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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS, FÍSICAS Y NATURALES (F.C.E.F Y N.)

HIDRÁULICA DEL TRANSPORTE DE SEDIMENTOS

Cátedra de HIDROLOGIA Y PROCESOS HIDRAULICOS


Carrera de Ingeniería Civil

Prof. Titular Dr. Juan Carlos Bertoni


Prof. Adj. Dra. Ing. Teresa Reyna
Prof. Adj. Ing. Sergio Menajovsky
Prof. Adj. Mag. Ing. Facundo Alonso
Prof. Adj. Mag. Ing. Leticia Vicario
Prof. Adj. Mag. Ing. Gonzalo Moya

AÑO 2016

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Contenido
1 INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 4
2 CONSIDERACIONES PRELIMINARES ..................................................................... 4
3 SEDIMENTOS ............................................................................................................... 6
3.1 Fuentes de los sedimentos........................................................................................ 6
3.1.1 Naturales ........................................................................................................... 6
3.1.2 Artificiales ........................................................................................................ 7
3.2 Clasificación de los sedimentos ............................................................................... 7
3.3 Propiedades de los Sedimentos ................................................................................ 8
3.3.1 Tamaño de las partículas. ................................................................................. 8
3.3.2 Forma de las partículas del sedimento. ............................................................. 9
3.3.3 Distribuciones Granulométricas ..................................................................... 12
4 CONDICIONES CRÍTICAS PARA LA INICIACION DEL MOVIMIENTO ........... 13
4.1 Acorazamiento ....................................................................................................... 16
5 FORMAS DE FONDO................................................................................................. 16
6 TRANSPORTE DE SEDIMENTOS ............................................................................ 19
6.1 Arrastre en la Capa de Fondo ................................................................................ 20
6.2 Transporte de Fondo en Suspensión ...................................................................... 20
6.3 Transporte de Fondo o Transporte Total del Fondo .............................................. 21
6.4 Transporte de Lavado ............................................................................................ 21
6.5 Transporte en Suspensión ...................................................................................... 21
6.6 Transporte Total ..................................................................................................... 22
6.7 Ecuaciones de Transporte de Fondo ...................................................................... 23
6.7.1 Ecuación de Du Boys – Straub ....................................................................... 24
6.7.2 Ecuación de Shields ........................................................................................ 25
6.7.3 Ecuación de Meyer – Peter y Müller .............................................................. 25
6.7.4 Ecuación de Einstein – Brown ....................................................................... 26
6.8 ECUACIONES QUE PERMITEN DETERMINAR EL TRANSPORTE TOTAL
DE FONDO ...................................................................................................................... 27
6.8.1 Ecuación de Laursen ....................................................................................... 27
6.9 ECUACIONES QUE PERMITEN DETERMINAR EL TRANSPORTE DE
MATERIAL DE FONDO EN SUSPENSION ................................................................. 28
6.9.1 Ecuación de Rouse.......................................................................................... 30

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7 TEORIA DEL REGIMEN............................................................................................ 31
8 RÍOS DE ARENA O GRAVA ..................................................................................... 32
9 SEDIMENTACIÓN EN EMBALSES ......................................................................... 33
10 BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................... 36

Índice de figuras

Figura 1. Dimensiones triaxiales de una partícula .................................................................. 9


Figura 2. Escala de Wenworth ................................................................................................ 9
Figura 3Índice de redondez de partículas ............................................................................ 10
Figura 4. Coeficiente de arrastre para esferas y discos. ...................................................... 11
Figura 5. Curvas de distribución acumulada de frecuencias (curva granulométrica). ....... 12
Figura 6. Diagrama de Shields ............................................................................................. 15
Figura 7. Movimiento turbulento liso (izquierda) y rugoso (derecha) ................................. 15
Figura 8. Acorazamiento ...................................................................................................... 16
Figura 9. Formas de fondo: rizos (a), dunas (b), antidunas (c), rápidas y pozos (d) .......... 17
Figura 10. Formas de fondo en un ábaco de Shields según Bogardi ................................... 18
Figura 11. Tensión de corte en función del número de Froude. ........................................... 18
Figura 12. Clasificación del transporte de sedimentos. (Vide 2003) ................................... 23
Figura 13. Diferentes formas de transporte de sedimentos. ................................................. 23
Figura 14. Disponibilidad y capacidad en relación al transporte sólido............................. 24
Figura 15. Valores de la función φ L ,según Laursen............................................................ 28
Figura 16. Distribución de velocidades (izquierda y concentraciones de sedimento en
suspensión (derecha) (Vide 2003). ....................................................................................... 29
Figura 17. Curvas granulométricas adimensionales y función de densidad en ríos de gravas
(Vide, 2003). ......................................................................................................................... 33
Figura 18. Gráfico de eficiencia de retención de un embalse según Brune. ........................ 34

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HIDRÁULICA DEL TRANSPORTE DE SEDIMENTOS

1 INTRODUCCIÓN

Los sedimentos que transporta una corriente de agua son consecuencia natural de la
degradación del suelo, puesto que el material procedente de la erosión llega a las corrientes
a través de tributarios menores, por la capacidad que tiene la corriente de agua para
transportar sólidos, también por movimientos en masa, o sea, desprendimientos,
deslizamientos y otros.
En un punto cualquiera del río, el material que viene de aguas arriba puede seguir siendo
arrastrado por la corriente y cuando no hay suficiente capacidad de transporte este se
acumula dando lugar a los llamados depósitos de sedimentos.

Las corrientes fluviales forman y ajustan sus propios cauces, la carga de sedimentos a
transportar y la capacidad de transporte tienden a alcanzar un equilibrio. Cuando un tramo
del río consigue el equilibrio, se considera que ha obtenido su perfil de equilibrio. Sin
embargo, puede ser aceptable que existan tramos o sectores de un río que hayan alcanzado
su equilibrio, aunque estén separados por tramos que no tengan este equilibrio.

EI transporte de sedimentos está ligado con la hidrodinámica de los canales abiertos. La


introducción de partículas dentro del flujo altera el comportamiento hidráulico. Se puede
decir que los sedimentos que forman el lecho pueden adoptar muchas formas entre las que
se pueden mencionar las dunas, las rizaduras o superficies planas; esto depende del proceso
de transporte.

2 CONSIDERACIONES PRELIMINARES

El trabajo geológico de las corrientes fluviales consiste en tres actividades


interrelacionadas: erosión, transporte y sedimentación.

La erosión originada por la corriente es la progresiva remoción de materia mineral del


fondo y de las orillas del cauce, ya sea excavado éste en el substrato rocoso o en el manto
residual transportado.

El transporte consiste en el movimiento de las partículas erosionadas mediante su arrastre


por el fondo, en la masa de agua o disolución.

La sedimentación es la acumulación progresiva de las partículas transportadas sobre el


lecho del río, sobre el lecho de inundación o en el fondo de una masa de agua en reposo en
la que desemboca un curso de agua.

Naturalmente, la erosión no puede tener lugar sin que exista algo de transporte y las
partículas transportadas han de acabar depositándose. Por tanto, erosión, transporte y
sedimentación son simplemente tres fases de una actividad única. Las corrientes fluviales

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erosionan de varias maneras que dependen de la naturaleza de los materiales del cauce y de
los materiales que arrastre la corriente. Por sí sola, la fuerza del agua en movimiento,
chocando con el fondo y ejerciendo sobre él una acción de arrastre, puede erosionar los
materiales aluviales mal consolidados, tales como arena, grava fina y arcilla.

