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Ateneo 2000; 1(1):21-7

EL ARTE Y LA CIENCIA EN LA ANAMNESIS

Miguel A. Moreno Rodríguez

La Medicina es una ciencia y un arte, Pero la clínica es también un arte, claro


como el hombre es el homo sapiens y el homo que no en el sentido de la pintura, la escul-
faber. Es ciencia porque busca el conocimien- tura o la música, no obstante que al igual
to de la naturaleza real de los fenómenos, que ellas se sirve de la intuición, está dirigi-
hurga en su profunda intimidad, supera de da a lo individual y posee siempre una "car-
continuo la limitación que cada época his- ga emotiva" 1 dada porque el objeto y sujeto
tórica impone a sus conclusiones, para ter- del conocimiento son seres humanos, ya que
minar enunciando las leyes particulares que no se enferma el lisosoma, sino el hombre a
los rigen. cuyos lisosomas les falta una enzima. Es un
En 1882 el médico francés Felipe Gaucher arte en el sentido más general de la palabra,
reportó la observación de un enfermo con como todo lo que se hace por la industria y
gran esplenomegalia, cuya pulpa estaba sus- la actividad del hombre u, óigase bien,
tituida por grandes células pálidas, lo que como el conjunto de reglas y preceptos
atribuyó a un tumor del bazo. para hacer bien alguna cosa.2 Y si lo acep-
Doce años después Bovaird señaló que tamos así, entonces la anamnesis, dentro de
dichas células también estaban en el híga- la clínica, tiene un determinado contenido
do y en los ganglios, y supuso que su ori- de arte, ya que no sólo exige del médico
gen era una toxina desconocida. Al cabo de conocimientos científicos, sino también savoir
24 años ya se conocían muchos casos, el faire, lo que equivale a decir sistematicidad,
cuadro estaba más definido y Schlagenhaufer habilidad, talento, inteligencia, tolerancia,
sugirió que se debía a la tuberculosis. Vein- humanidad, empatía, don...
te años más tarde, y ya estamos por 1940, Cuando un médico interroga a un en-
se descubrió que dependía del depósito fermo con verdadero profesionalismo, al
celular de un cerebrósido y mucho después par que aplica sus conocimientos científi-
se definió como un trastorno genético que cos para conocer la naturaleza del proceso
por el déficit de una enzima, la glucoce- morboso, utiliza reglas y preceptos que son
rebrosidasa, acumulaba en las células condiciones del arte en una simbiosis tan
glucosilceramida. Casi un siglo después del íntima como la del oxigeno e hidrógeno en
reporte inicial de Gaucher la afección quedó la molécula del agua.
clasificada como una variante de enferme- La clínica se dedica a la atención indi-
dad de los lisosomas. vidual de enfermos. Y en esa atención in-
Ese lento desentrañar de casi 100 años dividual la anamnesis es habitualmente el
se debió a la ciencia. primer paso.

