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Agorafobia.

Lic. Galo Guerra Vargas. Psicólogo Modificador De Conducta,


Miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York;
Director del Instituto Cognitivo Conductual, Y Docente Universitario

En ocasiones las personas experimentamos “crisis” de ansiedad, de las cuales no


encontramos explicación aparente.

SÍNTOMAS
Normalmente lo que experimentamos es un temor a espacios abiertos, situaciones
sociales (como cenas, cumpleaños, visitas a amistades, en fin cualquier cosa que sea estar
lejos de casa), sentimos temor a enloquecer, a perder el control, no podemos
concentrarnos, nos dan palpitaciones muy fuertes, sentimos que nos ahogamos, nos
cuesta respirar, sudamos mucho en las manos, frente, nos dan temblores de pies y manos,
nos mareamos, nos dan náuseas o incluso vomitamos; y lo peor de todo sentimos que
nadie nos entiende.

Lo que pasa es que estamos atravesando por un ataque de ansiedad. Para entender
este fenómeno, es que he escrito este artículo. Primero permítanme presentarme, mi
nombre es Galo Guerra, soy psicólogo conductual, y he padecido en el pasado de
“ansiedad generalizada”, por eso es que escribo en plural, me incluyo pues yo también he
sufrido de ansiedad.

CONCEPTO
Superar la ansiedad, se me hizo más fácil cuando la entendí. La ansiedad es una
forma de afrontamiento natural en todas las personas. Sirve para defenderme de los
peligros que pudieran ocurrirme de dos maneras: huyendo o atacando. Si alguna vez has
sentido que tienes que salir corriendo de un sitio pues no puedes controlarte, y te sentirías
mejor en casa, entonces estas huyendo. Si te has puesto irritable y has encarado a la gente
que te rodea, entonces has atacado.
La ansiedad es necesaria, pero sin embargo, como todo en la vida, debe tener una
justa medida. Lo que nos ocurre cunado sentimos ansiedad, para quienes la hemos
padecido, o la estamos viviendo actualmente, es que los niveles de esta emoción son muy
altos, y se nos salen de control.

CAUSAS
La pregunta más frecuente es ¿por qué a mí?. Hay muchas respuestas, algunas
tienen que ver con el estilo de vida, pues una vida muy agitada y de mucho estrés es
terreno fértil para padecer ansiedad. También es posible que se encuentre envuelto en
demasiadas actividades, todas y cada una de ellas muy exigentes, y no te hayas acordado
de tener recreación y descanso. En otras ocasiones, puede ser que en la familia no te
hayan enseñado a controlar la ansiedad, pues ésta es una habilidad adquirida, y
lamentablemente, hay ocasiones en que en casa ser ansioso es “pan nuestro de cada día”.

Lo que me encontré conmigo mismo, y he visto en muchas personas, es que hay


una activación física de la respuesta de defensa, aún cuando no hay nada aparente que me
obligue a defenderme. Entonces muchas veces la ansiedad se experimenta sin ninguna
causa, es interna. Al entender esto dejé de buscar explicaciones en lo externo y decidí
concentrarme en lo interno.

BIOLOGÍA
La ansiedad entonces es normal, la provocan sustancias u hormonas que todas las
personas poseen, se llaman neurotransmisores, y su función es llevar información a través
del cerebro para poder adaptarnos. Existe una posibilidad de que haya un desbalance en
estas hormonas, y que sea por enfermedad física, como por ejemplo el hipertiroidismo, si
este fuera el caso consulta a tu médico endocrinólogo o internista para que te mediquen.
Si no padeces de alguna enfermedad física, entonces nos vamos a lo psicológico.

Cada hormona tiene una función en específico, en el caso de la ansiedad la más


fuerte es la adrenalina, ¿conocido el nombre verdad?. Ella es la que hace que nos
defendamos y ataquemos. Sirve para otro montón de cosas, pero en nuestro caso, es
importante porque ésta es la que se nos salió de control. Existe una teoría que se llama la
“homeostasis de neurotransmisores”, que lo que dice es que todos son necesarios, pero
que deben guardar cierto equilibrio.

En el caso de la ansiedad necesitamos recuperar la hormona del placer, que es la


endorfina, también todos la producimos de forma natural, pero a los ansiosos se nos ha
olvidado que ella existe, y tenemos rato de no provocarla. La gracia consiste en generar
endorfinas, ellas nos ayudarán a equilibrar nuestras funciones físicas.