Donde las partículas de roca transportadas por la corriente golpean contra las paredes del
cauce formadas por rocas, arrancan pedazos de las mismas. La rodadura de los guijarros y
cantos sobre el lecho del río los machaca y rompe en granos más pequeños, estableciendo
una gran variedad de tamaños de granos. Estos procesos de desgaste mecánico se reúnen
bajo la denominación de corrosión o abrasión, que es el principal medio de erosión en un
lecho rocoso demasiado resistente para ser afectado por simple acción hidráulica.
Finalmente, los procesos químicos de meteorización de las rocas -reacciones ácidas y
disoluciones - son efectivos para la remoción de la roca del cauce del río y se designan bajo
el nombre de corrosión.

Tenemos tendencia a creer que un río crecido cambia en gran parte por el aumento de altura
de la superficie del agua, que hace que se desborde de su cauce y ocupe el lecho de
inundación adyacente. Debido a la turbidez del agua, no podemos apreciar directamente los
cambios que se operan en el fondo del río, pero estos se pueden determinar mediante
mediciones de sondeo de la profundidad del mismo. Al principio el fondo del río puede
elevarse debido a la gran acumulación de carga de fondo transportada a la corriente durante
las primeras fases de la fuerte escorrentía. Sin embargo, el fenómeno se invierte
rápidamente, y el lecho es ahondado activamente a medida que la crecida se va
incrementando. De este modo, en el período de máximo nivel, la base del cauce presenta su
máximo descenso. Cuando la descarga comienza a disminuir desciende el nivel de la
corriente y el lecho vuelve a elevarse por la deposición de nuevos materiales aluviales.

La alternativa profundización y relleno del cauce es la responsable de la variación de la


capacidad del río para transportar su carga. La máxima cantidad o carga de materiales que
pueden ser transportados indican la capacidad de carga de la corriente.

Dicha carga suele medirse según el peso de material transportado a través de una
determinada sección transversal del río en la unidad de tiempo. Normalmente se indica en
toneladas por día. Si una corriente discurre por un cauce excavado en roca dura, no podrá
poseer todos los materiales aluviales que le son necesarios para completar su carga máxima.
Tales condiciones se presentan en los ríos que corren por profundas gargantas y que poseen
notables gradientes de modo que cuando tiene lugar una crecida, el cauce no puede ser
ahondado rápidamente como respuesta. Sin embargo, en los ríos típicamente aluviales
donde grandes cantidades de limo, arena, grava y cantos rodados se hallan en el fondo el
aumento de caudal implica una rápida remoción de todos estos materiales.

En otras palabras, la creciente capacidad de carga del río se ve rápidamente satisfecha. La


capacidad de carga aumenta con la velocidad de la corriente, ya que cuanto más rápida es
ésta, más intensa es la turbulencia y, por lo tanto, mayor es la fuerza de arrastre sobre el
fondo. Si la velocidad de una corriente se duplica en la fase de crecida, la capacidad de
transporte de la carga de fondo se incrementa de ocho a dieciséis veces. Es, pues, de
destacar que la mayoría de los cambios notables que tienen lugar en el cauce de una
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corriente, como el desplazamiento lateral, suceden en el periodo de crecida, siendo muy
poco importantes las modificaciones que acontecen durante las épocas de caudal bajo.

Cuando ya ha tenido lugar el máximo de crecida y la descarga comienza a disminuir, la


capacidad de carga de la corriente también disminuye. De este modo algunas de las
partículas que están en movimiento comienzan a descender al fondo y a depositarse en
forma de arena y bancos de grava. Primeramente son los grandes cantos los que paran de
rodar, después los guijarros y la grava, y por último la arena. La arena fina y el limo
transportado en suspensión no pueden sustentarse por más tiempo y descienden al fondo.
De este modo, la corriente se ajusta a su descendente capacidad de carga. Cuando se
restablece el nivel normal de las aguas estas se pueden volver muy claras, ya que solamente
transportan unos pocos granos de arena que ruedan en el fondo.

3 SEDIMENTOS

Se da el nombre genérico de sedimentos a las partículas procedentes de rocas o suelos y que


son acarreadas por las aguas y por los vientos. Todos estos materiales, después de cierto
acarreo, finalmente son depositados a lo largo de los propios cauces, en lagos o lagunas, en
el mar y en las partes bajas de la cuenca, principalmente en la planicie, lo que da origen a la
formación de ésta y a su levantamiento.

3.1 Fuentes de los sedimentos


La fuente principal la constituyen los suelos y rocas que se encuentran en la cuenca, y el
agua y el viento son, en nuestro medio, los principales agentes de erosión y de transporte.
Por otro lado, dada la actividad del hombre en el medio que lo rodea, las fuentes del
sedimento pueden clasificarse en naturales y artificiales.

3.1.1 Naturales
Erosión de la superficie del terreno.
El suelo, capa delgada y frágil, experimenta la acción del viento y la lluvia. El viento
arrastra y levanta partículas (transporte eólico) que llegan a depositarse en las llanuras, o
caen directamente en las corrientes. Las gotas de lluvia o granizos, al impactar contra el
terreno, mueven o arrancan partículas de suelos y rocas. El escurrimiento superficial
desprende y acarrea también partículas de las capas superficiales del terreno. La cantidad de
material acarreado es tanto mayor cuanto más frecuentes y violentas son las lluvias o los
vientos, y menos densa es la cobertura vegetal del suelo.

Erosión del cauce principal y sus tributarios.


Una vez que el escurrimiento superficial se ha iniciado, y como consecuencia de las
irregularidades topográficas, se crean en primer lugar arroyos, los cuales aumentan
gradualmente su caudal y se transforman en torrentes, estos últimos con gran capacidad
erosiva y transportadora. Además, cuando los ríos se desbordan o abandonan su cauce, su
acción erosiva y transportadora es notable y, en ocasiones, catastrófica. Los ríos pueden ser

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juveniles, maduros y viejos. A cada una de estas tres etapas en la vida de un río o valle,
corresponden cambios graduales en su perfil longitudinal, en su corte transversal y en su
trazado o curso, pues el río profundiza, ensancha y alarga su cauce por la erosión continua
de los materiales que constituyen su lecho y riberas. De esta manera, el río acarrea
materiales de diversos tamaños, depositándolos, en forma graduada a lo largo de su perfil
longitudinal, según varía la velocidad de su corriente: primero se depositan los materiales
más gruesos, mientras que en la zona de planicie se deposita parte del material fino, y el
resto sigue su recorrido hacia el mar.

Movimientos naturales del terreno.


Los deslizamientos de grandes masas de tierra y rocas ayudan a que mucho material quede
suelto y sin protección. Con el transcurso del tiempo y por la acción de la lluvia y el viento,
estos materiales llegan a las corrientes.

3.1.2 Artificiales
Destrucción de la vegetación.
El hombre destruye irracionalmente bosques y praderas para el cultivo, o para el desarrollo
urbano o industrial. Sin duda, estas actividades son las que más sedimentos producen, ya
que de esa manera se priva al suelo de su manto protector.

Obras de ingeniería.
La construcción de caminos, vías férreas, presas, plantas industriales, ciudades, etc., para
desarrollar una región, hace que grandes volúmenes de materiales sean removidos y queden
más sueltos que en su estado natural, se modifican las pendientes del terreno, y otros
materiales quedan expuestos sin protección, lo que facilita su transporte hacia las corrientes
y cuerpos de agua.

