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Sociología de las condiciones de vida

Un enfoque de gama media para estudios de desarrollo.

Tanise Dias Freitas, Sergio Schneider, Marília Patta Ramos

Journal of the Brazilian Sociological Society

Revista da Sociedade Brasileira de Sociologia

ISSN 2447-2670

SID, Porto Alegre, v. 2, n. 1, p. 77-91, jan.-jun. 2016

http://dx.doi.org/10.20336/sid.v2i1.20

Cambio social y sociología

Las diversas transformaciones sociales que se produjeron a lo largo del proceso de modernización
de las sociedades industriales y capitalistas se han convertido en fundamentales para el trabajo de
los científicos sociales, quienes consideraron cada vez más difícil explicar cómo estos cambios
llegaron a la vida cotidiana de las personas. Esta preocupación se ha manifestado en la sociología,
como lo ilustra el trabajo tradicional de Engels ([1845] 2008) sobre las condiciones de trabajo
precarias de los trabajadores de fábricas, del trabajo de mujeres y niños, en los siglos XIX y XX en
Inglaterra. La sociología clásica también estudió cómo los cambios resultantes de los procesos de
industrialización y urbanización y del capitalismo impactaron la vida diaria objetiva de los individuos
y las instituciones.

Durante mucho tiempo, estas obras tenían como objetivo comprender las influencias culturales,
sociales, políticas y económicas que "moldeaban" las sociedades, y sus análisis se referían a temas
como los conflictos entre clases sociales, la distribución de la riqueza, la economía capitalista, las
creencias religiosas, el papel De las instituciones, y de la cohesión social en una época de grandes
transformaciones estructurales. En este contexto, los estudios sobre la integración de los individuos
en la división social del trabajo se referían generalmente al "tener", y la condición social (o posición)
derivada de esto explicaba las jerarquías sociales o las diferencias sociales. Por lo tanto, se puede
decir que las condiciones de vida (LC) se midieron a través de los "atributos" de los individuos, tales
como: tener (o no) un trabajo, ingresos, propiedad o estatus social, dentro de un proceso de
evolución de los individuos en las sociedades.

De hecho, el concepto de Condiciones de Vida nunca se ha definido estrictamente en las ciencias


sociales. Según Mattos (2007), ha habido muchos intentos de determinarlo normativamente. La
literatura en varios dominios de estudios sociales indica que el término surgió en la década de 1950
y apareció por primera vez en los medios de comunicación en 1964, durante un discurso del
presidente de los Estados Unidos declarando que los objetivos de las personas no podían evaluarse
por su saldo bancario, pero Más bien por su calidad de vida.

Fue solo después del final de la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento del Estado del Bienestar
y un mayor acceso a los bienes de consumo por parte de las familias, que el estudio de la LC se
introdujo efectivamente en la agenda de investigación de las Ciencias Sociales. Sin embargo, estos
estudios todavía estaban muy centrados en los aspectos económicos, definiendo el concepto a
través de indicadores como el ingreso promedio, el producto interno bruto, la industrialización, el
desarrollo tecnológico, etc. sacar a la luz la necesidad de examinar los problemas de desarrollo que
tienen en cuenta no solo el crecimiento económico, sino también el factor humano, para
comprender cómo y por qué estas "mejoras" financieras derivadas del proceso de modernización
de las sociedades no afectan directamente la calidad de los individuos condiciones de vida.

En la práctica, era necesario comprender la relación entre tener buenas condiciones económicas y,
al mismo tiempo, condiciones precarias de vivienda, salud o educación, que aún no se explicaban
por las teorías sociológicas del desarrollo.

Uno de los mayores desafíos para las ciencias sociales, según Furtado (1964), fue construir modelos
dinámicos, que pudieran expresar un cambio social y se basaran en diferentes factores que afectan
la vida, como el medio ambiente, físico, financiero, humano, social y social. Aspectos políticos, en
lugar de un solo elemento determinante.

Ciertamente no pretendemos, aquí, redefinir el objeto de estudio de las Ciencias Sociales. Nuestro
propósito es más bien, como lo sugiere Fernandes (1974), reconstruir el conocimiento, recurriendo
a la investigación empírica, el análisis de datos y, especialmente, la interpretación de los resultados.

Es precisamente por la necesidad de comprender los problemas que surgen del proceso de
desarrollo que este artículo destaca la importancia de la Sociología de las Condiciones de Vida. Este
último comprende un enfoque de rango medio (Merton, 1967) que tiene como objetivo analizar el
LC de los actores en situaciones de "no desarrollo" o vulnerabilidad social, basado en una evaluación
empírica multidimensional que hace uso de recursos interpretativos, creados a partir de un sistema.
De referencia empírica, a través de la reconstrucción analítica de la realidad.

Este sistema de referencia se basa teóricamente en las concepciones más generales de desarrollo
descritas por Amartya Sen, y se basa metodológicamente en el enfoque de los medios de vida,
centrándose en las condiciones de vida y en las representaciones de los actores sobre estas
condiciones.

