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Estudio y análisis de corrupción

OBERT ALEJANDRO ORTIZ R.

El sólo hecho de mencionar en cualquier diálogo la palabra corrupción, ya no causa


ni asombro. Prácticamente, en nuestra sociedad colombiana, ya hizo metástasis.
De 180 países medidos (2018), estamos en el puesto 99. En Latinoamérica,
estamos en el primer lugar con este problema, seguido por Perú con el 19% y Brasil
el 16%. En Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (2017),
revela que la corrupción es el factor más problemático para hacer negocios; y según
el 82% de los encuestados por LAPOP (2017), este fenómeno sigue empeorando.
En los datos suministrados por el Observatorio de Transparencia y Anticorrupción
entre 2010 y 2017, las sanciones penales han aumentado un 200%, las
disciplinarias un 20%, y el número de fallos con responsabilidad fiscal un 365%;
dejando en evidencia la magnitud del fenómeno. En el Huila, tenemos un
deshonroso lugar. Todos los días, los medios de comunicación y las redes sociales
nos bombardean con casos que ni si quiera imaginamos. Uno ya no encuentra ni
qué explicarles a los niños nativos digitales. Toca decirles que este fenómeno, ya
está inyectado en ellos y en su ADN. Pero que ojalá no le vayan a dar click, jamás.
Pero con los ejemplos, no hay necesidad, ni siquiera, de indicarles donde se
activaría todo. Sin embargo, no todo está perdido. Toca aprenderle algo a los
venezolanos en su lucha. A no desfallecer. A seguir buscando alternativas. Y una
de ellas, es la que ha emprendido la Secretaría de Transparencia de la Presidencia
de la República que ahora ha iniciado una agenda conjunta de trabajo con las
Universidades para el estudio y análisis de este fenómeno (casos/temas,
conceptualizaciones, insumos de política pública, identificación y explicación de
causas y factores que la originan), cuyo eslogan: “cero tolerancia con la corrupción”,
y que le apuesta por poner la “lucha contra la corrupción en el centro de la agenda
política pública”, para recuperar la “legitimidad de lo público y la confianza entre el
Estado y los ciudadanos” y, que busca, “contrarrestar sus efectos devastadores
sobre el desarrollo de las comunidades y territorios” (contemplado en el nuevo Plan
Nacional de Desarrollo que se tramita en el congreso). Este anhelo, está plasmado
en un Plan de Trabajo cuyo eje estratégico se denomina “comprensión y análisis del
fenómeno”; razón para la realización de alianzas con Universidades y Centros de
Pensamiento a fin de generar una comprensión integral y multidisciplinaria del
fenómeno de la corrupción y las posibles soluciones de política pública que se
requieran para hacer frente al mismo. Además, que responde a una exigencia para
impulsar la implementación de los compromisos derivados de los acuerdos
asumidos por Colombia en el marco de las Convenciones y Compromisos
Internacionales de lucha contra la Corrupción, promoción de la transparencia y
Gobierno Abierto. ¿La red de universidades del Huila, ya habrán atendido el
llamado?. Sería inaudito, no hacerlo.

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