Explotación de minas y canteras.


Todas estas actividades rompen y fracturan rocas y suelos, y producen al final grandes
cantidades de materiales en forma de partículas pequeñas o polvo.

Desechos urbanos e industriales.


Son los materiales arrastrados por el drenaje y que son arrojados directamente a ríos y
lagos.

3.2 Clasificación de los sedimentos


Los sedimentos naturales están constituidos por una gran variedad de partículas que
difieren entre sí en tamaño, forma y densidad. Desde el punto de vista de la resistencia que
oponen a ser arrastrados se distinguen dos clases: Cohesivos y no cohesivos.

Sedimento no cohesivo o friccionante, también denominado material granular es el formado


por granos gruesos o partículas sueltas, como arenas y gravas. La fuerza de gravedad
predomina sobre cualquier otra fuerza, Por ello todas las partículas gruesas tienen un

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comportamiento similar. El peso es la fuerza principal que resiste las fuerzas de arrastre y
sustentación.

Sedimento cohesivo es el formado por partículas de grano muy fino, constituidas por
minerales de arcilla, que se mantienen unidas entre sí por la fuerza de cohesión, la cual se
opone a que las partículas individuales sean separadas o del conjunto. Esa fuerza de unión
es considerablemente mayor que el peso de cada grano, y es la que resiste a las fuerzas de
arrastre y sustentación. Las interacciones entre un flujo de agua y un suelo no cohesivo han
sido estudiadas con mayor detenimiento, y más ampliamente que las existentes con un
suelo cohesivo entre otros motivos porque a lo largo de los cursos de las corrientes
naturales abundan mucho más los materiales no cohesivos.

3.3 Propiedades de los Sedimentos

Las características que definen los procesos de suspensión, transporte y posterior


deposición del sedimento dependen no sólo de las condiciones de flujo sino también de las
propiedades del sedimento. Estas propiedades pueden caracterizar al sedimento como un
conjunto o a las partículas que lo forman, individualmente. Algunas propiedades del
conjunto, tales como la porosidad y el peso específico son importantes en el estudio de
aguas subterráneas y en la predicción de la vida útil de un embalse, respectivamente.

La propiedad más importante de una partícula de sedimento es su tamaño.

3.3.1 Tamaño de las partículas.


Los diferentes métodos empleados en la determinación del tamaño de una partícula se
basan en la selección arbitraria de una longitud simple o diámetro o también en la selección
de un método conveniente de medición. Adoptaremos las siguientes definiciones:
Diámetro de sedimentación: Diámetro de una esfera con la misma densidad que la
partícula, que cae con la misma velocidad de caída en el mismo fluido y a la misma
temperatura.
Diámetro de tamiz: Apertura mínima de una malla de tamiz a través de la cual pasa la
partícula.
Diámetro nominal: diámetro de una esfera con igual volumen.
Diámetro de caída normalizado (estándar):diámetro de una esfera con peso específico
relativo igual a 2,65 que tiene la misma velocidad de caída de la partícula cuando ambas
caen en una extensión infinita de agua destilada en reposo a una temperatura de 24º C.
Dimensiones triaxiales: longitudes máxima a, media b y mínima c de la partícula; medidas
a lo largo de tres ejes perpendiculares.

Dimensiones triaxiales de una partícula:

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Figura 1. Dimensiones triaxiales de una partícula

En Hidráulica Fluvial se utiliza, para clasificar los diámetros, la escala de Wenworth, según
la siguiente tabla.

Figura 2. Escala de Wenworth

3.3.2 Forma de las partículas del sedimento.

La forma se define a través de la redondez, esfericidad y factor de forma.

Redondez: es la relación entre el radio medio de curvatura de las aristas de la partícula y el


radio de la circunferencia inscrita en la partícula.

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Figura 3Índice de redondez de partículas

Esfericidad: es la relación entre el área superficial de una esfera de volumen equivalente y


el área superficial de la partícula.

Factor de Forma: se define por la relación:

Donde a, b y c son las longitudes de los tres ejes previamente mencionados.

Peso específico de las partículas de sedimento


Debido a su gran estabilidad, el cuarzo es el mineral más común en la composición de los
sedimentos transportados por el viento o el agua, sin embargo también otros minerales
forman parte de su composición. Por tanto, el peso específico relativo de las arenas es muy
próximo al del cuarzo, es decir 2,65 y este valor se emplea frecuentemente en los cálculos.
Los feldespatos también forman parte de la composición de las arenas y tienen un peso
específico relativo variable entre 2,55 y 2,76. En alguna proporción puede existir magnetita
cuyo peso específico relativo es 5,17.

Velocidad de caída de las partículas


Al caer una partícula dentro de un líquido en reposo, su peso sumergido tiende a
equilibrarse con la fuerza que se opone a su caída, o sea con la fuerza de empuje que el
agua ejerce contra ella. En el instante en que ambas fuerzas se equilibran, la partícula
alcanza su velocidad de caída terminal o final, ya que a partir de ese instante comienza a
caer con velocidad uniforme.\

Si consideramos una esfera sometida a la acción de un flujo uniforme, se puede escribir,


recordando conceptos básicos de Mecánica de Fluidos:

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Donde F es la fuerza dinámica a la cual está sometida la esfera. Cuando la partícula esférica
cae con velocidad uniforme, la fuerza F debe ser igual al peso; de ahí se obtiene

donde
ɷ es la velocidad de caída de la partícula
d es el diámetro de la partícula
ɣs es el peso específico del material de la partícula
ɣ es el peso específico del fluido
CD es el coeficiente de arrastre de la partícula, el cual depende del Número de Reynolds de
la partícula Rɷ

Figura 4. Coeficiente de arrastre para esferas y discos.

La determinación analítica de la velocidad de caída de una partícula esférica es como sigue:


1. Se supone un valor de CD
2. Se calcula ɷ
3. Se obtiene Rɷ
4. Se determina el nuevo valor de CD supuesto y calculado.

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Si se observa la figura para Rɷ menor a 1 la curva se transforma en una recta. Nos
encontramos en régimen laminar de flujo y es válida la expresión de Stokes

3.3.3 Distribuciones Granulométricas


Los sedimentos naturales están compuestos de granos que tienen una amplia variedad de
velocidades de caída, por lo que es conveniente recurrir a métodos estadísticos para
describir estas características. El comportamiento de los sedimentos en un río depende de la
distribución de los tamaños, o distribución granulométrica. El procedimiento para obtener
la distribución de los tamaños consiste esencialmente en la división de una muestra en un
número de clases de tamaños. Los resultados de dichos análisis se presentan generalmente
como curvas de distribución acumulada de frecuencias (curva granulométrica).

Figura 5. Curvas de distribución acumulada de frecuencias (curva granulométrica).

La experiencia indica que la distribución normal o Gaussiana se ajusta bastante bien a la


distribución de sedimentos naturales, especialmente las arenas. El diámetro medio d50
corresponde al diámetro del material promedio en peso, es decir al material que en las
ordenadas indica un 50 % acumulado. Otro parámetro en la especificación de una
distribución granulométrica es la desviación estándar σ de la muestra. Un valor de σ grande
indica que existe un espectro de diámetros muy extenso y un valor pequeño indica mayor
uniformidad en la distribución.

