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El temascal clásico se componía de tres estancias: la primera era el Soakalli, recibidor, un vestíbulo

donde había una pequeña alberca con agua. Allí se realizaba el baño de los enfermos, y también se
aprovechaba como área para tomar un respiro y estirar las piernas.

Separada por una pared estaba la sala de vapor. Le llamaban Shochikalli, casa de flores, debido a
que el vapor se aromatizaba con flores y hierbas. Tenía una entrada pequeña -lo suficiente como
para que pasara una persona agachada- que se cubría con una manta gruesa. Había un agujero
regulable en el techo para permitir la salida del exceso de vapor. Los bañistas se disponían en
banquetas de piedra cubiertas con hojas de palma o esteras. En el centro de la estancia el suelo
estaba acanalado y tenía un desagüe por donde escurría el agua.

En la extremidad opuesta a la portezuela de entrada había una plancha de piedra porosa que
comunicaba con la tercera sección del temascal, el Teshkalli, horno, donde se ponía a arder la leña
que iba a calentar la estancia. El horno estaba provisto de una chimenea y era asistido por un
ayudante.

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