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¿Cuál es el valor de la anamnesis? ¿Qué La investigación clínica está en vías de
jerarquía tiene dentro de todos los medios dar una respuesta a este problema. Los tra-
y recursos que conducen al diagnóstico? bajos de Sandler,8 en 1979; de Young y cola-
Ningún autor niega su importancia; boradores,9 en 1983 y de Rich y colaborado-
todos le conceden, en general, un gran res10 en 1987, concluyeron que un interro-
valor, pero hay diferencias de matices. Así, gatorio acucioso es capaz de hacer el diag-
hace ya muchos años el profesor Bisbé, 3 re- nóstico en el 56 al 62 % de los enfermos; el
conociendo que proporcionaba valiosos ele- examen físico añade el 17 % y los exámenes
mentos e incluso que en ocasiones era el complementarios son sólo necesarios en el 20
único que los suministraba, tenía el crite- al 23 % restante de los casos. Es decir, que el
rio de que su valor no era "tan grande como interrogatorio tiene el primer lugar en je-
el de los otros recursos de exploración". rarquía diagnóstica y estos resultados se co-
Párrafos más adelante enfatizaba, no obs- rresponden con los criterios expresados ya
tante, citando a Benjamin Loewenberg, que en 1958 por el profesor Julius Bauer.11
el interrogatorio exigía la estrategia de un Destaquemos pues, una primera conclu-
diplomático y el tacto de un confesor. sión: el interrogatorio, la anamnesis, tiene
una importancia extraordinaria en el ejer-
El criterio de Bisbé fue trasladado lite-
cicio de la clínica, en la búsqueda del diag-
ralmente al libro de semiología que utilizan
nóstico. Cyril Mc Bryde lo enfatizó de mane-
nuestros alumnos,4 pero incorporándole la
ra elocuente en el prólogo de su obra sobre
palabra "siempre", de tal forma que el pá-
semiología: "Déjeme tomar la historia -es-
rrafo quedó redactado así: "el valor del in- cribió- y yo aceptaré la palabra de lo que
terrogatorio no siempre es tan grande como un buen internista encuentre físicamente".12
el de los otros recursos de exploración". Obviamente, no sólo concedía una especial
De hecho, se reconoce que a veces los supe- importancia al interrogatorio, sino que lo
ra a todos o al menos se equipara con los consideraba más difícil y dependiente de
restantes procederes. mayores habilidades que el examen físico,
Tiburcio Padilla, en 1937, escribió que puesto que no se lo cedía a nadie.
"el interrogatorio es uno de los procedi- Tal es realmente nuestro punto de vis-
mientos exploratorios más difíciles, requi- ta. Con todo el valor que tiene un buen
riendo de la mayor capacidad y prepara- examen físico, las habilidades que exige y el
ción del médico. Toda recomendación so- tiempo que lleva dominar su ejecución con
bre la necesidad de ser minucioso en este verdadera maestría, recoger la anamnesis es
examen resulta pobre en relación con su un reto superior para el médico. Siempre
importancia".5 Como se aprecia, le concede nos ha parecido que Rist lo expresó de
utilidad, pero no lo sitúa en una escala de manera muy profunda y quizás como nin-
jerarquía. guno otro, cuando escribió: “Nunca se apre-
En 13 prestigiosos y algunos clásicos, cia mejor la experiencia clínica, la ciencia,
libros de semiología, vanamente buscamos la penetración psicológica y la autoridad
una respuesta categórica a la segunda pre- moral de un médico que cuando se le escu-
gunta formulada. Sólo Bárbara Bates6 la cali- cha mientras interroga".
fica como "el primero y a menudo más im- ¿Qué reglas y preceptos exige el arte
portante proceder" y Levine7 como "la fase más del interrogatorio?
importante"; pero en general se elude una