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De las propiedades de la distribución normal se puede escribir que:

σ= d84,1– d50= d50– d15,9

En algunos casos, los tamaños de los granos no están distribuidos normalmente pero sí lo
están los logaritmos de dichos tamaños. Se dice que la muestra se ajusta a una distribución
log – normal.

4 CONDICIONES CRÍTICAS PARA LA INICIACION DEL MOVIMIENTO

El líquido que fluye sobre una superficie compuesta de partículas sueltas produce fuerzas
que, de tener suficiente magnitud, son causa de su movimiento. Las partículas
relativamente gruesas, tales como las arenas, gravas y cantos rodados, resisten con su peso
la tendencia al movimiento.

Cuando las fuerzas hidrodinámicas que actúan sobre las partículas de sedimento son de tal
magnitud que cualquier incremento por pequeño que sea, produce movimientos, entonces
se dice que las condiciones son críticas. Para estas condiciones, las variables del flujo, tales
como el esfuerzo cortante en el fondo, la velocidad media o la profundidad, adquieren
ciertos valores llamados críticos. En condiciones críticas existe equilibrio entre las fuerzas
de gravedad, el empuje de sustentación, la fuerza ascensional perpendicular al fondo
producido por la acción hidrodinámica y la fuerza hidrodinámica paralela al fondo.

Aquí se abren dos caminos posibles de análisis: el análisis teórico basado en la Mecánica, y
el estudio experimental. Como éste se desarrolló anteriormente al primero, basaremos el
desarrollo siguiente en los resultados experimentales. La acción del agua sobre el fondo
puede caracterizarse por una tensión cortante en el fondo τ0. La resistencia de la partícula a
ser movida puede relacionarse con su peso sumergido, el cual es función de γ’ =γs-γ, peso
específico sumergido, y del diámetro d que caracteriza el volumen.

Con estas tres variables puede formarse el parámetro adimensional τ*:

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O tensión de corte adimensional, que compara la fuerza que provoca el movimiento (acción
de arrastre proporcional a τ0.d2) con la fuerza estabilizadora (peso proporcional a γ’d3).
Como primera aproximación, la tensión de corte en el fondo vale

Donde R es el radio hidráulico y S la pendiente de fondo. Esta expresión se obtiene de


equilibrar la componente del peso de un volumen de control en un canal y la fuerza de
rozamiento sobre su contorno.
La acción del agua sobre el fondo puede representarse también a través de la velocidad de
corte v*.

A partir de la velocidad de corte es posible definir otro parámetro adimensional, el número


de Reynolds de grano Re*.

El espesor nominal adimensional de la subcapa viscosa se puede relacionar con el número


de Reynolds de grano R* como

Si se realiza un análisis dimensional del problema y considerando las variables que


intervienen en el fenómeno de iniciación del movimiento se puede obtener que τ* es
función de R. Esta relación funcional fue hallada por Shields en 1936. El diagrama de
Shields presenta la relación entre Re* y la tensión de corte adimensional.

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Figura 6. Diagrama de Shields

Por debajo de la curva del diagrama, no hay movimiento. Los puntos de la curva
corresponden a la situación crítica. Puntos ubicados sobre la curva corresponden al
movimiento desarrollado. En realidad la curva no es una relación determinística, sino que
existe una zona o banda alrededor de la misma en la cual existe una alta probabilidad de
que ocurra el inicio del movimiento. La curva correspondería a aquellas situaciones para las
cuales la probabilidad del inicio del movimiento es del 50%.

Cuando R*>70, el movimiento se llama turbulento rugoso, ya que la altura d del grano es
mayor que la subcapa viscosa. En movimiento turbulento rugoso, la tensión necesaria para
iniciar el movimiento no depende prácticamente del número de Reynolds de grano. Su
valor es 0,056. Cuando Re*< 5 el movimiento es turbulento liso ya que la subcapa viscosa
cubre la altura del grano. Entre los valores 5 y 70 el movimiento es turbulento intermedio.

Figura 7. Movimiento turbulento liso (izquierda) y rugoso (derecha)

El procedimiento práctico en la determinación del valor de τ* para un diámetro d


determinado a través del diagrama de Shields puede resumirse como sigue:

1. Se elige un valor de R*, lo más aproximado al valor esperado de esta variable;


2. Se ingresa al ábaco de Shields con este valor por abscisas, hasta encontrar la curva y
obtener en ordenadas el valor de τ*correspondiente;

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3. Con el valor de τ*se calcula el valor de v*, a partir del cual se puede determinar R*. Si
este último valor es similar al valor elegido en el punto 1, se concluye que el valor de τ*era
el correcto; en caso contrario, con el nuevo valor de R* se ingresa al ábaco y se repite el
proceso en forma iterativa hasta encontrar el valor buscado.

4.1 Acorazamiento
Una limitación de la teoría anterior es haberse deducido para materiales granulares finos y,
sobre todo, de granulometría uniforme. Cuando el lecho está constituido por una mezcla de
distintos tamaños, cada tamaño tiene una tensión crítica diferente, de manera que la
corriente, teóricamente, puede desplazar los finos más fácilmente que los gruesos.
Mediante este razonamiento puede explicarse un desplazamiento selectivo de las partículas
más finas que produzca con el tiempo, a partir de un material originalmente bien graduado,
una frecuencia mayor de gruesos en la superficie. Esta descripción corresponde a la
realidad de los lechos de los ríos, ya que son frecuentemente de grano más grueso las capas
superficiales que las capas profundas. A este estado se le llama acorazamiento del lecho.

Figura 8. Acorazamiento

Podemos imaginar el origen de la capa superficial más gruesa (o coraza) como el resultado
de un barrido o lavado de lo más fino o también como la permanencia de las partículas más
gruesas cuando son movidas sucesivas capas de material mezclado.

El acorazamiento del lecho influye en la rugosidad del cauce pues la superficie del
fondo presenta partículas de grano mayor. También influye en el principio del
movimiento del lecho ya que es preciso destruir primero la coraza para poder mover
el material más fino que hay debajo.

5 FORMAS DE FONDO

El flujo confinado por contornos compuestos de material granular no cohesivo, que pueda
ser transportado por el flujo, es diferente del flujo que se produce sobre contornos rígidos.
Los sedimentos se desplazan generando ciertas formas en el fondo. Estas formas alteran la
resistencia propia de los granos. El régimen resultante, bastante complejo, se denomina
régimen fluvial.

Cuando el flujo sobre un fondo plano produce esfuerzos mayores que los críticos, además
del fenómeno del desplazamiento de los granos se comienzan a desarrollar algunas formas
características del fondo. Simons y Richardson, en 1961, describieron el proceso. Cuando
se inicia el movimiento, para números de Froude bajos, las partículas tienden a agruparse

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en formas similares a los dientes de una sierra, de pequeña dimensión, denominadas rizos.
Los rizos alteran la rugosidad del cauce pero no se manifiestan en la superficie libre.

Cuando la velocidad del flujo aumenta, aparecen formas mayores, denominadas dunas, las
cuales llevan a los rizos sobre ellas. Las dunas se manifiestan en la superficie libre por
medio de ondulaciones defasadas respecto de la forma del fondo, como corresponde a un
régimen subcrítico. Tanto rizos como dunas migran lentamente hacia aguas abajo.