COMPORTAMIENTO
La ansiedad nos hace hacer cosas que normalmente no nos gusta hacer, como
dejar de visitar amistades, aislarnos, evitar salir de casa, no querer ir a lugares abiertos o
lugares públicos, y esto deteriora nuestra vida social y familiar. Raras veces nuestros
allegados nos entienden, y más bien nos obligan a salir cuando no queremos.

Si esta situación no nos agrada ¿por qué actuamos así?. Como ya dije la ansiedad
sirve para enfrentar o huir. Es lógico que si estamos en una situación desagradable
deseemos evitarla tanto como sea posible. Pero en el caso de la ansiedad, ella es
tramposa. Resulta que cada vez que evitamos una situación que nos la provoca, y
sentimos que ella ha disminuido, en realidad la hemos fortalecido.

Lo que pasa es que cuando nos alejamos de lo que resulta desagradable, sentimos
que la ansiedad disminuye, y esto nos da una falsa idea de tranquilidad. La realidad es
que al evitar o huir, le damos fuerza a la ansiedad pues generamos “ansiedad
anticipatoria”, esto quiere decir, que nos ponemos ansiosos de llegar a padecer otra vez
ansiedad. Entramos entonces en un círculo vicioso. Algo nos produce ansiedad, lo
evitamos, pero al evitarlo activamos la ansiedad por tener otra vez ansiedad, y finalmente
padecemos de otro evento ansioso. ¡Que montón de ansiedad!

Para entender lo que acabo de escribir, he aquí un diagrama que diseñé y que
trabajo en consulta con los pacientes:
EVENTO ANSIEDAD
ANSIÓGENO ANTICIPATORIA

ANSIEDAD EVENTO
ANTICIPATORIA ANSIÓGENO

Entonces lo que resulta importante es lograr romper este círculo vicioso, no sobre
el evento ansiógeno, como normalmente lo intentamos, sino más bien sobre la ansiedad
anticipatoria.

PENSAMIENTO
Es lógico que cuando nos encontremos ansiosos nos desorientemos. Esto sucede
porque la respuesta física específica así lo requiere. Es decir, si nos asustamos, el cuerpo
no necesita que pensemos muy complicado, sino más bien rápido y simple. O sea, que la
producción de pensamiento es muy rápida y primitiva, por eso es posible que cuando se
acelere el corazón o la respiración pienses que te vas a morir, que te va a dar un infarto,
que no puedes controlar el pensamiento, que te vas a volver loco, que quieres salir
corriendo a tu casa, etc.

Este pensamiento ocurre de esta manera porque las hormonas que llevan la
información de un lado a otro en el cerebro están aceleradas. El contenido del
pensamiento no es correcto entonces, y esto hace que la realidad la veas de una manera
diferente, haciendo más grandes los síntomas de lo que realmente son.

La verdad es que casi nunca te llega a pasar todo lo malo que crees que te va a
ocurrir. Aunque estés convencido de lo contrario. La verdad del caso es que tu cerebro
está en facultades de controlar la situación, pero hace tanto que no lo haces que te has
acostumbrado a pensar que ya no lo vas a lograr.

¿Qué Hacer?
Los siguientes pasos o recomendaciones no deben de tomarse como una terapia
como tal, esto nunca sustituirá a la ayuda profesional. No descarte en ningún momento
asistir a un servicio de asistencia psicológica.

 Busque un terapeuta conductual. Lo más importante es estar en contacto con


un profesional que le enseñe a controlar la ansiedad.
 Cuando le sobrevenga una crisis recuerde: los síntomas no le van ha hacer
daño, son pasajeros y desaparecerán.
 En el momento inmediato de la crisis, deténgase.
 Busque una posición cómoda, sea sentado o de pie.
 Practique ejercicios de relación por medio de la respiración.
 Concéntrese en los síntomas que desaparecen, note como la respiración se
regula y el corazón baja su velocidad.
 Piense que los síntomas disminuyen y que usted podrá vencer la situación. Los
síntomas no pueden vencerle a usted.
 Prémiese cada vez que logre enfrentar la ansiedad, dígase a sí mismo palabras
de valor y coraje para la poder enfrentar la próxima crisis.
 Sepa que afrontar la ansiedad es un proceso gradual, y que irá viendo mejorías
poco a poco, no de golpe.
Referencias Bibliográficas.

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