definición jerárquica, como si se caminara Primero: saber escuchar. "El médico,
sobre una delgada capa de hielo. -decía Osler- tiene 2 oídos y una boca para
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escuchar el doble de lo que habla". Esto tie- tiene todas las manifestaciones de la enfer-
ne una importancia singular que se violen- medad y por tanto, le imprime un sello, un
ta innumerables veces. Pinero Corpas13 incu- cuño muy personal e irrepetible, lo que ha
rrió en un error cuando consideró que "la llevado al conocido aforismo de que no hay
mayoría de los enfermos inicia un relato enfermedades sino enfermos. En corres-
confuso y lleno de detalles secundarios, que pondencia con esto, el paciente no puede
de escucharse quitaría un tiempo aprecia- ser tratado por esquemas, protocolos ni nor-
ble". Y añadía: "es necesario interrumpir al mas, ni como un "caso" ni como una "cosa"
enfermo para llevarlo a expresar de modo y tiene que individualizarse la propia rela-
concreto cuáles son las molestias que lo aque- ción médico-paciente, el interrogatorio, el
jan". examen físico, las hipótesis diagnósticas, los
Esta práctica, desgraciadamente muy exámenes complementarios, el tratamiento,
común entre nosotros, además de vulne- el pronóstico, todo, siguiendo la sabia máxi-
rar el arte clínico, no sólo bloquea la rela- ma de Hufeland de hace 2 siglos: "el médico
ción con el enfermo, sino que contamina debe generalizar la enfermedad e individua-
la anamnesis con los prejuicios del médico lizar al enfermo".
e induce al enfermo a decir lo que aquél "Cuántos errores han cometido los mé-
desea escuchar, todo lo cual es fuente de dicos -decía el ya mencionado Rist- por no
no pocos errores diagnósticos. Saber escu- haber reconocido al hombre bajo la masca-
char es un principio del arte médico que ra de la enfermedad".
quiere decir dejar al enfermo expresar li- Los otros principios de la relación con
bremente sus molestias y sólo después reali- el enfermo en la anamnesis son: que exista
zar un interrogatorio dirigido. Para ello se una buena comunicación, mostrar un inte-
requiere de tolerancia, paciencia y un po- rés real por su problema, generar un am-
quito de tiempo, mucho menor que el que biente de confianza y respeto mutuo, tra-
después se pierde cuando el médico se per- tarlo con humanidad y no hacer
cata de que está en un camino errado y se iatrogenia.14
ve obligado a volver sobre sus pasos. Es más, Llegados a este punto pudiéramos ir
con frecuencia se requiere de una segunda resumiendo. Para interrogar bien hay que
entrevista, nuevas precisiones y entonces ve- tener sólidos conocimientos de las patolo-
mos como la enfermedad, tal como afirma- gías médicas y quirúrgicas, a la vez que al-
ba Trotter en el pasado siglo, "descubre su gunas reglas y preceptos del arte en la
naturaleza en un paréntesis casual". anamnesis que constituyen una especie de
Todo tiempo inicialmente invertido con decálogo:15
el paciente es tiempo ganado al final.
1. Dejar al enfermo expresarse libremen-
Segundo: individualizar al enfermo. La te y sólo después dirigir el interrogato-
relación entre la enfermedad y el enfermo rio, comprensible y pertinente.
es la misma que en dialéctica existe entre 2. Definir todos los síntomas y signos de
lo general y lo singular. La enfermedad es la enfermedad.
lo general y como tal se aprende teórica- 3. Obtener la mayor semiografía posible de
mente en los libros de patología médica, éstos.
pero sólo podemos verla y estudiarla en un 4. Ordenarlos cronológicamente (crono-
enfermo particular. Fuera del enfermo, es patograma), precisando en el tiempo los
como si no existiera. A su vez, éste nunca hitos fundamentales.

