones en
varios países de la UE.

Figura 6.1.- Concentraciones promedio de contaminantes. De Nevers Ingeniería de control de la contaminación del aire
McGraw-Hill, 1998.

15000

10000
NOx (kton)

Unión Europea
España
5000

0
1990 1993 1995 1996

Figura 6.2.- Tasas de emisión total de NOx. Fuente: Agencia Europea del Medioambiente, 2001.

2
7000 Combustión en energía e industria
de transformación
6000 combustión no industrial

5000 combustión en industria


manufacturera
NOx (kton)

4000 otros

procesos productivos
3000
transporte por carretera
2000
otras fuentes móviles
1000
tratamiento de residuos
0
1990 1993 1995 1996

Figura 6.3.- Emisión de NOx por sectores en la Unión Europea. Fuente: Agencia Europea del
Medioambiente, 2001.

3500

3000
Emisiones de NOx (kton)

2500 Alemania

2000 Francia
Reino Unido
1500 España

1000 Italia

500

0
1980 1985 1990 1995 2000

Figura 6.4.- Evolución de la emisión de NOx en varios países de la UE. Fuente: Agencia Europea del
Medioambiente, 2001.

El objetivo principal de este tema es el estudio de las tecnologías que se utilizan para el
control de las emisiones de óxidos de nitrógeno procedentes de instalaciones de combustión
estacionarias. La reducción y control de los NOx provenientes de la fabricación de ácido nítrico y
baños de curtido es diferente a la que se aplica a las fuentes de combustión, se realiza mediante
absorbedores en húmedo, y pueden utilizar soluciones básicas de NaOH o NaOH más un oxidante
fuerte (KMnO4, H2O2).

6.1.1 NOx térmicos, inmediatos y del combustible

Las reacciones más importantes para producir NO y NO2 en las llamas de combustión son:

N 2 + O 2 ↔ 2 NO (6.1)

1
NO + O 2 ↔ NO 2 (6.2)
2

3
Las constantes de equilibrio para ambas reacciones se resumen en la Tabla 6.1. En la Tabla
6.2. se presentan las composiciones de equilibrio en una corriente típica de gases de escape (3.3%
O2 en exceso, 76% N2). A temperatura ambiente, prácticamente no se produce ni NO ni NO2, la
pequeña cantidad de NO que se forma se transforma en NO2. A 800 K, las cantidades de NO y NO2
son todavía despreciables, aunque en este caso, la concentración de NO comienza a superar a la de
NO2. Sin embargo, a temperaturas elevadas (> 1400 -1600 K) aparecen concentraciones importantes
de NO, siendo despreciables las de NO2.

Tabla 6.1.- Constantes de equilibrio para la formación de NO y NO2.


N 2 + O 2 ↔ 2 NO T (K) Kp 1 T (K) Kp
NO + O 2 ↔ NO 2
2
300 10-30 300 106
(PNO )2 1000 7.5⋅10-9 (PNO 2 ) 500 1.2⋅102
Kp = Kp =
(P )(P )
N2 O2
1200 2.8⋅10-7 (PNO )(PO 2
) 1
2 1000 1.1⋅10-1
1500 1.1⋅10-5 1500 1.1⋅10-2
-4
2000 4.0⋅10 2000 3.5⋅10-3
2500 3.5⋅10-3
De Wark y col. Air Pollution its origins and control, 3ª ed., Addison-Wesley, 1998.

Tabla 6.2.- Composiciones de equilibrio de NO y NO2 a varias temperaturas (3.3% de oxígeno en


exceso, 76% N2)
T (K) NO (ppm) NO2 (ppm)
-10
300 1.1⋅10 3.3⋅10-5
800 0.77 0.11
1400 250 0.87
1873 2000 1.8
De Wark y col. Air Pollution its origins and control, 3ª ed., Addison-Wesley, 1998.

Los óxidos de nitrógeno encontrados en los gases de combustión se clasifican como óxidos
de nitrógeno térmicos, inmediatos y del combustible:

- NOx térmicos: Son, en general, los más significativos, se forman por el simple
calentamiento del oxígeno y del nitrógeno, en una llama o por algún otro calentamiento
externo, por ejemplo, un relámpago de un rayo. Su producción está controlada por las
concentraciones molares de nitrógeno y oxígeno y la temperatura de combustión. La
combustión a temperaturas inferiores a 1300 ºC prácticamente no forma NOx térmicos.

