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BUA0010257
9789586254298
c•
2 jr CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO
, ,
Aspectos históricos teológicos canónicos}
funcionales, litúrgicos y espirituales
Manual de Preparación
al Rito de Admisión, Ministerios
y Órdenes Sagradas
Aspectos históricos, teológicos,
canónicos, funcionales, litúrgicos y espirituales
Tomo II
impresión:
Lito Esfera Ltda.
Tel: 2682929 - Santa Fe de Bogotá Impreso en
PARTEI
El RITO DE ADMISIÓN
Apéndice I
PARTEH
LOS MINISTERIOS INSTITUIDOS
(LECTORADO Y ACOLITADO)
Apéndice II
8
Sumario de la Obra
9
Los Ministerios Instituidos
Apéndice III
10
PRESENTACIÓN
11
Los Ministerios Instituidos
12
SIGLAS Y ABREVIATURAS
L LIBROS DE LA BIBLIA
Ab Abdías ji Joel
Ag Ageo J« Evang. de Juan
Am Amos ljn Ia Juan
Ap Apocalipsis 2 J*> 2a Juan
Ba Baruc 3 Jo 3a Juan
1 Co Ia Corintios Jon Jonas
2 Co 2a Corintios Jos Josué
Col Colosenses Jt Jeremías
1 Cro 1° Crónicas Judas Judas
2 Cro 2o Crónicas Le Evang. de Lucas
Ct Cantar T.m Lamentaciones
Du Daniel Lv Levítico
Dt Deuteronomio 1M 1° Macabeos
Ef Efesios 2M 2° Macabeos
Esd Esdras Me Evang. de Marcos
Est Ester Mi Miqueas
Ex Éxodo MI Malaquías
Ez Ezequiel Mt Evang. de Mateo
Flm Filemón Na Nahúm
Flp Filipenses Ne Nehemías
Ga Gálatas Nin Números
Gn Génesis Os Oseas
Ha Habacuc 1P Ia Pedro
Hb Hebreos 2P 2a Pedro
Hch Hechos Pr Proverbios
Is Isaías Qo Edesiastés
Jb Job (-Qohélet)
Je Jueces IR 1° Reyes
Jdt Judit 2R 2o Reyes
BIBLIOTECA 13
d*>! ConOértto SI IR/i
SIGLAS Y ABREVIATURAS
Los Ministerios Instituidos
Rm Romanos St Santiago
Rt Rut Tb Tobías
1S 1° Samuel 1 Tm Ia Timoteo
2S 2o Samuel 2 Tm 2a Timoteo
Sal Salmos lTs Ia Tesalonicenses
Sb Sabiduría 2 Ts 2 a Tesalonicenses
Si Eclesiástico (=»Sirácida) Tt Tito
So Sofonías Za Zacarías
14
Siglas y Abreviaturas
15
Los Ministerios Instituidos
17
El Ministerio
Instituido del
Acolitado
Sección Tercera
1
RESEÑA HISTÓRICA
SOBRE EL ACOLITADO
1
Lib. Pontif., 1/161; citado por Righetti, Mario, en su obra: Historia de la liturgia,
tomo II, Madrid, ed. BAC, 1956 (cf. Los acólitos) p. 933.
21
Los Ministerios Instituidos
Origen
Parece muy difícil dar una fecha precisa respecto a la Institución del
acolitado. El momento preciso queda desconocido. Sin embargo, el
término griego para designar esta orden puede ser “un indicio inequívoco
de su alta antigüedad**, según la opinión de V. Maurice en su artículo ya
citado; pues nos reporta a una época en la que la comunidad romana ha
5 Cfc. Eusébe, Histone ecdesiastíque, 1. VI, c. MJit PG, t XX, col 621; diado por Y
Maurice, col 313.
6 De vita Constant., m, 8; diado por Righetti, M., opus rít., p. 934 (nota 59).
23
J
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7 Duchesne, M., Origines du cuite chrétien, 1886, p. 332; cf. Bulletin critique, 1886, p.
370; ambos textos diados por \I Maurice, opus cit., col. 314,
24
Reseña Histórica sobre el Acolitado
9 Ad Decent. Eugub., 5: PL 56,516; citado por Righetti, M., opus cit., p. 934 (n9 225).
9
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Reseña Histórica sobre el Acolitado
11 Mabillon, In Ordo Rom. Comment. Praev., PL: tome 78, col. 869-870; citado por V.
Maurice, opus cit., col. 315; cf. también para la descripción de las funciones del
acólito: M. Andrieu, Les Ordines romani du kaut moyen age: tome III, Ordo 34
(acolyte) Louvain 1951, p. 603; citado por R Jounel, "Les ministéres non
ordonnés dans l'Église" in Maison-Dieu, 149 (1982) 101.
12 Piara la información sobre el rito antiguo de la ordenación del acólito ( remitimos
al artículo sobre el acólito de V. Maurice, ya mencionado; cf. Col. 315-316.
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Reseña Histórica sobre el Acolitado
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Reseña Histórica sobre el Acolitado
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id Contuso ¿*
Los Ministerios Instituidos
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Reseña Histórica sobre ei Acolitado
Por ultimo, una quinta etapa se inicia ahora con la Reforma del Papa
Pablo VI, inaugurada con la Carta apostólica Ministerin quaedam,
firmada con la fecha del 15 de agosto de 1972. La Carta, sin lugar a
duda, devuelve al acolitado toda su importancia y su razón de ser en
nuestras celebraciones litúrgicas. Pero esta vez, no como orden menor
o eslabón para aquellos que se preparan a la Orden sagrada, sino
como ministerio instituido y propio del laico para que ejerza su
sacerdocio bautismal dentro y fuera de la liturgia.
14
Dubosq, René pss. Les Étapes du sacerdoce ou Présentatíon analytique du
Cérémonialde l'Ordination, Desdé & Cie, Päris-Tournai-Rome 1936, p. 72.
15
Hays, A., qm, Ceremonial de las ordenaciones, 2a edidón, Faris-México,
1927, p. 42.
33
Los Ministerios Instituidos
16
CE M. Andrieu, Les Ordines romatti du haut moyen age: tome 3, Ordo 34
(Acolyte), Louvain 1956, p. 603; citado por E Jounel, "Les ministéres non
ordonnés dans l'Église" in Maison-Dieu, 149 (1982) 101.
34
2
NATURALEZA Y SIGNIFICACIÓN
TEOLÓGICA DEL MINISTERIO
DEL ACOLITADO
17
Altana, A., La vocadón a los ministerios laicales (cap. V), en la obra
titulada: Vocación común y vocaciones específicas. Tomo II, Madrid, Ed.
Atenas, 1984, p.114; pero se recomienda todo el capítulo V (pp. 99-134).
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Naturaleza y Significación Teológica...
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Naturaleza y Significación Teológica...
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Naturaleza y Significación Teológica...
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Naturaleza y Significación Teológica...
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PREPARACIÓN DE LAS FUNCIONES
PROPIAS DEL ACÓLITO
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Los Ministerios instituidos
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Preparación de las Funciones propias del Acólito
Funciones
(n° 142) Las fundones que puede ejercer el acólito son de
diverso género; puede darse el caso de que concurran varias
a la vez. Por tanto, es conveniente que se distribuyan,
según la oportunidad, entre varios; si solamente está
presente el acólito, haga él lo que es de más importanda,
distribuyéndose lo demás a otros ministros.
Ritos iniciales
(n° 143) En la procesión al altar, puede llevar la cruz entre dos
ministros con cirios encendidos. Cuando lle-
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Los Ministerios Instituidos
Liturgia eucarística
(nc 145) En ausencia del diácono, una vez acabada la
oración universal, mientras el sacerdote permanece en la
sede, el acólito pone sobre el altar el corporal, el
purificado!*, el cáliz y el misal. Después, si es necesario,
ayuda al sacerdote en la recepción de los dones del pueblo y
oportunamente lleva el pan y el vino al altar y lo entrega al
sacerdote. Si se utiliza el incienso, presenta el incensario al
sacerdote y le asiste en la incensación de las ofrendas y del
altar
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Preparación de las Funciones propias del Acólito
Purificaciones
(n° 237) Siempre que algún fragmento del pan
consagrado quede adherido a los dedos, sobre todo
después de la fracción o de la comunión de los fieles, el
sacerdote (el diácono, o el acólito u otros ministros
extraordinarios) debe limpiar los dedos sobre la patena y,
si es necesario, lavarlos. En modo análogo, si quedan
fragmentos fuera de la patena, los recoge.
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Preparación de las Funciones propias del Acólito
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Preparación de las Funciones propias del Acólito
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Los Ministerios Instituidos
30 Para la interpretación exacta del canon (230 § 2) hay que tener en cuenta que se
había preguntado a la Santa Sede (en junio de 1992) "si las funciones litúrgicas
que, según el mencionado canon, pueden ser confiadas a los laicos, podrían ser
desempeñadas igualmente por hombres y mujeres, y si entre dichas funciones
podría incluirse la del servicio al altar, en paridad con las otras funciones
indicadas por el mismo canon". La respuesta fue afirmativa y con la justa
instrucción por parte de la Santa Sede. Transcribimos las precisiones
comunicadas a la Conferencia Episcopal de Colombia por parte de la S.