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5. Determinar las condiciones de aparición el eco, la prueba ergométrica y si es posible,
del padecimiento. la ventriculografía isotópica. Como resulta-
6. Duración total del cuadro clínico. do, las anamnesis son telegráficas y de poco
7. Consultas médicas, análisis y tratamien- valor; sería tonto hacer una investigación
tos recibidos. retrospectiva de una enfermedad utilizan-
8. Conocer a qué atribuye el enfermo sus do lo que de ellas se recoge en las historias
molestias. clínicas. No pocas veces están excedidas en
9. Relación del cuadro clínico con funcio- datos irrelevantes y de escaso valor, mien-
nes fisiológicas. tras se soslaya información importante que
10. Relación del cuadro clínico con activi- debió ser enérgicamente destacada. La re-
dades, hábitos, situaciones afectivas y lación médico-paciente está signada por un
socio-familiares. paternalismo que exige la sumisión del en-
fermo al diktat del médico, la rutina, la pre-
Una vez obtenida la anamnesis no se la mura superficial y la impersonalidad, lo que
puede archivar en la mente, donde hitos y las convierte en mediocres.
detalles quedan condenados a la erosión y Todo esto es un viejo problema y ya
el olvido y es necesario redactarla ensegui- Mc Bryde lo denunciaba en 1949:
da en la historia clínica de forma ordena-
da, clara, precisa y legible, porque muchos "La mayor parte de las historias tienen
pacientes son atendidos en los hospitales 2 defectos -escribió-; en primer lugar son
por secciones y equipos de médicos, y si se demasiado cortas y además no se insiste lo
trata de las consultas, hoy lo puede ver uno suficiente en los puntos principales".12
y mañana otro. Un paciente que al final fue
nuestro, pasó, en 11 días de ingreso, por 4 Luego lo abordaron, entre otros,
servicios y fue visto por 7 médicos diferen- Dunphy y Botsford17 por los años 60, escri-
tes, sin que hubiera uno que asumiera la biendo que una radiografía o un análisis de
responsabilidad principal por todo su ma- laboratorio eran tan fáciles de mandar y
nejo, lo cual es un problema serio y al pare- sus resultados parecían tan definitivos que
cer inevitable de la medicina contemporá- el simple arte de "mirar al enfermo" estaba
nea. Razón de más para que se escriba veraz en peligro de perderse, lanzando una ad-
y claramente. vertencia: "los pacientes sufrirán seriamen-
¿Qué situación y perspectiva tiene la te por esta tendencia". Engel,18 en 1976, se
anamnesis en el contexto de la clínica a las preguntaba si no estaban los estudiantes re-
puertas del siglo XXI? chazando con desprecio las habilidades clí-
Tal parece que las puertas se las quisie- nicas; afirmaba que no había visto nunca a
ran cerrar. nadie que fuera supervisado al hacer una
Se asiste a un deterioro universal de la historia y que en general se aceptaba lo que
clínica y dentro de ella, a un menosprecio estaba escrito, sin preocuparse por más
del valor de la anamnesis. 16 Se interroga poco detalles, a la hora de redactar la discusión
y se interroga mal. Se determinan los 2 ó diagnóstica. Thomas Iberti,19 profesor de ci-
3 síntomas principales, sin mucho orden rugía de la Universidad de Nueva York, lo
ni concierto, de manera muy dirigida y exponía con ironía y amargura en un artícu-
tendenciosa y si estos son respiratorios, lo editorial, en 1987: "A la mayoría de los
que lo demás lo defina la placa y si son residentes -escribió- se les ve muy pocas ve-
cardíacos, que lo hagan la placa, el electro, ces haciendo una historia clínica o exami-
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nando a un enfermo y raramente buscan siquiera en nuestra prensa médica. Los
relacionarse de manera efectiva con el pa- profesores Fidel Ilizástigui, Rodríguez Ri-
ciente. La habilidad para hacer un inte- vera y algunos pocos otros han sido las
rrogatorio y realizar un examen físico ex- excepciones que confirman la regla; pero
perimentado ha sido desenfatizada y susti- resulta sorprendente que en el siglo pasa-
tuida por la habilidad para hacer citas eso- do el médico Arostegui, cuando se introdujo
téricas de artículos de las últimas revistas en Cuba la práctica del laboratorio clínico,
médicas". En 1990, el profesor Hinich20 es- escribiera esta precursora admonición: “este
cribió, también en un artículo editorial: "El es un progreso efectivo, pero hace claudi-
arte de la clínica hállase ahora tristemente car a la clínica, pues confiando el médi-
devaluado y menospreciado en los co en que en último extremo el análisis
nosocomios de Norteamérica... no debe ha de darle resuelto el diagnóstico, se des-
causar extrañeza que esa especie, la de los cuida en la apreciación exacta de los sínto-
clínicos, esté casi extinta... las nuevas gene- mas”. 22
raciones de estudiantes, médicos internos y Sufrimos el problema porque no vi-
residentes, no admiran ni ven como mode- vimos en una aséptica urna de cristal y
los dignos de imitación a los pocos ejem- estamos sometidos a las influencias que
plares de clínicos que aún se alcanza a ver soplan y dominan en el mundo entero,
en algunas escuelas... El actual clima eco- particularmente el “primer mundo” ¿Cuá-
nómico y social de la medicina admira y paga les influencias?. La norteamericana. Manuel
con creces el médico técnico, al que maneja Villaverde hubo de señalarlo de pasada en
instrumentos, al que realiza ‘procedimien- una conferencia médica pronunciada en el
tos’ y desprecia y paga mal al que interro- Ateneo de La Habana en 1943, diciendo:
ga y escucha, al que intenta comprender y "cuando la influencia francesa empezó a ser
guiar al enfermo, en otras palabras, al he- remplazada (en Cuba) por la norteamerica-
redero de los clínicos de ayer”.11 Y añadía, na, se acentuó ese desdén por la semióti-
tocando una tecla muy sensible: “Ante la au- ca".22
sencia de una buena historia clínica, el abu- No nos escudemos en que nuestro sis-
so tecnológico en lugar de ayudar, estorba, tema educacional prioriza al estudiante en
y los errores diagnósticos y terapéuticos se estrecho contacto con el enfermo y valora
multiplican”. sobre todo la educación en el trabajo. Sería
Un último ejemplo: una encuesta efec- caer en la trampa de las frases hechas. El
tuada en 1994 entre los Jefes de Cardiología que les habla, lo hace con el conocimiento
de las facultades de Medicina de los Esta- que le da haber participado en los últimos
dos Unidos y miembros de la sociedad 5 años en no menos de 26 ocasiones en con-
Laennec de la American Heart Association acer- troles a hospitales nacionales, provinciales
ca de si consideraban que existía un dete- y municipales de todo el país, revisando
rioro de las habilidades clínicas entre los directa y personalmente varios cientos de
residentes de la especialidad, arrojó una historias clínicas en los servicios de medici-
respuesta afirmativa del 70 % de los profe- na interna. No nos referiremos a las bue-
sores y del 92 % de los especialistas consul- nas que también las hay, sino a las malas y a
tados.21 lo general.
¿Y qué sucede entre nosotros? ¿Tene- ¿Cuál es el cuadro?
mos o no tenemos ese mal? Lo tenemos, Veamos un ejemplo. Una mujer de 34
sólo que no lo discutimos a la luz del día ni años, que había ya sufrido una nefrec-

