Lectura del texto: Algunas consideraciones sobre los problemas del comercio en Hispanoamérica
durante la época colonial
El autor en este ensayo primero nos realiza un orden en el cual desarrollara los temas;
El desarrollo del comercio en Hispanoamérica y España (también con Europa)
El comercio particular de los esclavos. La inserción de los productos Europeos al circuito comercial interior del mundo americano; y la competencia que esta genera. Como en este caso Romano, decide desarrollar estos temas desde la óptica americana, así tener una visión de mercaderías y barcos Europeos llegados a la misma. Articulando el comercio internacional, interregional, intrarregionales y locales. El viejo y el nuevo mundo, entre 1510 y 1778, el comercio oficial; las importaciones y exportaciones se realizaron en tonelaje; claramente esta medida era por la mayor cantidad que podían transportar y cargar en los barcos, teniendo en cuenta que solo realizaban dos viajes por año, la mayoría de los continentes. Los puertos americanos que recibían el comercio español eran: Veracruz, Portobelo, Cartagena y Buenos Aires. Desde estos mismos es donde se redistribuyen hacia el resto del continente, lo mismo ocurría con la salida de metales preciosos hacia España. En el caso de Buenos Aires, este puerto servía para aprovisionar internamente; Córdoba, Tucumán, Mendoza, una parte de chile, Paraguay y el Alto Perú. Teniendo en cuenta que solo una minoría de estos barcos llegados a dichos puertos eran legales, pero la otra parte del comercio y gran parte fue, las “arribadas maliciosas”, un contrabando semiilegal, ya que estos pedían autorización para entrar al puerto donde desembarcaban y comercializaban. Los barcos oficiosos que provenían eran: holandeses (quienes tenían una fuerte presencia), portugueses, franceses, ingleses y españoles. Otro ejemplo como el de Buenos Aires son los barcos franceses en las costas del Perú, en su gran cantidad que pasaban, cuando había dos flotas mercantes españolas hacia allí durante el mismo periodo. Lo que se puede comprobar claramente es que, a mediados del siglo XVII (e incluso antes) el monopolio español que pretendía comercialmente, fue parcial; el ritmo del comercio está marcado por el contrabando; y que América es lo suficientemente capaz para absorber estos productos. Las islas grandes y pequeñas, no solo se infiltraron en el interior del imperio español, sino que formaron bases para la organización del contrabando hacia América. Por ejemplo; Los holandeses en 1634 ocupan Curacao, Saint Eustatius y Tobago. Los franceses en 1640 se instalan en La Tortuga. Los ingleses que en 1654 ocupan Jamaica y hacia 1671 los daneses ocupan Santo Tomas. Frente a esta debilidad española; la fuerza inglesa y la posición de América, resaltan estos tres factores; lo primero y lo más importante como venimos manifestando, la sed de un continente que España no puede saciar, la agresión por parte de los holandeses y luego los ingleses con infiltraciones francesas, la incapacidad administrativa de España; un sistema paralelo de organización y corrupción total de los lugares de contrabando, sumado a este debilitamiento la disminución de navíos de construcción española en el trafico oficial de América. En el caso de cuba justifico su contrabando de alguna manera exponiendo que, las pocas veces que entraba un embarcación española, llevaban precios muy caros por cada género y no recibían a cambio sus fructos, por lo tanto sabiendo que no estaba permito comercializar con extranjeros su necesidad era más fuerte y esto empuja al contrabando, además con ellos podían intercambiar productos como tabaco, corambe y achote , con precios más razonables y bajos. Además hay que tener en cuenta que España prohibía a la producción de productos (por ejemplo el hierro), para evitar la competencia, pero así solo alimentaban al comercio con extranjeros. En nueva España cerca de 1/3 era del comercio legal, y el resto que era 2/3 de contrabando, paradójicamente este se convierte en un “comercio directo”. Pero Hispanoamérica era capaz de ofrecer bienes también y articularse al comercio internacional. Con la capacidad para importar y exportar, para los extranjeros era un mercado significaba una fuente de beneficio. En 1778 se da la famosa autorización de “libre comercio”, esto mejora la relación de España con América, pero la estructura comercial cambia muy poco. A fines del siglo XVIII el comercio de Hispanoamérica con el resto del mundo, incluyendo Asia queda reflejado de esta manera; Las importaciones son de 59 millones, 200 mil pesos. Las exportaciones son un total de 68 millones, 500 mil pesos (en productos agrícolas y metales preciosos). Con esta evaluación nos introduce al centro del problema del comercio exterior de América, el metal precioso; producido allí luego es exportado de Veracruz en dirección a Cádiz, habana, puerto rico, las Antillas en millones, en este mismo lapso (1766-1791) México produce de sus minas 468 millones de pesos; pero aun así y todo México solo contaba con un millón de pesos anuales que les quedaba. Entre el fin del siglo XVIII y el principio del XIX, hay un aumento de la producción minera, pero