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EFECTÚESE LA VOLUNTAD DE JEHOVÁ

La actitud predominante en el mundo actualmente, es egoísta. Está basada en la


autosatisfacción. En ser bondadoso con uno mismo. Que todo cuando diga, piense o
haga sea para que usted este bien y ya, no importa que afecte a otros mientras lo logra.

Pero para el cristiano verdadero, las cosas no son así ¿verdad? No seguimos el modo
de pensar de la mayoría de las personas, no vamos por el mismo camino. Se podría
decir que el cristiano verdadero hace lo opuesto.

LA Biblia nos anima a ser abnegados, a estar dispuestos a sacrificarnos por los demás.
Que no se haga lo que nosotros queremos, si no que se haga la voluntad de Jehová.

Y para comprender cómo podemos desarrollar esta actitud de abnegación, de


sacrificio, analicemos a uno de los mejores ejemplos que tenemos en cuanto a esto en
la Biblia: El apóstol Pablo.

Leer Hechos 21:8-12

En pocas palabras, le estaban diciendo que le esperaban problemas, prisión


sufrimientos, incluso la muerte. ¿Qué le decían sus compañeros? Mediante consejos
bien intencionados, le comenzaron a rogar que no fuera. Estos comentarios aunque su
intención era buena, pudieron haber debilitado el espíritu de sacrificio de Pablo.

Algo parecido lo encontramos en un relato de la Biblia, cuando Pedro le dijo a Jesús


que fuera “bondadoso consigo mismo”. Sin duda, todos recordamos la tajante
respuesta que dio Jesús a aquel bienintencionado consejo de parte de Pedro.

Pero ¿Qué respuesta dio Pablo cuando le rogaron que no fuera a Jerusalén?
Imaginemos por un momento cómo le rogaban que no fuera, eran hermanos que lo
querían, lo amaban. Seguro hasta con lagrimas le decían que no fuera. Ej. Familiar
cuando se va de viaje.

Ahora, a Pablo se le estaba diciendo que iba a sufrir. Leamos Hechos 21:13.

Todos los hermanos, hasta el propio Lucas, le ruegan a Pablo que no siga con sus
planes. Enternecido al observar su amor, su preocupación e incluso sus lágrimas,
Pablo les dice: “[Me] están haciendo [...] débil de corazón”, o “¡Me parten el
alma!” (Nueva Versión Internacional).

Pablo, al igual que Jesús en su momento, tenía ya una decisión tomada, fue valiente.
Estaba decidido, no a hacer lo que le convenía, no a hacer lo que el quería, no a hacer
lo que a el le hubiera gustado, el estaba decidido a hacer la voluntad de Jehová. No lo
ablandaron ni las súplicas ni el llanto. Más bien, les explica por qué debe proseguir
hacia su destino. ¡Qué valentía y qué firmeza! Puso en primer lugar el reino.
¿Cuál fue el desenlace? Leer Hechos 21:14

Los compañeros de Pablo habían tratado de convencerlo de que no fuera a Jerusalén.


Pero aunque les resultara difícil aceptarlo, después de escuchar lo que les dijo, la
decisión que tenía. Ellos comprendieron que lo mejor era hacer la voluntad de Jehová.
El apóstol había emprendido un camino que lo llevaría a la muerte, y le sería más fácil si las
personas que tanto lo querían no trataban de hacerlo cambiar de idea.
Si él ya había tomado esa decisión, lo mejor que podían hacer era apoyarlo.

¿Cuál es la lección para nosotros?

Nunca desanimemos a quienes desean dar lo mejor de si mismos para Jehová.


Jehová siempre recompensa a aquel siervo suyo que pone en primer lugar el Reino.

Aunque seamos bienintencionados, nunca hagamos comentarios que desanimen a


nuestros hermanos que tienen un espíritu de sacrificio.

(Análisis de imágenes)

Animarles a que están haciendo lo correcto, poniendo el Reino en primer lugar.

En conclusión, no imitemos la actitud egoísta del mundo, de ser bondadosos con


nosotros mismos. Si nuestro deseo es darle más a Jehová, el jamás va a fallarnos.

Si alguien nos dice que va a realizar cambios a favor del Reino, animemosle a que lo
haga y apoyémosle con acciones. Jehová sin duda va a recordar nuestras acciones y si
ponemos en primer lugar el Reino, nos colmará de numerosas bendiciones.

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