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tomía izquierda, fue dada de alta luego de sistema de sólidos preceptos y reglas que
14 días de ingreso, con el diagnóstico de interioriza fuertemente o es supervisado con ri-
una sepsis urinaria. Toda la historia clíni- gor en su aprendizaje, puede trabajar en con-
ca estaba limitada a 5 renglones de historia diciones hostiles, que algo podría afectarse y
de la enfermedad actual, la puñopercusión deteriorarse, pero no todo.
renal y el examen de los puntos pielorre- Y es que hay un clima de desconfianza
noureterales posteriores. Absolutamente nada hacia la información que brinda el inte-
más. Se trataba de un gran hospital docente rrogatorio e incluso el examen físico y un
de un municipio importante. Y no es un ejem- respeto casi religioso, para decirlo con pa-
plo aislado ni tampoco uno escogido para esta labras de Hinich, hacia todo lo que proceda
exposición. de la tecnología.
En otro hospital, a falta del modelaje ofi- Asistimos a una degradación de los
cial de la historia clínica, se había instrumentado procederes clínicos que fueron paciente-
una microhistoria, por cierto que bien micro, mente introducidos a partir de Auenbru-
que realizaban los alumnos. gger, Laennec, Corvisart, Skoda y tantos otros
En general, las anamnesis son telegrá- hombres esforzados, procederes cuyo va-
ficas, agravado porque su redacción es lor está archidemostrado por 2 siglos de
muy deficiente, con faltas de ortografía, le- experiencia y constituyen una valiosa he-
tras ilegibles, exagerado uso de abrevia- rencia cultural que atesoramos. Entre
turas y ausencia o mal uso de los signos de ellos, la anamnesis llega muy menospre-
puntuación; los rótulos se aceptan como ciada a las puertas del siglo XXI, menos-
diagnósticos confirmados, los ingresos an- preciada por la ignorancia iconoclasta de
teriores no se resumen, no se definen los mentes colonizadas por los fuegos artificia-
caracteres semiográficos de síntomas y sig- les de una inadecuada comprensión del va-
nos, tampoco se les ordena cronológi- lor de la tecnología y la especialización.
camente, no se precisa el número de días Como decía Halifax, "a veces el desatino es
que tiene de evolución la enfermedad, se más cruel en sus consecuencias que la mal-
echa al olvido explorar sus condiciones de dad en su intento".
aparición y por excepción se explora la re- Pero estamos seguros de que no morirá,
lación de las quejas del enfermo con el porque la clínica es una ciencia y un arte
fisiologismo normal, sus actividades, hábi- que se realiza entre 2 seres humanos. Ya
tos y entorno y por tanto, al no interesarse Marx había señalado que la extrema divi-
el interrogatorio por la, procedencia so- sión del trabajo, ejercida bajo determina-
cial, el trabajo, la familia, el hogar y la ins- das condiciones, condenaba al hombre real
trucción del enfermo, se hace muy difícil y concreto a la degradación, el envilecimien-
que pueda establecerse una relación ade- to, la alienación. En medicina se ha llegado
cuada y fructífera. Es frecuente que no se a un extremo ni siquiera imaginado por
exploren los antecedentes patológicos per- Marx, cuando el supertecnologismo y el
sonales y familiares, el género de vida, los superespecialismo crean en muchos la fal-
hábitos tóxicos, la alimentación y los carac- sa ilusión de que el enfermo no tiene ape-
teres de la vivienda. En ocasiones no se nas que abrir la boca.
confecciona el interrogatorio por apa- Comprimida entre aparatos cada vez
ratos, y sólo por excepción, se hace la más sofisticados y utilizados irracional-
historia psicosocial. mente, la relación médico-paciente y la
Estos hábitos obedecen en parte a la fal- anamnesis parecen condenadas a morir sin
ta de modelajes, pero no nos engañemos. remedio. Pero está por ver si el hombre
Cuando una persona ha sido educada en un aceptará ser sometido a esa enajenación.
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REFERENCIAS

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Miguel A. Moreno Rodríguez


Médico, Internista, Profesor Titular.
Instituto Superior de Ciencias Médicas.
Facultad “Finlay-Albarrán”. Hospital “Carlos J. Finlay”.
Calle 114 y 31. Marianao, Ciudad de La Habana.

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