Figura 9. Formas de fondo: rizos (a), dunas (b), antidunas (c), rápidas y pozos (d)

Si la velocidad aumenta a valores tales que Fr ≈1, las formas de fondo desaparecen (no así
el transporte de sedimentos) y se establece lo que se conoce como fondo plano. Para
velocidades mayores (Fr >1) nuevamente aparecen formas de fondo llamadas antidunas, las
cuales se manifiestan en la superficie libre por medio de la ondulación de la misma, en fase
con las formas de fondo, como corresponde a un régimen supercrítico. Las antidunas
migran lentamente aguas arriba. Si aún la velocidad aumenta, para regímenes altamente
supercríticos, se forman rápidas y pozos con un gran poder erosivo.

Diversos investigadores han tratado de establecer las condiciones para las cuales se
producen las diversas formas de fondo.

Bogardi en 1959 presentó el resultado de sus investigaciones al respecto, el cual se presenta


conjuntamente con la curva de Shields:

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Figura 10. Formas de fondo en un ábaco de Shields según Bogardi

Cada forma de fondo añade a la resistencia al flujo debida al tamaño del grano una
resistencia de forma. Esta es lógicamente mayor con las dunas que con los rizos o con lecho
plano. En la figura siguiente se observa la tensión total debida a las fuerzas de rozamiento
en el fondo, como suma de la tensión debida al grano más la debida a las formas (τ0=τ’+τ’’)
en función del número de Froude.

Figura 11. Tensión de corte en función del número de Froude.

Vemos un primer tramo en la curva donde toda la resistencia se debe a la rugosidad de los
granos (aún no se produce el movimiento). A partir de ese umbral, comienzan a colaborar
las formas de fondo (rizos y dunas) aumentando la tensión de corte total. Para números de
Froude cercanos a 1, la fricción debida a la forma decrece rápidamente (lecho plano) y la
fricción es debida exclusivamente al grano. Para velocidades mayores, las antidunas
incrementan las pérdidas por fricción.
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Las particularidades de esta curva explican el hecho comprobado en ciertos ríos de que en
cierta región de caudales un caudal mayor circule con un tirante menor (lecho plano).

Engelund y Hansen desarrollaron un método para predecir la relación profundidad –


descarga tomando en cuenta la contribución de las formas de fondo en la rugosidad del
canal. Para ello consideraron que la tensión de corte total correspondiente a un determinado
caudal en una sección fluvial podía considerarse como suma de dos tensiones, una
provocada por la fricción de los granos (τ0’) y otra debida a las formas de fondo (τ0’’), de
forma tal que τ0=τ0’ +τ0’’, o bien, dividiendo todo por γ’d: τ*=τ*’ +τ*’’.

Las expresiones son:

6 TRANSPORTE DE SEDIMENTOS

Según su comportamiento, al ser transportado por el flujo, el sedimento se puede


diferenciar en dos grandes grupos: el del fondo y el de lavado. Al estudiar un tramo de río,
el primero es el material que forma el fondo o álveo del cauce y el segundo el que no se
encuentra dentro de ese material. Este último está formado por partículas muy finas como
limos y arcillas que el agua transporta en suspensión.

La diferencia principal en el comportamiento entre el material del fondo y el material de


lavado consiste en que el transporte de fondo depende de las características hidráulicas de
la corriente y de las características físicas del material, por tanto si en dos ríos tienen tramos
semejantes, con idéntico material en el fondo, transportan las mismas cantidades de
material del fondo bajo condiciones hidráulicas semejantes. Lo anterior no ocurre con el
material de lavado; en forma general, un río puede transportar tanto material de lavado
como llegue a él, casi independientemente de las características hidráulicas de la corriente.
Así, dos ríos semejantes con igual material en el fondo, pero uno con cuenca protegida o
forestada y otro con una cuenca desprotegida con fuertes pendientes y material suelto sobre
su superficie, arrastran cantidades completamente diferentes de material de lavado,
llegando el primero al extremo de no transportar nada de ese material.

Como se ha indicado, se clasifica como material de lavado todo aquel material fino que no
se encuentra representando en el material del fondo. Cuando los diámetros de este último
no son conocidos, se establece como límite entre ambos materiales al diámetro de 0.062
mm, de tal manera que el transporte de lavado es el formado por todas las partículas
menores que ese diámetro.

El transporte de lavado siempre tiene lugar en suspensión, mientras que el transporte del
material del fondo puede tener lugar dentro de la capa del fondo o en suspensión. La capa

- 19 -
del fondo, como su nombre lo indica, se encuentra justo arriba del lecho de un cauce.
Einstein, quien introdujo este concepto, le asignó un espesor igual a dos veces el diámetro
de la partícula considerada. Por tanto, en una condición real hay tantas capas de fondo
como partículas de diferente tamaño se tengan en el fondo.

El transporte unitario de sedimentos se expresa en peso o en volumen. Si se expresa en peso


se designa con la letra “gx” cuyas unidades serán kg/s.m o N/s.m y si se expresa en
volumen, se designa con la letra "qx" y sus unidades son m3/s.m.

Es muy importante tener en mente que el volumen qx obtenido con las fórmulas de
transporte es el ocupado por las partículas sólidas sin dejar huecos entre ellas. Por lo tanto,
la relación entre gx y qx está dada por:

gx = γs . qx

el subíndice x depende del tipo de transporte y se explicará más adelante.

6.1 Arrastre en la Capa de Fondo

Es el material del fondo del cauce que es arrastrado por la corriente dentro de la capa de
fondo, cuyo espesor, según Einstein, es igual a dos veces el diámetro de la partícula
considerada. A este arrastre se le designa con el subíndice B.

El arrastre en la capa de fondo se calcula en función de las características hidráulicas de la


corriente, de la geometría del cauce y de las propiedades físicas del material del fondo.

6.2 Transporte de Fondo en Suspensión

Está formado por el material del fondo del cauce que es transportado por la corriente en
suspensión; es decir, dentro del seno del líquido arriba de la capa de fondo. El flujo, debido
a su velocidad y turbulencia, levanta las partículas del lecho y las mantiene en suspensión,
aunque continuamente se produce un intercambio de partículas entre las que hay en la capa
de fondo y las que se transportan en suspensión. La concentración o número de partículas
en suspensión disminuye cuando la turbulencia y la velocidad de la corriente decrecen.
Cuando ocurre lo anterior una cierta cantidad de partículas retorna al fondo. A ese arrastre
se le designa con el subíndice BS.

El material del fondo es granular en la mayoría de los ríos; es decir, está formado por
partículas sueltas de arena, grava o boleos. Las fuerzas que tratan de mover a estas son las
de arrastre y sustentación que la corriente ejerce sobre ellas. Las fuerzas que tratan de
oponerse al movimiento son el peso propio de cada partícula y la fricción que desarrolla al
descansar sobre otras partículas, la que también es función del peso. Al ser levantadas y

- 20 -
puestas en suspensión, el peso de cada partícula es la única fuerza actuante para que las
partículas retornen nuevamente al fondo. La distribución de la concentración de partículas
en una vertical es más uniforme cuanto más fino es el material y mayor la turbulencia de la
corriente. Cuando el material es grueso o la turbulencia es menor, se tiene muy poco
material en suspensión cerca de la superficie y concentraciones mayores cerca del fondo.

El transporte del fondo en suspensión se calcula en función de las características hidráulicas


de la corriente, la geometría del cauce y las propiedades físicas del material del fondo.
También se puede obtener en función de los primeros dos aspectos señalados y de una
muestra de agua - sedimentos tomada en un punto conocido de la sección. De esa muestra
se debe obtener la concentración de partículas en suspensión y las propiedades físicas de las
partículas.