también de la actividad comercial internacional, aunque esta no haya sido el motor del comercio como lo fue el comercio intrarregional y local. Un factor determinante que dio lugar a dicho contrabando fue el valor agregado de gastos diversos, impuestos, fletes y seguro. Y en el caso del comercio directo el valor agregado resultaba mínimo comparado con el anterior. El precio del bien es el mismo pero estos factores que acrecientan el mismo solo enriquecen al comercio de contrabando. El comercio internacional fue responsable en cierta forma de la verdadera especialización de cultivos, en el siglo XVIII en América. El tráfico de esclavos (una mercancía muy particular). Primero hay que tener en cuenta las distintas visones en cuanto a los valores que tenían sobre esta mercancía; un esclavo negro exportado de África por un comerciante europeo, representa un valor que se acrecienta con los gastos de transporte, ellos veían en valor en plata únicamente, en cambio para el importador, que era el americano, este esclavo representaba una fuente de energía que le redituara como mano de obra explotándolo. Entre 1500 y 1810 cerca de un millón de esclavos fueron dirigidos hacia Hispanoamérica; el lugar de origen de los mismos fue África, quien significo una gran reserva de hombres, es por la exploración de los portugueses, por las costas Africanas, donde comienza este interés no solo por el oro y los colmillos de elefantes, sino también por los hombres que son una gran fuente de riqueza. El monopolio de los portugueses fue quebrado por los ingleses, los holandeses, los franceses a través del engaño o por la fuerza; (no hay que olvidar que entre 1580 y 1640 Portugal está unido a la corona de España). En el caso de la Española fue a comienzos de 1492, donde había oro y era necesaria la mano de obra para exportarlo. El factor que va determinar la fluidez de este comercio será según la caída demográfica de cada región, sobre todo en aquellas que no tenían una organización estatal y que la oposición llevo a utilizar las fuerzas militares. Quienes sí estaban organizados fueron tres grandes imperios; los Aztecas, Mayas e Incas, allí la población no desapareció totalmente, resistió mejor. Desde inicios del siglo XVII, los ritmos de importación demandaban a los colonizadores una masa de energía cada vez mayor; los trabajos eran una cuestión de aptitudes para ciertos trabajos, por ejemplo, en las minas se prefería a los indígenas y en las plantaciones a los esclavos; que a su vez este movimiento demográfico con las nuevas llegadas de esclavos constituyo una nueva sociedad, la negra- mulata. Como funcionaba este comercio triangular, África- América- África. Primero son dirigidos hacia Europa, importados como infieles y también exportados como cristianos. De Europa parte un barco cargado de telas, objetos de cobre, espejos, perlas de vidrio y armas, con estos productos se compran los esclavos. Estos son transportados a América, donde son vendidos por plata o productos locales, azúcar, cacao, cueros, materias colorantes, que serán dirigidos hacia Europa. El sistema español: Todo debía quedar bajo el control de la corona, era esta quien otorgaba licencias para importar esclavos a América, estas licencias eran para llevar el control de alguna manera, en cuanto al número de esclavos que se podía introducir a América, se fijaban estos números, como así también el lugar de África desde donde podían ser exportados, sobre todo en que puertos debían ser desembarcados; la falla de este sistema fue que los beneficiarios de estas licencias podían revenderlas. Así con precios altos de licencias y escasez de esclavos esto favoreció al contrabando. Ante esta situación, la monarquía renuncio al sistema de licencias y el comercio de esclavos y quedo en manos de la Casa de Contratación de Sevilla, entre 1532 y 1589. Pero esta tampoco fue capaz de mantener este sistema; en 1595 la corona decide acordar un verdadero monopolio a un portugués, Pedro Gómez Reynel, quien hasta 1640 se asegura de aprovisionar esclavos a Hispanoamérica; es en este periodo que la unión de España y Portugal termina. España cada vez más afectada por una crisis profunda, decide prohibir el tráfico de esclavos en América entre 1640- 1651, esto solo va a significar que el comercio de contrabando tome fluidez. La realidad que vivía Hispanoamérica era que necesitaba una gran fuente de energía, la cual la metrópoli era incapaz de abastecer, entonces como medida realiza importaciones provenientes de Brasil y del Caribe inglés, franceses y en parte holandeses. El aprovisionamiento de esclavos en América será, de la fuente única, África, como ya lo mencionamos antes, a través de multicanales. La importación de esclavos represento una fuente complementaria de drenaje de metales preciosos desde Hispanoamérica desde España hacia los grandes proveedores. En 1713 por medio de un contrato Inglaterra se asegura el monopolio del comercio. La base de estas importaciones será Jamaica, la vieja capital de la introducción clandestina se convierte en “oficial”. En 1739 comienza a desarrollarse progresivamente el comercio libre de esclavos. Para los ingleses significo un estímulo para las