Para este objetivo, se creó un marco teórico y metodológico, que permite a SLC identificar los
mecanismos clave (Hawkes et al., 2015) que limitan o aumentan las oportunidades para que las
personas alcancen su estilo de vida deseado, destacando los medios de subsistencia del desarrollo
humano, más bien que sus fines. Estas cuestiones teóricas y metodológicas se presentarán en las
siguientes secciones.

¿Por qué una sociología de las condiciones de vida?

El interés por mirar más allá de lo teórico y metodológico.

Las ortodoxias también se han convertido en un desafío tanto para los responsables políticos como
para los encargados de implementar políticas de desarrollo. Más que conocer la salud, la educación
o los recursos financieros, también era importante comprender cómo los individuos se permiten
imaginar, sentir y relacionarse con otros dentro y fuera de sus propios contextos.
En este sentido, el factor humano ha adquirido un significado y un valor explicativo para los debates
sobre el desarrollo (Costa Lima, 2008), que abarca necesidades objetivas y subjetivas, derechos,
recursos, capacidades (Sen, 2008; 2010) y "oportunidades de vida" ( Dahrendorf, 1992). Sin
embargo, el énfasis político y teórico en el actor / grupo ha conducido, y aún conduce, a la ardua
tarea de discutir la relación entre la mejora de las condiciones de vida y la reducción de
vulnerabilidades, ya que la mejora de la LC para algunos no será un proceso que afirme la
vulnerabilidad de quienes no reciben los “beneficios” del desarrollo.

Tal interés se puede encontrar en las obras de Norman Long (2007), quien sugiere un enfoque
orientado hacia el actor social, y Peter De Vries (2007), quien aporta la noción de representaciones
sociales para comprender por qué los procesos de desarrollo no dieron como resultado la calidad
de vida. Para estos autores, hay un énfasis exagerado en los efectos de las intervenciones (ya sean
gubernamentales u otros) en la vida concreta de las personas, lo que finalmente lleva a pasar por
alto esta dimensión subjetiva, que es precisamente donde el desarrollo funciona en la concreción
de sus procesos, ya que el cambio social es Invariablemente influenciado por los grupos. Desde una
perspectiva práctica, estas nociones están relacionadas con la psicología de los actores, sus hábitos
de consumo, sus estilos de vida y sus formas de percibir la realidad.

Las condiciones de vida pueden ser de un orden objetivo o subjetivo, que comprenden dimensiones
como el bienestar material, la salud, la productividad, las relaciones familiares, las relaciones
sociales, las amistades, la seguridad, el bienestar emocional, etc. La dimensión objetiva podría
definirse mediante medidas culturalmente relevantes de bienestar objetivo en otras palabras, las
relacionadas con las posesiones materiales. La dimensión subjetiva, a su vez, representaría la
satisfacción proporcionada por las otras dimensiones, y podría evaluarse a través de la importancia
que las personas perciben en ellas (Cummins, 2000, p.35).

Como lo demostró De Vries (2007) en su estudio sobre las comunidades andinas en las tierras altas
peruanas, a menudo la explicación de políticas públicas o proyectos fallidos es que su formulación
e implementación se realizaron sin considerar las percepciones, deseos, características locales y
culturales de los beneficiarios.

De la misma manera, los estudios descritos en La Calidad de Vida (The Quality of Life), de Nussbaum
y Sen (1996) intentaron conceptualizar la LC señalando indicadores que permitirían producir análisis
sociológicos cualitativos y cuantitativos desde esta perspectiva, mientras cuestionaban ¿Cuáles
deberían ser los criterios representativos para medir el desarrollo humano? Según Kerstenetzky
(2000), estos estudios son importantes porque permiten incorporar dimensiones sociológicas de la
realidad humana que no han sido consideradas por las teorías normativas del desarrollo.

En un intento por tratar este problema, han surgido varias formas de analizar el desarrollo humano
y la LC, como el enfoque sociológico de las condiciones de vida. Este enfoque busca exponer la
relación entre las medidas de las posesiones materiales y ser alguien, mientras que también revela
cómo se perciben los aspectos externos en los fenómenos de la conciencia e influyen en la acción
individual y colectiva.

El propósito de este marco teórico de rango medio sería establecer un vínculo entre a) los
principales paradigmas del desarrollo y las metodologías específicas, yb) las observaciones
empíricas de las condiciones de vida (Merton, 1967).
Por lo tanto, se justifica un análisis centrado en el desarrollo y la LC para ayudar a aclarar la confusión
conceptual y práctica en el uso de estos términos por parte de investigadores, organizaciones
públicas o privadas, instituciones y gobiernos, con el objetivo de comprender el cambio social en
curso, como para Medir y valorar el desarrollo. Esto también se justifica en términos sociohistóricos,
ya que es necesario comprender cómo y por qué las grandes transformaciones en la sociedad no
han resultado en una mejor distribución de la riqueza. La siguiente sección examina los dos enfoques
clave del marco teórico y práctico propuesto para la Sociología de las Condiciones de Vida.

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