Congregación para el Culto divino y la Disciplina de los Sacramentos, en
fecha del 15 de marzo de 1994, sobre algunos aspectos del canon 230 § 2 y de
su interpretación auténtica:
"1) el canon (230 § 2) tiene carácter permisivo y no preceptivo: "Laici.-
.possunf". Por tanto, el permiso dado a este propósito por algunos Obispos, en
modo alguno puede ser invocado como obligatorio para los otros Obispos. En
efecto, compete a cada Obispo en su diócesis, oído el parecer de la
Conferencia Episcopal, dar un juicio ponderado sobre lo que hay que realizar
para un ordenado desarrollo de la vida litúrgica en la propia diócesis. 2) La
Santa Sede respeta la decisión que, por determinadas razones locales, algunos
Obispos han adoptado, en base a lo previsto por el canon (230 § 2), pero al
mismo tiempo, la misma Santa Sede recuerda que siempre será muy oportuno
seguir la noble tradición del servicio del altar por parte de los muchachos.
Como es evidente esto también ha favorecido el surgir de vocaciones
sacerdotales. Por tanto, siempre existirá la obligación de continuar sosteniendo
estos grupos de monaguillos. 3) Si en alguna diócesis, en base al canon (230 §
2), el Obispo permite que, por razones particulares, el servicio del altar
también sea desempeñado por mujeres, esto habrá de ser explicado
convenientemente a los fíeles a la luz de la norma citada, haciendo también
presente que dicha norma encuentra ya una amplia aplicación en el hecho de
que las mujeres desempeñan muchas veces el servicio de lector en la liturgia y
también pueden ser llamadas para distribuir la Santa comunión, como
ministros extraordinarios de la Eucaristía y ejercer otras funciones, como lo
prevé el mismo canon (230 § 3). 4) Además, debe quedar claro que los
mencionados servicios litúrgicos de los laicos son realizados ex temporáneo
deputations a juicio del Obispo, y que no se basa en un derecho de los laicos a
desempeñarlos, sean éstos hombres o mujeres".
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22Cf. CDC 1248, § 2; Instrucción Inter oecumenici (26 septiembre 1964), nQ 37;
S. Cong. Para el Culto Divino, Directorio para las celebraciones
dominicales en ausencia del presbítero, Christi Ecclesia (10 junio 1988):
Notitiae 263 (1988).
23 Cf. Juan Pablo II, Alocución (5 junio 1993): AAS 86 (1994), p. 340.
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Preparación de las Funciones propias del Acólito
Artículo 8
El ministro extraordinario de la Sagrada Comunión
Jcl Co
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h
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Los Ministerios Instituidos
f §1 Funciones ordinarias
Existen unas funciones que podemos llamar ordinarias, por cuanto
permiten al acólito ejercer normalmente su ministerio del altar al
servicio del presbítero y del diácono, y lo ponen en contacto con la
Eucaristía. Como ministro ordinario, las funciones del acólito son
las siguientes:
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Preparación de las Funciones propias del Acólito
§ 2 Funciones extraordinarias
Existen otras funciones que ponen el acólito en contacto directo con
la Eucaristía; pero son funciones de suplencia
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doble aspecto de la función sacerdotal (cf. AP, Intro. § 17). Sólo así,
ellos se acercarán a las órdenes sagradas más plenamente conscientes
de su vocación, más decididos a servir al Señor y a su Iglesia, llenos
de fervor, perseverantes en la oración y más generosos para ayudar a
sus hermanos en sus necesidades. Y de este modo se verá con más
claridad la autenticidad de su ministerio.
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35 Ibidem, p. 48.
36 Ibidem, p. 48.
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37 Ibidem, p. 48.
81
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Estas virtudes son las que se exigen a los candidatos laicos que se
preparan a recibir el ministerio del lectorado o del acolitado mediante
el rito instituido; con mayor razón se las exigirán al acólito-
seminarista que se prepara a la orden sagrada del diaconado y del
presbiterado.
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Jesús dijo: "Yo soy el pan de vivo, bajado del délo. Si uno
come de este pan, vivirá para siempre... el que come
44
Cf. Sesión XIII, Decretum de Eucharistia, cap. 4: Denz. 877 (1642); can.
2 Denz. 884 (1643).
45
Cf. Dichos documentos en cuanto tratan del sacrificio de la misa; en
cambio, de ambos aspectos del misterio tratan el Concilio Vaticano II, PO
5 y 18; Pablo VI, Mysterium fidei, AAS 57 (1965), p. 754; Pío XII,
Mediator Dei, AAS 39 (1947) pp. 547-572; Alocución a los participantes
en el congreso internadonal sobre liturgia pastoral, Asís-Roma, de
septiembre 22 de 1956: ASS 48 (1956), pp. 715-724.
46
Cf. Pablo VI, Mysterium fidei, AAS 57 (1965), pp. 769-772; Pío XII,
Mediator Dei, AAS 39 (1947), pp. 547-572; S. Congregación de Ritos,
Instrucción Musicam sacram, de septiembre 3 de 1958: AAS 50 (1958),
pp. 630-663; Instrucción Inter Oecumenici, de septiembre 26 de 1964:
AAS 56 (1964), pp. 877-900.
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47
Oración mozárabe: PL 96, 759B.
48
Cf. Tomás de Aquino, Summa Theol., III, q. 73, a. 3.
49
S. León Magno, Sermo 63, 7: PL 54, 357 C.
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8 i
Preparación de las Funciones propias del Acólito
La catequesis de la misa
ha de partir de los ritos y oraciones
El Concilio ecuménico de Trento prescribe a los pastores
(y futuros pastores) que frecuentemente, "o por sí o por
otros, expongan algo de lo que se lee en la misa y que
expliquen, entre otras cosas, algún aspecto del misterio
de este Santo Sacrificio"30.
101
i 30 Sesión XXII, Decretum de Missa, cap. 8: Denz. 946 (1749).
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Preparación de las Fundones propias del Acólito
LAS DISTINTAS PARTES DE LA SANTA MISA
I. RITOS INICIALES
Entrada
(Canto de entrada o recitación de la antífona) Saludo al
altar y al pueblo congregado (Beso al altar y oportuna
incensación saludo inicial) Acto penitencial
(Introducción a la misa del día y el acto penitencial)
Señor, ten piedad
(El canto o recitación del "Señor, ten piedad" fuera del
acto penitencial)
Gloria
Oración colecta
n. LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas bíblicas
(Ia y IIa lecturas. Evangelio)
Cantos interleccionales
(el salmo, el "Aleluya" o el versículo, la secuencia)
Homilía
Profesión de fe
Oración universal
(Monición introductoria, intenciones y oración
conclusiva)
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Plegaria eucarística
(Acción de gradas, aclamación, Epíclesis, narración de
la institución. Anamnesis, oblación. Intercesiones,
doxología)
Rito de la comunión
(él Padrenuestro, rito de paz, fracdón del pan, inmixión
o mezcla, el "Cordero de Dios", reparadón del
sacerdote, invitadón al banquete de Cristo, la comunión
del pan consagrado en la misa, canto de comunión,
oradón de recogimiento, radón después de la
comunión)
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I. RITOS INICIALES
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(ns 91) Luego, si hay una segunda lectura antes del Evangelio, el
lector la hace desde el ambón, como se ha dicho antes,
permaneciendo todos sentados mientras escuchan y aclamando al
final
(nB 92) Sigue el Aleluya u otro canto, según las exigencias del
tiempo litúrgico (cf. nn. 37-38).
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El pan y el vino
(na 281) La Iglesia, siguiendo el ejemplo de Cristo, ha
usado siempre, para celebrar el banquete del Señor, el pan
y el vino mezclado con agua.
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Genuflexiones e inclinaciones
(ns 233) En la misa se hacen tres genuflexiones: después de
la ostentación del pan consagrado, después de la
ostentación del cáliz y antes de la comunión.
Incensación
(n® 235) El incienso puede libremente usarse en cualquier
forma de Misa:
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k
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Ritos iniciales
(n° 143) En la procesión al altar, puede llevar la cruz entre
dos ministros con cirios encendidos. Cuando llegue al altar,
dejada la cruz cerca del mismo, ocupa su lugar en el
presbiterio.
Liturgia eucarística
(nfi 145) En ausencia del diácono, una vez acabada la
oración universal, mientras el sacerdote permanece en la
sede, el acólito pone sobre el altar el corporal, el puri-
ficador, el cáliz y el misal. Después, si es necesario, ayuda
al sacerdote en la recepción de los dones del pueblo y
oportunamente lleva el pan y el vino al altar y lo entrega al
sacerdote. Si se utiliza el incienso, presenta el incensario al
sacerdote y le asiste en la incensación de las ofrendas y del
altar.