- NOx inmediatos: se refiere a los óxidos de nitrógeno que se forman con mucha rapidez,
como resultado de la interacción del nitrógeno y del oxígeno con algunas especies
activas de carbono obtenidas a partir del combustible en las llamas. No se pueden formar
sencillamente al calentar N2 y O2, se requiere la participación de algunas especies de
carbono activo provenientes del combustible. Durante la primera parte de la combustión,
los radicales del combustible que contienen carbono reaccionan con el nitrógeno según:
CH + N 2 ↔ HCN + N (6.3)
y varias reacciones similares que comprenden el CH2 y radicales C. El N de este modo
producido ataca al O2 para incrementar la formación de NO, y el HCN reacciona en
forma parcial con el O2, produciendo NO, y en forma parcial con el N, produciendo N2.

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- NOx del combustible: Se forma por conversión de algo del nitrógeno presente
originalmente en el combustible, en NOx. El carbón mineral y algunos combustibles del
petróleo de elevado punto de ebullición contienen cantidades significativas de nitrógeno
orgánico (hasta un 2%), los combustibles del petróleo de bajo punto de ebullición y el
gas natural prácticamente no lo contienen. La mayor parte del nitrógeno del combustible
se convierte en la llama en HCN, el cual, a continuación, se convierte en NH o NH2. El
NH y NH2 pueden reaccionar con el oxígeno para producir NO + H2O o N2 + H2O. De
este modo, la fracción del nitrógeno del combustible que sale de la llama como NO
depende de la relación NO/O2 en la zona de aquella. Mantener bajo el contenido de
oxígeno de los gases en la parte alta de temperatura de la llama, disminuye de manera
significativa la fracción de N del combustible convertido en NO. Se estima que la
fracción del nitrógeno procedente del combustible que aparece como NOx en los gases de
escape es del 20 al 50%, dependiendo de las condiciones del hogar, y hasta cierto punto,
de la naturaleza química del N del combustible.

En la Figura 6.5 se presenta una estimación de la contribución del mecanismo térmico, del
combustible e inmediato a las emisiones de NOx provenientes de la combustión de un carbón
mineral. Por debajo de 1300 ºC, el mecanismo del NOx térmico es despreciable, en comparación
con los otros dos, mientras que a las temperaturas más elevadas, es el más importante. Si las
estimaciones se hubieran basado únicamente en el mecanismo del NOx térmico, a temperaturas
inferiores a 1300 ºC se pronosticarían emisiones nulas de NOx, pero, tal y como se observa, las
emisiones a esas temperaturas pueden ser importantes. Cada uno de los tres mecanismos para
producir óxidos de nitrógeno tiene sus propias cinéticas y ecuaciones correspondientes de velocidad.
Los tres mecanismos se rigen conjuntamente por las reacciones globales de equilibrio ya analizadas.
Los productos de estos tres mecanismos interactúan, así que tratarlos por separado es una gran
simplificación.

Figura 6.5.- Aportaciones estimadas de los tres mecanismos del NO en la formación de NOx totales
en la combustión de carbón mineral. De Nevers Ingeniería de control de la contaminación del aire McGraw-
Hill, 1998.

Los gases de combustión se enfrían rápidamente previo a su vertido. Según la


termodinámica, los gases de escape enfriados deberían estar formados fundamentalmente por NO2.
Sin embargo, entre el 90-95% de los NOX emitidos en el proceso de combustión son NO, lo que
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indica que es necesario también considerar la cinética de las reacciones. Conforme la temperatura
desciende (< 1500 K), las velocidades de reacción de descomposición del NO en N2 y O2 y la
reacción del NO con el O2 para formar NO2 son muy bajas. Es decir, el NO formado en las llamas
no se descompone en N2 y O2 tal y como indica el equilibrio y por tanto los NOx emitidos en los
gases de combustión son preferentemente NO. Una vez emitidos, la oxidación en la atmósfera del
NO al NO2 tiene lugar durante un cierto período de tiempo que vendrá determinado por la cinética.
La reacción de descomposición a N2 y O2 no tiene lugar prácticamente. Los mecanismos de las
reacciones de formación del NO y del NO2 son muy complejos. Algunas simplificaciones como la
cinética de Zeldovich de formación de NO térmico, o mecanismos más complejos que también
incluyen la formación del NO inmediato y del combustible, pueden ser utilizados para realizar
predicciones a altas temperaturas.