6.3 Transporte de Fondo o Transporte Total del Fondo

Está formado por el material del fondo que es transportado por la corriente, tanto dentro de
la capa de fondo como en suspensión. Por tanto, el transporte de fondo es igual a la suma
del arrastre en la capa de fondo más el transporte de fondo en suspensión. Se designa con el
subíndice BT. Se cumple por lo tanto la relación

gBT= gB+ gBS

6.4 Transporte de Lavado

Está formado por el material muy fino que es transportado en suspensión y que no se
encuentra representado en el material del fondo del cauce. Al considerar una sección
determinada, todo el material de lavado procede de los tramos de aguas arriba. Su origen se
encuentra en el suelo de la cuenca erosionado por las gotas de lluvia o bien proviene en
ocasiones de la erosión que el mismo río produce en sus márgenes. Cuando no se conoce el
tamaño de las partículas del fondo, aquellas transportadas en suspensión y menores que
0,062 mm se consideran material de lavado. Se denomina con el subíndice L.

El transporte de lavado depende de la cantidad de partículas que la cuenca aporta al río bajo
la acción de una lluvia. Como no es función de las características hidráulicas de la
corriente, sólo se puede valuar cuando se toma una muestra de agua con partículas en
suspensión y se separa la porción de partículas que no están representadas en la curva
granulométrica del material del fondo.

6.5 Transporte en Suspensión


Está formado por la totalidad de las partículas que son transportadas en suspensión. Por lo
tanto, el transporte en suspensión es igual a la suma del de fondo en suspensión más el de
lavado y se designa con el subíndice S. Se cumple así la relación

- 21 -
gS= gBS+ gL

Cuando se toma una muestra de agua en una corriente natural se obtiene siempre la
concentración relacionada al transporte en suspensión, ya que en ella puede haber material
de lavado y partículas que proceden del fondo. Una muestra que únicamente tenga material
de lavado se puede obtener en la zona de un río en el que las velocidades sean muy bajas y
el flujo no pueda levantar las partículas del fondo. Una muestra que contenga material del
fondo en suspensión se obtiene en un canal de laboratorio con fondo arenoso donde se use
agua limpia; en la naturaleza se encuentra en algunos afluentes en la zona de montaña y
también en los canales de comunicación que hay entre lagunas costeras y el mar, ya que al
subir la marea y entrar el agua de mar, ésta lo hace generalmente libre de limos y arcillas.

Al tomar una muestra de agua – sedimento conviene separar el material que procede del
fondo y el material de lavado. La forma práctica de hacerlo consiste en pasar la muestra a
través de una malla 200 cuya apertura es de 0,074 mm (valor cercano a 0.062 mm
establecido como separación entre ambos materiales). Las partículas retenidas en la malla
corresponden al material del fondo y las que pasan al material de lavado.

6.6 Transporte Total

Está formado por todas las partículas que son transportadas por el río, procedan del fondo o
sean de lavado. Se denomina con el subíndice T. Por lo expuesto anteriormente, se cumplen
las relaciones siguientes:

gT= gL+ gBT


gT= gL+ gBS+ gB
gT= gS+ gB

La mayoría de los primeros métodos desarrollados para cuantificar el transporte de


sedimentos, pretenden obtener el material que es arrastrado en la capa del fondo; sin
embargo, las pruebas efectuadas fueron hechas en canales de laboratorio y en ellos, el
arrastre se conocía al cuantificar todas las partículas que eran transportadas y llegaban al
final del canal. Cuando las velocidades del flujo eran altas, algunas partículas eran
transportadas en suspensión, por lo que el transporte era el total del fondo y no el arrastre
en la capa de fondo.

En 1950, Einstein introdujo el concepto de "capa de fondo" y separó el arrastre en la capa


de fondo del transporte en suspensión; sin embargo, él tomó en cuenta resultados de otros
autores en que se había cuantificado la suma de los dos arrastres y no únicamente el arrastre
en la capa de fondo. Ese concepto es confuso y poco útil cuando se tiene un material bien
graduado en el fondo, ya que la capa de fondo es igual a dos veces el diámetro de cada
partícula considerada, lo cual puede dar un valor, por ejemplo, de 10 cm para una partícula
grande mientras que para las arenas finas, dentro de la misma muestra, el espesor de su
capa sería de sólo una fracción de milímetro. Por lo expuesto, otros autores como
Fernández Luke, Reizes y Hayashi-Ozaki han estudiado el espesor de esa capa, dentro de la
cual ocurren pequeños saltos de las partículas y han obtenido la altura y longitud de esos
- 22 -
saltos. Por su parte, van Rijn propuso una relación empírica para determinar el espesor de la
capa de fondo para un conjunto de partículas de distintos tamaños.

Figura 12. Clasificación del transporte de sedimentos. (Vide 2003)

Figura 13. Diferentes formas de transporte de sedimentos.

6.7 Ecuaciones de Transporte de Fondo

Las ecuaciones o fórmulas de transporte de fondo tratan de cuantificar el caudal sólido de


una corriente en función de sus características hidráulicas y de las características del cauce.
La complejidad de la mecánica del transporte de sedimentos es tal que no ha podido
proponerse una verdadera ecuación dinámica del transporte de la fase sólida de un flujo de
agua y sólidos. En su lugar han florecido ecuaciones empíricas, semi empíricas o basadas
en distintas teorías y que dan razón de ciertas observaciones. Estas ecuaciones son
aproximadas, no exactas, y sólo válidas dentro del rango de valores para el que fueron
obtenidas. Una verdadera ecuación dinámica contemplaría el régimen no permanente
(variable con el tiempo) del agua y del sedimento. También consideraría el desequilibrio en
el transporte, es decir la posibilidad de que una corriente transporte más o menos sedimento
de fondo del que correspondería a las condiciones de flujo. En este caso ocurriría un
cambio de cota de fondo o de pendiente de fondo al mismo tiempo que el transporte de
sedimento. Otra limitación de las ecuaciones de transporte de fondo proviene de que son
fórmulas de capacidad de transporte, es decir de transporte en potencia. Para que el

- 23 -
transporte real sea comparable a la capacidad de transporte es necesario que haya
sedimento disponible para la corriente. Cuando sí hay sedimento, tenderán a coincidir
transporte real y capacidad en términos medios en el espacio y el tiempo. En cambio, si no
hay disponibilidad de material el transporte real será inferior a la capacidad.

Para un flujo dado, la capacidad de transporte (el caudal sólido transportable) es menor a
mayor tamaño. Lo mismo puede suceder con la disponibilidad, es decir, el volumen por
unidad de tiempo que la parte superior del cauce o la cuenca puede proporcionar al tramo
considerado. Entre ambas magnitudes puede ocurrir lo ilustrado en la figura siguiente; en
tal caso, la aplicación de una fórmula de transporte será muy errónea si el material es más
fino que D pues la cantidad transportada está controlada por la disponibilidad del material,
no por la capacidad de transporte.

Figura 14. Disponibilidad y capacidad en relación al transporte sólido

6.7.1 Ecuación de Du Boys – Straub


Du Boys en 1879, establece por primera vez una fórmula para estimar el arrastre de
material sólido en el fondo de un río o canal. Straub, en 1935 introdujo mejoras a la
ecuación, llegando a la expresión siguiente:

- 24 -
6.7.2 Ecuación de Shields
En 1936, Shields presentó los resultados de su investigación a través de la expresión
dimensionalmente correcta.