BIBLIOTECA 12
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Ja
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Purificaciones
(n° 237) Siempre que algún fragmento del pan consagrado
quede adherido a los dedos, sobre todo después de la
fracción o de la comunión de los fieles, el sacerdote (el
diácono, o el acólito u otros ministros extraordinarios) debe
limpiarlos dedos sobre la patena y, si es necesario, lavarlos.
En modo análogo, si quedan fragmentos fuera de la patena,
los recoge.
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VIH El Viático
(n° 39) La comunión recibida como viático ha de ser
tenida como un signo de participación en el misterio que
se celebra en el sacrificio de la Misa, esto es, en la
muerte del Señor y su tránsito al Padre. Con ella el fiel, al
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Preparación de las Funciones propias del Acólito
(Exposición prolongada)
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(Exposición breve)
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El ministro de la exposición
de la Santísima Eucaristía
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Textos breves
Jn 6,51-52; Jn 6,54-55; Jn 6,54-58; Jn 6,57; Jn 6,58; Jn 14,6;
Jn 14,23; Jn 14,27; Jn 15, 4; Jn 15, 5; 1 Jn 4,16; 1 Co 11,26.
Ritos iniciales
(nfi 143) En la procesión al altar, puede llevar la cruz entre
dos ministros con cirios encendidos. Cuando llegue al altar,
dejada la cruz cerca del mismo, ocupa su lugar en el
presbiterio.
Liturgia eucarística
(nQ 145) En ausencia del diácono, una vez acabada la
oración universal, mientras el sacerdote permanece en la
sede, el acólito pone sobre el altar el corporal, el puri-
fícador, el cáliz y el misal. Después, si es necesario,
ayuda al sacerdote en la recepción de los dones del
pueblo y oportunamente lleva el pan y el vino al altar y
lo entrega al sacerdote. Si se utiliza el incienso, presenta
el incensario al sacerdote y le asiste en la incensación de
las ofrendas y del altar
Purificaciones
(n® 237) Siempre que algún fragmento del pan
consagrado quede adherido a los dedos, sobre todo
después de la fracción o de la comunión de los fieles, el
sacerdote (el diácono, o el acólito u otros ministros
extraordinarios) debe limpiar los dedos sobre la patena y,
si es necesario, lavarlos. En modo análogo, si quedan
fragmentos fuera de la patena, los recoge.
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L
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35
Preparación de tas Funciones propias del Acólito
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36 Cf. Ordenación general de la Liturgia de las Horas, OGLH 258; Bendicional 48, 120,
131,183, etc.
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37
...J
Preparación de las Funciones propias del Acólito
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Ritos iniciales
Todos responden:
Acto penitencial
Se hace después el acto penitencial. El ministro invita a los
comulgantes a la penitencia, diciendo:
III. Fórmula
El ministro concluye:
R/ Amén.
171
Los Ministerios Instituidos
Primera Lectura
Salmo responsorial
Aleluya
(Jn 6, 57: El que come mi carne y bebe mi sangre, | habita
en mí, y yo en él, | dice el Señor)
Evangelio
(Me 14, 12-16. 22-26: Este es mi cuerpo. Esta es mi Sangre)
Sagrada Comunión
El Cuerpo de Cristo.
173
Los Ministerios instituidos
Amén.
Y comulga.
Mientras se distribuye la comunión, puede cantarse
algún canto oportuno. Acabada la distribución de la
comunión, si se encuentran algunos fragmentos sobre
la patena, el ministro los echa en el copón y se purifica
las manos, si lo juzga necesario. Si quedan algunas
formas, guarda el Sacramento en él sagrario y hace
una genuflexión. Entonces, si se juzga conveniente, se
puede observar algún momento de silencio, o se puede
entonar algún salmo o cántico de alabanza. A
continuación el ministro concluye con esta oración:
Todos responden:
Amén.
Rito de despedida
40
70 Cf. Ritual de los Sacramentos, preparado por Andrés Pardo, Madrid,
Edición BAC, 1983, pp. 142-149.
Preparación de las Funciones propías del Acólito
O bien:
El pueblo responde•
Amén.
Podéis ir en paz.
El pueblo responde:
retira.
41
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Ritos iniciales
Saludo
O bien:
La paz del Señor sea con vosotros (contigo).
Acto penitencial
III. Fórmula
176
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177
Los Ministerios Instituidos
Sagrada Comunión
Después el ministro inicia la oración dominical con estas o parecidas
palabras:
42
Preparación de las Funciones propias del Acólito
El enfermo responde:
Amén.
Oremos.
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, te
suplicamos con fe viva que el Cuerpo (la Sangre) de
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que nuestro (a)
hermano (a) acaba de recibir, le concédala salud
corporal y la salvación eterna. Por Jesucristo nuestro
Señor.
Todos responden:
Amén.
Rito de despedida
Si el ministro no es sacerdote ni diácono, pide la bendición de Dios y
se santigua diciendo: 43
43
Los Ministerios Instituidos
O bien:
El Señor omnipotente y misericordioso. Padre, Hijo y
Espíritu Santo, nos bendiga y guarde.
El pueblo responde:
Amén.
180
Preparación de las Funciones propias del Acólito
El enfermo responde:
Amén.
Y comulga.
Los demás comulgantes reciben el Sacramento en la
forma acostumbrada.
El rito concluye con oración final, que puede decirse en
la iglesia, en la capilla o en la última habitación, y no se
da la bendición.
La exposición
La adoración
Durante la exposición, las preces, cantos y lecturas bíblicas
deben organizarse de manera que los fíeles, atentos a la
oración, se dediquen a Cristo, el Señor.
44
Preparación de las Funciones propias del Acólito
45
Los Ministerios Instituidos
Oremos.
Amén.
La reserva
184
Preparación de las Funciones propias del Acólito
Amén.
Luego el celebrante saluda a los presentes, diciendo:
Todos responden:
Y con tu espíritu.
185
Los Ministerios Instituidos
186
Preparación de las Funciones propias del Acólito
Oremos.
187
Los Ministerios Instituidos
Oración de bendición
R/ Amén.
O bien:
188
Preparación de las Funciones propias del Acólito
Rito breve
Todos responden:
Y danos tu salvación.
El celebrante dispone a los presentes para la celebración
de la bendición, según las circunstancias.
Uno de los presentes, o el mismo celebrante, lee algún
texto de la sagrada Escritura.
189
p
4
4
PREPARACIÓN Y CELEBRACIÓN
LITÚRGICA DEL RITO DE LA
INSTITUCIÓN DEL ACÓLITO EN EL
PONTIFICAL Y RITUAL ROMANOS
191
Los Ministerios instituidos
(RITOS PREPARATORIOS)
Homilía
Estando todos sentados, el Obispo pronuncia entonces la homilíay que
concluye con unas palabras dirigidas a quien va a ser instituido
acólito, en las que le explica en qué consiste el ministerio especial del
acólito: primero el servicio asiduo del altar, es decir, la misión de
ayudar a los presbíteros y a los diáconos en su ministerio; luego,
distribuir como ministro extraordinario la sagrada Comunión a los
fieles y llevarla a los enfermos.
(RITO CENTRAL)
192
Preparación y Celebración Litúrgica del Rito de la Institución...
(RITO EXPLICATIVO)
7i "El Leccionario del Ritual de Órdenes" en Phase 139 (1984), pp. 29-30.
193
Los Ministerios Instituidos
1 R 19,4-8 Sal
Pr 9,1-6 115
Sal
144 Sal 147
32.
73 Cf. "El Leccionario del ritual de Órdenes", en Phase
139 (1984) pp. 31-
48
Los Ministerios Instituidos
De los seis (6) textos del Antiguo Testamento hay dos que
aluden al episodio del maná (Ex 16 y Dt 8), uno al alimento
que hizo caminar a Elias (1R19) y otro al banquete que la
Sabiduría divina ha preparado para su pueblo (Pr 9). La
finalidad de los textos es la de mostrar la intención de Dios
de dar de comer a su pueblo. El acólito aparece así como el
sirviente del Pan que Dios da, que será el Cuerpo de Cristo.
Los otros dos textos completan la figuración eucarística: la
Sangre de la Alianza (Ex 24) y, sobre todo, la ofrenda de
Melquisedec (Gn 14).
Las lecturas del Nuevo Testamento, trece (13) en total,
introducen el servicio o la fundón del acólito en la
dimensión edesial de la partidpación en el Cuerpo y en la
Sangre del Señor, es decir, no en la Eucaristía en sí sino en
el fruto de la Eucaristía en nosotros: la koinonía (Hch 2), la
unidad (1 Co 10), la intimidad con el Señor (Hch 10)50, la
purifícadón de la condenda (Hb 9). Todo ello en base a que
el acólito hace realidad el gesto de Jesús cuando instituyó la
Eucaristía (1 Co 11), del "tomad y comed". El acólito debe,
por tanto, distribuir el Cuerpo de Cristo, lo mismo que los
discípulos de Jesús hicieron en la multiplicadón de los panes
(Le 9; Jn 6,1-15). Al preparar todo lo necesario para la
"Cena eucarística" (Me 14), y al servir al Altar, están de
algún modo contribuyendo a que el Señor se haga se nuevo
presente a los suyos (Le 24; Jn 21) y se les dé como
alimento que da la vida eterna (Jn 6).