De todo lo expuesto podemos concluir que existen dos parámetros fundamentales en la


formación de NOx: temperatura y tiempo. Fundamentalmente, a elevadas temperaturas (> 1900 K),
tanto la termodinámica como la cinética favorece la formación de NO. De ahí que se deban
minimizar las temperaturas pico de las llamas, bien reduciendo la velocidad de desprendimiento de
calor o bien aumentando la velocidad de eliminación de calor. La temperatura pico de una llama
depende de múltiples factores: combustible y oxidante usados, tamaño de la llama, grado de
premezclado del combustible y aire, precalentamiento del combustible y del aire. Una posibilidad
consiste en limitar el tiempo de residencia a la temperatura pico al mínimo. En la Figura 6.6 se
muestran dos perfiles de temperatura-tiempo posibles para una corriente de gases que atraviesa una
zona de combustión. El perfil superior es desaconsejable, ya que mantiene temperaturas elevadas
durante un tiempo considerable. Con una mayor velocidad de enfriamiento, con el perfil inferior,
más aconsejable, se reduce la formación de NO, y además se formará una pequeña cantidad de NO2.

Figura 6.6.- Posibles perfiles de temperatura-tiempo para una corriente gaseosa que atraviesa una
zona de combustión. De Wark y col. Air Pollution its origins and control, 3ª ed., Addison-Wesley, 1998.

Un tercer parámetro, directamente relacionado con la temperatura, es el contenido en


oxígeno (% oxígeno en exceso) de la mezcla reactante. La relación aire-combustible determina en
gran medida la temperatura pico de la llama. Además, el exceso de oxígeno puede reaccionar con el
N2 del aire formando más NOx. Como la relación estequiométrica o ligeramente rica en aire
conduce a máximas temperaturas pico de la llama, también producen más cantidad de NO. Por
tanto, uno de los métodos de control de los NOx es la utilización de mezclas aire-combustible
estequiométricas o sub-estequiométricas. El principal inconveniente, en este caso, está relacionado
con otros contaminantes de los gases de escape.

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6.2 Control de los óxidos de nitrógeno de fuentes estacionarias de combustión

Existen dos procedimientos posibles para controlar los NOx en los gases de combustión:

1. Modificar los procesos de combustión para impedir la formación de NOx.


2. Tratar químicamente los gases de escape, después de la llama, para convertir los NOx en
N2.

Los dos procedimientos se aplican por separado o conjuntamente. Las tecnologías de


reducción y control de los NOx es un tema relativamente complejo. Cada tecnología de reducción de
NOx se implementa de forma diferente, tiene desarrollos históricos distintos, y por tanto, una
posición comercial diferente. La selección de la tecnología a instaurar en cada caso necesitará de un
estudio ingenieril de las posibilidades técnicas y económicas de cada tecnología de reducción de
NOx. Las opciones pueden ser limitadas por la incapacidad para ajustar el flujo del aire del sistema
de combustión adecuadamente, conductos que son demasiado cortos para conseguir una mezcla
adecuada, etc. Aunque estos problemas se pueden resolver, si son necesarias demasiadas
modificaciones, pueden llegar a ser antieconómicos.

6.2.1 Métodos de prevención de la contaminación

Desde un punto de vista experimental, los factores que controlan la formación de NOx son
(1) la relación aire-combustible, (2) temperatura pico de la llama, (3) diseño de la refrigeración (4)
sistema de combustión (5) tipo de combustible. En la Tabla 6.3 se resumen los principales métodos
de prevención de contaminación por NOX, señalando sobre qué parámetro se actúa, en cada caso.

Tabla 6.3.- Métodos de prevención de contaminación por NOX.