construcciones navales de los mismos. La distribución interna los cuatro puertos principales: Veracruz; que abastece a todo México. Portobelo; (y de panamá) abastece toda América del pacifico. Cartagena; abastece la actual Colombia, parte de Venezuela y Ecuador. Buenos Aires; a Potosí y Santiago de Chile, que a su vez estas entran en competencia con los bienes que llegan de Panamá. Para distribuir se organizan “ferias” (Jalapa, Portobelo y Cartagena son las más famosas), consistían en transportar vía terrestre o vía fluvial el producto por medio de hombres, mulas, carretas e incluso canoas. Así un cargamento llegado de Portobelo, es transportado alomo de hombre y/o de bestia para Panamá; desde allí las mercaderías más ricas serán transportadas por vía terrestre (incluso hasta Potosí), mientras que las más pesadas serán embarcadas y transportadas hasta Guayaquil y el Callao. Estas “redes” que se caracterizan por el movimiento de bienes, va hacer que se crucen el comercio intercontinental de vino con el internacional de seda y ambos en un comercio interregional de tejidos. Un claro ejemplo de esto fue México y Perú (Callao – Acapulco), que comenzaron dos años después de la conquista, donde el comercio internacional permitió integrarse en la red de comunicaciones interregionales. Estas redes bastantes complejas, en las que intervienen productos de la circulación internacional y de la circulación local, regional e interregional. Una red mucho más densa comercialmente fue lo que se desarrolló durante el siglo XVII; “el comercio de mulas” entre el Rio de la Plata y el Alto Perú; entre Salta y Potosí. Con estos movimientos toma importancia la cría de animales mansos para poder manipular, y que pone en movimiento un tráfico complementario de esclavos, tejidos, vino, yerba con retornos en moneda constante. Hay que considerar que las poblaciones aborígenes (tanto en América como en otras partes) usaban ciertos estimulantes, como las hojas de coca y la yerba; estos eran productos de zonas muy particulares (según clima, suelo y humedad); esta última estaba concentrada en Paraguay, se extendió muy rápido por el Rio de la Plata, chile y todo Perú. Los jesuitas son quienes la introducen en el comercio de exportación. Las hojas de coca eran también de zonas precisas, valles cálidos y húmedos de la vertiente amazónica de Perú y de Bolivia (también Colombia). Este producto desde el siglo XVI, pronto se transforma para los españoles en una gran producción y distribución, y tanto este como la yerba ponen en movimiento grandes cifras en el comercio interior, como así también el tabaco y el aguardiente. Como circulaban: Por ejemplo la yerba; vía fluvial era transportada en balsas o barcas, también estaban los barcos de la “carrera” atlántica que cargaban mas toneladas. Y las flotas terrestres eran la carreta, teniendo en cuenta que por donde no podía circular había que recurrir a la mula. Estos sistemas internos eran muy difíciles de controlar y van a dar lugar a un nuevo personaje, “el arriero”, quien conducía a los animales, les aseguraba los contactos, a través de ellos se articulan las redes comerciales del transporte de mercancías. La circulación local era muy difícil de controlar y escapaban de todo control fiscal, por ejemplo las frutas, legumbres que no se conservaban y eran consumidas rápidamente. En el caso del pulque (una bebida ligeramente alcoholizada) era más fácil de seguir la renta de su comercialización, que la corona obtenía de la misma. Pero todo estos movimientos estaban acompañados de un sistema de hormigueó que promueve todo estos productos que no se podía medir. Otras relaciones interregionales eran el caso de México y Venezuela, donde los une el cacao, México es gran consumidor de este producto así que está obligado a importarlos y su proveedor será Venezuela; estas importaciones superan a aquellas dirigidas hacia España, con esto queda una vez más ejemplificado que el comercio interregional americano es más fuerte que el comercio América- España. Este movimiento trae consigo un comercio de retorno, objetos de cobre, vidrio, porcelanas, tejidos pero sobre todo plata. La harina fue otro producto importante. Otros ejemplos de los lazos interregionales que nos expone el autor, son el de Cuba quien recibía harina mexicana, y la exportación pesada de trigo chileno hasta Perú, quien les intercambiara este bien por plata pero también azúcar, aguardiente y luego productos europeos. El mar Caribe fue un refugio de piratas y corsarios, no solo capturaban grandes barcos, también los pequeños de las costas. El contrabando interregional fue sin dudas más fuerte que el comercio internacional. La trata de esclavos estuvo muy ligado a la política militar de las grandes potencias económicas. En síntesis el autor nos desarrolla y especifica cada punto mencionado al principio de este informe, y deja claramente plasmado como España deja de tener una participación comercial fluida, y arrasa con este el comercio interregional y local de cada continente; con una articulación e intercambio flexible en consecuencia de la incapacidad de aprovisionamiento de España, creando un comercio paralelo llamado contrabando.