197
Los Ministerios Instituidos
Liturgia eucarística
Oración sobre las ofrendas Oración de la
comunión Oración después de la comunión
Bendición final
198
Preparación y Celebración Litúrgica del Rito de la Institución...
responde: Presente
Y se acerca al Obispo, a quien hace una reverencia.
199
Los Ministerios Instituidos
HOMILÍA
200
Preparación y Celebración Litúrgica del Rito de la Institución...
R/. Amén
201
Los Ministerios Instituidos
(9) El acólito
responde: Amén.
(Liturgia eucarística)
51
5
RESONANCIAS ESPIRITUALES DEL
ACOLITADO EN LOS CANDIDATOS
A LA ORDEN SAGRADA
203
Los Ministerios Instituidos
205
Los Ministerios Instituidos
206
Resonancias Espirituales del Acolitado...
San Juan Crisóstomo, quien, como sabéis, trató con una palabra tan elevada
y con tanta penetración de la piedad del i
Misterio eucarístico, instruyendo en una ocasión a sus fíeles t
acerca de esta verdad, se expresó en estos apropiados términos:
208
Resonancias Espirituales del Acolitado...
Es, pues, lógico que al investigar este misterio, sigamos como una
estrella al Magisterio de la Iglesia, al que el Divino Redentor ha
confiado la Palabra de Dios, escrita y transmitida oralmente para
que la custodie y la interprete, convencidos de que “aunque no se
indague con la razón, aunque no se explique con la palabra,
todavía es verdad sin embargo lo que desde la antigua edad con fe
católica de veras se predica y se cree por toda la Iglesia” (S.
Agustín, Contr. lidian., IV, 5, 11; Migne, PL 44, 829).
53
Los Ministerios Instituidos
54
77 5° Edición, San Pablo, Santafé de Bogotá 1994: cf. Libro IV, cap. 7 (Exa
men de conciencia y propósito de enmienda).
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55
Los Ministerios Instituidos
Duélete, además, por ser tan veloz para el descanso y tan lento
para el trabajo; tan despierto para no perder los detalles de una
conversación frívola y tan dormido cuando se trata de cumplir
con la obligación de la meditación; tan impaciente por llegar al
fin y tan distraído durante el deber; tan desaplicado en el rezo
del Oficio divino, tan tibio para celebrar y tan árido en
comulgar, tan fácil para la distracción y tan raras veces
recogido.
56
78 Bogotá, Edición Paulinas, 1979.
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Los Ministerios Instituidos
Padre por tus pecados de modo que nada quedó en mi que no fuera
del todo transformado en oblación para reconciliarte con Dios, de
la misma manera debes tú también, desde lo más íntimo del
corazón, ofrecerte voluntariamente a mí todos los días en la Misa,
como ofrenda pura y santa, con todas tus fuerzas y todos tus
afectos.
(2) Así como sin mí no podrían satisfacerte todos los bienes, así
también a mí no pueden agradarme tus dones si, con ellos, no te
entregas a ti mismo.
216
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59
Los Ministerios Instituidos
(4) Te ofrezco también todo lo bueno que poseo, aunque sea poco
e imperfecto, para que lo enmiendes y santifiques, te sea agradable,
lo hagas aceptable a ti y para que lo vuelvas siempre mejor y,
además, para que a este siervo perezoso e inútil lo lleves aun fin
bienaventurado y glorioso.
Te presento, finalmente, todas las personas -las que aún yi- ven y las
que de este mundo han pasado al otro- que desearon y me pidieron
que rezara por sus intenciones o dijese Misas por ellas y por todos sus
allegados.
60
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Palabra de Cristo
Dice el Señor:
61
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(8) El piadosísimo rey David bailó con toda su fuerza delante del
arca de Dios, mientras rememoraba los beneficios hechos por Dios a
los patriarcas en tiempos pasados. Hizo construir instrumentos
musicales de varias clases, compuso salmos y dispuso que se
cantaran con alegría y aún él mismo los cantaba frecuentemente,
acompañándose del arpa, inspirado por la gracia del Espíritu Santo;
enseño además al pueblo de Israel a ensalzar al Señor con todo el
corazón y a juntar sus voces para bendecir y celebrar el nombre de
Dios todos los días. 63
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Resonancias Espirituales de) Acolitado...
última Cena (cf. Mt 26, 26; 1 Co 11, 24). En este gesto los
discípulos lo reconocieran después de su resurrección (cf.
Le 24,13-35), y con esta expresión los primeros cristianos
designaron sus asambleas eucarísticas (cf. Hch 2,42.46;
20,7.11). Con él se quiere significar que todos los que
comen de este único pan, partido, que es Cristo, entran en
comunión con él y forman un solo cuerpo en él (cf. 1 Co
10,16-17).
- Asamblea Eucarütica (synaxis), porque la Eucaristía es
celebrada en la asamblea de los fieles, expresión visible de
la Iglesia (cf. 1 Co 11, 17-34).
- Memorial de la pasión y resurrección del Señor.
- Santo Sacrificio, porque actualiza el único sacrifico de
Cristo Salvador e incluye la ofrenda de la Iglesia: o
también santo sacrificio de la Misa, “sacrificio de alabanza” {Hch
13,15; cf. Sal 116,13. 17), sacrifico espiritual (cf. 1P2,5),
sacrificio puro (cf. Mi 11, 11) y santo, puesto que completa y
supera todos los sacrificios de la Antigua Alianza.
- Santa y Divina Liturgia, porque toda la liturgia de la Iglesia
encuentra su centro y su expresión más densa en la
celebración de este sacramento; en el mismo sentido se la
llama también celebración de los santos misterios. Se hable
también del Santísimo Sacramento porque es el Sacramento de
los Sacramentos. Con este nombre se designa las especies
eucarísticas guardadas en el sagrario.
- Comunión, porque por este sacramento nos unimos a
Cristo que nos hace partícipes de su Cuerpo y de su
Sangre para formar un solo cuerpo (cf. 1 Co 10, 16-17), se
la llama también las cosas santas (ta hagia; sancta) (Const Apost. 8,
13,12; Didaché 9,5; 10,6) -es el sentido primero de la
“comunión de los Santos” de que habla el Símbolo de los
Apóstoles-, pan de los ángeles, pan del cielo, mediána de inmortalidad
(S. Ignacio de Ant. Eph. 20, 2), viático... 69
69
L
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La Institución de la Eucaristía
El Señor, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin. Sabiendo
que había llegado la hora de partir de este mundo para retornar a su
Padre, en el transcurso de una cena, les lavó los pies y les dio el
mandamiento del amor (Jn 13, 1- 17). Para dejarles una prenda de este
amor, para no alejarse nunca de los suyos y hacerles partícipes de su
Pascua, instituyó la Eucaristía como memorial de su muerte y de su
resurrección y ordenó a sus apóstoles celebrarlo hasta su retorno,
“constituyéndoles entonces sacerdotes del Nuevo Testamento” (Ce. de
Trento: DS 1740). 71
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El desarrollo de la celebración
Todos se reúnen. Los cristianos acuden a un mismo lugar para la
asamblea eucarística. A su cabeza está Cristo mismo que es el actor
principal de la Eucaristía. Él es sumo sacerdote 75
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77
79 Nos hemos permitido modificar la traducción castellana de esta frase,
porque nos parece más conforme a la texto de la Edición Típica Latina del
Catecismo de la Iglesia Católica 1356: "...hoc ideo accidit qui scimus nos
mandato Domini vinculan"...; cf. Catechismus catholicae ecclesiae, Cittá del
Vaticano, Librería Editrice Vaticana, 1997, p. 366.
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Adoro te devote, latens Deitas, (Adórate devotamente, oculta
Deidad
Quae sub his figuró vere latitas:
que bajo estas sagradas especies te
ocultas verdaderamente:
Ubi se cor meum totum subjicit. A ti mi corazón totalmente se
somete.
Quia te contemplans totum deficit. Pues al contemplarte, se siente
desfallecer por completo.
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80 In Enchiridion-Documentation litúrgica posconciliar, Barcelona, Editorial Regina, 1995,
pp. 312-316.
Los Ministerios Instituidos
Sagralidad de la Eucaristía
(n° 8) La celebración de la Eucaristía, comenzado por el
Cenáculo y por el Jueves Santo, tiene una larga historia propia,
larga cuanto la historia de la Iglesia. En el curso de esta historia los
elementos secundarios han sufrido ciertos cambios; no obstante, ha
permanecido inmutable la esencia del Mysterium, instituido por el
Redentor del mundo, durante la última Cena. También el Concilio
Vaticano n ha aportado algunas modificaciones, en virtud de las
cuales la liturgia actual de la Misa se diferencia en cierto sentido de
la conocida antes del Concilio. No pensamos hablar de estas
diferencias; por ahora conviene que nos detengamos en lo que es
esencial e inmutable en la liturgia eucarística.