Principio Tecnología
Reducir temperatura pico Recirculación gas de chimenea
Escalonamiento de aire
Quemador de bajo NOx
Sistemas de aire “sobrefuego”
Requemado con gas natural
Combustión catalítica
Reducir tiempo de residencia a Inyectar aire
temperatura pico Inyectar combustible
Inyectar vapor
Eliminar nitrógeno Oxígeno en vez de aire
Combustible ultra bajo en nitrógeno

El tipo de sistema de combustión (quemador de bajo NOx, aire sobrefuego, encendido


tangencial, encendido de pared, lecho fluidizado, etc.) limitará las opciones. Cada configuración
presenta unas características de diseño específicas que influyen en las emisiones de NOx, como son
la liberación de calor, temperatura de combustión, tiempo de residencia, turbulencia en la
combustión y nivel de oxígeno. Cada tipo y construcción de caldera, cada tipo de combustible y
cada sistema de combustión imponen sus propias restricciones: (1) qué puede o no ajustarse; (2) si
los conductos son adecuados para la sorción, (3) qué efecto tendrá sobre el mantenimiento de la
caldera; (4) perfil de temperatura en el flujo; (5) cómo se puede modificar el sistema de combustión;
(6) qué tipos de quemadores pueden ser utilizados; (7) qué puede ser añadido o modificado, etc. En
cualquier caso, resulta fundamental un control activo de la combustión. En una caldera con gas
natural, una disminución de la eficacia de un 1% puede producir emisiones de NOx mucho más
aceptables. Para calderas que utilizan carbón se han observado reducciones de 20-60% en las

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emisiones de NOx. Mediante el control activo de la combustión se establece un compromiso entre la
eficacia óptima de la combustión y las emisiones que se producen a dicha eficacia.

Los métodos basados en reducir la temperatura evitan la relación estequiométrica aire-


combustible, reduciendo de esta forma la formación de los NOx térmicos. Esencialmente, estas
técnicas diluyen calorías con un exceso de combustible, aire, gas de chimenea o vapor. Los
controles son diferentes para los combustibles con alto contenido en nitrógeno (por ejemplo,
carbón), con los que se trabaja con la relación estequiométrica aire-combustible; y con bajo
contenido en nitrógeno (gasolina, aceites), para los que se emplean relaciones subestequiométricas
aire-combustible.

Los métodos basados en reducir el tiempo de residencia a la temperatura pico de la llama se


basan en restringir la llama a una región corta, seguido inmediatamente por inyección de
combustible, vapor, aire de combustión o recirculación de gases de chimenea. Estos métodos,
también disminuyen la temperatura pico de la llama.

La eliminación del nitrógeno de la combustión se puede realizar utilizando oxígeno en vez


de aire en el proceso de combustión, o bien, utilizando combustibles con un contenido ultra bajo de
nitrógeno para formar menos NOx del combustible.

RECIRCULACIÓN DE GAS DE CHIMENEA

Este es un método extendido tanto en el control de fuente estacionaria como fuente móvil.
Una fracción del gas enfriado de chimenea se inyecta en la cámara de combustión, lo que reduce la
temperatura pico de la llama, reduce el contenido en oxígeno, y diluye el calor en una mayor
cantidad de gas, reduciendo las emisones de NOx. Está técnica presenta una cierta flexibilidad en su
operación, ya que es posible variar dentro de un cierto intervalo el caudal de recirculación, teniendo
en cuenta que recirculaciones por encima del 25% pueden tener un efecto negativo sobre el
desarrollo de la llama. Una de las principales desventajas es el aumento de coste en conductos. Con
este técnica se pueden alcanzar reducciones de hasta el 75% con combustibles pobres en nitrógeno
(Figura 6.7), pero se muestra relativamente ineficaz con combustibles ricos en nitrógeno.

Figura 6.7.- Efecto de la recirculación del gas de chimenea sobre las emisiones de NOx en la
combustión de gas natural. De Wark y col. Air Pollution its origins and control, 3ª ed., Addison-Wesley, 1998.