Donde
V es la velocidad media
τc es la tensión de corte crítica que se obtiene del ábaco de Shields.

El resto de las variables tienen el significado conocido.

La ecuación anterior se obtuvo sobre un material con los siguientes límites:

1060 <γs< 4250 kg/m3


1.56 < d50< 2.4 mm

Ya que Shields realizó sus experimentos con esfuerzos cortantes cercanos a su valor crítico,
conviene utilizar la ecuación anterior cuando τ0 no es mucho mayor que τc. Si τ*> 0,3,
según Díaz y Maza, el gasto sólido que se obtiene es gBT.

6.7.3 Ecuación de Meyer – Peter y Müller


La ecuación de Meyer – Peter y Müller para calcular el arrastre de la capa de fondo, fue
obtenida a partir de experiencias realizadas de 1932 a 1948 en el Instituto Tecnológico
Federal de Zurich. La expresión final es:

Donde
τ´ es la tensión de corte adimensional debido únicamente a la fricción (rugosidad del grano)
la cual puede ser determinada a partir del procedimiento de Engelund- Hansen.
Δ es el peso específico sumergido relativo ɣ´/ɣ

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La expresión de Meyer – Peter y Müller es una de las más ampliamente utilizadas en
problemas de ingeniería; se han encontrado algunas diferencias para dunas ampliamente
desarrolladas. Se dan a continuación los rangos de valores para los cuales esta ecuación fue
determinada:

0,4 < d50< 30 mm


1250 <γ s< 4200 kg/m3
0,0004 < S < 0,020

6.7.4 Ecuación de Einstein – Brown


A partir de los resultados experimentales obtenidos por Gilbert en 1914 y Meyer – Peter y
Müller, Einstein propuso en 1942 una fórmula para evaluar el arrastre en la capa de fondo,
la que en 1950 fue publicada por Brown.

Einstein propone que el transporte gB depende del parámetro ψ, intensidad de flujo, que es
igual al recíproco del parámetro de Shields o tensión de corte adimensional τ*, y del
parámetro de intensidad de transporte υ. Los parámetros mencionados son:

la cual es válida para 5,5 <ψ < 22. En el caso en que ψ < 5,5, Rouse, Boyer y Laursen
propusieron la ecuación siguiente:

- 26 -
que es conocida como la ecuación de Einstein – Brown.

6.8 ECUACIONES QUE PERMITEN DETERMINAR EL TRANSPORTE TOTAL


DE FONDO

Existen diversas expresiones que permiten obtener el transporte total de material de fondo
(de arrastre y en suspensión), tales como Laursen, Colby, Engelund y Hansen, Ackers y
White, Karim y Kennedy, etc. De ellas veremos la ecuación de Laursen.

6.8.1 Ecuación de Laursen

En 1958, Laursen propuso su método para obtener el transporte de fondo. Concluyó que el
transporte de fondo depende de la relación entre la velocidad de corte v* y la velocidad de
caída de la partícula ω.

En este caso la velocidad de caída se obtuvo con el criterio de Rubey, por lo que F1 tiene el
mismo significado que en la ecuación de Einstein Brown. La tensión de corte con la que
trabaja el método es la correspondiente a la acción de la fricción (debida a los granos)
únicamente, que según el propio Laursen se puede evaluar como:

donde y es el tirante en la sección.

La expresión definitiva es:

- 27 -
Para evaluar τ*, Laursen aceptó un valor constante del mismo igual a 0,039, siempre y
cuando 0,088 < d50< 4,08 mm.
υL es el parámetro de transporte de Laursen, que depende del cociente v*/ω y que se puede
obtener de la siguiente gráfica:

Figura 15. Valores de la función φ L ,según Laursen

Si se pretende representar toda la granulometría del material, la expresión de Laursen debe


ser valuada para cada fracción granulométrica considerada y luego realizar un promedio
ponderado en función de la frecuencia relativa de cada intervalo sobre la muestra. El
método de Laursen sólo se aplica a sedimentos naturales con peso específico de 2650 kg/m3
aproximadamente, en correspondencia con los datos utilizados por el autor.

6.9 ECUACIONES QUE PERMITEN DETERMINAR EL TRANSPORTE DE


MATERIAL DE FONDO EN SUSPENSION

Las sustancias que son transportadas en suspensión, por un flujo, están sometidas a la
acción del fenómeno turbulento el cual origina fuerzas hidrodinámicas que deben
contrarrestar las fuerzas de gravedad que actúan sobre ellas. La intensidad de la turbulencia

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determina el diámetro de las partículas que pueden mantenerse en suspensión. La condición
impermanente de la turbulencia determina que la trayectoria de las partículas en suspensión
sea irregular y que exista intercambio con las partículas del fondo. Cerca del fondo, las
partículas que normalmente son transportadas en suspensión se confunden con las
partículas que constituyen la carga de fondo.

En los años recientes, se han introducido los conceptos de difusión y dispersión los cuales
permiten establecer leyes que predicen la distribución vertical y longitudinal de materia en
suspensión. Estas leyes son aplicables tanto a la distribución de sedimentos, como a la de
calor, colorantes y cantidad de movimiento. Los tratamientos analíticos del sedimento en
suspensión no consideran el efecto del contorno producido por el arrastre de fondo. Se
supone que el flujo es permanente y que los valores medios en las distribuciones de
velocidad y de concentración de sedimentos son uniformes en la dirección del flujo. Las
componentes verticales de velocidad producidas por la acción turbulenta transportan fluido
hacia arriba y hacia abajo pero el flujo neto a través de la unidad de área es nulo. Los
elementos de fluido transportan partículas de sedimentos. La velocidad de caída de las
partículas está superpuesta con las fluctuaciones turbulentas de la velocidad. La siguiente
figura muestra los perfiles típicos de concentración de sedimentos en suspensión, de
velocidad y de tensión de corte considerados en el desarrollo teórico.

Figura 16. Distribución de velocidades (izquierda y concentraciones de sedimento en suspensión


(derecha) (Vide 2003).

Conocida la distribución vertical de concentraciones de sedimento en suspensión, es posible


valuar el transporte de fondo en suspensión mediante:

Donde:
C(y) :es la concentración de sedimento en suspensión como función de la altura, es decir, el
perfil de concentraciones;
v(y) : es el perfil de velocidades
a : es la altura mínima por encima del fondo a partir de la cual se considera que hay
transporte en suspensión;
yn : es la profundidad o tirante en la sección.

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En la práctica, la ecuación integral anterior se transforma en una sumatoria de n valores, si
se divide la vertical en n partes y en cada una de ellas se toma el valor medio de la
velocidad y la concentración.

Existen diversas ecuaciones para determinar la distribución de concentración en una


vertical. Veremos la ecuación de Rouse.

6.9.1 Ecuación de Rouse


Rouse propuso su fórmula en 1937. Para ello se basó en la teoría de la difusión. Conocida
la concentración a una distancia “a” del fondo, la siguiente ecuación permite obtener la
concentración a una distancia “y” del fondo:

Siendo ω la velocidad de caída de la partícula, la cual se puede obtener con la fórmula de


Rubey o por el procedimiento general descripto.