94
81 Como decía la liturgia bizantina del siglo IX, según el códice más antiguo,
antes denominado Barberino di Son Marco (Florencia), y actualmente en la
Biblioteca Apostólica Vaticana, denominado Barberinogreco 336, folio 8
vuelto, líneas 17-20, publicado, por lo que se refiere a esta parte, por F.E.
Brightmann, Liturgies Eastern and Western, I. Eastern Liturgies, Oxford, 1896,
p. 318, líneas 34-35.
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Sacrificio eucarístico
(n° 9) La Eucaristía es, por encima de todo, un sacrificio: sacrificio
de la Redención y al mismo tiempo sacrificio de la Nueva Alianza84, como
creemos y como claramente profesan las Iglesias orientales: “El sacrificio
actual -afirmó hace siglos la Iglesia griega- es como aquel que un día ofreció el
Unigénito Verbo encarnado, es ofrecido (hoy como antes) por él, siendo el
mismo y único sacrificio**85. Por esto, y precisamente haciendo presente este
sacrifico único de nuestra salvación, el hombre y el mundo son restituidos a
Dios por medio de la novedad pascual de la Redención. Esta restitución no
puede faltar: es fundamento de la “alianza nueva y eterna” de Dios con el
hombre y del hombre con Dios. Si llegase a faltar, se debería poner en tela de
juicio bien sea la excelencia del sacrificio de la Redención, que fue perfecta y
definitiva, bien sea el valor sacrificial de la Santa Misa. Por tanto, la Eucaristía,
siendo verdadero sacrificio, ■0* obra esa restitución a Dios.
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86
CELAM, La Formación sacerdotal (Documentos eclesiales 1965-19S8), Bogotá, 1989,
pp. 361-365.
99
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La adoración eucarística
Hubiera sido imposible que la fe eucarística no se desarrollara
poco a poco a lo largo de los siglos en un culto que desbordara el
sacrificio litúrgico, dando lugar a la oración, en fervoroso
reconocimiento, a Cristo ofrecido como “hostia” por nosotros y
presente sacramentalmente más allá incluso de la Misa, conservado
en especial para ser “viático” de los moribundos. El continuo
desarrollo del culto de adoración eucarística es una de las más
maravillosas experiencias de la Iglesia: el incomparable
florecimiento de santidad que ha producido, el número de
comunidades enteras expresamente consagradas a esta adoración
están ahí para garantizar la autenticidad de tal inspiración; un
Carlos de Foucauld, sólo en el desierto con la Eucaristía, e
irradiando en la Iglesia a través de sus “Hermanitos” y
“Hermanitas”, es, en nuestro tiempo, un testimonio indiscutible de
ello. Un sacerdote que no participe de este fervor, que no haya
adquirido el gusto de esta adoración, no sólo será incapaz de
transmitirlo 100
100
Los Ministerios Instituidos
El sacerdocio
Aquí se inserta la doctrina del sacerdocio. La atención
dispensada a la teología de los ministerios no tendría que
poner en cuestión la doctrina del ministerio sacerdotal feliz
y sólidamente fijada en la Iglesia especialmente por el
Concilio de Trento. Clérigos y laicos tiene en la Iglesia una
misión complementaria: el desarrollo de los ministerios
laicales no altera la especificidad del sacerdocio ministerial.
Lejos de comprometer el sentido y la importancia de la
Palabra de Dios, la función eucarística, al contrario, los
consagra. En la persona del sacerdote se unen
indisolublemente aquellos dos aspectos bajo los cuales se
nos da el alimento de lo alto, aquellos dos aspectos cuya
solidaridad radical pone tan de relieve el discurso de
Cafarnaum, en el capítulo 6 de San Juan. El sacerdote es
instituido para preparar y distribuir bajo estas dos formas
sacramentales -la del signo de la palabra y la del signo del
pan de los hombres- este Pan de eternidad que es Cristo.
101
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La disciplina de la Iglesia
La comprensión de la Eucaristía conduce a comprender y respetar
religiosamente la disciplina de la Iglesia en esta materia. Muchas
veces se plantea hoy la cuestión de la “creatividad”. Esta no puede
entenderse más que en el cuadro de las reglas dadas por la Iglesia.
Las reglas que ordenan la oración han de ser aceptadas en el
mismo espíritu de obediencia que las que conciernen a la fe misma:
en efecto, la lex orandi y la lex credendi, según la fórmula clásica, se
compenetran. Las reglas puestas por la Iglesia están profundamente
ligadas a valores esenciales, que fácilmente pierden de vista los
individuos aún cuando son movidos por un verdadero interés
pastoral. Así ocurre que la fe se desequilibra. Y esto, por otro lado,
crea malestar y produce incluso separaciones dolorosas. En esto la
referencia esencial es el Concilio Vaticano II. Está sobradamente
experimentado que las orientaciones conciliares observadas con
fidelidad no pueden chocar al pueblo cristiano: éste no es rebelde
más que a las fantasías y a los excesos. Por ejemplo, nada más
lejos del Concilio que haber proscrito el latín; al contrario: su
exclusión sistemática es un abuso no menos condenable que la
voluntad sistemática de algunos de mantenerlo exclusivamente. Su
desaparición inmediata y total
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Los Ministerios Instituidos
102
87 Ibidem, pp. 366-369.
Resonancias Espirituales del Acolitado...
103
Los Ministerios instituidos
Preparación a la Penitencia
El Concilio Vaticano n no ha relegado a la penumbra el
sacramento de la Penitencia. Si éste parece haberse desdibujado
en relación a un pasado creciente es por los abusos.
Las celebraciones penitenciales no tenían como objeto la
eliminación de la Penitencia privada en favor de la penitencia
llamada “general” y falsamente presentada como un retorno a
los orígenes. La Penitencia pública de los primeros siglos
afectaba a un corto número de pecadores, conocidos y puestos a
prueba en un contacto “privado” con el Obispo.
La Penitencia llamada “pública” venía, pues, a introducir I en
lo “público” al penitente cuyo itinerario penitencial ha-
I bia sido privado hasta ese momento. ¿Qué hay de común
! entre este rito antiguo y una absolución arrojada sobre un
! público indeterminado del que no se sabe nada? Es verdad
que la Iglesia admite, en casos de necesidad y bajo ciertas
condiciones, una “absolución colectiva”, pero donde la Penitencia
pública del pasado se reencuentra efectivamente es en la Penitencia
privada, tal como la teología la ha definida hasta nuestros días.
Dicho esto, las celebraciones penitenciales son una felicísima
iniciativa muy a propósito para poner a las conciencias en estado de
presentarse individualmente al sacerdote en el clima espiritual
necesario, poco garantizado en otro tiempo, y en la clara
percepción de la voluntad de Dios y de sus exigencias precisas, lo
cual ha venido faltando quizá durante mucho tiempo. Se
comprende qué educación tan rica debe dar el Seminario a sus
futuros sacerdotes en esta materia, según las indicaciones de la
Instrucción de esta Congregación sobre la formación litúr-
272
Resonancias Espirituales del Acolitado...
La Penitencia privada
A partir de todo lo dicho, el contacto personal con el sacerdote se
hace absolutamente natural: la doctrina moral tradicional
encuentra aquí su pleno sentido. Nada puede sustituir esta
entrevista con el sacerdote en la que un entendimiento
clarificado y un corazón contrito solicitan, de aquél a quien
Dios concede el perdonar los pecados, aquella palabra
irreemplazable que el Evangelio nos hace escuchar con tanta
frecuencia y que afecta, directamente, en singular, al pecador
arrepentido: “Tus pecados te son perdonados”. Esto,
acompañado, si es posible y cuando es útil, de un consejo
apropiado. Cuanto más comunitaria haya sido la preparación y
haya permitido a cada uno beneficiarse de la oración de todos,
tanto más personal e incomunicable es el perdón. El Seminario
debe dar el gusto para esta absolución privada, tanto como por
la celebración común cuando ésta pueda hacerse. El sacerdote
que lo haya comprendido será capaz de imponerse la ruda
servidumbre que hizo del Cura de Ars un Santo y de la que Don
Bosco, en un tiempo más próximo al nuestro, ha dado un
magnífico ejemplo.