ESCALONAMIENTO DE AIRE

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Esta técnica también se conoce como combustión en dos etapas y consiste en incorporar el
aire en dos corrientes, de modo que se consiguen perfiles de temperatura-tiempo más adecuados
para la reducción de emisiones de NOx. La primera corriente se mezcla con el combustible en una
relación ligeramente por debajo de la estequiométrica (85-95% de las necesidades de aire que suelen
estar comprendidas entre el 110-130% de la estequiométrica), lo que produce una llama reductora
con combustión incompleta. De este modo se limita, por una parte, la temperatura de combustión y
por otra no existe exceso de oxígeno, reduciéndose la formación de NOx. En una segunda etapa, se
produce la combustión completa, que consume el CO y los hidrocarburos inquemados de la etapa
anterior, mediante la inyección de una corriente secundaria de aire, en una relación neta ligeramente
excesiva en comparación con la estequiométrica. En esta etapa, la formación de NO esta limitada
cinéticamente ya que la temperatura es lo suficientemente baja. Cuando se combina con
recirculación de los gases de chimenea se obtienen reducciones en las emisiones de NOx de hasta el
99%. En la Figura 6.8 se presentan resultados de la combustión en dos etapas de una caldera de gas
natural. Su implementación parece más complicada en calderas que utilizan carbón frente a las de
fuel o gas natural, ya que en ausencia de exceso de aire, las calderas de carbón, con menos
turbulencia en la combustión, producen más cantidad de inquemados y un aumento de las emisiones
de CO.

Figura 6.8.- Formación de NOx en un sistema de combustión en dos etapas que utiliza gas natural.
De Wark y col. Air Pollution its origins and control, 3ª ed., Addison-Wesley, 1998.

QUEMADOR DE BAJO NOX

En los últimos años, un gran número de fabricantes de calderas y quemadores han


desarrollado tecnologías de quemadores de bajo NOx tanto para nuevos sistemas de combustión
como para adaptar los ya existentes. Estas tecnologías incorporan en el diseño del quemador los
principios de combustión en dos etapas y de combustión con mezclas fuera de la relación
estequiométrica. El quemador proporciona, de este modo, una llama estable que tiene varias zonas
diferenciadas. Una primera zona de combustión primaria, en la que se quema una mezcla rica en
combustible, y una segunda zona, en la que se suministra el exceso de aire. En la Figura 6.9 se
presenta un esquema de un quemador de bajo NOx diseñado para calderas con encendido en pared.
En la Figura 6.10 se presenta un quemador de bajo NOx diseñado para quemar fuel o gas natural.

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Con estos sistemas se pueden conseguir reducciones de hasta el 80% de las emisiones y es una de
las tecnologías con alta reducción de emisiones menos costosas para la prevención de la
contaminación. Los principales problemas estriban en el propio diseño del quemador que conduce,
en ocasiones, a necesidades de mantenimiento elevadas.

Figura 6.9.- Esquema de un quemador de bajo NOx para calderas con encendido en pared. De Wark y
col. Air Pollution its origins and control, 3ª ed., Addison-Wesley, 1998.

Figura 6.10.- Esquema de un quemador de bajo NOx para fuel y gas natural. De Babcock Borsing Power, Inc.
SISTEMAS DE AIRE “SOBREFUEGO”

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Los sistemas de aire “sobrefuego” utilizan puntos de inyección de aire por encima del
quemador, de modo que una fracción del aire necesario para la combustión (entre un 5-30%) se
deriva del quemador a estos puntos de inyección (Figura 6.11). Esto reduce la concentración de
oxígeno en la zona de combustión primaria y aumenta la zona de combustión, lo que reduce la
temperatura pico de la llama. Se consiguen reducciones entre 30-50% en las emisiones de NOx. Esta
técnica es muy adecuada para calderas de carbón, en las que la recirculación de chimenea resulta
ineficaz. Aunque normalmente, se emplea en combinación con quemadores de bajo NOx, también se
puede adaptar a los quemadores convencionales.

Figura 6.11.- Esquemas de aire sobrefuego. (a) caldera de encendido tangencial, (b) caldera de
encendido en pared. De Wark y col. Air Pollution its origins and control, 3ª ed., Addison-Wesley, 1998.

REQUEMADO CON GAS NATURAL

El requemado con gas natural se puede aplicar a cualquier tipo de caldera, y es la mejor
tecnología para calderas que utilizan quemadores ciclónicos, en las que no se pueden emplear
quemadores de bajo NOx o escalonamiento de aire. La tecnología de requemado (Figura 6.12)
implica la derivación de una fracción del combustible de la cámara primaria de combustión y su
inyección o la inyección de un segundo combustible en el horno por encima de la cámara primaria.
De este modo, la segunda zona se mantiene en condiciones reductoras, lo que permite la conversión
de una parte del NOx formado en la cámara primaria en N2. Además se mantiene a una temperatura
inferior mediante la recirculación de gas de chimenea para minimizar la formación de nuevo NOx.
El completo quemado del combustible tiene lugar en una tercera zona en la que se inyecta aire
sobrefuego. Las relaciones aire-combustible y el desprendimiento de calor de las distintas zonas se
debe optimizar para controlar las emisiones de NOx. En principio, el combustible secundario más
adecuado es el gas natural. Con esta técnica se han obtenido reducciones del 50 al 75% en
emisiones de NOx.