Al analizar la ecuación de Rouse se obtiene que, para un flujo dado en que v* permanece
constante, cuanto menor es el diámetro de las partículas menor será ω y por ende Z. Cuanto
menor es Z más uniforme será la distribución de concentraciones en la vertical. Si las
partículas son mayores, Z será más grande y en consecuencia más marcado será el aumento
de concentraciones hacia el fondo. De la misma manera se puede razonar al considerar
partículas de tamaño constante y variar la velocidad de la corriente. Cuanto mayor sea la
velocidad del flujo, mayor será la velocidad de corte v* y la turbulencia de la corriente, y
en consecuencia menor será Z y más uniforme la distribución de concentraciones. Si la
velocidad disminuye, también lo hará v* y Z aumentará, y con ello, también será mayor la
diferencia entre las concentraciones cerca del fondo y las cercanas a la superficie.

La fórmula de Rouse no es válida para sus extremos, y = yn e y = 0, ya que para ellos se


obtiene una concentración C = 0, lo que es falso; pero no por ello pierde su utilidad.

La indeterminación se haya en evaluar la concentración a una distancia “a” del fondo, Ca;
para ello se presenta una ecuación obtenida por M. García y G. Parker (1991):

- 30 -
en la cual

7 TEORIA DEL REGIMEN

Se dice que un canal funciona “en régimen” si a lo largo de un cierto tiempo significativo,
no se producen erosiones ni deposiciones en él. Sí pueden existir deposiciones o erosiones
para intervalos menores al considerado, pero lo importante es que al cabo de un periodo
importante (uno o más años) la sección transversal del canal se mantenga sin cambios
importantes.

La necesidad de establecer alguna relación entre el caudal, la pendiente, y el diámetro del


material del contorno del canal que asegurara el correcto funcionamiento del mismo surgió
entre los ingenieros anglo – hindúes de fines del siglo XIX, quienes debían mantener en
funcionamiento una red de varios cientos de km de canales de riego en la India. Dado el
estado del conocimiento de la hidrodinámica y la mecánica del transporte del sedimento en
ese momento, el ataque “mecanicista” al problema no presentaba soluciones confiables.
Ante esta situación, varios ingenieros anglo – hindúes tales como Lacey, Kennedy, Woods,
y otros recopilaron información acerca de canales existentes en los cuales se había
observado un funcionamiento adecuado a través de los años, considerándoselos como
“fangoestables”. A partir de esta gran cantidad de datos recopilados, aplicaron técnicas de
regresión y determinaron diversas ecuaciones que vinculan básicamente el perímetro
mojado, el radio hidráulico, el caudal líquido, la pendiente de fondo y un diámetro
representativo del material del contorno.

A modo de ejemplo, citaremos algunas de estas ecuaciones de la llamada “teoría del


régimen”:

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Ecuaciones de Lacey (1930)

Ecuaciones de Bose y Malhotra (1939)

Ecuaciones de Blench (1951)

Ecuaciones de Chitale (1966)

En todas estas ecuaciones, d se expresa en mm, Q en m³/s y P y R en m.

Estas y otras ecuaciones han servido para diseñar numerosos canales no revestidos y han
resultado correctas para las aplicaciones ingenieriles. Hoy pueden servir de base para un
predimensionado, para luego encarar el problema desde un punto de vista más racional.

8 RÍOS DE ARENA O GRAVA

Una clasificación muy importante es la que permite clasificar los ríos en ríos de arena o
grava.
En los ríos de arena no hay material de tamaño de grava, por lo que la dispersión
granulométrica es relativamente pequeña. En los ríos de grava hay tanto arenas como
gravas. Si las curvas granulométricas de unos y otros e normalizan usando en abscisas el
cociente D/D50 en escala logarítmica, la curva de un río de arena muestra poca dispersión
alrededor de la unidad y una forma en S.
Un río de gravas tiene más dispersión y una forma de la curva cóncava o en U. (Vide, 2003)

Los fenómenos de acorazamiento se producen en ríos de grava no en ríos de arena.


A la inversa, las formas de fondo se producen en ríos de arena, no en ríos de grava, los
cuales presentan otras formas de gran escala.

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Figura 17. Curvas granulométricas adimensionales y función de densidad en ríos de gravas (Vide,
2003).

9 SEDIMENTACIÓN EN EMBALSES

La disminución de la velocidad de la corriente en los embalses facilita la decantación de los


sedimentos. Se acostumbra llamar eficiencia de retención del embalse a la relación entre la
cantidad de sedimento retenido y la cantidad de sedimento que entra al embalse. Brune
presenta un gráfico que da una idea de la variación de la eficiencia de retención en función
de la relación entre la capacidad del embalse y el volumen anual que llega a éste.

El sedimento depositado en el fondo de los embalses sufre un incremento en su densidad


que hace que su volumen disminuya con el tiempo. Por otro lado, de acuerdo con el método
de Lara y Pemberton, las operaciones de los embalses fueron clasificadas en relación con el
tipo de éstos, de la siguiente manera:
Tipo Operación del embalse:
1 Sedimento siempre sumergidos o casi siempre sumergidos
2 Desembalse normalmente moderado a considerable
3 Embalse normalmente vacío
4 Sedimentos del lecho de ríos

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Figura 18. Gráfico de eficiencia de retención de un embalse según Brune.

Adicionalmente, el peso unitario inicial de los depósitos de sedimento en los embalses


puede ser estimado usando la siguiente ecuación:

Finalmente, el peso unitario promedio de los sedimentos después de T años de operación


del embalse puede expresarse como:

Donde:

Normalmente, para conocer la cantidad de sedimentos existentes en un embalse y sus


variaciones, se hacen levantamientos batimétricos periódicos.

Existen importantes fenómenos ligados a la calidad de los sedimentos depositados en los


embalses. Los sedimentos biodegradables, en general, causan problemas ligados a la
cantidad de oxígeno de las aguas del embalse y tienen conexión con el problema de
eutrofización o envejecimiento de los embalses.

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Una vez conocidos los volúmenes anuales de sedimentos entrantes a un embalse
determinado y sus granulometrías, y, por otro lado, tanto las curvas características de área y
volumen del embalse como la forma de operación y su eficiencia de atrape de sedimentos
(determinada de acuerdo con la curva de Brune), se puede estimar el volumen muerto
necesario para la obra para una vida útil determinada.

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10 BIBLIOGRAFÍA

AGUIRRE PE, Julian (1980) “Hidráulica de Sedimentos”. Universidad de los Andes


( érida, enezuela). Facultad de ngeniería.
LELIAVSKY, Serge (1964) Introducción a la hidráulica fluvial. Geología, mineralogía y
minería. Editorial, Omega, 1964. 255 pag.
MARTIN VIDE, Juan (2009) “ ngeniería Fluvial”. Edicions UPC, 222 páginas
MAZA ALVAREZ, José, GARCIA FLORES (1990) Manual de Ingeniería de Ríos”
MONSALVE SAENZ, Germán – “Hidrología en la ngeniería”

GARCIA, Marcelo, PARKER, Gary – “Entrainment of bed sediment into suspension”


FARIAS, Héctor – “Hidráulica de canales arenosos en régimen: estado del arte”

WEBER, J. (2000)- Guía de trabajos prácticos – Hidrología – Fac. Regional Córdoba –


UTN – T.P. 9 “Sedimentología” Notas de clase – Curso de posgrado “Hidráulica Fluvial”
dictado por el Dr. Ing. Fabián LOPEZ.
WEBER, J. (2000) Apunte resumen de Hidráulica de Transporte de Sedimentos. Hidrología
y Procesos Hidráulicos. FCEFyN. UNC.

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