Directores de almas
En el contexto del sacramento, digna y auténticamente recibido,
la luz del Señor pasa libremente y va mucho más lejos del
simple perdón. Un sacerdote que “confiesa” llega a
273
Los Ministerios Instituidos
Ascesis y reglamento
El sacramento de la Penitencia no es otra cosa que una
intervención de Dios que viene a terminar un trabajo personal del
que la “celebración** sería una gozosa etapa previa. Dios viene
al encuentro del penitente, que debe ser un cristiano perseverante
en llevar su cruz en el seguimiento de Cristo. Raramente se
pronuncia hoy la palabra ascesisy se la acepta mal. Y sin
embargo, es indispensable a todos, ciertamente teniendo en
cuanta la propia naturaleza y misión. El sacerdote no puede ser
fiel a su carga y a sus compromisos, sobre todo al del celibato, si
no se ha preparado para aceptar, y para imponerse a sí mismo un
día, una verdadera disciplina. El Seminario no siempre ha tenido
la valentía de decirlo, de exigirlo, pero la mencionada disciplina
hace particular relación a un reglamento prudente y sobrio pero
firme, que no excluye una cierta necesaria severidad y que
prepara para saber darse a sí mismo, más tarde, una regla de vida
adaptada. La ausencia de una regla concreta y cumplida es para el
sacerdote fuente de muchísimos males: pérdida de tiempo,
pérdida de la conciencia de su propia misión y de las renuncias
que ésta le impone, vulnerabilidad progresiva a los ataques del
sentimiento... Piénsese en los sacrificios que impone la fidelidad
conyugal: ¿no los había de exigir la fidelidad sacerdotal? Sería
una paradoja. Un sacerdote no puede verlo todo, oírlo todo,
decirlo todo, gustarlo todo...
274
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Obediencia
No podemos dejar de entretenernos un momento en el
problema de la obediencia. Es necesario que la palabra
obediencia deje de aparecer como palabra prohibida: no se
puede ser discípulo de Cristo renegando de un titulo por el que
expresamente se da gloria a Cristo (cf. Flp 2,8-9). La libertad
personal no sólo no queda comprometida por la obediencia
entendida rectamente sino que encuentra en ella su expresión
más elevada.
275
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104
In Enchiridion-Documentación litúrgica posconciliar, Barcelona, Editorial
Regina, 1995, pp. 318-320.
105
Cf. Fr. J. Dölger, Das Segnem der Sinne mit der Eucharistie. Eine altchristliche
Kommunionsitte: Antike und Christentum 3 (1932), pp. 231-244; Dans
Kultvergehen der Donatistin Lucilla von Karthago, Reliquienkuss vor dem Kuss der
Eucharistie, ibid., pp. 245-252.
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109
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de Cristo. Por eso, es decir, como nümsito, de u Eucaristía,
éstos tienen sobre las sagradas especies \m W. ponsabilidad
primaria, porque es total: ofrecen el pan y el vino, los consagran
y, luego, distribuyen las sagradas especies a los participantes en
la asamblea. Los diáconos pueden solamente llevar al altar las
ofrendas de los fieles y, una vez consagradas por el sacerdote,
distribuirlas. Por eso cuan elocuente, aunque no sea primitivo,
es en nuestra ordenación latina el rito de la unción de las
manos, como si precisamente a estas manos fuera necesaria una
especiA Espíritu Santo.
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Apéndice II
91
Cf. El texto, en lengua castellana, In Enchiridion-Documentadón litúrgica
posconciliar, Barcelona, Editorial Regina, 1995, pp. 974-977.
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Pero como las ordenes menores no han sido siempre las mismas y
muchas de las funciones anejas a ellas, igual que ocurre ahora, las
han ejercido en realidad también los seglares, parece oportuno
revisar esta práctica y acomodarla a las necesidades actuales, con
objeto de suprimir lo que en tales ministerios resulta ya inusitado;
mantener lo que es todavía útil; introducir lo que sea necesario; y
asimismo establecer lo que se debe exigir a los candidatos a la
Orden sagrada.
Entre los oficios particulares que hay que conservar y adaptar a las
necesidades actuales se encuentran aquellos elementos que se
relacionan más estrechamente con los ministerios de la Palabra y del
Altar, llamados en la Iglesia latina Lectorado, Acolitado y
Subdiaconado; y es conveniente conservarlos y acomodarlos, de
modo que en lo sucesivo haya dos ministerios, a saber: el del Lector
y el del Acólito, que abarcan también las funciones correspondientes
al Subdiácono.
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Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
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Pablo RP. VI
2. INSTRUCCIÓN EUCHARISTICUM
MYSTERIUM“ SOBRE EL CULTO DEL
MISTERIO EUCARÍSTICO
(Sagrada Congregación de Ritos y el Concilium, del 25 de mayo
de1967)
PROEMIO
1. Los últimos documentos eclesiásticos sobre el
misterio eucarístico
El misterio eucarístico es sin duda el centro de la liturgia sagrada y,
más aún, de toda la vida cristiana. Por eso la Iglesia, iluminada por
el Espíritu Santo, trata de penetrarlo cada día y de vivir de él mas
intensamente.
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Los Ministerios Instituidos
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93
Cf. In Enchiridion-Documentación litúrgica posconciliar, Barcelona, Editorial
Regina, 1995, pp. 262-263.
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4. Más en particular:
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Los Ministerios Instituidos
cisa de los motivos que han llevado a tales acuerdos. La Santa Sede
ponderara cuidadosamente cada caso, teniendo en cuenta la unión de
las varias Iglesias locales entre sí y la de cada una con la Iglesia
universal, para promover el bien común y la común edificación, y
para el aumento de la fe y de la piedad, que brota del ejemplo mutuo.
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Los Ministerios Instituidos
5. INSTRUCCIÓN SACRAMENTAL!
COMMUNIONE95, AMPLIANDO LA FACULTAD DE
ADMINISTRAR LA COMUNIÓN BAJO LAS DOS
ESPECIES
(Sagrada Congregación para el Culto Divino, del 29 de junio
de 1970)
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Los Ministerios Instituidos
APÉNDICE
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10) A todos los que en una tanda de ejercicios espirituales tienen una
misa especial durante esos mismos ejercicios y participan activamente
en ella; a todos los que toman parte en reuniones de alguna asamblea
pastoral, en la misa que se celebra en común.
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Los Ministerios Instituidos
115
In Enchiridion-Documentación litúrgica posconciliar, Barcelna, Editorial Regina,
1995, pp. 279-284.
116
Concilio Tridentino, Sessíón XIII, Decretum de SS. Eucharistiae Sacramentum, cap.
7: Denz. 880 (1646-1647): "Si es indecoroso tomar parte en cualquier función
sagrada de no hacerlo santamente, es claro que cuanto más consciente es un cristiano
de la santidad y divinidad de este Sacramento Celeste, tanto más deberá estar atento
a no acercarse a él sin una gran reverencia y santidad; especialmente cuando se
Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de (a iglesia...
leen en el Apóstol aquellas tremendas palabras: "El que come y bebe sin apreciar el
Cuerpo del Señor, se come y bebe su propia sentencia" (1 Co 11, 29). Por tanto, hay
que recordar el mandamiento del mismo Apóstol, al que desea comulgar:
"Examínese cada uno a sí mismo" (1 Co 11, 28). Por lo demás, la costumbre
eclesiástica confirma que tal examen es necesario para que nadie que tenga
conciencia de pecado mortal, por más que crea estar arrepentido, deba acercarse a la
Sagrada Eucaristía sin haberse confesado previamente. Este santo Sínodo ha
decretado que tal norma ha de ser observada por todos los cristianos, sin excluir a
los sacerdotes a quienes incumbe el deber de celebrar, a menos que no pueda
encontrarse un confesor; y si el sacerdote ha celebrado por necesidad urgente sin
haber hecho antes la necesaria confesión, deberá confesarse después en la primera
ocasión". Sagrada Congregación del Concilio, Decreto Sacra Tridentina Synodus,
del 20 de diciembre de 1905: AAS 38 (1905-1906), pp. 400-406; Sagrada
Congregación para la Doctrina de la Fe, Normae pastorales circa absolutionem
sacramentalem generali modo impartiendam, del 31 de julio de 1972, norma I: AAS
64 (1972), p. 511.
317
Los Ministerios instituidos
1. Ministros extraordinarios
de la Sagrada Comunión
Las circunstancias en que puede ser insuficiente el número de
ministros ordinarios para administrar la Sagrada Comunión son
varias:
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Apéndice it: §1 Documentos dei Magisterio de ta Iglesia...
BOL. Los Ordinarios del lugar podrán delegar esta facultad en sus
obispos auxiliares, vicarios episcopales y delegados episcopales.
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2. Ampliación de la facultad
para comulgar dos veces el mismo día
Según la disciplina vigente, los fieles pueden acercarse a la sagrada
comunión por segunda vez en el mismo día:
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117 Cf. Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada
liturgia, n° 7; Sagrada Congregación de Ritos, Instrucción Eucaristicum
mysterium, del 25 de mayo de 1967, n° 9: AAS 59 (1967), p. 547; Sagrada
Congregación para el Culto Divino, Instrucción Memoriale Domini, del 29 de
mayo de 1969, donde se lee: "... con la condición de prevenir todo peligro de que
penetren en los espíritus la falta de reverencia o falsas opiniones sobre la
santísima Eucaristía": AAS 61 (1969), p. 545.
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8. Cuiden los pastores de que, a no ser que obste una razón grave, las
iglesias en que, según las normas del Derecho, se guarda la Santísima
Eucaristía, estén abiertas diariamente durante varias horas en el
tiempo más oportuno del día, para que los fieles puedan fácilmente
orar ante el Santísimo Sacramento (cf. Instrucción, EM 51; CDC937).