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Figura 6.12.- Esquema de una caldera con quemadores ciclónicos y requemado con gas natural. De
Wark y col. Air Pollution its origins and control, 3ª ed., Addison-Wesley, 1998.

COMBUSTIÓN CATALÍTICA

Mediante el uso de un catalizador se reduce significativamente la temperatura de


combustión, lo que a su vez reduce la formación de NOx. Con esta técnica se logran los valores más
pequeños de NOx en chimenea, inferiores a 1 ppm, pero no se utiliza a menudo, ya que tiene un
costo de capital, operación y mantenimiento importante relacionado con la inversión y sustitución
del catalizador.

INYECCIÓN AGUA/VAPOR

Para reducir la temperatura de combustión se puede mezclar vapor o agua con el flujo de
aire, lo que a su vez puede causar que aumente la concentración de CO e hidrocarburos sin quemar
emitidos. Una aplicación habitual consiste en combinar el uso de quemadores de bajo NOx con
inyección de vapor/agua para generar emisiones tan bajas como 10 ppm en las turbinas de gas. Los
inquemados se hacen pasar por un dispositivo de postcombustión y el calor de esta etapa se
aprovecha utilizando sistemas de cogeneración.

OXÍGENO EN VEZ DE AIRE

Esta técnica puede reducir drásticamente las emisiones si se utiliza con combustibles con
bajo contenido en nitrógeno, pero no se utiliza en los sistemas de combustión para producir energía
eléctrica debido al coste de obtención del oxígeno. En cambio, se presenta como una de las mejores
tecnologías disponibles para limitar las emisiones procedentes de sistemas industriales de
combustión como puedan ser los hornos de fabricación de vidrio.

COMBUSTIBLE ULTRA BAJO EN NITRÓGENO

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La utilización de estos combustibles puede evitar la formación de los NOx del combustible, y
se pueden llegar a lograr reducciones en las emisiones de hasta un 60-70%. El gas natural y el coque
(material carbonizado del carbón) se pueden considerar combustibles bajos en nitrógeno. Además,
existen en el mercado aceites combustibles líquidos ultra bajos en nitrógeno, con contenidos de 15 a
20 veces menores que el aceite combustible estándar, y con precios cada vez más competitivos.

6.2.2 Tecnologías añadidas de control de los gases de escape

Los sistemas de prevención de formación de NOx en ocasiones no son suficientes para


cumplir los niveles de emisión cada vez más restrictivos de los sistemas de combustión, siendo
necesario, en esos casos, la instalación de sistemas de depuración de los gases de escape. De todas
las técnicas que se han desarrollado, las técnicas de mayor implantación son la reducción catalítica
selectiva (SCR) y la reducción no catalítica selectiva (SNCR). Estas tecnologías pueden aplicarse
tanto a sistemas de combustión externa como a turbinas de gas u otros motores de combustión
interna.

REDUCCIÓN CATALÍTICA SELECTIVA

En este proceso, el NOx es reducido catalíticamente mediante un gas reductor que reacciona
selectivamente con los NO y no con el oxígeno presente. Se alcanzan reducciones en las emisiones
de NOx de hasta el 95%. La reducción catalítica selectiva consiste en la inyección de amoníaco a la
corriente de gas a depurar. El NOx se reduce a N2 y agua en un reactor que contiene el catalizador.
Los catalizadores empleados son metales nobles como el platino o la plata en óxido de cobalto,
aunque en la actualidad están siendo reemplazados por catalizadores de metal base y zeolita. La
reducción catalítica selectiva del NOx tiene lugar mediante dos reacciones (relación molar NH3/NOx
entre 0.6-0.9):
4 NH 3 + 4 NO + O 2 ↔ 4 N 2 + 6H 2 O (6.4)

8 NH 3 + 6 NO 2 ↔ 7 N 2 + 12H 2 O (6.5)
Se debe evitar elevadas temperaturas para que no se produzcan las reacciones potenciales de
oxidación del amoníaco a NO y a N2. La temperatura óptima para los catalizadores de metales
nobles está comprendida entre 175-290ºC, mientras que las zeolitas pueden trabajar a temperaturas
más elevadas (hasta 450ºC).