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CAPÍTULO I
LA‘SAGRADA COMUNIÓN FUERA DE LA MISA
OBSERVACIONES GENERALES
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gracia y del perdón de los pecados. Sin embargo, los que desean
recibir el Cuerpo del Señor, para que perciban los frutos del
sacramento pascual tienen que acercarse a él con la conciencia
limpia y con recta disposición de espíritu.
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CAPÍTULO n
VARIAS FORMAS DE CULTO
A LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
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Exposición prolongada.
86. En las iglesias y oratorios en que se reserva la Eucaristía, se
recomienda cada año una exposición solemne del Santísimo
Sacramento, prolongada durante algún tiempo, aunque no sea
estrictamente continuado, a fin de que la comunidad local pueda
meditar y adorar más intensamente este misterio.
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Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
Exposición breve
89. Las exposiciones breves del Santísimo Sacramento deben
ordenarse de tal manera que, antes de la bendición con el
Santísimo Sacramento, se dedique un tiempo conveniente a la
lectura de la Palabra de Dios, a los cánticos, a las preces y a la
oración en silencio prolongada durante algún tiempo.
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8. INSTRUCCIÓN IN ECCLESIASTICAM
FUTURORUAF02, SOBRE LA FORMACIÓN
LITÚRGICA EN LOS SEMINARIOS
(Sagrada Congregación para la Educación Católica, del
3 de junio de 1979)
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Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
INTRODUCCIÓN
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PARTE I
LA VIDA LITÚRGICA EN EL SEMINARIO
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Los Ministerios Instituidos
b) Principios pedagógicos de la
iniciación a la vida litúrgica
9. Una auténtica iniciación o “mistagogia” debe ilustrar
especialmente las bases de la vida litúrgica: la historia de la
salvación, el misterio pascual de Cristo, la genuina naturaleza
de la Iglesia, la presencia de Cristo en los actos litúrgicos, la
escucha de la Palabra de Dios, el espíritu de oración, de
adoración y de acción de gracias, la espera de la venida del
Señor (cf. SC 5-8).
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Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
d) La celebración litúrgica
16. Hágase comprender a los alumnos que las acciones litúrgicas no
son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia, que
pertenecen a todo el cuerpo eclesial, lo manifiestan y lo implican; por
consiguiente, son reguladas por las leyes de la Iglesia (cf. SC 23 y
26). La celebración litúrgica en el seminario debe ser, por tanto, un
modelo, por los ritos, por el tono espiritual y pastoral (cf. SC 46), y
por la fidelidad debida tanto a las prescripciones y a los textos de los
libros litúrgicos, cuanto a las normas emanadas de la Santa Sede y de
las Conferencias Episcopales.
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24. La comunión bajo las dos especies, que, desde la perspectiva del
signo, presenta una forma mas plena (cf. EM 59), es recomendable en
el Seminario, según las normas de la Instrucción General del Misal
Romano y de los decretos de los obispos.
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PARTEE
LA ENSEÑANZA DE LA SAGRADA LITURGIA EN LOS
SEMINARIOS
a) Principios generales
43. Además de la primera y esencial iniciación litúrgica que
tiene lugar, según las necesidades, apenas ingresan los alumnos
en el seminario, de la cual se habló en el n° 8 (cf. 0714, RF 62),
las Conferencias Episcopales han de proveer en su Ratio
institutions que la liturgia tenga, dentro del cuatrienio teológico,
el lugar que le corresponde, según el n° 16 de la Constitución
Sacrosanctum Concilium: “La asignatura de la Sagrada Liturgia
se debe considerar entre las materias nece-
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103
Cf. Ibidem, pp. 324-331.
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a) La Santa Misa
1. “Las dos partes de que consta la misa, a saber, la liturgia de la
palabra y la liturgia eucarística, están tan íntimamente unidas que
constituyen un solo acto de culto” (SC 56). No debemos
acercarnos a la mesa del pan del Señor sin antes habernos
detenido en la mesa de su palabra (cf. SC 56; DV 21). Es, pues,
máxima la importancia de la Sagrada Escritura en la celebración
de la misa. Consiguientemente, no se puede pasar por alto cuanto
la Iglesia ha establecido para que, en las celebraciones sagradas,
haya “lecturas de la Sagrada Escritura más abundantes, más
variadas y más apropiadas” (SC 35 § 1). Obsérvense las normas
establecidas en el Leccionario, bien sea en cuanto al número de
lecturas, bien sea en cuanto a las indicaciones relativas a
circunstancias especiales. Sería un grave abuso sustituir la Palabra
de Dios por la palabra del hombre, sea quien sea (cf. LI2, a).
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119 Esta norma ha sido modificada con la interpretación del canon 230, § 2; cf. al
respecto la nota anterior 209. ios Cf. SC 20; Pontificia Comisión para los Medios
de Comunicación social, Instrucción Communio et progressio, de 23 de marzo de 1971,
n° 151: AAS 63 (1971), pp. 593-656.
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PREMISA
Del misterio de la Iglesia nace la llamada dirigida a todos
los miembros del cuerpo místico para que participen
activamente en la misión y edificación del Pueblo de Dios
en una comunión orgánica, según los diversos ministerios y
carismas. El eco de tal llamada se ha sentido
constantemente en los documentos del Magisterio, sobre
todo del Concilio Ecuménico Vaticano n (cf. LG 33; AA 24)
en adelante. En particular en las últimas tres Asambleas
generales ordinarias del Sínodo de los Obispos, se ha
reafirmado la identidad, en la común dignidad y
diversidad de funciones propias, de los fieles laicos, de los
sagrados ministros y de los consagrados, y se ha
estimulado a todos los fieles a edificar la Iglesia
colaborando en comunión para la salvación del mundo.
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Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
Antes de dar respuesta a los casos concretos que nos han sido
enviados, se estima necesario anteponer en mérito al significado del
Orden sagrado en la constitución de la Iglesia, algunos breves y
esenciales elementos teológicos tendientes a favorecer una
motivada inteligencia de la misma disciplina eclesiástica la cual, en
el respeto de la verdad y de la comunión eclesial, pretende
promover los derechos y los deberes de todos, para aquella
“salvación de las almas que debe ser en la Iglesia la ley suprema”
(CDC1752).
PRINCIPIOS TEOLÓGICOS
1. El sacerdocio común y el
sacerdocio ministerial
Jesucristo, sumo y Eterno Sacerdote, ha deseado que su único e
indivisible sacerdocio fuese participado en su Iglesia. Esta es el
pueblo de la nueva Alianza, en el cual, por la “regeneración y la
acción del Espíritu Santo, los bautizados son congregados para
formar un templo espiritual y un sacerdocio santo, para ofrecer,
mediante todas las actividades del cristiano, sacrificios espirituales
y hacer conocer los prodigios de Aquel que de las tinieblas le llamó
a su admirable luz” (cf. 1P 2,4-10) (.LG 10). “Un solo Señor, una
sola fe, un solo bautismo” (Ef 4, 5); común es la dignidad de los
miembros que deriva de su regeneración en Cristo, común la gracia
de la filiación; común la llamada a la perfección” (LG 32). Vigente
entre todos “una auténtica igualdad en cuanto a la dignidad y a la
acción común a todos los fieles en orden a la edificación del
Cuerpo de Cristo”, algunos son constituidos, por voluntad de
Cristo, “doctores, dispensadores de los misterios y pastores para los
demás” (LG 32). Sea el sacerdocio común de los fieles, sea el
sacerdocio ministerial o jerárquico, “aunque diferentes
esencialmente y no sólo de grado, se ordenan, sin embargo, el uno
al otro, pues ambos participan a su manera del único sacerdocio de
Cristo” (LG
393
Los Ministerios Instituidos
10). Entre ellos se tiene una eficaz unidad porque el Espíritu Santo
unifica la Iglesia en la comunión y en el servicio y la provee de
diversos dones jerárquicos y carismáticos (cf. LG
4).
La diferencia esencial entre el sacerdocio común y el sacerdocio
ministerial no se encuentra, por tanto, en el sacerdocio de Cristo, el cual
permanece siempre único e indivisible, ni tampoco en la santidad a la cual
todos los fieles son llamados: “en efecto, el sacerdocio ministerial no
significa de por sí un mayor grado de santidad respecto al sacerdocio
común de los fieles; pero, por medio de él, los presbíteros reciben de Cristo
en el Espíritu un don particular, para que puedan ayudar al Pueblo de Dios
a ejercitar con fidelidad y plenitud el sacerdocio común que les ha sido
conferido” (PDV17). En la edificación de la Iglesia, Cuerpo ' de Cristo,
está vigente la diversidad de miembros y de fun-
í ciones, pero uno solo es el Espíritu, que distribuye sus va-
j riados dones para el bien de la Iglesia según su riqueza y la
1 necesidad de servicios (cf. 1 Co 12,1-11; cf. LG 7).
¡
i
La diversidad está en relación con el modo de participación al
sacerdocio de Cristo y es esencial en el sentido de que “mientras el
sacerdocio común de los fieles se realiza en el | desarrollo de la
graciabautismal -vida de fe, de esperanza y
de caridad, vida según el Espíritu- el sacerdocio ministerial está al
servicio del sacerdocio común, en orden al desarrollo de la gracia
bautismal de todos los cristianos” (C/C 1547). En consecuencia, el
sacerdocio ministerial “difiere esencialmente del sacerdocio
común de los fieles porque confiere un poder sagrado para el
servicio de los fieles” (C/C 1592). Con este fin se exhorta al
sacerdote “a crecer en la conciencia de la profunda comunión que
lo vincula al Pueblo de Dios” para “suscitar y desarrollar la
corresponsabilidad en la común y única misión de salvación, con
la diligente y cordial valoración de todos los carismas y tareas que
el
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Los Ministerios Instituidos
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Los Ministerios instituidos
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Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
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Los Ministerios Instituidos
DISPOSICIONES PRÁCTICAS
Artículo 1
Necesidad de una terminología apropiada
El Santo Padre en el Discurso dirigido a los participantes en el
Simposio sobre Colaboración de los fieles laicos en el ministerio
presbiteral, ha subrayado la necesidad de aclarar y distinguir las
varias acepciones que el término “ministerio” ha asumido en el
lenguaje teológico y canónico (n° 3).
400
Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
401
Los Ministerios Instituidos
Artículo 2
£1 ministerio de la palabra
122
Cf. Pontificia Comisión para la
Interpretación auténtica del Código de
Derecho Canónico, Respuesta (marzo 15 de 1994)
dada a la pregunta hecha a la mencionada
Pontificia Comisión (11 julio 1992): AAS 86 (1994)
pp. 541-542. Cuando se prevé una función para
el inicio de un ministerio laical de
cooperación de los asistentes pastorales al
ministerio de los clérigos, se evite hacer
coincidir o de unir dicha función con una
ceremonia de sagrada ordenación, como
también de celebrar un rito análogo a aquel
previsto para conceder el acolitado y el
lectorado.
402
Obispo diocesano, como moderador, en su Iglesia, de todo el
ministerio de la palabra (cf. CDC 756, § 2), y es también
propio de los presbíteros, sus cooperadores (cf. Ibidem 757).
Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia-
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Los Ministerios instituidos
Artículo 3 La
homilía
404
Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
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Los Ministerios Instituidos
Artículo 4
El párroco y la parroquia
108
A propósito de los sacerdotes que han obtenido la dispensa del celibato
cf. S. Cong. para la Doctrina de la Fe. Nomine de dispensntione a sacerdotali
coelibntu nd instantinm pnrtis (14 octubre 1980). Normae substantiates art. 5.
406
Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
BIBLIOTECA
dr¡ Convento de SUb.-4
Los Ministerios Instituidos
123 Se evite por lo tanto nominar con el título de "Guía de la comunidad" -o con otras
expresiones que indiquen el mismo concepto- el fiel no ordenado o grupo de fieles
a los cuales se confía una participación en el ejercicio de la cura pastoral.
408
Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
Artículo 5
Los organismos de colaboración en la Iglesia particular
§ 3Es propio del párroco presidir los consejos parroquiales. Son por
tanto inválidas, en consecuencia nulas, las decisiones deliberativas de
un consejo parroquial no reunido bajo la presidencia del párroco o
contra él (cf. CDC 536).
409
Los Ministerios Instituidos
410
Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
Artículo 8
El ministro extraordinario de la Sagrada Comunión
no Cf. CDC 1248, § 2; Instrucción Inter oecumenici (26 septiembre 1964), n° 37; S.
Cong. para el Culto Divino, Directorio para las celebraciones dominicales en
ausencia del presbítero, Christi Ecclesia (10 junio 1988): Notitiae 263 (1988).
412
Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
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Los Ministerios instituidos
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Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
Artículo 9
£1 apostolado para los enfermos
415
Los Ministerios Instituidos
Artículo 10
La asistencia a los Matrimonios
416
Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
Artículo 11
£1 ministro del Bautismo
Artículo 12
La animación de la celebración
de las exequias eclesiásticas
417
Los Ministerios Instituidos
Artículo 13
Necesaria selección y adecuada formación
418
Apéndice II: §1 Documentos del Magisterio de la Iglesia...
419
§n
TEXTOS LITÚRGICOS
PARA EL RITO DE LA INSTITUCIÓN DEL
LECTOR Y ACÓLITO
1. LECCIONARIO
(Selección de textos bíblicos113)
421
Los Ministerios Instituidos
422
Apéndice II: §11 Textos Litúrgicos...
Evangelios
(I) Mt 5, 14-19: (Vosotros sois la luz del mundo): "En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus disdpulos: 'Vosotros sois la
luz del mundo../"
423
Los Ministerios Instituidos
(II) Ex 16, 2-4. 12-15: (Yo os haré llover pan del cielo):
"En aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó
contra Moisés y Aarón..."
124
Los textos bíblicos que el Pontifical Romano presenta para la institución
de los acólitos sirven también para la institución de los ministros
extraordinarios para la distribución de la sagrada comunión.
424
Apéndice It: §11 Textos Litúrgicos...
Salmos responsoriales
425
Los Ministerios Instituidos
Evangelios
(I) Me 14, 12-16. 22-26: (Esto es mi cuerpo. Ésta es mi
Sangre): "El primer día de los Ázimos, cuando se
sacrificaba el cordero pascual..."
426
Apéndice II: §11 Textos Litúrgicos...
(VI) Jn 6, 41-52a: (Tb soy el pan vivo que ha bajado del cielo):
"En aquel tiempo, los judíos protestaban contra Jesús porque
había dicho que él era el pan bajado del cielo..."
427
Los Ministerios Instituidos
2. MISAL ROMANO
(Misa para los ministros de la Iglesia125)
Opcional
Oración colecta
OH Dios, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia a
servir a los hermanos y no a ser servidos, te rogamos les
concedas disponibilidad para la acdón, humildad en el
servicio y perseveranda en la oración. Por nuestro
Señor Jesucristo.
428
Apéndice II: §11 Textos Litúrgicos...
Estimado Monseñor:
El suscrito N. N. ______________________
hijo de _______________________________
y de _________________________________
nacido en ____________________________
departamento de _______________________
116
Los Formularios propuestos a continuación (de petición al
ministerio del Lectorado o del Acolitado) se inspiran de los
formularios en uso en el Vicariato de Roma, cf. Breviarium
Theologicum, a cura degli esaminatori apóstolici del clero del vicariato
di Roma, Roma, Tipografía, Cittá Nuova, 1976, pp. 326-328.
117
El Modelo 1 = La petición personal del candidato al ministerio
del Lectorado o del Acolitado; petición escrita a mano por el
candidato y firmada de su puño y letra.
431
Los Ministerios Instituidos
Diócesis de ____________________________________ ,
bautizado el día_________________________________ ,
en la Parroquia de _______________________________ ,
domiciliado en _________________________________ ,
Departamento de _______________________________ ,
Diócesis de ____________________________________
alumno del Seminario Mayor de ___________________
Ciudad, (fecha)
432
Apéndice II: §111 Formularios de Petición y de Respuesta...
433
Los Ministerios Instituidos
Al Excelentísimo Señor
N.N __________________________________________
Obispo de la Diócesis ____________________________
Ciudad de _____________________________________
Estimado Monseñor:
de la diócesis de ________________________________ ,
que ha sido admitido entre los Candidatos a las Órdenes
sagradas el día __________________________________ ,
126
El Modelo 3 = La petición del Rector del
Seminario Mayor dirigida al Señor Obispo para
la admisión de un candidato al ministerio del
Lectorado o del Acolitado.
434
Apéndice II: §111 Formularios de Petición y de Respuesta...
Ciudad, (fecha)
§IV
CUESTIONARIO SOBRE LOS
MINISTERIOS DEL LECTORADO Y
ACOLITADO
437
Los Ministerios Instituidos
438
Apéndice II: §IV Cuestionario sobre los Ministerios...
439
Los Ministerios Instituidos
440
Apéndice II: §IV Cuestionario sobre los Ministerios...
441
Los Ministerios Instituidos
442
Apéndice II: §IV Cuestionario sobre los Ministerios...
BIBLIOTECA 443
¿*l Convento it SUB¿
Los Ministerios Instituidos
444
Apéndice II: §IV Cuestionario sobre los Ministerios...
445
Los Ministerios Instituidos
446
CONCLUSIÓN
447
Los Ministerios instituidos
448
Conclusión
449
fes*
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
(Por autores)
451
Los Ministerios Instituidos
452
Notas Bibliográficas (por autores)
453
Los Ministerios Instituidos
454
Notas Bibliográficas (por autores)
455
Los Ministerios Instituidos
___ , Mes retraites avant les Etapes, (ou Guide complet pour
chacune
des Retraites d’Ordination), Tome MI, éditions Desclée et Cié,
Paris- Tournai-Rome 1941 et 1947.
456
Notas Bibliográficas (por autores)
457
Los Ministerios Instituidos
458
Notas Bibliográficas (por autores)
461
Los Ministerios Instituidos
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