Se distinguen dos configuraciones (Figura 6.13) en función de la situación del reactor


catalítico:
- “Alto contenido en polvo”: El reactor catalítico se instala inmediatamente después del
quemador. Se aprovecha el calor de los gases para alcanzar las temperaturas adecuadas
de reducción. Se utilizan catalizadores de poro grande para evitar la deposición de
cenizas y el envenenamiento del catalizador.
- “Bajo contenido en polvo”: El reactor catalítico se instala después del sistema de
recolección de partículas, de modo que se utilizan catalizadores con menor apertura de
canal. Además, se suele situar tras el lavador de gases ácidos por lo que el gas suele estar
libre de SO2, pudiéndose utilizar catalizadores no resistentes al envenenamiento por
azufre, y sin el problema de la presencia de sulfatos amónicos corrosivos. El principal
inconveniente es que hay que recalentar los gases previo a su entrada al reactor catalítico.

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Figura 6.13.- Configuraciones reducción catalítica selectiva. De Wheelabrator Air Pollution Control Inc.

Los principales problemas relacionados con la operación del sistema son la desactivación del
catalizador y la concentración residual de amoníaco en los gases de escape. El amoníaco residual
reacciona con el SO3 para dar sulfato amónico, de tamaño submicrónico, que tiende a adherirse y
obturar el catalizador. Los sistemas de bajo contenido en polvo minimizan la desactivación del
catalizador por deposición de polvo, aunque sus costes de inversión y operación son más elevados.

Esta tecnología se encuentra en pleno desarrollo, y algunos de sus nuevos avances son:

- La configuración SNOX permite eliminar conjuntamente el SO2 y el NOx, ambos de


forma catalítica. Se utiliza un esquema de bajo contenido en polvo para el NO y el SO2
se elimina mediante el proceso catalítico WSA (wet sulfuric acid) que produce ácido
sulfúrico.

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- Utilización de hidrocarburos como agentes reductores (eteno, propeno, etc.). Proyectos
en fase de investigación que como ventaja presentan que no se ven afectados por la
presencia de óxidos de azufre.

REDUCCIÓN NO CATALÍTICA SELECTIVA

En este proceso se inyecta urea o amoníaco dentro de la caldera o en los conductos próximos
a la caldera, en zonas con temperaturas comprendidas entre 900-1100 ºC (Figura 6.14). A estas
temperaturas, la reacción de reducción del NO a N2 presenta una alta energía de activación, no
siendo necesario el uso de catalizador:
4 NH 3 + 6 NO ↔ 5 N 2 + 6H 2 O (6.6)
Esta ventana de temperatura, que puede variar ligeramente para el amoníaco o la urea es
fundamental. Si la temperatura supera los 1100 ºC, predominan las reacciones de oxidación del
amoníaco, lo que produce un menor rendimiento del proceso:
4 NH 3 + 5O 2 ↔ 4 NO + 6H 2 O (6.7)

4 NH 3 + 3O 2 ↔ 2 N 2 + 6H 2 O (6.8)
Si la temperatura es inferior a 900 ºC, se produce una concentración excesiva de amoníaco
residual en los gases de escape con los consiguientes problemas derivados de la formación de
sulfato amónico.

Figura 6.14.- Inyección de urea en un sistema de control de NOx mediante RNCS . De Wark y col. Air
Pollution its origins and control, 3ª ed., Addison-Wesley, 1998.

Con este sistema se logran eficacias en la reducción de los NO de hasta el 70%. Los factores
fundamentales son la relación estequiométrica necesaria, una turbulencia adecuada en la inyección
del reactante, y la temperatura del punto de inyección.

Existen otros procesos novedosos en diferentes estadios de desarrollo como son el reactor de
plasma no térmico con inyección de un agente reductor (metano, hexano), la inyección de un agente
oxidante (ozono, oxígeno ionizado), y la inyección de un agente absorbedor o adsorbedor. Uno de
estos procesos, por ejemplo, elimina tanto el SO2 como los NOx por adsorción sobre carbón
activado.

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